Alrededor

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ALREDEDOR









I Alrededor es dentro que no hay afuera. No hay astro que no tuviera dentro de mí.



II Un tono en la melodía eterna. El color nunca está aislado y el decorado que integra estalla en brillo dorado alrededor.



III Se revuelve y gira violento, se retuerce y estira y arde en la llama que se extiende y ensaña dentro, que es afuera.



IV No se explica el sueño, no se acepta, no se entiende. En la vigilia no se altera porque es sueño que emerge.



V Salta el agua, arrastra el río la sal en la espuma, la espuma en la boca. Igual que en la sangre por cada latido empujan los días que dan luz al tiempo y el tiempo se para y esculpe la roca.



VI Para que reposen los ojos y no cristalicen en ámbar firme, para que no tiemble el pulso se extiende la estirpe y nace rosada la aurora.



VII Para que en su forma divina se dibuje el contorno y el estrecho sendero por el que camina, lejos, en otra estrella, repite el mandato, la oración y el grito que no termina.



VIII No distingue la pupila y contempla el canto, el destello a tu alrededor. Los telares, los altares, las raíces se retuercen tanto.



IX Las sombras, las luces, premura. La luna teñida, el perfil negro del ave en la altura, el frio en el cielo, el reflejo en la retina, el secreto, la partida.



X Alrededor, fuera del alcance, arde el aire en el vacío sin sol ni agua. Vértigo de tierra muerta de hastío.



XI En el interior, dentro, el cielo inmenso, la brisa suave. El movimiento perpetuo es un reflejo del rumor perenne, el eco.



XII Cinco puntos sin extremos y el pulso calmo que tensa el arco. De mecanismos, luceros. La ansiedad de no llegar, los muertos.



XIII En el umbral se agitan los cuerpos sobre el halo lunar. Trazos de luz como insectos sobre el foco intenso.



XIV De esferas tibias surge el tiempo, de saltos de agua y batir de alas nuestro aliento, el mar inmenso.



XV Alrededor es dentro por los destellos, en los rincones. La voluntad en el espejo de día y noche, sin acabar. Un mar sin sal, un lago seco.



XVI Un cristal oscuro tiñe el anhelo como un reguero que se abre paso sobre la tierra y forma el esbozo de un pez alado bajo el hinojo y como anhelo, que está mojado, se seca al raso.



XVII De piedras rotas y líneas curvas se enseña plano el horizonte y un manto negro cubre de estrellas y brumas claras el porvenir. Las largas vías de hierro helado.



XVIII Y no hay afuera que es todo dentro si nada está por terminar. Vuelve el invierno, los días claros, los ojos llenos de oscuridad. Todo está fuera que no hay adentro.



XIX Esconde el sol la noche al día, el miedo a la cría, que se mantiene quieta y, en su obra completa, la luz se retira.



XX Busca el brote en la retina hojas secas carmesí. Rosas rojas como imanes ansían el latir que impulsan los carros alados.



XXI Alrededor es dentro. Lejanos se sustentan dispuestos los cuerpos celestes, en el interior, atentos al órgano ilimitado.



XXII En la armonía constante cada tono cae y se eleva por siempre para no repetirse nunca. Un astro nace y estalla ardiente sin dejar de latir.



XXIII Su resplandor áureo inunda la oscuridad silenciosa y en una pausa capciosa la orla se extiende en melodía fecunda.



XXIV Sobre el infinito siente cada movimiento y giro. No hay error en el destino ni hay destino que buscar. La luz sobre el camino.



XXV Alrededor es dentro que no hay afuera. No hay astro que no tuviera dentro de mí.









II



XXVI Dentro es antes y luego y aun ahora que es todo fuego. Son las manos que prenden todo.



XXVII Todo está fuera, todo vencido, ganado sin fuerza para así darlo. Todo está herido.



XXVIII Giran las ruedas y es siempre mañana. No llega la noche en sus relieves de plata. Se estiran las cuerdas.



XXIX Y también es testigo la aurora creciente, la tierra quemada, la noche y el frio de la canción sagrada.



XXX La delicada cadencia que crea la forma y en toda presencia en esencia transforma la mera apariencia.



XXXI No hay miedo ante el vacío porque no existe, porque es todo y se viste en escamas de oro.



XXXII Su luz se refleja y juega con los cristales. Dibuja en los mortales la red y la vela para que arda entera.



XXXIII Y brille otra vez. Que nazca de nuevo. De muerte cruel y amor sincero se teje la tela.



XXXIV Alrededor es dentro, dentro en la esfera de metal opaco, de constante espera. Es dentro a tu lado.



XXXV Alrededor son los puentes que se dirigen hacia el centro, los campos vacíos, las manchas del cielo, los ojos atentos.



XXXVI Dentro, sobre las cumbres blancas, en el futuro y en el espacio abierto fluye a raudales la sangre. Engendra la especie los nombres perfectos.



XXXVII En el tono apagado de las voces quietas, en la elipse divina del cuerpo celeste hay manos tendidas.



XXXVIII En los manantiales claros se reflejan los valles. En la aurora inmaculada se intuyen los pasos que están dentro, amarrados.



XXXIX Atados dentro como caballos que tiran violentos los seres amados que quieren arder.



XL Dentro es alrededor. Un destello hacia fuera, la mirada, la sombra alargada sobre la tierra muerta.



XLI Del ocaso el pensamiento que es externo y prestado sobre los ojos fríos y en el cuerpo helado que vive si es amado.



XLII No somos de aquí sino de invernales senderos, del brillo del agua de los oscuros pozos de la mirada de otro.



XLIII Del hontanar perpetuo la imagen presente, el signo latente, el precepto olvidado desde el origen, la muerte.



XLIV El futuro es fuera porque es todo dentro y es siempre distinto en continua novedad, que en el tiempo es la unidad.



XLV De estaciones días sobre el plano infinito. De luz directa en estucado divino la voluntad certera.



XLVI Elige la fuente su velo. Mana el agua en el comienzo y refleja firme el pensamiento la forma y esencia velada en su libertad de cielo.



XLVII De cielo dentro que no hay afuera. Es todo intento que no se espera. Es ya luz y firmamento.



XLVIII El velo se eleva y libera la luz. Alrededor se enreda en tonos brillantes formando una estela.



XLIX La estela se estira y alumbra dentro, que dentro es de noche y también lo es el viento que alrededor se agita.



L Alrededor es dentro que no hay afuera. No hay astro que no tuviera dentro de mí.





Poesía

ENRIQUE BARRENENGOA



Pintura

VÍCTOR MARDARAS ALONSO








Alrededor Sa Llavor Edicions Mallorca 2021 Impresión Romanyà Valls, S.A DP PM 00209-2021 Diseño Marijo Ribas B.

SA LLAVOR

E D I C I O N S


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