¿Cómo hacer que Alberto Fouillioux siga vivo? ¿Cómo saber si una persona está viva o está muerta? ¿Solo basta con ponerle dos dedos cerca de la yugular y sentir la presión y decir bueno, ya no hay más, o decir hay esperanza, todavía late? ¿O es posible liberarse de presiones sanguíneas y seguir existiendo más allá de la biología humana que nos caracteriza? Roberto Bolaño murió el 2003 y desde esa fecha ha publicado 8 libros, estando más vigente que muchos de nosotros mortales, que creemos estar vivos solo con ir a trabajar de lunes a viernes y viendo a la Cato los fines de semana.
honorífico para una tribuna llevar el nombre de tan noble ser humano, que mira, ni siquiera tiene sentimientos la pobre, y se llama como Tito, que hizo tanto por nosotros. Pero, ¿qué cosas hizo por nosotros? Bueno, salir campeón, volver cuando estábamos en la B para devolvernos a primera división, entrenar y formar jugadores, comentar y educarnos a todos sobre fútbol por la televisión abierta. Entonces hacerlo vivo no solo es recordarlo, que está bien recordarlo, pero con eso no vive, no se materializa, solo vive en un estado mental. Para mí, que viva acá,
“Reiterar el esfuerzo que está haciendo y que debiese hacer Católica para recuperar la razón social del club, no que se convierta en una fría sociedad anónima (…) por ahí podemos encontrar una contradicción que hay, entre el fútbol empresa y la razón social de ser Universidad Católica” Alberto Fouillioux en entrevista con Frecuencia Cruzada
¿Cómo lo hace Bolaño? ¿Puede Fouilloux seguir vivo a pesar de su humanidad? La muerte de Tito pega fuerte porque es otro ídolo que se nos va, y pareciera que el tiempo va muy rápido, que los goles y los buenos planteles se olvidan y por más que hacemos un esfuerzo de recordarlos, de memorizar formaciones antes de quedarnos dormidos, de repente ya no están más y no sabemos muy bien por qué la tribuna del estadio lleva ese nombre tan difícil de escribir, que el autocorrector del Whatsapp siempre evita que lo tipee bien. Pero no, es mucho más que eso. Que la tribuna lleve tu nombre, ¡qué honor! Pero debe ser mucho más
en este mundo, sería seguir su ejemplo y repetir las cosas que él hizo y así no necesitar su propio cuerpo humano para hacerse presente, sino que ocupa el de todos nosotros, hinchas de la UC, para seguir obrando. Para que Tito viva tenemos que hacer lo que él hizo: acudir a la UC cuando esté más mal y ayudarla a salir de ese momento; ponernos nuestra propia chaqueta blanca y educar a los demás en nuestro ámbito, con un sentido popular. No es fácil, porque es luchar con nuestras propias comodidades, pero por eso recordamos tanto a Tito, por eso merece seguir vivo, porque así nos diferenciaríamos y seríamos mejores hinchas.
¿De qué hablamos cuando decimos Tito Fouillioux? Nos juntamos con Alberto Fouillioux hijo para saber cómo fue la vida de su papá y cuáles eran las características que lo hicieron alguien tan importante en la historia de la UC. Como si fuera un medium, usé a Alberto Fouillioux para, a través de él, llegar a la esencia de personas que ya fallecieron: Tito, su padre, y Raimundo Tupper, uno de sus mejores amigos. Y, sin darme cuenta, terminé entendiendo de qué se trata la Católica. En conexiones con el más allá vi el más acá. Partimos conversando de cómo era tener un padre como el que tuvo. Porque la mayoría tenemos papás normales, que no salen en la tele, que nadie los tiene como ídolos. Pero parece que la vida famosa es más normal de lo que uno cree, porque se sorprendió mucho por la cantidad de cruzados que lo acompañaron a él y a su familia en el funeral. –En los últimos 10 años estuvo bastante alejado de los medios de comunicación, entonces yo no me esperaba esta cantidad de público, fue súper impactante. Porque Julio Martínez y el Sapito Livingstone se murieron casi trabajando, pero mi papá no. Así que fue súper bonito. Fue fuerte, pero bonito. –Yo me puse contento en el fondo por mi papá. La gente “famosa” tiene ciertos egos, y esos egos van en que los reconozcan, en que les den aplausos, en hacer contenta a la gente con lo que hacen. Eso sentimos como familia: qué bonito que toda la gente le reconozca su lado profesional, humano.
Alberto me sigue hablando tranquilo, quizás consciente de que, a pesar de que ya no está, disfrutó al máximo a su padre, porque incluso lo tuvo de entrenador. –Siempre me inculcó hacer deporte, no necesariamente fútbol. Nunca me obligó a ser futbolista. Era bien exigente en el sentido de que siempre me pedía más. Siempre me decía que intentara hacerlo mejor, tanto en el deporte como con las notas. Yo era un alumno normal, pero mi papá era súper buen alumno, entonces era un tema, porque él era mateo, mateo, mateo. Entró a medicina en la Católica. Después estudió derecho, egresó, aunque nunca dio ni la memoria ni hizo el examen. Pero tenía los fundamentos para decirme juega pero no despreocupes las notas. Y eso también lo aplicó a la Católica: yo tenía compañeros que se sacaban malas notas y no entrenaban o no jugaban. Había que tener ciertas notas para poder jugar. También cumplir requisitos de alimentación: comer bien, tomar un buen desayuno. Y los que no tenían esa posibilidad, la Católica se las daba. Esa cuestión, no sé si mi papá la conoció en Europa, o él la vivió por sí mismo: lo de cuidarse y tener valores. Y él inculcó mucho eso, aparte de lo futbolístico. Eso de tener valores, que es un poco lo que transmite la Católica. La Católica transmite juguemos bien y ganemos correctamente, sin trampa. Tengamos valores. Históricamente si tú ves los ídolos de la Católica, son todos gallos con valores súper claros: Ignacio Prieto, Sapo Livingstone, Raimundo, mi papá, Rozental… Los que han ido pasando son gallos de valores.
Inclusive Mario Lepe, que se sale del canon del San Ignacio que tenían varios de los que nombraste. Es que la Católica antiguamente, mi papá me contaba, partió en Independencia. La Católica es de estratos súper populares. Tú ves a Mario Lepe. A Mario, mi papá lo llevó a la Católica. Ahí saben que no todos van a llegar a Primera División, entonces tratan de formar personas, formar buenas personas. Y eso tú después lo veí en la vida. Yo todavía sigo comunicado con mis amigos de las inferiores, nos tratamos de juntar un par de veces al año. Son personas súper respetuosas, cariñosas, más allá de lo que están en su vida. Igual siempre se habla de “valores”, así medio etéreo, pero… ¿cuáles son los valores de la UC? El respeto, hacia tus compañeros, hacia tu rival. ¿Qué es el respeto en la parte futbolística? Nosotros, el mejor respeto que teníamos ante el equipo malo, era hacerle 20 goles. No burlarse, jugar serio hasta el minuto 90. Y si ibai perdiendo, olvídate de pegar una patada o hacerte echar. Independiente del castigo que te daban, el club te castigaba una o dos fechas más. Habían cosas como el respeto, saber perder, educación, la puntualidad, cuidarte. El club te lo aplica desde chico hasta grande, y eso no quita que a una edad seas competitivo. Uno juega para ganar. Pero en la Católica uno se encuentra con todo tipo de clases sociales: gente con mucha plata, con poca plata, y uno aprende a compartir, porque uno no solo comparte entrenar, uno sale de viaje, vai a giras afuera, hay chicos que duermen ahí. En-
tonces te enseñan un montón de cosas que te sirven para la vida. ¿Y tú identificas a tu papá en esa forma de enseñar? Sí, sí, así fue para educar. Y para el fútbol también lo mismo. Y él lo hacía con el ejemplo. Él nunca se negó, nunca le dijo una mala palabra a otra persona, nunca negó un autógrafo. Siempre educado, respetuoso. Y desde la persona que estaciona el auto hasta el presidente del momento. Y siempre de tú a tú; él podía conversar feliz con cualquier persona. Mi papá era súper amigable. En los ojos de Alberto Fouillioux también encontramos al Mumo. Y aparece como lo imaginábamos: buena persona, buen futbolista, bien tímido, chistoso y muy guapo. –Era súper para adentro, súper preocupado de su entorno. Un gallo que no se quedaba solo con jugar a la pelota, tenía intereses intelectuales y muy divertido. Las internas eran para matarse de la risa. Buen amigo, cariñoso. Los valores finalmente. Yo creo que por eso la gente lo recuerda tanto. ¿Uno se acuerda de alguna actitud de Raimundo Tupper que uno diga oye, se salió de madre? No, nunca. Bastante parecido a mi papá, un poco más tímido, mi papá era más extrovertido, pero los valores los tenían súper claros. –Yo te diría que su mejor amigo era Mario Lepe. Mario Lepe, totalmente distinto a Raimundo. Y Raimundo le inculcó a Mario que leyera. Y eso es lo que tiene la Católica: que logra juntar. Yo hasta hoy día me hablo con Fabián
Estay. Lo conozco desde los 10 años. Los dos venimos de mundos totalmente distintos, y con Fabián nos encontramos en cualquier lado y nos abrazamos, nos matamos de la risa; esa es la gracia de la Católica. Un lugar de inclusión, que está en boga por lo de las viviendas sociales en Las Condes. Súper de inclusión. Porque finalmente uno, de los 11 hasta los 18, pasa más tiempo con los compañeros de la Católica que con los del colegio. Vivís con ellos: te entrenái, viajabai, jugabai. Entonces ahí veí las carencias de otras personas y dices chuta, tengo la suerte de que tengo un buen zapato de fútbol, que no tengo que tomar el desayuno que me dan en la Católica porque llego de mi casa bien alimentado. Uno aprende, aprendí a valorar las cosas, como también ellos aprenden a que “oye, estos gallos que eran tan cuicos”. No po, ellos son súper respetuosos, nunca me tiraron en cara nada. Y eso le pasó un poco a mi papá en su época. Mi papá fue pionero, porque en esa época ser futbolista era muy mal visto. Mi papá rompió ese paradigma. Y eso en la Católica es cada vez más común. Son amigos y ahí no hay clases sociales. Al final, adentro de la cancha son 11 y te jugái por el otro. Eso es lo bonito del fútbol.
Nuestra Cruzada y el feminismo en la UC Nuestra Cruzada es una agrupación de hinchas de la UC, feminista y separatista, que nace a partir del violento hecho ocurrido a principios de año, en el cual supuestos hinchas de la U violaron a una mujer fuera del Estadio Nacional. Algunas de las actuales integrantes ya trabajaban el tema de género desde Alta La Frente y Católica Para su Gente, sin embargo, se decidió agruparnos en forma independiente para así convocar a más mujeres, que puedan sentirse en necesidad de espacios exclusivos de mujeres.
Uno de nuestros objetivos, junto con erradicar la violencia machista del fútbol, es entregar un espacio libre y seguro para mujeres. Sabemos lo difícil que es contar cuando nos hemos sentido vulneradas y violentadas, por lo que contamos con un mail de denuncias (nuestracruzada@gmail.com), donde recibiremos tu relato y te acompañaremos en la decisión que decidas tomar. A veces tan solo contarlo nos ayuda y suma para botar y avanzar siendo un poco más libres en nuestro día a día.
Estamos acá para ti y para todas. Juntas somos más. Súmate.
San Carlos: Las entradas más caras de Chile
Siempre estamos pidiendo estar en los primeros lugares del fútbol chileno. Porque nuestra historia, nuestra hinchada, nuestra identidad lo pide. Y hoy por fin podemos decir que sí, que estamos primeros, pero en un ítem que da rabia: las entradas más caras de Chile. Después de un primer semestre que llenamos casi siempre San Carlos de Apoquindo, agotando las entradas a veces hasta una semana antes del partido, la dirigencia nos premió con un aumento de la galería, llegando a costar 6 mil pesos. Esta mala noticia llamó la atención también de nuestros compañeros de Católica Para Su Gente, quienes revisaron la información de todos los clubes de primera división y
constataron que nosotros tenemos las entradas más caras. Como ALF, en distintas instancias –en la Comisión de Hinchas, con el proyecto de beneficios para Adultos Mayores, en la intervención en la Asamblea de Socios hecha por Cruzados– hicimos saber que esto no podía pasar, que debíamos mantener los precios congelados, pero aun así nos encontramos con esta sorpresita que nos indigna ante la poca empatía de la SADP con el pueblo cruzado. Los mismos compañeros de Católica para su Gente están coordinando más acciones para que los hinchas seamos escuchados. ¡A estar atentos y no dejar que las decisiones las sigan tomando unos pocos!