Mi Testimonio
Hoy, deseo, hablar sobre capítulos en mi vida, cual libro de constantes experiencias que nos lleva a plasmar: risas, llantos, recuerdos y olvidos; sí, ese que se hace inolvidable y magno porque inició: grandes testimonios, un estilo de vida, la muerte de seres amados, la sanidad que Dios hizo en mí y muchas otras experiencias imborrables. Debo mencionar antes de comenzar a narrar lo que a través del tiempo han sucedido en mi vida y las he separado por tiempos donde se unen como eslabones para al fin cumplir el propósito de llevar el mensaje que Dios quiere llevar a tu vida. Así que cada tiempo te llevara a conocer como una desobediencia trae su consecuencia. Me casé a los 14 años luego de regresar de Estados Unidos y al poco tiempo quede embarazada y nace un varoncito, de una relación que comenzó sin amor. Todo esto producto de una desición con el propósito de herir a una madre que no me comprendió en el momento en que yo la necesite. Porque realmente no amaba a ese hombre solo fue venganza. Yo quería confesarle que era manoseada por el. Asi que termine autodestruyéndome. Fue un matrimonio fallido sólo duró 10 meses pueden imaginar. La primera vez, que conocí al Señor, fue en el 1971 a mis 16 años y con mi niño de apenas 1 añito y viviendo con mis padres pues no estaba estudiando dejé de estudiar para quedarme en casa. Me divorcié dando fin a mi vida de casada. En ese momento no obtuve orientación adecuada y todo lo decidí sin analizar nada como una joven inmadura que era. Momentos en que tronche mi vida futura. Mis planes y probablemente lo que Dios tenia preparado para mi vida fueron redireccionados por mi. Tengo que mencionar que contaba con unos padres que carecían del conocimiento que ofrece este mundo actua no puedo culparlos totalmente. Cabe mencionar que YO abri la puerta a una nueva vida. Hoy dia contamos un centros de orientación, consejería, o sea todo ayuda que tenemos actualmente. Una reacción de un padre puede detener el acto de un hijo e intentar hacerlo entrar en razón. Como les decia sobre mi conversión visité una iglesia Defensores de la fe en Rio Grande donde yo residia. y quedaba cerca de mi casa y asistía mucha juventud que yo como joven eso me atrajo y decidí congregarme alli. Yo era una joven madre hecha mujer y eso me hacia diferente a los demás chicas que me rodeaban en esa época. La pasaba muy bien y asistía a sus actividades pero, contamos con un enemigo que no descansa porque cometí el grave error de escuchar las voces equivocadas que lograron sacarme del camino. El experto distorsionando las palabras en mi contra. Fui puesta al descubierto desde el pulpito por el pastor como una joven que no podía
rehacer su vida con un joven pues eso era pecado y seria un adultero. No esperaba eso del pastor. Así que en ese momento fue la ultima vez que vieron mi rostro. Aunque fue un tiempo muy fugaz, y jamás, esa fue mi intención. Es apremiante señalar, que hoy día permanece en muchos lideres la falta de conocimiento y siguen carentes de tacto. Fue vergonzoso ese momento pero ahora entiendo ese acto de ignorancia. Una herida sanada y que deja una cicatriz que solo me recuerda que son errores no pensados ni analizados y que fueron perdonados por mi Creador. Esos prejuicios estuvieron latentes en mí por mucho tiempo y llenos de sentimientos de ira hacia mi misma, a Dios lo culpaba de mis fracasos cuando en realidad no son obras del creador. Por eso, es necesario recordar que la Iglesia, es el lugar para encontrar y ofrecer sanidad interior, consuelo y amor al necesitado. Es por eso, que muchos enfermos y quebrantados de corazón, al ser heridos y golpeados por las experiencias vividas es ahí donde necesitan que demostremos con nuestros actos que somos hijos de Dios. Al menos así debería ser. Reconozco que mi vida era un desastre; una vida solitaria, obscura y sin felicidad completa. La realidad es que debemos ser fuentes de sanidad divina, por el contrario nos convertimos en jueces severos y hambrientos por dictar una condena, aniquilando vidas y sepultando sus esperanzas. Se cercena toda posibilidad de disciplina con sana doctrina, la que fue plasmada en la Palabra de Dios para salvación del que se pierde. Es vital, que se provoque un encuentro personal con el Señor en aquellos que se acercan a Dios, para que cuando llegue el momento difícil de la prueba, no se salgan del camino de la redención. Seguir un día a día de trabajo emocional, espiritual y en medio del discipulado de la vida que ellos sepan a donde ir. En mi caso comencé a forjar mi propio camino, uno que me llevaría al borde de la muerte muchas veces pero muchas. Dice el Señor:
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” Juan 15:5
Comenzar una vida muy lejos de Dios, no fue fácil para mi, ni para mis hijos ni para mi familia. Aunque Dios mostraba cada vez su amor para conmigo, su misericordia, pero no sabía yo que él tenía propósitos para mi vida. Puedo entender en esta etapa de mi vida que la oración de mis padres, mi hermana y una iglesia que clamaba día a día, fueron trabajando y en un momento dado daría el fruto esperado; solo que hay que esperar pacientemente. En ese caminar no puedo dejar de mencionar como fui molestada sexualmente por un familiar siendo yo una jovencita. Eso me
afecto y tuve que luchar con mi mente contribuyendo mas a la preparación de los planes que un enemigo había trasado y que siempre fue así desde el principio. Tuve que callar y guardar ese secreto.
“ Y la serpiente era más astuta que cualquiera de los animales del campo que Dios había hecho,..” . Génesis 3:1
Pasaron muchas cosas que leerás en este escrito y como pude vivir una vida lejos de Dios y las consecuencias que hicieron de mi una persona inserbible para la sociedad y que solo perdería el tiempo buscando en la obscuridad lo que esta en la luz. En mi comienzo sin Dios pasaron muchas cosas y luego de convertirme a Cristo tuve que superarme de las concecuencias de mis decisiones y esas mismas fueron las que me ayudaron a crecer y madurar. Reconozco que causaron profundas heridas que tuve que superar con la ayuda de Dios y de las que puedo testificar con libertad para el beneficio de vidas que vivieron o están viviendo situaciones similares. Me gozo de ser parte de los milagros que Jesús ha hecho sobre esta tierra. Les cuento que en 1974 pensando, que esta sería una nueva oportunidad de rehacer mi vida, tuve una relación sin un buen resultado y que en realidad solo resulto en otro fracaso para mi lista. Un hombre que le gustaban todas las mujeres sin respetar la que ya tenía, otro motivo mas para endurecer mi corazón con fuerza; cerrando cada vez mas las puertas a Dios. La decisión de vivir a mi manera se fortalecía con cada caída. Así que mi segundo hijo Joel se crio sin su padre, el cual nos dejo antes de mi bebé cumplir dos años su padre se fue a Estados Unidos y nunca mas supimos de el. Volviendo a los sucesos antes de mi segunda conversión, pasaron unos años y sucedieron muchas cosas en los que trate de forjarme algunas metas. Una de ellas era lograr terminar la Escuela Superior, en lo cual en eso tuve éxito a duras penas además de tratar de encontrar el hombre de mi vida, trabajé en algunos lugares y uno de ellos fue en la Guardia Nacional de Puerto Rico. Estas personas se ofrecieron ayudarme a entrar cuando estuviera lista cosa que no hice. En realidad, eso fue el comienzo de un camino completamente distorsionado, por causa de mi rebeldía y de las malas decisiones como les mencione anteriormente. No tuve tiempo de pensar y hacer un alto para trazar lo que seria de mi en el futuro. No sabia hacer amistades solo buscaba completar lo que me faltaba y lo que yo realmente quería, tener una vida como las demás mujeres un hogar, hijos en fin una familia. Como consecuencia, esto provocaría en mí, muchas emociones como: la frustración en mi vida, la ira, el enojo, rebeldía y todo lo que conlleva una decisión donde Dios no esta presente. Muchas
expectativas que muchas veces nos forjamos ideales de las personas ponemos nuestra confianza o nuestra mirada de forma equivocada. La biblia nos advierte sobre eso: Quería hacerme daño, herirme a mi misma. Vivia obsesionada con tener un esposo y una familia feliz. vivia de placeres fracasados.
“Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.” Proverbios 3:5-6. ……… continuará