LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL DEL SIGLO XVIII LA TRANSFORMACION AGRARIA Al mismo tiempo que tiene lugar en Inglaterra la revolución industrial, se produce en el país una importante transformación agrícola que favorece, además, la industrialización. Vamos a ver en qué consisten estos cambios agrarios y cómo influyen sobre la industria. En Inglaterra existían las llamadas «tierras comunales». Se trataba de fincas grandes no pertenecientes a persona determinada, sino que eran propiedad de alguna comunidad: aldea, pueblo o ciudad cuyos vecinos se aprovechaban gratuitamente de ellas. Estas tierras comunales solían estar dedicadas a pastos o a bosques, y permitían vivir a los más menesterosos: cualquier habitante del pueblo podía llevar su ganado a pastar en la tierra comunal y, de la misma manera, cualquier vecino, también gratuitamente, podía recoger leña del bosque común, bien para su uso, bien para convertirla en carbón y venderla después. A mediados del siglo XVIII, esta situación cambió. El gobierno publicó una ley por la que se suprimían las «propiedades comunales». Así, estas tierras, que hasta entonces habían pertenecido a los pueblos, fueron sacadas a pública subasta y compradas por los más ricos: nobles u opulentos burgueses. El resultado, desde el punto de vista social y humano, fue desastroso: los campesinos pobres y los jornaleros sólo podían sobrevivir gracias a las «fincas comunales»; como ahora han desaparecido, no tienen más remedio, para no morir de hambre, que dejar el campo y trasladarse a la ciudad para trabajar como obreros en las nuevas fábricas que en esos momentos se estaban levantando. SITUACION DEL PROLETARIADO Acabamos de ver cómo al desaparecer las tierras comunales, muchos campesinos se trasladan a la ciudad. De esta manera, en las ciudades industriales se va acumulando una masa de personas en busca de trabajo. Esta abundancia de mano de obra es aprovechada por los dueños de las fábricas (los capitalistas industriales), que contratan a los obreros por salarios miserables. Así, la situación de estos trabajadores de fábricas es espantosa. El sueldo que reciben apenas les da para comer, visten de andrajos y habitan en inmundas chabolas a las afueras de la ciudad; están sometidos, además, a una jornada laboral agotadora que no baja de las 14 horas diarias. Para colmo, muchas veces los industriales, a fin de pagar todavía menos, lo que hacen es contratar a mujeres y niños. De esta forma la masa trabajadora se halla siempre hambrienta, y su vida media no suele superar los 40 años. Muchos matrimonios obreros no pueden alimentar a sus hijos y se ven obligados a abandonarlos en los orfelinatos. Estas instituciones se vieron tan sobrecargadas de niños, que comenzaron a venderlos a las fábricas, convirtiéndolos así en verdaderos esclavos que trabajaban sólo a cambio de la alimentación. Es todo ese mundo de miseria y de dolor que nos describe Dickens en su novela «Oliver Twist». EL LIBERALISMO ECONÓMICO Es la doctrina elaborada por la burguesía para justificar su enriquecimiento y la miseria de la clase trabajadora. Su principal representante es el economista Adam Smith que, en 1776, publicó su obra
titulada “Investigación sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones” En ella se defiende la teoría que el Estado debe mantenerse apartado de la economía del país, no debe fijar ni precios ni salarios, ni debe proteger a los obreros. Los empresarios pueden actuar con entera libertad y como mejor le parezca. La misión del Estado es simplemente la de policía: mantener el orden público pero sin intervenir para nada en los asuntos económicos. El lema del liberalismo fue “Dejar hacer, dejar pasar; el mundo va por sí mismo”. Naturalmente, al desentenderse el gobierno de las cuestiones sociales y económica al dejar a los obreros en manos de los empresarios que fijaban a su antojo los sueldos, la situación del proletariado fue empeorando continuamente, a medida que se desarrollaba la industrialización.
Revolución Industrial La Revolución Industrial fue un periodo histórico comprendido entre la segunda mitad del siglo XVIII y principios del siglo XX, en el que primero Gran Bretaña y más tarde Europa y Estados Unidos, sufrieron el mayor conjunto de transformaciones socioeconómicas, tecnológicas y culturales de la historia de la humanidad desde el neolítico.1 La Revolución Industrial marca un punto de inflexión en la historia, modificando e influenciando todos los aspectos de la vida cotidiana de alguna u otra manera. La producción tanto agrícola como de la naciente industria se multiplicó a la vez que disminuía el tiempo de producción. A partir de 1800 la riqueza y la renta per cápita se multiplicó como no lo había hecho nunca en la historia, 2 pues antes el PIB per cápita se había mantenido prácticamente estancado durante siglos. 3 En palabras del premio Nobel Robert Lucas : Por primera vez en la historia, el nivel de vida de las masas y la gente común experimentó un crecimiento sostenido (...) No hay nada remotamente parecido a este comportamiento de la economía en ningún momento del pasado4 A partir de este momento se inició una transición que acabaría con siglos de una mano de obra basada en el trabajo manual y el uso de la tracción animal siendo estos sustituídos por maquinaria para la fabricación industrial y el transporte de mercancías y pasajeros. Esta transición se inició a finales del siglo XVIII en la industria textil y la extracción y utilización de carbón. La expansión del comercio fue posible gracias al desarrollo de las comunicaciones con la construcción de vías férreas, canales o carreteras. El paso de una economía fundamentalmente agrícola a una economía industrial influyó sobremanera en la población, que experimentó un rápido crecimiento sobre todo en el ámbito urbano. La introducción de la máquina de vapor de James Watt en las distintas industrias fue el paso definitivo en el éxito de esta revolución, pues su uso significó un aumento espectacular de la capacidad de producción. Más tarde el desarrollo de los barcos y ferrocarriles a vapor así como el desarrollo en la segunda mitad del XIX del motor de combustión interna y la energía eléctrica supusieron un
progreso tecnológico sin precedentes.5 6 Como consecuencia del desarrollo industrial nacieron nuevos grupos o clases sociales encabezadas por el proletariado —los trabajadores industriales y campesinos pobres— y la burguesía, dueña de los medios de producción y poseedora de la mayor parte de la renta y el capital. Esta nueva división social dió pie al desarrollo de problemas sociales y laborales, revoluciones y nuevas ideologías que propugnaban y demandaban una mejora de las condiciones de vida de las clases populares como el sindicalismo, el socialismo, el anarquismo o el comunismo.7 Aún sigue habiendo discusión entre historiadores y economistas acerca del momento de principio y finalización del comienzo de la Revolución Industrial. Su comienzo más aceptado se puede situar a finales del siglo XVIII, mientras su final se puede situar en los comienzos del siglo XX, habiendo dos etapas, la Primera Revolución Industrial, hasta entre 1840 y 1870 y la Segunda Revolución Industrial, desde el periodo de 18401870 hasta principios del siglo XX, destacando como fecha más aceptada 1914, año del comienzo de la Primera Guerra Mundial. El historiador marxista Eric Hobsbawm, considerado pensador clave de la historia del siglo XX 8 sostenía que el estallido de la revolución ocurrió en la década de 1780, pero que sus efectos no se sentirían claramente hasta 1830 o 1840.9 En cambio el historiador económico inglés T.S. Ashton declaraba que la revolución tuvo sus comienzos entre 1760 y 1830.10 Algunos historiadores del siglo XX, como John Clapham y Nicholas Crafts argumentan que el proceso de cambio económico y social fue muy gradual, por lo que el término «revolución» resultaría inapropiado. Esta denominación sigue siendo un tema de debate entre historiadores y economistas Consecuencias La existencia de controles fronterizos más intensos evitaron la propagación de enfermedades y disminuyó la propagación de epidemias como las ocurridas en tiempos anteriores. La revolución agrícola británica hizo además más eficiente la producción de alimentos con una menor aportación del factor trabajo, alentando a la población que no podía encontrar trabajos agrícolas a buscar empleos relacionados con la industria y, por ende, originando un movimiento migratorio desde el campo a las ciudades así como un nuevo desarrollo en las fábricas. La expansión colonial del siglo XVII acompañada del desarrollo del comercio internacional, la creación de mercados financieros y la acumulación de capital son considerados factores influyentes, como también lo fue la revolución científica del siglo XVII. Se puede decir que se produjo en Inglaterra por su desarrollo económico. La presencia de un mayor mercado doméstico debería también ser considerada como un catalizador de la Revolución industrial, explicando particularmente por qué ocurrió en el Reino Unido. La invención de la máquina de vapor fue una de las más importantes innovaciones de la Revolución industrial. Hizo posible mejoramientos en el trabajo del metal basado en el uso de coque en vez de carbón vegetal. En el siglo XVIII la industria textil aprovechó el poder del agua para el funcionamiento de algunas máquinas. Estas industrias se convirtieron en el modelo de organización del trabajo humano en las fábricas. Además de la innovación de la maquinaria, la cadena de montaje (fordismo) contribuyó mucho en la eficiencia de las fábricas. • Revolución agrícola: aumento progresivo de la producción gracias a la inversión de los propietarios en nuevas técnicas y sistemas de cultivo, además de la mejora del uso de fertilizantes. • El desarrollo del capital comercial: Las máquinas se aplicaron a los transportes y a la comunicación iniciando una enorme transformación. Ahora las relaciones
entre patronos y trabajadores son únicamente laborales y con el fin de obtener beneficios. • Cambios demográfico-sociales: la modernización de la agricultura permitió un crecimiento demográfico debido a la mejora de la alimentación. También hubo adelantos en la medicina y en la higiene, de ahí que creciera la población. También hubo una migración del campo a la ciudad porque la ocupación en labores agrícolas disminuyó mientras crecía la demanda de trabajo en las ciudades. El comercio internacional Economía industrial Sin embargo, y a pesar de todos los factores anteriores, la Revolución industrial no hubiese podido prosperar sin el concurso y el desarrollo de los transportes, que llevarán las mercancías producidas en la fábrica hasta los mercados donde se consumían. Estos nuevos transportes se hacen necesarios no sólo en el comercio interior, sino también en el comercio internacional, ya que en esta época se crean los grandes mercados nacionales e internacionales. El comercio internacional se liberaliza, sobre todo tras el Tratado de Utrecht (1713) que liberaliza las relaciones comerciales de Inglaterra, y otros países europeos, con la América española. Se termina con las compañías privilegiadas y con el proteccionismo económico; y se aboga por una política imperialista y la eliminación de los privilegios gremiales. Además, se desamortizan las tierras eclesiásticas, señoriales y comunales, para poner en el mercado nuevas tierras y crear un nuevo concepto de propiedad. La Revolución industrial generó también un ensanchamiento de los mercados extranjeros y una nueva división internacional del trabajo (DIT). Los nuevos mercados se conquistaron mediante el abaratamiento de los productos hechos con la máquina, por los nuevos sistemas de transporte y la apertura de vías de comunicación, así como también, mediante una política expansionista. El Reino Unido fue el primero que llevó a cabo toda una serie de transformaciones que la colocaron a la cabeza de todos los países del mundo. Los cambios en la agricultura, en la población, en los transportes, en la tecnología y en las industrias, favorecieron un desarrollo industrial. La industria textil algodonera fue el sector líder de la industrialización y la base de la acumulación de capital que abrirá paso, en una segunda fase, a la siderurgia y al ferrocarril. A mediados del siglo XVIII, la industria británica tenía sólidas bases y con una doble expansión: las industrias de bienes de producción y de bienes de consumo. Incluso se estimuló el crecimiento de la minería del carbón y de la siderurgia con la construcción del ferrocarril. Así, en Gran Bretaña se desarrolló de pleno el capitalismo industrial, lo que explica su supremacía industrial hasta 1870 aproximadamente, como también financiera y comercial desde mediados de siglo XVIII hasta la Primera Guerra Mundial (1914). En el resto de Europa y en otras regiones como América del Norte o Japón, la industrialización fue muy posterior y siguió pautas diferentes a la británica. Unos países tuvieron la industrialización entre 1850 y 1914: Francia, Alemania y Bélgica. En 1850 apenas existe la fábrica moderna en Europa continental, sólo en Bélgica hay un proceso de revolución seguido al del Reino Unido. En la segunda mitad del siglo XIX se fortalece en Turingia y Sajonia la industrialización de Alemania. Otros países siguieron un modelo de industrialización diferente y muy tardía: Italia, Imperio austrohúngaro, España o Rusia. La industrialización de éstos se inició tímidamente en las últimas décadas del siglo XIX, para terminar mucho después de 1914. Véanse también: Segunda revolución industrial y Tercera revolución industrial.
Etapas de la Revolución industrial La Revolución industrial estuvo dividida en dos etapas: la primera del año 1750 hasta 1840, y la segunda de 1880 hasta 1914. Todos estos cambios trajeron consigo consecuencias tales como: 1. Demográficas: Traspaso de la población del campo a la ciudad (éxodo rural) — Migraciones internacionales — Crecimiento sostenido de la población — Grandes diferencias entre los pueblos — Independencia económica 2. Económicas: Producción en serie — Desarrollo del capitalismo — Aparición de las grandes empresas (Sistema fabril) — Intercambios desiguales 3. Sociales: Nace el proletariado — Nace la Cuestión social 4. Ambientales: Deterioro del ambiente y degradación del paisaje — Explotación irracional de la tierra.
La locomotora de vapor fue un modo de transporte surgido durante la Revolución Industrial. A mediados del siglo XIX, en Inglaterra se realizaron una serie de transformaciones que hoy conocemos como Revolución industrial dentro de las cuales las más relevantes fueron: • La aplicación de la ciencia y tecnología permitió el invento de máquinas que mejoraban los procesos productivos. • La despersonalización de las relaciones de trabajo: se pasa desde el taller familiar a la fábrica. • El uso de nuevas fuentes energéticas, como el carbón y el vapor. • La revolución en el transporte: ferrocarriles y barco de vapor. • El surgimiento del proletariado urbano. La industrialización que se originó en Inglaterra y luego se extendió por toda Europa no sólo tuvo un gran impacto económico, sino que además generó enormes transformaciones sociales. Proletariado urbano. Como consecuencia de la revolución agrícola y demográfica, se produjo un éxodo masivo de campesinos hacia las ciudades; el antiguo agricultor se convirtió en obrero industrial. La ciudad industrial aumentó su población como consecuencia del crecimiento natural de sus habitantes y por el arribo de este nuevo contingente humano. La carencia de habitaciones fue el primer problema que sufrió esta población socialmente marginada; debía vivir en espacios reducidos sin comodidades mínimas y carentes de higiene. A ello se sumaban jornadas de trabajo, que llegaban a más de catorce horas diarias, en las que participaban hombres, mujeres y niños con salarios miserables, y carentes de protección legal frente a la arbitrariedad de los dueños
de las fábricas o centros de producción. Este conjunto de males que afectaba al proletariado urbano se llamó la Cuestión social, haciendo alusión a las insuficiencias materiales y espirituales que les afectaban. Burguesía industrial. Como contraste al proletariado industrial, se fortaleció el poder económico y social de los grandes empresarios, afianzando de este modo el sistema económico capitalista, caracterizado por la propiedad privada de los medios de producción y la regulación de los precios por el mercado, de acuerdo con la oferta y la demanda. En este escenario, la burguesía desplaza definitivamente a la aristocracia terrateniente y su situación de privilegio social se basó fundamentalmente en la fortuna y no en el origen o la sangre. Avalados por una doctrina que defendía la libertad económica,los empresarios obtenían grandes riquezas, no sólo vendiendo y compitiendo, sino que además pagando bajos salarios por la fuerza de trabajo aportada por los obreros. Las propuestas para solucionar el problema social. Frente a la situación de pobreza y precariedad de los obreros, surgieron críticas y fórmulas para tratar de darles solución; por ejemplo, los socialistas utópicos, que aspiraban a crear una sociedad ideal, justa y libre de todo tipo de problemas sociales (para algunos, el comunismo). Otra propuesta fue el socialismo científico de Karl Marx, que proponía la revolución proletaria y la abolición de la propiedad privada (marxismo); también la Iglesia católica, a través del Papa León XIII, dio a conocer la Encíclica Rerum Novarum (1891), primera encíclica social de la historia, la cual condenaba los abusos y exigía a los estados la obligación de proteger a lo más débiles. A continuación, un fragmento de dicha encíclica: « (...) Si el obrero presta a otros sus fuerzas a su industria, las presta con el fin de alcanzar lo necesario para vivir y sustentarse y por todo esto con el trabajo que de su parte pone, adquiere el derecho verdadero y perfecto, no solo para exigir un salario, sino para hacer de este el uso que quisiere (...) » Estos elementos fueron decisivos para el surgimiento de los movimientos reivindicativos de los derechos de los trabajadores. Durante el siglo XX en medio de los procesos de democratización, el movimiento obrero lograba que se reconocieran los derechos de los trabajadores y su integración a la participación social. Otros ejemplos de tendencias que buscaron soluciones fueron los nacionalismos, así como también los fascismos en los cuales se consideraban a los obreros y trabajadores como una parte fundamental en el desarrollo productivo de la nación, por lo que debían ser protegidos por el Estado. Gran Bretaña como centro Industrial La Primera Revolución Industrial comenzó en Gran Bretaña. Las causas de que fuese el país pionero en la industrialización fueron tener una nueva mentalidad liberal económica en la cual se difundió el liberalismo económico y permitió desarrollar un mercado más amplio. Otro factor fue poseer numerosos yacimientos de hierro, usado para construir la maquinaria y las herramientas y la red de ferrocarriles y contar con abundantes cuencas carboníferas que producían carbón mineral, alimento para la maquinaria. A mediados del Siglo XIX empezaron a cobrar importancia países como Alemania y Estados Unidos, centros industriales de la Segunda Revolución Industrial y otros próximos a Gran Bretaña: Francia, Bélgica y Rusia. Principios fundamentales de la industria Uno de los principios fundamentales de la industria moderna es que nunca considera a los procesos de producción como definitivos o acabados. Su base técnico-científica es revolucionaria, generando así el problema de la obsolescencia tecnológica en períodos
cada vez más breves. Desde esta perspectiva puede afirmarse que todas las formas de producción anteriores a la industria moderna (artesanía y manufactura) fueron esencialmente conservadoras, al trasmitirse los conocimientos de generación en generación sin apenas cambios. Sin embargo, esta característica de obsolescencia e innovación no se circunscribe a la ciencia y la tecnología, sino debe ampliarse a toda la estructura económica de las sociedades modernas. En este contexto la innovación es, por definición, negación, destrucción, cambio, la transformación es la esencia permanente de la modernidad. Principios fundamentales de la industria moderna es que nunca considera a los procesos de producción como definitivos o acabados.[cita requerida] El desarrollo de nuevas tecnologías, como ciencias aplicadas, en un receptivo clima social, es el momento y el sitio para una revolución industrial de innovaciones en cadena, como un proceso acumulativo de tecnología, que crea bienes y servicios, mejorando el nivel y la calidad de vida. Son básicos un capitalismo incipiente, un sistema educativo y espíritu emprendedor. La no adecuación o correspondencia entre unos y otros crea desequilibrios o injusticias. Parece ser que este desequilibrio en los procesos de industrialización, siempre socialmente muy inestables, es en la práctica inevitable, pero mensurable para poder construir modelos mejorados.[cita requerida] Impacto y consecuencias de la Revolución Industrial • Despegue económico y técnico de Occidente: aparición y extensión del industrialismo o capitalismo industrial. • Transformaciones sociales (Revolución burguesa): complejidad creciente de las sociedades abiertas de clases. Véase también • Industrialización • Ludismo • Segunda Revolución Industrial • Tercera revolución industrial • Teoría de Olduvai Referencias 1. Ir a ↑ McCloskey, Deidre (2004). Roderick Floud y Paul Johnson. ed. Review of The Cambridge Economic History of Modern Britain. Times Higher Education Supplement,. 2. Ir a ↑ Lucas, Robert E. (2003). The Industrial Revolution Past and Future. 3. Ir a ↑ Lucas, Robert E. (2003). The Industrial Revolution. Federal Reserve Bank of Minneapolis. pp. it is fairly clear that up to 1800 or maybe 1750, no society had experienced sustained growth in per capita income. (Eighteenth century population growth also averaged one-third of 1 percent, the same as production growth.) That is, up to about two centuries ago, per capita incomes in all societies were stagnated at around $400 to $800 per year. 4. Ir a ↑ Lucas, Robert E. (2002). Lectures on Economic Growth. Cambridge: Harvard University Press. pp. 109-110. ISBN ISBN 978-0-67401601-9. 5. Ir a ↑ Taylor, George Rogers. The Transportation Revolution, 1815– 1860. ISBN ISBN 978-0-87332-101-3. 6. Ir a ↑ Roe, Joseph Wickham (1916). McGraw-Hill en Londres y Nueva York (1926). ed. English and American Tool Builders. New Haven, Connecticut: Yale University Press. ISBN ISBN 978-0-917914-73-7.
Ir a ↑ «Karl Marx: Communist as Religious Eschatologist» (en inglés). Consultado el 7 de octubre de 2013. 8. Ir a ↑ Oppenheimer, Walter. «Muere Eric Hobsbawm, pensador marxista clave del siglo XX», El País, 2012. Consultado el 7 de octubre de 2013. 9. Ir a ↑ Hobsbawm, Eric. The Age of Revolution: Europe 1789–1848. Weidenfeld & Nicolson Ltd. ISBN ISBN 0-349-10484-0. 10. Ir a ↑ Inikori, Joseph E.. Africans and the Industrial Revolution in England. Cambridge: University Press. ISBN ISBN 0-521-01079-9. 11. Ir a ↑ Berg, Hudson, Maxine, Pat (1992). Rehabilitating the Industrial Revolution. The Economic History Review (The Economic History Review, Vol. 45, No. 1). pp. 45, 24-50. 12. Ir a ↑ Julie Lorenzen (2006). «Rehabilitating the Industrial Revolution» (en inglés). Central Michigan University. Consultado el 7 de octubre de 2013. Bibliografía 7.