2010
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO HISTORIA DE NUESTRA HONORABLE UNIVERSIDAD.
1. ORÍGENES DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO 1.1.
ANTECEDENTES
En América se creó la primera universidad en la Nueva España, después de aproximadamente treinta años de la conquista del gran pueblo de Tenochtitlán, como era mencionado por Pilar Gonzalbo Aizpuru:
Treinta años después de la conquista de Tenochtitlán se erigía la primera universidad del continente americano en la capital de la Nueva España.1
La Real y Pontificia Universidad de México es una de las más antiguas universidades fundadas en el Continente Americano y la más antigua de México. Las primeras Instituciones educativas de nivel superior en tiempos del Virreinato de la Nueva España eran los seminarios, instituciones con las que contaban las principales ciudades del reino y donde se preparaba a los sacerdotes. Fray Juan de Zumárraga y el virrey don Antonio de Mendoza iniciaron las gestiones para la fundación de la primera universidad en la Nueva España. Las intenciones de Fray Juan de Zumárraga que le fueron entregadas al rey de España fueron, según palabras de Zumárraga, "para educar a los recién convertidos", meta que no se cumplió debido a que la educación en esta universidad se centró a las clases privilegiadas de la colonia y perseguía la educación de los criollos, creando con esto un nuevo motivo de distanciamiento entre criollos y españoles. Zumárraga en 1540 dio instrucciones para que se le pidiere al rey que "mande en todo caso establecer y fundar en esta gran ciudad de México, una Universidad en que se lean todas las facultades que se suelen leer y enseñar en las otras universidades, y sobre todo Artes y Teología pues de ello hay más necesidad". Por su parte, el virrey Antonio de Mendoza hizo gestiones ante la corona en el mismo sentido, para que tanto los indios como los hijos de españoles recibieran instrucción superior. Como respuesta a esas demandas, el 21 de septiembre de 1551, Felipe II expidió en Toro la Cédula Real que disponía fundar "Estudio y Universidad", con los privilegios, franquicias y libertades de que gozaba la Universidad de Salamanca, España. No obstante, a profesores y estudiantes de la universidad mexicana se les negó el fuero de que gozaban los miembros de las universidades españolas. De acuerdo con el notario Esteban de Portillo, "el año de cincuenta y tres a tres de junio se hizo el inicio (sic) de las escuelas de esta 1
Gonzalbo Aizpuru, Pilar, Historia de la Educación en la época colonial, p. 43
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ciudad (sic), el cual hizo el licenciado Cervantes de Salazar en presencia del ilustrísimo virrey don Luis de Velasco y de la Real Audiencia". Era mayor el auge que tenían las universidades en ese momento en España por la creación de la humanística, en una batalla con el temor de la evolución y revuelo que había causado la heterodoxia; vivieron su consolidación al mismo tiempo que vivían su pérdida de libertades y tomaban gran influencia en los ámbitos políticos pero sumisión ante el absolutismo real que se presentaba en esos momentos, así como dice Pilar Gonzalbo en su libro:
Se encontraban entonces las universidades en pleno auge de la apertura humanística, en pugna con el temor a los avances de la heterodoxia; vivían su fase de consolidación institucional a la vez que sufrían la pérdida de sus libertades; ejercían notable influencia de los medios políticos, pero a cambio debían manifestar sumisión hacia el creciente absolutismo real.2
La universidad de la Nueva España, después de un tiempo logró tomar su propia personalidad con algunos errores y algunos aciertos, pero nunca dejando de cumplir con los fines de su fundación. Aunque estos ideales decayeron en un atraso en ciencia y cultura varios siglos después, durante el siglo XVI eran muy bien aceptadas por la clase influyente en la sociedad. […] En el transcurso del tiempo se introdujeron innovaciones y se modificaron algunas reglas […], de modo que al final de la época virreinal la universidad mexicana era un organismo con personalidad propia, con graves defectos y con importantes aciertos, con su propia y peculiar tradición y con el orgullo de haber cumplido con los fines implícitos en su fundación[…] Es claro que estas ideas se criticaron varios siglos después y también se consideraron causantes del atraso de la ciencia y de la cultura locales, pero en el siglo XVI eran aceptadas y compartidas por clérigos y laicos, políticos, comerciantes, estudiosos, propietarios y burócratas, es decir, por todos los integrantes del grupo más influyente en la sociedad novohispana. 3
La universidad de México se logró integrar a la vida de la ciudad logrando hacer cosas que no había podido hacer antes, claro que esto le trajo algunas consecuencias al termino de la colonia, pero cumplido el cometido dado: La universidad de México, como corporación de maestros y alumnos, se integró a la vida de la ciudad, estuvo presente en las manifestaciones de duelo o regocijo colectivos, organizó festejos, compartió la creencia en los milagros y el temor a las fuerzas de la naturaleza, los prejuicios contra cualquier sospecha de herejía y la tolerancia hacia las manifestaciones de corrupción administrativa. […] cuando finalizaba la época colonial se acumularon acusaciones contra las escuelas y sus facultades, pero para entonces ya habían cumplido su cometido como orientadoras de la sociedad y firma durante los grupos dirigentes. 4
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Ibíd., p. 43 Ibíd., p. 44 4 Ibíd., pp. 44,45 3
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Después de un cuarto de siglo de la creación de las universidades en América, al cual se le atribuye el mayor impulso en el estudio general de la Ciudad de México, se marcó una gran diferencia entre las dos universidades de América con mayor importancia, la de Lima y la de México. Y desde un inicio, la universidad mexicana mantuvo su autonomía, tal como lo afirma Pilar Gonzalbo: […] el cuarto de siglo transcurrido desde la erección formal de las escuelas correspondió a los años de mayor impulso creador en el estudio general de la Ciudad de México, lo que marcó algunas diferencias entre las dos universidades americanas de mayor importancia. Igualmente unidos a las órdenes regulares estuvieron otros estudios de varias ciudades americanas. La universidad de México fue la única que desde su origen se mantuvo al margen de intromisión de los religiosos y guardó celosamente su autonomía. 5
1.2.
MARCO SOCIAL DE LA ÉPOCA
El esquema social de la Nueva España tuvo cambios fuertes durante el s. XVI, por tal se pensó en proporcionar una nueva educación adecuada. Con la estancia de conquistadores cristianos se pensó que era mucho mejor introducir sus creencias a los vencidos, lo cual trajo cambios hasta en su cultura. Obteniendo así, que el primer tipo de educación en la Nueva España fue la evangelización. Tal como lo afirma Gonzalbo:
El esquema de la población novohispana se complicó aceleradamente a lo largo del siglo XVI. Para una nueva sociedad se requerían nuevas instituciones y para lograr la adaptación de los individuos que la componían se pensó en proporcionar una educación adecuada. En los primeros momentos, el problema educativo se presentaba como algo muy simple: había conquistadores cristianos y nativos idólatras; la solución era incorporar a los vencidos a la religión de los vencedores, con lo que no sólo se le proporcionaría un nuevo cuerpo de creencias sino también nuevas formas de comportamiento dentro de un indiferente marco cultural. Por ello la primera forma de educación fue la evangelización. 6
De cuatro órdenes permitidas en la Nueva España, los dominicos, eran los más ligados con la vida universitaria. Se recibían a criollos y españoles, a los cuales se les dio por algún tiempo gramática latina. Como lo dice Gonzalbo Aizpuru:
De las cuatro órdenes regulares autorizadas en la Nueva España […] la más estrechamente ligada con la vida universitaria era la de Santo Domingo, que también fue la primera en obtener autorización para los estudios generales de sus conventos americanos. […] En sus clases se recibían también españoles y criollos ajenos a la orden y aun al estado eclesiástico. Hay constancia de que durante algún tiempo enseñó gramática latina el bachiller del clero secular Blas de Bustamante […] materia correspondiente a la facultad de Artes. 7
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Ibíd., pp. 56,57 Ibíd., p. 57 7 Ibíd., p. 58 6
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La universidad nunca tuvo vínculo con el colegio de Tlatelolco, aunque existió alguna relación implícita plenamente de los fundadores. Tal como lo afirma Pilar Gonzalbo:
En la práctica, ningún vínculo llegó a la universidad con el colegio de Tlatelolco, pero es indudable que existió una relación implícita en la mente de los fundadores de ambas instituciones. Destinadas ambas otros estudios superiores, en las cédulas reales sobre la confusión de lo concedido a una y a otra. […] en consecuencia, demostraba su habilidad, no tenía sentido mantenimiento de dos instituciones paralelas y separadas; la solución justa y práctica parecía ser abrir la universidad a españoles e indios y cancelar en Santa Cruz los estudios mayores.8
Zumárraga, aprovechó el apoyo que se le dio, introdujo la imprenta, para poder mandar libros y designó a un maestro de gramática. Esto trajo un gran avance a la cultura novohispana. Colegios, imprenta y clases fueron pasos muy importantes para la educación.
[…] el obispo fray Juan de Zumárraga aprovechó las oportunidades que se le ofrecieron de promover la vida cultural de sus diócesis: gestionó la introducción del imprenta, envió libros destinados a las bibliotecas del convento de San Francisco y de la catedral, y designó a un maestro de gramática, que se trasladó inmediatamente a la Nueva España, para suplir el retraso del maestrescuela designó anteriormente. El bachiller Gonzalo Vázquez Valverde, como maestro de latina, debía enseñar a los hijos de los españoles y de los naturales, pero especialmente a los seis niños cantores de la catedral. Era, sin duda, con momento favorable a la cultura de la colonia, […] Los colegios, la imprenta y las clases de gramática eran pasos importantes para propiciar la formación intelectual de los novohispanos, pero la culminación de tales esfuerzos debía ser la creación de la universidad. 9
De las clases otorgadas de latín no satisfacían del todo a la población, por lo que se les escribió una carta a la corte española donde se le sugería la enseñanza de toda ciencia para que sus hijos pudieran salir con una mayor capacidad intelectual. En éste documento se puede observar la preocupación de los padres por el futuro económico y social de sus hijos. Eso lo afirma Pilar Gonzalbo: Las clases de latín no satisfacían en absoluto las aspiraciones de los vecinos de la ciudad, que insistieron en sus peticiones por medio de los procuradores que llevaron varios asuntos a la corte española. Entre otras cosas se le recomendaba: [..] sea servido de ser merced a esta ciudad de nueva España de que haya en esta dicha ciudad universidad de estudio de todas ciencias, porque los hijos de los españoles e los naturales las aprendan e se ocupen en toda virtud e buenos ejercicios, e salgan e hacia letrados de todas facultades, mejor voluntad vuelven de permanecer en la tierra…
El documento pone de relieve las preocupaciones fundamentales de sus redactores. En primer lugar la cuestión económica, nos sólo como responsabilidad colectiva de la ciudad sino como problemas de los pobladores, cuyos 8 9
Ibíd., p. 59 Ibíd., p. 60
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hijos dependían más del rango que adquiriesen por méritos académicos que del que pudieran heredar con la fortuna paterna, y también como manifestación de la incapacidad de las autoridades para disponer de rentas recaudadas como diezmos o tributos.10
1.3.
CARACTERÍSTICAS DE LA UNIVERSIDAD
La universidad inauguró sus cursos el 25 de enero de 1553, siendo virrey don Luis de Velasco. La denominación de "pontificia" se adquirió a través de una bula del Papa Clemente VIII. Esta bula se pierde en 1595 y hasta el siglo XVII no se volvió a expedir, también copia, en un principio, de la Universidad de Salamanca en España los estatutos, de la Universidad de Bolonia en Italia lo administrativo y de la Universidad de París en Francia lo educativo en cuanto a la "división de los estudios". Sigue una metodología didáctica tradicional (medieval-escolástica). Existía la figura del rector que, para su elección, participaban todos los alumnos. El rector era aquel encargado de intervenir en pleitos y reclamaciones. Sin embargo dentro de la ley de indias se establecía que la máxima autoridad era el rey ("árbitro supremo"). En un principio esta universidad contó con pocos estudiantes. El prestigio de sus egresados era muy grande. Los egresados eran religiosos, profesionales y académicos de la teología, derecho y medicina. El saber estaba agrupado para su estudio según el medievo: en trivium (gramática, retórica y lógica) y en quadrivium (aritmética, geometría, música y astronomía). El idioma de estudio fue el latín. Debido a la denominación de "pontificia", para que se pudieran otorgar los grados académicos, era necesario que el magister scholarum asistiera a otorgarlos en nombre del Papa. Los estudiantes gozaban de ciertos privilegios ante el gobierno colonial, tales como el no pagar impuestos o diezmos. Sin embargo se dice que la colegiatura era muy cara. Un joven podría entrar a la universidad desde los 14 años de edad. Se cuenta que existían muchas leyes de etiqueta y protocolos para las ceremonias académicas. Esta educación era enfocada a los hombres debido a que la educación femenina se consideraba que no necesitaba de grandes conocimientos, motivo por el cual fue destinada a los conventos y orfanatos en la colonia.
Los grados que se otorgaban eran: Bachiller Licenciado Doctor
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Ibíd., pp. 62,63
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Era el "rector de las escuelas" el también miembro de la Audiencia Antonio Rodríguez de Quezada. El lunes 5 del mismo mes, el dominico fray Pedro de la Peña empezó a dictar la cátedra de prima de teología, de siete a ocho de la mañana. De ocho a nueve leyó fray Alonso de la Veracruz la cátedra de Biblia. Juan García, "catedrático de artes, empezó a leer la lógica de Soto"; el "licenciado Morones" hizo lo propio con decretales; el doctor Melgarejo, decreto; Blas de Bustamante, gramática; el 2 de julio, el licenciado Frías inició la lectura de instituta y diez días después Cervantes de Salazar dio principio a la cátedra de retórica. El 21 de julio, en las casas de la Audiencia, en presencia del virrey y los oidores, se dio por incorporados al citado Alonso de la Veracruz "y se declaró por el más antiguo en la dicha facultad" (de teología); a De la Peña, "bachiller, licenciado y maestro en Artes"; y a Joan o Juan Negrete, maestro en artes, "atento que es maestro en la dicha facultad de la Universidad de París". Álvaro Tremiño, "maestre escuela de la Santa Iglesia (sic), por la facultad real que para ello tiene, dio los grados en forma a los señores dichos poniendo sobre sus cabezas un bonete con dos borlas de seda blanca y azul". En esa reunión, en la que se eligió rector a Negrete, las autoridades emitieron las disposiciones necesarias para formalizar, a partir del 5 de julio, la incorporación de catedráticos, antigüedad, jubilación, perpetuidad y movilidad, así como el sueldo del bedel Juan Pérez, a quien hoy se llamaría prefecto. Las escuelas o facultades eran teología, derecho, artes y medicina. El financiamiento de la Universidad provenía del alquiler de inmuebles y de la explotación de extensiones agrícolas, que eran cultivadas por indios sometidos obligatoriamente a ese trabajo.
1.4.
REALES CÉDULAS FUNDACIONALES
En 1551, el príncipe regente firma tres documentos, el primero para hacer efectiva la donación anual destinado al sostén del estudio, la segunda para ordenar la elección formal de las escuelas y la tercera dando a conocer las razones para aprobar las fundación. Esto alentó a autoridades para realizar de inmediato la fundación, sin embargo, tardó cerca de un año en iniciar labores la universidad de México. Tal como lo menciona Gonzalbo Aizpuru:
En la ciudad de toro, el día 21 de septiembre de 1551, el príncipe regente firma tres documentos complementarios: una real cédula dirigida a los oficiales de la Real Hacienda de la Nueva España, para que hicieran efectiva la donación anual que se destinaba al sostenimiento de los estudios; otra destinada al virrey don Luis de Velasco, ordenándole la erección formal de las escuelas; y una provisión por la que expone las razones que le han impulsado a aprobar las fundación. […]
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El contenido de las cédulas reales alentaba a las autoridades a realizar de inmediato la fundación. Sin embargo, y pese al interés manifestado reiteradamente por los novohispanos, la universidad de México otorgó más de un año en iniciar sus labores. Varias circunstancias debieron de contribuir al relativo retraso […] 11
1.5.
LA INAUGURACIÓN DE LAS ESCUELAS
Se celebró una ceremonia el 25 de enero de 1553, donde don Luis de Velasco después de la misa, hizo una procesión hasta el lugar designado para la ubicación de la universidad, con el deseo de hacer partícipe a la población del acontecimiento. El acto inaugural se dio hasta el 3 de junio, con la presencia del virrey acompañado de vario personajes importantes, tomando la palabra Francisco Cervantes de Salazar para dar un discurso a toda la comunidad ahí presente. La primer clase dada fue la de prima de teología y en días sucesivos decreto, cánones, artes y gramática. Lo que reafirma Pilar Gonzalbo en su obra:
El 25 de enero de 1553 se celebró la solemne ceremonia de apertura de las escuelas reales. El virrey don Luis de Velasco presidió el vistoso cortejo que, después de la misa solemne, salió en procesión hacia el edificio destinado a la universidad. La importancia y publicidad que se dio al acto correspondían a la trascendencia real de la nueva fundación y al deseo de hacer partícipe a la población en general del acontecimiento que se interpretaba como beneficio público. […] […] el acto inaugural académicos se realizó en el momento en que se establecieron las cátedras, el sábado 3 de junio del mismo año. El virrey, como máxima autoridad, estuvo acompañado por los maestros que constituirían el claustro […]. También estuvieron presentes los futuros estudiantes algunos representantes de las órdenes regulares establecidas en el virreinato. Francisco Cervantes de Salazar, maestro y catedrático de retórica, tomó la palabra para exponer en un brillante discurso latino las ventajas que a todos los ciudadanos le soportaría la existencia de una universidad, […]. La primera clase fue la de prima de teología, que leyó fray Pedro de la Peña, prior de Santo Domingo, […]. En días sucesivos comenzaron sus clases del licenciado Pedro Morones en cánones, el doctor Bartolomé de Melgarejo en decreto, el canónigo Juan García en artes y el bachiller Blas de Bustamante en gramática. 12
La relación entre la vida académica, religiosa y civil, se puede considerar a partir de la ayuda dada por autoridades civiles y eclesiásticas a la universidad. Y como el pensamiento criollo era diferente que el que se tenía en esos momentos en la ciudad, tenía que ser diferente su educación. Lo cual afirma Gonzalbo: […] La colaboración de autoridades civiles y eclesiásticas durante los primeros meses de vida universitaria y la intervención de las órdenes religiosas, los canónigos indignidades catedralicias, puede considerarse simbólica de la profunda en la sesión que ha existido siempre dentro de la vida académica, la religiosa y civil. […] En un definitiva, no 11 12
Ibíd., pp. 65,66 Ibíd., pp. 68,69
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se puede perder de vista que lidera el humano criollo era diferente del que prevalecía en la península y, por tanto, también tenía que ser diferente del tipo educación que se impartiese.13
Durante el tiempo del Virreinato, la Universidad Pontificia fue el Centro Superior de Cultura, institución donde estudiaron algunos de los personajes más distinguidos que diera la Nueva España. El edificio que ocupó por primera vez la Real y Pontificia Universidad de México, se localiza en el Centro Histórico de la Ciudad de México, en la actual calle de Moneda, frente a la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México. Poco tiempo después el Papa Paulo IV confirma a la Universidad como Pontificia, concediéndole gozar de los privilegios de la Universidad de Salamanca (1555). Dicha Universidad conservó este nombre hasta el año de la Independencia (1821), después del cual se llamó "Pontificia y Nacional Universidad de México". En las postrimerías del siglo XVIII se crearon otras instituciones de educación superior, con funciones semejantes a las de la Real y Pontificia Universidad de México, entre las se pueden citar la Real Escuela de Cirugía, que fue fundada en 1778, el Real Colegio de Minería, en 1792 y dos años más tarde la Academia de San Carlos de Bellas Artes. Durante la época Novohispana, en esta Institución se formaron los hombres más notables de la Iglesia y de la Sociedad. Durante el periodo de la Independencia, 1810-21, la Pontificia y Nacional Universidad de México comenzó a declinar y no tuvo ya presencia significativa en estos acontecimientos. Después de una serie de clausuras y reaperturas condicionadas por las circunstancias políticas del país, se diluyó hacia 1867 Once años después de iniciada la etapa independiente de México, el Vicepresidente Valentín Gómez Farías clausura la Universidad en 1833. Fue cerrada en los años de 1833, 1857, 1861 y definitivamente en 1865. No fue bien vista por los liberales, que la hacían ejemplo del retroceso. El emperador Maximiliano la reabrió para luego clausurarla. Al desaparecer la Universidad, quedaron establecimientos para el estudio de la medicina, la ingeniería, la teneduría de libros, la arquitectura y la jurisprudencia, a los que se sumó más adelante la Escuela de Agricultura. A partir de este punto, podemos hacer mención de que dos instituciones educativas toman parte de la tradición de la Real y Pontificia Universidad de México, la primera será la Universidad Pontificia de México, y la segunda la Universidad Nacional Autónoma de México.
1.6.
UNIVERSIDAD PONTIFICIA DE MÉXICO
Por gestiones del Arzobispo de México, D. Próspero María Alarcón Sánchez de la Barquera, la Sede Apostólica erigió en 1895 la Pontificia Universidad Mexicana, en reemplazo de la antigua. Su lema In Ardua Nitor expresaba bien las continuas y graves dificultades que iba a tener que afrontar, hasta que en 1932 tuvo que cerrar sus puertas, debido a los sucesos nacionales 13
Ibíd., p. 70
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Vueltas las aguas a la tranquilidad, el arzobispo de México Cardenal Miguel Darío Miranda, será quien se empeñe en hacer resurgir la Universidad, para lo cual fundó en 1967 como preparación el Instituto Superior de Estudios Eclesiásticos (ISEE). La Congregación para la Educación Católica había puesto como condiciones para la instauración, que la nueva Universidad tuviera carácter nacional y estuviera bajo el cuidado inmediato del Episcopado Mexicano. Por estas razones, la XXV Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano (Abril de 1980) acordó por unanimidad solicitar la autorización para fundar de inmediato en México una Facultad de Teología, y encargó de los trámites a una Comisión transitoria, presidida por Mons. Javier Lozano Barragán. En 1981 la CEM solicitó formalmente la reapertura de la Universidad Pontificia de México, para continuar con la tradición universitaria de la Iglesia Mexicana. Finalmente el 29 de Junio de 1982 se aprueban los Estatutos (Prot. N. 977/81/17) y se erige canónicamente la Facultad Teológica Mexicana, como primer paso para constituir la UPM, en un acto celebrado en la Basílica de N. S. de Guadalupe, presidido por el Cardenal Sebastiano Baggio como Delegado Pontificio. En el correspondiente acto académico, el Secretario de la Congregación para la Educación Católica, Mons. José María Javierre, pronunció una conferencia que ha resultado visionaria y programática. Como fondo inicial para la biblioteca, la CEM dona a la UPM 40,000 volúmenes de la antigua Biblioteca del Seminario de Montezuma (USA) y su rica hemeroteca. La Congregación para la Educación Católica erige canónicamente la Facultad de Filosofía el 6 de Enero de 1986. El Instituto Superior Autónomo de Derecho Canónico el 4 de Septiembre de 1995, mismo que se convierte en Facultad con decreto del 15 de octubre del 2004. El Instituto Superior de Ciencias Religiosas, dependiente de la Facultad de Teología, el 22 de Marzo de 1997. Al margen de las Facultades Eclesiásticas, se fundó en 1996 la Facultad Civil de Derecho (Leyes), para cuya Licenciatura se obtuvo el Acuerdo de Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios, por parte de la Secretaría de Educación Pública, el 15 de Octubre de 1996, con el Acuerdo No. 962152. La misma SEP reconoce una Maestría en Derecho, Acuerdo No. 994126 del 23 de febrero de 1999; y un Doctorado en Derecho Eclesiástico del Estado, Acuerdo No. 995324 del 3 de septiembre de 1999. La Facultad de Filosofía obtuvo su reconocimiento oficial como Licenciatura SEP el 28 de agosto de 1997, Acuerdo No. 972348. La Facultad de Teología lo obtuvo el 19 de febrero de 1998, Acuerdo No. 982027. Posteriormente la SEP reconoce la Maestría en Historia del Catolicismo en México, Acuerdo No. 994333 del 24 de septiembre de 1999. De igual forma, el 16 de enero de 2004 se otorga el REVOE a las licenciaturas en: Finanzas, Acuerdo 2004020; Mercadotecnia, Acuerdo 2004021; y Pedagogía, Acuerdo 2004022. Estas tres nuevas carreras todavía no están operando. El Instituto de Ciencias Religiosas adquiere el REVOE el 10 de noviembre de 2006 con el Acuerdo No. 2006483.
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La Conferencia del Episcopado Mexicano, en su LXXII Asamblea Plenaria (Noviembre de 2001), acordó que la Universidad Pontificia de México, conservando su nombre, asuma formalmente la figura de Universidad Católica regida por la constitución Ex Corde Ecclesiae, aunque las Facultades Eclesiásticas seguirán regidas por Sapientia Christiana. De esta manera se abre un mayor espacio jurídico para las carreras civiles dentro de la Institución. La marcha de la Universidad continúa orientada por sus diversos organismos: Comisión Episcopal, Senado Académico, Consejos de las Facultades e Institutos y Consejo Administrativo. Además, para la consecución de sus fines cuenta con los Servicios académicos y Departamentos universitarios.
1.7.
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
La idea de la creación de la Universidad Nacional de México, inicia en 1910, cuando Justo Sierra definió los ejes bajo los cuales se organizaría ésta, y se da a la tarea de presentar las razones que obligaban a su fundación, a los diputados. La fórmula que les presenta era simple: jurídicamente el Estado, a través de sus instituciones, daría el visto bueno y estaría al tanto de las funciones universitarias, pero al interior la Universidad se regiría por su propia dinámica. Sierra fue lo bastante hábil para distinguir entre la esfera del quehacer científico y el campo de acción político del gobierno. Lo que se verá reflejado en la Ley Constitutiva de Universidad, expedida el 26 de mayo de 1910.
El 22 de septiembre de 1910, durante el mandato del presidente Porfirio Díaz y como parte de los festejos del centenario de la Independencia, se inauguró la Universidad Nacional de México (sin su carácter de autonomía) luego de la presentación de su Ley Constitutiva por parte de Justo Sierra Méndez, en el anfiteatro de la Escuela Nacional Preparatoria. La nueva institución tendría un carácter laico y se apegaría al método científico como única vía para alcanzar el conocimiento. Así se expresaba Justo Sierra durante el discurso inaugural:
―Me la imagino así: un grupo de estudiantes de todas las edades sumadas en una sola, la edad de la plena aptitud intelectual, formando una personalidad real a fuerza de solidaridad y de conciencia de su misión, y que, recurriendo a toda fuente de cultura, brote de donde brotare, con tal que la linfa sea pura y diáfana, se propusiera adquirir los medios de nacionalizar la ciencia, de mexicanizar el saber. El telescopio, al cielo nuestro, sumario de asterismos prodigiosos en cuyo negror, hecho de misterio y de infinito, fulguran a un tiempo el septentrión, inscribiendo eternamente el surco ártico en derredor de la estrella virginal del polo, y los diamantes siderales que clavan en el firmamento la Cruz austral; el microscopio, a los gérmenes que bullen invisibles en la retorta del mundo orgánico, que en 11
el ciclo de sus transformaciones incesantes hacen de toda existencia un medio en que efectuar sus evoluciones, que se emboscan en nuestra fauna, en nuestra flora, en la atmósfera en que estamos sumergidos, en la corriente de agua que se desliza por el suelo, en la corriente de sangre que circula por nuestras venas, y que conspiran con tanto acierto como si fueran seres conscientes, para descomponer toda vida y extraer de la muerte nuevas formas de vida.‖
También durante este discurso, Justo Sierra declaró sobre la Real y Pontifica Universidad de México: ―¿Tenemos una historia? No. La Universidad mexicana que nace hoy no tiene árbol genealógico; tiene raíces, sí; las tiene en una imperiosa tendencia a organizarse, que revela en todas sus manifestaciones la mentalidad nacional, y por eso, apenas brota del suelo el vástago, cuando al primer beso del sol de la patria se cubre de renuevos y yemas, nuncios de frondas, de flores, de frutos. Ya es fuerte, lo sentimos: fará da se. Si no tiene antecesores, si no tiene abuelos, nuestra Universidad tiene precursores: el gremio y claustro de la Real y Pontificia Universidad de México no es para nosotros el antepasado, es el pasado. Y, sin embargo, la recordamos con cierta involuntaria filialidad; involuntaria, pero no destituida de emoción ni interés.‖
Demostrando así que la nueva Universidad que por aquel 1910 se fundaba reconocía en cierto modo que la Real y Pontifica Universidad de México fue un importante precursor de la educación en México, sin embargo se desliga de ella e incluso hace una ferviente invitación a olvidar parte de las premisas de la universidad anterior:
―Cuando los beneméritos próceres que en 1830 llevaron al gobierno la aspiración consciente de la Reforma, empujaron las puertas del vetusto edificio, casi no había nadie en él, casi no había nada. Grandes cosas vetustas, venerables unas, apolilladas otras; ellos echaron al cesto las reliquias de trapo, las borlas doctorales, los registros añejos en que constaba que la Real y Pontificia Universidad no había tenido ni una sola idea propia, ni realizado un solo acto trascendental a la vida del intelecto mexicano; no había hecho más que argüir y redargüir en aparatosos ejercicios de gimnástica mental, en presencia de arzobispos y virreyes durante trescientos años. No puede, pues, la Universidad que hoy nace, tener nada de común con la otra; ambas han fluido del deseo de los representantes del Estado de encargar a hombres de alta ciencia de la misión de utilizar los recursos nacionales en la educación y la investigación científicas, porque ellos constituyen el órgano más adecuado a estas funciones, porque el Estado ni conoce funciones más importantes, ni se cree el mejor capacitado para realizarlas. Los fundadores de la Universidad de antaño decían: "la verdad está definida, enseñadla"; nosotros decimos a los universitarios de hoy: "la verdad se va definiendo, buscadla". Aquéllos decían: "sois un grupo selecto encargado de imponer un ideal religioso y político resumido en estas palabras: Dios y el Rey". Nosotros decimos: "sois un grupo de perpetua selección dentro de la substancia popular, y tenéis encomendada la realización de un ideal político y social que se resume así: democracia y libertad".‖
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Es a partir de esta fecha cuando la Universidad Nacional de México comienza con su labor de ofrecer una educación de la más alta calidad, aunque a lo largo de los años se ha encontrado con diversas trabas, pero también ha ido forjando a grandes pensadores y en sus aulas ha estado los mas destacados intelectuales en todas las áreas del pensamiento. Durante este trabajo se irá relatando el paso de la Universidad a través de los años, los conflictos que ha tenido, y como ha salido adelante a pesar de todo esto, para convertirse en lo que es hoy, la mejor Universidad de México e Iberoamérica, reconocida a nivel mundial como una Universidad de excelencia y un buen ejemplo de que la educación debe ser un bien al alcance de todos y no sólo un privilegio al alcance de unos pocos, la UNAM es hoy día la mejor muestra de que un plan con tal maestría estructurado como lo fue la Universidad en sus comienzos, puede lograr cosa extraordinarias gracias todos los que han pisado sus aulas y han hecho que nuestra Universidad sea la máxima casa de estudios de la nación.
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2. ¿Cuáles son los antiguos edificios en el centro histórico, ubicación; cuáles son sus murales y sus esculturas? 2.1. ANTIGUOS EDIFICIOS DEL CENTRO HISTORICO CON UBICACIÓN Uno de los aspectos más relevantes en la vida de la Universidad Nacional Autónoma de México son los edificios y conjuntos arquitectónicos que conforman el patrimonio inmueble de nuestra casa de estudios. Mencionemos los edificios viejos del centro de la ciudad, muchos situados en donde se llegó a llamar ―barrio universitario‖, no por otra cosa que por la continua afluencia de estudiantes. Rectoría, las dependencias administrativas y la Escuela Nacional Preparatoria se ubicaban entre las calles de Justo Sierra y de San Ildefonso, y allí mismo se hallaba la Escuela Nacional de Jurisprudencia; la Escuela Nacional de Artes Plásticas, con la Escuela de Arquitectura anexa, en la calle de Academia, mientras que la Hemeroteca Nacional se alojaba en el antiguo templo de San Pedro y San Pablo de la calle de El Carmen; el Instituto de Investigaciones Sociales, en la calle de Licenciado Verdad; el instituto de Investigaciones Estéticas en la de República de Argentina; la imprenta Universitaria en la de Bolívar; la Escuela Nacional de Economía en la de República de Cuba y la Escuela de Odontología ocupaba el inmueble de Guatemala y Licenciado Verdad. Falta mencionar Minería, sede de la Facultad de Ingeniería; San Agustín, en Isabel la Católica.
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La Real y Pontificia Universidad de México (Moneda N° 2 esq. Seminario Centro Histórico 06060, México D.F.) En la época de las dos cédulas reales del príncipe Felipe, que fundaron la Real y Pontificia Universidad de México (1547-1551), no se contaba con un edificio especial para impartir las diferentes cátedras. Sin embargo, se logró edificar un local adecuado, sitio en la esquina suroeste de las actuales calles de Guatemala y Seminario (en el cual más tarde se ubicó el seminario), adosado al costado oriente de la catedral. La Universidad contaba con un patio central, de dos pisos, con arcadas en cada uno de sus lados. En una de las esquinas de los corredores se colocó la escultura de la ―Coatlicue‖, y en el centro del patio fue instalada la estatua encuestare del Carlos IV -El Caballito-, obra de Manuel Tolsa, antes de ser trasladadas al Museo Nacional de la calle de Moneda y al inicio del paseo de Bucareli, respectivamente. Palacio de la Inquisición (Brasil número 33, esquina con República de Venezuela, Centro Histórico) La Escuela Nacional de Medicina se alojaba en el antiguo edificio de la Inquisición en el Virreinato de la Nueva España; el edificio es obra de Pedro de Arrieta. Se fabricó entre 1732 y 1734 en la plaza de Santo domingo. República de Brasil 33, Centro Histórico. A partir de la clausura de la Inquisición en 1820, el inmueble tuvo diversos usos y en 1854, se instaló allí la Escuela de Medicina que en 1929 esta escuela se trasladó a la Ciudad Universitaria y la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia permaneció en el Palacio hasta 1979. Actualmente el Palacio de Medicina es asiento del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina y del museo de esa especialidad. En su portada cuenta con pedestales. San Ildefonso (Calle de San Ildefonso 33 a 45,
Centro Histórico).
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Fue fabricado de 1712 a 1745, durante la primera mitad del siglo XVIII. Recibió los nombres de Real y Más Antiguo Colegio Nacional de San Ildefonso –de 1767 a la expulsión de los jesuitas-, Escuela Nacional Preparatoria, laica y liberal – en 1867-, Universidad Nacional de México –a partir de 1910- y Universidad Nacional Autónoma de México –desde 1929-. Su construcción hasta el momento actual se ha utilizado en labores educativas, y el cambio de nombres, desde 1746, muestra claramente los cambios de pensamiento, religioso en su origen y liberal a partir de 1867. Se cuenta con el Anfiteatro Simón Bolívar y el Salón del Generalito, el primero realizado con los murales de 1921-1924 de Diego Rivera, ―La creación‖; y el segundo con la sillería del coro del convento de San Agustín de México, obra del célebre escultor Salvador de Ocampo, del siglo XVII. Encontramos una capilla con dos lienzos firmados por Francisco Antonio Vallejo en el año 1761, ―Cinco señores ―y ―El Pentecostés‖. La escalera y el muro norte del patio mayor fueron elegidos por José Clemente Orozco para desarrollar algunos de sus murales más conocidos y meritorios: ―Hernán Cortés y la Malinche‖, ―La trinchera‖ y ―El basurero de la historia‖. En la entrada al Colegio Grande están ―el Desembarque de los españoles‖ y ―La cruz plantada en tierras nuevas‖ por Ramón Alva de la Canal en 1922; Fermín Revueltas pintó un mural en encáustica en la pared de enfrente ―Alegoría de la Virgen de Guadalupe‖; Jean Charlot con ―La conquista de Tenochtitlán‖, y la encáustica de la ―Fiesta del Señor de Chalma‖, de Fernando Leal. José Clemente Orozco es el autor de los demás murales de los corredores del patio del Colegio Grande, en el corredor del primer piso esta ―Los dones que reciba el hombre de la naturaleza‖, se 16
añade ―La destrucción del viejo orden‖,‖ La trinchera‖,‖ La nueva trinidad‖ y‖ El banquete‖, y en el cubo de la escalera están algunas de las obras más conmovedoras de este autor, referentes a la dolorosa creación de la nación mexicana. En el segundo y tercer pisos, del autor antes mencionado hay escenas de la Revolución. En el cubo de la escalera del Colegio Chico, encontramos obras de David Alfaro Siqueiros, pintó a la encáustica el mural de ―Los elementos‖, más arriba ―El llamado de la libertad‖, ―El entierro del obrero sacrificado ―y ―Los mitos‖. En el vestíbulo del anfiteatro encontramos ―La epopeya bolivariana‖. De Simón Bolívar. Casa de los Mascarones (Rivera de San Cosme 71, colonia Santa María) Levantada entre 1766 y 1771. Entre 1941 y 1944 se acondiciono el inmueble para albergar la ampliación de la Facultad de Filosofía y Letras. Se atribuye su construcción a Ildefonso de Iniestra Bejarano, y otros autores la consideran de Lorenzo Rodríguez, arquitecto del Sagrario Metropolitano, porque allí aparecieron por primera vez los estípites plenamente formados en el exterior de los edificios. La Casa de los Mascarones es pues uno de los monumentos más importantes no sólo del patrimonio universitario, sin o de toda la nación. Colegio de Minería (Tacuba 3 a 7, Plaza Tolsá, Centro Histórico). Su construcción se realizo entre 1797 y 1813, según los planos del escultor y académico de arquitectura Manuel Tolsá. A partir del decreto del 2 de diciembre de 1867 se convirtió en Escuela de Ingenieros. En el se lleva a cabo todos los años la Feria del Libro de Minería, magna exposición que reúne publicaciones nacionales y del extranjero. El edificio ocupa una cabecera de manzana con el frente hacia la Plaza Tolsá donde se ubica la escultura de Carlos IV, uno de los retratos ecuestres más importantes de la imaginería mexicana de todos los tiempos, creada también por el mismo escultor de origen valenciano. El edificio alberga algunas de las obras artísticas de mayor significación en la historia como son las decoraciones murales ejecutadas al temple por el valenciano Rafael Ximeno y Planes, paisano y compañero de Tolsá al frente de la Academia de San Carlos. Encontramos: La asunción de la Virgen María (la advocación catedralicia de la ciudad de México) y El milagro del pocito, El retablo fue construido con jaspes, mármoles y yesería por el 17
mismo Tosa, al tiempo que el trabajo de escultura y orfebrería corrió cargo de su discípulo Pedo Patiño Ixtolinque. Asimismo, hay otras obras más de Ximeno que se custodian en este recinto: el Retrato de Alejandro de Humboldt, de 1803, una Santísima Trinidad y su libertad personal de dibujos o apuntes tomados del natural. La enorme bóveda peraltada que cubre la escalera fue obra del Ingeniero francés Antonio Villard (1830), mientras que la decoración porfiriana de otros interiores corresponde al periodo en que el palacio sirvió de asiento al Ministerio de Agricultura, en los cuales el pintor Trinidad Sánchez de la Barquera ejecutó temas alegóricos relacionados con el desarrollo del campo y la ganadería. Academia de San Carlos (Academia 22, Esquina con
Emiliano Zapata, Centro Histórico). La fundación de la academia para la enseñanza de las Bellas Artes fue aprobada el 12 de noviembre de 1781 por el virrey don Martín de Mayorga; Carlos III expidió una Cédula Real el 25 de diciembre de 1783 y tuvo efecto el 4 de noviembre de 1785 cuando se le asignó el título de Academia de la Nobles Artes de San Carlos de la Nueva España. En su fundación ocupó la parte alta del edificio de la Casa de Moneda. Hacia 1860 construyó el patio y la fachada principal y acondicionó las galerías para la exhibición de las colecciones de pintura con que contaba la Academia y de las grandes esculturas que había traído y ensamblado personalmente a su llegada a México en 1791 Manuel Tolsá, dándole carácter de museo según el concepto europeo. Entre las esculturas se encuentran las de la tumba de Lorenza de Medici y la cabeza del David, todas ellas de Miguel Ángel Bounarroti, y La victoria de Samotracia cuyo original se exhibe en el museo del Louvre. En el nicho de la esquina de la calle de Academia se ubicó una reproducción del San Jorge de Donatello, obsequio de la República Italiana, que fue derribado por vendedores ambulantes en julio del 2005. En la actualidad el edificio lo ocupan el posgrado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas y unas instalaciones de la Facultad de Arquitectura.
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Templo de San Agustín (República de Uruguay, 67, Centro Histórico). Se alojo la Biblioteca Nacional de México hasta que fue cambiado por el Centro Cultural Universitario, ya que a partir de 1929 había sido confiada su custodia y organización a la Universidad Nacional Autónoma de México. La inauguración del edificio fue efectuada por el presidente, general Manuel González, el 2 de abril de 1868, a cargo de Vicente Heredia y Eleuterio Méndez, discípulos de la Academia de San Carlos. El convento de San Agustín fue destruido luego de la nacionalización de los bienes del clero, su transformación a biblioteca no fue fácil, parte de la fachada original perdura, también se conserva la sillería del coro de San Agustín, obra realizada por el eminente escultor Salvador de Ocampo entre 1701 y 1702. Templo de San Pedro y San Pablo (Calle del Carmen numero 31 esq. San Ildefonso Centro Histórico 06020, México D.F.) En 1572 los padres jesuitas fundaron en la Nueva España y en la ciudad de México el Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo, indispensable en toda provincia de la Compañía, que vino a ser como la matriz de los demás colegios, centro educativo por excelencia y que también podía conferir, con permiso papal, los mismos grados teológicos que las universidades pontificias. La construcción se planeo e inicio en 1575. Como obras de valor artístico hoy en día, el antiguo templo tiene en su ábside un mural muy decorativo, titulado ―El árbol de la ciencia‖, pintado en 1922 por Roberto Montenegro, el cual representa al hombre al pie del árbol de la ciencia y a unas mujeres que le ofrecen los símbolos científicos que llevan en las manos; física y química y, asimismo, las alegorías de la poesía, la música y las artes. El mural ostenta el lema dado por Vasconcelos: ―¿Acción supera al destino: vence!‖. La cúpula de la capilla está engalanada por El zodiaco, primera pintura mural del arte mexicano realizada por Javier Guerrero en 1921, y los arcos torales y formeros fueron decorados por Jorge Enciso y Roberto Montenegro con flora y fauna mexicana, ornamentación que recuerda las jícaras de Michoacán. Adornan las ventanas de los cruceros los vitrales proyectados por Montenegro con temas vernáculos: El jarabe tapatío y La vendedora de pericos; tiene también 19
un decorativo lambrín de azulejos artísticos ejecutados por Gabriel Fernández Ledesma y Roberto Montenegro. Palacio de la Autonomía (Calle del Licenciado Primo Verdad 2 y República de Guatemala, Centro
Histórico.) Albergaba este edificio la Rectoría de la hasta entonces universidad Nacional de México cuando fue promulgada por el gobierno de la República, el 10 de julio de 1929, la Ley Orgánica de la Universidad, por medio de la cual se otorgó la autonomía a la institución, y con ella la libertad de cátedra. De ahí el nombre de Palacio de la Autonomía. Leopoldo Batres ornamentó el paraninfo y puso en él las pinturas de ―Las Sibilas‖, formadas por Pedro Sandoval en el siglo XVIII. En los primeros años del siglo XX la universidad compartía los espacios con la Escuela Nacional de Maestros, que pasó más tarde a ser Escuela de Odontología y centro de Iniciación Universitaria con la Escuela Nacional Preparatoria números dos. Odontología se mudó a la Ciudad Universitaria en 1954. Posteriormente se ubicaron aquí las oficinas de Difusión Cultural, el Museo de la Odontología, una trasmisora de Radio UNAM y la Fonoteca de la UNAM. Antigua Escuela de Jurisprudencia (San Ildefonso número 28, esquina con República de Argentina, Centro Histórico) Sobre lo que fuera el convento de Santa Catalina de Siena se levantó el edificio que albergó la Escuela Nacional de Jurisprudencia. En 1910 la Escuela de Derecho se integró a la nueva Universidad Nacional de México, gracias a la iniciativa de Justo Sierra. En 1915 se formó ahí una de las más importantes generaciones de estudiantes –que fundó una Sociedad de Estudiosos jurídico-Sociales conocida con el nombre de ―Los siete sabios‖. Entre los miembros de este grupo estuvieron Manuel Gómez Morín, Antonio Castro Leal, Vicente Lombardo Toledano y Alfonso Caso. En 1948 el inmueble pasó a formar parte del patrimonio universitario. En 1954, cuando la Universidad se trasladó a la Ciudad Universitaria, la Escuela Nacional de Jurisprudencia abandonó el centro edificio y se transformó en Facultad de Derecho. Actualmente el inmueble alberga la División de Educación Continua y el Bufete Jurídico Gratuito de esta facultad. Antigua Escuela de Economía (República de Cuba número 92, Centro Histírico) El inmueble, proyectado por el arquitecto Manuel Gorozpe, fue morada de la Escuela Nacional de Economía a partir de 1938. Entre 1902 y 1904, la familia Ortiz de la Huerta, social del Banco Mercantil de México, mandó construir esta casona de cantera gris y 20
basamento de piedra, la cual, a partir de 1925, albergo a diversos inquilinos. Cuando hoy la Facultad de Economía se trasladó a su nueva sede, en 1954, el edificio quedo abandonado. El inmueble fue objeto de restauraciones diversas a partir de 1988 es sede de la Asociación de Exalumnos de la Facultad de Economía de la UNAM. Museo del Instituto de Geología (Ciprés 176, Santa María de la Ribera.) El ingeniero Aguilera es autor del proyecto del edificio, que fue inaugurado el 6 de septiembre de 1906 como Museo de Geología. Es notable la conservación del edificio, que cuenta con vitrinas de madera de extraordinaria calidad; vitrales de gran tamaño con paisajes excepcionales y pinturas de José María Velasco que muestran escenas de interesantes conformaciones geológicas y hábitats naturales del país. Paso a formar parte de la UNAM a partir de 1929. Antigua Escuela de Ciencias Químicas (Mar del Norte número 5, colonia San Álvaro) En 1916 fue fundada la Escuela Nacional de Industrias Químicas, creada gracias a los esfuerzos del Ingenio Juan Salvador Agraz. Con el tiempo la escuela se incorporó a la Universidad Nacional y, en 1917, cambio de nombre por el de Escuela Nacional de Ciencias Químicas. El edifico que albergó a esta institución fue, durante el gobierno de Porfirio Díaz, un hospital para tuberculosos y, durante la Revolución, llegó a funcionar como cuartel zapatista. En 1957 la escuela se mudó a Ciudad universitaria. En la actualidad el edificio alberga el Centro de Extensión Académica de la Facultad de Química. Casa del Lago (Bosque de Chapultepec). El proyecto arquitectónico corresponde a un chalet de veraneo. La Casa pasó a manos del gobierno el 22 de septiembre de 1915, y fue sede del Instituto de Biología de 1929 a 1959. En la actualidad pertenece a la UNAM y se dedica a labores de difusión cultural abiertas a todo público. Delante de la entrada principal se colocó en el jardín una escultura de bronce de León Felipe, obsequio del presidente Luis Echeverría. Museo del Chopo: La época de construcción de edificios como este corresponde a una producción de la Revolución industrial que cobró auge a partir del último tercio del siglo XVIII en Inglaterra y Francia. Hasta 1964 fue ocupado como museo de historia natural, de ahí su nombre y se restauró en 1973 como espacio de difusión cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México. Enrique González Martínez 10, Santa María de la Ribera.
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Es importante mencionar que ninguno de estos lugares fue construido para la Universidad, salvo en alguna de sus partes, y sólo unos cuantos habían sido concebidos como edificios para la educación; fueron cedidos al centro docente en momentos diferentes y bajo diversas circunstancias; la situación del país a principios del siglo XX no ofrecía otras posibilidades, y dedicarlos a la Universidad fue la manera de salvar de la destrucción algunos de ellos.
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3. ¿Qué es la autonomía Universitaria? Desde el punto de vista etimológico, se deriva del griego autós, que significa ―de sí mismo‖, y nómos, que corresponde a ―ley‖ o ―norma‖. El Diccionario de la Academia describe varias acepciones de este vocablo compuesto, entre ellas: ―Potestad que, dentro de un Estado, tienen municipios, provincias, regiones, u otras entidades para regirse mediante normas y órganos de gobierno propios‖. Es clave su señalamiento referente a ―la potestad que dentro de un Estado tiene tal entidad para regirse mediante normas y órganos de gobierno propios‖. Implica esto una capacidad, no inventada sino reconocida por el Estado en cuyo seno existe dicha entidad. Esa capacidad supone ―normas y órganos de gobierno propios‖. Existir como entidad autónoma de derecho público no es un regalo o concesión del Estado sino una conquista del pensamiento que sólo puede desarrollarse en un ámbito de libertad. En virtud de su autonomía, la Universidad se gobierna a sí misma. Actualmente, la autonomía confiere a la Universidad: • • •
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La capacidad de crear las disposiciones e instrumentos legales que rijan su vida interna. La facultad para gobernarse a sí misma mediante fórmulas democráticas, permitiendo la participación activa de su comunidad. Elegir libremente a sus autoridades que, en el caso de la UNAM, son el Rector, los miembros de la Junta de gobierno, los integrantes del Consejo Universitario, los del Patronato, los directores de Facultades, Escuelas e Institutos. Ejercer su presupuesto, previa aprobación del Consejo Universitario, al que cada año se rinden cuentas de su ejercicio. Llevar a cabo tareas de docencia e investigación concebidas y realizadas libremente por sus miembros. La responsabilidad de decidir acerca del contenido y orientación académicos de los planes y programas docentes, de investigación y de extensión de los beneficios de la cultura, garantizando la libertad de cátedra e investigación. El derecho de administrar su patrimonio. El apoyo económico fundamental para el cumplimiento de su función provendrá del gobierno federal. Igualmente difunde la cultura y la hace llegar a incontables personas por todos los medios de que dispone. El compromiso con la justicia social, así como la atención a los problemas nacionales y la rendición de cuentas que aseguren una Universidad al servicio de los intereses de la sociedad.
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3.1. Antecedentes y Desarrollo de la lucha por la Autonomía Universitaria La autonomía no se nos dio gratuitamente sino que fue el producto de las luchas por nuestros ideales, y fue en 1929 cuando prácticamente, se conquisto. Al iniciarse la tercera década del presente siglo, la situación económica, política y social de México era muy difícil. A consecuencia de una contrarrevolución dirigida por los generales Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, es asesinado el presidente de la república don Venustiano Carranza, precisamente el 21 de mayo de 1920. El Congreso de la Unión nombra presidente provisional a don Adolfo de la Huerta, quien convoca a elecciones presidenciales en las que resulta triunfador Álvaro Obregón. La situación política continúa difícil. Hay elementos revolucionarios inconformes y se siente la intranquilidad social. No obstante los acontecimientos políticos, se inicia la revolución social de nuestro país. El maestro José Vasconcelos es nombrado rector de la Universidad Nacional, y el año de 1922, secretario de Educación Pública. También en la Escuela Nacional Preparatoria se resiente la situación que vivía el país en sus múltiples aspectos. Sin embargo, la juventud que hizo sus estudios entre los años de 1920-1924, generación que es conocida hasta la fecha como "Grupo de Preparatorianos 20-24", era una juventud rebelde pero con espíritu constructivo, optimista, romántica y soñadora, que deseaba superarse por medio de la cultura, a efecto de estar en condiciones de servir y conquistar a México. Entre estos jóvenes se distinguían varios grupos: uno, el grupo de los "cachuchas" a quienes unía su inclinación por la literatura y el arte, en el que pronto se destacarían, entre otros, Alejandro Gómez Arias, Frida Khalo, el flaco Bustamante, Ángel Salas y Miguel N. Lira; el segundo grupo, a quienes les interesaban los problemas políticos de México, formado por Miguel Alemán Valdés, quien más tarde fue presidente de la República Mexicana y ordenó la construcción de la Ciudad Universitaria, Manuel R. Palacios, Manuel Ramírez Vázquez, Ernesto Díaz Canova y otros; el tercer grupo, con inclinaciones al magisterio, lo encabezaba Ángel Carbajal, Antonio Carrillo Flores, Andrés Serra Rojas, Manuel Sánchez Cuen, quienes se dedicaban a enseñar a leer y escribir al que no sabía, siguiendo los lineamientos del maestro Vasconcelos que realizaba en esa época, desde la Secretaría de Educación Pública, su gran campaña alfabetizante; y el cuarto grupo, el de los preparatorianos nocturnos, encabezados por José María de los Reyes, Eduardo Hornedo, Federico Pérez, Eduardo Arenas, Alberto Gilbot y Alfonso Andrade. Este grupo se incorporó a la vida estudiantil universitaria cuando, en el año de 1923, se fundó, bajo el lema "LA MISMA 24
PORTUNIDAD PARA TODOS", la Escuela Nacional Preparatoria Nocturna, escuela que sobrevivió los primeros años con la generosa ayuda de los maestros que dieron sus clases gratuitas y con cuya creación se inicia, prácticamente, en nuestro país, la democratización de la enseñanza universitaria, al permitir que los trabajadores de esa época, del campo, de los talleres y de la administración pública y privada, llegaran a las facultades a hacer sus estudios profesionales, para satisfacer sus aspiraciones y poder servir mejor al pueblo de México. Precisamente en el mes de agosto de 1923 el licenciado José Vasconcelos suspende al licenciado Vicente Lombardo Toledano en su carácter de director de la Escuela Nacional Preparatoria, pasando por la autoridad del queridísimo maestro Antonio Caso, quien en ese entonces era rector de la Universidad. Esta arbitrariedad motivó que los preparatorianos protestaran enérgicamente en contra del licenciado José Vasconcelos y pidieran que la Secretaría de Educación Pública no interviniera para nada en la vida de la Universidad. A gritos pidieron, en manifestaciones de protesta, libertad plena para que la Universidad estudiara y resolviera sus problemas académicos y administrativos sin intervención de ninguna otra autoridad. Este movimiento de 1923 lo encabezó con energía y con entusiasmo Salvador Azuela a quien apoyaron, decididamente, sin tener tampoco resultados positivos. Como se verá, ya de hecho estaban pidiendo la autonomía universitaria. José Lelo de Larrea, presidente de la Federación Estudiantil Mexicana del Distrito Federal, inspirado en el movimiento, presentó, ante la Cámara de Diputados, un proyecto de ley en el que también se pedía la autonomía universitaria. La Cámara de Diputados mandó al archivo la propuesta sin dar siquiera la contestación correspondiente, tal como en 1910, lo hiciera el maestro Justo Sierra, en su famoso discurso de creación de la Universidad Nacional en el que pidió, por primera vez, la autonomía para la institución; 1914, en el que el ingeniero Pascual Ortiz Rubio volvió a insistir sobre el tema; 1917, en el que el grupo de los Siete Sabios formado por los maestros Manuel Gómez Morín, Alfonso Caso, Antonio Castro Leal, Teófilo Olea Leyva, Alberto Vázquez del Mercado, Jesús Moreno Baca y Vicente Lombardo Toledano también levantó su voz en este sentido, y al de 1920, en el que el licenciado Brito Foucher hiciera otra petición formal, también sin éxito. Pasó el tiempo y la juventud dinámica, altruista y romántica seguían pensando y discutiendo la importancia de que la Universidad conquistara su autonomía. En 1926, se presentó una oportunidad interesante, el Tercer Congreso Nacional de Estudiantes que tuvo lugar en Ciudad Victoria, Tamaulipas, cuando el licenciado Emilio Portes Gil era gobernador del Estado. La delegación del Distrito Federal, integrada por Manuel Gudiño, "El güero Yañez", Alejandro Gómez Arias, José María de los Reyes y Pablo Moreno Galán, además de ayudar a cumplir con el programa del Congreso, se dedicaron a estrechar los lazos de amistad con los compañeros representantes de los diversos estados de la república, pidiéndoles apoyo para que, cuando llegara el momento, se ayudara a luchar por la autonomía universitaria. En los congresos siguientes, en el de Oaxaca de 1927, en el de Sinaloa en 1928 (en donde por cierto, con el propósito de estar más unidos) se creó la Confederación Nacional de Estudiantes, a iniciativa de Ángel Carvajal, y el de Mérida, Yucatán, en 1929, la lucha seguía igual.
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Otro antecedente: en 1927, cuando Ángel Carvajal era presidente de la Federación Estudiantil Mexicana, el periódico El Universal publicó a ocho columnas unas declaraciones que hizo Ángel en las que pedía igual representación de estudiantes que de profesores en el Consejo Universitario. Una vez más se seguía el camino hacia la conquista de la autonomía universitaria. También en las publicaciones estudiantiles de la época como Ciencia; Policromías, Hombres y Métodos, y Antorcha Estudiantil, se luchaba por la libertad de cátedra y la representación estudiantil ante el Consejo Universitario. En Antorcha Estudiantil, en ese año de 1927, se publicó del tamaño de media cuartilla, enmarcada y sintéticamente una frase: ¡AHORA O NUNCA, CONQUISTEMOS LA AUTONOMÍA UNIVERSITARIA! Al terminar el Congreso de Mérida que, por los temas a discutir, fue bastante movido y en ocasiones agitado, se organizó una sección para informar al estudiantado del Distrito Federal sobre los acuerdos tomados en dicho Congreso en donde se pedía: a) Reforma universitaria. b) Unidad de planes y programas de estudio en toda la república, tema central en todos los congresos anteriores. c) Total independencia de la Universidad Nacional de México respecto del estado y de los partidos políticos. d) Igualdad de número de profesores y estudiantes ante el Consejo Universitario. e) Que la juventud de México se manifestaba contra el militarismo como forma de gobierno y se recomendaba seguir luchando por el civilismo, como única forma de bienestar político-nacional. f) También se ratificó el acuerdo del Congreso de Oaxaca declarándose antirreeleccionista, antiimperialista y en favor de la autodeterminación de los pueblos. No se perdía la oportunidad para pedir que el gobierno de la Universidad Nacional y de los institutos científicos y literarios de los estados, que fueron entonces el antecedente de las actuales universidades estatales, tuvieran la libertad plena para resolver sus problemas académicos y administrativos, sin la intervención de ninguna autoridad gubernamental y menos de la intervención de partidos políticos. En febrero de 1929, el licenciado Narciso Bassols, entonces director de la Escuela de Jurisprudencia había implantado los exámenes bimestrales sin consultar con los estudiantes. Esta fue la gota de agua que derramó el vaso, y a partir de entonces se declaró la lucha abierta para conquistar la autonomía universitaria. Con este motivo, Arcadio Guevara, que era el presidente de la Sociedad de Alumnos de la Escuela de Jurisprudencia, Ricardo García Villalobos, presidente de la Federación Estudiantil del Distrito Federal, y un grupo de estudiantes de la Escuela de Leyes, se reunieron en varias ocasiones en La Casa de Troya que era la casa de estudiante en la calle de Venezuela número 43, con el fin de rechazar, categóricamente, los reconocimientos bimestrales, más que nada, por haber sido aprobados sin tomar en cuenta la opinión de los estudiantes. En esas reuniones se aprovecho también la oportunidad para fortalecer la idea de la autonomía universitaria, que debería dar la oportunidad de asistir a las academias de cada una de las escuelas o facultades y
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al Consejo Universitario en igual número que los profesores, con el fin de participar en los problemas académicos y administrativos de nuestra Máxima Casa de Estudios. Arcadio Guevara y su grupo de trabajo tuvieron algunas entrevistas con el licenciado Bassols para que derogara las disposiciones de los reconocimientos bimestrales, pero en ninguna ocasión tuvo respuesta favorable, al contrario, con energía se le dijo que se daría debido cumplimiento a la disposición y que los reconocimientos bimestrales se harían efectivos. El presidente de la Sociedad de Alumnos convocó a los estudiantes, dentro de la Escuela se hicieron varios mítines de protesta, sin resultados favorables y, en abril de 1929, los estudiantes de jurisprudencia reunidos para declarar la huelga en el salón El Generalitode la Escuela Nacional Preparatoria, formaron el primitivo Comité de Huelga integrado por: Arcadio Guevara como presidente, José María de los Reyes como secretario. Declarada la huelga, se realizaron manifestaciones y mítines en contra del sistema de reconocimientos bimestrales y a favor de la autonomía universitaria. Varias de estas reuniones fueron disueltas por la policía, el ejército y, en algunos casos, los bomberos. Siempre hubo heridos y líderes perseguidos para su aprehensión. Dadas las características que tomaba el movimiento, se solicitó el apoyo de todas las escuelas del Distrito Federal. Los resultados fueron positivos; se adhirieron el Instituto Industrial, la Escuela Nacional de Maestros, las escuelas para señoritas como "La Corregidora", la "Lerdo de Tejada" y la E.T.I.C. De las escuelas universitarias hubo dos o tres que no se incorporaron de inmediato porque pensaban que podían perder un año de estudios, como es el caso de la Escuela de Medicina, que no declaraban la huelga por las razones antes indicadas pero que en el fondo estaban de acuerdo con el propósito, y un día, el 23 de mayo de 1929, como consecuencia de las reiteradas invitaciones para que entraran al movimiento, hubo asamblea general en el patio de la antigua Escuela de Medicina. Esta reunión era definitiva para el movimiento en pro de la autonomía universitaria. Las autoridades de Educación Pública dispusieron un ataque para disolver y acabar con el movimiento pero no lo lograron, pese a la golpiza que sufrieron muchos, quienes fueron auxiliados por los mismos estudiantes y por algunas camionetas de la Cruz Roja. Cuando se enteraron de los daños que se habían sufrido, de los disparos al aire libre y del gran número de heridos, sin más consideraciones la Escuela Nacional de Medicina declaró la huelga y el apoyo para los estudiantes de jurisprudencia. A este movimiento también se unió la Escuela Nacional Preparatoria Nocturna. Al salir victoriosos de la Escuela de Medicina, los líderes del movimiento recibieron un mensaje verbal del doctor Puig Casauranc, que fuera el primer regente de la ciudad de México en 1928, donde se les citaba en su oficina ubicada en el zócalo y donde les afirmó que el ciudadano presidente de la república, licenciado Emilio Portes Gil aprobaría su petición de acuerdo con un proyecto de ley que él mismo formularía, en el que se concedía la autonomía universitaria. El 28 de mayo de 1929,1 5,000 estudiantes pasaron frente a Palacio Nacional, el presidente Emilio Portes Gil presenció el paso de la juventud y escuchó los discursos del mitin que se realizó con entusiasmo y alegría; a continuación, el licenciado Portes Gil recibió al Comité de Huelga, en cuyo acto, además de insistir en la libertad
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de cátedra, se pidió el cese de los funcionarios públicos y de la policía responsable de los tormentosos acontecimientos del día 23 de mayo. Al terminarse esta huelga histórica de la Universidad se entregó el edificio de la rectoría al licenciado Ignacio García Téllez, hombre valioso, universitario convencido y amigo de los estudiantes, quien más tarde sería el primer rector de nuestra Universidad Autónoma.
3.2. ¿Cuándo pierde la institución el rango de nacional, cuando pierde su autonomía, cuando lo (s) recupera, y con qué rector (es)? El ejercicio y el concepto mismo de la autonomía universitaria fueron evolucionando. En 1933, y como reacción a un conflicto universitario desatado en torno a la orientación ideológica de la Universidad, el presidente Abelardo Rodríguez presentó una iniciativa al Congreso de la Unión para modificar la Ley Orgánica y concederle a la Universidad Nacional la ―total autonomía‖. Con dicha Ley, sin embargo, la Universidad perdía su carácter nacional, denominándose sólo Universidad Autónoma de México. El Estado renunciaba a toda intervención en la vida interna de la institución. En el discurso pronunciado en la Cámara de Diputados el 17 de octubre de 1933 –a punto de que se eligiera rector Manuel Gómez Morín–, al presentar la iniciativa de la segunda Ley Orgánica de la Universidad, el secretario de Educación Narciso Bassols afirmó que la Universidad había abatido ―el nivel espiritual y moral de sus hijos porque, empeñada en continuas y vanas contiendas, enseña que el camino noble no está en ella; que no es la ciencia, que no es la callada labor de investigación, de compenetración con los secretos de la naturaleza, lo que en la Universidad espera al joven. Ha enseñado que son más provechosas las luchas faccionales, destructoras, infecundas y formar parte de una banda de políticos y pseudopolíticos universitarios, que ir a las cátedras a demostrar sus conocimientos‖.
Narciso Bassols
Con este concepto de la Universidad y el señalamiento añadido de que en la institución más que democracia se producía agitación estéril y destructiva y se envenenaba prematuramente los jóvenes, el secretario de Educación planteó la nueva ley de autonomía; ley que privaba a la Universidad de la característica de nacional que en 1910 le dio la dictadura porfiriana. Así, la revolución derivaba en el sentido de convertir el proyecto educativo de Justo Sierra en una institución privada. El énfasis particular que se puso en el desorden que vivía la Universidad; la supresión de su característica nacional; la cancelación del subsidio, responsabilidad del Estado; el paliativo, significado por la constitución de un capital de diez millones de pesos para que de sus intereses viviera la Universidad –a pesar de que su presupuesto anual superaba a los tres millones de pesos– constituyeron solamente algunas de las formas para acosar a la institución. 28
Categóricamente Bassols afirmó que una de las soluciones que había ponderado el gobierno consistía en derogar la Ley de 1929, para que el Ejecutivo se hiciese cargo directamente de todos los planteles e instituciones universitarios. No obstante se optó por diferir esa medida y quedó pendiente, sobre la Universidad, la amenaza de que en cualquier momento le fuese revocada su autonomía (es decir desde 1929 año en que la Universidad se volvió autónoma, nunca la perdió, sin embargo hubieron varios acontecimientos donde se vio amenazada por la irrupción del gobierno un claro ejemplo es el movimiento de 1968). Paradójico resulta que, aun cuando el secretario de Educación reconoció el desorden en que vivía la Universidad la nueva Ley de 1933 no ofreciera ninguna posibilidad técnica de superar la situación en que la Universidad se debatía. En todo caso, el aspecto fundamental de la Ley de 1933 fue la supresión del carácter nacional de la Universidad. En el ya referido discurso del secretario Bassols claramente se decía que la Universidad, al dejar de ser nacional, se convertía en una universidad más del país, que ―quedará colocada en el único plano que en justicia le corresponde‖. Y al dejar de ser nacional, el gobierno podía dejar de cubrir el subsidio que hasta entonces se le había entregado a la institución. El primero de noviembre Manuel Gómez Morín es ratificado rector de la Universidad autónoma de México. Una de las primeras acciones que implemento en sus primeros días como rector fue que en un documento reitera su profesión de fe autonomista, y afirma el credo que llevo a muchos universitarios a luchar decididamente por esta causa. En los anales universitarios hablar de este documento llamado desde el 27 de noviembre de 1933, Naturaleza jurídica universitaria, es buscar el inicio formal de una nueva etapa universitaria llena de dignidad, en la que se recupera el status de ―nacional‖ perdido en el mes de octubre pasado. Con ese documento se presento a la sesión del Consejo Universitario. Esa sesión debía ser la más importante de su vida como rector hasta ese momento; era fundamental la aprobación del documento que daría a conocer a los consejeros universitarios, en el cual se afirmaría la autonomía y se recuperaría la condición de Universidad Nacional, o sea la primera y más importante de la República. Naturaleza Jurídica universitaria es un documento que marca con detalle la condición jurídica y el estado como debe ser reconocida la Universidad desde ese momento Nacional Autónoma de México, aunque oficialmente el nombre no se cambió sino hasta el año 1944 periodo para el cual, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México era Alfonso Caso Andrade.
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4. ¿Qué es la libertad de cátedra y quien la concede? Libertad de cátedra se refiere al derecho del ciudadano de enseñar al margen de las instituciones oficiales o derecho del maestro a enseñar sin sujeción a doctrinas impuestas por el Estado. Este concepto implica que los docentes y los investigadores en colegio y universidades tienen libertad para discutir los descubrimientos y las conclusiones en sus respectivos campos de conocimiento sin interferencia de los administrativos o de autoridades políticas y eclesiásticas. La libertad de cátedra está comprendida dentro de un concepto mayor que es la libertad académica. Contiene la libertad de enseñar y la libertad de investigar. La libertad de Cátedra consiste para el docente y para el investigador en revisar, juzgar, criticar las teorías científicas o sociales sobre las que tradicionalmente se había apoyado la enseñanza. De esta forma, la libertad de cátedra es el principio universitario que permite el estudio y la discusión libre dentro de las aulas de las diversas corrientes del pensamiento científico, de los hechos históricos y de las teorías sociales y políticas, con la objetividad propia de sus fines académicos y culturales. Cada profesor puede, en tanto se apegue al programa respectivo, emitir libremente su criterio. Y así en todas las cátedras, el estudiante escuchar las teorías y su crítica, tesis y antítesis, y ser el mismo quien, después de una preparación a base de enérgica y justa crítica, decida la orientación que le convenga. Y la Universidad, después de haber proporcionado orientaciones a miles de estudiantes, continuar siendo el receptáculo de todas las tendencias y el crisol de todos los credos filosóficos, políticos, religiosos y científicos. Distinguimos también la libertad de cátedra de la autonomía universitaria aun cuando esta segunda es un sostén apreciable para que la primera pueda llevarse a cabo. No es condición indispensable. La verdad rebasa por mucho las limitaciones administrativas o políticas; pero es un apoyo que ha permitido, en algunos casos, hacer efectiva la libertad de cátedra. 30
La diferencia esencial entre la autonomía universitaria y la libertad de cátedra está en que la primera se refiere a las relaciones de la Universidad con el Estado y la segunda es un concepto interno; es decir propio de la vida universitaria. Según la Legislación universitaria: Artículo 2 Para realizar sus fines, la universidad se inspirará en los principios de libre investigación y libertad de cátedra y acogerá en su seno, con propósitos exclusivos de docencia e investigación, todas las corrientes del pensamiento y las tendencias de carácter científico y social, pero sin tomar parte en las actividades de grupos de política militante, aun cuando tales actividades se apoyen en aquellas corrientes o tendencias.
Artículo 6 Serán derechos de todo el personal académico: Realizar sus actividades de acuerdo con el principio de libertad de cátedra e investigación, de conformidad con los programas aprobados por el respectivo consejo técnico, interno o asesor.
Artículo 56 Los profesores de asignatura tendrán las siguientes obligaciones: Defender la autonomía de la universidad y la libertad de cátedra; velar por su prestigio.
Artículo 113 La universidad reconoce la libertad de su personal académico para organizarse en asociaciones o colegios de acuerdo con los principios de la legislación universitaria, principalmente la autonomía y la libertad de cátedra y de investigación.
Por su parte la Constitución menciona en el Artículo 3º: Las universidades y las demás instituciones de educación superior a las que la ley otorgue autonomía, tendrán la facultad y la responsabilidad de gobernarse a si mismas; realizaran sus fines de educar, investigar y difundir la cultura de acuerdo con los principios de este articulo, respetando la libertad de cátedra e investigación y de libre examen y discusión de las ideas; determinaran sus planes y programas; fijaran los términos de ingreso, promoción y permanencia de su personal académico; y administraran su patrimonio. Las relaciones laborales, tanto del personal académico como del administrativo, se normaran por el apartado a del artículo 123 de esta constitución, en los términos y con las modalidades que establezca la ley federal del trabajo conforme a las características propias de un trabajo especial, de manera que concuerden con la autonomía, la libertad de cátedra e investigación y los fines de las instituciones a que esta fracción se refiere.
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4.1. Lucha por la Libertad de Cátedra Cuatro años después de conquistado el primer esbozo de autonomía, quedó claro que se trataba de un primer paso vacilante y limitado que no bastaba para lograr la consolidación de la institución ni podía sostenerse durante mucho tiempo. El siguiente paso estaría determinado por el debate en torno al término correlativo a la autonomía: la libertad de cátedra. En 1933 hubo un movimiento alimentado por los conflictos universitarios que polarizaban el tipo de educación que debía ser impartido en la Máxima Casa de Estudios; unos apoyaban la educación marxista otros la libertad de cátedra. El 25 de agosto de 1933 se inauguró en Veracruz el X Congreso Nacional de Estudiantes, como efecto de las corrientes políticas de su tiempo, el Congreso resolvió que tanto la UNAM como todas las instituciones de educación superior debían colaborar para la creación de un México socialista. La idea de que la actividad docente y la investigadora estuvieran limitadas por un presupuesto ideológico, chocó con la libertad de cátedra, uno de los elementos sobre los que se había conquistado la autonomía y uno de los pilares de la educación libre a la que se aspiraba. El Congreso resolvió: 1. que la Universidad y los centros de cultura superior son los responsables de formar profesionales que contribuyan a la formación de una sociedad socialista; 2. que para lograrlo, de no proponerlo el Estado, se responsabilizarán también de instrumentar un plan de control económico nacional en provecho del proletariado mexicano, y 3. con el plan estructurado ampliar su efecto a todo el país, comenzando por las reformas legislativas necesarias. La ceremonia de clausura efectuada el dos de septiembre de 1933 estuvo presidida por Vicente Lombardo Toledano, quien recibió la encomienda de ser el guía intelectual de la reforma marxista de la Universidad de México. Como respuesta un grupo de maestros y alumnos se pronunciaron en contra, defendiendo enfáticamente a partir de entones la libertad de cátedra como base y acompañando a ésta: "el eclecticismo en la enseñanza, como fundamento de la investigación científica y el reconocimiento de los valores individuales". Este grupo nació liderado por don Antonio Caso. En septiembre del mismo año, el I Congreso de Universitarios Mexicanos reunió a estudiantes, profesores y funcionarios y se propuso al materialismo histórico como guía ideológica de la educación media superior. En esta convocatoria se cita a discutir sobre: 1. temas de carácter administrativo, (uniformidad y estandarización de métodos y revalidación de estudios); 2. de orientación técnica (creación de bachilleratos especializados, introducción de nuevas actividades técnicas y definición ideológica de la Universidad); 3. de relaciones escolares, (intercambio de maestros y alumnos, becas, congresos universitarios y la creación de un organismo permanente de orientación a las universidades del país). 32
La directiva del congreso fue integrada en una reunión previa efectuada la misma mañana de la inauguración en el aula Justo Sierra de la misma escuela preparatoria, quedando formada de la siguiente manera: presidente honorario, general Abelardo L. Rodríguez; miembros honorarios, licenciado Narciso Bassols y doctor Antonio Caso; presidente, ingeniero Roberto Medellín; primer vicepresidente, doctor Enrique Díaz de León; segundo vicepresidente, licenciado R. Zuloaga; tercer vicepresidente, licenciado Mariano Pontón; secretario general, Julio Jiménez Rueda; primer secretario, Luis Martínez Mezquida; segundo secretario, Manuel Boneta; tercer secretario, Wilfrido J. Gastélum. En realidad el ambiente imperante en este congreso era de activismo e imposición, los participantes miembros del ala renovadora tendiente al marxismo, aprovechaban cada momento para motivar, impactar y contagiar el entusiasmo, principalmente en los estudiantes. Así, con los ánimos caldeados al máximo, fue presentada ante el pleno del Congreso la ponencia de Vicente Lombardo Toledano, que fue aprobada por mayoría; en ella, sin mencionar la palabra marxista, se da la guía precisa para convertir a la Universidad en sede de esta corriente filosófica con la que se pretende dar a la Universidad: 1. la autoridad para orientar el pensamiento de la nación; 2. la cátedra y la investigación podrán servir como instrumento para hacer posible la transición del capitalismo a un sistema que socialice los instrumentos y los medios de producción económica; 3. en los planes de estudio relacionados con el bachillerato se buscará el sentido de la identidad en relación con el universo, la filosofía se basará en la naturaleza, la historia será la evolución de las instituciones sociales, con supremacía de la economía, y la ética como una valoración de la vida en busca de una sociedad sin clases, basada en la igualdad económica y cultural; 4. la Universidad contribuirá al conocimiento de los recursos económicos, biológicos, psicológicos y del gobierno, con el fin de que comience ante el Estado el proceso para mejorar las condiciones; económicas y sociales de las masas, apoyados en un régimen del justicia social; 5. formar investigadores técnicos que preverán las necesidades económicas, y 6. todos los graduados deberán prestar un servicio obligatorio, retribuido por un año en beneficio de la institución de la que reciban el grado. Antonio Caso era el invitado de honor del Congreso de Universitarios, sólo que su calidad de invitado le impedía votar; tanto el rector Medellín como Lombardo Toledano habían tenido la precaución de otorgarle exclusivamente el derecho de voz, sólo que esta voz contaba, además de un indiscutible valor intelectual, con un incuestionable valor moral; su calidad de maestro de la Facultad de Filosofía y Letras, de la Facultad de Derecho y de la Escuela Nacional Preparatoria le daban la solidez y congruencia que le permitiría cambiar radicalmente el giro de la intención original de los seguidores de Lombardo. Antonio Caso dijo que si la Universidad lo impedía, la cultura social se continuaría haciendo fuera de ella ya que se admitía la orientación, mas no la definición exclusiva de un credo socialista y atacó la triple propuesta de la tercera conclusión, diciendo que tanto la Historia como la Ética deben ser algo más que lo puesto, pues de ellas sólo toman una parte, por lo que planteó que la Universidad primero se concibiera como una institución que no tiene credo mas sí orientación, y
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segundo, permitiendo a cada profesor en libertad enseñar la tesis que guste, siempre y cuando tenga la competencia e idoneidad para hacerlo. Entonces dio a conocer el proyecto de orientación que a su criterio debería tener la Universidad: 1. como unidad cultural de investigación y enseñanza, lo cual implica no preconizar oficialmente algún credo filosófico, social, artístico o científico; 2. cada catedrático expondrá libremente en su cátedra, sujetándose a las leyes, su opinión personal, científica, filosófica, artística, social o religiosa 3. como institución de cultura ayudará a la clase proletaria, dentro de los postulados de la justicia pero sin preconizar teoría económica circunscrita, debido a que éstas son transitorias por su esencia y el bien de los hombres es valor eterno; 4. se procurará discutir entre profesores y alumnos los asuntos de atención pública y cada individuo será responsable de sus opiniones, y 5. la inscripción a 1as cátedras será libre y cada alumno seguirá sus estudios bajo la dirección del profesor que elige. Declaró su respeto por los que piensan diferente, en este caso, la mayoría de los ahí presentes, pero de igual manera reclamó respeto para los que piensen diferente a ellos, añadió que la Universidad como persona moral no puede patrocinar ninguna tesis, ningún credo, ninguna doctrina. Calificó de absurda la propuesta de Lombardo sobre la libertad de cátedra, como hablaba de ella, obligaba a la Universidad a una enseñanza definida. Sin embargo el 13 de septiembre la ponencia presentada por Lombardo Toledano fue aprobada casi por mayoría en un aparente triunfo de la "dictadura del proletariado", pero faltaba lo más importante: el veredicto del Consejo Universitario. Para Vicente Lombardo Toledano ése fue un triunfo efímero, pues apenas aprobada su propuesta afirmó que los conservadores, apoyados por la prensa, la Iglesia Católica y algunos comunistas, que en este caso concreto llegaron a converger, instrumentaron una rápida embestida en la que se inicia el proceso que culminaría en la huelga universitaria. La Facultad de Derecho se declaró a favor de la libertad de cátedra y de la defensa de la autonomía; otros grupos, de Filosofía, Medicina, Comercio y Arquitectura, aprobaron la postura de Lombardo, que era ya la de la Rectoría y también la del gobierno. Estalló la huelga y luego de fuertes presiones que implicaron renuncias y actos violentos, el rector tuvo que renunciar y dejar el cargo a Manuel Gómez Morín, que actuaba como interino. Al asumir Manuel Gómez Morín la rectoría de la Universidad Nacional de México claramente deslinda a la Universidad de toda relación con el Estado, pero dentro de una actitud conciliadora que busca no crear conflicto. Así el mismo 23 de octubre de 1933 ante el Consejo Universitario hace tres aclaraciones: 1) que la Universidad no tiene conflicto con el Estado debido a que este al otorgarle la autonomía reconoce la libertad de cátedra; 2) que la universidad no acepta el cargo que le hace el presidente de 34
la República de servir a intereses ajenos a sus propios fines, y 3) condena a quienes para ella tienen intenciones perversas. Con este último punto hace saber que la Universidad se deslinda de todo fin o intención política. Días más tarde y ante la amenaza de grupos pequeños pero combativos, el rector les hace saber que la Universidad no es un partido político, ni instrumento de propaganda; insiste en que no es un pasivo moral, ni obedece a fines transitorios, de partido o del interés de unos cuantos que aprovechan la autonomía para desfigurar ante la opinión pública el esfuerzo de la Universidad, por lo que pide al Consejo Universitario se afirme la posición de la Universidad ante la vida nacional y exija a los universitarios devoción y disciplina. El 7 de abril de 1934 la autonomía de la Universidad es violada por la policía que ingresa al campus persiguiendo a supuestos provocadores, Gómez Morín se les enfrenta con su persona y ante la opinión pública declara que la misma Universidad puede imponerse ante fuerzas extrañas que conspiran contra su integración, y mediante un documento emanado del Consejo Universitario el 10 de abril rechazan toda liga con partido político alguno, al mismo tiempo que reiteran su capacidad para decidir su destino ya que la Universidad está libre de pasiones, de ligas políticas militantes y de intereses mezquinos inmediatos, para con limpieza de propósitos poder responder a la más alta misión que le ha sido encomendada. Ante las amenazas de incluir a la educación superior en las reformas al artículo tercero de la Constitución el rector Gómez Morín escribe al presidente Abelardo L. Rodríguez haciéndole saber que la Universidad sólo puede cumplir su función que es la de más alto interés para la República, si vive como una comunidad libre, desligada de banderías políticas y confesionales, abierta a los que sinceramente quieran participar en la obra, que es el fin propio del instituto, de investigar, ordenar y criticar los fenómenos de la naturaleza, de la sociedad o del espíritu, para formar y decidir la cultura como actividad de conocimiento intelectual y como proclamación de valores y de normas de conducta. Gómez Morín tomó una actitud enérgica y definida, la Universidad es apolítica y en ello ni un paso atrás, sabía perfectamente lo que su aceptación representaba y en ello la historia se ha encargado de demostrar que intereses sectarios que no coinciden con el fin de la Universidad, no hacen más que desvirtuar su función y afectar seriamente la formación de los universitarios. La Universidad apolítica queda plenamente confirmada durante los trece meses que Manuel Gómez Morín funge como rector de la Universidad Nacional de México. Es una actitud plena de convencimiento que surge como respuesta a una amenaza constante que obliga una respuesta comprometida. Ahora que la actitud congruente de esos días viene a ser una advertencia para la máxima casa de estudios, que aunque en diferentes escenarios vuelve a ser vulnerada por intereses externos, el ceder en parte lleva a los universitarios a confirmar las palabras de Gómez Morín en 1933 y 1934 que sin lugar a falsas interpretaciones claramente reiteran que la Universidad debe ser apolítica.
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Manuel Gómez Morín es quien instaura en la Universidad un régimen de libertad que auspicia la libertad de cátedra, fincada en la libertad de investigación y la libertad de pensamiento, admitiendo con ello la pluralidad de las ideas y en torno a ellas la tolerancia y el respeto.
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5. RECTORES DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
JOAQUÍN EGUÍA LIS (1833-1917)
Nace en la Ciudad de México el I7 de agosto de 1833, muere en esta misma ciudad en 1917. Estudió jurisprudencia en el Colegio de San Ildefonso, del cual fue rector durante el imperio de Maximiliano. Tuvo una activa carrera como docente. Impartió las cátedras de Matemáticas y Física, Derecho Romano, Derecho Civil, en la Escuela de Jurisprudencia. En la República Restaurada participó en comisiones gubernamentales. Fue el primer rector de la Universidad Nacional de México, del 22 de septiembre de 1910 al 22 de septiembre de 1913, durante su gestión en la Universidad, otorgó el grado de Doctor Honoris Causa a Justo Sierra y a Ezequiel A. Chávez como merecido reconocimiento. Enfrentó como rector movimientos de protesta en contra de la existencia de la Universidad, tanto de parte de asociaciones civiles como estudiantiles. A él se debe la incorporación de la Escuela de Enfermería a la Facultad de Medicina. También luchó para ampliar el número de escuelas preparatorias consciente de la creciente demanda. 37
EZEQUIEL A. CHÁVEZ (1868-1946)
Nace en Aguascalientes, Aguascalientes, y muere en la Ciudad de México. Abogado, estudió en la Escuela Nacional de Jurisprudencia. Fue catedrático universitario durante 55 años. Fungió como subsecretario de Instrucción Pública y Bellas Artes (1905-1911). Fue director de la Escuela Nacional Preparatoria y rector de la Universidad Nacional de México en dos periodos: del 1° de diciembre de 1913 al 2 de septiembre de 1914 y del 28 de agosto de 1923 al 8 de diciembre de 1924. Contribuyó a la refundación de la Universidad Nacional en 1910 y ésta le otorgó el doctorado Honoris Causa, dio su nombre a un plantel de la Escuela Nacional Preparatoria. A él se debe la Ley Constitutiva de la Universidad Nacional, asimismo durante su gestión trató de mantener a la Universidad al margen de conflictos políticos que el país enfrentaba. Inclusive tiempo después elabora un proyecto de Ley de Independencia de la Universidad Nacional, que sin lugar a dudas representa una visión de la autonomía universitaria. Debido a su experiencia en universidades extranjeras, aportó a la Universidad una visión universalista, tratando de homologarla con las de Europa y América.
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VALENTÍN GAMA Y CRUZ (1868-1942)
Nació en la ciudad de San Luis Potosí, San Luis Potosí, donde realizó sus estudios preparatorios en el Instituto Científico y Literario, posteriormente ingresó a la Escuela Nacional de Ingenieros, en la que recibió el título de Ingeniero Geógrafo. Fue docente y director de la propia Escuela Nacional de Ingeniería, de la Nacional Preparatoria y, profesor de la Escuela Nacional de Altos Estudios. En 1910, la Universidad Nacional le otorgó el grado de Doctor ex-officio. En 1913 se desempeñó como director del Observatorio Astronómico Nacional y fue Ministro de Fomento en 1915. Ocupo el cargo de Rector del 11 de septiembre, al 4 de diciembre de 1914 y, del 28 de abril al 29 de junio de 1915 por nombramiento del presidente Venustiano Carranza. Entre sus obras publicadas se encuentra: La propiedad en México (1931), La reforma agraria (1931), Memoria para la carta del Valle de México (1920), y otras sobre astronomía y geodesia.
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JOSÉ NATIVIDAD MACÍAS (1857-1948)
Nace en Silao, Guanajuato, el 8 de septiembre de 1857 y muere en la Ciudad de México. Estudió en la Escuela Nacional Preparatoria. Licenciado en Derecho por la Escuela Nacional de Jurisprudencia (1894) de la que fue profesor de Derecho Civil y director al triunfo del carrancismo. Jefe del Departamento Universitario y de Bellas Artes. Diputado federal en la última legislatura del porfiriato (1809-1911) y, por el Partido Antirreeleccionista a la XXVI Legislatura (1911-1913). Cuando ésta fue disuelta por Victoriano Huerta, fue encarcelado en la Penitenciaria del Distrito Federal. Diputado por el Estado de Guanajuato al Congreso Constituyente de 1916-1917. Presidente de la Asociación de Diputados Constituyentes. Se unió al constitucionalismo como colaborador de V. Carranza y asistió a la Convención de Aguascalientes. Tuvo una destacada labor en la elaboración de la Constitución Política de 1917. Rector de la Universidad Nacional de México del 1° de julio de 1915 al 22 de noviembre de 1916 y por segunda vez del 3 de mayo de 1917 al 7 de mayo de 1920. Como rector, intervino, en diciembre de 1917, en la discusión del artículo 3° constitucional.
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MIGUEL E. SCHULTZ (1851-1922)
Miguel E. Schultz nació en la Ciudad de México en 1851; estudió en la Escuela Nacional Preparatoria y posteriormente inició estudios de Arquitectura en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Su trayectoria docente se inició en la Escuela Nacional Preparatoria, donde impartió Cosmogonía, Geografía e Historia y tiempo después fue docente de la Escuela Normal para profesores. Desempeñó cargos como los de oficial primero de la Subsecretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, entre 1904 y 1905; jefe de la sección de Archivo, Estadística e Información de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes en 1905; director interino de la Escuela Nacional Preparatoria, entre 1904 y 1905, y director de la Escuela Nacional de Altos Estudios. Al retirarse provisionalmente de la rectoría José Natividad Macías, para participar en el Congreso Constituyente de 1917, el profesor Miguel E. Schultz ejerce las funciones de rector, a partir del 23 de noviembre de 1916 y hasta el 3 de mayo de 1917.Entre los sucesos más notables de su periodo destaca el cambio de nombre de la Escuela Nacional de Altos Estudios por el de Escuela Nacional de Estudios Superiores y la incorporación de la Escuela Nacional de Industrias Químicas, creada el 23 de septiembre de 1916, que pasa a formar parte de la Universidad el 5 de febrero de 1917, con el nombre de Escuela Nacional de Ciencias e Industrias Químicas.
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BALBINO DÁVALOS BALKIM (1866-1951)
Balbino Dávalos nació en Colima, Col., el 31 de marzo de 1866, donde realizó sus primeros estudios; cursó la carrera de leyes en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, en la Ciudad de México. Ingresó en 1897 al Servicio Exterior Mexicano, representando a México en Estados Unidos, Inglaterra, Portugal, Alemania y Suecia. Fue, además, diputado Constituyente. Se inició en la docencia en 1894, impartiendo Lengua Nacional en la Escuela Nacional Preparatoria, donde fue además profesor de Literatura; fue profesor de Lenguas Romances en la Universidad de Minnesota; de Lengua y Literatura Castellana en la Universidad de Columbia, y de Francés en el City College de Nueva York. En 1920 se desempeñó como director de la Escuela Nacional de Altos Estudios y como director del Departamento Universitario y de Bellas Artes y, en 1925, como director de la Facultad de Filosofía y Letras, de la Facultad para graduados y de la Escuela Normal Superior. Perteneció a la Academia Mexicana de la Lengua, fue traductor, además de crítico, literato y poeta. Dávalos asumió sólo nominalmente la rectoría e la Universidad, después del segundo periodo de José Natividad Macías, del 11 de mayo al 2 de junio de 1920, dejándola en manos de José Vasconcelos. La incertidumbre que rodea este periodo de la historia universal se debe a la difícil coyuntura en la vida política nacional, enmarcada en la disputa del poder que se desató al concluir el periodo presidencial de Carranza, y reavivarse las ambiciones de los antiguos caudillos revolucionarios.
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JOSÉ VASCONCELOS CALDERÓN (1882-1959)
Nace en Oaxaca, Oaxaca, y muere en la Ciudad de México. Concluye en la Escuela Nacional Preparatoria su bachillerato Licenciado en Derecho por la Escuela Nacional de Jurisprudencia en 1906. Presidió el Ateneo de la Juventud (1909), del que fue fundador. Participó en el movimiento Modernista, fue director de la Escuela Nacional Preparatoria, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, fundador de El Colegio Nacional, Doctor Honoris Causa por las universidades de México, Puerto Rico, Chile, Guatemala y de El Salvador. Adolfo de la Huerta lo designó jefe del Departamento Universitario y de Bellas Artes: 1920-1921. Titular de la Secretaría de Educación Pública. Fue rector de la Universidad Nacional de México del 9 de junio de 1920 al 12 de octubre de 1921. Vasconcelos se interesó siempre por la importancia de la educación en el desarrollo de una nación, por lo cual trató de difundir la cultura a los más amplios niveles. Propició el auge del muralismo en México. En 1940 fue director de la Biblioteca Nacional
Su sentimiento hacia el continente americano y la inserción de este en el contexto mundial se ve reflejado en el lema universitario que ostenta hasta hoy en día el escudo de la Universidad. .
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MARIANO SILVA Y ACEVES (1887-1937)
Nació en la Piedad de Cabadas, Michoacán, en 1887; realizó sus primeros estudios en el Seminario de Morelia y luego, en la misma ciudad, ingresó al Colegio de San Nicolás. Más tarde, en 1907, pasó a la Ciudad de México donde curso el último año preparatorio en la Escuela Nacional de Jurisprudencia; ahí estudio la carrera de abogado, titulándose en 1913. Veinte años después concluyó los estudios de doctor en la Facultad de Filosofía y Letras. Tuvo una activa participación en los círculos intelectuales de su época; fue miembro fundador, en 1909, del Ateneo de la Juventud. Realizó actividades docentes en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Escuela Nacional de Altos Estudios desde 1914. Además de sus actividades como filólogo, novelista, cuentista y dramaturgo, desempeñó funciones que pronto lo ubicarían como uno de los responsables de la orientación de la educación nacional. Así, en 1920, lo hayamos desempeñando el cargo de secretario del Departamento Universitario, primero, y luego el de secretario de la Universidad Nacional. La rectoría de la Universidad le es encomendada del 12 de octubre al 12 de diciembre de 1921, el mismo año creó la Escuela de Verano para Extranjeros, que pasaría a depender de la Universidad en 1933. También fue fundador del Instituto de Investigaciones Lingüísticas, adscrito a la Facultad de Filosofía y Letras y, en 1937, creador -en la misma Facultad- de las carreras de Lingüística Románica y Lingüística de Idiomas Indígenas de México.
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ANTONIO CASO Y ANDRADE (1883-1946)
Nace y muere en la Ciudad de México. Estudio en la Escuela Nacional de Jurisprudencia donde se graduó como licenciado en Derecho el 20 de junio de 1908, cuando inicia su labor docente en la Escuela Nacional Preparatoria. Cofundador de la revista Savia Moderna (1906) y del Ateneo de la Juventud (1909-1910). Participó activamente, junto con otros importantes intelectuales mexicanos, en la iniciativa de la autonomía universitaria. Primer secretario y rector de la Universidad Nacional de México en dos ocasiones. La primera de ellas del 7 al 1° de mayo de 1920 y la segunda del 12 de diciembre de 1921 al 28 de agosto de 1923. Fue director de la Escuela Nacional Preparatoria y de la Escuela de Altos Estudios (1920-1932). Durante su desempeño como rector tomó importantes iniciativas, como establecer las bases del reglamento interior de la Universidad, que definían claramente las funciones de las autoridades universitarias, incluyendo al rector mismo así como las relaciones de dependencia entre la Universidad y la Secretaría de Educación Pública. Logró que se estableciera el doctorado en Filosofía y fomentó la labor de extensión universitaria. Fue director, de la Facultad de Filosofía y Letras. Obtuvo varios reconocimientos, entre los que destacan su nombramiento como director y como profesor perpetuo de la Facultad de Filosofía y Letras en 1935. Fue también miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y doctor honoris causa por las universidades de La Habana, Lima, Guatemala, Buenos Aires y Río de Janeiro .
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ALFONSO PRUNEDA GARCÍA (1879-1957)
Nace y muere en la Ciudad de México. Médico Cirujano, titulado en 1902 en la Escuela Nacional de Medicina. Además de dedicarse a la docencia fue, director de la Escuela de Altos Estudios y rector de la Universidad Nacional de México del 30 de diciembre de 1924 al 30 de noviembre de 1928. Fue nombrado Doctor Honoris Causa por parte de las universidades de México y Hamburgo. Destaca en su labor como rector su interés por elevar el nivel de preparación de los profesores universitarios, mediante seminarios, conferencias, además de iniciar una campaña cultural a nivel social, con estudiantes de derecho y de medicina. Trató de mejorar las finanzas de la Casa de Estudios. Concedió a los estudiantes voto dentro del Consejo Universitario. Cohesionó a las escuelas nacionales que conformaron la Universidad mediante un primer intento de regulación general de diversos aspectos académico-administrativos, pues diversas circunstancias habían hecho que funcionaran de manera un tanto dispersa e independiente. Se iniciaron trabajos, coordinados por el Departamento de Extensión Universitaria, con servicios gratuitos de profesores y estudiantes en campañas de alfabetización, instrucción cívica, conferencias de cultura general, bufetes jurídicos gratuitos con estudiantes de derecho, dispensarios médicos con los de medicina, etc. Se inicia también la tradición de invitar profesores extranjeros para que, en calidad de visitantes, impartan cursos. También se reglamentan los exámenes profesionales y los sistemas de reconocimiento, al mismo tiempo que se fomentan nuevas carreras y reforman planes de estudio.
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ANTONIO CASTRO LEAL (1896-1981)
Es el último rector de la Universidad Nacional de México antes de la autonomía universitaria (1929). Nace en San Luis Potosí en 1896 y realiza los estudios previos a la carrera de abogado, en la Escuela Nacional Preparatoria. En 1909 es miembro del Ateneo de la Juventud. Ingresa a la Escuela Nacional de Jurisprudencia en 1914. En 1915 forma parte del grupo llamado de ―Los Siete Sabios‖. Se gradúa como abogado, y posteriormente obtiene el grado de doctor en Derecho por la Universidad Nacional de México y el de doctor en Filosofía por la Universidad de Georgetown, en Washington, D.C. Fue profesor en la Escuela Nacional Preparatoria, en la Escuela Nacional de Jurisprudencia y en la Escuela Nacional de Altos Estudios. Su periodo como rector duró poco más de seis meses, del 9 de diciembre de 1928 al 21 de junio de 1929. Durante ese periodo es creada la sección de Economía de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y se acuerda el aumento de un año al ciclo preparatorio. También durante su rectorado Portes Gil dispuso una nueva ley de la Universidad, proponiendo su autonomía y el 19 de junio de 1929, renuncia a su cargo. En 1934 el ex rector recibe el nombramiento de director de Bellas Artes, y de 1949 a 1952 es Embajador ante la UNESCO donde funge, de 1949 a 1954, como miembro directivo. En 1952 es nombrado investigador de carrera adscrito al Instituto de Investigaciones Estéticas y ese mismo año se le designa coordinador de Humanidades de la UNAM, cargo que desempeña hasta 1954. En 1952 recibió el doctorado honoris causa por la UNAM. 47
IGNACIO GARCÍA TÉLLEZ (1897-1985)
Es el primer rector que surge de esa Universidad autónoma.Nació en León, Guanajuato, y murió en Cuernavaca, Morelos. Licenciado en Derecho por la Universidad Nacional de México. Ocupó altos cargos, como el de gobernador interino de su estado, secretario de Educación Pública, procurador general de la República, Secretario de Gobernación en la etapa de la expropiación petrolera, secretario de Trabajo y Previsión Social en 1940 y director del Instituto Mexicano del Seguro Social en 1944, habiendo sido, en 1938, presidente de la Comisión que formuló el proyecto de Ley del Seguro Social. Fue rector cuando la Universidad obtuvo su autonomía, del 11 de julio al 1° de agosto de 1929 y del 4 de septiembre de 1929 al 12 de septiembre de 1932. Concibe y realiza iniciativas para la creación de la Ciudad Universitaria. Se aprueba el plan de estudios de la Facultad de Filosofía y Letras dividiéndola en Filosofía, Letras, Historia y Ciencias, así como el plan de Economía en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y el seminario para maestros rurales por extensión Universitaria. Como universitario, ejerció la docencia en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y la investigación en el Instituto de Investigaciones Sociales.
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JOSÉ LÓPEZ LIRA (1892-1965)
José López Lira nació en Salamanca, Guanajuato, en 1892. Estudió en la ciudad de Guanajuato, en el Colegio Civil, donde obtuvo el título de abogado. En su entidad natal ejerció los cargos de secretario general de gobierno, magistrado del Tribunal Superior de Justicia y procurador general del Estado. Posteriormente asumió el cargo de subprocurador general de la República y más tarde el de secretario General de la Universidad Nacional Autónoma. En su calidad de secretario general, y conforme a la norma, sustituyó al rector García Téllez del 2 de agosto al 4 de septiembre de 1929. Fue tan corto el paso de José López Lira por la rectoría de la Universidad, que no quedan registros de actividades realizadas durante su gestión, por lo que es fácil suponer que se dedicó fundamentalmente a dar seguimiento y desahogar los asuntos tramitados por García Téllez. Ejerció una importante actividad docente como profesor en la Escuela Nacional de Jurisprudencia y en la de Ciencias Sociales, impartiendo las cátedras de Sociología y de Garantías y Amparo. También impartió cátedra en la Facultad de Comercio y Administración (Sociología, Deontología) y fue ministro de la Suprema Corte en dos ocasiones. Del primero de diciembre de 1952 al 30 de noviembre de 1958, fue secretario de Bienes Nacionales durante el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines.
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ROBERTO MEDELLÍN OSTOS (1881-1941)
Nació en Tantoyuca, Veracruz, y murió en la Ciudad de México. Fue Ingeniero Químico. Profesor de la Escuela Nacional Preparatoria y de la de Altos Estudios, catedrático por cuarenta años, director de la Escuela Nacional Preparatoria, director de la facultad de Ciencias y secretario general de la Universidad. Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México del 12 de septiembre de 1932 al 15 de octubre de 1933. El ambiente político que le tocó enfrentar durante su rectoría fue especialmente difícil, ya que formaba parte de un movimiento intelectual que pretendía una educación socialista en la Universidad, esta posición motivó una fuerte oposición, tanto entre el estudiantado, como entre profesores universitarios que defendían la libertad de cátedra y la no intervención del Estado en la enseñanza impartida en la Universidad. Por lo que se vio en la necesidad de renunciar. Durante el rectorado de Medellín Ostos se hicieron propuestas sobre modificaciones en planes de estudios y creación de otros; tal fue el caso de la Escuela Nacional Preparatoria, dirigida por Lombardo Toledano, en la que se suprimieron las materias de sociología, economía, contabilidad, literatura mexicana e iberoamericana para todos los bachilleratos; también se modifica el plan de estudios de la Escuela de Educación Física; en la Escuela de Artes Plásticas se proponen los cursos de Historia de México y de Economía Política; para la Escuela de Enfermería se aprobó la modificación de los requisitos de ingreso a la carrera de Enfermería, exigiéndose la secundaria. Medellín Ostos ocupó, entre otros, los cargos de oficial mayor de la Secretaría de Educación Pública y secretario general del Departamento de Salubridad Pública.
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MANUEL GÓMEZ MORÍN (1897-1972)
Nació en Batopilas, Chihuahua, y murió en la Ciudad de México. Licenciado en Derecho por la Escuela de Jurisprudencia de la Universidad Nacional. Fue profesor de la Escuela Nacional Preparatoria, secretario de la Facultad de Jurisprudencia, director de la Facultad de Derecho. Trabajó en la Secretaría de Hacienda y Crédito. Fue Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México del 23 de octubre de 1933 al 26 de octubre de 1934. Le tocó asumir la rectoría en un momento crucial y de cambios importantes, y durante ella reformó en 1922 la Escuela Nacional de Jurisprudencia para convertirla en Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Asumió la responsabilidad de consolidar la autonomía. Recuperó el rango de nacional para la máxima casa de estudios mediante el documento Naturaleza Jurídica de la Universidad; Promovió mediante los alumnos la iniciativa para institucionalizar el Servicio Social profesional, mismo que se aprobó años más tarde. Instauró en la Universidad un régimen de libertad que auspicia la libertad de cátedra, fincada en la libertad de investigación y la libertad de pensamiento, admitiendo con ello la pluralidad de las ideas y en torno a ellas la tolerancia y el respeto. En 1944 fue llamado nuevamente para formar parte de la Junta de exrectores convocada por el presidente de la República para que tomara provisionalmente el gobierno de la Universidad. En 1945 fue nombrado miembro de la primera Junta de Gobierno de la Universidad.
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ENRIQUE O. ARAGÓN (1880-1942)
Tras su renuncia en octubre de 1934, Manuel Gómez Morín fue sustituido por Enrique O. Aragón, a la sazón director de la Facultad de Filosofía, tal como lo señalaba el estatuto vigente. Este ilustre médico, doctorado en filosofía en 1933, nació en la Ciudad de México el 22 de marzo de 1880. Estudió en la Escuela Nacional Preparatoria y en 1898 ingresó a la Escuela Nacional de Medicina, donde se tituló de Médico, Cirujano y Partero el 12 de abril de 1904. Impartió cátedra de Psicología y de Moral en la Escuela Nacional Preparatoria y de Física e Historia Natural Médicas y de Anatomía en la Escuela Nacional de Medicina. En 1907 fue secretario de la Escuela Nacional Preparatoria y en 1910 de la Escuela Nacional de Altos Estudios. Especializado en Psiquiatría y Neurología, su interés derivó a la Psicología Experimental. En noviembre de 1932 el Consejo Universitario lo nombró director de la Facultad de Filosofía, tras la renuncia del doctor Antonio Caso, quien acababa de ser reelecto para ese cargo. El 26 de noviembre de 1934 rindió un informe al Consejo Universitario de su gestión de un mes, en la misma sesión en que se aceptaba la renuncia de Manuel Gómez Morín y se elegía a Fernando Ocaranza como rector. 52
FERNANDO OCARANZA CARMONA (1876-1965)
Nace en la Ciudad de México en 1876 y muere en 1965. Doctor en Medicina por la Escuela Nacional de Medicina, y por el Hospital Militar de Instrucción se graduó de Médico Cirujano. Ocupó importantes cargos académicos en la Escuela Nacional de Medicina de la cual fue director, también en la Facultad de Filosofía y Letras. Fue secretario de la Escuela de Medicina de 1921 a 1923 y electo director de la misma por el Consejo Universitario, de 1924 a 1934. Fue rector de la Universidad Nacional Autónoma de México del 26 de noviembre de 1934 al 17 de septiembre de 1965 al quedar vacante la rectoría por renuncia de Manuel Gómez Morín. Destaca en su labor como rector el haber cambiado el periodo del bachillerato a cinco años con el nombre de Extensión Universitaria. Ante la crisis económica ocasionada por la insuficiencia del subsidio decretado por la Ley de 1933, el rector Ocaranza se dirigió al presidente de la República manifestándole la imposibilidad de la Universidad de seguir trabajando en esas condiciones. La respuesta del gobierno llevó al rector y a 28 consejeros universitarios (la mayoría del Consejo) a presentar su renuncia el 17 de septiembre de 1935. En 1944 fue llamado por el presidente Manuel Ávila Camacho para formar parte de la Junta de exrectores que asumió provisionalmente el gobierno de la institución. La Universidad reconoció su méritos nombrándolo miembro de la primera Junta de Gobierno que tuvo la institución y concediéndole el doctorado honoris causa en 1949. 53
LUIS CHICO GOERNE (1892-1960)
Nace en Guanajuato, Guanajuato, y muere en la Ciudad de México. Fue Licenciado en Derecho, magistrado del Supremo Tribunal Militar, profesor de la Escuela Libre de Derecho y de la de Jurisprudencia, así como de la Facultad de Filosofía y Estudios Superiores y en la Escuela de Verano. En agosto de 1929 fue designado director de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales por el Consejo Universitario, recién declarada la autonomía universitaria, según lo dictaba la ley vigente. Ocupó el cargo de rector de la Universidad Nacional Autónoma de México del 24 de septiembre de 1935 al 9 de junio de 1938. Durante su rectorado se creó la Escuela Nacional de Economía y Radio Universidad. Se creó también entonces el Laboratorio de Arte, antecedente del Instituto de Investigaciones Estéticas. En 1936 propone un nuevo estatuto de la Universidad Nacional que es aprobado por el Consejo Universitario, y cuya característica es la forma diferente en que expresa los fines de la Universidad. Como en el caso de los otros dos estatutos que se aprobaron durante la vigencia de la Ley de 1933, tiene impreso el sello del rector en cuestiones conceptuales y organizativas. Con motivo de la expropiación petrolera, Luis Chico Goerne encabezó en 1938 una manifestación de apoyo al frente de los universitarios. En esa ocasión el presidente Cárdenas lo invitó al balcón presidencial, donde ondeó la bandera de la Universidad. En 1944, junto con los otros exrectores, asume provisionalmente el gobierno de la Universidad.
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GUSTAVO BAZ PRADA (1894-1987)
Nace en Tlalnepantla, Estado de México, y muere en la Ciudad de México. Hizo sus estudios preparatorios en el Instituto Científico y Literario ―Porfirio Díaz‖ de su estado natal. Doctor en Medicina por la Escuela Nacional de Medicina de la que fue catedrático, hizo estudios superiores en Europa y Estados Unidos. Fue designado gobernador del Estado de México; Director de la Escuela Nacional de Medicina y rector de la Universidad Nacional Autónoma de México del 21 de junio de 1938 al 3 de diciembre de 1940. Crea el primer Reglamentó General de Inscripciones, y un nuevo estatuto para la Universidad en el texto destaca una clara preocupación por la disciplina en la institución, lo que también se manifiesta en otros ordenamientos como el reglamento general que norma la conducta de los alumnos de la Escuela Nacional Preparatoria. Creó el servicio social de los estudiantes de la Escuela Nacional de Medicina que más tarde se extendería a toda la Universidad, y de esta manera la institución fortalece sus vínculos con la sociedad. En diciembre de 1940 el presidente Manuel Ávila Camacho lo llama a ocupar la Secretaría de Asistencia, transformada por Gustavo Baz en Salubridad y Asistencia, y presenta su renuncia a la rectoría. El Consejo Universitario no la acepta, le concede licencia y le da el título de Rector Honorario ―por los esfuerzos que desarrolló para el prestigio de la Universidad, por su magnífica labor, entusiasta empeño y gran amor a la institución durante el tiempo que ha estado al frente de ella‖. En 1944 es llamado a formar parte de la Junta de exrectores que gobernó provisionalmente a la Universidad. 55
MARIO DE LA CUEVA (1901-1981)
Nace y muere en la Ciudad de México. Hizo sus estudios preparatorianos en el Colegio Francés. Licenciado en Derecho por la Escuela Nacional de Jurisprudencia. Hizo estudios de filosofía e historia en la Escuela de Altos Estudios y de derecho y filosofía en la Universidad de Berlín. Imparte cátedra desde 1929 en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y desde su fundación, en la Escuela Nacional de Economía. Entre otras asignaturas enseña Teoría General del Derecho, Teoría General del Estado, Derecho Industrial y Derecho del Trabajo. En agosto de 1938 el rector Gustavo Baz lo invita como secretario general de la Universidad. Cuando ocupaba este cargo se le concede licencia indefinida al rector en diciembre de 1940 y se nombra rector provisional o interino a Mario de la Cueva para concluir el periodo en 1942. Dos años después forma también parte de la Junta de exrectores que provisionalmente dirigió la institución. En 1945 es nombrado miembro de la Junta de Gobierno; la propia junta lo designa director de la Facultad de Derecho en octubre de 1951. Al dejar su cargo de coordinador de Humanidades, para el que había sido nombrado en 1961 por el rector Chávez, se le otorga la distinción de Profesor Emérito de la Facultad de Derecho. En atención a sus méritos le fue otorgado el doctorado honoris causa por la Universidad Nacional Autónoma de México y por la de San Carlos de Guatemala.
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RODULFO BRITO FOUCHER
(1899-1979)
Nació en Villahermosa, Tabasco. Revalidó en la Escuela Nacional Preparatoria los estudios hechos en Tabasco. Estudió derecho en la Escuela Nacional de Jurisprudencia. Fue maestro de la Escuela Nacional Preparatoria y en la de Jurisprudencia, director de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. En 1929 es nombrado profesor con cátedras en las carreras de Derecho y de Economía. Ejerce con distinción la cátedra de Historia de las Instituciones Civiles de México. El 30 de noviembre de 1932 el Consejo Universitario lo nombra director de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, cargo desde el cual lucha por la libertad de cátedra. Su salida de la dirección en 1933 tuvo que ver con el conflicto por la imposición de la educación socialista. Como Rector del 20 de junio de 1942 al 27 de julio de 1944 creó los departamentos de Investigación Científica y Humanidades y estableció además la categoría de profesor universitario de carrera. El reglamento que crea la posición de profesor universitario de carrera fue también aprobado durante su gestión en diciembre de 1943. En julio de 1944, en el periodo de elección de directores de las facultades y escuelas universitarias, se suscita una crisis en tres escuelas de la Universidad inconformes con la elección de sus directores. En un multitudinario Consejo Universitario, el mayor de la historia según el propio rector, se reelige a diez directores y se nombra a tres. Ante este hecho, como lo había ya advertido al presidente de la República, renuncia el rector Brito Foucher, presentando un largo y apasionado documento al Consejo Universitario que es publicado en los periódicos, a página entera, el 28 de julio de 1944.
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SAMUEL RAMÍREZ MORENO (1898-1951)
En julio de 1944, cuando renunció a la rectoría Rodulfo Brito Foucher, era secretario general de la Universidad Samuel Ramírez Moreno, quien había sido designado para ese cargo el 8 de julio de 1943. En tal circunstancia, y de acuerdo con lo previsto en el estatuto, Ramírez Moreno sustituyó a Brito Foucher y, conforme al propio mandato legal, convocó al Consejo para que designara al nuevo rector. Samuel Ramírez Moreno nació en la Ciudad de México en 1898. Hizo sus primeros estudios en el Colegio Americano y concluyó sus estudios preparatorios en 1917 en la Escuela Nacional Preparatoria. Ingresó en la Escuela Nacional de Medicina en 1918 y presentó examen profesional en agosto de 1924. Fundó, siendo estudiante, el Pabellón de Neurosífilis del Manicomio General. Prestó sus servicios en la Escuela Nacional de Medicina en 1926 como jefe de Clínica y desde 1928 como catedrático de Neuropsiquiatría. Fue miembro numerario de la Academia Nacional de Medicina y presidente de la Sección de Psiquiatría y Neurología. Ocupó la Dirección del Manicomio General de 1929 a 1943. Realizó importantes actividades respecto a la salud mental, asistiendo a congresos internacionales y fomentando las relaciones con los centros neuropsiquiátricos extranjeros, ante los que gestionó becas para jóvenes médicos mexicanos. 58
JOSÉ AGUILAR ÁLVAREZ (1902-1959)
José Aguilar Álvarez, nació en la Ciudad de México en 1902. Estudió en el Colegio Francés y concluyó sus estudios preparatorios en la Escuela Nacional Preparatoria. En marzo de 1923 presentó su examen profesional para obtener el título de médico cirujano. En 1925 inició su carrera como docente, impartiendo la materia de Anatomía Topográfica en la Escuela Nacional de Medicina. En julio de 1938 el Consejo Universitario lo designó director de la Escuela Nacional de Medicina, cargo que desempeñó hasta julio de 1942. En atención a la convocatoria emitida por Samuel Ramírez Moreno, un nutrido grupo del Consejo Universitario, siete de los quince directores y la mayoría de los consejeros profesores y alumnos y de los presidentes de las sociedades de alumnos, se reunieron para elegir rector el 3 de agosto de 1944. Este Consejo, nombró a José Aguilar Álvarez. Simultáneamente a esta designación, otro grupo de universitarios nombró rector a Manuel Gual Vidal para el mismo cargo. Ante ese hecho el presidente Manuel Ávila Camacho pidió a ambos rectores renunciar a sus posiciones particulares y prescindir de las discutibles situaciones de hecho o de derecho en que sustentaban su posición. Cuando Aguilar Álvarez comunicó al Consejo la decisión presidencial, y después de varias horas de discusión, se tomó el acuerdo de nombrar una comisión integrada por el propio rector, el director de la Facultad de Filosofía y Letras y tres eminentes abogados, como asesores, con el objeto de ―armonizar la posición presidencial con el Estatuto Universitario y la Ley Orgánica‖. Tras haberlo discutido nuevamente, el Consejo Universitario acordó que una vez conocida la designación del nuevo rector se llenarían las formalidades legales para cooperar con él. En esa ocasión, Aguilar Álvarez renunció a la rectoría ―en virtud de un acuerdo de caballeros‖ con el presidente de la República. 59
MANUEL GUAL VIDAL (1903-1954)
Nació en Campeche en 1903. Termina sus estudios preparatorios en la Escuela Nacional Preparatoria en 1918 e ingresa a la Escuela de Jurisprudencia, en donde se recibe como abogado en junio de 1926. Desde enero de 1925 ejerce la docencia como profesor adjunto de Derecho Internacional Público. En mayo de 1939 es electo director de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, cargo que ocupa hasta mayo de 1941. En 1946 el presidente Miguel Alemán lo nombra secretario de Educación Pública; en marzo de 1950 se le nombró profesor del doctorado en Derecho. Al día siguiente de la renuncia de Rodulfo Brito Foucher, en julio de 1944, un grupo encabezado por Manuel Gual Vidal, Roberto Medellín Ostos y Raúl Cervantes Ahumada quienes preocupados por considerar acéfala a la Universidad, constituyeron un Directorio que pretendía salvar a la institución y tomar las oficinas. Convocaron a los universitarios a una reunión el 3 de agosto en la que designarían un Consejo Universitario Constituyente que abría de elegir rector y, abocándose al conocimiento de los problemas de la Universidad, haría las reformas necesarias al estatuto. Este Consejo nombró rector por unanimidad a Manuel Gual Vidal, quien se dispuso a realizar las acciones que consideró necesarias para resolver la crisis de la Universidad. Sin embargo, tan sólo cuatro días después, el presidente de la República decidió pedir tanto a este rector como a José Aguilar Álvarez, designado por el Consejo Universitario, que renunciaran, ya que había nombrado una junta de avenimiento que asumiría la dirección de la institución y restablecería la organización universitaria. Aunque con alguna resistencia, pero interesados en la resolución del problema que ponía en crisis a la Universidad, este grupo de universitarios, al igual que el encabezado por José Aguilar Álvarez, acató la decisión presidencial y después de la renuncia de Gual Vidal entregó a los miembros de la Junta de exrectores el edificio de la rectoría. 60
ALFONSO CASO Y ANDRADE (1896-1970)
Nace y muere en la Ciudad de México. Arqueólogo, antropólogo, y Licenciado en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México, donde fue catedrático por dos décadas. Director de la Escuela Nacional Preparatoria, del Instituto Nacional de Antropología e Historia, director general de Enseñanza Superior de la Secretaría de Educación Pública. Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México del 15 de agosto de 1944 al 24 de marzo de 1945. Durante su rectorado Creó el Instituto de Orientación y Selección, con base psicotécnica, de corta existencia. Instaló el Consejo Constituyente Universitario para discutir el proyecto de Ley Orgánica, que actualmente rige a la UNAM, el proyecto fue aprobado por el Congreso de la Unión el 30 de diciembre de 1944 y publicado en el Diario Oficial el 6 de enero de 1945. Posteriormente, se abocó a la discusión del proyecto de Estatuto General de la Universidad derivado de la Ley Orgánica, mismo que se aprobó en la sesión del 9 de marzo de 1945, en la cual el rector anunciaba su retiro y la presentación de un nuevo rector quien, en junio de ese año, declaró clausuradas las tareas del Consejo Constituyente. El rectorado de Caso fue fundamental para determinar el rumbo de nuestra institución como una de las más importantes de Latinoamérica. Fuera de la Universidad, fue secretario de Bienes Nacionales e Inspección Administrativa (1946 a 1948) y posteriormente fundador y director del Instituto Nacional Indigenísta. Obtuvo el doctorado honoris causa de varias universidades; en 1948 recibió el premio ―Manuel Ávila Camacho‖ y en 1960 el Premio Nacional de Ciencias.
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GENARO FERNÁNDEZ MACGREGOR (1883-1959)
Nace y muere en la Ciudad de México. Licenciado en Derecho por la Escuela Nacional de Jurisprudencia. Profesor en la Escuela Nacional Preparatoria, y en la Escuela de Jurisprudencia. Consejero de la Embajada de México en Washington, y rector de la Universidad Nacional Autónoma de México del 24 marzo de 1945 al 28 febrero de 1946 Se le considera como el primer rector elegido mediante las disposiciones de la Ley Orgánica de la Universidad. Durante su labor funda el Instituto de Geofísica, la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia y el Instituto de Investigaciones Históricas. Se presentaron los proyectos del Reglamento de Creación del Profesorado de Carrera, Reglamento de las Relaciones del Patronato y el Rector, Reglamento de Oposiciones, y la Iniciativa de Ley sobre Fundación y Creación de la Ciudad Universitaria. Fuera de la Universidad desempeñó los cargos de director de Asuntos Internacionales de la Secretaría de Relaciones Exteriores, abogado consultor de las misma Secretaría y miembro del Tribunal de Arbitraje de la Haya. También desarrollo una importante actividad como escritor y novelista y fundó la Revista Mexicana de Derecho Internacional. Entre sus obras se encuentran: Novelas Triviales (1918), Mies tardía (1939), Apunte crítico sobre el arte contemporáneo (1931), La santificación de Sor Juana (1932), Mora redivivo (1938) y otras.
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SALVADOR ZUBIRÁN ANCHONDO
(1898-1998)
Nace en Cusihuiriáchic, Chihuahua, y muere en la Ciudad de México. Se tituló de Médico Cirujano en la Escuela Nacional de Medicina de la Universidad Nacional de México. Hizo estudios superiores en la Universidad de Harvard, fue subsecretario de la Secretaría de Asistencia Pública y rector de la Universidad Nacional Autónoma de México del 4 de marzo de 1946 al 25 de febrero de 1947, y del 28 de febrero de 1947 al 23 de abril de 1948. Importante labor realizó como rector, entre otros logros obtuvo un importante aumento en el subsidio que el Gobierno otorgaba a la Universidad mediante un llamado a la sociedad logró reunir fondos que destinó a las bibliotecas. Impulsó la creación Ciudad Universitaria, obtuvo los terrenos y se realizó el proyecto para edificarla. Fue el primero en racionalizar la matrícula de la Universidad, que disminuyó de 23 000 estudiantes que había en 1946 a 20 500 en 1947, mediante la aplicación de las medidas disciplinarias que marcaba el estatuto. Atendió al desempeño de los profesores y uniformó el calendario escolar en toda la Universidad. Dio forma orgánica al Colegio de Directores de Facultades y Escuelas, involucrándolos no sólo en la discusión sino en la solución de los problemas universitarios. Fundó también la Escuela de Graduados para estudios superiores. El Reglamento de Investigadores de Carrera, aprobado por el Consejo Universitario el 29 de agosto de 1946 fue una de las principales acciones legislativas de su gestión. La Universidad reconoció sus méritos y lo reivindicó al nombrarlo miembro de la Junta de Gobierno en 1958, profesor emérito en 1967 y doctor honoris causa en 1979.
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ALFONSO OCHOA RAVIZÉ (1913-1992)
Con la preocupación, que es una constante en la historia de la Universidad, de no dejar acéfala a la institución y ante la lamentable salida del rector Zubirán, la Junta de Gobierno designó en 1948 a Alfonso Ochoa Ravizé para ocuparse de los asuntos administrativos de la rectoría en tanto se nombraba a un nuevo rector, encargo que cumplió del 24 de abril al 1 de junio de ese año. Ochoa Ravizé nació el 15 de agosto de 1913 en la Ciudad de México. Ingresó a la Escuela Superior de Comercio y Administración en 1926 y concluyó sus estudios en la UNAM, en donde presentó su examen profesional en diciembre de 1933. Impartió clases en la Escuela de Comercio y Administración desde 1938 hasta que se jubiló en 1975. En 1944 fue designado director de la Escuela Nacional de Comercio y Administración y siendo, miembro del Consejo Universitario, participó en los trabajos tendientes a la promulgación de la Ley y el Estatuto de la Universidad. Formó parte, durante este de la Comisión de Presupuesto del Consejo Universitario. Siendo director de la Escuela Nacional de Comercio fundó la primera biblioteca del plantel con donativos obtenidos de contadores y empresas. En 1967 la Junta de Gobierno lo designó miembro del Patronato de la Universidad, correspondiéndole por acuerdo de los miembros de éste, la primera presidencia de carácter rotatorio. Desde ese puesto delineó la personalidad de ese cuerpo universitario, especialmente frente a las otras autoridades.
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LUIS GARRIDO DÍAZ (1898-1973)
Nace en la Ciudad de México y muere en Francia. Jurista y escritor. Se recibió de abogado en la Escuela Nacional de Jurisprudencia. Realizó estudios superiores en la Escuela de Altos Estudios en la cual colaboró más tarde como profesor. Fue director de la Escuela de Derecho de la Universidad Michoacana y rector interino de la misma. Ocupó la rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México del 2 de junio de 1948 al 2 de junio de 1952, y del 2 de junio de 1952 al 14 de febrero de 1953. Bajo la Ley Orgánica vigente fue el primero en concluir su periodo. Durante su gestión se expidió el Reglamento para la Elección de Representantes de Profesores y Alumnos ante los Consejos Técnicos de Escuelas y Facultades; se aprobó el proyecto de Reglamento del Consejo Universitario; se creó el Doctorado en Derecho y se aprobó el reglamento correspondiente; se colocó el 5 de junio de 1950, la primera piedra de la Ciudad Universitaria, correspondiente a la Facultad de Ciencias Políticas; se fundaron la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y el Departamento de Psicopedagogía y se probó el proyecto de las Bases Constitutivas de la Unión de Universidades de América Latina. Se modificaron los planes de estudio de la Escuela Nacional de Ingeniería y se crearon, en 1950, las carreras de Ciencias Políticas, Ciencias Sociales, Periodismo y Ciencias Diplomáticas. En 1951 se logró la incorporación de los empleados de la UNAM a la Dirección General de Pensiones Civiles. Fue fundador de la Asociación Mexicana de Universidades y tesorero de la Academia Mexicana de la Lengua. Obtuvo varios doctorados, entre los que destacan los otorgados por la Universidad Veracruzana, por la UNAM y por la Western University, y el honoris causa de la Universidad de Puebla y de la Universidad Veracruzana.
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NABOR CARRILLO FLORES (1911-1967)
Nace y muere en la Ciudad de México. Ingeniero civil con maestría de la Universidad Nacional Autónoma de México, además doctorado en Harvard. Primer coordinador de la Investigación Científica. Fue uno de los responsables directos del inicio de la investigación en física nuclear en la Universidad, con la creación del Laboratorio Van de Graaff. Rector de la Universidad del 14 de febrero de 1953 al 13 de febrero de 1957, y del 13 de febrero de 1957 al 13 de febrero de 1961. Durante su rectorado se inauguraron las instalaciones de la Ciudad Universitaria. Enfrentó el proceso de masificación de la Universidad, pues ya instalada en la nueva sede, se produjo una demanda de inscripciones nunca antes vista, fenómeno que requirió de un proyecto administrativo eficiente para salir adelante. Se implemento la idea de la congelación de cuotas, con el fin de ampliar la base estudiantil a amplios sectores de la población. Dio importante apoyo al aspecto de la investigación. Varias escuelas se convirtieron en facultades, como Medicina e Ingeniería, y se crearon nuevas carreras como Administración de Empresas, Bibliotecología, Pedagogía y Artes Plásticas. Fue suprimida la Escuela de Graduados, para dar paso al Consejo de Doctorado. Enfrento y salió adelante en un conflicto estudiantil en 1958, con motivo de aumentos a las cuotas de pasaje en el transporte urbano, con la intervención de la fuerza pública ante los reclamos estudiantiles y siendo custodiadas las instalaciones universitarias. No obstante, las autoridades universitarias pudieron sortear airosamente el conflicto en lo que a su esfera de responsabilidades competía. Rrecibió la distinción de doctor honoris causa por la Universidad de Michigan, en 1956 y el Premio Nacional de Ciencias en 1957.
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IGNACIO CHÁVEZ SÁNCHEZ
(1897-1979)
Nació en Zirándaro, Michoacán. Doctor en Medicina por la Universidad Nacional. Fundador del Instituto Nacional de Cardiología, rector de la Universidad Michoacán, director de la Escuela Nacional de Medicina. Recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes y numerosas distinciones académicas de universidades extranjeras. Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México del 13 de febrero de 1961 al 13 de febrero de 1965, y del 13 de febrero de 1965 al 27 de abril de 1966. Introdujo reformas en los planes de estudio y estableció normas rígidas para el ingreso y permanencia de los estudiantes. En 1962, por iniciativa del rector se hizo el primer examen de admisión a los estudiantes, hubo un movimiento de protesta por parte de los alumnos. Igualmente fue riguroso con los profesores, por lo que impulsó la regularización del cuerpo docente y una modernización educativa. Otra medida importante fue agregar un año más al bachillerato y los planteles elevados al número de nueve de la Escuela Nacional Preparatoria, fueron dotados de modernas instalaciones y se creó una Preparatoria Piloto. La ocupación de la Ciudad Universitaria fue completada con el traspaso en 1962 de la Escuela de Ciencias Químicas, que se elevó a Facultad en 1965, lo mismo que la de Comercio y Administración. Fueron aprobados los estatutos del Personal Docente y del Administrativo, además del Reglamento de los Investigadores. Llegó a sumar 95 títulos honoris causa en otras tantas universidades dentro y fuera del país.
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JAVIER BARROS SIERRA (1915-1971)
Nace y muere en la Ciudad de México, Graduado en Ingeniería Civil y en la maestría en Ciencias Matemáticas en la UNAM. Maestro en Ciencias Matemáticas, director de la Escuela Nacional de Ingeniería y del Instituto Mexicano del Petróleo, secretario de Obras Públicas. Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México del 5 de mayo de 1966 al 5 de mayo de 1970. Asumió la rectoría en un momento de fuertes tensiones y protestas principalmente por el examen de admisión, manejo la situación hábilmente y solucionó la crisis, pero concedió el pase automático a los estudiantes de las preparatorias de la Universidad. Creó las direcciones generales del Profesorado y del Personal. Logró la adopción del sistema contable conocido como Presupuesto por Programa. Se estableció el sistema de créditos y la periodización por semestres, se pusieron en práctica diseños curriculares con materias optativas, se crearon carreras cortas derivadas de licenciatura, tratando de abatir los altos índices de deserción. Las escuelas de Ciencias Políticas y Sociales y de Medicina Veterinaria y Zootecnia fueron elevadas al rango de facultades y se introdujo el área de Bellas Artes en el bachillerato. Creó los reglamentos generales de Estudios Superiores, de los Centros de Extensión Universitaria y de Estudios Técnicos y Profesionales. El Reglamento de los Investigadores fue transformado en estatuto. Enfrentó los disturbios en los planteles de Medicina y Odontología, la huelga magisterial en la Escuela Nacional Preparatoria y la llamada Preparatoria Popular, movimiento de candidatos rechazados en el examen de admisión. Su personalidad se destacó por la defensa que hizo de la autonomía universitaria durante el movimiento de 1968.
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PABLO GONZÁLEZ
CASANOVA
(1922)
Nace en Toluca, Estado de México. Es Doctor en Sociología por la Universidad de París. Profesor de la Escuela Nacional Preparatoria y de la Escuela Nacional de Ciencias Políticas y Sociales. Director de la Escuela Nacional de Economía, director del Instituto de Investigaciones Sociales. Obtuvo el doctorado en Sociología en la Universidad de París. Fue rector del 6 de mayo de 1970 al 7 de diciembre de 1972. Durante su rectorado, creó el Colegio de Ciencias y Humanidades, en su esfuerzo por resolver el problema del crecimiento en la demanda estudiantil; el Consejo Universitario aprobó el Estatuto del Personal académico que derogaba y sustituía el elaborado por Chávez y en febrero de 1972 el estatuto del Sistema de Universidad Abierta. En 1971 resurgió el movimiento estudiantil. El 31 de julio del año siguiente, la torre de rectoría fue ocupada por unos cabecillas que exigían el ingreso a los planteles universitarios de estudiantes normalistas, paralizando las actividades de la Universidad y en el mes de octubre de ese año estalló una huelga de trabajadores que exigían la firma de un contrato colectivo de trabajo. El rector González Casanova renunció al cargo para reintegrarse a sus actividades académicas de docencia e investigación. Ha recibido el premio nacional de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía; es profesor emérito de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales e investigador emérito del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM; Premio Universidad Nacional en el Área de Investigaciones en Ciencias Sociales y recipiendario de doctorados honoris causa otorgados por las universidades de Colima, Guadalajara, Montevideo, Autónoma de Puebla, La Habana y Central de Venezuela. Actualmente dirige el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades. Autor prolífico de medio centenar de libros y numerosos artículos, es reconocido por su texto clásico La democracia en México
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GUILLERMO SOBERÓN ACEVEDO (1925
Nació en Iguala, Guerrero; es Médico Cirujano por la Escuela Nacional de Medicina de la UNAM, Doctor en Química Fisiológica por la Universidad de Wisconsin. Investigador del Instituto de Investigaciones Biomédicas, y del Centro de Investigación sobre Fijación de Nitrógeno, director del Instituto de Estudios Médicos y Biológicos y rector de la Universidad Nacional Autónoma de México del 3 de enero de 1973 al 3 de enero de 1977, y del 3 de enero de 1977 al 2 de enero de 1981. Tomó la iniciativa de descentralización y creó varías unidades profesionales fuera de la Ciudad Universitaria (Cuautitlán, Acatlán, Iztacala, Aragón y Zaragoza). Estableció la Estación Regional del Noreste del Instituto de Geología en Hermosillo, Sonora; el Observatorio Astronómico Nacional del Instituto de Astronomía en San Pedro Mártir, Baja California, y los buques de investigación oceanográfica El Puma y Justo Sierra del Centro de Ciencias del Mar y Limnología. Se crearon la Facultad de Psicología, la Escuela Nacional de Trabajo Social, el Centro de Investigación en Matemáticas Aplicadas y Sistemas, los institutos de Investigaciones Antropológicas y de Ingeniería, y los centros de Investigaciones en Fisiología Celular, de Estudios sobre la Ciudad, de Ciencias de la Atmósfera, el Centro Cultural Universitario entre otros. Las escuelas de Odontología y Economía se transformaron en facultades. Fue secretario de Salud. Ha recibido los doctorados honoris causa por las universidades de Wisconsin, Oviedo, Tel Aviv, Salamanca y de la propia UNAM. Actualmente es investigador del Instituto de investigaciones Biomédicas y del Centro de Investigaciones sobre Fijación del Nitrógeno y presidente ejecutivo de la Fundación Mexicana para la Salud.
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OCTAVIO RIVERO SERRANO (1929)
Nació en Puebla, Puebla. Es Médico Cirujano por la Universidad Nacional Autónoma de México, director de la Facultad de Medicina, presidente de la Academia Nacional de Medicina. Director por muchos años de la Escuela Nacional de Medicina. Fue rector de la Universidad Nacional Autónoma de México del 3 de enero de 1981 al 31 de diciembre de 1984. Durante el rectorado de Octavio Rivero se desarrolló el Programa de Superación del Personal Académico como una de las más importantes herramientas para la formación del personal académico. El Sistema de Universidad Abierta, creado durante la gestión del rector Pablo González Casanova, llegó entonces a unos 5 mil alumnos. En el área de investigación se implantaron los programas de Alimentos, Investigación Clínica, de Cómputo y de Energía con el fin de promover la conexión entre los sectores científicos y productivos. Otro importante proyecto fue la creación de la Dirección de Innovación Tecnológica. No obstante que durante su gestión el presupuesto de la UNAM se redujo considerablemente, se inauguraron en el estado de Morelos las nuevas instalaciones del Centro de Investigaciones en Fisiología Celular, del complejo arquitectónico que alberga la sede del Centro de Investigaciones sobre Ingeniería Genética y Biotecnología, así como instalaciones foráneas del Instituto de Física y del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas. También en el interior de la República se inauguraron, en Temixco, Morelos, el Laboratorio de Energía Solar y la Estación Puerto Morelos del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, en Quintana Roo. En 1991 es designado coordinador del Programa Universitario de Medio Ambiente, desde donde impulsa la especialidad en Medicina Ambiental. Actualmente es secretario del Consejo de Salubridad General. Tiene un centenar de trabajos publicados en revistas especializadas, además de ser autor o coautor de 20 libros.
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JORGE CARPIZO MACGREGOR (1944)
Nació en Campeche, Campeche. Es Licenciado en Derecho por la UNAM y Doctor en Derecho Constitucional. Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas, abogado general, coordinador de Humanidades y rector de la Universidad Nacional Autónoma de México del 1 ° de enero de 1985 al 1º de enero de 1989. Durante su rectorado promovió la revisión, modificación y aprobación de nuevas formas de titulación, incrementó el presupuesto para investigación y estableció las becas alimentarias para alumnos sobresalientes de la Universidad. Igualmente, creó la Coordinación de Estudios de Posgrado; los institutos de Ciencias Nucleares y Fisiología Celular; los centros de Ecología, de Investigaciones Multidisciplinarias sobre Sociedad y Cultura, y de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades; el Programa Universitario de Investigación sobre Estudios de América. Se constituyeron el Colegio de Directores del Bachillerato, la Comisión de Educación Continua, la Coordinación de Egresados y el Consejo Asesor de Cómputo al mismo tiempo que se diseñó e instaló la primera etapa de la red universitaria de cómputo, el Consejo de Planeación y la Defensoría de los Derechos Universitarios. Se construyó en el campus del Pedregal la Ciudad de la Investigación en Humanidades y se inauguró en Cuernavaca, Morelos, la Ciudad de la Investigación Científica de la UNAM. Una vez concluida su gestión como rector. Jorge Carpizo ocupó sucesivamente los siguientes cargos: ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, presidente fundador de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, procurador general de la República, secretario de Gobernación y embajador de México en Francia. Actualmente desarrolla su actividad académica en el Instituto de Investigaciones Jurídicas.
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JOSÉ SARUKHÁN KÉRMEZ (1940)
Nació en la Ciudad de México. Es Licenciado en Biología por la UNAM, Maestro en Ciencias Agrícolas por Chapingo, Doctor en Ecología por la Universidad de Gales. Profesor e investigador en universidades nacionales y extranjeras. Investigador del Instituto de Ecología, director del Instituto de Biología y coordinador de la Investigación Científica. Fue rector del 2 de enero de 1989 al 1° de enero de 1993, y del 2 de enero de 1993 al 6 de enero de 1997. Durante su rectorado propició el fortalecimiento de las instancias colegiadas existentes y creó los consejos académicos de área de las Ciencias Biológicas y de la Salud, de las Ciencias Físico-Matemáticas y de las Ingenierías, de las Humanidades y de las Artes, y de las Ciencias Sociales; el Consejo del Bachillerato, el Consejo de Difusión Cultural y el Consejo del Sistema Bibliotecario. Se creó el Centro de Investigaciones sobre América del Norte y tuvo lugar la transformación de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza. Diseñó e implantó programas de estímulos a la productividad y al rendimiento académico: el de Primas al Desempeño, el de Estímulos a la Productividad y al Rendimiento del Personal Académico de Asignatura, el de Fomento a la Docencia para Profesores e Investigadores de Carrera, y el de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Docente. Se crearon los programas universitarios de Investigación y Desarrollo Espacial, de Medio Ambiente, de Estudios de Género y de Estudios sobre la Ciudad. Modificó Reglamento General de Estudios de Posgrado, se expandió el uso del cómputo y de las telecomunicaciones y se implantó el Programa de Modernización del Sistema Bibliotecario. Se construyeron los laboratorios de Creatividad y los Avanzados de Ciencias Experimentales para el Bachillerato y el de Cómputo. Inauguró el Museo de Ciencias Universum. Actualmente es coordinador nacional de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad. 73
FRANCISCO BARNÉS DE CASTRO (1946)
Nació el 11 de septiembre de 1946 en la Ciudad de México, en 1968 inició su carrera académica en esta Casa de Estudios, siendo egresado de la Facultad de Química y obtuvo los grados de maestría en Ciencias y doctorado en Ingeniería Química en la Universidad de California en Berkeley, Estados Unidos. Durante poco más de dos años fue secretario general de la UNAM, secretario del Consejo Universitario. Durante su rectorado, se inaugura la sección Óptica del Museo de las Ciencias Universum; se reorganiza la Estructura Administrativa de la Universidad Nacional Autónoma de México; creando la Secretaría de Planeación y desapareciendo a la Secretaría de Servicios Académicos; Creó la Coordinación de Vinculación, el Colegio de Administración. Constituye los consejos de administración y las coordinaciones de servicios administrativos en Juriquilla, Querétaro y en Morelia Michoacán. Regula el registro patrimonial de los funcionarios y empleados, así como el procedimiento de validación y depósito de los convenios, contratos y demás instrumentos consensuales en que la Universidad sea parte. Se aprobaron las modificaciones al Reglamento General de Inscripciones y al Reglamento General de Exámenes, Creó el Fondo para el Fortalecimiento de la Docencia, Pretendió incrementar el monto de las cuotas, con base en el cálculo del salario mínimo general diario en el Distrito Federal estableciendo amplios mecanismos de exención para los alumnos que no tuvieran las condiciones económicas para cubrirlas, no obstante, dicha medida generó un debate respecto a la constitucionalidad de las cuotas el cual desencadenó un movimiento estudiantil que trajo como consecuencia un paro estudiantil. Posteriormente, el 7 de junio de 1999 se aprueba el Reglamento General de Pagos por Trámites Escolares y Servicios Educativos, mediante el cual se derogaba en lo que se le opusiera el Reglamento General de Pagos aprobado el 20 de diciembre de 1966 y abroga el aprobado el 15 de marzo de 1999, en el que se habían modificado las cuotas motivo del conflicto estudiantil.
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JUAN RAMÓN DE LA FUENTE (1951)
Nació en la ciudad de México en 1951. Es egresado de la Facultad de Medicina de la UNAM y posteriormente realizó estudios de posgrado en Psiquiatría en la Clínica Mayo de Rochester en donde fue Jefe de Residentes y Profesor Asistente de la Universidad de Minnesota. Fue Director de la Facultad de Medicina. El 1º de diciembre de 1994 fue nombrado Secretario de Salud del Gobierno de la República, cargo al que renunció el 17 de noviembre de 1999 al ser designado Rector de la Universidad. Durante su rectorado reestructura la organización central de la Institución, desaparece, entre otras dependencias, a las secretarías de Planeación y de Asuntos Estudiantiles; crea el registro de firmas de autoridades y funcionarios universitarios con el objeto de dar certeza sobre la validez de su actuación en representación de la Universidad; se crean la Dirección de Presupuesto Universitario; la Secretaría de Servicios a la Comunidad Universitaria y las direcciones generales de Responsabilidades, Inconformidades y Registro Patrimonial y la de Estadística; se reestructura a la Unidad de Apoyo a Cuerpos Colegiados. Se reestructura el Comité de Compras y Servicios y se expide la Normatividad en Materia De Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios, Ha recibido el Premio al Mérito en Psiquiatría en la ciudad de Washington en 1979, el Premio Miguel Alemán en el área de Salud en 1987, el Premio Ciencias Naturales de la Academia de la Investigación Científica en 1989, el Premio Eduardo Liceaga de la Academia Nacional de Medicina en 1992, el Premio de la Fundación Mayo en 1996 y el del American College of Physicians en 1998. 75
JOSÉ NARRO ROBLES (1948)
Nació en Coahuila En 1973 obtuvo, en la Facultad de Medicina de la UNAM, el título de médico cirujano con mención honorífica en su examen profesional. Efectuó estudios de posgrado en medicina comunitaria en la Universidad de Birmingham, Inglaterra. Se incorporó como profesor de la Facultad de Medicina. Se desempeñó como director general de Extensión Académica. En febrero de 2003 fue designado director de la Facultad de Medicina y cuatro años más tarde recibió la encomienda de la H. Junta de Gobierno. Fue director general de Salud Pública en el Distrito Federal, director general de los Servicios Médicos del Departamento del Distrito Federal, secretario general del Instituto Mexicano del Seguro Social. Es autor y coautor de más de 170 artículos científicos y de divulgación publicados en revistas mexicanas y extranjeras, de libros y capítulos de libros principalmente sobre temas de educación superior, salud pública, educación médica y administración de servicios de salud. En el año 2000 recibió la condecoración Eduardo Liceaga del Consejo de Salubridad General, por su contribución al avance de las ciencias médicas y de la administración sanitario-asistencial. Ha sido asesor de la Organización Mundial de la Salud, presidente de la Asociación Mexicana de Medicina General-Familiar e integrante de numerosas juntas de gobierno de los institutos nacionales de salud. Es miembro por invitación de la Academia de Ciencias Médicas del Instituto Mexicano de Cultura, y desde 2004 pertenece a la Academia Mexicana de Ciencias. En 2005 recibió el doctorado Honoris Causa de la Universidad Ricardo Palma de Perú y en octubre de 2007 ingresó a la Real Academia Nacional de Medicina de España como académico correspondiente extranjero.
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6. Los siete sabios de México En la época de la Revolución, la generación de 1915 produjo los siete sabios de México: Manuel Gómez Morín, Todos ellos que mencionamos anteriormente eran estudiantes de Derecho, en la antigua Facultad Nacional de Jurisprudencia, ubicada en la calle de San Ildefonso y Guatemala, en la Ciudad de México. Cuando se graduaron fueron eminentes profesionales del derecho. Todos con diversas trayectorias, pero distinguidos en las especialidades que cultivaron. Su obra fue individual, no de conjunto y dejaron una huella perdurable. Este nombre provino, de que sus siete integrantes, acordaron fundar el 5 de septiembre de 1916 una sociedad llamada ―Sociedad de Conferencias y Conciertos‖, con el fin de propagar la cultura entre los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma. He aquí transcrito el documental original:
―En la Ciudad de México, a los cinco días del mes de septiembre de 1916 y siendo las once de la mañana, se reunieron el la Biblioteca de la Escuela Nacional de Jurisprudencia los señores: Manuel Gómez Morín, Vicente Lombardo Toledano, del Mercado acordaron: I. Fundar una sociedad con el fin de propagar la cultura entre los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México. II. La sociedad se llamara ―Sociedad de Conferencias y Conciertos‖ III. Constituirse en socios fundadores reservándose el derecho de invitar a las personas que den conferencias.
Y para constancia firmaron la presente los que en el acto intervinieron: ―Manuel Gómez Morín Vicente Lombardo Toledano, Alfonso Caso, Antonio Castro Leal, Jesús Moreno Baca, Teófilo Olea y Leyva Alberto Vázquez del Mercado‖
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6.1. PETICIÓN DE AUTONOMIA DE LA UNIVERSIDAD DE MÉXICO Con fecha de octubre de 1917, suscribieron un documento por el cual solicitaron de la H. Cámara de Diputados la Autonomía de la Universidad, con recursos que le proporcionara el Gobierno de la Federación, pero libre en su régimen interior y sin más obligación de esta casa de estudios, que la de rendir anualmente un informe de su marcha administrativa al Congreso de la Unión. He aquí transcrito el documento original que comprueba lo anterior:
―Los que suscribimos, firmemente el Memorial presentado por los profesores y alumnos universitarios a esa H. Cámara de Diputados, para que fuera rechazado el acuerdo de la H. Cámara de Senadores, que incorporaba el departamento Universitario al Ministerio de Gobernación, a Uds. Respetuosamente decimos: Que teniendo el referido Memorial por fin inmediato mostrar las importantes razones que existían contra el acuerdo al Senado, no dejaba reconocer que, como decía en la página 11 ―La existencia de la Universidad con recursos que le proporcione el Gobierno de la Federación, pero libre en su régimen interior, no solo es constitucional sino que además en el ideal al cual debe tender la instrucción publica superior en todo país civilizado. Que estando enterados de que la opinión y el buen juicio de los miembros de esa H. Cámara conoce el valor de las razones que militan en pro de la autonomía universitaria, teniendo, además, en cuenta que algunos ciudadanos diputados consideran factible que tal institución viva independiente con los fondos que le suministre el Estado. A uds. Respetuosamente pedimos, que al considerar el artículo relativo de la Ley Orgánica de las Secretarías de Estado, acuerden, si lo juzgan viable, la autonomía de la Universidad, sin más obligación que la de rendir anualmente un informe de su marcha administrativa al Congreso de la Unión‖.
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6.2. CARACTERÍSTICAS DE CADA UNO DE ELLOS Todos ellos eran estudiantes de Derecho de la Facultad Nacional de Jurisprudencia en el año de 1915, en que ingresaron a ella, por lo que contrarían con 16 o 17 años. El menos conocido de ellos, por haber muerto trágicamente, en plena juventud fue Jesús Moreno Baca. Por eso Lombardo Toledano en forma irónica decía: ―Los siete sabios éramos seis‖. Principiaron como juristas, pero luego se extendieron a otras disciplinas como fueron: filosofía, ética, Economía, Arqueología y diferentes ramas del Derecho. Se consideran que todos ellos fueron revolucionarios, porque combatieron ideológicamente a los intelectuales de mentalidad porfiriana . Tres de ellos fueron rectores: Caso, Gómez Morín y Castro Leal. Fueron distinguidos catedráticos universitarios: Caso, ―Teoría General de Derecho‖; Lombardo, ―Derecho de Trabajo‖; Gómez Morín, ―Derecho Publico‖; Vázquez del Mercado, ―Derecho Mercantil‖; Olea y Leyva, ―Derecho Penal‖ y Castro Leal ―Literatura‖. Llegaron a ser altos funcionarios públicos: Caso además de ser Rector y Director del Instituto Nacional Indigenista, fue el primer secretario de Bienes Nacionales en tiempos del Presidente Miguel Alemán; Lombardo, fue Diputado Federal y Gobernador de Puebla; Vázquez del Mercado, Secretario General del Departamento del D.F. y Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, habiendo renunciado a este puesto cuando se violó por el Gobierno de Ortiz Rubio, la suspensión concedida en un amparo al Lic. Luis Cabrera, quien fue arbitrariamente desterrado del país. Gómez Morín, fue Oficial Mayor y Secretario de Hacienda y Crédito Público, donde organizó y modernizó el sistema fiscal mexicano; Olea y Leyva, Ministro de la Suprema Corte de 1940 a 1955, año de su muerte; y Castro Leal, además de Rector fue Diputado Federal. Dos de ellos fundaron y encabezaron partidos políticos nacionales: Lombardo el Partido Popular con ideario de Izquierda y Gómez Morín, el Partido Acción Nacional, con un pensamiento moderado. Pero abierto al progreso y a la transformación social. Se distinguieron singularmente en la vida de nuestro país, a la que enriquecieron con su trabajo y su esfuerzo: Cano como arqueólogo, donde alcanzo fama internacional por sus descubrimientos en Monte Albán, Oaxaca. Lombardo, como dirigente obrero, fue el primer Secretario General de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y Presidente de la Confederación de Trabajadores de la América Latina (CTAL). Vázquez del Mercado, ha sido uno de los más insignes catedráticos de Derecho Mercantil de México, con un acendrado prestigio nacional e internacional, autor de leyes de la materia y consejero de altos funcionarios públicos. Gómez Morín, fue reconocido como uno de nuestros más brillante economistas y autor de leyes fiscales y hacendarias que todavía siguen vigentes. Olea y Leyva, fue uno de los mejores Ministros de la Suprema Corte, cuyas tesis doctrinales fueron la base de tesis jurisprudenciales que actualmente siguen aplicándose; y Castro Leal, Diplomático, 79
literario y crítico literario, que llego a ser presidente de la Academia Mexicana de la Lengua y uno de nuestros más preclaros hombres de letras, pensador talentoso y profundo promotor de empresas de alta cultura. ―Los Siete Sabios‖ construyó una reunión de varones ilustres que lucharon por las mejores causas de la patria, teniendo las mejores cualidades para ellos.
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7. ¿Cuál es la historia de la construcción de C.U., quienes fueron sus creadores y todo aquello que estuvo involucrado con la construcción del complejo? 7.1. Construcción de Ciudad Universitaria
? Construcción de Ciudad Universitaria Miguel Alemán, primer presidente civil a partir de 1930 y universitario por añadidura ordenó la construcción de CU. Cuando estuvo a cargo como rector el licenciado don Luis G. Garrido hubo descontentos en los jóvenes con su designación y organizaron un plebiscito para nombrar su rector en contra de la ley Orgánica de la Universidad. Apoderados los huelguistas del edificio de Justo Serra 16 le dieron, sin derecho, posesión del cargo. Algunas semanas más tarde se abandonó el intento por parte de estos últimos y del licenciado Soto y Gama. Finalmente, el licenciado Garrido rindió su protesta como Rector. Por su iniciativa, en febrero de 1950, se expidió al ―Reglamento para la elección de representantes de profesores y alumnos ante los Consejos Técnicos de las Escuelas y Facultades‖ y la creación del Doctorado en Derecho en abril del mismo años. Agreguemos que además del desempeño escrupuloso de sus labores anexas al cargo, puso particular empeño en lo relacionado con la construcción de la Ciudad Universitaria. El 5 de junio se colocó la primera piedra del primer edificio de la futura Ciudad, que fue el de la Facultad de 81
Ciencias. Hubo discursos del rector y del arquitecto Carlos Lazo, con asistencia de don Adolfo Ruiz Cortines, Secretario de Gobernación, en representación del Primer Magistrado. Semanas después, el 7 de agosto, se colocan las primeras piedras de las Escuelas de jurisprudencia, de Economía y de la Facultad de Filosofía y Letras. Hubo abundancia de discursos entusiastas y optimistas del rector Garrido; del licenciado Gilberto Loyo, director de la escuela Nacional de Economía; del licenciado José Castillo Larrañaga, director de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, y del doctor Samuel Ramos, director de la Facultad de Filosofía y Letras. El comienzo de lo que más tarde con la Facultad de Comercio y la de Ciencias Políticas y Sociales se llamaría el ala de humanidades. Entonces se pensaba que la Escuela de Economía sería para 800 alumnos, la Jurisprudencia para 3 000 y la Facultad de Filosofía y Letras para 1, 200. Nueve años después habían sido rebasadas esas estimaciones‖. El 24 de noviembre de 1952 el licenciado Carlos Novoa, presidente de Ciudad Universitaria de México en el llamado día de la dedicación entregó al presidente Alemán el conjunto, cuando entro en su fase final de construcción. A su vez, el Presidente entregó la obra a la comunidad universitaria a través de su rector el doctor Luis Garrido. El 20 de noviembre de 1952, cuando el presidente de la República Miguel Alemán Valdés estaba a punto de terminar su sexenio de gobierno, encabezó la inauguración oficial por medio de una ceremonia y un recorrido por los edificios y espacios abiertos. En 1952 no había dado tiempo de acondicionar los recintos para poner a funcionar de inmediato los locales estudiantiles, labor que, según hemos visto, habría de prolongarse: mobiliario, equipos diversos. Bastante se había hecho ya al edificar el magno conjunto en solamente tres años; su proyecto había sido acariciado y realizado durante varios lustros. Toda vía dentro del rectorado de don Luis Garrido se fundó, en 1951, la Facultad de Ciencia Políticas y Sociales y el Departamento de Psicopedagogía. Este mismo años fue celebrado el IV centenario de la fundación de la Universidad. El doctor Alfonso Caso, como Presidente del Congreso, señaló: ―La Universidad que ahora está conmemorando el Cuarto Centenario de su fundación, no tiene sólo la vista vuelta hacia el pasado, no se enorgullece sólo de su alcurnia y de su prestigio, cincelado en cuatro siglos; es el presente de la Ciencia, es la actividad constante de los hombres que han salido de sus aulas, y que actualmente trabajan en la administración, en los laboratorios, en los institutos, en las otras universidades del país, en las academias, en las revistas y en los libros, lo que debe enorgullecer a esta secular Casa de Estudios‖ Después de una visita a CU, sir Arthur Flemming, integrante de una misión británica, expresó. ―De acuerdo con observaciones personales teniendo en cuenta el equipo de CU, México está tomando medidas para que la educación de los jóvenes corresponda a un nivel cultural tan alto como el de cualquier otro país del mundo por adelantado que éste sea. El progreso de un país depende de la educación de su pueblo, además para encauzarlo como una gran nación.‖ Con el nuevo rector, Nabor Carrillo Flores, quien tomo posesión el 14 de febrero de 1953, tuvo como prioridad, obtener del gobierno las partidas para la terminación de la Ciudad Universitaria, sin perder por ello la posesión de los edificios antiguos del centro de la ciudad. Logró que el presidente Ruiz Cortines escriturara a favor de la UNAM los terrenos de la Ciudad Universitaria, y al propio
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tiempo ordenar la entrega de las partidas necesarias para la conclusi贸n de las obras.
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7.2. ¿Dónde comenzó la construcción y donde se termino? En 1928 los arquitectos Mauricio M. Campos y Marcial Gutiérrez Camarena presentaron como tesis profesional un proyecto para la construcción de la Ciudad Universitaria, localizado en los terrenos que en la actualidad ocupa parcialmente el Hospital de Tuberculosis de Huipulco, en las cercanías de Tlalpan. Para 1943 el Rector licenciado Rudulfo Brito Foucher gestiono en 1943 la adquisición de terrenos en el Pedregal de San Ángel con siete millones de metros cuadrados, lugar donde durante muchos años sirvió como cantera de piedra para construcción y por su estructura y difícil acceso, servía de escondite a maleantes y era peligrosos aventurarse en él. Se llevo a cabo la operación respectiva con el doctor Salvador Zubirán en el mes de septiembre de 1946. La Sociedad de Arquitectos abrió un concurso entre sus miembros presentando oficialmente como suyo el anteproyecto formado por los arquitectos Fernando Cervantes y Arnold Wasson Tucker. El jurado dictaminó a favor del proyecto presentado por la Escuela Nacional de Arquitectura. Los arquitectos Enrique Moral y Mario Pani fueron los directores encargados del Proyecto de Conjunto y coordinación de los proyectos particulares.
El señor Presidente de la República instaba vivamente la rápida ejecución de obra tan importante, ésta, iniciada en octubre de 1949, se desarrollaba con gran lentitud por no estar resuelto el problema fundamental económico ni la forma de administración necesaria. Las funciones de la Direccion General del Proyecto en Conjunto eran: Determinar los edificios y su localización
Planificar la zona del terreno y su relación con la ciudad de México
Resolver el sistema vial conveniente y detalle de plazas, espacios abiertos, campos deportivos, jardines, etcétera.
Localizar redes fundamentales de agua, saneamiento y electricidad, entre otros elementos secundarios.
El partido esencial se inició con el trazo de un gran anillo periférico para la circulación de vehículos, circunscribiendo todo el conjunto de la Ciudad Universitaria que después estaría cruzado por la línea recta de la Avenida de los Insurgentes. Se prosigue a delimitar con un anillo periférico las diversas zonas principales para la circulación de vehículos.
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Respondiendo al programa general, el proyecto se dividió en las zonas: escolar, habitaciones de estudiantes y práctica de deportes, Estadio de exhibición, servicios generales y Centro Cívico. Servicios comunes. Lo compone Rectoría, Aula Magna, Biblioteca y Museo, donde sus principales accesos son la Avenida, sobre la Plaza alta de la Rectoría, y los laterales, para la fácil llegada de camiones y autobuses. 85
Humanidades. Constituyen este conjunto la Facultad de Filosofía y Letras, sus Institutos y las Escuelas de Jurisprudencia, Economía y Comercio, así como la Escuela de Ciencias Políticas y Sociales que se construirán más tarde. Se da lugar a la formación de pequeñas plazas, patios abiertos, jardines, etcétera, cuya escala tiene una clara relación humana y permite la diferenciación de cada Escuela. Ciencias. Componen este grupo la Facultad de Ciencias con sus Institutos y las Escuelas de Ciencias Químicas e Ingeniería. La ubicación de la Escuela de Ciencias Químicas, al Sur permite la relación fácil de este elemento, tanto con la Facultad antes dicha como con el grupo de las Ciencias Biológicas. En este grupo también esta el Instituto de Geología y los edificios destinados a la investigación de Energía Nuclear que por necesidades especiales no admitían las limitaciones a que obligaba la uniformidad de la torre de los Institutos. Artes y Club Central. Este conjunto formado por la Escuela de Arquitectura y el Museo e Instituto de Arte cierra el campus por el lado Sur, mientras el lado Norte se compone por las aulas de Humanidades, talleres de Arquitectura -elementos aislados rodeados de vegetación-, y el Instituto de Arte y el Museo. El Club Central se proyectó en un volumen bajo, ubicado en la parte central del campus. Ciencias Biológicas. Constituyen este grupo las Escuelas de Medicina, Odontología, Veterinaria y el Instituto de Biología, cuyos edificios se agrupan alrededor de una gran plaza a la que se le ha dado el carácter de alameda, tratamiento que la diferencia francamente del campus. Las habitaciones de estudiantes, por los desniveles y la forma del terreno limitado por la lava, permitieron un conjunto de plataformas muy peculiares y atractivas, donde se encuentran las distintas canchas de deportes. Las habitaciones se sitúan en dos lugares prominentes al Nororiente y al Surponiente, también se cuenta con el casino y el gran gimnasio
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7.3.
Murales y esculturas y mencionar las principales características de los murales que se encuentran en la torre de rectoría, biblioteca central y el estadio universitario.
Murales ―La conquista de la energía‖, que complementan el edificio bajo del conjunto de ciencias, Mural de José Chávez Morado. Ubicado en Unidad de Posgrado, Auditorio Alfonso Caso
―El retorno de Quetzalcóatl‖, en el patio interior, alegoría de las culturas que inciden en el México contemporáneo, de José Chávez Morado. Ubicado en Unidad de Posgrado, Auditorio Alfonso Caso
―El hombre‖. Mural de Francisco Eppens pintado con mosaico italiano. Se ubica en la facultad de medicina ―Ruinas de Monte Alban‖, por José Luis Benlliure 1961 en la Unidad de Posgrado, Dirección de Posgrado de la Facultad de Arquitectura ―La Creación Humana y la Economía‖ de Benito Messenguer en la Facultad de economía, auditorio Narciso Bassols ―La Ciencia y el Trabajo‖ de José Chaves Morado ubicada en la Unidad de Posgrado, Auditorio Alfonso Caso ―El Centro de las Formas‖ de Manuel Felguérez en la Torre II de Humanidades, Auditorio Mario de la Cueva. ―El Hombre y la Ingeniería‖ de Víctor Manuel Ramos Salinas en la entrada principal de la Facultad de Ingeniería. ―Tepito Arte Acá‖ de Daniel Manrique en la Facultad de Arquitectura, Taller Max Cetto ―Poema Plástico‖ por Mathias Goeritz, ubicada en Facultad de Arquitectura, Biblioteca Lino Picaseño ―Arquitectura-Autogobierno‖ por Antonio Peyri, en la Facultad de Arquitectura, Biblioteca Lino Picaseño ―Historia de un Espacio Matemático―de Federico Silva en la Facultad de Ingeniería, Auditorio Javier Barros Sierra 87
― Viaje por el microcosmos atómico y en marcha por la infinidad del espacio‖ de Rafael Ortizgris Meixueiro en el Museo de ciencias Universum, sala La infraestructura de nuestra nación ―El Sol Prehispánico‖ de Gastón González Cesar en la Sala Nezahualcóyotl ―Mural Conmemorativo del 75 Aniversario de la reapertura de la Universidad Nacional‖ de Luis Nishiza, en la Coordinación de difusión cultural ―Abstracción Integrada‖ de Carlos Mérida 1967, cerámica de mayólica (azulejo de talavera poblana sobre soporte de concreto) en el Acceso al Centro Cultural Universitario sobre la Avenida de los Insurgentes ―Conjunto de Mandelbrot‖ de Sergio Santamarina y Arturo Orta, ubicado en Museo de las ciencias Universum, sala de matemáticas ―La infraestructura de nuestra nación‖ de Rafael Ortizgris Meixueiro en el Museo de las ciencias Universum ―Anamorfa‖ de Marilyn Monroe, Mauricio Gómez Morín en el Museo de las ciencias Universum ―Historia de la computación‖ de Patricia Figueroa, Facundo Pérez, Vicente Díaz, Ángel Reyes y Daniel Morales Dirección General de Servicios de Computo
―La infraestructura de una nación‖ realizado por Patricia Quijano en el Museo de las ciencias Universum, sala la infraestructura de nuestra nación ―El cosmos de los mayas‖ por Becky Guttin en el Museo de las ciencias Universum ―Marx, Engels Lenin y el proletariado‖ de Jose Hernandez Delgadillo en la Facultad de Ciencias, Auditorio. ―Galope un silencio‖ de Lucille Wong 1991 en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Unidad de Posgrado auditorio Doctor Manuel H Sarvide ―Inventando el futuro‖ por Arnold Belkin en el Instituto y unidad de Posgrado de Ingeniería, Biblioteca Doctor Enzo Levi ―Raíces formales de la arquitectura mexicana‖ por Alvaro Yáñez en la facultad de Arquitectura. ―La gran máquina‖ del Arquitecto Imanol Ordorika en la Facultad de Arquitectura. ―Amn‖ de la maestra Beatriz Gallardo en la Facultad de Arquitectura (tapiz)
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―Equinoccio ― por Federico Nierman en la facultad de Contaduría y Administración ―A mi madre‖ de Benito Messeguer. En la unidad de Posgrado de Economía. ―Inventando el futuro‖ de Arnold Belkin en la facultad de ingeniería ―La vida, la muerte y los cuatro elementos‖. Se encuentra al poniente del edificio ―A‖ de la Facultad de Medicina, del maestro Francisco Eppens. ―Elevación‖ de francisco Eppens, en la facultad de Odontologia.
Armando Ruiz Morales (1987) Facultad de arquitectura, Taller Juan O´Gorman
Esculturas En torno al jardín de la facultad de Arquitectura se encuentran copias de las esculturas en yeso que trajera Manuel Tolsá a la Academia de San Carlos. ―La flama de la esperanza‖, por Federico Nierman en la Facultad de Contaduría y Administración. Busto de bronce del doctor José Ma. Luis Mora, en la Unidad de Posgrado de Economía. En la torre de ciencias se hallaba una escultura excepcional por su calidad, creada por Rodrigo Arenas Betancourt, y era conocida como Prometeo. Busto de bronce dedicado al ilustre físico Albert Einstein, colocada a la entrada de la biblioteca principal de la Facultad de Arquitectura Federico Silva con su ―Escultura conmemorativa de los 50 años de la autonomía‖ Escultura de Matias Goeritz en los jardines de los talleres en Arquitectura. ―Tu y yo‖ de Matias Goeritz. Escultura de Rufino Tamayo, ―La Universidad, germen de humanismo y sabiduría‖, en el teatro del Centro Universitario. Simboliza el aporte cultural de la Universidad, descrito en la inscripción que el propio artista plasmó en el pedestal de la escultura.
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Esculturas del paseo escultórico: Junto a la entrada de la Biblioteca, hacia el oriente, se inicia el paseo escultórico. Se compone de seis esculturas situadas en medio de la vegetación natural del pedregal. Son esculturas de formas geométricas, de varios metros de desarrollo en cualquier sentido, hechas para moverse en torno de ellas. Las esculturas del paseo escultórico llevan los nombres de: Manuel Felguérez ―Variante de las laves de Kepler‖ (1979), acero pintado ―Combinación 144. C‖, (1978), fierro pintado Hersúa, ―Ave dos‖ (1979) ferrocemento pintado ―Símbolo‖ (1976), cobre y latón Helen Escobedo: ―Coatl‖ que quiere decir serpiente en náhuatl. (1980), vigueta de hierro pintado ―Secuencia roja‖ (1979), Aluminio laqueado Mathias Goeritz ―La corona del pedregal‖ (1980) acero pintado Anteproyecto para la escultura ―El Eco‖ (1953), acero policromado Sebastian ―Cubo axial‖ (1973), Aluminio ―Arco Macla‖ (1979), Metal pintado Federico Silva ―4 Ocehuitli‖ (1979)
Murales en la Biblioteca Central El proyecto fue realizado por Gustavo Saavedra, Juan Martínez de Velasco y Juan O‘Gorman, y la construcción se llevó al cabo entre 1950 y 1951. El edificio de la Biblioteca Central es uno de los edificios más hermosos de la Ciudad Universitaria debido a los murales de sus cuatro fachadas, creados por el genio de Juan O‘Gorman, donde interpreta el desarrollo de la cultura nacional, como el resultado de distintas convergencias, tanto étnicas como históricas, cuya síntesis es el México contemporáneo. A más de medio siglo de haberse levantado esta obra de arte, sigue siendo motivo de admiración para propios y extraños Hace mucho tiempo se le conoció coloquialmente 90
como la cajita de Olinalá, debido al profuso encaje plástico que la adorna, el cual está realizado con base en mosaicos de piedra de diez colores naturales diferentes, recolectados en distintas regiones de la República Mexicana, a excepción del color azul para el cual se utilizó vidrio molido de este color. Además, la piedra volcánica fue seleccionada para los basamentos que se ornamentaron con relieves escultóricos de inspiración prehispánica, alusivos al dios Tláloc. Los murales suman una superficie de casi 4 000 m2 y evocan 400 años de la historia de México. En el muro norte esta plasmada la época prehispánica, en el sur el México colonial y virreinal, en el oriente el revolucionario, y en el muro poniente el México moderno. En el muro norte s ve la dualidad vida-muerte de la cosmovisión mesoamericana, con una rica variedad de elementos míticos que aluden a la concepción y representación del origen de la cultura mexica. Del lado izquierdo del eje central, separadas por dos corrientes acuáticas, aparecen deidades y escenas asociadas al principio creador de la vida. En la sección central de esta zona de mosaico, quien domina la imagen es Tlazoltéotl, diosa de la tierra, circundada por el jaguar, símbolo de la noche, y el águila, atributo solar. A un costado de ésta, en el interior de un templo, se distingue una deidad masculina asociada con la luna y la fertilidad. El lado derecho del mural representa la contraparte de la vida; el mundo de la muerte. Aquí también aparece el símbolo lunar que muestra un conejo en su centro; abajo, está Chalchiuhtlicue, diosa del agua, y, frente a ella, la hoguera en la cual se consume su hijo sacrificado para dar vida a la luna. Junto a esta escena tenemos la representación de Tezcatlipoca, principio creador y señor de los hechiceros. El espacio del muro sur aborda el periodo virreinal y el carácter dual de la conquista: el aspecto piadoso y espiritual del misionero ante la conquista violenta por las armas. Dos grandes círculos aluden a Ptolomeo y Copernico con sus teorías de los sistemas: geocéntrico y heliocéntrico. En la parte izquierda se relaciona con el principio cristiano del bien y ―la conquista espiritual‖. Debajo de la figura de Cuauhtémoc, con ―el águila que cae‖, simboliza la derrota de la civilización mexicana y el fin de las culturas del México antiguo. La sección derecha del mural representa la conquista mediante las armas, vemos diversas figuras del
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México colonial y el sometimiento al indio, junto con Carlos V quien impone las Leyes de Indias. El eje central remata en un águila bicéfala, símbolo y escudo del imperio español, donde aparecen las fechas del periodo colonial. Muro oriente se repite la confrontación de elementos a ambos lados del eje central en esta ocasión poniendo en juego la dualidad tradición-progreso, referidas a los dos aspectos del progreso social de México: la ciudad y el cambio. Se recurre a la superposición de motivos. Al igual que en los muros reseñados, éste contrapone sus secciones laterales temáticas antagónicas; en este caso, a la izquierda tenemos figuras del México urbano y, a la derecha, del México rural. En el muro poniente se presenta una síntesis de la cultura nacional. La imagen más aproximada para este propósito fue la actividad universitaria y, por ende, el saber en sus relaciones con la sociedad y la vida productiva. Para ello, O‘Gorman dispuso en las secciones laterales motivos estudiantiles y populares, sin olvidar los asuntos deportivos. Por último, en la azotea del conjunto, se encuentra un cubo o tanque e agua, en el que remata la composición. La obra sin titulo de José Lazcarro Toquero ubicada en la sala de consulta, presenta una temática poco convencional que parece fundarse en el constante fluir de diversos procesos vitales y energéticos. El mural presenta, por su simbología, el fluir de la energía vital a través de distintos niveles, como pueden ser los determinados por la relación entre el hombre y la maquina, la vida vegetal y animal, así como las esferas del micro y macrocosmos.
Estadio Olímpico Universitario Obra de los arquitectos Augusto Pérez Palacios, Raúl Salinas Moro y Jorge Bravo Jiménez, donde Rivera realizó en 1954 el mural ―La universidad, la familia y el deporte en México‖, cuya técnica fue la de relieve policromado, que también empleó en el Museo Anahuacalli y la fuente de Quetzalcóatl en Chapultepec. Se planeo recubrir los edificios más significativos de la Ciudad Universitaria. Fue así como los muros exteriores del estadio universitario fueron asignados a Diego Rivera para que llevara a cabo su obra. El proyecto de integrar una obra plástica en la fachada de un estadio tenía un antecedente: el mismo Rivera la había realizado, a petición de Vasconcelos, en 1924, en la entrada principal del Estadio Nacional, hoy destruido. El proyecto original de Rivera, del año 1952, para el estadio de la Ciudad Universitaria consistía en la 92
construcción de un gran relieve, que iría a lo largo del talud perimetral y en el que pretendía integrar un tema nacionalista. Dicho tema sería el México prehispánico y el México moderno, representados por medio del deporte y unidos a través de la universidad, la paz y la familia. La técnica empleada en el único tramo realizado fue la del altorrelieve, cubierto con pedacería de piedras de colores y texturas naturales: el rojo tezontle, el suave tono ámbar del tecali, el mármol blanco, las piedras verdes y rosas, la piedra del rio. El tema representado es el escudo universitario, con el cóndor y el águila americanos que se posan en el mexicano nopal. Sus alas extendidas cobijan a tres figuras antropomorfas: hombre y mujer que unen sus manos en el hijo mestizo a quien dan la paloma, símbolo de la paz. En los extremos, franqueando el escudo, dos figuras gigantescas, un atleta masculino a la izquierda y a la derecha una deportista femenina, encienden la antorcha del fuego olímpico. Finalmente, ornamenta la parte inferior la serpiente emplumada, imagen de Quetzalcóatl, que recuerda la plástica precolombina, la cual tiene incrustaciones de mazorcas de maíz. Rivera trazó así sobre el muro sus figuras policromas, con armonía y ritmo, uniéndose a la ancestral tradición mexicana de decorar pictórica y escultóricamente los edificios, dando con ello un vivo ejemplo de integración plástica contemporánea. Rivera dibujó, con la técnica de esgrafiado, ambas caras de un pequeño muro curvo de concreto recubierto con una plasta color óxido que se halla en el palacio del rector, en el Estadio Olímpico Universitario. En su cara convexa grabó, basándose en sus conocimientos de los códices y del arte prehispánico, el símbolo de la fundación de México-Tenochtitlán: el águila que, devorando la serpiente, se posa en un nopal nacido de las entrañas de una figura humana yacente. Este dibujo de Rivera está inspirado en el relieve mexica en piedra del Teocalli de la Guerra Sagrada que representa el mito de Copil. Ataviada con falda y tocado de flores, la figura femenina relaciona a la mujer con la tierra, de la que brota un nopal en flor con corazones. En la parte inferior derecha se aprecian unas fechas calendáricas: Dos Ocelote, Seis Casa, Cuatro Caña, Ocho Lagartija, las cuales, descontextualizadas, no tiene una significación especial sino que son meros elementos decorativos. En la cara cóncava se encuentra un sencillo dibujo que representa a un atleta que porta la antorcha del fuego olímpico, realizando una gran simplicidad de líneas. Esta figura está emparentada con las que están trazadas en el boceto para el muro exterior. Al pie de este dibujo Rivera también estampó su firma y la fecha 1952.
Rectoría: El cuerpo horizontal de la Rectoría cobijaba inicialmente la gran sala de atención a estudiantes; aquí aparece por el exterior, reflejado en un espejo de agua, mostrando materiales vernáculos como el alabastro o tecali y la piedra brasa del lugar. Complementan este edificio tres murales exteriores de David Alfaro Siquieiros. Siqueiros realizó los murales de la C. U. durante la gestión presidencial de Adolfo Ruiz Cortines, la cual continúa la tendencia económica desarrollista claramente definida con Miguel Alemán (19461952)
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―El pueblo a la universidad, la universidad al pueblo‖, tablero que sí concluyó en el edificio de la Rectoría, bridó a Siqueiros la oportunidad de realizar una escultopintura monumental, trabajo del que desprendió varias conclusiones respecto a las limitaciones técnicas y alas condiciones especificas que requiere un mural al exterior, como son el uso de escorzos, el empleo de relieves escultóricos en armonía con los elementos tridimensionales del entorno, la policromía integral, plasmada en función de las variaciones de la luz natural, una composición dinámica en correspondencia con un espectador en movimiento, sea desplazándose en espacios abiertos, o incluso, desde un automóvil por la avenida Insurgentes. El tablero mural ha requerido de restauraciones constantes, situación que el propio Siqueiros había previsto. El eje compositivo de la representación esta determinado en un primer plano, en el grupo de universitarios que se desplazan de oriente a poniente, proyectándose el relieve hacia la parte superior de las figuras, lo que establece un doble movimiento que va de derecha a izquierda y de arriba hacia abajo. La transición entre estas figuras y el segundo plano se establece con la representación del estudiante cuyos brazos extendidos actúan como líneas-fuerza y delimitan la sencilla composición. Los universitarios levan en las manos elementos alusivos a su actividad: un compás, un lápiz, la maqueta de una estructura, un libro, y avanzan hacia el pueblo brindándole los conocimientos adquiridos. La representación es muy elocuente y se sintetiza en el estudiante que con un brazo señala a la universidad y en el otro (trabajado en relieve) porta un lápiz cuya dirección establece una línea de fuga que parece salirse del muro, hacia la calle, aludiendo a la interacción del pueblo y la universidad. Tras esta figura, en la parte superior del lado izquierdo, en segundo plano, se ubica una manifestación estudiantil, con figuras muy pequeñas que llevan banderas, simbolizando la inserción y la participación de los universitarios en la problemática social. En este tablero, la representación, la escala y el tratamiento de las figuras están en función de la idea de Siqueiros de que los mulares pudieran ser apreciados por un espectador desplazándose cerca de las obras, a pie o en un vehículo motorizado; de esta manera se gana en dinámica lo que se pierde en detalle, pues la simplicidad del tema y lo esquemático de la representación crean esa sensación de movimiento potencial, característico de las obras de Siqueiros, introduciendo en la universidad un nuevo tratamiento plástico y menso rígido del mural integrado a la arquitectura. ―Las fechas en la historia de México o el derecho a la cultura‖ localizado en el muro norte, presenta una estructura formal significativa. Un brazo con dos manos entrelazadas, una tercera en relieve 94
que sobresale y un lápiz que apunta hacia un libro abierto en cuyas páginas aparecen escritas algunas de las fechas más importantes de nuestra historia: 1521, la conquista; 1810, la independencia; 1857, la constitución liberal; la revolución, y en la parte inferior agrega mil novecientos y signos de interrogación que simbolizan expectativas en el futuro. El brazo con las manos entrelazadas representa el esfuerzo del pueblo a lo largo de nuestra historia por alcanzar una cultura popular. En la composición cromática del mural, el color naranja del fono resalta con el azul del brazo y el rosa de las manos. Por otro lado, a todo lo largo del brazo y paralelo este se observan líneas negras, tanto gruesas como delgadas, que dan idea de volumen y movimiento al brazo, proyectándose este hacia fuera del plano. En la fachada que mira al oriente, en un muro en lo alto, que sobresale del edificio de la Rectoría, Siqueiros dejo inconcluso el mural titulado ―Nuevo símbolo universitario‖ o ―Nuevo emblema universitario‖. La composición plástica de esta obra es compleja ya que está estructurada a base de líneas diagonales que la atraviesan. En cada extremo del mural aparecen las figuras estilizadas de un águila y un cóndor, que remiten al escudo de la universidad, diseñado por Jorge Enciso por encargo de José Vasconcelos y que simboliza la unidad latinoamericana. En el centro aparece un triángulo. A diferencia de los anteriores murales, en éste la composición es plana y no presenta ningún relieve. Es de superficie más reducida y está situado en un lugar más alto, por lo que, para observarlo, ser requiere de una distancia mayor; así, quienes transitan por la explanada principal tienen una perspectiva visual apropiada para apreciar el mural.
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8. LOS PRIMEROS CONFLICTOS EN LA CREACION DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE MEXICO La Universidad recién constituida enfrentaría sus primeros conflictos políticos todavía en el régimen de Díaz. El primero de ellos se dio por un problema diplomático con la representación en los festejos del Centenario del gobierno de la Republica de Nicaragua. Rubén Darío había sido nombrado como su representante en el acto, pero mientras este viajaba a México, el presidente nicaragüense depuesto y Díaz considero ilegitima su representación. Esta decisión fue interpretada por los estudiantes como el doblegamiento del gobierno mexicano a las presiones de la embajada estadounidense para que el poeta centroamericano no pisara suelo mexicano. Ese año, antes de la inauguración de la Universidad Nacional, se realizo el Primer Congreso Nacional de Estudiantes, en el cual se trato el asunto Darío; los estudiantes de inmediato le mostraron su apoyo. En el marco del congreso, grupos de estudiantes se manifestaron públicamente para exigir la renuncia de Díaz por su veto a la presencia del nicaragüense. La postura estudiantil era fiel heredera de su actitud nacionalista de esos años y de su oposición a cualquier tipo de intervención imperialista. Las corrientes reyista y antireeleccionista, de corte moderado, tenían simpatizantes entre los estudiantes, lo que llevo a pronunciar discursos de oposición al régimen de Díaz en el congreso estudiantil. Si bien en ese primer congreso se trataron asuntos educativos que interesaban a los estudiantes, no dejo de tener una dimensión política: por primera vez los estudiantes se reunían para debatir públicamente asuntos en el contexto de un régimen autoritario. Los temas tratados en ese congreso son muestra de los temas que interesaban a los estudiantes de la época: exámenes y medios de comprobación del aprovechamiento de los alumnos; ventajas e inconvenientes de las recompensas y castigos usados; medios prácticos para el perfeccionamiento moral y físico de los estudiantes. Desde entonces aparecerían pronunciamientos de los estudiantes sobre asuntos educativos que los afectaban, como lo relativo a los mecanismos de examenes y la mayor participation de los estudiantes en el gobierno de la Universidad y en la elaboration de las politicas educativas, tema recurrente que a lo largo del siglo desencadenaria diversos movimientos estudiantiles. Pocos dias antes del estallido de la Revolucion, a mediados de noviembre, en la ciudad de Mexico se dio un enfrentamiento entre la policia y estudiantes que protestaban por el linchamiento de un mexicano en Estados Unidos. En los enfrentamientos murio un estudiante y varios fueron detenidos, lo que llevo a extender la protesta estudiantil al gobierno de la ciudad por su action represiva. Sin embargo, esta movilizacion no fue de oposicion a Diaz, sino resultado de la actitud nacionalista de los estudiantes. Al estallar la rebelion pocos dias despues en el norte del pais, los estudiantes volvieron a sus actividades, al parecer sin percatarse de los cambios que se estaban gestando en el pais. Ya en las postrimerias del regimen porfirista, se suscito un conflicto en la Escuela de Medicina a raiz de la modification del reglamento de examenes por parte de su director, el doctor Eduardo Liceaga. Los estudiantes se opusieron y se lanzaron a la huelga, por lo que renuncio el director y se 96
dio marcha atras a las medidas tomadas. Cabe senalar que a los estudiantes se les dio un lugar en el Consejo Universitario. Este organo de gobierno estaba compuesto por el rector, los directores de las escuelas, el director general de Educacion Primaria, cuatro profesores nombrados por la Secretaria de Instruction Piiblica y Bellas Artes y dos profesores y un alumno de cada escuela. Los alumnos, que eran del ultimo ano, tendrian unicamen-te voz informativa y participarian en la deliberation de los metodos, programas escolares y examenes; no incidirian en el gobierno de la naciente institution gubernamental. 8.1. CONFLICTOS EN EL ESCENARIO DE LA REVOLUCION MEXICANA En la decada de 1910 a 1920, en e escenario de la lucha armada de la Revolucion, la Universidad si bien no dejo de funcionar, obviamente lo hizo con limitaciones. Muchos tildaron de reaccionaria a la institucion creada en el gobierno de Diaz. En estos afios, como en el periodo posrevoluciona-rio, la relacion del Estado con la Universidad fue debil, y en algunos a単os antagonica y hostil. Durante los a単os de la lucha armada, la Universidad permanecio como espectadora lejana de los acontecimientos. Fueron pocos los estudiantes que participaron en la contienda; la mayoria permanecio neutral y observadora, por lo general los estudiantes se opusieron a la Revolucion. La intelectualidad de la institucion no compartia los ideales revolucionarios; por el contrario, estaban muy extendidas las simpatias por el regimen que terminaba. Visto desde el poder pol鱈tico (desde el regimen maderista y hasta el periodo posrevolucionario) se elevaron voces que pedian suprimir el subsidio a la Universidad e incluso suprimirla, por "inutil" y "obra de la dictadura". En el contexto de un movimiento revolucionario se cuestionaba que el Estado destinara recursos escasos a una institucion elitista, cuando se tenian enormes carencias en la educacion primaria.
8.2. LOS ESTUDIANTES EN CONTRA DE MADERO Hubo cuatro caracteristicas fundamentales de los estudiantes en el gobierno de Madero: "los alunmos universitarios estuvieron contra Madero, su gobierno y la Revolution; jamas apoyaron la lucha popular o progresista alguna; eran nacionalistas, y deseaban la restauracion del regimen bajo el cual habian recibido favores y privilegios de don Porfirio y Justo Sierra". La crisis polftica iniciada el 20 de noviembre de 1910, con el levantamiento armado, paulatinamente fue incidiendo en la vida de la Universidad: Jorge Vera Esta単ol sucedio durante poco tiempo a Justo Sierra en la titularidad de la Secretaria de Instruction Publica, hasta la renuncia de Diaz en mayo de 1911. En el gobierno interino de Francisco Leon de la Barra, Francisco Vazquez Gomez lo sustituyo y de inmediato afloraron diferencias politicas, algunas de ellas con apariencia de decisiones meramente academicas, como fue la modification de calendarios escolares. Poco antes Antonio Caso, entonces secretario de la Universidad, habia renunciado debido a la orden de Vazquez Gomez de suspender, sin previa consulta con el rector, la discusion en el Consejo Universitario sobre los textos y programas escolares que se seguirian en las escuelas. Sin embargo, no se removio al rector Joaquin Egufa y Liz. 97
Los positivistas ortodoxos solicitaron a la Gamara de Di-putados la desaparicion de la Universidad y de la Escuela de Altos Estudios, proponiendo que las escuelas volvieran a funcionar de manera independiente, con el argumento de que resultaba dispendioso invertir presupuesto en una escuela como la de Altos Estudios cuando habia que atender la demanda escolar de una poblacion que requería instruction basica. La legislatura no dio curso a la peticion. En 1912 los estudiantes fueron uno de los grupos sociales que mas se opusieron al gobierno de Madero en la ciudad de Mexico. El activismo politico dejo de esconderse tras reivindicaciones academicas, utilizandose metodos mas directos. Profesores y estudiantes saltaron a la arena publica luego de años de inactividad politica. Lo llamativo de la oposicion estudiantil fue que el nuevo gobierno ampliaba las oportunidades de movilidad social de los estudiantes y les abria nuevas oportunidades de empleo en un sector publico restringido a las viejas elites porfiristas. En el gobierno de Madero, el encargado de la Secretaria de Instruction Publica fue el mismo vicepresidente Jose Maria Pino Suarez, nombramiento que no fue del agrado de la comunidad academica. El primer conflicto entre los estudiantes y el gobierno se dio en 1912 con motivo de a presencia en Mexico del escritor argentino Manuel Ugaite. Nuevamente la postura nacionalista de los estudiantes iue lo que ocasiono su protesta. Ugarte habia sido invitado por el Ateneo de la Juventud, para dictar conferencias sobre temas literanos, pero al llegar al pais decidio hablar sobre la penetration de Estados Unidos en Latinoamerica. El gobierno de Madero, con el apoyo del Ateneo y del propio Vasconcelos, maniobro paia impedir la conferencia, lo que ocasiono la protesta de los estudiantes, quienes defendieron la libertad de expresion y organizaron una manifestacidn publica en apoyo a Ugarte. Vasconcelos reacciono criticando duramente a Ios estudiantes, quienes a su juicio conformaban una "clase social degenerada" vendida al gobierno de Diaz a cambio de obtener concesiones como el Casino del Estudiante. Una nueva manifestación estudiantil contra esta reaccion ocasiono que el gobierno clausurara temporalmente las escuelas universitarias. La tercera manifestacion fue mas violenta y se hicieron ataques mas directos al gobierno de Madero. Sin duda la actitud beligerante de Vasconcelos amplio el distanciamiento entre los estudiantes y Madero. Despues de este episodio sin mayores consecuencias, Madero cambio a los directores de las escuelas universitarias con una evidente intention politica, lo que aumento el descontento de estudiantes y profesores y con ello la inestabilidad de la institución. La de Jurisprudencia fue la escuela en la que se desato el mayor conflicto de ese año, al ser nombrado director Luis Cabrera, politico e intelectual maderista, lo que ocasiono el rechazo mayoritario de estudiantes y profesores, muchos de ellos pertenecientes al Partido Catolico. Cabrera anuncio que iba a "moralizar" la escuela y presento iniciativas de reforma educativa que fueron rechazadas de inmediato por los estudiantes. Establecio medidas rigidas para el uso de la biblioteca y clausuro el salon recreativo de los alumnos, lo que aumento su aislamiento de la comunidad. En este conflicto, tras los motivos academicos se escondian motivos claramente politicos. La oposicion a Cabrera fue una oposicion al cambio de orientacion educativa y al desplazamiento de los "cientificos". Llegaba a la direction de una escuela universitaria, un politico opositor a este grupo. Los mejores profesores de esa escuela apoyaron a los estudiantes y decidieron crear una nueva 98
escuela independiente del gobierno: la Escuela Libre de Derecho. Varios de sus benefactores fueron "cientificos" connotados, reyistas y hasta algunos maderistas opuestos a la Universidad.
8.3. EL APOYO DE LA UNIVERSIDAD A VICTORIANO HUERTA Con la llegada de Victoriano Huerta al poder, tras la deposicion y el asesinato del presidente Madero, se modifico el escenario politico y universitario. Los estudiantes mostraron su apoyo al cuartelazo de Huerta, aunque no hubieran participado en el. Del mismo modo, la mayoria de los profesores brindaron su apoyo al nuevo gobierno e incluso varios de ellos pasaron a formar parte de su gabinete. La Universidad mantendria una actitud de colaboracion con el regimen usurpador, ante la declaracion de Huerta de que el gobierno no impondria ningun cambio que no fuera decidido por la propia Universidad. El regreso de varios profesores que habian abandonado la docencia durante el gobierno de Madero fue bien recibido, restaurandose la cercama entre el gobierno y la Universidad; los estudiantes eran nuevamente seducidos por el presidente como en tiempos de don Porfirio; se volvia a la paz en las aulas; disminuia el activismo politico estudiantil y los asuntos academicos centraban nuevamente sus intereses inmediatos. Para la Universidad Nacional los aĂąos del gobierno de Huerta significaron un repunte academico. La Universidad siguio mostrando su apoyo a Huerta incluso despues de algunas medidas disciplinarias que tomo el gobierno, como fue la militarizacion de la Escuela Nacional Preparatoria ante la reapariciĂłn de algunas actividades politicas de los estudiantes y con motivo de la extension de la leva para combatir a los revolucionarios del norte y del sur del pais. En agosto de 1913 se expidio el Reglamento Provisional para la Organizacion Disciplinaria Militar de la Escuela Nacional Preparatoria, cuyo director ostentaba el grado de coronel y comandante general, los profesores serian considerados como capitanes primeros y los alumnos serian clases y soldados. Como reaction inmediata, un grupo minoritario de estudiantes se opuso, pero la mayoria no lo secundo; le otorgaron su apoyo a Huerta y aceptaron la militarizacion de esa escuela, que resulto un fracaso en terminos de adiestramiento militar. La invasion estadounidense a Veracruz en 1914 reavivo los sentimientos nacionalistas de los estudiantes y fortalecio la alianza con el gobierno de Huerta, quien habia pedido al rector la participation de los universitarios en caso de que fuera necesario enfrentar militarmente la invasion. La movilizacion juvenil de ese aĂąo fue muestra de la mayor exaltation nacionalista de la decada y del mayor apoyo otorgado por la Universidad al gobierno. 8.4.
ENTRADA DEL CARRANCISMO Y EL CAOS EN LA CUIDAD DE MEXICO
Con la salida de Huerta y la ocupacion de la ciudad de Mexico por los constitucionalistas comienza otra etapa en la vida de la Universidad. La irruption al poder de un nuevo grupo conllevaba nuevos proyectos educativos. Palavicini (nuevo secretario encargado del ramo educativo) presento un proyecto de autonomia como una medida que tenia el proposito de romper la dependencia economica de la Universidad respecto al gobierno y que los estudiantes pagaran el 99
costo de sus estudios. No seria sino hasta la aprobacion de la Ley de Autonomia en 1933 cuando se concretaria esta intencion que en la realidad privatizaba la institucion. Ezequiel Chavez (que habia sido nombrado segundo rector de la institucion en el gobierno de Huerta) y otros funcionarios universitarios fueron removidos; varios profesores identificados con el huertismo huyeron del pais ante el clima antiintelectualista del carrancismo. Nuevamente la Universidad y el gobierno se enfrentarfan por razones politicas e ideologicas. Valentin Gama fue nombrado rector y los maderistas pasaron a formar parte del cuerpo directivo de la institucion, entre los que estuvo Vasconcelos, quien ocupo de manera efimera, antes de la division del movimiento constitucionalista, la direccion de la Escuela Nacional Preparatoria, a la que de inmediato desmilitarizo, aunque confirmo su separacion de la Universidad. El proyecto carrancista buscaba acabar con el elitismo de la Universidad e introducir medidas de caracter mas popular que modificaran situaciones de privilegio para la institucion y para los estudiantes. Sin embargo, no hubo oposicion abierta a las nuevas politicas y en general la comunidad universitaria acato las nuevas disposiciones. Con el traslado del gobierno de Carranza a Veracruz, todas las escuelas de la ciudad de Mexico, incluyendo las uniersitarias, fueron cerradas; los universitarios se mostraban distantes en la lucha entre las facciones constitucionalistas y convencionistas. A finales de 1914 la Universidad reabrio sus puertas solo para presentar examenes, bajo el gobierno convencionista de Eulalio Gonzalez, Jose Vasconcelos fue nombrado titular de la Secretaria de Instruccion (cargo que solo ocupo durante mes y medio); ya desde entonces sostenia que la educacion era decisiva para la transformacion del pais y de las conciencias de los mexicanos. El a単o de 1915 fue el peor para la casa de estudios desde su creacion, debido a los acontecimientos politicos que se vivieron en la ciudad de Mexico. En un breve lapso la ciudad fue ocupada por las fuerzas constitucionalistas de Obregon, por los villistas y por los Zapatistas, con la alteracion de la vida academica en la ciudad. La Universidad continuaba formalmente cerrada y Gama era nombrado por segunda ocasion rector. A mediados de 1915 renuncio el rector ante la llegada de los Zapatistas a la ciudad y el nombramiento del profesor Otilio Monta単o, autor del Plan de Ayala, al frente de la Secretaria de Instruccion. Nuevamente la Universidad quedo acefalada y, ante el caos de la ciudad, las actividades academicas estaban practicamente paralizadas, con el agravante de que machos profesores e intelectuales habian emigrado al extranjero. El proyecto educativo Zapatista otorgaba la mas alta prioridad a la educacion primaria y rudimentaria en las re-giones mas pobres del pais; una educacion superior elitista no entraba en sus planes, por lo que era de esperarse una colision con la Universidad, que pronto se dio: se confisco la Casa del Estudiante; se ataco a los profesores, varios de los cuales presentaron su renuncia o fueron sustituidos por razones politicas. En agosto de 1915 los carrancistas ocuparon nuevamente la capital del pais, lo que repercutio en la remocion de autoridades en la Universidad. Resultaba entonces claro que Carranza otorgaria 100
mayor atencion a la educacion elemental, industrial y tecnica que a los estudios universitarios, y que intentaria reorientar los programas academicos. En mayo de 1916, la Escuela Nacional Preparatoria paso a la jurisdiccion de la Direccion General de Educacion Publica, y las actividades de difusion cultural de la Universidad pasaron a la Direccion General de Bellas Artes. Carranza creia que la Universidad debia impartir solamente estudios superiores, a diferencia del proyecto de Justo Sierra, que concibio la Preparatoria como parte fundamental de la nueva Universidad. Tambien pensaba que la Universidad debia modificar su perfil culturalista e incorporar carreras mas utilitarias para el pais, comprometida con los problemas sociales del pueblo. Por primera vez se cuestionaba a fondo el proyecto universitaiio de Sierra, acusando a la Universidad de porfrrista, conservadora y elitista. Los cambios operados en la Universidad, incluyendo la disposicion oficial que establecio que la educacion que proporcionara la Universidad dejaria de ser gratuita, fijando una cuota de cinco pesos, independientemente del numero de clases que se tomaran, no provocaron la oposicion de los estudiantes; mas bien mostraron buena disposition hacia el gobierno de Carranza que prometia orden en la ciudad y al mismo tiempo abria las puertas a todos los que quisieran colaborar con su gobierno. A partir de entonces la funcion de movilidad social y de socialization politica seria un fuerte motivo para la aproximacion de los universitarios con los gobiernos. 8.5.
LA CONSTITUCION DE 1917 Y LA SEGMENTACION DE LA UNIVERSIDAD
La aprobacion de una nueva Constitucion Politica en 1917 repercutio en la vida de la Universidad: desaparecio la Secretaria de Instruction Publica, que fue sustituida por el Departamento Universitario y de Bellas Artes; la educacion basica recayo en los municipios y la media y superior en los estados. La Escuela Nacional Preparatoria, los museos y los institutos de investigation fueron desincorporados de la Universidad, y las escuelas profesionales pasaron a depender del Departamento Universitario y de Bellas Artes, cuyo radio de accion estaba limitado al Distrito y Territorios Federales, al igual que la desaparecida Secretaria, y cuyo director seria el rector de la Universidad. Este cambio ocasiono que por primera vez los estudiantes, y no solamente algunos funcionarios y profesores, se pronunciaran por la autcnomia universitaria, pero no alcanzo a organizarse ningiin movimiento para conseguirlo. Las medidas de Carranza, particularmente la separacion de la Preparatoria, ocasiono el enojo de los universitarios con su gobierno. Tan pronto se decreto la separacion, el rector Jose Natividad Macias solicito la devolucion de todas las dependencias, particularmente de la Preparatoria, con el argumento de que estaba mejor en la Universidad al preparar a los alumnos para los estudios superiores; sin embargo, los diputados conflrmaron el decreto presidential y la Preparatoria paso a depender de la oficina de Educacion Publica de la ciudad de Mexico, a la que se agregarian otros objetivos adicionales al propedeutico. Los protagonistas del conflicto fueron las autoridades educativas oficiales y la comunidad universitaria. En respuesta, algunos profesores de la Escuela de Altos Estudios apoyados por estudiantes de escuelas superiores, decidieron crear una preparatoria "libre" con sede en dicha 101
Escuela, la cual funciono sin un programa riguroso hasta 1920, pero llego a contar con 500 y se sostuvo con el pago de colegiaturas. Ademas de esta medida, las autoridades universitarias desafiaron abiertamente al gobierno, al exigir el cumplimiento de requisitos adicionales a los egresados de la preparatoria oficial que desearan ingresar a algunas escuelas superiores. La creacion de la preparatoria "libre" reflejaba las posiciones liberales de los universitarios, opuestos al estatismo. Esta escuela se vino a sumar a la Escuela Libre de Derecho y a la Universidad Popular. Otro conflicto que se suscito se debio al pago de colegiaturas de los alumnos. A comienzos de su gobierno, Carranza, como una medida para obtener apoyo popular, redujo el monto de las cuotas de cinco a tres pesos y decreto la gratuidad para todos aquellos estudiantes que no tuvieran recursos, pero a comienzos de 1918 se reivindico la decision ante la carencia de recursos por parte del gobierno: se volvio a subir la cuota a cinco pesos, misma que ahora debia ser pagada trimestraimente. Algunos estudiantes objetaron esta decision y pidieron suprimir las colegiaturas o que la paga fuera mensual. El Consejo Universitario estudio este problema y las cuotas fueron aumentadas, con la oposicion moderada del Congreso Local Estudiantil. Al fin, la medida fue aceptada por los estudiantes, con la condicion de que el dinero se invirtiera en el mejoramiento de las bibliotecas. La tranquilidad politica permitio a la Universidad recuperar su funcionamiento academico e impulsar algunas transformaciones para su modernizacion. Funciono mas como institution educativa que como escenario politico, pues tras aiios de agitacion e inestabilidad, se pudo recuperar el clima de trabajo academico. Se realizaron reformas que die-ron una orientation mas practica a los estudios profesionales, de acuerdo con los nuevos tiempos y el pragmatismo imperante en el gobierno; iniciaron las relaciones academicas con universidades de Estados Unidos; se logro mayor estabilidad en los profesores; se establecieron medidas para castigar su ausentismo y para aumentar la disciplina de los estudiantes, como hacer obligatoria la asistencia regular a clases para presentar examenes. Asi, la Universidad dio cabida a estudios antes rechazados, como ciencias quimicas, mineria, petroleo, electricidad e ingeniería mecánica. Ya desde entonces se pensaba en crear una escuela politécnica para formar profesionistas para la industria y el comercio, preludiando la iniciativa posterior de creación del Instituto Politécnico Nacional en el gobierno de Lázaro Cárdenas. En el período de Carranza se organizaron distintos grupos estudiantiles con fines de representatividad escolar o para intervenir en asuntas políticos. Uno de ellos, llamado "los políticos", fundó el partido cooperativista; estaba también la Asociación Católica de la Juventud (grupo de "los católicos") y —sobresaliente en la época— el grupo de "Los Siete Sabios", que se constituyó como Sociedad de Conferencias y Conciertos, cuyos integrantes tendrían una importante presencia política. Asimismo, surgió la primera organización estudiantil: el Congreso Local de Estudiantes, integrado por alumnos de las escuelas de la capital, básicamente universitarios. En su seno estarían representadas las principales corrientes políticas e ideológicas que actuaban en la Universidad en los años posrevolucionarios. 8.6 LA RECONSTRUCCION NACIONAL Y LOS ENFRENTAMIENTOS ENTRE EL ESTADO Y LA UNIVERSIDAD: 1920 a 1940
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Vasconcelos rector Nuevos cambios se iban a verificar en el sistema educativo del país y en la Universidad. En 1919, Zapata había sido asesinado y Villa cercado en el norte; en abril del año siguiente Obregón lanzaba el Plan de Agua Prieta que invitaba a desconocer al gobierno; en mayo, Carranza abandonaba la capital y era asesinado en Tlaxcalantongo y, con el triunfo de la rebelión, Adolfo de la Huerta ocupaba la presidencia interina. Así, a mediados de 1920 inició el gobierno de los sonorenses. En el gobierno interino de Adolfo de la Huerta, Vasconcelos fue nombrado rector de la Universidad. Al tomar posesión de la Jefatura del Departamento Universitario y de Bellas Artes, anunció con claridad su proyecto al señalar que no se limitaría a observar la lenta marcha de las escuelas profesionales, a presidir sesiones inútiles del Consejo Universitario o a otorgar grados honorarios a algunos visitantes distinguidos. Como "delegado de la Revolución más que un nuevo rector", tal como se autodesignó, su objetivo era rehacer la Secretaría de Instrucción Pública y transformar la Universidad Nacional. Deseaba incorporar a la comunidad universitaria a las tareas de la Revolución. De inmediato, Vasconcelos reintegró la Preparatoria a la Universidad Nacional e hizo que los profesores tuvieran más participación en el nombramiento de los directores de las escuelas; imprimió un espíritu comunitario en la Universidad; la volvió más académica y suprimió las colegiaturas para los estudiantes pobres, asignando incluso becas de manutención. El proyecto vasconcelista concebía la educación, como el medio fundamental para realizar las transformaciones del mexicano y posibilitar el progreso ascendente de la sociedad. Los mexicanos debían ser conscientes de sus orígenes históricos y étnicos y poseer simultáneamente los elementos de la cultura occidental. La raza cósmica, ideal de Vasconcelos, fue la síntesis más elaborada del nuevo mexicano que se deseaba formar; poseedor de una cultura nacional que reconocía los aportes de las culturas prehispánica y universal. Para ello era necesario homogeneizar a una población profundamente diversa y unificar lingüísticamente al país, además de dar los medios a las masas pare su elevación intelectual. La formación de valores morales y estéticos estuvo en el centro de su programa como primer titular de la SEP. El ideal de Vasconcelos había arrancado desde 1912 con la creación de la Universidad Popular, en la que se daban conferencias y se hacían lecturas de los clásicos. En la tercera década del siglo, la educación tuvo un auge sin precedentes, refiriéndose al proyecto vasconcelista, señala sus direcciones educativas: creación de la SEP; campaña de alfabetización iniciada desde la Universidad; construcción de locales escolares; formación de un nuevo tipo de maestro; adopción de los principios de la "escuela activa"; relación de la educación con otros problemas nacionales (apoyo a la reforma agraria); visión de la cultura como factor de liberación y dignificación de la persona (fe en los clásicos y revaloración del libro), y vocación latinoamericana. A ello hay que agregar el decidido impulso al arte y a la cultura. El escudo y el lema de la Universidad: Por mi raza hablará el espíritu, se inscriben en la visión vasconcelista.
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Vasconcelos incorporó a los universitarios a las tareas educativas del nuevo Estado, particularmente a las tareas de alfabetización y extensión universitaria en apoyo a las clases más pobres, esto pese a que los universitarios y sus líderes estaban alejados de los grupos políticos gobernantes. La intelectualidad, en efecto, se sentía amenazada por el sistema político emergente controlado por los generales sonorenses, y la Universidad continuaba siendo refugio para muchos intelectuales. 8.7.
ENFRENTAMIENTOS CON EL GOBIERNO
Las tensiones entre la Universidad y el Estado, surgidas desde el arranque de la decada, tendrían su desenlace en la concesión de la autonomía universitaria, pero antes se verificaron otros conflictos. Cabe recordar que en esos años la educación universitaria continuaba con el carácter elitista que había tenido desde la creación de la Universidad. Los jóvenes que acudían a las escuelas profesionales o a la Preparatoria eran hijos de profesionistas o de comerciantes exitosos y mayoritariamente hombres (en 1924 sólo 16% eran mujeres) y tres de cada cuatro estaban en el nivel profesional; el otro cursaba su preparatoria. Pasaban mucho tiempo en los barrios del centro de la ciudad, cuyos lugares de reunión favorecían la cercanía y la camaradería estudiantil. Si habían venido de la provincia, vivían con familiares o en casas de huéspedes cercanas a las escuelas. Esta situación favorecía la cercanía y la unión entre los estudiantes. En 1922, siendo Vasconcelos secretario de Educación y Antonio Caso rector se suscitó un conflicto en la Escuela Nacional Preparatoria: Vasconcelos no había aceptado las candidaturas propuestas por el Consejo Universitario, de los profesores y los estudiantes para ocupar la dirección de esa escuela; el propio Vasconcelos se autonombró director, lo que llevó al rector Caso a presentar su renuncia, misma que no le fue aceptada. Vasconcelos designó entonces como director a Vicente Lombardo Toledano, quien sería uno de los protagonistas durante la siguiente década del enfrentamiento entre el Estado y la Universidad, y con quien Vasconcelos tendría constantes pugnas políticas. Al año siguiente un grupo de estudiantes de la misma escuela fue expulsado, junto con un grupo de maestros —entre ellos Alfonso Caso, hermano del rector—, lo que llevó a un enfrentamiento violento con el cuerpo de bomberos y a una huelga estudiantil en dicho plantel. Lombardo renunció a la dirección de la escuela y Caso a la rectoría de la Universidad. Con esta actitud, los estudiantes de la Preparatoria se volvían contra el titular de Educación, apuntándose la pugna entre Vasconcelos y Lombardo, militante laborista y a la sazón director de una escuela acusada de ser un "nido de callistas. Las pugnas políticas continuarían por tres lustros más, Al renunciar Caso, fue nombrado rector por segunda ocasión Ezequiel Chávez. En julio de 1924, Vasconcelos había dejado la Secretaría de Educación Pública y se autoexiliaba en Europa. Un año después, ya en el régimen de Calles y con la orientación pragmática del nuevo subsecretario de Educación, Moisés Sáenz, se suscitaba un nuevo conflicto, ahora por el control de la educación media. Por decreto presidencial se estableció la escuela secundaria a cargo del 104
gobierno, como ciclo de estudios de tres años consecutivo de la educación primaria, lo que rompía la tradición del ciclo de bachillerato de seis años a cargo de la educación preparatoria. La primera tendría la finalidad de ampliar los conocimientos a los egresados de la primaria; la segunda, la de preparar para el estudio de las profesiones universitarias. Sólo permanecería en la Universidad la Escuela de iniciación Universitaria, ubicada en el plantel 2 de la Preparatoria. Esta medida, por restar poder a la Universidad, ocasionó un fuerte rechazo, siendo calificada la medida de extranjerizante. Arreciaban así las pugnas entre un gobierno populista y autoritario, y una universidad de orientación liberal y profesionalizante. 8.8. ORGANIZACIONES ESTUDIANTILES En aquellos años, estudiar en la Universidad posibilitaba una intensa convivencia entre universitarios A la conciencia nacionalista y antiimperialista tradicional en los estudiantes, se sumaba una ideología de corte humanista y cierto socialismo liberal; se perfilaban ya dos corrientes: quienes defendían su situación de clase especial en el marco de un Estado revolucionario y quienes creían que solamente debían atender problemas escolares. Esta fortaleza de la organización estudiantil sería propicia para desatar el movimiento que llevaría a la autonomía de la Universidad. En el gobierno de Calles el rector fue Alfonso Pruneda, quien había tenido amplia experiencia en actividades de extensión cultural, al haber sido rector durante una década de la Universidad Popular. En esos años se fortaleció esta función universitaria y se formaron diversas asociaciones para desarrollar actividades de servicio social, mismas que acrecentaron su capacidad de discusión y organización. En las escuelas, las sociedades de alumnos se constituyeron en la base de la organización estudiantil: se ocupaban tanto de asuntos escolares como de la organización de eventos sociales y culturales, pero sólo marginalmente de asuntos políticos. La excepción fue su posición antireeleccionista frente a Obregón y su apoyo a Vasconcelos a la presidencia de la República. A partir de 1926, y hasta 1933, se celebraron anualmente congresos nacionales de estudiantes. El primero de ellos se había realizado en 1910; el segundo en 1921. En el gobierno de Calles se fortalecería la organización estudiantil; año con año realizaban su congreso con apoyo de las autoridades, así como diversas actividades sociales y culturales; esta celebración resultaba todo un acontecimiento. El secretario de Educación Pública, Puig Casauranc, había reconocido de manera oficial a la Confederación de Estudiantes de México, a las federaciones de cada estado y a las sociedades de alumnos de las escuelas como únicos representantes de los estudiantes, a la vez que concedía voz y voto a los estudiantes en el Consejo Universitario, sin que ello estuviera contemplado en la Ley Orgánica. De este modo, las agrupaciones estudiantiles se constituyeron en un fuerte medio de interlocución con las autoridades educativas y el gobierno, como quedó demostrado en el movimiento de autonomía.
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8.9.
LA AUTONOMIA UNIVERSITARIA
En septiembre de 1928, a pocos meses de terminar el gobierno de Calles, la Liga Nacional de Estudiantes había presentado un proyecto de autonomía que fue rechazado por Calles; el rector Pruneda presentó uno nuevo, que se interrumpió por el cambio de las autoridades universitarias y de la SEP. La autonomía ya estaba en el ambiente y contaba con antecedentes desde el proyecto de creación de la Universidad. El conflicto que dio pie a la concesión de la autonomía a la Universidad Nacional en 1929, tuvo su origen en una iniciativa del director de la Escuela de Jurisprudencia, Narciso Bassols, consistente en la aplicación del sistema de reconocimientos trimestrales en sustitución del examen oral que se presentaba al finalizar los cursos, tal como se hacia en las otras escuelas. Desde 1925, el Consejo Universitario y la SEP habían aprobado sustituir los exámenes finales por reconocimientos trimestrales, argumentando que la exanimación final fomentaba el ausentismo durante el año. En esa Escuela, sin embargo, los estudiantes se habían opuesto a esta medida. A su vez, Antonio Caso, director de la Escuela Nacional Preparatoria, pocos días antes había formulado un nuevo plan de estudios que ampliaba los estudios de dos a tres años para ingresar a algunas carreras profesionales, medida que también fue recibida con rechazo. Las autoridades universitarias ya se habían quejado de la "indisciplina, descuido de sus estudios y relajamiento moral" de Ios alumnos de esa Escuela; incluso de su "exagerado interés por el deporte y su injerencia en asuntos sociales y políticos fuera de la Universidad". Se veía como grave la suspensión de clases por cualquier pretexto. El director de la Escuela había tomado medidas para contrarrestar esta situación: aumentar el número de maestros, contratar vigilantes para mantener el orden e impartir conferencias sobre la moral del abogado. Así, la medida de Bassols de implantar los reconocimientos trimestrales desató la oposición de los estudiantes, quienes nombraron un comité provisional de huelga para buscar la resolución del conflicto con Ezequiel Padilla, secretario de Educación y, de no ser así, estallar la huelga. Ante este aviso, la Rectoría informó que frente a este movimiento la escuela sería clausurada. Aun así, la huelga estalló el 5 de mayo, con lo que las autoridades procedieron al cierre de la Escuela. El movimiento se extendió a las demás escuelas en apoyo a sus peticiones y contó con el apoyo de la Confederación Nacional de Estudiantes, presidida por Alejandro Gómez Arias, uno de los líderes del movimiento de huelga. Mientras los huelguistas lanzaban un ultimátum al rector para resolver el problema, el presidente Portes Gil acusaba al movimiento de tener tintes políticos por la militancia vasconcelista de dos de sus principales dirigentes, Gómez Arias y Azuela. El Consejo Universitario resolvió flexibilizar los reconocimientos, volverlos semestrales y disminuir los requisitos de asistencia escolar, medidas que no fueron aceptadas por los estudiantes, a cuyo movimiento se sumaron la Preparatoria y Medicina, en cuyas instalaciones la policía intentó entrar por la fuerza. Una manifestación estudiantil se enfrentó de manera violenta con la policía y los bomberos, y varios estudiantes resultaron heridos. El director de Jurisprudencia presentó su renuncia al igual que algunos profesores, éstos en protesta por la represión a los estudiantes. A los pocos días se constituyó el Comité Central Ejecutivo de Huelga. 106
Ante el creciente descontento estudiantil y la extensión del movimiento de huelga, el presidente Portes Gil mandó retirar las fuerzas públicas de las escuelas universitarias y solicitó a los estudiantes que le dieran a conocer sus peticionés por escrito. En pocos días se dio forma al proyecto que resolvería el conflicto: Portes Gil se reunió con los estudiantes el 28 de mayo y ofreció otorgar la autonomía a la Universidad; pocos días después, el Consejo Universitario se pronunció en el mismo sentido; el Congreso facultó al Ejecutivo para sentar las bases de su concesión y el presidente formuló el proyecto de Ley Orgánica de la Universidad Nacional Autónoma. Este proyecto fue objetado por el Comité de Huelga y se pidió la salida del rector, quien presentó su renuncia, misma que le fue aceptada junto con la de los directores de Jurisprudencia y de la Preparatoria. Se formó la Unión de Profesores y Estudiantes Universitarios para analizar el proyecto de ley, y el 10 de julio se dio a conocer la Ley Orgánica, dándose por terminada la huelga un día después. Ignacio García Téllez fue nombrado rector. Por su parte, en su informe de 1929, el presidente mostró que la concesión de la autonomía no implicaba para la Universidad desentenderse del proyecto político del gobierno: "Deseo reiterar de una manera enfática que la autonomía universitaria pagada por la Nación se justificará solamente si los que la manejan saben patrióticamente identificarse, al desenvolver su programa de acción universitaria, con la fuerte y noble ideología de la Revolución mexicana". La autonomía que se otorgó a la Universidad, sin embargo, resultó limitada, pues el gobierno seguía teniendo injerencia en la designación de las autoridades de la Universidad y en la supervisión de su funcionamiento. El rector sería electo por el Consejo Universitario de una terna que enviaría el presidente; los estudiantes participarían en el gobierno de la Universidad y se debería informar anualmente de sus actividades al titular del Ejecutivo, en los términos de la Ley Orgánica. En México no hubo un movimiento autonomista análogo al movimiento de 1918 de Córdoba, Argentina, que se irradió a otros países, por más que se hubieran presentado iniciativas concretas. La autonomía universitaria de 1929 fue resultado de un proceso complejo: en parte fue resultado del triunfo de las posturas antiestatistas de los universitarios, que proclamaban la democracia liberal, muy distinta al modelo político corporativo del país de esos años, y en parte fue la forma en que el gobierno buscó desembarazarse de problemas de administración y control de una institución que le resultaba incómoda. La autonomía universitaria marcaría aún más el distanciamiento entre el Estado y la Universidad en años posteriores. La concesión de la autonomía por parte del gobierno, sin embargo, no pretendió desligar a la Universidad de la ideología de la Revolución mexicana, como lo expresó el mismo presidente y se asentó en los considerandos de la Ley Orgánica de la Universidad Nacional Autónoma. En el último de ellos se asentaba esto explícitamente, y el gobierno se erigía en el "vigilante" de la ideología universitaria para que se encauzara dentro de la ideología de la Revolución mexicana. A su vez, con la autonomía se buscaba dar a la Universidad una válvula de escape para no perder su control político; pero los siguientes años mostrarían crecientes conflictos internos y con los poderes establecidos, sobre todo cuando se decreta la educación socialista. 107
8.10. DESPUES DE LA AUTONOMIA Para finales de la tercera década del siglo, pese a la lenta expansión del sistema educativo, la educación superior no había modificado su carácter elitista. La Universidad Nacional tenía 9 500 alumnos matriculados y ya para entonces las mujeres representaban 29%; quienes asistían a la Universidad formaban parte de las clases acomodadas y de sectores, aún incipientes, de una clase media emergente como resultado de la Revolución mexicana. Los estudios profesionales predominantes estaban asociados al ejercicio de las profesiones liberales, determinado por un trabajo lucrativo más que de beneficio social. De allí que, al asociarse los estudios universitarios con la obtención de beneficios individuales de quienes los cursaban, se estableciera en la Ley Orgánica de 1929 el cobro de cuotas. Sería obligación del "Estado revolucionario" ofrecer gratuitamente educación al pueblo y dejaría la responsabilidad de la enseñanza superior, "muy particularmente en sus aspectos profesionales de utilización personal", a los mismos interesados en cursarla. Por tanto, la instrucción universitaria profesional debía ser costeada por los estudiantes mismos. Al iniciar 1930, en el contexto de la recesión económica, ante el cierre del mercado internacional y la baja de exportaciones, Pascual Ortiz Rubio tomaba posesión como presidente de la República; un año después, quien había desatado la huelga del año anterior, Narciso Bassols, ocupaba la titularidad de la SEP. El nuevo secretario fue el impulsor de la segunda gran reforma educativa después de la iniciada por Vasconcelos; era un crítico acérrimo del capitalismo y se pronunciaba por cambiar' la distribución de los medios de producción por medio del ensayo de un régimen socialista. El choque con la Universidad no se dejaría esperar. En 1931, año en que Ortiz Rubio renunció por sus diferencias con Calles, Jefe Máximo de la Revolución, y Abelardo L. Rodríguez fue declarado presidente sustituto, Roberto Medellín ocupó la rectoría de la Universidad y Lombardo Toledano nuevamente llegó a la dirección de la Preparatoria, no sin protestas de estudiantes. El ambiente político del país incidió de lleno en la Universidad: aún se vivían las secuelas de la política anticlerical de Calles y de la guerra crislera; continuaban los resentimientos entre la Iglesia católica y el gobierno; se fortalecían las posiciones ideológicas socialistas en el gobierno para impulsar un proyecto educativo de corte técnico en apoyo a la producción; el maximato de Calles causaba oposición entre losj sectores liberales, todo lo cual se reflejaba en la vida cotidiana de la Universidad. 8.11. LA AUTONOMIA COMPLETA Luego de hacerse públicos los resolutivos del Congreso, arreciaron las pugnas políticas entre los distintos grupos por las posiciones ideológicas sustentadas. El rector Medellín propuso llevar a plebiscito la resolución del Congreso, pero de inmediato se dieron reacciones de rechazo en algunas escuelas universitarias. Un grupo de profesores de Derecho renunció en protesta ante la situación imperante: "El relajamiento de la disciplina ha llegado a tal punto, que son frecuentes y habituales los desórdenes. Estos en cada momento acrecientan su intensidad y ha habido ocasiones en que
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dentro de las mismas escuelas se ha estado próximo a realizar verdaderas campañas de violencia entre los diferentes partidos en pugna, que inclusive han podido degenerar en hechos -sangrientos" En sesión de Consejo Universitario, en la que se estaba dando a conocer esta renuncia, se enfrentaron dos grupos de estudiantes, uno en apoyo a la actitud de los profesores renunciantes, y otro en apoyo a la posición lombardista; en esa sesión se enfrentaron verbalmente el rector Medellín y el director de la Facultad de Derecho. Brito Foucher, quien fue destituido de su cargo por el Consejo, integrado por directores comunes al rector y a las tesis adoptadas por el Congreso de Universidades. De inmediato, estudiantes de Derecho aprobaron irse a huelga y solicitaron las renuncias de Medellín y de Lombardo, bajo el argumento de que la ponencia de éste en el Congreso de Universidades era la causa del conflicto. Si bien los directores de las demás escuelas se opusieron a los estudiantes inconformes, contaron con el apoyo de los directivos de la Sociedad de Alumnos y de estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras. Al mismo tiempo, fue desconocida la directiva de la Confederación Nacional de Estudiantes que había aprobado la resolución que desató la controversia. La nueva directiva estudiantil se manifestó contraria a la orientación socialista de la educación. En un manifiesto dirigido a los estudiantes del país señalaba la nueva postura ideológica. La huelga fue respaldada por otras escuelas de la Universidad; los bandos se definieron: en un lado estaban la nueva directiva de la confederación estudiantil a nivel nacional y quienes se oponían a la orientación socialista, en la que participaban todas las corrientes liberales y, de manera importante, la Unión Nacional de Estudiantes Católicos; en el otro se hallaba la directiva depuesta de la confederación estudiantil, Lombardo con sus seguidores y el oficialismo representado por Bassols. Directores y funcionarios universitarios solicitaron ia renuncia de Lombardo como director de la Preparatoria para resolver el conflicto, mientras estudiantes huelguistas irrumpían en el edificio de rectoría y obligaban al rector a abandonarlo. Ante estos actos, el presidente Abelardo Rodríguez reaccionó de manera enérgica y presentó una iniciativa al Congreso de la Unión para modificar la Ley Orgánica y otorgar la "autonomía total". Con la nueva Ley, la Universidad perdía su carácter nacional; a partir de entonces, y hasta 1945, se llamaría Universidad Autónoma de México. Bassols precisó el sentido de las reformas En la sesión en que se discutió y aprobó la nueva Ley Orgánica de la Universidad, se expresaron de manera contundente críticas a la Universidad, no sólo por los problemas de su funcionamiento interno, sino principalmente por su orientación ideológica liberal. El Estado renunciaba a toda intervención en la vida interna de la Universidad: ya no integraría las ternas para elegir rector como sucedía con la anterior ley, ni tendría poder de veto. Se ratificaba el gobierno de estudiantes y profesores en las academias y el rector sería nombrado libremente por el Consejo Universitario.
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Pero el cambio de mayor trascendencia era que el Estado renunciaba a concederle un subsidio anual para su sostenimiento; la Universidad percibiría sólo los intereses de diez millones de pesos que se le entregarían, cubiertos los cuales no recibiría mas recursos públicos. Los ingresos que se previeron para el año de 1934 fueron $670 000 por intereses patrimoniales, menos de la cuarta parte de lo que recibió como subsidio en 1933. Con todo ello, el año siguiente se inició con un déficit de $1 200 000. Empleados y profesores percibieron honorarios de hambre. Una cátedra de tres horas-a la semana tenía asignada para el maestro la mísera cantidad de 50 pesos de salario. El rector Gómez Morín fijó su propia remuneración en 300 o 400 pesos. Fue gracias a la generosidad de los profesores y de los empleados universitarios que la Universidad pudo subsistir en los años siguientes. Para muchos académicos de ese entonces, fervientes defensores de la autonomía universitaria y de la libertad académica, era preferible el sacrificio personal a la dependencia del gobierno. El rector perteneciente a la generación de "Los Siete Sabios", católico y posterior fundador del Partido Acción Nacional (PAN) se enfrentó a la situación de penuria económica de la Universidad, pues las entregas parciales de los diez millones por parte del gobierno fueron marcadamente insuficientes. Gestionó la donación de recursos a la institución con una gran habilidad financiera y aplicó medidas organizativas avanzadas para la época, con el propósito de formar grupos "de profesores e investigadores reunidos por especialidades académicas, que cristalizaron en el primer Estatuto para normar la vida universitaria. 8.12. LA EDUCACION SOCIALISTA En 1933, el Partido Nacional Revolucionario (PNR) había adoptado en su convención extraordinaria la siguiente resolución: "El Partido Nacional Revolucionario contrae ante el pueblo mexicano el compromiso concreto y solemne de obtener por conducto de sus órganos parlamentarios, la reforma del artículo 3o constitucional, suprimiendo la escuela laica e instituyendo la escuela socialista como base de la educación primaria elemental y superior‖. Esta orientación educativa nutriría el Plan Sexenal del gobierno cardenista, con el propósito de enseñar a los educandos un "concepto racional y exacto del universo y de la vida social". El proyecto original de reforma del artículo tercero constitucional fue confuso sobre si la Universidad estaría incluida en la reforma. Los diputados Bremauntz y Coria —autores del proyecto de reforma— declararon que comprendería todos los niveles educativos, desatando una profunda inconformidad. El Comité Ejecutivo del PNR lanzó un manifiesto a la Nación, dejando claro que el proyecto excluía la educación universitaria, pero aun así arreció la oposición. En varios estados de la República se desataron movilizaciones estudiantiles de protesta y sus gobernadores cerraron las universidades por su oposición a la reforma. La redacción definitiva de la reforma al artículo 3 o estuvo a cargo de Narciso Bassols. En diciembre de 1934 se aprobó la reforma. Sin embargo, ante una fuerte oposición, el texto definitivo no abarcó la educación superior, por lo que la reforma no se aplicaría a las universidades. En tanto se aprobaba la reforma en este ambiente de confusión y tensión, el Consejo Universitario designó una comisión para solicitar al presidente una declaración en torno a su intención de 110
incluir o no las universidades en el proyecto de educación socialista; se acordó también que "entre tanto esa comisión cumple su función y obtiene una declaración expresa, se suspenden desde esta fecha las labores de la Universidad por no existir el ambiente necesario para el desarrollo de su trabajo y por estar siendo constantemente objeto, los universitarios, de maniobras de provocación" Gómez Morín hizo una airada defensa de la autonomía en el documento "La Universidad de México. La razon de ser y su autonomía" . Por su parte, los estudiantes declararon la huelga en oposición a la educación socialista y Gómez Morín presentó su renuncia a la rectoría luego de un año de haber ocupado el cargo. Fernando Ocaranza lo sustituyó a finales de 1934, coincidiendo con el inicio del gobierno de Lázaro Cárdenas. 8.13. LOS CONFLICTOS CON CÁRDENAS En ese sexenio la Universidad estaría marcada por la inestabilidad y el conflicto. Desde su campaña presidencial, Cárdenas había expresado su animadversión al modelo universitario existente: "la educación superior debe abandonar sus orientaciones a favor de las profesiones liberales cuyos exponentes, ligados a la burguesía, no son sino materia prima para la formación de clases parasitarias". Así, tanto por las penurias económicas de la Universidad como por razones políticas e ideológicas, creció la tirantez de las relaciones con el gobierno. Ante la penuria económica de la Universidad, el rector Ocaranza inició gestiones para obtener mayores recursos del gobierno. En 1935 se acordó un subsidio de dos millones de pesos, pero no se resolvió la situación económica de la institución. Junto con ello, continuaba el debate sobre la orientación de la enseñanza con la consecuente inestabilidad política. Pese a la disposición constitucional de excluir la obligatoriedad de la educación socialista en la Universidad, se le presionaba para que las cátedras se impartieran desde esta orientación, pues se planteaba el dilema de conciliar la educación socialista en la primaria y la secundaria con la educación universitaria de corte liberal. En consonancia con el proyecto de educación socialista, él secretario de Educación, García Téllez, declaró que la secundaria se orientaría a la preparación de estudiantes para las profesiones técnicas y ya no para las profesiones liberales. La Universidad reaccionó creando una escuela secundaria especial (iniciación universitaria), lo que fue considerado por el gobierno como atentatorio al precepto constitucional. Además, se aprobó un reglamento de incorporación a instituciones privadas, algunas de las cuales —como la recién creada Universidad Autónoma de Guadalajara opuesta ai proyecto socialista de Jalisco— se incorporaron a la Universidad Autónoma de México para no estar bajo la supervisión de la SEP. En este ambiente de tensión, el Consejo Universitario resolvió comunicar por escrito al presidente la desesperada situación económica de la Universidad, solicitarle mayores recursos y suspender las actividades hasta que se conociera su respuesta. Se argumentó que "obligar a la Universidad a seguir prestando sus servicios sin tener, entre otras cosas, los elementos económicos suficientes para ello, sería obligarla a decir una mentira". Frente a esta decisión, los diferentes grupos estudiantiles se manifestaron en favor o en contra de las decisiones del Consejo Universitario; un grupo de estudiantes de izquierda se apoderó de la Universidad, reivindicándose 111
corno los auténticos universitarios ante la "decisión ilegal" de las autoridades de suspender las actividades. La respuesta de Cárdenas al rector fue sumamente crítica a la labor de la Universidad y anunció su intención de someter al Congreso la iniciativa de una nueva Ley Orgánica; el presidente lanzaba una clara amenaza a la Universidad de restringir su autonomía para permitir la intervención del Estado. En septiembre de 1935 el rector y la mayoría de los consejeros universitarios presentaron su renuncia, cerrando uno de los momentos de mayor crisis de la Universidad, en la que se buscó defender la autonomía y el principio de libertad de cátedra frente al intento de imposición del socialismo como único modelo educativo. La crisis se explicaba porque el gobierno tenía un programa discordante con la Universidad: en materia educativa, buscaba impulsar la educación popular, a diferencia de la educación elitista que se brindaba en ella, y pretendía impulsar nuevas carreras de carácter técnico y manual más útiles para la nación. Cárdenas no envió el proyecto de una nueva Ley Orgánica para la Universidad como lo había señalado; en su lugar, remitió al Congreso un proyecto de ley para la creación del Consejo Nacional de Educación Superior y de la Investigación Científica. El presidente señaló en sus considerandos: El ejecutivo a mi cargo no necesita modificar la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de México para restringirle su autonomía o para cercenarle el patrimonio que el Estado mismo le entregara al constituirla. Considero que no hay necesidad de afectar la situación de los actuales planteles universitarios de la Ciudad de México si,, como está dicho, se va a proceder, desde luego, a proyectar, a organizar y a poner en marcha nuevas instituciones educacionales que permitan cumplir el programa que el Gobierno se ha trazado. En octubre de 1935 se constituyó el Consejo como el nuevo instrumento del Estado para orientar la educación superior en el país. Se prescindía en este propósito de una universidad liberal y alejada del programa del gobierno.
Respuesta del presidente Cárdenas al rector Fernando Ocaranza: Si la Ley Orgánica de octubre de 1933 señala a la Universidad la misión de impartir la cultura superior y profesional, sin fijarse normas concretas, no debe olvidarse que en aquel entonces la instrucción primaria reservada prácticamente al Estado por la Constitución, era del tipo clásico liberal y no había razón alguna para circunscribir a los propios términos la enseñanza profesional, supuesto que ambas actividades eran efecto de doctrinas aceptadas y establecidas con iguales tendencias. Pero, reformado el Artículo 3° de la Constitución en un sentido distinto a la educación individualista, es lógico suponer que la Universidad debe orientar sus actividades y doctrinas a un rumbo complementario y no antagónico a la escuela de los pri- i meros años, pues de otro modo sena estéril y aun perjudicial a la niñez, una enseñanza v un esfuerzo que al llegar la juventud y con ello la Universidad, tendría que ser rectificado. 112
Dentro de estas normas dé cooperación lógica y necesaria, juzgo conveniente que se reorganice la Universidad, dejando la autonomía indispensable para llenar sus fines, y no como entidad soberana autorizada para interpretar las leyes dictadas por el Estado, ni mucho menos para oponerse al espíritu de las mismas... Es digno de tomarse en cuenta el esfuerzo económico que el Estado ha hecho para entregar bienes nacionales y fondos públicos, sin mayor estímulo moral en virtud de que esa institución cultural se ha colocado, por su propia voluntad, en un plano de indiferencia con respecto al Programa Social de la Revolución. Si el gobierno asume todas las responsabilidades de orden económico que presupone el sostenimiento de dicho instituto, tendrá necesariamente que restringirse su autonomía, modificando, por ficticio, el régimen imperante, para ponerlo en concordancia con la realidad y dar franca intervención al Estado en la marcha administrativa de esa Casa de Estudios, asi sea sólo para el efecto de velar por una correcta y conveniente aplicación de sus fondos. Carta del presidente Lázaro Cárdenas a Fernando Ocaranza, rector de la Universidad Autónoma de México Al Consejo se le dio la función de crear, transformar o suprimir establecimientos de educación supeiior e investigación que funcionaban o debieran funcionar en el país, tanto en el nivel federal como estatal. Este fue el primer intento de planeación centralizada de la educación superior en México pero tuvo una vida efímera y sólo incidió en la apertura de algunos pocos centros universitarios y la reforma de otros: en 1936 se fundaba la Universidad Obrera, cuyo primer rector fue uno de los protagonistas del debate ideológico en la Universidad pocos años atrás: Vicente Lombardo Toledano y en 1937 iniciaba actividades el Instituto Politécnico Nacional (IPN). Mientras a la Universidad se le quitaba su carácter de institución nacional y se le duba su plena autonomía, la nueva institución nacía nacional y sin autonomía, lo que era señal clara de su orientación como proyecto de Estado. La creación del Instituto Politécnico Nacional fue la alternativa de educación superior del gobierno cardenista, para formar los cuadros tóemeos requeridos por el proyecto político y económico del Estado, además de ofrecer oportunidades de movilidad social a personas de bajos recursos, en contraposición al modelo conservador de la Universidad. Frente a una Universidad elitista y alejada del pueblo —se argumentaba— era menester contar con otra institución de educación superior popular y comprometida con el proyecto del gobierno. La Universidad resultaba claramente disfuncional al proyecto cardenista al no estar dispuesta a aceptar su orientación política, puesto que a ojos del gobierno no era más que un "nicho de reaccionarios". Sin embargo, con el nombramiento del rector Luis Chico Goerne se restableció un puente entre la Universidad y el gobierno. Esta designación representó un acercamiento mutuo. En su rectorado se buscó imprimir una orientación social a la educación sin atentar contra el principio de libertad de cátedra, pugnando por que la ciencia y la cultura contribuyeran a la solución de los grandes problemas sociales del momento y estuvieran al servicio de la colectividad, como lo marcaba el nuevo Estatuto. Varias reformas se emprendieron para impulsar la mayor participación de los es-
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tudiantes en el gobierno universitario, así para como^dar proyección social a los trabajos de la Universidad, destacando entre ellas la fundación de Radio Universidad. Sin embargo, en junio de 1938 Goerne renunció. El Consejo Nacional de Educación Superior y de la Investigación Científica había propuesto crear seis centros universitarios en diferentes regiones del país, lo que ocasionó el rechazo del rector, una nueva crisis en la Universidad y su renuncia. Un Directorio asumió provisionalmente la autoridad interna, y el doctor Gustavo Baz Prada, ex gobernador del Estado de México y fundador del servicio social universitario, fue electo rector, quien renunciaría en 1940 no por razones de enfrentamiento político, sino para irse como secretario de Asistencia por invitación del presidente Ávila Camacho. Ello marcaría una nueva etapa en las relaciones entre la Universidad y el Estado. 8.14. LA DECADA DE LOS 50‘S El nuevo contexto y la unidad nacional En las dos décadas que van de 1940 a 1960, la Universidad se incorporó a los proyectos del Estado y se desplegó bajo su protección y apoyo, luego de años de distanciamiento e indiferencia. Es el período en el que se le restituyó a la UNAM su carácter nacional y se construyó la Ciudad Universitaria con los auspicios del gobierno alemanista, "gobierno de universitarios", que había desplazado a los generales en el poder. En la quinta década de siglo, México estaba sufriendo una profunda mutación social. Pese a seguir siendo un país predominantemente rural (65% de la población vivía en el campo), inició el modelo de crecimiento económico sustentado en la industrialización (sustitución de importaciones), acompañado de un paradigma de desarrollo social fincado en la urbanización. La Universidad, y la educación superior en general, como fenómenos típicamente urbanos, se vieron beneficiadas del cambio de modelo. En lo educativo, la reforma representó un triunfo de las posturas universitarias de años atrás. Gómez Morín, quien como rector había sido ferviente defensor de la autonomía universitaria, jugó un papel clave en la modificación de la doctrina educativa, ya como líder del recién creado Partido Acción Nacional (PAN). Este partido fue activo promotor de la reforma al artículo tercero; sus postulados eran acordes con la ideología predominante en la Universidad, a partir del triunfo de la postura de Antonio Caso en la famosa disputa en el Congreso de Universitarios de mía década atrás. La ideología de la "unidad nacional" estuvo representada en la Secretaría de Educación Pública por su titular Jaime Torres Bodet, quien había sido secretario de Vasconcelos e integrante, junto con éste, del Ateneo de la Juventud. Con la nueva orientación y el clima de reconciliación se favoreció la ampliación del sistema educativo, la construcción de locales escolares, la reforma de los planes de estudio y la realización de la primera campaña de alfabetización.
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8.15. ARMONIA DE LAS FUNCIONES SOCIALES DE LA UNIVERSIDAD El proceso de industrialización y de urbanización, la aparición de las clases medias urbanas, núcleo del que emergen los demandantes a ingresar a la universidad, la política gubernamental de apoyo a su expansión, los requerimientos de calificación de la fuerza de trabajo y las mayores oportunidades de empleo, fueron factores que contribuyeron a que la Universidad desempeñara sus funciones en un ambiente de estabilidad y sin grandes contradicciones: • La ideología universitaria y la ideología gubernamental coincidían en lo sustantivo: ver la educación como el principal, vehículo de "transformación de las conciencias" para impulsar el desarrollo social. El humanismo de Torres Bodet en la SEP era el humanismo proclamado antes en la Universidad. El discurso gubernamental, valora la educación universitaria como factor de progreso, elemento civilizador, vía de igualación social y de reconocimiento al mérito individual. • En la universidad se forman los intelectuales orgánicos del Estado y los políticos que se incorporan a los distintos órdenes de gobierno y del partido en el poder, reformado en el Partido Revolucionado Institucional (PRI). Los gremios profesionales adquieren poder, en el marco de un sistema corporativo, en áreas de gobierno y en el interior de la Universidad. Los conflictos estudiantiles, que los hubo en esta época, no rebasaron el ámbito de la institución y no se enfrentaron de manera abierta al gobierno. • La universidad forma profesionistas requeridos por un mercado de puestos laborales en expansión. La construcción del "México moderno" recae en gran medida en universitarios. El desarrollo del campo, de la industria y de los servicios incorpora egresados de la universidad. • La universidad es un canal importante de movilidad social asociado al mérito. Quienes logran acceder a sus aulas y egresar de ellas, mejoran su situación social y económica; mejoran sus ingresos; obtienen mayor reconocimiento social; se mudan a nuevas colonias prestigiadas y acceden a nuevas posiciones de poder. 8.16. UN SISTEMA ELITISTA DE EDUCACIÓN SUPERIOR Para explicar el armonioso desempeño de las funciones sociales de la universidad, es necesario considerar el tamaño y las características del sistema de educación superior del país, del cual la UNAM era la institución principal y paradigmática. En 1940 México era mi país chico en población, centralizado y con fuertes rasgos elitistas-en la educación. De un total de casi 20 millones de habitantes en el país, 1 757 000 estaban en el Distrito Federal. Existían menos de 30 mil estudiantes en el nivel superior, de los cuales la Universidad Nacional Autónoma atendía a 17 000. El resto asistía a seis universidades estatales y al Instituto Politécnico Nacional recién creado. Para ese año, ante la mayor incorporación de hombres a la Universidad, la participación de las mujeres bajó a 21 por ciento. Una década después, en 1950, se teman 32 mil estudiantes de educación superior; de ellos, 25 mil estudiaban en la UNAM. Sólo 1.4% de los jóvenes entre 20 y 24 años de edad cursaba estudios universitarios. Para 1960 se tenían ya 76 mil estudiantes (2.6% de los jóvenes en edad correspondiente), pero todavía se estaba muy lejos de atender la creciente demanda de una sociedad 115
en acelerado proceso de urbanización. Sin embargo, para 1960 la UNAM tenía 66 000 estudiantes, lo que alertaría a las autoridades sobre el peligro de la "masificución" y la gobernabilidad de la institución. Hasta entonces el reducido tamaño de la Universidad había permitido que el modelo funcionara sin mayores contradicciones. La poca población atendida estudiaba a su vez en pocas instituciones: a mediados de siglo había 12 instituciones con rango de universidad; durante la década de los cincuenta se crearon 13 nuevas universidades y los primeros institutos tecnológicos, que ascendieron a nueve para 1960. En ese año solamente Aguascalientes, Baja California Sur, Quintana Roo, Tlaxcala, Hidalgo y Nayarit carecían de universidad; en cuatro décadas, de 1920 a 1960, se había pasado de tres universidades a 25. 8.17. UNIVERSIDAD LIBERAL La Universidad, era una institución orientada principalmente a la formación profesional; de ahí su modelo de organización profesionalizante centrado en escuelas y facultades. Su quehacer principal era la docencia en licenciatura; el posgrado era prácticamente inexistente. Fue hasta 1970 cuando las estadísticas de la UNAM reportan la población escolar de posgrado; en ese año era de 3 mil estudiantes, cifra bajísima, pero que representaba 75% del total nacional de este nivel de estudios. Las carreras impartidas estaban orientadas a la formación para el ejercicio liberal de las profesiones: las carreras de Ingeniería, Derecho y Medicina concentraban las dos terceras partes de la matrícula total. Es entonces cuando los gremios profesionales comienzan a acrecentar su peso político en la vida de la institución y en la orientación de los programas académicos, al grado de establecerse una simbiosis entre el cuerpo profesoral y la pertenencia a estos gremios, sobre todo en las tres carreras mencionadas. A mediados del siglo las mujeres participaban poco en la vida social y política del país y no tenían derecho al voto. Ello tenía su reflejo en la Universidad: ocho de cada diez estudiantes eran hombres. Las mujeres universitarias se ubicaban en ciertas carreras de "perfil femenino", como las carreras del área comercial, mientras que las ingenierías y las ciencias duras estaban pobladas por hombres. De acuerdo con las estadísticas de la Universidad, en 1940 en Arquitectura había 16 mujeres de un total de 272 alumnos; en ingeniería 18 de 705; en Medicina 261 de 3 353 y en Jurisprudencia 170 de 1 878. Incluso en Comercio y Administración, que con posteridad atraería a población femenina, sólo estudiaban 280 mujeres de un total de 1369 alumnos. Para entonces sólo la carrera de Enfermería tenía población femenina total (Anuario UNAM, 1959). La Universidad tenía una escala humana; los grupos eran reducidos y los alumnos se conocían por su nombre. Esta Época de Oro se reflejaba en el deporte: resultaban clásicos los enfrentamientos de futbol americano entre los "pumas" de la Universidad y los "burros" del Politécnico; tras las justas deportivas se escondía una pugna estudiantil entre los "privilegiados" del sur de la cuidad, los universitarios, y los "plebeyos" del norte de la misma, los politécnicos. La educación superior era predominantemente pública. Las primeras universidades privadas (exceptuando la Universidad Autónoma de Guadalajara que se había creado durante el cardenismo 116
como reacción al proyecto socialista de la Universidad de Guadalajara) surgen en esta época: en los cuarenta el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) y el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) como proyectos empresariales; la Universidad Iberoamericana (UIA) y la Universidad La Salle (ULSA) como proyectos religiosos; y la Universidad de las Americas (UDLA) como proyecto de educación binacional México-EUA. Son instituciones para la élite, pero su matrícula es restringida. La expansión de la universidad privada se dará a la par del desprestigio de la universidad pública, que comienza a vivirse en los finales de los sesenta por razones de crecimiento y de politización. 8.18. DOS RECTORES EN LA UNIVERSIDAD Pese a los intentos por controlar la política estudiantil, los conflictos continuaron y en julio de 1944 desembocaron en el mayor conflicto de gobernabilidad de la Universidad. Tras finalizar el ciclo de directores de 14 escuelas, el Consejo Universitario reeligió a diez directores y eligió a cuatro; en las escuelas Nacional Preparatoria, de Comercio y de Veterinaria se impugnaron los nombramientos: en Veterinaria la reacción fue más extrema y estalló una huelga y en Derecho se dieron enfrentamientos entre grupos opositores y afines al rector, quien de manera ostensible disponía de grupos de choque (hoy conocidos como "porros"). El rector convocó a un plebiscito para que la comunidad universitaria se manifestara sobre los nombramientos de directores impugnados y sobre su propia permanencia en la rectoría; incluso propuso que el presidente de la República fungiera como arbitro en el conflicto. El plebiscito no se realizó, pues un estudiante de Veterinaria murió cuando un grupo de apoyo al rector irrumpió en esa escuela. Los dos bandos se acusaron mutuamente de haber dado inicio a la violencia: mientras el rector denunció haber encontrado bombas incendiarias, sus opositores acusaron al rector de haber armado a los estudiantes de Derecho que se dirigieron a Veterinaria para retomarla. Tras estos acontecimientos, Brito Foucher presentó su renuncia; lo mismo hicieron los tres directores impugnados. En este momento se abría uno de los conflictos más graves qué había vivido la Universidad, pues se polarizó en dos bandos, cada uno con un rector al frente. Tras esta renuncia, un grupo de universitarios, encabezados por Manuel Gual Vidal, Octavio Medellín Ostos y Raúl Cervantes Ahumada, constituyeron un Directorio para "salvar a la Universidad acéfala"; se posesionaron de las oficinas de la rectoría y convocaron a un Consejo Universitario Constituyente para elegir a un nuevo rector y reformar a la institución. Fueron calificados por el grupo contrario como usurpadores de la legalidad. Dicho Consejo nombró como rector a Gual Vidal, cuestionó por violenta la administración de Brito Foucher y la misma Ley Orgánica, a la que se consideró la causante del conflicto; se pronunció por "quitar al gobierno de la Universidad el carácter de meta a los intereses de las personas", para lo que propuso que los directores fueran nombrados por las academias, ya no por el Consejo Universitario; que la designación del rector fuera mediante un sistema estrictamente académico que impidiera toda vinculación política; que el patrimonio de la Universidad fuera manejado por un Patronato, y que se reorganizara el Consejo Universitario con sentido académico y sobre la base de la paridad.
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Mientras este grupo nombraba nuevo rector, continuó funcionando el Consejo Universitario, En su sesión de finales de julio, en la que estuvieron presentes siete de un total de 15 directores y la mayoría de los consejeros profesores y alumnos y de los presidentes de las sociedades de alumnos, se eligió como rector a José Aguilar Álvarez. Se asumieron como los representantes de la legalidad universitaria, mientras que fueron calificados por el Directorio como partidarios del ex rector. Ante esta división, el presidente Manuel Avila Camacho llamó a los dos rectores y los invitó a que renunciaran para abrir una vía de resolución del conflicto: nombrar una Junta de Avenimiento, integrada con los ex rectores de la Universidad desde su autonomía en 1929. De modo respetuoso, lanzó a los universitarios una advertencia de que si ellos no resolvían el conflicto, el gobierno se vería en la necesidad de tomar otras medidas, entre ellas, la revisión de su autonomía. 8.19. LA NUEVA LEY ORGANICA Los dos rectores presentaron su renuncia, si bien algunos universitarios no dejaron de expresar su inconformidad ante la actitud presidencial. La Junta de Ex Rectores nombró como rector a Alfonso Caso, universitario que en ese momento ocupaba la Dirección General de Educación Superior e Investigación Científica en la SEP. Junto con este nombramiento, la Junta elaboro las "Bases para el gobierno provisional de la Universidad, según las cuales el rector nombraría a todos los directores de las escuelas, facultades e institutos, y el Consejo Universitario se integraría por los directores, un representante profesor y un representante alumno de cada escuela y facultad, más un representante de los trabajadores. Con estas bases desaparecía la composición paritaria que hasta entonces tema el Consejo Universitario al formar parte de él los presidentes de las sociedades de alumnos. Se encomendó al Consejo Universitario, como tarea inmediata, la elaboración de un nuevo estatuto de la Universidad. Caso expresó su temor de que la Universidad "lenta pero inevitablemente" tendiera a su desaparición si no se le daba una estructura jurídica que le diera estabilidad institucional y la alejara de las políticas de partidos. Sustentó la necesidad de fortalecer su carácter nacional y público y su proyecto de reorganización universitaria se fincó en separar lo político de lo técnico para superar el caos y superar el marasmo que vivía la institución. Señaló que solamente existía una forma de organización que no se había ensayado hasta entonces: "organizar la Universidad de acuerdo con su definición, es decir, como una institución técnica". Si las academias mixtas hasta entonces habían desempeñado funciones políticas y técnicas, al participar tanto en el nombramiento de autoridades como en la formulación de proyectos y normas académicas, en adelante habrían de desempeñar solamente las segundas, al ser transformadas en la figura de "consejos técnicos". Del proyecto de Ley Orgánica los estudiantes impugnaron la figura de la Junta de Gobierno a la que, según ellos, se darían facultades "dictatoriales y absolutas"; también la nueva composición del Consejo Universitario, que ya no sería paritaria entre profesores y estudiantes, dejando en desventaja a estos últimos, a la vez que no sería ya el máximo órgano de gobierno de la Universidad. Los consejeros, inconformes con el anteproyecto de ley, señalaron que con la nueva estructura de gobierno la Universidad perdería autonomía y se suprimiría en los hechos la libertad de cátedra. Se cuestionó también la legitimidad del Consejo Universitario Constituyente que, por la 118
manera de nombramiento de los directores, otorgaba un peso mayoritario al rector. En una de las sesiones se retiraron 12 consejeros alumnos en protesta por la "ilegitimidad del Consejo" y la atribución tomada para modificar la Ley Orgánica y no sólo el Estatuto. Tras la intervención del ex rector Gómez Morín como intermediario con los estudiantes, éstos regresaron al Consejo e insistieron en sus objeciones al proyecto de ley. Propusieron que fuera en el Estatuto y no en la Ley Orgánica en donde se especificaran ciertas facultades que se pretendía dar a las autoridades, y que el rector siguiera siendo nombrado por el Consejo Universitario, pero ahora de una terna que integraran los decanos de las facultades y escuelas. Sin embargo, al tenef una posición minoritaria en el Consejo, lo abandonaron definitivamente y el proyecto de ley se aprobó sin el voto de los consejeros estudiantiles. El proyecto aprobado por el Consejo Universitario Constituyente fue enviado al Ejecutivo y éste lo presentó al Congreso de la Unión, que lo aprobó sin modificaciones. Esta Ley fue la primera que surgió de la Universidad, a diferencia de las de 1929 y 1933 que fueron iniciativas del gobierno. La Ley Orgánica de 1945 restituyó legalmente a la Universidad el carácter de nacional, al considerarla como una corporación pública y órgano descentralizado del Estado; definió sus finalidades y conformó una nueva estructura de gobierno que pretendió la despolitización de sus órganos bajo el criterio de la subordinación de lo político a lo técnico, con la Junta de Gobierno al frente; creó el Patronato como autoridad universitaria encargada de la administración de los recursos económicos de la Universidad y precisó las atribuciones de las autoridades unipersonales (rector y directores) y de las colegiadas (Junta de Gobierno, Consejo Universitario y Consejos Técnicos). 8.20. EL ESTUDIANTADO EN LOS 50‘S: CONFLICTOS MENORES La integración espacial de las diversas dependencias universitarias, la ampliación en la cobertura de sus servicios y más que nada, la perspectiva que adoptaba la Universidad dentro de un contexto general de modernización nacional, constituyeron factores que habrían de determinar una recomposición gradual de las intenciones políticas de los estudiantes. Cabe observar el hecho significativo de que durante los años que median entre 1950 y 1960 ningún movimiento estudiantil amenazó siquiera con deponer al rector en turno, dándose el caso de uno de ellos que completó, sin problemas de tal orden, dos gestiones consecutivas. En esta época la Universidad vivió los años dorados del humanismo liberal y de la educación universitaria profesionalizante, al tiempo que disminuyeron las pugnas políticas internas, pero no desaparecieron. En esos años el estudiantado estaba aglutinado en torno a federaciones de fuerte presencia en la política de las escuelas. Las huelgas y manifestaciones estudiantiles ocurridas en estos años tuvieron poco relieve, salvo las ocurridas en el IPN en 1956 y la protagonizada por los estudiantes de la UNAM en 1958, motivada por el alza de pasajes en el transporte urbano, y con motivo de la cual la Ciudad Universitaria estuvo custodiada durante algunos días por elementos del ejército. Para ese entonces todavía se mantenían formalmente las organizaciones estudiantiles preexistentes a 1945: las sociedades de alumnos como órganos de base; la Federación Estudiantil 119
Universitaria (FEU) en la que se delegaba la representación colectiva de la Universidad, y la Confederación Nacional de Estudiantes en la que convergían organizaciones estudiantiles de toda la República. Las sociedades de alumnos, sin embargo, tenían un poder muy menguado respecto a la situación existente con la Ley Orgánica de 1933, cuando sus presidentes habían sido representantes ex oficio en el Consejo Universitario. Las decisiones importantes estaban ahora en manos de las autoridades; se había acabado con la representación paritaria en el Consejo. Durante estos años, muchos de los conflictos locales estuvieron causados por los procesos electorales en las sociedades de alumnos; la lucha era por el control de estas organizaciones y de la FEU, que daba acceso al poder representativo; fueron comunes actos de violencia física y verbal en diversas escuelas, mismos que fueron disminuyendo con el traslado a Ciudad Universitaria. La amenaza de huelga era un recurso muy socorrido, que en varias ocasiones se concretó, aunque no hubo una huelga general por motivos internos, sino en protesta en contra del gobierno de la ciudad. Los disturbios estudiantiles por el control de sus organizaciones en ocasiones se acompañábanle acusaciones mutuas de infiltración de los partidos politicos, principalmente del PRI y el PAN. Características de esta época fueron la apatía y la carencia de proyectos estudiantiles alternativos a los oficiales: sus intereses se centraban en el control político de sus espacios de representación y sus principales demandas eran de tipo asistencial (uso de locales y festejos); a lo más, se oponían a medidas que afectaban ciertas facilidades escolares (derechos adquiridos, se diría a lo largo del siglo). Por su parte, las autoridades combinaron estrategias de mano dura (caso de la Facultad de Medicina, a finales de 1945, cuando estalló una huelga estudiantil para presionar por la continuación de exámenes condicionales de regularización), o de condescendencia (caso de Jurisprudencia, en 1948, cuando las autoridades cedieron a la presión estudiantil para no aplicar el reglamento escolar que exigía un mínimo de asistencias para tener derecho a examen). Lejos había quedado la visión mesiánica de los estudiantes de los años treinta. El nuevo pacto social establecido en la Universidad a partir de 1945, que impulsaba el progreso individual, acicateaba a los estudiantes para escalar la pirámide social y fortalecía a los gremios de las profesiones liberales que se enseñaban en la Universidad, mismas que vivieron su época de oro. En síntesis, en los órganos de gobierno de la Universidad, a partir de 1945, los estudiantes habían disminuido su presencia y poder de decisión, y estaba desmantelada la anterior estructura de poder en la cual los estudiantes habían sido un actor protagónico en las decisiones de la vida de la institución. 8.21. CONTRA EL ALZA DE CUOTAS ESCOLARES Y DE TRANSPORTE En 1946 el primer rector nombrado por la Junta de Gobierno, el licenciado Genaro Fernández McGregor, renunció como resultado de un movimiento en su contra y fue sustituido por el doctor Salvador Zubirán, quien tomó posesión con el edificio de la rectoría tomado por los estudiantes y en cuyo rectorado se promulgó la Ley sobre la Fundación y Construcción de la Ciudad Universitaria, expropiándose los terrenos del Pedregal de San Ángel para tal fin. En el rectorado de Zubirán se buscó "racionalizar" la matrícula estudiantil como resultado de medidas disciplinarias, siempre impopulares, con lo que bajó la matrícula en tres mil alumnos.
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Logró que el gobierno aumentara el subsidio de 11 a 13 millones de pesos y emprendió la "campaña de los diez millones". El principal conflicto interno que se vivió, y que tendría consecuencias posteriores, se dio en 1947. El Reglamento de Pagos aprobado para 1948 establecía la inscripción de 25 pesos y colegiaturas que oscilaban entre 80 y 200 pesos; el examen extraordinario costaría 10 pesos. Este Reglamento ocasionó una movilización estudiantil y obligó a renunciar al rector Zubirán. Lo sustituyó Luis Garrido, que también tuvo oposición de grupos de estudiantes. Inmediatamente se aprobó un descenso en las cuotas de inscripción, de 25 a 20 pesos, y de colegiatura, de 80 y 200; a 65 y 180 pesos. Los exámenes extraordinarios bajaron a seis pesos. A partir de entonces se congelaron las cuotas, pese a los intentos de posteriores rectores que desencadenarían movimientos estudiantiles, como el protagonizado por el Consejo General de Huelga de fin de siglo. En el flanco externo, el principal conflicto político con el gobierno de Ruiz Cortines no estuvo protagonizado por la UNAM, sino por el IPN en 1956, a raíz de la administración de los dormitorios para estudiantes. Tras una huelga Üe casi seis meses, el presidente ordenó la intervención del ejército, la clausura del internado con el desalojo violento de casi 400 estudiantes y el encarcelamiento de los líderes de la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos (el líder del movimiento, Nicandro Mendoza, entre ellos), acusados del delito de disolución social. Los estudiantes universitarios, agrupados en la FEU, no respaldaron el movimiento de los politécnicos; y aunque repudiaron la represión militar, se deslindaron de la "agitación de los comunistas" en el IPN. Dejaban claro que los estudiantes universitarios no eran subversivos. Tampoco convergieron con las demandas de los movimientos sindicales de 1958 (ferrocarrileros, telegrafistas, petroleros y maestros), aunque hubieran coincidido físicamente en manifestaciones callejeras. Fue en ese año cuando se produjo un fuerte movimiento protagonizado por estudiantes de la UNAM en protesta por el alza del transporte público. Desde el traslado a la Ciudad Universitaria, entonces en las afueras de la ciudad, se enfrentaba el problema del transporte. El gobierno de la ciudad había puesto en operación un servicio de camiones con distintas rutas concesionadas con el establecimiento de tarifas fijas. A mediados de 1958, los choferes de la Alianza de Camioneros emplazaron a huelga en demanda de mejoras salariales y las autoridades concedieron un aumento en las tarifas, lo que ocasionó la inmediata protesta de los estudiantes y la mayor movilización de la década. Los inconformes secuestraron camiones y los llevaron a los estacionamientos de Ciudad Universitaria. Carlos Monsiváis —testigo presencial de los hechos— se refiere al ambiente lúdico prevaleciente en este movimiento El transporte de la capital se vio literalmente paralizado; sólo los transportes eléctricos pertenecientes al Departamento del Distrito Federal y los taxis prestaban servicio. Con la virtual suspensión de actividades escolares, el gobierno federal intervino para evitar choques entre chóferes y estudiantes, enviando militares a acordonar Ciudad Universitaria y otros puntos del sur de la ciudad. Mientras, los estudiantes amenazaron con quemar los camiones si no se accedía a sus peticiones y se manifestaron en la plaza de la Constitución con todo y camiones secuestrados.
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Ruiz Cortines presentó una propuesta a los estudiantes, en la que ofrecía la remoción definitiva del aumento de las tarifas, junto con otros puntos relativos al mejoramiento del transporte urbano, la liberación de estudiantes detenidos y el retiro de los militares. En su informe, el presidente mostró su disposición de aplicar una medida tajante de fuerza a quienes continuaran alterando el orden público. Ese mismo día fueron devueltas las primeras unidades retenidas. Los estudiantes habían recibido sólo una amonestación paternal del presidente y se resolvía el conflicto sin choques violentos, a diferencia del trato dado por el gobierno a obreros y maestros, que fueron violentamente reprimidos. 8.22. LOS AÑOS SESENTA: LA VIOLENCIA Y LA RUPTURA Crisis en las funciones sociales de la Universidad En la década de los sesenta comenzaron a aparecer signos de agotamiento de la época dorada de la Universidad, que llevaron a la ruptura en 1968. Diversos factores aparecieron en la escena nacional que modificaron el desempeño de las funciones sociales de la Universidad. Uno fue el factor demográfico: en el país se venía observando una ascendente tasa de crecimiento de la población (en 1960 se llegó a una tasa de 3.4%). Mientras que en 1940 tenía menos de 20 años de edad 51% de la población, en 1970 la cifra ascendía a 57%. La mayor población de niños y jóvenes conllevó un aumento de la demanda de ingreso al sistema educativo. La política educativa también incidió en la creciente demanda a la Universidad. El Plan de Once Años de Torres Bodet, iniciado en 1959 y que tuvo como objetivo extender la enseñanza primaria, tuvo efectos en los niveles educativos subsecuentes. Para fines de los sesenta existía una creciente demanda insatisfecha para cursar estudios universitarios. La creciente urbanización e industrialización del país y el crecimiento del sector de servicios generaron una elevada demanda de servicios educativos. La ciudad de México, en la que se concentraba la actividad económica y política, era la región con mayor demanda universitaria, mientras que la oferta existente resultaba del todo insuficiente para satisfacerla. El modelo de desarrollo estabilizador del país comenzaba a agotarse y en 1964 llegaba a la presidencia un político autoritario, Gustavo Díaz Ordaz, que tenía que hacer frente a movimientos de rebeldía juvenil que habían roto el idilio entre el Estado y la Universidad. En la crisis de las funciones sociales de la Universidad confluyeron distintos factores: • La ideología universitaria y la ideología gubernamental se distancian, en la Universidad se critica el modelo económico y político. Ya no se ve la educación como el medio de transformación de los individuos, sino como un medio de imposición de la ideología dominante en la sociedad. Se difunde el pensamiento marxista en la Universidad y, tras el triunfo de la revolución cubana, se ve posible el tránsito hacia el socialismo. Los movimientos contraculturales de los sesenta rompen el monolitismo ideológico y surgen actitudes contestatarias, que se refuerzan por los movimientos sociales del país.
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• Además de formar intelectuales y cuadros políticos para el Estado, en la Universidad se forman intelectuales de oposición. En el marco de un movimiento universitario a nivel mundial, en México el movimiento de 1968 cuestiona las bases de legitimidad de un Estado fuertemente autoritario. La universidad no es más un espacio no conflictivo de socialización política. • La expansión universitaria no se acompaña de la expansión de empleos que requiere de cierto nivel de calificación. La dinámica formativa de la Universidad no responde a las demandas objetivas de la economía, en situación de estancamiento. Se forman más profesionales de los que pueden incorporarse al mercado de trabajo. • La Universidad reduce su función objetiva de movilidad social, pero ante el estrechamiento del mercado del empleo, en la Universidad se deposita la posibilidad de mejorar la posición en la sociedad. La Universidad, con más estudiantes en sus aulas, comienza a cumplir más con una función de diferimiento para la incorporación al empleo. 8.23. LA INSURGENCIA Y LA DESIDENCIA IDEOLOGICA Los movimientos sociales y la insurgencia sindical de finales de los cincuenta impactaron el futuro de la vida universitaria. El Movimiento Revolucionario del Magisterio encabezado por Othón Salazar y el movimiento ferrocarrilero encabezado por Vallejo y Campa, serían un antecedente de la paulatina disidencia de los estudiantes universitarios de la siguiente década. A partir de los encarcelamientos de los líderes sindicales, acusados del delito de "disolución social", se inició la lucha contra esta disposición jurídica y pasaría a ser uno de los puntos deL pliego petitorio del movimiento estudiantil de 1968. Adicionalmente, a finales de la década de los cincuenta, se había producido un viraje hacia la izquierda de políticos e intelectuales. Lázaro Cárdenas seguía siendo la cabeza viviente del pensamiento de izquierda en México y Lombaro Toledano había agregado el término socialista al Partido Popular por él fundado en el gobierno de Alemán. En el gobierno de López Mateos —militante vasconcelista en los veinte— se reprimieron los movimientos sindicales independientes, al mismo tiempo que se reivindicó una retórica de izquierda: el presidente se refirió a su régimen como de "extrema izquierda dentro de la Constitución", frase mas retórica que real, pero que generó el rechazo inmediato entre los empresarios y la Iglesia (en esos años surgió el lema "cristianismo sí, comunismo no"). Poco antes, la introducción de los libros de texto gratuito había desatado una fuerte oposición en estos sectores de la sociedad. A ello se sumó la difusión ideológica y política de la revolución cubana y el movimiento de solidaridad mostrado en México. Esta revolución tuvo adherentes entre algunos políticos, intelectuales y estudiantes universitarios. Se veía corno la posibilidad para América Latina de luchar contra el imperialismo estadounidense. El Movimiento de Liberación Nacional (MLN), encabezado por Cárdenas, celebró el triunfo de la revolución cubana, celebración a la que se sumaron personajes anteriormente ligados al gobierno, políticos de oposición e intelectuales. Comenzaron a 123
subrayarse las diferencias entre una revolución petrificada, la mexicana, y la nueva revolución que veía al futuro, la cubana. Un grupo importante de intelectuales estableció un compromiso con los movimientos populares, y se afiliaron al MLN. Posteriormente habría escisiones entre los intelectuales: unos se afiliarían al Partido Comunista, mientras otros se distanciarían del socialismo o adquirirían posiciones hacia una izquierda más moderada. El nuevo movimiento intelectual, como señala Krauze (1997, p. 258), iba a impactar en las transformaciones universitarias Por otra parte, las clases medias en expansión presionaban por expandir las -oportunidades de educación superior; veían en la Universidad la posibilidad de su ascenso social; de ahí la lucha por la ampliación del espacio escolar, ampliación que entraba en contradicción con la restricción del mercado de trabajo profesional. Pero en el fondo de los conflictos estaba el cambio en la práctica de las profesiones, muchas de las cuales habían comenzado a burocratizarse; se asistía a.la transformación paulatina del ejercicio liberal de la profesión al ejercicio socializado en grandes instituciones públicas y privadas, como se hacía evidente en profesiones como medicina, ingeniería, arquitectura e incluso en la más liberal de todas: la abogacía. Cada vez más los egresados se incorporaban a grandes empresas o a algún aparato gubernamental como asalariados; ya no montaban su despacho privado para prestar sus servicios profesionales, tal como era el prototipo de la formación liberal tradicional. En el mejor de los casos, los estudiantes tendrían un futuro como integrantes de una creciente capa burocrática en los negocios o el gobierno. En las dos décadas anteriores, sobre todo la del desarrollo estabilizador de los cincuenta, se consideraba que la formación profesional era una garantía de ascenso social y acomodo ocupacional en buenas condiciones. El auge de la industria, el comercio, los servicios y la administración pública necesitaba de profesionales y técnicos formados en las instituciones educativas; entonces no había una cerrada competencia entre los egresados para conseguir trabajo. Los estudiantes veían asegurado su futuro todavía en una universidad de pequeñas proporciones. Con la explosión demográfica el panorama cambió en la Universidad: se atendieron más alumnos en las aulas, pero era dudoso ya desde entonces el destino laboral de los egresados, sobre todo cuando se trataba de un mercado de trabajo que exigía nuevas capacidades profesionales que una universidad tradicional, centrada en la formación para el ejercicio liberal de las profesiones, distaba mucho de satisfacer. Así, la Universidad se convirtió en espacio de disidencia, de crítica y de organización política de los estudiantes. Las organizaciones políticas ekistentes eran vistas por ellos como cotos cerrados de poder en manos de las élites gobernantes. Desconfiaban de la política por las vías convencionales y buscaban nuevos cauces de expresión y acción política al interior de muchas universidades del país que desembocaron en la salida de rectores y gobernadores, en el apoyo a movimientos populares y en la reivindicación de derechos estudiantiles. El movimiento médico realizado en 1965 preludió los conflictos universitarios que se desataron poco tiempo después. La huelga, que interrumpió los servicios hospitalarios como medida de presión para que los internos y residentes obtuvieran mejores condiciones de trabajo, tuvo un desenlace represivo por parte del gobierno de Díaz Ordaz y sus líderes fueron encarcelados.
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8.24. NUEVOS MOVIMIENTOS ESTUDIANTILES En este contexto los estudiantes de la UNAM, del IPN y de otras universidades del país vivieron un rápido proceso de politización. Algunos sectores estudiantiles apoyaron los movimientos sindicales disidentes de ferrocarrileros y maestros, primero en un ambiente festivo que fue convirtiéndose en algo más serio luego de la represión que comenzaron a sufrir en carne propia los estudiantes. Surgió el antagonismo entre la figura del granadero y la del estudiante. Desde comienzos de la década se escenificaron distintos conflictos en las universidades del país, muy asociados a las pugnas políticas locales. En 1961 estalló una huelga estudiantil con el propósito de reformar la Universidad Autónoma de Puebla y sustraerla del poder de los grupos más tradicionales. Tres años más tarde renunciaba el gobernador ante las presiones de los estudiantes. En 1963, en Morelia, estudiantes de derecha se opusieron a la administración encabezada por Eli de Gortari. Se suscitaron hechos violentos y murió un estudiante en un enfrentamiento con el ejército. Hubo detenciones y el rector renunció. Tras el conflicto se reunieron estudiantes de todo el país y dieron origen a una organización estudiantil nueva y de signo contrario a las existentes: la Central Nacional de Estudiantes Democráticos. En 1965, en la ciudad de México, se escenificaron protestas públicas con participación estudiantil mayoritaria por la guerra de Vietnam y por la invasión de Estados Unidos a la República Dominicana, en las que se dieron enfrenta-mientos con la policía. Ese mismo año el 23 de septiembre, dos estudiantes (Arturo Gámiz y Pablo Gómez) habían abandonado sus estudios para integrar un comando guerrillero cuyo primer objetivo fue el asalto del cuartel militar de Madera en Chihuahua. En la acción murieron los estudiantes. Este hecho dio lugar a la Liga Comunista 23 de Septiembre, grupo terrorista que actuaría en la siguiente década. En 1966, en Guerrero, Durango y Morelia, se vivieron situaciones de conflicto; en el primer caso la pugna fue por el control político de la Universidad; en el segundo, estudiantes de la Universidad Juárez tomaron las instalaciones de la Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, ubicadas en el Cerro del Mercado, con la demanda de que la explotación del cerro se hiciera en beneficio de la población del estado. Ese año estalló im nuevo conflicto en Morelia por el alza de tarifas del transporte público, un estudiante fue muerto por un policía y se ocuparon las instalaciones universitarias. En 1967 el ejército intervino en la Universidad de Sonora como resultado de la oposición de los estudiantes a la "imposición" del candidato del PRI a gobernador, oposición que llevó a enfrentamieníos entre estudiantes y policías y a una huelga universitaria. Los estudiantes demandaron la desaparición de poderes en el estado y se reprimió el Movimiento. Ese año también estalló una huelga nacional en apoyo a los estudiantes de la Escuela Superior de Agricultura Hermanos Escobar de Ciudad Juárez, Chihuahua, que se oponían a la administración de los propietarios de esa escuela privada. Los movimientos estudiantiles de esta década preludiaron las características que tendría el movimiento de 1968 y abrieron una brecha en la tradición de los movimientos estudiantiles anteriores: se terminó con el predominio de las organizaciones estudiantiles tradicionales de carácter 125
liberal, o socialista, se rompió con el control de fuerzas políticas proguberna-mentales y las protestas contra el régimen autoritario fueron adquiriendo un carácter más popular. Fue en estos años cuando comenzaron a forjarse las corrientes "democrática" y "revolucionaria" en el interior de los movimientos estudiantiles: la primera, heredera de la tradición estudiantil popular, impulsaba reivindicaciones materiales, mientras que la segunda pretendía la transformación del sistema capitalista, con un discurso ideológico doctrinario de la más pura ortodoxia marxista. La UNAM, tenía, en 1961, 66 mil alumnos, de los cuales sólo 11 mil eran mujeres. Tan sólo 22 mil de ellos eran de nuevo ingreso, lo que marcaba el inicio de la expansión de la matrícula de la institución. En la rectoría de Chávez iban a mostrarse, en efecto, los primeros signos de la crisis de la UNAM al enfrentar la primera ola expansiva; la segunda se daría en la década de los setenta. El nuevo rector mostró su intención de realizar una profunda renovación educativa para elevar el nivel académico y contrarrestar la masifícación que ya se advertía. Se refirió a la necesidad de revisar la estructura de la Universidad y las normas que rigen la enseñanza, actualizar la formación: profesional, depurar y elevar los estudios de bachillerato, y fomentar la investigación y la cultura. Advirtió que este esfuerzo podría enfrentarse a la "incomprensión o el egoísmo de unos cuantos que levanten obstáculos en el camino y aun provoquen movimientos de subversión". El propio rector profetizaba los años que vendrían. En 1962 se aplicó por primera vez el examen de selección: se admitieron diez mil alumnos y se rechazaron más de mil abriendo con ello un nuevo frente de oposición estudiantil: la lucha en contra de que se aplicara este examen a los alumnos egresados de la Escuela Nacional Preparatoria, preludiando así movimientos futuros de rechazados. 8.25. LA CAIDA DEL RECTOR CHAVEZ En 1965, Chávez fue reelecto para un segundo periodo, ya en el régimen de Gustavo Díaz Ordaz. Como su antecesor, había contado con el apoyo de López Mateos, pero no así con el de Díaz Ordaz, a quien no había manifestado su apoyo público. Durante los cuatro años anteriores, el rector se había enfrentado a grupos organizados de estudiantes que se oponían a sus medidas, pero en 1966 la presión al rector aumentó. En la Facultad de Derecho la sociedad de alumnos se movilizó para "buscar la solución más favorable a la serie de problemas que nos aquejan". En el manifiesto no aparecía la verdadera razón de la protesta: la oposición a la reelección para un segundo periodo del director de la Facultad, César Sepúlveda. Los estudiantes iíiconformes le cuestionaban, entre otras cosas, haber reprobado a 80% de los alumnos, el cese injustificado de profesores, la expulsión de alumnos que se oponían a su actitud y la falta de libertad de expresión en la Facultad. La oposición creció luego de la susper-úon temporal de dos estudiantes, uno de ellos (Leopoldo Sánchez Duarte), hijo del gobernador de Sinaloa. El movimiento tuvo, así, una clara connotación política. A las peticiones originales se sumó la exigencia de reincorporar a los alumnos suspendidos, establecer tres exámenes parciales durante el año, exentar a quienes hubieran obtenido altas calificaciones e impedir la creación dentro de la Facultad de una escuela de policía.
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El movimiento recibió la adhesión del Comité Renovador del PH1, Los dirigentes de ese partido calificaron al director de Derecho como "creador de un ambiente hostil contra los jóvenes que destacan en la política estudiantil". Se trataba de una lucha abierta por el poder. El movimiento exigió la renuncia del director de Derecho, quien declaró que no buscaría su reelección. Agregaron a sus peticiones la abolición del artículo del Estatuto que la-culta a las autoridades la expulsión de alumnos sin juicio, la reglamentación de las funciones del cuerpo de vigilancia y la construcción de una cafetería en la Facultad. En pocos días se pasó de peticiones relativas a cuestiones netamente académicas (cursos de regularización, cambios de grupos y conocimiento de los profesores al momento de la inscripción), a planteamientos políticos y de la oposición a la selección del director, a pedir su renuncia. 8.26. LA DECADA DE LOS 80‘S: LA UNIVERSIDAD ―DISFUNCIONAL‖ A partir de 1982, con una banca nacionalizada y con el establecimiento del control de cambios, dio inicio lo que se conoce como la "década perdida": se desató la crisis económica más severa que hasta entonces había sufrido el país con sus secuelas de inflación, fuga de capitales, endeudamiento externo, devaluación del peso y recortes presupuéstales. Se puso fin al ciclo de expansión de la educación superior, inició la pérdida del poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores universitarios y se terminó con la ilusión de la "administración de la riqueza" fincada en los altos precios del petróleo del sexenio de López Portillo, que pronto se desplomaron. El inicio de la administración de Miguel de la Madrid tuvo hondas repercusiones en la vida de todas las universidades públicas; la UNAM no fue la excepción: dejaron de fluir los recursos en los montos que durante 12 años se habían canalizado y de la asfixia presupuestal se pasó rápidamente a la asfixia académica, sacando a la luz las contradicciones de carácter estructural que se venían arrastrando de años atrás. Asimismo, se fueron haciendo evidentes las tensiones en el desempeño de las funciones sociales de la universidad: • La ideología de la "revolución educativa" impulsada por el régimen no tiene eco en la universidad. Se vive primero una situación de pasmo ideológico que conduce al deterioro y a la indiferencia, y luego se reorganiza el movimiento estudiantil tras la reforma del doctor Jorge Carpizo de 1987. A partir de entonces se enfrentan posiciones ideológicas en torno a un deber ser de la universidad, mismas que conducen a conflictos recurrentes. • Si bien la universidad pública continua desempeñando una función política importante ya que los cuadros políticos se siguen reclutando fundamentalmente de ella, la universidad privada comienza a desplazarla en esta tarea. • La universidad resulta disfuncional para el sector productivo: se producen profesionales en cantidad y calidad que no son requeridos en un mercado deprimido y muchos cuadros económicos directivos se reclutan en universidades privadas, 127
• La universidad sirve cada vez menos como canal de movilidad social. Los títulos tienen menor valor en el mercado ocupacional. Los estudiantes y sus familias perciben esta situación. Es cuando se compara lo que gana un egresado de la universidad y un chofer de taxi. En el contexto de la mayor crisis económica vivida en la segunda mitad del siglo, la universidad ya no cumplía las expectativas de los distintos actores sociales y económicos de las funciones sustantivas y de sus bases académicas. La crisis, como en los demás países de América Latina, llevó a un viraje en la política del Estado hacia la universidad: del "patrocinio benigno" de la década anterior, se pasó a cuestionar la forma de organización y funcionamiento de la universidad pública, cuestionamiento que daría paso a una nueva política al inicio del gobierno de Carlos Salinas de Gortari. En los ochenta la educación superior perdió dinamismo y disminuyó su capacidad de atención a la demanda. La atención a los jóvenes en edad de estudiar licenciatura se mantuvo en 12% y se llegó a tener 1 245 500 estudiantes en 1990. La absorción a la demanda en el D.F. se abatió drásticamente: mientras la matrícula creció 3.9% en promedio anual a nivel nacional, en el D.F. lo hizo en 1.2%. En el decenio, la UNAM ya no creció; incluso disminuyó su matrícula en 17 mil alumnos para 1990 (275 mil), respecto al máximo histórico de 1978 (292 mil). 8.27. UN INTENTO DE REFORMA El doctor Octavio Rivero Serrano fue nombrado rector en enero de 1981. Al tomar posesión aún no preveía la difícil situación que se viviría en los siguientes años. Todavía en un contexto de bonanza económica, hablaba de una universidad que vivía momentos afortunados de su existencia. Pronto cambiaría la situación: la crisis marcaría su gestión. Los movimientos sindicales para mejorar los salarios sufrieron un proceso de descomposición ante la respuesta invariable de la política gubernamental de contención salarial y de rechazo a las pretensiones de los sindicatos. En este clima, en 1983 el STUNAM estalló una huelga que duró poco menos de un mes, luego de aceptar las condiciones propuestas por las autoridades: no había margen de negociación. Rivero intentó realizar una reforma universitaria. En 1982 diu a conocer el documento "Evaluación y marco de referencia para los cambios académico-administrativos", del cual, luego de consultas a la comunidad universitaria, se derivaron 65 programas que se integraron al Plan de Desarrollo Institucional como plan rector para la reforma. Sin embargo, esta propuesta no tuvo trascendencia: fue un proyecto técnico que no impactó en los procesos ni académicos ni políticos de la institución, a diferencia de la que impulsaría su sucesor en la rectoría, el doctor Jorge Carpizo. Nuevamente el ceu: oposición a la reforma de carpizo El doctor Jorge Carpizo inició su rectorado el 2 de enero de 1998. Desde su discurso de toma de posesión anunció que se realizaría una reforma a partir de un diagnóstico sobre los problemas de la Universidad, algunos de los cuales estaban ya claramente detectados. Como un primer paso de los 128
cambios, dio a conocer 15 medidas que se tomarían de inmediato, anunciándose una nueva forma de proceder en la realización de las reformas institucionales. Carpizo inició su gestión en el contexto de la crisis económica; tema ya tomada la resolución de actuar rápida y decididamente no sólo para hacer frente a la crisis, sino para realizar reformas estructurales que resolvieran de fondo los problemas de la Universidad. Su iniciativa de reforma desataría el movimiento estudiantil de mayor fuerza desde 1968, protagonizado por el Consejo Estudiantil Universitario (CEU), que retomó el nombre de la organización estudiantil de 1966. Fortaleza y debilidad de la UNAM. En abril de 1986 Carpizo presentó ante el Consejo Universitario un diagnóstico de la Universidad, en el documento Fortaleza y debilidad de la Universidad Nacional Autónoma de México. El documento, luego de reconocer las fortalezas de la institución, identificaba por primera vez en la historia contemporánea de la UNAM, los principales problemas puntuales que enfrentaba la institución; con base en el crudo diagnóstico presentado en un tono característico del rector, sé convocaba a la comunidad universitaria a participar en la reformas de la institución. El documento impactó el desarrollo inmediato de la Universidad y la principal reacción, a los pocos meses, fue la oposición a la reforma de amplios sectores de estudiantes, académicos y trabajadores y el resurgimiento del movimiento estudiantil, luego de varios lustros de desmovilización en el contexto de la crisis de la década, por medio de la conformación del CEU, organización que sería central en las negociaciones con las autoridades. El documento fue calificado de diversas formas por la comunidad universitaria y por distintos sectores de la sociedad civil (principalmente medios de comunicación): para muchos fue considerado como un diagnóstico valiente, realista y oportuno, a la vez que insólito por provenir del rector mismo de la Universidad; otros, sin dejar de reconocer el enorme significado de política académica del documento, cuestionaron algunos de sus planteamientos por carecer de un encuadre global que los explicara de manera integral; otros más se opusieron a él de manera tajante y consideraron que el diagnóstico elaborado era limitado, parcial y tendencioso al afectar principalmente los intereses del estudiantado. Tras la presentación del documento al Consejo Universitario se abrió un periodo para que las comunidades académicas se manifestaran en torno a él. En un periodo de poco más de tres meses se recibieron documentos en los que las comunidades expresaron sus puntos de vista y sus propuestas, por medio de organismos colegiados, asociaciones académicas y gremiales o a título individual. En estos meses no hubo una oposición organizada. El descontento, que en un primer momento fue parcial, aumentó sobre todo en las escuelas preparatorias y en los planteles del Colegio de Ciencias y Humanidades, dando comienzo a la movilización de los estudiantes. En la prensa se debatía sobre el significado de las reformas. Se presenta ban argumentos a favor y en contra del pase reglamentado (conocido como "pase automático" que operaba desde 1966 y que eximía a los estudiantes del bachillerato de la UNAM de
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presentar examen de selección a licenciatura), de los mecanismos de evaluación departamentales y del incremento de cuotas en el posgrado. Una asamblea estudiantil celebrada en la Facultad de Filosofía y Letras hizo público su rechazo a las reformas y se convocó a la comunidad para impulsar una transformación democrática de la Universidad; el STUNAM se manifestó también en contra de las reformas y mostró su apoyo a los estudiantes, mientras que en el sector académico surgió un movimiento en el mismo sentido. Poco después se constituyó el CEU con representantes de 25 escuelas y facultades electos en asambleas. El CEU pidió la derogación de los reglamentos aprobados por el Consejo Universitario (de inscripciones, de pagos y de exámenes); acusó de ilegal y antidemocrática la sesión del Consejo; consideró las modificaciones como antiacadémicas, antipedagógicas y lesivas para los estudiantes, y se pronunció por mía transformación global de la Universidad. Entre los puntos de su plataforma de lucha estaba la defensa del principio de gratuidad de la educación; solicitar un aumento del presupuesto educativo; luchar por mejores condiciones de estudio y modificar la estructura de gobierno de la UNAM. El CEU planteó la celebración de un Congreso Universitario; luego de movilizaciones públicas, la rectoría accedió a buscar una negociación y cada parte integró una comisión para discutir los acuerdos del Consejo Universitario. Rectoría presentó una propuesta que flexibilizaba los acuerdos del Consejo Universitario y otra para integrar una comisión especial para la reforma universitaria, mismas que fueron rechazadas por el CEU, al exigir la derogación de los reglamentos en cuestión; en paralelo a las pláticas continuaron las movilizaciones públicas. Ante el estancamiento de las negociaciones, el CEU propuso a la rectoría celebrar un diálogo público con dos puntos por tratar: el relativo a la derogación de los reglamentos y la realización del Congreso Universitario; asimismo, amenazó con el estallamiento de una huelga indefinida. La rectoría aceptó el diálogo público, se integraron dos comisiones de 10 miembros cada una y del 6 al 12 de enero de 1987 se verificó en el auditorio Justo Sierra el diálogo público, que fue transmitido por Radio UNAM, hecho sin precedente en la Universidad. En los primeros cuatro días el diálogo tuvo pocos avances, al ser más una confrontación de posiciones que un intercambio creativo de ideas y de argumentos. No había voluntad de conciliación de las diferencias; el encuentro las profundizaba y las mostraba irreconciliables. Sin embargo, la rectoría nuevamente presentó al CEU una propuesta de flexibilización de las reformas aprobadas para que fueran revisadas y aprobadas por el Consejo Universitario (entre otras, retirar las cuotas, modificar los exámenes departamentales y limitar el pase reglamentado a quienes hubieran obtenido siete de calificación y no ocho, en un periodo máximo de cuatro años y no tres, para cursar el bachillerato, que fueron los puntob más debatidos). El CEU no aceptó la propuesta por considerar que no se trataba de regatear porcentajes y límites, sino de derogar las reformas y realizar un congreso resolutivo; continuaba amenazando con la huelga indefinida de no satisfacerse estas peticiones, y aumentaba el tono de beligerancia del movimiento estudiantil.
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El 29 de enero el CEU estalló la huelga con apoyo del STUNAM. El rector convocó al Consejo Universitario 3' le propuso la realización de un Congreso Universitario dentro de los ordenamientos legales, que este órgano colegiado asumiera las conclusiones del Congreso y que se integrara una comisión organizadora del mismo con representación plural de los universitarios. El Consejo Universitario acordó la suspensión de los reglamentos cuestionados y la celebración de un Congreso Universitario, comprometiéndose a asumir los acuerdos que en él se tomaran. Con esto, el 18 de febrero el CEU levantó la huelga. Fue hasta el mes de octubre cuando la comisión especial del Consejo Universitario acordó las reglas para la elección de los 16 representantes del personal académico que integrarían, junto con otros representantes, la Comisión Organizadora del Congreso Universitario (COCU). En diciembre se llevó a cabo su elección y en enero del siguiente año se instaló formalmente la comisión. Sin embargo, la organización del congreso se llevaría más de dos años, ya con el doctor José Sarukhán Kermez como nuevo rector. Mientras tanto el STUNAM, en el escenario del cambio de gobierno y la toma de posesión de Carlos Salinas de Gortari como presidente de la República y el proceso de auscultación para designar nuevo rector, estallaba otra huelga por reivindicación salarial, sin que nuevamente se lograra el aumento propuesto tras poco más de mi mes de paro de labores. 8.28. El Congreso Universitario de 1990 Del 14 de mayo al 5 de junio dé 1990 se realizó el Congreso Universitario, cuyas sesiones se transmitieron por Radio UNAM. Previamente se habían celebrado foros locales y conferencias temáticas, en los cuales se presentaron ponencias sobre los diversos temas por tratar en el mismo; asimismo, se había elegido a los delegados al Congreso. El evento se organizó en sesiones plenarias y en 11 mesas para tratar temáticas particulares y especializadas. 37 Los acuerdos que se lograran en cada una de las mesas pasarían al pleno del Congreso para su aprobación. Si bien no se agotaron todos los temas, ni se llegó a la toma de decisiones sobre todas las expectativas existentes, sí fueron tomados acuerdos resolutivos que asumió el Consejo Universitario en su sesión del 18 de octubre. Sin embargo, las propuestas del proyecto de Carpizo (como fue el aumento de las cuotas o las medidas para los estudiantes) no tuvieron mayoría en el Congreso y por tanto no se instrumentaron. Después de un agudo conflicto estudiantil y de tres años de organización del Congreso, los resultados de este espacio, a todas luces más político que académico, no llevaron a la transformación de la institución ante el empate de fuerzas entre los grupos polarizados: el CEU por un lado y las autoridades por el otro, a la nulificación de toda propuesta de cambio de fondo y a la conformación de un ambiente de apatía en la comunidad. En el Congreso se tomaron muy variados acuerdos, los que se cumplirían en sus dos terceras partes, entre los que estuvo la constitución de los Consejos Académicos de Área y del Bachillerato que se instalaron en 1993, año en que el doctor Sarukhán fue electo para un segundo periodo, así como otros de carácter académico. Dado el contexto de fuerte polarización política, resultó natural que las mesas de gobierno y de financiamiento fueran las que atrajeran más la atención y en las que se dieran debates más 131
intensos. Pero justamente fue en estos temas en los que no se llegó a resolutivos trascendentes: ninguna iniciativa relacionada con la Ley Orgánica obtuvo las dos terceras partes de los votos de los congresistas para que fuera aprobada. Así, la mayor expectativa generada en el Congreso, la de, modificar el gobierno de la Universidad, no fue colmada por haber planteado el problema desde el inicio de manera irresoluble (era obvio que no habría ninguna mayoría calificada para plantear la modificación de la Ley Orgánica). Por su parte, en materia de financiamiento se tomó un acuerdo que hacía recaer en el Estado la responsabilidad del sostenimiento de la Universidad: "Que el Estado incremente en términos reales los recursos financieros que se canalizan a la educación superior y en particular a la UNAM" y que "el financiamiento federal anual este ligado a un indicador económico preciso". Como se ve, tan sólo una recomendación tan general que no tiene implicaciones para la toma de decisiones internas. Más que un congreso de resoluciones fue un Congreso de vetos a las posiciones opuestas. La gran reforma de la UNAM, planteada desde la divulgación del documento Fortaleza y debilidad de la UNAM del rector Carpizo, quedaba para momentos más propicios. En el año 2000 nuevamente se plantearía la celebración de un congreso, tras el conflicto más agudo de la UNAM en toda su historia. 8.29. LA REFORMA MODERNIZADORA En la década de los noventa comenzó a darse un viraje en las relaciones Estado-universidad. Con el acento puesto en el mejoramiento de la calidad educativa, se impulsaron desde el gobierno procesos de transformación en las universidades publicas en busca de su modernización organizativa. Los programas impulsados en la década encontrarían eco en ciertos sectores de las comunidades académicas pero serían cuestionados por otros. El conflicto de la UNAM de ñn de siglo en gran medida fue motivado por la oposición de amplios sectores estudiantiles a las políticas educativas calificadas de neoliberales y privatizadoras. Las políticas de modernización universitaria para el mejoramiento de la calidad, tuvieron los siguientes ejes centrales: • Evaluación en los distintos ámbitos y niveles del quehacer académico: de profesores, de investigadores, de estudiantes, de programas académicos y de instituciones. Al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) implantado desde 1984, se fumaron programas de estímulos al desempeño académico, organismos de evaluación y' de acreditación de universidades y de programas y organismos de evaluación de estudiantes como el Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior (CENEVAL). En este punto recaería la discusión sobre dos de los puntos del pliego petitorio de la huelga de • 1999: las relaciones entre la UNAM y el CENEVAL, y los mecanismos de ingreso y permanencia de los alumnos. • Pertinencia social de los programas académicos ofrecidos. Se promovió una interacción más estrecha entre la universidad y el sector productivo, así como la apertura de la primera a las
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necesidades de su entorno más amplio. Sobre este punto se daría el debate sobre la relación entre formación y mercado, y entre formación y necesidades sociales. • Reorganización universitaria. Se pretendió modificar las formas de organización de las universidades, poco funcionales y obsoletas ante las nuevas exigencias de la generación y transmisión del conocimiento. Relacionado con esta política se debatiría sobre la descentralización de grandes universidades como la UNAM. • Nuevo esquema de financiamiento. Ante la crisis fiscal del gobierno, se impulsó la corresponsabiiidad en el financiamiento universitario por medio de la venta de servicios, el cobro de cuotas a los estudiantes y la búsqueda de fuentes alternas. Éste constituyó el punto que desataría el conflicto universitario de fin de siglo. • Aumento de la cobertura de educación superior. Se buscó ofrecer mayores oportunidades de estudios superiores a una población creciente por razones de equidad social y de competencia internacional, toda vez que México tenía una cobertura muv baia en relación on otros países. En la década se discutiría sobre las modalidades ele crecimiento: la pertinencia o no de impulsar las modalidades tecnológicas como lo planteaba el gobierno; el significado de la expansión del sistema privado, y la estabilización de la matrícula en las universidades públicas, particularmente la UNAM. 8.30. LAS FUNCIONES SOCIALES DE LA UNIVERSIDAD A FINALES DE SIGLO La función ideológica de la universidad se fortalece al reeditar el discurso que deposita en la educación el motor principal del desarrollo en la era de la sociedad del conocimiento. El México futuro aparece como más educado, con más y mejores técnicos, científicos y profesionales. Sin embargo, el discurso de apoyo a la universidad no siempre se ve reflejado en medidas de apoyo presupuestal constante. También se debate si la orientación ideológica actual de la universidad apuntala un modelo económico de país (modelo neoliberal) frente a otros más deseables. En el fin de siglo, pese a la mayor democratización política del país, la universidad continúa siendo espacio de socialización y activismo político. En ella actúan partidos y organizaciones de todo el espectro político, como lo mostró el conflicto de la UNAM. La socialización política de la universidad pública continúa acompañándose con la que realiza de manera creciente la universidad privada. • Se privilegia la función económica de la universidad, en un contexto de globalización y de integración económica. Se insiste en formar profesionales con vocación mundial y en atención a los nichos de mercado. • Se busca fortalecer la función de movilidad social de la universidad por medio de mecanismos de selección desde el ingreso hasta el egreso, a fin de recuperar el valor de los certificados educativos, que se van desplazando de la universidad al mercado. En el fin de siglo aumentaron los debates sobre el futuro de la educación superior. En ciertos segmentos de la vida universitaria las políticas modernizadoras tuvieron detractores e 133
impugnadores, si bien la oposición y el cuestiona-miento fueron más evidentes en las universidades de la ciudad de México que en las estatales, que durante la década realizaron modificaciones sin grandes sobresaltos ni movimientos de oposición organizada (incluso, prácticamente en todas ellas aumentaron los cobros por servicios estudiantiles sin oposición). En otros ámbitos (los más ligados con las ciencias duras, con la investigación y con el posgrado) se dio una mayor aceptación de las políticas, centradas en el discurso de la excelencia académica. 8.31. LOS RECHAZADOS Y EL CENEVAL A comienzos de la década en la UNAM se había celebrado el Congreso Universitario que, como vimos, resultó prácticamente en un empate de fuerzas políticas. Aunque en el Congreso no se aceptó el aumento de cuotas por determinados servicios, la cuestión del aumento se mantuvo latente; en 1992, el rector Sarukhán anunció su intención de aumentar los montos, lo que de inmediato despertó reacciones en contra. Su proyecto proponía cobros mensuales de 6 días de salario mínimo para el bachillerato, 9 para el nivel técnico y 15 para la licenciatura, con exenciones de 75, 50 y 25%, dependiendo de los ingresos familiares del alumno. Como en la ocasión anterior, la movilización de los estudiantes obligó al rector a retirar su proyecto. Se comentó que el jefe del Departamento del Distrito Federal, Manuel Cama-cho Solís, convenció al rector de que no impulsara dicha iniciativa, ya que generaría una movilización estudiantil de grandes magnitudes. Sarukhán no presentó su iniciativa al Consejo Universitario y el tema de las cuotas siguió latente. Dos años más tarde se verificaron las elecciones presidenciales. Los tres candidatos con mayor fuerza eran Luis Donaldo Colosio por el PRI, Cuaúhtémoc Cárdenas por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Diego Fernández de Cevallos por el PAN. Al interior de la UNAM Cárdenas contaba con grandes núcleos de simpatizantes, como los tuvo en 1988. En enero se dio el levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que desde su inicio contó con el apoyo de grupos universitarios. Pronto se organizaron brigadas de estudiantes para recabar ayuda para las comunidades chiapanecas; el frente de la sociedad civil que se organizó en apoyo al EZLN contó con núcleos de estudiantes universitarios: en los siguientes cuatro años estuvo presente esta militancia pro zapatista como.antecedente político de la huelga de 1999. Un año después se verificaren nuevos conflictos ahora con motivo de los rechazados a ingresar a la UNAM, Durante el periodo de inscripciones, estudiantes del CEU realizaron un mitin en el que protestaron contra el proceso de admisión a la UjNAM, exigieron la revisión del examen y pidieron que la UNAM abriera más espacios para dar cabida a los rechazados. Las autoridades, en respuesta, enviaron los resultados de los exámenes a los 110 mil estudiantes rechazados en ese año, sin que ello satisficiera las peticiones de los estudiantes que comenzaban a organizarse. En agosto se integró el Movimiento de Excluidos de la Educación Media Superior y Superior, cuya demanda central fue el acceso a la educación de los aspirantes rechazados. Plantearon la apertura de un tercer turno en la Escuela Nacional Preparatoria; la construcción de cinco nuevos planteles del Colegio de Ciencias y Humanidades y que la UNAM atendiera a 45 mil estudiantes más. Un grupo de estudiantes rechazados y padres de familia se declaró en huelga de hambre en la torre de rectoría y otros más tomaron clases al aire libre y asistieron a clases en calidad de oyentes. La torre de rectoría, la Coordinación General del CCH y el Plantel Sur del CCH fueron tomados por estudiantes del movimiento de excluidos. El rector Sarukhán llamó a defender la UNAM ante las 134
acciones de violencia desplegadas por los inconformes y estudiantes, trabajadores y funcionarios realizaron una "marcha silenciosa" en el campus de la Ciudad Universitaria en demanda de la devolución de las instalaciones tomadas. El día de esta marcha, los estudiantes inconformes conformaron un "cinturón de paz" en torno de rectoría, que duró nueve días ocupada. El movimiento estudiantil acordó dialogar con las autoridades sobre su propuesta de que los rechazados ocuparan los lugares no ocupados por estudiantes admitidos. En octubre de ese año se dio otro conflicto en el CCH con motivo de una propuesta de modificación al plan de estudios. En oposición a él miembros del CEU cerraron todos los planteles del CCH, y los alumnos y profesores inconformes con este paro continuaron con actividades extramuros. Estudiantes y autoridades acordaron integrar una comisión especial del Consejo Técnico para difundir información acerca de la propuesta de actualización del plan de estudios y consultar a la comunidad. Con este antecedente del conflicto en la UNAM, en 1996 se integró la Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior (COMIPEMS) con las nueve instituciones que ofrecen la totalidad de opciones públicas de este nivel de estudios. En febrero de ese año, estas instituciones convocaron conjuntamente al concurso único de selección para el ingreso a la educación media superior. Desde entonces inició un debate sobre el CENEVAL y los exámenes que aplicaba. Para irnos su función en materia de evaluación fue vista como un avalice en el mejoramiento de la calidad educativa y como asociación no gubernamental importante para la evaluación de resultados del aprendizaje; sus detractores argumentaron la incompatibilidad entre la evaluación externa de los solicitantes a ingresar a una universidad o de sus egresados, con el carácter autónomo de la Universidad. También cuestionaron la tendencia a la uniformidad en la formación profesional que acarrearían exámenes de alcance nacional, y las limitaciones que tendrían los exámenes objetivos al ser más una medición de conocimientos que una evaluación integral de los aprendizajes. Como movimientos opuestos al CENEVAL surgieron la Comisión Trilateral en Defensa de la Educación Pública y el Consejo Estudiantil Metropolitano; en los periodos de inscripción se dieron movilizaciones de rechazo al examen único, con la petición de la desaparición del centro, al que se le acusó de ser violatorio a la autonomía universitaria. De hecho fueron las impugnaciones del movimiento de excluidos las que dieron a conocer la existencia de este centro a la opinión pública. 8.32. OPOSICION AL PLAN BARNES: LAS REFORMAS DE 1997 AL INGRESO Y LA PERMANENCIA En enero de 1997 tomó posesión de la rectoría el doctor Francisco Barriés de Castro para el periodo 1997-2001. En su administración surgió el mayor conflicto que ha vivido la UNAM en toda su historia: el movimiento de huelga estudiantil de diez meses de duración. Desde el comienzo, varios grupos de estudiantes mostraron su rechazo a las propuestas del nuevo rector, que calificaron como Plan Barnés, mismo que, según los estudiantes opositores, conllevaba intentos de privatización de la Universidad y de exclusión social. En los siguientes años,
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prácticamente cualquier medida trascendental que tomara el rector generó el rechazo de diversos grupos de la comunidad universitaria, fueran estudiantes o académicos. El primer problema que atacó frontalmente el rector fue el de las preparatorias populares. El Consejo Universitario le otorgó su voto de confianza para que, en el marco de las recomendaciones de dos de sus comisiones, promoviera una solución definitiva al problema de estas preparatorias. La Universidad les retiró el apoyo que les había venido otorgando. Poco después se tomaron acuerdos en el Consejo Universitario que serían objeto de cuestionamiento en el movimiento de huelga de 1999: la modificaciones a los reglamentos General de Inscripciones y de Exámenes que tocaban una de las "conquistas históricas" de anteriores movimientos estudiantiles: el pase automático de los estudiantes de los bachilleratos de la UNAM y su permanencia. 8.33. JUSTIFICACION A LA REFORMA AL PASE REGLAMENTADO POR EL RECTOR BARNES DE CASTRO La UNAM estará abierta a los estudiantes de todo el país. El ingreso a la UNAM sólo lo determinan los méritos académicos de ios estudiantes, con independencia de su condición social y económica. Si bien existen desigualdades entre los estudiantes derivadas de la situación socioeconómica y cultural de sus familias, no existe una determinación de este origen en su trayectoria escolar futura, ya que si bien se requiere de un mínimo de condiciones para el avance educativo, también se requiere de un compromiso suficiente por parte del estudiante. Quien ingresa a la UNAM cuenta con capacidad para concluir sus estudios, pese a las desventajas extra educativas, como es. el hecho de que 60% de los estudiantes provienen de hogares con ingresos menores a los nueve salarios mínimos y el 50% pertenecen a familias donde los padres tienen un nivel máximo de secundaria. La demanda por ingresar a la UNAM es elevada: en 1997, de los 93 mil alumnos que desean ingresar a la licenciatura a través del examen de selección, sólo se recibieron 11 600, es decir, se recibió a uno de cada ocho. El ingreso debe basarse en el principio de equidad académica, por el carácter nacional y público de la UNAM. Por ello se pide a los estudiantes que terminen su bachillerato en un máximo de cuatro años para que mantengan su derecho al pase reglamentado. De haber aplicado este procedimiento en 1997, 75% de los egresados del bachillerato de la unam habría ingresado sin examen por tener promedio mayor de siete y haber terminado su bachillerato en cuatro años o menos, y sólo el 8% tuvo una calificación menor a siete. El propósito de estas medidas es tener más egresados que conserven el promedio mínimo de siete con el que ingresaron a la UNAM y que terminen sus estudios de bachillerato en los plazos establecidos; se busca una mayor responsabilidad académica de los estudiantes y elevar la calidad y eficiencia terminal de los programas académicos. De acuerdo con el Reglamento General de Inscripciones vigente hasta él 6 de julio de 1997, una vez establecido el cupo para cada carrera o plantel, los aspirantes a licenciatura eran seleccionados de acuerdo con un orden de prioridad según el plantel de procedencia. Los egresados de 136
los bachilleratos de la UNAM podían elegir la carrera de su preferencia e ingresar a ella sin más requisito que haber concluido su bachillerato, con un promedio mínimo de siete. En junio de 1997 el Consejo Universitario aprobó el documento "Principios y criterios para el ingreso de los estudiantes a la Universidad y su permanencia en la misma", documento que daría las pautas para las reformas a los reglamentos Generales de Inscripciones y de Exámenes del 7 de julio de ese mismo año. Con este sustento, se establecieron las bases para actualizar las normas y procedimientos de ingreso a los ciclos de bachillerato y licenciatura, mismos que fueron incorporados en dichos reglamentos. Con las reformas, sólo los estudiantes que hubieran terminado su bachillerato en la UNAM en tres años y con promedio de nueve podrían acceder de manera directa a la carrera de su preferencia; a los que concluyeran su preparatoria en cuatro años y con promedio mínimo de siete, se les asignaba la carrera de acuerdo con la demanda; los demás deberían presentar el examen de selección. Además, los estudiantes de licenciatura tendrían como fecha límite para terminar sus estudios el doble del tiempo de la duración del plan de estudios de la carrera. Los estudiantes no presentaron una oposición organizada a estas reformas, pero si bien en ese entonces no se hizo extensivo un movimiento de protesta, los grupos estudiantiles organizados vieron en estas medidas una afrenta más de las autoridades universitarias. Al poco tiempo el rector dio a conocer a la comunidad el proyecto llamado Plan de Desarrollo 1997-2000 y luego de un proceso de consulta fue aprobado como instrumento rector para los siguientes cuatro años. El Plan establecía la idea rectora del cambio en la manera de operar de la Universidad; para lo cual establecía 11 programas estratégicos: atención a la comunidad universitaria; renovación de los procesos educativos; fortalecimiento de la investigación; fomento a la difusión de la cultura; participación en la solución de los problemas nacionales; desarrollo de la cooperación académica; transformación tecnológica de los sistemas de apoyo acadéico; mejoramiento de la comunicación y de los servicios universitarios; impulso a las reformas estructural y administrativa; promoción de la planeación y la evaluación institucionales, y diversificación del financiamiento. Sobre este último punto, el Plan planteaba medidas para fortalecer el presupuesto universitario por distintas vías: solicitar al gobierno federal un subsidio suficiente y constante paira la Universidad; impulsar una campaña de financiamiento externo con el fin de obtener recursos adicionales; buscar que los distintos procesos de educación continua, así como el conjunto de los cursos y actividades de extensión, tengan un carácter autofinanciable, y estudiar, revisar y adecuar la generación de ingresos propios, incluyendo los derivados de los servicios de educación. Ya estaba anunciada, pues, la revisión de las cuotas.
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8.34. MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DE 1999 Durante más de una década y hasta 1999, al interior de la comunidad estudiantil existieron grupos organizados que se opusieron sistemáticamente a diversos intentos de reforma académica. Sin embargo, en 12 años no había tenido lugar una huelga general de estudiantes. Los dos movimientos estudiantiles de 1995: el de rechazados para ingresar a la UNAM y el de oposición a las reformas al plan de estudios del Colegio de Ciencias y Humanidades, no habían logrado cuajar. Por otra parte, desde la llegada a la rectoría de Barnés de Castro, grupos de estudiantes se opusieron a su proyecto, al considerar que varias de las medidas que pensaba implantar atentaban contra los estudiantes; se calificaba su programa de eficientista, neoliberal y excluyente. Estaba latente el problema de los rechazados, se presionaba a la Universidad para ampliar el ingreso y se cuestionaba la disminución de la matrícula universitaria, sobre todo en bachillerato, junto con la compactación de grupos. También se cuestionaba la política de la UNAM de brindar dos oportunidades para presentar el examen de selección para ingreso a licenciatura a los egresados de sus preparatorias particulares incorporadas, hecho que consideraban injusto y que posteriormente sería modificado. Así en 1999, año preelectoral en el país por la contienda a la presidencia de la República y el gobierno del Distrito Federal; último tramo de un sexenio que no había resuelto el conflicto de Chiapas y cuyas políticas económicas eran fuertemente cuestionadas por amplios segmentos de la sociedad, entre los que se encontraban sectores de estudiantes y de profesores de las universidades públicas. Ante un ambiente de descontento social, de crisis recurrentes (se vivían los efectos de los "errores de diciembre" de 1994), de conflictividad social creciente, de inseguridad pública y violencia cotidiana, el clima era propicio para desencadenar un movimiento social en la Universidad con el pretexto que fuera y el pretexto no fue el menor: el aumento en las cuotas, tema candente y conflictivo en la historia de la Universidad, por considerar la gratuidad como una "conquista histórica" desde 1948, conquista que había costado la rectoría a Salvador Zubirán. A principios de ese año, el rector Barnés de Castro consideró que existían las circunstancias adecuadas para volver a plantear, la espinosa cuestión de las cuotas. El rector estaba convencido de que no habría mayor resistencia estudiantil a su proyecto. "Estoy dispuesto a ir a una huelga larga", habría dicho Barnés a Carlos Imaz, uno de los dirigentes del CEU en 1986 y entonces dirigente del PRD. Seguro de su proyecto, a principios de añc mandó al Consejo Universitario una propuesta de reforma al Reglamento General de Pagos. A partir del siguiente ciclo escolar, los estudiantes de nueva incorporación, cuyo ingreso familiar fuera superior a cuatro salarios mínimos mensuales, pagarían al semestre 15 días de salario mínimo (516 pesos) para bachillerato y 20 días de salario mínimo (689 pesos) para licenciatura. Por primera vez se indexaban las cuotas al salario mínimo, lo que restituía el valor que tenían en la década de los cincuenta, pocos años después de su última modificación. En relación con los alumnos cuyas familias tuvieran dos o más hijos inscritos en la UNAM y sus ingresos familiares fluctuaran entre cuatro y ocho salarios mínimos, el segundo hijo tendría derecho a la exención de 50% del monto de la cuota semestral y los demás hijos a una exención de 100 por ciento.
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En la reforma quedó contemplado que ningún alumno con aptitudes académicas se quedara fuera de la Universidad por razones económicas. Se daba confianza a la palabra del estudiante sobre su situación económica para pagar o no cuotas. Así, las medidas iban desde el otorgamiento de becas, hasta establecer aportaciones voluntarias, pasando por diferir las cuotas (otorgando "becascrédito") según estudios socioeconómicos realizados a los alumnos. El rechazo fue inmediato: a la oposición por parte de la comunidad universitaria al contenido de las reformas (la elevación de cuotas) se sumó el cuestionamiento de la legitimidad de los órganos de gobierno de la Universidad. Esto último estaría en el origen de este conflicto, como lo estuvo en conflictos anteriores vividos en la institución. Ese día, ante el anuncio de la sesión del Consejo, los estudiantes inconformes bloquearon los accesos a la torre de rectoría; imposibilitado de sesionar en su lugar habitual, lo hizo en otra instalación fuera de la Ciudad Universitaria: el Instituto Nacional de Cardiología. Los consejeros contrarios al incremento de cuotas se enteraron una hora antes del cambio de lugar, por lo que asistieron 101 de los 132 integrantes del Consejo y únicamente cuatro de 28 estudiantes consejeros; 98 de ellos aprobaron la reforma al Reglamento General de Pagos y sólo tres votaron en contra. Los estudiantes opuestos al incremento de las cuotas consideraron ilegítima la forma en que sesionó el Consejo, lo que acrecentó la oposición a las medidas tomadas. En esta sesión hubo un conato de enfrentamiento entre estudiantes y autoridades, lo que preludiaba lo que vendría después. Un día después de aprobadas las modificaciones se realizó un mitin estudiantil en el cual denunciaron la "ilegalidad" de la sesión del Consejo Universitario y anunciaron su determinación de realizar paros escalonados y preparar la huelga en rechazo al aumento de las cuotas. El día 24 se realizó otro paro estudiantil, pero las autoridades se mantuvieron firmes en su posición. En abril, pocos días antes del estallamiento de la huelga, el rector Barnés de Castro manifestó que grupos externos buscaban beneficiarse con el conflicto en la UNAM; se refirió expresamente a colaboradores del jefe de gobierno del Distrito Federal, Cuauhtémoc Cárdenas, y les pidió que no intervinieran. Por su parte, la Asamblea Estudiantil Universitaria organizó una "consulta general universitaria". Según los organizadores, más de 92 mil estudiantes se manifestaron en favor de la abrogación del nuevo reglamento y por la huelga. Las autoridades organizaron una concentración masiva contra la huelga y reportaron haber recopilado más de 100 núl firmas rechazando la huelga. El 20 de abril, la Asamblea Estudiantil Universitaria se transformó en Consejo General de Huelga (CGH) y elaboraron las seis demandas de su pliego petitorio que enarbola-rían durante los meses que duró la huelga. Ese día estalló el paro estudiantil. En algunas de las escuelas era clara la mayoría opuesta a la huelga, como fueron Derecho, Odontología y Veterinaria, pero se desalojaron las instalaciones por la fuerza. El 21 de abril los estudiantes realizaron una manifestación en el Zócalo de la ciudad, en ella murió una estudiante al ser atropellada por un camión de servicio público. Francisco Labastida, entonces secretario de Gobernación, acusó al PRD de estar inmiscuido en el conflicto (se hicieron públicas fotografías de reuniones de dirigentes estudiantiles y funcionarios de ese partido que desataron una airada polémica entre las partes implicadas). El Consejo General de Huelga (CGH) 139
exigió a Labastida "sacar las manos" de la UNAM; Cárdenas rechazó que funcionarios de su gobierno intervinieran en el conflicto, p^se a que algunos de ellos, como Carlos Imaz, apoyaba sHorteniente a los estudiantes. Por su parte, el STUNAM manifestó su apoyo a los huelguistas. El 28 de abril se iniciaron las clases extramuros, a las que el CGH y la Asamblea Universitaria Académica se opusieron terminantemente, generándose enfrentamien-tos constantes en las distintas sedes en que se realizaban. El CGH exigía un diálogo público, directo, abierto y resolutivo. En mayo el rector anunció la creación de la Comisión de Encuentro, a la que daría carácter resolutivo en aquellos aspectos que estuvieran en el ámbito de decisión de la rectoría, integrada por 10 directores y académicos, e invitó al CGH a tener una reunión que fue rechazada. Sin embargo, aumentaba la polarización entre las partes y el CGH denunciaba actos de intimidación, persecución y espionaje político por parte de las autoridades. Comenzaron a plantear el desconocimiento del rector como interlocutor válido si no satisfacía a cabalidad su pliego petitorio. El 7 de junio se reunió el Consejo Universitario y aprobó cuatro propuestas del rector: modificar el Reglamento General de Pagos y dar a las cuotas el carácter de aportaciones voluntarias; otorgar amnistía a los palistas, prolongar el semestre para recuperarlo y crear un espacio de diálogo para discutir los problemas de la Universidad, El CGH respondió que la propuesta de cuotas voluntarias no resolvía el conflicto y era un intento de dividir al movimiento. Solicitó la renuncia del rector. El CGH, en marcha al Zócalo el 10 de junio, anunció que no daría un paso atrás; la mayoría de las escuelas votó por continuar la huelga. En un mitin en la plaza de Santo Domingo, el rector hizo un llamado a defender la Universidad. Las posiciones se polarizaron. Un grupo de profesores distinguidos (conocido como los profesores eméritos) expresó que los acuerdos del Consejo Universitario daban respuesta a las demandas del movimiento estudiantil. A partir de entonces el movimiento comenzó.a dividirse: unos grupos (conocidos como los "moderados") se manifestaron por la negociación con las autoridades y el retorno a clases; otros (conocidos como los "ultras") radicalizaron sus posiciones con la toma violenta de las calles. La fractura del movimiento tema antecedentes desde el movimiento del CEU de 1987, en el que existían dos grupos: la Corriente para la Reforma Universitaria (CRU) y Los Históricos, que se aliarían al PRD. Otros grupos estudiantiles, que los acusaron de haber vendido la huelga y el Congreso Universitario, establecieron distintas alianzas, de las que surgieron varios de los líderes del CGH y con pertenencia a distintos grupos y corrientes: la Red de Estudiantes Universitarios, la moderada Coalición Democrática Estudiantil; la Corriente en Lucha por el Socialismo, parte del Bloque Universitario de Izquierda, ala radical del CGH; la Coordinadora Estudiantil como centromoderada y el Comité Estudiantil Metropolitano como centro-radical. Otros líderes de las facultades de Ciencias Políticas y Economía y de la Escuela Nacional de Trabajo Social conformaron la "megaultra", que tuvo su antecedente en el Buró de Información Política surgido en 1986. Sus líderes serían los más conocidos por su radicalismo, uno de ellos —sin duda el más popular y conocido— fue Alejandro Echevarría, "El Mosh". Gracias a las actitudes inflexibles y maximalistas de la ultra se cerraron las posibilidades de entendimiento con las autoridades. Junto con estos grupos que confrontaban violentamente sus diferencias en asambleas interminables, estaban otros de más o menos oscura filiación, provenientes de organizaciones políticas marginales de origen marxista-leninista, troskista y maoísta (Partido Obrero Socialista, 140
Movimiento Revolucionario del Pueblo, Partido Revolucionario de los Trabajadores). El ala moderada del movimiento contaba con el apoyo del Partido de la Revolución Democrática y también estaban presentes organizaciones urbano-populares, la más sobresaliente de ellas el Frente Popular Francisco Villa, aliado incondicional de los "ultras". El CGH también se escudaba en la fuerza moral del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Lo característico de los grupos político-estudiantiles de izquierda —al igual que en toda la izquierda mexicana— era su continua fragmentación; habían sido constantes en la última década los desprendimientos y rompimientos; las figuras de los líderes resultaban centrales para encabezar un nuevo "bloque de fuerzas", en una dinámica con fuertes dosis de autodestrucción. Además, los grupos radicales tomaban la UNAM como refugio de acción, ante su incapacidad de enfrentarse en la vida política.nacional en tránsito hacia la democracia. Su discurso marxista ortodoxo tenia poco eco en la población. Con estas fuerzas actuantes, el mapa político del movimiento estudiantil se dibujó con dos grandes fuerzas en momentos previos a la huelga: los "moderados" o "democráticos" organizados en la Coalición Democrática Estudiantil y los "ultras" del Bloque Universitario de Izquierda. Pronto los grupos moderados acusaron a los primeros de empantanar el movimiento por sus actitudes contrarias al diálogo y por intentar linchar a cualquiera que discrepara de sus posiciones. Los "moderados" fueron acusados de "vendehuelgas", y con la hegemonía de los "ultras" en las asambleas del CGH se dio luz verde para que cada asamblea escolar decidiera la toma de calles de la ciudad. Las actitudes sectarias y violentas predominantes, además, alejaron a muchos estudiantes del movimiento por más que simpatizaran con sus banderas. Grupos de paristas bloquearon diversas calles de la ciudad. La estrategia de los "ultras" consistió en expulsar de las asambleas de sus facultades y escuelas a los estudiantes que disentían de ellos. Estudiantes moderados abandonaron los planteles ante la intolerancia mostrada, constituyéndose en asambleas de exiliados. Ciencias Políticas se convirtió en el centro de operaciones de los "ultras" y su asamblea se autonombró "heroica". A 100 días del estallamiento de la huelga se tenía una Universidad profundamente dividida; había denuncias de robos en escuelas e institutos, daños a murales, actos de violencia y vandalismo. Muchos estudiantes perdieron el semestre y se afectó a más de 40 mil estudiantes de nuevo ingreso. Se cerraron algunos institutos de investigación ante actos de violencia del CGH. Las pérdidas se valoraban ya en sumas miílonarias y el conflicto no tenía visos de solución. El 4 de agosto la policía reprimió por vez primera una manifestación que buscaba impedir la inscripción de estudiantes de primer ingreso en el plantel sur del CONALEP. Los policías sometieron a los estudiantes y detuvieron a más de 100 personas. El CGH declaró al presidente Zedillo y a Cárdenas personas non gratas en la Universidad, a lo que Cárdenas respondió que, ante enfrentamientos, la fuerza pública tenía que intervenir, declaración que polarizó aún más las corrientes al interior del CGH. Pocos días después hubo enfrentamientos entre estudiantes en apoyo a la huelga o al retorno a clases, en los que hubo varios heridos por petardos. En octubre estuvo a punto de darse un enfrentamiento de grandes dimensiones entre la policía y los estudiantes, al bloquear éstos el Periférico durante varias horas. A petición de las autoridades del D.F. aceptaron 141
marchar por la lateral y dejar paso libre por carriles centrales, lo que distendió una situación de gran expectación que fue transmitida en vivo por la televisión, no sin dosis de amarillismo. Tras la ruptura con los "ultras", los "moderados" se manifestaron por solucionar el conflicto con sustento en la propuesta formulada por un grupo de profesores eméritos: garantizar la gratuidad de los servicios educativos y que las autoridades aceptaran la realización de un congreso, cuyos resolutivos de mayor consenso fueran asumidos por el Consejo Universitario, propuesta que había sido rechazada por el CGH. Ante el desgaste del CGH y las autoridades en el conflicto que para entonces se consideraba ya el más largo, costoso y conílictivo de la UNAM, el 12 de noviembre, a 208 días de iniciada la huelga y a poco más de un año de que terminara su periodo, el rector presentó su renuncia para abrir nuevas vías de solución al conflicto. La Junta de Gobierno eligió al doctor Juan Ramón de la Fuente, secretario de Salud en el gabinete del presidente Zedillo, iniciando una nueva etapa del'conflicto universitario, que aún estaría lejos de resolverse. A los pocos días de iniciado su periodo, el nuevo rector delineó su estrategia para resolver el conflicto universitario: convocar a la comunidad universitaria a que se manifestara sobre la continuación o no del paro de labores en un plebiscito que se llevó a cabo el 20 de enero de 2000. Más de 180 mil universitarios emitieron sus votos en 870 casillas. De acuerdo con el rector, el plebiscito mostró "un consenso de magnitudes nunca antes registradas en la historia de la Universidad", por lo que el conflicto "ha dejado de ser asunto de unos cuantos, ahora es asunto de muchos, de casi todos" (La Jornada, 25 de enero de 2000). De los universitarios, 87% se manifestó a favor de la propuesta del rector; sólo 10% se pronunció en contra. A su vez, 89% manifestó que debía concluir la huelga con la propuesta institucional, y 8% estuvo en desacuerdo. Por su parte, el CGH realizó una consulta abierta a la población para decidir el futuro de la huelga, sin ningún mecanismo que garantizara su realización y sus resultados (el CGH reportó que acudieron a las urnas más de 120 mil universitarios y 500 mil ciudadanos). Quienes participaron lo hicieron mayoritariamente apoyando las demandas del CGH. Se informó que tras esta consulta a la comunidad, continuarían conjsu posición firme de "defensa de la universidad pública y gratuita". Esto es, ni un paso atrás. Para el ala radical del CGH el plebiscito organizado por las autoridades constituyó "el gran fraude plebiscitario organizado desde la Secretaría de Gobernación en alianza con el gobierno capitalino y las autoridades universitarias"; se nsistió en que después del plebiscito las autoridades federales, las del Distrito Federal y las de rectoría preparaban una salida violenta y en reunión en pleno se acordó descalificarlo. Luego del plebiscito, distintos colegios del personal académico promovieron reuniones para dar una solución pacífica al largo conflicto de la Universidad y retornar a las actividades sin que hubiera derrotados de ninguna parte. Exhortaron al CGH a deponer sus actitudes intransigentes y a las autoridades a no utilizar la violencia. Se buscaba levantar la huelga "escuela por escuela", 142
como resultado de acuerdos entre consejos de palistas, académicos y autoridades de cada plantel. Era claro para entonces que para la mayoría de la comunidad universitaria el CGH había perdido base social ante las actitudes de su sector radical. La recomposición del movimiento pasaría a impulsar el congreso universitario con reglas pactadas entre todos los actores en pugna. El plebiscito de la rectoría reflejó el sentir mayoritario de los universitarios para poner fin a la huelga, dentro del marco de la legalidad universitaria. El descrédito y desprestigio del CGH era evidente, así como el cansancio de amplios sectores de la comunidad que en un principio habían, apoyado la huelga por compartir las exigencias estudiantiles, pero que ante los procesos de descomposición interna del movimiento y el predominio de las fracciones más sectarias, buscaban retornar a las actividades y desde ahí impulsar el congreso que transformaría a la Universidad. Por su parte, grupos del ala moderada del CGH se manifestaron por acatarla voluntad expresada en el plebiscito y consideraron llegada la hora de la reconciliación entre universitarios y de "emprender el camino hacia la transformación democrática de la UNAM en el congreso, a través del diálogo, la tolerancia, el respeto a la discrepancia entre la comunidad y el restablecimiento de las actividades sustanciales de la institución, mediante el levantamiento del paro". Aducían que el fin de la huelga no representaba el fin de la lucha estudiantil, ni la claudicación de los principios que se defendían; es más, sostenían que la huelga había triunfado y que se había "ganado una batalla simbólica contra los tecnócratas y su afán por poner en práctica el proyecto educativo neoliberal en la UNAM". Hicieron un llamado al CGH, a los sectores conservadores de la Universidad y a toda la comunidad a "desechar cualquier intento de provocación o violencia" (La Jornada, 24 de enero de 2000). De inmediato, el ala radical los acusó de haber negociado con las autoridades de la Secretaría de Gobernación para levantar la huelga. Alas demandas que originaron el levantamiento estudiantil, el CGH sumaba otras que evidenciaban la pérdida de brújula del movimiento: "contra el plan de austeridad, por el control a los precios de la canasta básica, la creación de un programa de abasto popular para abatir la carestía; no al pago de la deuda externa, la no contratación de nuevos préstamos con la banca internacional y en contra del gobierno opresor y sus políticas neoliberales mandatadas desde Estados Unidos". En manifiestos públicos se erigieron en víctimas de una provocación. En un ambiente de tensión y con los ánimos muy caldeados, el 25 de enero el rector intentó entrar a la Ciudad Universitaria, pero un tropel de periodistas y de otras personas se lo impidió, siendo objeto de agresión verbal y de jalóneos. Tras una valla metálica, grupos de estudiantes, acompañados por integrantes de organizaciones sociales, no dejaban de increparlo. Durante largos minutos se vivieron escenas que estuvieron a punto de desencadenar situaciones violentas, en medio de oleadas de personas que difícilmente se desplazaban escoltando al rector. El CGH no aceptó recibir los resultados del plebiscito. A la insistencia del rector de que se abrieran las instalaciones para reanudar el diálogo, miembros del CGH respondían que si venía a presentar un ultimátum y a romper la huelga, no pasaría. Al ver frustrado su intento, exigió al CGH deslindarse de agrupaciones sociales como el Bloque de Fuerzas Proletarias, colonos de Santo Domingo, Frente Popular Francisco Villa, Bloque 143
de Organizaciones Sociales y Central Unitaria de Trabajadores, mismas que habían participado en las movilizaciones en apoyo a la huelga estudiantil. En respuesta, dirigentes del Frente Popular Francisco Villa ratificaron su decisión de seguir apoyando al movimiento estudiantil. El 26 de enero, a petición del abogado general de la UNAM, la Policía Federal Preventiva (PFx D), de reciente creación, resguardó las instalaciones del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, la Dirección de Preparatorias y la Escuela Nacional de Enfermería, que habían sido desalojadas por estudiantes moderados. El 1 de febrero, la Policía Federal Preventiva intervino en la Preparatoria 3, luego de un violento enfrentamiento entre paristas y trabajadores universitarios, en el que resultaron 37 trabajadores heridos, enfrentamiento que fue difundido por la televisión. En esa acción se detuvo a 248 personas, entre ellas algunos de los líderes del CGH. Este hecho preludió el fin de la huelga, y paristas y autoridades se recriminaron mutuamente el origen de las agresiones. Las autoridades sostuvieron que un grupo de alumnos había ingresado a las instalaciones de la Preparatoria, luego de que en una asamblea se había determinado abrir el plantel y entregarlo a las autoridades, lo que se hizo con el resguardo de la Dirección de Protección de la UNAM. Ante el clima de violencia, los antiparistas abandonaron las instalaciones por una barda posterior y los miembros del CGH ingresaron al plantel y agredieron violentamente a trabajadores de Auxilio UNAM, ante la pasividad de policías preventivos. Ante el clima de violencia, las autoridades de la Universidad solicitaron la intervención de la PFP. Luego de estos hechos la Procuraduría General de la República solicitó órdenes de aprehensión en contra de más de 400 miembros del CGH y de diversas organizaciones sociales que participaban en el movimiento, por el delito de despojo y por actos cometidos desde el inicio de la huelga. La reacción del CGH no se dejó esperar: exigió la renuncia del rector y anunció que no levantarían las barricadas, ya que la represión viene con careta de plebiscito y la detención con careta de diálogo. El rector invitó a los representantes del CGH a una reunión para precisar los términos de la devolución inmediata de las instalaciones, lo que de hecho fue la última llamada de la rectoría para retornar a clases sin necesidad de la intervención de la fuerza pública, y solicitó al gobierno de la ciudad la adopción de medidas de seguridad para evitar en-frentamientos. Tampoco en esta ocasión se alcanzó un acuerdo, manteniéndose las posturas encontradas. Con este ambiente de creciente tensión, el 6 de febrero intervino la PFP en el campas de la Ciudad Universitaria a petición de las autoridades universitarias. A las 6:30 de la mañana más de dos mil policías, acompañados de agentes del Ministerio Público retomaron las instalaciones. El rector acusó a "grupos ajenos" a la Universidad de haber impedido la solución pacífica del conflicto, y tras la intervención de la policía, pidió "la libertad inmediata e incondicional de todos los uni ver si t arios que pudieran haber sido detenidos sin haber cometido delito alguno". En este operativo policial no se registraron incidentes mayores y se apresó a más de 600 personas que se encontraban en la Ciudad Universitaria. Poco después, la PFP retomó en forma paulatina los demás planteles universitarios. A 175 paristas les fueron notificados cargos por daño 144
doloso en propiedad ajena, sabotaje, motín, despojo y terrorismo. Este fue el principio del fin de la huelga estudiantil más larga en la historia de la UNAM. Los principales líderes del CGH fueron detenidos y trasladados al Reclusorio Norte. Con las reservas de ley, durante la primera semana de junio de 2000 abandonaron el Reclusorio los últimos y principales dirigentes del CGH: Mario Beníte, Alejandro Echevarría, Jorge Martínez, Alberto Pacheco, Leticia Contreras y Guadalupe Carrasco. A partir de entonces se abrió una nueva etapa en la vida de la Universidad. Durante el año 2000 se verificaron actos de desestabilizació'n por parte de grupos del CGH, y en el 2001 el Consejo Universitario acordó la realización de un congreso universitario que posibilitara la reforma de la Máxima Casa de Estudios del país.
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9. PREMIOS Y CONDECORACIONES Premios Nobel La UNAM puede presumir que los tres premios nobel que ha dado México, son egresados de sus aulas; situación que llena de gran orgullo a toda la comunidad universitaria y demuestra de nueva cuenta que es la máxima casa de estudios de este país. A continuación daremos una breve reseña de cada uno de estos tres personajes, y el porqué fueron merecedores a tan prestigiado premio.
Alfonso García Robles (Paz, 1982) Alfonso García Robles diplomático y jurista. Nació el 20 de Marzo de 1911 en Zamora, Michoacán en la ciudad de México. Se recibió de abogado en la Universidad Nacional Autónoma de México y con estudio de pos-grado en la Universidad de Altos Estudios Internacionales de París en 1936. Representó a su país en Suecia desde 1939 a 1941. García Robles fue nombrado embajador en Brasil a partir de año 1962 hasta 1964 y en este mismo año fue secretario del ministerio de Relaciones Exteriores. García Robles fue el forjador de la desnuclearización en Latinoamérica que dio como resultado la firma del Tratado de Tlatelolco, el cual compromete a 22 naciones de este continente, la prohibición de armas nucleares (1967). Culmina su labor como secretario de relaciones Exteriores en 1970. Al siguiente año fue el representante permanente de México en las Naciones Unidas hasta el año 1975. García Robles representó su país en la Conferencia de Desarme de Ginebra y fue el presidente de la delegación de México en el comité especial de desarme de la Asamblea General de Las Naciones Unidas (1979). El 13 de octubre de 1982 Alfonso García Robles fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz, distinción que fue compartida con la diplomática y política Alva Mydral de Suecia. En 1988 dirigió el comité de desarme de la ONU. García Robles fallece el 2 de septiembre de 1991 en la ciudad de México, dejando en el mundo un legado pacifista. Octavio Paz (Literatura, 1990) Octavio Paz nació en 1914 en la Ciudad de México. Gracias a la extensa biblioteca de su abuelo, tuvo contacto temprano con la literatura. Comenzó a escribir a una edad temprana. En 1937 terminó sus estudios universitarios en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y viajó a Yucatán en busca de trabajo en una escuela cercana a Mérida. Ahí comenzó a trabajar 146
en su poema Entre la piedra y la flor (1941, revisado en 1976), el cual describe la situación cultural y el quebranto de la fe del campesino mexicano como resultado de una sociedad capitalista. Estuvo casado con Elena Garro (entre 1938 y 1959), con quien tuvo una hija: Helena. Luego se une con Bona Tibertelli de Pisis, con quien convive hasta 1965. Ese año contrae matrimonio con Marie-Jose Tramini, su compañera hasta el final. Fue enviado a Francia, donde escribió El laberinto de la Soledad, su estudio fundamental sobre la identidad mexicana. En 1962, fue designado embajador en la India. En 1978, la Universidad Nacional Autónoma de México le otorgó el grado de Doctor Honoris Causa. En 1980, fue nombrado doctor honorario en Harvard. Entre los reconocimientos más prestigiados que recibió a lo largo de su vida fueron: Recibió el Premio Xavier Villaurrutia en 1957 por su libro El arco y la lira.
Fue ganador del Premio Nacional de Literatura en 1977 por el gobierno de México.
Fue miembro de honor de la Academia Mexicana de la Lengua.
En 1981 recibió el Premio Miguel de Cervantes.
En 1985 recibió el Premio Internacional Alfonso Reyes.
En 1987 le fue otorgado el I Premio Internacional Menéndez Pelayo.
En 1990 recibió el Premio Nobel de Literatura.
En 1993 su revista Vuelta obtiene el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades
En 1998, se le otorgó el Premio Nacional de Periodismo de México en reconocimiento a su trayectoria.
El premio nobel le fue concedido gracias a El laberinto de la soledad, publicado en 1950. Consta de nueve ensayos: "El pachuco y otros extremos", "Máscaras mexicanas", "Todos santos, día de muertos", "Los hijos de la Malinche" —donde expone su disertación sobre La Chingada—, "Conquista y Colonia", "De la Independencia a la Revolución", "La inteligencia mexicana", "Nuestros días" y como apéndice: "La dialéctica de la soledad". El Laberinto de la soledad parte de una opinión trágica e irrevocable: en el ser mexicano está presente, aún después de muchas generaciones, el hecho de que se trata de un pueblo surgido de una violación. Dice Octavio Paz: "En todas sus dimensiones, de frente y de perfil, en su pasado y en su presente, el mexicano resulta un ser cargado de tradición que, acaso sin darse cuenta, actúa obedeciendo a la voz de la raza..." Al respecto del Nobel, Octavio Paz aseguró: ―El Nobel no es un pasaporte a la inmortalidad. La relativa inmortalidad de las obras literarias y artísticas la da la calidad".
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Mario Molina (Química, 1995) Cursó la escuela primaria en la Ciudad de México, y a la edad de once años sus padres lo enviaron a Suiza. En 1960 ingresó a la Facultad de Química de la UNAM para estudiar ingeniería química. En 1965, después de graduarse, prosiguió sus estudios de posgrado en la Universidad de Friburgo (Alemania), donde pasó casi dos años investigando en cinética de polimerizaciones. Entre 1967 y 1968, pasó algunos meses en París y otros en la Ciudad de México. En 1968, ingresó al programa de doctorado en fisicoquímica de la Universidad de Berkeley. En 1973, se une al equipo del profesor Sherwood Rowland como becario de postdoctorado. En 1989 regresó a la vida académica, trasladándose al Instituto de Tecnología de Massachusetts, donde continuó su trabajo de investigación sobre química atmosférica, el cual lo hace merecedor del Premio Nobel de Química, en 1995 por su trabajo en química atmosférica, en lo concerniente a la formación y la descomposición de la capa de ozono. Un año más tarde (1996), la Universidad Nacional Autónoma de México le otorga el Doctorado Honoris Causa.
Patrimonio Cultural de la Humanidad (2007) El 28 de Junio de 2007, el campus central de Ciudad Universitaria (CU) de la UNAM fue nombrado por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) patrimonio cultural de la humanidad, título con en el que se incorpora al selecto grupo de universidades en el mundo que portan dicha distinción. Según el comunicado de la UNESCO ―este sitio se ha inscrito porque constituye un conjunto monumental, ejemplar del modernismo del siglo XX. El campus, se integra de obras destacadas de urbanismo, arquitectura, ingeniería, paisajismo y bellas artes, es uno de los más importantes íconos arquitectónicos y urbanísticos del modernismo de toda América Latina.‖ El 18 de julio de 2005, Ciudad Universitaria fue declarada Monumento Artístico de la Nación, y con el reconocimiento anterior, obtiene la máxima categoría a escala mundial después de casi cinco años de gestiones realizadas por la universidad, tanto en el ámbito nacional como en el internacional. Para toda la comunidad, Ciudad Universitaria ó CU, como es nombrada coloquialmente- es emblemática de la integración de estudiantes, profesores, investigadores, trabajadores, funcionarios y autoridades universitarios en el desempeño de las funciones sustantivas de la Máxima Casa de Estudios del país, en el florecimiento de todas las disciplinas y las corrientes del pensamiento, y en la interacción cotidiana con la sociedad mexicana, espacio privilegiado para el desarrollo y el disfrute de la cultura nacional. 148
El antiguo casco de la UNAM, zona que fue catalogada como patrimonio cultural de la humanidad, incluye el primer circuito universitario y sus más de 50 edificios dentro de una zona núcleo de 176.5 hectáreas, que representa 25 por ciento de las 730 hectáreas totales del campus universitario. Como límites de esta área se tienen: hacia el poniente, el Estadio Olímpico Universitario; al sur, las canchas de frontón y la zona deportiva; al oriente, la Facultad de Medicina, y al norte, los edificios de las facultades de Filosofía y Letras, Derecho, Economía y Odontología. El campus de la UNAM se convierte así en el octavo sitio moderno en obtener dicho nombramiento internacional, pues en la anterior lista se encontraban la ciudad de Brasilia, Brasil; la Bauhaus, de Alemania; la casa Schröeder, de Holanda; la Ciudad Universitaria de Caracas, Venezuela; la Casa Tugendhat, en Brno, República Checa; la Ciudad Blanca, en Tel-Aviv, Israel, y la Casa Estudio Luis Barragán, de Tacubaya, México.
Premio Príncipe de Asturias (2009) De forma oficial, la candidatura de la UNAM al premio Príncipe de Asturias echó a andar el jueves 19 de febrero de 2009. Aquella noche, el embajador de España en México, Carmelo Angulo, reunió en torno a un brindis a un grupo de intelectuales entre los que se encontraba el escritor Gabriel García Márquez. El embajador contó que acababa de enviar una carta al presidente de la Fundación Príncipe de Asturias, Matías Rodríguez, proponiéndole a la UNAM como candidata al premio. "Su fortaleza institucional", explicó Carmelo Angulo, "la calidad y variedad de su oferta académica y de investigación, así como su compromiso con la difusión cultural, el humanismo y las nuevas tecnologías la convierten en la máxima casa de estudios del país, y la de más prestigio y reconocimiento en América Latina". La candidatura propuesta por Carmelo Angulo Barturen, embajador de España en México, recibió más de mil 500 apoyos, dentro de los que se encuentran los premios Príncipe de Asturias Francisco Bolívar Zapata; Marcos Moshinsky; Ricardo Miledi; Antonio García Bellido; Pablo 149
Rudomín; Carlos Fuentes, además de El Colegio de México y los escritores Gabriel García Márquez y Enrique Krauze, así como del ministro Miguel Ángel Moratinos y los rectores de las universidades de Sevilla, Granada, Barcelona, Valencia, Alcalá, Carlos III, Autónoma de Madrid y Málaga. Los premios Príncipe de Asturias están destinados, según su reglamento, a galardonar ―la labor científica, técnica, cultural, social y humana realizada por personas, equipos de trabajo o instituciones en el ámbito internacional‖. Dentro de este espíritu, el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades ―será concedido a la persona, institución, grupo de personas o instituciones cuya labor creadora o de investigación represente una aportación relevante a la cultura universal en esos campos‖. La Universidad Nacional Autónoma de México fue galardonada con el prestigioso premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2009 por ser a lo largo de sus casi cien años de existencia, "el modelo académico y formativo para muchas generaciones de estudiantes de diversos países, y nutrir el ámbito iberoamericano de valiosísimos intelectuales y científicos", según el acta del jurado leída por su presidente Ricardo Senabre, durante un acto celebrado en el hotel de la Reconquista de la ciudad asturiana de Oviedo. Además de recordar que la UNAM "acogió con generosidad a ilustres personalidades del exilio español de la posguerra", Senabre destacó que "ha impulsado poderosas corrientes de pensamiento humanístico, liberal y democrático en América y ha extendido su decisivo influjo creando una extraordinaria variedad de instituciones que amplían el mundo académico y lo entroncan en la sociedad a la que sirven". Los otros mexicanos también galardonados con este distinguido premio han sido todos egresados de la UNAM:
José López Portillo (Cooperación Internacional 1981)
Juan Rulfo (Letras 1983)
Emilio Rosenblueth (Investigación científica y técnica 1985)
Pablo Rudomín (Investigación científica y técnica 1987)
Marcos Moshinsky (Investigación científica y técnica 1988)
Francisco Bolivar Zapata (Investigación científica y técnica 1991)
Carlos Fuentes (Letras 1994)
Ricardo Miledi (Investigación científica y técnica 1999)
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10. "POR MI RAZA HABLARA EL ESPIRITU" Este lema, revelara la vocación humanística de Vasconcelos, donde, su convicción con la patria y con Latinoamérica, es la elaboración de una cultura que hay que rescatar y reconocerla, porque esta ahí, nos fue heredada. La presentación de la leyenda del escudo Universitario "Por mi raza hablará el espíritu" es la significación que despertamos de una larga noche de opresión. Y esta interpretación, es el manifiesto a una nueva independencia, una segunda independencia, donde, se va a retomar, una conciencia mexicana latinoamericana. El postulado central de esta obra unido a las anteriores ideas de Ortega, hacía oportunas las tesis de Vasconcelos expuestas en La raza cósmica (1925) en la Indología (1926). Vasconcelos parte de los supuestos de que "en la historia no hay retornos, porque toda ella es transformación y novedad," y que cada raza "plantea su misión, la cumple y se va." Ahora, apoyado en Spengler, afirma que "los días de los blancos puros, los vencedores de hoy, están contados" El futuro, según Vasconcelos, estará en el mestizaje, en México, en Hispanoamérica, pues es allí de donde va a salir "la raza definitiva, la raza síntesis o raza integral, hecha con el genio y con la sangre de todos los pueblos y, por lo mismo, más capaz de verdadera fraternidad y de visión realmente universal". Ortega y Gasset había destruido para siempre el monopolio sobre lo universal que los europeos se había adjudicado. Pero este hecho, que en Europa podía pasar desapercibido, significaba para Hispanoamérica, y en nuestro caso concreto para México, un romper con el pasado y un romper las cadenas que les habían mantenido subyugados. Era como si por primera vez adquirieran todos los derechos del ser humano. "Nosotros nos hemos educado--nos dice Vasconcelos--bajo la influencia humillante de una filosofía ideada por nuestros enemigos, si se quiere de una manera sincera; pero con el propósito de exaltar sus propios fines y anular los nuestros. De esta suerte nosotros mismos hemos llegado a creer en la inferioridad del mestizo, en la irredención del indio" El lema de Vasconcelos, "Por mi raza hablará el espíritu," pasaría luego a ser de la Universidad mexicana. No como formula de combate contra alguien, sino más bien la afirmación de un pensamiento mexicano latinoamericano. La base de esta ideología entre otras cosas en el Vasconcelismo, se debía a que no había una Universidad que se preocupara por los estudiantes mexicanos-hispanoamericanos, es decir la Universidad, no se ocupaba de los asuntos de México todo eso da un rango que parte en el sentimiento y el pensamiento del nuevo mundo. En si en la raza cósmica, Vasconcelos da una filosofía de la supremacía estética. Así encontramos a un filosofo que acomete los problemas asumiendo una posición anti_intelectualista que aprendió también del filosofo Schopenhauer y que robusteció, como el mismo Schopenhauer con doctrinas de buda a las que agrego las de cristo hasta hacer de la fe su actitud actual. 151
"El súbito reconocimiento de las riquezas pasadas y presentes- Piedad histórica, búsqueda de identidad, nacionalismo – no es obra directa de Vasconcelos, pero creció y afino con su impulso. Con esto Vasconcelos nos comenta que nos sentimos conquistados derrotados. "Nada tiene de extraño que no acabemos todavía de salir de la impresión de la derrota. Atravesamos épocas de desaliento, seguimos perdiendo no solo en soberanía geográfica, sino también en poderío moral. Lejos de sentirnos unidos frente al desastre, la voluntad se nos dispersa; en pequeños y vanos fines. La derrota nos ha traído la confusión de los valores y los conceptos; la diplomacia de los vencedores nos engaña después de vencerlos; el comercio nos conquista con sus pequeñas ventajas. Despojados de la antigua grandeza, nos ufanamos de un patriotismo exclusivamente nacional y ni siquiera era advertimos los peligros que amenazan a nuestra raza en conjunto. Nos negamos los unos a los otros. La derrota nos ha envilecido a tal punto, que sin darnos cuenta, servimos a los fines de la política enemiga, debatimos en detalle, de ofrecer ventajas particulares a cada uno de nuestros hermanos, mientras al otro se le sacrifica en interese vitales. No sólo nos derrotaron en combate ideológicamente, también nos siguen venciendo". Vasconcelos no siempre profesó su absurda tirria contra el indio. En la raza cósmica coloca la cepa indígena en la base de nuestra nacionalidad cuando dice "la civilización no se improvisa ni se trunca… se deriva siempre de una larga, de una secular preparación y depuración de elementos que se transmiten y se combinan desde los comienzos de la historia. Por eso resulta tan torpe hacer comenzar nuestro patriotismo con el grito de Independencia del Padre Hidalgo, o, con la conspiración de qito o con las hazañas de Bolívar, pues si no lo arraigamos en cuahtémoc, o en Atahualpa, no tendrá sostén" En río de Janeiro al entregar una republica de la estatua de cuahtemoc que el gobierno de México donaba al Brasil, Vasconcelos pronunció el elogio más encendido y justiciero que se haya tributado al indio egregio. "No advertimos el contraste de la unidad sajona frente a la anarquía y soledad de los escudos iberoamericanos. Nos mantenemos celosamente independientes respecto de nosotros mismos; pero de una o de otra manera nos sometemos o nos aliamos con la Unión sajona. Ni siquiera se ha podido lograr la unidad nacional de los cinco pueblos centroamericanos, porque no ha querido darnos su venia un extraño, y porque nos falta el patriotismo verdadero que sacrifique el presente al porvenir. Una carencia de pensamiento creador y un exceso de afán critico, que por cierto tomamos prestado de otras culturas, nos lleva a discusiones estériles, en las que tan pronto se niega como se afirma la comunidad de nuestras aspiraciones; pero no advertimos que a la hora de obrar, y pese a todas las dudas de los sabios ingleses, el inglés busca la alianza de sus hermanos de América y de Australia, y entonces el yanqui se siente tan inglés como el inglés en Inglaterra".
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"Nosotros no seremos grandes mientras el español de la América no se sienta tan español como los hijos de España. Lo cual no impide que seamos distintos cada vez que sea necesario, pero sin apartarnos de la más alta misión común. En la América latina existe, pero infinitamente más atenuada, la repulsión de una sangre que se encuentra con otra sangre extraña. Allí hay mil puentes para la fusión sincera y cordial de todas las razas. El amurallamiento étnico de los del Norte frente a la simpatía mucho más fácil de los del Sur, tal es el dato más importante. Pues verá enseguida que somos nosotros de mañana, en tanto que ellos van siendo de ayer. Acabarán de formar los yanquis el último gran imperio de una sola raza: el imperio final del poderío blanco. Entre tanto, nosotros seguiremos padeciendo en el vasto caos de una estirpe en formación lo que de allí va a salir es la raza definitiva, la raza síntesis o raza integral, hecha con el genio y con la sangre de todos los pueblos. Y continúa la comparación: "la misión del sajón se ha cumplido más pronto que la nuestra, porque era más inmediata y ya conocida en la Historia no había más que seguir el ejemplo de otros pueblos victoriosos... He ahí por qué la historia de Norteamérica es como un ininterrumpido y vigoroso allegro. A pesar de la fuerte presencia de Vasconcelos en el debate público, durante el siglo XX, el dominio del nacionalismo mexicano fue superado por el nacionalismo revolucionario. La revolución dejó su huella en la construcción de las instituciones políticas y económicas del México moderno. Vasconcelos fue por un tiempo el hereje que encabezaba a la tribu de disidentes del movimiento revolucionario. Aquellos que, habiéndose unido al movimiento maderista, no se rindieron incondicionalmente a la alianza militar que emergió triunfante de la guerra civil. Después de colaborar, como Vasconcelos mismo, con los generales en el poder en la década de 1920, estos disidentes comenzaron a oponerse a la corrupción y el autoritarismo argumentando que el tiempo de los militares había terminado y que se tenía que construir un nuevo régimen político democrático. En 1929 Vasconcelos se postuló a la presidencia como candidato independiente y fue derrotado; sus seguidores fueron reprimidos por las fuerzas gubernamentales, abandonó el país y buscó refugio en Estados Unidos. Como Hidalgo, Juárez y Madero antes que él, Vasconcelos probó el doblez de la doctrina de Estados Unidos fuera de su territorio. Se le permitió vivir en Los Angeles, fue reconocido como una figura democrática, pero el sistema "democrático" unipartidista que se inauguró después de su derrota se granjeó el reconocimiento de Estados Unidos sobre la base del pragmatismo necesario para enfrentar los problemas de la relación entre los dos países. De ahí en adelante la historia es de sobra conocida: a partir de 1920, los militares revolucionarios primero y sus símiles civiles gobernaron el país sobre el fundamento de una legitimidad revolucionaria organizada en un partido hegemónico.
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Si comparamos la obra de Octavio Paz, una generación posterior a Vasconcelos, contiene una visión más fresca e intelectualmente fértil de los Estados Unidos. Está relacionada con su comprensión independiente de la historia de México y de la de Estados Unidos. Para Vasconcelos los Estados Unidos no es un país como otros. Es un poder imperial, y esa es una de las razones que impiden el establecimiento de una relación estable y productiva pero sobretodo filosófico con su vecino del sur. México ha imitado las instituciones políticas y económicas de Estados Unidos, añadiendo su propio modo de vida a esos formatos. En este contexto, la principal diferencia entre México y Estados Unidos es que el primero ha sido incapaz de ver el futuro sin cargar con la culpa, las cargas y las contradicciones del pasado, mientras que la historia de Estados Unidos comenzó con una ruptura con su pasado europeo y la decisión de construir nuevas instituciones. José Vasconcelos obtiene una lección sencilla pero contundente: la modernidad no es factible sin una ruptura con el pasado, y ésta sólo es posible mediante una reconciliación con las tradiciones. En otras palabras, no hay futuro sin olvido, pero éste nace de la reconciliación; y ésta incluye a Estados Unidos. Fieles a sus orígenes... los Estados Unidos han ignorado siempre al otro. En el interior al negro, al chicano o al portorriqueño; en el exterior: a las culturas y sociedades marginales. Hoy los Estados Unidos se enfrentan a enemigos muy poderosos pero el peligro mortal no está fuera sino dentro… Para vencer a sus enemigos, los Estados Unidos tienen primero que vencerse a sí mismos: regresar a sus orígenes. Pero no para repetirlos sino para rectificarlos: el otro y los otros -las minorías del interior tanto como los pueblos y naciones marginales del exterior- existen. No sólo somos la mayoría de la especie sino que cada sociedad marginal... representa una versión única y preciosa de la humanidad. Si los Estados Unidos han de recobrar la entereza y la lucidez, tienen que recobrarse a sí mismos y para recobrarse a sí mismos tienen que recobrar a los otros: a los excluidos del Occidente. "Por mi raza hablara el espíritu" no es solo un lema creado por el Maestro. José Vasconcelos, sino una actitud del arte del arte mexicano de la actualidad, para contrarrestar, las influencias que vienen del norte y que no siempre son bien asimilados. Los dos elementos fundamentales en esa labor es que tenían un contenido plenamente laico y una perspectiva mesiánica: "Vasconcelos alude al mito de Quetzalcóatl". De hecho, agrega, habría que entender que el lema de la Universidad Nacional Autónoma de México, "Por mi raza hablará el espíritu", debiera ser entendido como "Por mi país hablarán los educados". 154
A la revisión crítica de los esfuerzos humanistas de este siglo, que tuvieron en su contra la puesta en moda del positivismo, y en la actualidad prácticamente se encuentran desplazados de las agendas educativas Las eternas luchas de los desposeídos, queda plasmada en la pintura, la música, la literatura y el ensayo, uno de los varios aspectos en que se manifestó fue en la pintura mural. Igual, que los maestros rurales y las misiones culturales se inspiraban en los Franciscanos del siglo, así también el muralismo provenía de los frescos con que los frailes se auxiliaban para catequizar a los indios. Si el tema de aquellos había sido la historia sagrada, el muralismo revolucionario tenia que ser, simétricamente, la historia mexicana. La eficacia "Catequista" del muralismo fue desde luego menor y más elitista que la de sus antepasados franciscanos o Agustinos, pero Vasconcelos la convirtió a la ideología revolucionaria a varias generaciones de estudiantes que veían cotidianamente los frescos en sus escuelas y sentían que ser educador político o filosófico era una forma de cumplir una misión. Vasconcelos llama "la Raza Cósmica" no solo por nuestro pasado, sino porque comprende que de el se deriva para nosotros una misión en la historia de la humanidad. A la humanidad actual, individualista, hambrienta de riqueza y ebria de tecnología, la Raza mestiza iberoamericana en si en una mestizofilia. Y dirá que el ser humano es parte de un universo armónico, en el que demuestra lo mejor de si mismo colaborando, no compitiendo con los demás. El temperamento contemplativo del mestizo, les dice al hombre y a la mujer modernos, que el tiempo nos ha sido dado para SER, más que para HACER, y que el ser humano no puede satisfacerse la acumulación de bienes y riquezas, porque su destino es trascendente y rebasa las fronteras del mundo en que vivimos. Esta clase de valores es lo que hace del mestizo iberoamericano una RAZA COSMICA: cósmica por sus orígenes y cósmica, sobre todo, por la misión que debe cumplir. Por eso celebramos "el DIA de la Raza", diciendo con Vasconcelos: "Por mi raza hablara el espíritu".Es así como Vasconcelos representa una de las más grandes inteligencias mexicanas y es considerado como el pensador de mayor genuinidad hispanoamericana. Escribía Samuel Ramos: "Vasconcelos no era un pedagogo, en el sentido estricto de la palabra era sobre todo un filosofo y un pensador social a quien las circunstancias llevaron a tomar parte en la política y en la acción social. Como el propio escritor diría después (el destino llevaba a un filosofo la magna tarea de educar a un pueblo) como quiera que sea le fue reservado a Vasconcelos el honor de iniciar el movimiento que debía florecer en épocas subsecuentes, teniendo como expectativa la realización de una filosofía y pedagogía de acción social aplicada a un mismo tiempo a la elevación de la raza y la solución del importante aspecto agrario". Vasconcelos, en la "raza cósmica" da la impresión de un mundo cósmico, pero en realidad es la idea de un futuro, donde la humanidad, su futuro, estaba en la América. Se adopto el mismo 155
lema del escudo que el hizo: "Por mi raza hablará el espíritu", que fue lo que muchos aprovecharan, entonces, como núcleo de la ideología de esa generación. La interpretación "Por mi raza hablará el espíritu" es una frase, como manifiesto de una independencia, es decir como una segunda independencia, en que muchos iban a tomar una conciencia mucho más americana y en realidad no era una fórmula de combate contra nadie, sino más de afirmación americana. Y es que el ideal de Vasconcelos con la propuesta de la raza cósmica, es una raza donde se muestre homogénea, lingüísticamente hispanizada, seria ese el antecedente para la creación de una cultura auténticamente nacional. Con esto nos lleva lo que en reiteradas veces lo dijo tenemos que hacer del mexicano y del americano que es un apóstol continental, haciendo así una conciencia de su cultura ibérica compartida para que así los latinoamericanos puedan formar una unión en la cual se borraran barreras económicas y problemas de ciudadanía nacional. Es importante tener presente que el filosofo Vasconcelos soñaba con una utopía internacional, e incluso hizo lo posible por hacer de México su meca-cultural. "Naturalmente, la quinta raza no pretenderá excluir a los blancos como no se propone excluir a ninguno de los demás pueblos; precisamente, la norma de su formación es el aprovechamiento de todas las capacidades para mayor integración de poder. No es la guerra contra el blanco nuestra mira, pero sí una guerra contra toda clase de predominio violento, lo mismo el del blanco que en su caso el del amarillo, si el Japón llegare a convertirse en amenaza continental. Por lo que hace al blanco y a su cultura, la quinta raza cuenta ya con ellos y todavía espera beneficios de su genio" La América Latina debe lo que es al europeo blanco y no va a renegar de él; al mismo norteamericano le debe gran parte de sus ferrocarriles, y puentes y empresas, y de igual suerte necesita de todas las otras razas. Sin embargo, aceptamos los ideales superiores del blanco, pero no su arrogancia; queremos brindarle, lo mismo que a todas las gentes, una patria libre, en la que encuentre hogar y refugio, pero no una prolongación de sus conquistas. Los mismos blancos, descontentos del materialismo y de la injusticia social en que ha caído su raza, la cuarta raza, vendrán a nosotros para ayudar en la conquista de la libertad."
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11. HISTORIA DE LA TOGA Y VIRRETE El nombre Universidad tiene su origen en la palabra latina universitas, que significa el conjunto integral y completo de los elementos o seres constitutivos de un grupo cualquiera (ya sea tanto de objetos como personas). En la Edad Media la palabra universitas englobaba a la totalidad de las personas que tenían intereses comunes y que se agrupaban a fin de lograr determinados objetivos o fines, esto se debía a que sus componentes ejercían el mismo oficio o actividad, y merced a esta unidad se protegían y defendían sus intereses. Estas corporaciones tomaron distintos nombres, en Francia se denominaba confréries, en los países anglosajones guildes, en España gremios. En todas estas asociaciones, existían maestros y aprendices, cuya misión no solo era la de controlar la actividad de sus miembros y su protección, si no que además se trataba de que los aprendices se convirtieran con el tiempo en maestros de nuevos aprendices para asegurar la continuidad de la corporación. Cuando el termino universitas comenzó a emplearse en un contexto académico, identificaba simplemente a un conjunto de maestros y estudiantes, es decir que en un comienzo las Universidades, eran solo corporaciones de maestros y estudiantes, similares a las corporaciones artesanales, que en primera instancia no tenían autoridad en el ámbito académico. Algunas agrupaban a maestros y estudiantes (Universitas magistrorum et scholarium), otras solo maestros (Universitas magistrorum), y otras solamente estudiantes (Universitas scholarium). El reconocimiento de las universidades como responsables de impartir conocimientos a nivel superior, hizo que quienes pasaran por sus aulas fueran distinguidos con distintos títulos y grados académicos. Tal situación dio origen a que la vestimenta de los que frecuentaban a los ámbitos universitarios se diferenciara de la usada por el resto de la comunidad, siendo símbolo de pertenencia y estatus social. Al respecto es interesante destacar, que la vestimenta tanto de los hombres como de las mujeres en el medioevo se caracterizaba por los colores vivos, que contrastaban resueltamente con la sotana negra de los clérigos, o con el sayal pardo de los frailes mendicantes. No eran solo de vestimentas de lujo. Los simples campesinos se vestían con colores claros, rojos, ocres y azules. La Edad Media parece haber tenido horror por los colores oscuros; todo lo que nos ha legado atestigua esta peculiar riqueza de colorido, Así lo encontramos en las pinturas, miniaturas, tapices, vitrales, etc., de la época. . En las primeras universidades europeas creadas durante el medioevo, se empleaba una vestimenta similar a la usada por los clérigos en las acciones no litúrgicas, esta era una especie de capa de lluvia, que recibía la denominación de capa claussa. En el año 1622, por disposición del Arzobispo de Canterbury, esta vestimenta paso a ser el traje académico de las universidades inglesas. Esta imposición fue adoptado posteriormente por el resto de las universidades europeas de la época.
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En el siglo XVI, esta vestimenta académica se oriento hacia formas más simples y confortables, acompañando de esta forma la moda de la época. El ropaje cerrado y pesado fue reemplazado por una túnica con mangas. Este cambió sufrió en los distintos países del continente europeo sucesivas transformaciones en los años subsiguientes, hasta llegar a la toga actual. Algo semejante ocurrió con el gorro académico, que tuvo su origen en el pileus similar al sombrero empleado por los cardenales. Posteriormente fue reemplazado por otras variedades de sombreros provenientes de la moda francesa del siglo XVI. Una característica importante de esta vestimenta la constituía el hecho que además de ser un elemento distintivo de la actividad académica, permitía, merced a los colores empleados, identificar a la institución académica que representaban. Así por ejemplo el ―Faculty‖, que dio origen al término de Facultad, agrupaba a los profesores que enseñaban un mismo tema. Su vestimenta permitía ser reconocidos por toda la universidad y al mismo tiempo evitar el ingreso a los recintos de las personas no calificadas. Lo mismo acontecía en los ―Colleges‖, que eran cuerpos corporativos que gozaban de determinados beneficios económicos, dedicados a la enseñanza de carreras o disciplinas académicas, o en las ―Naciones‖. Esta institución, se constituía en defensa a los derechos de los extranjeros que estudiaban en las Universidades, lejanas a su tierra de origen. La tendencia de la sociedad medieval a la corporatización, es decir la unión de los gremios según su rama laboral, ya sea en el comercio o en las profesiones, fue la razón de que los miembros de estas corporaciones - ya sean facultades, colegios y naciones -, emplearan estas vestimentas de cortes y colores determinados, identificándose según sus grupos de pertenencia, Así las universidades de París, Oxford y Cambridge, utilizaban las togas negras para reconocer a la Facultad de Teología, mientras que la Universidad de Salamanca, la de Coimbra y la Perpignan, empleaban el color blanco para identificar esa misma Facultad. Al promediar el siglo XVI, los colores distintivos de cada Facultad se fueron perdiendo, los académicos usaban cualquier tipo de color en sus vestimentas. Esta situación originó que en este siglo se definieran los colores que caracterizarían a cada Facultad, de esta forma se determinaba un símbolo de pertenencia a cada asociación. Con el transcurso del tiempo, la tendencia a la diferenciación en las vestimentas académicas se fue consolidando en toda Europa. Sucesivas transformaciones llevaron a la ‖ toga y el birrete ―, que se emplean en la actualidad en la mayoría de las casas de altos estudios de todo el mundo. Es costumbre, en las Universidades europeas en general y en cada una de las Facultad, Colegios o Escuelas que la componen emplear un diseño y color de toga que las diferencien de las otras casas de altos estudios. A esta identificación se la acompaña con distintivos de colores, que indican el grado académico o el cargo jerárquico que se desempeña en el ámbito de la universidad. Así por ejemplo se suele usar el dorado en las solapas y franjas de igual color en las mangas de las togas del Rector de la universidad. En general determinados colores identifican a cada Facultad, así por ejemplo el azul celeste simbolizan a las de Filosofía, Letras y Humanidades, el rojo a la de Derecho, el verde a la de Biología, el blanco a la de Teología y el marrón a la de Arquitectura. Resulta además muy común 158
en el ámbito académico el uso del escudo de la universidad bordado en el frente o en la espalda de la toga empleando para ello hilos de oro. Pero el uso de las togas no es, en absoluto, una tradición conocida desde el comienzo de las universidades, sino que más bien surgió a partir de un acuerdo. Los altos funcionarios de las jóvenes universidades solicitaron una vestidura acorde a su prestigio para las ceremonias de doctorado o de toma de posesión del cargo de rector. A raíz de esto, el gobierno prusiano estableció que los profesores debían llevar un traje común negro, que, a lo sumo, podría decorarse con un bordado plateado sobre el pecho y en el cuello. El Ministerio de Cultura de Berlín publicó un comunicado en el que incluso se detallaban los colores de las diferentes facultades. Así, para la facultad de teología evangélica se estableció el color violeta, para la de derecho, el morado, para la de medicina, el escarlata, y para la de filosofía, el azul marino. Durante muchos años, la toga fue, al menos en todas las ceremonias oficiales, la vestidura de los profesores. En el movimiento estudiantil de 1968, se cuestionó en especial la posición central de los profesores y, en este marco, la tradición de las togas fue también uno de los blancos de los estudiantes. Esta suspensión fue la causante de que, hoy en día, en la en la mayoría de las universidades alemanas, por lo general, los estudiantes y profesores nunca utilicen toga durante la carrera ni en las ceremonias académicas de fin de estudios como Diplom (diplomatura), Bachelor (licenciatura) o Magíster (master). Asimismo, las ceremonias de graduación oficial o de toma de posesión ya no son habituales en estos grados académicos y los certificados correspondientes se envían con frecuencia por correos, sin formalidades, o se deben recoger en las secretarías de las correspondientes facultades o escuelas. Sin embargo, en la actualidad, son cada vez más los estudiantes que solicitan un merecido reconocimiento de su esfuerzo mediante una ceremonia de graduación con entrega de diplomas, en la que llevan con orgullo una toga y un birrete de doctor. En la actualidad, especialmente las universidades alemanas de mayor renombre y prestigio apoyan estas ceremonias. Es por ello que, en Alemania, como suele ser habitual en todo el mundo, volvemos a celebrar también solemnes ceremonias de graduación de gran calidad y con traje académico. El birrete de doctor El birrete o birrete de doctor se conoce desde el siglo XV y pertenece al traje oficial de los eruditos. Históricamente, era el sombrero de los profesores. A modo de joyas, a menudo se utilizaban laboriosas aplicaciones como bordados, gargantillas (sólo en el caso de la nobleza) o plumas (p. ej., para los lansquenetes). El birrete de doctor representaba el símbolo de la obtención del título de doctor. El historiador francés Jacques Le Goff, en su libro "Los intelectuales en la Edad Media", formula el complicado proceso de la lectura de tesis como sigue: "Si había aprobado el examen, el candidato era entonces
licenciado, pero sólo podía recibir el título de doctor y enseñar como magíster (maestro) tras el 159
examen público.Para esta ocasión, era conducido con pompa a la catedral, donde pronunciaba un discurso; presentaba, asimismo, una tesis acerca de un problema jurídico y luego la defendía frente a los estudiantes que lo retaban.De este modo desempeñaba por primera vez el papel de maestro en una discusión en la Universidad.Después el archidiácono le otorgaba de forma solemne el certificado de docencia y se le hacía entrega de las insignias de su cargo:una cátedra, un libro abierto, un anillo de oro, el birrete o el gorro." En la actualidad, el birrete de doctor es un sombrero cuadrado negro con una borla, y ya no lo llevan sólo los doctores o personas con un alto grado académico, sino también los graduados (en este caso, se denomina birrete a secas). Originariamente, el birrete era un sombrero plano, redondo o angular de lana, tela, terciopelo o de seda forrada sin visera ni ala. La combinación de birrete y toga constituía el traje académico y es utilizado por los estudiantes en las ceremonias de graduación. Después de la ceremonia de doctorado, el birrete, que se distingue por ser rígido, encuentra su lugar apropiado en la estantería de libros. En 1959, el Comité americano para la indumentaria académica y ceremonias promulgó las siguientes directrices sobre cómo llevar el birrete: Durante la ceremonia y la entrega de los diplomas, los gorros se llevan siempre puestos. Los hombres deben quitarse el sombrero durante la oración y el himno nacional. Luego, naturalmente, deben hacerlo los estudiantes. Para la posición de la borla, no existe ninguna regla generalizada. En muchas universidades, sin embargo, se ha introducido la siguiente tradición: antes de la entrega de los certificados, la borla se lleva en el lado derecho y, después de la graduación, se cambia al lado izquierdo.
11.1. REGLAMENTO DE LA TOGA UNIVERSITARIA ARTÍCULO 1º.- La Universidad Nacional Autónoma de México restablece el uso de la toga universitaria como investidura académica de las dignidades y grados conferidos por la Institución; y lo hace obligatorio en los términos del presente reglamento. ARTÍCULO 2º.- Tienen derecho a usar la toga universitaria: I. El Rector, los miembros de la Junta de Gobierno, los directores de facultades, escuelas e institutos y los coordinadores de Ciencias y Humanidades; II. Las personas que hayan obtenido los grados de doctor o maestro, y III. Los profesores titulares de las facultades y escuelas y los investigadores adscritos a alguno de los institutos, siempre que unos y otros tengan un grado o título universitario superior que suponga el bachillerato equivalente al de la Escuela Nacional Preparatoria. ARTÍCULO 3º.- La toga universitaria se compone de las siguientes piezas: IV. La túnica abierta, o toga propiamente dicha; V. La muceta, y 160
VI. El birrete. El corte de estas prendas se ajustará fielmente a lo prevenido en los siguientes artículos y al modelo adoptado oficialmente por la Universidad. ARTÍCULO 4º.- La toga propiamente dicha es una túnica de lana negra, fina y delgada con corte de pastelones anchos, con un largo de treinta centímetros arriba del suelo, cerrada al cuello con broches de gancho, las mangas de ochenta centímetros de ancho con vuelta hacia fuera de diez centímetros de la misma tela. Es uniforme para todas las dignidades y grados. La muceta es una esclavina de terciopelo negro brillante, con un largo a la altura del codo, abotonada por delante con distancia de seis centímetros entre cada botón y cerrada por un cuello de dos centímetros de altura; los botones, que tendrán un centímetro y medio de diámetro, y el cuello irán forrados del mismo terciopelo. En el corte inferior de la muceta se aplicarán en forma circular una o varias cintas de terciopelo mate, de dos centímetros de ancho, cuyos colores distinguirán a las distintas facultades y escuelas, conforme al artículo 5º de este reglamento. El birrete será ochavado con armazón de tela o de espactrí, tendrá ocho centímetros de altura, estará forrado con la misma lana negra de la toga y en lo alto, al centro, se fijará una borla con flecos de artisela que caerán por cuatro lados, cinco centímetros debajo de las aristas superiores del birrete; o un botón de cuatro centímetros de diámetro, forrado del mismo terciopelo que la cinta de la muceta, cuyo color, lo mismo que el de la borla, será diferente, conforme al artículo 5º de este reglamento. Usarán el birrete con borla y flecos, el Rector, los miembros de la Junta de Gobierno y las personas que poseen grado de doctor; los demás comprendidos en el artículo 2º usarán el birrete con botón si no poseen el grado de doctor, salvo los directores de facultades y escuelas que estén en este caso, que usarán birrete con borla, pero sin flecos. La toga será usada siempre sobre traje oscuro, zapatos negros, camisa blanca y corbata gris. ARTÍCULO 5º.- Las facultades y escuelas de la Universidad se diferenciarán por el color de las cintas de la muceta, la borla o el botón del birrete, en la siguiente asignación: VII. Azul marino para la Facultad de Filosofía y Letras; VIII. Azul pálido para la Facultad de Ciencias, Ingeniería y Ciencias Químicas; IX. Amarillo para Medicina y Odontología; X. Rojo para Derecho y Ciencias Sociales; XI. Gris plomo para Arquitectura; VI. Verde oscuro para Economía, y VII. Verde pálido para Veterinaria. ARTÍCULO 6º.- Las personas que poseen más de un título o grado de facultades y escuelas distintas, usarán sendas cintas en la muceta y serán libres de escoger el color de la borla y el botón del birrete.
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ARTÍCULO 7º.- El Rector usará además sobre el pecho una medalla de oro con el escudo de la Universidad, que penderá de una cadena también de oro. ARTÍCULO 8º.- Las personas comprendidas en el artículo 2º de este reglamento, que posean grados y títulos tanto de la Universidad Nacional Autónoma de México como de otras universidades, preferirán en igualdad de circunstancias, la toga de la primera. Los que sólo posean grados y títulos de otras universidades podrán usar las togas correspondientes. ARTÍCULO 9º.- El uso de la toga será obligatorio: XII. En las solemnidades generales que la Universidad previamente determine, y XIII. En las solemnidades particulares de las facultades y escuelas, conforme acuerdo previo del director respectivo. ARTÍCULO 10.- Queda prohibido el uso de la toga fuera de los recintos académicos o instituciones escolares, salvo en los siguientes casos: XIV. En ceremonias académicas que celebran universidades o instituciones culturales de tradición, sean unas y otras nacionales o extranjeras, y XV. Cuando la Universidad acuerde hacerse representar en actos extrauniversitarios por personas con derecho a usar la toga. ARTÍCULO 11.- Las facultades y escuelas incorporadas quedan obligadas a partir de 1950 a sujetarse a este reglamento, so pena de perder la incorporación; por tanto, no podrán adoptar otros tipos de toga, ni usar los de la Universidad sino en los casos y por las personas señaladas en los artículos anteriores. El 4 de octubre de 1973 se modificó el artículo 2° y se adicionó el artículo 6°, lo que originó el recorrido de la numeración de los siguientes artículos. El 9 de enero de 1979 se modificaron los artículos 2° y 5°. Aprobado en sesión del Consejo Universitario el día 8 de septiembre de 1949. Universidad Nacional Autónoma de México Oficina del Abogado General Dirección General de Estudios de Legislación Universitaria
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12. BREVE RESEÑA... ESCUELA DE COMERCIO Y ADMINISRACIÓN La Facultad de Contaduría y Administración tiene sus inicios en el Instituto Comercial, la cual se remonta al año de 1845. Fue la pionera en América Latina, se fundó como la primera escuela oficial de la región especializada en comercio. La primera escuela de comercio en México es creada para el año de 1854, Antonio López de Santa Anna por decreto presidencial cambia su nombre: ―Escuela Especial de Comercio‖. Su plan de estudios constaba de nueve materias las cuales estaban dirigidas a la contabilidad, nociones de legislación mercantil y estadística comercial. Por necesidades profesionales en el área administrativa, el 15 de junio de ese mismo año se estableció que la escuela impartiera la materia de Administración. Por presiones extranjeras como fue la Intervención Francesa, el 31 de enero de 1863 se clausuró. El 1 de agosto de este mismo año se reabre en la Calle de San Juan de Letrán No 4 Debido a que México esta gobernado por Maximiliano de Habsburgo como Emperador de México, formado a partir de la segunda intervención francesa en México en 1866 la escuela cambia de nombre por "Escuela Imperial de Comercio", en el año de 1867 recobra su nombre de Escuela Especial de Comercio. En 1869 por Ley se establece que todas las escuelas pùblicas se denominaran nacionales por esta razòn se le nombra: "Escuela Nacional de Comercio y Administracion. Fue para 1890 que se produce un cambio de nombre: "Escuela Superior de Comercio y Administración" Para 1900, los alumnos inscritos eran aproximadamente 1.500 y el edificio no era suficiente, por lo que en 1902 se volvió a ubicar en Puente de la Mariscala No. 1. La Ley para la Enseñanza Comercial en el Distrito Federal publicada en el Diario Oficial el 7 de enero de 1905 establecía dos niveles de estudio: la primaria especializada y, por primera ocasión, las carreras profesionales. En 1907 se llevó a cabo el primer examen profesional no sólo en México sino en toda América Latina para obtener el título de Contador Público, sustentado por el señor Fernando Diez Barroso. Justo Sierra en 1910 reabre la Universidad, teniendo nuevos programas y una atención en particular a los contadores. La vida de la ―Escuela Superior de Comercio y Administración‖ ESCA, continuó pese a la condiciones sociales que fueron provocadas por la Revolución y de febrero a marzo de 1913 la Decena Trágica. Del año de 1917 hasta 1919 la ESCA al desaparecer la Dirección General de Enseñanza Técnica se fue a manos del Departamento Universitario de Bellas Artes de la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo. En febrero de 1917 pasa a depender de la Universidad de México.
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12.1. ¡NUESTRA FACULTAD! Para entender el contexto de la promulgación de la autonomía en 1929 es necesario destacar algunos hechos de la situación nacional que imperaban por esos años posrevolucionarios. En 1928 el presidente Plutarco Elías Calles concluía su periodo presidencial y Álvaro Obregón seguía como gran caudillo; ambos representaban las grandes figuras y las únicas fuerzas políticas en el país. Es importante mencionar que desde 1926 se vivía una gran agitación porque, además, se libraba la guerra civil conocida como cristera. Fue en ese mismo año cuando se modificó la Constitución y se permitió la reelección del Presidente de la República; la candidatura sólo recayó en el general Obregón debido a que los opositores Arnulfo R. Gómez y Francisco Serrano fueron asesinados. Así, Álvaro Obregón fue electo Presidente de la República, pero los grupos opositores, políticos y religiosos lo asesinaron el 17 de julio de 1928. Este asesinato ocasionó que el Lic. Emilio Portes Gil ocupara el cargo provisionalmente, a partir del 1º de diciembre de 1928, en el que se mantuvo un poco más de 14 meses. Durante este periodo sucedieron hechos importantes en la historia de México: la rebelión escobarista (la última de los militares revolucionarios); el fin de la guerra cristera; la lucha de José Vasconcelos por la presidencia; la fundación del Partido Nacional Revolucionario, bajo la inspiración del general Calles, jefe máximo de la revolución, y lo más importante para nosotros: la autonomía universitaria con la promulgación de la Ley Orgánica de la Universidad Nacional Autónoma de México que fue firmada el 22 de julio y publicada en e l Diario Oficial del 26 de julio de 1929. A partir de la promulgación de la Ley Orgánica de la Universidad, el gobierno el viernes 26 de julio de 1929, el presidente de la República Lic. Emilio Portes Gil promulga en el Diario Oficial de la Ley Orgánica de la Universidad Nacional Autónoma de México, la cual habla en el capitulo II la autonomía de la Universidad y se menciona como parte de ella a la Facultad de Comercio y se integró a la Universidad Nacional Autónoma de México. Este acontecimiento se considera como el nacimiento de lo que hoy es la Facultad de Contaduría y Administración. Se inicio formando parte de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. El primer director de la Institución fue el C.P. José León y Ponce.
Diario oficial de la federación 26 de julio de 1929
Al ser oficial la separación de la Escuela Superior de Comercio y Administración del Departamento Universitario, se forma una comisión de profesores y alumnos presidida por el Profesor Francisco Pizarro Suárez, la cual se pone a disposición del Rector de la Universidad para que juntos, y de acuerdo con el Instituto de Contadores Públicos, trabajen en la organización de la nueva Facultad de Comercio. Cabe señalar que la comisión de alumnos estuvo formada por Joaquín 164
Gallo, Ángel Escobar, Francisco Salas, Alfredo Gutiérrez y Salvador Reynoso, quien por cierto fue el primer egresado de la nueva Facultad; la de profesores, por Eucario Alonso, David Thierry, José Bravo, Carlos González Peña y Francisco Pizarro Suárez, así como por los representantes del Instituto de Contadores Públicos Titulados, Roberto Casas Alatristre, Alfredo Chavero y Tomás Vilchis. La estructura de la ley antes mencionada se compone de 54 artículos y otros 11 transitorios, entre los cuales se menciona que la Facultad de Comercio y Administración estará formada por la Superior de Comercio en lo concerniente a las carreras de Contador de Comercio, Contador Público y Auditor. Asimismo, en su artículo sexto transitorio menciona que el Consejo Universitario designará al Director de la Facultad de Comercio y Administración, quien fungirá hasta la terminación del año escolar de 1929 y que, un mes antes de la terminación de los cursos de este año, la academia de profesores y alumnos de dicha Facultad propondrá al pleno del Consejo una terna para escoger al Director que deberá entrar en funciones a partir del 1º de enero de 1930. El nombramiento se otorgó al C.P. José F. León y Ponce. En 1930, el Consejo Universitario aprueba las bases generales conforme a las cuales deben efectuarse los exámenes en la nueva Facultad en las materias contables, de cálculo, idiomas y otras. Queda establecido que habrá pruebas finales escritas y orales para cada materia, efectuadas por tres sinodales, con una duración de 30 minutos como máximo en la oral; el promedio de ambas será la calificación final; la escala utilizada será de 0 a 10 y para aprobar la materia se requerirá como mínimo 6. Se estipula la existencia de exámenes extraordinarios y de título de suficiencia; los extraordinarios se presentaron al siguiente año escolar.
Escuela Nacional de Comercio y Administración en Ciudad Universitaria (en obras)
En el año de 1933, durante la dirección del C.P. Agustín Zea Arreguin se instaló la Academia Mixta de Profesores. Mismo año en el que el C.P. Roberto Casas Alatriste sustituye al contador antes mencionado, las elecciones de delegados al Consejo Universitario es encabezado por el mismo, funda la revista Finanzas y Contabilidad, 1934. El primer nombre de la Institución fue Facultad de Comercio y Administración; posteriormente, en 1935, fue cambiado a Escuela Nacional de Comercio y
Administración. El nuevo Estatuto de la Universidad entra en vigor en 1936. La Comisión de Planes y Programas de Estudio son puestas en marcha con el C.P. Alfredo Chavero e Hijar Haro. 165
Llega a la Facultad el Sistema de Universidad Abierta. La Facultad de Comercio y Administración se incorpora al Sistema de Universidad Abierta de la Universidad Nacional,1977, impartiendo las licenciaturas de Administración y Contaduría.
Durante el periodo de C.P. Maximinio Anzures Polo se reimplantan por un periodo corto, las carreras cortas. C.P. José Barra Emparán como director aprueba la creación de planes de estudio diferentes para la carrera de Contador Publico y Auditor de igual manera se dan a conocer los planes de la carrera de Contador Publico y Actuario.
C.P. Alfonso Ochoa Ravizé, 1944 se convierte en el primer director egresado de la Institución. Al mando de la colecta publica compra el edificio de Liverpool 66 y organiza la biblioteca de Bucareli. Se crea la licenciatura de Administración de Empresas, con el C.P. Wilfrido Castillo Miranda en 1956, se inicia en su periodo de director la publicación de la revista ContaduríaAdministración. La Escuela Nacional de Comercio y Administración adquiere el rango de Facultad en 1965, cuando el C.P. Arturo Elizundia Charles da la propuesta a el H. Consejo Universitario el cual autoriza la creación de la División de Estudios Superiores. Coincidiendo con los cambios sociales y políticos, de igual manera con los Juegos Olímpicos de nuestro país, en el año de 1968 la facultad se traslada a las instalaciones que están ubicadas en el circuito exterior de Ciudad Universitaria, en donde hasta la fecha es ubicada. Es en el año de 1973, en la gestión del C. José Antonio Fernández Arena cuando adopta el nombre de Facultad de Contaduría y Administración. Es aprobado el cambio de la designación de las licenciaturas de Contador Público y Administración de empresas por las de Licenciado en Contaduría y Licenciatura en Administración. En ese mismo año, durante el periodo del C.P. Manuel Resa García, la facultad se integra al Sistema de Universidad Abierta convirtiéndose en pionero en el diseño de las licenciaturas de Contaduría y Administración. Ofreciendo programas de actualización académica, la División de Educación Continua comienza su labor en el año de 1980. En 1981 el C.P. Alfredo Adam Adam es nombrado director de la facultad. Durante su estancia en la dirección se crea la Licenciatura en Informática; se inaugura la Biblioteca la cual es considerada en América Latina como una de las más grandes en cuestión contable y administrativo; se crearon las revistas: Consultoría fiscal y Emprendedores Con el C.P. Salvador Ruiz de Chávez, por medio de convenios con distintas universidades de América y Europa, se impulsa el intercambio académico en el extranjero. 166
¡Se adquiere el rango de facultad! La Escuela Nacional de Comercio y Administración en el año de 1965 adquiere de manera oficial el rango de Facultad, dada por la creación la División de Estudios Superiores. Convirtiéndose así en la Facultad de Comercio y Administración.
Durante la gestión del C.P. José Antonio Echenique García, se crea la División de Investigación, fue creada con un objetivo primordial el de fomentar la importancia que hay en las actividades de los académicos de la Facultad, realizando investigaciones comprometidas al enriquecimiento en el conocimiento de Contaduría y Administración, no solo eso sino también poder contribuir al desarrollo de soluciones a la problemática social en la que se encuentra nuestro país. El C.P.C y Maestro Arturo Díaz Alonso comienza su dirección en el año de 1977 pero este después de cuatro años es reelecto para continuar en la dirección de la Facultad, periodo que culminaría en el 2005. 12.2. DE UN LUGAR A OTRO SEDES DE LA FACULTAD A lo largo de la historia de la Facultad de Contaduría y Administración, podremos decir que esta ha tenido diferentes hogares. Con el paso del tiempo la facultad se ha modificado y por lo tanto ha tenido que buscar nuevas sedes. La primera sede de nuestra facultad estuvo ubicada en la calle de Donceles, sede que tuvo como duración tres meses en el año de 1929. De 1929 a enero de 1933 ocupo su primera sede académica en la calle de Humboldt #39 la cual era una casa rentada, anteriormente había sido ocupada por la Escuela Superior de Administración Publica y actualmente esta casa ha desaparecido y se ha convertido en un estacionamiento. La facultad ocupa su segunda sede en la calle Primo de Verdad #2, de enero de 1933 a febrero de 1934, sede que fue construida por el hijo del presidente el ingeniero Porfirio Díaz. En este edificio se ubicaron posteriormente la preparatoria No 2 y la Facultad de Odontología. En este mismo lugar estuvo la Rectoría y el paraninfo (nombre que se le da a el edificio) aquí es donde se inicia la autonomía. Ocupa lugares en el Antiguo Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo, en la calle numero 60 de la calle de San Ildefonso #60. Esto sucede en el año de 1934. Aquí es donde surge un problema el plante es reducido y las autoridades universitarias tenían el proyecto de suprimir la Facultad de Comercio, decidió a la situación económica que estaban viviendo. Debido a la ayuda del entonces tesorero C.P. Chavero impidió que esto sucediera y fue designado director de 1934 al 26 de julio de 1936. En la actualidad esta escuela se convirtió en una secundaria. El director Chavero obtuvo para beneficio de la facultad el llamado ex cuarte de 167
Zapadores de San Ildefonso #36, junto a la escuela de jurisprudencia, por lo cual los alumnos lo denominaban simplemente como ―el cuartel‖. Estuvo ubicada hasta enero de 1939.
Leonardo Nierman, un estudiante de
Es trasladada la escuela en enero de 1939 por el Contaduría y hoy afamado pintor, Director José Barrán Emparán, este espacio fue usado diseñó y obtuvo permiso para pintar hasta diciembre de 1941 en la colonia ubicada en la ese lugar un mural, que fue destruido con el tiempo. calle de Bolívar No 51, esquina con República de Uruguay, en la propiedad de Lucina Barrios Gómez. La facultad quedaba en la zona de bancos, bolsa de valores, las casas de cambio y los tacos de Beatriz y el Tupinamba, por las facilidades, muchos alumnos escapaban a Cinelandia y las tentaciones que ofrecía San Juan de Letrán. Con el fin de impartir cátedras, la facultad rentó en febrero de 1941 la casa porfiriana No 138 del histórico paseo de Bucareli. La facultad queda dividida en dos: los primeros dos años se impartieron en esta dirección y los últimos en Bolívar No 51. El C.P. Alfonso Ochoa Ravizé forja la existencia de una Biblioteca, en el año de 1944 mediante colectas y donaciones. Se reúne la cantidad de $56,151.60 y se compra la casa de Liverpool 66 cuyo costo fue de $370,000.00 diferencia que fue pagado con el ahorro de rentas. En la actualidad en este edificio se encuentra la División de Educación Continua de la Facultad de Contaduría y Administración. Esta sede fue utilizada hasta el año de 1967 ubicada muy cerca de lo que hoy es la Zona Rosa. El 5 de junio de 1950 se inicia la construcción de la Ciudad Universitaria, construcción que se inicia en los terrenos del Pedregal de San Ángel. En 1954 la Escuela Nacional de Comercio y Administración ocupa el lugar a la de humanidades, siendo como director Wilfrido Castillo Miranda. Para los estudiantes era muy lejos y no querían trasladarse tan lejos.
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12.3. INSTALACIONES NUEVAS A NUEVAS SEDES
Es con el director C.P. e I.Q. Wilfrido Castillo Miranda en 1957 que logra incorporar el bachillerato a los estudios de la Facultad; creó, además, la carrera de licenciado en Administración de Empresas y un lugar para la Facultad en la nueva Ciudad Universitaria, que se construyó en los terrenos del Pedregal de San Ángel. En 1957 toma posesión el C.P. Arturo Elizundia Charles, que también estuvo dos periodos al frente de la Facultad; el logró, entre otros desarrollos académicos, convertir la Escuela Nacional en Facultad a partir de 1965, al ser aprobados los estudios de posgrado, así como la creación de la Asociación Nacional de Facultades y Escuelas de Contaduría y Administración (ANFECA), cuyo primer presidente fue él. En estos años y bajo el rectorado del Dr. Ignacio Chávez, la Universidad logró un gran avance académico y de investigación. Por su par te, la Facultad, con la Dirección del C.P. Carlos Pérez del Toro se imple mentó el plan de estudios de 1964, se convirtieron a semestres las materias y se inició el funcionamiento de la División de Estudios Superiores. En el sur de la Ciudad Universitaria, en 1968, es construido un edificio con instalaciones más adecuadas a las necesidades y por supuesto más amplias, Este edificio que actualmente es en el que nos encontramos fue inaugurado por el C.P. Carlos Pérez del Toro, director en ese entonces. El edificio que anteriormente utilizaba la Facultad de Contaduría y Administración es ahora ocupado por la Facultad de Economía. En 1969 la División de Estudios de Posgrado ocupo la casa de la esquina de las Águilas y calzada de los Leones, la cual fue residencia de José Vasconcelos. se logró el traslado a las actuales instalaciones dentro de C.U. en 1969. En 1975 se instala en Ciudad Universitaria con un edificio propio ubicado al lado oeste de la Facultad (lo que ahora es ocupado por el Sistema de Universidad Abierta. 169
En 1980 se inaugura la División de Educación Continua de la Facultad ubicada en el antiguo predio de Liverpool No 66 de la colonia Juárez. En 1985 se amplían las instalaciones del Centro de Informática con más computadoras, laboratorios y salones. En 1986, dentro de Ciudad Universitaria, se inaugura el primer edificio (diseñado por un ex profesor), para la biblioteca. Considerada como una de las más grandes de su género en América Latina. Construcción se realizó con esfuerzo de alumnos, profesores y ex alumnos. Actualmente lleva el nombre C.P. Alfredo Adam Adam. En 1988 se inaugura un nuevo edificio para la División de Estudios de Posgrado, casi frente a las instalaciones de la Facultad y junto a la Dirección General de Servicios de Cómputo Académico; en 1994 se inaugura el edificio de la División de Investigación, ubicado a un costado del edificio de posgrado. En 1995 se inaugura la biblioteca del posgrado y recibe el nombre de C.P. Wilfrido Castillo Miranda. Para 1997 se inaugura la sede ubicada en Juriquilla, Querétaro, en la que se imparten cursos y seminarios de capacitación y educación continua. De 1997 a 2005, dirigió los destinos de la Facultad el C.P. y Maestro Arturo Díaz Alonso, quien creó las Academias de Profesores por área del conocimiento; de igual forma, promovió la investigación y actualización docente, con enfoque humanista y ético, al incrementar el número de materias optativas en los planes de estudio. Por otro lado, se incrementaron las opciones de titulación en las licenciaturas y en el posgrado y se aumentaron los índices de obtención de grado académico. La revista Contaduría y Administración pasó a ser arbitrada y el Foro de Investigación se convirtió en Internacional; también se logró el reconocimiento por parte de Conacyt al posgrado. Asimismo, se incrementaron las relaciones internacionales sobre todo con América Latina. Al Maestro Díaz Alonso siguió el nombramiento, por la Junta de Gobierno, de la Dra. Ma. Antonieta Martín Granados, quien desde noviembre de 2005 está al frente de la dirección de la Facultad.
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13.4. CRONOLOGIA DE LA FACULTAD DE CONTADURIA Y ADMINISTRACIÓN.
• La primera sede fue en la calle de Donceles, en una casa que fue utilizada por un periodo muy corto (tres meses) 1929 • La facultad ocupa su primera see académica en una casa rentada en la calle de Humboldt No 39 (en el viejo Barrio Universitario)
• la facultad ocupa su segundo edifico en Primo de Verdad No 2, edificio construido por Porfirio Díaz (hijo del expresidente) sede utilizada por la rectoria universitaria. • De la escuela Nacioanl Preparatoria en San Ildefonso, se ocupa el patio de los infantes, No 8 193 dentro del Colegio de San Pedro y San Pablo. 4 • Se logra conseguir el Ex cuartel de Zapadores en el Antiguo Colegio de San Ildefonso No 36. 193 Conocido como "El Cuartel" 6 • Se traslada a una casa colonial ubicada en la calle de Bolívar No 51 esquina con República 1939 de Uruguay, lugar donde se encontraba la Zona de Bancos y las casa de Bolsa.
1933
• Se renta una casa porfiriana con el fin de impartir cátedra con holgura en Padeo de Bucareli No 138. La Facultad de Contaduría y Administración quedo dividida en las carreras que 1941 cursaban en esta sede y los ultimos en Bolivar No 51. 1968
• EN CIUDAD UNIVERSITARIA
1968
• La escuela se traslada ea Ciudad Universitaria en el Circuitosur de Ciudad Universitaria de las Facultades en el ala de humanidades ahora Facultad de Economía.
1980
• Se inaugura la Division de Educacion ontinua de la Facultad uicada en el predio del antiguo edificio de Liverpool No 66 en la Colonia Juárez por el C.P. Manuel Resa García.
• Se construye la biblioteca con el presupuesto universitario y la colaboracion de los egresados. Es considerada como la más grande de América Latina en la especialidad de temas contables, 1985 administrativos e informáticosl, la cual lleva el nombre del promotor C.P. Alfredo Aam Adam • Para la División de estudios de Posgrado se inaugura un nuevo edifio cai enfrente de las 1988 instalaciones de la Facultad 1994
• Se inaugura el edificio de la División de Investigación, ubicada a un costado del edificio de posgrado.
1999
• En Juriquilla, Quéretaro se inaugura una nueva sede de la Facultad, donde se imparten seminarios de titulación y de actuallización profesional.
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12.5. DIRECTORES DE LA FACULTAD DE CONTADURÍA Y ADMINISTRACIÓN José Felipe León y Ponce (1929-191) Nace el 1º de mayo de 1887 en Temporal, Veracruz. Obtuvo el título de Contador Público en la Escuela Superior de Comercio y Administración. Decano de los Contadores Públicos. Fue fundador y director de la Escuela Central de México. Primero director de la facultad de Comercio y Administración. Durante su dirección se establece como requisito para entrar a dicha escuela, eran contar con los estudios de secundaria, con este titulo les permitían cursar la carrera de Contador Público Instituyó las carreras cortas de Experto en Contaduría Pública, Funcionario de Bancos y Funcionario Industrial, así como la carrera profesional de Ingeniero Comercial. Este último debía ser:
―Creador de empresas, organizador científico, examinador del proceso económico del país y asesor en la obtención de fuentes de aprovisionamiento y en la mejora de sistemas de venta, costos y producción‖.
Estas carreras fueron de corta duración, por falta de matrícula de alumnos. Fue Presidente de la Comisión de Honor del Colegio de Contadores Públicos de México, A.C. y miembro fundador del Instituto Mexicano de Contadores Públicos. El 10 de febrero de 1965 fallece.
Agustín Zea Arreguín ( 1931-1933) Nació en México D.F., el 8 de agosto de 1886. Realizó sus estudios de Contador Público en la Escuela Superior de Comercio y Administración, los cuales concluyó en 1908. Fue director de la Escuela Superior de Comercio y Administración dependiente de la Secretaría de Educación Pública. Durante su gestión como director instaló la academia mixta de profesores. Gran parte de su vida la dedicó a la docencia. Impartió cátedras de Contabilidad, Cálculos mercantiles, Organización de oficinas, Archivonomía y Prácticas comerciales y administrativas. Fue autor del libro: Prácticas comerciales y administrativas. 172
Roberto Casas Alatriste (1933-1934) El 5 de agosto de 1892 nació en Teziutlán, Puebla, Estudió en la Escuela Superior de Comercio y Administración, obtuvo el título de Contador Público con la tesis: Contabilidad de las compañías de seguros sobrevidas. Diputado por el Distrito Federal y Puebla, donde formó parte de las comisiones de crédito público y presupuestos. A finales de 1924 abrió su propio despacho profesional, mismo que llegó a convertirse en uno de los más reconocidos de nuestro país. En la Escuela Nacional de Comercio y Administración impartió las cátedras de Contabilidad de Sociedades y Contabilidad Bancaria. En 1929 participó en la lucha universitaria que culminó con el reconocimiento de la autonomía de la Universidad. Autor del libro Prácticas de organización y de contabilidad bancaria, así como de numerosos artículos técnicos dentro del campo de la contabilidad y la auditoría. Como director fue un gran visionario que impulsó y prestigió a la profesión contable. Fundó la revista Finanzas y Contabilidad. Presidió las elecciones de delegados al Consejo Universitario y de los académicos, profesores y alumnos en 1934. En 1960 fue designado Profesor Emérito; de 1944 a 1949 fue miembro del Patronato Universitario y durante un periodo de diez años, de 1944 a 1954, miembro la Junta de Gobierno de la UNAM. Fue fundador y presidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos. En 1951, durante la Segunda conferencia Interamericana de Contabilidad celebrada en la Ciudad de México, fue designado ―Contador Emérito de América‖. Falleció en 1967.
Alfredo Chavero e Híjar Haro (1934-1936) Nació en México, D.F., el 24 de diciembre de 1900. Estudió en la Escuela Superior de Comercio y Administración donde recibió el título de Contador Público en 1920, con la tesis: El seguro desde el punto de vista económico. Cursó el Bachillerato en Ciencias Económicas en el London School of Economics and Political Sciences, de la Universidad de Londres. Fue Vocal Ejecutivo de la Comisión de Ajustadores de la Deuda Pública, Vocal de la Comisión Nacional de Presupuestos, Vocal Secretario de la Comisión Nacional Bancaria y Auditor de la Dirección General de Pensiones 173
Civiles de Retiro. Tuvo una valiosa participación para lograr que en el año de 1934 la entonces llamada Facultad de Comercio y Administración no desapareciera, ya que por problemas financieros universitarios se tenía pensado no continuar con el proyecto; pero gracias a la intervención de Chavero se logró que no sucediera.
Maximino Anzures Polo (1936-1938) Nació en México, D.F., el 29 de mayo de 1894. Obtuvo el título de Contador Público en la Escuela Superior de Comercio y Administración el 24 de marzo de 1913. Ocupó el cargo de Contralor del H. Patronato Universitario. Impartió las cátedras de Prácticas de Contabilidad, Contabilidad de Ser vicios Públicos, Organizaciones y Administración de Empresas y Seminario. Autor de los libros: Contabilidad general, Administración Industrial y Contabilidad de Costos. Como director llevó a cabo la reestructuración del Plan de Estudios del Contador Público. Falleció el 24 de septiembre de 1954.
José Barra Emparán (1938-1944) Nació en México, D.F., el 16 de enero de 1888. Estudió en la Escuela Nacional de Comercio y Administración donde obtuvo el título de Contador Público en 1906. Fue presidente de la Comisión de Hacienda del H. Consejo Universitario (1938-1940.) Durante su gestión se aprobaron distintos planes de estudio para la carrera de Contador Público Auditor, así como para la recién creada carrera de Contador Público y Actuario. Gracias a su iniciativa logró que nuestra
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institución pudiera ocupar el edificio de Bolívar 51 y, posteriormente, el de Bucareli 131. Recibió importantes distinciones por su labor como académico por más de 30 años. Falleció el 14 de diciembre de 1960.
Alfonso Ochoa Ravizé (1944-1949) Nació en México, D.F., el 16 de agosto de 1913. Obtuvo el título de Contador en la Escuela Nacional de Comercio y Administración en 1933. En el ámbito profesional organizó su propia firma y ejerció la contaduría de forma independiente. Fue el primer director egresado de la hoy Facultad de Contaduría y Administración, lugar en donde inició su docencia impartiendo las cátedras de Prácticas administrativas y comerciales, Aritmética razonada, Contabilidad, Contabilidad de industrias extractivas, Contabilidad de costos industriales y Presupuestos. Por cuestiones políticas internas en la UNAM, en 1948 fue llamado para atender interinamente la Rectoría. Durante su gestión como director de la Facultad encabezó una importante colecta pública para la compra del edificio de Liverpool 66, para que se convirtiera en sede definitiva de la escuela. Fue miembro del Patronato Universitario en 1967. Designado Profesor Emérito en 1974. Ocupó el cargo de presidente del Consejo Directivo del Colegio de Contadores Públicos de México. Miembro del Consejo Técnico, elegido Profesional Forjador del México de Hoy (1975) por el Instituto Nacional de la Juventud Mexicana (Injuve). Un auditorio de la Facultad lleva su nombre. Su busto en bronce se encuentra en la Sala de Profesores Eméritos de la Facultad. Falleció el 27 de agosto de 1992.
Wilfrido Castillo Miranda (1949-1957) Nació en México, D.F., el 1º de febrero de 1909. Obtuvo dos títulos en la UNAM: el de Ingeniero Químico en la Escuela Nacional de Ciencias Químicas, en 1929, y el de Contador Público en nuestra institución, en octubre de 1936. Ejerció su actividad profesional siempre de manera independiente, como auditor, comisario y consultor de 175
diversas empresas comerciales e industriales, así como de instituciones bancarias de seguros. En el ámbito universitario formó parte de la Delegación Oficial de nuestro plantel en el Congreso Mundial de Rectores, celebrado en la ciudad de México en agosto de 1960. Al crearse el Comité para la realización de las obras de Ciudad Universitaria, en 1949, fue nombrado auditor. Comenzó su actividad docente en la Escuela de Comercio y Administración, en 1938, impartiendo las cátedras de Matemáticas Financieras y Seminario. Durante su gestión como director tuvo la visión de crear una nueva carrera: Licenciado en Administración de Empresas, como respuesta a las condiciones que imperaban en el país y la necesidad de las empresas de contar con profesionales expertos en el manejo de las organizaciones. Siendo director se implantó el bachillerato como requisito indispensable para cursar la licenciatura. Asimismo, en 1954, inicia la publicación de la revista Contabilidad y Administración. Fue Presidente del Colegio de Contadores Públicos de México de 1960 a 1962. Representó al Instituto Mexicano de Contadores Públicos y al Colegio de Contadores Públicos de México en las reuniones del American Institute of Certified Public Accountants. En 1956 se le designa Profesor Emérito. Fue auditor de la UNAM en 1960 y miembro de la Junta de Gobierno de la Universidad en 1963. En su honor, la Biblioteca de Posgrado lleva su nombre y su busto en bronce se encuentra en la Sala de Profesores Eméritos.
Arturo Elizundia Charles (1957-1965) Nació en México, D.F., el 13 de mayo de 1922. Obtuvo el título de Contador Público en nuestro plantel, el 25 de octubre de 1946, con la tesis: Proyecto de Organización Contable de la Secretaría de la Defensa Nacional. Fue director de la Facultad durante dos periodos consecutivos. Autor en 1965 de la iniciativa que hizo que la Escuela Nacional de Comercio y Administración de la UNAM se convirtiera en Facultad, al instaurar la División de Estudios de Posgrado con la Maestría en Administración. Durante su gestión fue presidente y fundador de la Asociación de las Facultades y Escuelas de Comercio de la República Mexicana —ahora ANFECA—, con lo que se promovió la creación de escuelas de enseñanza superior de estas disciplinas en el
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interior del país; asimismo, fue presidente fundador de Latinoamericana de Facultades de Comercio y Administración.
la
Asociación
Fue miembro del Consejo Universitario de la Comisión de Presupuestos de la UNAM (1957); Presidente de la Comisión de Vigilancia de la UNAM (1957-1962); Presidente de la Asociación de Facultades y Escuelas de Comercio, Contabilidad y Administración de la República Mexicana; Presidente de la Asociación de Facultades y Escuelas Profesionales de Contabilidad y Administración de América Latina (1965) y Tesorero del Colegio de Contadores Públicos de México (19551956).Miembro de la Junta de Gobierno de 1982 a 1992 y designado Profesor Emérito en 1988. Actualmente el auditorio de Posgrado lleva su nombre y su busto en bronce se encuentra en la Sala de Profesores Eméritos.
Carlos Pérez Del Toro (1965-1969) Nació en Xalapa, Veracruz, el 24 de junio de 1920. Obtuvo el título de Contador Público en la Facultad de Contaduría y Administración el 24 de octubre de 1952. En 1953 impartió las cátedras de Auditoria y Contabilidad. Fue Secretario de la Facultad de 1957 a 1962. Durante su periodo como director, la Facultad ocupó las instalaciones que actualmente tiene la FCA en Ciudad Universitaria. Intervino en el estudio y elaboración del Reglamento de Exámenes Profesionales; llevó a cabo la reestructuración de los planes y programas de estudio de las dos licenciaturas e inauguró las instalaciones de la División de Estudios de Posgrado. Durante su gestión se crearon las maestrías en Administración y Contaduría; se implantó el Doctorado en Administración (Organizaciones). Fue primer Vocal de 1962 a 1964; Vicepresidente de 1970 a 1972 y Presidente de 1972 a 1974 del Colegio de Contadores Públicos de México. Presidente de la Comisión de Vigilancia Administrativa del Consejo Universitario y Presidente de la Asociación de Facultades y Escuelas de Comercio, Contabilidad y Administración de la República Mexicana. Publicaciones: Inflación y consecuencias inflacionarias en las empresas, La Técnica contable y la utilidad gravable para efecto del impuesto sobre la renta, entre otras. Como reconocimiento a su destacada labor, el auditorio principal de la Facultad lleva su nombre. Falleció el 29 de mayo de 1976. 177
José Antonio Fernández Arena (1969-1973) Nació en México, D.F., el 24 de mayo de 1936. Obtuvo dos títulos en la UNAM, ambos con Mención Honorífica: el de Contador Público, el 11 de junio de 1959, y el de Licenciado en Administración de Empresas, el 20 de marzo de 1962. Asimismo, hizo estudios de doctorado en la Northwestern University y especialización en Finanzas en la Universidad de Stanford. Inició su actividad docente en 1960; impartió las materias de Principios de Organización, Administrativa y Contable, Estadísticas Aplicadas al Comercio, Estudios de Mercados y Seminario de Investigación. Dentro de su trayectoria en la UNAM ocupo en 1966 el cargo de Subjefe de la División de Estudios Superiores de la Facultad y, posteriormente, fue elegido jefe de la misma. Durante su dirección se implantó el Plan Modular, en el que los programas de estudio se establecían para cada asignatura: objetivos, contenidos temáticos, materiales didácticos y bibliografía. Este plan fue de corta duración. Asimismo, se aprobó el Sistema Universidad Abierta. Se diseñaron nuevos sistemas de titulación para incrementar la eficiencia terminal de los alumnos y se programaron exámenes profesionales en grupo. Para combatir la deserción se amplió la ofer ta de cursos y exámenes extraordinarios. Durante 1973 se aprueba el cambio de nombre de Contador Público y Licenciado en Administración de Empresas, por el de Licenciado en Contaduría y Licenciado en Administración, respectivamente. En el posgrado, y de acuerdo con las tendencias de la época y estudios propios de nuestra institución y de otras universidades extranjeras, se admitió por primera vez en la División de Estudios Superiores a alumnos provenientes de otras facultades. Fue Presidente de la Asociación Nacional de Facultades y Escuelas de Contaduría y Administración, presidente de la Asociación Mexicana de Escuelas de Graduados y presidente del Comité Latinoamericano de Escuelas de Administración. Autor de tres libros: La Auditoria Administrativa, El Proceso Administrativo e Introducción a la Administración.
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Manuel Resa García (1973-1981) Nació en México, D.F., el 30 de septiembre de 1919. Inició su docencia en 1945. Impartió las asignaturas: Curso de Teneduría de Libros, Contabilidad de Sociedades y Seminario de Investigación. Es autor del libro: Contabilidad de Sociedades. Durante sus dos periodos de gestión se integra la FCA al Sistema de Universidad Abierta, siendo primera en cuanto al diseño de las licenciaturas en esa modalidad. Realizó una reforma integral del Plan de Estudios del 75, que contemplaba nuevamente la seriación de materias lo que dio como resultado que se elevara sustancialmente el nivel académico de los alumnos; asimismo, se suspendieron los exámenes grupales. Se creó el Centro de Informática, la División de Educación Continua, se aprobó el Doctorado en Administración. Fue Contralor de la UNAM (1945-1948), miembro del Comité de Finanzas de la Universidad Iberoamericana, Presidente del Colegio de Contadores Públicos de México (1958-1960) y del Instituto Mexicano de Contadores Públicos (1961-1963) y Director de la Escuela de Contaduría de la Universidad Iberoamericana (19681973). Desde 1967 dirigió su propio despacho profesional. Fue nombrado Profesor Emérito en 1989. Actualmente, el auditorio de la División de Educación Continua lleva su nombre. Su busto en bronce se encuentra en la Sala de Profesores Eméritos de la Facultad.
Alfredo Adam Adam(1981-1989) Nació en la ciudad de México el 25 de enero de 1943. Realizó sus estudios como Contador Público. En el año 2006 obtuvo el grado de doctor en administración en la Facultad de Contaduría y Administración de la UNAM. Inició su labor como profesor de la FCA desde 1970 impartiendo las asignaturas de Contabilidad II y III, Sistemas de Registro, Contabilidad Básica II y III, Auditoria II y Seminario de Contabilidad. Durante sus periodos como director se creó la Licenciatura en Informática, se construyó la biblioteca de licenciatura 179
—considerada la más grande de Latinoamérica en el área contable-administrativa— y el edificio de posgrado; impulsó la difusión de nuestras disciplinas mediante la creación de las revistas Consultorio Fiscal y Emprendedores. Al final de su segundo periodo dejó un importante fideicomiso, mismo que en la actualidad apoya a investigadores y académicos a realizar sus estudios doctorales. Ha ocupado diversos puestos en el sector público: contralor en la SARH y en la Ssa, Coordinador Administrativo en la Auditoría Superior de la Federación; en La iniciativa privada fue director de ventas y finanzas en el Grupo industrial Bacardi. Fue Vicepresidente del Colegio de Contadores Públicos de México A.C. y Vicepresidente de el Instituto Mexicano de Contadores Públicos. Ha recibido numerosos premios y distinciones, entre los que destacan: Maestro Honoris Causa, Universidad de Querétaro; Medalla al Mérito Universitario, Universidad Garcilaso de la Vega, Perú; Medalla al Mérito Académico, Universidad Central de Bogotá. Maestro distinguido 1995 por el Instituto Mexicano de Contadores Públicos A.C. En 1992 fue designado miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM y, en el año 2000, fue nombrado Profesor Emérito. Su busto en bronce se encuentra actualmente en la Sala de Profesores Eméritos.
Salvador Ruiz de Chávez Ochoa (1989-1993) Nació en la ciudad de México, el 8 de diciembre de 1948. Contador Público y Maestro en Administración, egresó de la Facultad de Contaduría y Administración. Fue vicepresidente de la Association for Accounting Education and Research (1992-1997), y representante editorial de Latinoamérica en el Journal of Accounting Education (1994-2000). Fue coeditor del libro México y Corea: Gemelos económicos para el siglo XXI. El C.P. Ruiz de Chávez fue maestro de diversas asignaturas en la licenciatura y en el posgrado, así como investigador y conferencista en eventos nacionales e Internacionales. Se ajustaron los planes de Estudio durante su estancia como director, lo cual hizo que se reforzara la enseñanza de computación e Inglés. Fueron aprobadas las reformas en los planes de posgrado. Impulsó intercambios académicos en el extranjero a través de convenios con distintas universidades de América y Europa.
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José Antonio Echenique García (1993-1997) Nació en la ciudad de México el 23 de septiembre de 1946. Licenciado en Administración y Contador Público egresado de nuestra Facultad; Maestro en Administración (MBA) por la Universidad de Columbia, Nueva York; realizó estudios de doctorado en Investigación de Operaciones en la Facultad de Ingeniería de la UNAM. Profesor desde 1969 fue miembro del Consejo Editorial de la Comisión Dictaminadora, coordinador del Centro de Informática de la FCA y Jefe de la División de Administración de nuestra Facultad. Durante su periodo se inauguró la Extensión de la Facultad en Juriquilla, Querétaro, y se construyó el Edificio de Investigación. Promovió la importancia de la licenciatura en Informática como una de las profesiones básicas dentro del desarrollo de las empresas del país. Vicepresidente de Docencia del Instituto Mexicano de Contadores Públicos. Presidente de la Comisión de Tecnología de la Información de la Asociación Interamericana de Contabilidad (AIC). Autor de varias publicaciones y libros entre los que se encuentran Auditoría en Informática, La Tecnología de la Información en la Currícula del Contador Público 2003 y la traducción del Boletín 11 del International Federation of Accountants (IFAC). Director del Proyecto en México promovido por el IMCP de la certificación del contador en Estados Unidos y Canadá.
Arturo Díaz Alonso (1997-2005) Nació en México, D.F., el 18 de enero de 1945. Es contador público egresado de la Facultad de Contaduría y Administración, maestro en Urbanismo por la Facultad de Arquitectura (con mención honorífica) y licenciado en Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras. Secretario Ejecutivo del Colegio de Contadores Públicos de México, A.C. y fue presidente del Consejo Consultivo de la ciudad de México. Fue fundador en 1994 y primer jefe de la División de Investigación de la FCA (DICAI) y ocupó diversos cargos directivos: Secretario Académico, Jefe de la División de Estudios de Posgrado, Jefe de la División de Investigación, Secretario de la Dirección y Secretario Adjunto. 181
Creó las academias de profesores por áreas del conocimiento; promovió y fortaleció la formación docente; flexibilizó los planes de estudios de la tres licenciaturas al incrementar el número de asignaturas optativas, les dio un enfoque humanista. Entró en vigor un nuevo reglamento de exámenes profesionales con cinco opciones de titulación en la licenciatura. En el posgrado logró incrementar significativamente los índices de obtención de grado. Durante su gestión la revista Contaduría y Administración pasó a ser una revista arbitrada; el Foro anual de Investigación se convirtió de foro nacional a internacional y logró aumentar el número de investigadores que conforman la División de Investigación. Ha recibido numerosas distinciones: Medalla Gabino Barreda; Profesor Distinguido 2003, por el Instituto Mexicano de Contadores Públicos A. C.; Profesor Visitante, de la Universidad Nacional de Asunción República de Paraguay; Profesor Honorario, por la Universidad Ricardo Palma de Perú; Profesor Emérito, por ANFECA; Presidente Honorario de la ALAFEC; recibió la Cátedra Roberto Casas Alatriste y en su honor se creó la Cátedra Patrimonial Arturo Díaz Alonso, en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Es autor de numerosos artículos técnicos en revistas especializadas.
Victoria Ma. Antonieta Martín Granados(2005-2009) Nació el 23 de diciembre de 1944 en la ciudad de México. Contadora Pública por la Facultad de Contaduría y Administración (FCA) de la UNAM, licenciada en Derecho por la Facultad de Derecho de la UNAM; maestra en Administración de Empresas por la Universidad de Tulane, Nueva Orleáns, cuenta con la Especialización en Fiscal por la FCA y es doctora en Administración con mención honorífica por la misma Facultad. Por más de 30 años ha realizado actividades de docencia e investigación, mismas que se han orientado hacia el ámbito fiscal, así como a la micro, pequeña y mediana empresa. Inició sus actividades docentes en la Facultad de Contaduría y Administración de la UNAM en 1974, dando diferentes cátedras en las áreas de contabilidad y derecho. En dicha institución ha ocupado por dos ocasiones el cargo de Jefa de la División de Estudios de Posgrado. Es autora y coautora de trece obras y ha colaborado en trece capítulos en libros. Ha publicado 179 artículos en diversas revistas especializadas en las materias fiscal, 182
legal y financiera. Es Directora Técnica de la Revista Nuevo Consultorio Fiscal y miembro del consejo editorial de diversas revistas especializadas. Se ha desempeñado como investigadora de la DICAI siendo responsable del área de fiscal. Durante varios años ha sido consejera técnica y académica del Consejo Académico del Área de las Ciencias Sociales. Se ha hecho acreedora a numerosas distinciones, entre ellas: Premio Universidad Nacional en Docencia en el área de ciencias económico-administrativas, recibido en 1998, y Presea Sor Juana Inés de la Cruz en 2004. Presidenta de la Comisión de Vigilancia Administrativa de la UNAM; Presidenta de la Asociación Latinoamericana de Facultades y Escuelas de Contaduría y Administración (ALAFEC); Presidente de la Asociación Nacional de Facultades y Escuelas de Contaduría y Administración (ANFECA); Presidenta del Consejo Técnico de la FCA; Miembro del Consejo Universitario; Miembro de los Consejos Académicos de Área de las Ciencias Sociales (CAACS).
12.6. PROFESORES EMERITOS El título de profesor emérito, la Universidad lo ha designado como una honra a aquellos profesores e investigadores que han prestado como mínimo de requerimiento 30 años de servicios
1960 • C.P. Roberto Casas Alatriste 1973 • C.P. Alfonso Ochoa Ravizé 1973 • C.P. Wilfrido Castillo Miranda 1987 • C.P. Arturo Elizundia Charles 1989 • C.P. Manuel Resa Garcia 2002 • C.P. Alfredo Adam Adam 2003 • C.P. Arturo Díaz Alonso
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12.7. INSTALACIONES DE LA FACULTAD La Facultad de Contaduría y Administración ocupa un terreno de 53,746 metros cuadrados dentro del campus Universitario, de los cuales 28,172 metros cuadrados constituyen la construcción de nuestra facultad. Las instalaciones que hoy en día ocupa la facultad esta conformado por dos arquitecturas: el principal y de Posgrado e Investigación. El primero se rige por un eje norte-sur, en cuyos lados están erigidos cuatro edificios destinados a la impartición de clases, que contienen un total de 68 aulas; un edificio administrativo donde se encuentran las oficinas de la dirección y las principales secretarías; un edificio que alberga las oficinas administrativas de las divisiones de Contaduría, Administración e Informática; un edificio de audiovisuales (el cual cuenta con seis salas de proyección con capacidad para 65 espectadores cada una); un edificio correspondiente al Centro de Informática y otro más donde se encuentran las oficinas administrativas y aulas correspondientes al Sistema Universidad Abierta. El segundo conjunto arquitectónico consta de dos edificios paralelos: uno ocupado por la División de Estudios de Posgrado, que posee dos plantas con una distribución similar, basadas en una circulación central que comunica entre sí aulas y cubículos; el otro, utilizado por la División de Investigación. AUDITORIOS Existen en nuestra Facultad siete auditorios donde se celebran actividades académicas, culturales y artísticas: El auditorio principal, ―C.P. Carlos Pérez del Toro‖, tiene una capacidad para 589 personas y es uno de los más grandes y completos de la UNAM. Otros auditorios son: ―C.P. Tomás López Sánchez‖, con cupo para 112 personas. ―C.P. Alfonso Ochoa Ravizé‖, con capacidad para 95; Aula Magna de Profesores Eméritos, con cupo para 49 personas. En Posgrado se encuentran los auditorios ―C.P. Arturo Elizundia Charles‖, con capacidad para 110 personas el Aula Magna, diseñada para 50 asistentes y el Auditorio ―C.P. Manuel Resa García‖, ubicada en la División de Educación Continua, con una capacidad de 74 personas. BIBLIOTECAS Biblioteca ―C.P. Alfredo Adam Adam‖ Considerada como una de las más grandes de su género en América Latina, fue inaugurada el 15 de mayo de 1986. A la fecha cuenta con una colección de más de 76,000 volúmenes que corresponden a 7,000 títulos; su acervo incluye además enciclopedias, diccionarios, manuales, directorios, leyes, memorias etc. La colección de tesis de licenciatura está conformada por más de 20,000 ejemplares. Su hemeroteca la integran revistas periódicas de América y Europa, así como una 184
colección de los principales diarios impresos del país. Los servicios que proporciona a sus usuarios son: préstamo interno, estantería abierta, préstamo a domicilio, préstamo interbibliotecario y fotocopiado. Biblioteca ―C.P. Wilfrido Castillo Miranda‖ Inaugurada el 20 de marzo de 1998 con la finalidad de proporcionar un servicio especializado principalmente a los alumnos y egresados que realizan sus estudios a nivel de maestría, de doctorado y de especialización, y a todos aquellos interesados en la investigación. Esta biblioteca, cuyo nombre responde a uno de los ex directores más prominentes de esta institución, cuenta con 412 títulos de revistas en distintos idiomas y 80 revistas con suscripción vigente. DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO El Consejo Universitario aprueba el Reglamento de la División del Doctorado el 10 de agosto de 1960, pero es hasta el 30 de junio de 1965 cuando el rector, Dr. Ignacio Chávez, anunció que el H. Consejo Universitario había aprobado que a la Escuela Nacional de Comercio y Administración se le diera el carácter de Facultad, a crearse la División de Estudios Superiores. En ese mismo año, siendo director de la facultad el C.P. Arturo Elizundia Charles, se inicia el proyecto para la creación del posgrado y se designa al C.P. Ricardo Mora Montes encargado de llevarlo a cabo. La División de Estudios Superiores inicio sus labores en el edificio de Liverpool 66, Col. Juárez; es ahí donde se imparten las primeras clases de maestría con profesores tan destacados: Manuel Resa García, Arturo Elizundia Charles, Carlos Pérez del Toro, Ricardo Mora Montes, Francisco Velásquez Crespo, entre otros. Debido al movimiento estudiantil de 1968, estas instalaciones se ven obligadas a cerrar y las clases del posgrado se tienen que impartir en una empresa privada: Philips Mexicana S.A. Posteriormente, por un corto tiempo, se muda al Palacio de Minería y, más tarde, se cambia a la que fuera casa de José Vasconcelos ubicada en la avenida de los Leones y calzada de las Águilas, al sur de la ciudad. 185
A partir de 1969 se integra a uno de los edificios dentro de Ciudad Universitaria. Se considera al C.P. Ricardo Mora Montes el creador y desarrollador del proyecto de creación de la División de Estudios Superiores y primer jefe de la División, cuya duración fue de tres años. En 1968, el Lic. José Antonio Fernández Arena ocupa el puesto de jefe de la División. El Lic. Bernardo Salgado Rivera y el Lic. Roberto Du‗Tilli Palmer, quienes junto con el Lic. Fernández Arena cursaron estudios de posgrado en la Universidad de Stanford, razón por la cual los planes de estudio para cursar la maestría y el doctorado, así como algunas técnicas de enseñanza, fueron muy similares a los que se desarrollaban en dicha universidad. Para el periodo 1969-1973 es designado director de la Facultad de Contaduría y Administración el Lic. José Antonio Fernández Arena, motivo por el cual deja el puesto de jefe de la DEP y lo suple en el cargo el Lic. Roberto Du‗Tilli Palmer. De 1973 a 1981 ocupan la jefatura de la división los maestros Joel Sevilla y posteriormente el Lic. Rigoberto González López, quien fue el primer egresado del programa de maestría en Administración el 3 de junio de 1971. En 1975 se otorgó la primera mención honorífica en un examen de grado de la maestría en Administración, al Ingeniero Hernán Augusto Harrsch y, en diciembre de ese mismo año, se inicia el programa de maestría en Formación en Investigación y Docencia. En enero de 1977 se aprueba el Programa de Doctorado en Administración y es coordinado por el destacado profesor del posgrado Noé Osborn. En esa etapa, debido a su alto nivel académico, la DEP cobra gran prestigio y es considerada como la mejor de Latinoamérica. De 1982 a 1989 ocupan la jefatura el licenciado Ricardo Varela Juárez y la maestra Ma. Antonieta Martín Granados; durante esos años se crean cinco especialidades: finanzas, mercadotecnia, informática, recursos humanos y auditoría gubernamental. En 1983 se establece la especialización de Administración de Instituciones de Enseñanza Media Superior. Durante la gestión como director, de 1989 a 1993, del C.P. Salvador Ruiz de Chávez, ocupa el cargo de jefe el C.P. José Sordo Gutiérrez que promueve de manera importante programas de intercambio académico para estudiantes y profesores en el 186
extranjero, donde participan principalmente universidades de Estados Unidos y Canadá. Sustituyen al C.P. José Sordo Gutiérrez el Lic. Jorge Alcotzín Alcázar y al final de dicho periodo el Dr. Fernando Arias Galicia. El Lic. Francisco Javier Laris Casillas ocupa por corto tiempo la jefatura de la DEP, a principios de 1994, y lo sustituye el Dr. José Ramón Torres Solís. En 1994 se inaugura la biblioteca del Posgrado e Investigación y se modifica el Reglamento de Estudios de Posgrado. A finales de 1997, el Dr. Francisco Ballina Ríos es nombrado jefe del Posgrado; bajo su jefatura se incrementa significativamente la matrícula de alumnos tanto de la maestría como del doctorado. El 29 de enero de 1999 se aprueba el Programa de Posgrado en Ciencias de la Administración, conformado por un doctorado único en Ciencias de la Administración y seis maestrías. El Dr. Francisco Ballina Ríos es sustituido por el Dr. Ignacio Mercado Gasca. Asimismo, el 15 de marzo del 2001, se aprueba el Programa de Especializaciones en Ciencias de la Administración, conformado por cinco especializaciones; este programa queda a cargo del Dr. Ricardo Varela Juárez, quien con anterioridad había ocupado el puesto de jefe de la División de Estudios de Posgrado. El 19 de enero del año 2006 es nombrada en el cargo de jefa de la DEP la Maestra Adriana Padilla Morales, quien ha incrementado la participación de conferencistas nacionales e internacionales de gran prestigio académico, lo que ha fortalecido la formación de alumnos y ha enriquecido la vida académica de la facultad.
DIVISIÓN DE EDUCACIÓN CONTINUA A partir de 1971, diversas dependencias de la UNAM se interesaron en realizar actividades que permitieran a los egresados de diferentes profesiones continuar adquiriendo conocimientos con la finalidad de actualizarse y superarse en su desarrollo profesional. Lo anterior dio lugar a la creación de unidades académico-administrativas en las diversas facultades, escuelas, centros e institutos de la Universidad cuyo objetivo principal sería ofrecer programas académicos que les permitieran a los profesionistas mantenerse actualizados, ampliar sus conocimientos y dar continuidad a su formación universitaria.
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Durante el fin del periodo de José Antonio Fernández Arena como director de la Facultad de Contaduría y Administración se hicieron algunos intentos de dar cursos de actualización que fueron coordinados en la División de Estudios de Posgrado. Pioneros en estas labores podemos mencionar a dos destacados académicos: el licenciado Moisés Picazo y el licenciado Efraín Meza, quienes colaboraron en la programación de cursos externos que impartían en empresas públicas y privadas del país. Bajo la dirección del C.P. Manuel Resa García, en junio de 1976, se logra establecer el primer centro de educación continua denominado en ese entonces: Centro de Actualización Profesional en Administración y Contaduría (CAPAC), el cual inicia actividades en un edificio ubicado en avenida de los Insurgentes, al sur de la ciudad; el primer encargado de su operación fue el Dr. Alfredo Amescua Andrade, quien se aboca a programar algunos cursos y talleres principalmente dentro del sector bancario. En septiembre de 1979, el H. Consejo Técnico de la Facultad autoriza la cantidad de dos millones de pesos del Fondo Roberto Casas Alatriste para la construcción de un edificio dedicado exclusivamente a actividades inherentes a la educación continua; así, se decide construirlo en el predio de las instalaciones que fueran sede de la anteriormente llamada Escuela Nacional de Comercio y Administración, ubicada en calle de Liverpool 66, Col. Juárez. Dicho edificio queda totalmente terminado y es inaugurado por el director, C.P. Manuel Resa García; en el mes de diciembre del mismo año. A partir de 1981 asume el cargo de director de la FCA el C.P. Alfredo Adam Adam, quien continúa apoyando la labor de actualización y desarrollo profesional a través de un intenso programa de seminarios, cursos y talleres acordes con las necesidades de las empresas del país.
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En abril de 1982 el CAPAC asciende al rango de división y modifica su nombre por el de División de Educación Continua (DEC), con el que actualmente se le conoce. En ese año es designado el C.P. Jorge Barajas Palomo como jefe de la DEC, quien en concordancia con los avances científicos y tecnológicos del país inicia cursos, seminarios y talleres afines al campo de las finanzas y la administración. Durante el periodo 1981-1989 ocuparon el cargo de jefes de la División, además del licenciado Jorge Barajas Palomo, el Maestro Ricardo Varela Juárez y el Lic. Lino Rodríguez Sánchez. En ese periodo la división se consolida fuertemente y logra estar a la vanguardia como uno de los principales centros de actualización y desarrollo profesional en el país. Asimismo, la DEC empieza a generar importantes ingresos extraordinarios, beneficio económico que la Facultad utiliza para el apoyo de importantes programas académicos. Al finalizar el año de 1989, siendo jefe de la división el Lic. Héctor Dávalos Rojas, dan inicio, con gran éxito, los cursos de Alta Dirección Empresarial, enfocados al desarrollo de ejecutivos de alto nivel pertenecientes a empresas del sector público y privado. A principios de l990, y debido a la aceptación de los programas académicos impartidos, se decide realizar la grabación en videocasetes de seminarios y diplomados para su distribución y venta; esta estrategia de difusión tuvo gran impacto en el ámbito profesional y en el sector empresarial, pues se consideró como una herramienta importante para el apoyo del profesional independiente, así como para el crecimiento y desarrollo de los ejecutivos del sector industrial y empresarial en el país. En el periodo de 1989-1993, estando a cargo la Lic. Mireya Vila Ocaña, aumentaron significativamente las acciones tendientes a incrementar la vinculación empresarial. Lo anterior tuvo como resultado la firma de importantes convenios de colaboración, sobre todo con organismos del sector público. Estando a cargo de la DEC el Lic. Eric Rivera Rivera, en el periodo 1993-1997, aprovechando los avances informáticos y la tecnología de punta existente y a través de la implantación de una infraestructura basada en conexiones de fibra óptica, así como de la adquisición de sofisticado equipo de telecomunicación, inició un ambicioso programa de videoconferencias; así, se transmitieron en el ámbito nacional ciclos de conferencias especializadas en las diferentes áreas del conocimiento, con la participación de destacados profesionistas del ámbito empresarial, así como con la colaboración de académicos de universidades del país y del extranjero. Asimismo, se dio inicio a la impartición de cursos de computación especializados en las disciplinas propias de la Facultad teniendo como sede la
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Fundación Roberto Medellín (antigua escuela de Ciencias Químicas al norte de la ciudad) y el Centro Libanés en el sur. En 1998 es nombrado jefe de la DEC el Lic. Francisco Javier Valdez Alejandre, quien impulsa fuertemente los convenios de colaboración con empresas y crea nuevos diplomados de actualización profesional, lo que provoca un importante crecimiento de los ingresos extraordinarios, del número de alumnos y una fuerte demanda empresarial. Se hace necesario ampliar las sedes ya existentes y se inician cursos en otra sede: la ENEP-Acatlán. Asimismo, se realiza la remodelación del edificio de las calles de Liverpool, dando como resultado el incremento en el número de aulas y la optimización de los espacios para beneficio de los usuarios y del personal que ahí labora. A partir de 1999 se inaugura una extensión de la DEC en el campus Juriquilla. Corresponde la jefatura al C.P. Tomás Rosales Mendieta; le sucede, en el 2002, el Lic. Eric Rivera Rivera; a principios de 2006, el Lic. Adrián Méndez Salvatorio es nombrado jefe de la DEC en Juriquilla. Esta extensión representó la presencia de la Facultad en una de las zonas más importantes, por su riqueza industrial en la República, que es la zona del Bajío. El 10 de enero de 2006 es designada como jefa de la DEC la L.C. Guadalupe Rachide Nacif, quien en el primer año de labor ha logrado incrementar los ingresos extraordinarios a través del aumento de convenios con empresas, principalmente del sector público, de la programación de seminarios, talleres y cursos. Asimismo, continúa trabajando conjuntamente con la Red de Educación Continua de la UNAM para desarrollar y consolidar un modelo universitario de Educación Continua congruente con los principios rectores del Plan de Desarrollo Institucional. DIVISIÓN DE INVESTIGACIÓN
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El Centro de Investigación nació como una necesidad de satisfacer una realidad en la cual se desenvolvían las organizaciones en México. Varios acontecimientos tuvieron que ver con el nacimiento del Centro de Investigación en la Facultad de Contaduría y Administración, principalmente el hecho de que nuestro país no contaba con una administración propia, ya que la mayoría de los libros y casos prácticos que se estudiaban en las licenciaturas propias de la Facultad eran de origen y de autores extranjeros, por lo que en ellos se planteaban casos y situaciones de organizaciones que no tenían una conexión directa con la realidad de las empresas en México. El Centro de Investigación fue creado en 1971; en él se realiza la primer investigación —Perfil del Consumidor en México— por un grupo de profesores del posgrado, encabezado por Adalber to Ríos Szalay. Sin embargo, dicho centro inicia sus actividades de manera formal cuando, en enero de 1974, en un pequeño cubículo ubicado en el edificio del posgrado, bajo la coordinación del profesor Luis de la Os y conformado por académicos del posgrado, como Joel Sevilla, José Luis Mora Castro, Ricardo Solares, entre otros, realizan una importante investigación sobre Procedimientos y control en las organizaciones, trabajo que sentó las bases de la actual reforma administrativa. Posteriormente, se nombra encargado del centro de investigación al Dr. Fernando Arias Galicia, quien se aboca principalmente a la formación de investigadores, capacitando a académicos y estudiantes interesados en las diversas teorías y técnicas de las disciplinas financiero-administrativas. Se comenzó realizando trabajos de investigación que pudieran suplir las teorías importadas de otros países, con la idea de crear otras más apegadas a la idoneidad, características y circunstancias de nuestro país. Al Dr. Fernando Arias le sucede el licenciado Javier Belmares Sánchez.
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Parte importante del Centro de Investigación fue la edición de la revista Contaduría y Administración creada en el año 1956 por el profesor Eduardo Pallares (el nombre original fue Contabilidad y Administración), quien consideró que la Facultad debía contar con un órgano de información que permitiera difundir las diferentes corrientes del pensamiento y las tendencias de carácter científico y social de las investigaciones de los especialistas en las áreas de contaduría y administración acerca de los problemas nacionales. Actualmente esta revista depende del Centro de Investigación. Durante el periodo 1981 1989 el Dr. Francisco Perea Román es el jefe del Centro de Investigación y reestructura su actividad definiendo perfectamente las principales líneas de investigación. Asimismo, se producen libros de profesores pertenecientes a dicho centro, como la maestra Cristina Alba Aldave, el maestro José Silvestre Méndez, Santiago Zorrilla Arena, Alberto de Paz Saldívar, entre otros, y que son propios de las disciplinas que se imparten en la Facultad. En los años de 1989 a 1993 se cambia la estructura del Centro de Investigación y se integra a la División de Estudios de Posgrado, bajo la coordinación del maestro José Antonio Echenique García quien, a su vez, era el coordinador del Centro de Informática de la Facultad de Contaduría y Administración. En febrero de 1994 se logra impulsar de manera importante la labor de investigación y el Centro de Investigación se convierte en División de Investigación (DICAI); se designa al Mtro. Arturo Díaz Alonso como jefe de la DICAI, quien inicia su labor definiendo las áreas del conocimiento propias de la institución; se elabora el Manual del investigador, aumenta el número de investigadores y se realiza el primer Foro de Investigación que reúne a investigadores de diversas universidades de la República. En el periodo comprendido de 1997 a 2005 el Mtro. Jorge Ríos Szalay, nombrado jefe de la DICAI, fortalece la labor de investigación; se aumenta el número de investigadores, se reestructura la revista Contaduría y Administración y se logra que sea arbitrada; el foro anual de investigación pasa de ser nacional a internacional y aumenta la calidad y cantidad de participantes; además, se incrementa el número de líneas de investigación. Asimismo, el Dr. Juan Alberto Adam Siade es nombrado Subjefe de la División de Investigación. En enero de 2007 es designada como jefa de la DICAI la Lic. Reyna Pineda González, quien estuvo por un corto tiempo, ya que el 1 de agosto toma el cargo el Dr. Carlos Puga Murguía, quien da continuidad a las acciones ya establecidas y promueve la formación de los 29 investigadores que integran la división; asimismo, organizó y realizó el XI Foro Internacional de Investigación; realizó los eventos correspondientes a la celebración de los 50 años de la creación de la revista Contaduría y Administración e incrementó el rigor del proceso de selección de los
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artículos que en ella se publican. Al Dr. Carlos Puga le sucede en el cargo el Dr. Sergio Javier Jasso Villazul. SISTEMA UNIVERSIDAD ABIERTA En el año 1972, estando como rector el Dr. Pablo González Casanova, el H. Consejo Universitario aprueba el sistema abierto de enseñanza como una nueva modalidad educativa. La finalidad de este innovador proyecto académico fue extender la educación media superior y superior a un mayor número de personas, con un alto nivel en la calidad de la enseñanza y sirviendo de apoyo a quienes, por diferentes circunstancias, tenían que suspender o interrumpir sus estudios por no poder cursar una profesión bajo el sistema tradicional de enseñanza. El 28 de abril de 1972, durante la gestión como director del C.P. y L.A.E. José Antonio Fernández Arena, es aprobada por el H. Consejo Técnico de la Facultad esta modalidad educativa para impartir la licenciatura en Contaduría y la licenciatura en Administración. En ese entonces se nombra al licenciado Francisco Mendoza Trejo como Jefe de la División de Universidad Abierta, a quien correspondió crear la infraestructura necesaria para su funcionamiento. En 1975 fue designado como director de la facultad el C.P. Manuel Resa García quien designa al licenciado Andrés Paniagua Aduana como jefe de dicha División. Éste emprende la tarea de formar un equipo de trabajo que se encargue de la elaboración de materiales didácticos (guías de estudio y prácticas), herramientas indispensables para los alumnos inscritos en esta nueva modalidad. Con este proceso dan inicio las primeras actividades del Sistema Abierto de enseñanza con un grupo de 25 alumnos y 21 asesores. Las licenciaturas que se impartieron fueron Contaduría y Administración, ambas con un mismo tronco común. A finales de este periodo, fue nombrado jefe de la División el C.P. Nicolás Ballesteros Inda, quien continúa con los planes propuestos por su antecesor, optimiza recursos y logra avanzar y adaptar las nuevas necesidades pedagógicas que requiere el sistema. Siendo director de la Facultad el C.P. Alfredo Adam Adam, el C.P. Ballesteros Inda continúa al frente del SUA. En ese periodo se fortalece el proceso de enseñanza 193
aprendizaje y se inicia la elaboración de material didáctico especializado por parte de los tutores; se producen y publican libros de texto en las diversas áreas del conocimiento y comienza la programación y realización de cursos de actualización dirigidos al grupo de tutores que conformaban la planta docente del SUA. Al ser nombrado director el maestro Salvador Ruiz de Chávez, se designa como jefe de la División al licenciado Silvestre Méndez, quien modifica su estructura orgánica al crear diversas coordinaciones de operación; asimismo, se abre un centro de documentación cuya finalidad era reunir en un solo espacio el material didáctico elaborado desde la creación del SUA. Durante el periodo del M.B.A. José Antonio Echenique García se le confiere la jefatura a la L.A. Carmen Nolasco Gutiérrez, quien logró extender el SUA al exterior, mediante la celebración de convenios con importantes empresas del sector público y privado. El 14 de noviembre de 1994, con la presencia del entonces rector, José Sarukhán Kermez, se firma el primer convenio con el grupo financiero InverMéxico (Banco Mexicano) al que se inscribieron 55 alumnos; a este convenio le siguen el celebrado con Petróleos Mexicanos (Corporativo Financiero) y el de Aseguradora Hidalgo, S.A. Lo anterior representó una etapa de gran importancia para el desarrollo del SUA, ya que la Facultad de Contaduría y Administración fue pionera en la realización de convenios de ese tipo dentro de la UNAM; posteriormente, el L.A.E. Andrés Moreno Ocaña fue nombrado Jefe de División y continuó con los convenios ya establecidos anteriormente. Durante su gestión se dio inicio a la impartición de la licenciatura de Informática bajo el sistema abierto. En los últimos meses la jefatura es ocupada de forma interina por el licenciado Jorge Álvarez Anguiano Al llegar a la dirección el maestro Arturo Díaz Alonso es nombrado jefe de la División el licenciado Alfredo Díaz Mata, con quien inicia una nueva etapa en la que se impulsa la producción de material didáctico elaborado por los profesores del sistema, acorde con las necesidades de las empresas. Así, se incrementa el material del Centro de Documentación. En el año de 1999, el SUA da un cambio importante al echar a andar nuevos proyectos auspiciados por DGAPA (Proyectos PAPIME) como Universidad en Línea, Asignatura en Línea, Banco de Reactivos. Éstos surgen con el propósito de incorporar al SUA tecnología de punta para implantar otra alternativa de asesoría que haga posible la realización del proceso de enseñanza-aprendizaje desde cualquier lugar que tenga acceso a Internet. A partir del 15 de noviembre del 2001 (durante el segundo periodo del maestro Arturo Díaz Alonso), la maestra Gabriela Montero Montiel fue nombrada jefa del SUA; bajo su administración se continuó apoyando los proyectos anteriores y se incorporaron nuevos proyectos.
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Universidad en Línea se incrementó a 166 grupos, el Banco de Reactivos se incrementó a 19,954, las Guías de Estudio se incrementaron de 57 a 64 y los Tutoriales de 13 a 20. Se continuó con los convenios de colaboración de las empresas y con las asesorías a las escuelas como a la Universidad Latina y Americana de Acapulco. El 3 de noviembre de 2005 es nombrado jefe del SUA el licenciado Félix Patiño Gómez; a través de su administración se ha incrementado la producción de material didáctico y se ha logrado apegar el sistema abierto a las nuevas tecnologías y sistemas de informática.
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