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Hogares de Esperanza
Hogares de Esperanza nº 14. abril, 2009. Ed. española
Edita: Hermanos Maristas de Rumanía. Centro “San Marcelino Champagnat”
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! t a i v n Î a s ! o t o s d i a t Cr i c u s e r a h o rist
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VIDA, mucha vida...
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n el centro de San Marcelino de Champagnat en la actualidad viven 32 niños, que han llegado, unos después de ser abandonados y haber pasado por varias instituciones del Estado y otros escapando de malos tratos, de pobreza extrema y de condiciones que garanticen el disfrute de los derechos de cualquier niño. Es un centro lleno de color, de risas y de vida. A quienes vivimos en Bucarest cada año nos sorprende el milagro de la primavera. Basta unos días con unos pocos rayos de sol y con las temperaturas sobre cero para que se produzca toda una explosión de vida. Es claro que se nos anuncia que el invierno ha pasado. El gris de las plantas quemadas por el hielo, deja paso al verde de la hierba y las nuevas plantas que “renacen”. Las yemas de los árboles rompen y manifiestan toda la vida en potencia que tenían, en sí mismas, en los tiempos de heladas, la nieve y el frío. Hay una eclosión donde cada árbol y cada planta visten sus mejores galas. Es la primavera, que llena todo de vida. A medida que pasa el tiempo, quienes estamos en el Centro “Sf. Marcellin Champagnat”, tenemos la sensación de estar en una “primavera permanente”. Constantemente nos sorprende la vida, la mucha vida, que los más jóvenes moradores del centron tienen. Hemos constatado como sus llantos y enfados se han transformado en risas y alegrías. También sus reticencias y faltas de referencias han dado paso a la confianza y a considerarse en su propia casa. Sus prolongados silencios, llenos de miedo y de fantasamas, se rompe, cada vez con más frecuencia, al contar cosas de su pasado, al manifestar sus ansias de un futuro digno y al expresar su satisfación por lo que están viviendo.
Hogares de Esperanza Los amigosque nos visitan se sorprenden más que nosotros de la vida, la mucha vida, que tienen y expresan los niños y las niñas. “¡Cuánto han cambiado! ¡No son los mismos!” nos decía hace poco Giuseppe Sacchetti, un ingeniero italiano que ha supervisado todas las obras que hemos realizado en el centro. Todos quedan sorprendidos por la cercanía, la naturalidad y la rapidez con la que los chicos y las chicas les reciben. Pronto descubren que la afectividad la llevan en su propia piel. Aún recuerdo como Ana y Lucila se sorprendian por el exito que tenian entre los niños y las niñas el juego de “sube la hormiguita...” Recuerdo la expresión de Marcel después de su primera visita a los niños, donde pasó de ser entrevistador a ser entrevistado, “¡si son chicos normales!”. Como niños y niñas la vida les sale por cada poro, en el juego, en las risas, en sus enfados, en sus bromas, en sus demostraciones y demandas de afecto y cariño. Marcel lo expresa en el mensaje que nos transmitió después de estar una tarde con los niños en el centro: “Esta tarde modesta y fría de principios de primavera me ha parecido vivir en una habitación del barrio de Militari otro de esos momentos que pueden salvarnos. Un grupo de personas de muchas edades y circunstancias me enseñan una vez más que siempre habrá algo por lo que vivir. Que aunque muy pocas veces, es posible encontrar lo bueno, lo bello y lo verdadero.” Los hermanos que llevamos el centro expresamos nuestra satisfacción y nuestra gratitud por la vida, la mucha vida, que nuestros chicos y chicas comunican. Para nosotros todo lo que recibimos son auténticos regalos que el Buen Dios y la Buena Madre nos hacen. Somos muy conscientes que es un privilegio el compartir nuestra vida con estos chicos y chicas. El vivir con ellos y ellas nos exige no sólo ser hermanos si no sobre todo ejercer de hermanos. Juan Carlos Sanz.
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la venta de la niña
http://blogs.periodistadigital.com/cronicanegra.php/2009/04/02/tres-detenidos-compraventa-bebe-mendigo-0987
Tres detenidos por la compraventa de un bebé por 2.000 euros para utilizarlo de mendigo.
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a noticia es reciente. De este mes de abril, día dos. “Una familia rumana que se encuentra en un pueblo de Valladolid, de nuestra España, vende a su hija de un año o poco más para ser utilizada en la mendicidad por sus compradores”. Sin duda que todo aquel que tenga una miaja de sensibilidad humana y social le salta a la vista tamaña brutalidad. Un niño, una persona inocente, convertido en un producto de mercado, como si fuera un traje o un sacos de patatas. Me quedé parado delante del ordenador y volví a leer la noticia dos, tres … no sé cuantas veces. Y no era porque no me la creyera o no lo entendiera. Desde el titular hasta la última letra sabía muy bien de que se trataba. Pero es que en ese momento empezaron a sonar en mi interior una voces tan fuertes que atronaban, mis sentimientos gritaban . Era el
recuerdo de nuestra Dorina. Ahora con sus once años , llena de vitalidad y con una enegía desbordante, a punto estuvo de correr la misma suerte en los primero días de sus existencia en este mundo. Creo que mi corazón perdio el ritmo. Me sentí como en medio de un gran conflicto. Todavía hoy me suena en los oidos el relato que su madre nos contaba a la Asistenta Social y a mi en su propia casa. Nació la niña y su padre, un joven, no quiso reconocerla como suya, era un estorbo, le complicaba la vida, mejor desacerse de ella. Pero un tío del padre, un hombre más mayor, más astuto, más interesado, con muy mala idea. le dió su apellido y la reconoció. La única finalidad era poder vendarla al mejor postor en la primera oportunidad que tuviera y así sacar un dinero de la venta. Así de corto y así de duro. Una inocente hecha marcancía por unas personas sin escrúpulos. Así era su propia familia. La madre nos hablaba sin sentirse embargada por ningún sentimiento. Mientras tanto yo tuve que disimular, como pude, para poder secarme las lágrimas que corrian por la mejillas.!Qué situación más dura!La Asistente Social y yo nos mirábamos y no dábamos crédito a lo que estábamos oyendo. Y pensar que Dorina podía haber estado Dios sabe donde.. Reducida a la miseria más atroz .!Qué duro! Cuando volví al centro lo primero que hice fue entrar en su casa y darle un beso. Ella no sabía por que. Yo no se lo podía explicar, salí rápido porque
otra vez los ojos se me llenaron de lágrimas. Asta aquí el relato de los hechos. Dos palabras más para decir: que me parece una maravilla ver a esta niña en nuestra casa, en medio de más niños , divertirse, trabajar. Hacer sus tareas escolares. Verle como va rompiendo las barreras que le limitaban. Es un privilegio acompañarla en su crecimeinto, viendola hacerse persona y mujer. Este es nuestro cielo aquí en la tierra. Ser alternativa al mal, ofreciendo el bien. Apuntar al sol cuando todo es obscurisdad. Señalar al arcoiris en medio de la tormenta. Hacer brotar vida en el más crudo invierno. !Qué Dios y María nos ayuden a no desfallecer! Que cuando Marcelino Champagnat ponga aquí sus pies nos anime a vencer el desánimo y cuando perezca que no merece la pena seguir nos dé la fortaleza de la esperanza. La historia de Dorina y la de todos nuestros niños nos impulsan y nos estimulan. Hasta pronto. Antolín Santos Illana
¿Qué se puede decir de una noticia como esta ? La sociedad ha perdido unos valores, que en otros tiempos tenía, sea por educación religiosa o por los motivos que fuesen. Ahora los niños estorban, a los que tienen dinero, y quieren una vida cómoda, pues un niño dá mucho trabajo y supone gastos, y entre los pobres pueden suponer un beneficio ecónomico, asi se convierten en mercancia, triste,triste, para todos nosotros, para toda una sociedad sin valores. Jesús Mari e Itziar. Bilbao
AL HILO DE LA NOTICIA
PÁGINA VUESTRA
4 Mi madre decía: “Hay cosas que no sólo no se deben decir, sino que no se deben ni pensar”.La cruda realidad de vender a un hijo, es algo que no sólo se piensa y se dice, sino que se hace. Ante ella, podemos reaccionar condenando con nuestros pensamientos, palabras y acciones, aunque quizá fuera mejor pensar qué clase de sociedad estamos creando que genera esta clase de comportamientos; decir basta a un sistema que provoca exclusión pobreza y marginación; y hacer, sobre todo hacer, algo para contribuir a que este tipo de realidades dejen de existir. Humberto. Bucarest
Nuestro amor por los demás sufre una invitación permanente a ir siempre a más, a no considerar que ya está todo hecho, aunque cuando dimos nuestro mejor. La meta? El amor de Dios hecho persona en Cristo muerto y resucitado: ¿Puede una madre olvidarse de su criatura, dejar de querer al hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvide, yo no te olvidaré» (Is. 49,15) Antonio Leal. Lisboa El hambre, la pobreza, la falta de trabajo, etc. están generando estas locuras…¡Eduquemos en valores, y no transmitamos tanto el contravalor del tener y del poder, que es lo que genera tanta ambición y egoísmo!. Exijamos a los gobiernos para que todas las familias puedan acceder a la escuela, a la educación y que dispongan de los recursos básicos para su desarrollo. Alicia Martel Almeria
Hogares de Esperanza Situaciones tan inhumanas como ésta verdaderamente “claman al cielo”. Todos nos echamos las manos a la cabeza y pensamos qué será de una criatura marcada, nada más nacer, por esta atmósfera tan obscena y sórdida. Últimamente me pregunto más por los padres del bebé: ¿cuánto sufrimiento y desarraigo tiene que llegar a vivir alguien para llegar a vender su dignidad como persona hasta ese punto? No creo en una sociedad de buenos y malos, ni en historias de culpables e inocentes... Todos los personajes de este relato me parecen vícitimas. Fernando Alés. Huelva.
Es lamentable, que unos padres vendan a su hijo, ¿por qué se llega a esto? Últimamente hablamos de crisis mundial, muchos se refieren al derrumbe del mercado inmobiliario, al desplome de la bolsa o a los problemas económicos de los parados. Hay crisis económica, pero no es la única, también hay una crisis moral, de valores y una pobreza de espíritu muy extendida. El valor del dinero cae, pero cae también el valor que muchos dan al ser humano (el que se dan a sí mismos y el que dan a los demás). ¿Podemos cambiar eso? ¡Tenemos que intentarlo! Maria de Lucas. Guadalajara
Noticia: Dónde empieza una responsabilidad? Aunque nunca dejen de ser víctimas, en algún momento condenan a otros. Honor y gratitud a quienes se esfuerzan por romper el círculo. Marcel Gascón. Bucarest ¡Pobre humanidad que ha perdido sus valores humanos!! Que tengamos que vender a nuestros hijos para vivir! Buscamos nuestro bienestar a costa de los demás. ¿Quién es mi prójimo? Con la misma medida que midiereis.... Alipio Llorente. Lo que pienso es que Burgos
cosas de ese tipo son el fruto de una gran degradación material y moral. Por otro lado, tengo confianza en los que hacen del compromiso hacia los niños desfavorecidos su trabajo y su misión. Sara Panciroli. Roma
Yo creo que la culpa no es toda de la madre que lo vende, ni tampoco toda de los dos rumanos que lo compran para dedicarlo a la mendicidad. Es culpa de la sociedad en que vivimos, carente de valores positivos, y que entre todos hemos creado. Antonio Garcia. Madrid
¿Qué hay que hacer para despertar a una sociedad anestesiada? Que se ha acostumbrado a asumir como inevitables las mayores barbaridades, que cierra los ojos ante el sufrimiento de los más débiles, que en la crisis global ha perdido hasta la sensibilidad,... Seguid trabajando para que despertemos todos de esta modorra generalizada. Andrés Gil. Bilbao.
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Religiosos españoles luchan contra el abandono infantil en Rumanía
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En el centro de San Marcelino de Champagnat viven 32 niños, además de cuatro religiosos maristas españoles, 12 educadores contratados y seis voluntarios rumanos. Han llegado después de ser abandonados y haber pasado por varias instituciones del Estado, escapando de los malos tratos, la pobreza extrema y las condiciones de insalubridad más atroces. EFE. Bucarest
os religiosos maristas españoles acogen, cuidan y vigilan a los niños abandonados o desatendidos por sus familias en un centro que dirigen desde 2006 en la periferia de Bucarest. En el centro de San Marcelino de Champagnat viven 32 niños, además de cuatro religiosos maristas españoles y seis voluntarios rumanos. Han llegado después de ser abandonados y haber pasado por varias instituciones del Estado, escapando de los malos tratos, la pobreza extrema y las condiciones de insalubridad más atroces. Junto a los religiosos hay otras 12 personas contratadas que colaboran en el trabajo educativo. Es un equipo amplio desde donde se busca abordar toda la complejidad del proceso educativo de los niños que de entrada ya tienen un deficit de cariño de su propia familia. El pasado mes de diciembre, Traian, de 11 años, volvió a ver a sus padres. Ni siquiera les recordaba, porque no los veía desde que tenía cuatro años. Poco antes, un muchacho de 17 años se había presentado en el centro San Marcelino, en el que vive Traian, preguntando por el niño. Era su hermano, y gracias a su interés Traian pudo reencontrarse con su familia natural. Desde entonces, Traian y los cuatro maristas españoles que llevan el centro han descubierto que el niño tiene seis hermanos. Dos de ellos han sido acogidos por los maristas debido a la situación de abandono que sufrían. Una hermana vive en la calle y no tiene contacto con la familia. De los otros dos, sus padres desconocen el paradero, y ni siquiera entran en sus cómputos cuando alguien les pregunta cuántos hijos tienen. La situación de pobreza y de desarraigo social convierten el abandono y la desatención infantiles en prácticas corrientes en los segmentos más desfavorecidos de la población rumana. Autoridades públicas y fundaciones, ONG e instituciones privadas como el centro San Marcelino de Champagnat luchan por buscar una salida digna a casos como el de Traian. “Intentamos darles un medio lo más parecido posible al familiar. Le enseñamos hábitos de limpieza y estudios que desconocen, y un trato humano que muchos no han visto nunca en sus familias naturales”, explica el hermano Juan Carlos Sanz, uno de los maristas del centro. Progresos evidentes Los progresos de los niños en el centro son evidentes. “Acuden a terapias psicológicas y se acostumbran al nuevo medio. A los pocos meses juegan y se relacionan con normalidad, y hacen los deberes todos los días”, añade Santos.
Hogares de Esperanza Pero algunas veces esos progresos se frenan bruscamente. Una de las premisas de la política del Estado es intentar la vuelta de los niños separados de sus padres con familiares de primer o segundo grado que estén preparados para acogerlos. “Las condiciones que han de cumplir los familiares son muy laxas. A menudo basta con que obtengan un sueldo, aunque sea muy bajo, y haya voluntad por las dos partes”, afirma Antolín Santos. Hasta el momento, los hermanos maristas se han opuesto a todos los casos de reintegración que han tenido en el centro, por considerar que el ambiente familiar que esperaba a los niños no cumplía los requisitos mínimos. “Por desgracia, la experiencia nos ha dado la razón, pero no tenemos poder para decidir”, afirma su compañero Juan Carlos Sanz. “Chicos que iban a la escuela con regularidad han dejado de ir a clase. Algunos han vuelto a recibir malos tratos, han vuelto a mendigar en la calle y a vivir en la insalubridad que dejaron al entrar al centro”, afirma. La sensación de extrema vulnerabilidad es una característica común en todos los niños del centro. “Después de haber sido abandonados, algunos han pasado por dos o tres instituciones del Estado. Cada cambio es para ellos como un nuevo abandono”, explica Santos. Pese a las penalidades sufridas, esperan con impaciencia las visitas de sus familiares. “Viven en un estado de espera permanente”, explica Sanz. El pasado agosto la madre de Dana le prometió que iría a verla al centro el dos de septiembre. La niña tiene diez años y lleva dos en el centro. En septiembre estuvo desde la mañana nerviosa y excitada. No quiso salir al parque con el resto por si llegaba su madre. Pasó el día asomada a la ventana, anunciando jubilosa a todos que venía su madre desde Italia. Se hizo de noche y la madre de Dana no había aparecido. Triste pero esperanzada, le dijo a Juan Carlos desde la ventana de la mansarda: “no ha venido al centro, pero hace un ratito he visto en el cielo el avión en que mamá venía desde Italia”. http://www.heraldo.es/index.php/mod.noticias/mem.detalle/idnoticia.41884
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un niño, un hogar, amor... U
na gran mano con sus cinco dedos se presenta como una valla insalvable. Anula, casi por completo, al pequeño que está destrás. En la mano derecha del pequeño un tridente de gladiador. Está pidiendo poder vivir. Desafia a la valla. Pide justicia ¿Qué derecho tienes tú para ponerme freno, para taparme? En su mano izquierda un osito. Es la cara amable de la foto. Es el juego, es pedir , por favor, déjames ser niño. Esá diciendo: tú no me vas a quitar la felicidad interior. La valla está fuera de mi. Yo soy más que tú valla.
Antolín Santos, Bucarest.
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onozco al crío, aunque tega la cara tapada... Lo he reconocido al instante... Tiene para mí un nombre, una historia y hasta algunos recuerdos compartidos. Y siempre la sensación de estar ante alguien desconcertante. La mano me habla de barreras, de lo que me separa de él: quizás sus miedos y también los míos. Las heridas que tuvo en su infancia; también las que yo no supe curar en mí mismo. Por un lado, los traumas yo no entenderé del todo porque nunca viví algo así... Por el otro, un fondo común de fragilidad que, en algún momento, fue punto de encuentro... Fernando Ales. Huelva.
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ienso que este niño está teniendo las oportunidades que tanto, las niñas como los niños deberían tener; su desarrollo y educación son vitales para sentirse felices en su entorno. El peluche que tiene en sus manos puede indicarnos el cariño, su bienestar y calidad de vida. En el cuidado que prestemos a las niñas y a los niños, reflejamos el modelo de sociedad que estamos construyendo para el futuro
Alicia Martel Almeria
Niño sin hogar familiar ha encontrado una casa, unas personas, una nueva vida... ¡Tengo que luchar! ¡Necesito comer, disfrutar de mi infancia! ¡Quiero vivir! Necesito luz en mi ocuridad... Alipio Llorente. Burgos
UN NIÑO, UN HOGAR, AMOR, PROTECCION, SEGURIDAD. POSIBILITAMOS UNA SOCIEDAD MEJOR, NOS RECONCILIA CON NOSOTROS MISMOS. Jesús Mari, e Itziar. Bilbao
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Esta foto me provoca como un sentido que el niño es un “objeto”, que no hay la aceptación integral de todo su ser, de su pensamiento, de sus sentimientos, su personalidad (representados, para mi, de sus ojos, a los cuales les impide de ver) , si no solamente da una parte del el, la parte que puede servir a mi, adulto…El utilizo de sus necesidades mas profundas (representadas por el pequeño león con el tenedor) de nutrición de amor, de seguridad, de confianza, para dirigir el niño a hacer no que es el bueno para el si no mis objetivos. Angela Petenzi Roma
Aunque le tapes los ojos. Es un niño. Y los niños no saben de barreras y dificultades. Los niños sólo saben jugar, mirar, reír y ser felices. Es un niño. Nadie le podrá quitar su alegría. ¡Que todos saquemos fuera el niño que llevamos dentro! Isaac Lara. Madrid
He visto la foto y lo que más me llama la atención son los ojos del niño. Lo único que veo es el ojo que asoma entre dos dedos, detrás de la mano, y que expresa confianza. Antonio Sanz Badajoz La fotografía provoca una sensación de incomodidad. Evoca el juego y la atención, como prerrogativas connaturales a la condición de la infancia, y al mismo tiempo la negación de la identidad del niño, es decir la negación de sus prerrogativas. La foto representa bien la contradicción en la que viven hoy muchos niños, cuyos derechos fundamentales son constantemente negados. Sara Panciroli Roma
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celebramos la PASCUA
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l día 19 de abril los cristianos ortodoxos han celebrado el día de la Resurrección de Jesús. La Pascua es la fiesta de las fiestas que los cristianos celebramos, En Rumania se vive con una especial intensidad. Es una celebración fundamentalmente familiar. Los chicos y las chicas del centro que tienen alguna vinculación familiar se marchan a casa a celebrarla. Así de los 32 chicos y chicas que tenemos en el centro han quedado 13. Alín a las puertas de sus 15 años a la conclusión de la Pascua dice: „Hemos sido una gran familia y juntos hemos celebrado la Pascua.. Son conscientes de que es una fiesta religiosa. Mariana una cria vivaracha de 11 años dice: „Pascua es una fiesta cristiana en la que celebramos la Resurrección de Jesucristo” .
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Hogares de Esperanza La Pascua se inicia a las 00,00 horas del domingo. Si hay un día en que todos los rumanos llenan todas las iglesias, ese día es la „Noche de Resurrección”. El acto de „recibir la luz” es uno de los momentos fundamentales. Esa luz se lleva a casa, al cementerio, a los enfermos… Cuando termina el acto las calles que circundan las parroquias se convierten en verdaderos ríos de luz. Samira a sus 14 años al comentar su experiencia de Pascua dice: „Hemos ido a la iglesia y como eramos mucha gente la celebración se hizo fuera, Se ha leido el Evangelio, hemos cantado: „Hristos a Înviat…” y hemos encendido nuestras velas, también hemos recibido el pan bendecido.” Con la luz encendida también nosotros hemos vuelto a casa donde los trece niños, dos educadoras y los hermanos hemos festejado como familia la Resurrección. Stefania nos comenta „Se empieza „ciognind” (chocando) huevos pintados diciendo: „Cristo ha resucitado” y responde el otro: „es cierto, ha resucitado” el que no se rompe sigue compitiendo. Robert, con su aire abstraido completa: „También comimos pasca y cozonac” y de forma atropellada Alexandra, la más pequeña del grupo, dice „y cantamos Hristos a Înviat” Los niños y niñas durmieron hasta las 10 de la mañana en que se fueron despertando, les esperaba un desayuno festivo, antes de ir de nuevo a la iglesia. Gabi con sus 11 años se explica asi: „estuvimos de nuevo a las 12,00 de la mañana en la iglesia para participar en el „Canón de Resurrección”. Al volver a casa los chicos se enteran con gran recocijo que comeremos en el patio: „Nos ha gustado que hemos comido todos juntos en al aire libre” dicen a duo Eliza y Georgiana. Remus todo un adolescente sentencia: „muy buena la comida, pero lo mejor de todo el cordero”. Y cierra el tema Adrían con su dicho: „os dai cuenta: nos hemos juntado toda la familia a la mesa”. Y es cierto que los niños junto con los educadores y con los hermanos celebramos juntos la Resurrección de Jesús. Un año más celebramos junto a los chicos y las chicas uno de los fundamentos de nuestra fe. Un año más constatamos que nuestros chicos y chicas tienen necesidad de Resurrección y que aún tienen espacios que necesitan de la LUZ. Un año más celebrando la Pascua, junto a los niños y niñas, nos sentimos más familia y nos sentimos más hermanos, Juan Carlos Sanz
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George Lupaşcu,
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on sólo 25 años, George Lupaşcu tiene nueve niños, la mayor de ellos tiene 15 años. En el 2008 además de matricularse en la Universidad, donde estudia Administración Pública y Derecho (Universidad Spiru Haret), va a ser como un padre para los niños abandonados y sin familia del Centro S. Marcelino Champagnat de Bucarest. Ha venido del trabajo pasadas las ocho de la tarde muy cansado, después de una jornada de responder a un montón de llamadas telefónicas. Desde hace algunos meses trabaja como operador telefónico para una empresa italiana de apuestas deportivas por teléfono.
Una noche de trabajo En el centro de acogida para menores S. Marcelino Champagnat, donde figura como voluntario residente, tiene su residencia desde finales de septiembre de 2008, que vino a estudiar a Bucarest. Acabamos de entrar en su habitación y ya el educador, que termina su jornada, llama a la puerta y junto con las llaves de la casa le deja el cuidado de los nueve niños. George nada más saludar a Adrián, su compañero, se pone a comprobar rápidamente algunas cosas en internet y cambia su camisa granate, que arroja sobre la cama. Con las llaves en la mano, baja despacio las escaleras y comienza su entrada en el mundo de los niños. Aún no estaba terminada la limpieza. Ningún niño se había duchado. Algunos tenían que leer y terminar los deberes de la escuela. Otros estaban castigados y se tenían que acostar antes de la hora. Los ojos castaños de George casi se cerraban por el cansancio, pero se frotaba insistentemente con la mano
voluntario con
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niños
con la esperanza que permanecieran abiertos al menos hasta las diez, cuando todos los niños estarán ya acostados. Se despierta a las seis de la mañana y, después de ocho horas ininterrumpidas de trabajo, debe hacer frente, también, a estos crios y a sus problemas. En presencia de “Georgica”(nombre familiar), los niños intentan terminar rapidamente la limpieza de la noche y apenas discuten lo que les dice. “A mí me discuten, todo, pero a él muy poco”, dice su compañero de habitación y de carrera. De hecho, no comparte solo habitación con Adrián. Subrihidi, el hamster regalado por , su novia, vive con los dos en un espacio en el que domina la pasión por el fútbol: junto a la cama de George cuelgan, siempre arrugadas, dos banderas de color rojo-azul. Cuando llegan los triunfos del Steaua, esas piezas de tela se extienden triunfadoras sobre las dos ventanas de la habitación.
Educación y cuidado Como cada uno de los niños sabe lo que tiene que hacer y en la casa hay un ambiente tranquilo, George se pone a hacer que los dos pequeños quee están en segundo terminen con la lectura. Se sienta en una mesa de la sala de estar con uno a su derecha y el otro en frente. La televisión está puesta, hay un programa de dibujos animados que una niña sigue con atención. El cuento de hoy: Aladin y la lámpara maravillosa. El que está a su derecha empieza con el título “-A-la-di-na. Aladina!” dice. Apoyada la cabeza en la mano izquierda, George le corrige sin levantar el tono de voz. “Eh, ... ¿dónde ves una “a” después de la “n”? - A-la-ni-n! A-la-di-na! ¿Dónde ves la “a”? -pregunta un poco irritado. -A-l-a-d-i-n. A-la-din. Aladin! -¡Así! repite de nuevo. -¡Aladin! -¡Otra vez! -¡Aladin! -repite alegre el niño. -¡Ah! Has necesitado diez minutos para leer el título del libro -exclama George, levemente irónico por lo que le ha costado leer el título del mencionado libro. -Subete a la habitación y dúchate!, -le dice al pequeñajo a la vez que le acaricia el pelo sonriéndole. -Es importante saber cómo trabajar y estar con ellos -dice él. ¡No es ningún secreto! Sólo se
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necesita tener paciencia. Creo que todo depende de la persona y su carácter, de todo lo que siente y vive. Esto para mí no es nuevo, ¡sinceramente! He pensado que podría hacer algo por los otros, aparte de hacer mis obligaciones. He trabajado en otra ocasión con niños y me gustó. Si no me hubiera gustado, seguramente, ahora no estaría aquí -termina así, porque ha ido a ver que es lo que hacen el resto de los crÍos por la casa. Sube las escaleras y entra primero en la habitación de los chicos mayores. De allí va al baño que utilizan. Al mismo tiempo llama a uno de ellos para que venga a recoger sus chancletas. Después va a la habitación de las chicas, en la que comprueba si los armarios están en orden. Baja a buscar a una “señorita” para que ponga en orden su armario. Al final, se acerca, también, a la habitación de los tres pequeños. Comienza la verificación de las mochilas y de los uniformes, envía a uno a la ducha, bromea con el otro y al tercero le hace cosquillas por los hombros. Intenta siempre estar tranquilo, jovial y abierto a la comunicación con los niños. Incluso en los momentos en los que le provocan y enfadan tanto que hasta llega a a gritarles y castigarles, en su voz y en sus ojos cansados se puede, también, observar el cariño que les tiene. Cada noche, George se mueve en una carrera continua. ¡Arriba, abajo! ¡Sube, baja! Te cansas solo con verle en permanente movimiento. -Apenas terminó, me ducho y me meto en la cama..., suspira sentado en posición pensativa en la escalera que sube hasta “la mansarda” (desván preparado como sala de usos múltiples)Forzado a tener un trabajo para mantenerse economicamente, con nueve niños que le piden atención día y noche, George ha llegado a descuidar bastante la facultad. “La
vida de estudiante para mÍ está en un segundo lugar. Digamos que hago universidad sólo con inteción de tener un mejor futuro”. Siendo un apasionado del fútbol su gran deseo es moverse y actuar en el mundo del deporte. “Tal vez como dirigente de un club de fútbol o como empresario deportivo” -confiesa él. Tiene grandes planes para el futuro, en tanto que la facultad no es más que otro paso hacia su realización profesional soñada. Mientras ésta llega, ayuda a estos niños y niñas a encontrar un puesto en la sociedad y aspirar a un funturo mejor y más digno.
Recompensa afectiva Son las 21,30 y llega la hora de acostar a los más pequeños de la casa, todos los que están en primaria. Antes de que se acuesten, hace que se laven los dientes. Les da la buenas noches, apaga luces y cierra las puertas. No es necesario volver mas veces a la habitación ni tampoco tendrá que levantar el tono de voz, en breve tiempo aparece la tranquilidad del sueño. Blanco en la cara y con los hombros caídos, George baja a la sala de estar, donde hay solamente tres menores, una chica y dos chicos, están viendo el partido entre el Manchester United y el Inter de Milán. Con los ojos a punto de cerrarse, se sienta en el sofá junto a ellos. Se acomoda, con las manos en el pecho una sobre la otra, los pies cruzados y con la cabeza apoyada en la parte superior del respaldo del asiento ve el partido de fútbol. -“Si mete gol el Inter George saltará de alegría porque ha apostado por ellos”.- dice uno de los chicos. En su cara aparece una pequeña sonrisa que confirma al muchacho que así es como piensa él. A las diez en punto, George, hace un último esfuerzo. Se levanta del sofá y junto con él también los crios. Suben juntos las escaleras, se para al llegar al final, les desea buenas noches, y cada uno se va a su cama a acostarse. George entra en su habitación y deja un momento la puerta abierta para estar seguro que todos los niños están en la cama durmiendo placidamente. Con un ojo en el partido de la televisión y con el otro en el portátil controla algunas apuestas en internet. Esto forma parte de su actividad como operador en el centro telefónico de apuestas deportivas. “El primer partido se ha ido. Esta noche he ganado dinero” -exclama feliz. Ahora puede que duerma tranquilo. Mañana por la mañana se despertará de nuevo a la seis para comenzar otra jornada de trabajo. Mihaela Dumitraşcu (Tradujo Dionisio Blanco) http://infocampus.ro/2009/03/george-lupascu-voluntarul-cu-noua-copii/
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CELEBRANDO LA VIDA
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Primeras impresiones de una educadora nueva
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omo cualquier joven al final de sus estudios yo comenzaba a pensar en las diferentes posibilidades de trabajo, sin embargo, para mi consuelo, no tuve que buscar mucho, porque recibí la propuesta de trabajar en un proyecto de los Hermanos Maristas: el centro de día. Como en cualquier comienzo de camino tenía un poco de miedo pero al mismo tiempo me sentía entusiasmada. Poco a poco mi ánimo y confianza han ido creciendo, en especial, gracias al hecho que nos entendemos muy bien como equipo los educadores y donde el “jefe” es sobre todo un amigo y compañero. Al comienzo tuvimos niños de una situación social y familiar muy desorganizada, que ni iban a la escuela, permanecían en la calle, niños que tenían y tienen continuamente necesidad de asistencia. Cada uno con una historia vital muy dura, con una gran falta de afecto, con traumas repetidos, estos niños crecen en una total oscuridad con relación a una educación, y se vuelven, demasiado prematuramente, autónomos para luchar por su propia supervivencia, en un contexto de la calle donde los valores, reglas y principios son que cada uno se espabile como pueda.
Hogares de Esperanza Tras un tiempo en el que hemos hecho todo lo que estaba en nuestra mano para que estos niños fueran escolarizados (ayudando a las familias en todo, hasta en la adquisición de documentos oficiales) hemos renunciado a favor de las autoridades de la Dirección del Menor que los ha redirigido a instituciones especializadas en niños no escolarizados, porque el objetivo nuestro se encuadra más bien en los niños escolarizados que van en modo habitual a la escuela, pero que tienen grandes dificultades con el aprendizaje, sea por la situación familiar donde no tienen condiciones para hacer las tareas escolares o que los padres no tienen la formación suficiente para poder ayudarles. En este momento recibimos niños en un turno de mañana y de tarde con grandes problemas de fracaso, con más o menos estructura familiar, pero con muy serios problemas escolares de diversa etiología, sea por las condiciones de vivienda en el umbral de la pobreza, la imposibilidad de hacer las tareas escolares en casa, la falta de preparación o simplemente negligencia de los padres que muchas veces no son conscientes de sus responsabilidades educativas. Nuestros niños están completamente superados de las exigencias escolares, no consiguen seguir el ritmo normal de los aprendizajes, y cada día de escuela añade nuevas cargas y desánimos y nuevas y más grandes lagunas. Y me he dado cuenta que detrás de sus resistencias y negativismos muchas veces hay una búsqueda de afecto, un deseo grande de sentirse queridos, escuchados, de recibir atención. Es una alegría para mí el observar que algunos niños, tras un tiempo con nosotros, realizan pequeños progresos, ganan confianza en ellos, se relejan sus rostros, volviéndose un poco más motivados y con más alegría en sus sonrisas. Irina Hortolomei, psicopedagoga
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Hogares de Esperanza
Noticias… En unas semanas estará concluida la compra y la instalación de todo el equipamiento básico del edificio de talleres y de servicios comunes. Esta equipación se ha realizado dentro del proyecto “Equipamiento del centro de Capacitación Formativa ‘Sf. Marcellin Champagnat’ de Bucarest.” Como ya sábeis la finalidad de los talleres y de la acción educative que en los mismos se lleve a cabo es la „ mejora de la calidad, el acceso, el nivel y la capacitación formativa para la integración social y laboral de la población juvenil más vulnerable del barrio de Militarii...” A nuestro lado están: FERE-CECA y la „Agencia Regional para la Inmigración y la Cooperación de la Comunidad de Madrid” Estos talleres son la respuesta educativa y formative que los HH. Maristas veníamos soñando dar a la realidad de los adolescentes y jóvenes de Rumania que están en situación de riesgo de llegar a la exclusión. Los primeros beneficiarios, por lo tanto, serán los adolescentes que han abandonado el sistema escolar sin haber logrado la formación ni la capacitación necesaria que les permita entrar con éxito y con dignidad en el siempre complejo mundo laboral. Expresamos nuestra gratitud a FERE-CECA y a la “Agencia Regional para la Inmigración y la Cooperación de la Comunidad de Madrid”. El día 10 de abril recibimos una visita muy especial para nosotros. Un grupo de menores del Kinderdorf – Voralberg (Austria) pasaron con nosotros la tarde. Habían participado en un proyecto social con otros chicos y chicas de Rumania y regresaban para Voralberg. El lenguaje del futbol y su codigo de ganar y perder fue el utilizado por los chicos de las dos entidades para interactuar y relacionarse. Agradecemos a nuestros amigos de Kindedorf su visita, así como su gesto de solidaridad, ya que los educadores que les acompañaban nos hicieron entrega de una cantidad de dinero, fruto de un perqueño proyecto que habían desarrollado los propios niños y niñas mediante una exposición de fotografias.
A principios de abril, D. Pablo García-Berdoy, acabó su periodo de permanencia como Embajador de España en Rumania. Son muchas las atenciones y deferencias que hemos recibido de él durante los cuatro años años que ha estado aqui en Bucarest. Le mostramos nuestra gratitud por su cercanía y colaboración tanto con nosotros como con los niños que están en nuestros proyectos. Va multumim din tot suflet! Y le deseamos que en su nuevo destino siga siendo asi de efectivo y de cercano a las realidad de las personas que sufren. Suces! En el mes de marzo se produjo la incorporación de una niña a una de nuestras casas. Se llama Ionela y tiene 9 años. En la escuela está en tercero. Como otras niñas de nuestras casas proviene del centro para menores Orhidea. Es por lo tanto una niña que ya tenía una medida de protección. Su casa será “Casa Austria” donde tendrá como educadores a José Luis, Irina, Bianca y Madalina. Esperamos que su incorporación a nuestro proyecto educativo le ayude a ser la niña que tiene que ser y le sirva para seguir creciendo. Por nuestra parte la expresamos nuestra bienvenida. Las niñas y niños la acogieron muy bien desde el inicio. Las niñas que la conocian decían que era “o fata cuminte” (una niña buena).
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Hogares de Esperanza
MULŢUMIM! En ocasiones anteriores hemos manifestado nuestro agradecimiento a todas las entidades y a todas las personas que colaboran, de alguna forma, con nosotros. En este boletin agradecemos los ultimos gestos que hemos recibido: e Multumesc, Marcel, por el artículo que hiciste para la Agencia EFE. e Danke schon, Kindedorf-Voralberg, por vuestra visita y vuestra generosidad. e Gracias: Carmen, Luis, Maica y Pilar por vuestra generosidad. e Gracias Apas de los centros de Buitrago y Zaragoza por vuestra solidaridad. e Gracias Pablo por el material deportivo, audiovisual y de juegos que nos has donado.
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Después del esfuerzo económico realizado hasta el momento para la construcción y acondicionamiento de nuestras cuatro casas-hogar, nos encontramos ya con la necesidad de buscar personas e instituciones que quieran comprometerse al sostenimiento de alguna de las casas de nuestro Centro. Cuantos estéis interesados/as en obtener más información al respecto, no dudéis en poneros en contacto con nosotros...
Sois muchos los que nos habéis comentado la complejidad para enviar dinero a nuestra cuenta de Bucarest. Para facilitaros los trámites a quienes deseáis colaborar con nosotros se ha abierto una cuenta en España. La entidad bancaria es CAN (Caja Navarra) y el número de cuenta es 2054.0735.49.9155152089. Esta abierta con el nombre Asociaţia Fraţilor Marişti Ai Şcolilor Din România. Hemos valorado el facilitar los trámites, así como el que podáis obtener las ventajas fiscales que os corresponde en la deducción fiscal. Para recibir el certificado de deducción fiscal teneis que enviar: Nombre y dos apellidos. DNI o (CIF si es una empresa).Domicilio . C.P. Localidad. Provincia. Teléfono de contacto o e-mail. Nuestro e-mail es: hmromania@maristasiberica.es Tel–Fax: (00 40) 31 80 55 035. ASOCIAŢIA FRAŢILOR MARIŞTI AI ŞCOLILOR DIN ROMÂNIA Centro “San Marcelino Champagnat” Str. Strămoşilor, 1A. Sector 6. 062378 Bucarest hmromania@maristasiberica.es-Tel. – Fax (00 40) 31 80 55 035 Escribe y coordina: Juan Carlos Sanz. Maqueta: Gonzalo Saiz.
sumario
Cristos a Înviat! ¡Cristo ha resucitado! VIDA, mucha vida... La venta de la niña Al hilo de la noticia Religiosos españoles... en Rumanía Un niño, un hogar, amor...
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Celebramos la Pascua George Lupaşcu, voluntario con 9 niños Celebrando la vida Primeras impresiones... Noticias Multumim. Colaboración
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