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¡Ey! Eso es acoso y el acoso es violencia
from Fanzine She World
El acoso callejero es una práctica de connotación sexual ejercida por una persona desconocida, en espacios públicos como la calle y el transporte, o semipúblicos como centros comerciales, universidades y plazas, que suelen generar malestar en la víctima. Estas acciones son unidireccionales, es decir, no son consentidas por la víctima y quien acosa no tiene interés en entablar una comunicación real con la persona agredida.
Los datos demuestran que la mayoría de las víctimas de acoso callejero son mujeres, como lo sospechábamos y comprobamos. Esta forma de violencia sexual se fundamenta en relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres. Históricamente las mujeres hemos sido relegadas a los espacios privados como el hogar, y los hombres a los públicos. Por eso, cuando las mujeres usamos los espacios públicos, somos violentadas al considerar nuestros cuerpos también como públicos.
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El “mansplaining” es entonces el acto de un hombre que explica algo a una mujer de forma condescendiente y paternal, y además lo hace de una forma muy inexacta porque es muy probable que ni siquiera domina el tema, pero se siente con la autoridad de corregir a la mujer solo por el hecho de ser mujer.
Las normas de género son principios sociales que rigen el comportamiento de niñas, niños, mujeres y hombres en la sociedad y restringen su identidad de género a lo que se considera apropiado. Las normas de género no son estáticas ni universales y cambian con el tiempo. Algunas normas son positivas, por ejemplo, la norma de que los niños no deben fumar. Otras normas conducen a la desigualdad.