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¿Quién dijo miedo?

Soplar y sorber, todo no puede ser. ¿Cuántas veces habremos escuchado este refrán sobre algo que es imposible? Pues viendo cómo trasiega la economía española, no estamos completamente seguros de que no sea posible soplar y sorber al mismo tiempo. Desde inicios de 2022 hemos aprovechado este espacio para poner sobre la mesa las importantes dudas que sobrevolaban el estatus socioeconómico del país, en tela de juicio y con una clara tendencia a la baja por la inflación, los problemas con la factura de la luz y la energía… Una situación repetida en el tiempo durante el último año que a nadie se le escapa que mermó miles de bolsillos. Sin embargo, cerramos abril con perspectivas de lo más halagüeñas. Expertos, empresarios, directivos e indicadores coinciden en que, una vez superado el riesgo de recesión, regresa el optimismo moderado sobre la evolución de la economía española en 2023, gracias sobre todo al buen comportamiento de las exportaciones y a que el consumo de las familias, a pesar de todo, parece que seguirá aguantando en los próximos seis meses.

A esto hay que añadirle que el mercado de trabajo cerró con nota el primer trimestre del año: el paro bajó en marzo en 49.000 personas, y se situó en 2.862.260 desempleados, la cifra más baja para este mes desde 2008. Además, la Seguridad Social bate otro récord al alcanzar casi 20,4 millones de cotizantes, terminando con la cifra más baja de desempleados en 15 años. Es decir, llevamos año y medio intentando dar con la parte optimista de unos precios (demasiado) al alza, de una inflación histórica, de la guerra de Ucrania, de la crisis energética y de suministros, de unos tipos de interés cada vez más altos, del menor poder adquisitivo. Y en el primer trimestre del año, hemos visto con temor el derrumbe de Silicon Valley Bank, la posible compra de Credit Suisse por parte de UBS y las caídas en Deutsche Bank. Un escenario para santiguarse que ha chocado con la ¿cruda? realidad: según el INE, la economía española creció un 5,5% en 2022, sostenida por el consumo y el sector exterior. El Instituto Nacional de Estadística confirma su avance del PIB, pero recorta una décima la variación interanual del último trimestre hasta el 2,6%. Por tanto, desde esta revista nos preguntamos ¿puede el poder adquisitivo de los salarios españoles haber caído a niveles de 1996, según el último estudio Adecco, y al mismo tiempo estar batiendo récords de consumo? ¿Será que vivimos en un “hasta que el bolsillo aguante” de manual? ¿O simplemente todo va mucho mejor de lo que muchos claman?

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Soplar y sorber, todo no puede ser… o sí.

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