Cabaret Crimes - Revista

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Publicaci贸n n煤m. 1 - marzo 2014



Este es el primer número de una publicación que espero que tenga muchos más. Se trata de una recopilación de algunos artículos escritos en mi blog: http://cabaretcrimes.tumblr.com. Espero que os guste y, cualquier cosa, en la última página tenéis un email donde poder contactarme. ¡Saludos y gracias! CONTENIDOS ERNST WAGNER: inimputabilidad por patología psiquiátrica

5

LOS ASESINOS DE PERTH: David y Catherine Birnie

7

LA DALIA NEGRA: Elisabeth Short, misterioso crimen en Hollywood

10

NELSON SERRANO: Una coartada casi perfecta

12

BOBBY KENT: Con amigos así, mejor tener enemigos

14

GERARD SCHAEFER: El carnicero de Blind Creek

16

20 octubre de 2013: muere ÉMILE LOUIS

20

ASESINOS y ejército militar

23

CHARLES ALBRIGHT: The Dallas Ripper, The Dallas Slasher, The Eyeball Killer

26

LOS PRIMOS ASESINOS: David Alan Gore y Fred Waterfield

28

RICHARD RAMIREZ: The Night Stalker (El merodeador nocturno)

31

COLLEEN STAN: ¿Salvada por la llamada de Dios?

34

HOSANNA CHURCH: True Detective / True Story

40



ERNST WAGNER Uno de los primeros casos en los que se consideró válida la inimputabilidad por patología psiquiátrica Ernst Wagner fue un Spree Killer que asesinó a su esposa y a sus cuatro hijos antes de matar a nueve personas más y que fue declarado no culpable por enajenación mental e internado en una institución psiquiátrica. Su caso constituyó uno de los primeros en que se consideró válida la inimputabilidad por causa de patología psiquiátrica. Su vida y sus actos pueden resumirse de la siguiente manera: Ernst Wagner, conocido como «El chico de la viuda», sufría depresión y pensamientos suicidas, aunque era muy inteligente y fue capaz de estudiar para llegar a ser maestro. De 1894 a 1901 trabajó como profesor auxiliar en varias escuelas de Württemberg, pero en abril de 1900 fue suspendido durante seis meses debido al nerviosismo y la irritabilidad severa. En julio de 1901 fue destinado como profesor a Mühlhausen an der Enz, donde permaneció hasta 1902. En algún momento del verano de 1901, estando ebrio, sodomizó un animal. A partir de ahí, y debido al temor de que los vecinos descubrieran su acto, empezó a ver señales y pistas de que los habitantes del pueblo de Mühlhausen se burlaba de él por ese bestial suceso. Así pues, decidió comprarse un revólver y llevarlo siempre encima para poder evadir cualquier arresto potencial. Entonces empezó un romance con Anna Friedericke Schlecht, hija de un posadero local, a quien dejó embarazada en la primavera de 1902 y con quien se casó. En el verano de 1904, se fue a Suiza y allí trató de suicidarse dos veces (una ahogándose y la otra saltando de un puente); aunque ambos intentos fracasaron. En los años siguientes, su esposa dio a luz cuatro hijos más.

Mandó una carta a su hermana en la que le decía «¡Toma veneno!»

En algún momento de 1906 o 1907, los delirios persecutorios y los pensamientos de ser descubierto y ridiculizado por su acto pasado regresaron, y como consecuencia empezó a hacer planes para vengarse de aquellos que él consideraba que eran la causa de su miseria: los aldeanos y, especialmente, los hombres de Mühlhausen. Wagner comenzó su sangrienta campaña el 4 de septiembre de 1913 a las 5 de la madrugada, cuando dejó inconsciente a su esposa dormida golpeándola en la cabeza antes de apuñalarla numerosas veces en la garganta y en el pecho con un cuchillo, cortar sus arterias carótidas y sacudiendo su corazón y los pulmones. Posteriormente, entró en los dormitorios de sus dos hijos, Robert y Richard, y sus hijas, Klara y Elsa, a quienes apuñaló en la garganta y el pecho. Después de cubrir los cadáveres con mantas y lavarse un poco, Wagner salió de casa. Fue en bicicleta hacia Stuttgart y tomó un tren a Ludwigsburg para ir a casa de su hermano. Pero como éste no estaba, cenó con su familia y volvió a la estación, aunque antes mandó algunas cartas y una de ellas dirigida a su hermana con el texto «¡Toma veneno! Ernst».


Wagner llegó a las colinas cerca de Mühlhausen a las 11 de la noche y cortó los cables telefónicos del pueblo para que sus vecinos no pudieran comunicarse. Entonces prendió fuego a cuatro granjas cuyos propietarios no conocía y empieza a andar por las calles y a disparar contra cualquier persona que se cruza en su camino (Wagner afirmó más tarde que sus víctimas femeninas fueron golpeadas accidentalmente y que él no pretendía matarlas). En total disparó a 20 personas y mato instantáneamente a ocho de ellas, así como dos animales y varios edificios quemados, antes de que 3 hombres (habitantes del pueblo) fueran capaces de derribarle con azadas y sables. Sufrió varias heridas en el rostro y la mano derecha, y quedó inconsciente en el suelo. Cuando recobró el conocimiento, Wagner confesó haber matado a su familia y afirmó que había intentado suicidarse, pero que como no lo había conseguido, agradecería que le condenaran a muerte y le decapitaran. Sus víctimas fueron: 1.

Anna Wagner, su esposa

2.

Klara Wagner, 10 años, su hija

3.

Elsa Wagner, 8 años, su hija

4.

Robert Wagner, 6 años, su hijo

5.

Richard Wagner, 5 años, su hijo

6.

Marie Magdalena Bader, 10 años

7.

Georg Friedrich Bauer, 64 años

8.

Johann Friedrich Geissinger, 60 años

9.

Adolf Heinrich Knötzele, 52 años

10. Johann Jakob Knötzele, 50 años 11. Johann Georg Müller, 54 años 12. Jakob Franz Schmierer, 32 años 13. Christian Thomas Vogel, 65 años 14. Christian Widmaier, 68 años, un pastor

Finalmente, aunque en el juicio se mostró lúcido, fue declarado no culpable por enajenación mental debido a su manía persecutoria e internado en una institución psiquiátrica.


LOS ASESINOS DE PERTH DAVID y CATHERINE BIRNIE (AUSTRALIA) David John Birnie y Catherine Margaret Birnie nacieron en familias muy desestructuradas en el año 1951 y se convirtieron en una de las parejas asesinas más temidas de Australia. David era el mayor de los cinco hijos que tuvieron unos padres alcohólicos. Después de que sus padres se divorciaran, ninguno de los dos quería su custodia, así que prácticamente se pasó toda la infancia entrando y saliendo de distintos hogares de acogida e incluso llegó a estar bajo la tutela del Estado. La madre de Catherine falleció cuando ella tenía sólo 10 meses de edad. Entonces la pequeña emigró a Sudáfrica para vivir con su padre, pero sólo dos años después fue enviada de vuelta a Australia para vivir con sus abuelos. Aproximadamente un año más tarde, la mandaron a vivir con su tía y su tío. Con todo esto, fue una niña triste y solitaria que jamás mostró sus emociones. No tenía muchos amigos y, de hecho, a muchos de los niños del barrio se les prohibió asociarse con ella. Su mayor deseo era encontrar y tener el amor y cariño que nunca había experimentado. Catherine y David se conocieron de niños, después de que ambas familias se trasladaran al mismo barrio. Sin embargo, el tiempo pasó y no fue hasta la adolescencia que volvieron a encontrarse. En 1969, tanto Catherine como David fueron acusados de once cargos de robo con allanamiento de morada. David fue condenado a una pena de prisión de tres años y Catalina, a cuatro años de libertad condicional. Acaba de empezar para ambos una serie de entradas y salidas de la cárcel y distintas condenas. Después de su última liberación, Catherine empezó a trabajar como ama de llaves de una familia. Al poco tiempo se enamoró de uno de los hijos, Donald McLaughlan, con quien se casó el 31 de mayo de 1972, el día del vigésimo cumpleaños de Catherine. Tuvieron seis hijos, pero el matrimonio no funcionaba; se estaba descomponiendo y Catherine no hacía más que recordar el pasado y los buenos momentos que había compartido con David. Finalmente, dejó a su marido, Donald McLaughlan, para buscar a David e irse con él. Al principio todo fue bien y «normal», pero con el tiempo tuvieron la necesidad de aumentar la emoción de su relación. Ambos se dieron cuenta de que compartían la misma fantasía retorcida de secuestrar y violar a las mujeres, con lo cual, para saciar su sed y su apetito depravado sexual, empezaron su sádica aventura, malvada e intrigante, y que tan solo duraría 4 semanas. Los «asesinatos de Moorhouse», nombre por el que se conocían los crímenes de esta pareja por cometerse en la calle Moorhouse de Willagee, un suburbio de clase trabajadora en Perth (Australia), tuvieron como protagonista la vida de 4 mujeres de entre 15 y 35 años.


Número 3 de Moorhouse Street, la casa de los Birnies

El 6 de octubre de 1986, Mary Neilson, una estudiante de psicología de 22 años, se presentó en casa de los Birnie para comprar unos neumáticos. Ella entró en la casa para realizar una llamada telefónica, y fue entonces cuando la ataron, la amordazaron y la encadenaron a la cama. Luego, Catherine Birnie observó con gusto como su amante violaba repetidamente a la chica, a quien posteriormente llevaron en su coche hasta el Parque Nacional Gleneagles, donde David la volvió a violar para finalmente estrangularla y acuchillarla en el pecho. El cadáver fue enterrado en tumba poco profunda y seis días más tarde, el coche de María fue encontrado abandonado. El segundo asesinato ocurrió el 20 de octubre cuando la pareja secuestró a Susannah Candy, de 15 años, mientras caminaba por la avenida Stirling de Claremont. La hicieron subir a su coche a punta de cuchillo y la ataron para llevarla a su casa, donde la obligaron a enviar cartas a su familia avisando de que se había fugado con unos amigos. La joven fue encadenada a la cama y violada. David intentó estrangularla con una cuerda de nylon, pero al no conseguirlo debido al histerismo de Catherine, la pareja la sedó con pastillas para dormirla y así poder estrangularla entre los dos. Su cuerpo fue abandonado y enterrado cerca de la primera víctima.

Mary Neilson

El 1 de noviembre, Noelene Patterson (33 años), asistente de vuelo, muy hermosa, elegante y popular, fue secuestrada por los Birnie en Canning Highway y llevada en su coche hasta su casa, donde la ataron y la amordazaron. David abusó de la chica varias veces, pero la mantuvieron cautiva y con vida durante 3 días y David empezó a simpatizar con su víctima, lo cual molestó profundamente a Catherine, quien le ordenó que la asesinara. Entonces David dio una sobredosis de pastillas a la chica y la estranguló. Los celos intensos de Catherine, además, la llevaron patear con alegría la cara de Noelene. El cadáver fue abandonado en el bosque, igual que las otras víctimas. El 5 de noviembre secuestraron a Denise Brown, una joven confiada de 21 años, mientras ésta esperaba un autobús en Stirling Highway. Fue llevada a la fuerza a su casa de Willagee, encadenada a la cama y violada por David. Al día siguiente la llevaron a una plantación de pinos en Wanneroo donde la violaron nuevamente mientras esperaban que anocheciera. No obstante, esta vez mientras David la violaba por segunda vez, la degolló (aunque algo superficialmente) y ambos la enterraron en una tumba poco profunda. Pero la chica seguía con vida e intentó escapar; así que David le partió el cráneo con un hacha.

Dense Brown


Su última víctima fue una chica de 17 años, Kate Moir, que logró escapar el 10 noviembre de 1986. Entró en un supermercado local, histérica y desnuda, para pedir ayuda. Entonces el dependiente llamó a la policía, quien nada más llegar al lugar tomó declaración a la chica. Les contó cómo una pareja la había secuestrado y atado a la cama y cómo el hombre la había violado repetidamente mientras la mujer lo miraba. A la mañana siguiente, prosiguió, el hombre se fue a trabajar y ella se quedó sola en casa con la mujer, a quien rogó para que la desatara y, ante su asombro, así hizo. Algo más tarde, alguien llamó a la puerta y, cuando Catherine fue a abrir, la chica se escapó por la ventana abierta del dormitorio. A pesar de su terrible experiencia, la chica aún estaba lo suficientemente lúcida para recordar la dirección y el número de teléfono de la pareja. Así que acompañó a la policía hasta la casa en la que había estado, lugar donde los Birnie fueron arrestados y llevados a declarar. Tras un primer interrogatorio, ambos negaron todas las acusaciones, así que la policía decidió interrogarlos por separado para evitar que se influyeran entre ellos. Poco después, David Birnie admitió todos los asesinatos y obligó a Catherine a confesar también, con lo cual la policía pudo hallar los cadáveres de las 4 víctimas conocidas.

SENTENCIA La pareja fue sentenciada a 4 cadenas perpetuas por la Corte Suprema de Western Australia. David Birnie fue llevado a la prisión de máxima seguridad de Fremantle, pero esa cárcel cerró en 1990 y fue trasladado a la prisión de Casuarina, donde lo encontraron ahorcado en su celda el 7 de octubre de 2005 (un día después de volver a ser citado por el juzgado por violar a otro prisionero). Catherine Birnie fue recluida en la Prisión Femenina de Bandyup, donde se hizo cargo de la biblioteca. Su caso debería haberse revisado en el año 2010; aunque en 2009 un juez ordenó que nunca fuera liberada. La próxima fecha de revisión era el mes marzo de 2013.


LA DALIA NEGRA Elisabeth Short, el misterioso crimen de Hollywood

Elisabeth Short nació un 29 de Julio de 1924 en Hyde Park, Massachusetts. Cuando tenía tan sólo 6 años de edad, su padre (Cleo Short) la abandonó junto a sus cuatro hermanas y su madre, Phoebe Mae. Cuando cumplió los 19 años, se marcho a vivir a California con su padre, pero lo que parecía una reconciliación entre padre e hija, acabó en una fuerte discusión, lo cual provocó la marcha de Elisabeth, para siempre.

Tras varios problemas, algunos legales y siendo aún menor de edad, bajo las leyes estadounidenses fue devuelta a Medford, donde desempeñó diferentes trabajos. Posteriormente, regreso a Massachusetts, donde trabajó como camarera (entre otros empleos). Estuvo comprometida en dos ocasiones con militares, quienes (desgraciadamente) murieron trágicamente. Todo esto la deprimió. La policía la arrestó cuando se encontraba borracha en un bar, en compañía de varios marineros. Tras estos hechos, Short decidió que quería convertirse en una estrella de cine, así que puso rumbo a Hollywood para hallar allí la oportunidad que ansiaba, una oportunidad que nunca llego a cuajar y que la dejó, en la historia cinematográfica, como una más de las cientos de chicas que en esa época buscaban el estrellato pero que se quedaban a medio camino. Encontró en el alcohol un refugio y pronto comenzó a prostituirse.

La madrugada del 9 de enero salió del Hotel Biltmore porque «iba a conocer a un caballero».

Elizabeth era una mujer muy hermosa. Blanquísima, con un cuerpo escultural, unos enormes ojos verdes y un cabello ensortijado de color azabache. Su pelo, así como su costumbre de usar siempre vestidos negros y provocativa ropa interior oscura, le valieron el sobrenombre con el cual pasaría a la historia: la Dalia Negra (The Black Dahlia), haciéndose eco de una película famosa por entonces, La Dalia Azul. Y, sin saberlo, su muerte la convertiría en un apasionante personaje en los anales del crimen.

Sus últimos días de vida constituyen un misterio reconstruido fragmentariamente. Fue vista con vida por última vez la madrugada del 9 de enero en el Hotel Biltmore, donde estaba hospedada. Al salir, dijo que «iba a conocer a un caballero». Jamás regresó.


EL CRIMEN El asesino la capturó, la llevó a algún lugar apartado y allí comenzó a torturarla. Primero la amordazó y desnudó completamente; luego la ató por las muñecas y los tobillos con una cuerda, y la colgó boca abajo, suspendida del techo. Así colgada, le asestó varios puñetazos por todo el cuerpo. Después le quitó la mordaza y procedió a cortarle con un cuchillo los músculos risorios del rostro («sonrisa de Glasgow»), para mantenerla sonriendo grotescamente mientras duraba el brutal martirio: cigarrillos encendidos en los pechos, seccionamiento de un pezón, incisiones con una navaja en varias partes del cuerpo (incluso grabó en uno de sus muslos las letras mayúsculas «BD», iniciales de Black Dahlia), introducción de pedazos del muslo en el ano y la vagina, etc. Finalmente, la partió en dos a nivel de la cintura. Su tormento duró varios días y todo el tiempo estuvo consciente. También había recibido numerosos golpes en la cabeza, aunque ninguno de dichos golpes llegó a fracturar el cráneo, y el examen de su estómago indicaba que, además, el asesino la obligó a comer excremento. El 15 de Enero de 1947, el cuerpo de Elisabeth Short fue encontrado en un terreno baldío al lado oeste del sur de Norton Avenue, entre la calle Coliseum y la calle West 39th, en el distrito de Leimert Park de Los Angeles. El cadáver lo halló una mujer, Betty Bersinger, cuando paseaba con su hija de tres años. Mucha gente había visto el cuerpo pero, dado su estado, supusieron que se trataba de un maniquí. Impactaba la macabra sonrisa dibujada a cuchillo de oreja a oreja, así como la colocación del cuerpo, con los brazos doblados y señalando hacia arriba. El escándalo fue mayúsculo; la saña con que aquella chica de 22 años había sido atormentada y asesinada era un reflejo de la sociedad estadounidense de posguerra.

Fuentes y más información: http://escritoconsangre1.blogspot.com.es/2008/01/elizabeth-short-dalia-negra.html http://eldiafragmainvisible.blogspot.com.es/2011/09/elisabeth-short-la-cruel-muerte-de-la.htm


NELSON SERRANO Una coartada casi perfecta Nelson Iván Serrano Sáenz (nacido en 1938) es un ex empresario de origen ecuatoriano que fue condenado a pena de muerte por el asesinato de Frank Dosso, Diane Patisso, George Patisso y George Gonsalves en 1997 en Bartow, Florida. El 3 de diciembre de 1997, las víctimas fueron ejecutadas con un disparo a bocajarro en la planta de la fábrica de Erie, en Bartow. Según dicen, Diane Patisso había ido a buscar a su hermano Frank y su esposo George a la fábrica esa noche y fue asesinada para impedir que identificara al asesino. Aunque no había ninguna evidencia física clara en el lugar del crimen, los familiares de las víctimas inmediatamente sospecharon de Nelson Serrano, socio junto con Dosso y Gonsalves de Erie Manufacturing y otra empresa de sistemas de transporte de ropa. Dichos negocios habían enriquecido a los tres hombres, pero las continuas peleas con Serrano sobre el dinero empezaron a distanciarlos. Así pues, Dosso y Gonsalves acusaron a Serrano de corrupción, posteriormente de robo y, finalmente, le obligaron a salir de las sociedades comerciales. En julio de 1997, cin- En la grabación se veía co meses antes de los asesinatos, se cambiaron las cerraa Nelson Serrano llegar duras de la fábrica. Francisco Serrano, hijo de Nelson Serrano, también había a la recepción del hotel trabajado en la fábrica; pero fue despedido y por eso con- a las 12:21 h. siderado sospechoso. Sin embargo, tenía una sólida coartada para ese día; igual que su padre, quien afirmó que el día de los asesinatos se encontraba en un viaje de negocios en Atlanta, Georgia, a 500 millas de Bartow y que se pasó el día encerrado en su habitación del hotel debido a una fuerte migraña. Y así lo demostraban los vídeos de seguridad. Así pues, las investigaciones que se centraron en un tercer personaje: el sobrino de Serrano, Álvaro Peñaherrera, en cuyos registros telefónicos se observó un aluvión de llamadas telefónicas entre tío y sobrino el día de los asesinatos. Incluso una realizada la misma mañana de los hechos que fue de especial interés: una llamada a una empresa de alquiler de coches en Orlando poco después de que los dos parientes hablasen. Al policía que llevaba el caso, toda la situación le pareció algo rara; así que decidió comprobar la coartada de Serrano de nuevo y revisar la cinta de vigilancia del hotel de Atlanta una vez más. Ciertamente, en la grabación se veía a Nelson Serrano llegar a la recepción del hotel a las 12:21 h y pocos minutos después dirigirse hacia el ascensor para subir a su habitación. Sin embargo, cuando vuelve a aparecer en la cinta a las 22:17 h, lo hace por el mismo lado que la primera vez (como si entrara por la puerta principal y no como si saliera del ascensor) y vistiendo el mismo traje, con la misma camisa y jersey de cuello alto, que llevaba cuando llegó esa mañana. Entonces el investigador elaboró una nueva teoría: de alguna manera, Serrano había utilizado esas nueve horas y 57 minutos entre captura y captura de la videocámara para ejecutar un crimen audaz y brutal. Pero, ¿cómo podía demostrarlo? La decisión fue sonsacarle la verdad a Álvaro, el sobrino de Serrano. Al principio, el joven insistió en que había alquilado el coche para un amigo, pero ante la insistencia e incredulidad del policía, finalmente Álvaro cedió: «Mi tío me va a matar. No me gusta hacer esto, pero lo alquilé para mi tío Nelson Serrano. Fue el 3 de diciembre, y al día siguiente mi tío me dijo que había devuelto el coche en el garaje del aeropuerto de Tampa».


Pasaron los meses, y no había manera de inculpar a Serrano. El policía pensó que si éste cogió un vuelo, seguramente no se registró con su nombre o alguno que ya tuvieran archivado. Parecían estar en un callejón sin salida…, hasta que alguien recordó que Serrano tenía un hijo fruto de su primer matrimonio y cuyo apellido de soltera de la madre era Agacio. ¿Podría haber sido este nombre el que utilizó Nelson Serrano? ¡Bingo! Había un tal Juan Agacio en un vuelo de Atlanta dirección Orlando. Pero el agente sabía que aún se necesitaba algo más para detenerle: tenía que demostrar exactamente cuando se retiró el coche de alquiler en el garaje del aeropuerto de Orlando para saber y comprobar si podría haber llegado a Bartow poco después de las 17:00 h, momento en el que se perpetraron los asesinatos. Así pues, el policía rebuscó él mismo en el almacén de la compañía de de alquiler. Allí había miles de billetes olvidados y la tarea iba ser como la de encontrar una aguja en un pajar. Tenía que hallar el comprobante que demostrase que el coche alquilado había salido del aeropuerto de Orlando el 3 de diciembre a las 15:49 h. Los tiques de estacionamiento del aeropuerto fueron trasladados al laboratorio de Tampa. Y ahí fue donde apareció la prueba que tanto ansiaba el investigador: las huellas de Serrano estaban en dos comprobantes y, uno de ellos, con fecha 03 de diciembre 1997; justo lo que necesitaba.

No existe el crimen perfecto, sino la investigación imperfecta.

Para acabar de rematar la cuestión, el policía realizó todos los posibles movimientos que Serrano debió realizar ese día para ratificar que la temporalidad era posible y lo consiguió. Por fin podía detener a Nelson Serrano. Pero después de tanto esfuerzo, apareció otra piedra en el camino: Serrano y su esposa habían regresado a su Ecuador natal, un país que no tiene tratado de extradición con los Estados Unidos, con lo cual Serrano estaba fuera de su alcance. Sin embargo, la persistencia y obstinación del agente policial volvieron a resultar decisivas, ya que después de mucho preguntar e investigar encontró una laguna legal más grande de lo que jamás habría imaginado: Nelson Serrano se había nacionalizado como estadounidense en 1971 y utilizó dicho pasaporte para entrar en Ecuador; por tanto, ya no se estaba hablando de deportación sino de extradición; y por fin se pudo detener a Serrano mientras cenaba escondido en un hotel local. Cronología de los hechos realizados por Nelson Serrano La siguiente cronología se basa en las declaraciones de apertura y el testimonio de los testigos en el juicio del empresario Nelson Serrano, quien está acusado de volar desde Atlanta a Florida para cometer un homicidio cuádruple. Serrano afirma que estaba en Atlanta durante el incidente. 03 de diciembre 1997 12:20 - Nelson Serrano es capturado por la cámara de video vigilancia del hotel de Atlanta. 13:36 – Coge el vuelo Delta 1807 con destino Orlando utilizando el nombre de su hijo, Juan Agacio, fruto de su primer matrimonio. 15:05 – El vuelo Delta 1807 aterriza en Orlando. 15:49 – Tique del garaje del aeropuerto internacional de Orlando con la huella digital de Serrano. 17:50 / 18:15 – Un testigo que trabaja en una empresa cercana a Erie Manufacturing cuenta haber visto un hombre vestido con traje y jersey de cuello alto de pie en la acera, frente a la fábrica. 19:28 – Un pasajero llamado John White (uno de los alias presuntamente utilizados por Serrano) embarca en el Aeropuerto Internacional de Tampa. 20:20 – Sale un vuelo de Tampa con destino Atlanta. 21:49 – Aterriza el vuelo en Atlanta. 22:17 – La cámara de vigilancia vuelve a captar a Serrano en la recepción del hotel de Atlanta.


BOBBY KENT Con amigos así, mejor tener enemigos Bobby Kent tenía 19 años de edad cuando fue llevado a los pantanos del sur de Florida bajo la promesa de tener allí alcohol y sexo; sin embargo, fue brutalmente asesinado por sus «amigos», incluyendo a su mejor amigo, de 19 años de edad, Martin Puccio.

Bobby Kent

Martin Puccio

Puccio y Kent habían sido mejores amigos desde la infancia, cuando vivían en el mismo barrio y salían juntos todos los días. No obstante, Puccio sentía un odio secreto hacia Kent, ya que éste a menudo lo menospreciaba, lo golpeaba y se burlaba de él. Antes del asesinato, Puccio empezó a salir con Lisa Connelly, de 18 años de edad, quien empezó a molestarse al ver la cantidad de tiempo que Puccio pasaba con Kent. Así pues, decidió formar otra pareja y juntó a Kent con su mejor amiga de 17 años, Ali Willis. La relación entre Kent y Willis terminó cuando él empezó a abusar de ella y Puccio volvió a convertirse en su amigo inseparable. Pero Puccio se armó de valor y le confió a su novia Connelly que Kent también había abusado de él. Y de este modo empezó el plan para asesinarle. Alrededor de las 23:30 h del 14 de julio de 1995 Connelly fue a casa de Puccio con su amiga Willis y su nuevo novio de 17 años, Donny Semenec, y otros amigos de 18 años de edad: Heather Swallers, Derek Dzvirko y Derek Kaufman. Todos ellos dispuestos a asesinar a Kent. El plan fue ir de «excursión» a los pantanos, donde el grupo llevó un tubo de plomo, dos cuchillos y un bate de béisbol. Una vez allí Willis se fue con Kent hasta el borde del agua para distraerlo, lugar donde Semenec apuñaló a Kent por la espalda y en el cuello. Presa del dolor, Kent llamó a Puccio pidiendo auxilio, pero entonces Puccio lo apuñaló en el estómago. Kent intentó escapar, pero fue perseguido por Puccio y Semenec, quienes lo apuñalaron otra vez múltiples veces. Cuando lo tuvieron en el suelo, Puccio le cortó la garganta; aunque sorprendentemente no lo mató. Finalmente, la causa de la muerte fue el golpe mortal que Kaufman le asestó con el bate de béisbol en el cráneo. Después, arrojaron el cuerpo al agua con la esperanza de que los caimanes se lo comieran. Pero no lo hicieron.


OTROS PARTICIPANTES Y RESPECTIVAS CONDENAS

Lisa Connelly

Donald Semenec

Derek Kaufman

Derek Dzvirko

Heather Swallers


GERARD SCHAEFER EL CARNICERO DE BLIND CREEK Gerard John Schaefer (25/03/1946 – †3/12/1995) fue un oficial de policía arrestado en Florida por los brutales asesinatos que cometió entre 1969 y 1973, año en el que fue detenido. Fue el primero de los tres hijos que tuvieron Gerard y Doris Schaefer, un matrimonio bien posicionado económicamente. El pequeño Schaefer era un buen estudiante y acudía a la escuela católica de la comunidad de Wisconsin a la que pertenecía. No obstante, aun pareciendo una vida idílica, Schaefer dijo que sus padres jamás tuvieron una buena relación; que su padre era muy crítico y que su madre siempre le estaba encima, corrigiéndolo. Por la presión de querer complacer a sus progenitores, el chico empezó a tener pensamientos suicidas y, a los 12 años, comenzó a masturbarse mientras vestía ropa interior de mujer. Asimismo, también practicó actos masoquistas, atándose a sí mismo a los árboles y excitándose sexualmente al hacerse daño. Pronto, las imágenes violentas se exteriorizaron y surgió la fantasía de dañar a otras personas, particularmente a mujeres. En 1960, la familia se muda a Florida y, a los 14 años, Gerard tiene su primera novia, Cindy. La pareja mantenía relaciones sexuales, pero siempre bajo las condiciones de ella: emulando una violación cada vez que practicaban el sexo; él tenía que romperle las ropas y «forzarla». Tres años después de empezar su relación, Schaefer se cansó de este «juego» y ella terminó con él. Fue el día en que Gerard volvió al bosque y practicó sus ataduras desde que llegara a Florida. Al adolescente y solitario Schaefer le gustaba matar animales por el simple placer de hacerlo, y solía espiar a las chicas por la noche a través de las ventanas, masturbándose mientras éstas se desvestían. Schaefer las culpaba por «tentarlo» y las llamaba «putas» y «zorras». En la primavera de 1965, Schaeffer conoció a Sandy Stewart, de 17 años. Su noviazgo duró más allá de la graduación, pero con el tiempo se fue deteriorando la relación y se convirtió más que nada en un tipo de terapia, ya que le empezó a contar a Sandy sus deseos de matar a las mujeres que lo excitaban, como su vecina, que se desnudaba con las cortinas de su habitación abiertas; las violentas discusiones con su padre, los perversos juegos sexuales con Cindy, etc. Finalmente, ella terminó la relación y Schaefer la acosó durante meses, hasta que (quién sabe por qué) finalmente cedió.

Gerard Schaefer durante una entrevista que le hicieron en la cárcel


Pasado algún tiempo, su padre comenzó a beber en exceso y fue despedido de su trabajo. La relación de sus padres se deterioró y se separaron. Gerard, por su parte, se casó en 1968 con Martha Fogg, a quien había conocido poco tiempo antes cuando se unió a un grupo de actores y cantantes donde, entre otros, estaba la futura estrella de cine Glen Close. Gerard hizo entonces su primer movimiento. Le dijo a Leigh Bonadies, vecina y compañera de tenis, que el gobierno estaba reclutando gente para los programas de entrenamiento de la CIA, donde pagaban un sueldo de 20.000$. Un día, los familiares de Bonadies encontraron una nota suya donde decía que se había ido a Miami. Gerard corroboró esta versión cuando el esposo le preguntó si sabía algo al respecto. Así, el abandonado y despechado esposo acabó pidiendo el divorcio y nadie volvió a saber nada de ella hasta que parte de sus joyas fueron encontradas, años después, en casa de la madre de Gerard Schaeffer. La siguiente víctima fue Carmen Marie Hallock, una mesera que un día comentó que alguien le había ofrecido un trabajo en el gobierno como un tipo de «agente secreto» y quien poco después desapareció. Lo único que se ha recuperado de ella hasta el momento son dos dientes hallados entre las pertenencias de Schaffer.

Se unió a un grupo de actores y cantantes entre los que estaba la futura estrella de cine Glen Close

Poco después, Schaefer y Martha se divorciaron. Entonces Gerard inició un largo viaje por Europa y África y, al regresar a Estados Unidos, trabajó como guardia de seguridad en una planta eléctrica. Allí conoció a Teresa Dean, con quien se casó poco después. Al cabo de poco tiempo, entró en el departamento de policía de Wilton Manors y cometió su primer asesinato como agente de la ley: Belinda Hutchens, de 22 años, de quien sólo se ha recuperado su libreta de direcciones (jamás se localizó el cuerpo). Pero como policía, Schaefer no era muy apreciado; ya que le encantaba parar a gente con el menor pretexto y solía invitar a salir a las mujeres que detenía por violar las leyes de tráfico. Así pues, en algún momento de su vida, parece que Schaefer se aburrió de matar a mujeres solas y comenzó a asesinar parejas. Susan Place, de 17 años, y Georgia Jessup, de 16, desaparecieron pocos meses antes del arresto de Gerard. Sus padres recordaban haberlas visto alejarse con un hombre mayor, cuyo nombre era Jerry Shepherd, y que las había invitado a tocar la guitarra en una playa cercana. Nunca regresaron. La madre de una de ellas desconfió del extraño y anotó las placas del coche, pero se equivocó en el primer número y hasta seis meses después no se dio cuenta. Pero cuando enseñaron las fotos de las jóvenes a Schaefer, éste dijo que no las había visto nunca. Pamela Sue Wells y Nancy Ellen Trotter fue una pareja que tuvo más suerte. Las dos atractivas adolescentes, de 18 y 17 años respectivamente, estaban haciendo autoestop el 21 de julio de 1972 cuando el oficial Gerard Schaefer las vio, les pidió sus nombres y les advirtió de que hacer autoestop en ese condado era ilegal (mentira). Entonces, haciendo uso de su galantería y buena fe, las dejó marchar y se ofreció a llevarlas a la playa la mañana siguiente. El día siguiente, Schaefer las recogió, pero no fue a la playa. Condujo hasta la Isla Hutchinson y, una vez ahí, sacó su pistola y les dijo que las vendería como esclavas a una organización de prostitución extranjera. Luego las sacó del coche y las dejó atadas del cuello con sogas bajo un árbol y los pies apoyados en las raíces. Si resbalaban de su punto de apoyo, morirían ahorcadas. Schaefer las abandonó allí, pero les prometió que volvería. Milagrosamente, las chicas se las arreglaron para escapar. Cuando Schaefer regresó al lugar y no las encontró, llamó por teléfono a su superior y le dijo que se había «sobrepasado» en su trabajo; le describió el asunto de las chicas y añadió que solamente quería darles un buen susto, escarmentarlas por su propio bien. Richard Crowder, su jefe, le ordenó volver al bosque donde las había dejado, acompañado de un equipo para rescatarlas. Y después de encontrarlas vagando por el bosque y muy asustadas, Schaefer fue arrestado en el acto con cargos de falsa detención y asalto.


Schaefer tuvo que pagar una fianza de 15.000 $ y fue liberado el 24 de julio. Sin embargo, al no tener ninguna posibilidad de defensa, hizo un trato con el tribunal y se declaró culpable de un cargo de asalto, por lo que se le sentenció a un año de cárcel y a 3 de libertad condicional. El 1 de abril de 1973, unos chicos encontraron unos restos humanos en la isla de Hutchinson. Éstos fueron identificados por los registros dentales y resultaron pertenecer a Susan Place y Georgia Jessup, que habían sido amarradas a un árbol, evisceradas y, una de ellas, asesinada por un disparo en la mandíbula. Dado el modus operandi, el único sospechoso fue Scheafer, y cuando la policía registró la casa de su madre, encontraron una pulsera que perteneció a Susan y tres piezas de joyería propiedad de Leigh Bonadies, desaparecida desde septiembre de 1969. En ese registro también hallaron dos dientes de una muchacha de 22 años llamada Carmen Hallock, desaparecida en diciembre de 1969. Encontraron, asimismo, recortes de periódico sobre la desaparición de Bonadies y Hallock, una libreta de direcciones perteneciente a Belinda Hutchens, y un pasaporte, el diario y un libro de poesía propiedad de Collete Goodenough, de 19 años y vista por última vez en enero de 1973. Apareció también la licencia de conducir de Bárbara Wilcox, que desapareció al mismo tiempo que Goodenough; una pieza de joyería de Mary Briscolina, de 14 años de «¿Eso cuenta como uno edad, desaparecida junto a una amiga en octubre de 1972, un sobre dirigido a Jerry Shepherd, 11 pistolas, o dos asesinatos?» 13 cuchillos, fotografías de mujeres desconocidas y del mismo Schaefer vestido con ropa de mujer, y más de 100 páginas de narraciones y bosquejos que detallaban la tortura y la muerte de las «putas». Pero Schaefer tenía una explicación para todo: las armas eran legales, incluso algunas de ellas simples souvenirs. La pulsera de Susan Place la había comprado en un viaje a Marruecos en 1970, y los documentos de Wilcox-Goodenough los había encontrado mientras patrullaba. Su ex vecina Leigh Bonadies le había dado las joyas como regalo de agradecimiento por haberla llevado al aeropuerto el día que se fue a Miami; y los «planes homicidas» narrados eran fantasías que su psiquiatra le obligó a describir cuando estuvo en tratamiento en 1968. En cuanto a los dientes de Carmen Hollock, Schaefer acusó a su ex compañero de habitación, quien le había confesado en secreto el crimen. No obstante, nadie creyó las palabras de Schaefer y Robert Stone, el fiscal, consiguió que se le sentenciara a dos cadenas perpetuas. Su modus operandi era inconfundible, pues casi siempre mataba a dos chicas a la vez: recogía en su coche patrulla a chicas que hacían autostop en la carretera, y a punta de pistola, las obligaba a adentrarse en el bosque. Luego las ataba a los árboles, las fotografiaba y, finalmente, las torturaba y las mataba. Su especialidad, además, era la tortura psicológica: jugaba con ellas diciéndoles que debían dar las razones por las que ellas no debían ser las primeras en morir, mientras las chicas lloraban e imploraban por sus vidas. Después de matarlas, las descuartizaba y enterraba en el bosque. Este juego proporcionaba al criminal un enorme placer sexual. Según las propias palabras de Schaefer, «hacer “dobletes” es mucho más difícil que hacer sencillos; pero también se obtiene el doble de diversión. Además, puede haber impresionantes discusiones sobre cuál de las víctimas debe morir primero. Y es que cuando tienes a un par de mozas atadas de pies y manos y listas para una lección de cómo despellejar con el cuchillo, ninguna de las dos diablillas quiere ser la primera en irse. Así que no dudan mucho en decirte por qué su mejor amiga es quien debe morir antes». Se desconoce el número exacto de víctimas de Schaefer; aunque al final él mismo se atribuía entre 80 y 110 muertes. Incluso contó que en una ocasión una mujer se ahogó en su propio vómito mientras veía cómo mataba a su amiga, y que también había matado a una mujer embarazada; ante lo cual preguntaba, irónica y cruelmente: «¿eso cuenta como uno o dos asesinatos?»


Fotografía de la ficha policial de Shaefer

En la cárcel, Schaefer hizo numerosas apelaciones declarando que había sido víctima de una trampa tendida para proteger a altas figuras ligadas al narcotráfico. También se las arregló, a pesar de hallarse en constante vigilancia, para llevar a cabo varios fraudes por correo y trabajar como abogado para algunos de presos, aunque en realidad los engañaba y vendía los detalles de sus confesiones a las autoridades. Se convirtió en un experto demandante. Desde su celda, inició procesos contra todos los escritores, investigadores y conferencistas que mencionaran su nombre, aunque fuera de pasada. Perdió todos los juicios, pero hizo gastar a sus acusados cantidades considerables de dinero. Su ex novia Sandy decidió escribir un libro sobre él y éste respondió de forma entusiasta a su solicitud. Incluso le envió siete de sus cuentos para que los publicara: Rubia en una estaca o Moscas en sus ojos, entre otros. Finalmente, el domingo 3 de diciembre de 1995, Schaefer fue hallado muerto en su celda con la garganta cortada y 42 puñaladas en distintas partes del cuerpo. El asesino, Vincent Faustino Rivera, confesó haberlo matado porque Gerard tomó la última taza de agua caliente que quedaba en el dispensador de la celda. Curiosidades: SCHAEFER & BUNDY Gerard John Schaefer coincidió en la cárcel con el famoso Ted Bundy. Schaefer, ex oficial de policía preso por asesinar a varias mujeres jóvenes, se burlaba constantemente de Bundy diciéndole «Ted… tú no eres el mejor. Lo soy yo. […] El número de asesinatos que has cometido, no es suficiente». Y es que Gerard había descrito cientos de asesinatos y torturas que, sumado a los objetos de las víctimas que se encontraron en su poder, indicaba que habría podido asesinar a más de ciento diez mujeres, lo que lo convertiría (definitivamente) en el más prolífico asesino serial de Estados Unidos… Algo que Bundy no podía soportar. Bundy, con el tiempo admitió que se sintió influenciado por la idea de Schaefer de matar a dos mujeres al mismo tiempo, y que por eso en 1974 asesinó en un mismo día a Janice Ott y Denisse Naslund; todo con el fin de emular a Schaefer. SANDY STEWART es SONDRA LONDON Sandy Stewart, la chica a la que Schaefer conoció a mediados de los 60 y con la que mantuvo una relación sentimental y acabó contándole sus fantasías, es actualmente Sondra London, una de las escritoras o autoras de libros sobre crímenes reales más famosas de Estados Unidos. Asimismo, es la «reina» de lo que se conoce como «serial killers groupies» (enjambres de admiradoras de asesinos en serie que suelen flirtear y enamorarse de ellos e, incluso en algunas ocasiones, acaban convirtiéndose en sus esposas), ya que ha tenido relaciones con Schaefer, Keith Jesperson («El asesino de la carita feliz», camionero que asesinó como mínimo a ocho mujeres en distintos estados norteamericanos) y Danny Rolling («El Destripador de Gainesville», que asesinó y mutiló a cinco estudiantes en 1990 en Florida). Toda una declaración de intenciones…

Keith Jesperson

Danny Rolling Danny Rolling


20 octubre de 2013: muere ÉMILE LOUIS Émile Louis (21 de enero 1934, Borgoña) fue dado en adopción nada más nacer a la familia Cammier, de Pontigny. Su padre adoptivo es un artesano albañil y sepulturero, y su madre una mujer mandona y fría; alguien a quién él mismo describiría como «una autoridad». Aun sí, mantenía una buena relación con ellos… A los 11 años, en 1945, presenció una escena que cambiaría su visión sobre las mujeres: después de la liberación de los campos de exterminio, dos de sus hermanas fueron llevadas a la plaza mayor del pueblo, donde públicamente se les rapó la cabeza después de haber sido acusadas de mantener relaciones sexuales con soldados nazis. Chivo expiatorio de sus compañeros de clase y principal objeto de sus burlas, deja la escuela a los 14 años después de fracasar en los estudios, momento en el que descubre que los Cammier no son sus verdaderos padres, y es internado en un centro de la delincuencia en Saône-et-Loire, donde fue violado. En 1952, a los 18 años, sirvió en la Armada y participó en la guerra de Indochina durante dos años transportando los muertos en combate. Recibió varias condecoraciones, pero parece ser que las escenas de tortura que presenció le marcaron profundamente. A su regreso en 1954, se casa con Chantal Delagneau, con quien tiene 2 niñas (Marilyn y Manoèle) y 2 niños (Fabien y Fabrice). Asimismo, la pareja también acoge niños de la DDASS (Dirección Departamental de Asuntos Sanitarios y Sociales), uno de los cuales fue la niña posteriormente desaparecida, Jacqueline Weiss. En alguna ocasión, su esposa comentó que su marido era un hombre de cierta clase y reflexivo pero con doble personalidad, ya que veces se comportaba de manera perversa y cruel. Poco después de casarse, Louis encuentra trabajo en la base militar de Varennes (Yonne) y la familia se traslada a Seignelay, a 14 kilómetros al norte de Auxerre, ciudad donde fue elegido concejal en 1981. A los 18 años, sirvió en la Entre 1963 y 1971 desempeña varios oficios, hasta que en 1971 obtiene el carné de conductor de auto- Armada y participó en la bús y empieza a trabajar como chófer escolar de una guerra de Indochina. institución para discapacitados. Los adolescentes lo describían como «muy comprensivos», como la figura de un «gran hermano» o «padre» en quien se podía confiar. Sin embargo, en 1978 se divorcia de Delagneau (según parece por desavenencias sexuales) y se va a vivir con Gilberte Lemenorel, enfermera. En 1981, fue arrestado, acusado y condenado a cuatro años de prisión por agresión sexual a un menor de la DASS, y de nuevo en 1989, con una pena de cárcel de cinco años, por los mismos cargos. Tres años más tarde (1984), el responsable de la investigación «Las desapariciones de Yonne» (casos de desapariciones, violaciones y asesinatos de jóvenes de entre 16 y 22 años y deficientes mentales de la DASS) elabora un informe que implica a Émile Louis en una red de proxenetas sadomasoquistas. No obstante, el fiscal encargado decidió hacer caso omiso al dossier por falta de pruebas, y el policía tuvo que pedir permiso para continuar con la investigación extraoficialmente. En 1989, Louis, que se había trasladado a vivir a Draguignan (sur de Francia), es condenado por el Tribunal a cinco años de cárcel, incluidos de uno a tres años de condicional, por violación y, ese


mismo año, Pierre Charrier, jefe de la APAJH (asociación para adultos y jóvenes discapacitados) de Yonne, lugar donde se habían alojado las jóvenes desaparecidas, fue condenado a seis años de prisión por violar a una mujer de 22 años con discapacidad. En 1992, Émile Louise sale en libertad y se casa en segundas nupcias con Chantal Paradis. La condena de Charrier apoyaba bastante la teoría del policía sobre la existencia de una red de explotación sexual. Pero finalmente, cansado de que nadie le tomara en serio, el agente que investigaba el caso desde finales de los ochenta cayó en una larga y profunda depresión y (supuestamente) se suicidó disparándose dos veces a la cabeza en agosto de 1997 (aunque el examen balístico y forense posterior, realizado el 31 de marzo de 2004, indicó que las dos balas habían entrado en el cerebro desde dos ángulos diferentes y que ambos habrían tenido que ser inmediatamente mortales). La falta de reacción por parte de las autoridades judiciales ha dado lugar a sospechas de que el bloqueo de las investigaciones no fuese por negligencia o incompetencia, sino a la posible participación de la gente local con buenos contactos en una red de prestación de servicios de prostitución sádicos. El 3 de julio de 1996, la Asociación para la Defensa de los Discapacitados de Yonne presentó una denuncia ante el juez encargado del caso «Las desapariciones de Yonne», pero los tribunales negaron la reapertura del caso por prescripción, ya que los hechos ocurrieron más de 15 años atrás y, en Francia, los delitos prescriben a los diez. Y no fue hasta mayo de 1997 que el Tribunal de Apelación de París accedió a la demanda incesante de dicha asociación y accedió a reabrir una investigación penal; posiblemente gracias también a la declaración de Marilyn, hija de Émile Louis, en la que afirmaba haber descubierto juntamente con su madre un cofre con varios efectos femeninos en los que, curiosamente, todas las etiquetas habían sido arrancadas. Dichas pruebas fueron enviadas al laboratorio para que se realizaran los análisis genéticos pertinentes. Finalmente, el 12 de diciembre del año 2000 se detiene a Émile Louis; y justo al día siguiente, su segunda esposa, Chantal Paradis, le denuncia por repetidas violaciones con tortura y uso de drogas en la década de los 90, tanto a ella como a su hija Karine (fruto de su primer matrimonio y que por aquél entonces tenía 14 años), quien presentó denuncia en enero de ese año pero que no prosiguió. Dos días más tarde es encarcelado, confiesa sus crímenes y, con su ayuda, se empiezan a encontrar los cadáveres de las chicas desaparecidas: 1.Christine Marlot (16 años) – muerte en abril 1977. 2.Jacqueline Weiss (18 años; acogida por la familia de Émile Louis y Chantal Delagneau) – muerta en abril 1977. 3.Madeleine Dejust (22 años) – muerta en julio de 1977. 4.Chantal Gras (18 años) – muerta en julio 1977. 5.Bernadette L. (18 años) – muerta a principios de 1979. 6.Marine R. (16 años) – febrero 1981. 7.Sylvianne Lesage (23 años) – julio 1981. Chantal Gras

Jacqueline Weiss

Christine Marlot


Asimismo, el 23 de noviembre de 2004, Émile Louis reconoce la violación y el secuestro de una vecina en Var (Anne-Marie Ziegler) a mediados de los 80. El 12 de octubre de 2005, la hija mayor de Louis, Marilyne Vinet, declara como testigo en el juicio y dice que fue violada dos veces por su padre, una cuando tenía 5 años y otra, 19; y afirma haber asistido al asesinato de una joven a quien su padre destripó en un bosque de Saint-Florentin cuando tenía 10 años. En marzo de 2004, Émile Louis fue condenado a 20 años de cárcel.

Por otra parte, el padre de un estudiante británica que fue asesinada en Francia hace 14 años creyó que Louis podría dar pistas e información sobre el caso de su hija de 20 años, ya que en su momento se habló de una posible vinculación entre su muerte y una red de prostitución. El cuerpo de Joanna, la joven británica, fue encontrado flotando en el río Yonne, en Moneteau (cerca de Auxerre) en mayo de 1990. Había sido atada y violada antes de ser estrangulada y el asesinato se produjo en medio de una serie de desapariciones y asesinatos no resueltos en esa región de Boloña. Y aunque Louis no pudo haberla asesinado porque en ese tiempo se encontraba en prisión, sí se pensó que podía tener información que ayudaría a resolver el caso. En 2001, Louis se retractó de su confesión y dijo que él sólo había sido un títere, un simple empleado de una red sexual sita en Auxerre y que involucraba a ciertos vecinos locales de reconocido prestigio (esta misma defensa, también fue utilizada en vano por Marc Dutroux, conocido como «el asesino de niños belgas»). Y es que en la región de Auxerre, la existencia de dicha red no era ningún secreto: en 1984 una joven con discapacidad se presentó en el hospital con una historia escalofriante: había estado secuestrada, violada y torturada en un sótano por distintos «visitantes» durante tres meses, hasta que al fin logró escapar. Asimismo, hacía algún tiempo la policía había liberado también otra joven que había sido secuestrada y encarcelada durante una semana en esa casa, que disponía de una cámara de tortura y una lista de precios. El propietario de dicha casa, Claude Dunand, al parecer había estado al frente de este negocio durante años con total impunidad; hasta que en 1991 fue condenado a cadena perpetua. Sin embargo, su liberación llegó 10 años después, lo que provocó varias especulaciones sobre el trato preferencial que había recibido como parte de una conspiración para proteger la identidad de los clientes. Los periodistas locales dicen que la policía elaboró una lista de personas implicadas en dichos casos, pero que desapareció de los archivos…


Asesinos y Ejército Militar He aquí una pequeña pincelada de algunos asesinos con pasado militar… 1.

Rodney James Alcalá, se inscribió en el Ejército de los Estados Unidos, desempeñándose como secretario. Pasados tres años de haber ingresado a la milicia, Rodney fuese dado de baja por sufrir varios “ataques de nervios”.

2.

Joe Ball, cuando los Estados Unidos declaran la guerra a Alemania (1917), se alista al ejército y es enviado al frente poco después.

3.

Jerry Brudos, en 1959, se une a la milicia de su país realizando su entrenamiento en Georgia y siendo estacionado en el fuerte Ord en California. El psicólogo de la Armada, el capitán Theodore J. Barry, recomienda su baja, a causa de sus “extrañas obsesiones…”

4.

Gilberto Antonio Chamba – El Monstruo de Machala, antes de ser taxista, Gilberto había estado en el Ejército, alcanzando el rango de cabo.

5.

Andrei Chikatilo – El Carnicero de Rostov, como todos los ciudadanos soviéticos sirvió en el ejército y luego se dedicó a los estudios.

6.

John Reginald Halliday Christie, trabajaba como oficinista en la Policía Local. A raíz de esto su padre le echa de casa. A los 18 años es reclutado para la Primera Guerra Mundial.

7.

Dean Corll – Candy Man, en 1964 se alistó en el servicio militar a pesar de su condición cardíaca, durante su tiempo como soldado se dio cuenta de su homosexualidad, por este motivo fue dado de baja después de haber servido por 10 meses.

8.

Charles Cullen – El Enfermero Asesino, a raíz de la muerte de su madre, el joven abandonó sus estudios y en abril de 1978 se alistó en la Marina de los Estados Unidos. Tras ser asignado al Cuerpo de Submarinos, sirvió en la sección de balística y misiles a bordo del USS Woodrow Wilson.

9.

Jeffrey Lionel Dahmer – El Carnicero de Milwaukee, en diciembre de 1978 su padre lo obliga a alistarse en el ejército, pero sus continuas borracheras no cesan. Al licenciarse va a vivir con su abuela, en donde muestra una posible reinserción, pues comienza a ir a la iglesia, a leer la Biblia e incluso reduce su dosis de alcohol y encuentra trabajo en una fábrica…

10. Manuel Delgado Villegas – El Arropiero, a los dieciocho años ingresó en la Legión, donde además de iniciarse en el consumo de marihuana, motivo por el que fue sometido a una cura de desintoxicación, comenzó a padecer ataques epilépticos -nunca se supo si fingidos o no- que le sirvió para ser declarado no apto para el servicio militar.


11. Gilles de Rais – El Mariscal de Las Tinieblas, evidentemente, fue formado intelectual y militarmente, cosa que lo llevó a tomar lugar al lado de Juana de Arco como primer teniente a favor de su amigo el rey Carlos VII. Sirvió con tal distinción en las distintas batallas de la época, que fue recompensado con el título de Mariscal de Francia. 12. Albert DeSalvo – El Estrangulador de Boston, cuando estuvo en edad, Albert se alistó en el ejército. 13. Raymond Fernández (y Martha Beck), durante la Segunda Guerra Mundial, Raymond se alistó en el ejército y trabajó en el Servicio de Inteligencia Británica, allí se destacó por su participación como espía. Según sus superiores, Raymond era fiel a la causa de los aliados y cumplía bien sus misiones. 14. Fritz Haarmann – El Vampiro de Hannover, a los 16 años ingresó a la academia militar de Neu Breisach tras la insistencia de sus padres. Fritz se adaptó bien a la rutina de soldado pero al año de ingresar en la academia comenzó a sufrir ataques, por lo que fue dado de baja por razones médicas. 15. Gary Michael Heidnik, a los catorce años, le pidió a su padre que lo metiera en una academia militar; y, como su padre amaba el rigor y la disciplina, gustosamente ahorró y lo metió en la Academia Militar de Staunton, donde Gary obtuvo excelentes calificaciones mas, cuando le faltaban pocos días para conseguir un ascenso, inexplicablemente abandonó la academia y volvió a la casa de su padre, ya que la academia estaba en Virginia. 16. Randy Steven Kraft – Estrangulador de California, en 1964, se unió al ROTC (Reserve Officer Training Corps), grupo donde demostró estar a favor de la guerra de Vietnam y también fue asistente de la campaña presidencial de Barry Goldwater. En 1969 Kraft, estando en la Fuerza Aérea de USA (arriba), declaró abiertamente su homosexualidad y fue dado de baja por “deficiencias médicas”. 17. Herbert Mullin – El Hippie Asesino, al final dejó sus estudios, recién comenzados, en Ingeniería de Caminos —disciplina que había estudiado porque quería entrar al Ejército—. 18. Dennis Andrew Nilsen, en 1961, se alista en la armada británica, donde aprovecha la soledad de su cuarto para colocar un espejo frente a su cama y fantasear con que era un cadáver, por los que sentía adoración. En el año 1972 deja la armada para trabajar como oficial de vigilancia, pero dura poco tiempo y entra a trabajar en una agencia de empleos, donde trabajaría hasta su arresto. 19. Anatoli Onoprienko, de adulto, para ganarse la vida, se había embarcado como marino y había sido bombero en la ciudad de Dneprorudnoye. 20. Gary Ridgway – El Asesino de Río Verde, después de graduarse de la escuela secundaria, entró a la Marina y se casó con quien fue su novia de colegio: Claudia Barrows. Fue en ese entonces, durante su periodo de servicio en las Fuerzas Armadas, cuando Gary empezó a pasar mucho tiempo con prostitutas. 21. Arthur Shawcross dejó la escuela en 1960, y cuando tenía 21 años fue reclutado en el Ejército, en abril de 1967. Después que su período de servicio en Vietnam terminara en septiembre de 1968, Shawcross fue asignado a Fort Sill, Oklahoma, como armero. 22. El asesino del Zodíaco, aunque se desconoce su identidad, al utilizar un lenguaje caracterizado por códigos cifrados se sospecha que pudo estar en la Marina.


23. Alfredo Galán – El asesino de la Baraja, en septiembre de 1998 entra en el ejército, donde llega a ser cabo primero en la Bripac (Brigada Paracaidista) de Alcalá de Henares, participó en dos misiones humanitarias en Bosnia. 24. José Bretón fue militar destinado en Bosnia y en Cerro Muriano (Córdoba), abandonó el Ejército y se dedicó al transporte de mercancías con un camión, hasta que se quedó en el paro. 25. Aaron Alexis (tiroteo reciente en Washington) se alistó en el ejército como reservista el 5 de mayo de 2007 y dejó la institución el 31 de enero de 2011 como suboficial de tercera clase por motivos que por el momento se desconocen. Luego fue contratista de la Armada en el área de tecnología de la información. 26. Dámaso Rodríguez – El Brujo, su gran conocimiento del medio natural y su formación militar como legionario le hacían poderoso y las fuerzas de seguridad sabían a lo que se enfrentaban. 27. Dennis Rader – BTK, pasó cuatro años (1966-1970) en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Entró al ejército y llegó a ser Técnico de Aviación. Tras pedir una licencia, regresó a Wichita, se casó y empezó a trabajar en un supermercado, hasta que lo despidieron. 28. David Russell Williams – El Coronel, durante sus años de universidad aprendió a volar aviones. Cuando él y su novia se separaron poco después de la graduación, le anunció a su familia y amigos que había decidido convertirse en piloto de las fuerzas armadas. El prometedor David Russell Williams comenzó su carrera militar en 1987. Su primera misión militar lo convirtió en un instructor de vuelo con el avión CT-134 en Portage la Prairie, justo al oeste de Winnipeg, en la pradera de Manitoba. Más adelante, Williams se trasladó a la Base de las Fuerzas Canadienses, en Nueva Escocia.

¿Casualidad….?

David Russell Williams

Dennis Rader, BTK


CHARLES ALBRIGHT The Dallas Ripper, The Dallas Slasher, The Eyeball Killer Charles (10 de agosto 1933) fue adoptado por Delle y Fred Albright cuando era niño. Su madre adoptiva, maestra de escuela, era muy estricta y sobreprotectora con él; tanto, que aceleró su educación y le hizo ir dos cursos por delante. No obstante, es sabido que en ocasiones lo vestía de niña y le daba muñecas para que jugara, y que le obligaba a cambiarse de ropa varias veces al día para que estuviera siempre limpio. Un día, Charles le comentó a su madre que de mayor quería ser taxidermista, así que ella lo ayudó y le enseñó a disecar y rellenar los animales que cazaba. Sin embargo los ojos de vidrio usados por los taxidermistas eran muy caros, y el chico debía utilizar botones como sustitutos. ro atrapado en su propio engaño, siempre debía arreglárselas para conseguir la libertad condicional a consecuencia de sus actos ilegales. Finalmente, él y su esposa se divorciaron en 1974.

Cuando tenía 13 años, Charles fue arrestado por asalto con violencia y robo y, a los 15, se graduó en el instituto y se matriculó, con documentos falsificados, en la North Texas State University. Su primera condena llegaría un año después, cuando fue sorprendido con dinero robado y en posesión de dos pistolas y un rifle: 12 meses en prisión. Tras su liberación, estudió en la universidad de Arkansas State Teacher y se especializó en estudios de pre medicina. Pero fue expulsado (no procesado) antes de graduarse por robar objetos del campus. Sin preocuparse por nada, falsificó sus notas, robó los documentos adecuados, falsificó firmas y se dio a sí mismo un título universitario.

Poco después de este episodio, Albright fue condenado a dos años de cárcel por robar cientos de dólares .n mercancía en una ferretería; pero sólo cumplió seis meses.

Luego se casó con su novia de la universidad y tuvieron una hija. Desgraciadamente, Charles no lograba mantener un trabajo mucho tiempo. Con todo, siguió «haciendo trampas» obteniendo y presentando falsas credenciales para enseñar en escuelas de secundaria. Pe-

En 1981, tras la muerte de su madre, abusó sexualmente de la hija de unos amigos, de nueve años. Fue denunciado de nuevo y procesado. Se declaró culpable y recibió directamente la libertad condicional, aunque más tarde afirmó que era inocente y se había auto inculpado para evitar molestias innecesarias.

En 1985, en Arkansas, Albright empezó una relación con una mujer llamada Dixie, y al cabo de poco tiempo ya se fueron a vivir juntos. Intentó trabajar como peluquero, carpintero, diseñador de bates béisbol, colocador de alfombras, etc. Pero nada le funcionaba lo suficiente; así que la mayoría de las veces era Dixie quien debía pagar todas las facturas y, encima, animarle moralmente. Su esposa no tenía ni idea, ni la más mínima sospecha, de qué hacía su marido en realidad…


El 13 de diciembre de 1990, el cuerpo de Mary Lou Pratt, una prostituta de 35 años, fue encontrado a la intemperie, boca arriba, con sólo una camiseta. Había recibido un disparo en la parte posterior de la cabeza con una bala del calibre 44 y le habían quitado los dos ojos con sumo cuidado, sin apenas dejar marcas en los párpados. Al parecer, se los había llevado el asesino. El 10 de febrero de 1991, Susan Peterson, otra prostituta, fue hallada casi desnuda, sólo vestida con la camiseta. Le habían disparado tres veces: una en la parte superior de la cabeza, otra en el pecho izquierdo y otra a bocajarro en la parte posterior de la cabeza. Una bala le había atravesado el corazón y otra se había depositado en su cerebro. Encima de su pecho habían colocado un mechón de su cabello y sus ojos también habían sido extirpados quirúrgicamente. El 18 de marzo de 1991, se encontró el cadáver desnudo de Shirley Williams, una prostituta a tiempo parcial, tumbado en posición decúbito lateral (de lado) cerca de una escuela. Le habían arrancado los ojos con delicadeza y presentaba contusiones faciales y la nariz rota. La causa de la muerte fue el disparo que había recibido en la parte superior de la cabeza y en la cara. Con los análisis de las escenas y el victimológico, el Tiene su celda decorada perfil criminal que se estaba buscando era el de un con dibujos de ojos hechos hombre blanco, de entre 30 y 50 años, lo suficientemente musculoso como para poder trasladar los capor él mismo. dáveres, y con nociones de medicina o ciencias biológicas oculares. Y por suerte, alguien encajaba perfectamente en esta descripción. La policía sólo tuvo que atar algunos cabos con base a los testimonios que había recibido y sobre todo al de una testigo en concreto: una prostituta que logró salvarse después de que Charles Albright le rociara gas lacrimógeno en la cara cuando intentó atacarla. A las 22.00 h del 22 de marzo de 1991, miembros del escuadrón táctico de élite de la policía se presentaron en casa de Charles Albright. Rompieron las ventanas y arrojaron granadas de humo al interior; derribaron la puerta y sacaron a Albright y a su esposa de la cama. Habían cogido al asesino. Charles Frederick Albright vivía a sólo dos manzanas de donde fueron encontrados los cuerpos y jamás se molestó en deshacerse de la ropa y los objetos utilizados en los asesinatos. Además, en su casa se encontraron varias armas de diversos calibres; otra de sus pasiones. Su motivación, una cruzada personal, se basaba en el odio que sentía hacia las mujeres y, especialmente, a aquellas que se dedicaban a la prostitución (profesión que tuvo que ejercer su madre debido a la precariedad económica que sufrieron). El juicio comenzó el 13 de diciembre de 1991 y Albright fue condenado a cumplir cadena perpetua. Actualmente se encuentra en la Clements Unit of the Texas, Department of Corrections, en Amarillo. Colecciona recortes de globos oculares y tiene su celda decorada con dibujos de ojos hechos por él mismo.


Los Primos Asesinos David Alan Gore y Fred Waterfield David Alan Gore nació en 1951, creció en el sur de Florida (igual que su primo Fred Waterfield) y durante un tiempo trabajó como auxiliar del Sheriff en el Departamento del Condado de Indian River, lugar donde en 1979 empezaron una serie de intentos de secuestro. Después de algunas tentativas fallidas, Gore y Waterfield consiguieron secuestrar a una mujer. La apuntaron con un arma y fueron en coche hasta un lugar aislado entre los famosos naranjales del Condado de Indian River. Ambos la violaron antes de liberarla. La mujer informó a la policía de la violación, pero los cargos contra estos dos hombres fueron retirados más tarde porque la mujer se negó a testificar, con lo cual aumentó su confianza.

David Alan Gore

Fred Waterfield

En 1981, Gore se unió al Departamento del Sheriff del Condado de Indian River, donde se le asignó la patrulla nocturna. Ahora tenía un método seguro para no levantar sospechas y acercarse a mujeres inocentes y además, como guinda, su primo Fred le ofreció 1000 $ por cada fémina atractiva que pudiera secuestrar y entregar. Ying Hua Ling era una guapa estudiante de secundaria. Gore siguió sus movimientos unos días y observó que tras bajar del bus escolar y hasta llegar a su casa la chica era muy vulnerable. Así que en uno de esos momentos se acercó a la chica fácilmente. Le enseñó la placa y le dijo que la llevaría a su casa para hacerle unas preguntas sobre un vago asunto oficial. Una vez en la residencia Ling, Gore se sorprendió al ver ahí a la madre, Hsiang Huaua Ling. Se puso nervioso, sacó un arma, esposó a las dos mujeres y las forzó a entrar en su coche. De camino a un punto alejado de un naranjal, llamó a su primo Fred para avisarle de que tenía su «pedido».

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madre

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Asesinó a la madre y a la hija Cuando Fred llegó a la escena, se enfadó con su primo Gore y le castigó por haber traído también a la mujer mayor. Waterfield violó a Ying Hua y luego mató a ambas. A la mañana siguiente, los dos socios enterraron los cuerpos de las víctimas entre los naranjos. Cinco meses después, Judith Kay Daley, de 35 años y recepcionista de un doctor de Belmont (California), se convirtió en la tercera víctima de estos primos cuando se encontraba de vacaciones en Florida. Gore la vio caminando hacia la playa en bañador; abrió el capó del coche de Daley y lo dejó inoperante. Cuando ella regreso a su vehículo, Gore le ofreció ayuda amable y «desinteresadamente» y, al ver que no conseguían ponerlo en marcha, le sugirió llevarla hasta un teléfono público. Pero nada más ella se hubo sentado en el asiento del copiloto, Gore sacó un arma, esposó a la aterrorizada mujer, y llamó a Fred para informarle de que «tenía un nuevo paquete para él». Waterfield llegó, violó a Daley y abandonó la escena del crimen. Luego Gore la asesinó y arrojó el cuerpo a un canal lleno de cocodrilos.

Llamó a Fred para informarle de que «tenía un nuevo paquete para él». Judith Kay Daley

Una semana más tarde, Gore cometió un error. El auxiliar asistente del Sheriff intentó llevarse una chica a un descampado, pero la joven sospechó que algo no iba bien y saltó del vehículo. Denunció el hecho y Gore perdió su empleo y su placa. Sin su acreditación, la cosa se complicaba: ahora las mujeres solían rechazar su ayuda y asistencia. Finalmente, fue aprehendido con armas en su poder y sentenciado a cinco años en prisión. Pero Gore regresó a los 18 meses. En mayo de 1983, los dos hombres secuestraron a dos muchachas que pedían ayuda, Bárbara Byer y su amiga Angélica Lavalles, ambas de 14 años. Las jóvenes fueron violadas antes de que Gore les disparara a la cabeza. El cuerpo de Bárbara fue enterrado y el de Angélica, arrojado al mismo canal donde habían tirado el cadáver de Daley tiempo atrás. Bárbara Byer

Cinco mujeres más cayeron víctimas de las garras de los dos asesinos depravados. Pero todavía habría otro asesinato final: un joven en bicicleta no podía creer lo que veía. A unos 45 metros, había una muchacha desnuda corriendo por la calle y gritando; detrás de ella, un hombre grande de cara rojiza, también totalmente desnudo y con un revólver. Seguidamente, el hombre cogió la chica y la arrastró nuevamente a la casa. Una vez allí, sin dudarlo, le pegó un tiro en la cabeza. El joven testigo pedaleó lo más rápido posible hasta su casa, le explicó a su madre lo que había presenciado y decidieron llamar a la policía. Momentos después de haber recibido la llamada de la mujer, la policía recibió una segunda llamada de un hombre que describía la misma inusual imagen que les acababan de relatar: un hombre desnudo había disparado a una mujer desnuda. Lo único que variaba era el lugar del incidente: esta vez había ocurrido en un naranjal a cierta distancia de la casa.


M

aletero chorreando sangre

Esta segunda llamada se había realizado a través del número de emergencias 911, con lo cual pudo ser rastreada y dio como resultado la casa de un pariente de Alan Gore, un ex convicto con un largo archivo de ofensas en contra de las mujeres. La policía teorizó correctamente que Gore había realizado esa llamada en un frívolo intento de llevar a la policía al naranjal y así obtener más tiempo para escapar de la casa. Sabía muy bien que el muchacho de la bicicleta había visto lo ocurrido. A los pocos minutos, un ejército policías había rodeado el escondite de Gore. Uno de los oficiales notó que había sangre chorreando del maletero de un Mónaco blanco estacionado en la entrada. Lo abrió y dentro encontró el cuerpo de la estudiante Lynn Carol Elliott. Las autoridades advirtieron a Gore de que iban a gas lacrimógeno si no se rendía. Y eso fue suficiente para Gore: salió de la casa con las manos en alto. El registro en la vivienda hizo descubrir la presencia de otra adolescente desnuda escondida en un armario. Le contó a la policía que ella y su amiga Lynn Carol, habían sido secuestradas al pedir ayuda. Ambas muchachas habían sido brutalmente violadas varias veces por Gore y Waterfield. Waterfield se había ido inmediatamente después de que Gore asesinara a Lynn Carol. Pero fue detenido sin incidentes en un taller mecánico de su propiedad. En muchos casos, la policía no conocía el destino de las mujeres que habían desaparecido, pero al admitir Gore los asesinatos, muchos de éstos se clarificaron e incluso llevó a la policía hasta los cuerpos de sus víctimas. Gore se declaró culpable por los asesinatos de las Ling, Daley, Barbara Byer y Angélica Lavalles, por lo que fue sentenciado a cinco cadenas perpetuas consecutivas. Por el asesinato de Lynn Carol Elliott, fue sentenciado a muerte. Fred Waterfield se presentó a juicio también por el asesinato de Lynn Carol Elliott. A pesar de que él no llevó a cabo el asesinato, fue hallado culpable y sentenciado a 15 años de cárcel. Enjuiciado por el secuestro y asesinato de Barbara Byer y Angélica Lavalles, fue hallado culpable y sentenciado a dos cadenas perpetuas consecutivamente sin posibilidad de libertad condicional durante, mínimo, 50 años. Gore fue ejecutado el jueves 12 de Abril mediante el «cóctel mortal» en la Prisión Estatal de Florida, en Raiford, en el norte del estado, y fue declarado muerto a las 22.19 GMT, según detalló el Departamento de Prisiones.

David Alan Gore

Fred Waterfield


RICHARD RAMIREZ The Night Stalker (El merodeador nocturno) «Cuando Richard Ramírez fue detenido el 25 de agosto de 1985, una extraña historia que implicaba el satanismo y la adoración del culto comenzó a surgir». The History Channel

El pistoletazo de salida de la carrera criminal de Richard Ramírez se produjo el 28 de junio de 1984 cuando, después de haber estado consumiendo cocaína, salió de su casa completamente drogado, puso en el coche su canción favorita y se detuvo frente a una casa de la calle Glassell Park en la que entró por la ventana. Allí vivía Jennie Vincow, de 79 años de edad, y que se encontraba durmiendo en la cama. Ramírez la apuñaló repetidas veces y le cortó la garganta tan profundamente que casi quedó decapitada. Luego, Ramírez saqueó la vivienda y agredió sexualmente el cadáver de la anciana. El 17 de marzo de 1985, Richard Ramírez atacó a María Hernández, de 22 años de edad. Él le disparó antes de que ésta entrara en su casa. Dentro estaba Dayle Okazaki, de 34 años, a quien Ramírez disparó y mató inmediatamente. Hernández sobrevivió. La bala había rebotado en las llaves que tenía en sus manos y que levantó para protegerse. Una hora después de matar a Okazaki, Ramírez volvió a actuar en Monterey Park. Asaltó a Tsai-Lian Yu (30 años) y la sacó de su coche en medio de la carretera. Le disparó varias veces y huyó. Un policía la encontró cuando aún respiraba, pero murió antes de que llegara la ambulancia. El 27 de marzo de ese mismo año, mató a Zazarra Vincent, de 64 años, y a su esposa Maxine, de 44, a quien disparó en la cabeza y luego torturó. A pesar del disparo, ella aún siguió viva y, mientras agonizaba, Ramírez la desnudó, la colocó en la cama y la violó. Luego fue a buscar un cuchillo a la cocina, regresó donde estaba la mujer y la apuñaló varias veces en el cuello, el abdomen, las ingles, los pechos, la vagina y la cara. Intentó también cortarle un pecho, pero no lo consiguió. Posteriormente le vació las cuencas sacándole los ojos. Tras esa insoportable agonía, Maxine «por fin» murió. Ramírez la dejó desnuda, boca arriba sobre la cama y dejó escrito con sangre en una pared su sobrenombre: Night Stalker (El Merodeador Nocturno). Los cuerpos fueron hallados por el hijo del matrimonio y la autopsia finalmente determinó que las mutilaciones habían sido post mortem. Aquí, Ramírez dejó huellas en las macetas y la policía las fotografió y las difundió; pero ésta prácticamente era la única prueba que la policía tenía en ese momento. Por otra parte, las balas encontradas en la escena se correspondían con las encontradas en los ataques anteriores, por lo que se determinó que un asesino serial andaba suelto. El mes de abril pasó sin «muertes» (aunque sí hubo algún ataque), pero dos meses después de matar a la pareja Zazzara, Ramírez agredió a una pareja china: Harold Wu, de 66 años, quien recibió un disparo en la cabeza, y su esposa Jean Wu, de 63, que fue golpeada, atada y luego violada furiosamente. Sin embargo, por razones desconocidas, Ramírez decidió dejarla vivir. Los ataques de Night Stalker se encontraban ahora en pleno rendimiento, pero dejó tras de sí más pistas sobre su identidad y los supervivientes a sus agresiones pudieron proporcionar a la policía la descripción de un hombre alto, hispano, con los dientes algo separados y podridos, y con el pelo largo y oscuro.


El 29 de mayo de 1985, Ramírez entró en la casa de las ancianas Malvia Keller, de 83 años, y su hermana discapacitada Blanche Wolfe, de 80, y las atacó con un martillo. Ramírez trató de violar a Keller, pero fracasó. Con Wolfe «tuvo más suerte». Luego, usando un pintalabios, dibujó una estrella de cinco puntas en el muslo de Keller y en la pared del dormitorio. Las hermanas fueron encontradas 2 días después en su casa, ambas con vida. Sin embargo, Keller murió, pero Wolf, por su parte, sobrevivió. Al día siguiente, 30 de mayo, Ruth Wilson, de 41 años, fue inmovilizada, violada y sodomizada por Ramírez, mientras su hijo de 12 años estaba encerrado en un armario. Ramírez hirió a Wilson una vez, pero la dejó con vida y, antes de irse, la ató junto a su hijo y se fue. Gracias a eso, se pudo realizar el primer retrato robot. En junio y julio, tres mujeres más fueron atacadas en sus domicilios. Dos de ellas degolladas y una golpeada hasta la muerte. El 5 de julio Whitney Bennett, de 16 años, sobrevivió tras ser golpeada con una barra de hierro (necesitó 478 puntos de sutura); el 7 de julio Linda Fortuna, de 63 años, fue atacada y Ramírez intentó violarla, pero fracasó. El 20 de julio, de nuevo actuó dos veces: disparó y mató a un hombre de 32 años, Chitat Assawahem, y, a su esposa Sakima, de 29, la golpeó y la vejó obligándola a realizarle sexo oral (el hijo de ambos, de 8 años, también fue violado). Más tarde, ese mismo día, Maxson Kneiding, de 66 años, y su esposa Lela, también de 66, fueron asesinados y mutilados. El 6 de agosto, Ramírez disparó a Chistopher y Virgina Petersen, de 38 y 27 años respectivamente, en la cabeza. Ambos lucharon por sus vidas y, milagrosamente, sobrevivieron, aunque la esposa quedó muda, ciega de un ojo y con terribles cicatrices. El 8 de agosto, Elyas Abowath, de 35 años, recibió un disparo en la cabeza mientras dormía y Ramírez obligó a Sakina, la esposa de 29 años, a que se dejara hacer sexo oral por él. Después la violó analmente y la forzó a practicarle sexo oral a él. Se fue sin matarla. Después de este ataque, Night Stalker salió de la zona de Los Angeles y, el 17 de agosto, disparó a muerte a un hombre de 66 años que vivía en San Francisco junto a su esposa, a quien también disparó y golpeó. La mujer sobrevivió a sus heridas y fue capaz de identificar a su agresor como “El merodeador nocturno” a partir de los retratos robots de la policía. El 24 de agosto de 1985, Ramírez entró en otra vivienda a 50 millas al sur de Los Ángeles. Allí vivían Carns Bill, 29 años, y su prometida, Inez Erickson, de 27. Ramírez disparó a Carns en la cabeza y violó a Erickson. Le ató las muñecas y los tobillos con unas corbatas y le preguntó si sabía quién era él; la chica respondió que «sí, el Merodeador Nocturno», lo cual le satisfizo muchísimo. Luego él le exigió a la chica que jurara su amor por Satán, y ella murmurando lo hizo: Me encanta Satanás. Ramírez la arrastró otra vez por los cabellos, la puso frente a él y la obligó a practicarle sexo oral. Tras la felación, volvió a violarla y, al acabar, le apuntó con el arma. Ella chilló y cerró los ojos, pero lo «único» que hizo Ramírez fue reírse de ella, guardar la pistola e irse. Sus huellas dactilares quedaron por todas partes.

DATO La canción favorita de Richard Ramírez era Night Prowler, del grupo


Pero un adolescente que estaba trabajando en su motocicleta en el garaje de sus padres, vio el automóvil Toyota color naranja del asesino circulando por su vecindario. Le pareció sospechoso y anotó el número de matrícula. A la mañana siguiente, llamó a la policía alertándolos sobre el automóvil. Con el número de matrícula, la policía pudo determinar que el vehículo había sido robado en Chinatown, Los Ángeles, mientras el propietario cenaba en un restaurante. Se puso un aviso sobre el coche y dos días más tarde lo localizaron estacionado fuera de un McDonald’s. El coche estuvo bajo vigilancia casi 24 horas, esperando a que el ladrón regresara. Pero no hubo suerte. No obstante, un equipo forense revisó el vehículo y encontró huellas dactilares que se analizaron y dieron sus frutos: pertenecían a un tal Richard Ramírez Muñoz, que fue descrito como un vagabundo de 25 años de edad, de Texas, con un largo historial delictivo que incluía numerosas detenciones por tráfico de drogas y violaciones. El rostro de Richard Ramírez fue difundido en la televisión nacional y se convirtió en la portada de todos los periódicos importantes de California. Al día siguiente a estos hechos, Ramírez fue identificado, rodeado y golpeado brutalmente por una multitud furiosa en el este de Los Ángeles cuando intentaba robar de nuevo un coche. La policía tuvo que disolver a la multitud para evitar que lo matasen. Tras su detención, Ramírez fue acusado de catorce homicidios y otros treinta y un delitos graves. La selección del jurado para el caso se inició el 22 de julio de 1988. Durante el juicio, Night Stalker coqueteó con todas las mujeres presentes, quienes sorprendentemente le devolvían siempre la sonrisa. También soltaba frases despectivas hacia los testigos, el Jurado o el Juez. Le encantaba que le fotografiaran y siempre posaba para los medios. Un día incluso mostró a los presentes un pentagrama que se había marcado en la palma de la mano izquierda. Su frase de despedida siempre era ¡Viva Satán! El 20 de septiembre de 1989, Ramírez fue declarado culpable de trece cargos de asesinato, cinco intentos de asesinato, once agresiones sexuales y catorce robos. El 7 de noviembre fue condenado a muerte; sería ejecutado en la cámara de gas. Su reacción…: Gran cosa. La muerte forma parte de mi territorio. ¡Los veré en Disneylandia!

MUERTO el 7 de junio de 2013 en la cárcel por causas naturales (debido a un fallo hepático).


COLLEEN STAN ¿Salvada por la llamada de Dios? La familia Hooker En la tranquila ciudad de Red Bluff, California, Cameron y Janice Hooker no destacaban. Se conocieron en 1973, cuando ella tenía 15 años y sufría ataques epilépticos, y tres años después, en 1976, él empezó a trabajar en un aserradero local y alquilaron una casa en el 1140 de Oak Street. Cameron Hooker

Sin embargo, Cameron era un adicto a la pornografía violenta y logró persuadir a Janice para que le dejara atarla a un árbol desnuda, suspendida por las muñecas. A ella no le gustó mucho la idea, pero su afecto posterior recompensaba. Sus actos sexuales se convirtieron en rutina y, cuando se casaron en 1975, Cameron se creyó con el derecho de hacer todo lo que quisiera con su mujer; ella le pertenecía.

La dinámica siempre solía ser la misma: él ordenaba y ella obedecía; y si en algún momento rechistaba, él la amenazaba de muerte. Pero la vulnerabilidad y la sumisión de Janice empezaron a cansar a Cameron. Él necesitaba más emoción, cosas nuevas, una esclava para jugar. Y para conseguirlo necesitaba a su esposa. ¿Qué le pidió ella a cambio? Un bebé.

Janice Hooker

Una vez cumplido el trato, tuvieron que analizar y preparar sus hazañas: necesitaban una manera de retener a la esclava y evitar que los vecinos oyeran los posibles gritos o lloros. Así que, con sus fantasías en mente, Cameron diseñó e hizo unas cajas robustas que luego utilizaría con sus víctimas. Cuando llegó el momento adecuado, la pareja empezó a merodear y a buscar a la primera víctima de la cadena de esclavas sexuales que tendrían.

Modelo caja


Colleen Stan El jueves 19 de mayo de 1977, Colleen Stan, de 20 años de edad, se fue de su casa en Eugene (Oregon) para visitar a una amiga que vivía en Westwood, al norte de California (a unos 640 kilómetros de distancia). Lo decidió de repente; quería desearle un feliz cumpleaños en persona. No tenía coche ni dinero para coger algún transporte, pero en los años 70 el autostop estaba a la orden del día (a pesar de los asaltos y crímenes cometidos por Edmund Kemper cuatro años antes). Así que la joven empezó su aventura en la autopista interestatal 5 y por la tarde ya había conseguido recorrer 560 kilómetros. Se encontraba en la ciudad de Red Bluff, California, a menos de cien kilómetros de su destino. Durante el viaje, Colleen había sido bastante precavida y había intentado evaluar a todo aquél que se detenía para llevarla. Incluso había rechazado a un par de conductores que no le daban buena espina. Y entonces, un Dodge Colt de color azul se detuvo. Sus ocupantes eran jóvenes, una pareja con un bebé que tenían buen aspecto y eran amables. «Por fin el último trayecto», pensó Stan. La familia Hooker, quien la recogió, charló amigablemente con Colleen e intentó que la joven se sintiera cómoda en todo momento. Sin embargo, al cabo de un tiempo, la chica notó que el conductor, Cameron Hooker, no paraba de mirarla por el espejo retrovisor; cosa que la puso algo nerviosa. Cuando se detuvieron en una gasolinera, Colleen fue al baño y pensó en escapar, pero se tranquilizó pensando que el hombre no le haría nada delante de su esposa y el bebé y volvió al coche, donde nada más llegar le ofrecieron una chocolatina. Después de recorrer unos dos kilómetros, la familia Hooker comentó que muy cerca de donde estaban había unas cuevas de hielo espectaculares y que les gustaría hacer una parada rápida para visitarlas. Colleen no se opuso, y Cameron condujo por un camino de tierra que parecía llevarlos a la nada. De repente, detuvo el Colocaron sobre la coche y apagó el motor. La señora Hooker, Janice, salió del coche con el bebé justo en el momento en el que Colleen notó el cabeza de la joven extremo puntiagudo de un cuchillo en su garganta. Entonces una caja grande de Cameron le ordenó que pusiera las manos sobre la cabeza y le metal con bisagras preguntó si iba a hacer lo que él dijera. Paralizada por el miedo, sólo pudo responder un débil sí mientras él la esposaba, le hechas de madera vendaba los ojos y la amordazaba. laminada. Seguidamente colocaron sobre la cabeza de la joven una caja grande de metal con bisagras hechas de madera laminada. Pesaba mucho, y el agujero que había para pasar el cuello casi la asfixia. El interior estaba tapizado y aislado con dobles laterales, lo cual dificultaba el poder respirar. Colleen se encontraba totalmente inmovilizada y a oscuras y, una vez dentro del coche nuevamente, el hombre la cubrió con el saco de dormir que ella llevaba. El coche retomó la marcha y a la joven le pareció estar yendo por la ladera de una sinuosa carretera de montaña. Más tarde, la familia Hooker fue a cenar a un restaurante de comida rápida y dejaron a Colleen en el coche preguntándose si alguna vez volvería a ver a los suyos. Cuando llegaron a su destino, Cameron la empujó para que saliera del coche y entrara en una casa, donde le quitó la caja que le había colocado anteriormente en la cabeza. Pero su alivio duró poco. El hombre llevó a la joven al sótano y le dijo que se quedara de pie junto a una nevera portátil de la marca Coleman. Aterrorizada, obedeció. Entonces le ordenó que levantara las manos por encima de la cabeza y la ató por las muñecas con una correa de cuero a las tuberías. Mientras le quitaba cada pieza de ropa, Cameron notó como la chica temblaba. Seguía con los ojos vendados, y no podía ni imaginar qué vendría después.


Hooker, que estaba aguantando el peso de Collen con su torso, se separó de ella y la dejó colgada, suspendida por las muñecas. Y ante los gritos y las súplicas de la joven, la amenazó diciéndole que le cortaría las cuerdas vocales tal como hizo con su anterior «huésped». Entonces Cameron salió un momento de la habitación y, cuando volvió, empezó a golpear a Colleen con un látigo tanto por delante como por detrás. La joven chillaba de dolor y pedía clemencia, pero eso sólo provocaba más a su agresor. En un momento de serenidad, por debajo de la venda que le tapaba los ojos, Colleen alcanzó a ver una revista pornográfica en el suelo con la fotografía de una mujer desnuda y colgada, tal como se hallaba ella. Cameron estaba tan emocionado por su conquista y tenencia de una esclava, que rápidamente fue a buscar a su esposa para mantener relaciones sexuales allí, bajo los pies de Colleen. Cuando terminaron, descolgaron a la joven. Sus brazos estaban doloridos y su cuerpo magullado. A continuación, hicieron que se sentara dentro de otra caja bloqueada y la dejaron completamente inmovilizada y casi sin poder respirar. La ingenua idea mañanera de sorprender a una amiga, se había convertido en su peor pesadilla… Y sólo acababa de empezar.

Cameron estaba tan emocionado, que rápidamente fue a buscar a su esposa para mantener relaciones sexuales bajo los pies de Colleen. Colleen Stan

En un triste y oscuro Limbo A la mañana siguiente, Colleen estaba agotada. Apenas había podido dormir. No dejaba de preguntarse qué pasaría. Tenía mucho miedo. Sin embargo, cuando Cameron fue a verla y la sacó de la caja, por una vez en mucho tiempo respiró aliviada. Aunque su sosiego no duró mucho. La tuvieron todo el día sin comer, hasta que por la noche le trajeron un vaso de agua y patatas. Luego, la colgaron otra vez durante un rato y la volvieron a meter en la caja. Finalmente, le permitieron usar un orinal y tumbarse sobre una rejilla, donde permanecería inmóvil durante horas. Pasó otro día entero hasta que le permitieron volver a ingerir agua y comida. No obstante, el día era muy caluroso y húmedo y Colleen se negó a terminarse lo que le habían ofrecido porque no se encontraba muy bien. Cameron, enfurecido, le dijo que tenía que estar agradecida y que una esclava debía obedecer sin importar cómo se sintiera. Como castigo, la colgó de nuevo por las muñecas y la azotó hasta que se desmayó. Y esa fue su nueva rutina: una sola comida al día, la tortura, el aislamiento y la incertidumbre. Colleen Stan se encontraba vagando entre la vida y la muerte, en un limbo triste y oscuro del que no sabía si algún día saldría.


COLLEEN STAN: persona desaparecida Los padres de Colleen, divorciados, se habían vuelto a casar y ambos vivían con sus respectivas parejas en Riverside, California. Colleen, por su parte, también había estado casada justo antes de cumplir los 17 años con Tom Smith, de 22. Pero su unión apenas duró un año; con lo cual regresó a casa para obtener el diploma de secundaria y después mudarse con unos amigos a Eugene, quienes se convertirían en su «familia adoptiva». El 23 de mayo de 1977, cuatro días después de su salida, esos amigos y compañeros de Colleen hablaron con su familia para saber si sabían algo de ella, ya que hacía días que ellos no la veían ni tenían noticias suyas. Sabiendo (o intuyendo) su idea de ir a Westwood a ver a una amiga, decidieron llamarla y fue cuando descubrieron que nunca había llegado a su destino. Así pues, se personaron en la comisaría de policía de Eugene y denunciaron su desaparición. El primer sospechoso, evidentemente, fue Tom Smith; pero éste era de Ohio y nunca antes se había molestado en ir a ver a Colleen, así que no había razones suficientes como para pensar que él hubiera tenido algo que ver con todo esto. La investigación estaba en un punto muerto y la familia, pensando ya lo peor, destrozada y desanimada. En el nuevo «hogar» Colleen apenas veía a Janice Hooker o a su bebé. La mayor parte EL CONTRATO del día estaba encadenada, con los ojos vendados y tendida desnuda encima de una rejilla. Cameron la visitaba frecuentemente para DE azotarla y fotografiar su cuerpo desnudo y magullado. Incluso alguna vez, cuando el sadismo se apoderaba de él, le metía la cabeza bajo el agua hasta que ella perdía el conocimiento. «¿Perderá el ESCLAVITUD control algún día y me matará?», se preguntaba insistentemente. A pesar de sus fantasías, Cameron era bastante pragmático, con lo cual pronto se dio cuenta de que mantener a Colleen encadenada y desnuda todo el día podría ser perjudicial para su salud. Así que tuvo que pensar otro modo de mantenerla bajo control y finalmente decidió construir una caja parecida a un ataúd pero de mayores dimensiones. Y esa fue su «nueva habitación», donde permanecería encerrada y atada hasta que él la deseara. Durante todo un mes, esa fue la vida de Colleen: sin ducha, sin apenas comida, y encerrada en esa caja. Perdió más de 20 kilos y dejó de menstruar. Su mundo estaba entre esas cuatro paredes. Tanto, que incluso empezó a guiarse por la temperatura de la caja para saber qué momento del día era. Fuera de su refugio, las sesiones de bondage de Cameron se volvieron más largas, frecuentes y «sofisticadas». A veces, usaba una lámpara potente para quemarle la piel o electrocutarla, o intentaba estrangularla mientras la azotaba para terminar abusando sexualmente de ella, aunque nunca con penetración. Y entonces un día, sin saber porqué, Cameron decidió poner a Colleen a trabajar. Le construyó una pequeña celda en el hueco de la escalera y la trasladó ahí, sin cadenas, para que pelara nueces o hiciera macramé. El pequeño reino de libertad en el que pasaría meses, incluidos los días de Navidad, Año Nuevo o su 21 cumpleaños, tras ocho meses de torturas e incertidumbre. Tiempo después, Cameron tuvo una idea a partir de un artículo titulado «Venden tanto su cuerpo como su alma cuando firman EL CONTRATO DE ESCLAVITUD», publicado en una revista sadomasoquista underground a la que estaba suscrito. Así pues, decidió escribir un contrato aparentemente vinculante al campo judicial y obligó a Colleen a firmarlo bajo el nombre de Kay Powers, esclava de Michael Powers (Hooker).


La firma de dicho documento significaba que ella estaba de acuerdo con sus deberes para con él, como llamarle «maestro», estar siempre «disponible» para su satisfacción y, en caso de no cumplirlo, poder ser «entregada» a otra persona «menos amable» que él. Cameron incluso mintió y dijo que había pagado 1.500 dólares para registrarla en la llamada Sociedad de Esclavos, donde también estaba inscrita Janice, y que los responsables de dicha compañía conocían a los familiares de las esclavas y podían matarlos si éstas intentaban escapar. Sin embargo, con el contrato firmado, Cameron permitió que K (que es como pasó a llamarse Colleen en la casa) hiciera algunas tareas domésticas como cocinar, lavar los platos o limpiar. Aunque cada vez que él gritaba «¡Atención!», ella tenía que desnudarse, ponerse de puntillas, y coger con las manos la parte superior del marco de la puerta que había entre la sala de estar y comedor. Asimismo, debía llevar un collar y una tarjeta de identificación o registro, supuestamente de la Sociedad de Esclavos.

Bajo amenazas, miedo y torturas de toda clase, pasaron 7 años

Entonces, una noche Cameron llevó a Colleen al lecho matrimonial y Janice trató de ir con ellos, pero su marido la echó de allí. Por primera vez, Michael Powers violó a K.

Con las prácticas sexuales coitales frecuentes y la nueva frialdad y sumisión de Colleen, Cameron le dio algo más de libertad y confianza y le permitió dedicar más tiempo a los trabajos manuales en su celda. No obstante, poco después los Hooker decidieron mudarse a un remolque en medio de la nada para disfrutar de más privacidad y nuevamente, debido al poco espacio que había ahí, Cameron construyó una nueva caja ventilada que encajaría bajo la cama de agua matrimonial, desde donde la joven oiría los actos sexuales de la pareja o hasta el nacimiento del segundo hijo de los Hooker. No había privacidad ni para ella ni para Janice. Cameron estaba al mando. Pero a pesar del mal cambio visto desde la comodidad de Colleen, al igual que en una prisión de máxima seguridad, ahora se le permitió salir una hora al día para cepillarse los dientes, asearse, limpiar sus cosas, etc. De todos modos, si alguna vez cometía un error o rechistaba, la castigaban con descargas eléctricas que acabarían marcando su piel. Y así, bajo amenazas, miedo y torturas de toda clase, pasaron 7 años. La paradoja Janice estaba celosa de la excesiva atención que recibía Colleen de su esposo y más de una vez le pidió que la dejara marchar. Pero evidentemente él se opuso y lo único que hizo fue «desterrar» otra vez a la joven a la caja y reducirle libertades. Incluso un día quiso asegurarse de que Colleen sabía cuál era su rol en el «juego», así que la apuntó a la garganta con un arma de fuego y le pidió que disparara. Ella, sin saber si estaba cargada o no, obedeció y apretó el gatillo. Como una recompensa por su obediencia, Cameron le permitió escribir tres cartas a sus hermanas para hacerles saber que estaba viva, aunque antes de mandarlas comprobó su contenido. El 20 de marzo de 1981, tras tres años y medio de esclavitud, Cameron llevó a Colleen a ver a su familia, pero no sin antes preparar una tapadera, una historia falsa que ella debía aprenderse y aceptar sobre que él, su novio, era un excepcional programador informático, entre otras cosas. Su padre, completamente sorprendido al verla, una de las primeras cosas que señaló fue el aspecto demacrado de su hija. Pero temeroso de haberles podido ofender y causar así un rechazo, se anduvo con pies de plomo y contuvo todas las preguntas que quería hacer. Al fin y al cabo, estaban contentos de verse. Incluso su hermana tomó una foto de ellos dos y pensó que Colleen parecía feliz. Nadie sospechó que la joven necesitaba ayuda. A Janice, cada día le gustaba menos el hecho de que su marido mantuviera relaciones sexuales regulares con Colleen y, para calmar su ira, empezó compulsivamente a leer la Biblia, con lo cual surgieron los primeros remordimientos y la sensación de vergüenza por todo lo que estaba pasando en su casa.


El tiempo que queda Después de esto, su año de semilibertad terminó y pasó los siguientes tres años encerrada de nuevo en la caja. Consecuentemente, su condición física disminuyó: se le cayó el pelo y siguió perdiendo peso. Sea por esto o por mero aburrimiento, Cameron empezó a no estar satisfecho y a desear más esclavos, lo que implicaba más espacio. Así que decidió construir un calabozo y ordenó a Colleen que le ayudara a cavar un profundo agujero en el patio. En noviembre de 1983, Hooker ya tenía su propia mazmorra. Pero la obsesión por sus fantasías hizo que descuidara una amenaza inminente: su esposa. A Janice, cada día le gustaba menos el hecho de que su marido mantuviera relaciones sexuales regulares con Colleen y, para calmar su ira, empezó compulsivamente a leer la Biblia, con lo cual surgieron los primeros remordimientos y la sensación de vergüenza por todo lo que estaba pasando en su casa. Entonces, cuando Colleen cumplió 27 años, le volvieron a dar pequeñas libertades e incluso le permitieron tener un trabajo fuera de casa, en el King Lodge Motel, y acompañar a Janice a una iglesia nazarena local, donde ésta terminó pidiendo consejo al Pastor Frank Dabney y otros miembros de la comunidad sobre un «triángulo amoroso» en el que estaba involucrada. Evidentemente, todos le dijeron lo mismo: que Dios no lo aprobaría. Y esa afirmación, hizo que finalmente ideara un plan. El 9 de agosto de 1984, Janice recogió a Colleen en el King Lodge Motel y le confesó que no existía ninguna Sociedad de Esclavos, ni ninguna empresa que se dedicara a eso, ni ningún contrato válido ante la ley. Que todo era mentira y que tenían una noche para planificar su huida al día siguiente, mientras Cameron estuviera en el trabajo. La mañana del 10 de agosto de 1984, Janice acercó a Colleen a la estación y ésta llamó a su padre rápidamente para que la ayudara a comprar un billete de vuelta a casa. Con su boleto de libertad en la mano, llamó a Cameron y le dijo que sabía que había estado mintiendo todo el tiempo y que se iba. Cameron gritó al otro lado del teléfono, colérico; pero Colleen ya había aprendido la lección. Subió al autobús y se fue. Colleen Stan regresó con sus padres pero no contó a nadie lo que había pasado. Había hecho un trato con Janice, con quien mantenía el contacto, sobre mantener el secreto hasta que ella abandonara a su esposo. Finalmente, Janice lo confesó todo al Pastor Dabney, quien aturdido y con permiso, llamó inmediatamente a la policía. Cuando el detective Al Shamblin llegó a la iglesia, Janice empezó a relatar su historia con todo detalle: Por primera vez mencionó la conexión de Cameron con la desaparición e 1976 de una joven de la zona llamada Marie Elizabeth Spannhake, apodada Marliz. Explicó que su secuestro fue muy parecido al de Colleen, pero que en esa ocasión su

había disparado a la chica en el estómago y que luego la estranguló hasta la muerte. Sin embargo, no pudo recordar dónde abandonaron su cuerpo y jamás se han hallado los restos. Entonces les habló de Colleen y de cómo su marido había lavado el cerebro a la niña para mantenerla bajo su control. De cómo había «ayudado» a Cameron a destruir pruebas que en realidad ella conservaba: una fotografía del contrato de esclavitud, diapositivas de las mujeres suspendidas y atadas de distintas maneras, dos rollos de película fotográfica sin revelar y algunas fotos de Colleen en cautiverio donde

se la veía desnuda y suspendida del techo o tumbada en la rejilla. Janice, por testificar contra su marido, obtuvo inmunidad judicial y el 18 de noviembre de 1984, Cameron Hooker fue arrestado por las autoridades y posteriormente condenado a 104 años de cárcel.

El verdadero final


HOSANNA CHURCH True Detective / True Story HOSANNA CHURCH En Tangipahoa (al norte de Nueva Orleáns, Louisiana), aún se recuerda con orgullo cómo el reverendo Louis Lamonica se propuso convertir la zona en el verdadero pueblo de Jesús con la fundación de la Iglesia Hosanna. Sin embargo, treinta años después, el hijo y sucesor de dicho predicador consiguió poner la parroquia en el punto de mira pero no precisamente por su devoción: Louis Lamonica Jr. y ocho miembros de la Iglesia Hosanna (incluidos su esposa Robbin y un ayudante del sheriff de 24 años, Christopher Labat) fueron acusados de ser miembros de una red pedófila satánica que llegó a violar hasta 25 niños y a sacrificar incalculables animales. Lamonica Jr., operario de maquinaria pesada hasta que fue elegido pastor en 1993 tras la muerte de su padre, afirmó que el abuso comenzó en 1999 y terminó en 2003, momento en que se cerró la Iglesia Hosanna por su disminución de feligreses (aunque la policía cree que los «rituales» podrían haber seguido en las casas particulares de sus miembros). Según parece, a mediados de abril de 2005, la policía recibió una llamada de una tal Nicole Bernard, de 36 años, advirtiéndoles de que había huido de la ciudad para salvar a su hijo de sufrir abusos sexuales. Al día siguiente, el mismo Lamonica Jr. se personó en la oficina de un sheriff vecino y confesó de la nada que, durante más de cinco años, él y otros miembros de la iglesia habían abusado sexualmente de niños y niñas de edades comprendidas entre 1 y 16 años y que les habían enseñado incluso a mantener relaciones sexuales entre ellos y con animales. También contó que en alguna ocasión había bebido sangre de gato y que la había derramado sobre los cuerpos de sus jóvenes víctimas, algunas de las cuales eran hijos e hijas de los otros abusadores: Austin ‘Trey’ Bernard y su esposa Nicole (autora de la llamada a la policía), Christopher Labat, Allen R. Pierson y su esposa Patricia, Robbin Lamonica, Paul Fontenot y Lois Mowbray. Louis Lamonica Jr.

En los registros policiales posteriores, se encontraron varias cintas de vídeo y fotografías que plasmaban con todo detalle los hechos ocurridos: Los rituales se perpetraron en lo que se llamó «la habitación», que era la estancia destinada a los jóvenes de la iglesia. Seis adultos se ponían en fila, hombro con hombro, y practicaban actos sexuales con sus hijos u otros niños que se habían «portado mal». La única regla era que no habría ninguna penetración o lesión. Los episodios se caracterizaban también por tener rasgos satánicos, como un pentagrama, el uso de animales (enteros o partes), su sangre (que se derramaba encima de los niños), o escritos en las paredes desde el techo hasta el suelo que consistían en canciones y versos bíblicos con algunas palabras invertidas o cambiadas. El «santuario» era una gran sala vacía; no había bancos, ni sillas. Una estancia solitaria e ideal para acondicionarla según la ocasión.


En cuanto a las autoridades, el sheriff Edwards no dudó ni un momento de que algunos de los agresores creyeron firmemente estar participando en rituales satánicos; sin embargo, uno de sus ayudantes, Charles Reed, dijo que no estaba claro de si simplemente se trataba de pedófilos que utilizaban adornos y símbolos del satanismo como mera imagen y decorado de sus ritos y que los vídeos encontrados probablemente se habían realizado para confundir a las víctimas y, en algunos casos a sus padres, para inculcarles los conflictos éticos e incluso la moralidad de los abusos efectuados, como si de un «auto sacramental» se tratara.

TRUE DETECTIVE (http://es.wikipedia.org/wiki/True_Detective)

En el año 1995, los detectives Martin Hart (Woody Harrelson) y “Rust” Cohle (Matthew McConaughey) son enviados a investigar el asesinato de una mujer tras la demanda de ayuda por parte del sheriff de la policía local de una comunidad rural. Al llegar al lugar del crimen, los detectives se encuentran con el cadáver de una joven en un dantesco decorado - ritual probablemente unido a elementos de brujería y que podría ser obra de un asesino en serie. La oscura investigación de Cohle y Hart va dejando al descubierto la implicación en los crímenes de peligrosos delincuentes marginales, de una misteriosa secta que utiliza a Jesús como reclamo pero con rituales más ligados a la brujería y el satanismo que al cristianismo, de una popular iglesia cristiana evangélica en la que se han producido delitos (encubiertos) de pederastia en el pasado y que está encabezada por un rico y poderoso pastor relacionado con las altas esferas del poder político de Louisiana, etc. Pero sobre todo, el dato más escalofriante es el enigmático «Yellow King» (Rey Amarillo), que parece ser el sádico cerebro que se encuentra detrás de los crímenes y, por tanto, la clave para resolver el tortuoso caso.



© 2014, Marta Cañigueral Ayllón http://cabaretcrimes.tumblr.com/ tona81gi@gmail.com Reservados todos los derechos Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.


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