Revista Panenka Student's Work

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Panenka

ESPECIAL SEGUNDO ANIVERSARIO

HHH El fテコtbol que se lee www.panenka.com #aniversariopanenka

Aテ前S CON ANTONIN


Panenka Especial segundo aniversario Panenka

El fútbol que se lee

Staff

Práctica de maquetación de una revista de 16 páginas, en dos versiones: PDF para imprimir y PDF enriquecido, multimedia e interactivo. IES Puerta Bonita. CFGS de Diseño y Producción Editorial 1º curso, turno de mañana. MP de Procesos de Preimpresión. Curso 2013 / 2014. Alumna Marta Villacorta

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Sistema operativo Mac OS X Versión 10.7.5 Procesador 1.83 GHz Intel Core 2 Duo Memoria 2GB 667 MHz DDR2 SDRAM Aplicaciones Adobe InDesign CS5.5 Adobe Illustrator CS5.1 Adobe Photoshop CS5.1 Tipografías Egyptienne F Johnston ITC League Gothic Neutraface Slab Rockwell Rotor Times Univers Formatos de archivo EPS TIFF RIP EFI Fiery Graphic Arts Package Premium Edition Impresión Ricoh ProC 651ex


Editorial

NO HA SIDO UN BUEN AÑO PERO...

B

lesa, Urdangarín, Bárcenas, Díaz Ferran, Oriol Pujol... Seis millones de parados, deshaucios, recortes, subidas de impuestos, reforma laboral, televisores de plasma... No, no ha sido un buen año, pero 365 días después vuelve a ser 20 de junio y, aunque sólo sea por un día, l@s bigotud@s de Panenka nos damos el lujo de ser felices. En condiciones normales, ahora vendría la parte en la que, como en las conversaciones de ascensor con vecinas mayores que siempre te recuerdan cuando eras pequeño y te pellizcaban los mofletes -off topic: algunas incluso intentan repertir el gesto aunque gastes barba frondosa y les saques 17 cabezas-, deberíamos resumir estos últimos 730 días con perlas del estilo : ‘Qué rápido ha pasado el tiempo’, ‘Parece que fue ayer cuando decidimos liarnos la manta a la cabeza’, ‘Nos ha costado mucho esfuerzo llegar hasta aquí’. Pero mejor os lo ahorramos. De letras de boleros ya vamos todos sobrados y, bien o mal, aquí estamos dos años después. Eso sí, a través de este trayecto también hemos ido comprobando como nuestras páginas nos pedían cada vez más a menudo bajar a por prozac y whysky para soportar la concatenación de días grises. Jamás pensamos en una revista eminentemente social, pero el fútbol, y por ende Panenka, se ha impregnado forzosamente de esta caída libre anímica. Casi sin darnos cuenta, este último año la revista se ha desplazado desde la exclusión social hasta el racismo y la xenofobia, desde los desastres naturales hasta las reivindicaciones laborales, desde los conflictos armados hasta la solidaridad. Y en esa suma de historias, retratos y entrevistas, en un océano de ejemplos poco dignificantes de nuestra realidad y condición humana, el deporte siempre salía a flote. Por terrorífica que fuera la película, el fútbol siempre mejoraba el guión. Así que, puestos a elaborar un número especial que recogiese lo mejor del último año, qué mejor que recuperar estos ejemplos como regalo de cumpleaños. 11 espejos en los que reflejarse, 11 excusas para dibujar una sonrisa, 11 penaltis contra el pesimismo que condensan lo más positivo de nuestra segunda temporada. Quizá también nos tocaría formular un deseo de cara al próximo curso. Algo del tipo: seguiremos trabajando para continuar con esta locura. Pues eso, que mientras la fuerzas duren, nuestra intención es seguir presentándonos en vuestras casas cada mes. No haremos ni que baje la prima de riesgo, ni que la ‘troika’ pierda el látigo, ni que se apruebe la dación en pago, pero a vosotros parece que os ayuda a pasar un buen rato y nosotros somos bastante inútiles; sinceramente, no sabemos hacer otra cosa. Michael Douglas... No, no ha sido un buen año. Salud y fuerza para tod@s, bigotud@s.

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Sumario

Contenidos

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La caída de un loco

Opinión de Agustín Alberti

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Barro en las botas

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Y al séptimo día colgó las botas

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Opinión de Lilian Thuram

Opinión de Juan Carlos Valerón

Corazones de hierro

Opinión de Jacinto Ela

‘Calcio in poesia’

Opinión de Carlons Marañón

La odisea de los balonautas

Opinión de Hubertus Windle

Un futbolista que lo tuvo todo: dinero, fama y talento. Pero que, como tantos, lo echó a perder. A los 58 años, sólo le queda una fina ironía. Tras caer en redes mafiosas a cambio de una prueba en la elite, miles de chicos africanos malviven en Europa. Son los emigrantes ilegales del fútbol. A pesar de su prometedora carrera, Johan Vonlanthen se desvinculó del fútbol a los 26 años. La Biblia apareció en su vida y lo contagió todo. La Biblia apareció en su vida y lo contagió todo. años. También de su equipo de fútbol. En aquella época, la lucha de ambos gremios era compartida. Pier Paolo Pasolini se erige como un verso suelto del cine. Heterodoxo, incomprendido y polémico, el director fue, además, un apasionado del fútbol. Este enero se cumplieron ocho décadas del ascenso al poder de Adolf Hitler. Una triste efeméride que recordamos con un extraño viaje futbolístico.


Sumario

52 Duric, gol olímpico

Opinión de Pau Garcia-Milà

58 El fútbol no tiene techo

Opinión de Vicente corral

64 18 muletas para Zac

Opinión de Teresa Perales

70 Las dos caras de Leo Horn

Opinión de Nacho Sesqueira

78 Golpear al enemigo con un balón opinión de abdulah arabi

El ‘mejor goleador en activo del mundo’ según la IFFHS representó a Bosnia en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. Pero dentro de una canoa. David Duke encontró en el fútbol una válvula para salir del pozo. Ahora, intenta, también a través del deporte, ayudar a otros excluidos socialmente. Estar amputado de una pierna no es impedimento para jugar al fútbol. Zacaries lo sabe y busca a los compañeros del que debería ser su equipo. El fútbol pudo haber perdido a uno de los mejores árbitros de la historia. Por suerte, este holandés sobrevivió para combatir -y derrotar- a los nazis. El ex futbolista Rachid Mekhloufi huyó de Francia para luchar por la castigada Argelia. Para ello, tuvo que renunciar a un Mundial. Una elección sencilla.

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Sobre lo que pudo ser y no fue

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LA CAร DA DE UN LOCO Carlos Horacio Salinas llegรณ a ser campeรณn del mundo con Boca, tuvo un millรณn de dรณlares y siete pisos. Pero fue transferido como parte del pago por el pase de un tal Diego Maradona y ese fue el comienzo de su fin. Entrevista de Diego Jemio / @djemio Fotos de Martha Isabel Calle


Sobre lo que pudo ser y no fue

F

ue un día entre semana, en la madrugada, en el barrio de Once en Buenos Aires. El bar tenía luces cambiantes, mesas de plástico en la vereda y mozos desalineados. Los parroquianos hablaban poco. A lo lejos, se vio llegar a un hombre. La camisa sucia, el cuerpo quebrado, un bolso deportivo vacío en la mano. Se desplomó en una silla sin mesa. No pidió nada. Al rato, se quedó dormido, aferrado al bolso. Cuando despertó, balbuceó algunas palabras. -Ustedes saben quién soy yo. ¡Qué van a saber, porteños ignorantes! -No, no sabemos –respondió uno, desganado, como quien le habla a un idiota. -Soy Carlos Horacio Salinas. He sío campeón del mundo con Boca. ¿Ven este bolso? Estaba lleno de dólares. Un millón he llegado a tener. -¿Y qué le pasó, maestro? -preguntó otro de la mesa. -Me lo he gastado en putas y en cocaína. Yo soy el ‘Loco’ Salinas. Y ustedes no son nadie. Carlos Horacio Salinas alguna vez fue grande. No solo porque jugó en River, Boca, Independiente, Chacarita y Argentinos Juniors, sino porque sus goles lo transformaron en un mito del fútbol de la década de los 70. Los chicos coleccionaban figuritas con su cara; el público lo ovacionaba al grito de “¡Tucumano! ¡tucumano!” y los abanderados del buen fútbol decían que el ‘Semilla’ –así le llamaban en su ciudad– era un crack. Rápido, hábil y peleador, el ‘Loco’ Salinas no solo re- cogía elogios, sino también fortunas. En 1981, cobró 250.000 mil dólares cuando Boca lo vendió, junto a otros compañeros, a Argentinos Juniors. ¿Por qué se deshicieron de él? Porque Boca quería comprar a un pibe que la rompía: Diego Armando Maradona. La llegada de Maradona a Boca fue el comienzo de su abundancia, pero también el inicio del fin. Conforme los traspasos se iban sucediendo, Salinas empezó a ganar dinero pero a perder motivación. Y empezó a quemarse los

dólares. Llegó a tener dos BMW, siete pisos y todas las modelos que quiso. Hace ya un cuarto de siglo desde su retirada. Después de una juventud de lujo y declive, queda un hombre ermitaño y de risa forzada que dice tener voces dentro de su cabeza. -No quiero saber nada de ese hijo de puta –contesta la ex mujer de Salinas, con un enojo viejo, desde el portero automático de un edificio.

Su gran momento de gloria llegó en la final de la Intercontinental del 78 cuando marcó en Alemania contra el Mönchengladbach Desde hace tiempo que estoy buscando a Salinas. Boca tiene tres teléfonos suyos, pero ninguno contesta. Desde Tucumán –la provincia donde nací–, mi hermano averigua la dirección de su casa y lo atiende un primo. -No sé qué será de su vida. Se fue a Buenos Aires por un trámite durante una semana pero lleva un año afuera -contesta. Luego da unas coordenadas vagas de una calle en Caballito. Dice que ahí vive la ex mujer. Hasta ahora, solo me gané una puteada. Toco de nuevo, dispuesto a ser contundente.

-Hola, soy tucumano como Horacio. Quiero hacerle una entrevista –digo en una exhalación rápida. -Para en un bar, acá a dos cuadras. Chau –me cuelga. Son las diez de la mañana. El encargado del bar conoce a Salinas. Me quedo una hora, dos, tres. Almuerzo. Cansado de esperar, salgo a dar una vuelta a la manzana. Y lo encuentro ca-

minando solo, con las manos en los bolsillos. Ropa deportiva, zapatillas nuevas y la cara picada por una vie- ja viruela, Salinas habla fuerte y me agarra del antebrazo para enfatizar lo que dice. Saco la grabadora. Es un día entre semana a las cuatro de la tarde. Tiene tiempo.

-Éramos siete hermanos: cinco varones y dos mujeres. Mi hermano llegó a ser capitán de Gimnasia y Esgrima de Jujuy. Cuando yo tenía 14 años, me fui con él. Vivíamos en una pensión. Mientras ellos jugaban, yo esperaba en un lado. A veces, me hacían entrar un rato. Un día, la selección juvenil argentina fue a hacer pretemporada a Jujuy y jugó contra el equipo de mi hermano. Entré en el segundo tiempo y les di un baile. Después de ese partido, llegaron al club jujeño telegramas de San Lorenzo y de River pidiendo al jugador. Aunque siempre fue de Boca, Salinas eligió al equipo de la banda roja. El paso por River fue fugaz. Después de un clásico contra los ‘Xeneizes’, Salinas cambió la camiseta con un rival. Al día siguiente, fue a cobrar al Monumental con la camiseta de Boca puesta. -Pibe, ¿cómo va a venir así al club? Usted está loco –le dijo Rafael Aragón Cabrera, presidente de River. Al mes lo vendieron a Chacarita. Allí hacía caños, metía goles y jugaba con pausa. Estuvo dos años y era capitán indiscutible. A los 20 años, Juan Carlos ‘Toto’ Lorenzo, técnico de Boca, puso los ojos en él. Dice que lo cagaron con el pase, pero que no le importaba nada. Quería jugar en su ‘Boquita’. -Nunca supe exactamente cuánta guita pagaron por mi pase. Sé que el presidente se quedó con el 15 por ciento que me correspondía. ¡Pero en ese momento no me importaba nada! Total después era capaz de recupar toda la plata jugan-

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Sobre lo que pudo ser y no fue

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Sobre lo que pudo ser y no fue

BARRO BARRO EN BOTAS EN LAS LAS BOTAS En 1885, 1885,al al mismo mismo tiempo tiempoque quela la Federación Federación inglesa inglesa ya En ya empezaba empezaba aaadmitir admitir profesionalismoen ensus sus clubes, clubes, las las potencias elelprofesionalismo potencias occidentales occidentales se se citaron citaronpara para repartirse el escuadra yy cartabón. repartirse el continente continente negro negro con con escuadra cartabón.Un Un siglo sigloyymedio medio después,un uncierto ciertoaroma aromacolonial colonialaún aúndomina dominalas lasrelaciones relaciones balompédidespués, balompédicas casentre entrelalaorillas orillas norte y sur Estrecho Gibraltar. marco, norte y sur deldel Estrecho dede Gibraltar. EnEn eseese marco, no no faltan oscuras redes que prometen a jóvenes africanos -y sus familiasuna faltan oscuras redes que prometen a jóvenes africanos -y sus familias- una oportunidad al viejo viejo oportunidad en en algún algún club club europeo. europeo.Abandonados Abandonadosnada nada más más llegar llegar al continente, unos 10.000 de estos jóvenes sobreviven en la marginalidad.Son continente, unos 10.000 de estos jóvenes sobreviven en la marginalidad. loslos emigrantes ilegales Son emigrantes ilegalesdel delfútbol. fútbol. Textode deAitor AitorLagunas Lagunas // @aitorlagunas @aitorlagunas Texto Con GutiérrezyyÀlex ÀlexPareja Pareja Conentrevistas entrevistas de Andrés Gutiérrez Fotos paraGetty Getty Fotosde deÁlvaro ÁlvaroYbarra Ybarra Zabala para

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Dossier: Fútbol e inmigración

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erano de 2006. Mientras la selección ghanesa alcanza los octavos de final del Mundial de Alemania, un joven se sube a un avión en Accra, hace escala en Manila y se baja en Singapur. Se llama Ayi Nii Aryee, ya ha debutado con la sub-16 de su país y maneja una supuesta oferta de un club de la S-League a cambio de 1.000 dólares al mes, toda una fortuna para los estándares africanos. Al aterrizar en Asia, sin embargo, la realidad no se corresponde con la promesa: le proponen un contrato de 100 dólares, la tercera parte de lo que cobra una mujer de la limpieza en una de las ciudades más caras del mundo. Cuando solicita una beca para permanecer como estudiante, los estrictos funcionarios de aduanas le detienen y le deportan de vuelta a Filipinas. Los siguientes seis meses de su vida podrían inspirar una película si no fuera porque ya se ha rodado. Unas semanas después, el 18 de noviembre, Ayi celebra su cumpleaños. Entra en la mayoría de edad rodeado por un grupo de bomberos filipinos en un hangar. Sin visado, sin dinero para un billete de vuelta, sin representación diplomática de su país en Filipinas, el joven futbolista pasa medio año en un limbo legal con forma de aeropuerto internacional de Manila, vestido con una camiseta de la Juventus, un chándal y unas sandalias. Como Tom Hanks en La terminal, pero sin Catherine Zeta- Jones a la vista; apenas un balón y una pared. “Me entreno yo solo, porque aquí nadie juega al fútbol”, afirma esos días al diario local The News. “Cuando me tumbo enlos asientos de las salas de embarque e intento dormir, todo lo que puedo soñar es que salto a un estadio lleno y que los hinchas corean mi nombre. Eso me aporta paz e ilusión”. El caso de Ayi

os triunfos de Drogba L o Touré son la mejor publicidad para las mafias que trafican con jóvenes futbolistas

supone apenas un ejemplo de la salida masiva y en muchos casos desordenada de jugadores procedentes de África. La globalización del balompié, con la aparición de clubes compradores en todo el mundo, y la liberalización del mercdo europeo a raíz de la ley Bosman ha ha propulsado en las últimas dos décadas una corriente migratoria sin parangón en la historia del deporte. El fútbol llegó a África igual que al resto del planeta: como una lenta oleada que agitaban barcos con bandera británica a finales del siglo XIX. En 1885, cuando la Federación inglesa ya empezaba a admitir el profe- sionalismo en sus clubes, las potencias occidentales se citaron en el Congreso de Berlín para repartirse el continente negro con escuadra y cartabón. Con la parsimonia del jardinero que repinta las líneas de banda sobre el césped, los funcionarios europeos trazaron sus límites artificiales desde El Cairo hasta Ciudad del Cabo, desde Accra a Mogasdicio. Un siglo y medio después, un regusto colonial aún domina las relaciones entre las viejas metrópolis y sus antiguos territorios de ultramar. En el ámbito de la política o la economía, pero también en el fútbol. Ese deporte que llegó a África como una lenta oleada está saliendo de ella como un tsunami: un violento e incontrolado maremoto que deja no pocas víctimas en la orilla. Actualmente, 994 jugadores africanos actúan en las 49 ligas del viejo continente. Sólo la máxima com- petición de Irlanda del Norte falta a la extendida costumbre de alinear a algún magrebí o subsahariano cada fin de semana. “Anualmente, los clubes europeos importan varios miles jóvenes para jugar al fútbol. Y eso sólo de forma legal, porque en África existe un grave problema de tráfico de jugadores menores de edad”, denuncia Jean Claude Mbvoumin. A punto de cumplir 40 años y después de culminar una modesta carrera como defensa en Francia, este camerunés se ha erigido en oz de la conciencia de un deporte a menudo demasiado condescendiente con sus miserias sociales. “El 80% del nuevo fútbol


Las venas abiertas del fútbol africano

africano está surgiendo fuera del control de las federaciones e incluso de los clubes locales”, apunta Mbvoumin desde la sede de Foot Solidaire, la asociación que fundó en 1999 para luchar contra el tráfico de jugadores. Las carencias estructurales del fútbol africano facilitan la aparición de academias informales en los alrededo- res de las grandes ciudades, como una novedosa forma de cultivo extensivo: en lugar de plantar café o cacao se labran terrenos de juego polvorientos para re- colectar al nuevo Eto’o, al nuevo Weah, al nuevo Kanouté. Pies de obra baratos, sin protección laboral y movidos por la ilusión de un El Dorado que se cuela cada noche por la televisón.

UN SUEÑO DE CLASE MEDIA “Es fácil imaginar el impacto que genera en un poblado de Costa de Marfil ver a Didier Drogba levantar la Champions o Yaya Touré ganar la Premier”, advierte el periodista británico del Sunday Times Ian Hawkey. “Esos triunfos suponen la mejor publicidad para las academias ilegales y las mafias”. Buen conocedor del continente en el que se crió, Hawkey es el autor de Feet of the chameleon, uno de los mejores libros sobre el balompié en África. “Se ha convertido en parte del paisaje habitual: si conduces por una carretera de Ghana, Senegal o Nigeria, verás carteles de estas academias incon- troladas cada 10 kilómetros, muchas de ellas con nombres religiosos”. La fe en una vida mejor al otro lado de la muerte se combina en estos campos de tierra roja con la esperanza de una vida mejor al otro lado del mar. Una mezcla que alimenta los sueños de los niños y las ambiciones de sus padres. “En las zonas pobres, las familias intuyen que un negro sólo puede alcanzar el éxito en Europa a través del deporte o de la música. Les cuesta más imaginarse a sus hijos como futuros médicos o abogados que como estrellas del fútbol”. Sin embargo, el origen mayorita- rio de estos críos no se encuentra en las barriadas de hojalata que se desparra- man en los suburbios de las capitales. “Suelen abundar los chicos de la clase

media, porque son los que se pueden permitir sufragar los gastos”, señala Mbvoumin. “Essien ha estudiado en un colegio acomodado, gracias en parte a las ventajas que le concedía su buen nivel deportivo. Drogba pudo crecer en Francia porque tenía un tío futbolista. Que un niño procedente de una remota aldea de Sahel llegue a Europa y triunfe es todavía bastante improbable, más bien un mito que las mafias se encargan de nutrir”, apostilla Hawkey. “Existen algunos casos -como el de George Weah, surgido de un entorno de pobreza extrema en Liberia- pero siguen siendo minoritarios”. Entrar en una de estas acade- Momentos de un entrenamiento en una mias constituye en ocasiones el primer academia de Agbogbloshie, un suburbio de Accra, la capital ghanesa.

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Dossier: Fútbol e inmigración

ÁFRICA, VIVERO DE FÚTBOL PROCEDENCIA DE LOS EXTRANJEROS

EDAD PROMEDIO DE EMIGRACIÓN

Entre los foráneos que actúan en Europa predominan los pasaportes de la UE. Sin embargo, los africanos abundan en Francia o Bélgica, con una media de 4 jugadores por club.

La primera mudanza a un país europeo distinto al propio se produce en torno a los 22 años de edad, salvo en el caso de loa futbolistas africanos, mucho más precoces.

31,5% - Europa occidental

22,7 años - Europa occidental

22,7%. Europa oriental

22,4 años- Europa oriental

23,1% - Latinoamérica

22 años - Latinoamérica

13,9% África

19,4 años - África

3,8% Otros

21,1 años - Otros orígenes

RUTAS PREFERENTES Los vínculos culturales entre las viejas colonias y sus metrópolis son aún reconocibles en el tránsito de futbolistas africanos hacia Europa. Los clubes franceses, belgas o suizas fichan en la África francófona, mientras las directivas británicas, holandesas o escandinavas prefieren jugadores angloparlantes. La liga portuguesa, por su parte, se nutre de Angola o Mozambique.

7000

INMIGRANTES DEL FÚTBOL africano abandonados en Europa por las redes de tráfico ilegal

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5000

EUROS por una supuesta oportunidad en algún club de elite europeo

2007

AÑO EN QUE EL PARLAMENTO de la UE vota en contra de la “trata de humanos en el fútbol”

paso de un incierto viaje al paraíso de la zona UEFA. Sólo en los descampados que rodean Accra, la capital ghanesa, entre vertederos de basura y chabolas, se cuentan unas 500 de estas supuestas escuelas de fútbol. Miles más motean el país con las omnipresentes falsificaciones del Chelsea, el Barça, el Arsenal o el Madrid, que se agitan bajo la atenta mirada de los dueños de las instalaciones, personajes oscuros con un conocimiento limitado del juego. “La mayoría de ellos se presentan como ex futbolistas pero prácticamente ninguno puede aportar evidencia alguna de su carrera”, escribe el escocés Dan Mc-

Dougall. Amnistía Internacional ha reconocido el mérito de las indagaciones de este reportero sobre el mercado negro del fútbol mundial. “Los responsables de las academias empiezan a tantear a las familias más dispuestas a pagar por el espejismo de una carrera deporttiva”, abunda Hawkey. El talento del niño no es suficiente, aseguran a los padres; se requieren contactos. Además les garantizan asesoramiento en el papeleo y los trámites del viaje. Normalmente el trato se cierra en una cifra a medio camino entre los 1.000 y los 10.000 euros, en función de la capacidad adquisitiva que intuyan en el entorno del crío. A cambio, la familia recibe la promesa de que el chaval probará su calidad en las categorías inferiores del Anderlecht, del Lille, del Rubin Kazan, del Omonia Nikosia. Nombres exóticos que suenan a gloria y dibujan un primer escalón hacia la elite. Pero en realidad, se produce algo parecido a una venta: niños de 12 a 19 años cuyo futuro queda hipotecado al interés de una red de intermediarios y traficantes. Sólo algunos de ellos llegarán a Europa, incluso una minoría afortunada podrá efectivamente mostrar su calidad futbolística en algunas ciudades deportivas del primer mundo; los demás se quedarán por el camino. Como les ocurrió a 34 jovenes costamarfileños que en diciembre de 2006 descubrieron la cara oculta de las academias pirata.A cambio de 300.000 francos CFA (unos 500 euros) sus padres les dejaron en manos de un supuesto agente con conexiones en clubes europeos. Cuatro meses después, la policía encontró a los 34 adolescentes hacinados en una casa de Sissako, en la vecina Mali. Muchos dormían en el suelo y todos se quejaban por el hambre.

CUATRO NEGRITOS Las investigaciones de periodistas como McDougall y Hawkey, y la hiperactividad de Mbvoumin al frente de Foot Solidaire -una asociación de apenas siete colaboradores, todos altruistas-le ha


Las venas abiertas del fútbol africano

conferido cierta visibilidad a un problema que algunos medios califican como la última forma de esclavitud. “A la prensa aún le cuesta interesarse por realidades como esta, poco cómodas para la mentalidad del aficionado europeo”, afina Mbvoumin. Él mismo llevó el caso al Parlamento Europeo en 2007, punto de partida para que un engranaje aún más pesado que el político se pusiera en funcionamiento. “La FIFA tardó nueve años en atender nuestras demandas pero la reglamentación no es suficiente. Se ha de trabajar en los países de origen y mejorar sus infra- estructuras”, valora. Parte de esas reticencias que denuncia Mbvoumin pasan por el papel que juegan en todo el entramado los clubes de destino. La legislación prohíbe el fichaje de menores no europeos, pero en la práctica los equipos cuentan con muchos recursos a la hora de camuflar esas incorporaciones o aprovecharlas con intenciones poco deportivas. Quizá uno de los casos más polémicos lo protagonizó el Atlético de Madrid cuando en 1998 reclutó a cuatro adolescentes extranjeros. Por los transfers de los desconocidos Abbas Lawal, Limamou Mbengue, Bernardo Matias Djana y Maximiliano de Oliveira, el club entonces presidido por Jesús Gil pretendió haber desembolsado 2.700 millones de pesetas (unos 15 millones de euros). La justicia condenó después a los directivos implicados por simulación de contrato. “Cuando todo terminó se olvidaron de nosotros. No iban a dejar que los negritos, como nos llamaban, nos lleváramos el pastel”, lamentaba en 2006 uno de aquellos futbolistas a El País. Lawal aún tuvo algún recorrido por equipos de Segunda División. Mbengue terminó tan desorientado como para escribirle una carta al Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pidiéndole ayuda. Djana regresó a Angola, donde colabora con una organización no gubernamental. Por último, Maxi se hizo albañil y participó en la obra magna de la España de las maravillas, la urbanización Marina D’or, en Oropesa del Mar (Castellón).

Para sortear a las mafias -y también para mejorar su capilaridad en estos mercados emergentes- varias escuadras europeas están abriendo sus propias academias por todo el mundo. El Feyenoord en Ghana, el Mónaco en Senegal, o el Ajax en Ciudad del Cabo , donde cuenta con una franquicia en primera división suda- fricana, constituyen algunos ejemplos de buena praxis. “En cualquier caso, si un club accede a probar la calidad de los chicos, tiene una responsabilidad: no puede decir ‘’no eres lo suficientemente bueno, no te queremos’’, y despreocuparse. Si se abandona al niño inmigrado, queda a merced de redes de drogadicción, prostitución o delincuencia”, resume el activista camerunés. No hay datos reales, pero las estimaciones hablan de entre 7.000 y 20.000 jóvenes africanos abandonados en Europa después de morder el anzuelo del tráfico futbolístico. Sobre todo porque el regreso no se contempla como una opción. “La presión que sienten los chavales por tratar de salvar económicamente a su familia -en el amplio concepto africano del término- es enorme. Si los agentes les engañan y finalmente no pueden mostrar su nivel, o si pueden hacerlo pero no logran convencer a ningún club, los niños prefieren vender bolsos falsos en las calles de Bruselas o París antes que regresar a casa con un fracaso”, atestigua Hawkey. El viaje al paraíso del fútbol europeo sólo tiene billete de ida.

Después de descubrir el engaño, los chicos prefieren el top-manta antes que regresar a África

UN SÍMBOLO DEL PELOTAZO NACIONAL En algunos casos, las familias se han endeudado para poder satisfacer el pago a las mafias. “Tenía 16 años cuando un agente se reunió conmigo y con mis padres y me prometió organizarme una prueba en un equipo belga si conseguía el visado. Era muy difícil, porque además del trámite

VIAJE SIN RETORNO En África todo el mundo juega al fútbol, pero puedes jugar mil años y no ganar ni una moneda. Muchos chicos quieren llegar a vivir del balón. Y se engañan. Por eso es difícil para un padre aceptar que su hijo quie- ra dedicarse al fútbol. Piensa que le distrae para llegar a la universidad “¡Primero estudiar, estudiar, estudiar!”, me decía el mío. La oferta de la Fundación Eto’o no le convenció pero el coordinador estaba muy interesado. Ahora se lo recuerdo a mi padre y me dice que no es cuestión de que tuviera más o menos confianza en mis posibilidades, sino de proteger mi futuro. Los que regresan a casa lo pasan muy mal. Irte del Barça, volver a camerún en el peor de los casos, es horrible. tantas esperanzas depositadas. Para las familias suele ser más duro, porque ven que de la nada aparece una puerta y cuando están a punto de cruzarla se cierra de golpe. Pero lo importante es que si algún día tengo que dejar el Barça, lo haga con la cabeza bien alta. Que no pueda arrepentirme nunca de haber tirado a la basura un sueño por el que muchos matarían. Jean Marie Dongou tiene 17 años y juega en el Barça B.

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‘Calcio in poesia’ El fútbol italiano de los años 60 y 70 según Pier Paolo Pasolini.

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Pasolini sujeta el balón mientras Capello (arriba, segundo por la izq.) ni siquiera mira a cámara.

Texto de Toni Padilla / @tonipadilla Fotos de Agencias


La erótica del balón

E

n los barrios de las periferias de las grandes ciudades, el fútbol se jugaba en los ora- torios. Pero yo a los curas no les podía ni ver, así que no jugaba a fútbol’’. Ninetto Davoli tenía 15 años cuando trabajaba reparando viejos muebles con su hermano en Prenestino, un barrio al este de Roma. Era esa Roma de grandes barrios con calles sin asfaltar, con descampados y esos oratorios que se convirtieron en la principal escuela futbolística del país. En los oratorios, patios al lado de las iglesias, centenares de grandes jugadores aprendieron a golpear el ba- lón. Pero Davoli, pequeño diablo, tenía claro desde chico que no quería ver las sotanas, así que con 15 años perseguía chicas en vez de balones. Hasta que un día unos amigos le propusieron conocer al joven director de cine que aparecía constantemente por los barrios romanos buscando caras nuevas y juergas. Se llamaba Pier Paolo Pasolini. Este lo miró y con 16 años lo incluyó en el reparto de Il Vangelo secondo Matteo, film que rodó con actores amateurs. La Virgen la interpretó la misma madre del director y Jesucristo fue Enrique Irazoqui, un estudiante catalán que en aquella época buscaba apoyo para la causa antifranquista. Fue durante el rodaje de esta película cuando Davoli se calzó por primera vez unas botas de fútbol. “Pasolini siempre encontraba un espacio para el balón . Conducíamos por los barrios buscando actores o escenarios y si se encontraba unos niños jugando, se paraba y se sumaba al juego. Organizaba constantemente partidos, y a mí me tocó jugar. Poco a

poco me gustó, aunque era muy malo” recuerda. Escritor, poeta y cineasta , Pasolini (Bolonia, 1922-Roma, 1975) afirmaba que el fútbol era, después de la literatura y el eros, el placer más grande del mundo. Pasolini fue un poeta maldito. Odiado por los comunistas por ser católico. Odiado por los católicos por ser comunista. Y odiado por casi todos por ser homosexual en una Italia aún muy conservadora. Pasolini fue el intelectual italiano que más abiertamente abrazó el fútbol. Buen jugador, amó tanto este deporte que fue enterrado con la ca- miseta de la nazionale calcio-attori, una selección italiana de actores que creó para jugar amistosos con fines benéficos. Entre libros y películas, Pasolini fue un testimonio de lujo de una época dorada del calcio italiano, época de la que dejó testimonio en artículos, entrevistas o cartas cruzadas con otros intelectuales que no le dieron la espalda al balón. Ya en su primer libro, Raga- zzi di vita (1955), le daba un espacio al fútbol, jugado por esos chiquillos de barrios marginales que tanto conoció. Era una Italia que se levantó de la guerra como pudo, quedando dividida entre democristianos y comunistas. Y entre juventinos, interistas y milanistas, las tres grandes familias que con apoyo de grandes dinastías empresariales, controlaron el fútbol italiano hasta dominar Europa en los maravillosos 60. Esa Italia donde los primeros niños nacidos después de la guerra aprendieron a golpear un balón en los oratorios y los descampados de los barrios marginales. Y todo fue observado y escrito por Pasolini.

Pasolini fue odiado por los comunistas por ser católico, por los católicos por ser comunista y por casi todos por ser homosexual

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Aguas tranquilas, aguas bravas

UNA VIDA A CONTRACORRIENTE A veces por intuición y otras en contra de su voluntad, Duric nunca ha dejado de remar hacia destinos inciertos

1975 - Junto a su padre en Doboj

1980 - Iniciación en el deporte para corregir su cuerpo 1988 - Divirtiéndose junto a otros atletas yugoslavos de alto rendimiento

1990-1992 - Doboj-Pancevo, guerra y huida a Hungría

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1993 - Fallece su madre en un ataque de artillería

2000 - Regreso a Doboj y reencuentro con su hermano (foto) y su padre diez años después

2001 - Forma una familia junto a una ciudadana australiana

1987 - Campeón Junior de Yugoslavia

1991 - Disputa el Mundial Senior de Piragüismo en París 1991 - Representa a Bosnia en los JJOO de Barcelona en la prueba C1 500m de Piragüismo *

1993-2000 - Juega en Hungría, Australia y China 2000 - Empieza a actuar como delantero, en Singapur**

2007 - Debut en la selección nacional de fútbol de Singapur

2010 - Máximo goleador mundial en activo por la IFFHS*** 2012 - Entrenamiento individual para mantener la forma a los 42 años

2012 - Retirada de la selección como campeón de la AFF Suzuki Cup

* Eliminado primera ronda con un tiempo de 2:07.12 (2:04.68 repesca) ** Desde 2010, en el Tapine Rovers *** Récord que sigue ostentando, con 348 goles en 483 partidos


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