Martinelli ponencia aladaa 2013

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Autor: Martinelli Martín Alejandro (UNLu/IHAO-CLEARAB UBA) Correo: martinellima@hotmail.com Mesa: Estudios de la colonialidad y las resistencias en el Mundo Árabe contemporáneo ss. XX-XXI. Coordinadores: Martín A. Martinelli (UNLu/IHAO-CLEARAB UBA), Eduardo Wehbe (UTDT) y Gabriel F. López (UBA-ISPJVG). Sobre el autor: Becario Doctoral y Doctorando en Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Nac. de Luján. Ayudante de 1ra en Taller de Introducción al Estudio de la Historia, Historia Antigua del Cercano Oriente e Historia Antigua Clásica, en la carrera de Historia de la UNLu. Investigador Auxiliar del Instituto de Historia Antigua Oriental (UBA). Y en la Cátedra Libre de Estudios Árabes (UBA). Autor del blog http://mediorienteactual.blogspot.com.ar/.

Titulo: La identidad nacional palestina en el contexto de las revueltas árabes1

Resumen La experiencia de la derrota, de la privación y del exilio garantizaron que los palestinos supieran muy pronto lo que significa su identidad como tales. El nacionalismo palestino y la identidad nacional palestina se van transformando, condicionados por la realidad circundante desde un nacionalismo cívico-territorial a otro étnico-genealógico, retroalimentado también por un nacionalismo palestino de diáspora. Dentro de este marco teórico definido ubicamos a las organizaciones Fatah como así también Hamas. Recordemos que nacionalismo puede ser definido como un proyecto ideológico y político de construcción de una nación, y cuya máxima aspiración es la plasmación de un Estado-nación. En sintesís, posteriormente a un periodo significativo de exilio y dispersión (diáspora), las 1 Para el tema de la identidad nacional palestina; Cf. MARTINELLI Martín, “Los conceptos de raza y nación en perspectiva histórica. Sus influencias en el surgimiento del nacionalismo israelí”, en Antíteses, vol. 3, n. 6, jul.-dez. de 2010, pp. 1077-1093, en línea en: http://www.uel.br/revistas/uel/index.php/antiteses/article/view/3984/7060 y en: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=193314445004; Ídem., “La conformación del nacionalismo palestino. Una perspectiva histórica” en Ma. Luz González Mezquita (Coord.), Historia Moderna: Viejos y Nuevos Problemas, Mar del Plata, EUDEM, 2009.

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señas de la identidad nacional palestina lograron mantenerse a través de relaciones comunitarias articuladas en su acción colectiva y violenta. En el caso de los palestinos si logran forjar su estado sería como coronación de un proceso previo de formación de una identidad nacional. La situación en la actualidad nos señala la búsqueda por parte de los palestinos de conformar un Estado propio y la aceptación como tal en la Organización de las Naciones Unidas ONU, entre Hamás y Al-Fatah que son las organizaciones más representativas de Gaza y Cisjordania. Esto se produce con las dificultades que provoca el constante control militar israelí.. Para los palestinos es complicado circular por los territorios que habitan y reclaman.

PONENCIA El presente trabajo se divide en tres partes que atienden a tópicos relacionados intrínsecamente. La hegemonía estadounidense y el imperialismo actual, la situación en Medio Oriente y en Palestina-Israel hasta el momento de las revueltas árabes. Sobre todo a partir de lo acontecido en 1967. Por supuesto, teniendo en cuenta el proceso precedente sin analizarlo aquí por las dimensiones de esta ponencia pero que han sido tratados en trabajos anteriores. Empezaremos entonces, por procurar establecer qué espacio debe abarcar el análisis contemporáneo de Medio Oriente o Próximo Oriente. Esto es, según la vinculación con Europa y EE.UU. La noción de Oriente Próximo es un concepto geográfico que responde al modo europeo de concebir ese territorio. El Near East de los Ingleses o el Levant no es lo mismo que el Middle East, pues exceptúa a Irán, Paquistán y Afganistán. En el caso del Extremo Oriente se refiere a los mundos chino e indio. Para los cientistas sociales franceses, el Oriente Medio empieza, en Egipto, finaliza en la frontera de Turquía con Irán y relega a los países del norte de África, también llamados “magrebíes”. En el caso de los países “árabes” nos referimos a los países que hablan esa lengua y donde gran parte de la población es de religión musulmana. Desde un punto de vista histórico, creemos oportuno aseverar que la delimitación de los espacios geográficos no es un ejercicio imparcial. No es la homogeneidad del medio geográfico lo que sirve para fijarlos, sino las áreas de influencia geopolítica de las grandes potencias. En la actualidad, el concepto de Oriente Medio no empezó a tener un uso masivo

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hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. En buena medida por el papel de Irán, Afganistán y, desde 1947, Paquistán, tres países que se convirtieron en elementos claves en la Guerra Fría. (Corm 1999) No obstante, al analizar la historia de Medio Oriente, es imprescindible conocer las grandes nociones conceptuales de pueblo, Estado, nación, minoría, religión, cultura, etnia o mundo árabe, musulmán o arabo-musulmán. Realizar una comparación metodológica fructífera con los conceptos que emplea la cultura árabe para comprender la realidad social (Watan, Umma, quawmia, jama’t, millat, quotr), emplear esas nociones con rigor en función del contexto o de los niveles de análisis y de la influencia de los lenguajes históricos europeos en las lenguas árabes.(Corm 1999) La existencia de minorías religiosas y étnicas es un hecho permanente en la historia de Próximo Oriente. Dado que estamos frente a la encrucijada de tres continentes, lugar de paso de numerosas migraciones, donde se desarrollaron parte de las mayores civilizaciones de la antigüedad. Y donde el monoteísmo en la forma de judaísmo, cristianismo y luego el Islam localizaron su cuna. (Gresh, Vidal, 2004) La Hegemonía y el Imperialismo Estadounidense Proseguiremos a analizar el concepto de hegemonía y su aplicación sobre el caso estadounidense u otras potencias internacionales. El empleo que efectuaba Gramsci del concepto hegemonía era ambiguo y derivó en variadas interpretaciones. Si nos guíamos por la explicación de David Harvey (2004 p. 45), deberíamos pensar que, a veces se refiere únicamente al poder político ejercido por medio del liderazgo y el consentimiento de los gobernados, como algo opuesto al poder político ejercido como dominación mediante la coerción. En otras circunstancias, hace alusión a la combinación particular de coerción y consentimiento necesaria para el ejercicio del poder político. La hegemonía, según Gramsci, es la sintesís específica de "dominación" y "dirección", o el equilibrio dinámico de fuerza y consentimiento. Los elementos de la hegemonía se encuentran distribuidos de modo asimétrico. En este sentido, Perry Anderson (2002) en su artículo justamente intitulado Fuerza y Consentimiento, argumenta, que la dominación, el ejercicio de la violencia como manifestación última del poder, tiende necesariamente hacia la particularidad. La potencia hegemónica debe detentar una fuerza armamentística superior, un atributo nacional que no puede compartirse, como condición primera de su predominio. En cambio, la dirección, la capacidad

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ideológica de obtener el consenso, constituye una forma de liderazgo cuyo poder de atracción es general. El poder de la potencia hegemónica, se manifiesta mediante un equilibrio entre coerción y consenso. EE.UU. ejecuta prácticas coercitivas y hegemónicas, viendo variar el equilibrio entre ambas caras del ejercicio del poder que se modifican de un periodo a otro.(Harvey 2004) A este respecto, notamos la internalización de los selectos valores y atributos del Estado poderoso por parte de las potencias subalternas, que Gramsci habría considerado una característica esencial de cualquier hegemonía internacional, comenzaba a mostrar su pertinencia. La tercera de las palancas que en su momento especificó Gramsci, la corrupción. En sus propias palabras, El ejercicio “normal” de la hegemonía en el terreno ahora ya clásico del régimen parlamentario se halla caracterizado por la combinación de la fuerza y del consentimiento, que se equilibran de diversos modos, sin que aquélla predomine demasiado sobre éste … entre el consentimiento y la fuerza se sitúa la corrupciónfraude, ... que consiste en la despotenciación y la parálisis del antagonista o antagonistas...2 Su significado más general es una extensión del poder, autoridad o influencia de un Estado sobre otros Estados o pueblos sin Estado. De esta forma, el imperialismo ha proliferado desde hace ya prolongado tiempo, bajo múltiples circunstancias. Es lo que Harvey denomina “imperialismo de tipo capitalista”, este sería el tema a dilucidar, con el próposito de discernir por qué la mayor potencia capitalista de la historia, Estados Unidos, ha implementado un aparato militar de destructividad sin paralelo y sin precedentes. A su vez, evidenció en demasía su inclinación a aplicarlo tratando de poner en práctica el proyecto más ambicioso de dominación mundial.(Arrighi 2005 p.24) Asimismo, A. Gramsci visualizó la hegemonía como la síntesis específica de “dominación” y “dirección”, dicho de otra forma, equilibrio dinámico de fuerza y consentimiento. Su atención estribaba en los modos variables en los que puede conseguirse o deteriorarse este equilibrio en los Estados nacionales. Luego, la lógica de su teoría se extendía igualmente al sistema internacional. Esto es lo que nos ocupa en este trabajo. Incluso los 2 GRAMSCI Antonio, Quaderni del carcere, Turín, Einaudi, 2001. Citado en ANDERSON Perry, Fuerza y consentimiento, NLR, 2002.

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fundamentos de la hegemonía se encuentran desplegados de modo asimétrico. La dominación, vista como el ejercicio de la violencia como manifestación última del poder, tiende ineludiblemente hacia el polo de la peculiaridad. La potencia hegemónica debe tener una fuerza armamentística superior, y un rasgo nacional peculiar como condición primera de su predominio.(Anderson 2002) En otro aspecto, la dirección constituye una forma de liderazgo cuyo poder de atracción es por definición general. Lo cual no significa que una síntesis hegemónica demande una estructura persuasiva que sea puramente internacional. Sin embargo, el único excepcionalismo realmente crucial, ya que todas las naciones son a su modo sui generis, es la configuración que ha establecido su hegemonía global. El país norteamericano, brinda las condiciones geográficas y las condiciones sociales óptimas para el desarrollo capitalista. En suma, una escala continental de territorio, recursos y mercado, protegidos por dos océanos y una población de inmigrantescolonos que formó una sociedad que carecía virtualmente de pasado precapitalista. Entonces hallamos los requisitos para un crecimiento económico, un poder militar y una penetración cultural espectaculares. (Anderson 2002) En el caso del imperialismo de nuestro tiempo, este se caracteriza principalmente por emerger tras la disolución de las dos grandes rivalidades que marcaron la política global del siglo XX.3 El fin de dichas rivalidades cierra la era política inaugurada por la Primera Guerra Mundial. El máximo vencedor, EE.UU., deshace a voluntad las conquistas que las clases trabajadoras y los tres grandes objetivos por los cuales peleó. Enunciadas como, la guerra de posiciones a lo largo del siglo XX: freno o desaparición de estados comunistas, supremacía sobre otros países líderes y derrota del nacionalismo del Tercer Mundo han sido parcialmente alcanzados. Sin embargo, este es el primer imperialismo totalmente poscolonial, no sólo por carecer de gobierno colonial sino por ser su antítesis.(Aijaz 2005) La expropiación económica, la recolonización política y el intervencionismo militar son considerados pilares en esta variante del imperialismo actual.(Katz 2009) En referencia al petróleo, es un componente importante de la construcción imperial, pero también lo es el poder, el control y la dominación de los clientes y los estados rivales e independientes. La economía internacional a diferencia de la economía doméstica es la que constituye el imperio. 3 Es decir, lo que Lenin designaba “rivalidad inter-imperialista” de la primera parte del siglo XX, y lo que podemos denominar, como rivalidad inter-sistémica entre EE.UU. y la Unión Soviética durante alrededor de setenta años.

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(Petras 2004) El petróleo, a diferencia del carbón al comienzo de la revolución industrial se localiza en EE.UU., pero no en los demás países industrializados. Esto explica en parte porque EE.UU. se convirtió en la gran potencia del siglo XX, así como también parte de las tensiones geopolíticas relacionadas con el petróleo. En época actual, EE.UU. importa alrededor del 50% del petróleo que consume y Europa es totalmente dependiente de los hidrocarburos que importa de varias regiones una de las cuales es Medio Oriente.4 Desde el análisis de James Petras (2004), el imperio económico estadounidense es dominante y está en fase ascendente lo cual se visualiza en la forma en que supera a sus competidores europeos y japoneses. Esto por supuesto podemos debatirlo, dado que en 2008 se produjo en los EE.UU. una de las mayores crisis desde 1929, han aparecido otras potencias como es el caso de los Brasil-Rusia-India-China (BRICS) y puede haber nuevas configuraciones entre las mayores potencias aunque no se puede prever cuando se darán esos cambios. Como tampoco conjeturar de que forma se alinearán entre ellas. La primera especificidad subyacente a esta política imperialista es que, debido a la disolución del bloque soviético, por primera vez en la historia de la humanidad un único poder imperial es tan dominante sobre sus rivales que en realidad no tiene ningún rival, cercano o lejano, que lo pueda desafiar en el preciso momento en que tiene la máxima capacidad para dominar al mundo. Sin embargo, a nuestro entender y para varios autores esto es dinámico y está alterándose en estos momentos. Este fervor imperialista, se debe en gran medida a la guerra de la administración Bush sobre el terrorismo, que está tomando la forma de la conquista y ocupación de Afganistán, así como también en Iraq con zonas que continúan con serias complicaciones en la actualidad. De acuerdo con la estrategia de seguridad nacional de la administración Bush, no hay límites reconocidos ni límites al uso del poder militar para promover los intereses de EE.UU. El uso del que goza la “guerra contra el terrorismo” es un ejercicio de imperialismo.(Foster 2002) En la administración de Obama esto ha cambiado en el tono discursivo, pero en los hechos es insuficiente el cambio que se evidencia. Según nos refleja el análisis que efectua Atilio Borón (2006), la reducción del concepto de hegemonía al uso de la fuerza es inadmisible. EE.UU. tiene la hegemonía global del uso de la fuerza. Pero, la hegemonía es mucho más que eso. La hegemonía podría ser representada como un ajuste entre el poder material, la ideología y las instituciones. Reducir la cuestión de 4 Cf. Para el tema del petróleo ver también Klare Michael, (2005) “Sangre por petróleo”. El nuevo desafío imperial, Socialist Register 2004, CLACSO, Buenos Aires.

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la hegemonía solamente a sus aspectos militares, cuya importancia está más allá de toda duda, es un error mayúsculo. La hegemonía norteamericana es mucho más compleja que eso. Un sustancial cimiento de la supremacía imperial estadounidense lo ubicamos en el plano ideológico y cultural. La justificación americanista del intervencionismo irrumpió en la posguerra, durante la guerra fría y se ha actualizado en las últimas décadas. Refresca los mitos que inicialmente contraponían el bienestar y el pluralismo del “mundo libre” con la escasez y el totalitarismo del “comunismo”. Aunque estas acciones, no tenían el mismo alcance en cualquier punto del planeta. Implicaban complicidad y conveniencia con los aliados de la triada5 y violencia extrema en el Tercer Mundo. El americanismo obtuvo influjo mediante este doble parámetro de consideración hacia los socios y brutalidad frente a los enemigos. Estados Unidos naturalizó la acción militar para sostener la ilusión de una vida encumbrada mediante la perdurable sociedad que estableció el Pentágono con Hollywood. Aparece así, la imagen misionera de los marines como salvadores de una civilización amenazada por cambiantes enemigos. El Departamento de Estado modificó según la necesidad la fisonomía racial, idiomática y nacional de los adversarios a reprender por parte de la sociedad occidental. (Katz 2012; Cf. Anderson 2002) Por otra parte, las fases sucesivas de la historia de la expansión capitalista no se definen por la potencia que pudiera haber desempeñado su hegemonía, como es plausible a veces adjetivar su trayectoria (la hegemonía británica, la hegemonía de los Estados Unidos). Más bien, lo llevan a cabo en virtud del conflicto permanente de las potencias de primera línea. Tal es así, que la hegemonía siempre es relativa, vulnerable y provisoria. Por lo tanto, conviene más analizar los problemas y los desafíos en otros términos, es decir, atendiendo a los parámetros que definen las aspiraciones a la hegemonía (y no el ejercicio de la hegemonía) y a las estrategias de que se valen las potencias que aspiran a tal hegemonía.(Amin 2003) Por otra parte, retomando a G. Arrighi (2005) el poder global sin paralelo de Estados Unidos se solía situar todavía bajo la rúbrica de “hegemonía”. Hasta los pensadores críticos encontraban poco útiles, desde el punto de vista analítico, los conceptos de imperio e imperialismo. Tras la Guerra del Golfo de 1991 era casi imposible detectar el uso del término “imperialismo” para describir el papel de Estados Unidos en el mundo. Actualmente, se ve acompañado por el uso del concepto de imperialismo actual. En dichos de Claudio Katz, "Los cimientos del poder se han invertido y en la actualidad 5 EE.UU. , Europa y Japón.

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las ventajas militares compensan el deterioro económico.” El principal fundamento del imperialismo contemporáneo es la intervención militar norteamericana. El gendarme estadounidense desenvuelve sus acciones a través de un sistema de bases militares (entre 700 y 1000), distribuidas en 130 países. La presencia global que asegura este dispositivo no tiene precedentes en la historia. Esta supremacía militar constituye un rasgo distintivo del imperialismo contemporáneo en comparación con el precedente clásico. Esto aduce en gran medida la ausencia de disputas interimperiales y el grado de asociación mundial de capitales. Sólo el lugar imperial que mantiene Estados Unidos explica la inusitada absorción de capitales por parte de una economía con un desmesurado déficit comercial, desequilibrio fiscal, importaciones masivas y alto consumo. Ningún otro país podría sostener esta explosiva mixtura de desajustes.(Katz, 2012, p.64)

La situación en Medio Oriente

El Medio Oriente alcanza una posición de particular importancia en la geoestrategia y geopolítica del imperialismo, y particularmente sobre el proyecto hegemónico de EE.UU. También depende de un precio asequible del petróleo lo cual se asegura conservando una política de control sobre el área, además de la importancia de hallarse en medio del “viejo mundo”. Los nacionalismos populares de la región atentaban contra la intención hegemónica de EE.UU., los movimientos de independencia del mundo árabe, todo esto acompañado por la posterior aparición del Islam político en la región. (Amin 2004) Dos semblantes singulares han persistido por tiempo prolongado en Medio Oriente y el norte de África distantes del universo político contemporáneo. El primero es la excepcional perdurabilidad y énfasis de la opresión imperial occidental sobre la región en el siglo XX. Desciframos aquí que el periodo poscolonial se ha caracterizado por una alternancia incesante de guerras e intervenciones de tono imperial hasta hoy. No es llamativo, por otra parte, la presencia de la implicación occidental. Es una peculiaridad en la zona, la inusitada atención imperial y la aplicación de la fuerza añadida a la presión financiera. El segundo factor, de no menor importancia del mundo árabe ha sido la duración y vigor de las variadas dictaduras que han ido sucediéndose desde su descolonización formal. Durante los últimos treinta años los

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regímenes democráticos, según Washington, se han difundido por Latinoamérica, el África subsahariana y el sureste de Asia, pero en Oriente Medio y el norte de África no ha ocurrido algo similar. En esta región han persistido las autocracias, imperturbables frente a cualquier circunstancia. (Anderson 2011) Entretanto, las irrupciones en Medio Oriente se someten a dos razones específicas: reservas petroleras y ubicación geopolítica. Estas motivaciones, como ya lo mencionamos determinaron la prolongada presencia imperial durante todo el siglo XX y lo que llevamos del XXI. Pero el ciclo iniciado en 2001 se ha caracterizado por nuevos abusos. En palabras de Claudio Katz (2012), la política imperialista en Medio Oriente se basa en el fundamentos de Israel, que no es sólo un aliado de Estados Unidos. Sino que constituye una prolongación directa de la primera potencia en la región. Los colonos que arrebataron Palestina comenzaron a ejercer este rol semiimperial cuando se convirtieron en un ejército triunfadr con capacidad de acción sobre toda la región. Los argumentos tratados hasta aquí nos sugieren tres cuestiones analíticas fundamentales. En primer termino, la lucha global contra el terrorismo internacional y las invasiones sobre Afganistán e Iraq. En segunda instancia, el descubrimiento del desarrollo nuclear de Irán con la percepción de amenaza regional e internacional y el despertar árabe que a partir del 2011 generó un proceso de agitación y variación del orden establecido con consecuencias demasiado intrincadas para realizar una rápida comprensión. (Paredes Rodríguez 2013) El caso de Irán, por su ubicación geográfica, además posee prácticamente la totalidad de sus costas en el Golfo Pérsico. Observa, a su vez, la densidad poblacional más elevada de la región, de los cerca 70 millones de habitantes en su mayoría jóvenes entre 15 y 30 años lo que lo convierte en uno de los países con el ejército potencialmente más grande del mundo. Sin embargo, adquiere una supuesta vulnerabilidad regional, al no tener capacidad nuclear y estar prácticamente rodeado de países con dicha tecnología. Estos países son Rusia, Israel, China, India y Pakistán, y Estados Unidos ubicado en aguas del Golfo con la quinta flota. A ello se agrega, la sensación de cerco en torno al régimen por el despliegue de tropas norteamericanas en Irak y Afganistán. Por otro lado, los jóvenes que en el mundo árabe fruto del crecimiento demográfico representan un 50% de la población y viven en zonas urbanas. No obstante, la efervescencia política de la primavera democrática, afectó de diferentes maneras al heterogéneo mundo árabe. Las revueltas encaminadas luego en revoluciones se produjeron en los países con

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regímenes presidencialistas autoritarios de tipo hereditario y no en los de tipo monárquico. (Paredes Rodríguez 2013) De igual manera, hay que notar que los datos internos sirios son completamente secundarios en el conflicto debido a que Siria se ha convertido en un formidable campo de enfrentamiento entre, China y Rusia, e Irán, y, por otro, los países occidentales, la OTAN, etc., cuyo propósito está a la vista por ser Siria uno de los cónclaves antiisraelíes de la región. Aquí hace su aparición el eje Irán-Siria-Hizbola, al que se denomina, para menoscabarlo “el arco chií6”. Se promueven variados análisis a base del sensacionalismo comunitario que se utiliza para hacer suponer que es un conflicto entre chiíes y sunníes 7 a escala regional, cuando se trata de un problema de geopolítica suficientemente profano. Mientras tanto no podemos dejar de lado las consideraciones petroleras y de gas.(Corm 2013) El 2011 no comenzó como un simple año más para los países árabes que están diseminados desde el Magreb8 hasta Próximo Oriente. Las revueltas populares iniciadas en Túnez promovieron una ola expansiva cuyas consecuencias están remotas de ser comprendidas en toda su dimensión. La Primavera Árabe puede entenderse como un proceso que despierta esperanzas e incertidumbres para los actores involucrados allí mismo y para otros actores de la comunidad internacional. En el análisis realizado por Paredes Rodríguez (2013), este autor percibe la primavera árabe como una serie de revueltas, en general pacíficas, que se tornaron revolucionarias cuando lograron provocar alteraciones en los gobiernos árabes. Preferentemente, el denominador que las emparento, es que no se identificaba un camino a seguir para el designado día después ni a los líderes políticos encargados de posibilitar los cambios. En este mismo sentido, señalamos como cada sociedad tiene su particularidad, y al referirnos a las revueltas árabes, observamos que estos países compartían señales de cansancio ante las condiciones desocupación, de inflación y de 6Los chiíes forman una de las grandes ramas del islam actual, aunque son minoría —alrededor del 15%— frente a los suníes. Las diferencias teológicas son muy reducidas y ambos grupos reconocen mutuamente la validez de sus interpretaciones. Hoy son chiíes prácticamente toda la población de Irán, la mayor parte de la de Azerbaiyán y el 60% de la población iraquí; además un 20% de los habitantes de Líbano, un 30% de los ciudadanos de Kuwait, el 70% de los de Bahrain, el 20% de los saudíes y el 40% de los yemeníes.El rasgo más característico de la chi’a es el enorme poder de los imanes y teólogos. Existe todo un clero chií, , que se funda en un sistema de jerarquías espirituales con escuelas, exámenes y grados concretos (ruholá, ayatolá), que indican una autoridad religiosa incontestada. Cada iman tiene su grupo de seguidores. 7 La mayoría de los musulmanes son sunníes, a menudo denominados también ortodoxos: reconocen los cuatro primeros califas, no conceden ninguna atribución especial a los descendientes del yerno del Profeta Alí, y se adhieren a una de las cuatro escuela jurídicas del derecho musulmán. Los musulmanes no sunníes son principalmente las otras dos ramas del islam: chiíes y jariyíes 8 Tradicionalmente se ha llamado Magreb a la región del Norte de África que comprende los países de Marruecos, Túnez y Argelia, aunque actualmente se incluye también a Mauritania, y Libia.

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pobreza. Como así también sobreviene una desesperanza de los jóvenes hacia su futuro. Asimismo, subyace la percepción de corrupción estructural de la clase dirigente y de las grandes familias ligadas al poder junto con la carencia de libertades auténticas de los regímenes políticos. La situación mostró como el balance de poder regional en Medio Oriente se inclinó hacia tres países que no son árabes. El primero de ellos es Israel, potencia militar y nuclear. El segundo, es la República Islámica de Irán y el tercero es Turquía, país que se tomó como modelo a seguir en las transiciones árabes, que combinaba economía de mercado, democracia e islamismo moderado. En el año 2013, al momento del segundo aniversario del inicio de la revolución tunecina y de la Primavera Árabe. Podríamos sostener que todo ha cambiado, pero nada ha cambiado. El mundo árabe ya no será el mismo, pero sigue siendo el mismo, porque los cambios que se han registrado son más formales que estructurales. En el balance de la revolución árabe hecho por Bassets (2012) evalúa lo siguiente. Cuatro dictadores derribados, Túnez, Libia, Egipto y Yemen. Una guerra civil en Siria sin desenlace a la vista. Una transformación del entero mapa político de la región. Así como también, un desplazamiento geopolítico, Estados Unidos en parte, Rusia y China hacen notar su presencia económica y diplomática, y las potencias petroleras del Golfo sacan pecho gracias a su dinero y a sus alianzas con Washington. Igualmente se mantiene, el conflicto entre israelíes y palestinos, incapaces unos y otros de mover la más mínima pieza en la buena dirección de la paz.

La situación en los Territorios Palestinos Ocupados

Posteriormente a un periodo significativo de exilio y dispersión (diáspora), las señas de la identidad nacional palestina lograron mantenerse a través de relaciones comunitarias articuladas en su acción colectiva y violenta. En el caso de los palestinos si logran forjar su estado sería como coronación de un proceso previo de formación de una identidad nacional. (Katz, 2006) La identidad nacional se construye y subsiste con otras formas de identidad, como la religiosa, o de la región o localidad de cada uno. El nacionalismo palestino surge a partir de las divisiones administrativas coloniales. El gran reservorio identitario palestino será preservado en los campos

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de refugiados.9 En la etapa 1967-1987, los programas políticos palestinos en las áreas ocupadas exigían la total retirada israelí, el desmantelamiento de los asentamientos judíos y el establecimiento de un gobierno palestino independiente. Además, proseguía la dicotomía refugiados y no refugiados, a lo cual se agregó estar bajo el dominio del ejército de ocupación israelí. En efecto, es a partir de 1974, en la Cumbre Árabe de Rafat cuando se reconoce a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) como “único y legítimo representante del pueblo palestino”. El movimiento nacional palestino era trasnacional por tener que actuar según las presiones recibidas en diferentes países. La OLP representa a la totalidad del pueblo palestino, allá donde se encuentre (en Israel, bajo ocupación o en la diáspora). Indudablemente es imprescindible analizar qué tipo de relación se estableció entre esta organización y los palestinos con ciudadanía israelí, los palestinos en Gaza y Cisjordania,10 los que viven en Jordania, Líbano y Siria, cómo fue evolucionando y cómo se inscribió en la relación más amplia existente entre los palestinos, y de éstos con la diáspora. (Barreñada Bajo, 2008) En el caso de los habitantes nativos de Palestina, Al-Nakba (la catastrófe) es la piedra angular de su memoria colectiva y su historia, es lo que liga a todos los palestinos con un momento concreto. Esto se constata categóricamente en la posterior aseveración de Nur Masalha (2011, p. 8) “Aunque la identidad nacional palestina tiene raíces muy anteriores a 1948, los relatos de la memoria del periodo posterior a la Nakba representaron un papel crucial en la reconstrucción de dicha identidad nacional...” como también en la aparición de la OLP en la década de los sesenta. Es sobre todo en las últimas décadas cuando podemos notar como se ha pergeñado una vehemente relación entre la Nakba y la articulación de la identidad nacional palestina. Un acuerdo completo, justo y duradero necesitará de suma integridad con la cual se debería afrontar el problema de los refugiados. Durante décadas el derecho al retorno ha sido un elemento central de la lucha de los palestinos la expulsión de su tierra ancestral y a favor de la reconstitución nacional. Únicamente distinguiendo la centralidad de la Nakba y la 9 Cf. Clemens Michaela (2007),"The Influence of Refugee Status on Palestinian Identity and the Impact of Identity on Durable Solutions to the Refugee Problem" . Nebraska Anthropologist. Paper 28. en línea en : http://digitalcommons.unl.edu/nebanthro/28 citado en Martinelli Martín y M. Lucas (2012) “La representaciones de los cuerpos sobre Medio Oriente. Un análisis interdisciplinar de las películas Caramel (2007) y El árbol de lima (2009)”, U. N. de San Juan, 2012, en prensa. Cf. también Mardam-Bey, F., & Sanbar, E. (2004). El derecho al retorno: el problema de los refugiados palestinos, Ed. del Oriente y del Mediterráneo, Madrid. 10 Nuestra Tesis Doctoral en elaboración trata específicamente el caso de los palestinos en Gaza y Cisjordania en el período 1967-1987.

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expulsión sufrida en 1948 es posible abarcar el sentido que adquiere para los palestinos el derecho al retorno. Los palestinos exigen que se conceda a los refugiados la elección entre la repatriación y/o la compensación. El trauma de la catástrofe de 1948 sigue siendo central en la sociedad palestina, como lo ha sido el Holocausto para la sociedad israelí y judía. Cualquier reconciliación verdadera que suponga la paz entre los dos pueblos, será eficaz si Israel y los israelíes se hacen responsables de haber creado el problema del desplazamiento y el desposeimiento de los refugiados palestinos.

Asimismo, deberían reconocer la Nakba

palestina. Ser responsable implica además aceptar la responsabilidad de la compensación económica, incluso la restitución de la propiedad. (Masalha 2011) Entretanto, el papel desempeñado por la OLP en la recuperación y articulación de la identidad palestina, fue sustancial tanto en las comunidades que permanecieron en la Palestina histórica, como en los campos de refugiados y la diáspora. Acordamos con la explicación de Bajo Barreñada (2008, p.222) siguiente: ... A lo largo de la guerra y en la inmediata posguerra se operó una desterritorialización irreversible de la población árabe; ésta fue desplazada de las áreas fronterizas, fue concentrada en localidades árabes (evitando que salieran de ellas o instalando en ellas a los desplazados) y en el caso de las ciudades mixtas fue segregada en ciertos barrios. Los únicos movimientos de población fueron forzados: el traslado de desplazados internos y su instalación en otras localidades, y el asentamiento forzado de beduinos. En su calidad de refugiados palestinos, quienes sobrellevan esa condición hasta el día de hoy, les corresponde un reconocido derecho internacional a la repatriación y a la compensación por sus sufrimientos, vale aclarar que en los hechos no se cumple. Amparados en la Declaración Universal de los derechos humanos. (Qumsiyeh, 2007) Aunque el Estado de Israel como contrapartida haya promulgado la ley de Retorno11 para el “retorno” de judíos 11 La Ley del Retorno (1952) que plantea el “regreso” de todos los judíos del mundo a un territorio que muchos no conocían. En dicho documento observamos por ejemplo la definición de judío. Allí se esgrime en uno de los artículos: “A los fines de esta ley, judío es todo aquel nacido de madre judía o convertido al Judaísmo y no es miembro de otra religión.” Esta definición de judío es pertinente para el “retorno” a Israel pero no para obtener la ciudadanía israelí. Y proclama el Estado de Israel como un Estado Judío, es decir exclusivo para las personas que adquieran o admitan esa identidad y sean aceptadas desde Israel. En otras palabras no cualquier persona es

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de todo el mundo hacia Israel. Israel y los poderes del Oeste sustentan su proyecto de propiciar un estado de guerra permanente en la región. La Alianza Israelí-Estadounidense contribuye a los intereses de ambas partes. La “violencia palestina” ha puesto en peligro la existencia de Israel con todo tipo de variaciones sobre este tema, entre las que no faltan el antisemitismo, la furia suicida por aparecer en televisión, el sacrificio de niños como mártires; un viejo «odio» a los judíos arde en Cisjordania y Gaza. (Said 2001) Los cantidad y distribución de los palestinos refugiados en la actualidad nos refleja la situación en cuanto a las cantidades de población que continúan hoy en esta situación: REFUGIADOS PALESTINOS 2012 según la UNRWA Field of operations Campos de Acción

Official camps (Campos oficiales)

Registered refugees (Refugiados Registrados)

Total registered persons(Total de personas registradas)

Jordan Lebanon Syria West Bank Gaza Strip

10 15 9 19 8

2,034,641 441,543 499,189 741,409 1,203,135

Agency total

61

4,919,917

2,110,114 474,053 528,711 895,703 1,263,312 5,271,893

Figures as of 31 December 2012 Fuente: http://www.unrwa.org/etemplate.php?id=253 Por otra parte, en el caso árabe, insistiendo en lo planteado al comienzo de este trabajo, el concepto wataniyya equivale a "patriotismo", a los nacionalismos particulares; asimismo, qawmiyya, refiere a el nacionalismo árabe.(Martínez Montávez 2002) El término Watan traducido literalmente del árabe como patria o nación, sugiere una clara ruptura con la idea de Umma, transfiere el ámbito de lucha desde la comunidad de fieles hacia las diferentes unidades geograficas que la componían.(AAVV 2007) La caída del nacionalismo árabe y el ascenso del islamismo, el hundimiento de aquel mensaje ideológico y la recuperación de ésta, son dos rápidos procesos históricos simultáneos. Se considera que "si la derrota de 1948 “apta” para ser ciudadano israelí.

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simbolizó la quiebra del pensamiento liberal árabe, la de 1967 simbolizó la derrota del socialismo árabe". Hasta la actualidad no se ha podido resolver el mayor problema colectivo que vive el mundo árabe actual: la cuestión palestina.(Martínez Móntavez 2007) La medición exacta de la población palestina resulta compleja dado que en algunos países donde ésta se encuentra no hay datos rigurosos o bien las fuentes son poco precisas; esta carencia es especialmente importante a partir de mediados de los setenta cuando los palestinos en el exterior (refugiados y diáspora) sobrepasaron a los del interior (Israel, Cisjordania y Gaza). El papel desempeñado por la OLP en la recuperación y articulación de la identidad palestina, fue sustancial tanto en las comunidades que permanecieron en la Palestina histórica, como en los campos de refugiados y la diáspora. Para poner en paralelo, interpretando brevemente el nacionalismo judío, las comunidades judías, dispersas a través del mundo y cuya identidad es inicialmente de carácter confesional, han desarrollado a lo largo de los siglos un mito de la dispersión (diáspora), según el cual sus miembros han estado alejados de su tierra de origen. Durante la segunda mitad del XIX, en algunos círculos judíos europeos se extendió la idea de que los judíos necesitaban un territorio propio. Esto se materializó en el sionismo político. (Barreñada Bajo 2008) En Israel, la cuestión es a partir de la concepción de a quien se considera judío, lo cual es requisito para obtener la nacionalidad israelí. Es indispensable ser judío como lo indica la ya mencionada Ley del retorno. En cambio, para la visión israelí, en relación a la identidad nacional palestina, la polémica es si el sentimiento nacionalista palestino es independiente o si no existe tal identidad, sino que se ha creado artificialmente y que el palestino forma parte de la nación árabe. Los palestinos tratan de mantener tanto en Palestina como en el exilio su propia identidad cultural y nacional. De un modo u otro, la identidad palestina se conforma desde dos vertientes principales que son una más general y otra más particular. Además de la concepción identitaria subjetiva y objetiva es decir como se consideran ellos y como los ven los demás. La vertiente más general, donde las identidades transnacionales del panarabismo y del panislamismo influyen sobre la construcción identitaria. De esta manera la identidad palestina se hallaría dentro del mundo árabe e islámico. Ahora bien, podría sostenerse que su referencia identitaria sería de base étnico-cultural (árabe) y socioreligiosa (islámica). Los palestinos son árabes y, en su gran mayoría, musulmanes. La religión debe ser entendida como parte del patrimonio cultural. “De esta manera se permite la integración de aquellos árabes no musulmanes o, en este caso, de

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la minoría cristiana existente en Palestina, considerados también como cristianos árabes de cultura islámica.”(Tarbush 2007) En cuanto a la identidad, en los casos palestino e israelí, crearán a menudo estereotipos, con virtudes y cualidades al propio grupo que se contrapondrán a los defectos aplicados al otro grupo. Estas diferencias pasan a convertirse en axiomas y un grupo desconoce la realidad del otro lo que reafirma más los estereotipos, así se moverá en un mundo de lo que “parece ser” y no de lo que realmente es.(Martín Muñoz 2000) La identidad en estos casos, se construye dentro de un conflicto, niegan la humanidad del otro grupo o lo caracterizan negativamente en sus rasgos. Se deslegitima al adversario y se lo responsabiliza del surgimiento del conflicto. De alguna forma, cuando se descubren dos grupos en conflicto lo que buscan “…es formar una propia imagen que sea superior a la del enemigo y crear un contraste máximo entre “ellos” y “nosotros””.(Holgado Cristeto, 2007, p.76) Estos estereotipos se configuran a través de un aprendizaje social en ambos grupos. El cual se proporciona a partir de la escuela, los libros, los medios de comunicación.12 Un tema complejo para profundizar dada la longitud del presente trabajo, pero que es imprescindible tomar en cuenta, es el análisis del papel del Islam. Pongamos por caso, el Islam dentro de Israel, tomemos en cuenta las primeras influencias que ejerció la Hermandad Musulmana en Egipto sobre el movimiento islámico en Palestina en la década de 1930 durante la Gran Rebelión Árabe de 1936-39. Por ejemplo, en el caso de las convenciones que se realizaban en la ciudad de Haifa donde se acentuaba el nacionalismo palestino, en oposición al “mandato británico” y a los “invasores judíos”.(Nohad 2006) Más adelante en el tiempo, el movimiento islámico tuvo diferentes fases en Israel. A partir de los años 80, nos encontramos con un nexo entre la religión islámica y la actividad social que realizan estos movimientos. Esta, además se vislumbra en los lemas usados: “el Islam es la solución”, “el Islam es justicia”, “el Islam es la alternativa”, compartidas por la mayoría de los movimientos del renacimiento islámico. Dentro del movimiento islámico, en el caso de Israel hay una tendencia a acentuar la perspectiva palestina nacionalista y local. En Israel, a diferencia del “movimiento islámico global” que ve en la religión un paso hacia la identidad panislámica unificada, se toma como una herramienta de la política de identidad. Por esto, se debería tener en cuenta esta variante de identidad palestina, la cual es el caso de los árabes israelíes. El autor Ali Nohad (2006, p.107), postula que, en el caso de el núcleo 12 Cf. también Martinelli Martín, (2011)“Una polémica moderna, la identidad nacional palestina”, en Temas y perspectivas teóricas de historia moderna, Mar del Plata, EUDEM, pp. 303-311.

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nacionalista del movimiento de Israel, con su construcción de una identidad palestina nacionalista, “... se aleja de la distinción analítica moderna entre secularismo, modernismo y nacionalismo, por una parte, y religión, tradición e identidades locales, por la otra.” En otro aspecto, encontramos las resoluciones de la ONU que no han sido llevadas a cabo entre las cuales se encuentran la resolución 181, establecimiento del estado de Palestina independiente, la 194, el retorno de los refugiados palestinos, la 242 y la 338, el retiro de todas las tropas israelíes de los territorios ocupados.(Alkhalifa 2007) Para ir finalizando retomamos una reflexión del libanés Georges Corm (1999, p.54) ...el observador de Oriente Próximo debe, en primer lugar, dar cuenta de la realidad del sufrimiento de los hombres y de las mujeres que allí viven, de sus sueños rotos, del cinismo de los juegos de la geopolítica mundial, de la falta de realismo de los proyectos de paz y de estabilidad respecto a las injusticias, y de la opresión que reinan en la región ... Tampoco debe minimizar los factores de unidad, los espacios naturales, los medios sociales y geográficos unidos por la lengua y las costumbres; ni puede olvidar las fronteras y su carácter simbólico... En este último tiempo, se han retomado las conversaciones del proceso por la paz entre israelíes y palestinos con la mediación de EE.UU., y una de las condiciones es que se detenga el avance de los asentamientos en los territorios ocupados. El contexto después de haberse iniciado el diálogo hace cerca de 20 años es complejo y arduo. Hoy por hoy, se intenta avanzar con las conversaciones por la paz con la mediación de EE.UU. y de otras potencias 13. Desde la parte palestina y desde pedidos internacionales se demanda el congelamiento de la construcción en los asentamientos israelíes para continuar con el “proceso de paz”. La situación actual, sigue siendo la misma que en otros periodos, si observamos por ejemplo, un extracto de la Hoja de Ruta para una solución permanente de dos Estados al conflicto entre Israel y Palestina, Propuesta de los Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y la Organización de Naciones Unidas (2002)

13 Cf. por ejemplo ARURI, Naseer, El Mediador Deshonesto, El rol de EEUU en Israel y Palestina, Ed. Canaán, Bs.As., 2006; CHOMSKY, Noam y ACHCAR, Gilbert, Estados peligrosos, Oriente Medio y la política exterior estadounidense, Paidós, Barcelona, 2007;

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El acuerdo negociado entre las partes desembocará en el nacimiento de un Estado palestino independiente, democrático y viable, que viva en paz y seguridad al lado de Israel y sus demás vecinos. El acuerdo resolverá el conflicto palestino-israelí y acabará con la ocupación comenzada en 1967, tal como figuraba en ... la Conferencia de Madrid, las resoluciones de la ONU 242, 338 y 1397 y los acuerdos previamente firmados por las dos partes,... Como vemos aquí, los inconvenientes subsisten y se repiten a través de los tratados que se han propuesto. En suma, los palestinos han sufrido el silenciamiento de su voz y durante mucho tiempo la mirada corriente sobre la situación que se vivía era únicamente la que defendía la postura israelí. Para intentar comprender la realidad social palestina, actual e histórica, y así realizar una reivindicación ya que han luchado en una guerra asimétrica, con un contendiente imponente. El cual, como enemigo y en esta situación conflictiva, ha negado su existencia como pueblo palestino, esgrimiendo que formaban parte del “gran pueblo árabe” y no tenían, como ellos si lo pretendían, un arraigo por la tierra que los israelíes denominan “Eretz Israel”. Lógicamente, con el objetivo de apropiarse de sus tierras.

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