NUEVA ANTOLOGÍA DEL 98
Proyecto Mujeres en el tintero Nuestra intención, con este proyecto, ha sido llevar a cabo una revisión de la nómina de autores del 98 e incluir a las mujeres de esa generación que también realizaron aportaciones literarias de interés. Hemos titutlado al proyecto “mujeres en el tintero”, nueva antología actualizada del 98. Mujeres olvidadas por la historia y los libros del texto y a su vez, reinvidicar su visibilidad a través de sus producciones literarias.
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Son escritoras que se quedaron en el tintero y mujeres adelantadas a su tiempo, que tienen en común algunas características como: Su reivindicado feminismo Uso de pseudónimo Estudios universitarios Implicación política y compromiso con España, característica esencial de todo el grupo..
Además de lo señalado, hemos llevado a cabo una clasificación para incluirlas dentro de la nómina del 98 atendiendo a uno de los parámetros que definen a esta generación: fecha de nacimiento. Fue Azorín, uno de los miembros de este grupo , quién definió, en una serie de artículos publicados en torno a 1913, las características para pertenecer a esta generación: ■ 1. Nacimientos en años poco distantes: 1864-1875 ■ 2. Formación intelectual semejante: autodidactismo ■ 3. Relaciones personales: amistad, tertulias, revistas, "Grupo de los Tres",... ■ 4. Participación en actos colectivos propios: homenaje a Larra,... ■ 5. Presencia de un guía: Nietzsche, Schopenhauer, (Unamuno) ■ 6. Lenguaje generacional: ruptura con el lenguaje precedente ■ 7. Anquilosamiento de la generación anterior
Por tanto, ateniéndonos al requisito de nacimiento, incluiríamos a las siguientes mujeres:
Como predecesoras podemos mencionar a Rosario de Acuña, Emilia Pardo Bazán o a Blanca de los Ríos. De estas seis mujeres, incluiremos e investigaremos sobre 5, ya que Caterina Albert, escribió sobre todo en lengua catalana y nuestra antología se centra en producciones escritas en lengua castellana, pero no queríamos dejar de mencionarla porque forma parte de esta nómina de escritoras que sin duda, destacaron por su gran calidad y obtuvo un gran éxito en su época con novelas tan cruciales como "Solitud".
ÍNDICE DE LA NUEVA ANTOLOGÍA ACTUALIZADA DEL 98
AUTORES Y AUTORAS:
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Azorín (José Martínez Ruíz)..........................................................................pág 1
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Baroja, Pío..................................................................................................... pág 5
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Burgos, Carmen (de).....................................................................................pág 7
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De la O Lejárraga, María...............................................................................pág 13
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Espina, Concha.............................................................................................pág 16
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Karr, Carmen.................................................................................................pág 18
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Regina Lamo (de)..........................................................................................pág 20
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Machado, Antonio.........................................................................................pág 23
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Unamuno, Miguel (de)...................................................................................pág 25
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Valle-Inclán, Ramón María (del)...................................................................pág 29
JOSÉ MARTÍNEZ RUÍZ AZORÍN Nacido en la localidad alicantina de Monóvar el 8 de junio de 1873-Muere el 2 de marzo de 1967 en Madrid España
BIOGRAFÍA Desde 1904 usó el seudónimo de Azorín. A él se debe el nombre de Generación del 98, por un artículo suyo publicado en 1907, es licenciado en derecho. Casi siempre hace crítica teatral de obras de fuerte contenido social (elogia las obras de Ángel Guimerá y Benito Pérez Galdós o el Juan José de Joaquín Dicenta) y ya refleja sus inclinaciones anarquistas.
RASGOS DE SUS OBRAS Empleó el autor para escribirlas un estilo muy personal, cercano a la abstracción. El estilo es quizá el aspecto más destacado de su prosa: Azorín prefiere la frase breve y precisa, las descripciones mínimas, expresionistas; empleando el mínimo de recursos para decir lo máximo posible.
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La voluntad (fragmento) "-La propiedad es el mal... Se buscarán en vano soluciones al problema eterno. Si el medio no cambia, no cambia el hombre... Y el medio es la vivienda, la alimentación, la higiene, el traje, el reposo, el trabajo, los placeres. Cambiemos el medio, hagamos que todo esto, el trabajo y el placer, sea pleno, gustoso, espontáneo, y cambiará el hombre. Y si sus pasiones son ahora destructivas —en este medio odioso—, serán entonces creadoras —en otro medio saludable... No cabe hablar del problema social: no lo hay. Existe dolor en los unos y placer en los otros, porque existe un medio que a aquéllos es adverso y a éstos favorable... La fuerza mantiene este medio. Y de la fuerza brota la propiedad, y de la propiedad el Estado, el ejército, el matrimonio, la moral. Azorín replica: —Un medio de bienestar para todos supone
una
igualdad,
y
esa
igualdad...Yuste interrumpe: —Sí, sí; se dice que es imposible una igualdad de todos los hombres... que todos no tienen el mismo grado de cultura... que todos no tienen las mismas delicadezas estéticas y afectivas...El maestro calla un momento y después añade firmemente: —Las tendrán todos, las tendrán todos... Hace un siglo Juan Bautista Lamarck ponía el siguiente ejemplo en su Filosofía zoológica: un pájaro vese forzado a vagabundear por el agua en sitios de profundidad escasa; sus sucesores hacen lo mismo; los sucesores de sus sucesores hacen lo propio... Y de este modo, poco a poco, a lo largo de múltiples generaciones, este pájaro ha visto crecer entre los dedos de sus patas un ligero tejido... y aumentar de espesura... y llegar a recia membrana que le permite á él, descendiente de los primitivos
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voladores, nadar cómodamente en las marismas... Pues bien; ahora aplica este caso. Pon al hombre más rudo, más grosero, más intelectual en una casa higiénica y confortante; aliméntalo bien: vístelo bien; haz que trabaje con comodidad, que goce sanamente... Y yo te digo que al cabo de tres, de ocho, de doce generaciones, de las que sean, el descendiente de ese rudo obrero será un bello ejemplar de hombre culto, artista, cordial, intelectivo. Azorín observa: —Eso es el transformismo. Y Yuste replica: —Sí, es el transformismo que nos enseña que hay que lograr un medio idéntico para llegar á una identidad, fisiológica
a y
una
igualdad
psicológica...
indispensable para la absoluta igualdad ante la Naturaleza. He aquí porqué he dicho antes que el problema no existe... No existe desde que Lamarck, Darwin y
demás
naturalistas
contemporáneos han puesto en evidencia que el hombre es la función y el medio... Y puesto que es imposible producir un nuevo tipo humano sin cambiar la función y el medio, es de toda necesidad destruir radicalmente lo que constituye el medio y la función actuales. En el silencio de la noche, la voz del maestro vibra apasionada. Esta mañana, Yuste ha recibido una revista. En la revista figura un estudio farfullado por un antiguo compañero suyo, hoy encaramado en una gran posición política. Y en ese estudio, que es una crónica en que desfilan todos los amigos de ambos, los
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antiguos camaradas, Yuste ha visto omitido su nombre, maliciosamente, envidiosamente... El maestro prosigue indignado: —Para esta obra no hay más instrumento que la fuerza. Nuestros antepasados milenarios usaron de la fuerza para crear instituciones que hoy son venero de dolor: nosotros emplearemos la fuerza para crear otro estado social que sea manantial de bienandanzas. " __________________________________________________________________________________
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PÍO BAROJA
Nació en San Sebastián el 28 de diciembre de 1872 y murió el 30 de octubre de 1956 en Madrid. Dos grandes escritores Camilo José Celas y Miguel Pérez Ferrero transportaron su ataúd.
Estudió medicina y se doctoró con una tesis sobre “El dolor” en Madrid, ejerció dichos estudios en Cestona y abandonó la profesión porque vuelve a Madrid donde entra en contacto con escritores como Azorín y Maeztu...que le llevan a entregarse a la literatura, su gran vocación.
Características de sus obras Sus personajes eran solitarios, sensibles, tímidos, independientes, compasivos, tiernos y marginados. Baroja se reflejaba a través de sus personajes. Los rasgos distintivos de prosa narrativa eran su visión de la realidad española es amargada y pesimista, pero le da un toque sensible de humor y ternura. Cultivó preferentemente el género narrativo.Escribió aproximadamente 44 novelas. La mayoría de las novelas son trilogías. Las más destacadas son: Tierra vasca y La lucha por la vida. Y destaca El árbol de la ciencia.
TIERRA VASCA
Águeda está sentada cerca de la ventana, se inclina hacia la costura y apoya los pies en un taburete pequeño. Esbelta, delgada, algo rígida en sus ademanes, como es, parece evocación 5
de las imágenes religiosas de la antigua Bizancio. Su tez pálida, sus párpados caídos, su sonrisa de ensimismamiento, fuerzan a la imaginación a suponer alrededor de su figura una flordelisada aureola, como la de las vírgenes de los medievales retablos. Viste blusa clara, falda negra y un delantalillo azul, con peto y tirantes planchados, que parecen alas de mariposa. LA LUCHA POR LA VIDA ¡Y lo que es la suerte! La Leandra, a pesar de su abandono, de su humor agrio y de su afición al aguardiente, estaba casada con un hombre trabajador y bueno, y, en cambio, la Salomé, dotada de excelentes condiciones de laboriosidad y buen genio, había concluido amontonándose con un gachó entre estafador, descuidero y matón, del cual tenía dos hijos. Por un espíritu de humildad o de esclavitud, unido a un natural independiente y bravío, la Salomé adoraba a su hombre, y se engañaba a sí misma, para considerarlo como tremendo y bragado, aunque era cobarde y gandul. El bellaco se había dado cuenta clara de la cosa, y cuando le parecía bien, con ceño terrible aparecía en la casa y exigía los cuartos que la Salomé ganaba cosiendo a máquina, a cinco céntimos las dos varas. Ella daba sin pena el producto de su penoso trabajo, y muchas veces el truhán no se contentaba con sacarle el dinero, sino que la zurraba además.»
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Carmen De Burgos (Nacimiento 10 de diciembre de 1867 Almería, Fallecimiento 10 de diciembre de 1867 (64 años) Madrid)
BREVE BIOGRAFÍA Carmen de Burgos escritora española. Firmó muchas de sus obras con el pseudónimo de Colombine. Gran defensora de los derechos de las mujeres manifestó su postura en favor del divorcio y del voto femenino. Se interesó por la educación infantil y los derechos del
niño; militó contra la pena de muerte.Con la llegada de la república se intensificó su espíritu combativo; el día 9 de octubre de 1932, cuando arengaba a los compañeros de la agrupación política a la que pertenecía (el Círculo Radical Socialista), cayó fulminada por un ataque cardíaco. Escribió también libros de viajes (como Por Europa, de 1909), estudios sobre la vida y obra
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de articulista madrileño Mariano José de Larra y diversos ensayos sobre la mujer y su entorno (La mujer moderna y sus derechos, Arte de la elegancia, Arte de saber vivir, Arte de ser amada) . OBRAS: ● El tío de todos. (1925) ● El último contrabandista. Barcelona,(1918) ● Quiero vivir mi vida Madrid,(1931) ● La mujer fantástica Valencia,(1924)
Puñal de claveles
Entre sus novelas más populares puede citarse Puñal de claveles, escrita al final de su vida y basada en el suceso conocido como el crimen de Níjar, que tuvo lugar el 22 de julio de 1928 en el Cortijo del Fraile, en los Campos de Níjar Carmen de Burgos constituye con Puñal de claveles una visión dramática y poética basada en la realidad.Concibe su literatura apoyándose en hechos reales. Poetiza en la narrativa y el teatro, respectivamente, basándose en un mismo suceso. Utiliza símbolos literarios que parten de la naturaleza y remarcan a su vez una problemática psicológica que envuelve a los personajes: la frustración. LA MUJER FRÍA (Fragmento)
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La curiosidad seguía despierta en torno de aquella mujer elegante, bella, de una belleza tan extraordinaria, que se rodeaba de un misterio impenetrable. No aceptaba jamás ninguna invitación, no recibía ni hacía visitas, iba a los teatros, a los paseos, siempre sola, y de sus fabulosas riquezas daban idea los trenes, el lujo del hotel y sus joyas y sus trajes. Únicamente don Marcelo era su amigo, el que la visitaba, la acompañaba en su coche y era recibido en su casa y en su mesa. Se veía diariamente asediado por hombres y mujeres que deseaban ser presentados a la misteriosa señora de Hozenchis, pero él se disculpaba siempre. Afectaba una gran familiaridad con ella, y para nombrarla usaba sólo su nombre: «Blanca». Al mismo tiempo que se negaba a hacer presentaciones, que le estaban prohibidas, afectaba una gran discreción, que despertaba más la curiosidad. En una de esas confidencias, Marcelo había dejado caer el apelativo de «La mujer fría», que arraigó instantáneamente. Este apelativo se recordaba en la evocación o en la presencia de Blanca: ponía frío en los ojos. Se diría que llevaba en torno ese halo luminoso que rodea los faroles encendidos en las noches de helada, cuando su luz aparece fría, cuajada, lechosa.
la luz.
Sus trajes, casi siempre de tonos fríos; sus joyas, en las que no entraban más piedras que los ópalos, las perlas, las esmeraldas, las turquesas y los brillantes, tenían siempre como algo de frío o de fatídico. Al verlas brillar sobre el seno, en la carne de la blanca y compacta opacidad de alabastro, parecían una escarcha que brillaba con
Los que habían oído su voz decían que era entonada, armoniosa, pero penetrante, con algo de hoja de acero fría y cortante, igual que la mirada de aquellos ojos grandes y verdes, los cuales penetraban como saetas en el corazón, haciendo experimentar al que los miraba un escalofrío en la médula. Las damas estaban intrigadas por saber qué perfume bien oliente usaba, que tenía una mezcla de oriental y de algo extraño y dejaba, al aspirarlo, cuando pasaba cerca, a pesar de su tenue discreción, la sensación fría del mentol. Marcelo había prometido enterar de la marca del perfume a sus sobrinas Edma y Rosa, dos lindos y graciosos diablillos de dieciocho y veintidós años, que lo rodearon ansiosas en cuanto lo vieron entrar en el salón. —¿Nos traes el secreto? —¿Qué marca es? Él sonrió satisfecho, con ese encanto de los buenos viejos que sienten la caricia femenina del perfume de las mujeres bonitas, y repuso:
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—¿Por qué tanta curiosidad? —Porque quisiéramos perfumarnos como ella —dijo Rosa. —No lo necesitáis, tenéis un perfume de juventud que se exhala de vuestra carne. —Si, sí. Galanterías tuyas —atajó Edma—. Se habla mucho de la belleza de lo natural, de la bondad, de la inocencia; pero yo veo que los hombres gustan más de los labios pintados y sabios. Se dejan a sus virtuosas mujeres por una «perversa». ¿No les llamáis así? —¡Me asustas, chiquilla! —repuso don Marcelo—, ¿quién te enseña esas teorías? —Me parece que se ve bastante para que no sea preciso decirnos nada… Yo, por mí, quiero saberlo todo… para que el día que me case no tenga mi marido que ir a buscar nada en otra parte. —No le haga usted caso, tío, está un poco chiflada, porque se cree que Fernandito está enamorado de la señora de Haz… etc. —¡Celos y todo! Se habían ido acercando al grupo formado por una docena de jóvenes de ambos sexos, que tomaban el té. La jovencita le murmuró al oído: —Sé discreto, tiíto, por Dios. Rosa se había acercado a otras cuatro muchachas y hablaba animadamente con ellas. —Es preciso saber si tiene o no la fórmula —fue el final de aquella deliberación. —Sí, hijitas, sí la tengo —dijo don Marcelo—; pero es una cosa tan difícil, que es como si nada dijera. Ese perfume de Blanca está sacado de uno de los venenos más activos y sutiles: del acetato de bencyl, que, como ya se sabe, es el que ha servido para la composición de los gases asfixiantes, y que mediante una costosa operación se convierte en un perfume parecido a la sampaguita de la Arabia. Las jóvenes se quedaron desconcertadas; verdaderamente era difícil luchar con una mujer que podía emplear tales recursos. Experimentaban como un odio, un deseo de vengarse de ella, de aquella superioridad con la que involuntariamente las humillaba. —Todo es extraño en esa mujer —dijo una de las jóvenes. —Y lo más extraño es ella misma —repuso uno de los caballeros—. Yo no conozco nada más original. Es un bloque de mármol con alma. —Pero —añadió la joven— tal vez hay en esa impresión mucho de lo que ella cuida de aparentar. Entra en la figura que se ha trazado la necesidad de ser hermética. El no dejarse ver de cerca. —Si yo fuera tan galante como me creen —dijo don Marcelo—, les daría la razón a estas niñas y hablaría mal de «La mujer fría» seguro de que así era agradable y simpático, pero soy un buen 10
amigo de Blanca y debo hacerle justicia. Tratada es más interesante que vista así de lejos. —¿Y no da sensación de frialdad? —La hay siempre en ella, mientras se le habla causa la impresión que se experimenta en la sierra cuando se abre la ventana frente a los picos nevados. Algo frío y tónico que encanta. —Pero que no da gana de acercarse —añadió burlona Edma. —No diría yo tanto. —Es que ella está enamorada de su nombre —añadió otra señora—, se ve que hace por merecerlo en cómo se viste y se adorna. Además, hasta en los movimientos da aspecto de frialdad, se desliza… —Es que sufre la influencia de su nombre —dijo un joven de mirada inteligente—. Los nombres tienen colores y propiedades. Blanca es un nombre frío. —¿Y el mío? —preguntó riendo otra jovencita. —Mercedes es un nombre azul. —Es que Ernesto es romántico, no hagan ustedes caso de su fantasía —dijo otro elegante. —En cambio, Fernando no dice nada. La mirada de Edma se fijó celosa sobre el joven. Él alzó la cabeza, de expresión franca y noble, dijo con sencillez: —Nada puedo decir de una señora a la que apenas conozco y —añadió, mirando a Edma, como si quisiera tranquilizarla— que nada me interesa. Rosita traía la taza de té ya servida a don Marcelo. Este fue a sentarse cerca de una señora un poco opulenta, de grandes ojos negros, diciendo: —Aquí no tengo miedo de sentir frío. —Pues usted parece aficionado a la nieve —repuso ella. —No lo negaré; aunque es regla que no se debe elogiar a una mujer ausente delante de otras, son aquí todas lo bastante bellas e inteligentes para poder hacerlo sin peligro de molestar. Blanca, en la intimidad, es encantadora. —Es lástima que no se pueda comprobar —dijo Rosa, burlona. —No lo creas. Hay una ocasión de comprobarlo. He logrado que Blanca acceda a que la presente en esta casa. El soplo de una sorpresa diferente para las jóvenes y los caballeros pasó por el salón. Don Marcelo se gozó en ella con una larga pausa, y al fin dijo: —Sí; cuando le pregunté a Blanca el misterio de su perfume, le dije que se trataba de vosotras. Se rió mucho de vuestra curiosidad, y como yo le hablé con entusiasmo de vuestra belleza, y le dije que desearía presentaros, ella accedió a venir conmigo. La traeré el
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próximo día de recepción. —¡Qué idea! —murmuró Rosa. —La verdad es que no sabremos qué decirle a esa señora que… hiela las palabras. —No tengáis cuidado; aunque en Madrid se ha dado en mirar a Blanca como un ser extraño y pensáis que os vais a encontrar en presencia de una monja exclaustrada que va por primera vez al mundo, Blanca es una mujer distinguida, una señora dignísima. La sociedad vienesa es severa, y ella era una de las damas más respetables. Pero las chicas ya no lo oían, se habían juntado todas a deliberar. Era preciso «vestirse», hacer «toilette» para recibir a esa señora y no quedar eclipsadas por ella. Los jóvenes hablaban también animadamente entre sí. Se veía que estaban contentos, que no faltaría ninguno. Se sentían felices al pensar que iban a descifrar una charada tan difícil y poder pasear la solución entre todo aquel mundo de desocupados que perseguía a Blanca con su curiosidad, quizás, más que por su, belleza, por como estaba defendida en su situación de privilegio para ser hermética e inabordable. __________________________________________________________________________________
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María de la O Lejárraga
28 de Diciembre de 1874, San Millán de la Cogolla, España. 28 de Junio de 1974 (99 años) Buenos Aires, Argentina.
BIOGRAFÍA Es también conocida como María Martínez Sierra, pseudónimo que adoptó a partir de los apellidos de su marido, Gregorio Martínez Sierra. Se marchó a París, primero, y a Bruselas después. Estudió en la Asociación para la Enseñanza de la Mujer donde tomó el primer contacto con las ideas pedagógicas de la Institución Libre de Enseñanza. Terminó sus estudios de Comercio en 1891, se hizo profesora de Inglés. Finalizó sus estudios de magisterio en la de Madrid. Con Juan Ramón Jiménez fundaron la revista del modernismo poético Helios (1903-1904). En 1926 participó en la fundación del Lyceum Club que presidió María de Maeztu, junto a Victoria Kent y Zenobia Camprubí, entre otras. Pese a esta ocultación, había sospechas sobre la verdadera autoría de las obras. En 1930 Gregorio firmó un escrito en el que reconocía la coautoría de su mujer, pero él reclamaba estos derechos para sí. 13
OBRAS
En 1899 publicó su primera obra: Cuentos breves, que fue acogida por su familia con frialdad. Su obra Canción de cuna, estrenada en 1911, recibió el premio de la Real Academia Española como la mejor obra de la temporada teatral 1910-1911. La obra El pavo real o con Carlos Arniches, en La chica del gato, que posteriormente fue llevada al cine. En 1915 se estrenó El amor brujo, que combinaba música y danza con música de Manuel de Falla y libreto de Lejárraga en el Teatro Lara de Madrid. En 1950 viajó a Nueva York y más tarde a California, para entrevistarse con productores de Hollywood. Allí escribió una comedia para niños, Merlín y Vivían o la gata egoísta y el perro atontado, que le fue rechazada, pero ella reconoció similitudes en la película “La dama y el vagabundo”.
El gusanillo (Cuento fantástico)
Pobrecito niño: estaba muy malo. Sus labios; antes alegres como mañana de primavera, habían perdido su tierna sonrisa; sus ojos, brillantes como estrellas, se habían tornado en melancólicos y tristes... No jugaba, no reía jamás; pálido, demacrado, con la cabeza siempre caída, con los ojos inundados en lágrimas silenciosas, sufría de continuo sin que pudieran explicarse perfectamente la causa de su abatimiento, ni el ni el sinnúmero de doctores que con solícito afán le asistían y que habían agotado todo el caudal de su ciencia sin conseguir ningún resultado. Minuciosos reconocimientos, observaciones escrupulosas, estudios detenidos... todo era inútil; sus padres se morían de pena al notar los rápidos y desconsoladores progresos de la enfermedad; su hermana, la preciosa niña de cabellos de oro y carita de rosa, empleaba en distraerle el torrente de su hechicera gracia infantil. Nada bastaba: antes al contrario, la presencia de la niña le malhumoraba, sus caricias le entristecían; solamente estaba tranquilo sin verla, sin oír hablar de ella a los demás. El niño sentía, sin poder definírselo por completo, una inquietud moral que le atormentaba, un ahogo interior que mataba la alegría peculiar de sus pocos años, un algo misterioso y amargo que le privaba de inocentes y sabrosos goces, que helaba la sonrisa en sus labios. ¡Aquello era horrible! Una noche se acostó entristecido y lloroso; se había celebrado el santo de la hermanita, y las distinciones y los festejos habían sido en su mayor parte para ella. ¡Cuánto sufrió el enfermito! Estaba rendido, rendido.de llorar... Se durmió... soñaba... La diminuta alcoba se iluminó de repente; un hermoso ángel, rodeado de luminosa y 14
esplendente aureola, cubierto por blanca túnica cuajada de azules estrellas, coronado de flores delicadas, penetró en ella. Permaneció largo rato velando el agitado sueño del niño, con plácida sonrisa en los labios, con mirada compasiva y cariñosa en los ojos. Luego se acercó silenciosamente al lecho, y después de adormecer profundamente al niño con los celestiales aromas de su aliento, le abrió cuidadosamente el pecho, y puso al descubierto su corazoncito. ¡Qué pena sintió! Estaba todo él surcado, herido; allí sin duda debía anidar un germen destructor que despiadadamente había dejado impresas las huellas de su paso. Buscó por todos lados, miró todos los rincones con rara escrupulosidad, y encontró al fin un gusanillo diminuto y feo, que poco a poco, sin dejar apenas sentir sus acometidas, había conseguido satisfacer sus ansias de destrucción. Arrancóle irritado el ángel, deshaciéndole entre sus delicados dedos; curó las heridas con una suavísima esencia que con infinito poder dejó intacto el herido corazón, y desapareció llevando en pos de sí aquella sublime mezcla de luces, colores y perfumes, que durante su presencia habían embalsamado la habitación. El gusanillo de la envidia, repugnante, insaciable, que mata insensiblemente al infeliz que elige por víctima. Las delicadas esencias de la caridad que enaltecen y elevan el corazón, que hermosean el alma. .................................................. Levantóse el niño a la mañana siguiente completamente curado, con alegría en los ojos, con sonrisa en los labios y rosado color en las mejillas; saltó de la cama precipitadamente, y corrió en busca de su hermanita para depositar en su frente un beso muy fuerte, muy largo... Las primeras lágrimas de arrepentimiento, al caer de los ojos del enfermito, bañaron la preciosa carita de la niña de cabellos de oro… Fuente __________________________________________________________________________________
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CONCHA ESPINA Santander, 15 de abril de 1869 - Madrid, 19 de mayo de 1955 Concha Espina nació el 15 de abril de 1869, fue una escritora española coetánea de la generación del 98. A los trece años comienza a escribir versos, y el 14 de mayo de 1888 publica por primera vez, en El Atlántico, unos versos bajo el anagrama Ana Coe Snichp. A lo largo de sus colaboraciones llegará a usar cinco seudónimos. Publica su primera novela, La niña de Luzmela , en 1909 En 1924 le concedieron el Premio de la Real Academia Española por Tierras del Aquilón .Se une a su nombramiento como hija predilecta de Santander y le es otorgada la Orden de Damas Nobles de María Luisa. Pudo haber sido candidata a la RAE en 1928. Al año siguiente es invitada por el Middlebury College a hablar de su nueva novela, La virgen prudente , y Alfonso XII le pide que lleve un mensaje a los pueblos de habla hispana. Ese mismo año, y al siguiente también, es propuesta para el Premio Nobel . En 1938 es nombrada miembro de honor de la Academia de Artes y Letras de Nueva York y comienza su ceguera, es operada y recupera la vista, pero en 1940 se queda completamente ciega. Se reinventa, en 1941, su admisión en la RAE , otra vez sin éxito alguno. En 1950 recibe la Medalla del Trabajo. Fallece el 19 de mayo de 1955. OBRAS Y SUS RASGOS El estilo literario de Concha Espina se caracterizó por la belleza de su lenguaje, aspecto que le imprimió a sus obras sentimentalismo. Además, no se interesó por los rasgos innovadores que se incorporaron a la literatura de su época, tampoco se enfocó en escribir sobre pensamientos e ideologías. Usó un lenguaje preciso, claro y con muchos matices líricos. También desarrolló temáticas relacionadas con las costumbres de Asturias, pero sin hacer de ello un contenido que generará cuestionamientos. El amor y la mujer fueron temas centrales en sus novelas.
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Algunas de sus obras más destacadas fueron: – A l amor de las estrellas o Mujeres del Quijote ( 1903). – La niña de Luzmela (1909). – Despertar para morir ( 191
Fragmento: Agua de Nieve
Eugenia, apiadada y confusa, rezó y gimió calladamente, hasta que olvidó su pena para cuidar á Regina, enfebrecida y postrada, á punto de fenecer. Pasados los primeros días de estupor, después de aquella catástrofe imprevista, la joven, que había tomado una apariencia de estólida insensibilidad, sintióse de improviso enferma y náufraga en mares de amarguras y congojas indefinibles. Su dolencia, aguda y alarmante, tenía un punto de semejanza con la antigua fiebrecilla nerviosa padecida en Spa. Lo mismo que entonces, Regina sentía náuseas cerebrales y padecía delirios monstruosos. Todas las impresiones copiosas y aceleradas de sus lecturas y sus viajes le fabricaban en la imaginación estupendas fantasías, con dolor y quebranto de alma y cuerpo. Soñaba á gritos, despierta y espantada, ó soñaba dormida, quieta y silenciosa, sin otro síntoma de la quimera mortificante que alguna furtiva lágrima, densa y ardiente rodando por el rostro impasible, y algún apagado sollozo henchido de angustia. En aquellas crisis de acerba insensatez, cuantas figuraciones son posibles bajo una frente ahita de imágenes y de membranzas surgían volanderas en tropeles, fingiéndole á la visionaria una existencia de pesadilla y desatino, entre luces y sombras, entre delicias y torturas. ¡Qué de cosas leídas ó adivinadas; qué de sucesos peregrinos, fantasmagorías y novelas urdidas al azar en noches de fiebre! Ya son las impresiones de viajes, revueltas y agigantadas, encendidas en el lienzo de la imaginación por el pincel de fuego de la calentura; ya las letras de molde y las estampas de los libros, fingiendo absurdos garabatos, rojas quimeras, insectos fabulosos... Rotas las leyes de la gravedad y de la vida, la triste soñadora vuela de astro en astro, como un ánima en pena; se sumerge en el mar y hace su lecho entre las algas; corre por la tierra lo mismo que un antílope; siente palpitar en el corazón toda la muchedumbre de los seres y de las cosas… Fuente __________________________________________________________________________________
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CARMEN KARR Nació el 16 de marzo de 1865 en Barcelona y murió el 29 de diciembre de 1943 en Barcelona. Era una periodista, escritora ,musicóloga y publicista española. Fue una de las promotoras más adelantadas del feminismo catalán del principio del siglo XX, junto a Dolors Monserda, con quién colaboró. Dirigió la revista “Feminal” que aboga dotar a las mujeres de herramientas que las capaciten para el ejercicio de una profesión y para la igualdad de los derechos.
OBRAS: Usaba estilos como narrativa breve, narrativa infantil y juvenil, teatro, crítica literaria o ensayo y partituras. También seguía unas mismas directrices ideológicas fundamentadas sobre la defensa del nacionalismo catalán en diferentes dimensiones.
LAS MÁS DESTACADAS: ● De la vida d’en Joan Franch(1913) ● La Fi del Lliure (1924)
PARA LAS DAMAS
I La mujer –al trasponer la juventud,- suele arrepentirse más de lo que ha dejado de hacer, que de lo que hiciera. II La mujer que habiendo dejado de parecer joven se obstina –por frivolidad y coquetería,- en rivalizar en gustos y atavíos con las jóvenes, es tristemente ridícula. Aquella que ama y se siente aún amada, y al dintel del terrible ocaso, lucha heroica contra el tiempo, que cada día le roba algo que fue encanto del amado, aquella es digna de compasión. La mujer que en el otoño de su vida ha de ocultar bajo la severa palidez de un rostro que va marchitándose lentamente, y bajo la nívea morbidez de un 18
cuerpo aún lozano y siempre honesto, las vibraciones de unos anhelos irrealizados; la que ha de vencer sus ansias de ternuras y su sed de amor; la que se siente á cada momento herida por las añoranzas crueles, irremediables de una juventud y de una dicha no gozadas, es digna del mayor respeto. Es una heroína. Inclinaos con devoción ante ella, pues es la urna sagrada que guarda la esencia del más sublime, y á la vez del más cruel de los dolores de la feminidad. III ¡Qué pocos hombres saben hacerse amar! ¡Qué pocas mujeres pueden dejar de amar! IV La bondad del hombre es instintiva; la de la mujer, reflexiva. V Muchas son las madres que enseñan á sus hijas ardides para conquistar un marido. En cambio, ¡qué pocas son las que saben enseñarles á conservar el que tienen! CARMEN KARR. Fuente __________________________________________________________________________________
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REGINA DE LAMO Úbeda 7 de Septiembre de 1870 - Barcelona 17 de Noviembre de 1947 Biografía Regina de Lamo nació el 7 de septiembre de 1870 en la localidad andaluza de Úbeda, en Jaén. Fue una intelectual española, activista muy polifacética hasta la llegada de la dictadura franquista en España. Fue pianista, profesora de música y canto, escritora, periodista, feminista defensora y activista de los derechos de las mujeres, promotora del modelo cooperativista en la economía, defensora del sindicalismo y el anarquismo, propagandista. La andaluza firmó sus escritos como Regina Lamo Jiménez, Regina de Lamo Ximénez, Regina Lamo de O’Neill y bajo el seudónimo de Nora Avante
Carrera profesional Regina inició su carrera profesional como profesora de música y canto, pero pronto su inquietud le llevó a ampliar su campo de actuación a otros ámbitos y desarrollar una carrera multidisciplinar. Escribió artículos de prensa y ensayo. Fue periodista, rapsoda, escritora de poesía y de teatro. Además, difundió con pasión el control de natalidad y el derecho al aborto, la eugenesia, la eutanasia y el amor libre. En su faceta feminista, fue activista de los derechos de la mujer. También es conocida por ser colaboradora de Lluis Companys. Es considerada una escritora de la Generación del 98 junto con Carmen de Burgos, Sofía Casanova, Consuelo Álvarez Pool (Violeta), Blanca de los Ríos, Belén de Sárraga, Rosario Acuña, reconocida a posterior dada la perspectiva androcentrista de la época.
Obras Entre sus publicaciones más destacadas se encuentran: ● El ensayo ¿Cómo se mide la inteligencia infantil?. 1923.
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Biografía: El Vals eterno de Juan Strauss. 1942 Prólogo de Escrits Politics de Federica Montseny. 1925. Prólogo de Las reivindicaciones femeninas de Santiago Valentí Camp. La Colegiata Colección LA NOVELA ROJA. nº 4 Ed. Pegaso, 1926
Unas palabras
R O S A R I O D E A C U Ñ A Y V I L L A N U E V A ( 1 8 5 0 - 1 9 2 3 ) C O M E N T A R I O S S O B R E L A V I D A Y O B R A D E E S T A I L U S T R E P R O P A G A N D I S T A
a reposición del drama EL PADRE JUAN, en este limitado escenario que es la revolución L española (1933-1938), va signada con la voluntad inquebrantable de quien repone y esto escribe, hacia horizontes, si no imprevistos por los hombres que gobiernan la República, si soslayados, y hasta soterrados, pudiéramos decir, después de honda reflexión y análisis de los hechos que a diario nos abruman con su indiscutible elocuencia. La cuestión clerical. He ahí el problema fundamental y base del movimiento subersivo, cuyas derivaciones no son otra cosa que coletazos, con que el muestro de las cien cabezas se defiende, atacando impíamente a los que en España intentaron desterrar «para siempre» -pobrecillos- aquellas cien cabezas con sus correspondientes piojeras de hermanos, hermanas, padres, madres y cofrades de hábitos de varios colores, largos o cortos, según la misión encomendada a toda esa serie de vividores ultra terrenos. Pues bien, ese problema, cuya solución fue incrustada en la España republicana durante medio siglo, merced a la pluma de aquellos dos colosos del librepensamiento que fueron -y son- Rosario de Acuña y José Nakens, está sin resolver, y lo que es más alarmante, por sintomático, va tomando el aspecto de algo que me recuerda el título de aquel libro que costó la vida a José Rizal (a Rizal la vida y a España el archipiélago filipino): "Noli me tangere .Sí. No le toquéis. Es la consigna. Que si Euzkadi. Que si mano tendida. Que si pitos. Que si flautas... Total: con el artículo veintiséis de la Constitución de la República, dio el gran topetazo Alacalá Zamora, que por cierto no le impidió, ni le privó, como serenamente pensando debió privárselo e impedírselo, aquella espantá -y perdóneseme el taurinismo de la frase- el acceso
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a la presidencia de la República, desde la cual - ¿y cómo no?-, se dedicó a pedirle bendiciones al Nuncio de S.S. y a trapichear con el clericalismo más audaz y militarizado, que tan caro nos cuesta. Con las consecuencias de todo esto, dio el topetazo del 33 y del 36 la República. Así, pues, ya que ellos, los grandes -únicos pudiéramos decir- Rosario de Acuña y José Nakens, dejaron la palestra llamados por la muerte, yo, que los evoco constantemente; yo que veo, lamentándolo, vacío el lugar que ellos llenaron con la luz de sus vidas y el calor inmortal de sus obras, me complazco una vez más en actualizarla a ella, a mi excelsa ascendiente, Rosario de Acuña, colocándola en el sitio que aún no mereció de los que debieron tenerla como índice de su actuación política y social: en el sitio que mereció, merece y merecerá de cuantos amen y sientan la causa de la libertad humana, sincera y virilmente, sin miedos ni habilidades circunstanciales. Su sitio, mentor de la República laicodemocrática. Ahí; y por eso va dedicada esta reposición a Asturias, porque en el limitado escenario de la Revolución española (1933-1938) -y volvemos al primer párrafo de este clavo que quiero remachar en las conciencias libres, de los pocos que tienen conciencia-, Asturias, la fuerte, la dura, la tenaz, la insumisa por antonomasia, es donde ella, Rosario de Acuña, ha podido ser adorada, comprendida y reverenciada. or aquellos riscos, en aquel acantilado que se mete en el mar desafiando sus furores, en P aquel Cervigón, ungido por sus pasos de ploteraria voluntaria siempre encaminados al trabajo y a la solidaridad con cuantos sufrieron persecuciones y miserias, aún resuenan, seguros de pisar tierras de libertad y de justicia. Allí quedó su cuerpo: sembrado fue por los mieros de aquella cuenca que de cada carbón extraído a la tierra hacen, por su fe en la victoria definitiva, tizón luminoso, fuego sagrado, que en llamarada de aurora roja ilumina, desde 1933, todos los caminos del proletariado del mundo. Y nada más. De clavo pasado es esto de la cuestión clerical, como signo evidente de esta guerra que nos exalta el alma. La República española parece olvidarlo, o sin olvidarlo, lo relega a término de postergación. Hace mal. Plinio el Viejo escribió con clarividencia notoria aquello de Latifundio perdere Italia. Yo temo acertar al escribir aquí: La tolerancia con el clericalismo, única y verdaderamente peligrosa quinta columna, perderá a la República. Regina de Lamo. Valencia, 1938 Fuente
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ANTONIO MACHADO Nació el 26 de Julio de 1875, en Sevilla. Falleció el 22 de Febrero de 1939, en Colliure (Francia).
BIOGRAFÍA: A partir de los ocho años se educó en la Institución Libre de la Enseñanza. El alma de la Institución Libre de Enseñanza (ILE), donde se educó Antonio Machado. Giner fue su maestro y a él le dedicó un poema tras su muerte en 1915: “Allí el maestro un día/ soñaba un nuevo florecer de España.” Realizó su primer viaje a Francia en Enero de 1939 y allí conoció a un importante escritor llamado Paul Marie Verlaine. Se casó a los 34 años cuando su esposa tenía 15 años.
RASGOS DE SUS OBRAS: Cuando Leonor la mujer de Antonio muere por hemoptisis en Francia, Antonio publicó un libro llamado “ Campos de Castilla”. Su primer libro de poemas fue llamado “Soledades” publicado en 1903, y su corriente literaria fue el modernismo. Su primer libro fue modificado y publicado en 1907. El poema Campos de Castilla tenía un significado que era: El Machado del París simbolista y el Madrid bohemio reflejados en sus anteriores poemarios dio paso en la descarnada realidad soriana a un hombre diferente: "...cinco años en Soria”.Un cambio, rompe con el modernismo y se centra en el tema de España.
POEMA: AUTORRETRATO
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero; mi juventud, veinte años en tierra de Castilla; mi historia, algunos casos que recordar no quiero. Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
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—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—, mas recibí la flecha que me asignó Cupido, y amé cuanto ellas pueden tener de hospitalario. Hay en mis venas gotas de sangre jacobina, pero mi verso brota de manantial sereno; y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina, soy, en el buen sentido de la palabra, bueno. Adoro la hermosura, y en la moderna estética corté las viejas rosas del huerto de Ronsard; mas no amo los afeites de la actual cosmética, ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar. Desdeño las romanzas de los tenores huecos y el coro de los grillos que cantan a la luna. A distinguir me paro las voces de los ecos, y escucho solamente, entre las voces, una. ¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera mi verso, como deja el capitán su espada: famosa por la mano viril que la blandiera, no por el docto oficio del forjador preciada. Conversó con el hombre que siempre va conmigo —quien habla solo espera hablar a Dios un día—; mi soliloquio es plática con este buen amigo que me enseñó el secreto de la filantropía. Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito. A mi trabajo acudo, con mi dinero pago el traje que me cubre y la mansión que habito, el pan que me alimenta y el lecho en donde yago. Y cuando llegue el día del último viaje, y esté al partir la nave que nunca ha de tornar, me encontraréis a bordo ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar. Campos de Castilla __________________________________________________________________________________
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MIGUEL DE UNAMUNO. Nació en Bilbao el 29 de septiembre de 1864. Murió en Salamanca el 31 de Diciembre de 1936.
BREVE BIOGRAFÍA: De niño fue testigo de una acción violenta en su ciudad. Escribió una obra llamada Paz en la Guerra. Destacó en filosofía y en letras.
OBRAS: ● ● ● ●
Niebla (1914) Abel Sánchez (1917) El Espejo de la Muerte (1930) San Manuel Bueno, mártir (1931)
NIEBLA
Al año siguiente, en 1914, publica su novela más famosa, Niebla. En esta novela Unamuno se enfrenta como novelista con el problema crucial del pensador y hombre Unamuno: La inmortalidad o la inmortalidad del alma individual. Es una de las obras cumbre de Unamuno, una ficción que se deriva de la obra Del Sentimiento trágico de la vida. A partir de supuestos filosóficos previos, plantea la narración, imaginada para resolver los problemas de un pensamiento contradictorio.
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FRAGMENTO DE NIEBLA Capítulo XXXI. Aquella tempestad del alma de Augusto terminó, como en terrible calma, en decisión de suicidarse. Quería acabar consigo mismo, que era la fuente de sus desdichas propias. Mas antes de llevar a cabo su propósito, como el náufrago que se agarra a una débil tabla, ocurriósele consultarlo conmigo, con el autor de todo este relato. Por entonces había leído Augusto un ensayo mío en que, aunque de pasada, hablaba del suicidio, y tal impresión pareció hacerle, así como otras cosas que de mí había leído, que no quiso dejar este mundo sin haberme conocido y platicado un rato conmigo. Emprendió, pues, un viaje acá, a Salamanca, donde hace más de veinte años vivo, para visitarme. Cuando me anunciaron su visita sonreí enigmáticamente y le mandé pasar a mi despacho-librería. Entró en él como un fantasma, miró a un retrato mío al óleo que allí preside a los libros de mi librería, y a una seña mía se sentó, frente a mí. Empezó hablándome de mis trabajos literarios y más o menos filosóficos, demostrando conocerlos bastante bien, lo que no dejó, ¡claro está!, de halagarme, y en seguida empezó a contarme su vida y sus desdichas. Le atajé diciéndole que se ahorrase aquel trabajo, pues de las vicisitudes de su vida sabía yo tanto como él, y se lo demostré citándole los más íntimos pormenores y los que él creía más secretos. Me miró con ojos de verdadero terror y como quien mira a un ser increíble; creí notar que se le alteraba el color y traza del semblante y que hasta temblaba. Le tenía yo fascinado. –¡Parece mentira! –repetía–, ¡parece mentira! A no verlo no lo creería... No sé si estoy despierto o soñando... –Ni despierto ni soñando –le contesté. –No me lo explico... no me lo explico –añadió–; mas puesto que usted parece saber sobre mí tanto como sé yo mismo, acaso adivine mi propósito... –Sí –le dije–, tú –y recalqué este tú con un tono autoritario–, tú, abrumado por tus desgracias, has concebido la diabólica idea de suicidarte, y antes de hacerlo, movido por algo que has leído en uno de mis últimos ensayos, vienes a consultármelo. El pobre hombre temblaba como un azogado, mirándome como un poseído miraría. Intentó levantarse, acaso para huir de mí; no podía. No disponía de sus fuerzas. 26
–¡No, no te muevas! –le ordené. –Es que... es que... –balbuceó. –Es que tú no puedes suicidarte, aunque lo quieras. –¿Cómo? –exclamó al verse de tal modo negado y contradicho. –Sí. Para que uno se pueda matar a sí mismo, ¿qué es menester [necesario]? –le pregunté. –Que tenga valor para hacerlo –me contestó. –No –le dije–, ¡que esté vivo! –¡Desde luego! –¡Y tú no estás vivo! –¿Cómo que no estoy vivo?, ¿es que me he muerto? –y empezó, sin darse clara cuenta de lo que hacía, a palparse a sí mismo. –¡No, hombre, no! –le repliqué–. Te dije antes que no estabas ni despierto ni dormido, y ahora te digo que no estás ni muerto ni vivo. –¡Acabe usted de explicarse de una vez, por Dios!, ¡acabe de explicarse! –me suplicó consternado–, porque son tales las cosas que estoy viendo y oyendo esta tarde, que temo volverme loco. –Pues bien; la verdad es, querido Augusto –le dije con la más dulce de mis voces–, que no puedes matarte porque no estás vivo, y que no estás vivo, ni tampoco muerto, porque no existes... –¿Cómo que no existo? ––exclamó. –No, no existes más que como ente de ficción; no eres, pobre Augusto, más que un producto de mi fantasía y de las de aquellos de mis lectores que lean el relato que de tus fingidas venturas y malandanzas he escrito yo; tú no eres más que un personaje de novela, o de nivola, o como quieras llamarle. Ya sabes, pues, tu secreto. Al oír esto quedóse el pobre hombre mirándome un rato con una de esas miradas perforadoras que parecen atravesar la mira a ir más allá, miró luego un momento a mi retrato al óleo que preside a mis libros, le volvió el color y el aliento, fue recobrándose, se hizo dueño de sí, apoyó los codos en mi camilla, a que estaba arrimado frente a mí y, la cara en las palmas de las manos y mirándome con una sonrisa en los ojos, me dijo lentamente: –Mire usted bien, don Miguel... no sea que esté usted equivocado y que ocurra precisamente todo lo contrario de lo que usted se cree y me dice. –Y ¿qué es lo contrario? –le pregunté alarmado de verle recobrar vida propia. –No sea, mi querido don Miguel –añadió–, que sea usted y no yo el ente de ficción, el que no existe en realidad, ni vivo, ni muerto... No sea que usted no pase de ser un pretexto para que mi historia llegue al mundo... 27
–¡Eso me faltaba! –exclamé algo molesto. –No se exalte usted así, señor de Unamuno –me replicó–, tenga calma. Usted ha manifestado dudas sobre mi existencia... –Dudas no –le interrumpí–; certeza absoluta de que tú no existes fuera de mi producción novelesca.(...) __________________________________________________________________________________
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RAMÓN MARÍA DEL VALLE - INCLÁN
BIOGRAFÍA Nació el 28 de octubre de 1866 en Villanueva de la Rosa y murió el 5 de enero de 1936 en Santiago de Compostela. Fue uno de los grandes autores de principios del siglo XX en España , ejemplo de modernismo y miembro de la generación del 98. Mostró una predisposición por la vida bohemia y las tertulias literarias . Estudió la carrera de derecho en Santiago de Compostela
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OBRAS: Estilo modernista puro, preocupación formal, arte por el arte color y musicalidad . Prosa refinada. crea un nudo decadente, señorial y arcaico, donde el recuerdo nostálgico ocupa un lugar primordial. Es el estilo de de sus poesías Aromas de leyenda 1907 y el de sus cuatro sonatas 1905.
Son cambiantes y evolucionan por la madurez del autor y las diferentes realidades que le toca vivir. DIVINAS PALABRAS Escena primera San Clemente, anejo de Viana del Prior. Iglesia de aldea sobre la cruz de dos caminos, en medio de una quintana con sepulturas y cipreses. PEDRO GAILO, el sacristán, apaga los cirios bajo el pórtico románico. Es un viejo fúnebre, amarillo de cara y manos, barbas mal rapadas, sotana y roquete. Sacude los dedos, sopla sobre las yemas renegridas, las rasca en las columnas del pórtico. Y es siempre a conversar consigo mismo, huraño el gesto, las oraciones deshilvanadas. PEDRO GAILO: … Aquéllos viniéronse a poner en el camino, mirando al altar. Éstos que andan por muchas tierras, torcida gente. La peor ley. Por donde van muestran sus malas artes. ¡Dónde aquéllos viniéronse a poner! ¡Todos de la uña! ¡Gente que no trabaja y corre caminos!… PEDRO GAILO se pasa la mano por la frente, y los cuatro pelos quédanle de punta. Sus ojos con estrabismo miran hacia la carretera donde hacen huelgo dos farandules, pareja de hombre y mujer con un niño pequeño, flor de su mancebía. Ella, triste y esbelta, la falda corta, un toquillón azul, peines y rizos. El hombre, gorra de visera, la guitarra en la funda, y el perro sabio sujeto de un rojo cordón mugriento. Están sentados en la cuneta, de cara al pórtico de la iglesia. Habla el hombre, y la mujer escucha zarandeando al niño que llora. A esta mujer la conocen con diversos nombres, y, según cambian las tierras, es Julia, Rosina, Matilde, Pepa la Morena. El nombre del farandul es otro enigma, pero la mujer le dice LUCERO. Ella recibe de su coime el dictado de POCA PENA. LUCERO: :Tocante al crío, pasando de noche por alguna villa, convendría soltarlo. POCA PENA: ¡Casta de mal padre! 30
LUCERO: Pon que no lo sea. POCA PENA: Tú mismo eres a titularte de cabra. LUCERO: Pues titulándome padre del crío, considero que no debo legarle mi mala leche. POCA PENA: ¿Qué estás ideando? ¡No te pido correspondencias para mí, te pido que tengas entrañas de padre! LUCERO: ¡Porque las tengo! POCA PENA: Si el hijo me desaparece, o se me muere por tus malas artes, te hundo esta navaja en el costado, ¡Lucero, no me dejes sin hijo! LUCERO: Haremos otro. POCA PENA: ¡Ten caridad, Lucero! LUCERO: Cambia la tocata. POCA PENA: ¡Escapado de un presidio! LUCERO hace un gesto desdeñoso, y con la mano vuelta pega en la boca de la coima, que, gimoteando, se pasa por los labios una punta del pañuelo. Mirando la sangre en el hilado, la coima se ahínca a llorar, y el hombre tose con sorna, al compás que saca chispas del yesquero. PEDRO GAILO, el sacristán, levanta los brazos entre las columnas del pórtico. PEDRO GAILO: ¡A otro lugar era el iros con vuestros malos ejemplos, y no venir con ellos a delante de Dios! LUCERO: Dios no mira lo que hacemos. Tiene la cara vuelta.
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PEDRO GAILO: ¡Descomulgado! LUCERO: ¡A mucha honra! ¡Veinte años llevo sin entrar en la iglesia! PEDRO GAILO: ¿Te titulas amigo del Diablo? LUCERO: Somos compadres. PEDRO GAILO: Ahora ríes enseñando los dientes, ya te llegará el rechinarlos. LUCERO: No temo esa hora. POCA PENA: Hasta las bestias del monte temen. PEDRO GAILO: Para toda conducta hay premio o castigo, enseña la doctrina de Nuestra Santa Madre la Iglesia. LUCERO: Cambie usted la tocata, amigo. Esa polca es muy antigua. PEDRO GAILO: Dios Nuestro Señor no baja su dedo porque yo calle. LUCERO: ¡Bueno! Fuente
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WEBGRAFÍA:
● Agua de nieve por Concha Espina. Edición de Textos.info Biblioteca digital,legal y abierta. ● Las damas por Carmen Karr por Escritoras en la Prensa. ● La voluntad por Azorín. Fragmento de El poder de la palabra. ● El gusanillo por María de la O Lejárraga. Biblioteca Gonzalo de Berceo. ● Divinas palabras por Ramón María del Valle-Inclán. Edición de Textos.info Biblioteca digital,legal y abierta. Imágenes obtenidas de Pixabay bajo la licencia Creative Commons.