Prof. Cintia B. Pellegrini - Prof. Lic. Brenda Steinaker (Comps.) / DG Mariana Florez (diseĂąo editorial)
Agradecimientos
Diario de la Pandemia nace como un trabajo práctico en el marco de la materia Ciencias de la Comunicación, de quinto año “Ciencias Sociales y Humanidades”. Ese espíritu inicial era que pudiéramos expresar lo que este momento particular de la historia del ser humano nos hacía sentir, cómo lo estábamos viviendo. Y fue creciendo. Ahora, recopila no sólo experiencias sino también las producciones artísticas y audiovisuales de alumnos y exalumnos. Pero también de personas que nos brindaron su tiempo para que nuestros estudiantes los entrevisten y vean cómo es el devenir de la pandemia en la escuela -porque se extendió tanto que quisimos dejar plasmado esto y hacer participar a todos los niveles y al Centro Madre Antonia-, en Rosario y el mundo. A todos ellos, ¡gracias! Y, fundamentalmente, a la institución, a nuestra querida escuela. Sin el aval del Señor Diego Ortiz y el apoyo de nuestro Equipo directivo no hubiera sido posible. María de los Ángeles, Sabrina y Graciela: gracias por el acompañamiento y por estar siempre dispuestas a darnos una mano en esta locura colectiva. También a la Hermana Mirta y a todas las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor. El aporte, el amor con el que nos atendieron y la ayuda que nos brindaron hizo posible esta publicación. Queremos también agradecer a: Naiara Verdún; Valeria Pellegrini; Antonela Ríos; Juliana Paleari y Paula Sánchez: por su tiempo; su trabajo y sus palabras. y destacar que un reconocimiento especial merecen dos personas: Manuel Martinez, por la tapa y Mariana Florez: alumna dilecta, ahora colega, que siempre nos acompaña en los proyectos de manera generosa y desinteresada. Y que, pese a no formar parte de la Familia Oblata, nos regala su tiempo y talento de diseñadora. A Belén Bredice y sus compañeras, representando al Museo de la Ciudad, por sumarse a esta iniciativa. Por último, a nuestras familias. Porque sin el sostén de Fernando y Germán y la paciencia de Flor y Feli esto no hubiera sido posible… A ellos les cambiamos horas de juego por reuniones de zoom, y aún así, felices de participar. A Cintia, que me sigue en todas mis locuras y me banca en los momentos difíciles. GRACIAS INFINITAS. A Brenda, que me sumergió generosamente en esta loca pero apasionante idea de publicar nada menos que un libro. OTRA VEZ, GRACIAS.
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La escritura del yo: la Pandemia en Primera Persona Los adolescentes dicen, cuentan, relatan, resignifican, buscan sentidos, abren su experiencia y la comparten con el otro… Los niños simbolizan arco iris y sin saberlo, hacen también historia. Los adultos, luego del cimbronazo inicial, nos reacomodamos y barajamos de nuevo. Los docentes nos reinventamos infinitamente. Los artistas nos regalan una mirada más humana. Los profesionales nos ayudan a comprender un poco más. TODOS formamos parte de un momento histórico que, sin dudas, no nos dejará indiferentes.
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(Óleo ar tínez - 2020 M l ue an M ” “Luisa
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Aldana Arloro
Mi experiencia pasando los días en casa, en “cuarentena”, fue y sigue siendo muy buena, muy divertida (a pesar del encierro). Lo elijo vivir como un tipo de tiempo dedicado a mí, para reencontrarme, para compartir muchas cosas con mi familia, para pensar mucho sobre mi futuro y mis decisiones. Intento siempre pensar positivamente sobre este tema del encierro, y encuentro muchas cosas buenas, que me ayudan a seguir desarrollándome como persona. Este tiempo en casa me incentivó a animarme, a proyectar determinadas cosas que siempre quise y por una razón u otra no las terminaba desarrollando. Hoy en día me siento muy bien, sobre todo muy feliz y con muchas energías recargadas. Decidí confiar en mí, y así todo fue más fácil. Me animé a poner en práctica lo que siempre soñé y acá voy, de a poquito pero voy.
La incertidumbre sigue ahí, dando vueltas en la sociedad. Las preguntas sin respuestas, las ganas de dar un beso, de abrazar a nuestros seres queridos. El hambre cada vez se nota más, cada vez más gente sin trabajo. Todo cada vez más cercano. Los casos positivos de Covid-19, hace pocos meses eran muy lejanos, solo se escuchaba en Italia, España, países de Europa… Hoy en día nos toca tener un conocido, un vecino, una tía. El pensar “¿qué se siente?” cuando veíamos por la tele un hisopado, hoy vivirlo. La incertidumbre por la vacuna es cada vez más grande. Las esperanzas son lo último que se pierde dicen… en mi cabeza todo esto va a pasar y será una anécdota.
A pesar de tomarme este tema de una determinada forma, lamento y extraño muchísimas cosas de “la vida normal”. Como por ejemplo visitar a mi abuela, compartir mates con ella. Ver diariamente a mi grupo de amigos, entrenar en equipo y resalto mucho las clases presenciales. Igualmente intento no pensar tanto en esto, ya que no tengo la solución inmediata, pero sí trato de hacer todo lo posible para sobrellevar esta situación que estamos viviendo a nivel mundial.
Con respecto a mi último año de la secundaria, no quiero saber más nada (ja ja). No está dentro de mis planes volver a cursar presencialmente este año. Todas mis ganas están enfocadas en terminar el año y comenzar la Universidad. Seguir trabajando de lo que tanto me gusta, y tener salud por supuesto.
Para sentirme cerca de mi abuela, la llamo, hacemos Face Time, charlamos como si nos tuviéramos en frente. Con mis amigos, recién en esta última fase nos pudimos juntar y ponernos al día.
Acá estoy, esquivando el virus.
Entrenar, sigo entrenando desde casa, algunas semanas más que otras, dependiendo el humor del día… Y sobre las clases virtuales, pienso que peor hubiera sido si estuviera en mi primer año de la facultad, pienso que se me hubieran complicado muchísimo más las cosas. Además, sostengo que este 5to año está perdido, ya que los trabajos que hacemos (excepto los personales) los terminamos sacando de Internet, muchos compañeros desde otros y así todos estos meses. Por más que volvamos a clases en algún momento, quiero creer que dentro de poco, pienso que serían muy pocos meses y no harían para nada la diferencia con respecto al bajo nivel de aprendizaje que estamos recibiendo. A esta reflexión le sumo lo mucho que aprendí a valorar a las personas y a los momentos. A cada mate compartido, a cada charla, a cada risa con amigos. Cosas como estas podría nombrar miles y miles. Por este motivo, me propuse vivir la vida al 100% el día que todo esto termine, abrazar mucho y decir lo mucho que quiero a todo mi entorno. De esta manera sigo rescatando lo positivo, elijo sobrellevar la cuarentena de esta forma y proyectando en el futuro… Junio de 2020 En esta segunda parte, podría decir que muchas cosas cambiaron… y otras no tanto. Comencé a realizar algunas actividades que antes no estaban permitidas, comencé a cuidar mi alimentación, a dedicar mucho tiempo en mí. Retomé pilates y yoga, ¡Dos actividades que tanto me gustan! Me enfoqué en el bienestar de mi espalda, me recomendaron una señora con muy buena mano para hacer masajes y puedo decir que hay un antes y un después en mi vida… Durante el tiempo que estuvieron permitidas las reuniones sociales pude visitar a mis abuelos, aproveché los días con mis amigos más cercanos. 8
Hoy lamentablemente se vuelve a extrañar…
Agosto 2020 Y llegó el tercero… Esta vez reflexionando y comparando con aquel 20 de marzo. La situación en Rosario cada vez más complicada, cada vez más cerca. De igual manera puedo decir que muchas cosas comenzaron a cambiar, muchas actividades habilitadas por suerte. Gimnasios abiertos… mi cabeza bastante más despejada. Muchas otras cosas siguen de la misma manera. No están habilitadas las reuniones sociales, los festejos. Y cuánto se extraña, detalles que antes de la pandemia los veíamos mínimos, detalles que nunca imaginé extrañar. Un beso, un abrazo, una cena con abuelos… La lista se agranda cada vez más. A pesar de todo, no me puedo quejar. Tuve la suerte de terminar varios cursos de estética y me estoy dedicando a eso 100%. Mi cabeza ya no está en la vuelta a clases, en 5to año. Por suerte desde el día uno tuve muchísimo trabajo, hoy en día cada vez más. Mi felicidad al máximo, cumpliendo un deseo de hace muchos años. Con respecto a mi rutina, me levanto de lunes a viernes 8:30hs, a las 9:30 empieza mi día en el gimnasio. Llego a casa y ya casi que mi mamá me espera con la comida lista, por la tarde atiendo en mi domicilio hasta las 20hs. Los sábados atiendo doble turno y de corrido. Mi único día de descanso es el domingo. Los domingos intento disfrutarlos al máximo con mi familia, hoy en día veo las cosas de otra manera, todo lo valoro muchísimo más. Así que estoy tratando de pasarla bien con ellos, en casa. Por otro lado, la incertidumbre que nunca acaba. El “¿Hasta cuándo?” de todos los días. Me hizo empezar a ver el año 2021 de la misma manera que el 2020. El tapabocas, las clases virtuales… y así todo, cada vez más extenso. Octubre de 2020
Tiara Basualdo
Mi experiencia en este aislamiento total tiene diferentes visiones. El día que se declaró el aislamiento social, preventivo y obligatorio imaginé que iba a ser algo de 15 días y que luego íbamos a volver a la normalidad. Hasta que, con el pasar de los días, los casos de personas infectadas se hacían cada vez más evidentes y comencé a tomarlo con más seriedad, y claro, cómo no tomarlo con seriedad al ver las noticias/redes sociales hablando de lo catastrófico que era este virus y todos aquellos países que estaban sufriendo pérdidas por doquier. Mi familia y yo respetamos estrictamente el aislamiento, mi papá nos prohibió salir o permitir que alguien, no perteneciente a la familia, ingrese a nuestra casa y por supuesto ver a mis abuelos (que cuentan con una vivienda paralela a la mía), por el simple hecho de que son pacientes de riesgo. Sinceramente me puso bastante triste, por varias cosas, una de ellas fue no saber si voy a poder tener mi viaje de egresados, el último año de secundaria quería cursar con todas las energías, ya que después no voy a volver a ver a mis compañeros, no voy a ver más a los maestros, tener que arrancar una nueva etapa, así que perder casi todo este año me pone bastante triste, como también no ver a mi familia y amigos. Aunque pensándolo bien y buscándole algo positivo a todo esto, nunca vi a mi familia tan unida, cocinamos todos juntas, algo nunca antes visto, jugamos juegos de mesa todo el tiempo y miramos series todos juntos sin parar. Y, por otro lado, aunque no podamos ver a nuestras familias y amigos, uno los comienza a valorar mucho más, la mentalidad cambia y puedo decir que hoy en día lo que más quiero es juntarme a hablar y matarme de risa con todos mis seres queridos.
Hoy después de casi 9 meses de pandemia, puedo visualizar todos mis logros como persona. Todo aquello que hice, sin nunca haber pensado en hacerlo, cómo encontrar una carrera, anotarme y sentir que va conmigo, aprobar materias que me costaron siempre, trabajar y generar mis propios ingresos, y muchas cosas más que logré gracias a todo este tiempo. Más allá de todo eso, la vida me premió de la mejor forma, porque no hay nada mejor que vos y tu familia estén llenas de salud y que nadie haya tenido que pasar por un hospital o respirador en todo el transcurso de este tiempo. Eso es lo que más rescato de este año y lo que más me enorgullece. Con respecto a mi vida y mi entorno, sigue todo igual, extrañando muchísimas cosas, pero afianzando más vínculos afectivos y valorando cada vez más a mis seres queridos. La escuela es una de las cosas que peor me ponen, la extraño tanto y sé que la voy a seguir extrañando un tiempo más, a pesar de que hoy en día me reúno con algunos de mis compañeros, no es lo mismo que verse todas las mañanas de todas las semanas. Pero bueno, es lo que hoy nos toca vivir y sé que hay cosas peores. Prefiero centrarme en todo lo que se viene e intentar sacar lo mejor de esto. Diciembre de 2020
Con el tema de la escuela estoy contenta ya que nos estuvieron muy encima, todos los profes dieron lo mejor de sí para que podamos dar todos los contenidos, con clases, explicaciones, respuestas a toda hora. Con el tema escuela estoy bastante conforme. Por el momento me son cómodas las metodologías que utilizamos y no tuve muchos conflictos con esta. Nadie sabe qué va a ser de todo esto, y es lo que más nerviosa me pone. Por el momento nos permitimos salir 1 hora por día a correr, que era algo que estábamos acostumbrados a hacer con mis hermanos antes de la pandemia y por supuesto utilizamos todas las medidas de prevención publicadas por el Ministerio de salud. Junio de 2020
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Agustina Bulejes
Mi experiencia durante este aislamiento social, preventivo y obligatorio, o como le solemos decir “cuarentena” la empezamos con mi familia 1 semana antes de que lo anunciaran por los medios como algo obligatorio. Cuando empezó la cuarentena me sentí muy rara, incluso me sigo sintiendo así, ya que no solía pasar tiempo en mi casa, por el deporte o porque me juntaba con mis amigos, siempre estaba afuera y no pasaba más de 3 horas en mi casa, obviamente sin contar las horas de sueño. Soy una persona que prefiere pasar tiempo fuera de casa y distraerse con amigos. En este tiempo de aislamiento traté de hacerme más cercana a mi familia, ya que no convivo mucho con ellos, no soy tan apegada como mis hermanos, aunque eso no signifique que no me importan, es mi familia y si les pasara algo a alguno de ellos me dolería mucho, más de lo que ellos piensan. Traté de acercarme pero no dio resultado, cada día que pasa me siento más lejos de ellos, no logro llevarme bien y convivir en paz. Me siento una completa extraña dentro de mi familia, siento que no pertenezco aquí. Muchas personas se frustran por no encajar en la sociedad, por no hacer amigos, pero en mi caso es todo lo contrario, no me cuesta tanto encajar en la sociedad y hacer amigos pero no logro encajar en mi familia. Cada día que pasa me siento más sola, siento que no tengo con quien contar aquí adentro, es horrible sentirme así, incluso hice cosas y pensé en cosas nada saludables para mí, cosas que sé que no son la solución pero a veces se ve como la mejor solución. Siento que desde que estoy en cuarentena no progresé nada con mi familia, incluso me peleé con mis padres, con mis hermanos tampoco estoy teniendo una muy buena relación. En el caso del deporte también es difícil ya que hacer hockey es una de las cosas que más me gusta hacer, podría pasar horas en la cancha. También es la forma que tenía de librarme de todo, de no pensar en nada, de desahogarme y sentirme en paz, me ayuda mucho porque el deporte es algo que me gusta mucho porque me hace sentirme bien conmigo misma, me siento fuerte, saludable y me gusta mucho Al empezar el aislamiento no me quedó de otra que empezar a ejercitar por mi cuenta en mi casa, entreno todos los días a la misma hora o incluso más veces por día dependiendo cómo me sienta. Lo bueno y lo que me ayudó es que en mi casa hicimos un gimnasio, compramos pesas, sogas, y cosas varias para ejercitar porque en mi familia todos hacen ejercicio. Así que por más que no pueda salir a hacer hockey, me ejercito en mi casa todos los días para estar en forma cuando termine la cuarentena y para despejarme. En todos mis puntos de vista, la cuarentena no me hizo nada bien, con respecto a nada, solo me dio frustración, depresión, ansiedad. Esta situación no me ayuda mucho en nada. Junio de 2020
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Pasado el tiempo desde el primer diario de pandemia hubo algunos cambios, algunos buenos otros malos, depende quién y cómo lo mires. Me fui acostumbrando a estar en casa, no salgo mucho aunque esté permitido, también es algo difícil porque mi padre al tener un geriátrico tienes que tener mucho cuidado por los abuelos. Cuando habilitaron las reuniones empezamos a invitar a la familia de mi mejor amiga ya que mis padres se llevan bien con los suyos y mi hermana es la mejor amiga de la suya, nos llevamos muy bien incluso nos hemos ido de vacaciones juntos pero a veces me molesta que inviten a gente sin decir nada porque muchas veces no estoy de humor para recibir a nadie o solo quiero estar sola y si hay invitados tengo que ocuparme de ellos y ver si necesitan algo, etc., y al no estar de humor no quiero saber nada de nadie. Con mi familia no hubo grandes cambios, peleamos menos que antes o al menos yo ya no le presto tanta atención cuando hay alguna pelea o discusión, me encierro en mi burbuja a escuchar música o hablo con amigos para distraerme. Cuando estoy involucrada en alguna discusión, en el momento trato de no contestar para que no sea peor aunque a veces sí responda. La última pelea fue con mi madre y mi hermana, en la cual yo terminé perjudicada de rebote ya que al inicio no era conmigo el problema, era entre mi hermana y mi madre pero entre una cosa y la otra de alguna manera terminé metida en la pelea en la cual en el momento fue bastante neutral, no reaccioné y solo decía que sí. Actuaba como si no me importase lo que estaba pasando o lo que me decían pero al terminar la pelea me encerré en el baño y rompí en llanto. Llame a la chica con la que me estoy conociendo y le platiqué sobre mis problemas, sobre cómo me sentía: me escuchó, me ayudó y me subió mucho el ánimo, siento que es una de las pocas personas con la que puedo contar, con la que puedo hablar de todo y a cualquier hora que sé que va a estar, con la persona que puedo ser yo misma porque sé que no me va a juzgar. Estoy resignada, cansada, agotada, ya no intento acercarme a mi familia, no lo veo algo posible, pienso y creo que tengo más parte de mí afuera de la casa que dentro. Ya no me esfuerzo por llevarme bien con ellos, solo convivo y ya Durante un tiempo me estuvo cansando el tema de ir a Hockey, porque no se siente igual que antes, pero ahora quise volver a ponerme las pilas porque era una de las únicas cosas que podía hacer para despejarme y distraerme para no pensar en mis problemas pero justo cuando vuelvo a retomar con ánimos cancelaron los entrenamientos porque una de mis compañeras tuvo contacto con su prima que tiene Covid-19 entonces tuvieron cancelar el entrenamiento y no vamos a volver hasta el 27 de este mes. La escuela me está agotando, estoy haciendo todo a último momento y ya no me esfuerzo tanto como antes, lo hago como por hacer y ya, solo por cumplir y es que yo no veo que todo esto sea útil. No considero que funcione este método de enseñanza ya que la
mayoría de alumnos solo hacemos los trabajos por cumplir pero nadie se pone a leer por su cuenta o sentarse a repasar los temas para entenderlos, solo hacemos los trabajos y ya está. No estamos aprendiendo nada con este método de enseñanza y sé que es la única manera por el tema de la cuarentena pero no le veo ningún tipo de fin. Al menos en mi caso, no aprendí nada, al principio sí leía y me quedaba repasando las cosas pero ahora no, y a pesar de todo siento que es un año perdido. Me di cuenta que no hubo progresos, solo cambios, los cuales en lo personal considero que tienen su lado bueno y su lado malo. Bueno por un lado porque ya no me amargo tanto como lo hacía antes pero es porque no le tomo tanta importancia a las cosas como lo hacía antes, no les presto atención a las peleas y solo estoy en mi burbuja y malo porque ya no me interesa acercarme a mi familia. Estoy bien conmigo misma, no necesito la aprobación de mi familia ni la de nadie más para estar bien. Me estoy apoyando mucho en la escritura y expreso todo lo que siento en mis diarios, me descargo y me ayuda mucho a mantenerme en calma. Agosto de 2020
El viaje lo quieren pasar para el año que viene en enero/ febrero pero realmente si se hace en esas fechas no sé si podré ir, ya que empezamos los cursillos para la facultad y aunque sea 1 semana la que nos vamos, no me quisiera retrasar y también perdí un poco de ganas con todo esto de la pandemia, al igual que con el tema de la graduación. Tendría que estar viendo los vestidos, el diseño, el color, el cabello y todo los preparativos pero no tengo las ganas como para fijarme en todas esas cosas. Le perdí la emoción y las ganas a todas esas cosas. Definitivamente estoy mejor que antes, pero esto no saca el hecho de que a veces tenga mis días malos, en los que literalmente no se me puede decir una palabra porque me irrito por cualquier cosa. Pero realmente me siento mejor, estoy más calmada, no me estreso tanto como antes y estoy mejor anímicamente. Estoy escribiendo cómo me siento cada día, me sienta mal o bien, lo escribo, me gusta escribir, es como sacarme algo de encima, me alivia y me calma, también me quedo escuchando música, cualquier tipo, realmente me relaja y me ayuda mucho. Octubre de 2020
Bueno, desde el último diario de pandemia, cambiaron algunas cosas. Estoy mucho mejor desde la última vez que escribí, eso si no fue siempre así, si me sentí mal en este tiempo pero ahora estoy mucho mejor Antes me pasaba todo el tiempo encerrada en mi cuarto, encerrada y aislada sin hablar con mi familia, estando más pegada a mi teléfono y a la computadora hablando y socializando con gente del exterior que conocía por alguna red social o por algún que otro videojuego. Pero ahora me desconecté, no hablo con nadie porque me perjudicaba demasiado, me di cuenta que si me la pasaba encerrada no iba a poder llevarme nunca bien con mi familia, entonces simplemente dejé de estar tan pendiente al teléfono y todas esas cosas para aparte de concentrarme en llevarme mejor con mi familia, me puedo concentrar más en mis cosas y estar más tranquila. Con respecto a la escuela, la detesto, sigo con la idea de que así no aprendemos absolutamente nada, no me gusta este método aunque sea el único modo, no aprendo nada. Me gustaría volver al colegio, extraño estar en el aula, estar con mis compañeros, los recreos. Cuando anunciaron que probablemente se podría volver al colegio me emocioné, pero cuando dijeron que al final no se podía, realmente me enojé. Nunca imaginé pasar así mi último año escolar, no puedo creer que solo fuimos a clases 1 semana, nada más que eso, solo 1 semana. Nos perdimos un montón de cosas, no pudimos hacer esa mini celebración que hacen antes de irse de viaje, nos perdimos del viaje a Bariloche. Tendríamos que estar preparándonos para la graduación que dijeron que por ahora por suerte no se suspendía pero al menos yo no me quedo con la idea de que se pueda hacer. Creo que se va a suspender, tampoco la entrega de diplomas que se hace en el colegio, nos perdimos de absolutamente todo y es una lástima porque son cosas que me hubiera gustado pasar. 11
Lautaro Casusas
Sinceramente este período de aislamiento está siendo bastante duro, más que nada porque por más de dos meses estuve sin ver a mis familiares y amigos. Además me agarró comenzando una etapa tan única y especial como lo es el último año de secundaria, el viaje a Bariloche que se vio afectado y estamos esperando novedades acerca de cuándo podremos realizarlo, la graduación por ahora no se ve afectada pero no sabemos cómo va a seguir todo a pesar de querer ser optimistas.
En lo que pienso bastante es en cómo va seguir el tema del colegio, porque cada vez se ve más difícil la vuelta a clases y al ser mi último año es algo duro, pero bueno, la salud está primero y eso lo tenemos muy claro todos. Estoy muy ansioso también por anotarme en la facultad, en octubre abren las inscripciones y todo el tiempo pienso en cómo van a ser las clases, sobre todo si volverán a ser presenciales, porque no me agrada mucho la idea de tener que hacer el primer año de facultad de manera virtual.
Dejando de lado lo anterior, estoy sobrellevando bien la cuarentena, intentando aprovechar el tiempo libre para hacer cosas en casa. Las primeras semanas, por ejemplo, hacía ejercicio todas las tardes, luego fui dejando porque sentía dolor en una de mis rodillas.
Espero que el hecho de que se va a fabricar una vacuna contra el covid en nuestro país resuelva un poco todo este momento y volvamos a nuestras vidas “normales”.
Decidí hacer modificaciones en mi habitación, arreglé mi bicicleta qué se me había roto antes de comenzar el aislamiento y además estoy arreglando algunas cosas de mi casa. Algo que también cambió rotundamente, al menos de forma temporal, es la manera en la que aprendemos y tenemos clases, es muy distinto a lo que estábamos acostumbrados pero debimos adaptarnos e intentar ayudarnos mutuamente, tanto los profesores como los alumnos. Ahora ya dejamos el aislamiento y nos encontramos en una etapa de distanciamiento social, con más libertades pero también con la necesidad de ser más responsables que nunca. Este finde que pasó, salí más que los anteriores, fui a la peluquería y luego fui a la casa de mi tía, después de tanto pudimos juntarnos en familia a comer. Hoy, lunes 8 de junio, empiezo a entrenar nuevamente, si bien el entrenamiento va a ser muy diferente a como era antes porque practico kick boxing el cual es un deporte de contacto y ahora esto está prohibido, me emociona saber que al menos tres días por semana voy a poder salir y despejarme un rato. Lo único que quiero es que todo esto termine lo más pronto posible para poder volver a llevar una vida “normal”, aunque está demasiado claro que después de esto nada va ser igual que antes. Junio de 2020 Pasan los días y parece que la “cuarentena” es eterna, se liberan actividades, se restringen algunas otras y así, pero por el momento, esa palabra que se volvió tan habitual en este contexto de pandemia, sigue estando y al parecer va a seguir bastante tiempo más. Desde mi última escritura (hace dos meses aproximadamente), algunas cosas cambiaron, cumplí 18 años y aunque no pude hacer la celebración que tenía en mente, pude pasarlo junto a mis seres queridos, sigo yendo a entrenar, los fines de semana siempre salgo a andar en bici o voy al parque con mis amigos, ya que es el único lugar en donde nos podemos juntar por el momento. Durante el tiempo en que estuvieron habilitadas las reuniones de hasta diez personas me pude juntar con muchos seres queridos que extrañaba mucho y fue lindo volver a verlos.Teniendo en cuenta la situación en la que estamos, por suerte, está yendo todo bien.
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Agosto de 2020 Ya pasaron más de 200 días desde el 20 de marzo, día en el que comenzó la cuarentena, con habilitaciones y restricciones de por medio, pero nunca dejamos de encontrarnos en la misma situación de tener que estar aislados de nuestros seres queridos (tanto amigos como familiares). Hablo por todos cuando digo que nuestras vidas se vieron obligadas a sufrir cambios, en algunos casos esos cambios tuvieron mucha relevancia en otros a lo mejor, pero todos fuimos afectados. En mi caso, me vi obligado a dejar de entrenar los primeros 2 o 3 meses, y creo que fue lo que más me afectó (además de no poder ir al colegio claro). Con mis amigos tuve la suerte de juntarme muchas veces, aunque se sigue extrañando y mucho el poder salir a bailar, a alguna fiesta en “la casa de…” y algunas otras cosas que hacíamos cuanto todo estaba bien. El hecho de no poder ir al colegio tardé en procesarlo. Al principio tenía la ilusión de que la pandemia terminara pronto y estar de regreso pronto. Al darme cuenta de que esto tenía y todavía tiene para largo me deprimí bastante porque no es un año cualquiera, es mi último año. Pero siendo sincero ahora ya me da igual, es más, antes de volver para ir un mes prefiero no volver y que todo termine rápido para poder enfocarme de lleno en la facultad y otros proyectos personales fuera de lo escolar. Lo que rescato de todo esto es que tuve tiempo de sobra para pensar mucho, sobre todo en la carrera que quería seguir porque tenía una en mente, pero estaba bastante inseguro y terminé cambiando de idea. Además, con tanto tiempo libre hace algunos meses decidí comenzar un curso de masajista más que nada para aprender un oficio que me pueda servir en un futuro para ejercerlo paralelo al estudio. Desde que empezó todo, mi rutina fue cambiando bastante al principio era acostarme a las 5 o 6 de la mañana todos los días y levantarme después las 13 siempre. Cuando pude volver a entrenar acomodé bastante mis horarios y ahora me duermo cerca de las 2 y a las 10/11 ya estoy arriba y supongo que así voy a seguir hasta que se encuentre una solución para todo este problema que ya nos tiene hartos. Octubre de 2020
Agustina Cejas
Al comienzo del aislamiento social obligatorio, me pareció un método de prevención apropiado dada la situación por el Covid-19 y creí que duraría unos pocos días. Paulatinamente se hizo más estricto y abarcativo, al ver su excesiva extensión me empecé a preocupar. Aumentaron las charlas y el contacto por redes sociales, desde los distintos ámbitos tratando de transmitir información pero también, y creo yo muy importante, entretenimiento y diversión para hacer más llevadera la cuarentena. Comencé a pensar cómo el aislamiento puede afectar a las diferentes familias, cómo tenemos que ceder un poco cada uno para llevar esto de la mejor manera posible. Observé el efecto del aislamiento según las diferentes edades, el riesgo de las personas mayores, y la falta de cuidados de algunas personas, que, obviamente, nos afecta a todos directa o indirectamente. Pasado el tiempo cada uno fue buscando qué hacer en casa para no aburrirse: cocinar, juegos en familia, actividad física o entrenamientos, mirar series o películas, ordenar, arreglar o pintar algo de la casa… todo es válido a la hora de pasar el rato. Empecé a valorar más los abrazos, las comidas compartidas con mis abuelos, empecé a cocinar muchísimo en mi casa y claramente mi familia empezó a comer mucho más. Extraño mucho las salidas con amigos, las tardes de mates, de club, los entrenamientos y los domingos en familia. Respecto a lo escolar creo que a todos, docentes y alumnos, nos tomó de sorpresa. Eso hizo que necesitáramos un tiempo para adaptarnos y organizarnos con la nueva metodología temporal. Al principio parecían vacaciones, luego comenzaron a llegar una lluvia de trabajos prácticos que debimos presentar a un ritmo muy acelerado, luego encontramos cierto equilibrio con el cual nos estamos manejando actualmente. Es importante tratar de mantener una rutina respecto a horarios de actividades, alimentación, sueño y ocio, para evitar sentimientos y emociones negativas de angustia o depresión. Se recomienda vestirse con ropa de calle, no estar todo el día en casa en pijama. Para mí la cuarentena fue importante para decidir qué quería estudiar, me dio tiempo para hacer las cosas que me gustan (cocinar, entrenar, estar en familia y aprender). Espero que paulatinamente podamos volver a cierta normalidad para retomar las actividades sociales. Junio de 2020
En esta segunda parte me gustaría hacer énfasis en los sentimientos que nos atravesaron y atraviesan durante el periodo de aislamiento social obligatorio. Creo que nos fue muy complicado adaptarnos a una nueva vida en casa, particularmente al recibir la noticia lo tomé como un desafío de cómo podía hacer para pasar el tiempo, de hacer todas esas cosas que nunca hice por falta de tiempo o cansancio. Una vez realizadas la mayoría de cosas que pude, que estaban a mi alcance, observé que no me sentía totalmente satisfecha, me seguía faltando algo, pero… ¿qué podía ser? Y ahí volví a recordar la importancia de los abrazos, de los almuerzos familiares, recordar esas risas y los domingos de pastas. Creo que este virus nos alejó de muchas personas y nos acercó a otras, nunca fui una persona que le guste hacer llamadas o videollamadas, pero comencé a hacerlas para jugar con mis amigos al ludo o al tutti-frutti, para ver a mis parientes que estaban lejos o simplemente para verificar una receta con mi abuela. Observé que la mayoría de las personas al principio estaban tristes y/o perdidas. Y creo que yo fui una de esas personas; no me gustaba estar con el celular, ni las llamadas, y tampoco quería romper la cuarentena, entonces me aferré a mis metas, a la escuela, a entrenar en casa, a cumplir todo aquello que siempre dije que quería hacer pero que no lo logré por falta de tiempo. Eso hasta me sacó el poco tiempo que tenía en casa, al final del día me sentía cansada pero feliz de dar un pasito más y sacarle el mayor jugo a esto. Mientras se permitían las salidas visité a amigos y familiares, la verdad que la pasé bien; me reí, comí mucho, jugamos a las cartas y al burako (a mi familia le gusta mucho eso), aprovechamos para festejar los cumpleaños de mis primos. Pero cuando nos volvieron a encerrar me sentí mal, ya que se acercaba mi cumpleaños de 18, aunque logré festejarlo con mis seres queridos más cercanos, me hubiera gustado que estén todos. En cuanto a la escuela, al principio creía que solo en eso se iba a concentrar mi cuarentena; con el pasar del tiempo, las vacaciones de invierno y las minis vacaciones por el curso de los docentes la escuela pasó a un segundo plano de la cuarentena. Comencé a mandar mails a la facultad, preguntado por fechas de inscripción y la documentación que se debe presentar. Actualmente me preocupo por mí, por mi bienestar, por el bienestar de mi familia, y en el tercer puesto se encuentra la facultad y la escuela. Al hacer ese pequeño cambio de centrarme en mí, comencé a sentirme mejor a estar más tranquila. Agosto de 2020
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Desde el 20 de marzo del 2020 muchas cosas cambiaron, todo fue nuevo y difícil, creo que nos costó adaptarnos pero esta nueva rutina ya forma parte de nuestra vida cotidiana. Salimos a la calle con el barbijo como si fuese parte del outfit (aunque a veces nos damos cuenta que no lo tenemos a metros de la puerta y debemos volver a buscarlo). Gente comprándose tapabocas de colores para combinarlos con la ropa, llegar a casa, desinfectarnos y lavar todas las cosas que compramos, llevar la comida a mis abuelos para que ellos no salgan de sus hogares. Parece que las llamadas y los encuentros virtuales ya no son suficientes, nada reemplaza las muestras de afecto personal, las risas, los abrazos, mirarse a la cara, a los ojos, nada reemplaza todos los “feliz día” …de la madre, del amigo, del padre que quedaron sin abrazos y sin mesas compartidas. Esas ganas infinitas de recuperar los momentos perdidos, los viernes y sábados juntarme con amigos y los domingos ver a mi familia mientras comemos las pastas riquísimas de mi abuela, o el asado inigualable de mi abuelo. Las ganas de viajar ya se aumentan y casi que explotan. Esos viajes que se disfrutan desde el primer momento, armando las valijas, programando cada día, los mates en la ruta, el paisaje que nos invita a bajar del auto para sacarnos una foto, cada uno de los momentos disfrutados en el destino elegido que siempre nos regala hermosas experiencias y volviendo ya planeando el siguiente viaje. Si bien a este tiempo pude sacarle el mayor provecho, definiendo mis estudios universitarios, aprendiendo un nuevo idioma, cocinando, compartiendo momentos en familia y haciendo esas que a veces por falta de tiempo o energía dejamos de lado, creo que ya debería finalizar. Dado que no se espera la llegada de la vacuna hasta 2022 y los problemas económicos que se presentan en el país, no creo que el aislamiento social obligatorio sea tan efectivo como al principio de la llegada del virus. Si bien mucha gente tristemente falleció y algunas otras están internadas, también gran parte de la población ya se ha contagiado y recuperado. Por estar en mi último año del secundario muchas personas me han preguntado cómo me siento al respecto. Al principio sentía que iba a ser un año muy triste por no poder disfrutarlo en la escuela, luego me di cuenta que puedo encontrar diferentes formas de pasarla bien con mis amigos, lo triste es no poder despedirme de la institución a la que asisto desde los 4 años. Todavía a la espera de ver qué sucederá con el viaje de egresados a Bariloche y la graduación. Actualmente estoy más concentrada en la facultad, en las inscripciones, cursillos y cursos que debo realizar. Observo y comprendo que se acerca un gran desafío y es un salto muy grande por dar, es algo que estaba esperando hace tiempo y para el cual me siento muy nerviosa pero entusiasmada a la vez. Espero que esta nueva etapa pueda disfrutarla tanto como las anteriores. Octubre de 2020
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Joaquín Chiariotti
Esta pandemia me viene pareciendo muy larga pero me parecen perfectas las medidas que se están llevando a cabo aunque en lo personal, como dije anteriormente, se me está haciendo muy larga. Cada dia me levanto con pocas ideas de lo que voy a hacer pero para hacerlo más pasadero, intento hacer ciertas actividades,ya sea leer, actividad física y la tarea. Entrando al tema de la actividad escolar, me parece perfecto cómo se está llevando a cabo ya que estamos aprendiendo cosas nuevas entre todos, por ahí en lo personal me cuesta entender algunas cosas y se me hacen pesadas pero se entiende que hay que seguir aprendiendo día a día. A veces pienso en las medidas que se van a tener que llevar a cabo para cuando vuelva la escuela en general, como por ejemplo, asistir con barbijo, no saludarse entre sí, mantener algunas distancias y más. Cerrando esto pienso que hay que ser solidarios el uno con el otro y ser positivos y pensantes con todo lo que está pasando y así salir adelante entre todos. Diciembre de 2020
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Delfina Ferreyra
Mi experiencia durante el aislamiento social, obligatorio y preventivo que estamos atravesando desde marzo, está relacionada con mi mamá Romina que está embarazada de mellizos Catalina y Francisco, de siete meses. Nos enteramos en febrero un mes antes de empezar la cuarentena. Ahora ya estamos cerca de la fecha de parto, al principio cuando nos enteramos todos teníamos miedo por esta enfermedad que pone en riesgo a mi mamá pero por suerte todos tomamos las medidas de cuidado correctamente. En estos dos meses fueron muy lindos ya que vimos bien el crecimiento de la panza y cómo se mueven los bebés. Todavía no los pudimos ver porque no nos dejan entrar a las ecografías, eso también nos pone un poco tristes, perdernos de eso y muchas cosas más como el baby shower. Es algo raro porque son cosas nuevas y da un poco de miedo, en el parto tampoco vamos a poder estar y los vamos a conocer en casa. Por un lado la cuarentena es positiva para poder vivirlo con ella y ayudarla con todo y por otro lado es complicado por los miedos comunes y también de esta enfermedad. Ya estamos con todos los preparativos para tener todo organizado, también estamos arreglando la casa. Como alumna también es una experiencia nueva y diferente con nuevos desafíos todos los días, a veces un poco difícil pero ya me voy adaptando a este nuevo sistema virtual. La pregunta que me hago es cómo seguirá siendo todo después de esto. Sin dudas, todo va a ser distinto. Junio de 2020 Nos encontramos ya en agosto tratando de seguir con la pandemia. Desde la última vez que escribí fueron cambiando muchas cosas: nacieron los mellis Francisco y Catalina el 7 de agosto. Fue algo muy emocionante y con muchos miedos también por este virus. Por suerte llegaron a casa muy sanos y en pocos días, nuestros familiares los vieron por videollamada y eso me pone un poco triste ya que no podemos estar todos juntos recibiendolos. Me encuentro muy feliz por esta llegada que vino a darnos mucha luz a todos en un momento muy difícil que estamos viviendo por esta pandemia. Tuve la posibilidad de juntarme con mis amigos cuando se habilitaron las juntadas con todos los cuidados, nos vimos todos y fue muy lindo. También vi a mis tíos que no los veía desde marzo, fueron muy lindos todos los reencuentros y todos pasamos un momento muy lindo.
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Como alumna se me está dificultando un poco seguir ya que este año era muy importante para mí, era el último año que tanto esperé y mi viaje a Bariloche que costó muchísimo pagar, y por la pandemia no puedo realizar ninguno. Todavía tengo la esperanza de que puedan sacar alguna vacuna y sea para todo el mundo sin diferencias de clase social ni económica. Mientras tanto, a seguir cuidándonos. Yo en mi casa tengo muchas personas de riesgo por lo tanto nos cuidamos mucho. Hoy en día las preguntas que me hago son cómo va a ser nuestra vida después de este virus, qué cambios va a haber y cómo vamos a poder vivir la vida de antes. Agosto 2020 Hoy ya estamos a dos meses de terminar el año. Fueron avanzando mucho las cosas: los mellis, Fran y Cata están cada día más grandes ya tienen dos meses, son super charlatanes. Hoy en día nos encontramos aislados por covid, llegó por donde menos lo esperamos. Nuestro aislamiento lleva dos días, estamos todos con mucho miedo y experimentando nuevos síntomas, tratando de estar unidos para no decaer ninguno ya que este virus nos tira mucho para abajo. Estoy comunicándome constantemente con mis amigas ya que no es un momento muy bueno y ellas me acompañan, me alegran un poco los días. La pandemia me inspiró a hacer cosas nuevas: empecé un curso de costura y aprendí mucho a cocinar cosas de pastelería. Dejé de hacer algunas cosas ya que se me hizo muy difícil seguir con la escuela. En estos meses no estuve pasando buenos momentos, tengo la ayuda de mi familia que me hace seguir cada día y no dejarme caer. Me pone muy triste no poder disfrutar mi ultimo año, mi viaje, mi graduación. Mi rutina cambió mucho, me levanto temprano para poder hacer cosas de la escuela, ayudo a mamá con mis hermanos y trato de hacer actividad física. Extraño mucho la escuela, es muy diferente hacer la escuela virtual ya que no es muy fácil para todos. Extraño poder compartir y reír con mis compañeros y profesores. Estar en el último año escolar y vivirlo bajo estas condiciones me angustia mucho ya que lo esperé por muchos años, sé que nunca lo voy a poder vivir ya que no vamos a volver a la escuela y el año ya está terminando. Octubre 2020.
Lucio Gallucci
Durante esta época de cuarentena se siente como si todos los días fueran iguales, la misma rutina de siempre, principalmente durante los primeros 2 meses. Por más que digan que andar por las calles sea “peligroso” aún se extraña salir a pasear y disfrutar los lindos días que había en su momento. Al principio de la cuarentena todos los días me los pasaba con dolor de cabeza por estar encerrado, pero con el paso de las semanas me fui acostumbrando, pero no me gustaba. Con esto de la educación virtual algunos días se pasaban más rápido que otros, pero al final del día todo era igual que siempre. Durante este periodo de cuarentena no hizo que aumentara la relación que ya tenía con mis viejos ya que ellos seguían trabajando por lo que siempre estaba solo. Estos 3 meses me hicieron dar cuenta de cómo afecta el hecho de hacer algo por obligación o voluntad propia, antes no tenía problema en quedarme en mi casa usando la compu o mirando películas pero durante este tiempo lo odié y no lo soportaba. Junio de 2020
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Camila Gamboa
Al inicio de este aislamiento social, preventivo y obligatorio, estaba muy triste porque, sabia que no iban a ser solo 15 días sin clases, y no había podido asistir a la escuela las únicas dos semanas de clases ya que estuve con Hepatitis A y todavía podía ser contagioso. Al mismo tiempo tuve que hacer dieta estricta durante 3 meses lo cual no pude cocinar mucho como me hubiera gustado. Además, me tocó pasar mi cumpleaños en cuarentena lo cual me puso más triste porque soy muy familiera, pero nos pudimos encontrar a través de videollamadas. Todo este tiempo me sirvió para pensar con respecto a mi futuro, sobre la carrera que quiero seguir y descubrí mi gran hobby que es la pastelería. Remodelé mi habitación, la pinté y guardamos los juguetes de mi hermana.
Sinceramente, como todos, ya estoy cansada de estar encerrada y no poder ver a mi familia, el hecho de que no pude disfrutar mi último año de secundaria, la intriga de saber si empezaré la facultad presencial o virtualmente, nuestra graduación y viaje de egresados que no sabemos nada. Pero ojalá todo esto vaya mejorando de a poco. Agosto de 2020
En menos de un mes, tenia planeado un viaje con mi familia el cuál tuvimos que cancelar, y también, el viaje de egresados por el que me puse muy triste porque hasta hace poco pensé que se cancelaba.
Desde aquel 20 de marzo de 2020 creo que mi vida y la manera de verla cambió rotundamente. En estos siete meses de cuarentena aprendí a organizar mis tiempos, a valorar muchísimo el tiempo que paso con mi familia y los mensajes que intercambio con mis amigos.
Con respecto al colegio, me está yendo muy bien hasta ahora entregué todos los trabajos de los cuales aprobé todos y eso también me motiva mucho en estos momentos.
Para mí casi todo sigue igual ya que solo salgo de mi casa para visitar a mi abuela. Vivo con una persona de riesgo (mi abuela materna) por lo que la mayoría intenta salir lo menos posible.
Junio de 2020
Pero, el lado positivo, es que me inspiré muchísimo en la cocina haciendo algunos postres nuevos, probando recetas y obteniendo resultados buenos. Tengo ganas de arrancar un microemprendimiento relacionado con lo anterior, pero todavía sigo con miedo e inseguridades, aunque mi familia me apoya siempre.
Querido diario, estuve mucho tiempo sin escribir. Estas semanas, generalmente, me sentí bien, pero dejé de lado un poco las tareas porque me sentía “saturada” de toda la tecnología y decidí tomarme un tiempo sin el celular y la computadora y disfrutar con mi familia. Empecé a averiguar el tema de la facultad (quiero seguir la carrera de educación primaria) y la verdad es que me divirtió y al mismo tiempo, me dio miedo y ansiedad, pero sé que es algo normal por el hecho de que finalizo una etapa de mi vida que fue muy hermosa pero que el último año no tanto como me hubiera gustado. Todavía tengo que esperar que abran las inscripciones para poder anotarme. Con respecto a mi familia, nos estamos llevando bien por el momento; hace un mes y medio a mis papás se les ocurrió la idea de hacerme una habitación para mí (ya que compartía pieza con mi hermana) y fue un proceso super divertido y lindo. Hace una semana que me “mudé” y la verdad es que a veces extraño joder con mi hermana hasta tarde, pero prefiero tener mi lugar en donde poder encontrarme tranquila. Por el lado social, bueno obviamente por esta situación no me pude ver/juntar con nadie, con el que hablo todos los días es con Juan (mi mejor amigo) y con el resto intento hablarles seguido para preguntarles cómo andan y si necesitan ayuda con algo de la escuela que quizá yo ya haya hecho.
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Yo, como dije antes, últimamente me encontré bien y feliz; quise empezar a hacer ejercicio, pero obviamente me gana el dormir hasta tarde y la siesta. Sigo haciendo lo que me gusta (la pastelería) estoy averiguando para inscribirme en algún curso online referido a esto, pero por el momento sigo haciendo lo que sé para ir mejorando de a poco.
Hoy, después de siete meses, no tengo una rutina establecida. Los días que no tengo clases a la mañana me levanto a las 12:30 bpm; mis tardes son muy variadas, a veces tomo sol, me la paso cocinando o durmiendo la siesta; y por la noche suelo hacer las tareas y hablar con algunos amigos. Transcurrir mi ultimo año escolar bajo estas condiciones es muy triste, el no saber qué va a pasar a futuro con el viaje de egresados y la graduación. Creo que te pone de una u otra manera peor, ya que todos queríamos disfrutar este año a full y de la mejor manera posible. También juegan en contra los bajones y la soledad, de no poder estar con mis amigos y el estrés de estar en frente de la computadora, la preocupación de no llegar a tiempo con los trabajos, etc. Hoy, emocionalmente no estoy ni bien ni mal, extraño la escuela y la vida social de antes. Estoy poniéndome al día con las tareas que me habían quedado pendientes, estamos en la última etapa del año y considero que si trabajé hasta octubre por qué no hacerlo en estos meses que nos quedan. Octubre de 2020
David Leguizamón
Esta pandemia nos tomó a todos por sorpresa, se puede decir que es un año perdido (o por lo menos en mi caso). Este año tenía los eventos más “importantes” en mi familia. La mayoría de nosotros pensó que esto iba a durar como mucho un mes, y ya van 7 meses de cuarentena. Este año en mi familia mis papás cumplían 50 años los dos juntos, nos perdimos de hacer la fiesta. Yo cumplía 18, me perdí también de poder salir a festejar con mis amigos, mi hermana cumple 15, todavía no los cumplió, estamos con la esperanza de poder verla entrar con el vestido, aunque sea entre los 25 que somos de familia. Con mi novia nos pusimos a pensar que no podíamos quedarnos encerrados sin hacer nada, gracias a eso empezamos un “mini emprendimiento”, vendemos bolsones de frutas y verduras, gracias a Dios nos va muy bien. Yo lo considero un trabajo ya que todos los viernes nos ponemos a armar los 40 pedidos que tenemos por semana, y los sábados a las 8 empezamos a repartir por todo Rosario. Los sentimientos que vengo teniendo desde el momento que esto se hizo más grande son los de angustia, no saber si voy a poder viajar a Bariloche, si voy a poder tener mi graduación o si voy a poder tener mi fiesta de graduación. Tenía muchas expectativas para este año, iba a ser el mejor de todos, ya que me iba a ir de viaje con mi familia y después con mis amigos y todo eso que ya teníamos planeado ahora no se puede por toda la pandemia. Lo bueno que rescato de este “aislamiento” es que me pude unir más con mi familia, con mis papás, ya que nuestra relación no era de las mejores. Gracias al emprendimiento pude comprar lo que siempre quise, una consola para dj, con mucho esfuerzo pude juntar la plata y comprármela. Mi rutina viene siendo la misma que el primer día, me levanto temprano, hago ejercicio en mi casa ya que los gimnasios están cerrados. Hago un poco de tarea ya que no tengo muchas ganas pero tengo que entregar todo. Los fines de semana mayormente me quedo en la casa de mi novia. Y eso es todo lo que hago dentro de lo que se puede. Octubre de 2020
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Juan Cruz López
La verdad es que nunca pensé que esta Pandemia iba a pasar, a veces pienso que un día estábamos entre todos abrazados y a las dos semanas ya éramos todos robots separados con un barbijo, algo que jamás imaginó nadie creo yo. Hay días en los que tengo más ganas de hacer cosas y otros que no, también hay veces que extraño muchísimo la “normalidad”. La vengo llevando bien porque dentro de todo busco cómo entretenerme, escuchando música, jugando jueguitos, mirando series, acomodar, y más cosas. Por ahí, al estar tanto tiempo juntos, es más común que ya no nos aguantemos más con nadie en casa, pero al rato se nos pasa. Hay veces que siento que soy un poco insoportable con el tema de limpiar todo con alcohol, pero si no lo hago siento que está sucio y hay veces que me molesta estar tan así, porque ya sé que el virus no está en todos lados, pero mi mente me está diciendo que está sucio. Si hay algo que por ahí me duele es que no pueda estar en la escuela en estos momentos, aunque a veces quiera salir corriendo de ahí, extraño mucho estar con mis compañeros, con mis profesores, con mis amigos.Y me duele más pensar que este es mi último año y quizá no lo esté disfrutando al 100%, pero bueno, yo tengo esperanzas de que, aunque sea un tiempo, vamos a volver a la escuela. Con las tareas y las clases virtuales me vengo manejando bastante bien, hay clases virtuales que realmente me olvido conectarme, pero siempre que me acuerdo me conecto.Trato de no mirar tanto las noticias porque siento que me amargan, estar un poco informado está bien, pero la sobreinformación me vuela la cabeza. Me gustaría saber tantas cosas en este momento, como cuándo saldrá la vacuna, cuándo vamos a dejar de usar barbijos, cuándo voy a volver a abrazar a mis amigos, cuándo va a volver todo lo que yo estaba acostumbrado porque, aunque ya lo mencioné, me parece una locura que un día estábamos como si nada y al otro ya vivimos asustados de si se nos para alguien al lado en la calle.Tengo muchísimas esperanzas de que pronto van a encontrar la vacuna y vamos a terminar con este virus. Junio de 2020 Bueno, acá estoy, 158 días después de que se decretó la cuarentena. La verdad es cada vez más duro, estas últimas semanas estuve pensando muchísimo y me sentí mal psicológicamente. Para mí es raro porque nunca me pasó algo así, y desde el inicio de la cuarentena traté de meterle onda siempre pero como que todo lo negativo que tapaba se desbordó y estalló ahora. Desde mi última entrada de diario pasaron algunas cosas, me corté el pelo, pude ver a mis amigos, a mi familia (cuando estaba permitido), acomodé mucho mi casa, creo que descubrí qué quiero estudiar y bueno, nada más. La verdad es que a veces me angustia un poco la idea de no saber si voy a volver una última vez a la escuela, tengo esperanzas, pero nunca se sabe. Esperemos que sí, todos lo necesitamos. Extraño tanto, tanto, tanto estar paveando por toda la escuela cada vez que tenía horas libres, extraño a los profes, extraño manguear plata en los recreos, extraño hasta al tacho de basura de la escuela te diría. A veces pienso que tengo tantas cosas por vivir todavía, en lo que sería la adolescencia, y no sé si la pandemia me las estaría “arruinando”, no quiero que se me pase esta edad
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que supuestamente es la más linda, así que quiero terminar de disfrutarla al máximo. Pienso en mi futuro, en lo que quiero ser y hacer, en dónde quiero estar, en todas las metas que tengo, y espero cumplirlas todas. En lo que respecta al virus, tengo muchas esperanzas en la vacuna, sea de quien sea, la primera que salga ahí voy a estar para que me pinchen. No me interesa si de efecto secundario tengo 2 semanas 39 grados de fiebre, que nos la den, así como está y punto. No mentira, tampoco para tanto jajaja. O sí, no sé. Ahora hay un aumento significativo de casos en la ciudad, es algo que me preocupa, más que nada por el miedo de que volvamos una fase atrás, espero realmente que no haya más suba de casos para poder seguir en la fase de distanciamiento. En cuanto a la entrega de tareas, vengo mal. Realmente me estuve sintiendo mal y no tenía ganas de hacer nada. Ahora estoy tratando de ponerme al día con todo. Espero que todo esto se normalice lo antes posible para volver a la vida común. Mientras, sigamos cuidándonos. Agosto 2020 Bueno, acá andamos, otro mes más. Realmente hoy no me siento muy contento que digamos, durante todos estos meses fue así, un día bien, otro mal.Y así. Pero en agosto fue cuando se me disparó todo y me sentía realmente mal todo el tiempo, hoy me enojé con el mes de agosto, jajajaj, suena loco, pero realmente es el mes donde dejé de hacer todo. Mi salud mental se fue al piso, dejé de entregar trabajos, dejé de hacer las cosas que hacía.Y eso claramente ahora a fin de año me pesa. Pero bueno, tengo esperanzas de que voy a poder levantar las materias que adeudo trabajos. Pienso mucho en la escuela, y que hubiese sido de mí si nada de esto hubiese pasado. Hubiera seguido siendo el mismo de siempre, mi personalidad sería la misma y mis obligaciones serían las mismas. El otro día fui a buscar el informe de alumno regular a la escuela, y mientras caminaba por Centenario sentí una sensación extraña, como que parecía que veía a las porteras a las 7:30 teniéndome el portón ya casi entre cerrado para que no me pongan media falta, fue raro, miré los árboles que se ven desde afuera del patio de primaria y se me vinieron a la cabeza tantas charlas y recuerdos que compartí en ese patio. Fue raro, pero me sentí bien. Me inscribí a la facultad de diseño gráfico, realmente me alegra mucho esto, pero vivo pensando en qué pasa si me quedo debiendo alguna materia o algo y me come la cabeza, por eso ahora quiero levantar todo para estar más tranquilo. En mi casa todo está bien por suerte, mis papás pusieron un forraje que a veces tengo que atender y eso por ahí me distrae a veces. En cuanto a salud mental ando bastante mejor de cómo estuve en agosto/septiembre, en esos dos meses realmente la pasé mal.Y de salud física ando super bien por suerte. Espero poder mejorar, en todo ámbito, en estos meses que quedan del año.Y que muy pronto se demuestre que la vacuna produce inmunidad en toda la población. Espero que si escribo otro diario sea distinto a este. Con mi vida y obligaciones más acomodadas. Octubre de 2020
Lara Luraschi
Cuando empezaron mis días de cuarentena a partir del 20 de marzo aproximadamente, entré en un tipo de desesperación por la falta de costumbre de estar en mi casa tanto tiempo y no poder salir a ningún lado ni juntarme con mi familia ni amigos. Creía que iba a ser cada día peor, pero por suerte fue todo lo contrario. Supe acostumbrarme y adaptarme a la situación, entrenaba, cocinaba, hacía videollamadas con mis familiares y amigos, aprendí a convivir mucho mejor con mi familia (mamá, papá y hermana). Por eso puedo decir que la pandemia fue mejor de lo que me imaginaba o esperaba Ahora por suerte ya con todas las flexibilizaciones que tenemos pude volver a juntarme con mi familia y amigos, pude volver a entrenar en el gimnasio y practicar equitación. Espero que todo continúe así de bien como venimos y todo vaya terminando poco a poco. Junio de 2020
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Valentina Luraschi 22
Mi experiencia durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio, desde antes del 20 de Marzo, (porque yo decidí aislarme una semana antes), fue muy difícil al principio, en el sentido de que no estoy acostumbrada a estar todo el día en mi casa, al contrario, suelo estar mayor parte del día en actividades fuera de mi casa. Pero no me quedó otra opción que tomar conciencia de la situación actual y gravedad del virus que estaba en el aire y me quedé en casa a pasar la cuarentena junto a mi familia; compuesta por mi papá, mi mamá y mi hermana. Estuvo muy bueno, nos sirvió para fortalecer la convivencia familiar, nos divertimos mucho juntos, hicimos juegos, entrenamos, cocinamos, etc. Nos tocó atravesar las Pascuas solos los 4, cosa que fue muy extraño para nosotros ya que somos de pasar ese tipo de fechas en familia, juntos mis abuelos, tíos, primos, etc. Fue una Pascua muy particular y que no voy a olvidar nunca. También llegó el 1ro de Mayo, fecha patria en la cual desde que tengo recuerdo la paso junto a toda mi familia, junto a el menú típico de dicha fecha, el locro de mi abuela y las riquísimas empanadas de carne de mi mamá. Lo mismo con el 25 de Mayo. En cuanto a la educación y la escuela me parece muy triste porque esperé mucho estar en 5to año, poder usar la campera y remera de egresado, poder irme a Bariloche, son muchas cosas que se perdieron, pero fue algo que nadie sabía que iba a pasar. Estudiar y hacer apuntes vía online me parece muy práctico, ¡a mí en lo particular me gusta mucho! Junio de 2020
Martina Matusevicius
A lo largo de la “cuarentena” obligatoria pasé por varios estados de ánimo, en un principio parecía divertido estar en casa con mi familia y las primeras semanas nos la pasábamos jugando o tomándonos un tiempo para remodelar mi habitación o pintar, que fue muy agradable ya que siempre estaban esas actividades planeadas pero por alguna cosa u otra no las llegábamos a realizar. Pero con el paso de las semanas, que luego se convirtieron en meses, empecé a desarrollar un sentimiento de tristeza ya que extrañaba a mis amigos, novio y familiares, y aunque nos comunicábamos todo el tiempo por redes sociales o mediante videollamada se sentía distinto. La pasaba muy mal sabiendo todo lo que estaba perdiendo, desde cumpleaños, salidas con amigos, meses cumplidos con mi novio, tiempo perdido en los primeros meses de mi hermanita y demás. Además de sentir que había perdido mi último año escolar, que es el más esperado cuando empiezas la secundaria y al que más disfrutas. Como alumna, las clases virtuales también fueron un desafío, aunque consideré que era innovador para el futuro de la escuela, al saber que se va a poder tener plataformas donde comunicarse con los alumnos y por donde se van a poder mandar trabajos o apuntes. Extraño un poco las clases presenciales e interactuar tanto con mis compañeros como con los profesores, más en la modalidad de Humanidades que se puede debatir tanto y es tan necesario. Viendo hacia el futuro no sé qué puedo esperar, va a haber grandes cambios a nivel mundial que nos afectará a todos, y me surgen preguntas todos los días de cómo y cuándo va a terminar todo esto. Por ahora lo único que puedo hacer es esperar y pensar positivamente, tomarme este tiempo como una ayuda para pensar más en mí y disfrutar del avance que estamos logrando como sociedad. Junio de 2020 En esta nueva etapa de la pandemia me gustaría contar sobre los cambios que estuve experimentando. Gracias a que la cuarentena se flexibilizó hace un par de semanas o meses pude aprovechar para salir más de mi casa, visité a mi abuela y tías, estoy cuidando a mi hermanita, ya que sus papás trabajan, y los fin de semanas disfruto de andar en bicicleta o estar al aire libre en parques con mis amigos. Estoy muy feliz ya que ¡me inscribí en la facultad! Al estar en mi casa mucho tiempo pude informarme y decidir correctamente lo que quería seguir. Es algo que en la primera entrada del diario no tenia 100% seguro, por lo que tomarme este tiempo para pensarlo bien me ayudó muchísimo. También estamos pensando, con mi novio, adentrarnos en un nuevo micro-emprendimiento de venta de empanadas árabes, para así tener nuestros propios ingresos. Es algo que me tiene muy emocionada y me distrae de no pensar demasiado en todo lo que perdimos o vamos a perder.
Así que puedo asegurar que no todo fue malo este año, solo hay que saber verle el lado positivo y acostumbrarnos a salir adelante de distintas formas. Tal y como hicimos con las clases, que no es la mejor forma ni la que nadie hubiese pensado pero por ahora es la que tenemos y por lo menos yo como alumna lo intento aprovechar al máximo. Por ahora lo único que puedo pensar es en el emprendimiento y que nos vaya bien, en estar al día con las materias y en que la vacuna sea lo que tanto esperamos para iniciar nuevamente una vida libre. Agosto de 2020 Desde mi última entrada al diario puedo decir que no cambiaron demasiadas cosas en general, pero sí un poco mi manera de pensar y ver el mundo. Digo esto ya que al principio del año, cuando nunca pensé que esta etapa de mi vida iba a ser vivida de esta forma, pensaba mi futuro de una manera muy distinta a la que lo pienso ahora. Antes me preocupaba más por qué ropa iba a llevar a Bariloche, las veces que iba a salir de fiesta, planear viajes con mi familia, festejar los dieciocho de mis amigos, entre otras situaciones. Pero ahora, sabiendo que todo esto es incierto y hasta imposible de realizar, me toca pensar desde otra posición. Cuando antes ni siquiera me preocupaba en despedirme de una manera más afectuosa con familiares o personas cercanas, ahora es en lo único que estoy atenta. Cuando antes pensaba solo en salir y disfrutar con mis amigos, ahora me quiero concentrar en mis estudios y futura carrera. Cuando antes me perdía juntadas familiares por dormir, o salir con mis amigos por no tener ganas, ahora en lo único que pienso es poder ver un rato a las personas que quiero y pasar tiempo con ellos. Empecé a tener otra visión de la vida, dejar de lado las cosas redundantes por las que sí valen la pena, y sobretodo valorar los pequeños detalles que siempre hacen la diferencia. Tenía una rutina pactada para organizar este año antes de que se desate este desastre, pero ahora ya me preocupo en vivir un poco más libre. Puedo decir que sí extraño la escuela, o más bien los momentos que iba a vivir en ella, pero ya no tanto como en los primeros meses del año. Con respecto a lo más educacional, hablé con varios profesores y llegamos a la conclusión que, aunque todos afirmen que este año está perdido, intentemos seguir adelante por nosotros mismos que por un número en la libreta. Por el momento ya me acostumbré a esta vida, como creo que muchos igual que yo, aunque sigo esperando que todo termine para volver un poco a la normalidad con la que solemos familiarizarnos. Octubre 2020.
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Gianluca Mazzara
Mi experiencia en esta pandemia por suerte la pude manejar de la mejor manera. Desde los primeros días de cuarentena seguí realizando casi lo mismo que hacía, solamente que en casa. Ayudé a mi hermano en sus tareas, cocinaba así cuando mis padres llegaban de trabajar tenían el plato de comida en la mesa y también me encargué de tener mis tiempos de disfrutar un rato. Jugué a la play con amigos, tomé mates en el patio y escuché música. La semana pasada que se habilitaron las juntadas familiares pude visitar a mi abuela, tíos y primos. En estos momentos sigo haciendo lo mismo en casa esperando que llegue el fin de semana así puedo comer en familia. Junio de 2020 Bueno, la verdad que mucho no ha cambiado. Paso la mayoría del tiempo en casa, los fines de semana salgo a andar en bici y hago tareas, las ganas de volver a tener una vida “normal” siguen iguales e intactas- hace un mes arranqué el gimnasio, creo que el aburrimiento en esta cuarentena me inspiró a tener ganas de entrenar, de hacer actividades físicas. Mi rutina empieza a las 11 de la mañana cuando me levanto, a eso de las 12 cocino ya que mis papás trabajan entonces me gusta que cuando lleguen de trabajar tengan la comida lista para así irse a dormir una siesta rápido. Se extraña bastante la escuela, nunca pensamos que íbamos a pasar nuestro último año así, sin ver a nuestros amigos y compañeros, sin poder irnos de viaje de estudio y sin seguramente graduarnos, pero bueno, es lo que hay y tenemos que vivir así, cuidándonos y quedándonos en casa. Agosto de 2020 Lo que cambió fue que empecé a hacer más actividades, arranqué el gimnasio, hago más tareas en casa y a trabajar con mi papá, en mis tiempos libres trato de hacer las tareas y de planificar mi semana. Muchas cosas siguen igual a lo que fue el resto de la pandemia, no salgo mucho de casa. Los fines de semana antes era costumbre salir, en cambio ahora desde que pasó todo esto me quedo en casa con mi familia, miramos pelis y disfrutamos esos lindos momentos. Me hubiera gustado poder terminar mi último año de secundario de una manera normal y adecuada, pero bueno, lastimosamente no pudimos hacer nuestro viaje, ni tampoco graduación como se debería pero de todas formas siempre le buscamos el lado bueno a todo y tratamos de pasarla bien.
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Ojalá que el año siguiente sea más independiente, de poder empezar a sobrellevar una vida dentro de todo normal, que la vacuna dé sus resultados, tanto a nosotros como a personas de riesgos, ancianos y personal de salud y que de una vez por todas se empiece a terminar esta pandemia que se llevó muchas personas. Mientras se habilitaron las juntadas me vi siempre con mis amigos/as, siempre sabiendo que se cuidan lo mejor posible, en momentos cuando salía trataba de resguardarme y no visitar a mi abuela por 2,3 semanas por las dudas, pero siempre me cuidé al máximo y espero que siga todo así de bien. Octubre de 2020.
Tomás Mercado
La cuarentena me agarró, como a muchos de mis compañeros y gente que atraviesa su último año escolar, en un año muy importante y lo transformó en un año bastante peculiar. Todos sabíamos muy bien, a fines de febrero, que tarde o temprano íbamos a entrar en cuarentena o en un aislamiento social. Lo que nadie pensaba es que íbamos a estar más de 70 días aislados totalmente de las personas. Pensar que la última semana estuve de festejos con mi familia, conviviendo en el colegio con mis amigos, viviendo mi vida rutinaria y de un día para el otro todo iba a cambiar. El mundo iba a parar por completo y que por 70 días no íbamos a poder ver a las personas de siempre o realizar nuestras vidas normalmente. La verdad que durante los primeros días estuve un poco desorientado, aburrido y con incertidumbre de qué podía llegar a pasar. Como dije antes, este año, mi último año de secundaria, tenía grandes expectativas y de un momento para otro se paralizó todo. Mis grandes deseos y metas por realizar se estancaron por completo. Además de todos esos sentimientos y pensamientos encontrados estaba la gran incógnita de qué puedo hacer para sobrellevarla y no aburrirme en todo este proceso. El primer mes fue bastante difícil. Los próximos días fueron más fáciles, encontré el lado positivo de la cuarentena. La convivencia con mi familia fue bastante fructífera y encontré la manera de poder entretenerme en estos días. Miro series, hago ejercicio. Muy de vez en cuando, cocino, hago cosas en la casa y también los trabajos que me piden de la escuela. Sacando toda esta experiencia, espero con ansias que tarde o temprano todo pueda volver a la normalidad, si la podemos llamar así. Hay cosas que cambiarán y cosas por cambiar, nosotros tenemos que cambiar. En esta cuarentena aprendí que hay que vivir el presente, pensar a futuro y aprender del pasado. Es todo lo que puedo contar de este acontecimiento de escala mundial, lo que contaré en un futuro. Nunca olvidaremos esto. Contaremos a una próxima generación lo importante que era salir con el barbijo y tener alcohol en tu casa, o que no podíamos salir de nuestras casas o que teníamos clases por computadora. Siempre quedará esta etapa de la historia grabada en nosotros. Junio de 2020 Ya pasaron dos meses de la última vez que escribí, la verdad que la sociedad se ve cada vez más agobiada respecto a la cuarentena, el sistema no da abasto y el trabajo en algunos sectores es escaso y se ven bastante personas sin empleo.
Sinceramente no veo muchos cambios en la actitud de las personas, pero sí en el mundo que nos rodea, tal vez no en la Argentina, pero en otros países los paisajes están en sus mejores momentos y el ecosistema está dando un respiro. Últimamente me encuentro con un sabor bastante agridulce, esto debido a la escuela, es que me pone muy feliz saber que estoy a nada de terminar un ciclo y poder empezar a estudiar lo que me apasiona... Pero por otro, la vuelta a la escuela se hace cada vez más imposible, un último año cada vez más lejos. Quién pudiera pensar en febrero, en nuestro último primer día, que esto podía llegar a pasar. No me puedo imaginar todavía no pisar más el establecimiento, no subir más la escaleras, no llegar tarde y decirle a Susi que me quedé dormido o los buenos momentos con mis compañeros, los cuales faltaban muchos para vivir. Se hace duro pensar en esto. Espero con todo mi corazón que podamos vivir un último día juntos, ya que, después de tanto esfuerzo de nosotros, profesoras y profesores, preceptores y cuerpo directivo nos merecemos ese último adiós fraternal, y así, dar de una mejor manera el último buen día, y el último adiós, que no será un adiós si no un hasta pronto. Agosto de 2020 Aquí estamos, después de más 200 días de aislamiento. La verdad que desde la última vez que escribí nada ha cambiado. Pareciera como que los días pasan y todos son iguales, aunque ya nada es lo mismo. Cada día que pasa extraño un poco más de lo que era la vida hace un año atrás. Pensar que hace un año atrás recorría con mis amigos los pasillos de la escuela, los fines de semanas que te dejaba millones de anécdotas y más cosas que parecen tan lejanas. Este último año de mi escuela no es nada cómo lo hubiera pensado, quién habrá pensado que iba a pasar todo esto. Costo pero asimilé que este año no iba a poder disfrutarlo como quería, como quería la mayoría. Pero es hora de mirar para adelante, vienen nuevos desafíos, una nueva vida y todo lo que pasa luego de la secundaria. La incógnita es… ¿Cómo seguirán siendo las cosas? Hasta que estas preguntas tengan respuestas acá estoy. Pude empezar a trabajar y poniéndome al día tanto con la escuela y ahora con la facultad. Eso están siendo mis días. Por ahora no tengo nada más que contar. Solo queda esperar a que pueda llegar a suceder de aquí para adelante… Octubre de 2020
Estamos en una etapa muy complicada de esta pandemia, no solo por el virus que nos rodea, si no también por asuntos sociopolíticos en Argentina, se nota demasiada división en un tiempo en el cual tendríamos que estar más juntos que nunca.
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Martín Moreyra
Desde que arrancó la Pandemia y la cuarentena noté que hubo un cambio, por así decirlo, en mi vida. A qué me refiero con esto: mis horarios de dormir cambiaron ya que con mis amigos jugamos a la play hasta tarde porque como no nos podíamos ver decidimos jugar y así podíamos hablar y reírnos un rato. Las horas se pasaban re lentas y eso me gustaba porque hablábamos mucho mientras jugábamos y eso me ayudaba a despejarme un rato y dejar de pensar en todo lo que está pasando. También me perjudico mucho con el deporte pero los entrenadores encontraron una forma de darnos ejercicios y hacer llamadas por Zoom y realmente está bueno porque también es una forma de estar con tus compañeros y amigos y reírte y preguntar cómo están. Lo que más extrañaba en un momento era a mi familia y más a mi abuelo y abuela que son las dos personas que más amo en el mundo. Como ellos no podían salir, mi mamá les llevaba comida todos los domingos para dos semanas y cuando yo iba la impotencia de no poder darle un abrazo me mataba y me partía en el auto del llanto. Pero el lado bueno de esto es que pude aprender cosas o hacer cosas que nunca había podido hacer, por ejemplo aprender a cocinar, hablar más tiempo con mis papás y hermanas, etc. El otro día cuando escuché que nos podíamos juntar con amigos y familiares, lo primero que hice fue hablar con todos mis amigos y decirles que se vinieran para mi casa e hicimos un asado. Mi mamá habló con mi tía y abuela y fuimos todos de mi tía y nos reíamos y hablamos de todo y bueno, eso fue lo que hice hasta ahora y realmente hay veces que me dan ganas de salir de mi casa y no volver. Pero bueno, todo va a terminar y va a volver a ser como antes. Junio de 2020 Dos semanas después de la entrega del primer diario mis días empezaron a cambiar, algunos días eran buenos y otros malos. Pensaba mucho en mi futuro después de la escuela, qué iba a pasar con todo esto del covid19, si la cura en este verano iba salir o alguna noticia que ya dé por dicho que esto se va a terminar. Cuando se dijo por el noticiero que las reuniones familiares y de amigos estaban permitidas, mi familia y yo tuvimos una alegría enorme y lo primero que hicimos todos fue llamar a mi tíos y abuelos y decirles que el domingo íbamos a buscarlos para comer en mi casa y yo hablé con mis amigos para juntarnos. Después el club donde juego mandó un comunicado que ya se podía entrenar solo físico, que me puso re feliz. Hasta ahí todo marchaba genial hasta que un día me entero que en el club hubo un caso positivo, entonces cerraron todo el club por dos semanas. Luego todo marchaba genial y como tenía que ir, ayudé a mis papás con el laburo y empecé a entrenar a mis hermanas y a mis papás ya que ellos me lo pidieron y me pagaron. ESO FUE TODO LO QUE PASÓ HASTA AHORA, Y LO DEPOSITO PARA USTED PROFE. Agosto de 2020
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¿Qué cosas cambiaron desde aquel 20 de marzo de 2020? ¿Qué cosas siguen igual? ¿Esta pandemia me inspiró para hacer cosas nuevas? ¿Dejé de hacer algunas cosas? ¿Cómo es mi rutina? ¿Extraño la escuela? ¿Qué se siente estar en el último año escolar y vivirlo bajo estas condiciones? Personalmente creo que cambiaron muchas cosas en mi vida cotidiana desde marzo del 2020, mis planes o proyecciones que tenía, pensé que las iba a lograr al terminar este año, pero no he podido por la situación que estamos atravesando. Si bien en lo personal muchas cosas cambiaron, creo que lo que sigue igual es la situación a nivel sociedad la cual todavía sigue atravesada por la incertidumbre y angustia como desde el inicio de esta Pandemia. Me inspiró y me animé a no dejar de lado mi crecimiento personal en cuanto al deporte que practico, no dejé de entrenar y me encontré con personas nuevas que me ayudaron a crecer. Sobre mi formación deportiva, no dejé de hacer nada, si dejo de lado, (porque la situación lo ameritaba y lo amerita), las salidas con amigos y encuentros con familiares. No tengo una rutina diaria,hago y me permito hacer lo que va surgiendo en los días, aunque a veces creo que debería llevar una rutina. Extraño a mis compañeros y amigos y poder aprender cosas nuevas. Terminar el colegio de esta forma no es lo mejor, no pude disfrutar del viaje a Bariloche, ni de la graduación. Y tampoco me gusta porque no sé qué va a ser del futuro de las carreras universitarias, cómo se van a iniciar, etc. Octubre de 2020
Mateo Núñez
Bueno, en esta actividad me toca contar cómo estoy viviendo yo esta situación actual, histórica y única, ni más ni menos que una PANDEMIA y la cuarentena. Ya a la hora de escribir este “diario” llevo 81 días ininterrumpidos en cuarentena. La primera semana la llevé bastante bien en general, cumpliendo la cuarentena perfectamente, no me costó tanto ni emocionalmente ni físicamente y estaba de acuerdo con la medida tomada. La segunda, tercera y cuarta, mis emociones comparadas con la primera semana no variaron mucho, pero ya se notaba que estaba un poco más desgastado y la rutina se hacía un poco aburrida. No hice nada de ejercicio durante estas semanas y es algo de lo que me arrepiento, no sé hasta qué punto me llegó a afectar estar sentado 10 horas al día durante este tiempo. Ya después del primer mes se nota el cansancio, jamás pensé que estaría 40 días encerrado en mi casa, el ciclo de sueño se me cambió abruptamente, me iba a dormir a las once de la mañana y me levantaba a las siete, ocho de la tarde. Pero lo bueno a destacar es que me hice super productivo, me puse a estudiar un montón de cosas, y no me faltó entregar ni un t.p. de la escuela. Ahora, la llevo perfecto, creo que estoy sacando provecho de esta cuarentena, aprovechando el tiempo libre para hacer cosas que me interesan. La pandemia nos hizo dar cuenta de las falencias de nuestra sociedad para enfrentar una situación como tal, por lo que habrá cambios en muchos sentidos de nuestras vidas de acá a muchos años. Ahora pensando en lo que más me afecta algo tan agotador como estar encerrado dos meses, creo que es no poder ver a mis amigos y algunos familiares; sumando también la preocupación de que se contagie de COVID mi mamá, la situación de la pandemia y de la economía en el país y en todo el mundo. Ya finalmente haciendo un general de la cuarentena, no me afectó mucho, salvo la parte física creo yo, pero llevé la situación perfectamente. Tengo todas las comodidades en mi casa y quizá sea la razón por la que no me afectó tanto. Gracias a esto, estoy al día con las tareas de la escuela y estoy perfectamente emocionalmente. Esperemos salir de esta situación lo mejor posible, aprendí mucho durante esta experiencia que estamos viviendo, y esperemos que no se repita. Junio de 2020
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Emiliano Pomar
Mi año arrancó de la mejor manera, con mis familiares, amigos; todos juntos celebrando la llegada del 2020. Unos meses más tarde, nos iríamos de vacaciones a Villa Gesell, y en marzo comenzarían las clases, con el tan esperado UPD (Último Primer Día de clases), por lo cual ese día el curso faltó a clase. El segundo día, nos pusimos de acuerdo y faltamos todos a la escuela; el tercer día fuimos todos a clase y esa misma tarde el gobierno anunció el comienzo de la cuarentena, por lo que tuvimos en el año un solo día de clases presenciales. De un día para otro, toda la vida (en especial la mía y la de mi familia), cambió por completo; mi papá tuvo que cerrar su negocio por 78 días en total; y por suerte mi mamá nunca dejó de trabajar gracias a que su rubro fue esencial desde el primer minuto. Los días pasaban y mi ritmo de vida se había modificado por completo, ya que me acostaba a las 5:00 o 6:00 de la mañana, y me levantaba a la 1:00 del mediodía. Hasta que una vez, los comercios pudieron volver a abrir con estrictos protocolos y decidí tomar una de las mejores decisiones de mi año que fue comenzar a trabajar con mi papá. Desde ese momento, la pandemia se empezó a hacer hasta una aliada mía, ya que me salía todo muy bien; y sumado a eso, pude rendir una materia del colegio que adeudaba hacía mucho y de manera virtual pude aprobarla. Desde ese momento miraba hacia atrás y pensaba que todo, pero todo en pandemia, me había salido bien; y hasta el día de hoy, agradezco haber puesto de mí en estos tiempos complicados, para poder sacarle todo lo bueno y no desperdiciar el tiempo. Todavía queda mucho camino de pandemia por recorrer (ojalá no sea así, pero todo encamina a pensar que así será); y Dios quiera sea igual o mucho mejor a como todo me viene saliendo hasta el día de hoy. Octubre de 2020
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Gianluca Ragusa
Mi diario se basa en mi día a día de esta etapa de cuarentena. Justo antes de que empezara esto estaba viendo qué hacer con mi futuro en base al deporte. Mis opciones eran hacer boxeo o seguir haciendo fútbol, pero me decidí a hacer las dos cosas. Gracias a esta cuarentena tuve tiempo de pensar qué hacer con mi futura carrera. Entre mis opciones están estudiar arquitectura, mecánica automotriz o agente de ventas, carreras totalmente distintas, pero todavía no me decidí cuál estudiar y eso es lo que me mata día a día. Mi vida en cuarentena no es muy especial o distinta a la de otros, ya que no se puede hacer gran cosa. Me paso el día viendo pelis o series, además de entrenar y por ahí aprender a cocinar. Lo que más extraño es poder juntarme con mis amigos y poder socializar, además de poder salir a bailar y todo eso. Por otro lado, este encierro me ayudó a tener un mejor vínculo con mi mamá, ya que no era del todo correcto. Más no tengo para contar ya que de mucho no se puede hablar Junio de 2020 Antes que nada, buenas tardes profe. Bueno mucho que contar, en esta otra etapa de pandemia, no tengo, debido a que no cambió en nada a comparación de lo que conté en el otro diario. Mi relación con mis padres sigue igual, pero con mi vieja es mucho mejor, extraño estar en la normalidad saliendo con mis amigos, tomando, bailando, etc. Sobre el tema de volver a la normalidad, veo muy distante el hecho de volver a la normalidad, ya que hay muchas cosas a tener en cuenta para lograr eso, contando que la mayoría de este país está poblado por gente imprudente que se preocupa por sí mismo. Por suerte, logré decidir qué hacer con mi futuro, pero es una decisión súper difícil, pero bueno sé que cualquier cosa que decida va a estar bien. La verdad que no tengo mucho para contar como dije antes, creería que esto es todo. Agosto de 2020
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Kevin Ramírez
Mi casa Toda mi vida me quejé de mi casa, este lugar hermoso que me arropó en mis peores días, en esos días donde todo estaba perdido. Esta casa donde vivieron mis abuelos, donde hubo conflictos familiares, donde hubo llantos, peleas y abrazos. Esta casa es parte de mi familia y aunque siempre esté en expansión y tengamos mil arreglos por hacerle, siempre va a ser el rincón más lindo de mi alma aunque un día ya no viva acá. En esta catastrófica cuarentena cuidé mi casa con mi familia e intentamos terminarla para dejarla mucho más linda, ojalá este hermoso lugar pueda ser algún día la casa que siempre soñamos. Junio de 2020 Desde aquel día fatídico donde el presidente anunciaba el comienzo de la cuarentena, creo que mi vida empezó a tener puntos de quiebre. En estos siete meses de cuarentena aprendí a socializar de formas distintas mediante plataformas sociales interactivas y comunicativas como Discord, a valorar muchísimo el tiempo que paso con mi familia y los mensajes que intercambio con mis amigos. Para nada fue lo mismo, el encierro fue algo horrible, teniendo en cuenta que soy una persona muy social. No vivo con personas de riesgo así que por lo menos no me tengo que preocupar. Pero, el lado positivo, es que me enfoqué muchísimo en el curso de inglés que estoy haciendo. También cuando abrieron los gimnasios empecé a ir para verme bien y estar saludable ya que por la cuarentena me sentía demasiado mal conmigo mismo. Hoy, después de siete meses, conformé una rutina en la cual voy todos los días al gym, practico para inglés, tengo clases o prueba (depende el día). Transcurrir mi último año escolar bajo estas condiciones es muy triste, el no saber qué va a pasar a futuro con el viaje de egresados y la graduación creo que te pone de una u otra manera peor, ya que todos queríamos disfrutar este año al máximo y de la mejor manera posible. También juegan en contra los bajones y la soledad, porque a pesar de que veo a mis amigos, siento que este año perdí uno de los que debería haber sido uno de los mejores años de mi vida. Hoy, emocionalmente no me siento 100% bien, extraño la escuela y la vida social aunque ahora tengo más amigos. Tuvo sus pros y sus contras pero como todos, este año me ayudó a madurar y a crecer mucho. Hoy mi cabeza está en la facultad y que ya quiero empezar. Estoy poniéndome al día con las tareas que me habían quedado pendientes, ya que estamos en la última etapa del año. Diciembre de 2020
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Matías Ramírez
Desde que comenzó el aislamiento social, preventivo y obligatorio sabía que se me iba a hacer muy difícil aguantar tantos días encerrado, ya que al convivir en un departamento con seis personas más, íbamos a tener que acostumbrarnos a estar todos juntos, algo que casi nunca pasaba porque mis papás trabajaban y yo siempre tenía otras actividades. Nunca nos encontrábamos todos juntos, excepto a la hora de la cena. Al tener un hermanito de 4 años son inevitables los ruidos en el departamento. Con la cuarentena, la señora que vive abajo nuestro quedó varada en Buenos Aires, así que tuvimos un respiro de no tenernos que cuidar tanto por el ruido. Unas de esas dichas actividades era trabajar ayudando a mi tío, lo cual me distraía y me ayudaba a acostumbrarme a lo que era tener un trabajo y un ingreso y con todo este problema tuvimos que detener todo este proyecto.
Dentro de mi casa pudimos seguir organizándonos bien con las tareas domésticas, mis hermanos siguen con sus tareas al igual que yo, e intentamos sobrellevar una convivencia pacífica. Con respecto a mi último año escolar, me siento triste por haberme perdido lo que todos se imaginan de un 5to año, pero bueno sobrellevándolo bastante bien con todas las materias. Espero por un mejor año ya con una vacuna, a la vez con intriga por cuál será la nueva normalidad y con ansias de saber que me vaya bien en mi nuevo emprendimiento y mi papá pueda encontrar un nuevo y mejor trabajo. Agosto de 2020
Otra de las cosas que hacía para distraerme era pasar tiempo con mi novia y mis amigos, que aunque empezamos a interactuar por videollamada, no era lo mismo.
Querido diario, desde mi última vez en escribirte te quería contar un poco como sigue mi “cuarentena”. Desde el 20 de marzo hasta ahora en un principio no hubo grandes cambios respecto a lo familiar y lo escolar. Logré adaptarme aunque no me fue fácil, el único cambio que noté en un principio fueron los sentimientos por los amigos y la familia.
Dentro de mi casa empezamos a tratar de hacer cosas para poder sobrellevar esos días encerrados como la limpieza, la comida y a la vez juegos de mesas para pasar el tiempo. Gracias a esto descubrí que me gusta cocinar y desde allí suelo hacerlo a menudo.
Esta pandemia yo creo que nos sirvió a todos para valorar muchísimo cada momento desde una juntada con amigos hasta un domingo en familia, ya que ahora no sabés cuándo vas a poder volver a ver a algún ser querido.
Respecto a mi último año escolar fue una noticia bastante triste, ya que quería disfrutar todo el año con mis amigos, y con el aprendizaje virtual no me fue tan difícil acostumbrarme y lo vengo sobrellevando bastante bien, aunque reconozco que al principio sí me parecía un gran desafío.
Esta pandemia me inspiró a comenzar un emprendimiento como la anterior vez mencioné. Al día de hoy me encuentro feliz con lo que me encuentro haciendo junto a mi novia, pero también debo admitir que jamás me hubiese imaginado haciendo algo así, pero se fue dando gracias a que esta cuarentena seguía y seguía.
Yo creo que después de que termine todo esto y se pueda volver a la vida dentro de todo normal, las cosas van a ser bastante diferentes ya que a todos nos dejó una enseñanza, a valorar las cosas más importantes, como la familia, el trabajo, etc. Junio de 2020 Querido diario, desde la última vez que te escribí te quería contar cómo seguí esta “cuarentena”, que estamos atravesando por una nueva fase llamada “Distanciamiento social”. Hubo nuevas flexibilizaciones que me permitieron volver a realizar algunas de mis actividades, como reunirme con mi familia, amigos, novia, ir a la plaza con mi hermanito, etc.
Lo que más extraño o me hace sentir más triste son todas las cosas que uno se imaginaba hacer en 5to o ya tener una edad en la tenemos ganas de planear un viaje entre amigos y tenemos que estar a la deriva por este virus, pero bueno, lo único que nos queda es esperar y ver qué pasará. Antes te podría decir que sí extrañaba un poco la escuela pero al día de hoy ya lo tengo muy asumido de que no vamos a volver más y a la vez tengo puesta la cabeza mucho en mi futuro y en lo que será el año que viene después de la post pandemia y con qué cosas nos vamos a encontrar. Octubre de 2020
Unas de las actividades nombradas en la anterior entrada al diario, que era trabajar con mi tío, no he podido volver a realizarla ya que los materiales de Buenos Aires no llegan, por lo que con mi novia estamos por empezar un emprendimiento para poder solventar nuestros gastos y no pedirle plata a nuestros papás, ya que la situación ya los viene golpeando demasiado. Aunque mi mamá tuvo la oportunidad de volver a su trabajo, tras dos meses y medio parado, mi papá no pudo sostener su negocio, lo que lo llevó a cerrar.
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Matías Rodríguez
Mi experiencia durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio, que seguimos atravesando desde el veinte de marzo, se relaciona con mi familia. Yo no salía mucho de mi casa antes de la cuarentena, únicamente una vez por semana para hacer algo con los chicos, pero nada más. Al comenzar la cuarentena, tuve una vida normal aún sabiendo todas las cosas que pasaban en todos los países. Cuando los profesores implementaron las clases online, me frustré un poco. Claro, no quería hacer nada, pero tomé responsabilidad y comencé a cumplir con todas las tareas. Ya a un mes de la cuarentena se ponía peor la cosa, había tareas que no entendía y mis profesores tal vez estaban ocupados o no era el horario de consulta para poder responder mi pregunta antes de que yo entregue el trabajo, y al ver la calificación negativa por esos errores me ponía muy triste. Mi familia ya se estaba poniendo histérica, hasta había momentos en los que creía que se me ponían en contra cuando yo no decía nada del otro mundo ni les faltaba el respeto. Una semana después, a todos se les calmaba la locura y todo era normal, pero ¿no está que a mi hermana le llegan las facturas del pago de su auto 0km? Todo en el país se había frenado: trabajos, salidas, algunos servicios pero se ve que las empresas automovilísticas no les importó. Mi hermana estaba desesperada, no tenía trabajo y tenía que pagar el auto o lo perdería todo. A todo esto mi madre le sugiere que venda pastas o alguna comida rápida para salir del apuro, y poco a poco fue ganando dinero para poder pagar la factura del auto. Un día yo estaba sentado usando la PC y alguien llama por teléfono, era mi abuelo que vive a una cuadra de mi casa, diciendo con una voz relajada (“¿emm hola? Emm se me está prendiendo fuego la casa”). Mi abuelo no se daba cuenta de la situación en la que estaba y no reaccionaba bien a lo que estaba pasando. Yo salí corriendo lo más rápido que pude, creo que perdí una Crocs y una media en el camino. Cuando llegamos con mi familia era todo humo dentro de la casa. Sin pensarlo, me tapé la boca con la ropa y entramos a sacar a mis abuelos. El fuego lo había ocasionado una fuente con grasa que había explotado y prendido fuego el extractor, para colmo el techo era de madera. Gracias a Dios pudimos apagar el fuego y nadie salió mal herido, eso sí, cuando todos nos sonamos la nariz el papel quedaba todo negro, se ve que era del plástico quemado del extractor. Y así fueron hasta el día de hoy mis días de cuarentena. Creo que hay cosas que no van a cambiar gracias a la cuarentena, aunque no muchos la cumplen y creo que cuando todo esto termine va a ser un boom no en todo el país sino en todo el mundo. Muchas gracias por leer mi vida en cuarentena. Junio de 2020
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Magalí Sánchez
Diario:
Diario:
El día 17 de marzo empezó la cuarentena para nosotros que vamos al colegio, sabíamos que algo iba a pasar ya que el 13 de marzo fue mi cumpleaños e íbamos a festejar saliendo a un boliche.
Me acuerdo que al principio de la cuarentena me sentía súper bien ya que a nadie le vienen mal 2 semanitas sin clases, pero los días iban pasando, la cuarentena pasó de 15 días, a estar 7 meses encerrados. Me acuerdo que había empezado a realizar mandalas como diversión, entretenimiento. Mi mamá las publicó en sus redes sociales agradeciendo por mi trabajo, y sus amigas le preguntaron si las vendía. A partir de ahí, hice bastantes, me ayudaban mucho a distraerme, en no pensar en las cosas que estaban pasando.
Ese sábado había cerrado todo, cerraron boliches, bares, las escuelas ya estaban cerradas, no sabíamos lo que se venía. Por ahí nosotros estábamos contentos porque ¿a quién no le gustarían 2 semanitas sin clases? La cuarentena cada vez se hacía más larga, las únicas caras que veía eran las de mi familia:Ya se hacía costumbre las charlas por videollamada con mis amigas. La primera semana de cuarentena la venía llevando bien, pintamos mi casa, arreglamos cosas que por ahí no la podíamos arreglar ya que no teníamos tiempo, había algunos días que me ponía a reflexionar y en pensar por qué nos está pasando justamente ahora que estoy en mi último año de secundaria, que tendría que ser el mejor de todos y un año inolvidable. Cuando hablo del tema me pongo muy triste, me angustia el no saber si vamos a tener una graduación o si vamos a vivir algunos días de nuestro quinto año. Amo la escuela, amo estar con mis amigas, amo estar riéndome todo el tiempo, me gusta estar con los profesores y estar hablando con las preceptoras de nuestra vida o amores. Fue una etapa muy linda y no me puedo quejar de los años hermosos que viví. Volviendo a la cuarentena, creo que es un momento también para valorar lo que tenemos, valorar a nuestra familia y a las personas que están siempre con nosotros.
Cuando se habilitaron las juntadas lo primero que hice fue ver a mis amigas y familiares ya que desde marzo no nos veíamos, me sentía muy bien. Nos dábamos apoyo y con mis amigas tratábamos de no pensar en 5to año, Bariloche, graduación, etc. Hace un mes comencé un curso de Manicuría, me entretenía mucho practicando diseños, haciéndole uñas a mi mamá, hermana, tía. Ya hace una semanita terminé el curso de esmaltado semipermanente, y ya comencé a trabajar en mi emprendimiento. La verdad me siento bien, pero el miedo de contagiarse siempre está. Hoy ya hace 2 meses que no veo a mi grupo de amigas, la verdad siento que las extraño muchísimo. Octubre de 2020
Hoy 6 de Junio me junté por primera vez con mi grupo de amigas después de que nos vimos ese 15 de marzo. Puedo decir que me siento bien, necesitaba reírme hasta que me duela la panza o la cara. La cuarentena me sirvió para reencontrarme conmigo, hacer cosas que me gustan, aprender hacer cosas nuevas.Aprendí a hacer atrapa sueños que es algo que a mi mamá le gusta mucho. La cuarentena es una montaña rusa, una semana estoy feliz y a la otra estoy triste, no queda otra que seguir aguantando y pensar siempre en positivo Junio de 2020
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Tomás Spedaletti
La verdad que la cuarentena fue un impacto muy fuerte porque semanas antes de que suceda venía juntándome con mis amigos, salía a bailar, etc. Y de golpe pasa esto y me tuve que quedar encerrado en casa. Los primeros días que habían pasado del aislamiento social los estaba llevando bastante bien pero con el paso de los días me iba quedando sin cosas para hacer. Luego comenzaron a llegar tareas de la escuela, está bueno porque así tenía siempre algo para hacer. Volviendo a lo de antes de la cuarentena yo fui al gimnasio 2 días antes de que arranque el aislamiento, había ido a pagar la cuota. Fui dos días y después no pude ir más. Me enojé un toque porque al final terminé pagando algo que después no usé. Después de eso no me quedó otra que entrenar en casa. Ahí fue cuando todos mis días pasaron a ser todos iguales, me levantaba, hacia la tarea y entrenaba un rato, después me bañaba, me iba a dormir y al otro día hacía lo mismo. También durante el aislamiento festejamos los cumpleaños de mis primos a través de videollamada. Fue raro cantar el feliz cumple pero estuvo bien, también hago llamadas con mis amigos casi todo los días, pero no es lo mismo que tenerlos en frente. Actualmente puede empezar a hacer un par de cosas como por ejemplo ir al gimnasio pero sigue sin ser lo mismo. Todavía no me puedo acostumbrar al barbijo pero por lo menos puedo salir un rato. Lo único que quiero es que pase todo esto para poder volver a mi vida lo antes posible. Junio de 2020 Pasaron alrededor de 2 meses de la última vez que escribí y la verdad que cambiaron bastantes cosas, por ejemplo pude volver al gimnasio pero por muy poco tiempo porque si bien hay gente que sigue yendo yo no podía ir por que aumentaron los casos de covid en Rosario entonces para no infectarme decidí dejar de ir hasta que se calmen las cosas. También pude ir al monumento con amigos a la tarde, cosa que hace 2 meses atrás no podía hacer. Por poco tiempo se permitieron las reuniones familiares entonces pude ir a visitar a mi abuela, a mis tíos, etc. obviamente con todas las precauciones. Pero como dije antes, esto fue por poco tiempo ya que volvieron todas las cosas para atrás debido a la cantidad de casos que hay. Otra cosa que cambió fue que abrieron los bares y restaurantes, hace poco fui a comer a un restaurante con mi familia y antes de entrar nos miden la temperatura y nos hacen usar el alcohol en gel.Es difícil acostumbrarse a tener que hacer todo eso antes de entrar pero bueno, la comida estaba buena, jaja.
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En mi opinión, hay pocas cosas que siguen igual como por ejemplo que hay que usar el alcohol antes de entrar en cualquier negocio, no se puede compartir el mate, etc. Con respecto a la escuela, me siento muy mal debido a que este año perdí muchas cosas, la enseñanza fue muy diferente y en lo personal no me gustó para nada porque se me dificulta más estudiar virtualmente que presencialmente, siento que perdí un año. Aparte de la escuela también perdí el viaje a Bariloche que lo estuve esperando desde primer año y eso empeora mucho más las cosas. Cuando me enteré que el año que viene va a salir la vacuna contra el Covid, me puse feliz ya que va a ser todo como antes, me voy a poder juntar con mis amigos, voy a poder seguir con mis estudios y van a volver los asados de los domingos con la familia, jaja. Cuando se podían las reuniones hasta 10 personas me junté con mi abuela, mi papá, mi tía y mi tío, otro dia me junté con mis dos mejores amigos y nadie más. Agosto de 2020
Kamil Turrisi
La cuarentena obligatoria empezó un día después que le festejamos el cumple a mi prima. Vivo con mi mamá y con mi abuela y la verdad que ya estoy re aburrido y tengo ganas de volver a clase. Me enoja mucho este tema porque yo quería estar todos los días en la escuela ya que 5° año es el último y quería disfrutarlo. Cada vez que pienso en eso me pongo un tanto triste. Se me complica mucho con el tema de las tareas, ya que tengo problemas con la app y se me rompió la computadora unos días antes de la cuarentena, pero ya le expliqué a la vice cuando me llamó así que estoy esforzándome. Es feo el aislamiento ya que acostumbrabamos todos los domingos ir a casa de mi tía e iba toda la familia y ahora con la cuarentena no se puede pero bueno, en algún momento esto va a terminar y vamos a estar orgullosos de que con el trabajo en equipo el coronavirus no afectó a nuestra ciudad querida. Veo las noticias y me da mucha bronca ver a los porteños que salen a correr, que hacen esto aquello y son la ciudad que tiene más riesgo. Por suerte en Rosario hay gente con dos dedos de frente y sabe que eso está mal y que afectaría al resto. Junio de 2020
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Delfina Vázquez
Mi experiencia con el aislamiento social obligatorio al principio no fue tan alarmante, más que nada porque yo no hago entrenamiento para algún deporte o en sí no hacía más que salir los fines de semana con mis amigos. Al pasar los días me fui sintiendo más abrumada por la situación, es decir, iba a ser un tiempo indeterminado sin ver a las personas que amo y no sabía cómo tomarlo. Fueron semanas llevaderas pero a la vez angustiantes. En esas semanas aprendí cosas nuevas gracias al tiempo libre que tuve como por ejemplo, aprendí a cocinar, a dibujar, ordené mucho y desordené lo que había ordenado solamente para tener algo que hacer. Parece tonto pero bailé mucho y algunas veces lloré de la impotencia que me generaba la situación. Siento que me ayudó mucho esto de la cuarentena para aprender más sobre la convivencia con mi familia. Ahora estamos todo el tiempo juntos, a veces no nos soportamos pero es normal por pasar muchísimo tiempo viéndonos las caras, incluso más que antes. En fin, está teniendo sus pros y contras como todo en la vida y está bueno que podamos encontrar algo lindo en esto de extrañar las cosas cotidianas de la vida y a las personas. Es un poco para el delirio pero todo son experiencias y quizá más adelante podamos seguir sacando cosas positivas de la cuarentena. Sin dudas, luego de esta situación va a haber muchos cambios para los cuales todavía no me siento preparada pero los espero con ansias y un poco de curiosidad. Junio de 2020 Hola profe, en la segunda parte de este diario te quiero contar que después de un tiempo arranqué a juntarme con amigos y familiares, obviamente tomando las correctas medidas de seguridad y que también pude festejar mi cumpleaños 18 cuando se habilitaron las juntadas de hasta 10 personas. Por otro lado me pone un poco triste no poder ir a la escuela y pasar mi último año de secundaria como me hubiese gustado pero al final no es todo tan malo, ya que en un mes más o menos tengo que anotarme en la facultad y eso me da muchísima felicidad ya que voy a poder conocer otro ambiente escolar y otras personas y aunque me da un poco me miedo estoy muy ansiosa por arrancar. Sobre el tema de la vacuna me encantaría que se hubiese descubierto antes para poder pasar tranquilos el verano pero bueno, peor es nada. En esta parte de mi diario no tengo mucho para agregar aunque sí que me hizo muy feliz y muy bien ver a mis seres queridos. Agosto de 2020
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Hola profe, en esta parte de mi diario te quiero contar que cambiaron muchas cosas en mi vida desde aquel 20 de Marzo pero para ser sincera creo que es algo obvio ya que las cosas nunca se quedan igual y menos ahora bajo la situación que estamos atravesando. A mí en lo personal la pandemia y la cuarentena me llevaron a realizar muchas nuevas actividades y a retomar un emprendimiento y la verdad es que me siento contenta porque quizás antes no hubiese tenido la posibilidad o las ganas de hacerlo. También dejé de hacer otras cosas que no me estaban haciendo bien tanto en lo mental como en lo físico. El aislamiento me hizo extrañar mucho la escuela y sobre todo a mis compañeros de curso porque a pesar de no ser todos amigos estábamos mucho tiempo juntos y no poder verlos me cayó un poco mal. Por otro lado me puso muy triste perder mi último año y mi viaje con amigos pero sé que en algún momento todo se va a solucionar y eso hace que sea más llevadera la idea de pasar 5to año de manera diferente. Personalmente la cuarentena me hizo pensar mucho en las cosas que quiero y en las que no y tuve la oportunidad de concentrarme bastante en mí y en mis planes a futuro, así que tuvo sus pros y sus contras pero trato de no dejarme llevar por las cosas que pueden resultar negativas. Octubre de 2020
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l Mar tínez - 20 la isla” - Manue “Incendio en ) la, 40 x 50 cm (Óleo sobre te
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anuel M “Palomas” - M
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2 Con ojitos de esperanza: los niĂąos se expresan
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deada de o r o d n li é m os la pas ñ a e mi zoo d le p s á m u m c ó t s oom la ue me gu q En mi Z e t amos de r ir a t p s a o t L n . os todos ju antaron o c d mis amig e n a m u s c e nt ños fue anda y a p o it cumplea s o forma de n e años. a t le a p m piñ u c z os en mi tos el feli n ig u j m a s o is d m to n todos a r ie v u t s ntó que e a c n e y lindo. u e m M é s a p ños. La a le p on en mi r m u ie c v u t s los que e s o d o t a ecer Y agrad í mucho. e r e m y ños cumplea is años.
Emma, se
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anuel Mar
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crílico y óle tínez - 2020 (A
x 90 cm)
3 Otros testimonios
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idi Valentina Eg 1° año B
año B r e 1 i id g E a n ti n Vale
entena como pezamos la cuar em e qu eo cr Yo a a durar e simplemente ib qu do en ey cr s, todo bueno acá de tiempo, pero o ps la o rt co un e un año. a cumplir casi qu va se ya s, mo ta es empo rendí en este ti ap e qu se ta un eg Si me pr de la as cosas. Además ch mu a rí di n ió de reflex mbién ndí a cocinar, ta re Ap r, la co es n educació llenar mi ra empezar a re pa po em ti un me di desde e tenía pensado qu os br li de ca bibliote mbién un poco más. Ta er le o añ de o principi nuevos neros musicales, gé os ev nu rí descub . Tuve r mi habitación ra co de re y s estilo ría el nar en cómo se io ex fl re ra pa de tiempo tendría un poco no ma hu el si mundo do es el ue después de to rq po , él n co a empatí vivimos. lugar en el que
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4° año CS y H- TT.
Agustín Meza
Momento pandemia Quién iba a pensar el primero de enero del 2020, que este sería el año más trágico en la última década. Quién iba a darle credibilidad, si algún vidente lo mostraba el transcurso del año anterior. Me hubiese costado muchísimo creer que pasaría todos estos momentos y atravesaría una pandemia de esta forma. Pero el momento llegó, y con él la cuarentena y todos los efectos que generó. El día en que el presidente dictó la primera cuarentena obligatoria de verdad creí que solo iban a ser 14 días y nada más, luego todo volvería a la normalidad y la pandemia pasaría a ser un pasado oscuro. Pero no. Fueron 14 días, más 14, más 14, más 14… Los primeros meses me costó asumir el momento y yo seguía en Marzo, con las mismas ganas y expectativas de tener un buen año, hasta que llegó el momento en que caí y todo cambió. Yo juego fútbol, y el estado físico es algo importante en este deporte, casi esencial por el ritmo con el que se juega hoy en día; por lo que siempre intenté mantenerme en movimiento y no quedarme. Al pasar unos meses veía cómo la situación solo empeoraba y nada mejoraba, pero yo seguía entrenando y seguía motivado, todavía tenía la esperanza de volver. Pero no todo fue color de rosa y llegó el momento de la confusión y la desmotivación; sentía que todo lo que estaba haciendo era inútil (tanto en el deporte como en la escuela) y había perdido la esperanza. A ese mal momento se le sumó la depresión e inseguridad personal. El hecho de no ver por mucho tiempo a mi círculo afectivo me generaba problemas conmigo mismo y, siendo sincero, tenía muchas ganas de romper la cuarentena. Superé el mal momento con un ejercicio clave: intentar creer. Comencé a fortalecerme yo mismo creyendo en mí. Me automotivaba diciéndome que yo podía cumplir lo que pretendía y así fui armando otra vez y llegué al día de hoy. Creo estar en uno de mis mejores momentos en la pandemia (respecto a lo personal y social) y con más ganas que nunca de volver a ejecutar mis proyectos y sueños.
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Susana Barbpcoioznistaa Rece
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Ex alumna
Lucía Vidal
¡Hola a todos! Me llamo Lucia Vidal, tengo 22 años y soy ex alumna del Colegio Jesús de Nazaret en Rosario. Terminé la secundaria en el año 2016. Actualmente curso el 4° año del Profesorado de Educación Inicial. Este año se vio afectado debido a la Pandemia mundial que estamos atravesando y que nos ha afectado a todos como seres sociales. Por mi parte, fue un poco duro y triste, ya que desde el año pasado me encontraba trabajando en un Jardin de infantes de la ciudad de Rosario, pero desde marzo sus puertas se encuentran cerradas, por lo tanto nos encontramos sin apoyo económico, ni afectivo por parte de los niños, como lo acostumbrábamos a tener todas nuestras mañanas. Creo que la única manera de atravesar esta realidad que se está llevando la vida de muchísimas personas es poder tomar conciencia de quedarse en casa, salir lo justo y necesario, saber que nadie está exento de poder contagiarse. Eso habla de la clase de personas que tenemos a nuestro alrededor. Por mi parte yo vivo con mi papá. No afrontamos tantos gastos debido a que somos solo dos personas pero aún así no salimos demasiado.Si visitamos a algún familiar o realizamos alguna salida, lo hacemos tomando los recaudos necesarios y a conciencia. Espero de todo corazón que esto termine pronto para poder abrazarnos, encontrarnos y querernos aún más.
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Maestra / Profesora de Inglés
Mónica Rosso
Repatriación Ciao cari ragazzi1 Me llamo Mónica Rosso, soy una maestra/profesora de Inglés nacida y recibida en la ciudad de Mar del Plata que, por cuestiones de familia: marido e hijos italianos, vive y trabaja en Torino desde hace más de 30 años. Todos los años, cuando puedo dos veces al año, vengo a visitar a mi querida familia argentina: padre, hermana, sobrinos, sobrinos nietos hermosos y amigos. Este año llegué a Mar del Plata a fines de febrero con un pasaje de vuelta para Italia para fines de marzo pero me quedé “varada” y solo pude volver a Italia a fines de mayo. En vez de tres semanas, como había programado, me quedé tres meses. Cuando partí de Italia habían apenas detectado los primeros 2/3 casos de Covid en la Lombardía, región en el norte de Italia. En el aeropuerto de Roma, algunos pasajeros llevaban barbijo y guantes; en realidad muy pocos. Los negocios del aeropuerto estaban muy llenos de clientes entusiasmados con las ofertas de perfumes, artículos electrónicos y productos alimentarios típicos para disfrutar con familia y amigos. Italia siempre ofrece manjares culinarios. Parecía un viaje como tantos otros. Nadie nos controló la fiebre y subimos al avión en fila india muy cerca unos de otros. Por lo que se comentaba, controlaban los pasajeros que llegaban del exterior pero no los que partían hacia otros países. Llegué a Mar del Plata y en dos o tres días los casos en Italia habían aumentando exponencialmente a tal punto que ya declaraban “zonas rojas” con prohibición de entrada y salida en ciertas ciudades/pueblos de la Lombardía y otras provincias del norte. En una semana el panorama había cambiado completamente. Lo que parecía una gripe similar a la SARS, estadísticamente con un porcentaje de complicaciones y fallecimientos menor que la SARS se había convertido en un virus desconocido y muy peligroso. El gobierno italiano finalmente decretó una cuarentena general en todo el país al inicio de marzo. Suspensión de lecciones, actividades al aire libre, etc., etc. El mensaje era “Io sto a casa”2. Ya sabemos de qué se trata. Mi compañía aérea me fue cancelando y reprogramando mis vuelos hasta que el 29 de abril, lo recuerdo muy bien, me llegó una mail de la agencia de viajes italiana que me comunicaba que el gobierno argentino había cerrado los aeropuertos en todo el territorio nacional hasta el mes de septiembre. Yo ya había escrito al consulado italiano y a la embajada Italiana en Buenos Aires. No era simple obtener respuesta. Supe que había muchísimos casos de otros italianos bloqueados en Argentina y en otras partes del mundo; así como tantos argentinos que habían viajado para las vacaciones de verano o estaban visitando familia en Europa. Los unos y los otros tenían muchas dificultades para volver.
1 “Hola
queridos chicos” (traducción del editor) me quedo en casa” (traducción del editor) 3 Repatriación (traducción del editor) 2 “Yo
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Los consulados de ambos países explicaban que las compañías aéreas organizaban “vuelos técnicos de reimpatrio3”. Los vuelos comerciales y de turismo estaban suspendidos. Acceder a estos viajes no era simple. Había listas preferenciales por motivos de salud, trabajo o emergencia familiar. Luego quedaban pocas plazas disponibles en venta para el resto de los residentes que necesitaban volver a su lugar. El pasajero debía hacer todo por su cuenta a través de Internet. Fue complicado y muy costoso lograr finalmente un billete. Por semana partía solamente un vuelo con destinación a Roma. Los interesados éramos muchísimos. No me acuerdo la cifra. Con solo 48 horas de anticipo supe de un vuelo y logré entrar en el sitio de la compañía, compré el pasaje y entonces el consulado preparó la documentación para poder viajar. Se necesitaba un permiso para salir de Mar del Plata, para circular por la ruta, entrar a Buenos Aires y llegar al aeropuerto. También había que completar un par de formularios para entregar en los controles de partida en Argentina y de llegada en Italia con detalles personales y con un detallado itinerario del recorrido hasta la destinación final.Tuve que contratar un servicio privado de remisse para viajar de Mar del Plata a Ezeiza, pasamos los controles de la policía que nos tomó la fiebre con un scanner y revisaba la documentación del consulado. En Ezeiza me encontré con un panorama muy diferente al usual. Esta vez, había solo tres vuelos programados para ese día. Uno por cada terminal. Hay tres terminales que en situaciones normales vienen transitados por innumerables pasajeros distraídos y risueños que ya saborean las vacaciones o se preparan para compromisos laborales o reencuentros familiares. Sin embargo, en esta ocasión, todo estaba desolado. Ni siquiera un bar para comprar una botella de agua. Nuevamente controles de fiebre, dentro y fuera del aeropuerto y de formularios con sellos del consulado. Muy pocos pasajeros, solo alrededor de 100 personas en un avión con una capacidad para 300, creo. Todos con barbijo, en filas con distancia social; muchas veces indicada con señales en el piso. Un gran silencio y desconcierto. Mucho cansancio y tanta espera. Nos habían indicado llegar al aeropuerto 4 horas antes de la partida para pasar por todos los controles necesarios. Una vez en la puerta de salida, superados todos los controles, me di cuenta que el aeropuerto era un desierto con unas pocas personas que se comunicaban por teléfono con familiares para contarles que finalmente podían embarcarse. Pocas luces, persianas bajas, personal de limpieza desinfectando servicios sanitarios y asientos en la zona de embarque. Mucho silencio. No tuvimos servicio de cena o desayuno, nos dieron unas bolsitas con snacks y el personal de vuelo solo pasaba si alguien los llamaba. Viajamos muy distanciados, el avión llevaba un tercio de su capacidad de pasajeros.
Al llegar a Roma, después de 14 horas de viaje siempre con barbijo, desembarcamos, hicimos filas, pasamos nuevos controles de fiebre esta vez con sistemas computarizados. Una vez controlados nuestros pasaportes y documentos de viaje muchos pasajeros llegaron a la destinación final: Roma; mientras otros, como yo, aún debían tomar otro vuelo para casa. Me sentía ET: “casa, quiero ir a casa”. Mi familia me había reservado un hotel en el mismo aeropuerto porque no había vuelo para mi ciudad: Torino, el mismo día. Nuevamente, en procesión por un aeropuerto vacío e irreconocible. Un policía me ayudó a encontrar una galería interna en un laberinto de pasillos cerrados para llegar a este hotel. Terminales cerradas, puertas precintadas. Me parecía estar en un film. En el hotel servían la cena solo en las habitaciones y por 12 horas las únicas personas que vi fueron el empleado de la recepción y el camarero. Por la ventana de la habitación que daba al exterior del aeropuerto no vi absolutamente a nadie. Al día siguiente, tomé mi vuelo a Torino y regresé a casa. Me esperaba solo uno de mis hijos con una certificación de traslado Saludé al resto de la familia en el garage del edificio sin los acostumbrados abrazos de bienvenida. Cada uno en su lugar probando a intercambiar novedades y sensaciones. Pocos minutos y me quedé de nuevo sola a cumplir con mi cuarentena. El consulado me había indicado el protocolo obligatorio al regreso: quince días en mi domicilio en aislamiento. La familia se reorganizó, los hijos con amistades y mi marido en un lugar provisorio el tiempo indicado. Me comuniqué con mi médico de la mutual y él se encargó de avisar al sistema sanitario nacional el regreso de un residente con obligación de cuarentena. Aquí termina mi aventura, me quedó un poco larga pero se ve que me entusiasmé. Me interesó compartir esta experiencia tan rara con gente joven. Cada uno de nosotros tiene una mochila llena de vivencias y sensaciones de esto que nos pasa. Algunas se parecen, otras tienen variantes particulares. Pero tenemos muchas cosas en común. Me queda solo saludarlos y felicitarlos por los esfuerzos que han hecho para enfrentar esta experiencia. Cada uno en lo suyo habrá seguramente luchado con las ganas de renunciar a ciertas obligaciones. Todos habremos cometido errores pero “ce l’abbiamo messa tutta” (hemos hecho todo lo posible). Ciao Mónica Rosso
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s” - Manue
“Los hermano
bre tela, 70 x
20 (Óleo so l Mar tínez - 20
90 cm)
4 Los docentes tambiĂŠn cuentan
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Directora del Nivel Secundario
Prof. María de los Ángeles Danesi 54
Diario de una Directora Somos un nuevo equipo de gestión y esta cuarentena cimentó las bases de trabajo y cariño entre nosotras. Tan necesario para llevar adelante la escuela. Con enormes expectativas para trabajar con mi equipo de vicedirectores, preceptores y docentes para mejorar el nivel de enseñanza escolar un poco más. La epidemia y la cuarentena fue avasallante. Casi no nos dio tiempo a organizar el nivel. Apenas pudimos elegir una plataforma para trabajar con los alumnos y armar los listados de los alumnos de primer año Creímos que iba a ser por veinte días. Y estábamos trabajando para que funcionaran las nuevas formas de contactarnos con los chicos. Esto lleva ya muchos días. Más de ochenta y no paramos nunca de ir acomodándonos a las necesidades de los docentes, ministeriales y de las familias. No es lo que yo esperaba. Pero siempre vimos con las vicedirectoras la oportunidad que trajo esta nueva forma de relacionarnos. Hoy podemos decir que conocemos cómo trabaja cada docente. Qué posibilidades tiene cada alumno de conexión. Hemos tomado examen.Y hemos aprendido a trabajar distanciados pero permanentemente comunicados Aprendimos a acompañar sin interferir. A apoyar y escuchar. Pero es una gran realidad que somos seres sociales y nos necesitamos y sobre todo necesitamos vernos en la escuela. Extrañamos poder compartir las aulas con nuestros alumnos y tener ese intercambio tan particular que nos hace ser docentes. Junio de 2020 Diario de mi Covid. ...y un buen dia te cambia la rutina diaria. Comienza con una noticia fliar. “Me hago el hisopado porque no me siento bien” de mi hermana menor que se contagió en el mercado de productores. “Fijate papá”.Y ahí empezamos con la preocupación. Por ella, por la familia. Y salí a cubrir necesidades y volví a casa con Covid.
A la semana de la noticia de mi hermana, ya estaba contagiada y aparece un tercer ingrediente: el miedo. Por la otra parte de la familia que estuvo a mi lado. Por mi esposo y miedo por mí. Una vez que el covid ingresa no sabemos dónde ni cómo se detendrá. Y la vida se da vuelta. Y de repente te sentís cansada, enferma, sin ganas y con el miedo que sólo te abandona cuando rezas. No es fácil el Covid Viene como una estrella de la televisión. Mucha propaganda. Muchas estadísticas. Mucha publicidad desde distintos lugares del mundo. El que lo recibe se siente pequeño, indefenso, poca cosa y un juguete en sus brazos. Sólo la oración salva de caer de rodillas temblando frente a tamaña figura Puedo decir que en nuestro hogar apenas se asomó. Los síntomas son leves y es una alegría pensar que pronto pasará. No sabemos hasta cuándo pero pasará. Lo que no pasará es la cantidad de gente que va muriendo y la cantidad de miedo que mueve a su paso. Tener Covid te replantea la vida.Hace que cada cosa tome su verdadero lugar y real importancia. Y las personas amadas se aman sin tener contacto físico desde un lugar más profundo. Con cuidado especial para no hacerles daño. No es fácil el Covid. Te llena de tristeza e incertidumbre, te tambalea en tus más sagradas convicciones. Te cachetea y te muestra qué vulnerables somos. Pequeños actos de amor se convierten en momentos atesorados y sólo se piensa en cuánto más habrá que esperar para poder despertar de este sueño colectivo, de esta pesadilla que nos tiene presos. No es fácil el Covid. Octubre de 2020
Prof. de Filosofía - 4° y 5°año Ciencias Sociales y Humanidades
Fernando Chavero
Incertidumbre Promediando los primeros días de pandemia, recién empezábamos a aislarnos y ya había textos que en menos de dos meses hablaban del virus, su impacto, su presente, y sobre todo, su futuro. Filósofos de varios tintes y colores, quizás apremiados por algún apuro editorial, opinaron, escribieron y profetizaron un futuro para el planeta que hoy no parece realista defender.... tal vez el control de la población por la tecnología en algunas sociedades orientales no se encuadre en mi reflexión, pero eso no es nuevo, empeoró con el virus. Lo que definitivamente parece ser un absoluto es la incertidumbre. No supimos certeramente de donde nos vino el virus, como combatirlo, y peor aún, cuando hemos de superarlo. Las tensiones económicas a nivel mundial son extremas, muchos líderes mundiales han perdido base política por una mala gestión sanitaria, otros la han ganado, al menos de forma precaria. Pero, definitivamente todo se parece más a un proceso de ensayo y error que a una planificación. El discurso científico, la ciencia y la tecnología tomaron relevancia mundial. Estamos dependiendo de una solución que, o bien tomará forma de vacuna o de tratamiento, pero saldrá del seno mismo de la ciencia. Todos sabemos lo bueno y lo malo que el conocimiento científico conlleva para el mundo que nos toca vivir, lo que nos tomó por sorpresa, tal vez, fueron las manifestaciones locales atribuyéndole características de dictadura. Aún no vemos un final en términos cronológicos y las fuerzas que moldean los países se estructuran en torno a nociones sanitarias. Todo un signo en un mundo de terraplanistas. En el discurso, el lenguaje y el poder de instalar ideas, cuando no, también impactó y se combate al virus. Lo cierto es que contemplamos una realidad aún más incierta que de costumbre, definitivamente sigue siendo esencial la solidaridad, el conocimiento que ya tenemos, y de alguna manera aquellas cosas que son imprescindibles.
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Prof. de Inglés - 2° C, 2° D y 5° C.S. y H 1
Sandra Giovacchini 56
Mi casa HABLAR con mi casa fue una de las cosas que disfruté y disfruto en esta cuarentena. Ella me dijo que ahora que estábamos solas me quería decir que siempre me va a abrigar ,frente a cualquier adversidad, como lo hizo desde que abrimos sus puertas. 1987 fue el año en que me recibió, me abrió sus brazos, me dio la bienvenida muy humildemente para empezar a ser testigo de mi vida. Abrazó mis momentos de felicidad y los no tanto. Recibió con amor a mis dos hijos, transformándose, remodelándose para abarcar más gente en el corazón. Creció y dio calidez a mi familia. Me vio estudiar, dormir, cocinar, trabajar,bailar. Me escuchó reír,llorar, gritar y cantar. Olió los aromas de mi cocina. Las etapas que vivió fueron transformadoras, se quedó sin algunas paredes ,aumentó de peso, se embelleció ,se modernizó. Despidió a los chicos que vio nacer y crecer ,y ahora ,nos vemos a solas, ella y yo. Y aún así me sigue diciendo que sigue acá para abrigarme y protegerme. Te prometo querida casa que dejaré de descalificarte deseándote ser más linda, más cómoda y mudándote a otro lugar. Te quiero como sos y te agradezco infinitamente por guardar mis secretos en tus paredes. No sé si vendrán otras personas a habitarte alguna vez, pero yo, me llevo años inolvidables de acá. Gracias.
Prof. de Artes Visuales
Onelia Marchiaro
Las artes visuales y el desafío de interpelar a los adolescentes. Eran las 14:35 hs del viernes 13 de marzo, faltaban sólo cinco minutos para que toque el timbre y se termine mi clase de Artes Visuales con 2do C, les dije: ¡recuerden traer los materiales para la semana que viene! Tocó el timbre, me despedí, salieron al recreo, me fui a mi casa y hoy, veintisiete de octubre, todavía no volví a verlos. La semana siguiente, en medio de preparativos, instructivos, tutoriales, nuevas planificaciones y sobre todo mucha incertidumbre comencé, como todos los docentes del país, a hacerme la idea de que la manera tradicional de dar clases había cambiado, que ya estábamos transitando una nueva realidad escolar, y parece ser que esa nueva realidad de la misma manera se iba instalando en todos los demás ámbitos de la vida. Y como también, además de ser profe soy artista visual, ese desafío de replantearme el trabajo en el aula también se trasladó a mi producción, la pregunta era: ¿Cómo hago para hacerme espacio en mi casa para seguir pintando y dibujando? ¿Cómo hago para trabajar sin ir al taller? Otra cuestión, y creo que la que más me asustaba era: ¿Cómo ser creativa en medio de tanta incertidumbre?
Durante el primer mes de cuarentena la cabeza se me había llenado de ideas, pensaba nuevas técnicas, retomar proyectos inconclusos, experimentar con nuevos materiales… Esa especie de frenesí ante una situación tan diferente e inesperada me llevó a encontrarme con mis dibujos y mis ideas como hacía muchos años no sucedía. Tal vez era un escape a la realidad que leía en el diario, tal vez era una forma de sobrellevar la falta del aula… Ese escape era mi herramienta para ofrecer a mis estudiantes una alternativa para pensar la realidad, una opción diferente de transitar un año escolar demasiado atípico. A mí el arte me genera placer, pero también preguntas, me despierta inquietudes, me moviliza, a veces me molesta, me frustra, pero nunca pasa inadvertido. Creo que eso es lo que más intento que mis alumnos se lleven de las materias que cursan conmigo, que se dejen interpelar por el arte. Ese sin dudas fue el mayor desafío en el campo de la virtualidad, donde la distancia parece más amplia, donde faltan las palabras, los gestos y las miradas; el desafío de reinventarse, de reinventar las formas de enseñar, de transmitir, de aprender y de seguir construyendo vínculos que dejen huellas en nuestros estudiantes.
l) lor sobre pape o y lápiz de co fit ra (G 20 20 iaro - Onelia March “Con barbijo” 57
Docente Nivel Primario - Licenciada en Ciencias de la Educación
Paola Matusevicius 58
Enseñar en tiempo de pandemia Frente a la emergencia sanitaria, de pronto, los docentes de la noche a la mañana nos vimos en la necesidad de utilizar la tecnología “para enseñar”. Cada uno empezó a reaccionar con los recursos que tenían disponible, y al hablar de recursos no me refiero a los distintos dispositivos informáticos, sino a la capacidad y creatividad de cada uno para llevar adelante esta tarea. La situación completamente nueva, absolutamente inusitada, del todo imprevisible. Por primera vez había que planificar, dirigir, desarrollar la enseñanza desde los hogares de cada profesional a las casas de los alumnos/as. Sin preparación alguna, sin el más mínimo ensayo. En lo particular me enfrenté con un problema, carecer de destrezas digitales necesarias para la docencia en línea. ¿Cómo dirigir un proceso en el que quien tiene que liderarlo no dispone de herramientas y conocimientos necesarios? Creo que estamos viviendo una crisis que nos interpela y pone patas para arriba lo que se encontraba naturalizado. Los modos de sostener estos días la cuarentena pueden ser muchos pero en todos es necesario la presencia del maestro/a, nada reemplaza la calidez de la relación personal en la escuela. El corazón de la relación docente – alumno/a está dado en lo presencial, tal vez cuando esto pase se volverá a las aulas y se volverá a la educación presencial, tal vez con algún ingreso de ciertas cosas aprendidas o utilizadas ahora. Pero no creo que nada reemplace a la calidad y calidez que pueda tener el vínculo entre maestro – alumno/a y alumno/a – alumno/a. Para concluir considero importante que cuando esto termine tendremos la posibilidad de valorar cuáles fueron los aprendizajes más significativos que construimos.
Trabajadora Social y preceptora del Contraturno del Nivel Secundario
Isabel Morbidoni
Aprovecho el espacio que las profes brindan para contar cómo y de qué manera, en estos tiempos de pandemia las emociones nos pueden llevar al encuentro de mejores o peores sentimientos. La rutina es la de siempre, solo cambian las formas para mi tarea social, los directivos hacen el pedido de visita, me pasan datos socio familiares del alumno/a, referencias domiciliarias y el motivo de la visita. Hice varios de los tres niveles de la escuela. Pero una en particular, se impregnó de emociones encontradas... En principio no fue fácil establecer contacto con la mamá de la alumna, una madre que manifiesta explícitamente que no es su responsabilidad atender la educación de sus hijas. Mi emoción era de fastidio, me enojé mucho y comencé a hacer un seguimiento, quería lograr una entrevista con esa mamá, no lo conseguí; me evadió, me mintió, se ocultó, me ignoró. Fui por más, era un feriado, me dije “la tengo que encontrar”, fui al domicilio, no me abrió la puerta. Fui por más, ya no era fastidio ni enojo, era curiosidad. Entre los datos personales también estaban los del padre de la alumna; allá fui al domicilio del papá, me llevó mi hijo y el GPS. Llegué a la casa, y...las encontré, no estaba la mamá, encontré a dos niñas, alumnas del colegio que corrieron a mi encuentro, me abrazaron, me tocaban como si no fuera real...y nuestra alumna, la del nivel secundario me dijo “te quiero Isa, decile a Sabri que la quiero”. Entonces las emociones se me convirtieron en sentires y sentí el abrazo más impactante de mi vida, Mica abrazaba mis brazos, Jaz mis piernas... ¿El resto? Está en los informes, los que se elevan a los directivos. ¿Por qué insistí? Porque esa curiosa sensación de saber me acercó a lo más importante, ver a las chicas y que me pudieran decir sus problemas y que las podamos ayudar, como las estamos ayudando, en esta Misión Compartida que tenemos como comunidad educativa. La isa
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Prof. de Lengua y Literatura y de Cs. de la Comunicación - 1° B, 5° CS y H 2 T.T y 5° C.S. H 1 T.M.
Cintia Pellegrini
Mi experiencia durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio, que seguimos atravesando desde el veinte de marzo, está estrechamente relacionado con mi hijito Felipe, de ya casi quince meses. Cuando comenzó la pandemia, estaba por cumplir trece meses. Todavía estaba muy cercano su festejo de bauticumple celebrado en mi ciudad natal, Mar del Plata. Aquella reunión en la que se reencontró gran parte de mi familia (ya que somos pocos pero estamos repartidos en cuatro ciudades distintas, incluyendo Turin, Italia) fue, sin saberlo, un encuentro que quedaría guardado en nuestros corazones, no solo por lo que se festejaba sino también porque por mucho tiempo (hasta hoy no sabemos cuánto) no volveríamos a vernos. En estos dos meses largos de cuarentena, Felipe afianzó sus pasos. Comenzó a descubrir el mundo a una velocidad increíble, que los adultos festejamos con aplausos y caras de risa. Empezó a imitar muchos sonidos distintos, movimientos, gestos. Comenzó a fascinarse por los videos de canciones y, según el día, a jugar con algunos “juguetes” como el secador de piso o el escobillón. Lo que más lamento como mamá es no poder llevarlo a la plaza, a la calesita, a pasear por la costanera en su tutú rojo. Me pregunto cuándo volveremos a la “normalidad”. ¿De qué manera volveremos? ¿Qué cosas habrán cambiado para siempre? ¿Qué cosas seguirán siendo las mismas? Mientras me planteo estas preguntas, los días pasan, mi hijo crece y yo no dejo de maravillarme por la velocidad con la que aprenden los bebés. Como profe, resulta un gran desafío esto de la educación “virtual”. Nadie se imaginó encontrarnos en esta instancia de enseñanza- aprendizaje. Cuando todo esto pase, sin dudas, ya no seremos los mismos. Junio de 2020 Queridos alumnos, acá estamos, acá seguimos en esta “Cuarentena” que nos encuentra en una nueva fase, la del “Distanciamiento social”. ¿Quién se hubiera imaginado que nos encontraríamos así luego de casi cinco meses? Desde la última vez que escribí pasaron unas cuantas cosas: mi hijo siguió creciendo a pasos agigantados, hice un curso virtual, aprendí a cocinar pastelería, cumplí años (37, nos son nada, jaja), extraño cada vez más a mi familia, que como ya les conté en la primera parte, está desparramada por distintos puntos del país y también en Italia. También pudimos festejar ya que marido consiguió trabajo. Pienso mucho en ustedes, en cómo se estarán sintiendo por estos días de este año tan pero tan particular que parece que siempre es igual y que nos tiene a todos como detenidos en el tiempo. ¿Cómo será la “nueva normalidad”? ¿Será esta? ¿Y al aula cuándo volvemos? ¿Llegará ese día? Cada clase virtual que he dado me ha dejado un sabor amargo, una impotencia difícil de explicar porque me quedo con muchas ganas de conocerlos a los que no conozco, de escucharlos, de conocer sus expresiones, sus
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gestos y adivinar lo que no dicen. En definitiva, mi vocación docente se reafirma ya que lo único que quiero es estar con ustedes en el aula. Sin dudas si hay una palabra que podría representar este tiempo es el de “incertidumbre”, pero siendo un poco optimista podría ser también “esperanza”; esperanza de que pronto se encuentre la vacuna y sea distribuida a todo el mundo, sin distinción de clase social ni económica, entre todos los países, y que esta no sea un negocio más de las grandes corporaciones que son los laboratorios. ¿Seré muy utópica? ¿Pecaré de ingenua? Tal vez... Por estos días se siente el cansancio, el hartazgo, el fastidio por el sacrificio que venimos realizando, sin poder juntarnos, sin poder viajar a ver a nuestras familias los que la tenemos lejos, sin poder proyectar demasiado qué haremos, por ejemplo, en las vacaciones de verano. Sin embargo, hay una luz de esperanza, y es la vacuna, que comenzará a fabricarse aquí en nuestro país. Tendremos que seguir esperando hasta que esto se produzca, mientras tanto… a seguir cuidándonos. Agosto de 2020 Queridos alumnos, querida comunidad oblata. Aquí estamos, llegando al final de este año tan particular e impredecible. Hemos llegado, con paso firme, con miedos, con dudas, con mucha incertidumbre, con dolor, con cansancio, con esperanza, con ilusión, con un poco de alegría tal vez. No quiero dejar de contarles que mi vocación docente ha superado una prueba dificilísima de sortear y es esto de la “educación en la virtualidad”. No estábamos preparados, hicimos lo que pudimos, lo que estuvo a nuestro alcance, lo que nos salió, pero fue con el alma y con el corazón. Muchos de ustedes, alumnos, habrán conocido a mi hijo que lloraba y pedía a gritos algo, cuando veía que estaba dando clases a través de la pantalla y no le prestaba la atención que él requería. También mi maternidad se puso a prueba y fue difícil, muy difícil. Sin ir más lejos, hoy 27 de noviembre, tuve que interrumpir la clase para atenderlo ya que se sentía muy mal. Vocación docente y maternidad en un solo día, en un solo momento, a través de una pantalla: ¿quién lo diría? La escuela se metió en nuestras casas, nuestra casa se metió en la de ustedes, ustedes se metieron en la nuestra y nos pudimos conocer un poco más a través de la intimidad del hogar. Nos escuchamos, nos vimos, nos sentimos pero faltó el contacto, la mirada, el calor del que está del otro lado de nuestro cuerpo. Quiero nada más que felicitarnos por haber llegado hasta acá y haber sorteado tantos obstáculos. Pienso en los que perdieron seres queridos, en los que estuvimos cerca de perderlos, en los que aún tenemos miedo de contraer esta enfermedad, en los que ya la tuvieron. No somos los mismos que en aquel marzo de este año. Les deseo a todos paz y salud. También nos deseo esperanza y mucho pero mucho amor. Hasta muy pronto y que ese pronto sea mucho mejor que este presente. Noviembre de 2020
Prof. de Lengua y Literatura - 1° C, 2° A, 2° C y 3° C.S y H.
Valeria Pellegrini
Día 18500 del inolvidable 2020 Querido Diario (si es que aún me quedaron ganas de querer a alguien aunque sea de ficción): Hace unos días me causó gracia un meme que decía: “Nunca algo chino duró tanto”. Creo que me río por inercia, o que ya estoy tan formateada por mi humor ácido que ni la pandemia logró deconstruirme. ¿Quién iba a decirnos que viviríamos una distopía? Suelo ser apocalíptica, sin embargo ni en mis peores pesadillas imaginaba algo semejante. Comencé el año viajando a la costa en familia y más tarde el mes de febrero (parece que habláramos del medioevo) me encontró más organizada que nunca, con muchos proyectos laborales y familiares, seguramente en algún momento se me ocurrió fantasear con que este iba a ser mi año… ¡Qué ilusa! Justamente yo que tengo una suerte pa’ la desgracia. Pero como soy el monumento a la resiliencia hice oídos sordos a ese inicio auspicioso y continué armando castillos en el aire (como buena geminiana).
Nació mi tercer nieto –Giovanni- y sufrí horrores por tenerlo lejos. Estuvo en neo, puse a rezar a media humanidad por su salud y finalmente salió y pude conocerlo. Los besos, se los debo para cuando se encuentre la vacuna. También pasé por dos días de mucho temor y ansiedad, ya que comencé un sábado a la noche con mucha fiebre y dolores atroces. Llamé al 0800 de mi obra social, pero jamás vinieron a hisoparme. Al tercer día resucité de entre los muertos y retomé mi rutina de a poco. Volví a comunicarme con la gente de salud de la provincia y me aconsejaron seguir encerrada, no acudir a ningún sanatorio y darme el alta sola a los catorce días. Nunca sabré si tuve covid, gripe, un brutal surmenage…pero al menos logré sobrevivir una vez más.
Marzo me asestó la primera cachetada: quedé encuarentenada con mi ex marido (¡¡!!), lejos de mis tres hijos, mis dos nietos, y mis padres ya grandes y a muchos kilómetros de Rosario; con mis dos hijos mayores trabajando en sendos sanatorios…no me faltaba nada, sí, que un sábado a la noche me enterara de la muerte de Luis Eduardo Aute, bálsamo de poesía y viejo compañero de mis rutas musicales…Lloré con su partida toda la angustia contenida en ese tiempo como lloro cada vez que un artista entrañable se va de este mundo caótico y lo deja más sombrío y devastado. También lloraba por mis dolores de cintura y cervicales, cada vez más fuertes. Un día llegué a contar catorce horas seguidas sentada frente a la computadora. Intenté organizarme, barajé varias posibilidades: poner horarios fijos, ser rigurosa y madrugar todos los días, trabajar inclusive los fines de semana y feriados para que no se me acumule el trabajo, hacer devoluciones estandarizadas (inviables para corregir producciones personales y subjetivas) y finalmente resignarme a hacer lo humanamente posible ante solicitudes y requerimientos casi imposibles (de alumnos, directivos de cuatro establecimientos, ministerio, padres, familiares). Ante toda esa situación desbordante hice lo que mejor me sale: dedicarme a leer literatura. Como autocastigo, me obligaba a ser más organizada y estructurada (puaj) y a la noche (o a la tarde si el dolor de cintura y/o cuello lo ameritaba) me “premiaba” con buena literatura. Si hasta me di el lujo de releer a autores amados que hacía tiempo no frecuentaba: los cuentos completos de Arlt y Silvina Ocampo, novelas de una autora española que se las trae llamada Vanessa Monfort, el último libro de Mariana Enríquez (un lujo para el terror argentino), Piñeiro, Bodoc, Jeanmaire, Kohan y muchos más. Mi autodisciplina funcionó bastante bien, tengo al día mis diez aulas virtuales, exámenes, plenarias, planificaciones, grupos de autoayuda con colegas y amigas desbordadas, ah, y también recuperé a mi hija en el primer paréntesis de este encierro feroz.
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Prof. de Educación Tecnológica - 1º y 2º / Prof. De Matemática - 3º / Prof. de Física - 3º y 4º.
Analía Tarabuni
En casa, en los primeros 15 días que no salió nadie de su casa, vi por la ventana cómo 7 gorriones rompían la bolsa de la basura para comer, ni los perros andaban, si no las hubieran roto ellos.
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Maestra de apoyo a la inclusión / Prof. de Lengua de señas argentina
Carmen Lencina
Trabajar de maestra de apoyo a la inclusion en tiempos de pandemia. Mi nombre es Carmen Lencina, soy profesora de Sordos e Hipoacúsicos y maestra de grado común. Desde el comienzo del aislamiento social preventivo y obligatorio producto de la actual pandemia, comencé a organizar el seguimiento pedagógico de cada estudiante a mi cargo. Cabe aclarar que el personal docente y el personal del equipo psicopedagógico de la escuela no tienen dificultades con la conectividad y pusieron a disposición sus recursos para sostener las propuestas educativas. En la primera semana de aislamiento realicé un relevamiento sobre la disponibilidad de wifi y otros recursos para sostener la conectividad de cada alumno. Se estableció que los medios y estrategias de comunicación deberían ser diversos para garantizar la mayoría de canales posibles no solo con las familias, sino con las escuelas inclusivas.
No he sentido el apoyo a nivel nacional ni a nivel provincial, ya que los materiales de trabajo no son pensados para chicos con discapacidad, ni para sordos, ni para ciegos, ni para intelectuales. No hay trabajo de inclusión, es una lucha de años, a pesar de la nueva reglamentación (Res 311/16 y decreto 3467 Sta. Fe, y se evidencia más en este tiempo de cuarentena. El material enviado por provincia y nación se entrega a los alumnos tal cual llegan a las escuelas, son pocos los profesores comprometidos en revisar el material y darle una vuelta para que el alumno en integración pueda acceder al contenido. En algún momento espero que la sociedad pueda cambiar su forma de pensar la discapacidad sin prejuicios y que todos los alumnos aprendan en contextos diferentes, de distintos modos, pero siempre apuntando al contenido, de acuerdo a sus propios tiempos.
Se realiza la mayoría de las adaptaciones a cada trabajo práctico que le envían a los estudiantes las escuelas secundarias, siempre con la intervención de los/las profesores/as afectados/as a la escuela especial de las diferentes áreas curriculares para corroborar contenidos y configuraciones de apoyos para el acceso de cada actividad presentada. Se realizan videos explicativos, se intervienen videos que envían los profesores de la escuela común (se realizan subtitulados, señados en LSA, o audio descripción según corresponda. Cuadros sinópticos, resúmenes, se envían fotos de las actividades desarrolladas a modo de ejemplos, whatsapp explicaciones, entre otros. Nos encontramos con distintas barreras que fueron y son abordadas: En los últimos días se nota desmotivación por parte de los jóvenes, ya que se les hace más difícil sostener la rutina y continuidad de los trabajos. Si bien la docente integradora acompaña constantemente el desarrollo de las actividades conjuntamente con los profesores de la Escuela Especial, por momentos los jóvenes se sienten angustiados y desganados. Para motivarlos se realizan las charlas vía zoom con la profesora de ronda de convivencia, ya que son alumnos sordos y la mayoría no tienen comunicación con las familias por falta de LSA. Por tal motivo, más incomprendidos se sienten ya que hay mucha información que circula, la mayoría de forma oral (noticieros) y no pueden decodificarla si no hay nadie que se lo explique en lengua de señas. Siempre me envían mensajes preguntándome. Mi trabajo más allá de ser docente a cargo de un grupo de 6 alumnos, 4 sordos y dos hipoacúsicos todo integrados en el nivel medio, es acompañarlos ya sea en lo pedagógico, en cuestiones personales que el estudiante necesite contarme. Me hacen sentir que no debo bajar los brazos ya que realmente amo mi trabajo y amo enseñar esta modalidad especial que es la sordera. Es importante destacar el acompañamiento directivo y de mis compañeras de trabajo. Hay momentos de cansancio porque esta nueva modalidad de trabajo se va aprendiendo día a día.
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“Maternidad”
e tela, 90 x 70
- Manuel M
(Óleo sobr ar tínez - 2020
cm)
5 La mirada poĂŠtica
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Presagio Por: Nora Pellegrini Llegó en silencio oscuro
lapidario
embajador de un dios desconocido lo piensas y un lento escalofrío te estremece ansías ser un pájaro
alerta
fugitivo
borrar la sombra que acorraló los sueños resurgir como el árbol
las flores y el deseo
la lágrima febril
el íntimo desvelo
el temblor de una osada caricia o la sonrisa encubierta en la mirada porque HAY soles que esta noche esconde y tremendamente luminosos
BREVE BIOGRAFÍA Escritora y Escultora, esposa, madre, abuela, nació y reside en Pavón Arriba, Santa Fe. (Hace muchos años) Integró las Antologías de: SADE ROSARIO. SADE NACIONAL. GEPAN ROSARIO SADE SAN LUIS. Ensayo sobre la obra de Antonio E. Agüero. “Encuentro de Poetas y narradores” de Villa Constitución. Autora del libro PARTICULARMENTE MUJER, Poemas y cuentos.
Participó en las Muestras de Tridimensión y Poesía como poeta y escultora. Integrante del Taller La palabra Desnuda, cursado en el Instituto Olga Cosettini, coordinado por los Profesores Jorge Isaías y María Cristina Renard Obtuvo premios en diversos certámenes nacionales e internacionales. Prepara un nuevo libro que nunca termina... y sigue soñando con un mundo mejor a pesar de... 68
Ecos de amor Por: Marcos Zurcher Viene el tiempo y su voz me va a matar En el cielo ves nada un pez De silencios se viste una noche más Ecos de amor Ecos de amor De las alas que cortaste alguna vez Otro pájaro aprendió a volar Mil poesías atrapadas en la red Ecos de amor Ecos de amor Noche larga Como ese barquito blanco de papel Que en la calle va a naufragar A la luna le vas a poder cantar Ecos de amor Ecos de amor
Escaneá e l usando Sp código o tu celular tify desde y escuchá
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Juliรกn Rusch
Pigmentos: La pandemia según el pincel de Manuel Martínez Por: Prof. Lic. Brenda Steinaker Jueves por la noche. El artista plástico rosarino, Manuel Martínez… Manuel, nos recibe en su casa con una sonrisa. Somos muchas personas, pero entramos todos. Se enciende la pantalla y vemos un par de sonrisas. Las reuniones virtuales, a las que nos estamos habituando permiten estos encuentros surrealistas (si lo pensamos en términos artísticos), en los que estamos cerca, muy cerca… pero a la vez tan distantes. Y no somos figuras humanas, como las que él dibujaba al comienzo de su carrera, devinimos cuadritos en una pantalla… burbujas de chat… nos digitalizamos. Pero ni la cruel posmodernidad de las reuniones virtuales impiden que se note la amabilidad y la alegría de Manuel al recibirnos. La charla empieza amena, como lo son todas las conversaciones con él. Siempre tranquilo, sonriente y entusiasta comienza por contarnos que está por cumplir apenas 82 años… años llenos de lienzos; acuarelas; acrílicos y pinceles. Casi podemos sentir el aroma a la pintura fresca de los cuadros que nos está mostrando.
Con esa paciencia nos muestra los retratos que hizo a sus hijos. Desde acuarela hasta pincel… pasando por las espátulas, ejemplifica con los retratos cómo un artista evoluciona, cambia de técnicas… de colores... de formas… y cómo una obra no se termina… Se la retoma con el tiempo, se la corrige. Piensa en sus hijos y confiesa extrañarlos. Pero nos invita a cuidarnos: “la juventud no puede vivir como quiere, hay que defender la vida. La situación es grave, hay que darle importancia a esto que es una batalla de la humanidad”.Y si bien compara la situación actual con la Segunda Guerra Mundial, va terminando la charla con una reflexión interesante: “Esta crisis es tremenda, pero acá no está todo destruido. No es un encierro como el de los 900 días del sitio a Leningrado. Esto no es tan difícil porque ahora hay libros, hay pinturas, hay internet, y tenemos que aprovechar el tiempo y a la internet para estudiar y para conectarnos con el mundo”, hasta que podamos volver a vernos.
Lo acompaña Luisa. Su compañera, su esposa, como me dijo una vez “su musa”. También su curadora: bioquímica de profesión, aficionada a la obra de su esposo, fotografía; cataloga y resguarda cuidadosamente las más de 2000 piezas que Manuel pintó a lo largo de su carrera. Nos cuenta que la pandemia congeló algunos de sus proyectos, como la edición de un nuevo libro, pero que le permite el tiempo que ahora tiene para estudiar. De docente -práctica suspendida por el Covid-, volvió a ser estudiante: relee y aprende sobre los grandes pintores que lo influenciaron, como Paul Cézanne, a quien él considera el gran transformador de la pintura, porque “nadie nace por generación espontánea, todos somos herederos de pintores de antaño. Hemos ido evolucionando”. Y así, nos cuenta cómo fue evolucionando su obra, las distintas etapas, y las revisiones que ahora hace con el tiempo que le da la pandemia. Nos cuesta entenderlo: vivimos en un mundo acelerado, pero él no tiene prisa. Los chicos pretenden cuantificar la obra, preguntan sobre el tiempo material que le demanda un retrato… un barco… una flor. La respuesta es siempre la misma: paciencia. “Se logra despacito. A lo mejor, pintar una cara lleva 3 horas, pero nunca se termina un cuadro. Hay que apelar a la paciencia”.
“Autorretrato” - Manuel Martínez - 1977 (Óleo sobre tela, 100 x 80 cm)
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Ph.: Patricia Bo
6 El legado de la Madre Antonia: Amar y servir 73
Entrevista con la Hermana Mirta Por: Prof. Naiara verdún Cintia, Brenda y Mirta se reúnen. Comienzan la charla con festejos por lograr la conexión. Pero con caras de incertidumbre. En seguida, se hace presente la preocupación de la Hermana Mirta, desde una primera instancia, ya que visibiliza esta situación como un momento difícil. Por supuesto que como todos, analiza cómo uno iba cambiando su postura frente a lo que iba aconteciendo. Además hace presente el Encuentro que se suspendió en Brasil, y que las agarró justo aún en Buenos Aires antes de que el Confinamiento sea declarado. La incertidumbre y la impotencia de no saber cómo acompañar a las Mujeres del “Centro Madre Antonia”que son parte de la vida de las Hermanas- fue otro aliciente para salir con más fuerzas. Si bien hubo acompañamientos desde whatsapp, el vínculo afectivo en la virtualidad es una tarea que necesitamos construir, en una nueva realidad que se nos presenta. Las Mujeres se han sentido desoladas en medio de todo el malestar, dice la Hermana. Algunas comenzaron a realizar tapabocas como emprendimientos que arrancan dentro de esta crisis. Más allá de esto, Mirta recalca y se preocupa porque es difícil sostener las necesidades en cuanto a la violencia. El centro, más de una vez, es su lugar de escape y disfrute. Salen de un contexto de violencia y se encuentran con un lugar que las recibe con los brazos abiertos, se da una red de contención que las sostiene y las visibiliza. La comida está cubierta (en cierta parte) porque la Parroquia de Itatí se encarga de realizar viandas en el Barrio Las Flores y distribuirlas para las familias. Además desde el colegio se entrega un bolsón de ayuda alimentaria. Por supuesto que es muy importante que las personas se alimenten bien, pero no están contemplados todos los nutrientes. A veces las mujeres le piden carne para poder alternar con “Guiso” de agua, con algo de tomate y fideos que comen cada día, con suerte.
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llegar los materiales y otras donaciones. Había que esperar a que abran los corralones, encontrar personas de confianza que puedan realizar los trabajos. Se pensó incluso, en utilizar a la escuela (Secundaria) para habilitar como lugar de tránsito, con colchones en los espacios. Pero luego desistieron porque realmente no era posible. La primera parte de la cuarentena fue muy estricta, luego se fue alivianando y las mujeres iban a buscar cosas a la escuela. Se empezaron a organizar para que pudieran empezar a tener un nuevo contacto en este contexto. La asistencia espiritual que las hermanas les dan a ellas es algo que se tuvo que reorganizar con el tiempo. A veces necesitan un poco más que el aliento digital. Parece que en esta situación nada alcanza. Mirta reflexiona sobre que esto que estamos viviendo nos termina de hacer más soberbios o más humildes. Esperemos que la segunda opción sea la que ocurra. En su relato también habla de los alumnos y de la pertenencia a la Institución escolar. Un estudiante le dijo alguna vez en el patio que no se enojara por su mal acto, que la escuela era el único lugar feliz. Los niños, los adolescentes, los años determinantes que no se repiten, que van perdiendo su magia y su acción momentánea. Todos estamos atravesados de alguna manera. En mayor o menor medida. Por otra parte, relataba que en Brasil las mujeres están más expuestas en todo sentido, las Hermanas siguen trabajando con más fuerza incluso para sostener lo que se fue construyendo con tanto esfuerzo. Al comienzo de la pandemia hubo varias hermanas contagiadas y varias fallecieron de COVID, especialmente en dos comunidades de Hermanas Mayores en España. Cuando Brenda le consulta por Angola, ella le contestó: “En San Pablo es peor que en Angola”. Una mezcla de sensaciones que hacen suspirar con un halo de tristeza.
Además, narra que se precarizan aún más las vivencias del cotidiano. Problemas edilicios, de casas sin revoque, con agujeros por donde entra el frío, y mujeres con asma que deben sobrellevar estos problemas de salud por la falta de una vivienda digna. Esta parte ya comienza a ser un poco más compleja.
Por supuesto que los abrazos, el cariño de cada jornada y la escuela vacía se transforman en un escenario desolador. Se resignifican los vínculos y los encuentros en lo virtual, por supuesto: “El corona- abrazo”, un dispositivo que las Hermanas utilizan en este momento, como un medio para “sostener” esa contención que todos necesitamos.
Si bien desde la Fundación Serra-Schonthal (Fundación de la Congregación en España) recibimos varias donaciones importantes para poder apuntar a una alimentación saludable, también tuvieron que organizar de alguna manera la logística de hacer
El trabajo comunitario queda desdibujado y con sabor a poco aunque se haga mucho, incluso lo que está por fuera de su alcance. El trabajo de campo con las mujeres que trabajan en la calle es más complicado en estos tiempos. Por suerte, comenta
que se agruparon y tratan de convivir y sobrevivir a esta situación de la manera que se puede. Una sola de ellas se encarga de buscar la mercadería en la Escuela para poder subsistir. El Padre Dario también se encarga de llevar algunas donaciones. Es una forma de trata lo que viven estas mujeres cuenta la Hermana Mirta. En esta situación hay algo mucho más complejo, porque se convierten en objeto y se agudiza más aún todo. Engañadas están trabajando en Rosario, tratando de sobrellevar en este país su vida de la manera que se puede: Mirta plantea que les enseñan cuestiones de higiene básicas que realmente desconocen. La demanda que plantea esta problemática escapa de sus posibilidades. La Hermana Mirta se cuestiona que, si bien hay tantos planes y bolsones para los más necesitados, por qué entre ellos no cuentan a las Mujeres en situación de prostitución. Ella por su parte solicitará a Cáritas Rosario para poder salir al encuentro de ellas como Iglesia local.
En este momento, se abren un montón de ramificaciones, que nos ponen al desnudo como seres humanos. Se muestran las falencias de las Instituciones que empiezan a tambalear. Se exacerban los comportamientos. Y da oportunidades, diría la Hermana, para poder ser más empáticos, comprensibles y relacionarnos amorosamente con el otro. Todo un desafío para recrear, retroalimentar y crear nuevas estrategias de vinculación para no perder lo más valioso que tenemos, las relaciones humanas.
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“Cabeza con
fondo azul” -
e tela, 60 x 50
Manuel M
(Óleo sobr ar tínez - 2020
cm)
7 La mirada profesional
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Conversatorio: “epidemias en rosario” Por: Aldana Arloro, 5° H y CS. Turno Mañana Organizado por: el Museo de la Ciudad “Vladimir Mikielievich”- 15 de Septiembre de 2020 Conversan: Agustina Prieto y Leonardo Caruana Modera: Nicolás Charles
“El virus: el enemigo invisible”. La función de la charla consistió en pensar y reflexionar sobre este nuevo desafío que se nos presenta y elaborar una respuesta juiciosa y crítica. Pensar qué podemos hacer de acá en más. La pandemia es una enfermedad que desafía nuestra organización, escenarios políticos y económicos. Según las desigualdades. “Nos convoca a estar fundamentalmente separados, pero es necesario estar fundamentalmente juntos para poder cuidarnos” decidí citar esta frase de Leonardo Caruana (secretario de Salud de nuestra ciudad) porque creo que de eso se trató esta cuarentena en Rosario. La primera marca que deja la pandemia es volver a discutir qué estado queremos, qué sistema de salud necesitamos para que no dependa de la condición de clases el acceso al cuidado, el acceso a un control periódico. La discusión de la salud como un bien social o la salud como mercancía. Aparecen crisis sociales, económicas y políticas. Cada vez más hay que discutir el sentido y el significado de las palabras, muchas veces dentro de palabras se esconden intenciones mercantiles en la política. En la relación cuidador- cuidado crecemos como sociedad. Existe una negación inicial de la pandemia por la sociedad, como sucedió en nuestra ciudad: “esto no va a llegar, no nos va a pasar” y también una estrategia del ocultamiento: cuando los médicos se dan cuenta de que hay una epidemia de tales y cuáles características, para evitar lo que se entiende como el peor problema, que son las situaciones de pánico, inician una campaña anti epidémica pero sin decir que hay una epidemia: higienizar, hacer campañas sanitarias. Pero sin dar por confirmado que existe una epidemia, sino que se está actuando contra la posibilidad de que exista una epidemia.
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En este conversatorio, Agustina Prieto (historiadora de nuestra ciudad), nombra a Isidro Quiroga. Un médico que estaba preocupado por los temas de higiene pública, y creía como muchos otros médicos que la cuestión del agua era fundamental. En 1886 empieza a trabajar en la campaña anti epidémica. Lo peor que le podía pasar a Rosario fue el rebrote de la epidemia de 1887 por cólera. La prensa informaba y hacia el seguimiento del cólera fuera del país pero no adentro. El diario El Municipio informa que en adelante no informará ni se ocupará de casos sospechosos ni de nada que lleve la intranquilidad a la población. Era la idea de no informar para no crear alarma, no informó cómo avanzaba la escalada de muertos. El Municipio levantó un lazareto, al cual la gente le tenía pánico. Esta epidemia, como la anterior, son epidemias que demuestran un principio constitutivo de todas las epidemias y es que no son nada democráticas. No se murieron por igual ricos y pobres. Aún cuando los médicos fueron muy criticados, durante la epidemia del 87/95, el resultado fue un gran fortalecimiento de la imagen del médico. Por último, resalto una frase de Agustina Prieto: “la enfermedad siempre fue por delante de la ciencia”.
Resiliencia ¿qué es? Por: Paula Sánchez (Psicóloga - Matrícula 4846) La realidad que estamos viviendo nos plantea muchos desafíos. Para algunos es el encierro en sí, para otros el organizarse con las tareas. Las dificultades pueden ser distintas según cada persona, y también el contexto en que les toca enfrentarlas. Pueden ser temores a perder a sus seres queridos, a poner en riesgo la salud propia y del resto, tener problemas de convivencia, o extrañar a los amigos. Para brindar un mejor manejo de las situaciones de conflicto y afrontar el momento que estamos viviendo es importante conocer un concepto que puede ayudarnos: RESILIENCIA La resiliencia es la capacidad de adaptación ante circunstancias adversas o perturbadoras. La resiliencia, supone una cualidad que debemos fomentar en los momentos difíciles que estamos atravesando. ¿cuál? El término “resiliencia” se refiere a la capacidad de las personas para adaptarse con eficacia a las situaciones adversas, traumáticas o altamente estresantes. Significa resurgir de las experiencias difíciles. Estas habilidades son aprendidas y se pueden fomentar. Estamos hablando de conductas que facilitan la adaptación a los hechos negativos del entorno, a través de pensamientos y actuaciones. Estos son algunos consejos que pueden ayudar a desarrollar estrategias resilientes. • No te quedes solo en este proceso. Es importante buscar con quien hablar, alguien con quien te sientas a gusto. Hablar de lo que te pasa favorece la mirada de los hechos. • Expresa tus sentimientos. Las situaciones difíciles generan muchos sentimientos y es importante poder liberar tus emociones. A veces, resulta muy difícil sacar algo tan intenso, y no podemos hablarlo. Busca una forma de expresión alternativa como escribir, crear algo, dibujar, o plasmar lo que sentís. • Date permisos. Es probable que te sientas mal en algún momento. Date el permiso de no tener ganas, respeta cuando realmente no quieras hablar o hacer algo. Es sano aceptar que no siempre podemos con todo. Tener momentos duros es parte del proceso.
• Cuidate. Es importante un buen descanso. La falta de sueño produce malestar y cambio en los estados de ánimo. Cuida tu alimentación. Busca la forma de hacer ejercicio. • Busca metas. importante buscar metas realistas con pequeños logros cotidianos. Busca algo que te motive, pueden ser cosas que te gusten, pero también puede ser algo que necesites (como aprender algo nuevo). Lograr esas metas va a ayudar a generar mayores incentivos en el día a día. • Ayuda a otros. Chatea con quienes vivan solos, hace las compras de quienes no pueden salir de su casa, realiza videollamadas con personas mayores, ayuda a quien no maneja bien la tecnología. Ayudar muchas veces nos permite ver las cosas desde otro lugar y nos saca de nuestros problemas. • Intenta ver las cosas desde otra perspectiva. Fíjate si podés cambiar el enfoque, seguramente hay algo bueno, algo que podemos valorar y rescatar de la vivencia negativa. Sin dudas se aprende mucho más de las experiencias adversas, eso implica que cualquier vivencia difícil es una buena oportunidad de aprendizaje. Este, sin dudas, va a ser un año que jamás podremos olvidar. Un año con dificultades en muchos sentidos, su valor quizá no esté en lo que hayas logrado sino en los obstáculos que aprendiste a superar. Este año te ofrece la oportunidad de aprender. ¿Aprendiste a valorar la familia?, ¿los abrazos?, ¿a redescubrir lo que es verdaderamente importante?, ¿a reevaluar lo que es esencial para la felicidad? ¿Aprendiste de lo que sos capaz? sacaría la pregunta y pondría exhortativos: aprende, redescubre... “No puedes controlar todas las situaciones de tu vida, pero si puedes controlar todas tus actitudes hacia esas situaciones”. Zig Ziglar “En la vida no hay que esperar a que pase la tormenta; hay que aprender a bailar bajo la lluvia.”
• Organiza tu día. tener una rutina es importante para organizar tanto el trabajo como el descanso. Es útil armar un horario con las tareas para entregar, dejando un tiempo libre para hacer lo que te gusta. No olvides el cuidado personal, tanto la higiene de tu cuerpo como de tu habitación. Sin dudas eso ayuda mucho a sentirnos mejor. No olvides colaborar con las tareas del hogar, es fundamental para una mejor convivencia.
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Impacto del aislamiento en
la infancia y adolescencia Por: Delfina Vásquez, 5° año. Turno Mañana Informe sobre el VIVO de Instagram “Impacto del aislamiento social en la infancia y la adolescencia” a cargo del Dr. Fernando Alonso- Psiquiatra Infanto Juvenil y Lic. Betiana Allende- Psicóloga. La charla fue muy interesante porque nos pone en un contexto donde se puede apreciar desde un punto de vista diferente cómo el aislamiento puede ser perjudicial para niños y adolescentes. Desde mi parecer esta situación, si bien es difícil para todos, a los más chicos y a los adolescentes se nos complica un poco más a la hora de la socialización, ya que de por sí estamos “acostumbrados” a otras cosas, como por ejemplo salir a pasear a una plaza, salir los fines de semana, compartir largas jornadas en el colegio con nuestros amigos y compañeros, encontrarnos a tomar algo afuera de nuestras casas, jugar los domingos a la pelota o simplemente disfrutar de salir un rato para refrescar la mente. Tenemos que pensar que aunque ahora tenemos más libertades se prioriza mucho el disfrute o la descarga de la persona adulta, ya que se sobreentiende que los más grandes están más cansados y tienen más cosas que pensar. Lo que no se tiene tan en cuenta es que en muchas ocasiones un encierro prolongado por tanto tiempo puede generar principios de depresión, ansiedad, ataques de pánico, entre otras tantas enfermedades que no se tienen tan visibilizadas. Quizás podemos salir a un espacio al aire libre o podemos hacer nuestros deportes pero los juegos para chicos y los clubes para jóvenes no están totalmente habilitados, entonces esto provoca que se nos haga casi imposible encontrar una correcta forma de renovar energías y una correcta descarga de las tensiones que conlleva un confinamiento indeterminado. Para cerrar la idea, tenemos que tener en claro que la pandemia nos afectó a todos y de bastantes maneras que cada cual sobrelleva como puede.
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defender la alegría como un derecho
Mario Benedetti
Fragmentos de “Defensa de la alegría”
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fina
JoaquĂn y Del
8 La Vuelta al cole
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Juan Cruz López Alumno de 5º año - Turno Mañana Bueno, esta vuelta a la escuela me gustó bastante, si bien me hubiese gustado que hagamos otras cosas, estuvo bastante buena. Salvo por el día que nos hicieron ir a sacarnos la foto. Pero por ahora fui solo un día (me tocaba este lunes 14 y la escuela estaba cerrada por duelo), y la pasé muy bien.
Como dije antes, hubiese estado bueno hacer otras cosas, pero más allá de eso me hizo bien ver a la escuela de vuelta. Espero poder volver, aunque sea una vez más, para cerrar esta etapa. Diciembre de 2020
Simón y Joaquín
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Magalí Sánchez Alumna de 5º año - Turno Tarde Cuando volvimos a la escuela me encontré con muchos sentimientos, se sentía vacía, era raro volver a estar ahí después de tantos meses. Me encontré con mis compañeros y profesores, me sentí muy bien. Me gustó pasar el rato, charlamos de cómo
nos sentimos durante esta pandemia que se hace interminable. La escuela se sentía muy sola, había pajaritos y muchas plantas. Me gustó mucho ir y ojala podamos hacer el acto de colación presencial. Diciembre de 2020
Dianela y Magalí
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9 Palabras de Fe y de Esperanza para un 2021 mรกs humano 87
Siempre el amor cura Por: Prof. Juliana Palleari (Prof. y Psicopedagoga del Nivel Secundario) Empecé el 2020 soñando, con una enorme sonrisa y cien por ciento convencida de que iba a ser un gran año. A mí siempre me gustaron los números pares, generalmente bromeo y pienso que el número par es compañero, de a dos o de cuatro o de a seis se puede jugar a cualquier juego, de a dos siempre tenes pareja en el baile de la escoba, siendo par nadie se queda afuera y la vida siempre se aprecia y se vive mejor de a dos. En cambio siendo impar en el truco alguien queda afuera, en otras ocasiones tiene la dura responsabilidad de desempatar cosas y en el baile hay uno que tiene que bailar con esa escoba mientras las parejas se divierten bailando juntas. En lo laboral nada podía ser más perfecto, tal cual lo había imaginado, tenía mis horas como profesora titular, mis horas como psicopedagoga que me llenaban de felicidad y seguía con el reemplazo de preceptora que era una tarea que aprendí a amar y hacer con todas mis ganas porque me mantenía cerca de los alumnos, de las familias y de los profesores. Recuerdo esa primera mañana de febrero que comenzaron las clases, era verano, hacía calor y en la formación a primera hora ya se sentía el solcito en las paredes que llegaba al patio para quedarse toda la jornada. La escuela volvía a llenarse de alumnos, profesores, charlas y risas y el silencio de los días de enero comenzó a desaparecer. Todo era expectativa, reencuentro, carcajadas, alumnos que hacían preguntas, salones que se llenaban de gente, pasillos transitados, mesas con papeles, computadoras que se volvían a encender y luces y ventiladores que estaban al servicio del día. Las primeras dos semanas fueron como todo comienzo de año lectivo, clases que arrancan, paros que exigen aumentos de sueldos, profes que se adhieren otros que no y así los días pasaban con total normalidad. Pero una mañana fue distinta a todas, recuerdo ver salir a un alumno de un salón cerca del mediodía preguntando qué pasaba con ese virus que había surgido de China o Japón o de algún país oriental. Estaba parada en el pasillo junto a la escalera y mi cara le contestó la pregunta, no sabía de qué me estaba hablando. Volví a la preceptoría, abrí el diario digital y al leer no podía creerlo. Todos comentaban lo que estaba sucediendo a nivel mundial pero nadie tenía respuestas. Juro que nunca imaginé que esa mañana era el último adiós a ese año que recién estaba arrancando. En ese momento pensar que la situación era solo por quince días generaba alivio, pero las quincenas pasaban y la normalidad empezó a cambiar.
En lo personal los días eran eternos, el tiempo había tomado otra forma, era lo mismo si era lunes, jueves o domingo, al principio estaba relajada, era bueno tomar un descanso para volver con toda la energía pero cuando los meses comenzaron a pasar la angustia, la soledad, el aislamiento empezaron a pesar. Algunas mañanas me despertaba con una sonrisa y agradecía a Dios y al universo vivir un nuevo día, abrir los ojos y tener salud, otras mañanas no quería levantarme, enfrentarme con mis pensamientos y lidiar con ellos las 24 horas me agotaba. Hubo noches enteras sin dormir, momentos en el que sentía que me iba a volver loca, inviernos que parecían eternos y lágrimas que inundaban toda mi habitación. Pero también hubo videollamadas que me salvaron, abrazos que a la distancia se sentían, palabras que calaban mi alma y me daban fuerza, familia y amigos que fueron pilares para acompañarme en los momentos que me sentía sola y desamparada. Yo creo que todo esto vino a enseñarnos lecciones que jamás vamos a olvidar, primero la importancia de estar vivos y de entender que el momento presente hay que abrazarlo con todas nuestras fuerzas más allá de cualquier circunstancia. Segundo que el amor es el arma más poderosa, ya que nuestra vida cobra sentido con la mirada, el abrazo y la palabra de ese otro que nos ama y que daría todo por vernos sonreír. Pero lo más importante para mí que este año vino a enseñarnos es que la solidaridad, la empatía, el amor, la generosidad son las llaves que debemos tener a mano siempre en nuestro llavero para transitar la vida. El amor cura, las palabras sanan, los abrazos llenan las almas y los corazones. Creo que todo es perfecto, que todo sucede por una razón, que todos los procesos y las situaciones sean buenas o malas nos ayudan a florecer, a hacernos más fuertes y a entender que si no tengo la capacidad de ponerme en el lugar del otro no entendimos nada de la vida.
e e vienen desd “Cicatrices qu no e qu o id rd ito pe adentro, un gr iv al ia los a caricia que tiene voz, un no se ve… e mirando lo qu ojos que van a un do s buscan y ahí estás vo entes ar ap s ta pregun respuesta sin do lo ves, está to y no sabes, no mira quieres paz, Si dentro de ti… a un r ve s si quiere para adentro, ” … jo pe e al es sonrisa mírat FRAGMENTO
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LA VIDA CANCIÓN DE (LA ISLA)
Mensaje a las familias Oblatas
Por: Hna. María de la Visitación Zudaire (Coordinadora General de los Colegios Oblatas y Ecónoma) y Hna. Mirta Zulema Sánchez (Vicaria y Consejera Provincial y Superiora de la comunidad en Rosario)
Diciembre de 2020 Queridas familias: Hemos transcurrido un año especial. Un año de dificultades, amenazas, pérdidas, miedos, incertidumbre y soledad. Un año que seguramente nos hemos preguntado: “¿Por qué Dios permite la pandemia y calla? ¿Dónde está Dios?”. En este tiempo de pandemia, evidentemente afloran muchos interrogantes. Problemas económicos y de salud. Pero también surgen problemas de orden teológico o religioso. El silencio de Dios se hace muy duro para algunos. Algunas personas rezan pidiendo milagros, pidiendo que termine la pandemia, pero el milagro no llega. Entonces, se agrava más la duda. ¿Dónde está Dios? La respuesta la encontramos en la concepción de Dios que tengamos cada uno. “Dios es un misterio”. Dios, a través de Jesús, se hace presente en la gente que sufre; en la gente que muere; en los Médicos; en los enfermeros y enfermeras y Agentes de salud que cuidan con cariño a las víctimas de esta pandemia. Está en los científicos, en los que rezan. Allí Dios se hace presente. Se hace presente ayudándonos a llevar esta situación con esperanza. Pero por sobre todo está en tu corazón. “El viene, está y se queda”. Dios está a nuestro lado en los momentos de dificultad: “El señor nos ayuda a sufrir las contrariedades de la vida y espera que nosotros colaboremos con la obra de la creación, sin destruir la tierra y construyendo un mundo de fraternidad como hijos del Padre, como hermanos y hermanas entre nosotros.
No queremos terminar si antes confirmar esta certeza profunda en el poder transformador de la Educación. Gabriel García Márquez, dice: “la educación es el órgano maestro del cambio social… una educación desde la cuna hasta la tumba que nos inspira un nuevo modo de pensar y nos enseña a descubrir quiénes somos en una sociedad que se quiere cada vez más a sí misma”. Sigamos siendo expertos en el arte de educar y esto supone hacernos mujeres y varones de Esperanza. Porque Educar es un acto de esperanza, un sí a la vida, un sí al futuro. Así lo hizo Dios: EMMANUEL. DIOS CON NOSOTROS. ¡FELIZ NAVIDAD 2020! Con cariño, reconocimiento y gratitud, en nombre de todas las Hermanas Oblatas. Visi y Mirta
Esta pandemia, en medio de esta NAVIDAD, se puede convertir para nosotros en ocasión de renovar nuestra vida y comenzar una vida nueva, más sencilla. No tan voraz; más colaboradora entre todos; más solidaria; más respetuosa y con más sensibilidad hacia todo, porque todo está interconectado. Ésto es lo que Dios quiere transmitirnos en este Nacimiento, y Dios así seguirá presente aún en medio de nuestras dificultades.
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Índice Agradecimientos Epígrafe La escritura del yo: la Pandemia en Primera Persona
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5° año Ciencias Sociales y Humanidades 2020 dice
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Con ojitos de esperanza: los niños se expresan
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Otros testimonios
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Los docentes también cuentan
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La mirada poética
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El legado de la Madre Antonia: Amar y servir
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La mirada profesional
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La Vuelta al cole
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Palabras de Fe y de Esperanza para un 2021 más humano
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