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Potencias Moleculares v.1.00

El Imperio Kurayami

P

otencias Moleculares, es una historia de varias sagas que busca dejar un mensaje de reflexión para tomar conciencia del mundo en el cuál vivimos y podríamos llegar a vivir. Una historia donde la realidad supera a la fantasía. Una excusa para adentrarnos en nuestro ser. Así, resulta ser una Novela Fantástica “ConCiencia” Ficción, donde la fantasía supera a la realidad. Pensada de manera audiovisual, los libros contienen ilustraciones y también existe la posibilidad de oír su música.

Martín Santiago Vizán Palma

N

ací el 6 de marzo de 1978, en la Capital Federal de la provincia de Buenos Aires. Crecí junto a mis padres y mis dos hermanos menores, en la Zona Oeste del conurbano bonaerense. Luego de saber lo que siente un inmigrante argentino en España, de probar con diferentes estudios universitarios y de trabajar quince años en la informática, me aboqué a mi pasión: el Arte. Como una persona que aprende a vivir como artista, soy un contador de historias que busca convertirse en un buen escritor algún día. Debido a la falta de recursos económicos y de conocimientos necesarios en materia de Cómics, Cine o TV, he optado por transmitir mi creatividad e imaginación por medio de la Literatura. O mejor dicho, a través de este extenso texto. Como artista independiente, también me dedico a la práctica cotidiana del Aikido y del Reiki con dedicada intensidad. Tomá conciencia. Lo que importa, es el mensaje.





MARTÍN SANTIAGO VIZÁN PALMA

POTENCIAS MOLECULARES EL IMPERIO KURAYAMI V.1.00

Vilaqia


Vizán, Martín Santiago Potencias Moleculares v.1.00 : El Imperio Kurayami. - 1a ed. - Martín Coronado: Vilaqia, 2012. 400 p. ; 21x15 cm. ISBN 978-987-28026-1-5 1. Narrativa Argentina. 2. Novela. I. Título CDD A863


Agradecimientos

A

todos aquellos que directa o indirectamente han contribuido a la realización de esta obra. En especial, a mis familiares, amigos y compañeros del camino. Como pienso que los nombres y los títulos son solo marcas superficiales que se borran con la primera tormenta, como sé que ellos me conocen bien, creo innecesario develar esa lista interminable de personas que han colaborado conmigo. Porque, al fin y al cabo, cada uno sabe lo que hizo o dejó de hacer para que esta fantástica historia sea consecuencia de la otra: la real, según dicen. Tan solo agradezco a quienes ya forman parte de esta búsqueda llamada escribir y de esta aventura llamada contar. A toda esa gente y a todas esas experiencias, que han valido y han servido como buenos motivos de inspiración y aprendizaje para mí. Gracias, a todos los ayudantes desinteresados que han hecho su maravilloso aporte desde su amorosa esencia. Aquellos que ni siquiera se imaginaron lo que se podría llegar a gestar y dejaron de lado todo interés personal. Gracias, al universo. Por la mínima existencia en este instante de lucidez y salud, que me permiten transmitirles algunas letras. Gracias, en especial, a mi padres. Sin ellos, todo lo anterior jamás hubiera sido posible. Por todo eso y sin más vueltas, quiero, deseo y necesito decirles: -¡Yayadijam Fawyza1! Y sí, por supuesto. También a vos, a quien vas a leer este libro: -Saarimti2.

1. Yayadijam Fawyza: Muchísimas Gracias por Compartir. 2. Saarimti: saludo tradicional de algunos Pueblos Originarios del planeta Qia: tú eres otro yo y yo soy otro tú; te saludo con empatía, compasión y comprensión; seamos uno con el otro; la unión de los seres como un único ser; la unidad de todos como un todo. 9



Prólogo

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i la literatura le ha servido al hombre para conocer el mundo pasado y la realidad presente, la Ciencia Ficción, como género, es el medio para crearlo. Es el campo fértil de cruce entre las ciencias básicas (física, química, biología y sus derivados) y la literatura. Por un lado la palabra, permite articular ideas, sueños, preguntas, nos permite imaginar; que al fin de cuentas, es el Puente de Oro para abrir cauces y descubrir posibilidades; antes, in-imaginables. Por otro lado, desde mediados del siglo pasado, la Física Newtoniana viene cediendo terreno a desarrollos basados en la Física Cuántica. Una física que según los expertos de La Física de las Posibilidades, en donde estructuras sub-atómicas y sus efectos, pueden aparecer o desaparecer según un intrincado y desconocido patrón cósmico. En el inicio de este siglo XXI, Ciencia y Literatura confluyen en la idea que el sujeto puede crear su realidad, crear su presente y, por ende, modelar su futuro. El Destino deja de ser exclusividad de los dioses y es el resultado de nuestros pensamientos y acciones. Los saberes ancestrales de nuestros abuelos originarios de todas las culturas, comienzan a ser explicados científicamente, la tecnología corrobora sus efectos y el hombre se reencuentra con aquellas cosmovisiones echadas a la hoguera y olvidadas. Potencias Moleculares nos propone una metáfora de nuestro presente y nos advierte de un posible futuro. Una Civilización que por el bien común y en nombre del progreso, tala árboles, quema gases, construye mega-ciudades, derriba montañas, manipula alimentos y cambia el curso de los ríos. Un empresario exitoso que deviene Emperador, Amo del mundo, que gobierna dirige y crea, que genera dominio y control, que termina creyendo su propio relato, viéndose a sí mismo bondadoso y magnánimo, distribuyendo protección, energía y represión caprichosamente. 11


PRÓLOGO

Un grupo de Funcionarios, que sostienen y promueven la mentira por el solo hecho de no perder privilegios, negocios y algo de poder. Un grupo de Libre Pensadores que lo desafía, que ponen en cuestión su convicción de que: “…todos me necesitan…”, que lo llevan a preguntarse: “¿Cómo pueden existir todavía seres libres, independientes y felices sin mi intervención?”. Pueblos que deciden buscar caminos alternativos, no solo tecnológicos, sino también solidarios y espirituales. Un pequeño Príncipe que, cual Siddharta del futuro, comienza a entender y comprender la realidad de su sociedad y termina rebelándose al mandato; no solo paterno, sino de la cultura de su época. Frente a la Oscuridad del mundo adulto; movido por el poder, la ambición y la mentira; ese niño encarnará a la Luz. Motivado por la inocencia, la verdad y el amor, irá tomando Consciencia de su propio destino y, con la ayuda de algunos libres de espíritu y mente, se embarcará en un camino apasionante y lleno de desafíos. Potencias Moleculares, encierra en su nombre un clave. Una clave para reencontrarnos con esas posibilidades, que van desde lo pequeño a lo infinito: una semilla, un libro, una flor, una caricia, un quásar, un átomo, una enana blanca, una estrella… el cosmos… Dios.

Licenciado Esteban Gómez Psicoanalista-Instructor de Artes Marciales Practicante de Medicina Tradicional China

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MartĂ­n Santiago VizĂĄn Palma

Potencias Moleculares v.1.00

El Imperio Kurayami

Vilaqia



C ap í tulo 0 0

Preludio Planetario

¡Salud, Humanos!

L

es habla aquello que es aquel omnipresente y omnipotente. Eso que es Ese, sin distinciones. La esencia del objeto y del ser sin divisiones. El alma del ente que lo encierra y lo libera todo en perfecto orden. El equilibrio y la armonía en sí mismos. Les habla la propia voz que le dio origen al Universo. Si es que existe una, quizás todas o tal vez ninguna. Miren, así es el espacio exterior como creen conocerlo. Tan inmenso que está lleno de vacío, y vacío, en lo tan lleno. Aunque a veces, cobro formas que ocupan esos diminutos huecos entre tanta grandeza. Porque a pesar de la espesa desolación, en mí habitan extraordinarias formaciones cósmicas. Aquí hay tantas galaxias, tantas estrellas y tantos astros planetarios como su mente les permita imaginar. Sí, el poder creador es ilimitado para la energía universal. Una de mis grandes verdades, es que la inmensidad del cosmos es infinita en tiempo y espacio. Porque ambos existen y dejan de existir, aparecen y desaparecen; juntos o separados. Es el todo y la nada conviviendo siempre y nunca. La otra verdad, es que para reconocer al Universo hay que aceptar lo vacío y lo lleno en simultáneo. Donde ambos, conviven desde antes de los primeros principios o después de los últimos finales. Aunque sus ojos terrícolas les muestren una porción de la realidad, el Cosmos posee infinitas dimensiones que dan origen, o fin, a incontables manifestaciones de vida. Es por ello que suelen haber asombrosas similitudes entre unos y otros de estos inacabables mundos, que son compuestos por infinitésimas partículas estelares. Si bien la diversidad de seres y planetas es tan amplia que se distinguen de maneras inimaginables para ustedes, a veces, son tan aproximadas que es muy fácil confundírselos. Igualmente, nunca iban a descubrir 15


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todo esto sin mi intervención. Porque estos paralelismos tan parecidos, solamente se trazan entre algunos planos dimensionales anacrónicos. Sin ir más lejos, un destacado ejemplo es el suyo. Ya que, su planeta se parece increíblemente a otro inalcanzable en época y distancia. Como se asemejan tanto, he decidido prevenirlos y develarles este importante misterio muy bien escondido. Entonces, por favor, les pido unos instantes de su consciente atención. Es que me gustaría contarles el accidentado pasado de este otro mundo y mostrarles su decadente presente. Antes de proseguir sepan que, para agilizar la comprensión de mi relato, evitaré utilizar el idioma original de estos seres: el Vilaqia1. Por este motivo, les iré traduciendo basándome en los lenguajes, alfabetos e ideogramas de sus tan variadas culturas humanas. Me valdré de los más idóneos para su comprensión y, dentro de lo posible, que sean acordes a la vibración sonora original; inaudible para sus tímpanos. Según el caso, haré las adaptaciones de las expresiones verbales, de los nombres propios y de algunos de los objetos de estos seres casi idénticos a ustedes. De este modo, creo que podrán asimilar mucho mejor todo aquello que les sea inexistente o desconocido de este otro planeta. Sepan que están a punto de adentrarse en un mundo que los situará en una constante dualidad. Les advierto que descubrirán una historia tan fantástica como real, tan superficial como profunda y tan lógica como emotiva. Tal es así, que al leer o escuchar mis relatos, puede que algunos de ustedes se sientan desorientados. Pero sepan que estaría bien que eso suceda. De hecho, les recomiendo que reciban las siguientes palabras como una bienvenida enseñanza que los acaricia. O por lo menos, que les sirva para una sincera reflexión. Sólo quiero que aprovechen esta experiencia como un regalo que se hacen a sí mismos. Quizás, el mejor obsequio que se pueden dar: el cambio interior. Aclarado todo esto, ya puedo continuar... ¡Observen, Humanos! Aquí les presento a otro sistema solar, que está integrado por doce astros orbitadores. Entre ellos se destaca un planeta azul llamado Qia1, que en el idioma nativo, el Vilaqia, también significa tierra. Aunque sea un poco más voluminoso que su Planeta Tierra, casualmente es el único poseedor de vida. Describirles las innumerables similitudes entre su 1.Vilaqia: idioma universal de los Unaris que habitan el planeta Qia; de vilay (decir, transmitir, contar, comunicar, etc.); Qia (tierra); el decir o el comunicar de lo surgido de la tierra. Qia: Tierra. 16


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mundo y este, sería tan innecesario como interminable. Porque además, ya irán conociendo las diferencias con el transcurrir de la historia. Créanme que inclusive es iluminado por una estrella llamada Sayath2, de un tamaño apenas más grande que su imprescindible Sol. Como si fuera poca coincidencia, es calentado por un núcleo de magma muy similar al suyo. Asimismo, la superficie tiene proporciones geográficas equivalentes, con más de las tres cuartas partes cubiertas por agua y posee una atmósfera idéntica a la suya. Además, alrededor de la Qia orbita un satélite natural que posee dimensiones casi exactas a la Luna de su Tierra. Ellos lo llaman Tasayru3. Llamativamente, ustedes me recuerdan a los seres que habitan aquí. Sucede que también se reconocen a sí mismos como Seres Humanos. Aunque, en su idioma original se auto nombran como: Ayi Unaris4. Este mundo que ahora ven, en algún momento fue terreno fértil y virgen. Pero con el devenir de ésta Humanidad, llamada Unaritia5, comenzaron a sentirse las consecuencias de sus invasivas huellas. El paso insistente de las civilizaciones por estos vastos territorios, melló lo que hasta ese momento había sido una inmaculada esfera azulada. Durante siglos, estos seres han maltratado al planeta con tesón y desparpajo. Auto-proclamándose dueños, cuando fue la Qia quien los hospedó desde el principio de los tiempos. Esta raza lo ha devastado casi todo. Han agotado los recursos naturales, han erradicado innumerables especies de diferentes hábitats y han contaminado el ambiente de maneras muy creativas. Sin llegar a tomar consciencia, la Unaritia creyó que nada de esto le iba a repercutir. Pero como seres imperfectos y falibles, cometieron el craso error de confiarse gravemente, una vez más. Cincuenta años atrás, el planeta Qia comenzaba a gritarles que su maltrato iba a costarles muy caro. A pesar de las súplicas de la Naturaleza, las perezosas conciencias se ocultaron bajo las sombras de la cobardía. Como respuesta a esa demanda, en lugar de asumir sus falencias y el abuso parasitario infligido durante milenios, su retribución fue negar la 2. Sayath: fuego divino, sol; nombre de la estrella que ilumina y calienta a la Qia desde el centro del sistema planetario al que pertenece. 3.Tasayru: satélite natural; de tasin (satélite); ayru (natural); cuerpo celeste opaco que solo brilla por la luz refleja del Sayath y que orbita alrededor del planeta Qia. 4. Ayi Unaris: Seres animados racionales nacidos en el planeta Qia; muy similares a los Humanos de la Tierra. 5. Unaritia: conjunto de personas perteneciente al género Unaris del planeta Qia; similar a la Humanidad de la Tierra. 17


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realidad y tristemente muy pocos la oyeron de verdad. Frente al silencio del mayor habitante de la Qia1, al mayor depredador, la esencia del cuerpo celeste debió armonizarse con los daños recibidos. En símbolo de protesta, los movimientos armónicos de la naturaleza se manifestaron como cambios climáticos y geográficos extremos. Huracanes, tifones, trombas, tornados, maremotos, tsunamis, terremotos, erupciones volcánicas y el derretimiento de algunos glaciares; clamaron por piedad. Siendo mal apodados con el nombre de catástrofes naturales, tan sólo eran las reacciones naturales de una Qia maltratada y que buscaba restaurar su vital ecosistema. Con el transcurrir de los años, los desastres naturales se intensificaron en magnitud y periodicidad. Mientras el caos se arraigaba, muchos territorios carentes de la tecnología suficiente para afrontar tal reacción, padecían las fortuitas e infortunadas transformaciones ambientales. Sin dar respiro a los Unaris1, habían transcurrido veinte años de intensas protestas naturales. Los destrozos eran cada vez más notorios. Tanto que, a este ritmo, sólo quedarían grandes ciudades despobladas, en ruinas o devastadas. Solamente podrían sobrevivir los países más avanzados. El final se aproximaba con la misma impavidez que aparentaba esta raza de violentos héroes, sanguinarios próceres y mártires guerreros. Extinguiéndose la llama de la esperanza, inesperadamente la Naturaleza, cesaba con aquello que parecía un justo castigo. Al cumplirse veinte años de asfixiantes cataclismos, finalmente la Qia les regalaba un milagroso respiro. De un año para el otro, las manifestaciones naturales disminuyeron considerablemente. El ecosistema había conseguido armonizarse con la contaminación y la agresión recibida por los Unaris. Con el clima estabilizado, era la oportunidad para que los gobernantes se hicieran responsables por el estado crítico del planeta, de la Qia, de su único hogar. Pero al mismo tiempo que las naciones del mundo deliberaban y derivaban en proyectos burocráticos, nacía un magnánimo Imperio que lo cambiaría todo. Imponiendo su moneda, la superpotencia ejercía el monopolio absoluto sobre todos los mercados mundiales. Manipulando con este poder de seducción, cautivaba los bolsillos de los mandatarios políticos del mundo y su palabra se transformaba en la única verdad. 1. Qia: Tierra. Unaris: ser animado racional nacido en el planeta Qia. 18


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Mostrándose como el camino más fácil para la subsistencia, pero a su vez, anulando toda reflexión posible, el Emperador ofrecía una irrefutable y atractiva proposición. Los países que accedieran a esta solución universal, además de evitar o anular las probables catástrofes futuras, estarían autorizados a continuar con el consumo de los recursos naturales; únicamente provistos por el Imperio. En aquel entonces, la ciencia imperialista había desarrollado un magnífico Sistema Antidesastres Naturales, con el que se podría prevenir o enfrentar cualquier amenaza de la naturaleza. Desde contrarrestar el avance de un tsunami, hasta evadir los sismos de un terremoto. Ahora, además del monopolio comercial y económico, el Imperio controlaba prácticamente el clima terrestre. Los países que optaran por la estabilidad climática, sólo tenían que instalar este Sistema Anticatástrofes. A cambio, el Emperador tomaría el control absoluto de sus gobiernos y, por supuesto, de todas sus tierras. Aprovechándose de la globalización climática, la hegemonía imperial se adueñaba del mundo como nunca antes. A diferencia de la anterior veintena de años, la quietud de la Naturaleza anunciaba el inicio de una nueva era. Durante esas dos décadas, los Unaris recuperaron la paz y la tranquilidad en sus territorios. Aunque, la mayoría de los países desaprovecharon la maravillosa oportunidad para apropiarse de su destino e independizarse de la tiranía imperial. Viviendo tan automatizados como si nada, siguieron consumiendo los recursos naturales a discreción y utilizando sistemas de abastecimiento energético altamente contaminantes. Fue así que el Emperador se apropió del sesenta y cinco por ciento del planisferio. Aunque insatisfecho, continuó con las gestiones de expansión geográfica para adueñarse de los últimos países. Con una jerarquía superlativa, el Emperador instauró el llamado: Ina Yanayu2 en las tierras imperiales. El proyecto constaba de un desarme masivo de todos los ejércitos del planeta. A cambio, el mandatario prometía erradicar las guerras en el mundo y la utópica paz pasaba a ser tan real como el mismísimo Emperador de la Paz. Pero en el momento de mayor apogeo imperial, el hermoso cuento de los frijoles llegaba a su fin. La extracción parasitaria de las materias primas y el consumo acelerado de los recursos naturales, provocaron el despertar de la Naturaleza que 2. Ina Yanayu: Sistema Anti-desastres o Anti-catástrofes Naturales. 19


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recuperaba la memoria. Al mismo tiempo que las naciones del mundo eran conducidas como un rebaño de ovejas, la oportunidad de revertir la historia se desvanecía para siempre. Así, una vez cumplidas las dos décadas de serenidad, la Qia1 volvía a vibrar más fuerte que nunca. Las nuevas catástrofes naturales devastaban todo a su paso. Salvo, en aquellas regiones que habían sido preparadas con el famoso sistema. Los países más conscientes pagaban el precio de los otros inconscientes. Según los Científicos más reconocidos, al planeta apenas le quedaban tres décadas para colapsar por completo. Estos pronósticos aceleraron la toma de decisiones de aquellos Estados dubitativos y que permanecían como externos al Imperio. Todo parecía a favor del superrealista Emperador. Mientras se relamía por su sueño casi concluso de dominar el resto del mundo, era despertado por un punzante obstáculo que frenaba su imparable opresión imperial. Porque diez años atrás, cuando la Qia temblaba con renovado vigor, el Emperador paladeaba el poder absoluto y casi todo el globo se sumía a la oferta de estabilidad climática, los más libres se oponían al control imperialista. Desde siempre existieron dos países tan antiguos como sabios: Los milenarios Gúdrum y Álmarot. Habiendo heredado la más rica cultura desde la cuna de sus civilizaciones, en la actualidad, se los define como pueblos originarios. En aquel entonces, Gúdrum y Álmarot dijeron que no al Imperio y sí a la Qia. Estos resistentes gobiernos, fueron los únicos que se rehusaron a la esclavitud disfrazada de ayuda. Pero jamás lo hubieran conseguido sin el imprescindible apoyo de una poderosa compañía internacional. Porque la eterna rival del Imperio, una avanzada organización sin fines de lucro llamada Cronos, se declaraba ante Gúdrum y Álmarot como su única salvación. Fue una década de gestiones económicas, tratativas diplomáticas y auxilio social para que ambos países obtuvieran su propia autonomía. En los primeros años, Cronos cooperó en forma pública y con cada uno por separado. Gracias a este accionar, el Emperador apenas consideraba a Cronos como una diminuta piedra en el zapato. Pero con las convincentes intervenciones para colaborar con la independencia de Gúdrum y Álmarot, Cronos se convirtió en una puntiaguda espina clavada en la planta del pié. A pesar de esto, el Emperador se había mantenido muy 1. Qia: Tierra. 20


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confiado y seguro de poder cautivar a las dos naciones. Continuando con los intentos por conquistarlos, éstos se negaron a la Propuesta Imperial por quinta vez. En consecuencia al inaceptable y reiterado rechazo, el Emperador los juzgó como países insanos y rebeldes. Enseguida los declaró como conflictivos y parasitarios para el desarrollo de la Unaritia2. Tal osadía, fue duramente castigada y fueron condenados por toda la eternidad. Sin contemplaciones ni pérdidas de tiempo, el Imperio dejó de proveerles todo tipo de sustentos. Así, con el bloqueo comercial ya instaurado, el Emperador pretendía que la miseria y el hambre se hicieran presentes en Gúdrum y Álmarot. Suponía que ante la desesperación, se ablandarían los corazones de las masas y que una guerra civil obligaría a los gobernantes a ceder. Pero muy a pesar de la filosa estrategia y de su ansiada espera, estaban muy lejos de retractarse. Pero más aún lo estaba el Emperador en reconocer su grave equivocación. En los años posteriores y para ignorancia del Emperador, Cronos se transformó en un grueso clavo que le atravesó todo el pié. El mandatario imperial, jamás se hubiera imaginado que la competencia alcanzaría tal magnitud. Ya que, secretamente al Imperio, Cronos firmó un acuerdo internacional tripartito con ambos países. Han pasado tres años desde que se fundó la Alianza Trilateral que consolidó la unión entre Cronos, Gúdrum y Álmarot. Desde aquel tiempo, Cronos les brindó la asistencia necesaria para que el comercio y la negociación sean posibles entre las dos naciones. De esta manera, pudieron sobrevivir y auto-sustentarse sin la necesidad del soporte Imperial. Aunque Gúdrum y Álmarot eran los últimos lugares donde el clima aún se mantenía estable, ya tenían sistemas especiales para futuros casos de emergencia. Ya desde entonces poseían la tecnología más avanzada del planeta que era provista por Cronos. Hoy en día, Cronos les facilita nuevas fuentes de energías naturales y limpias. Esto les permite prescindir de las reservas energéticas imperiales y sostenerse como países independientes. Ya que, al auto-abastecerse de fuentes energéticas nunca antes aprovechadas, son inmunes al absolutismo del monopolio imperial. Tanto así, que la gran potencia ni siquiera se aproxima al desarrollo científico del cual ellos gozan. Valiéndose de ésta supremacía, 2. Unaritia: conjunto de personas perteneciente al género Unaris del planeta Qia. Similar a la Humanidad de la Tierra. 21


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Cronos amenaza con provocar una ruptura en el sistema imperialista. Porque, si se descubre la existencia de una fuente de energía tan gratuita como limpia, podría ocasionarse un quiebre en el pensamiento de la masa crítica. Además, se demostraría que el Imperio siempre tuvo opción a desarrollar tecnologías para energías reciclables. Pero como todo recurso gratuito que es un negocio sin rédito, carece de importancia para los opulentos inversionistas. Todo esto, más la prueba irrefutable que Cronos consiguió lo que al Imperio nunca le interesó, evidenciaría que desde un comienzo la sociedad fue sometida a la ambición de un Hombre, en lugar de abrazada por la caridad de un Dios. En todo Cronos se sabe que si el cambio de conciencia se esparciere, la Unaritia1 por fin reaccionaría y terminaría con la esclavitud reinante. Ahora, la caída del Imperio está a la vista de unos pocos y las reservas energéticas del mundo están agotándose. Inevitablemente, tarde o temprano, el Emperador necesitará negociar, sí o sí con Cronos, para sostener la estructura de su descomunal Imperio. Muy a pesar del constante acecho imperialista, Gúdrum, Álmarot y Cronos sostienen el mismo ideal con la misma firmeza. Creen que la libertad del Unaris2 radica en conservar la identidad, respetando sus raíces y orígenes. Tal es así que, en todo su proceder, evitan descuidar el importante hecho de formar parte de un ecosistema en comunión con la Qia2. Gracias a estos valores, pueden sembrar las tierras que habitan, regar sus preciadas raíces y honrar sus orígenes para disfrutar de su Amada Libertad. Sin nada a cambio, el Líder de Cronos está centrado en salvar al planeta del colapso natural y de la amenaza imperial. Brinda todo lo mejor de la organización para los habitantes de Gúdrum y Álmarot. Aunque tiene dos extraordinarios objetivos, uno más inalcanzable que el otro, ambos son asombrosamente loables. Uno de ellos, es recuperar la estabilidad climática de la Qia. El otro, es anular el control imperial para devolverle al mundo la libertad perdida. Por razones obvias que se irán confirmando, el idealista se mantiene anónimo y oculto frente a la población. Aunque muy pocos lo conocen personalmente, es respetado, admirado y muy querido por todos los Ciudadanos de los Pueblos Aliados. 1. Unaritia: conjunto de personas perteneciente al género Unaris del planeta Qia. 2. Unaris: ser animado racional nacido en el planeta Qia. Qia: Tierra. 22


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Como habrán asimilado durante mi relato, muchos de estos Unaris2 carecen de la conciencia necesaria para cuidar la casa que todavía pueden habitar. Poblando esas junglas de hierro y concreto, se sienten felices de convivir en perfecto orden. Creen vivir en paz y en plena armonía depositando toda la fe en el Emperador; idolatrándolo, como si fuera un Dios Creador hecho Hombre. El responsable de la extrema globalización, les garantiza la salud, el trabajo, la seguridad, el bienestar, el progreso tecnológico y la paz a todos los Ciudadanos Imperiales. De esta manera, el mundo entero depende de él para acceder a cualquier tipo de producto o servicio. Donde se compra con un dinero universal, donde se respeta una única ley y donde casi todas las tierras pertenecen al monstruoso Imperio Kurayami. Como ya sospecharán, las regiones que alguna vez fueron libres: países, provincias y capitales; si bien preservan sus antiguos nombres, hoy son llamadas Qy Hiwam3, Qu Hiwam4 y Qa Hiwam5; respectivamente. Gúdrum y Álmarot, al ser opositores, pudieron mantener la estructura política original. Como si fuera poco, el nuevo régimen ha modificado la forma de llamar a las cinco plataformas continentales, que ahora, son nombradas como: Qir Hiwam6. A lo largo de su existencia, los habitantes de este recóndito planeta estuvieron tan distraídos en sus conflictos, que descuidaron en donde acontecían. Han subestimado el poder que tiene la Naturaleza; tanto, que se han atrevido a desafiarla violentamente. Hoy, ignoran que aquello inofensivo en tiempos de paz, puede ser muy destructivo en períodos de guerra. Desconocen que, quizás, este sea el potencial instante para armonizarse con la Energía Natural Universal. Ahora, veamos que sucede en el corazón del Imperio Kurayami…

3. Qy Hiwam: Estados Imperiales; Qy (Estado); Hiwam (Imperial); porción de territorio cuyos habitantes están sometidos a las leyes del Imperio o del Emperador. 4. Qu Hiwam: Provincias Imperiales; Qu (Provincia); Hiwam (Imperial); cada una de las grandes divisiones de un Estado Imperial. 5. Qa Hiwam: Capitales Imperiales; Qa (Capital); Hiwam (Imperial); ciudad principal y cabeza de una Provincia Imperial. 6. Qir Hiwam: Continentes Imperiales; Qir (Continente); Hiwam (Imperial); cada una de las grandes extensiones de tierra separadas por los océanos pertenecientes al Imperio. 23



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Amanecer Kurayami

N

ace el Sayath1 en el epicentro del Imperio Kurayami. Una vez más, la yayadina2 Kurayami se despierta entre las nubes a miles de metros sobre el nivel del mar. Sutiles rayos traspasan la cortina de smog que siempre la cubre. Con los primeros haces de luz, el cielo que era gris ahora se tiñe de anaranjado. Desde una de las habitaciones del Palacio Imperial se escucha un sonido muy alto, proveniente de un sofisticado aparato marca Kurayami. -¡…Destrucción y muerte! ¡Este nuevo caayru3, es tan escalofriante como increíble! ¡Con un tamaño récord, estos dos tsunamis atacaron en dos sitios diferentes a la vez! ¡Afortunadamente, el que azotó las costas de Zakiyaa fue detenido gracias a...! Escuchando esta noticia, se despierta un Niño de nueve años que observa semidormido las asombrosas imágenes del fabuloso dispositivo. Ve que un muro de plasma energético de doscientos metros de altura, recibe el impacto de una inmensa pared acuosa que repele con facilidad. Entrecerrando los párpados, visualiza un logotipo animado sobre el ángulo superior derecho de la pantalla. Es una forma tridimensional que representa la “K” de Kurayami, de un rojo fuego intenso y un aro negro que la envuelve girando. Ya sentado en el borde de la cama, se refriega los párpados para enfocar mejor. Al abrir los ojos, ostentan un negro perlado muy intenso y los contornos son tan rasgados que parecen demarcados con delineador. Su mirada posee acentuadas facciones poco típicas, que son nativas de alguna tribu originaria y de tierras tan distantes que ni siquiera él las conoce. 1. Sayath: fuego divino, sol. 2. Yayadina: ciudad suprema o superciudad; ciudad gigantesca por encima de todas. 3. Caayru: desastre o catástrofe natural. 25


POTENCIAS MOLECULARES V.1.01 – EL IMPERIO KURAYAMI

-¡…Uno de los Ina Tacaayru1 instalado el año pasado! ¡Pero lamentablemente, el otro atacó sobre Tucuyidina Qiun…! Escuchando a la periodista mira con atención la dramática escena, donde una de las magníficas olas aplasta las costas de la otra ciudad. Se rasca la nariz que, al ser tan chica y redondeada como un poroto, contrasta con esas cejas y pestañas provenientes de otra región del mundo. Pero la brillante y delicada piel rosada, junto con esos suaves pómulos, equilibran las proporciones de este rostro tan exótico como armonioso. -¡…Al estar desprovista de la Fam Taamengó1 del Imperio, todo fue arrasado! ¡Ahora puede verse la costa totalmente destruida...! ¡Tucuyidina Qiun, está ubicada en la zona sureste de Álmarot y posee...! Un poco más despierto, apaga la máquina audiovisual y se despereza con una leve sonrisa en el rostro. Enseguida se acomoda el despeinado cabello, que es largo hasta los hombros. Su color negro azabache y su desprolijidad, hacen que parezcan las crines de un caballo salvaje. Dando un saltito muy enérgico, se pone de pié y expresa orgulloso: -¡El Ina Tacaayru Kurayami, es imbatible! ¡Tsunami idiota! Luego de vestirse con el uniforme de entrenamiento marcial, que tiene el símbolo de la Escuela Kurayami en el pecho y espalda, exclama con desbordante entusiasmo: -¡Otro día más para el Yayatipusq2, Ak’aro Kurayami! Inmediatamente se dirige hacia una gigantesca biblioteca, que abarca por completo una de las paredes de la habitación. En los estantes se observan varias colecciones de historietas, libros de arte, de combate y de armas. También algunas novelas, diccionarios, enciclopedias y material de estudio. Por supuesto, todos de la editorial Kurayami. Pero en lo más alto del mueble, atesora un enorme trofeo que se sostiene sobre una pesada base de madera circular. Incrustada al ras, la adorna una llamativa placa metálica dorada que, en bajo relieve, tiene escrito: “Tipusq Usq Yatipana Qarram Awachi Taqinam2: Ak’aro Kurayami”. Por detrás, casi escondido y apoyado de cualquier manera, se halla un auténtico juryak2 envainado. Es un tipo de sable curvo milenario capaz de cortar el acero más resistente y de rebanar los huesos como mantequilla. Subido a una 1. Ina Tacaayru: Sistema Anti-desastres Naturales. Fam Taamengó: Barrera Anti-tsunamis. 2. Yayatipusq: Campeón Supremo. Tipusq Usq Yatipana Qarram Awachi Taqinam: Campeón del Primer Gran Torneo Mundial de Lucha Infantil. Juryak: sable curvo similar al katana utilizado por los samuráis del Japón medieval, arma principal de algunos guerreros espirituales. 26


01 - AMANECER KURAYAMI

escalera integrada a la biblioteca, Ak’aro acaricia el trofeo y lo besa muy alegremente. Desde los dos metros de altura, toma el arma con decisión y se baja de un salto. Amortigua la caída con un giro en el suelo, se levanta con ayuda de la inercia y desenfunda el peligroso filo con admirable destreza. Habiendo quedado en una posición de combate, o de alerta, propia de disciplinas marciales, ahora imita a un relator: -¡Una vez más, Ak’aro Kurayami gana la final del Yatipana Qarram Awachi3! De pronto, se abre la puerta de la habitación y se asoma una Jovencita muy bonita de unos veintiséis años de edad. A pesar de estar prolijamente vestida con un atuendo de sirvienta muy sobrio, se alcanzan a percibir las excelentes condiciones físicas de deportista. Ajustándose el último botón de la blusa, traspasa la puerta con confianza. Desde que Ak’aro tiene tres años, Armonya Bloom es la encargada de cuidarlo como si fuera su Madre Adoptiva. -¡Buenos días, Ak’aro! -lo saluda. Su cabello es de color negro intenso, tan oscuro como las profundidades del océano y brillante como las plumas de un cuervo. Peinado muy parejo hacia atrás con minuciosa paciencia, es sujetado bien tirante por una tela elástica que permite enrollar el impecable rodete. Los ojos son de un celeste tan cristalino como las aguas de coral, tan grandes que ocupan una buena parte de la belleza y tan rasgados que parecen infinitos. La delicada nariz, apenas se asoma por encima de unos rosados labios de color natural y suavemente acolchonados. Sin maquillaje, la piel es tan blanca que parece de porcelana fría. Con el sacudir de sus largas pestañas, ventila una mirada de asombro y temor sobre la punta del juryak que sostiene el Chico. Apuntando el filo hacia el bello rostro de la joven Mujer, Ak’aro hace un bravo gesto con el entrecejo y otro amenazante con el sable. -¡Ak’aro! ¡Por favor, suelta esa cosa que te vas a lastimar! -exclama con preocupación. Mirándola a los ojos se sonríe con picardía y le hace un inesperado gruñido. Ella se sobresalta asustada y reacciona con un grito. Cuando retrocede para alejarse del peligroso sable, trastabilla hacia atrás y se cae sobre su mullido trasero. Ak’aro ríe a carcajadas en tono burlón y por fin baja el arma. Sonrojada y avergonzada, tanto por el chiste como por 3. Yatipana Qarram Awachi: Gran Torneo Mundial de Lucha. 27


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la caída, se incorpora haciendo de cuenta que nada la asustó. Enseguida disimula con una sonrisa. -¡Tú siempre jugando, Ak’aro! Ahora, por favor, deja eso donde estaba y ven a desayunar que ya es tarde. -¿De verdad te asustaste, Armonya? -le dice Ak’aro aún sonriendo. -Tú también te asustarás cuando le cuente al Sok1 Bloom -le dice colorada por la vergüenza-. Le voy a decir que otra vez estás jugando con armas de la colección del Hiwote2. -¡Oh, no, por favor! -expresa Ak’aro con tono irónico-. ¡No le digas nada al Sachui2 gruñón! ¡Ya la devuelvo, ya la devuelvo! Creyéndose la broma, Armonya le dice: -Entonces, aprovecha para devolverla mientras nosotros desayunamos. Que nadie te vea y apúrate que llegarás tarde a la escuela. La Niñera cierra la puerta al irse. Por uno de los ventanales de la habitación, Ak’aro contempla seriamente los Jardines Imperiales. A lo lejos divisa una magnífica construcción, muy parecida a los templos ancestrales de vuestro mundo. Del edificio, cuelgan dos banderas blancas gigantes que son agitadas por el viento. En el centro, ambas tienen el logotipo del Imperio Kurayami. Representa una letra “K” de un rojo vivo, encerrado por un círculo de fondo negro y un contorno grueso colorado. Por debajo de este símbolo, en una de ellas se lee: “Hiwote Ank’aqu Kurayami”, y en la otra: “Han Kurayami Ziqi Awachi3”. Las telas flamean con vigor y Ak’aro las observa con cara de aburrimiento. Luego de unos segundos, murmura: -Mm... ¿Han3 o yayadina2? Enseguida, gira la cabeza hacia el ventanal opuesto y mira más allá de los límites del Imperio. Desde allí, puede admirar la yayadina Kurayami. Con cosquilleos que parecen mariposas en su estómago, piensa en la inmensidad de territorios imperiales que aún quiere explorar. Sabe que detrás de la inmensa cordillera gris de cemento y de esa barrera protectora 1. Sok: Señor; título que reciben los hombres respetables y decorosos, o perteneciente a la nobleza. Se antepone al nombre para destacar que tiene un cargo jerárquico o que es importante. 2. Hiwote: Emperador; título de mayor grado, honor y dignidad; otorgado al jefe supremo y máximo soberano del Imperio. Sachui: Viejo. Yayadina: ciudad suprema o superciudad. 3. Han Kurayami Ziqi Awachi: Escuela Kurayami de Artes y Lucha; han (escuela; establecimiento donde se enseña cualquier tipo de disciplina, doctrinas, principios o sistemas de instrucción en artes y técnicas); ziqi (arte, virtud, disposición y habilidad para hacer algo); awachi (lucha, combate, pelea, rivalidad u hostilidad entre personas o animales). Han: Escuela. 28


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de energía, hay un mundo desconocido por descubrir. Queriendo calcular la incontable cantidad de Luchadores, que lo aguardan sedientos por competir, ya paladea el sabor de la victoria. Al imaginarse venciendo a cada uno de los rivales, que pueblan esas recónditas tierras, el corazón le palpita con agitada alegría. Porque el sueño de Ak’aro es convertirse en el Campeón Supremo de lucha mundial de la historia, mucho más que en Emperador. Piensa que para conseguirlo, deberá derrotar a cualquier contrincante que viva dentro o fuera del Imperio. Por ello, la vaga idea de atravesar aquellas fronteras lejanas para recorrer el mundo, lo emociona como ninguna otra cosa. Con un brillo especial en las pupilas, ajusta la vista en el frío horizonte y sonríe con espontaneidad. -¡Sí, a entrenar! -exclama. Mientras tanto, en otro de los recintos del Palacio Imperial, el más grande y elevado de la Plataforma Levitadora... Como todas las mañanas, un Hombre que aparenta unos cincuenta años, se halla sentado en su fastuoso trono de oro e incrustaciones de diamantes. Viste un fino traje blanco sin solapas ni cuello, al igual que la camisa, que la usa sin corbata. Cubriéndole los hombros, descansa una extensa capa roja que tiene una enorme K dorada, bordada con hilos de oro. Esos valiosos ropajes dignos de Reyes, están hechos con la seda más costosa y liviana del Imperio. Combinan de una manera extraña con un sombrero de alas cortas y copa baja; y unos anteojos de cristales espejados. Ambos adornos son de un color blanco como la sal. Por debajo de la inusual corona, asoma un canoso cabello muy brillante y suave, largo hasta el coxis. Es artificialmente lacio y está prolijamente entrenzado con suma perfección. Al igual que sus ideales, la nariz es recta y rígida. Los labios son finos como los gustos lujosos que estila. Aunque son disimulados por una barba con forma de candado, minuciosamente contorneada y teñida de un iluminado plateado lunar. Los tonos claros que porta, contrastan con su bronceada y tersa piel humectada por demás. Su cuerpo, aunque ahora un tanto tosco, un poco relleno y de forma más bien cuadrada, denota que por allí ha morado la actividad física alguna vez. Parece bastante bien entrenado para sus auténticos cincuenta y seis. Es que varios sirvientes por día, se encargan que su aspecto sea impecable y elegante. Deben destacar la pureza de la deidad que los conduce.

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Corriéndose levemente los lentes para Sayath1, se alcanzan a observar sus rectangulares ojos; azules claros como el mar de día. Enseguida hace foco en el grandioso balcón. Ubicados a ambos extremos de la arcada, dos corpulentos hombres de prolijo y grave aspecto, custodian el espléndido vidriado. Sintiéndose muy seguro por aquello que representa, el gobernante más poderoso de la historia admira la inmensidad de su magnífico Imperio. Porque además de ser un simple Unaris1, es el Amo del mundo en donde vive y dirige. Él es, su Divina Excelencia, el Emperador de la Paz, Ank’aqu Kurayami. Cómodamente en su opulento sillón, señala con la palma abierta y exclama: -Observe Mor’el, en estos momentos ciento cincuenta millones de Fieles amanecen felices, una vez más, en la yayadina2 Kurayami. Al mismo tiempo, también la contempla un Viejito de noventa y seis años. Muy demacrado por las décadas de servicio al Imperio, se lo ve ojeroso y desgarbado, seguramente por el mal dormir y el sedentarismo. Por naturaleza, es tan flaco que los filosos huesos de sus pómulos le estiran la piel. Pálida como el talco, se quiebra mostrando llamativas arrugas por todo el cuerpo, tantas, que la boca parece una grieta en una roca. De hecho, sus labios, al ser tan finos y de un tono rojizo mortecino, solo se los percibe cuando abre la boca. En cambio, sus ojos celestes, son tan grandes, tan claros y tan redondos, que parecen dos gelatinosas medusas a punto de caerse de sus órbitas. De igual manera, fue agraciado por una descomunal nariz, de proporciones fuera de escala, tan rara como angulosa y muy torcida hacia la izquierda. Tanto, que algunos suponen que a ese fino cuello se le dificulta girar a la derecha. Es que es tan grande, que en ese cuerpo tan débil y pequeño, hasta da la sensación de pesarle. Inclusive, se la hace responsable por la pronunciada curvatura de la columna vertebral. Para más pruebas que la belleza nunca fue su amiga, el pasar de los años reafirman éstos rumores. Basta con observar su cabeza, que está pobremente poblada por finos bellos engominados y mal teñidos de negro. Para más pruebas, el sombrío, blanquecino y lampiño rostro bien afeitado, evidencia el abandono del propio espíritu ya olvidado. Haciendo un esfuerzo para ver hacia lo lejos, el decrépito Anciano alcanza a ver la impactante imagen del paisaje selvático 1. Sayath: fuego divino, sol. Unaris: ser animado racional nacido en el planeta Qia. 2. Yayadina: ciudad suprema o superciudad. 30


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moderno. Las montañas de hierro, cemento y anuncios publicitarios dominan el espacio. Ayudándose con su bastón, el Viejito toma el impulso necesario para dirigirse hacia el Emperador y trasladarse con su joroba a cuestas. Lentamente, dando pasos temblorosos y doblado sobre sí mismo, avanza muy inseguro y con temor de caerse. Al igual que lo hicieron sus ancestros, Mor’el Bloom viene aconsejando a la estirpe Kurayami desde hace décadas. Como el Fiel Servidor de su Amo, se hunde en la obediencia y habla con la angustia de su ignorada esclavitud: -Sí, su Say Yaxay3, el mundo es feliz gracias a usted. Inmediatamente, desde un rincón en penumbras se oye una oscura voz de ultratumba que dice a bajo volumen: -No todo el mundo es feliz, Sok3 Bloom. ¿No es cierto su Say Yaxay? El Emperador, hundido en el sitial cual dios, observa con atención los brillantes y verdes ojos grisáceos de aquel que habla desde las sombras. Girando bruscamente, con mucha seriedad, busca la mirada del Viejito y le reafirma con rigurosidad: -Lo que dice el Yahun3 Holocrón es cierto. Recuerde esos dos países, tan rebeldes como enfermos. El Señor Bloom, que estuvo mirando con odio al tipo del recodo, asiente con la cabeza y responde asustado: -Si, su Say Yaxay, eso quería informarle. -Cuéntenos, Mor’el -ordena el Emperador. Un poco apesadumbrado, el entristecido Viejito le explica: -Como usted sabe, las nuevas gestiones con los países Gúdrum y Álmarot siempre avanzaron demasiado lento. Ambos han logrado generar sus propios recursos y se están auto-sustentando sin la necesidad del Hiwa3. Lamentablemente, desconocemos a ciencia cierta como es que lo vienen consiguiendo. El Emperador bastante inquieto le cuestiona: -Torkim Chawin Chaqi4, el Hiwa Umak4 ayuda al setenta y cinco por ciento del territorio terrestre a todo nivel. La economía y la sociedad del mundo dependen de nuestras bondades para sobrevivir. ¿Y usted me dice que esos dos países han logrado subsistir, por sí solos, durante estos tres años? ¡Eso es imposible, Mor’el! Ningún país en este mundo puede 3. Say Yaxay: Divinidad Infinita. Sok: Señor. Yahun: Gran Maestro. Hiwa: Imperio. 4. Torkim Chawin Chaqi: Querido Fiel Servidor. Hiwa Umak: Imperio de la Paz. 31


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sobrevivir sin mi ayuda. ¡Todos necesitan del Hiwa1 Kurayami! -expresa el Emperador que quita la vista del ventanal y agrega-: Mor’el, recuerde que usted es el Sac Aqa Pimarcok1 y debería darme información más precisa. -Sí, su Say Yaxay2, tiene razón -responde el Viejito mirando el suelo-. Lo que ocurre, es que utilizan fuentes energéticas muy diferentes, con las que pueden obviar por completo las nuestras. Como la escasez de nuestros recursos se acentúa con mayor vigor, en poco tiempo necesitaremos negociar con ellos para adquirir esa tecnología tan revolucionaria. -¡Eso es un insulto, Mor’el! ¡Son ellos los que deben negociar con nosotros! -grita el Emperador golpeando la mesa-. ¡Quiero saber cómo han logrado sobrevivir! ¡Descubra cuál es esa nueva tecnología y que tipo de recursos naturales requiere! -Es mí deber, su Say Yaxay -contesta Mor’el inclinándose-. Lo haré con celeridad, su Say Yaxay. -¡Sí, investigue inmediatamente! ¡Averigüe quién está detrás de todo esto! -ordena el Emperador con otro manotazo que retumba en el salón. Cuando el Anciano Fiel Servidor está a punto de retirarse, el otro Hombre que se encuentra en aquel sombrío recoveco, emerge como los vapores de restos putrefactos. Siendo iluminado por algunos rayos sobre el rostro, sólo se revela una amorfa y curva nariz, que apenas se asoma entre las tenebrosas telas. Al dar un paso más, la cálida luz permite observar a un pulcro Señor de mediana estatura y espantosamente flaco. La extensa túnica, de tonos negros petróleo, lo cubre más allá de los pies y se desliza rozando el suelo. El rostro se oculta por detrás de los pliegues de una holgada capucha, que cae amablemente sobre la estrecha y deforme cabeza. Con un tono educado pero denso a la vez, la turbia voz le habla al Emperador: -Disculpe, su Say Yaxay. ¿Me permite dirigirme a su Say2 con mi palabra? -Hable, Yahun2 Holocrón -responde el Emperador. -¿Oyó las noticias, su Say Yaxay? -Sí, hace unos minutos. ¿Pero esto, qué importancia tiene ahora? -Parece que toda la costa de Tucuyidina Qiun, fue arrasada por un tsunami. En cambio, la dina2 Zakiyaa pudo evitarlo. Frente a la noticia de Holocrón, el Emperador reacciona indignado y 1. Hiwa: Imperio. Sac Aqa Pimarcok: Jefe del Centro de Investigaciones. 2. Say Yaxay: Divinidad Infinita. Say: Divinidad. Yahun: Gran Maestro. Dina: Ciudad. 32


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reflexiona con desmedida crudeza: -Sí, es cierto. Lamento mucho que haya sucedido tal catástrofe. Pero la cadena inevitablemente se corta por el punto más débil. Ésta clase de eventos me apenan muchísimo. Sobre todo, por los pobres habitantes de esos dos países. Por más desprecio que les tenga, comprendo que los damnificados son vasallos oprimidos por el poder de turno. Poco tienen que ver con las malas decisiones de sus miserables gobernantes. ¡Me tienen cansado ya! ¿Cuántas más personas inocentes deberán morir? ¿Qué esperan para reconocer que sin pertenecer al Hiwa, son completamente indefensos en este planeta tan hostil? El Anciano Servidor, por miedo a ser excluido de la conversación, irrumpe con una opinión nunca solicitada: -Sí, su Say Yaxay. Esos gobernantes, desde sus mansiones, palacios y castillos lujosos, apenas viven la realidad de la gran mayoría de los habitantes. Pero usted… Destruyendo lo que estaba siendo un discurso para pura adulación, Holocrón interviene con un tétrico sonido: -No se apene, su Say Yaxay. Usted viene haciendo todo lo posible por ayudar a esos enfermos y rebeldes países. Ya les ha demostrado varias veces que si hubieran elegido unirse al Hiwa, hoy podrían ser muy felices. Mor’el intenta hablar con presteza y determinación, pero tan sólo le dice con inevitable timidez: -Pero usted… -¡El Yahun Holocrón tiene razón, Mor’el! -dice el Emperador señalándolo con soberbia-. Porque yo, Mor’el, yo que tengo el poder del mundo en mis manos, siempre he sido capaz de comprender y ayudar a cada uno de mis súbditos. En el Hiwa han desaparecido el hambre, la miseria, la inseguridad, y en cualquiera de los espacios más remotos, hay salud, bienestar, y por sobre todas las cosas, hay paz y felicidad. Disimulando la mala influencia que irradia sobre el Emperador, Holocrón saborea el poder que ahora domina y sonríe maliciosamente. -Sí, su Say Yaxay -dice Mor’el que inclinado intenta seguir-: Es que… -Coincido con usted, su Say Yaxay -explica Holocrón que vuelve a frenarlo-. Pero verá, si bien el tsunami nos ejemplifica la diferencia abismal entre pertenecer o no al Hiwa, sucede que en el caso de Tucuyidina Qiun no es tan así. 33


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-¿Qué me está queriendo decir, Holocrón? -pregunta el Emperador frunciendo el entrecejo a la defensiva. -Disculpe, su Say Yaxay1, creí que ya estaba informado. -¿Informado sobre qué, Holocrón? -¿Pero cómo, todavía no sabe el verdadero reporte? -pregunta Holocrón que extiende la mano hacia Mor’el. -¿Qué reporte, Mor’el? -lo cuestiona el Emperador ya irritado. -Sobre el incidente en Zakiyaa y Tucuyidina Qiun -se anticipa Holocrón-. Si el Sok1 Bloom lo actualiza, enseguida comprenderá mi punto de vista. -¡Hable, Mor’el! -exige el Emperador. -Sí, su Say Yaxay. Como siempre, hay algunas diferencias entre la noticia publicada y la veracidad de los hechos. Según informamos a través de los medios de comunicación, el ataque se produjo por dos tsunamis diferentes. Cuando en realidad, fue sólo uno. Primero llegó a las costas de Zakiyaa, pero al encontrarse con la Fam Taamengó2, fue desviado al instante. Luego, desgraciadamente para una de las ciudades Álmarot, en lugar de regresar al océano se dirigió hacia las costas de Tucuyidina Qiun. Aunque destruyó todo a su paso, aparentemente, los habitantes de Tucuyidina Qiun fueron prevenidos sobre el tsunami. Gracias a ello, lograron evacuar con la suficiente anticipación como para evitar pérdidas Unaris2. -¿Se anticiparon al tsunami y así evitaron pérdidas Unaris? -cuestiona el Emperador absorto. -Sí, su Say Yaxay -responde Mor’el esforzándose para armar una incipiente sonrisa-. ¡Alégrese, es una buena noticia! -¿Alegrarme? -le pregunta el Emperador sin comprender. -Su Say Yaxay, los pobres inocentes han salvado sus vidas -dice Mor’el que vuelve a sonreír. -¡Silencio, Mor’el! -grita el Emperador mientras su furia hace eco en la sala-. ¿Cómo espera que me alegre con ésta noticia? -Perdón, su Say Yaxay, pero yo creí que… -¡He dicho silencio, Mor’el! -lo interrumpe el Emperador encolerizado-. ¡Es cierto que me alegro por esas personas, claro que sí! ¿Pero por cuánto tiempo podrán escapar a la realidad? ¿No se da cuenta 1. Say Yaxay: Divinidad Infinita. Sok: Señor. Yayachaqi: Servidor Supremo. Yahun: Gran Maestro. 2. Fam Taamengó: Barrera Anti-tsunamis. Unaris: ser animado racional nacido en el planeta Qia. 34


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que esos malditos gobernantes juegan sus inocentes almas? La situación es aún peor de lo que esperaba. De hecho, Mor’el, la noticia no es para alegrarse ni un poco. Porque el desastre de Tucuyidina Qiun, ciertamente nos revela una situación muy problemática e inesperada. -No entiendo, su Say Yaxay -expresa Mor’el que perdió la forzada alegría. -¡Piense, Mor’el, piense! ¡Para eso es mi Yayachaqi1! ¿Cómo es posible que un país ajeno al Hiwa, pueda, no sólo anticiparse a un tsunami, sino que además, evacuar a tiempo una ciudad de más de quince mil habitantes? ¿Entiende ahora, Mor’el? ¿Entiende qué nos quiso destacar el Yahun1 Holocrón? -Mas o menos, su Say Yaxay -responde el Anciano Fiel Servidor. -Es sencillo, Mor’el -explica el Emperador-. Lo que todo esto significa, es que alguien está jugando a ser más poderoso que yo. Pero tarde o temprano, sin mí sustento, terminarán siendo destruidos por la furia de la naturaleza. ¿Correcto, Yahun Holocrón? -Sí, su Say Yaxay , eso mismo -responde Holocrón que continúa explicando-: Pero no sólo eso… -¡Sí, aguarde, ya sé que hay más! -expresa el Emperador ofuscado porque detesta que le expliquen lo que ya sabe-. Para que un país pueda prever algo tan inesperado, como un tsunami, necesita contar con tecnología de última generación. Estoy seguro que nunca se la proveímos a ninguna de las dos naciones. Ni a Gúdrum, ni a Álmarot; en este caso. Por conveniencia, Holocrón asiente con una sonrisa actuada pero maliciosa. Por haber sido interrumpido así, a otro lo hubiera eliminado antes de poder pestañear. -Su punto, Holocrón -explica el Emperador menos alterado-. Es que tanto Gúdrum como Álmarot, están siendo respaldados por esa organización secreta. Poseedora de una tecnología tan avanzada como la nuestra. -Correcto, su Say Yaxay -dice Holocrón reverenciándolo-. A esto hay que sumarle esa nueva fuente de energía que utilizan. Por ello, su Say Yaxay, pido permiso para colaborar con el Sok Bloom y agilizar la investigación sobre esa misteriosa organización. -Mm… -expresa el Emperador que piensa con mirada perdida. -Disculpe su Say Yaxay3, pero aquí no hay misterio ni organización secreta alguna -advierte Mor’el-. Seguramente, tanto Gúdrum como 3. Say Yaxay: Divinidad Infinita. Sok: Señor. Sac: Jefe. Yam: Padre. Hiwote: Emperador. 35


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Álmarot, están siendo ayudados por Cro… -¡No se le ocurra nombrar esa palabra, Mor’el! -lo detiene el Emperador con agresividad-. ¡Ya sabe que no quiero escuchar nunca más ese nombre! ¡Suena enfermizo, detestable! ¡Son como una peste! ¡Además, ya todos sabemos que son ellos, Mor’el! -Lo siento, su Say Yaxay, no volverá a suceder -bajando la mirada, el Señor Bloom insiste en voz baja-. Sí, es cierto. Ellos son los únicos que pueden poseer semejante tecnología, y según sabemos, se fortalecieron desde la muerte del… -¡Suficiente palabrerío, Mor’el! -reprime el Emperador-. ¡Ya que sabe tanto de su historia, va siendo hora que descubra donde se esconden! ¡Ahora, más que nunca, necesitamos saber la ubicación de su base secreta y qué tipo de tecnología les permite ayudar a esos rebeldes! Luego de cortar el aire con sus alaridos, el Emperador hace una pausa para calmarse y, tosiendo con suavidad, intenta disimular su inquietud por la vigencia de esa organización. Al instante, con tono amable, le ordena al tembloroso Fiel Servidor: -Ahora, reúnanse con Holocrón y resuelvan esto urgente. -Ya mismo, su Say Yaxay, ya mismo -dice Mor’el inclinado y sintiendo un escalofrío que le recorre el lomo. -Sí, su Say Yaxay, deje todo en nuestras manos -remata Holocrón inconmovible por completo. Ambos se miran de reojo. Holocrón desde las profundidades de su truculenta capucha, y Mor’el, con la desconfianza que el cordero le tiene al lobo. Pero adelante de ellos, tienen una excusa mayor para dejar las diferencias de lado. -¡Con su permiso, su Say Yaxay! -exclaman con una reverencia. El Gran Maestro Holocrón es el primero en salir de la oficina imperial. Por la misma puerta, camina el Señor Mor’el Bloom que es seguido por su Guardaespaldas Imperial. Ese Hombre, de intimidatoria presencia, lo estuvo siguiendo de cerca todo el tiempo. Ahora, mucho más todavía. Segundos después, en el salón de espera de la oficina imperial. -Sok Bloom, estuve investigando este asunto desde hace un tiempo -explica Holocrón-. Efectivamente, es Cronos quién está detrás de todo esto y puedo asegurarle que colaboran con los rebeldes; desde hace bastante más que tres años. De hecho, han firmado un tratado llamado Tis 36


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Susaqi1. Como usted ya sabe, el actual Guk2 de Cronos está emparentado con el difunto dueño de la antigua Hensa2 Gatsu. Todavía no he logrado determinar su ubicación exacta. Pero, si me permite, puedo movilizar mi equipo de profesionales especializados para obtener más información. -¿Por qué me dice esto ahora, Holocrón? -pregunta Mor’el-. Tendría que haberlo dicho antes, en presencia de su Say Yaxay. Ahora sospechando de los modos respetuosos del oscuro ser, el Viejito se afirma al bastón con rigidez para tomar coraje y así avanza: -Igualmente, ya sabía todo esto que me cuenta. Recuerde que los Umakan Yanayu2, me reportan a mí antes que a nadie. Incluso, antes que al mismo Sac2 Weikann. Es más, también sé que el Guk de Cronos se trata de Icuro Gatsu SQ2. Al igual que su difunto Yam, Icuro Gatsu NQ3, dedica su vida a la rebelde organización. Para más datos, puedo decirle que el Joven mandatario comparte el mismo afán de su predecesor. Quiere salvar al mundo de nuestro supuesto asedio y revertir la crisis ecológica planetaria. Es uno más de esos verdes Unaritim3, que persiguen un objetivo tan fantástico como imposible. -Entiendo a que se refiere, Sok Bloom -responde Holocrón dando un paso hacia el Viejo-. Ahora que lo escucho, entonces, coincidirá conmigo en que esa información no es totalmente segura. Motivo por el cual, no era aconsejable divulgarla delante del Hiwote. Debo confesarle que por eso preferí mantenerme callado. Sabrá disculparme, pero hasta sentí un cierto alivio cuando su Say Yaxay lo detuvo. Éstas noticias tan sensibles, todavía son rumores que deben ser confirmados. -Suena bastante lógico su fundamento, Holocrón -afirma Mor’el que, desconfiando, lo acusa con el índice y retrocede-. No obstante, tenga mucho cuidado como procede de ahora en más. Recuerde que yo, soy el Guknuq Yax Hiwam4. Sin contar, que además, soy el Sac Aqa Pimarcok5 y el Yayachaqi Hiwam6. ¿Sabe lo qué todo eso significa, correcto? El Maestro Holocrón, mantiene el silencio esperado por el Fiel Servidor que, aunque molesto aún, está conforme con la obediencia 1. Tis Susaqi: Alianza Trilateral. Guk: Líder. Hensa: Empresa. Umakan Yanayu: Pacificadores Blancos. 2. Sac: Jefe. SQ: abreviación de Suq; tercero, aquello o aquel que continúa justo después del segundo. 3. NQ: abreviación de Nuq; segundo. Unaritim: personas instruidas en los derechos y letras de los Unaris pertenecientes al planeta Qia; similar a los Humanistas de la Tierra. 4. Guknuq Yax Hiwam: Comandante General Imperial. 5. Sac Aqa Pimarcok: Jefe del Centro de Investigaciones. 6. Yayachaqi Hiwam: Consejero Imperial. 37


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recibida y se responde a sí mismo con altanería: -Significa, que cualquier movimiento del área de investigaciones, ya sea de carácter político, económico o social, debe realizarse con previa autorización mía. -Sí, Sok Bloom, eso mismo estoy haciendo. Por eso… -Bien por usted -dice Mor’el devolviéndole la interrupción anterior-. Sepa muy bien que vengo trabajando para esta Thaqim1, desde antes que naciera su Say1. He visto como la Hensa Kurayami se transformó en lo que ahora es el vasto Hiwa. Con mis propios ojos, he sido testigo de sucesos históricos increíbles para la Unaritia1. Porque he visto cómo, desde ríos y montañas hasta mares y glaciares, han dejado de pertenecer a territorios que originalmente eran países independientes, para luego ser re bautizados como Qiany Hiwam2. Sepa que la Yathaqim1 Kurayami siempre se mantuvo viva, en gran parte, gracias a la servidumbre de la Yathaqim Bloom. Ya son noventa años, y usted, apenas tiene seis dentro del Hiwa. Justo la edad en que yo empecé. Aunque usted sea el Sac Arkay Hiwam2, debe respetar la escala de mando. Tenga especial tino cuando se dirija a mi envestidura, dentro y fuera del Hiwa. Porque el Hiwote3, confía de lleno en mi persona. Prácticamente, así como representa un Seamm3 para mí, yo represento un Seyam3 para él. -Lo sé, Sok Bloom -dice Holocrón inclinándose y bajando la vista-. Le pido disculpas por mis interrupciones y mi falta de experiencia. -Disculpas aceptadas, Holocrón. Pero cuidado, tenga siempre presente la misión de su Say Yaxay. La cual, consiste en instaurar la paz y los beneficios imperiales para toda la superficie terrestre. Pero, por sobre todas las cosas, sin recurrir a medios violentos en ninguno de los casos -explica Mor’el fervoroso y apuntándolo con el amenazante índice-. El Hiwote Umak3, nos ha devuelto aquella fe divina que habíamos perdido. Nuestro Morkim Hiwote4, es un referente de la Taolloccip4, y como tal, debe continuar reafirmando la fe de sus súbditos día a día. Por lo tanto, es imprescindible obrar con mucha cautela para conservar su envestidura inmaculada. No sé si me comprende, Holocrón -concluye el Viejito lagrimeando por la melancolía. 1. Thaqim: Familia. Say: Divinidad. Unaritia: personas del género Unaris. Yathaqim: Dinastía. 2. Qiany Hiwam: Regiones Imperiales. Sac Arkay Hiwam: Jefe de Seguridad Imperial. 3. Hiwote: Emperador. Seamm: Hijastro. Seyam: Padrastro. Hiwote Umak: Emperador de la Paz. 4. Morkim Hiwote: Amado Emperador. Taolloccip: Anti-violencia. Yahin: Discípulos. Hax: Espías. 38


01 - AMANECER KURAYAMI

-Sí, Sok Bloom -responde Holocrón escondiendo su arrogancia entre las sombras-. Entiendo perfectamente la situación, no se preocupe. Para acelerar la detección de Cronos, había pensado en valernos de uno de mis Yahin4. Aunque los Umakan Yanayu5 son extraordinarios, considero que este objetivo necesita de todo el soporte que podamos emplear. Por eso, quiero ofrecerle la intervención de uno de mis hábiles Hax4, sumamente prudente y sigiloso al moverse. Sobre todo en esta clase de misiones, donde debe ser invisible e imposible de detectar. Le puedo asegurar que la envestidura de su Say Yaxay no se verá manchada -finaliza Holocrón ocultando su malvada expresión por detrás de las oscuras telas. -Suena razonable -dice Mor’el girando sobre sí para darle la espalda-. Pero recuerde mantenerme informado de cada movimiento, Holocrón. -A la orden, Sok Bloom -responde el tétrico ser asintiendo. En ese momento, desde una sombría esquina pegada a una columna, unos ojos misteriosos vigilan cercanos el final de la conversación. Tanto Mor’el como su Guardaespaldas, ignoran la destructiva presencia que se esconde. Sin embargo, Holocrón advierte que su mortal Discípulo los observó, a escasos metros, durante toda la charla. Inclusive, sin que el resto se imagine siquiera, el Maestro Oscuro sabe que la malicia ya se ha instalado en el Palacio Imperial. Acechando en cada pasillo, en cada habitación y en cada partícula de oxígeno. En otra de las secciones del Complejo Imperial... Armonya Bloom se aproxima a la entrada de la sede principal de la Escuela Kurayami de Artes y Lucha. Al llegar a la puerta de acceso, se topa con dos corpulentos hombres de asombrosa estatura. Con imponente aspecto, están vestidos con unas túnicas de un color blanco reluciente. Las puntiagudas capuchas les cubren unos cascos blancos perlados, que impiden ver sus caras. Tienen unas máscaras de un material espejado y blindado, que van desde la frente hasta el mentón. Estas murallas Unaris5 que custodian el ingreso son temerarios Guardianes, excepcionales Guerreros, o mejor dicho, son Pacificadores Blancos. Aunque ya se disolvieron las instituciones militares y policiales en toda la Región Imperial, existe la llamada Oplix Umakan Yanayu6. Se encarga de mantener el orden público, protegiendo al Ciudadano y capturando 5. Umakan Yanayu: Pacificadores Blancos. Unaris: ser animado racional nacido en el planeta Qia. 6. Oplix Umakan Yanayu: Orden de los Pacificadores Blancos. 39


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a quienes atenten contra la paz. Rigiéndose por las leyes del Imperio, cuando atrapan a un sospechoso de alguna falta menor, tienen el poder de juzgarlo. Si es considerado culpable, lo clasifican como Ciudadano Inadaptado. Enseguida lo multan con una suma de dinero proporcional a la falta cometida y, si paga, es liberado. En cambio, si atrapan a un sospechoso de alguna falta grave, tienen prohibido juzgarlo. Aunque sí, deben trasladarlo urgente frente a los llamados Ocuón Hiwam1. Si lo hallan culpable, lo recalifican como Dinari Tadrai1. Una vez convertido en reo, el prisionero es trasladado a la llamada Seiten Lathkul1. Los Jueces Imperiales se encargan de definir una situación difícil sobre un sospechoso. Pero siempre fallan de dos únicas maneras: La más común, es una condena directa a la Seiten Lathkul. La menos frecuente, es una opulenta multa tan elevada, que nadie puede pagarla y, en su defecto, se ganan una temporada en Seiten Lathkul. Enfrentarse a los Jueces Imperiales, es casi asegurarse un pasaje a la isla infernal. Todas las personas reconocidas como Ciudadanos Imperiales, tienen un trabajo por el que reciben un sueldo. Por lo tanto, todos pueden pagar las multas por esas faltas menores. Quienes carecen del salario imperial, son insertados de inmediato al sistema de trabajo. Los mismos Pacificadores Blancos toman la muestra de sangre, y si la persona accede, se le otorga una ocupación acorde a sus capacidades y conocimientos. Sin importar su procedencia o nacionalidad, cualquiera que pise Territorio Imperial y respete las leyes, es tratado como un Ciudadano más. Como el Imperio siempre ofrece un trabajo para cualquier nivel de Ciudadano, entiende que el desempleo es un acto de rebeldía. Dado que la Empresa Kurayami es la única en todo el Imperio, cuando un Ciudadano quiere renunciar al puesto en vigencia, como máximo, obtiene una transferencia a otro rubro. En el caso de despidos por causas justificadas, el trabajador es reubicado en otro sector. En ambos casos, es el empleado quien tiene la obligación de pedir un nuevo rol en las oficinas especializadas, o al Pacificador Blanco más cercano. De esta manera, todo Ciudadano Imperial mantiene una relación de dependencia con el Imperio Kurayami, para toda la vida. A los casos especiales donde se sostiene un desempleo por un largo período, se los declara como anticonstitucionales y son tratados directamente por los Jueces Imperiales. Por este motivo, casi nadie se anima a renunciar, 1. Ocuón Hiwam: Jueces Imperiales. Dinari Tadrai: Ciudadano Enfermo. Seiten Lathkul: Isla del Olvido. 40


01 - AMANECER KURAYAMI

arriesgarse al despido o estar desempleado por más de un mes. Los Jueces Imperiales son extremadamente severos, crudos como la muerte y la contemplación es una palabra que jamás llevan a la práctica. Cuando juzgan al sospechoso, aplican la rigurosa Ley Imperial; sin excepciones y con una profunda determinación. Saben que dependiendo de la gravedad del delito, será la duración de la pena en Seiten Lathkul o, en muy pocos casos, una impagable suma de dinero. La condena, puede resultar una visita de unas horas o una eterna estadía. La isla, es una inmensa ciudad abandonada y está habitada por veinticinco mil Ciudadanos Enfermos. Quien es dejado allí deberá ocuparse por sobrevivir, o peor aún, evitar una muerte asegurada. En diferentes puntos de la isla se entregan, una vez por mes, los alimentos y suministros de supervivencia. Cuando esto sucede, diferentes bandas de criminales se matan por adueñarse del botín. Por ese motivo, quien es encerrado en Seiten Lathkul por escasas horas, debe mantenerse alejado de éstos asesinos. Pero el que esté obligado a residir por un extenso lapso, deberá aliarse con otros o unirse a alguna de esas patotas para poder sobrevivir. A quienes son encerrados allí les resulta imposible escapar, porque una barrera de plasma electromagnético, de forma esférica, encierra toda la isla; tanto en tierra, aire, como en mar. Por más que la pena sea de un día, o de unas horas, los condenados deben hacer lo imposible por aguardar en el punto de salida. En el caso de ausentarse del lugar de encuentro al horario pactado, las autoridades asumen la muerte del prisionero. Salvo que se consiga presentarse para ser recogido por la nave de rescate, el Imperio fácilmente olvida a todos los que allí van a parar. Hasta el momento, nadie ha logrado llegar al punto de encuentro dentro del rango horario estipulado. La mayoría de las veces, ha sucedido que la nave encargada de recoger al reo, sólo encontró una mancha de sangre o un cuerpo inerte. En el mejor de los casos, el símbolo verde fluorescente marcado en el piso; el cual indica el lugar la salida. Otras, los Pacificadores Blancos a bordo, se han tenido que enfrentar contra un reducido batallón de delincuentes, que intentaron robarles el navío como medio de escape. Pero todos los intentos fueron frustrados rápidamente y, como resultado, con los violentos amotinados eliminados. Generalmente, los Pacificadores Blancos evitan el uso de la violencia desmedida o fuerza innecesaria. Pero llegado el caso, recurren a ella sin titubear. Son seres concebidos genéticamente con implantes 41


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cerebrales artificiales y entrenados desde bebés para tal fin. Su lealtad es estricta a las leyes del Imperio. Tal es así, que sólo obedecen órdenes bien fundamentadas por un superior. Ya sea, venida del Emperador, de alguno de los Jefes Imperiales, de los Guardaespaldas Imperiales, de los Jueces Imperiales o de algún Capitán de los Pacificadores Blancos. Sabiendo todo esto y con mucho cuidado de respetar las leyes, Armonya se aproxima a los dos Pacificadores Blancos. Se hallan en petrificada verticalidad y sosteniendo un silencio meditativo. A una cautelosa distancia de las dos torres, la Niñera traga saliva y les consulta: -Disculpen, ¿han visto ingresar al Seguk1? -No -responden a la vez. -¿No, seguros? -pregunta sorprendida. -Sí, ¿algún problema con su Say Yaxay1, Sokine2 Bloom? -indagan con tono grave. -¡Ehm...! ¡No, no! -responde con voz temblorosa-. ¡Bueno, mu... muchas gracias! -les sonríe para disimular el nerviosismo. -Mm... -gruñen los Pacificadores mirándose entre sí. Armonya, muy asustada, primero piensa en lo peligrosos que son estos tipos tan pedantes. Pero más miedo le da creer que Ak’aro ha desaparecido. En ese preciso momento, suena una melodía que proviene de un aparatito que Armonya guarda en el delantal. Enseguida, del bolsillo situado a la altura del escote, extrae lo que parece un huevo rosado plastificado. Este dispositivo portátil, que cabe en la palma de la mano, es utilizado para hablar con otras personas ubicadas a grandes distancias. Debido a que en este mundo existen objetos que en el vuestro son totalmente desconocidos, por más que utilice cualquier idioma suyo, es imposible traducirles aquello inexistente para ustedes. Por lo tanto, aunque sea muy complejo de comprender el lenguaje original, haré una adaptación usando vuestro alfabeto, sus sonidos fonéticos y sistemas gramaticales. La palabra adecuada para este caso sería vilaytata1. Es como un comunicador o transmisor satelital, que permite el contacto interpersonal. Además de poseer un parlantito para escuchar y un micrófono para hablar, el diminuto artefacto tiene una pantalla circular donde se proyecta la imagen del otro interlocutor. Al atender este llamado, 1. Seguk Heredero. Say Yaxay: Divinidad Infinita. Vilaytata: comunicador satelital. 2. Sokine: Señorita; título otorgado a las mujeres jóvenes, respetables, decorosas, o pertenecientes a la nobleza. Se antepone al nombre para destacar que tiene un cargo jerárquico o que es importante. 42


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Armonya observa que el rostro del Señor Bloom está cargado de fastidio. Con ésta inesperada imagen, la Niñera se inquieta aún más. -¡Jachup3! -expresa Armonya al instante que lo ve-. ¡Hola, Yami4! ¡Qué sorpresa! -¡Le he dicho mil veces que no me diga así, Sokine Bloom! ¡Yo soy, su Yot Yayam4! -dice el Viejo cascarrabias. -Lo digo cariñosamente, Yami. -¡Bueno, basta de tonterías! Me comunico con usted por un asunto relacionado con el Taqi4. -¿Qué Taqi? -consulta haciéndose la tonta. -¿Quién puede ser, Sokine Bloom? ¡Su Say Yaxay, el Seguk Ak’aro Kurayami! -dice Mor’el escupiendo por el enojo-. ¿De quién puedo hablarle sino? -¡Ah! ¿Por eso tú llamado, Yami? -pregunta simulando serenidad-. Pensaba que querías saber cómo me sentía en este día tan lindo. -¡En otro momento hablaremos de la vida, Sokine Bloom! ¡Ahora, necesito saber qué ocurrió con el Taqi Ak’aro! -Si te digo que ni idea, ¿te vas a enojar mucho, Yami? -¿Cómo que ni idea, Sokine Bloom? -dice el Viejo desparramando saliva más ofuscado todavía. -Tranquilo, Yami. Era una forma de decir… -¡Basta de decirme Yami, Sokine Bloom! -¡Perdón, perdón Yami, digo… Yot Yayam! ¡Es que al ser Thaqimi5…! -¡Bueno, suficiente pérdida de tiempo! ¡Deje lo Thaqimi de lado! ¡Llámeme Sok Bloom y se acabó! -grita el Viejo arrugándose aún más-. ¡Volviendo al tema, Sokine Bloom...! ¡El Hiwote, quiere saber el motivo de la ausencia de Ak’aro al desayuno de esta mañana! -Mm...… Creo que se debe a sus ganas de entrenar. -¡Pues claro, es entendible! El Taqi Ak’aro debe estar muy ansioso por el torneo que se avecina. Es por ello que… -¡Sí, sí, es por eso, Yami! ¡Perdón, eso mismo, Sok Bloom! -dice Armonya dándole la razón para evitar mayores explicaciones. -¡Mm...! Entonces, me imagino que ahora ya está entrenándose en la escuela. ¿Correcto, Sokine Bloom? -pregunta Mor’el que vuelve a suponer. 3. Jachup: interjección utilizada para expresar sorpresa, susto, desagrado, fastidio, dolor. 4. Yami: Abuelito. Yot Yayam: Tío Abuelo. Taqi: Niño. 5. Thaqimi: Familiares, Familiar. 43


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-Em… Casi -responde Armonya. -¿Cómo, casi? -pregunta Mor’el-. Sokine Bloom, usted me acaba de confirmar que el Taqi Ak’aro tenía muchas ganas de entrenar. -Sí, pero… según parece… -¡Vamos, hable Sokine, qué es urgente! -¡Sí, perdón Yami! Es cierto que tenía muchas ganas de entrenar, pero… -¡Vamos, déjese de vueltas, Sokine Bloom! -Es que… Bueno, ahí va. Creo que Ak’aro prefirió cambiar el lugar de práctica, otra vez. ¡Disculpe, Yami! ¡Yo le avisé, pero…! -¡Sokine Bloom, le he dicho qué deje de llamarme…! ¡Por su Say Yaxay! ¿Otra vez se ha escapado? -Lo siento, Yami -dice Armonya. Con las cejas caídas, la Joven Niñera superpone los labios con actuado desconsuelo. -¡Bueno, bueno! ¡Tranquila, Sokine Bloom! -expresa el Viejito que se ablanda por el tierno gesto-. ¡Usted averigüe inmediatamente dónde se ha metido el Taqi! ¡Pregúntele urgente a su Araysawa Hiwam1! Mientras, impediré que el Hiwote1 sepa que su Amm1 se ha fugado por enésima vez. -¡Sí, Yami! ¡Ya mismo lo llamo! Abrumado, Mor’el suspira resignado por tanta incompetencia y finaliza la comunicación. Rogando para que el Guardaespaldas Imperial del Niño atienda el llamado, Armonya afirma la oreja contra el auricular y expresa con mucha preocupación: -¿Dónde estarás, Ak’aro?

1. Araysawa Hiwam: Guardaespaldas Imperial. Hiwote: Emperador. Amm: Hijo. 44


C ap í tulo 0 2

Felicidad Automática

L

a yayadina2 Kurayami es habitada por ciento cincuenta millones de almas. Está compuesta por cientos de Sichaqi Alyon3 de forma circular, suspendidas a varios kilómetros sobre el nivel del mar y algunos metros sobre la superficie terrestre. Para organizar y controlar una ciudad tan descomunal, se la ha estructurado por sectores barriales de acuerdo a la clase social. A cada una de las inmensas bases flotantes que albergan a decenas de edificios, comercios, entidades públicas y áreas con parques, se las llama: Sichil Senadim2. Al agrupamiento de estos enormes platos voladores, que contienen maravillosas ciudades aéreas, se lo nombra como: Yaxichil3. Como en todo el Imperio ha desaparecido el hambre, y con él la pobreza, la pirámide social se organiza en tres categorías: Ruan Aqa4, Ruan Yol4 y Ruan Hiwam5. A su vez, la Clase Media se divide en tres categorías: Yil4, Aqa4 y Yol3. Así distribuidos, los Poli Complejos se enarbolan en cinco niveles diferentes. Los más elevados corresponden a la Ruan Yol y el más bajo de todos es para la Ruan Aqa Yil3. Por encima de todos, liderando esta cónica disposición de Sichaqi alyon, se enaltece el magnánimo Complejo Imperial. Lugar del cual se escapó el Sucesor al Trono, Ak’aro Kurayami, qué ahora es buscado por su Guardaespaldas Imperial. Habitualmente, los Fieles Ciudadanos Imperiales se despiertan a la misma hora para dirigirse a sus respectivos trabajos. Finalizada la jornada laboral, de ocho horas, regresan a sus hogares para enseguida conectarse al canal Kurayami. Mientras se entretienen con alguno de los programas que emite el hipnótico aparato audiovisual, realizan todas las tareas hogareñas; incluyendo la cena. Llegada la media noche, el himno 2. Yayadina: ciudad suprema. Sichil Senadim: Complejo Barrial. Yaxichil: Poli Complejo. 3. Sichaqi Alyon: Plataformas Levitadoras; de levitar, persona o cosa que se eleva en el espacio sin intervención de agentes físicos conocidos para su mundo. Yol: Alta. Ruan Aqa Yil: Clase Media Baja. 4. Ruan Aqa: Clase Media. Ruan Yol: Clase Alta. Ruan Hiwam: Clase Imperial. Yil: Baja. Aqa: Media. 45


POTENCIAS MOLECULARES V.1.02 – EL IMPERIO KURAYAMI

del Imperio es transmitido por todos los canales del mundo. Luego de oírlo, terminan la rutina yéndose a dormir en el horario pautado por el Emperador. Al día siguiente, son despertados por la marcha imperial que reproduce el mismo dispositivo de imagen y sonido. Pero hoy, algo nuevo ha ocurrido y la mañana es diferente a lo usual. En uno de los Complejos Barriales perteneciente a uno de los Poli Complejos correspondiente a la Clase Media Baja, sucede un acontecimiento que altera el orden público. Porque en una sección de la urbe, se ha detenido el normal transcurso de la rutina cotidiana. Muy sorprendidos, una buena porción de Súbditos contemplan hacia la cima de un rascacielos. Ésta simple actitud de enfoque masivo, representa una traba alarmante para el flujo constante de los transeúntes. Ahora, al generarse una interrupción en el comportamiento automático de los súbditos, la lucidez tiene cabida y las personas se pueden concentrar en algo fuera de lo acostumbrado para la sociedad. Tan sólo admiran un puntito negro que asciende a gran velocidad por las paredes y ventanas de un exorbitante edificio. Es el Hijo del Emperador, que escala ágilmente una colosal torre vidriada de ciento cincuenta metros de altura. Sin descanso y escuchando una canción movida desde los auriculares de su vilaytata1, Ak’aro sube al ritmo de la música. Lleva puesto un traje especial de piloto, una pequeña mochila metálica y el juryak2 enfundado en la cintura. Como siempre, todo marca Kurayami. Mientras el Heredero trepa con extraordinaria destreza y velocidad, el público lo observa con espeluznante asombro. Al colgarse de la punta de la antena más alta, el Niño acróbata se afirma en perfecto equilibrio y mira hacia abajo sin temor al vértigo. Desde esa impactante altura, descubre que la gente parece una masa gris de amontonados insectos. Orgulloso de su conquista, fortalece su espíritu de supremacía que proclama a viva voz: -¡Sí! ¡Contemplen al Yatipusq1, Ak’aro Kurayami! En la mejor parte del juego, un vibrante zumbido capta su atención y le impide continuar con la graciosa imitación del relator. Imaginándose el origen del creciente sonido, asoma la mirada por encima de las Sichaqi alyon1 distantes. Emergiendo por detrás, identifica a tres figuras suspendidas en el aire que le resultan muy familiares. Parecen 1. Vilaytata: Comunicador Satelital. Yatipusq: Gran Campeón. Sichaqi Alyon: plataforma levitadora. 2. Juryak: sable curvo similar al katana utilizado por los samuráis del Japón medieval. 46


02 - FELICIDAD AUTOMÁTICA

ser hombres sobre algún tipo de vehículo volador, que se aproximan velozmente. Vestidos con largas túnicas y brillantes cascos, ambos, de un blanco radiante; se dirigen con decisión hacia el punto donde se encuentra Ak’aro. Tanto en el pecho de los uniformes como en las pulcras capas que se ondean en el viento, portan el símbolo del Imperio Kurayami. Es un carácter que representaría una letra “K” rojiza. El cual, se halla encerrado por un círculo negro de contorno colorado. Frunciendo el entrecejo con una sonrisa propia de una travesura, Ak’aro se siente excitado por la alegría de una inminente aventura. -¡Ya era hora! ¡Qué comience el espectáculo! -exclama. Sin más demoras, el atrevido Sucesor se suelta de la antena y cae en la terraza con un giro que lo amortigua. Al incorporarse, enfila hacia una insignificante baranda que lo resguarda del precipicio. Corriendo a toda velocidad, se dirige hacia lo que podría ser una caída libre fatal. Cuando llega a la barrera de contención, sin pensarlo, la salta y se arroja al vacío. A pesar de la vertiginosa precipitación, levanta la vista por encima del hombro y se sonríe. Cayendo como plomo, pero manteniendo el buen semblante, tantea la mochila un par de veces. Enseguida agarra lo que parece un mango de espada que sobresale. Tirando bien fuerte de esta especie de empuñadura, resulta ser el control manual de un artefacto tecnológico especial. Descendiendo abruptamente, el electrónico mecanismo se desdobla transformándose en un dispositivo volador llamado: Musalyon Seyi3. Aunque la fuerza de la gravedad se lo dificulta, Ak’aro se sube al extraño móvil con abrumadora habilidad. A pesar que el viento sacude el manubrio como un serpenteante látigo, enseguida lo consigue dominar con total maestría. A punto de estrellarse contra el pavimento, estira el pulgar derecho y así activa el llamado: Ina Alyon3. Instantáneamente, el aparato se frena a centímetros del suelo y el Niño mira hacia arriba. Suspendido en el aire, gira la muñeca izquierda hacia él y se eleva como un misil. Ya piloteando el Musalyon Seyi, da otro movimiento con la muñeca derecha y sale disparado hacia delante; perdiéndose en el horizonte. Los tres encapotados que estuvieron a punto de alcanzarlo mientras caía, ahora se quedan atónitos al verlo desaparecer. Al segundo, aceleran furiosos y raudamente encaran hacia el punto donde el Chico 3. Musalyon Seyi: Mono-levitador Portátil. Ina Alyon: Sistema Levitador. 47


POTENCIAS MOLECULARES V.1.02 – EL IMPERIO KURAYAMI

se esfumó. La persecución es igual de emocionante que vertiginosa: Ak’aro vuela entre medio de los Complejos Barriales más bajos, que se suspenden a cien metros del relieve terrestre. Habiendo jugado un rato con sus persecutores, paseándolos por los distintos poli complejos, piensa en elevarse por encima del nivel máximo permitido. Si supera el techo del Complejo Imperial, acercándose al interior de la cúpula de plasma electromagnético, podrá evadir a los insistentes encapuchados. Aunque esto es demasiado peligroso, porque puede conducirlo hacia una muerte instantánea. Cualquier objeto que se arrime lo suficiente al poderoso campo de fuerza, es atraído sin poder evitarlo. Aquellos elementos que entren en contacto con el plasma electromagnético, son desintegrados rápidamente por esta coraza protectora. Las partículas restantes, son expulsadas y diseminadas hacia el mundo exterior. La acción se invierte para todo aquello que la intente atravesar y busque ingresar a la yayadina1. Porque del lado externo, el campo de plasma repele a cualquier agente foráneo. De hecho, esta magnífica armadura de energía, fue construida para resguardarlos del efecto climático adverso. Ak’aro conoce a la perfección todo este funcionamiento y lo tiene muy en cuenta para un futuro escape. Porque sabe de las minúsculas aberturas, matemáticamente ubicadas en toda la extensión del campo plasmático. Por allí se renueva el aire, por lo tanto el oxígeno que los habitantes de la yayadina requieren para subsistir. Estos orificios de medio metro de diámetro, forman parte del sistema de ventilación. Activo durante las veinticuatro horas del día, este proceso opera en forma secuencial e intercalada. Los miles de compartimientos se abren de a varios por vez y luego se cierran hasta que les llegue el nuevo turno. Para prevenir accesos indeseados o fugas inesperadas, permanecen cerrados durante dos segundos y apenas se abren durante uno. El campo de absorción del escudo electromagnético es a partir de los 500 metros. Por lo tanto, como la cúpula protectora tiene una altura de 10.000 metros sobre el nivel del mar, Ak’aro debe mantenerse por debajo de los 9.500. Si cruza ese límite, entraría en la zona de riesgo que lo conduciría hacia su extinción. Sobrevolando ahora los Complejos de Clase Media Alta, el altímetro de su vehículo indica que ya pasó los 4.500 metros. Más lejos y a menor altura, los tres perseguidores activan las chillonas sirenas para darle la voz 1. Yayadina: ciudad suprema, superciudad. 48


02 - FELICIDAD AUTOMÁTICA

de alto. Ignorándolos por completo, inclusive riéndose de ellos, Ak’aro pulsa un botón del manubrio con el pulgar izquierdo. De la mochila se eyecta un moderno casco que se le inserta automáticamente en la cabeza. En menos de un segundo, se ajusta a un seguro en el cuello del traje. El hermético protector, le da la visión y el oxígeno necesarios para acelerar hacia las nubes más altas. En el interior de las máscaras de los perseguidores, sus visores muestran que se desplazan a 350 k/h y volando a 6.200 metros. A partir de allí, con el fuerte pitido de una alarma, los tres vehículos comienzan a temblar y pierden estabilidad. Esos Musalyon2, los “MA-K002”, han llegado al límite de su rendimiento en cuanto a altura y velocidad. Como Ak’aro tiene un prototipo, el flamante modelo “MAS-K002”, avanza a 400 k/h y ya excede los 7.000 metros. Habiendo sobrepasado el nivel del Complejo Imperial, sin darse cuenta por la adrenalina, tanto altura como velocidad continúan aumentando vertiginosamente. Traspasando los 9.000 metros con facilidad, cae en la cuenta que ya está muy cerca del fatídico nivel. Casi se olvida que debe mantenerse por debajo de los 9.500 metros. Al observar que el altímetro indica los 9.450 metros, suelta el acelerador y así detiene el ascenso. Sintiendo que el corazón le repercute en las costillas, verifica los datos del visor. Con el vehículo paralizado en el aire y la circulación de su sangre también, lee que está en los 9.499 metros. Evitando hacer el más mínimo gesto que pueda hacerlo ascender, piensa cuidadosamente la siguiente maniobra. Lo mejor que se le ocurre es apagar el motor para que caiga por acción de la gravedad. Con eso evitaría cualquier error, porque el botón es ese bien grande y rojo muy al alcance de la mano. Aguantándose la respiración, desactiva el dispositivo y mira hacia arriba esperando alejarse de ese pavoroso campo de fuerza. Pero nada ocurre. Si bien permanece en el lugar sin ser atraído, lo preocupante es que tampoco cae. En milésimas de segundo, piensa qué puede estar ocurriendo. Descubre que una fuerte correntada de aire caliente lo acolchona desde abajo. Con esto, reacciona sin dudarlo y vuelve a encender el Musalyon. Enseguida, corrobora que el altímetro aumentó a los 9.499,8 metros y nota que el viento lo ha desplazado ochenta centímetros. Para su desdicha, en escasos veinte será absorbido por la destructiva cúpula. Sintiendo una 2. Musalyon: Mono-levitador. 49


POTENCIAS MOLECULARES V.1.02 – EL IMPERIO KURAYAMI

horrorosa sensación en el estómago, la piel se le vuelve áspera por el pánico. Aterrado por hallarse a milímetros del portal hacia la muerte, acciona la potente turbina en sentido opuesto al cielo. El sistema de atracción lucha contra el poderoso móvil que se resiste con todo lo que tiene. Exigiendo los motores al máximo, se ilumina el aviso que indica el límite de velocidad. De pronto, como si lo hubieran soltado de repente, el Musalyon1 sale disparado hacia abajo y Ak’aro flameando con él. Afirmado a los manubrios para nunca más soltarse, consigue apoyar los pies a bordo. Luego de revisar la altura, da un profundo suspiro de alivio y se sonríe. Ahora vuela a 9.100 metros. Manteniendo la altura, disminuye hasta a los 400 k/h y se alegra de estar vivo. Aunque le faltaron 500 metros para entrar en contacto con la cúpula y ser pulverizado, Ak’aro sabe que si hubiera traspasado esos dos mil, ahora estaría en ese viaje sin retorno. Por suerte, los motores del prototipo se activaron antes que el sistema de atracción desarrolle todo su potencial. Más abajo, luego de haberlo perdido de vista, los tres hombres lo acechan sosteniendo el rumbo. Más arriba, observando que le queda poca energía a su Musalyon, Ak’aro cambia de dirección para perderlos del todo. Al haber exigido tanto al navío, ahora vuela con las reservas. Entonces, orientándose con un mapa electrónico, inicia el rápido descenso. Llegando a la frontera de la yayadina1, un punto rojo que titila le indica el final del recorrido. Ingresando a la zona aérea de uno de los complejos barriales de Clase Media Baja, el casco se desprende del cuello y se guarda automáticamente. Al minuto, suavemente y en forma vertical, aterriza sobre el césped artificial de un extenso parque circular. Cuando se baja del móvil, Ak’aro observa que allí a lo lejos se alza la inmensa barrera energética que lo separa de las afueras de la ciudad. Sabe que por culpa de esa barrera, nadie ni nada puede entrar o salir de la yayadina Kurayami. -¡La próxima vez, cruzaré la gran Fam Ika Tistahuyar2! -piensa al instante. Entusiasmado por el arribo, pulsa un botón entre medio de los manubrios y el moderno vehículo se repliega automáticamente. Reducido a un cuerpo geométrico con la forma y el tamaño de un libro, lo sujeta desde la empuñadura que sobresale. Enseguida lo engancha a una celda expulsada 1. Musalyon: Mono-levitador. Yayadina: ciudad suprema, superciudad. Yam: Padre. 2. Fam Ika Tistahuyar: Muralla de Plasma Electromagnético. Awachuk: Luchadores. 50


02 - FELICIDAD AUTOMÁTICA

por la sofisticada mochila y la empuja con suavidad. La bandeja que ahora sostiene al móvil comprimido, en un prisma cuadrangular, fácilmente es absorbida por la ranura de donde había salido. Ahora, el Musalyon vuelve a guardarse en el interior de esa liviana y compacta mochila. Ak’aro recorre las calles de una de las plataformas del Complejo Barrial más bajo. Es feliz al poder explorar esa sección de la ciudad, sin nadie que lo controle. Una vez más, se está dando el gusto de recorrer un lugar de su elección y sin el Guardaespaldas Imperial que siempre lo custodia. A cada paso que da, se interna cada vez más en lo que parece un nido de hormigas en plena labor. Pero es la gente que se traslada con ansioso apuro y organizada desesperación. Ignorando la estática presencia del Heredero Imperial, lo atropellan como si fueran robots con una cíclica orden: caminar, caminar y caminar. Con modernas vestimentas y sofisticados equipamientos tecnológicos, las aceleradas personas parecen autómatas que se mueven de un lado a otro. Se los ve felices, a pesar de actuar con obsesiva concentración y fluidez, dentro de ese sistema caótico coordinado por las Leyes del Imperio. Nadie parece ser pobre o necesitado, y lo que más sorprende, es que todos tienen una sonrisa dibujada en la comisura de los labios. Esquivando a la muchedumbre para evitar ser golpeado, Ak’aro se pregunta en voz alta: -¿Esta es la gente feliz de la que tanto habla mi Yam1? Reflexionando sobre si esta es la clase de felicidad que él anhela, siente que está muy lejos de ser una oveja más del rebaño del Emperador. Cuando se detiene en una esquina, un cartel con el logo de la Escuela Kurayami le indica el camino hacia una de las sedes. -¡Sí, estoy cerca! -exclama entusiasmado. Al ver un grupito de Chicos de unos quince años, vestidos con el uniforme oficial de la Escuela Kurayami, se contenta porque le ahorraron la caminata. -¡Sí, Awachuk2, mejor todavía! -se dice. Corriendo hacia ellos, Ak’aro se les acerca con decisión y los detiene con actitud desafiante. -¡Estoy buscando un contrincante de mi talla! ¿Alguno de ustedes se anima a luchar? -indaga. Sorprendidos, los tres Señoritos se miran confusos y nada le responden.

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POTENCIAS MOLECULARES V.1.02 – EL IMPERIO KURAYAMI

-¡Tú, el más grande! -exclama Ak’aro señalándolo con el juryak1 envainado-. ¿Quieres luchar? Atemorizado por el sable, el Muchachito más fornido desconfía y retrocede junto a los otros dos. -¡Ah! ¡Claro, ya entiendo! Estás en desventaja porque tengo un arma y tú no -supone Ak’aro-. Está bien, tranquilo. Ya mismo la suelto. En el preciso instante que Ak’aro se decide a dejar el juryak en el suelo, aparecen de la nada los tres tipos que lo perseguían. Con paso intimidante, las torres Unaris2 los encierran formando un círculo a su alrededor. -¡Jachup3, los Umakan Yanayu4! -exclama el Jovencito más grande que mira a sus Compañeros de reojo. -¡Estamos rodeados! -gritan los otros dos. Sin titubear, Ak’aro desenfunda valerosamente hacia los tres pilares Unaris y se afirma al suelo en posición de combate. -¡Los estaba esperando! -les dice. Sujetando el juryak con inconsciencia, Ak’aro percibe que los tres Señoritos se arrodillan y levantan las manos aterrados. -¡Por favor, somos inocentes! ¡Siempre respetamos las leyes! -implora el más robusto de los tres. -¡Cobardes! -grita Ak’aro que siente un frío sudor en el cuerpo. Cuando los Pacificadores Blancos se acercan para terminar de acorralarlos, los Chicos se arrojan al piso y lloran cubriéndose la cabeza con ambas manos. Las tres montañas encapotadas, observan fríamente a los frágiles Pequeños y los posee una inconmovible expresión de nada. Uno de ellos, el que más se ha aproximado a Ak’aro, por fin habla: -Buenos días, Dinari Hiwam5. Mi código identificador es: “PUYA1UY011YIA7”. Como el Yaguk Umakan4 de la Yiaraya Yanayu2 “YIA7”, le ordeno que suelte inmediatamente el arma y que nos acompañe a la yayapuqy6 “PUYA1”. Le recuerdo que está prohibido utilizar herramientas de combate dentro de la Qiany Hiwam5. Sólo están autorizadas en el Yatipana Qarram Awachi7 o dentro de las instalaciones 1. Juryak: sable curvo similar al katana utilizado por los samuráis del Japón medieval. 2. Unaris: ser animado racional nacido en el planeta Qia. Yiaraya Yanayu: Patrulla Blanca. 3. Jachup: interjección utilizada para expresar sorpresa, susto, desagrado, fastidio, dolor. 4. Umakan Yanayu: Pacificadores Blancos. Yaguk Umakan: Capitán de Pacificadores. 5. Dinari Hiwam: Ciudadano Imperial. Qiany Hiwam: Región Imperial. Hiwa: Imperio. 6. Yayapuqy: estación suprema o superestación; central de operaciones de los Pacificadores Blancos. 7. Yatipana Qarram Awachi: Gran Torneo Mundial de Lucha. Seguk Hiwam: Heredero Imperial. 52


02 - FELICIDAD AUTOMÁTICA

de la Han Kurayami Ziqi Awachi8. -¡Silencio! ¿Con quién cree que está hablando? ¡Yo soy Ak’aro Kurayami, el Ges Hiwote! -contesta apuntándolo con el filo del sable. -¡Disculpe, su Say Yaxay8! -exclama el Capitán reverenciándolo. En eso, los demás Pacificadores también se inclinan, pero inmediatamente se enderezan. Por más que sus expresiones faciales se ocultan tras las espejadas máscaras, se siente la tirantez de sus miradas. -Lo siento, su Say Yaxay. Pero deberá entregarnos el arma y ser juzgado como cualquier otro Dinari Hiwam. Usted ha violado la Ox Awok Hiwam9 -explica el Capitán de los Pacificadores. -¿Pero acaso ignoran quién soy? ¡Yo no soy cualquier Dinari! -Sabemos que usted es un ilustre Dinari Hiwam, su Say Yaxay. Usted es el Seguk Hiwam7, Ak’aro Kurayami. Ges Hiwote9 del Hiwa5 Kurayami y el Amm9 del excelentísimo Hiwote Umak10, su Say Yaxay, Ank’aqu Kurayami. Pero en este instante, es sospechoso de desorden, violencia pública y agresión a menores con armas de uso prohibido por la Inchacuplix Hiwam10. Por favor, entréguenos el elemento cortante ahora mismo. Sino, tendremos que usar la fuerza para obtenerlo. Le puede resultar muy desagradable, su Say Yaxay. Ak’aro se mantiene en la misma postura de alerta, listo para combatir. Temblando de los pies a la cabeza por la posibilidad de medirse contra estos peligrosos rivales, el miedo nutre a su fortalecido ego y libera a su incansable soberbia. -¡No les entrego nada! ¿A ver quién se anima a sacármela? Cuando los Pacificadores Blancos están a punto de atacarlo, súbitamente se escucha una enérgica voz masculina que le contesta: -¡Yo! Con cara de asombro, Ak’aro se da vuelta buscando esa voz familiar, pero en ese momento siente que algo le arrebata el arma de la mano. Es un Hombre de unos treinta años que ya tiene el juryak en su poder. Es casi tan alto como los Pacificadores Blancos, por media cabeza aproximadamente. Sus rasgados ojos, son azules como el océano desde el espacio y resaltan como las estrellas en el campo. Su cabello rubio desmechado, se sacude por el viento y brilla tanto que parecen de seda 8. Han Kurayami Ziqi Awachi: Escuela Kurayami de Artes y Lucha. Say Yaxay: Divinidad Infinita. 9. Ox Awok Hiwam: Ley Marcial Imperial. Ges Hiwote: Futuro Emperador. Amm: Hijo. 10. Hiwote Umak: Emperador de la Paz. Inchacuplix Hiwam: Constitución Imperial. 53


POTENCIAS MOLECULARES V.1.02 – EL IMPERIO KURAYAMI

dorada. Sin demoras, ajusta la vaina del sable en un cinturón rojo de tela muy gruesa y resistente. Viste el blanco uniforme de Luchador de la Escuela Kurayami, que es de un material especial anti-transpirante. Al carecer de mangas, los brazos quedan al descubierto y se pueden apreciar dos tatuajes sobre su piel marrón clara. Sobre el costado del brazo derecho, desde el hombro hasta el codo, tiene rotulado: Cuchaq1; y en el mismo lugar pero del izquierdo, Satori1. En cambio, los pantalones son largos y llegan hasta los tobillos. Las bota-mangas se ajustan al calzado oficial de combate, el único permitido en el Gran Torneo Mundial de Lucha. Son como zapatillas sin cordones, de una tela elástica auto-ajustable. La suela, es de una avanzada aleación sintética e inteligente. Es de un tipo de piel artificial, similar a la que recubre la planta del pie del Unaris2; incluso a la del Humano que vive en la Tierra. Así como absorbe altos impactos, facilita el deslizamiento pero a la vez neutraliza los resbalones. Luego de sorprenderlos a todos con esa súbita aparición, el Hombre de seria presencia, analiza la situación con detenimiento y serenidad. Sujetando con firmeza la vaina del sable curvo contra la cadera, recorre las angustiadas miradas de los tres Niños y descubre restos de lágrimas. -Ak’aro, por favor, pide disculpas… Así volvemos a entrenar -le dice. -¿Eh? Ehm... ¡Sí, Yahun1! -aunque todavía asustado, Ak’aro suspira aliviado por esta inesperada llegada y le sonríe al grupito-. ¡Disculpen, sólo quería practicar con ustedes! Como los Chicos permanecen atónitos por el pavor, nada le responden. Pero en su lugar, observan con admiración y encanto a quien los puede salvar de los terribles enmascarados. El héroe recién llegado, mira con severidad a los Pacificadores Blancos que le devuelven una notable y perfecta reverencia. -Es el Yatipusq1... -susurra uno de los Jovencitos-. ¡Sí, el Yatipusq Ruod Broo! -¿Ruod Broo? -se preguntan los otros dos-. ¡Sí, increíble! ¡El Yatipusq Ruod Broo, en persona! Acercándose cuidadosamente al Gran Campeón, el Capitán de los Pacificadores Blancos le habla con asombroso y desmesurado respeto: -Disculpe, Yahun Broo. Tenemos un incidente iniciado. 1. Cuchaq: Justicia. Satori: Gloria. Yahun: Gran Maestro. Yatipusq: Gran Campeón. Taqi: Niño. 2. Unaris: ser animado racional nacido en el planeta Qia. Inchacuplix Hiwam: Constitución Imperial. 54


02 - FELICIDAD AUTOMÁTICA

Basta una leve caída de mentón de Ruod, para que el Capitán sepa que puede avanzar con la explicación: -A la orden, Yahun Broo. El Taqi1 Ak’aro, debe ser juzgado por atentar contra la Ox Awok3. Se lo acusa de desorden y violencia en la vía pública, y agresión a menores con armas de uso prohibido por la Inchacuplix Hiwam2. -Como Araysawa Hiwam4, le ordeno anular todos los cargos. -Pero… -intenta reclamar el Capitán de los Pacificadores. -Sólo fue un juego infantil, Yaguk4 -Ruod observa a los Muchachitos con rigurosidad-. ¿Correcto? -Eemm… ¡Sí, Yatipusq Broo! -le responden todavía obnubilados por tenerlo presente en carne y hueso. -Gracias por encontrar a Ak’aro, Umakan. Ya pueden retirarse. -Entendido. ¿Y el arma? -pregunta el Capitán. -Se la entregaré al Hiwote3. -¿Fue robada? -insiste. -Sólo se extravió, despreocúpese -ordena Ruod. -Afirmativo. Debemos reportar el incidente a los Ocuón Hiwam3. -Proceda, Yaguk. -A la orden, Yahun Broo. Los tres Pacificadores se suben a sus Musalyon4, inclinan las cabezas hacia Ruod y despegan con rumbo al Complejo Imperial. De inmediato, en el cielo se ven tres diminutos puntos que se convierten en uno y se desvanecen en la amplitud de la atmósfera. Aprovechando ésta única oportunidad, los Chicos corren hacia el Gran Campeón y pasan por delante de Ak’aro ignorándolo. Ruod conserva el bravo gesto, pero igualmente los saluda con cordialidad y le firma autógrafos a cada uno de ellos. Cruzado de brazos y juntando las cejas muy ofuscado, Ak’aro se amarga por la envidia que le producen los fanáticos de otro. -¡Ya me disculpé, Yahun! -expresa Ak’aro con las manos sobre la cintura-. ¡Ahora, vámonos a entrenar! ¡Me lo prometió! -Por favor, silencio. Luego hablaremos tú y yo. -¡Jatup5! -protesta Ak’aro. 3. Ox Awok: Ley Marcial. Ox: Ley, Leyes, Regla, Reglas, Código, Códigos; cada uno de los códigos que regulan la actuación procesal de los Ocuón Hiwam (Jueces Imperiales). Hiwote: Emperador. 4. Araysawa Hiwam: Guardaespaldas Imperial. Yaguk: Capitán. Musalyon: Mono-levitador. 5. Jatup: mierda, excremento, materia fecal, desperdicio, basura. 55


POTENCIAS MOLECULARES V.1.02 – EL IMPERIO KURAYAMI

Con un fuerte resoplido, el Heredero se sienta en el suelo cruzado de brazos y piernas. Refunfuñando con cara de agobio, reflexiona unos segundos y descubre el mal que le aqueja el corazón. Casi sin pensar sus próximas palabras, estas se escurren como un torrente que proviene del deshielo primaveral. Así, sin más opciones que el lamento, su lengua cobra vida propia y un gesto afligido le colma el entrecejo. Por último, con total desgano, Ak’aro murmura cabizbajo: -¡Qué difícil ser feliz!

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C ap í tulo 0 3

Sabio Caminante

P

aís Álmarot, pueblo Xylorot, ubicado a 8.400 Km. al sureste de la yayadina1 Kurayami... Al mismo tiempo que Ak’aro se escapa de los Pacificadores Blancos, un Anciano que aparenta unos setenta años, de aspecto humilde y ermitaño, se encuentra a los pies de un formidable árbol. Sentado en una postura meditativa, apoya las espaldas sobre el arcaico tronco y mantiene el torso bien erguido. Centrando el canal energético que atraviesa la columna vertebral, se conecta con la inmensidad del cielo y con las raíces de la tierra. Ésta posición la utilizan practicantes espirituales que transitan un camino de introspección y afinación de conciencia. Todavía existen unos pocos seres en este mundo que solamente viven el presente y se dedican a despojarse del ego día a día. Su barba es tan frondosa que es comparable con la espesura de las hojas que lo resguardan del cielo, tan blanca como la nube más pura, y tan larga, que se extiende hasta el ombligo. En su regazo se apoya un enorme sombrero de forma cónica que le cubre las manos. Está hecho con un entramado de finas cañas que protege su lustrosa calva. Tanto de las radiaciones solares como de las lluvias ácidas. Ni flaco ni gordo, tiene un cuerpo cuarteado por lo años, pero se lo ve sólido y macizo. Curioseándolo a corta distancia, los pájaros y ardillas se atreven a subir por las extremidades. Algunos se recuestan en los hombros, y otros más osados, en la brillante pelada. Al igual que el árbol, el Anciano se halla inamovible. Pero en el interior, transmuta toda la sabiduría de su esencia. El profundo sopor lo traslada a otro plano dimensional que lo eleva hacia las oscuridades de la conciencia. Uno de los Unaris1 más antiguos de la Qia1, siente que camina plácidamente por un bello sendero: 1. Yayadina: ciudad suprema. Unaris: ser animado racional nacido en el planeta Qia. Qia: Tierra. 57


POTENCIAS MOLECULARES V.1.03 – EL IMPERIO KURAYAMI

…Lo acompaña un sonriente Joven de unos veintiséis años, que entusiasmado, lo sigue a un paso de distancia. Cuando el Anciano disfruta la agradable sonrisa del Compañero, inmediatamente el verde paisaje se oscurece. Todo lo bello se esfuma, los colores se contraen en ásperos grises y la feliz expresión se transforma en un sufrimiento agónico interminable. Con el terror apropiándose del presente, el arcaico Caminante grita encolerizado: ¡CHUMICOOO!... El Viejito se despierta sobresaltado, muy agitado y sudoroso. Mientras la nostalgia le succiona el pecho desde el interior, murmura con los latidos del corazón: -¡Chumico…! Enseguida, los curiosos animalitos que lo acompañan, desaparecen al instante. Paralizado, mira a su alrededor y cerrando los ojos, recupera la luminosa expresión que tenía hace unos instantes. Ya más tranquilo, estira la mano izquierda y recoge un misterioso paquete que envuelve un objeto de forma fina y alargada. El envoltorio está hecho de harapos sujetos con finas cuerdas de diferente origen. Se lo cruza en diagonal por la espalda, como si fuera una mochila. Luego, toma un palo que había dejado al costado del árbol. Utilizándolo como bastón, lo sujeta con firmeza y le traslada parte de su peso para erguirse lentamente. Es una larga vara de madera que supera, por una cabeza, el metro sesenta del misterioso Hombre. Siendo tan flexible como dura, alguna vez fue la rama del árbol más resistente del planeta. El Clambú1 es una exótica especie en extinción que únicamente crece en las profundidades del llamado: Sacha Acuh1. Situado en una escondida zona montañosa al NE de Álmarot, muy próxima a las afueras Xylorot. Con este sorprendente báculo, golpea dos veces el tronco que lo ayudó a descansar, y el Chodre2, le regala dos frutas que ataja en el aire. Con las palmas unidas, el Anciano Monje le hace una reverencia al milenario árbol. -¡Muchas Gracias, Ayi Drea3! -dice sonriente. A una de las frutas, la guarda dentro del morral que siempre lleva colgando por abajo de la cintura, junto con varias hierbas medicinales. A 1. Clambú: tipo de árbol que sólo crece en las profundidades del Sachu Acuh (Bosque Maldito). 2. Chodre: tipo de árbol que sólo crece en las afueras de Xylorot. 3. Ayi Drea: Elemento Madera; dependiendo del contexto, Ayi se utiliza para nombrar elementos naturales, seres, entes, objetos, materiales, etc; Drea, como ser vivo, material energético o elemento creador de la Naturaleza. Taqi: Niño. 58


03 - SABIO CAMINANTE

la otra, le da un mordisco y utilizando el báculo como sostén, comienza a caminar en línea recta. Es un Sabio Caminante que va vestido con los retazos de la experiencia a cuestas. Los colores de esos ajeados ropajes de Monje, se han extinguido con los pasos por la vida y ahora exhiben un apagado color tierra. A simple vista parece un pobre andrajoso, un vagabundo que va pidiendo limosna, pero en realidad, es la sencillez hecha carne que se ha despojado de los condimentos. Retomando el sendero por el cual venía, allí a lo lejos y justo debajo de sus narices, el Anciano observa que al final del camino y al pie de esa pronunciada loma, se halla un corto pueblo que parece tan calmo como humilde. Luego de andar varios minutos, el camino de tierra se empalma toscamente con una calle de piedras y comienzan a verse las primeras viviendas. El misterioso Monje sigue transitando apacible con una expresión de armonía y felicidad imperturbables. De pronto siente como el estómago vibra hambriento y sonriendo busca el único alimento que le quedaba en el morral. A punto de morderla con la boca rebalsando de saliva, aparece un escuálido Niño de aspecto sucio y pobre. Aceptándolo con compasión y comprensión, le ofrece la fruta que está por comer con incontenible apetito. El Chico la toma confiado y le sonríe mostrándole sus escasos dientes. Al devolverle la sonrisa, el Monje observa hacia el suelo y se topa con los pies del Pequeño. Descubre que además de tenerlos descalzos y sucios, son demasiado callosos para su edad. Calcula que apenas tiene cinco. Mientras el chiquilín come la fruta, el Monje se arrodilla y se sienta sobre sus talones que aguantan el peso del erguido torso. Luego de una sutil reverencia al báculo, lo deja a un costado y apoya el morral en su regazo. Introduce ambas manos en el rústico bolso tejido con hilos y revuelve entre los diferentes objetos. Tanteando ceremoniosamente de a uno por vez, se detiene cuando las manos palpan aquello que busca. -¡Aquí están! -expresa con alegría. La inocencia observa sin entender qué hace la sabiduría, que ahora coloca un par de sandalias de madera sobre el pedregoso suelo. Sus desteñidos tonos y desgastadas suelas denotan que tienen varios años de caminos andados; tantos como ochenta. -Dime, Taqi3, ¿cuál es tu nombre? -Chumico. 59


POTENCIAS MOLECULARES V.1.03 – EL IMPERIO KURAYAMI

Con una expresión de asombro que lo remonta a vidas pasadas, el Caminante revive la pesadilla que sufre cada tanto. -Interesante -le responde tal como lo siente-. Así que Chumico... Mmm… ¡Jo, jo, jo! ¡Maravilloso! ¡Chumico! ¡Jo, jo, jo! -¿Por qué se ríe, Sok1? -pregunta el Nenito con un dedo en la nariz. -Cosas de Sachui1… ¿Qué edad tienes, Yiyi1? -Rusax1 -dice Chumico mostrándole la palma abierta. -Usax1, Nusax1, Susax1… Sí, tu mano tiene cinco dedos como la mayoría… ¡Oh, ya veo! ¡Jo, jo, jo! -el Monje observa que el sexto dedo es el que hurga en el orificio nasal. -¿Qué hace? -le pregunta Chumico. -Es una sorpresa. Tamigiki2, ya verás. El Monje sostiene una de las sandalias y con la otra toma el pie izquierdo de Chumico. Quien atentamente, guarda silencio con mucha expectativa y curiosidad. Sin más demoras, el Anciano lo viste con ambos calzados y nota que le quedan demasiado holgados. -Mmm... Este Chumico es mucho más chico que el otro -se dice. Mientras se mira los pies con cara de felicidad, Chumico descubre que las sandalias le bailan por todos lados. -¿Son para mí? -pregunta muy extrañado. -Sí, es verdad... ¡Son tan grandes que podrías dormir allí! ¡Jo, jo, jo! Déjame pensar en algo. Al mismo tiempo que toma una de las sandalias, el Viejito saca una tiza blanca del morral. Enseguida marca el contorno de los pies sobre la base de madera. Luego, con la fuerza de las manos, se abre paso entre las piedras y cava un estrecho pozo en la tierra seca. Al instante coloca ambos calzados en el fondo y los cubre con el reducido montón de tierra que había reservado al costado. Con parsimonia, del bolso extrae una antigua cantimplora metálica, que está forrada con verdes y gruesas hojas que parecen recién arrancadas. Hecha un chorrillo de agua sobre el hueco recién cubierto, rápido ajusta el tapón del envase y vuelve a guardarlo. Al instante junta las manos, cierra los ojos y respirando profundo se concentra. -¿Qué hace ahora? -pregunta Chumico mirándolo con dedicada atención. -Pidiendo Tamigiki -contesta con los ojos aún cerrados y las palmas unidas. -¿A quién? 1. Sok: Señor. Sachui: Viejo. Yiyi: Pequeñín. Rusax: Seis. Usax: Uno. Nusax: Dos. Susax: Tres. 60


03 - SABIO CAMINANTE

-A la Drea2. Como rezando, las manos del Sabio comienzan a brillar de un color verde pálido. Cuidadosamente coloca las palmas sobre la montañita de tierra y Chumico queda boquiabierto. Por vez primera, su boca se abre más por asombro que por hambre. La brillante luz, ahora de un verde vigoroso, centellea con intensidad y se mueve con la forma de un espeso gas. Se traslada con delicadeza hacia el cúmulo de tierra y lentamente se absorbe hasta que desaparece de la superficie. -¡Listo! -abriendo los ojos, el Monje se levanta. -¿Qué pasó? -pregunta Chumico desilusionado. -El Ayi Drea2 nos dio Tamigiki2 -le acaricia la cabeza sonriente. -¿Y mis sandalias? -¡Ah! ¡Cierto, desentiérralas! Escupiendo el carozo de la fruta que acaba de comer, el Niño comienza a cavar con las manos al descubierto. Sin importarle que la tierra se le incruste entre medio de la carne y las uñas. Sintiendo una dureza en la yema de los dedos, Chumico sonríe como si se tratara de un magnífico tesoro. Quedando las dos suelas al descubierto, nota que de los bordes emergen finas raíces verdes. Brotando justo desde el contorno que había dibujado el Viejito, se entierran en el fondo del pozo. Agarrándolas con firmeza, mira de reojo al Anciano y siente un fresco aroma a flores de primavera. -¡Sí, ahora tira con fuerza! ¡Las raíces estarán bien, apenas sentirán un cosquilleo! -le dice el Monje muy feliz. Haciendo caso a las palabras del Sabio, Chumico las agarra en cuclillas y sacude con un potente tirón. Al arrancarlas, cae sentado y se va de espaldas contra el piso. Pero se siente contento, porque ya tiene el calzado en su poder. Incorporándose de rodillas, orienta la vista hacia el hueco y se queda perplejo. Nota que de las raíces apenas enterradas, surgen tiernos brotes que se transforman en prominentes tallos verdes que rápidamente florecen. Ante la sorpresa del Niño, acaban de nacer enormes capullos que se abren para convertirse en esplendorosas flores blancas. -¡Sí, son Sagnimes3! ¡Jo, jo, jo! Chumico, nunca antes había visto unos iguales, tanto por esa placentera 2. Drea: Madera. Ayi Drea: Elemento Madera. Tamigiki: Permiso. 3. Sagnimes: tipo de flor procedente de las regiones norteñas de Álmarot; muy predominantes en las cercanías de Xylorot. Similares a los Jazmines de vuestro mundo, tanto por la forma como color, la textura y por su notable fragancia. 61


POTENCIAS MOLECULARES V.1.03 – EL IMPERIO KURAYAMI

fragancia como por el imponente tamaño. Entusiasmado, el Nenito se calza las sandalias que ahora sí le quedan perfectas. Maravillado por lo que entiende como un acto de magia, busca una mirada cómplice. Pero el Sabio ya camina dándole la espalda, a varios metros de él. -¡Muchas gracias, Sok1! -grita con fuerza mientras lo ve alejarse. Pero el Sabio es feliz con las palabras del silencio, porque sencillamente, puede continuar su camino sin mirar atrás. Regalando fríos tonos violetas al cielo, los últimos rayos de Sayath1 sugieren el final del día. El Niñito llamado Chumico tiene una fresca sonrisa en su rostro, y el Sabio Caminante, tiene otra en su viejo corazón.

1. Sok: Señor. Sayath: fuego divino, sol. 62


C ap í tulo 0 4

Hambre de Libertad

S

obre las costas de Tucuyidina Qiun, en la región sureste de Álmarot, ya han pasado veinte horas desde aquel devastador tsunami. La colosal nave madre de Cronos, ya descansa sobre una de las desoladas playas. Siendo la construcción más avanzada y sofisticada del mundo, a ésta clase de navío se lo llama: Yaxalyon Ya Saxim2. Con el nombre técnico de “YAYSA-CNS01”, a este moderno modelo se lo apoda como: Sichaqi Eranthe2 Cronos. En honor al fundador de Cronos, Icuro Gatsu NQ3, la colosal máquina fue distinguida con el rótulo: “IG NQ”. El título de Base Móvil, se debe a las multifunciones de esta magnífica nave que representa la médula espinal de la organización. Es utilizada para operaciones secretas de investigación, desarrollo de nuevas tecnologías, entrenamiento e instrucción militar; también para transporte vehicular, armamentístico y de pasajeros. Además, está equipada con un poderoso sistema de ataque y defensa, infalibles en situaciones de emergencia. Cada una de las doscientas personas que viajan dentro del navío, son miembros de la tripulación con un rol específico asignado; todos profesionales, ya sean civiles o militares. Igualmente, en el interior de la nave se halla una cantidad de viviendas suficientes, con las comodidades necesarias como para un total de dos mil pasajeros. Mientras la gigante aguarda paciente, las aguas rompen con bravura antes de acariciar la orilla. En el lejano horizonte de un vasto océano agitado, se funde la figura de un estático Hombre que permanece de pié. Tanto la altura como los estilizados contornos del cuerpo, aumentan su notable presencia. Contemplando las grises nubes que parecen un cuadro recién pintado, la resolana quema la impasibilidad de su apagado rostro. A pesar de haber tenido una dramática vida, muy conflictiva, los treinta y tres años de 2. Yaxalyon Ya Saxim: Multi-levitador Especial Espacial. Sichaqi Eranthe: Base Móvil. 3. Nq: Abreviación de Nuq; segundo, aquello o aquel que continúa justo después a lo o al primero. 63


POTENCIAS MOLECULARES V.1.04 – EL IMPERIO KURAYAMI

sufrimiento resultan incoherentes por su joven aspecto. De espaldas a la playa, baja la mirada y observa muy concentrado al enfurecido oleaje que ruge con fragor. El mar todavía se acuerda los movimientos que lo sacudieron desde las entrañas de la tierra. Viendo el vaivén de unos flotantes destrozos, piensa que jamás podría entretenerse con los tristes restos que sucumben bajo las aguas. Escasas horas atrás, las costas de esa ciudad fueron destruidas por un tsunami devastador. Mientras el viento se arremolina levantando algunos residuos, se lleva consigo un liviano pedazo de chapa que impacta contra la zona de rompiente. De esa triste manera, las espumosas olas se devoran el cartel metálico, que anunciaba la bienvenida a los visitantes de Tucuyidina Qiun. Los rayos solares son tan intensos que las frías ráfagas soplan inadvertidas, tanto, que el Hombre puede vestirse con ligereza. Le basta con una camisa de mangas cortas y unos finos pantalones, ambos, de una blanca tela hilada con algodón y con el distintivo de la organización Cronos: “CNS”. Los tres símbolos, están rodeados por un círculo y ubicados en el centro de cuatro elipses circundantes que, entre todos, representan un átomo. Al igual que el rojo pañuelo que le cuelga del cuello, su largo cabello negro azulado danza en el aire al compás del vendaval. Alisado hacia atrás con dedicación y prolijidad, termina con una larga coleta que fue atada con firmeza. Aunque hasta ahora resistió las embestidas de las corrientes de aire, de pronto, una ráfaga se le embolsa en la nuca, y el grueso hilo verde que la sujetaba, es tragado por las olas. La abundante cabellera flamea como si fuera el aletear de un pescado recién capturado. Enroscando los aturdidos mechones con presteza, recupera el peinado desarmado por el abrupto soplido. Así, tirando del mechón de cabellos hacia arriba, forma una nueva coleta que nace por encima de la nuca. Al llevarla hacia adelante, las florecidas puntas le tocan la barbilla. Con la mano libre presiona justo en el medio, y con la otra, la pliega hacia atrás. La derecha afirma el doblez contra la coronilla y la izquierda baja hasta la boca. Con los dientes agarra una banda elástica de su muñeca, que al segundo utiliza para asegurar el nuevo manojo de pelos. Como si nada lo hubiera distraído, enseguida regresa al estado de quietud. A pesar de la insistente arena que le pincha los pómulos, su concentración es tal que mantiene los párpados bien separados. Esos grandes y rasgados ojos negros, reflejan la desolación del cruento paisaje. Se hallan como hipnotizados por el 64


04 - HAMBRE DE LIBERTAD

movimiento fluido de las olas, que arrastran algunos desechos hasta la arena húmeda. Con el semblante de un apuesto Muchacho que lleva las marcas del dolor en cada expresión, su temple es el de un legendario Guerrero. Una prueba de ello, es que aún con las ácidas precipitaciones provenientes del denso nubarrón gris verdoso, del salitre y yodo predominantes, se mantiene firme en su acechanza interna. Realmente, nada le importa que las condiciones del ambiente le estropeen sus pulcras prendas. Por eso mismo, ha decidido calzarse igual que siempre: portando sus relucientes zapatos de cuero negro y punteras blancas muy bien lustradas. Este elegante Joven que parece petrificado, se asemeja a una imperturbable escultura Unaris1 que se hunde en la arena. Así como las empedernidas olas le mojan los impecables atuendos, sus rosadas facciones se empapan por la insistente y suave llovizna. Pequeñas gotas se deslizan lentamente por su respingada y estrecha nariz que, al llegar a su agudo final, caen al vacío sin conciencia del universo que generan. Mientras se entristece por el pacífico resabio consecuente a la catástrofe, se le aproxima un Amigo, un Compañero de la vida. Arbal Blac, es un Hombre de mayor estatura y con una abultada musculatura que denota robustez. Caminando con pasos lentos y seguros hacia la orilla, le ofrece resistencia a la ventisca que intenta empujarlo mar adentro. Cuando se acerca lo suficiente como para ser escuchado sin gritar, se quita la capucha de un abrigo impermeable llamado: tonyaxpuc2. Es un manto rectangular, con una abertura en el centro para pasar la cabeza. Al ser confeccionado con un tramado de finos hilos sintéticos, es una prenda reconfortante, liviana y vale para todo tipo de clima. Ya que, conserva la temperatura del cuerpo y lo resguarda tanto del frío como del calor. En cuanto se descubre la cabeza, revela su cabello rubio de tono ceniza que fue rebajado y desmechado con una filosa navaja. Las irregulares terminaciones que le rozan las clavículas, indican que él mismo fue quien se lo cortó. Con treinta y nueve años de edad, el porte del Comandante de Cronos evidencia el rigor y la experiencia del combate. Puesto que, en su cara anidan dos profundas cicatrices con forma lineal. Una, ocupa la frente de lado a lado. La otra, parte del pómulo y traza una diagonal sobre la mejilla derecha, concluyendo en la comisura de los labios. Ambas son un tanto más opacas que su blanca 1. Unaris: ser animado racional nacido en el planeta Qia. 2. Tonyaxpuc: vestimenta, ropa, uniforme o indumentaria que sirve para todo tipo de climas. 65


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tez: de un tono ocre como la espuma yodada del mar. Por debajo de esa capa para varios climas que ahora lo protege de la lluvia, viste el uniforme de entrenamiento marcial de la Han1 Cronos; se lo llama: tontek2. Los pantalones se introducen en unas flexibles botas que superan los tobillos por unos centímetros. La casaca es del mismo entramado pesado y con mangas hasta un palmo de las muñecas. Tanto los antebrazos como ante piernas, están vendados con desgastadas tiras que ya perdieron el blanco original. Al igual que la parte inferior, la parte superior del traje es de un verde musgo grisáceo, en reconocimiento a los tonos predominantes de la naturaleza terrestre. La chaqueta consta de una solapa izquierda encimada sobre la otra derecha. En cada extremo y a la altura del pecho, tiene un símbolo bordado en negro hilado. Del lado derecho, el conocido logo que se exhibe en todos los vehículos, herramientas e indumentarias de Cronos: “CNS”. Del otro lado y a lo largo del corazón, se leen unos símbolos verticales escritos en idioma Álmavilaqia3, que dicen: “Han Inosum1”. Viendo que el Capitán se mantiene inmutable frente al mar, Arbal se detiene y lo admira por unos segundos. Al abrir sus ojos de contornos felinos, de un gris blanquecino como nubarrones, observa que el Líder ignora su presencia. Queriendo descubrir en que está pensando, posa la atención en la distante línea que se forma entre el cielo y el mar. Disfrutando las cosquillas de lluvia, que lo baña, Arbal se acaricia la cara y siente la frescura de las gotas que se derraman. Con su aguda nariz apuntando hacia el tímido Sayath1, toma conciencia de la bravura del fenómeno meteorológico que allí aconteció. Habiendo esperado el momento adecuado, el Comandante decide hablarle al inanimado Capitán. Entonces, de manera respetuosa y educada, finalmente Arbal dice con su áspera voz: -¡Yaguk1, discúlpeme la interrupción! Aunque las palabras fueron consistentes, Icuro Gatsu Suq3 permanece en la postura escultural. Para la sorpresa de Arbal, la impavidez perdura sin insinuar ni la más minúscula mueca, ni el más insignificante de los murmullos. -Yaguk, vengo a informarle que ya se han evacuado los últimos habitantes con éxito -le dice Arbal con gesto rígido-. En cuanto regrese 1. Han: Escuela. Han Inosum: Escuela del Trueno. Sayath: fuego divino, sol. Yaguk: Capitán 2. Tontek: vestimenta, ropa, uniforme o indumentaria para la ejercitación, entrenamiento, actividad o la práctica de disciplinas que promueven y facilitan la auto-superación. 3. Álmavilaqia: el decir o comunicar ancestral u originario de la Qia; álma: originario o ancestral; vilaqia: el decir o comunicar de la Qia. Lengua madre del Vilaqia que era utilizada por una de las primeras civilizaciones del planeta Qia. Suq: tercero. Seguk: Sucesor. 66


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el Seguk3, podemos partir si usted lo solicita. El Capitán que parece de mármol, se pierde en la lejanía ignorando las palabras del Comandante. Dándole otros segundos para que le responda, Arbal insiste con el mismo modo diplomático: -¡Yaguk, la tripulación está lista para partir! ¡Cuando usted disponga…! Mientras Arbal termina de pronunciar la frase, el viento le bate las rubias mechas y la verde capucha del tonyaxpuc4. Mientras unas le pegan en la cara y la otra se sacude contra la espalda, con una mano las atrapa y con la otra señala hacia la inmensa nave de Cronos. De forma elipsoidal, la Base Móvil tiene una longitud de cien metros, cincuenta de ancho y treinta de alto. En ambos laterales se aprecia el gigantesco logotipo de Cronos: “CNS” que, bien pegado por debajo, lo acompaña un rótulo ya mencionado: “IG NQ”. Flotando suavemente a pocos centímetros del suelo, el imponente navío aguarda sobre los escombros de algunas de las viviendas arruinadas. Dejando de ser una escultura, Icuro afloja la solemnidad que le atiborraba las articulaciones y ahora entorna la cabeza hacia Arbal. Enfocando una taciturna mirada, los compungidos gestos delatan un dolor que le satura su lastimado espíritu. Acariciándose la mejilla derecha, siente la dureza de un viejo y profundo corte con forma de cruz. Al reconocer las otras dos huellas que tiene el Compañero, se señala su propia cicatriz y le habla con melancolía: -¿Sabes para qué sirven las cicatrices, Arbal? -¿Perdón, Yaguk? -Nos ayudan a proteger los lugares donde estuvieron las heridas. -Disculpe Yaguk, ¿me habla a mí? -Arbal se palmea el pecho. -Pero además de ello, sirven para recordarnos las veces que nos hemos lastimado, Arbal -le dice Icuro apesadumbrado-. Y así, cada vez que las sentimos, tenemos presente que debemos evitar cometer los mismos errores. -Yaguk, ¿a qué se deben estas palabras? -Arbal se rasca la nariz. -¿Ves este desastre? -Icuro señala los destrozos-. ¿Ves la herida que hay aquí, en este territorio? -pregunta apuntando hacia el suelo. -¡Mhm…! -Arbal gruñe y se cruza de brazos desconcertado. -¡Discúlpame, Arbal…! -expresa Icuro-. Estaba pensando en voz alta. Pero si me permites, me gustaría compartir una idea... ¿Cuándo nos 4. Tonyaxpuc: vestimenta, ropa, uniforme o indumentaria que sirve para todo tipo de climas. 67


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haremos cargo los Unaris1 de este tipo de heridas? ¿Cuándo tomaremos conciencia de las muchas cicatrices que le hemos producido a la Qia1? Arrugando el ceño indignado, Icuro señala el horizonte con ambas manos abiertas. Arbal vuelve a rezongar, pero haciendo tacto en la gruesa cicatriz de la frente, la reflexión lo invita a la comprensión. -Creo entender a qué se refiere, Yaguk1. -Sí, Arbal… Al ver estos escombros, pienso sobre el camino por el que hemos elegido aventurarnos. Un camino para descubrir una paz diferente a la actual. También me pregunto si esa paz es posible. Si realmente será alcanzada luego de sobrevivir a los cataclismos. Luego de sanar las heridas y aprender de estas cicatrices. Me cuesta admitir que el Hiwa2 es la única manera para alcanzar la paz. Me cuesta aceptar que por afuera del Hiwa, sólo existe esto que ven nuestros ojos. Emocionado por la tristeza que inunda su corazón, el Capitán apunta hacia las ruinas de lo que había sido una hermosa ciudad costera. -Yaguk, todos los que estamos con usted sabemos que el Hiwa ofrece una paz condicionada y que esa condición es perder nuestra libertad. También creemos que aquellos sin libertad, jamás podrán vivir en paz. -En eso creemos… -dice Icuro con la mueca de una sonrisa-. Agradezco que seamos tantos los que aún creemos en estos valores. La confianza en ellos siempre deberá acompañarnos en este camino de libertad hacia la paz, la auténtica y única posible -sonríe con el entrecejo fruncido. -¡Yaguk, somos pocos comparados con el Hiwa! ¡Pero los que confiamos en usted, daremos la vida por esa libertad, por esa paz y por Cronos...! ¡Por usted, si es necesario! -Gracias por tanta gratitud, pero recuerda que nunca los obligaría a sacrificar sus vidas por la causa, menos por la mía. Espero ser muy diferente al Hiwote2. Porque aquellos que deciden estar de mi lado dedicando sus vidas, lo hacen porque así lo quieren y así lo sienten -Icuro recupera su vigoroso temperamento-. En cuanto a ti, Arbal... Aún siendo mi Centinela personal, sabes que llegado caso de arriesgarte por mí puedes simplemente evitarlo. -¡Lo sé, Yaguk! -Arbal cierra el puño derecho con fuerza-. Justamente por eso es que daríamos la vida por usted y por los valores de Cronos. Nuestra 1. Unaris: ser animado racional nacido en el planeta Qia. Qia: Tierra. Yaguk: Capitán 2. Hiwa: Imperio. Hiwote: Emperador. Guknuq: Comandante. Naioqim: Hombre. Izdiraan: Prosperidad. 68


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confianza se basa en que usted es un verdadero Líder, alguien que nos guía en lugar de manipularnos. ¡Sepa que usted es la antítesis del Hiwote! -¡Gracias, Guknuq2! -Icuro abraza el puño de Arbal con ambas manos-. Me alegra saber que soy alguien opuesto a él. Porque siempre he querido marcar muy bien la diferencia. Aquel Naioqim2, al que casi todos ven como el Hiwote Umak3, si bien ha utilizado estrategias pacíficas para conseguirlo, a la vez han sido muy violentas -viendo los despojos, suelta el puño con una incipiente expresión de enojo-. Es cierto que valiéndose de la tecnología, está salvando a la Unaritia3 de las catástrofes naturales. También es verdad que aboliendo los ejércitos en todos los países, neutralizó la posibilidad de guerras. Pero también es cierto que todo eso tuvo un costo muy elevado. Ya que el uso de fuentes de energía altamente contaminantes, a discreción, aceleró el estado crítico del clima. Los sistemas tecnológicos que vienen usando para cuidarse de los fenómenos meteorológicos, son alimentados por aquello que incrementa el deterioro del planeta. A este paso, tarde o temprano, el círculo vicioso colapsará y será como una implosión sin precedentes -se agacha y recoge una piedra-. Desde mi punto de vista, la verdadera esencia de la Jazerde Hiwam4 fue debilitar al mundo para más tarde controlarlo. En primera instancia, los sedujo con la protección imperialista de cara al desajuste climatológico. Luego, una vez que fueron dominados por el poder que ejercía esa seguridad, los conquistó con ese implacable carisma dictatorial. Por último, cuando el Hiwote se convirtió en un referente de la paz, los medios masivos de comunicación lo transformaron en una especie de Sayi Arawa4 de la Unaritia. Tú recordarás el mensaje, Arbal: “El Hiwote Ank’aqu Kurayami, El Hiwote Umak, nuestro Sayi Arawa hecho Naioqim, nos ofrenda la Arkay4 y la Izdiraan2 para quienes pertenecemos al Hiwa”. Frente a eso, muchas naciones simplemente lo aceptaban como algo positivo y aprovechaban la incomparable oportunidad de vivir seguros. Otras, la aceptaban en forma pacífica como la única oferta viable. Pero con dolor, porque en el cambio se resignaban a entregar sus tierras y su gobierno. Algunos pocos que evitamos tal engaño, creemos que esa paz enmascara una opulenta violencia. Si bien al principio nos costó aceptar que únicamente Gúdrum y Álmarot nos oyeran, con el tiempo comprendimos los motivos. ¿Recuerdas, Arbal? -el Capitán 3. Hiwote Umak: Emperador de la Paz. Unaritia: personas perteneciente al género Unaris. 4. Jazerde Hiwam: Estrategia Imperial. Sayi Arawa: Dios Salvador. Arkay: Seguridad. 69


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aprieta el humedecido trozo de escombro-. Gracias a su cultura tan sabia, los representantes políticos de ambas regiones, pudieron demostrarnos que los auténticos Líderes, son aquellos elegidos por las propias raíces que le dieron origen su pueblo: la tradición. Nos mostraron la enorme diferencia con respecto a los otros mandatarios, que llegaron a ocupar sus puestos para imponer en lugar de impulsar, y donde su origen, se debe a una palabra tan antagónica como lamentable: la traición -afloja despacio y mira el pedacito de ciudad en su mano.- Hoy creemos, te incluyo en mi pensamiento, que quienes se han adherido al Hiwa1 lo hicieron por sentirse excesivamente inseguros. Ya sea, por la desprotección bajo la sombra de los cataclismos, o por el desarme armamentístico. Como recordarás, Arbal, el Ina Tacaayru1 se instalaba solamente en las Qiany Hiwam1. Pero el otro factor desequilibrante, un tanto disfrazado, fue la quita de armas en todo el mundo. Era el Hiwa quien las construía y quien más adelante frenó la distribución mundial. Pero, a pesar de esto, nunca detuvo la producción interna de armas. Debemos reconocer que el plan era digno de elogios como estrategia en sí misma. Era tan simple como complejo: La naciones que aceptaban la Sein Hiwam2, dejaban de existir como tales y pasaban a ser una Qiany Hiwam más. Como carnada, les permitían conservar el nombre original del país y de todas sus respectivas ciudades. De ahí que el Hiwa esté formado por varios nombres de ex-países que se convirtieron en Qy Hiwam2. Pero como sabemos, esto fue simplemente para ahorrarse el trabajo de renombrar a todo lo que ya estaba establecido de antemano -haciendo una pausa, Icuro besa la diminuta fracción de lo que fue un edificio-. Pero la estrategia se expandía. A cambio de volcarse al Hiwa, cada nación debía desarticular todas las instituciones de fuerza pública. Desde organizaciones privadas de seguridad, hasta el mismo ejército nacional. Habiendo desmantelado la seguridad pública y privada en cada región, instituyeron la Oplix Umakan Yanayu3 en cada Qy4. Cabe señalar, que ellos sí tenían acceso a cualquier herramienta bélica. Esto marcó una tendencia muy atemorizante para todos, sobre todo, para los países menos desarrollados. Porque aquellos que eran ajenos al Hiwa, si bien podían 1. Hiwa: Imperio. Ina Tacaayru: Sistema Anti-desastres Naturales. Qiany Hiwam: Regiones Imperiales. 2. Sein Hiwam: Propuesta Imperial. Qy Hiwam: Estados Imperiales. Hiwa Umak: Imperio de la Paz. 3. Oplix Umakan Yanayu: Orden de los Pacificadores Blancos. Seiten Lathkul: Isla del Olvido. 4. Qy: Estado; porción de territorio cuyos habitantes se rigen por reglas propias, aunque en algunos aspectos estén sometidos a las leyes de un gobierno común. 70


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conservar sus fuerzas militares, la tecnología les era obsoleta comparada con el poderío armamentístico de los Umakan Yanayu3. Además, ya nadie quería trabajar en una institución que carecía del apoyo gubernamental y era víctima del desabastecimiento imperial. Por lo tanto, las fuerzas estatales de las naciones externas al Hiwa comenzaron a debilitarse. Tanto, que algunas se destruyeron por sí solas en cuestión de semanas -el Capitán se guarda en el bolsillo los restos de lo que pudo ser un colegio-. Finalmente, el mayor temor se había hecho realidad: como el Hiwa era quien tenía el armamento, era el único que podía imponerse ante cualquier país cuando lo quisiera. ¡Qué curioso! Así y todo, se autodenominaron como el Hiwa Umak2 -Icuro avista una bandada de pájaros que se alimenta del basural marino-. Esa fue la verdadera historia. Esa fue la artimaña con la que erradicaron toda posibilidad de guerras. Inclusive el mercado negro tuvo su fin, cuando los Umakan Yanayu comenzaron a extenderse por todas las Qiany Hiwam. Las organizaciones criminales más importantes fueron cayendo y, los miserables sobrevivientes, hoy son recluidos en la infranqueable Seiten Lathkul3. Se podría decir que algunas naciones se unieron al Hiwa por el miedo y la impotencia que les producía una probable invasión imperialista. Aunque nos duela aceptarlo, en muchos casos el pánico obró con anticipación a nuestras negociaciones. Ese fue uno de los motivos por los que perdimos algunos aliados muy decisivos. Sin ir más lejos… -el Capitán aprieta el hombro contrario de Arbal-. Tenemos el triste caso de tus tierras de origen, Arbal. Tú tan Morkem Iten5. La esplendorosa Rulkan, la que supo ser tan Rulkan5 como ninguna otra. Al mismo tiempo que el Capitán lo suelta del hombro derecho, el Comandante le da un toquecito con el puño sobre el esternón y lo retira. -Ya pasaron más de quince años desde que nos conocimos -dice Arbal. -Diecisiete años, exactamente -destaca Icuro. -Mucho tiempo pasó desde que quiso convencer a nuestros gobernantes, Yaguk. -Sí, era otra época. ¿Quién iba a pensar que ese sería el principio de un proyecto en común? -Nadie, pero ya habían indicios. Quiero decir, tanto Angus como yo lo conocíamos a su Yam5, Yaguk. -Es verdad. Eso ayudó mucho a que estemos tan unidos en la actualidad. 5. Morkem Iten: Amada Patria. Rulkan: Equilibrada. Yam: Padre. 71


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-El Sok1 Gatsu Nuq, fue un verdadero Yayaguk1. -Es cierto, se lo debemos todo a él. Sin olvidarnos de los valientes Awana1, como tú Qim1 y mí Yaqim1, el heroico Yahun2 Angus Blac. -¡Qué en paz descansen! -suspira Arbal. -A veces pienso que me falta la fortaleza que tenían ellos dos, la misma fortaleza interior que tienes tú, Arbal. -Yaguk2, discúlpeme, pero usted ha sabido equiparar esfuerzos. Estoy de acuerdo. Lo que Cronos hoy representa para nosotros, se lo debemos a su Yam2 y a valiosas personas como mi Qim. Pero usted, ha sabido rendir muy buen tributo y lo ha podido mantener como nadie. De hecho, ha mejorado muchas cosas también. Todo eso, es mérito suyo, Yaguk. -Gracias, Arbal. Pero tú sabes que sin ustedes hubiera sido imposible. ¿Cuánto hace que estuviste en Kaloniz por última vez? -Llevo una docena de años sin pisar mis maravillosas tierras natales, Yaguk. Me es muy doloroso. Pero al mismo tiempo, soy feliz que así sea. Porque al estar lejos de allí, mi cuerpo puede obrar en pos de recuperar la libertad desaparecida en aquellos suelos. -Coincido contigo, Arbal. Hay que estar orgullosos de ese tipo de desarraigos, porque nos permite tomar carrera y resolver los problemas con otra mirada; sin influencias negativas. Estando lejos de esa esclavitud, tenemos la visión más aguda y certera. Además, es comprensible que nos hayamos distanciado de nuestras tierras de origen. ¡Yo también extraño mi Morkem2 Eranthe! Pero, bueno… En esos años corría mucha incertidumbre y teníamos muy pocas opciones. ¡Casi ninguna! -¡Yo diría que una sola, Yaguk! El Hiwa2 se había dedicado a reducir las posibilidades, forzando el poder de decisión de la sociedad y obligándolos a ignorar otras alternativas. -Una sola alternativa… ¡Cronos! -completa Icuro. -Claro, Yaguk. A esa me refiero, porque eso es lo peor que se le puede hacer a un Dinari3. -A eso quería llegar, Arbal. Pero eres tan astuto que me ganas de mano. Una de las peores cosas que se le puede hacer a un Unaris3, es atarlo a una única opción y quitarle las ilusiones de vivir en Meizar4. 1. Sok: Señor. Yayaguk: Líder Supremo. Awana: Guerrero. Qim: Hermano. Yaqim: Amigo. 2. Yahun: Gran Maestro. Yaguk: Capitán. Yam: Padre. Morkem: Amada. Hiwa: Imperio. 3. Dinari: Ciudadano. Unaris: ser animado racional nacido en el Planeta Qia. 4. Meizar: Libertad. Morkam: Filósofo. Luny: Raíz. Xiniti: Reflexión. 72


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-Ahora termino de comprender a que se refería con esto de las cicatrices, Yaguk -concluye el Comandante. -Bien, Arbal. Lo hablaremos tantas veces como sea necesario. Recuerda lo que nos dijo el Morkam4: “La Luny4 de nuestra Meizar es la Xiniti4”. De pronto, como si una gigantesca abeja se abriera paso entre las nubes, un estruendoso zumbido irrumpe desde el aire. Orientando las caras hacia la Base Móvil, observan el descenso de una nave tan plateada y brillante que parece espejada. Al aterrizar junto al inmenso navío, se la ve exageradamente diminuta. Tanto, que cuesta creer que mide cinco metros de largo, por tres de ancho y dos de alto. Por su forma ojival en la punta, la terminación semiesférica y ese sonido tan particular, se lo ha apodado como: Aqukach Saxim5. Porque a la distancia, realmente se asemeja al aguijón de un enorme abejorro. En los laterales de esta sofisticada pieza de ingeniería, tanto Icuro como Arbal, identifican el logotipo de Cronos: “CNS” y, justo por debajo, lo que ustedes verían como un: “02”. Sí, lo equivalente a un número cero y un dos. Ambas inscripciones, se lucen con brillantes reflejos grisáceos del nublado paisaje playero. Este navío levitador que fue construido por Cronos, es del tipo mediano y tiene la capacidad de transportar dos personas como máximo: al piloto y copiloto. Se emplea solamente en misiones de reconocimiento, ataque o defensa. Esta nave, recibe el nombre de: Rusalyon Saxim5 y su correspondiente nomenclatura técnica es: “RASA-CNS102”. Suspendiéndose a centímetros del suelo, los motores se apagan y el agudo trino del navío se enmudece. Sin soportes de ninguna índole, el techo de la cabina se desprende y gira sobre un imaginario eje trasero electromagnético. Flotando verticalmente, la estirada cúpula revela el reducido habitáculo y permite confirmar los dos tripulantes que la comandan. Sus cabezas están cubiertas por unos estilizados cascos que respetan la estructura ojival de la nave. Debido a que son de la misma aleación espejada, ultraliviana y resistente del ruidoso transporte, es imposible identificar la apariencia de quienes lo portan. Sus trajes están confeccionados con un tramado inteligente que se adhiere al cuerpo. Ésta maravillosa tela, fue parida por la más ingeniosa tecnología y protege al portador de golpes muy contundentes. Pueden repeler, y a la vez absorber, desde una fuerte descarga eléctrica hasta el impacto de un minúsculo proyectil. Toda la indumentaria fue diseñada para sobrevivir 5. Aqukach Saxim: Aguijón Espacial. Rusalyon Saxim: Bi-levitador Espacial. 73


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a un accidente aéreo de consecuencias trágicas. Fue testeado en casos de colisiones frontales entre dos navíos, e inclusive, en una caída libre de diez mil metros de altura. El Ina Tanemalyon1 incorporado a la capa superficial del traje, es una coraza protectora de última generación. Algo así como una membrana de propiedades auto-táctiles que produce un campo inversor de movimiento. Es un sistema que, por medio de algoritmos matemáticos, calcula la velocidad y la fuerza del choque a recibir. Ya sea el producido por una bala de alto calibre o por un furioso aterrizaje contra el suelo. Bien grande y en el medio del pecho de ambos pilotos, se distingue perfectamente el símbolo de Cronos. A simple vista, es una novedosa vestimenta que refleja todo lo que lo rodea, porque tiene la misma textura y apariencia que el llamativo Aguijón Espacial. Pero ciertamente, es una armadura flexible y asombrosamente cómoda que, en experiencias extremas, a más de un miembro de Cronos le ha salvado la vida. Si bien es norma oficial de Cronos, todos los Centinelas la utilizan mucho más por necesidad que por obligación. Aunque, por el llamativo aspecto, la gran mayoría elige esconderla por debajo de sus ropas. De cualquier manera, en las misiones de riesgo todos la dejan libre de prendas personales. Porque el estilo espejado de esta fina coraza protectora, se debe a un sistema de camuflaje que emula la invisibilidad. Por ese simple motivo es que ambos tripulantes se ven de esa manera; sin otro accesorio que los diferencie. Sentados en fila uno adelante del otro, el más próximo a la incisiva trompa del vehículo, se levanta y salta bien lejos hacia adelante. Dando dos giros en el aire, cae ágilmente sobre la arena y amortigua el descenso quedando en cuclillas. El segundo, sin ninguna clase de apuro, elige bajar por la escalerilla lateral y enseguida se ubica detrás del Compañero. Estando erguidos al mismo nivel, se revela que el acrobático piloto tiene un cuerpo un poco más pequeño que el sereno copiloto. A primera vista, comparten proporciones muy similares. Mientras caminan en dirección a su Capitán y Comandante, ambos pulsan un botón en el cuello del traje, justo por debajo de la oreja derecha. Emitiendo un corto silbido, producido por el ingreso del aire a la cavidad facial que fue sellada al vacío, los cascos se liberan del seguro que los mantenía firmes. Inmediatamente, se abren en forma longitudinal por el medio de la frente y se pliegan hasta quedar con forma semiesférica. 1. Ina Tanemalyon: Sistema Auto-levitador. 74


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Este mecanismo robotizado incorporado, hace que el diminuto objeto se mueva por sí solo y se inserte en una ranura horizontal ubicada entre los omóplatos. Es un receptáculo que sobresale por la espalda del traje y tiene la misma forma que el ahora compactado casco. Con los rostros al descubierto, se revela que el de menor estatura tiene la apariencia de un adolescente, aunque tiene once años nada más. Al usar el cabello corto, rapado a los costados y atrás, parece de mayor edad. Un lacio flequillo, del mismo tono rubio oscuro que el de Arbal, le cubre levemente sus hechizantes ojos. Sugiriendo felinos contornos, los párpados encierran los más intensos grises y azulados de las corrientes marítimas. Como una insignificante boya en la inmensa marejada, se asoma la diminuta nariz que posee la perfección de la simetría y la redondez. En relieve y destacando su presencia en la pálida planicie de la epidermis, se amontonan unos gruesos labios que compiten con la belleza de los iris. Las facciones del Niño se confunden con las de un apuesto Jovencito que atrae a Chicas bastante más grandes. Un bonito conjunto de virtudes distribuidas en un metro cincuenta y cinco, le permiten jactarse de galante seductor. Pero ciertamente, cuando le ha tocado demostrarlo, sintió tanta timidez que ni siquiera ha podido hablarles. Como a muy pocos, a él le gusta vestirse con ese traje espejado que es tan fulgurante. En principio, porque es un enamorado de la tecnología, y en concordancia, porque quiere verse como alguien moderno. Es por eso que, en sus ratos libres, una de sus pasiones es jugar con las más variadas consolas de videojuegos. A veces, le toca vestirse con ropas más comunes, pero sea como sea, lo hace de manera prolija y teniendo muy en cuenta como las combina. Siempre se lo encuentra muy bien arreglado, porque una de sus prioridades es la higiene y el confort personal. Este atractivo Muchachito, llamado Maikel Blac, es nada más y nada menos que el Sucesor del actual Líder de Cronos. Centrando la atención en el Capitán y el Comandante, el Chico se dirige hacia la orilla con tranco sólido y decidido. Mientras las últimas gotas de lluvia le rebotan contra la impermeable membrana del uniforme, Maikel sostiene una grave expresión madura hacia sus Líderes. Pensando en reportar los detalles de la misión que acaban de completar, siente la pesada carga del resultado obtenido y el nerviosismo por interactuar con los superiores de mayor responsabilidad en todo Cronos. 75


POTENCIAS MOLECULARES V.1.04 – EL IMPERIO KURAYAMI

El copiloto, Chouu Jonn, es el Centinela encargado de custodiar al Sucesor a donde quiera que vaya. Es un Hombre de unos treinta y siete años, de aspecto sencillo y muy desalineado. La contextura física es casi tan reducida como la del Niño, pero lo sobrepasa en algunos centímetros de altura y musculatura. Generalmente, porta la misma ropa gastada y ajeada por los reiterados lavados de las últimas dos décadas. Aunque siempre huelen muy bien y se las ve limpias, se nota que han sido pisoteadas por los años de intenso uso. Como es evidente que le interesa muy poco comprarse ropa nueva, de hecho reniega con la modernidad, se asemeja a un andrajoso campesino de apariencia humilde. Sujetándole el tupido y voluminoso cabello, viste un collar de perro en la frente que cumple la función de vincha. Este es un objeto muy preciado para él, porque es el único recuerdo que le quedó de su Familia antes de la orfandad. Al ser supersticioso, le representa un importante amuleto de la buena suerte que le otorga seguridad. Además, le sirve para contener el salvaje pelambre, que se extiende hasta la cintura. Su marcada opacidad y la ausencia de brillo, se debe a que lo lava con productos naturales y ni de casualidad se lo peina. Aunque es muy aseado, es excesivamente práctico y descuidado de la prolijidad. Por eso, su peinado favorito es como le quede después de bañarse. Como esa abundante mata propia de algún canino le envuelve la cara, es difícil identificar sus ojos. Además, al estar tan separados y estirados hacia las orejas, quedan como camuflados por debajo de los gruesos mechones. Las pocas veces que se consiguen descubrir, sorprenden por el tono ocre encendido que poseen. Lo que si logra destacarse, es la apagada tez amarillenta que le recubre todo el cuerpo. También, lo caracteriza una aplastada nariz que, al ser tan chata, carece de un sobresalido perfil. Él mismo se rompió el tabique cuando era tan sólo un Niño. Esto fue porque durante los entrenamientos de la infancia, descubrió que los golpes en esa zona le provocaban un sangrado que lo distraía durante los combates. Entonces, para respetar la Tradición Familiar de poderosos Guerreros, tomó la determinación de incrustar esos finos huesos y cartílagos contra un árbol. Ya ha pasado mucho desde que anuló toda posibilidad de borbotones que lo distraigan. Pero todo lo que perdura de aquella inocencia, ahora yace en la memoria de las ancestrales cortezas de aquél árbol que abrazó su retocada nariz. Chouu, es cómo todo Centinela de Cronos debe ser. Si bien son muchas sus cualidades, ahora 76


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exhibe la más importante: el acecho. Porque sin que se consiga notar su presencia, lo respalda a Maikel todo el tiempo y muy de cerca. Por tal motivo, luego de confirmar cuidadosamente que el área es segura, recién allí, Chouu relaja el cuello, los hombros y afloja los brazos. Con una expresión placentera orientada hacia la plomiza nubosidad, cierra los ojos e invita a que la delicada lluvia le acaricie el rostro. -Ya pasó, al fin paz -murmura el Centinela. Chouu, ahora descubre que la suave llovizna aminora hasta evaporarse. Abriendo los ojos hacia la profundidad de los nubarrones, los últimos cúmulos se disipan regalándole un hermoso lienzo protagonizado por una radiante aureola solar. Al buscar a Maikel, Chouu lo descubre a orillas del salado manto acuático y pegado a la dupla más jerárquica de la organización. Aunque Maikel parece otro adulto, por dentro está conmovido por la euforia infantil. Debido a ello, la supuesta presión de reportar lo sucedido en Tucuyidina Qiun, pasa de largo como su incipiente madurez. Sin darse cuenta, el inmaduro siente la necesidad de relajarse y prioriza los vínculos extra-curriculares. Así, un poco más distendido, se olvida de las formas convencionales y rascándose la cabeza habla con total soltura: -¡Misión cumplida, Seyam1! -le dice a Icuro. -¡Yaguk1! -lo corrige el Arbal. -¡Uy! ¡Perdón, Guknuq1! -responde Maikel avergonzado que enseguida mira hacia Icuro-. ¡Quise decir…! -¡Debes estar más atento, tú eres el Seguk2! -le indica Arbal-. Ya sabes que es muy necesario aprenderse cada uno de los procedimientos. Si te los olvidas, debes repasarlos, y si te distraes, debes concentrarte más en ellos. Porque, es imprescindible su correcta aplicación para alcanzar los objetivos. Lo digo por tu propia seguridad y la de Cronos. Ten presente que algún día, tú serás el Yaguk. Aunque ahora seas un Yimeyn2… -¡Está bien, Arbal! ¡Dale un respiro al Taqi2! -le expresa Icuro que le sonríe palmeándole la espalda-. Tranquilo, Maikel. Ya haces demasiado por tener tan sólo once años. Con el tiempo irás aprendiendo los formalismos y estamos seguros que llegarás a ser un magnífico Yaguk. Sintiéndose algo fastidiado por la interrupción, Arbal asiente y el cándido Capitán guiña de reojo al Señorito que algún día será su Sucesor. 1. Seyam: Padrino. Yaguk: Capitán. Guknuq: Comandante. 2. Seguk: Sucesor. Yimeyn: Jovencito. Taqi: Niño. 77


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-¡Sí, Yaguk1! -responde Maikel elevando el puño derecho con admiración-. ¡Siempre daré lo mejor de mí! -Dime, Maikel, ¿cómo les fue con la evacuación? -le pregunta Icuro. -¡La misión ha sido un éxito, Yaguk! La gran mayoría fueron trasladados a la Sichaqi1 Amego y el resto a la Sichaqi Alantha. -¡Pido permiso para hablar, Guknuq1! -se anuncia el otro Centinela arrimándose al grupo. -¡Permiso concedido, Hawax1 Jonn! -le contesta Arbal. -¡Gracias, Guknuq! Según escuchaba el reporte de Maikel, me pareció oportuno destacar su excelente labor. Como siempre, ha sido muy responsable, minucioso y dedicado en las decisiones tomadas. De hecho... -¡Gracias, Hawax Jonn! -lo corta Arbal para evitar una excesiva adulación-. ¿Alguna otra cosa, Hawax? -¡Sí, Guknuq! -le responde Chouu-. Tengo entendido que ya estamos a punto de partir. Por eso, quiero hacer un pedido especial… -Lo escuchamos, Chouu -Icuro se adelanta a la respuesta de Arbal. -Antes del despegue, me gustaría resolver un asunto importante, aquí en tierra. Nos llevará una hora como mucho -Chouu le sonríe a Maikel. -Permiso concedido, Chouu -Icuro le responde sonriente-. Tómense toda la tarde si lo necesitan. Demoraremos un rato más en partir. Antes, quiero admirar este sabio paisaje que tanto enseña. -¡Yaguk, Guknuq! -los saluda Chouu, elevando su puño derecho a la altura del hombro. Mostrando la misma mano apenas cerrada, inclusive con menos entusiasmo y a la altura del esternón, el Capitán asiente débilmente con la frente. Ahora, ya retorna a la meditativa observación del horizonte. -¡Si eso fue todo, ya pueden retirarse! -les dice Arbal. El Comandante los despide con el mismo gesto, pero mucho más enérgico y bien cerca de la oreja derecha. -¡A la orden, Guknuq! -exclaman Maikel y Chouu al unísono. -¡Vamos, Maikel! -lo llama Chouu-. ¡Sígueme! -¿A dónde? -le pregunta Maikel algo confundido. -Sólo te diré que necesito tu ayuda. -¿Mi ayuda, para qué? -¡Es una sorpresa…! ¡Ya verás! 1. Yaguk: Capitán. Sichaqi: Base. Guknuq: Comandante. Hawax: Centinela. 78


04 - HAMBRE DE LIBERTAD

En cuanto el Sucesor y el Centinela comienzan a tomar distancia de la orilla, Arbal gira hacia Icuro que presencia apacible la nueva vista. Imaginándose al borde de un abismo oceánico, el Capitán, hace propia la inmensidad del infinito y vuelve a reflexionar sobre el destino de la Unaritia2. -¡Yaguk, si quiere puedo traerle el almuerzo aquí! -le consulta Arbal. -Gracias, estoy bien así. Tú también puedes retirarte si quieres. A mí, se me ha ido el apetito. Pero, tú debes tener ham… Sin llegar a completar la palabra, el estómago del Comandante responde al estímulo y se oye un ronquido que parece venido del interior de una ballena. Sintiéndose muy avergonzado, Arbal se acalora e inmediatamente se lleva la mano a la panza. -¡Permiso, Yaguk… tomaré su consejo! -¡CRUIII…! -las tripas del Comandante reclaman por segunda vez.

2. Unaritia: conjunto de personas perteneciente al género Unaris del planeta Qia. 79


Ak’aro Kurayami y Armonya Bloom. Capítulo 01 - Amanecer Kurayami - Página 27.


C ap í tulo 0 5

Sorprendentes Semillas

-¡CRUIII…!

A

dos mil kilómetros hacia el noroeste de Tucuyidina Qiun, se oye un potente rugido que proviene desde las tripas de aquel misterioso Monje. Durante la noche anterior, el Anciano había dormido contra la pared de un sucio callejón. Para el padecimiento de cualquier otro mortal, a esas deplorables comodidades se le suma una holgada hambruna. Sintiendo un apetito voraz, pero sin ninguna prisa, el Viejo Sabio camina por las calles de piedra de Xylorot. Ahorrando las energías en cada movimiento, transita por una de las sendas que atraviesan este pequeño pueblo. Piensa que lleva mucho tiempo sin probar un buen bocado de algo nutritivo y que debe hacerlo urgente. La fruta que comió de aquél árbol, fue lo único que ingirió en semanas. La otra que le regaló a Chumico, era lo último que tenía para saciar su apetito. Además, dado que el episodio de las sandalias lo debilitó mucho más de lo esperado, ahora, necesita alimentarse antes de perder el conocimiento. Al llegar a una esquina, el Monje asoma la cabeza hacia ambas bocacalles y detiene inevitablemente la marcha. En el callejón del lado izquierdo, se topa con una violenta escena que lo obliga a frenar. Un Niño de unos nueve años está siendo agredido por otros tres varones que lo superan en tamaño y en edad. Intentan arrebatarle una bolsa, que el más chico, abraza contra el pecho con testarudez. Mientras uno lo tiene atrapado de los tobillos, otro, con ambas manos le tironea varios manojos de pelos con insistente saña. Aprovechándose de ésta ayuda, el tercero intenta separarle los brazos para arrancarle el aferrado botín. Los atacantes visten unos mugrosos trapos que están repletos de tajos y algunos desvencijados parches. Si bien el agredido está lleno de magullones, raspaduras y arañazos, es el único decentemente aseado y parece ataviado con mayor dignidad. Sin 81


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ser mucho mejor que las otras, la humilde indumentaria que porta consta de una apolillada chaqueta y unos pantalones tramados en un hilo muy resistente. Es un Viejo uniforme de entrenamiento marcial que, al verlo con severidad, el Monje reconoce la caligrafía bordada a la altura del corazón: “Han Kocuen1”. El Niño calza las típicas alpargatas de campo que hay en su mundo, muy utilizadas para las tareas de labranza, sembrado y cosecha. Todavía conserva el antiguo matiz verdusco original, aunque se lo percibe con bastante dificultad. El reiterado contacto con los cultivos, fue tiñéndolo de un tono marrón cobrizo, y el desgaste ocasionado por la asidua transpiración, le agregó ese aspecto amarillento. Aquello que fue un elegante y refinado uniforme de artista marcial, se ha convertido en una rústica prenda de campesino. Pero sin importarle éstos detalles, lo cuidará hasta que se le despedace por completo. Porque estas marchitas telas, al atesorar la esencia de sus antepasados, simbolizan una pieza clave del honor familiar. Habiendo sido transferidas por generaciones, le fueron heredadas de alguien muy admirado y de quién apenas conociera a los dos años de vida: su Padre. Manteniendo una vacua expresión en el rostro, el Monje inhala bien profundo y se dirige lentamente hacia los cuatro Chicos. Luego de haber colmado los pulmones de aire con total relajación, comienza a exhalar en estado meditativo y centra la mente en los tres atacantes. La proyección respiratoria, genera un atronador sonido que le emerge desde el interior del estómago. El potente grito energético, produce ondas sonoras muy veloces que se expanden a decibeles arrasadores. Como si la atmósfera se hubiera conmocionado, la impactante voz emula el estallido de un trueno. -¡ALTO! -grita el Monje afirmado al suelo como una montaña. Al oír la estridente vibración, los tres violentos se paralizan y el aturdimiento les satura los tímpanos. En menos de un pestañear, son expulsados como si un huracán hubiera surgido de la nada. Mientras vuelan por los aires, la correntada acústica les retumba en los oídos. El viento propulsado desde los pulmones del Monje, resultó un latigazo de aire dirigido hacia agresores. La estruendosa voz, también heló la piel del Niño golpeado, que ahora, permanece inmóvil en el mismo lugar. Tendido en el suelo, en posición fetal y con los ojos cerrados, espera algún otro puñetazo, rasguño o tirón de pelo. Pero sin embargo, los brazos continúan 1. Han Kocuen: Escuela del Relámpago. Yi Amuni: Pequeño Valiente. 82


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sujetando la bolsa con firmeza y sin aflojar la presión contra el esternón. Los tres Muchachitos que quisieron robarle, ahora yacen inconscientes a varios metros de él. Por su parte, el Anciano sostiene la concentración con gesto neutral y ahora se aproxima al Jovencito agredido. Cambiando el semblante por uno amistoso, el Monje lo tranquiliza con una sonrisa llena de paz. Con el Chico apaleado a sus pies, se agacha hasta bajar la cadera al ras del suelo y le apoya su cálida mano sobre el hombro izquierdo. Muy despacio, el Anciano levanta el mentón del Niño y lo observa más allá de sus inflamados párpados. Luego de unos instantes de compasión, el misterioso Monje le habla con la suavidad y la dulzura de toda su sabiduría: -Ya pasó, Yi Amuni1. Antes que el chico pudiera reaccionar, los tres bandidos recuperan los sentidos y se reincorporan muy aturdidos. Volviendo al gesto inexpresivo, el Monje da un pasito hacia ellos y los señala con el brazo extendido. Asustados, enseguida entienden la advertencia y corren despavoridos en la dirección sugerida por el Viejo Sabio. Los victimarios desaparecen por las callejuelas y el nene maltratado por fin abre los ojos. Su iris es marrón oscuro, tan chiquito y redondo, que parecen dos avellanas sin pelar. Resaltan debido a la blanquecina membrana esclerótica que los rodea. De otra manera se perderían, porque su piel es del mismo tono que la cáscara de una almendra. Volviendo en sí, se enfoca sobre la figura del Viejo Monje, pero la ve muy borrosa. Percibiendo esa dificultad, el Sabio toma unos anteojos que están tirados en el suelo y se los alcanza sin demoras. El Sabio advierte que la estructura que rodea los lentes se recuesta sobre una pequeñísima nariz que se asemeja a un garbanzo, tanto por la forma como por el color. Al ponérselos, el chico comprueba que los cristales se han agrietado durante la golpiza. Con esfuerzo, vuelve a centrar la vista sobre las arrugadas ojeras del Anciano. Limitado por los más variados dolores, reúne el coraje necesario y comienza a incorporarse con cuidado. Si bien las heridas son superficiales, le restringen su normal movilidad. Al verlo ya erguido, el Monje calcula que debe medir alrededor del metro treinta. El famélico y magro cuerpo revela los tejidos fibrosos de alguien que ha ganado fortaleza, en principio, por medio de exigentes labores agrarias. Observando como el Niño se frota el tupido cabello, el Monje piensa que tendrá una ardua tarea para quitarse el polvo de esa abultada maraña. Debido al grosor y la rigidez, sus pelos son de los 83


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que crecen hacia arriba pero nunca bajan. Por más largo que se lo deje, el cabello se mantiene por encima de las orejas y por el final de la nuca. La pronunciada ondulación y el castaño oscuro, lo hacen ver como un arbusto seco. Es como si en la cabeza llevara un ligustro perfectamente podado, con la forma de un exagerado casco. Haciendo un gesto tenso de sufrimiento, el chico se limpia la tierra de los hombros. Al mismo tiempo que se recupera de los golpes, se sacude el polvo de las ropas y se da cuenta que el Monje lo contempla con una tierna sonrisa. Como si nada hubiera ocurrido, se endereza las agrietadas gafas que usa para ver de lejos y tose dos veces. Con apremio y celeridad, verifica que el contenido de la bolsa se halle en óptimas condiciones. Para su alegría y regocijo, cuando abre el usado envase de arpillera, descubre que la mercancía perdura sanamente. -¡Gracias, Sok1, me salvó la vida! -le dice. -¿Tú crees? -le sonríe el Monje. -¡Sí, Sok! ¡Porque jamás les iba permitir que se llevaran éstas semillas! -Estoy sorprendido -el Sabio Monje se acaricia la barba. -¿Sorprendido, Sok? En ese instante, el tiempo se detiene para el misterioso Monje. Luego de tantos extensos y dificultosos terrenos transitados, luego de peligrosas y solitarias sendas pisadas, luego de rigurosas y desafiantes pendientes sorteadas, el Sabio comprende que todo vuelve al origen. Desconectado de esa realidad por menos de la mitad de la mitad de un segundo, el arcaico Maestro recibe un mensaje que proviene de las profundidades de su universo interno. Siempre pensó que eran los Discípulos quienes buscaban a los Maestros, pero el gran camino le demuestra que todo es posible. El preludio fue con aquel Nenito llamado Chumico, y el principio de la historia, se desarrolla con este asombroso chiquilín. -¿Será el Suncu1 para el Suncu? ¿Será el Yahin1 que todo Hun1 deba elegir alguna vez? ¿Será que ha llegado el momento de transmitir nuevamente? -piensa el Monje. Luego de volar por las reflexiones de la conciencia, el Anciano regresa al presente más superficial. -¿Qué lo sorprende, Sok? -reitera el Niño con curiosidad. -¡Ah, sí! -dice el Monje soltando la barba- Es que hoy en día, muy 1. Sok: Señor. Suncu: Enviado. Yahin: Discípulo. Hun: Maestro. Taqi: Niño. Makaari: Honor. 84


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pocos cuidan su semilla más que a su cáscara. -Sok, es yo debo cuidar estas semillas porque sin ellas moriremos de hambre -el Niño habla angustiado. -Entiendo. ¿Cómo te llamas, Taqi1? -¡Isahak… Isahak Zinav, Sok! -¿Zinav, eh? Mmm… -rumia el Monje-. ¡Mucho gusto, Isahak Zinav! ¡Soy Jicari, un Makaari1 conocerte! -¡El Makaari es mío, Sok Jicari! -Isahak, ahora debo continuar con mi Arcai2… Aunque la mente le indica que ese encuentro es parte de un profético destino, la sabiduría del Monje es conducida por la acción sin segundas intensiones y sin provecho propio. Entonces, se despide con una reverencia y toma ímpetu para volver al tránsito que le indica el corazón. Pero como la fluidez es una parte fundamental en el transcurso por la vía, el cuerpo se antepone a todo y el estómago del Sabio ruge hambriento por segunda vez. -¡Jo, jo, jo! -Jicari se toca por debajo del ombligo-. ¡Parece que mi AGU3 pide alimentarse con algo más que conocimiento y espiritualidad! ¡Ahora, necesita de esa energía masticable! ¡Jo, jo, jo! -¡Sok Jicari, antes que se vaya, mi Nam2 le podría cocinar algo! -ofrece el bondadoso Isahak que sigue asustado-. ¡Además, ahora que salvé las semillas, tengo que…! Al querer explicar, la angustia le cierra la garganta y los lagrimales quieren inundarse. Por eso, para detener el inminente llanto, se refriega los ojos con el dorso de las manos. -¡Jo, jo, jo! -Jicari ríe para arrancar al Niño de aquel pozo-. ¡Muy bien, Isahak, acepto! ¡A comer, entonces! El Sabio confirma que es él mismo quien acaba de elegir a Isahak como su Discípulo, pero es el Chico quien ahora debe descubrirlo como Maestro. -¡Es que…! -Isahak siente una mezcla de enojo con tristeza-. ¡Sé que soy fuerte! ¡Pero, tres…tres son muchos para mí! ¡Tengo que aprender a defenderme rápido! ¡Sino, la próxima vez…! -¡Tranquilo, Isahak! El paisaje se disfruta mejor caminando. Para ello es necesario aprender a caminar bien. Al principio, todos damos esos 2. Arcai: Camino, Vía, Senda; estilo de vida en el que se practica alguna disciplina para la superación personal y la mejora continua. Nam: Madre. 3. AGU (Aqa Gikim Unaris): CEU (Centro Energético de los Unaris); ubicado por debajo del ombligo y por encima de los genitales, justo entre medio del abdomen y del sacro. 85


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primeros pasos donde nos caemos. Pero con el tiempo de práctica, algún día, inclusive sabrás cómo correr. Sin saber por qué, el Nene se siente muy reconfortado al recibir cada cálida sonrisa que el Monje le regala y le intriga hallar el origen de esa sensación tan placentera. Quizás por simple curiosidad o por animarse a romper con su cáscara, Isahak pueda encontrar su verdadera semilla. O quizás, porque quiera llegar al origen de esa maravillosa energía que desprende el Maestro que tiene escondido en su interior. Más tarde, en una humilde choza ubicada en la zona más retirada del pueblito Xylorot... Desde la diminuta ventana de la cocina, se oye una dulce voz femenina y muy agradable que acaricia los oídos: -¡Gracias por ayudar a mi Amm1, Sok1 Jicari! Droana, es una bella Mujer de unos treinta y cinco años. Tiene la piel trigueña como una nuez, pero estirada como la cáscara de una manzana. Ya que, su atlética figura bien torneada demuestra un excelente estado físico. Sus ojos son dos perfectos óvalos del color de la tierra seca. Están adornados por finas cejas bien rectas y protegidos por largas pestañas muy curvadas. Entre ambas cuencas, descansa una discreta nariz que es tan redondeada como sus delicados pómulos y carnosos labios. Su oscuro cabello deja en claro que es la Madre de Isahak. Porque tiene los mismos reflejos de tono castaño e idénticos rulos entrelazados. La única diferencia, es que esa tupida maraña de pelos le cae por debajo de los hombros. Al terminar el saludo, la Señora se acomoda un tenso rodete con la ayuda de dos palillos de un resistente y brillante metal. Con apenas un metro sesenta y cinco de altura, alguna vez supo ser una Gran Guerrera y renombrada Luchadora. Pero ahora se dedica a las arduas tareas campestres, cambiando aquel antiguo uniforme de Luchadora por un amplio vestido colmado de parches y retazos. Antes, sus callosas palmas eran fortalecidas por los golpes, las torsiones y las palancas marciales, pero ahora, son resecadas y curtidas por las exigentes labores agrarias. -¡Yayadijam1 a ustedes, por este delicioso plato de comida! -el Monje termina gustoso su porción de arroz. -Me alegro que le guste, Sok Jicari -la Mujer baja una mirada triste al plato-. Hubiera preferido cocinar algo más sabroso y contundente, pero 1. Amm: Hijo. Sok: Señor. Yayadijam: muchísimas gracias. Yadijam: gracias. Álmar: dinero de Álmarot. 86


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en estas pobres tierras escasea la comida. Nos es imposible conseguir otros tipos de alimentos sin Álmar1, menos aún sin Ak’taar2. Buscando consuelo en los ojos de su Hijo, la angustiada Madre percibe que Isahak fuerza una sonrisa para ocultar el dolor compartido. -¡Tranquila, Nam3! -le dice. -¡Jo, jo, jo! ¡Bueno, muy bien…! -Jicari levanta las sobras de la mesa. ¡Esto ha sido delicioso, Soke4 Droana! Como este es un momento único, si me permite el honor… Entornando hacia el grifo de la cocina, el Monje ya juntó la vajilla de todos y se dispone a lavarla. -¡Por favor, siéntese, Sok Jicari! -expresa Droana muy sorprendida-. ¡Yo me encargo! ¡Sería descortés de mi parte si lo dejo lavar los platos! ¡Además…! -¿Me niega el honor de la Fawyza5, Soke Droana? -Witta3, Sok Jicari, tiene razón. Al fin y al cabo, está respetando la tradición de éstas tierras. Es que son muy pocos los que hoy en día se fijan en esos formalismos. Usted es el primero en años. -El Imi3 quizás le presente a otros. Creo que hay muchos por conocer, Soke Droana -sonríe. -Ojalá, Sok Jicari… Pero, hacía mucho que no escuchaba esa palabra y la anterior. Porque casi nadie usa el Dijam5 y el Fawyza de manera adecuada. -Estoy de acuerdo. Es triste que se pierda la forma esencial de algo, Soke Droana. -Muy triste… ¡Pero, por favor, tan sólo dígame Droana! ¡Sin usar el Soke, que me hace sentir como una Sachei3! Un tanto ruborizada por su propio comentario, lo mira a Isahak de reojo que al instante interpreta el gesto. -¡Ya mismo, Nam! -el Niño corre hacia una de las habitaciones. -Sok1 Jicari, si lo desea, puede quedarse a pasar la noche. -Yadijam1, pero debo continuar con mi camino. Al mismo tiempo que enjuaga los cubiertos, el Monje sostiene una 2. Ak’taar: Moneda universal impuesta por el Imperio Kurayami. 3. Nam: Madre. Witta: Perdón. Imi: Universo. Sachei: Vieja. 4. Soke: Señora; título que reciben las personas respetables y decorosas, o perteneciente a la nobleza. Se antepone al nombre para destacar que tiene un cargo jerárquico o que es importante. 5. Fawyza: reciprocidad, retribución, intercambio, compartir; sin más interés que el de aprender y el de transmitir conocimientos en armonía con el prójimo. Ecosistema; hábitat de intercambio natural y crecimiento mutuo. Dijam: gracias, agradecida, agradecido; muestra formal de agradecimiento. 87


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postura armoniosa cercana al suelo. Como si estuviera sentado, pero ningún tipo de silla. -¿Ahora usted me niega el honor, Sok1 Jicari? -¡Jo, jo, jo! Muy bien, comprendo. Me quedaré esta noche y si el Imi1 así lo quiere, partiré mañana bien temprano. -¡Luego del desayuno, por supuesto! -agrega Droana con gracia. -Como usted diga, pues -Jicari devuelve la sonrisa. Se consume la tarde en Tucudina Qiun; las costas del sureste de Álmarot situadas a 210 km. al noroeste de la devastada Tucuyidina Qiun. Allí, dentro de uno de los contendores utilizados para evacuaciones, Maikel y Chouu alimentan a unos animales enjaulados. Habían sido rescatados por el equipo de Cronos antes del cataclismo en Tucuyidina Qiun. -¿De dónde salieron tantos bichos apestosos? -pregunta el Chico. -¡Animales, mamíferos, cuadrúpedos, Aqul1...! ¡Los bichos son Yichu1! ¡Tienes tantas formas de llamarlos y encima les dices apestosos! -¡Bueno, perdón! ¿Entonces? -¿Entonces, qué? -¿De dónde los sacaste, Chouu? -¡Ah, sí! Los fui rescatando de diferentes lugares, pero la mayoría provienen de Aquledina -responde Chouu con admiración por la especie. -¿El territorio de esas manadas salvajes tan peligrosas? -Bueno, es más la fama que le hicieron. Pero sí, cuando están hambrientos hay que tener cuidado de… -¡Tienen mucha hambre! -expresa Maikel, cuando un perrito casi lo muerde al arrebatarle el alimento balanceado de la mano. -¡Ten cuidado, porque también tienen mucho miedo! -Chouu frota la cabeza de uno de los cachorros-. ¡Pero tranquilos, ya están a salvo Yiyi1! ¿Te gustó la sorpresa, Maikel? -¿Encima me preguntas? ¡Sabes muy bien que los animales me dan asco! ¡Sobre todo este olor a perro mojado que hay acá! ¡Me repugna! -¡Ja, ja, ja! -Chouu nota que el Sucesor está muy serio. -Igual, es raro… -dice Maikel. -¿Qué es raro? -Es que… viéndolos comer con tantas ganas, es como si el asco me dejara de importar. 1. Sok: Señor. Imi: Universo. Aqul: Perros. Yichu: Insectos. Yiyi: Pequeñines, Pequeñín. Qia: Tierra. 88


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Aunque se siente bastante confuso por hallarse en un ambiente repleto de pulgas, garrapatas, diversas clases de pelos, olor a excremento y orín, Maikel continúa alimentando a los hambrientos caninos. Pero se asegura de cubrirse con un amplio pañuelo la nariz y de portar unos acartonados guantes protectores. En cambio, Chouu, acaricia a un perrito con las manos al descubierto y respirando el hedor con agrado. -¡Ja, ja, ja! -Chouu le guiña un ojo con simpatía-. Eso es lo mágico de las sorpresas. A veces nos gustan y otras nos desagradan, pero lo importante es aprender algo de ellas. ¿Cierto, Maikel? -¿Qué se puede aprender de esta inmundicia? -Maikel se aprieta las fosas nasales, empalagado por tanta aversión. -Déjame explicarte, Maikel. Por ejemplo, nosotros, o sea, Cronos. Nuestro objetivo es detener el avance del Hiwa2 y salvar la Qia1 de su destrucción. ¿Cierto? -¡Sí, pero…! -¡Presta atención, Maikel! -avanza Chouu-. Una de las tantas cosas que se hicieron para alcanzar los objetivos, fue construir la gigantesca Sichaqi Eranthe2. Nuestra increíble central de operaciones móvil, un poderoso Eranthe Alyon3 preparado para ser imposible de detectar y escaparse a la menor amenaza. ¿Verdad? -¡Sí, pero…! -¡Presta atención, te dije! -interrumpe de nuevo-. También se instalaron las demás Sichaqi Dyshe3, que fueron estratégicamente ubicadas en diferentes zonas de Gúdrum y Álmarot. ¿Me sigues? -pregunta Chouu que ahora sí espera una respuesta. Pero Maikel se ríe con uno de los cachorros que le lame la cara. Acariciándolo con ternura, enseguida aleja esa larga y mojada lengua. -¡Sí, te escucho…! -¡Bueno…! Como tú sabes, tanto la Sichaqi Eranthe, como las otras en tierra firme y el resto de magníficos artificios de Cronos, son las herramientas que usamos para ayudar a esos dos países. ¿Cierto? -le pregunta Chouu ajustándole un gesto serio. -¡Perdón, Chouu, pero…! ¿Qué tiene que ver Cronos con aprender algo de estos Aqul? 2. Hiwa: Imperio. Sichaqi Eranthe: Base Móvil. 3. Eranthe Alyon: Navío Levitador. Sichaqi Dyshe: Bases Secretas. 89


POTENCIAS MOLECULARES V.1.05 – EL IMPERIO KURAYAMI

-¡Mucho, ya te explico! El Hiwa1 desconoce la magnitud de Cronos y en estos momentos se deben preguntar muchas cosas sobre nosotros. Por lo tanto, somos una enorme sorpresa para ellos, al igual que ese perrito lo fue para ti. Ya que, sin agradarte mucho su olor y su aspecto, toleraste y reíste cuando te lamió en gesto de agradecimiento. ¿Cierto, Maikel? -Creo entender -Maikel acaricia al animalito. -¡Ese Yiyi1 te ha sorprendido! Sin darte cuenta dándole tus cuidados, fue como si hubieras regado una semilla en tierra fértil. Ahora, la alegría que sientes por el amor que te retribuye el cachorro, es como si fuera la abundante cosecha. Me parece que ese apestoso bicho, como tú dices, te ha enseñado que hay mucho por descubrir y aprender acerca de este mundo. ¿Entiendes? Maikel asiente cabizbajo y piensa detenidamente las palabras del Centinela. Llega a la conclusión que para el Imperio ellos podrían ser como ese mugroso y maloliente cachorro. Que al principio, sus cualidades animales lo perturbaron, pero al final terminaron por regocijarlo. -Déjame preguntarte algo, Maikel… ¿Qué crees que aprenderá el Hiwa cuando descubra todo sobre Cronos? -¿Qué somos tan pestilentes como estos ruidosos bichos? -¡Ja, ja, ja! Algo así. Quizás, eso mismo piensen ahora de nosotros. Pero creo que finalmente asumirán que Cronos es como una semilla que dará sorprendentes brotes para este mundo. Los frutos provenientes de nuestra siembra. Yo estoy convencido que serán los que traigan la verdadera felicidad. Tampoco debemos ser surrealistas, porque falta mucho para que el Hiwa aprenda y nos vea como algo positivo. Por eso, aunque todo esto nos suene como una ilusoria esperanza, está en nuestras manos confiar que la fantasía podría transformarse en realidad. Sino, sería aceptar que todo estuvo perdido antes de poder a cambiarlo. Chouu abandona la alegría y Maikel se estremece en un silencio reflexivo. En ese instante, suena el radiotransmisor del Centinela y desde la minúscula pantalla les habla Arbal Blac: -¡Hawax1, regresen de inmediato! ¡Ya estamos por despegar! ¡Tienen una hora como máximo! -¡A la orden, Guknuq1! -responde Chouu. Maikel permanece pensativo. 1. Hiwa: Imperio. Yiyi: Pequeñín. Hawax: Centinelas. Guknuq: Comandante. 90


05 - SORPRENDENTES SEMILLAS

Al cabo de sesenta y un minutos, tanto Sucesor como Centinela arriban a la Base Móvil de Cronos. Ingresando rápidamente al espacioso salón de mandos, Maikel y Chouu se unen a la tripulación. El Comandante los recibe con un gesto turbio por haberse retrasado sesenta segundos. Dando la orden a los operadores, Arbal Blac siente como el poderoso navío inicia el pesado despegue y, lentamente, se aleja de las devastadas costas de Tucuyidina Qiun. Desde la gigantesca escotilla principal, el Capitán confirma cómo se encoge el magnífico paisaje. Cuando Icuro avista el horizonte, festeja que el Sayath2 caiga por detrás del espejo de agua, transformándolo en un océano dorado.

2. Sayath: fuego divino, sol. 91



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