Sí puedes Calcular el Proceso Hacia el Éxito - Más Mujer Austin

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En muchas ocasiones has escuchado decir que el éxito es diferente para cada persona. Y sí, para algunos está relacionado al dinero, para otros a las experiencias, otros a las relaciones personales. Es decir, cada quién tiene su propia versión de lo que significa el éxito. Bueno pues, no obstante que es tan difícil ponerse de acuerdo en lo que es, hace algún tiempo leí que Tim Ferris dijo: “El éxito de una persona se puede medir por el número de conversaciones incómodas que está dispuesta a tener.” Me pareció un concepto brutal que aplica para todas las personas. No se trata únicamente de salirte de tu zona de confort.

En realidad, se refiere a atreverte específicamente a tener interacciones con otros que preferirías no tener, conversaciones que son difíciles, pero que seguramente van a ayudarte a avanzar en tu plan y lograr cosas que la gran mayoría no puede.

Quizá te causa molestia pedirle ayuda a alguien, o te desagrada decirle que no a quien te hace daño o quizá no quieres venderle algo a una persona o hasta evitas cobrarle una deuda a quien te debe dinero.

Todo porque te sientes incómoda con estas conversaciones y, sin embargo, no te das cuenta de que, rehusándote a hablar de esas cosas, estás saboteando tus avances. Los resultados que tienes claros se retrasan y no llegarán si tú no enfrentas con valentía esas pláticas. Y ojo, no estamos hablando de virtudes como la constancia, disciplina, esfuerzo, para nada. Más bien estamos hablando de momentos puntuales en los que tú decides si te enfrentas a esa situación o mejor volteas para otro lado. La magia está en que, literalmente, esas conversaciones las puedes contar, por día, por semana, por mes y así, darte cuenta qué tanto quieres realizarte. Porque el éxito no te lo mereces por existir sino más bien te lo ganas por lo que estás dispuesta a hacer. Seguramente hay situaciones que quieres eludir porque podría convertirse en una confrontación verbal directa en la que tendrás que defender e imponer tu posición porque es genuinamente lo que sientes, piensas y quieres, pero algunas veces tu corazón de pollo no te deja hablar porque no quieres que la otra persona se sienta mal o porque qué es lo que van a decir de ti, que eres mala, desalmada, fría y calculadora. Yo creo que mientras lo que hagas sea honesto, respetuoso y dentro de tus propios valores, no tendrías por qué tener reparo en hacer o decir eso que quieres expresar. Será incómodo, sí, pero MUY probablemente lo será menos que estar insatisfecha en cómo van las cosas en tu vida. Ese temor por hablar claro y fuerte se va a transformar en una frustración porque tendrás que conformarte con lo que las demás personas te obliguen a aceptar. De todas formas, ponte feliz, porque tienes tiempo de enderezar las cosas. ¿Sabes lo que quieres? ¿Tienes voz? Defiende entonces lo que buscas, aunque eso signifique pasar un momento, sólo un momento desagradable. No es física cuántica, es simple matemática, ¿Cuántas conversaciones incómodas estás determinada a tener el mismo día de hoy?

2019 / AGOSTO