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REPARANDO MÁS QUE MUÑECAS

UN CURIOSO LUGAR EN LA COLONIA DEL VALLE REPARA JUGUETES QUE FÁCILMENTE SE PUEDEN REEMPLAZAR, PERO EL CARIÑO LOS VUELVE INSUSTITUIBLES. DESCUBRE ESTE TALLER EXPERTO EN ESA OTRA “CIRUGÍA PLÁSTICA”

POR RAULÍ MONTEROS*

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El taller de Enrique Cervantes Rojas lleva 50 años ingresando a “quirófano” a muñecas. No importa el material ni la edad, arregla desde un dedo roto hasta el cuerpo entero, desde porcelana hasta vinil. Si la paciente perdió cabello, con una máquina incrustadora le cosen melena nueva. También se realizan implantes de ojos, manos o pies, según se requiera. En caso de que la piel, labios o cejas hayan perdido color, se vuelven a pintar. Los clientes son en su mayoría adultos que conservaron sus juguetes favoritos. Sobre las repisas se asoman Cabbage Patch y muñecas cincuenteras. El señor Enrique aprendió el oficio a sus 15 años de su “pa-

EL OBJETIVO: CURAR SONRISAS

Las historias tiernas abundan en este lugar. Por ejemplo, hace unos días llegaron dos mujeres sosteniendo a un bebé tipo Nenuco con un párpado caído. Explicaron que pertenecía a una mujer de la tercera edad que siempre lo estaba abrazando y que, si le insinuaban cambiarlo por uno nuevo, lloraba. “Se lo voy a tener lo antes posible para que no lo extrañe la señora”, acordó Don Enrique. ¿Qué es lo que le gusta de su trabajo? “Regalar sonrisas, caras felices”, responde.

El Hospital de Muñecas Rojas se encuentra en Adolfo Prieto 234, local 274, en el Mercado Lázaro Cárdenas. Abre de lunes a sábado de 13:00 a 18:00.

troncito querido”, Hilario Gutiérrez. Recién cumplida la mayoría de edad, se independizó. Al inicio, se dedicó principalmente a reparar juguetes infantiles. Pero mucho cambió con la llegada de la mercancía china a finales de los años 80. Los productos asiáticos eran tan baratos que la gente prefirió comprar muñecas nuevas. Luego se quedó sin “refacciones”, pues cerraron las fábricas de donde obtenía piezas.

A pesar de la globalización, el hospital sigue en pie y hasta con lista de espera. Muñeca que llegue, se atiende primero y a veces tienen que pasar hasta 20 días para que vuelvan a ser abrazadas por sus dueños.

“No quería vivir más’: el cantante Ed Sheeran habla de su lucha contra la depresión” BBC .

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