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CÓMO HACERNOS RESPONSABLES
“Cuando la balanza se inclina hacia exceso de responsabilidad, tanto el líder como su equipo sufren. Los líderes demasiado responsables pueden sentirse constantemente sobrecargados y abrumados, lo que lleva al agotamiento.
Los líderes con un sentido de la responsabilidad hiperactivo también pueden desempoderar a otros y reducir su confianza en sus propias habilidades”, advierte la coach ejecutiva Dina Smith en un artículo de Harvard Business Review
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Es como pasa en un matrimonio donde los dos se culpan del fracaso, se gritan, se insultan y hacen aún más terrible la situación. Uno le exige al otro que cambie, en lugar de cada uno asumir su responsabilidad y buscar solucionar lo que le toca, que es su propio comportamiento.
Ahora lo sé con certeza: fui un mal jefe y un peor líder. No supe cómo gestionarme a mí mismo, mucho menos cómo gestionar a mi equipo y sus emociones.
Lo digo ya sin culpa: admito que debí hacerme responsable hace mucho, salir del papel de víctima y tomar acción.
Por fortuna con la pandemia llegó mi oportunidad para cambiar. Cuando me despidieron de mi empleo empecé mi camino para liberarme de la culpa, hacerme responsable y empezar mi reconstrucción interna.
A la distancia aprendí que no podía cambiar a mi equipo, pero sí podía cambiar yo. Hacerme responsable de mis emociones y frustraciones, y dejarlos a ellos hacerse responsables de sus propios problemas.