DEVELANDO LAS LUCHAS FEMINISTAS Raúl Vergara Roa Magister en Educación y Diplomado en Literatura Invierno de año 2018 Las luchas feministas poseen un profundo sentido lógico en el espíritu de sus petitorios de forma aislada, solo la música de los petitorios en su conjunto desarmonizan y reclaman la ausencia del elemento intelectual aglutinante. Por ejemplo invocar la palabra poder sin acudir a la definición de este desde intelectuales que se han esforzado en hacerlo como Michel Foucault y Friedrich Nietzsche. Si no se lee a Michel Foucault y Friedrich Nietzsche en cuanto sus descripciones sobre lo que es el poder difícilmente podremos comprender lo que atañe a las luchas reivindicatorias feministas que alzan sus banderas contra los ejercicios de poder de lo masculino por sobre lo femenino. Cada uno de los petitorios y agrupaciones que abogan por cada consideración son absolutamente plausible y atendible y por lo demás deben ser afrontadas, superadas y solucionadas, aunque en mucho ayudaría al logro la presencia de un aparato aglutinador el que normalmente toma forma humana pensante, dialogante, política y de fuerte peso intelectual. En la obra inconclusa de Focault el poder no es considerado como un objeto que el individuo cede al soberano (concepción contractual jurídico-política), sino que es una relación de fuerzas, una situación estratégica en una sociedad en un momento determinado. Por lo tanto, el poder, al ser resultado de relaciones de poder, está en todas partes. El sujeto está atravesado por relaciones de poder, no puede ser considerado independientemente de ellas. El poder, para Foucault, no sólo reprime, sino que también produce: produce efectos de verdad, produce saber, en el sentido de conocimiento. En dicha afirmación de Foucault me detendría a valorar el componente productivo afirmativo del poder cual es el efecto de producir verdad, saber y conocimiento, lo que podría de algún modo atender el concepto de poder como un elemento también constructivo y no solo destructivo, quizá porque estamos asistiendo a un escenario de vilipendio del poder. En Nietzsche y su acercamiento al poder desde la noción de voluntad señala: desde la óptica cosmológica, decir que el mundo es voluntad de poder significa
que lo real es un conjunto de fuerzas desiguales, cualitativamente distintas entre sí, que dominan y son dominadas, en lucha incesante, que les impide alcanzar el equilibrio, pues Nietzsche define precisamente la fuerza como voluntad de poder. Contrariamente, la ciencia moderna ha tratado de ignorar, según Nietzsche, el componente cualitativo y desigual de la fuerza, buscando la medición y cuantificación de las mismas, su reducción a fórmulas numéricas y su igualación. A través del mecanicismo, de la cuantificación y matematización de los fenómenos, la física moderna ha tratado de anular las diferencias entre las fuerzas que componen al universo, creando un modelo de naturaleza, dominado por la idea de equilibrio y orden. En cuanto al eximio Nietzsche quisiera relevar la asociación de fuerza, voluntad y poder; donde existirían contrariamente a la idea impuesta de equilibrio y orden, una constante pugna de fuerzas que solo así reconocen el poder de la voluntad; un acercamiento de refilón a la noción de poder pero que nos otorga la idea de la naturaleza
del poder en cuanto pugna constante como propio del fenómeno.
Cabría también según lo antes relevado del autor señalar que uno de los elementos que han venido a civilizar las fuerzas propias del poder y sus pugnas desde la voluntad son las ficciones que han tomado forma mediante cuerpos jurídicos que configuran realidades y por consiguiente una manera del ser social en el mundo con calificativo de civilidad constituyente de sociedades civilizadas. En lo personal opino bienvenido sea, pero debe ser perfectible por lo falible del sistema de ideas en este cuerpo jurídico de orden y equilibrio. Quisiera solo otorgar algunas apreciaciones en algunos tópicos feministas que me ha tocado masticar estos últimos cuatro o cinco meses. Se habla de un empoderamiento femenino no obstante el poder está presente en todo y en todos y es ejercido de la forma que sea, (el poder no es, se ejerce) sin importar géneros ni identidades. Dicho esto en términos simples se superaría el dilema de empoderamiento de lo femenino por cuanto es una definición de una pre existencia vernácula y también contemporánea por tanto transversal en la historia humana. Se plantea la necesidad de proteger a la mujer del "homicidio" perpetrado por hombres contra las mujeres, distinguiendo con el sustantivo de "femicidios" a dicho acto para diferenciarlo del "homicidio", el cual lleva el prefijo "homo" lo que no hace referencia a "hombre". "Homo" proviene del latín que significa "humano" lo que hace del "homicidio" un acto entre sujetos universales, por lo tanto asistimos a un juego semántico del lenguaje con voluntad de crear categorías superiores que
lleven al poder político mirar el fenómeno criminal. Se puede develar una intención de escisión en lo humano, separando un componente que pudiera obligar a revisar el estudio del comportamiento humano en cuanto "crimen, occisión, asesinato o muerte" al acudir una nueva categoría cual sería "lo femenino" obligando a analizar diferencialmente "lo masculino". En el contexto de los actos de ejercicios del poder y fuerza a lo que acude la noción de "violencia", la cual atendimos en párrafo anterior, la coacción se muestra como naturaleza esencialmente con dirección masculino hacia lo femenino, devaluando la dirección inversa del ejercicio del poder, de lo femenino hacia lo masculino. Los fenómenos de violencia sicológica y física en contra de la mujer es contundentemente más alta en estratos de clases marginales que en cualquier otra de las clases sociales. Hago aquí una observación clasista del tema porque lo vale ya que los marcos regulatorios creados por el legislador irían en conformidad a los grados de violencia que se configuran desde otros nichos o segmentos de clase de la sociedad, los que se manifiestan en contextos agudizados en cuanto delincuencia, alcoholismo, drogadicción, abandono, miseria, degradación y su consecuente código de comunicación con apariencia de lenguaje propio. Con esto se crea una legislación pro defensa de la violencia ejercida contra la mujer argumentada en contundente cantidad de coacciones provenientes del universo de clase marginal. Esto constituiría un cuerpo jurídico castigador y aplicable a todo el universo de clases sociales sin distinción, o sea, existe una creación jurídica desde una realidad y contexto particular aplicable a un contexto general. Solo expresar que; los actores políticos se validan a través del ejercicio del sufragio. Las leyes que promuevan la defensa de la mujer garantizan su aceptación, desde las mujeres, por tanto garantizan validaciones hacia los actores políticos, por cuanto garantizan votos femeninos sin soslayar el consiguiente arrastre del voto del núcleo familiar de la sufragista. Igualdad salarial entre hombres y mujeres: esto es del todo lógico por cuanto a igual producción igual salario en un orden regido por un capitalismo productor, industrial y de servicios, en teoría. A este petitorio están principalmente adheridas las clases medias profesionales femeninas, las que se reducen a un movimiento de exigencias burguesas y que pertenecen a un segmento de reclamo por mayor acceso a salarios. Finalmente son un movimiento feminista de lucha por mayor acceso monetario sin ninguna pretensión de lucha por igualdad.
En cuanto a las iniciativas respecto a expresiones lingüística desde el hombre hacia la mujer con contenido erótico y en un contexto del espacio público las que se define como piropos, galanteo, coqueteo, lisonja, señalo que me parece en extremo violento restringir las libertades individuales mediante leyes que propicien la limitación, opresión o prohibición de la expresión en lo público. Quizá ha faltado en esta iniciativa más sutileza y menos brutalidad a la hora de definir lo sancionatorio. En ningún caso quisiera disminuir el hecho de que dicha violencia lingüística erotizada pueda en efecto tomar formas y ribetes violentos en el espacio público, lo que requiere de un análisis más agudo para devenir en sanciones. Por ultimo referirme a las luchas por mayor libertad e igualdad para las mujeres llevada a cabo en facultades universitarias de este país donde las decisiones de paros y tomas han sido llevadas a cabo por solo los votos de ellas; una contradicción vital para quienes demandan mayor libertad pero imponen un dispositivo dictatorial de sufragio eligiendo ellas quiénes son esos electores que han terminado en un universo electoral puramente femenino. De todas maneras debo hacer presente que dentro del mundo universitario público, en cuanto toma de decisiones en asambleas, históricamente se ha hecho en base a manipulación, donde ganan los que más vociferan o amedrentan, por tanto sigue siendo un fenómeno muy propio de nuestras "academias". En cuanto a las luchas por las libertades del tipo reproductivas se anteponen intereses del tipo imposición valórica y económica, por cuanto miedo a la destrucción del sistema de reproducción del núcleo familiar lo que atentaría contra el principal medio de reproducción económica. Seguiré mirando y masticando este fenómeno de múltiples variables, muchas de ellas no tocadas en esta columna.
