Gestión Cultural
Economía creativa
Llegó la hora
de Pensar Motivados por la crisis, en Europa, los gestores culturales punto-com han tenido que dar un vuelco y pasar de la Sociedad de la Información a la Sociedad de la Imaginación. En ese cambio, las ideas adquieren cada día más valor.
Por Pilar Entrala V.
U
n diamante es para siempre, las ideas también. “Emprendedor cultural es aquel que tiene una visión única sobre una idea común”, advierte el escritor y economista catalán Fernando Trias de Bes. Entonces, la suerte está echada. Podemos tener defectos, malos momentos, dudas, nostalgias, falta de perspectiva y otras dificultades. Es parte del juego. Pero ya no podemos perder la brújula de la Ideas. De eso, un gestor moderno, inserto en la modalidad de proyectos de creación y en la producción de nuevos lenguajes y de relaciones mediales on line, no se recupera… jamás. Hoy, la meta de un buen emprendimiento, al menos en cultura, es procurar el reconocimiento del valor y la aportación de las ideas. “Las fuerzas comerciales son poderosas y seductoras, ya están captando a gran parte de esta nueva generación de gestores culturales punto-com para transitar por los nuevos mundos de la producción cultural”, adelantan por Internet los especialistas en planes de negocio. Pero, ¿cuánto vale una idea que hace soñar, que hace reír, que hace llorar? Para los más imaginativos, “puede valer mucho y costar muy poco”. En España, el tema de las Ideas, desarrollado desde diversos ámbitos de la administración cultural, es hoy un caballito de batalla que se impone para afrontar la actual crisis económica por la que atraviesa Europa. “Lo que conduce al mundo no son las máquinas”, fue el slogan de una campaña de pro-
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tección a la propiedad intelectual presentada en ese país, en 2005. Y aunque este eslogan fue atribuido por una autoridad de entonces a Leonardo da Vinci, siendo en realidad autoría del genial escritor francés Víctor Hugo, el chascarro sirvió justamente para poner el acento en que “lo que arrastra al mundo son las buenas y transgresoras… Ideas”. EL RÍO SE DESBORDÓ
La apuesta parece estar en una sociedad que para avanzar o innovar tiene que atesorar el pensamiento: “Estamos ante un escenario de cambio e incertidumbre. Del valor de las ideas y de su capacidad para generar beneficios depende la nueva Economía Creativa. La sociedad de la información y del conocimiento dejan paso a la sociedad de la imaginación”, advierte la académica Belén Elisa Díaz, licenciada en Bellas Artes y en Ciencias Económicas y Empresariales, Directora del Máster en Economía Creativa, Gestión Cultural y Desarrollo de la Universidad Rey Juan Carlos, primer máster de España en esta nueva disciplina de la llamada Economía Creativa. –¿Pasar a la sociedad de la Imaginación? En países como los nuestros, con una historia democrática incompleta o demasiado joven, los sueños suelen ser “subversivos”. “Si subversivo es plantearnos muy seriamente que debemos cambiar nuestro sistema en todos los órdenes de nuestra vida, entonces, la nueva Sociedad de la Imaginación es totalmente subversiva, y no pienso que sea arriesgada esta postura, sino del todo necesaria y realista. Arriesgada sí me parece la postura de seguir empeñándonos en ‘darle más caudal al río cuando éste ya está desbordado’, entonces sí entraremos en una profunda recesión. De ahí que la mejor postura es el decrecimiento, ‘producir menos pero de mejor calidad’, optar por un proceso productivo más flexible y desechar el sistema del producir ‘cada vez más’. Un sistema democrático maduro debe facilitar este tránsito a través de
una flexibilización en sus instituciones, mayor transparencia informativa en los medios y en los mercados y, sobre todo, potenciando sus recursos humanos, invirtiendo en educación, formación e investigación”. –¿Qué fue primero: la tecnología o las ideas? “Depende del momento de la historia, pero para mí está claro. Lo primero deben ser las ideas, ‘pensar antes de actuar’, ‘pensar antes de producir’, ‘idear antes de proyectar o construir’. Las ideas son las que deben mover al mundo y propiciar los cambios, incluidos los tecnológicos. Cuando la tecnología va por delante del pensamiento, se corren grandes riesgos y se nos puede ir de las manos. Ya tuvimos claros ejemplos en el siglo XX, el hombre que descubre que la tecnología también puede ser un instrumento de destrucción del propio hombre”. –¿Cómo se pasa a la imaginación en América Latina, siendo que la economía creativa es un concepto incipiente? “No estoy muy de acuerdo. Latinoamérica se presenta en el nuevo mapa geopolítico mundial como una potencia emergente. Si bien hay importantes diferencias por países
“es el tiempo de emocionarnos, de emprender y de crear. ¿Cómo cambiar ahora este modelo por un modelo más participativo y, en definitiva, más creativo, capaz de generar esas nuevas ideas necesarias para reinventarlo todo? para mí, el cambio pasa por dos retos fundamentales: la educación y el liderazgo”.
alejandra acosta
jor calidad y al menor coste posible, se deja un amplio terreno a la imaginación y las empresas competirán sobre todo en diferenciación. Para ello será preciso invertir en investigación e impedir la fuga de talentos”.
desde un punto creativo, Latinoamérica tiene mucho que decir, pues la creatividad se desarrolla en circunstancias muchas veces adversas y la diversidad también es un componente que propicia esa creatividad. Creo que el dicho popular “la necesidad agudiza el ingenio”, tiene mucho de verdad. Por eso, en sociedades de la abundancia, ese ingenio corre el riesgo de ser poco desarrollado, mientras que sociedades que han sabido hacer frente a circunstancias adversas son muy ricas en el ‘petróleo de la creatividad’ ”. LA HORMA DEL ZAPATO
–Representante de este nuevo modelo de economía es uno de sus entrevistados, el diseñador Adolfo Domínguez, para quien, España ha invertido más en construcción que en conocimiento. “Estoy de acuerdo con nuestro gran diseñador y empresario en que nos ha faltado y nos falta ‘cultura de inversión’ más allá de lo tangible. En cualquier caso, nos faltó, no cabe duda, invertir en educación y en investigación, que son la base del conocimiento y de la innovación. Es fundamental diversificar la cartera de nuestras inversiones y como el propio diseñador apuntaba, ‘si te pasas más de
15 años invirtiendo en ladrillo, lo más normal es que te lleves un ladrillazo’, y eso es lo que nos ha pasado. Pero el corazón de la crisis actual está en el derrumbamiento del sujeto y la pérdida de valores. Creo imprescindible introducir en el sistema educativo esas grandes preguntas: ¿de dónde venimos y hacia dónde vamos? y encontrar cuanto antes cuál es mi cometido en este mundo. Es necesario introducir un sistema de valores que se apoye en la ética como factor de desarrollo personal, social y económico. El desarrollo de un pensamiento humanista que ayude a los jóvenes a pensar por sí mismos, a tener sus propias ideas y pensamiento crítico, y que les encamine en la búsqueda de ese trabajo que sea la ‘horma de su zapato’. Entonces, la felicidad vendrá sola, la productividad en las empresas se incrementará y la sociedad estará más cohesionada y será más justa”. –¿Hay realmente tiempo para imaginar? “Todo está cambiando, lo que prevalecerá serán las ideas. Se valorará la diferenciación del producto, su diseño y su originalidad sobre la posible estandarización del mismo. En esta nueva economía, en la que prima el proceso de producción flexible, artesanal o por proyectos, en ese producir menos pero de me-
Belén Elisa Díaz “No es que las empresas culturales y creativas puedan tener algún futuro, es que son el futuro de nuestra economía. Y si no, que se lo digan al Parlamento Europeo, que acaba de dotar de 1.800 millones de euros al Programa de Europa Creativa (2014-2020) para el desarrollo de estas Industrias como nuevos modelos de negocio”.
–¿Cree que los empresarios querrán apostar a la sociedad de la imaginación? “La nueva economía ya no es posible sin la cultura y sin el petróleo de la creatividad. Los sectores tradicionales deben reinventarse y a su vez aparecen otros nuevos. Se ha generado una economía con cierta dosis de ‘promiscuidad’, pues esta nueva economía debe dialogar con la cultura y ésta a su vez con el ocio y el turismo. Así, por ejemplo, ya no es posible vender vino sin ligarlo al paisaje, al arte o al patrimonio del lugar”. –¿Cuánto vale una idea? “El valor de una idea no viene determinado únicamente por el beneficio económico que ésta pueda generar, que es fácil de determinar –por el precio de la entrada al cine, el precio de un cuadro–, pero lo particular de los productos culturales es que, además, generan otros beneficios como sociales, emocionales, muy difíciles de cuantificar y en algunos casos de valor ilimitado para una persona. Es tanto como decir ‘¿cuánto vale que nos hagan sentir vivos?’ ¡Eso no tiene precio! Es preciso desarrollar un nuevo pensamiento humanista integrador, que sitúe al hombre en el centro del sistema. Probablemente la actual crisis de identidad que, a mi modo de entender, es más bien una profunda crisis espiritual, nos lleva a esa búsqueda incansable de respuestas a esas grandes cuestiones que mencionaba antes y que hacen que exista una importante demanda de Cultura. Sí, pienso que llegó la hora de pensar y de emocionarnos, de emprender y de crear”.
Tienes derecho a la Educación. Los castigos en la escuela no deben ser ni humillantes, ni indignos.
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