Cuentospapelis001

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1-UN REAL "CUENTO DE HADAS" Había una vez dos hermanos Julián y carolina de tan solo 10 y 8 años de edad crecieron en compañía de su madrastra y su padre hasta que este falleció desde ese día todo cambio su madrastra quien era alcohólica los abandono (así es, como a hansel y gretel) Julián quien era el mayor debía hacerse cargo de su hermanita, así que salieron a la ciudad, se sentaron en un andén a pedir dinero. Pero las pocas monedas que les daban solo alcanzaban para un pan el cual debían dividirlo para los dos, Julián le daba el más grande a su hermana y se comía la parte más pequeña todos los días era lo mismo hasta que un día de camino al mismo anden donde pedían dinero, miraron a un hombre el cual tocaba un tambor y su alrededor había muchas personas que admiradas le daban monedas y al parecer no le iba nada mal Julián era muy habilidoso para tocar la flauta así que con el dinero que les dieron ese día no compraron un pan sino una flauta con la esperanza de que las personas les dieran más monedas y así fue Julián era tan bueno que fue comparado con El flautista de Hamelín, no por controlar ratones sino por su increíble habilidad que parecía controlar a los pobladores con sus armoniosos sonidos. todo iba mejorando para ellos. Un día alguien que pasaba por ese anden los reconoció era un antiguo vecino de ellos y les informó que su madrastra había sido hospitalizada pero Julian estaba muy enojado con ella por haberlos abandonado, sin embargo carolina la quería ir a visitar asi que tomo unas cuantas monedas, le compro unos panes y se los llevo en una canasta a su enferma madrastra tomo una chaqueta de color rojo (tal como caperucita) y salio todo iba bien hasta que se metió por la parte mas peligrosa de la ciudad ahi habia un hombre (el lobo feroz) quien la miro sola y se quiso aprovechar de eso se le acerco, carolina camino a paso mas apresurado pero fue inutil el hombre la logro alcanzar entre mentiras convenció a la niña y la iba a llevar hacia un oscuro callejon pero julian ya habia notado la ausencia de su hermana y salio a buscarla encontró a un policía en la calle quien la había mirado pasar después de tanto preguntar lograron encontrarla fue salvada de ese hombre de las garras de ese lobo feroz los hermanos se abrazaron y continuaron su camino al hospital a ver juntos a su madrastra quien entre lagrimas les pidió disculpas y como todo cuento termino con un final feliz, terminaron unidos como una familia su madrastra se rehabilito julian se volvió un gran flautista y carolina ahora es doctora y creo una fundación para los niños sin padres ...FIN...

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2-El Amor de Mi Vida Brillaba más que el sol, y me iluminaba con su sonrisa. Ella estaba hermosa parecía una princesa con su vestido blanco, caminaba hacia a mí y no puedo describir la emoción que sentía en ese momento. Era lo que siempre había soñado desde que la conocí aquel verano y nos dimos nuestro primer beso, éramos pequeños apenas teníamos 9 años. 18 años después verla caminar hacia el altar sonriendo, escuchar música de fondo – tatatatan tatatatan tatatatan-, es lo mejor que me ha podido pasar, está por llegar, la miro, sonrío y la tomo de mano; es como si en ese instante nuestras miradas se conectaran y nos llevaran a un paraíso donde solo estamos los dos, camino un poco con ella hasta nuestro lugar, extiendo su mano y ahí está mi mejor amigo a quien le correspondió hacerla feliz; pensar que yo fui quien la entrego a sus brazos. 7 años atrás la seguía amando como en aquel verano, aquel maravilloso verano donde entre risas y juegos conocí a la mujer de mi vida, aquella con la que querría compartir todas mis experiencias; pero en esos pocos 9 años que teníamos pensaba que lo que sentía era solo cosas de niños, ahora me doy cuenta de que estaba equivocado. Cuando el verano acabo, ella volvió a su casa y esa fue nuestra despedida, no pensé volver a verla. Sin embargo han pasado 7 años y la he vuelto a encontrar estaba hermosa con su sonrisa radiante, me ha reconocido y me saludo: - David me dijo.- a lo que yo le respondí: Hola Hanna como has estado, hace tiempo que no te veía. Es una casualidad muy bonita me dijo ella, estoy aquí porque entrare a estudiar medicina a esta universidad y ¿tú? Yo igual le respondí. No podía creer lo que estaba pasando la niña de la que me había enamorado era una mujer teníamos 20 años ya. Estaba aún más hermosa de como la recordaba, en ese momento sentí como explosiones dentro de mí y la felicidad invadió mi cuerpo; es ahí cuando descubrí que aquel amor infantil creció al igual que nosotros. Pasaron dos años y estaba decidido a confesarle mis sentimientos ya que no aguantaba más y en ese tiempo nos habíamos vuelto mucho más cercanos, era “mi mejor amiga” o bueno, eso era lo que ella creía pero yo la consideraba más que una amiga. Ya estábamos en quinto semestre, y habíamos conocido a Santiago quien se convirtió en mi mejor amigo, el me confesó que había comenzado a sentirse atraído por Hanna y que le ayudara ya que ella me consideraba como su mejor amigo; en ese momento no sabía qué hacer si confesarle mis sentimientos a Hanna o ayudar a mi mejor amigo. Ante tal incertidumbre decidí no dañar mi amistad con Hanna y callar lo que sentía, simplemente por el miedo a que ella me rechazara. Poco a poco trate de acercar a Hanna y Santiago, sacaba excusas para dejarlos solos y que ellos pudieran compartir más. Por su puesto todo esto me dolía pero no podía dañar lo que tenía con mis dos amigos. Lo único que atesoraría es el beso que me di con aquella niña que ilumino mi vida. El tiempo pasó y empecé a frecuentar cefalea y pensé que era el estrés, los días pasaban y el dolor no cedía, entonces decidí ir al doctor. Al día siguiente saque la cita el doctor me examino y me envió a practicarme unos exámenes, me realice los exámenes y fui con el doctor para saber que pasaba, fue en ese momento cuando el doctor me dijo: -Tienes que ser fuerte, parece que tienes un Tumor Cerebral. Al escuchar esa noticia sentí como el mundo se venía justo encima de mí, no podía creer eso, ¿porque a mí me preguntaba?, empecé a distanciarme de todo, de la universidad de Santiago y de Hanna; ella diariamente se dirigía a casa para saber de mí, sin embargo no quise hablarle. Cierto día me levante fui donde el medico acepte empezar el tratamiento aunque sabía que pronto perecería. Hable con Hanna y Santiago les pedí disculpas por mi actitud explicándoles que estaba así a causa del estrés y que me entendieran, ellos comprendieron aunque en la mirada de

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Hanna sentía cierta duda. Los días pasaron y Santiago me comenta que le pediría a Hanna que empezaran a salir más que como amigos, esa noche Hanna va a mi casa y me pide un consejo, ella quería saber que le podría responder a Santiago; yo le dije: - Él es un buen chico, se ve que te aprecia y te sabrá valorar. Ella me dijo: - Lo que pasa es que a mí me interesa otro chico, llevo mucho tiempo desde que lo conozco pero creo que yo a él no le intereso porque en todo este tiempo no ha mostrado ni la más mínima insinuación, entonces creo que tomare tu consejo. Ellos en efecto se llevaron muy bien y se les veía muy feliz. Faltaba poco para graduarnos y Santiago decide pedirle algo a Hanna frente a toda la comunidad universitaria, el refirió estas palabras, dijo: - Hanna ¿Quieres casarte conmigo? Hanna se sorprendió, tanto como yo; todos decían dile que si dile que sí, Hanna me miraba y no sé porque lo hacía me dio la impresión como si quisiera que le dijera algo. Luego de un gran silencio por parte de Hanna ella respondió: -Sí. Mi corazón se partió en millones de pedacitos, pero los felicite con gran emoción, la mirada de Hanna me generaba incertidumbre no sabía si estaba feliz o estaba triste. Llegue a casa y al cerrar la puerta, alguien toca –toc toc toc toc-, era Daniela la mejor amiga de Hanna, platicamos y ella me dijo que Hanna estaba triste, que ella desde hace tiempo había estado enamorada de mí, que guardó en su corazón aquel beso que nos dimos de niños y que al volver a encontrarme tenia esperanza de que yo le insinuara lo mismo. Yo quedé perplejo de pensar que el amor de mi vida sentía lo mismo que yo por ella y que la había entregado a otros brazos; pero sentí que fue la mejor decisión que pude tomar, porque con mi condición no podía darle lo que ella merecía, entonces preferí quedarme callado. El día de la boda llego y ella me pidió que fuera su padrino, la entregue a mi mejor amigo. Hoy, 5 años después de aquel día estoy tan enamorado como en aquel tiempo, me quedan pocas horas de vida y quería contarles cómo fue que conocí al amor de mi vida, quiero que ella sepa que fue, es y será siempre mi amor aún más allá de la muerte.

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3-El sueño más largo de mi vida Eran las 5 am, estaba ansiosa por salir, no aguantaba estar más allí, pero aun no era hora. De un momento a otro mi cuerpo se empezó a dormir, ya no reaccionaba entrando en un largo sueño, un sueño del cual jamás despertaría, quizá el sueño mas largo de mi vida. Este sueño inicia desde el día en que gane la carrera, sí, cuando mi espermatozoide colono al ovulo fecundándome por 9 meses. Estaba ansiosa por conocer a mis padres. Al pasar el tiempo fui creciendo, la experiencia de mi niñez fue maravillosa, jugaba, corría, lloraba por las calles de Cali conviviendo con muchas personas. En mi adolescencia iba de rumba a Juanchito, llevaba una vida descontrolada, nadie me decía nada, me deje consumir por el mundo, el cual me llevo a encontrarme un poco perdida, tan perdida que ya no sabía ni quién era yo; la vida ya me estaba pidiendo cuentas, ya no era una bebe y tenía que decidir que iba hacer con mi vida ya que estaba próxima a graduarme del colegio e iba a ingresar a la universidad y no sabía que quería ser. El día de mi grado la pase muy chévere con mis amigos y con toda la gente que estaba allí. Tome conciencia de lo que estaba pasando, ya que tenía que empezar a construir mi sueño porque no podía esperar hasta mañana para iniciarlo. Inicie una búsqueda detallada sobre mis gustos y descubrí que me encantaba enseñar y que por tanto quería ser licenciada en lenguas extranjeras, pero, no cualquier licenciada sino la mejor licenciada de Cali de Colombia y del mundo entero. El día de presentarme a la universidad del valle estaba muy nerviosa, me dijeron que a los 3 días me darían la respuesta; durante estos días estuve un poco inquieta porque si no me aceptaban no sabía que iba hacer; pasados los 3 días mi teléfono sonó y me dieron la grata sorpresa de que había sido aceptada y que ahora podía cumplir mi sueño. El primer día de universidad me mojaron por ser primípara y de ahí en adelante todo fue un martirio, pero lo que siempre me sostuvo fue la pasión aun en momentos de deserta. Pasaron 5 años, llegando el día de la graduación, me condecoraron por ser la mejor y me encontraba muy feliz por haber culminado un logro más junto a mis compañeros de carrera y presentes. Luego de terminar la carrera empecé a trabajar en la misma universidad, después me case con el alcalde de Cali, tuvimos dos hermosos hijos y ahora nos encontrábamos en el cerro de las xxx, disfrutando de las maravillas de la ciudad, contemplándola desde un helicóptero; todo iba bien cuando de pronto el helicóptero tuvo una falla técnica y comenzó a caer, yo empecé a gritar de desesperación cuando de repente volví a reaccionar y me di cuenta que todo había sido un sueño pero que ahora estaba escuchando los llantos de mi madre y no comprendía porque lloraba si yo estaba ahí, cuando recordé que en ninguna de las escenas habían estado mis padres , que nunca los conocí y que ya nunca los conocería porque esta vez si me había dormido para siempre.

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4- SEAN TODOS BIENVENIDOS En una ciudad de constante movimiento, donde puedes encontrar desde una persona del sur hasta una persona del norte del país; llega Adriana, una joven con un acento particular que destaca a los paisas, viajo desde Medellín para residirse en Cali, de personalidad extrovertida y con el signo de siempre conocer y buscar más de lo que a simple vista se ve. Adriana espera conocer algún caleño que la ayude a recorrer la ciudad desde todos los aspectos en que Cali puede ser vista. Adriana descubre una ciudad totalmente diversa, una mezcla de culturas, arcoíris de etnias arraigadas a existir por siempre en la humanidad, Cali, una ciudad integral en todos los aspectos, que le abra las puertas a todo quien quiera entrar a la ciudad. Adriana llega con la misión de vivir todo el movimiento y el cambio de esta ciudad, ella llegó para quedarse. Desde el calor y el swing de las discotecas que rodean la ciudad, pasando por una diversidad de géneros musicales; subir al cerro, pasar una tarde en Jovita y terminar en la loma de la cruz, descansar y disfrutar de los eventos en la colina de San Antonio. Todo vivido y gozado por Adriana, donde cocnoció personas de todos los lugares y hasta extranjeros. Lo que menos pensaba ella era que en todo este recorrido no había conocido aún un caleño, algo irónico viviendo en Cali, algo que la lleva a pensar: ¿cuan difícil es encontrar un caleño en su propia ciudad? Cali ofrece variedad de sitios y eventos para conocer de su cultura, recordando que esta ciudad no es solo salsa como muchos piensan; cosa que Adriana reconoció; pero todo esto la llevo a reflexionar sobre ¿qué será de los caleños en un futuro? ¿esta cultura seguirá en pie? ¿habrá mayor población caleña en su propia ciudad o habitantes de otros lugares? Intrigas que Adriana intenta resolver a lo largo de su residencia en Cali.

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5-Condenada por el silencio Es viernes por la noche en la Universidad, está tranquilo y nada anormal ha pasado, algo extraño últimamente. Vamos a escuchar un poco de Rock y tomar algunas cervezas con unos amigos en las audiciones, hace frío y me quejo de tener los brazos congelados, por eso Carla me presta su chaqueta. El humo de cigarrillo se levanta encima de las cabezas de los jóvenes al ritmo de la música, parece que bailara, que tuviera vida, que pudiera sentir. Carla me pide que la acompañe al baño, me niego ya que tengo pereza, pero a fin de cuentas acepto por su insistente petición, nos dirigimos al baño, llevo su chaqueta negra de cuero cubriéndome los brazos y hombros... Ahí empezó todo.... Llevo parte de la culpa sobre mí, tan solo salí unos pocos minutos antes que ella del baño, fue lo único que hice, fue la acción que me condenaría. -Te espero afuera- dije, -Voy en un tris- dijo ella, esas serían sus últimas palabras, si tan sólo hubiera sabido que ésos serían nuestros últimos minutos juntas, hubiera dicho algo diferente, todo habría sido distinto. Ahora las luces intermitentes de los autos de la policía alumbran mi rostro, me esposan y me meten a la fuerza en el auto, estoy llena de sangre, entré por que se demoraba mucho, ése fue mi error, no debí tocar su cadáver, ahora soy una sospechosa, la única sospechosa... para ellos soy una asesina. Ahora estoy sentada en una silla de metal fría. Un hombre entra y se sienta al otro lado de la mesa después de inspeccionarme: -¿Era tu amiga?- pregunta, yo muevo la cabeza en señal de una respuesta afirmativa, no quiero hablar y menos con él -¿ Dónde estabas cuando sucedió todo? me dice mientras apoya sus codos sobre la mesa - Estaba en el baño con ella, me pidió que la acompañara y yo la dejé sola... - respondo con voz quebrada - ¿porqué la dejaste sola? - no sé que responder, no había una razón, no debí hacerlo... guardo silencio -¿ La señorita Carla... Tenía algún tipo de problemas con alguien?- pregunta de nuevo, siento que me fusilan, no esperaba dejarla tan pronto. -No, con nadie que yo sepa-. - Había alguien más en la escena del crimen?-. -Solo estábamos las dos - digo en voz baja - Así que usted es el único testigo, por lo visto -... -Eso creo, no vi a nadie más, éramos sólo ella y yo - ---- Siempre éramos sólo ella y yo. Después de 2 semanas salgo libre por falta de pruebas, camino hacia el semáforo para cruzar la calle, tengo hambre y veo a un hombre comprando unos chips de Queso, me llama la atención, tiene una capucha azul y está de espaldas, pasó junto a él y puedo sentir su olor a Cloro, debe trabajar de conserje o algo parecido. Ya casi llego a casa, por alguna razón no puedo sacarme de la cabeza al chico del saco azul comiendo chips de Queso, el parlante anuncia mi parada, me bajo y a la distancia veo al chico de los chips, de nuevo de espaldas, paso por su lado preguntándome como llegó antes que yo. Vuelvo a la Universidad, tengo que ponerme al día con mis estudios, no ha pasado un día en que no piense en Carla, no resisto pasar por los baños, siento que ella aún está ahí, siento que me llama. Salgo de la sala multitaller de mi universidad, está anocheciendo y la calle está oscura y vacía así que camino rápido, siento un frío recorriendo mi cuerpo, veo por el rabillo del ojo algunos arbustos moverse al lado de la carretera, todo fue tan rápido, puedo verlo, puedo recordarlo, el saco azul, la bolsa de chips de Queso, el olor a Cloro, lástima que ya no pueda contarle a nadie, ahora soy un vegetal, de alguna manera sobreviví, lo recuerdo todo, está claro... Esta será mi prisión, una prisión blanca con esposas de pasta y tela, donde vienen a verme de dos en dos, de tres en tres, y de seis a nueve...

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6-Oces en el agujero Desde un agujero se escuchan llantos y alaridos , resonando en los bosques. Tierna y delicada la voz de la pequeña Amanda se desgasta con las horas, iba en camino al colegio, cuando escucho un croar de un sapo que le pareció particular casi que Falso, casi que irreal, fijamente y ladeando su cabeza lo queda mirando y poco a poco se acerca a el, el sapo se aleja apresuradamente sumergiéndose en el bosque, Amanda lo persigue fugazmente para que no se le escapara, en un momento llegan a un poso en lo profundo del bosque , Amanda se queda anonadada le parece algo extraño,"donde estoy" se pregunta, dando pocos pasos hacia atrás trata de devolverse pero un sentimiento de vació y un fuerte golpe en su espalda le advierte que se a caído, al posó. Desde un agujero se escuchan llantos y alaridos , resonando en los bosques, desde el posó Amanda llora sola mientras se va oscureciendo el día y sube sobre ella la luna.

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7-Corazón de Electra Acto 1 Miedo Y Aversión Electra cree tener una familia típica, su madre es una alcohólica despechada por los constantes engaños de su padre, su padre es un mujeriego que se acuesta con la primera mujer que vea y que abusa de ella constantemente. Esta noche la sangre escurre por la comisura de sus labios, hoy su padre tuvo condescendencia y no la golpeo tan fuerte, Electra se mira al espejo ya no se ve a ella misma, hoy ya no es ella, hoy no es Electra, agarra las tijeras y se despide de su larga cabellera castaña. Acto 2 Radiactivo Electra escapa de su casa, lleva consigo una maleta y ahora tiene puesta una peluca rubia, antes de partir mira con melancolía su antigua hogar, un hogar al que ya no pertenece, ese día ya no es Electra, de ahora en adelante es Bonny. Tras caminar varios kilómetros se haya perdida, en mitad de la nada, a lo lejos vislumbra una pequeña cafetería, allí conoce a un chico muy bien parecido piensa ella, este al igual que ella no tiene un lugar fijo, se encuentra recorriendo todo el país, así que simplemente se van juntos, así empieza una nueva aventura para Electra, perdón quiero decir Bonny, por sus venas recorre una nueva sensación, ahora su sangre es radiactiva. Acto 3 Los Arquetipos Han pasado varios años ahora Bonny es una ama de casa, muy hermosa, con cabello corto rubio, tiene un adorable esposo, aquel chico que conoció en esa cafetería, tiene unas hermosas hijas, gemelas y pequeñas reinas de belleza. Si Bonny ahora tiene la vida perfecta, es la típica chica americana, hermosa, inteligente y buena cocinera, en pocas palabras un arquetipo. Acto 4 La Barbie tipo A

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Bonny se encuentra sentada en el sofá, junto a su esposo y sus hijas, por instinto lo voltea a ver, pero que ve, en su cuello encuentra una marca de un beso, distinto a su típico labial rojo #4, Bonny suelta una lagrima, ha vuelto a pasar, su pasado aun la persigue, Electra aun la sigue, todo por lo que ha luchado se desmorona, la Barbie, el arquetipo se cae y como siempre Bonny, no Electra, decide escapar de sus problemas. -Quiero todo lo que te di, todo de regreso excepto a ti- le dice a su esposo, antes de marcharse.

Acto 5 Como ser un rompecorazones Bonny se ve fea, se pregunta el porqué, como acabo en este lugar, un jodido prostíbulo tras la fachada de un club, pero eso ya no importa, ahora esta es su vida, ahora es solo una estúpida prostituta con cabello rubio falso y lencería provocativa, que no deja nada a la imaginación, recordar le duele, así que solo decide ignorar ese pensamiento, ese sentimiento, lo único que se pregunta es ¿Cómo estarán sus hijas? ¿Cómo estará su exesposo? Aquel hombre que la llevo al éxtasis y luego exploto su pobre y dulce corazón, la volvió una perra de chicle. Acto 6 Adiós Corazón de Electra Han pasado varios años, Electra cerca de sus 45 años ya no es rubia, de nuevo tiene una hermosa cabellera castaña, las arrugas ya se le ven a la vista, definitivamente ya su belleza se desvanece, por cierto ya no es Bonny, dejo de llamarse así hace mucho tiempo, volvió a ser Electra, acepto la idea de que aunque no se diera cuenta, siempre ha sido y siempre será Electra, estos pensamientos llegan a su cabeza mientras mira por la ventana de su casa, en una pequeña sala con paredes de azulejos blancos, piensa en todo lo que ha vivido, los engaños, maltratos, desamores y sobre todo las caras de los hombres que recorrieron su cuerpo en aquellos días de prostituta, ahora ve su vida, sola, en una pequeña casa acogedora y un simple trabajo como mesera. –No esta tan mal- se dice a si misma.

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8- Frank Frank en un leticiano becado, el cual se mudó a Cali a estudiar una carrera en la Universidad del Valle. Día a día, sus padres le hablan y están pendientes de su rendimiento y estado emocional, así fue todo un mes. Pero una mañana, la madre de Frank encendió la radio como lo hace habitualmente, y para su desgracia, escucha una noticia muy perturbadora: Se desato una guerra civil en la universidad del Valle, ya que guerrilleros y paramilitares quieren invadir el establecimiento. El contexto de la guerra es impresionante, porque fue completamente sorpresiva la aparición de los enemigos, donde comenzaron ataques terroristas y la masacre fue total, más de 5000 estudiantes murieron a causa de ataques por guerrilleros a sangre fría, en ese instante solo se escuchaba la algarabía y el pánico de aquellos que lograban escapar con suerte. El objetivo de la guerrilla era tomar el control de la ciudad de Cali, pero querían formar un campamento base en la ciudadela de la Universidad del Valle, ya que el territorio es bastante amplio. Entonces, optaron por la masacre, porque así las instalaciones de la universidad estarían todas vacías, entonces las utilizarían como bases militares y de planeación. Han tomado ya el 50% de la universidad, y los refuerzos guerrilleros seguían apareciendo por vía aérea y terrestre, y el problema era que el ejército se tardaba demasiado en enviar refuerzos. Los edificios de FAI e ingenierías y ciencias exactas habían sido dominados por completo y era el campo de batalla perfecto y que beneficiaba para asesinar policías y militares. En el exterior, en la ciudad, la sensación de los habitantes era completamente errática, Vivian con el pavor de que los guerrilleros saldrán de la universidad a tomar la ciudad completamente. El tiempo y las responsabilidades tanto educativas como laborales fueron suspendidos hasta dar solución y fin del conflicto. El ejército tenía planeado esperar hasta que los guerrilleros salgan y traten de dominar la ciudad, sería un caos total, pero la demanda de muertes militares fue abrumadora al tratar de recuperar la Universidad, por lo que no serviría de nada cobrar más vidas en vano. La madre tira el celular, y llorando cae completamente paralizada.

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9-EL VITÁM DE GIORNI Como monótonamente cada día Giorni se levantaba, solía ser esa persona capaz de reaccionar ante cualquier circunstancia presente, de hecho desde que lo recuerda ha buscado trascender y llegar a un punto diferente; solo con sus dieciséis años de experiencia se enmarca en un rumbo un camino que paso a paso va construyendo. Nace en una familia estrato único que le permite, si acaso con muchas complicaciones, suplir las necesidades básicas porque en la década del noventa sus padres eran apenas unos adolescentes adultos que empezaban a disfrutar su juventud y a quienes el enamoramiento los hizo cometer malas decisiones. Ambas familias asombradas por la llegada de la primera nieta, reacciones de contradicción. Una familia, la de la madre, consternada y conflictiva cerrando las puertas a su paso y ofreciendo un camino de dolor y llanto; mientras otra, la del padre, indiferente anima al muchacho a responder por el acto. Desesperación, abandono, olvido, un proyecto de vida, poco esperanzador para ambos padres por venir de una situación socioeconómica en donde a ambos desde los doce años les toco ayudarse a mantener; todo esfumado por la sensación del amor. La madre, joven graduada de cuarenta días de dieta emprende con el padre un casi auxiliar de las fuerzas armadas de su nación, el futuro diferente para Giorni. Cuanto más cuatro de la mañana hasta las doce de la noche era el trabajo de ambos mientras que Giorni desde los tres años de existencia en una guardería empezaba a comprender el mundo que tenía por descubrir. En esa edad, curiosa, inquita, camorrista pero inteligente se las arreglaba para poder avanzar. Por la situación, grande fue el refugio su colegio de donde salió y se graduó un año antes de cumplir los diecisiete. Galardonada, reconocida, certificada y dejando trascendencia desde la juventud adolescente Giorni descubre que las pequeñas cosas toman tiempo para emprender un significado y volverlas arte, una meta a cada paso, una ilusión, una realidad por esa capacidad única de poder crear: soñar. En un museo queda finalmente una esperanza pragmatizada con dos caminos pintados en una hermosa pared, uno oscuro de melancolía y esperanza entre las bellas artes o uno soleado con vivas flores que dice que la sencillez de la vida está en la esencia de cada suspiro.

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10-Esperanza5 Próxima parada… Así termina una jornada más de arduos estudios en la Universidad. Día tras otro, lucho por colearme en la estación para regresar a “casa”, lucho por encontrarme tras la puerta cuando ésta logre por fin abrirse medianamente después de empujar y pisar a mis hermanos desconocidos, porque la vida es solo eso, una batalla por sobrevivir. En el bosque, sobreviven sólo los más fuertes, ágiles y astutos. Debemos quitarnos la idea de que el león es el rey de la selva, es una ofensa para mi amiga la pantera. Las mismas plantas, algunas cortas y otros gigantescos como árboles majestuosos que aguardan en su interior la vida de todos nosotros, a los cuales les debemos mucho. De repente vino a mi mente el recuerdo de mi padre, cuando me enseñó a labrar la tierra, cultivar todo tipo de plantas y orar a los espíritus para las buenas cosechas. Una lágrima se escurre por mi mejilla izquierda. - ¡Basta! – Dije en voz baja. Si has llegado hasta aquí es porque eres una persona valiente y capaz. Papá, hago esto por ti. Seré un gran Ingeniero Ambiental y les demostraré a todos que todos tus esfuerzos no fueron en vano. Pero, no puedo evitar pensar que no sé quién soy ni sé qué dones tengo. Mi abuela dice que tengo más talentos de los que pueda imaginar, que es sólo cuestión de tiempo para que salgan a flote. Aún me estoy descubriendo. Bib Bib Bib! Las puertas del bus se abren. Estando sentado, recuerdos se sobreponen en mi mente, uno tras otro de mi vida pasada, mi vida en el cabildo. Es como si hubiera sido ayer cuando veía a mi hermana machacar yuca en el batán y a mi abuelo irse con el chamán y los compadres para preparar aquella bebida que nos protegía de las fuerzas malignas del más allá, que descontrolan el mundo. Todos los de mi edad en la tribu, queríamos asistir a la ceremonia, teníamos 9 años, éramos “muy niños”. No fue sino hasta seis meses atrás, cuando empezó el tercer mes del año y llegó el otoño, escogieron a 5 jóvenes de mi tribu para la ceremonia del Yagé. Estaba un poco asustado; un amigo me contó que vio rostros de personas horribles que le hablaban; le dio tanto miedo que no pudo dormir bien en tres días, no quería comer, y del asco vomitaba dos veces al día. - ¡Espero ver cosas buenas! – Dije en voz baja. - ¡Igual yo! – Dijo uno de mis compañeros. Ayer, mi mamá no paraba de llorar, diciéndole a mi padre que no me trajera aquí. De todos modos, yo soñaba con esto desde niño, así que la tranquilicé diciéndole que todo estaría bien. Ese chico me caía bien; era noble, y aunque inocente, muy dispuesto a enfrentar los pormenores de la ceremonia. La hora había llegado. A eso de las 5 de la mañana, antes del amanecer, nos adentramos en lo más profundo del bosque, cruzando el Río Guamuéz en tres canoas de madera. La segunda canoa al parecer tenía un orificio; al hundirse, sus tripulantes quedaron en el caudaloso río y se vieron obligados a nadar a las dos canoas restantes en busca de socorro.

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El temor se apoderó de mí, al notar que la canoa en donde me transportaba sería la segunda en hundirse. Nos faltaban dos metros para llegar a la otra orilla y la canoa se hundía cada vez más. - ¡Auxilio! ¡Socorro! – Gritó uno de mis compañeros. - ¡Conserva la calma! – Dijo el chamán, que se encontraba en la otra canoa – Los espíritus actuarán a nuestro favor y nos darán protección. Milagrosamente, llegamos a la otra orilla después de 40 minutos eternos. Algunos de mis compañeros estaban temerosos, de hecho los escuchaba susurrar. - ¿Qué dirán? – Dije en voz baja. - ¡Yo también quisiera saberlo! – Dijo el chico noble. ¿Será que saben algo de la ceremonia? - ¡Creo que no! Sólo tienen miedo. – Dije confiado. El chamán convocó a todos los presentes para planear el viaje al interior de la selva. - Primero, iré yo, para calmar los malos espíritus. – Dijo el chamán seguro de sí. – Después irán los jóvenes para presentarlos y ponerlos al servicio de la Pachamama y de último, los adultos para seguridad. Y así pasó. A medida que avanzábamos, el chamán recitaba una oración en lengua ancestral que sólo conocían los adultos. - ¡Ryuu…! ¡Ryuu…! ¡Ven conmigo! – dijo un misteriosa voz proveniente del bosque. - ¡Maestro! – Grité asustado. Todos se detuvieron. - ¿Qué sucede hijo? – Dijo el chamán de inmediato mientras se acercaba a mí, cortando la oración. - ¡Escucho una voz proveniente del bosque! ¿Qué debo hacer? – Dije. - ¡Hijo mío! ¡Qué afortunado eres! – Me dijo al oído. - Los espíritus llaman a los chicos con virtud. Por cada 5 jóvenes, escoge dos para concederles cinco dones. Pero, ¿Quién será el otro afortunado? Esperemos que aparezca antes de llegar al corazón de la selva.

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Mientras caminábamos, el maestro entonó una canción esta vez, pero yo, en cambio, escuchaba mi nombre una y otra vez al unísono, como si muchas personas me llamaran al tiempo. ¡No sabía qué hacer! Llegamos a un punto donde se habían talado tres árboles en línea. El chamán se desmayó, los 4 adultos que iban con nosotros corrieron a su ayuda; lo golpeaban en la cara mientras le quitaban el manto para que respirara. - ¡Serpientes, ratas y cucarachas! – Dijo el maestro asustado, mientras se ponía en pie y se colocaba el manto – ¡Sigamos. No hay tiempo que perder! Me acerqué a él. Tenía los ojos brotados y entonaba la canción nuevamente, pero esta vez, se sentía un poco agitado. - ¡Maestro! ¿Qué sucede? – Le pregunté extrañado. - ¡Ryuu! Hay algo que no te he contado aún. Hace 50 años, mi padre, chamán de la tribu me trajo a recorrer este mismo camino. Cuando vimos tres árboles talados en línea, él se desmayó al igual que yo. Al despertar me dijo que la aldea no sobrevivirá más de 50 años. Las ratas, las serpientes y las cucarachas vendrán y nos depojarán de todo, además nos veremos en la obligación de ser como ellos para sobrevivir. Me dijo que me convertiría en el heredero de sus conocimientos y que cuando viera de nuevo aquellos árboles, el fin estaría cerca. - ¿Serpientes, ratas y cucarachas? ¡Qué desagradable! - ¡No lo entiendes! No son animales comunes, son como nosotros, pero visten diferente. Además sus espíritus están poseídos por algo que llaman dinero, fama y poder. - ¿… Iguales a nosotros? Entonces estamos en peligro. – dije asustado. - ¡Tú lo has dicho! – Dijo el maestro preocupado. – Necesitamos encontrar el otro chico y pronto. Transcurrió un cuarto de hora hasta que Paki, el chico noble, el cuál conocí hace algunas horas, gritó: - ¡Maestro! ¡Escucho mi voz por todos lados! El chamán y yo nos miramos al mismo tiempo, se notaba la felicidad en nuestros rostros. - ¿Qué sucede? ¿Hay algo de lo que deba preocuparme? – Dijo Paki nuevamente. - ¡Nada amigo mío, somos afortunados! – Le dije en voz baja. - Afortunados… ¿Por qué? – Preguntó el chico noble.

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Decidí contarle la historia que el maestro me había contado. - ¡Llegamos! – Dijo el chamán alegremente. El lugar era muy extraño. Tenía cinco piedras organizadas de forma circular. Al lado de cada piedra había un hueco cavado y en el centro, un pequeño charco, quizás el charco más hermoso que haya visto jamás. Sus aguas eran tan azules como el cielo y había cinco lucecitas revoloteando en su superficie. - ¡Oigan todos! Los espíritus han hablado. – Dijo el chamán. – Ryuu y Paki han sido escogidos para recibir los cinco dones. Nadie entre en el círculo, podrían alterar la ceremonia. - ¡Maestro! ¿Cuándo probaremos el Yagé? – Dijo Albán, el mayor de todos mis compañeros. - ¡No es el momento Albán! – Dijo el maestro. Además, el Yagé se prepara en verano, todos saben eso. Ahora, sólo quiero escuchar el silencio. - ¿Entonces vinimos aquí para nada? – Replicó Albán. - ¡No para nada, hijo mío! – Dijo el chamán. Todo a su tiempo. Byliwa, al parecer así se llamaba el chamán. Entonces nos dio la señal a ambos para entrar en el círculo. Al entrar, las piedras se transformaron en oro sólido, y de los orificios cavados en tierra brotaron flores de distintos colores. Las lucecitas se posaron en las flores y éstas aumentaron su tamaño. - ¡Ryuu, Paki! Cierren sus ojos y tómense de las manos – Dijo el maestro. Una vez hecho esto, Byliwa nos pidió que pusiéramos la mente en blanco, que evitáramos pensar en algo mientras decía la oración. - ¡Ahora metan sus pies en el charco, sin soltarse de las manos! – Dijo Byliwa. De repente, el charco cambió su color al color del sol. Las flores esparcieron su polen en nosotros. Paki sintió sueño, igual yo. Caímos al suelo. Tuve un extraño sueño. Al despertar, me hallaba en casa. ¿Cómo fue el trayecto de venida? ¿Dónde estaba Byliwa? ¿Dónde estaba Paki? Muchas preguntas circundaban en mi mente. Me levanté de la cama y me dirigí a la puerta. Escuché mucho ruido. - ¡Corran por sus vidas! – Gritaba mi padre mientras corrí despavorido. - ¿Qúe sucede? – Le grité desde la casa.

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Mi mamá me tomó por la espalda y cerró la puerta. - ¡Hijo! – me dijo. – Byliwa ha muerto, fue muerto por uno de los hombres de verde. Te dejó una carta, está escrita en español para que la entiendas. Pero no hay tiempo, si te matan no se cumplirá la profecía. - ¿Qué hay de Paki? – Pregunté. - ¿Dónde está? - ¡Tuvo que irse también! Está en la ciudad de la eterna primavera. Tú en cambio, debes irte a la sucursal del cielo. Allí tu abuela te espera. Buena suerte hijo. Recuerda que te amo. Salí por la puerta de atrás. Después de caminar una hora, me encontré con una pareja que se dirigía al mismo lugar. Aceptaron llevarme y aquí estoy. No descansaré hasta obtener lo que le corresponde a los míos. Bib Bib Bib! Llegué a “casa”. Mi abuela me divisa al bajar del bus y me espera con un abrazo. Uno de los momentos más bellos y esperados de mi día. Mi vida es ahora un sueño y es mi deber hacer de ese sueño una realidad para mis esperanzados.

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11-UNA DESGRACIA Y MI BENDICIÓN Sonaba el despertador, sabía que ya debía levantarme, mi esposa que aún dormía junto a mí no se había movido en absoluto, no quise despertarle, siempre me gustaba verle así. Ese era mi último día de vacaciones, puesto que ya debía de regresar y presentarme al ejército. Preparé el desayuno, me dirigí de nuevo a la habitación, desperté con una caricia en la mejilla a mi esposa, ella abriendo sus ojos me sonrío y me dijo - Buenos días Sr. Christian- yo le bese tiernamente antes de marcharme, Susan ya sabía que debía irme y correspondiéndome al beso, se despidió de mí. No eran más de las ocho de la mañana cuando llegue, me dirigía con los demás compañeros que también ya regresaban de las cortas vacaciones que nos habían dado. Cali por estos momentos necesitaba mucho control, los conflictos entre los partidos ya había cobrado múltiples vidas, tantas vidas de las cuales muchas eran inocentes. Al terminar el almuerzo, fuimos reclutados por el comandante, debíamos dirigirnos al edificio 329, solo nos dijeron que era un trabajito nuevo. Cuando llegamos el comandante un tanto inquieto dijo que debíamos el día siguiente cuidar una caravana de 7 camiones cargados con dinamita que se dirigían a Bogotá, para obras públicas que se hacían. Seis de esos camiones pasarían la noche en Cali, a unas cuadras afuera de Pichincha. A mi me encomendaron que una vez los camiones llegaran debía comunicarlo a el comandante que se encontraría en la parte oeste de Pichincha, sabía que era una largo trayecto, sin embargo debía acatar lo que me decían. Esa noche solo pensé en mi esposa, debía estar tomando una taza de café como era de costumbre y leyendo algún viejo libro que ya se haya leído antes. Pude cerrar mis ojos, pero no duro por mucho, de nuevo se nos levantó de las camas a las 4 o 5 de la mañana. Nos sometieron a entrenarnos, era algo que siempre se hacía después de que regresábamos de darnos un respiro por fuera del ejército, eran jornadas largas y agotadoras, sin embargo luego de que almorzamos se nos informó que los seis camiones ya estaban llegando. Así que entre cuatro compañeros todos de pie, enfrentando el ardiente sol, vimos cómo cada uno de los seis camiones empezaron a llegar cada uno después del otro. Fueron estacionados juntos y por seguridad se llamó a otros cuatro compañeros para cuidar de ellos durante todo el día. Yo me dirigí inmediatamente a darle el comunicado a mi comandante y el sin prestarme mucho cuidado, solo me dijo que debía ir a darle una mano Javier, uno de los de administración y aunque ese no era uno de mis deberes, decidí

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hacerlo de todos modos, y más que por ayudarle era más por mi conveniencia, pues sabía que él tenía un teléfono a su disposición. Me dirigí sin contra tiempos a la sala 5 de administración, luego de ayudarle durante el resto de la tarde y luego de que el me agradeciera le dije que si podía utilizar su teléfono, le explique que deseaba hablar con mi esposa, y él tomándose de las manos me dijo que sí, pero que debía de ser después de la media noche ya que a esa hora, en lo frecuente no habían vigilantes, ya que a nosotros no se nos permitía llamar a no ser de que fuera una tarea guida por uno de los superiores, me entrego las llaves y siguió grapando más papeles. Sin poder dormir y con la llave aún en mis manos, contaba cada minuto para poder ir y ya eran un poco más de la media noche, por fin era la madrugada del 7 de agosto. Presuroso bajando y subiendo escaleras, atravesando pasillos, logré llegar la sala de administración, abrí la puerta de Javier y en luchas de la oscuridad encontré el teléfono y marque. La voz dormida de susan respondió y entre la emoción que ambos teníamos desde luego de haberle contado lo que hice para poder hablarle, sucedió lo que nadie había previsto. Lo único que recuerdo es un gran estruendo, un estruendo que se llevó todo, todo. Una fuerte ola de energía me arrojo tras la mesa donde estaba el teléfono. Las paredes estaban agrietándose, así que sin pensar en nada, decidí levantarme y buscar una salida, aún no sabía que es lo que había sucedido. Al salir el panorama no fue nada consolador, todo era ruina, nada se reconocía y no había ni un alma en los corredores. Sabía que todos debía de estar en el campo B2 así que me dirigí hacía allá. Todo se encontraba en crisis, habían muchos hombres corriendo de un lado para otro, algunos heridos otros agonizando. Mi mente estaba en shock, y de repente alguien me jalo el brazo derecho, era Javier y volviendo a la realidad, logre entender lo que él me decía, -¡los camiones explotaron, los camiones explotaron!-. Después de todo aún no comprendía la magnitud de la explosión hasta que me dijo que había daños no solo en Pichincha, sino que desde el cementerio hasta la carrera 15 en sentido norte sur, había quedado en cenizas. Sentí como si mi corazón se detuviera, Susan no estaba a poco más de un kilómetro de aquí. Sabía que no debía irme, tenía que ayudar a mis compañeros, pero mi corazón y mi mente trabajaban en un solo objetivo, Susan. No fue difícil ya que todo estaba destruido y en colapso, con la adrenalina al 100, salte escombros, subí y baje, sin cansancio alguno, pero frente a mi un hombre con pijama y un arma entre sus manos venía hacia mí. El hombre dijo –

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perdí todo, todo, mi esposa, mis hijos, mi casa, todooo- entre alaridos y quejos levanto el arma y se apuntó a la cabeza, yo solo pude exclamar uno –no- al instante vi como el tipo se voló la cabeza. No quise volver a mirar atrás, comenzaba a entender lo grave que había sido la explosión, una explosión que acabo con gran parte de lo que era Cali, una ciudad que apenas comenzaba a construirse, Hoy, estaba sumida en cenizas y escombros. La fe la tenía intacta, tenía una esperanza muy fuerte con que mi esposa se encontraba viva aún, quizás no se encontraba ilesa, pero lo que más deseaba era hallarle viva. Por fin había llegado, nuestro hogar o al menos lo que aún quedaba de él, busque a mi esposa, pero las llamas que aún no se apagaban y el humo que subía frenéticamente me dificultaba la búsqueda. Comenzaba a azararme, grite su nombre- ¡Susan, Susan!-, pero sin respuesta alguna. A mi alrededor pasaba muchas personas, entre ella vi el dolor de una madre buscando a su hija, ella me dirigió la mirada, me pidió ayuda entre susurros, así que me dirigí hacia ella. Busque a su hija, pero también busque a mi esposa, recorrimos cada esquina, cada rincón, sin obtener respuesta a nuestra búsqueda. A nuestras espaldas un padre con una comunidad de gente a los lados se alzaban es santa oración, entre rezos y suplicas. Necesitaban mantener viva la esperanza, la madre desesperada, se dirigió presurosa a aquella multitud de gente, pedía con ellos en voz alta lograr encontrar a su hija, al igual que todos allí presentes, yo también era creyente, así que busque la ayuda de Dios, necesitaba encontrar a mi mujer. El padre que no tenía más de 30 años, nos dijo después de orar. Que juntos podíamos ayudar a los heridos que por cierto eran muchos. Tanto la mujer y yo nos acercamos a el padre cuyo nombre aún recuerdo, con voz vivas nos dijo ser Alfonso Galvis, también nos dijo que con la esperanza viva seguro encontraríamos a nuestros familiares, la mujer ya no lloraba más, su actitud había cambiado por completo, ahora tenía mucha energía y tenía la certeza de que encontraría a Ana su hija. Habíamos avanzado unas cuadras, a lo lejos divise a una pareja que llevaba cargada a una pequeña niña, la cual lloraba como si quisiera soltarse de las manos de aquel hombre que la llevaba, entre alaridos gritaba, ¡Quiero a mi mamá!, el padre Alfonso yendo adelante, se dirigía a la mujer que buscaba a su hija, le dijo - ¡Mujer, acaso esa pequeña niña, es tu hija?-, ella alzando su mirada hacia la pareja, no dijo más, solo salió a correr hacía ellos, desde lejos pude observar como la niña la reconoció, el hombre no la contuvo más entre sus brazos y se la entregó a la madre que desesperada por encontrarla, ahora la sostenía entre sus brazos. El padre Alfonso les dio indicaciones de cómo llegar al área de refugiados que no quedaba muy lejos, pero si un lugar más seguro.

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Le di mis mejores deseos, sabía que ya teniéndose la una a la otra sería mucho mas fácil, sin embargo mi felicidad no era completa, aún no encontraba a mi esposa, las horas pasaban, y aunque en el transcurso del tiempo ayude junte a el padre a muchas más personas, mi prioridad era Susan. Lo que mas había temido, paso; ya era de noche, una noche oscura y sin luna. Lla compañía del padre me sento muy bien, no sé cómo, junto a él, logre estar en calma, con esa calma estuve atento a culauier sonido, cualquier movimiento. Yo no me movía del perímetro de la casa, caminaba de esquina a esquina , recorriendo escombros y con una linterna alumbrando cada rincón. Sin embargo la noche paso, ya era de madrugada y aún no encontraba a mi esposa, no perdía la fe, de nuevo ore junto al padre, el me seguía aumentando la viva llama de la esperanza de que encontraría a Susan y que la encontraría pronto, nuestras oraciones fueron escuchadas, en la mañana del día 9, el padre y yo recorrimos de nuevo el perímetro sur de la cuadra, al subir una montaña de escombros, había un perro que ladraba sin despegar la vista a un hueco que se había formado por algunas basuras y restos de una casa. El padre, se había quedado un poco más atrás ayudando a una mujer que se resbalo por la calle. Yo no pude contenerme más y corrí hasta donde se encontraba el perro, el perro como diciéndome que echara un vistazo, se acostó y me cedió el paso, me incline un poco para ver con la linterna, no podía ver mucho, sin embargo alcance a escuchar la voz de una mujer pidiendo entre susurros ayuda, reconocí esa tierna voz que aunque un poco ronca, sabía que era de Susan. Empecé a quitar escombros, pero con mucho cuidado, sabía que si movía el incorrecto, pronto todo se vendría abajo, el padre sin preguntarme nada también me empezó a ayudar en mi tarea, le dije a Susan que era yo, y que tenía que tratar de subir hasta donde escuchaba mi voz, después de una larga espera sin oír respuesta, ella me dijo que aunque quisiera no podía, la mano derecha se encontraba atorada en algunos escombros y luego de otra larga pausa finalmente añadió que había perdido toda la movilidad y que no sentía nada por su mano. El padre Alfonso me dijo que a ese ritmo no terminaríamos nunca para poder sacarla, debíamos pedir ayuda, así que él se dirigió al resguardo de las víctimas y trajo consigo a nueve hombres que estaban dispuestos a ayudarme. Entre cuatro hombres alzamos unos muros pesados y finalmente despejamos la vista y pude ver a Susan, se le veía tan cansada, un poco sucia, pero estaba bien y eso era lo que me importaba. Baje donde ella estaba y pude ver como una pila de escombros la tenía sujeta por su mano derecha que ya presentaba tonalidades azules. Entre seis manos logramos levantar toda esa pila de escombros, mientras el padre recogió la mano de Susan. Por fin, tenía a mi mujer entre mis brazos, estaba muy débil, sus piernas no lograban contener su peso, así que la cargue a mi espalda y la lleve lo más rápido que pude al área de refugiados, allí una enfermera la atendió, le dieron algo de comida y su cuerpo reposaba en una camilla, yo nunca me moví de su lado. Ambos sabíamos que debíamos empezar de cero, que no teníamos nada, pero que nos teníamos el uno al otro y esa era mi más grande bendición.

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12-PRESAGIO -El puto despertador me va a matar un día de estos- , fue mi primer oración del día, una oración al dios de la pereza para que me guarde de toda obligación y rutina, pero como toda caprichosa divinidad, le vale 3 hectáreas de libros de youtubers las peticiones de los devotos fieles. Con la pereza recorriéndome los huesos hice mi acción de autocontrol del día, pararme de la cama a las 5:30 en un día lluvioso, por ¡Monesvol! la lluvia debería ser una incapacidad laboral, es una señal divina, si Dios nos manda su fríos y refrescantes orines de ambrosia celestial es por algo. En fin, luchando contra toda lógica, me levanté, bueno, en realidad me senté en la cama a observar como el gato mordía mis zapatos, estuve en ese trance como 10 minutos, hasta que recordé que son los únicos que tengo, que me habían costado 150 mil pesos, y que ¡me estaba mordiendo los zapatos!, así que salté de la cama para espantar al gato, que a propósito, tiene un fetiche con los zapatos, ¿Por qué no puede ser un gato normal?, ¿por qué no clava sus egoístas garras en los muebles de la sala como los otros de su especie?, mejor aún ¿Por qué se encarniza con mi único par de zapatos y no con las 3 docenas de zapatos que tiene mi abuela? Y la mejor de todas ¿Por qué sigo dejándome manipular del jodido gato dejándolo entrar al cuarto y dándole comida? No lo sé, pero supongo que cuando se me soba en las piernas y me clava esa mirada profunda con sus ojos verdes se me olvida todo lo que me ha hecho y volvemos a empezar el ciclo. ¿Qué duele menos? ¿Morir de hipotermia o morir quemado?, es la clásica pregunta que le hago a mi ducha mientras veo esa grandísima mentira que tiene, dizque hay una opción de agua tibia, ¡ja! Hay un círculo en el infierno reservado para los mentirosos, ¿sabías maldita ducha? Bueno el cuento, es que se supone que la ducha tiene 3 opciones, frio, tibio y caliente. Pero es mentira. Frio, es en realidad “Ártico”, y tibio y caliente son en realidad “Sauna de Lucifer” así que todos los días debo decidir si me baño entre pingüinos o me baño con el demonio, aunque siempre término bañándome con el diablo, no sé, pero prefiero quemarme que congelarme, además ¿quién carajos se baña con agua fría en un día lluvioso? ¡Punto para nombrar la lluvia como incapacidad laboral! Después de bañarme y vestirme llega un punto crítico, el desayuno, digamos que lo único que aprendí a cocinar en mi vida fue huevo, así que todas las mañanas al bajar las escaleras, le rezo a Alá para que haya huevos al lado de ese limón que lleva años pudriéndose en la nevera y que no sé porque nadie nunca lo ha sacado, incluyéndome claro está. No sé porque espero que haya huevos, si soy yo quien debe cómpralos y estar pendiente de cuántos quedan, pero en fin, supongo algún día me gustaría bajar y encontrar jamón en vez de huevo, a ver si algún día recupero la fé. Pero desafortunadamente la fe no me dio jamón, ni huevos, por lo que tuve que comerme un sándwich de pan, es decir, un pan recubierto por 2 panes. Y aún así el gato tiene el descaro de velarme el desayuno, ¡rufián insensible! Salí de mi casa como a eso de las 6:30, armado únicamente con una tula, en la que guardo mis cuadernos, un celular viejito -de esos que traen linterna y la batería les dura una semana- un esfero y toda mi esperanza. Parece poco, pero es lo único que necesito para enfrentarme a ese monstruo que ronda fuera de mi casa, ese monstruo llamado Cali.

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Cali a las 6:30 a.m es extraña, no es la misma ciudad alegre y bullosa que se alza desde el mediodía hasta bien entrada la noche, la madrugada (A eso de las 3 para acá) es como un punto muerto, el espacio en el que las almas serenas encuentran su lugar en esta agitada ciudad. ¡Cuando la rumba duerme, la calma se agita! Todos los días el mismo recorrido, de lunes a viernes caminar esos 30 minutos desde mi casa hasta Univalle. En el camino puedes encontrar variedad de personas curiosas, desde las personas que sacan sus perros a pasear – incluidos los gran “Álvaro Uribe” que no recogen la mierda de sus mascotas-, puedes ver las rutas escolares o como me gusta llamarlas, “Rutas del INPEC” ¿Por qué? Simple, ¿qué hace un carro de prisión? Llevar prisioneros de algún lugar a la prisión y asegurarse de que no se escapen. ¿Qué hace una ruta escolar? Llevar estudiantes de la casa al colegio asegurándose de que no se escapen, yo no veo la diferencia. También puedes ver a esa señora que prometió empezar a trotar, pero que solo lo hace una vez al mes y cuando termina se “jarta” –sí, se jarta- 4 empanadas en el chuzo de la esquina, ese en el que usan el mismo aceite desde hace más de un mes, pero que igual tiene harta clientela porque las empanadas tienen un “sabor especial”. Se puede observar también este tipo de gente que se pasa la avenida corriendo teniendo un puente peatonal a 5 metros, -entre los que lamentablemente me incluyo y no me voy a justificar- si ya se, soy un imbécil. El trayecto de mi casa a Univalle es de los momentos más tranquilos que tengo en esta ciudad, pues es de los pocos momentos en el que no activo mi radar anti-ratas, ya que llegué a la conclusión de que los ladrones no madrugan, que clase ladrón se levantaría a las 4 a.m? Tal vez uno con corbata, pero el típico arrastrado se levanta por ahí a las 10, cuando “el Brayan” pone un equipo de sonido, que vale más que toda la casa, a todo volumen con reggaetón. Así que aprovecho este momento de relativa calma para disfrutar de caminar por la ciudad, algo que muchos hemos olvidado. Una vez terminé de saludar al regular vendedor de vive 100 que aparece cada 2 cuadras, sé que ya llegué a Univalle, usualmente entro por entrada vehicular por la carrera 86, pero ese día estaba cerrada, primer presagio, era jodidamente raro que estuviera cerrada, nunca en mis largos 8 años en la universidad había visto esa puerta cerrada, está bien, es mentira solo llevó 6 meses. Pues, cerrada esa puerta, me debía pegar la “fucking” caminada hasta la entrada peatonal, si bien me daba una infinita pereza, no me desagradaba la idea de entrar por ahí, pues ese lugar tiene un algo especial. La entrada peatonal es un lugar extraño, parece demasiado común y rutinario para considerarse especial, ciertamente parece ser así, hasta yo creía lo mismo, pero después de que cierto día caminando por ese interminable trayecto que se interpone entre el baño de Unicentro y yo, comencé a prestar atención a los detalles, especialmente a los rostros. Un rostro, una expresión, un semblante te puede decir muchas cosas, y en la entrada peatonal definitivamente ves muchos tipos de rostros o lo que es lo mismo muchas historias, siempre he pensado que el día en que realmente me arme de valor para escribir un libro iré y me sentaré en la entrada peatonal, me explico, la entrada peatonal es una especie de zoológico, puedes encontrar todo tipo de especies que conforman el ecosistema de Univalle,

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por ejemplo, está el Univallunus jodidus puedes identificar al tipo que va directo a un parcial de cálculo para el que estudio la mitad de la noche, solo la mitad, porque el resto del tiempo buscó en internet tutoriales sobre cómo venderle el alma al diablo, este tipo de univalluno se caracteriza por ir cabizbajo, la maleta sobre un solo hombro, ojeras características, y viene recitando fórmulas matemáticas con la esperanza de recordarlas en el parcial. Puedes encontrar también la especie porrista, pero está se divide en dos, la que va a porrismo en el CDU y la que va a porrismo en banderas. También se puede encontrar (pero solo cierta época del año) al denominado Univallunus primiparus que se caracteriza por traer aún el morral de 11, sí, el mismo que casi no se puede abrir por que es mas botones que morral, sí, el mismo que aún tiene marcado con corrector los nombres de esos 40 vándalos con los que estudió y que generalmente es de una marca que comienza con T y termina en otto, este espécimen se caracteriza porque parece que llega a explorar un ambiente desconocido y en algunos casos inhóspitos, además de hacerle preguntas a cada vigilante que se encuentra en el camino para estar seguro de que no terminará en el “lago” como sus amigos de 2 segundo semestre ya le han advertido, a veces me pregunto quién copio a quien, Dora la exploradora a los Univallunus primiparus, o los Univallunus primiparus a Dora la exploradora, en fin, es de los grandes misterios del universo. Existen muchos especímenes pero obviamente aquí no podría exponerlos todos, además creo que eso ya fue el trabajo de grado de algún biólogo egresado, en fin, todas estas especies tienen una historia, y me gusta, cada vez que paso por ahí, mirar rostros e imaginar la vida de las personas, ¿que estudiará?, ¿cómo será su promedio?, ¿tendrá novio?, ¿sus padres serán separados?, ¿qué copa será?, ¿tendrá novio?, y muchas otras preguntas, con las que trato de imaginar la vida de cada uno de estos seres antes de entrar a Univalle, en donde pasan a ser un especie catalogada. Atravesé la entrada peatonal observando rostros, como han de suponer, (pero este día no había nada interesante), habían muy pocas personas –algo raro- y todos parecían ir con la misma cara, la misma expresión, como si todos fueran a ver alguna clase de 3 horas con ese profesor de voz irritante y solo pisar la universidad les robaba la felicidad, como si las columnas de la entrada peatonal fueran dementores y se hubieran dejado el patronus en la casa, justo debajo de las sabanas, durmiendo una siesta placida. Por primera vez, no pude imaginarme la vida de alguien, todos estaban tan planos, en cierto punto, tan vacíos… Otro presagio, pensé, esto solo podría significar 3 cosas, o va a ver tropel o van a dar costillitas en central -y ojalá sea así- o algo muy raro y desconocido va a suceder hoy. ¿Qué podría pasar hoy? Me pregunté mientras pasaba por administración central, después reflexione que esa no era la pregunta, la pregunta era ¿realmente va a pasar algo?, tal vez estaba un poco paranoico ese día, o tal vez solo estaba aburrido y necesitaba inventar una historia para entretenerme. Pasé por el edificio 320 y solo vi zombis ojerosos fumándose un cigarrillo hasta bien el borde del filtro, ¿cuándo entré a Raccon City o Silent Hill? Pensé, esta no es mi Univalle, es decir los zombis fumadores del 320 han estado desde Amparo Grisales, pero en el edifico siempre había gente variada, gente comiendo, leyendo, tocando instrumentos, pero

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hoy parecía un día a blanco y negro, me sentía en una película depresiva de los años 20, atravesé la plazoleta y llegué al edifico 321, soy de ingenierías –o eso parece, la verdad es difícil de explicar- si es que no se han dado cuenta. Caminé normalmente hasta el salón 2005 y lo vi, la razón de los extraños presagios, la razón por la que no había comida en mi nevera, la razón por la que entrada vehicular estaba cerrada, la razón por la que Universidad estaba a blanco y negro, la razón por la que me duelen todos y cada uno de los músculos del cuerpo, la razón por la que estoy llorando, la razón por la que estoy contando esto, la razón por la que estoy caminando de vuelta a casa. ¡Era un puto sábado!

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