Teritorio viral informe de investigación

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Territorio Viral, serie de laboratorios a cielo abierto. Informe de investigación

Instalación Territorio Viral (detalle materiales)

En términos de informe de investigación, este texto no está escrito en lógica lineal, dado que articula múltiples sentidos de territorio de impronta comunitaria en relaciones diversas, al tiempo que explora la idea de paradigma en sentido simbólico. Esperamos que el lector ejercite una suerte de arqueología literaria (siguiendo las imágenes, los audios, los videos y los links), y encuentre otros sentidos de investigación y territorio.

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TABLA DE CONTENIDO 1. ANTECEDENTES

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1.1 Acción Territorio Viral Edificio 314 piso 4

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1.2 Acción Diálogos de Artes

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2. PARTICIPACIÓN Y SELECCIÓN EN LA CONVOCATORIA INTERNA

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3. DESCRIPCIÓN DE LOS LABORATORIOS

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3.1 Árbol de mango

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3.2 Acción artística relacional:Territorios/Universidad

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3.3 Visitas a las Artes del Tiempo

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3.4 Cartelera colaborativa bajos de Cafetería Central

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3.5 Laboratorio Final (patio central)

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3.6 Mapeo virtual y redes sociales

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4. GEOGRAFÍAS DE LO PÚBLICO

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5. BIBLIOGRAFÍA

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1. ANTECEDENTES Si bien en el documento que se preparó para la aplicación a la convocatoria de la cual hoy damos informe se hacía referencia a las actividades-­‐acciones previas a Territorio Viral, consideramos que es de vital importancia volver a reseñarlas brevemente; con el fin de relatar la ruta que nos ha llevado a tomar decisiones en cuanto a lo formal, a las prácticas y en definitiva, a los laboratorios planteados y desarrollados en la ejecución del Proyecto.

1.1 Acción Territorio Viral Edificio 314 piso 4 Durante esta actividad se convocó, por convocatoria directa, a diversos miembros de la comunidad universitaria a participar de una acción colectiva a manera de intervención in situ de uno de los espacios comunes del cuarto piso del edificio 314, en el que se llevan a cabo clases de algunas de las carreras que componen la Facultad de Artes Integradas de la Universidad del Valle. Esta convocatoria propone una nueva relación entre estudiantes, docentes, egresados y personal administrativo de la Facultad. La propuesta suponía la participación en una acción colectiva en la que se compartirían informaciones, acciones, textos y objetos que permitían releer sus relaciones con el espacio físico en el que se desarrollaría la práctica, con la comunidad universitaria y con el territorio en el que se movían su prácticas. En esta actividad se instalaron diversos textos (visuales, sonoros, acciones, etc), que pudieran ser leídos, intervenidos y compartidos durante la acción.

Acción Territorio Viral Edificio 314 piso 4

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Durante el desarrollo de la acción, cayó un fuerte aguacero, que obligó a replantear la disposición inicial de los objetos en el espacio, pues el pasillo fue inundado por el agua. Esto no impidió que la actividad continuara; por el contrario, generó nuevas dinámicas de colaboración espontánea. Dado que la actividad se realizó en el cuarto piso de un edificio de la Universidad, los asistentes eran sólo aquellos que sabían del encuentro, que habían sido convocados; la posibilidad de que transeúntes, miembros de la comunidad universitaria, participaran, era muy baja; pues este lugar no está dentro de los recorridos habituales de muchas personas.

1.2 Acción Diálogos de Artes Biblioteca Mario Carvajal de la Universidad del Valle La acción, instalación y práctica Diálogos de Artes, se da en el marco de la exhibición realizada por los profesores del Departamento de Artes Visuales y Estética del 6 al 21 de marzo de 2014, en la Biblioteca Mario Carvajal de la Universidad del Valle. Esta instalación y práctica intentaba abordar desde “la idea de radio”, conversaciones y reflexiones entorno al estado de las artes, sus metodologías e inquietudes desde varios puntos de vista; el de los estudiantes, en el sentido de cómo ellos ven y se sienten en la carrera de artes visuales de la Universidad, cuáles son las problemáticas que encuentran en las asignaturas, en el Programa, en los espacios, y sobre su futuro. También desde el punto de vista de los profesores; cómo están educando, cuáles creen ellos que son las falencias y las fortalezas del programa académico. Esta práctica abordaba una retroalimentación entre los dos agentes que conforman el Departamento de Artes Visuales y Estética; para esto se invitaron egresados, profesores, estudiantes y otros interesados, a generar conversaciones en torno al arte y sus alcances en el campus universitario. Se programó la siguiente agenda: Jueves 6 -­‐ 17:30 pm: Instalación de la mesa. Inicio de conversaciones y negociación de la agenda Martes 11 -­‐ 10:00 am: Arte y Ciudad Jueves 13 -­‐ 17:30 pm: Investigación – creación Martes 18 -­‐ 10:00 am: (por definir) Jueves 20 -­‐ 17:30 pm: Cierre de la mesa de diálogos (((CAMPUS CERRADO POR PARO DE TRANSPORTADORES CALI)))

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Este fue el comunicado que hicimos, a manera de apropiación de los Diálogos de Paz que estaban transcurriendo entre el gobierno nacional y las F.A.R.C (Fuerzas Armadas Revolucionarios de Colombia): “Hemos acordado: Iniciar conversaciones directas e ininterrumpidas sobre los puntos de la Agenda aquí establecida, con el fin de alcanzar un Acuerdo Final. Establecer una Mesa de Conversaciones que se instalará públicamente en la Universidad del Valle durante el mes de Marzo de 2014. Garantizar la efectividad del proceso y concluir el trabajo sobre los puntos de la Agenda de manera expedita y en el menor tiempo posible, para cumplir con las expectativas de la sociedad sobre un pronto acuerdo. En todo caso, la duración estará sujeta a evaluaciones periódicas de los avances. Desarrollar las conversaciones con el apoyo de las directivas del Departamento de Artes Visuales y Estética como garantes, y los demás estamentos de la Universidad del Valle como acompañantes. De acuerdo con las necesidades del proceso, se podrá de común acuerdo invitar a otros, para dialogar sobre la siguiente Agenda”. Los audios resultado de esta acción, se encuentran en la pagina web: territorioviral.blogspot.com.co

Tarjeta de invitación vía web a la instalación y práctica de los Diálogos de Artes

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Montaje final de la Instalación Diálogos de Artes

Primera mesa de diálogos, inauguración de la exhibición, Biblioteca Mario Carvajal

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2. PARTICIPACIÓN Y SELECCIÓN EN LA CONVOCATORIA INTERNA

En la creación y formulación de este proyecto nos enfrentamos al problema de cómo participar de una convocatoria que da por sentado ciertos comportamientos previos de la investigación; ciertos aspectos que al parecer estarían estrechamente ligados y hasta enfrentados a lo que parecía ser el interés fundamental del camino de acciones que proponíamos. No obstante, optamos por participar de la Convocatoria y, como una sorpresa, el proyecto fue seleccionado para ser llevado a cabo. Y no fue una sorpresa porque desconfiáramos de él, sino porque en el documento inicial manifestábamos que el “formato de investigación” que promueve la convocatoria no nos permitiría más que suponer lo que podría ocurrir (pero no a manera de hipótesis-­‐comprobación, sino más a manera de aventura), y desde allí plantear unas posibles reacciones que se debían adaptar, mutar, transformar, de acuerdo con el desarrollo mismo de las prácticas. Aunque estas Prácticas Artísticas suponen otros modos de investigar, no se podía participar en esta convocatoria sin planear-­‐presupuestar-­‐determinar-­‐especificar cada una de las actividades, piezas, objetos, espacios, equipos, y en fin, todo tipo de bienes inmuebles que podría requerir el proyecto. Aunque en la práctica estábamos seguros de que sería el Territorio y sus dinámicas-­‐performatividades-­‐accionar, los factores cruciales para la puesta en práctica de lo planeado. Es por esto que durante la ejecución de cada una de las etapas de Territorio Viral, las actividades, productos, no se realizaban estrictamente según el plan de acciones propuesto inicialmente (no se puede investigar con una camisa de fuerza); cada una de las actividades debía ser replanteada a la luz de lo esperado-­‐logrado-­‐acontecido en la actividad anterior. Esta especie de improvisación (no en el sentido de descuido, si no en el sentido de creación en vivo), permitió que se mantuviera el objetivo general: … se trata de pensar las prácticas artísticas en sus posibles relaciones con otros modelos de investigación, que a su vez permitan alternativas pedagógicas en torno al “conocimiento” en la Universidad Pública; para propiciar espacios de diálogo interdisciplinar tipo “laboratorio a cielo abierto” que posibiliten la creación colectiva, la reflexión y la aplicación de saberes específicos en la resolución de problemas propios de la comunidad universitaria… Esta actitud de investigación modificó sin duda las acciones previstas en su forma, soporte, cantidad, etc; exigiéndole al proyecto mismo y a los involucrados en él, reescribir-­‐replantear permanentemente los modos de acción. Parte fundamental de este proceso de adaptación del proyecto Territorio Viral, surgió a partir de los escuetos (pero no por eso poco interesantes-­‐pertinentes) comentarios realizados por los evaluadores que calificaron-­‐seleccionaron como ganador al proyecto.

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3. DESCRIPCIÓN DE LOS LABORATORIOS

Grupo de trabajo: Para cada una de las labores del Proyecto y en concordancia con la propuesta enviada a la convocatoria, se conformó el siguiente equipo de trabajo base que coordinaba y garantizaba la ejecución y dinamización de las tareas previas a los encuentros: Jorge Alberto Reyes Osma -­‐ Investigador principal -­‐ Docente nombrado Leonardo Herrera Madrid -­‐ Coinvestigador -­‐ Docente contratista Mauricio Prieto Muriel -­‐ Coinvestigador -­‐ Docente contratista -­‐ Estudiante de Maestría Angélica Ramírez -­‐ Asistente de investigación -­‐ Estudiante Pregrado Darshy Muñoz -­‐ Asistente de investigación -­‐ Estudiante Pregrado Vanessa Sandoval -­‐ Asistente de investigación -­‐ Estudiante Pregrado. Poco a poco y con el paso de las acciones, el grupo se fue volviendo más numeroso (como era deseado), y aparecieron colaboraciones con sujetos de identidades colectivas como: La Huerta Univalle La N-­‐sima Noís Radio Radio Relajo El Árbol de Mango La Cinemateca algunas asignaturas del Departamento de Artes Visuales y Estética.

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3.1 Árbol de mango

Este primer laboratorio a cielo abierto de creación-­‐investigación, fue instalado en un árbol de mango aledaño al pasillo central peatonal del Campus. Para este encuentro se invitó a varios profesores de distintas unidades académicas de la Universidad del Valle, para discutir preguntas en torno a los espacios y territorios de formación, de conocimientos y saberes que se cruzan o entrelazan en el campus de Meléndez. Se quiso realizar un diálogo abierto donde se hibridaban los espacios públicos y los espacios privados de la educación; lastimosamente ninguno de los invitados pudo confirmar definitivamente su asistencia al laboratorio; uno de los problemas para asistir parecía ser que el la actividad convocada no coincidía con las apretadas agendas de clases de los docentes (o no era atractiva para hacerla parte de las prioridades académicas y personales); así que decidimos realizar la acción al medio día (horario flexible para muchos) y extender la invitación también a los estudiantes de los cursos de los profesores. Finalmente, algunos profesores del departamento de Artes Visuales, otros del departamento de Diseño, y del Instituto de Educación y Pedagogía; asistieron a la instalación que consistía en una mesa adherida al árbol de mango, construida a partir de material reciclado y con los elementos del propio entorno. Ahí se disponían unas fotocopias de fotografías del pasillo central peatonal, para que la personas intervinieran con textos, dibujos, palabras o preguntas sobre los territorios públicos y privados del campus de Meléndez. La instalación pretendía ser un escenario estético similar a la calle, donde con pocos elementos se ofrecen una cantidad de productos y servicios, y suponía la intervención del acceso peatonal principal al Campus Universitario. Nos interesaba mucho el acceso peatonal al Campus, pues es allí por donde transita la mayor parte de la comunidad universitaria; no sólo pasan por allí estudiantes, profesores y empleados; circulan también egresados (en busca de documentos administrativos), personas que no tienen un vínculo académico directo con la universidad (familiares de estudiantes-­‐egresados, ayudándolos con diligencias administrativas); vendedores de artículos producidos por ellos mismos, de libros usados,

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de programas para computador y películas “pirata”, minuteros, dulceros, etc. Circulan también (como volantes pegados a la poca estructura que lo componen), informaciones de tipo comercial, académico, personal, etc. En definitiva, en este acceso peatonal se manifiestan muchos modos de territorialidad.

VER MÁS IMÁGENES AQUÍ

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Con los materiales gráficos y las ideas propuestas durante la acción se planeó el siguiente paso. Los materiales se publicaron y compartieron de manera virtual.

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Publicación virtual de documentos gráficos generados en el primer laboratorio Ver publicación completa en el siguiente link: https://issuu.com/mauricioprietomuriel/docs/dibujosmesaterritorioviral

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3.2 Acción artística relacional:Territorios/Universidad

Durante tres semanas se llevó a cabo en la ciudadela universitaria de Meléndez, una acción que a partir de la intervención en un lugar específico (site specific), permitiera una serie de acciones consensuadas y espontáneas anómalas con relación a lo territorial: “un laboratorio a cielo abierto”. Todos los registros realizados por los participantes de la acción podían publicarse en la fan page Territorio Viral.

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Para esta acción se invitó a varios colectivos, estudiantes de varias asignaturas y profesores; para que juntos planeáramos y realizáramos actividades durante esta intervención del espacio. Esta actividad se desarrolló en el pasillo central peatonal y en una plataforma que está al lado del mismo, en dirección al edificio del Departamento de Artes Visuales y Estética, Artes escénicas y Música; esta plataforma hace parte de los sobrantes que quedaron instalados en el Campus desde que inició la construcción del edificio 314, edificio que aún no se ha terminado y en el que se ponen de manifiesto muchos asuntos relacionados con los territorios.

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La propuesta inicial fue utilizar la plataforma para recrear un fragmento de la calle, por su similitud, y se pretendía promover y realizar una manifestación donde las consignas “hablaran” de los territorios; pero esta idea cambió a una instalación y un bloqueo parcial del pasillo peatonal, donde estaban descritas las actividades a desarrollar.

Pancarta traslúcida, con texto descriptivo de lo que estaba ocurriendo, que bloqueaba temporalmente el paso normal de los transeúntes. Entre todos determinamos que sería mucho más útil realizar un mapeo colectivo en cuatro direcciones; territorios íntimos, territorios relacionales, territorios imaginarios y territorios de propiedad. Con estas direcciones queríamos dinamizar la discusión y permitir sus manifestaciones en torno a los espacios y lugares que cohabitan en la Universidad; para esto se diseñaron cuatro calcomanías que correspondían a cada categoría y que la gente podía llevarse para señalar este tipo de territorios en el campus de Meléndez. En la plataforma se creó una instalación precaria y efímera que se fuera construyendo colaborativamente a manera de laberinto con transparencias, para que la gente pudiera escribir en ellas (manifestara) cualquier cantidad de apreciaciones que tuvieran o que hubieran experimentado en el Campus.

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Este es el comunicado que se publicó para realizar la actividad: “Mediante la realización de intervenciones efímeras en los espacios convencionales de la Universidad se busca construir una cartografía del conocimiento y de las prácticas sociales que suceden en el Campus de Meléndez, con el fin de hacer visibles los territorios que cohabitan la universidad pública de hoy. La instalación `Territorios/Universidad´ se presenta a manera de laboratorio a cielo abierto y re-­‐crea un espacio público `la calle’ como el lugar de los múltiples discursos y cohabitaciones superpuestas. Se trata de un espacio para la manifestación pública al interior de la universidad, para el encuentro de diversos modos de habitar el espacio público del conocimiento...”

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Esta intervención del espacio propició muchos más encuentros con otras asignaturas, que los profesores del Departamento de Artes Visuales desarrollaron en esta plataforma. El profesor Ernesto Ordoñez se apropió del espacio para realizar una serie de performances donde los estudiantes manifestaban desde diferentes puntos de vista sus adelantos en la clase. Los estudiantes de arte contemporáneo y espacio público realizaron también indagaciones en torno a lo efímero, desarrollando relatos e historias de experiencias vividas en la Universidad. Esta plataforma se mantuvo varios días en el Campus, donde se realizaron otras actividades que fueron registradas en audio y video.

Esta actividad también desencadenó en otras propuestas que se desarrollarían posteriormente, como fue la de realizar una intervención en la cafetería central, donde se quería poner de manifiesto la relación que tienen los estudiantes con la comida que

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se brinda en la Universidad, y los debates sobre la seguridad alimentaria y las huertas estudiantiles que existen. Se planteó, en medio de una conversación casual entre los asistentes al laboratorio, hacer alguna actividad a propósito de lo precario de los alimentos a los que se accede en el Campus, de lo complejo que es acceder a los comedores centrales, y del abandono en el que aparecen y desaparecen todo tipo de ventas de alimentos, sin ningún control de calidad y salubridad.

Durante los encuentros también se planteó la necesidad de generar espacios que permitieran hablar más de los modos de producción, espacios en los que se encuentren las diversas disciplinas e intereses de los miembros de la Comunidad Universitaria. Esta actividad se desarrolló bajo el nombre “ Visitas a las Artes del Tiempo”.

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Otra de las propuestas realizadas durante las sesiones del Laboratorio a Cielo Abierto Territorios/Universidad fue hecha por un miembro de la comunidad que, aunque no estudia en la Universidad, es residente en el barrio de Meléndez y viene al campus en busca de apoyo por parte de los estudiantes, profesores y directivos de la Universidad para rescatar el río Meléndez.

Ver video : https://archive.org/details/Propuesta001

Sin lugar a dudas, uno de los temas más recurrentes entre los asistentes-­‐participantes era: ¿cómo se entiende el territorio desde la Universidad Pública?, ¿cómo se habita y se apropia este espacio físico?, ¿cómo se administra y controla este espacio? y ¿cuáles son las relaciones con los otros espacios de la ciudad-­‐el país-­‐el mundo?

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Durante el tiempo que permaneció la Instalación, se pudo observar cómo las dinámicas individuales (las agendas académicas como parciales, sesiones de clase, gestiones burocráticas, etc), son prioridad en la administración del tiempo y el espacio público; prueba de ello fue la poca participación de los transeúntes, a pesar de encontrar interrumpido su camino con una invitación directa a participar de la acción (la pancarta traslúcida instalada en el pasillo peatonal).

ver más registros fotográficos aquí

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3.3 Visitas a las Artes del Tiempo

Pantalla de proyección para actividad Visitas a las Artes del Tiempo

Este laboratorio se realizó con la colaboración de la Cinemateca de la Universidad del Valle, y propusimos durante todos los martes del mes de abril de 2015 un ciclo de videos-­‐registros al aire libre de diversos creadores de imágenes, coreografías, sonidos, escenografías, vestuarios, espacios, instalaciones y demás; queriendo remontarnos al espíritu del cine club para brindar nuevas maneras de asistir a lo audiovisual; la idea de reunirse para asistir a un episodio en el que las artes se integran, y así promover el diálogo de saberes, la colaboración en la producción-­‐investigación y la aparición en nuestro ámbito de expresiones que permitan hacer manifiestos estos comportamientos trans-­‐inter/ disciplinares. Para esta ocasión nos interesó mucho el espacio del edificio 314 y su patio central, que desde la planeación arquitectónica del espacio, era el lugar de encuentro de todas las artes de la Facultad. Este gesto de proyectar en este lugar era de alguna forma activar este territorio que está sin terminar, y darle un sentido.

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Este laboratorio tuvo dinámicas de encuentros y desencuentros con los estudiantes de las diferentes unidades académicas que conviven en el mismo edificio; una de las discusiones sobre territorios compartidos que más tuvo frutos, fue con los estudiantes de música cuando estos detuvieron una de la proyecciones argumentando la falta de luz para leer sus partituras; esta discusión puso de manifiesto la falta de espacios y condiciones que encontraban ellos para poder llevar a cabo con satisfacción sus ensayos. Esta situación puso sobre la mesa varios puntos cruciales que ocurren en este edificio; por un lado, los estudiantes de música realizan sus ensayos en los corredores del edificio, porque sus cubículos carecen de las condiciones mínimas para realizar sus estudios (como lo son el aire acondicionado y la insonoridad de los mismos); la música, al igual que el sonido, son elementos invasivos en el espacio, lo que afecta a las demás unidades académicas. Los estudiantes de arte dramático se quejan -­‐al igual que los de artes visuales-­‐ porque el sonido que generan los estudiantes de música muchas veces es molesto, y no permite realizar actividades de clase que necesitan concentración. Esta discusión planteó la situación de falta de espacios, y qué están haciendo los programas académicos para coordinar las actividades en los espacios cohabitados. Esta palabra es fundamental en este escenario, porque de alguna manera hay ciertas formas en que los estudiantes y profesores conciben los territorios de los saberes y sus formas de enseñanza; este laboratorio dejó de manifiesto que seguimos pensando muchas veces que los espacios públicos, esos espacios de cohabitar, son escenarios de conflictos, de cómo nos formamos desde las disciplinas, muchas veces reafirmando las tradicionales metodologías de enseñanza.

Primera proyección Visitas a las Artes del Tiempo

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3.4 Cartelera colaborativa bajos de Cafetería Central Este laboratorio se inició con una intervención de dos horas en los bajos de la Cafetería Central de la Universidad del Valle. La idea era generar un espacio para que los miembros de la comunidad universitaria pudieran manifestarse sobre asuntos relacionados con los modos de alimentación, las dinámicas de convivencia en este espacio, etc. El objetivo era llegar a un sector de la comunidad que diariamente se reúne entre las 11:30 a.m. y las 2:30 p.m. para almorzar haciendo uso del servicio de comedor que la Universidad ofrece, y que debido a las dinámicas del servicio los obliga a permanecer en promedio 45 minutos en este espacio, haciendo fila para ingresar al comedor. Este “territorio” es bastante explotado como espacio para la comunicación-­‐movilización de la comunidad universitaria (no es gratuito que los actos-­‐grupos de protesta se manifiesten ahí); es muy común asistir a disputas sonoras-­‐visuales por la atención del cautivo público. Actualmente este espacio tiene una amplia oferta de servicios comerciales (ventas de impresiones, alimentos, libros, drogas, ropa, licores, etc ).

La propuesta, concertada en la Acción Territorios/Universidad, tenía por objetivo integrar a la discusión, que paralelamente sucedía al lado del acceso peatonal, a otros miembros de la comunidad. Entonces, siguiendo la misma estética, se instaló una pared traslúcida que podía ser soporte de las calcomanías creadas para socializar las 27


inquietudes sobre territorialidades; se dejaron disponibles bastantes calcomanías y se realizó una proyección para visibilizar este espacio. Se seleccionaron para proyectar tres cortometrajes dirigidos por Jan Svankmajer, pues este director se ha aproximado al asunto de la alimentación desde su obra; sus películas abordan los temas de la antropofagia, la autonomía alimentaria y demás manifestaciones en torno al hecho de comer y alimentarse. La pared, que se dejó instalada durante una semana, al final cumplió su objetivo. Luego de fotografiar las intervenciones que sobre ella se hicieron, se desmontó.

Fotografías de algunas de las intervenciones

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3.5 Laboratorio Final (patio central)

Este último laboratorio se realizó en el patio central del edificio de la Facultad de Artes Integradas, donde se llevaron a cabo varias actividades al mismo tiempo; los profesores Hernán Casas, Ernesto Ordoñez y Janeth Blanco realizaron sus clases de Prácticas Culinarias, Performance y Dibujo, integradas con el laboratorio. Ellos salieron del salón de clases para trabajar al aire libre junto a los otros asistentes al laboratorio. Los estudiantes realizaron sus dibujos y podían escuchar y participar de la radio que el colectivo Noís Radio, La N-­‐sima y Radio Relajo estaban realizando.

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La radio fue fundamental porque propiciaba y recogía varias preguntas que durante todo los laboratorios a cielo abierto se fueron construyendo; no a manera de conclusión sino más bien a manera de volver a indagar sobre la integración de los espacios y territorios, de los saberes y conocimientos; sobre las metodologías que se utilizan en la formación. Además, esa idea de radio sirvió para hablar de varios proyectos que integraban personas de otras áreas de formación, para desarrollar propuestas de creación; propuestas que no terminan en la realización de obras en el sentido tradicional, sino más bien en puestas en escena dinámicas, performativas, que abordan comunidades y sus problemas en busca de posibles soluciones de orden cultural.

AUDIOS COMPLETOS AQUÍ El dinamismo que generó el hecho de que las clases se dieran fuera de las aulas, dejó de manifiesto la posibilidad de crear más eventos de orden colaborativo y que de alguna manera se integraran a las prácticas artísticas; permitiendo unos rizomas de saberes, donde cada uno de los espectadores–creadores pudiera coexistir entre los espacios y lugares sin un principio o un fin; sino estando en el medio, entre, desde múltiples experiencias.

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La primera actividad del día fue el Taller de fabricación de Máquinas para compartir el conocimiento, a cargo del colectivo La N-­‐sima. Se trataba de un taller de ensamblaje de una Pyrate Box, que es un servidor WIFI fuera de Internet, que permite crear una red local para compartir documentos de todo tipo mediante dispositivos móviles que tengan tarjeta WIFI. La experiencia era muy interesante pues se trataba de darle una nueva aplicación a un aparato tecnológico que parecía bastante lejano a las artes. Paralelamente, otro grupo participaba en el laboratorio desde la clase de Prácticas Culinarias. La actividad que realizaron fue un eje fundamental de las acciones, pues al producir un menú que se podía compartir (desde la fabricación hasta la comida), permitía que se replantearan los usos de los espacios y los tiempos que habitualmente tiene la comunidad universitaria al medio día: salir de los salones en busca del almuerzo de la cafetería central, de las pocas ventas que hay al interior del campus, o a la salida del mismo, en restaurantes aledaños. Esta vez el grupo que estaba trabajando en el laboratorio pudo dedicar ese tiempo a compartir, debatir y proponer nuevas actividades. El salón se transformó en una cocina comunitaria en la que se preparaban los materiales que luego se pondrían al fuego en el jardín, alrededor de una gran mesa bajo la sombra de un árbol. Aquí también había que hacer fila (como en el la cafetería central), pero mientras se esperaba el turno se podía hablar amablemente con otros de asuntos comunes, de ideas, de propuestas, etc.

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Arbustos de patio que fueron sembrados en el jardín del edificio FAI 36


3.6 Mapeo virtual y redes sociales

Retrato hablado -­‐ registro de Alejandro Hurtado De acuerdo con las dinámicas propias de la “Universidad de hoy”, y con lo recomendado por los evaluadores del proyecto enviado a la Convocatoria, se decidió crear y mantener una red que se animaba desde las redes sociales y particularmente desde Facebook. Originalmente en la propuesta se requería que unas informaciones sobre el asunto del Territorio circularan hasta convertirse en agenda de los miembros de la comunidad; documentos previos, fotografías de las actividades, convocatorias e invitaciones debían llegar a posibles interesados en el tema. Y para esto se había pensado en la construcción y distribución de un medio tradicional: un periódico. Pero después de ver cómo se movían los temas en redes sociales asociadas a la Universidad, como el grupo de Facebook “Confesiones Univalle” decidimos abordar las redes virtuales como eje fundamental de la estrategia de comunicación. Es así como se creó el blog: http://territorioviral.blogspot.com.co/, y la cuenta de twitter @territorioviral; se publicaron audios y video en el repositorio virtual libre archive.org; se crearon publicaciones virtuales como ésta en Issuu.com a partir de los materiales análogos trabajados en las acciones. Y finalmente, todos estos materiales se pusieron en circulación mediante la creación de la Fan page: https://www.facebook.com/Territorio-­‐Viral-­‐1430759150549382/?ref=hl Con la publicación constante de informaciones relacionadas con los temas que se buscaba abordar en los laboratorios, se logró mantener contacto con un grupo que participó activamente en las acciones. La creación de este tipo de redes virtuales está estrechamente ligada con la propuesta de Territorio Viral, pues en dichas redes se ponen de manifiesto la posibilidad que tienen los individuos de presentarse frente a los demás con una multiplicidad de comportamientos-­‐identidades comunitarias.

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Si bien la interacción en este territorio (esta plataforma), no se puede analizar más que con datos estadísticos de “clics” sobre las publicaciones, y los datos que los usuarios de estas redes publican pueden ser falsos (vive en, trabajó, edad, etc); es interesante justamente cómo esta forma de aparecer frente a los otros, permite unas nuevas relaciones. Por otro lado, la creación de estas redes permitió que Territorio Viral (en tanto espacio para compartir, debatir, y manifestarse) siga existiendo hoy, a pesar de que las actividades hayan cesado por ahora. Durante la realización de los laboratorios el colectivo La N-­‐sima propuso y llevó a cabo un mapeo en soporte página web, que permitiría al final ver las actividades y los materiales producidos en cada una de las acciones. Esta página es http://platohedro.org/n-­‐esima/territorioviral/

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4. GEOGRAFÍAS DE LO PÚBLICO

“En esta idea de la territorialidad terminé llegando a un autor francés que se llama Gilles Deleuze; y Deleuze trabaja una noción muy interesante en un texto que se llama Mil Mesetas, y es el tema del rizoma. Y el pensamiento rizomático, porque más que una teoría es una forma de pensamiento, me invitó a algo que me parece bellísimo, porque las territorialidades no necesariamente están definidas por límites que le marcan todo hacia adentro, sino que la territorialidad también anuncia bordes. y anuncia umbrales. Y uno a veces puede estar en territorialidad, y yo lo que puedo hacer a veces es fugarme de la territorialidad; o sea, uno deambular a veces por el umbral, es también interesante porque no solo territorializamos sino que desterritorializamos cuando andamos en umbrales. Y esta experiencia de aula a cielo abierto creo que es una manera de romper la idea del límite, la frontera, y poder entrar a la zona de los bordes; o sea, qué implica una relación mediada en el lugar del borde, o pensarla desde el lugar del umbral. Eso nos hace liminales, o sea, ese transitar entre una dimensión y otra me parece que es el encanto del ejercicio. Por ejemplo ahora, allí hay una experiencia de unos compañeros que tienen unos libros: divagar con poesía. Y la compañera me compartió algo que me pareció genial; ella decía que un árbol proyecta una sombra, pero hay unas características del lado donde está la sombra porque hay una forma de vegetación y una forma de cosas que suceden; pero del otro lado, donde cae el sol, suceden cosas distintas. Es decir, que en torno a un árbol, aparentemente parecería todo tan homogéneo, pero realmente allí hay territorialidad y desterritorialidad por el mismo juegode la naturaleza; o sea, hace sus propios pliegues. Entonces uno se preguntaría también qué tan liminal es eso, que hace que el árbol también quiera configurarse, transitar en sus umbrales también”. Transcripción del testimonio de un asistente al laboratorio.

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Este texto aborda dos lugares de disputa territorial que se cruzaron durante el proyecto Territorio Viral: el primero de ellos se refiere a los diversos imaginarios que habitan los lugares “públicos”, producto de otras formas de conocimiento dispersas en lo urbano contemporáneo; que quizá respondan más a las dinámicas sociales de hoy cuando hablamos de educación, y que ponen de relieve las incongruencias que suscitan los modos de vida, los tiempos, los gustos, los deseos y las maneras, de habitar el Campus de Meléndez de la Universidad del Valle con relación a la actual propuesta académica y administrativa. El segundo, tiene que ver con la búsqueda de nuevos territorios metodológicos en procesos de investigación. Alude al momento en que las metodologías cuantitativas resultan desbordadas por la complejidad del territorio. “En el mundo actual, el flujo de discursos interconectados en un contexto global, desbordante e inaprensible, parece correr paralelo a una progresiva elitización del mundo académico” (What, How & for Whom, et al. 2014: 6). La investigación Territorio Viral indaga, pues, sobre cuáles otros saberes dispersos, que reconfiguran los contextos, debe ocuparse la educación. En este sentido, no se trata de presentar una nueva teoría sobre el Territorio ni de proponer nuevas metodologías de investigación, sino de poner en acción líneas discursivas entrecruzadas en el campus de Meléndez, que sitúen el conocimiento en relación de usos para intentar superar la encrucijada del conocimiento como gnosis impenetrable, que se evidencia en la sobredosis de información experta que circula de múltiples maneras, y que vela (encubriendo la superficie de fondo, tapando) las aplicaciones reales: textos, paseos, caminatas, instalaciones, entre otras; que convierten el Campus en un auténtico laboratorio de experiencias productivas donde el tiempo, el espacio y los saberes realmente útiles, obtienen nuevos significados; desde los que se podrían deducir otras formas de responder a la educación como un “fenómeno” cambiante, en escenarios tan dinámicos como las sociedades urbanas contemporáneas. La investigación Territorio Viral se propone desde el arte, a través de instalaciones precarias, es decir de bajo costo (con materias secundarias y estructuras flexibles), subrayar conexiones territoriales simbólicas de lo múltiple y lo híbrido (en el sentido de diversas miradas políticas y estéticas), para interpelar la idea de Territorio relacionada con las lógicas de lo privado y de lo público, en sociedades complejizadas por la desigualdad como la nuestra. Atender a las virtudes de lo múltiple resulta indispensable a la hora de revisar lo educativo como territorio de poderes y sus modos de interacción; se trata de pensar lo educativo entre la cultura y no como promotora de ella, lo que significa pensar la Universidad como un laboratorio de nuestros contextos socio-­‐ económicos, en el sentido de Territorio en disputa: espacio experimental perfecto para revelar y explorar la ambigüedad.

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El proyecto Territorio Viral introduce metodológicamente elementos de índole rizomático, en los sentidos que señalan Deleuze y Guattari (1980): Un rizoma no empieza ni acaba, siempre está en el medio, entre las cosas, inter-­‐ ser, intermezzo. El árbol es filiación, pero el rizoma tiene como tejido la conjunción “y...y...y…”. En esta conjunción hay fuerza suficiente para sacudir y desenraizar el verbo ser. ¿A dónde vais? ¿De dónde partís? ¿A dónde queréis llegar? Todas estas preguntas son inútiles. Hacer tabla rasa, partir o repartir de cero, buscar un principio o un fundamento, implican una falsa concepción del viaje y del movimiento (metódico, pedagógico, iniciático, simbólico...). Kleist, Lenz o Büchner tienen otra manera de viajar y de moverse, partir en medio de, por el medio, entrar y salir, no empezar ni acabar. (p. 29) Los laboratorios a cielo abierto de esta práctica investigativa implementan elementos de las estéticas cotidianas en relación con los modos de habitar lo público. Los laboratorios son el dispositivo que permite la existencia temporal de las instalaciones artísticas en el Campus, mediante las que se observan las dinámicas de los territorios, por cuanto son formas espacio-­‐temporales. Estas instalaciones permiten otra forma de imaginar el espacio, frente a las lógicas racionalistas imperantes en lo institucionalizado. En oposición a la aparente “regularidad” espacial de la Universidad, la propuesta metodológica de Territorio Viral pone en acción maneras de instalarse en el campus para evidenciar la urdimbre que pretende esquematizar la universidad burocrática (la de las normas, decretos y resoluciones). Los laboratorios accionan elementos de la performatividad en el sentido de lo “realizativo”; el montaje y desmontaje de instalaciones participativas en tiempos cortos desata discursos y usos de los “saberes útiles”; ya no solo al servicio del mercado, sino también en beneficio de la vida cotidiana de las personas comunes; y en este sentido propenden por una propuesta de educación más integral y democrática. Lo instalacionista en realidad está relacionado con dinámicas en el espacio-­‐tiempo real sobre modos de habitar estructurantes naturalizados y legitimados; en este sentido las instalaciones de Territorio Viral se convierten en citas del contexto. En el caso del Campus de Meléndez, las instalaciones que construimos son laboratorios en la medida en que hacen visibles acciones y discursos que como muchos otros de la vida diaria de la Universidad, rompen los marcos habituales del orden idealizado. Boris Groys, a propósito de las posibilidades espacio temporales de las instalaciones, dice: Más que cualquier otra cosa, lo que ofrece la instalación a las multitudes fluidas y circulantes es un aura del aquí y ahora. La instalación es, encima de todo, una versión de cultura de masas de un flânerie individual, como lo describe Benjamin, y por lo tanto, un sitio para la emergencia del aura, para la “iluminación profana.” En general, la instalación opera como el reverso de la reproducción. La instalación toma una copia a partir de un espacio abierto y

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no marcado de circulación anónima y la coloca –aunque sólo temporalmente—dentro de un contexto fijo y cerrado del topográficamente bien definido “aquí y ahora.” Nuestra condición contemporánea no puede reducirse a una situación de “pérdida de aura” a la circulación de la copia más allá del “aquí y ahora,” como lo describe el famoso ensayo de Benjamin “La obra de arte en la era de su reproducción mecánica.” Más bien, la era contemporánea organiza un intercambio complejo de dislocaciones y relocalizaciones, de desterritorializaciones y reterritorializaciones, de desauratizaciones y reauratizaciones. (Groys, 2008, disponible en http://artecontempo.blogspot.com.co/2011/05/boris-­‐groys.html ) En el caso de los laboratorios, el énfasis está entre otras cosas, en que las instalaciones son producciones de grupos diversamente integrados; así como en su carácter fáctico y en su actitud antiformalista; es decir, la temporalidad y espacialidad se acomodan a la amplia diversidad de los usuarios y productores: Pero como todo ejercicio de autoría compleja depende de que existan las formas de organización que lo permitan, muchos de ellos se ocupan de prácticas de diseño institucional que consideran esenciales para su trabajo y que esperan favorezcan colaboraciones anómalas, comunidades temporarias que conciben como sistemas capaces de producir ciertos resultados (películas, exposiciones, discos, textos), pero también como experimentos de vida en común en entornos improbables. (Laddaga 2010: 13) En nuestra lectura a las prácticas estéticas realizadas en el Campus, lejos de encontrarnos con una ciudad universitaria unificada en concepciones de territorio público y privado, nos encontramos con formas de vida instauradas en conocimientos interdisciplinares, pero que no se reflejan en lo académico y en lo administrativo. Por su parte, esta investigación implementa elementos estético-­‐críticos de los objetos artísticos procesuales para propiciar la acción; en la medida en que son estratégicamente móviles, permiten expresar la diversidad de sentidos del territorio público y de esta manera resignificar procesos de transformación en la cultura académica. Las instalaciones como prácticas artísticas performativas, involucran al investigador con el investigado; y de esa conexión se espera el significado en relación con nuevas formas de propiciar el conocimiento: El conocimiento es hoy nueva materia bruta sobre la que se alza el capitalismo cognitivo en su dinámica de control de la producción de bienes intangibles, cuyo valor intenta, con decreciente éxito, escapar de la dinámica mercantil. La generación de conocimiento en nuestros días con frecuencia retoma la forma de un inerte almacenamiento masivo de datos de uso individual que atestiguan silenciosos la progresiva desaparición de la esfera pública.( What, How & for Whom, et al. 2014: 7)

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Las prácticas artísticas procesuales desbordan la relación tradicional artista-­‐espectador, creando estados alternativos de orden comunitario que propician las relaciones horizontales de los discursos y aportan nuevos usos al saber. Alicia Lindón (2002), hace referencia a “lo no dicho de las sociologías de la vida cotidiana”. Muchas de las instalaciones precarias de este proyecto en el Campus se comportan como lugares domésticos; pero en su temporalidad y su apertura a la diversidad son susceptibles de recrear la cultura, lo que hace que no pierdan la capacidad de producir sentidos. Contrario a lo que sucede con las instalaciones permanentes y precarias de la Universidad del Valle, que aunque también están cargadas de “sentido”, tienden a ser invariables. La propuesta de las tres instalaciones performativas de este proyecto que se expusieron sucesivamente en diversos lugares del campus entre los años 2014 y 2015, busca hacerle preguntas a las poco cambiantes instalaciones precarias que conforman la Universidad y que se autolegitiman en lo privado. Las instalaciones participativas de Territorio Viral están propuestas como métodos de investigación disruptivos, temporales y dialógicos; de ahí que propongan ideas más complejas de territorio, en las que se pone de manifiesto el sentir individual y colectivo a través de acciones y discursos: orales, gráficos, sonoros, etc; formas “desdibujadas” de las geografías entre público y privado, son tal vez el componente de mayor interés “activista” en pro de hacer de la universidad pública el foro de las participaciones . La Investigación intenta desarticular la dicotomía estructurante en la Universidad entre lo público-­‐privado, con la intención de hacer manifiestos algunos recorridos topológicos a través del arte, por los que podrían estar circulando otras formas del saber invisibilizadas por las lógicas institucionales, que desconocen las dinámicas culturales de las comunidades urbanas de hoy y su compleja red de interconexiones y superposiciones. En realidad eso que llamamos “la Universidad” es una urdimbre de encuentros y desencuentros que valdría la pena explorar como Política Curricular. En este sentido, la Investigación permitió observar que la perspectiva dicotómica muy común entre lo público y lo privado inhibe la intervención de la Educación Popular en la Universidad Pública, al igual que lo hace la estricta concepción de territorio-­‐espacio. Generalmente se entiende esta distinción a partir de la idea de propiedad; el primero (territorio) se asocia con lo público; y el segundo (espacio) con lo privado, en términos diferenciadores, como tendencia a las aproximaciones a los contextos donde suceden los procesos educativos considerados expertos y de uso privativo, tanto en su producción como en su divulgación; que cruzan un mundo de sentidos y de usos diversos no tenidos en cuenta, por considerarse inasibles en la esfera pública; es decir, conocimientos dispersos en la experiencialidad de la vida cotidiana. La práctica Territorio Viral intenta postproducir -­‐en el sentido de reciclar-­‐, concepciones territoriales “ híbridas”; para desatar la encrucijada público-­‐privado como opción de la diversidad en los procesos académicos. Por demás esta dicotomía es el lugar de muchos de nuestros puntos de tensión cuando observamos las prácticas comunes de uso del

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espacio, “acomodadas” a la inercia de lo inmóvil, intocado, impenetrable… entre las que se ha ido normalizando lo pedagógico. En cuanto a los territorios pedagógicos en la educación pública, la investigación Territorio Viral propone experiencias que apuntan a explorar miradas autónomas sobre el conocimiento; autónomas en el sentido de dispersas y contaminadas por la experiencia individual; las prácticas artísticas que hacen énfasis en la “postproducción” se adecúan a la intervención sobre lo público-­‐privado porque provocan nuevos sentidos, desterritorializan y permiten desarticular la tradicional confrontación que ha ido legitimando la idea de espacios que no permiten ser intervenidos, al estar dotados con características propias de los territorios privados. En este sentido, lo público aparece predeterminado por acuerdos que legitiman lo privado y violentan lo democrático, la convivencia y las demandas colectivas, cuando las administraciones burocráticas asignan titulaciones imperecederas del espacio de todos. Otro elemento que ilustra el debate entre lo público y lo privado en la educación, y que es inevitable no señalar aquí -­‐por ser determinante en el sentido de contexto cerrado-­‐, es el diseño arquitectónico disciplinar de espacios públicos como el de la Universidad del Valle; por la forma como se ha propuesto de espaldas a la complejidad intrínseca de lo social hoy: sin trazar redes de conexiones que interpelen a los usuarios como parte de la producción del diseño urbano; evidenciando otro lugar donde los conocimientos expertos se privatizan desde el lugar de su divulgación, en beneficio del profesionalismo como tendencia política de control. Esta forma de practicar la educación, se ejemplifica en el diseño del campus de Meléndez, distribuido “convenientemente” en edificios estructurados de manera estrictamente funcionalista; entre calles rectas, parques, plazas y jardines de concepción genérica; estetizada con usos específicos reglamentados en decretos y resoluciones administrativas, que comúnmente son redactadas de manera normativa como formas de vigilancia y no de uso participativo. Es una forma que inhibe la posibilidad de nuevos caminos: el diseño arquitectónico que no incluye la ciudad intangible de los contextos abiertos; arquitecturas que procuran el ordenamiento de los espacios en la idea de convivencias normadas en un sentido particular de orden al servicio de poderes jerárquicos; que en el caso de los espacios académicos, son realmente de intercambio de conocimientos, para lo que se requiere propiciar formas menos ortogonales o por lo menos más flexibles. Una manera de concebir el espacio desde la idea de saberes aislados y estándares de vida profesionales de concepción productivista. Tal como se nos presenta, la ciudad nos precede, nos abarca nos envuelve y, por qué no decirlo, se nos manifiesta como omnipresente. La ciudad contemporánea está ante nuestros ojos y vivencias como un ente objetivo y ubicuo que termina por imponerse a quienes la habitamos. Como un escenario material y espacial dictamina los destinos de sus residentes, se les presenta como un constructo que orienta sus recorridos dentro de una aparente regularidad. (Forero 2011: 7)

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Más allá de su aparente normalidad, el campus de la Universidad del Valle constituye un entramado de formas de uso del espacio, formas de comportamiento, mapeos de programas de estudio, formas alimentarias, temas de investigación en ciencias, arte, humanidades y tecnologías; laboratorios con especies vivas, arboretos con especies nativas e importadas; estilos de consumo y deseos; entre otras muchas formas. Donde los habitantes deben moverse por entre oficinas, centros de reglamentación investigativa, de registro académico, y muchas otras prácticas territoriales que pretenden configurar lo institucional y que representan y configuran el espacio, y que le dan lugar a esta observación de mapas sociales que se interesa por aplicar metodologías de diferente orientación, que se acoplen a la diversidad espacial en el sentido del evidente desbordamiento epistemológico y ontológico que significa la Universidad Pública. Cuestionar la impenetrabilidad de los edificios significa proponer las divisiones abiertas y desmontar la convención investigadores-­‐investigados; y adoptar la forma de comunidades de práctica, grupos de personas con intereses comunes que propenden por la colaboración y el intercambio de bienes materiales e inmateriales en beneficio de la colectividad. En este sentido, los implicados en el proceso de Investigación no son sujetos pasivos de lecturas por los investigadores; por el contrario, sus intervenciones hacen parte del corpus de sentidos del Proyecto. La cosa es que la forma de la sociedad en el mundo contemporáneo se percibe de bordes cada vez menos claros; tal como la describe García Canclini (1990), como “Culturas Híbridas” y mestizas; y más aún en las actuales condiciones complejizadas por la cohesión, la confrontación y el diálogo. De manera que (y esta es otra razón que encontramos de que la relación dual de lo público y lo privado deviene por lo menos insuficiente en el análisis de la experiencia en el territorio), si bien la universidad sigue siendo uno de los lugares de conocimiento experto central en la modernidad, el ensanchamiento de ésta (o posmodernidad), también es el lugar de lo distinto; y claro, el de la elaboración de las diferencias. Es por esto que decidimos estimular entre diversos individuos y colectivos, prácticas de colaboración inscritas en la “estética relacional”, que están al orden del día porque fomentan la apertura de canales de comunicación entre la esfera pública y las redes comunitarias. El proyecto parte de la idea tácita de que la cultura como práctica de vida reproduce lo social; en el sentido de que son dinámicas de orden relacional “eco-­‐ localizadas”. Quisiéramos aquí y para continuar señalando aspectos metodológicos de este proyecto, referirnos un poco más a “los procedimientos relacionales” (invitaciones, audiciones, encuentros); nos interesan en la medida en que estimulan el tramado de microrrelatos en dimensiones etnográficas, estimulan pensamientos singulares, arrastran elementos de otros recorridos y formas de habitar que en sus nuevas conexiones, promueven la creación de comunidades y territorios en donde se recrea lo comunitario; pero no en el sentido de la reproducción cultural sino más bien de la “innovación” social. Las instalaciones en el campus de Meléndez son laboratorios que posibilitan lugares para el encuentro, para pensar lo pedagógico como un hacer cotidiano que se experimenta en

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microterritorios, en tiempos discontinuos, y en las necesidades que demanda la sobrevivencia; lo relacional como práctica de conexiones, que posibilita nuevas políticas públicas. Para el proyecto Territorio Viral es indispensable generar los momentos y lugares donde sus interlocutores resignifiquen el lugar como punto de partida para la renovación de la cultura académica. Se trata de cómo las prácticas sociales se ponen en nuevos sentidos de circulación a partir de las estéticas relacionales y valiéndose de la compleja urdimbre de cruces que se producen en las dinámicas del capitalismo globalizado en las comunidades urbanas. El Proyecto encuentra oportuno lo relacional como método de investigación en lugares territorializados políticamente, predeterminados e impenetrables, para de esta manera desatar lo participativo en la construcción de lo público. Con esto se quiere hacer énfasis en la instalación y sus relaciones abiertas; pues su diversidad de medios, permite a la investigación formas de búsqueda que involucran lo artístico y extra-­‐artístico, para la circulación de informaciones en relación a la complejidad de las preguntas que surgen en el proceso. En el mismo sentido, las prácticas instalacionistas reúnen arquitectura y relacionalidad; por su carácter abierto permiten diferentes formas de apropiación individual y colectiva de los espacios imaginarios, con intervenciones variadas de los públicos a través de dispositivos radiofónicos, gráficos y de acción temporal como visitas, caminatas, discursos. De este modo, las instalaciones o arquitecturas temporales y precarias señalan el territorio como posible lugar de movilidades y diálogos, pero además incluyen la posibilidad de mutar o servir como punto de partida para otras acciones no programadas. La incorporación de estas prácticas artísticas a las investigaciones, se introduce en su conjunto por su carácter apropiacionista, que tiene como aporte la consecución de datos en proceso; lo que implica niveles más altos de atención a las variantes. En este sentido, coincide con los métodos de “creación” que se basan en la observación de las variantes de los materiales en diversas circunstancias, de manera similar a las prácticas de laboratorio científicas; solo que en la simplicidad academicista de estos dos casos el objeto de estudio es marginado de sus contextos habituales. Por esta razón ampliamos el concepto de creación a “prácticas artísticas” que suponen un nuevo paradigma. Presenciamos, actualmente, cambios de paradigma tanto en el ámbito estético como en el ámbito científico.(…) Y si bien ambos campos están claramente diferenciados todo indica – y eso no es solamente una percepción mía – que se están acercando, entrando en diálogo; pero este acercamiento no solo se debe – y aquí radica el aspecto interesante que a mi modo de ver no debemos desconocer en la actual coyuntura – a las dinámicas intrínsecas del arte y su expansión, su asimilación de nuevas tecnologías, etcétera , sino en igual, o incluso mayor grado, a la crisis del paradigma de la ciencia clásica y el surgimiento de nuevos paradigmas del saber”. (Bambula, 2014. Intervención en: Creación, pedagogía y políticas del conocimiento. Segundo encuentro –Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano, Bogotá)

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Según esto, estaríamos atravesando por un momento en el que la investigación y la universidad misma están abocadas a enfrentar sus dinámicas de producción de conocimiento, más coherentes con la circunstancia multi-­‐política, como consecuencia de la diversidad que ha generado la disolución de los conceptos históricamente vigentes de economía y cultura. Las prácticas de Territorio Viral, tanto en el campus como mediáticas, intentan desterritorializar en diversos sentidos y actúan como construcciones simbólicas de relaciones que trabajan conjuntamente con los interlocutores y habitantes furtivos; por tanto, son un espacio de discusión sobre universidad y espacio público; en este caso particular, instalan la discusión sobre las geografías diversas que conforman las Universidades Públicas en Colombia, y señalan la inminencia de cambios estructurales de la educación: la universidad con horizontes del conocimiento en las interacciones humanas. La Práctica Artística Territorio Viral considera las universidades públicas como geografías intermedias cruzadas por variedad de “agenciamientos” políticos, que dan cabida a más estilos de vida; lo que señala un cambio en la Universidad y la importancia de incrementar el uso de pedagogías disruptivas, a partir de relacionar “formas de arte” y “formas de trabajo”. Laddaga cita a frederic Jameson y señala: Jameson proponía el posmodernismo, donde se trataba, precisamente, de vincular una cierta economía de los espacios y las imágenes con un cierto estado de lo social. Es que la “lógica cultural” del “capitalismo tardío” que es lo que el llama “posmodernismo” es la “lógica cultural” de la época en que un poco en todas partes se despliegan formas de trabajo posfordistas ¿cómo? En “cultura y capitalismo financiero”. (Laddaga 2006: 129) Algo así como la estetización de la vida de la que hablara Katya Mandoki, en el sentido de una estética prosaica que implica la valoración del conocimiento en lo ordinario. Lo que se percibe en el entorno cotidiano de los grandes centros urbanos es la profusión de formas de hacer y producir al margen de las estructuras del capitalismo tardío, que implica una estetización como forma de consumo. Abrir la posibilidad de pensar desde territorios con fronteras menos duras implica incorporar el ingenio individual de los habitantes para resolver problemas de subsistencia, que a su vez implican el diseño de herramientas y formas de uso por fuera de los territorios ordinarios de la producción y el consumo. Todo este nuevo entramado de acciones particularmente creativas, socavan y redefinen los antiguos oficios, amplían las definiciones del conocimiento y el lugar de las Artes en la vida diaria; y por supuesto, le generan preguntas a la institucionalidad académica. Territorio Viral se vale de estas formas de trabajo: instalaciones, performatividades y prácticas relacionales en lo académico; para interpelar sobre el paradigma público-­‐ privado y el futuro de la educación en contextos públicos; se vale, pues, de la implementación de diversas formas estéticas como mediaciones en proyectos de investigación de objetos de estudio, que comparten variados componentes disciplinares.

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En este sentido, le apunta a metodologías de investigación como forma de “producción dialógica del saber” entre sujetos diversos, en procesos de conocimiento inscritos en situaciones sociales donde coexisten diversas manifestaciones y tensiones. Estas formas hacen pensar en ir más allá de los métodos de tradición positivista, verificables en investigaciones de corte cuantitativo; se contrastan así las lógicas administrativas jerárquicas, que avalan este tipo de métodos sobre los contextos rizomáticos de lo público que configuran el Campus. “Según Flick (2002) la investigación cualitativa ha expandido sus dominios debido a que los procesos de transformación social de nuestras sociedades contemporáneas, se están concretando en procesos más simbólicos y subjetivos: los modos de construir identidad y de significar los espacios y procesos sociales” (Sisto, 2008: 115). Siguiendo Flick, la individualización, la disolución de los patrones biográficos sujetados a estructuras sociales rígidas, entre otros fenómenos, ha generado una pluralización de los mundos vitales que requieren de una nueva sensibilidad para el estudio empírico de lo social. Esta investigación en sí misma constituye una apuesta desterritorializada de la política de investigación académica; intenta romper los privilegios de los métodos cuantitativos desde las estéticas dialógicas. Una pregunta que surge en el proceso sería ¿qué sucedería si a este gran número de investigaciones en artes, ahora en las “zonas oscuras”, se les otorga mayor poder a la hora de formular las políticas curriculares? El gran volumen de datos obtenidos que circulan en las redes y en el blog de este trabajo (http://territorioviral.blogspot.com.co/) no pretende arrojar datos objetivables; se trata de un espacio para mantenerse en conexión, que no propone lecturas unificadas ni conclusivas sobre paradigmas normalizados académicamente; sus respuestas son entretejidos de críticas y deseos que se expanden en la acción que desatan las instalaciones; que ala vez son el lugar de nuevos comienzos, de nuevos proyectos de investigación con otros enlaces epistemológicos. Otro aspecto que surge como pregunta en esta forma de investigar, es el carácter verificable; una pregunta desde la norma positivista y que empieza por invalidar la experiencialidad localizada que generan las prácticas en general, aún cuando en este caso estamos aludiendo a prácticas artísticas colaborativas donde se multiplican las formas de representación. Lo que permiten las metodologías cualitativas es hacer dialogar las representaciones de los participantes: entrevistas, visitas paseos, dibujos, sonidos, etc; a diferencia de las metodologías cuantitativas, que convierten las acciones en datos de análisis. La metodología es en sí misma un extenso mapeo de territorios que pone en primer plano la diversidad que no refleja lo instituido. La variedad de expresiones que permiten las instalaciones performativas, además garantiza la neutralidad de los investigadores en la medida en que cada una de las texturas de las expresiones son irreductibles, especialmente por suceder en el mismo tiempo y espacio; y porque en general la investigación se convierte en una producción de sentidos.

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Este tipo de investigaciones permite observar las condiciones posmodernas del conocimiento, dispuestas de manera menos lineal. Propicia relaciones y lecturas múltiples del “mundo contemporáneo”, desplegado más ansiosamente en centros urbanos, que albergan diversos modos de vida y sentidos no siempre tangibles. Esta especie de paradigma permite un nuevo lugar para pensar la ciudad universitaria con sus diversos habitantes y por supuesto, conocimientos que se deducen de la re-­‐creación de la experiencia cognitiva. La educación se ha definido históricamente como un sistema acumulativo de conocimientos al servicio de la construcción de lo social (social como algo claramente delimitado e invariable); estrechez que fue convirtiendo lo educativo al servicio de la reproductividad de la cultura del sistema capitalista de consumo, en la medida en que esta forma de relacionarse con el entorno ha estado cada vez más presente en la vida popular.

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5. BIBLIOGRAFÍA BAMBULA, J. (2014) Las artes en la Universidad. Ponencia en Creación, pedagogía y políticas del conocimiento. Segundo encuentro, Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano, Bogotá. DELEUZE, G. y GUATTARI, F. (1980). Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia. Valencia: Pre-­‐textos. 1988. FORERO, J. (2011) Prólogo, Intangible Acontecimiento Urbano: Su estructura simbólica y valor cultural, Jairo Humberto Agudelo Castañeda. Bogotá: Universidad De La Salle. GROYS, B (2008). Las políticas de la instalación. http://artecontempo.blogspot.com.co/2011/05/boris-­‐groys.html

Disponible

en

LADDAGA, R. (2006). Estética de la emergencia: la formación de otra cultura de las artes. Buenos Aires: Adriana Hidalgo Editora. ________________. (2010). Estética de Laboratorio: estrategias de las artes del presente. Buenos Aires: Adriana Hidalgo Editora. LINDÓN, A. (2002). La construcción social del territorio y los modos de vida en la periferia metropolitana. Territorios, núm 7. Bogotá, pp. 27-­‐42. SISTO, V. (2008). La investigación como una aventura de producción dialógica: la relación con el otro y los criterios de validación en la metodología cualitativa contemporánea. Psicoperspectivas.cl, volumen VII. Pp 114-­‐136. Disponible en http://www.psicoperspectivas.cl/index.php/psicoperspectivas/article/viewFile/54/54 WHAT, HOW & FOR WHOM, GARCÉS, M., RAQS MEDIA COLLECTIVE, CAMNITZER, L., PAGLEN, T., APPELBAUM, J., … TAMÁS, G.M. (2014) Un saber realmente útil. Madrid: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

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