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MODA FRANCESA e ITALIANA en contraste
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UNA MIRADA A LAS COLECCIONES DE DIOR Y VERSACE PARA PRIMAVERA VERANO 2023.
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París y Milán son constantes antagonistas, pero eternos parientes. A primera vista los vínculos entre el afamado minimalismo francés y la exquisita extravagancia italiana podrían parecer evidentes. Las casas de lujo llevan años construyendo identidades particulares que suelen estar vinculadas a su país, tomando enfoques distintos que hoy permiten distinguir sus rasgos y desemejanzas.
Los diseñadores italianos suelen ser vinculados a un estilo audaz y colorido, centrado en la artesanía y el detalle. Ricos bordados y refinadas telas como seda y terciopelo suelen hacerse presentes. La última pasarela de Versace podría reafirmar lo anterior. Vestidos de encaje y elementos drapeados en disonancia con colores neones y mezclilla desgastada jugaron entre lo gótico, lo glamuroso y lo sencillamente irónico. Tras estampados atrevidos, Donatella Versace envió un claro mensaje de sensualidad subversiva y confianza rebelde que se alinean con la estética de la marca y con la excéntrica reputación que tiene el gusto italiano. En el otro lado del espectro del lujo se encuentra la visión interpretada como la francesa, aquella de la simplicidad. A la moda francesa se le relaciona con líneas limpias, siluetas clásicas y colores neutros. Una sofisticación sencilla lograda a través de materiales como cuero y cachemir. La última colección de Dior parece ser fiel representante, con piezas sastre, cortes precisos y una paleta de colores sobria. Secundando tales diferencias, Karl Lagerfeld, diseñador que trabajó tanto para casas italianas como francesas, decía que «la moda francesa es elegancia y moderación, mientras que la italiana es placer y pasión».
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Pero este arquetipo puede ser engañoso. Prada es italiana y se caracteriza por ser minimalista, mientras que Vêtements es francesa y busca ser llamativa. Con respecto a las colecciones presentadas antes, contradicciones similares resurgen. Maria Grazia Chiuri, directora creativa de Dior — por cierto, italiana — se inspiró en Catalina de Medicci, noble italiana y reina francesa. Por lo que, lo que parecía certero antes, se complica. Abstraerse al cliché no nos permitiría contextualizar estas narrativas y nos mermaría a estereotipos que no hacen justicia a la vasta historia creativa y cultural de ambos países.
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