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La Añañuca – Leyenda Chilena
L
a Añañuca es una flor típica de la zona norte de nuestro país, que crece específicamente entre Copiapó y el valle de Quilimarí, en la región de Coquimbo.
Pocos saben que su nombre proviene de una triste historia de amor… Cuenta la leyenda, que en tiempos previos a la Independencia, la Añañuca, era una flor joven de carne y hueso que vivía en un pueblo nortino. Un día, un minero que andaba en busca de la mina que le traería fortuna, se detuvo en el pueblo y conoció a la joven. Ambos se enamoraron y el apuesto minero decidió relegar sus planes y quedarse a vivir junto a ella. Eran muy felices, hasta que una noche, el minero tuvo un sueño que le reveló el lugar en donde se encontraba la mina que por tanto tiempo buscó. Al día siguiente, en la mañana tomó la decisión: partiría en busca de la mina. La joven desolada, esperó, y esperó, pero el minero nunca volvió. Se dice de él que se lo tragó el espejismo
siguiente, salió el Sol y el valle se cubrió de
de la pampa. La hermosa joven, producto
flores rojas que recibieron el nombre de la
de la gran pena, murió, y fue enterrada en
infeliz mujer.
un día lluvioso en pleno valle. Al día
Mayda Campusano Jofréé
Paé gina 1
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El Pillán
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os principales dioses del pueblo mapuche eran imaginados como malos espíritus a los que había que apaciguar mediante algunos sacrificios. La más poderosa de estas divinidades era Pillán, el dios del trueno y el proveedor del fuego. Este dios provocaba los temblores de la tierra, las erupciones volcánicas y los relámpagos.
Se representaba como una divinidad corporal en varias formas. Los jefes guerreros que morían luchando eran reabsorbidos por Pillán y se convertían en volcanes; los simples guerreros lo hacían en nubes. A partir de esta creencia se elaboró el siguiente mito: durante una tempestad los indígenas miraban al cielo para ver hacia qué lado se dirigían las nubes, suponiendo que significaban la batalla entre ellos y los españoles invasores. Si las nubes iban hacia el sur, los mapuches se lamentaban porque significaba la derrota indígena; en cambio, si lo hacían en dirección al norte se alegraban por la derrota española que representaba. El dios Pillán tenía como servidores a otros espíritus llamados wekufus, que para hacer el mal poseían la facultad de transformarse a su antojo. Los mapuches atribuían a estos espíritus todas las enfermedades y algunos de los fenómenos meteorológicos que ocurrían a destiempo, como por ejemplo que lloviese en el momento de recoger la cosecha. La divinidad benéfica que tenían los
los desastres y expulsaba a los malos
mapuches era Anchimayén, la Luna,
espíritus, que huían por miedo a ella.
esposa del Sol. Protegía a este pueblo de
Mayda Campusano Jofréé
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La Fiura
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s una mujer de horrible aspecto, pequeña estatura y mal aliento que habita en los bosques. Es coqueta; se baña en las vertientes o cascadas, y luego peina su larga y abundante cabellera con un peine de cristal. Después del baño, se sienta sobre el musgo y permanece desnuda durante horas. Tiene un gran poder de
seducción, y una vez que logra atraer a su víctima lo enloquece. Por eso las expresiones populares dicen que “lo tentó la condená”. Representa lo femenino de la perversidad y
produciéndoles ciática o “tullimiento”. Los
se deleita haciendo el mal a quienes la
animales quedan “descuadrilados” o
rechazan, sean estos animales o seres
quebrados sin tener señales de golpes o
humanos. El mito dice que la Fiura los
garrotazos.
tuerce con el poder de su aliento,
Mayda Campusano Jofréé
Paé gina 3