16 minute read

4TO CENTENARIO DE CERVANTES EN EL PERU

UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS

^

Advertisement

49

— »

DE CERVANTES

Luis Alberto SANCHEZ, José JIMÉNEZ BORJA, Augusto TAMAYO VARGAS Manuel BELTROY y José GABRIEL.

Lima PERÚ

UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS 4° CENTENARIO DE CERVANTES Luis Alberto SÁNCHEZ - José JIMÉNEZ BORJA Augusto TAMAYO VARGAS Manuel BELTROY — José GABRIEL

Lima PERÜ

t^tlcy ARA el mundo de habla hispánica, el año 1947

ha sido el año del i ?

centenario del nacimiento de

Cervantes, y ningún otro acontecimiento propio ha habido más señalado en su curso. El Perú, comarca ilustre de ese mundo, se asoció jubiloso a la celebración común; del Perú, especialmente, Lima, su capital; y de Lima, particularmente, su eje cultural, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, próxima a su 4? centenario también.

Por disposición de la Rectoría sanmar quina, se desarrolló en la vieja casa universitaria una semana celebratoria, del 6 al 11 de Octubre, días vecinos a aquellos en que, presumiblemente, vió la luz el autor del QUIJOTE, cuatro siglos atrás. Correspondió la apertura de la celebración al profesor de literatura de la Facultad de Letras Dr. Augusto Tamayo Vargas, que en el Salón General de San Marcos, ante un público numeroso de profesores, estudiantes, maestros, obreros, disertó sobre "Cervantes, síntesis de la cultura española". Siguió el orden el director del Instituto de Periodismo de la Facultad Sr. José Gabriel, que habló del "Amor a les niños en Cervantes". Luego, disertaron, ante la creciente expectativa general, el Decano de la Facultad de Letras, Dr. José Jiménez Borja, sobre "Primor y esencia del PERSI-

7

8

San Marcos

LES", y el Rector de la Universidad, Dr. Luís Alberto Sánchez, con un "Preludio cervantino". Clausuró la propicia semana el Teatro Universitario del Departamento de Extensión Cultural de San Marcos, que representó en el Teatro Municipal de Lima, con caluroso aplauso, la tragedia E L CERCO DE Nu MAN CIA de Cervantes. Días después, el centro estudiantil de la Facultad de Letras realizó otro acto conmemorativo del nacimiento cervantino. Se registran en este volumen las conferencias antedichas, los discursos de la conmemoración estudiantil, y una breve crónica de la representación de la NUMANCIA, con las palabras de apertura del Dr. Manuel Beltroy, director del Departamento de Extensión Cultural.

Dr. Augusto TAMAYO VARGAS. profesor de la Facultad de Letras.

Cervantes, Síntesis de la Cultura Española

por Augusto TAM AYO VARGAS.

SE inicia con este acto la semana que la Universidad Nacional Mayor de San Marcos dedica a Cervantes en el cuatricentenario de la inscripción de su nombre —entre otros tantos humildes— en ía Iglesia de Santa María de Alcalá de Henares. Motivo de apertura es para que, alterando la consabida narración de su vida y dejando para más versados guías la interpretación y anotación de sus textos, hagamos hoy la inspección del terreno y busquemos la sensación del transcurrir de la cultura hispana en la que Cervantes bebió a sus anchas y del grueso borde del recipiente y no como aquel Lazarillo que cuenta el anónimo de Tormes, que hubo de hacerlo por el pequeño agujero que industriosamente abriera en el fondo y por donde goteaba dificultosamente el vino generoso de España. No haremos, tampoco, repetición del ambiente de La Mancha, por donde cruzara la figura del hombre desdoblada en las sombras de hidalgo y escudero. Ya Azorín mostró las tierras secas de

11

12

San Marcos

Castilla, propicias para la reflexión y el renunciamiento, y las calles "anchas y desmesuradas" de sus pueblos acogedores en la paradoja de su parquedad, con las casas "bajas, de color grisáceo, terroso y cárdeno"; por encima, un cielo "anubarrado y plomizo", mientras "sopla y ruge" el vendaval que es allí "furioso y helado", llevando consigo "impetuosas polvaredas"; las campanas tocan con "sones desgarrados y plañideros" y cruzan lentas y parsimoniosas las estampas del "labriego enfundado en su traje pardo" y la mujer que, con vestido negro y las ropas a la cabeza, "asoma entre los pliegues su cara lívida"; algún perro ladra en los patios solariegos donde los hidalgos viven orgullosos de su pobreza y de Cervantes; la plaza es ancha y desierta; las iglesias vetustas tienen "los muros rojos". Pero en este medio solemne, magro, está vibrando la pasión de un pueblo que pasa de la tranquilidad a la angustia, de la serenidad de los campos "apenas rasgados por el arado celta" a la exaltación colectiva, vibrando enloquecido y lan^ zándose a tejer fantasías y a sembrar su vida de inenarrables torturas interiores. Y otra vez, del ímpetu y de la sinrazón al "estéril marasmo". Todo esto está ya trazado por hábiles captadores del ambiente, como escenario y drama del tipo español y como campo del QUIJOTE , donde Cervantes censurara la exaltación "loca, baldía" —continuamos parafraseando a Azorín— para hacer de aquélla "amo; al ideal, audacia y confianza en nosotros mis-

Cervánéei, síntesis

13

mos, vena ensoñadora para la realización de grandes empresas humanas". Esto constituye la visión inmediata, circundante. Sobre ella incidió la inteligente y noble tarea literaria de la generación española del 98. Unamuno, Azorín, Ortega y Gasset, han ahondado en Cervantes y han levantado el verdadero monumento de su gloria, sobre la belleza de sus observaciones y sobre e! hincamiento de la personalidad del hombre que está presente y palpitando en la obra de Cervantes, con alegre naturalidad pero con meditada sutileza. A través del trabajo que voy a exponer surge más bien —escueto y desmayado a medida de mis fuerzas—• el escenario de la evolución hispana, en redondo, en un intento de exprimir en Cervantes todo el panorama de la cultura ibérica que se nutrió de savias diferentes, confundiéndose las raíces desparramadas del hombre en un nuevo haz que tendría ya tierra de Oriente y Occidente apretada a la substancia vegetal, para forjar el tipo del español que es europeo y americano, de Africa y de Asia, con el ingenio puesto a órdenes de la sensualidad y la sensualidad encauzada por el maravilloso discurrir que tiene precisamente su ejemplo en esa envidiable literatura cervantina. Si Cervantes es universal y. como lo llamó Bovle, "honor y delicia del género humano", su expansión hacia el mundo y su identificación con el hombre-tipo, que él mismo pintara, las realiza en función de hispano, de miembro de una comunidad

14

San Marcos

que es más que ninguna, tal vez, ejemplo vivo de mestizaje, conjunción y resumen de muchos grupos que caminaron antes por variados caminos y que aportaron un poco de su mundo a la concepción total.

Presentación de la España Antigua

EN el extremo del mar que los fenicios hicieron suyo, se levantan las columnas de Hércules, puertas gigantes que se abren al infinito del mundo antiguo. La ninfa Calipso —el hada madrina de Ogigia— es la sombra bienhechora de esos parajes, a los que Odiseo llegara en su trascendental viaje, perdido en los mil accidentes de los vericuetos mediterráneos. Base y sostén de una de las columnas, Iberia extiende su rugosa superficie entre dos mares y se incrusta, después, en Europa. El elemento aborigen —iberos y celtas— pernocta en las cuevas de las montañas y mira, desde la costa occidental, la superficie azul marina de un agua que seguramente caerá en cascadas allá donde la vista sólo puede precisar la angustia de las caídas de sol. Más tarde, cartagineses y romanos hacen de la península campo de lucha; y dos nombres pasan a la historia sobre la piedra roja y gris de las sierras ibéricas: Aníbal y Escipión. España brinda a Roma las figuras incontrastables de Séneca y Lucano perdidos en la "locura artistica" de Nerón; de Marcial, ambulando con sus sátiras por las calles latinas; de Quintiliano revolviendo las citas ciceronianas. Y recibe después.

Cervantes, síntesis

15

entre gritos guerreros, la invasión visigótica. Los pueblos germanos dominan la península. Después, su reino emigra de Tolosa a Toledo, radios urbanos de una nueva cultura, donde la causa cristiana obtiene la victoria, en los tiempos de Recaredo, sobre los dioses góticos del Walhalla. Galopes de vándalos y suevos atraviesan las mesetas españolas, las quebradas y los puertos abiertos a las gaviotas impávidas de los piratas mediterráneos. Mahoma ha prendido el desierto con nuevas canciones, y el viento de la desolación y de la arena, que arrasa los campamentos norafricanos, lleva a los necesitados —bajo el pretexto de su Media Luna—• a las codiciadas tierras de Europa. Iberia cae en manos musulmanas con la leyenda sensual de Don Rodrigo; y los mestizos habitantes se refugian, como los antiguos celtíberos, en las rocas cóncavas, en los parajes sombríos de las montañas morenas donde la nieve perfila las cumbres y donde los hombres ya cantan coplas guerreras. Dentro, en las estalactitas, se está grabando la historia; capitales de Oriente se trasplantan al suelo ibérico; las antiguas cantigas viven en las ciudades edificadas alrededor de los monjes catequistas; y desde la Persia de los caballeros de Firdousi, desde la India donde Kalidasa envía mensajes amorosos por medio de las nubes, desde Arabia con perfumes y cantos quejumbrosos a los celajes que recaman el desierto, llega un nuevo ritmo, una entonación exótica, que se mezcla a raíces populares y crea el tipo

16

San Marcos

mozárabe; alma, germen y esencia de la España que va a nacer. El romance ha comenzado a vivir:

Helo, helo, por do viene el moro por la calsada, caballero a la jineta encima una yegua baya; borceguíes marroquíes y espuela de oro calzada, una adarga entre los peches y en su mano una azagaya.

Los francos, agrupados en reino europeo, detienen el avance musulmán; pero los héroes del desierto rumian su lujuria por espacio de tres siglos en la Península Sur-Occidental del Continente. El feudalismo adquiere así un carácter original en España; los caballeros mestizos van reconquistando, palmo a palmo, la tierra que llaman suya; y antes que en Francia, Inglaterra e Italia las ideas renacentistas desenvuelvan la idea de "Patria", los soldados peláyieos han estructurado una conciencia nacional. Dos reinos hacen su historia por separado, hasta que la alianza de Fernando e Isabel resume a España y adquiere por ella la integridad del suelo patrio. Sobre sus cabezas coronadas, el Catolicismo forma la Inquisición que reprime el genio libertario renacentista y forma una categoría espiritual sui géneris en el desarrollo social de Eu- ropa. Los árabes abandonan Granada por la acción civil; mientras los judíos refugiados en Toledo, abjuran sus concepciones mesiánicas. se refunden con la cultura indo-germana, o caen en la hoguera "Santa". El mar, que contemplaron desde sus atalayas

Cervantes, síntesis

17

los. celtíberos, ha detenido sus cascadas en el horizonte, y ha formado una nueva tierra donde el sol se levanta en templos a más de tres mil metros de altura. Colón —en el momento de la superación de los conocimientos náuticos—• llega con sus tres carabelas a las avanzadas de ese continente extraño. Y España trasplanta su genio. Trasplante con riego de sangre, que llena nuevos cauces y las ciudades de piedra y adobe, las cumbres y hasta la selva, y que se recoge en sus enormes ríos. Historia vieja de España: formación y dominio del mundo bautizado "moderno", que realiza en rápidos años como si quisiera apurar sus posibilidades para cumplirlas en su plena intensidad. Conjunción de Oriente y Occidente. Historia que se hace más de pueblo y de iniciativa anárquica que de nombres directores aislados. "Inmenso fantasma que se llama Juan Español", como diría alguna vez Alfonso Reyes, mostrando la plétora vital del pueblo hispano que se abrió paso •—uno y multitud— para escribir tres grandes epopeyas: la Reconquista, el descubrimiento de América y la lucha contra la invasión extranjera. Expresión de ese espíritu popular, de la "sabiduría común" del hombre español, fué Miguel de Cervantes Saavedra en las figuras de sus NOVELAS EJEMPLARES y en las aristas de ese binomio Sancho-íQuijote.

El idioma de Castilla

YA el Padre Mariana dijo que el idioma de Castilla es la avenida de muchas lenguas. Elementos

IS

San Marcos

múltiples que van a realizar el prodigio del romance castellano, que corresponde a esa conjunción de elementos que hemos estudiado sintéticamente. Tres factores esenciales deben apreciarse en él: un núcleo central, que es el latín afianzado en la península con la dominación romana: dominación honda, fuerte, organización jurídica, sentido culturizadot. Luego, un acopio de palabras y métodos aborígenes, que los primitivos habitantes dejaron como un sello de su permanencia y de su acción, y que modifican la forma "clásica" destruida ya en su mayor parte por la propia soldadesca romana. Y las corrientes góticas, cristianas, árabes y judías, que alteran el latín, dando nuevas expresiones, y que forman así una conciencia especial: la conciencia española. Galaico-portugués, aragonés, leonés y Castellano, nacen de este cruzarse de los elementos, y cuando los Reyes Católicos obtienen el doble triunfo de la expulsión musulmana y de la unificación religiosa, Castilla domina la península, y hace de su lengua la lengua nacional. El Condado de Castilla es el corazón de España. El recio habitante de Toledo y de Burgos ha suprimido la "i" clásica y ha estereotipado el sonido "j " en vez de "11". No puede dejarse de lado, sin embargo, la influencia espiritual del galaico-portugués que pone en el ambiente la nota del juglar, del trovador provenzal que buscó nuevos motivos de "camino" en los matices gráciles —paisaje de líneas suaves— de las tierras gallegas. Su voz milagrera resuena en los relatos primigenios de SANTA MARÍA EGIP-

19

CIACA y en el LIBRO DE LOS TRES REYE S DE ORIENTE. Y también todos los demás llamados más tarde dialectos de España, contribuyen a la lengua común con sus cantares de gesta, donde los héroes conquistan ciudades y desbaratan batallones moros, y que los aedos de esta etapa de dominación germánica repiten en los salones de los señores y en los muros de las ciudades. Cantos de Gesta que promueven un mundo de aventuras y de caballería andante, que persiste en España, por encima de todo el Renacimiento, valiéndole aquella frase de Cassou: " la tierra de los gloriosos e ilustres bárbaros", ya que sólo en ese sentido de la conquista y el lance debe entenderse el giro del literato francés, que guarda otras suspicaces interpretaciones.

Dentro de la evolución idiomática de España merece párrafo aparte la invasión de los moros. Los elementos populares, que se confundieron con los orientales, hablaban sus dialectos, y los implantaron dentro de la cultura mozárabe, que fué la resultante del contacto con Arabia, aunque no mestizaje racial. El latín queda en los monasterios y entre ciertos sectores culturales de las regiones que conservaron los indogermanos. Hay momentos en que el elemento árabe domina abiertamente a España; se traducen los textos de las Sagradas Escrituras, y las victorias de Almanzor levantan, aun más, el espíritu del desierto. Sin embargo, lo que termina por formar el substratum de la nacionalidad es •—como ya dijimos— el elemento mozárabe, que no perdió las cualidades esenciales de la primi-

.-20

San Marcos

tiva cultura. Los "glosarios" y "los diplomas" son loa. documentos que conserva la historia como prueba de esta etapa interesantísima de transición. Por encima de unas cuantas palabras que aumentaron el léxico del peninsular, la dominación ára- be influyó fundamentalmente en la conciencia del individuo. Tampoco transformó la estructura formal del lenguaje. Su obra de penetración cultural duró tres siglos. Y el profundo lirismo oriental imprimió un extraordinario selio a la poesía española y por ella a la poesía toda de Europa. Es así --como afirma Julián Rivera—'que después de varias centurias de pérdida de la tradición lírica, surge de pronto una maravillosa floración de voz poética, cuyas raíces —-señala el mencionado autor— están en la cultura musulmana que trajo de los jardines pérsicos y de la floresta del Penjab, la savia vivificadora de su lírica actitud ante la Naturaleza. La canción andaluza es asimismo expresión inconfundible del espíritu mozárabe que imprimió definitivos rumbos a la música y a la plástica surespañola.

La partida de nacimiento del Castellano es el Mío CID, que todos hemos leído con la actitud respetuosa que guardamos ante un alumbramiento; un alumbramiento que nos llega muy de cerca. El Mío C ID es castellano en su reciedad y en su contenido objetivo, diferencia fundamental frente al ambiente .maravilloso, de leyenda miliunanochesca, que guarda el canto de gesta en el primitivo romance de "oil". Con el Mío CID se plantea en el escenario español

Cervantes, síntesis

21

al héroe: héroe nacional; no Rolando, ni Lanzarete, tipos de estructuración feudal. Héroe que coge en sus manos, algunos siglos después, Gracián, para pergeñar al tipo del hombre superior, que en otros moldes ha querido ensalzar la literatura nietzscheana. El héroe español es hombre y caballero, y en ese doble sentido de humanidad y caste - llanía está encerrado el porqué de su aceptación universal.

Más adelante, Alfonso el Sabio da al Castellano carta oficial, ordenando la redacción de las estrictas fórmulas del Derecho en Romance, como una incontrastable prueba de su eficiencia social, ya que era el "romance", según la feliz expresión de Berceo: en el que "suele el pueblo rabiar a su vecino". Desde entonces, el idioma va pasando por sucesivas etapas de refinamiento. Desde el poco pulido lenguaje del siglo xm podemos llegar al Arcipreste de Hita, donde se halla la socarronería y el giro netamente español de la obra. El LIBRÓ DE BUEN AMOR es uno de los pilotes de la cultura hispánica. Puede decirse que el Arcipreste de Hita es una lejana perspectiva del Teatro Peninsular, que fué alma y desarrollo del espíritu popular español: alegre en su decir; severo en su actitud.

Y continuamos así, en este paso de avance del Castellano, que deja para su estudio la profusa documentación de sus romances —que con tanto cariño ha estudiado Menéndez Pidal—; la literatura galana de Juan de Mena y del Marqués de Santillana. y la vieja y siempre repetida "canción de la

22

SSÍI Marees

muerte" de Jorge Manrique. Luego, ha de venir el estilo plateresco •—como le llama Valbuena Prat— de la etapa de los Reyes Católicos, donde España, influenciada por el humanismo, pero no envuelta ni dominada por él, estampa la interesante y aventurera figura de Juan de la Encina, precursor del teatro —nuevo aporte a él— y bohemio por las tierras itálicas; y de Rojas, con LA CELES- TINA, gran novela tipo de la cultura española y marcado hito de su evolución idiomática. En Fray Luis de León está un nuevo momento del idioma castellano. Luis de León, "humanista escriturario" como 3o han llamado los críticos, es la superación del estilo castellano dentro de la tendencia españolista que representa la época de Felipe ir. Al estilo cortesano anterior —Boscán, Garcilaso*— sucede el predominio de la lengua nacional en un amplio y definitivo sentido. Toda la fonética de Castilla ha triunfado al alcanzar su edad adulta; Menéndez Pidal ha dicho que en ese momentó "la lengua hablada adquiere los caracteres fonéticos que hoy la distinguen; la lengua escrita produce la modalidad sin duda más hermosa que jamás se escribió en España". El Castellano que Nebrija organizara dentro de un primer intenta gramatical, en el despertar de las ciencias, terminando por completo la influencia de la "h" aspirada, con la ") ' que ya ha reemplazado diversos sonidos, entre otros el de la "x", antigua emisión sorda.

This article is from: