¡CAMINEMOS CON ESPERANZA! “Cuando dejamos aflorar en nosotros, hermanos de Juan de Dios, la sed de espiritualidad que nos habita, habremos de estar atentos a las sorpresas del Espíritu. Algo nuevo irá naciendo en nosotros. Caerán barreras. Lo imposible será posible. Florecerán nuestros desiertos. Se apaciguará nuestra sed. Seremos mensajeros alegres y entusiastas de la Buena Noticia de la Misericordia y la Hospitalidad. Seremos parábola de un mundo nuevo en medio del mundo del dolor y de la marginación”. Camino de Hospitalidad al estilo de San Juan de Dios | Valentín Riesco, OH | José Cristo Rey García Paredes, CMF
SUMARIO 4
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CAPÍTULO REGIONAL
CAPÍTULO REGIONAL
BIOÉTICA
PASTORAL VOCACIONAL
Hacia la unificación de la Orden en Latinoamérica
Nuevo Gobierno Provincial 2018-2020
Foro sobre nuevas pobrezas: una reflexión
Una contraseña para la vida: “¿Qué haría Cristo en mi lugar?
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CURIA PROVICIAL
ENFERMERÍA
GESTIÓN HOSPITALARIA
VOLUNTARIADO
Familia Hospitalaria: unidos en la Misión
Enfermería: Formación en cuidados paliativos
La Rioja, paradigma de la reconfiguración
Cultura vocacional: ¿cuál es tu misión?
GESTIÓN HOSPITALARIA
La seguridad del paciente.......................................................................... 28 GESTIÓN HOSPITALARIA
El camino de la solidaridad: responsabilidad y tarea compartida................... 31
BREVES
Bodas de Plata del Hno. Luis Sánchez...................................................... 32 Toda vida vale......................................................................................... 32 Reconocimiento en Sucre........................................................................ 32 Nos visitaron las candidatas a Reinas del Festival de Viña del Mar......... 32
HISTORIA Y VIDA Revista informativa de la Provincia Sudamericana Meridional Año 36 N° 165 | Marzo 2018
FICHA TÉCNICA REPRESENTANTE Hno. Erik Castillo Carreño | CURIA PROVINCIAL: Ardoíno 714 - B1704EIP - Ramos Mejía - Buenos Aires - Argentina EQUIPO DE REDACCIÓN Hno. Erik Castillo Carreño - Hno. Jaime Gutiérrez - Lic. Carlos Maximiliano Nieto - Matías Casano ADMINISTRACIÓN comunicacion@hsjd.org | www.hsjd.org DISEÑO Synapsis C.I. | www.synapsis.com.ar
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CAPÍTULO REGIONAL
HACIA LA UNIFICACIÓN DE LA ORDEN EN LATINOAMÉRICA QUE LA IDENTIDAD Y EL CARISMA DE LA ORDEN SIGAN VIVOS Y FUERTES EN NUESTRA REGIÓN
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El 9 de febrero, el Superior General Hno. Jesús Etayo clausuró el Capítulo Regional iniciado el 29 de enero en Colombia, y en el que se decidió la unificación de las Provincias que componen la Región Latinoamérica en una Provincia única en 2020.
Reunidos en la Casa de Encuentros de La Salle, en Rionegro, (Antioquia) los Hermanos Capitulares evaluaron las acciones realizadas en el período 2014-2017, tomaron decisiones fundamentales para el futuro de la Orden en Latinoamérica y el Caribe, y eligieron a los Hermanos que se ocuparán de animar la vida de las comunidades religiosas, la gestión de los centros en la región e integrarán los nuevos equipos de trabajo para continuar llevando adelante el proceso de reconfiguración regional. Una las resoluciones más importantes fue la aprobación de la constitución de una Provincia única en Latinoamérica para el año 2020, con un proceso de transición de dos años. La unificación abarcará las actuales Provincias Sudamericana Meridional, Sudamericana Septentrional, Colombiana y la Delegación de México, Cuba y Honduras. Para llevar adelante esta transición se ha constituido un Consejo Delegado que estará presidido por el Delegado del General, el Hno. Dairon Meneses, al que acompañarán los Hnos. Gudiel Sánchez, Gustavo Muchiutti e Isidro Vásquez. El trabajo realizado durante las dos semanas de trabajo, contó con el compromiso y dedicación de todos los Hermanos y Colaboradores, acompañado del discernimiento y de la reflexión que fueron parte fundamental en las decisiones tomadas. El Superior General, Hno. Jesús Etayo, destacó el buen número de propuestas y líneas de acción que fueron aprobadas
unánimemente y que son muy exigentes, tanto en lo que se refiere a la vida de los Hermanos, como de las Comunidades y de la Formación, pilares básicos de la consagración religiosa hospitalaria.
PARTICIPACIÓN DE LOS COLABORADORES Los Colaboradores también estuvieron presentes en la primera etapa del Capítulo. El Superior General agradeció especialmente la labor de estos miembros fundamentales de la Familia Hospitalaria. “Debemos sentirnos humildemente orgullosos por la misión y la fuerza de la Hospitalidad que tienen en América Latina gracias al empeño, dedicación y entrega de toda la familia de San Juan de Dios. Los Hermanos sabemos que sin vosotros nuestro propósito no sería lo que es, reconociendo siempre que los enfermos son nuestra razón de ser, seguiremos juntos trabajando. El Señor nos invita a crear algo nuevo. Somos una Región y caminamos a ser una Provincia, pero sobre todo somos una Familia. Este no es un Capítulo más, es muy especial por las decisiones que empezamos a tomar para la Hospitalidad”, señaló el Hno. Jesús Etayo.
NOS TOCA A NOSOTROS: LA ORDEN EN UN MOMENTO HISTÓRICO En el acto de apertura del Capítulo Regional, el Superior General destacó que la celebración del mismo es un espacio espiritual. “Nuestra tarea fundamental durante estos días es escuchar al Espíritu, a través de la reflexión, del diálogo, la deliberación, el discernimiento y el encuentro con Dios en la oración”, destacó.
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“Tenemos delante un gran desafío: buscar la voluntad del Señor para que en el futuro la identidad y el carisma de la Orden sigan vivos y fuertes en América Latina. Esta es nuestra responsabilidad, como ha sido la de tantos otros hermanos y colaboradores a lo largo de la historia, que supieron acoger la voz y la luz del Espíritu y nos legaron la mejor versión de la hospitalidad de San Juan de Dios. Ahora, nos toca a nosotros. Seamos audaces, estemos atentos, no tengamos miedo, seamos creativos, hagámoslo todo con fe y honestidad, con pasión por la Orden y la Iglesia, sobre todo por las personas enfermas y necesitadas a las que Dios nos envía”, convocó el Hno. Jesús Etayo. Asimismo, el Superior Provincial resaltó que este Capítulo Regional estaba llamado a ser un momento histórico para la vida
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de la Orden en América Latina. “Me recuerda ahora al Concilio de Jerusalén que nos narra el libro de los Hechos de los Apóstoles. Fue un momento clave para el futuro de la Iglesia, con dos grupos fuertes y confrontados ‘hubo una gran discusión’, pero todo lo pudieron salvar, porque todos abrieron su corazón y su mente al Espíritu y además de escucharlo se decidieron a seguirlo. Ojalá que este Capítulo Regional nos permita vivir una experiencia similar. Animo a todos a disponerse a ello, a dejar particularismos, a superar prejuicios, a olvidar ideas fijas, a ser disponibles para cambiar aquello que parecía inamovible, en nombre del Espíritu, de la Iglesia, de San Juan de Dios, de la Orden y sobre todo de los enfermos y necesitados”, culminó así su mensaje de apertura el Hno. Jesús Etayo. El texto completo de este discurso puede leerse en la web: https://goo.gl/5eR8qq
Nuevas autoridades en Latinoamérica CONSEJO DELEGADO DE LA REGIÓN LATINOAMÉRICA DELEGADO DEL GENERAL:
Hno. Dairon Meneses. EQUIPO DE COORDINACIÓN:
Hnos. Gudiel Sánchez, Gustavo Muchiutti e Isidro Vásquez.
RESPONSABLES Y SEDES DE LOS CENTROS DE FORMACIÓN MAESTRO DEL POSTULANTADO:
Hno. Juan Carlos Haedo, Luján (Argentina). MAESTRO DE NOVICIADO:
Hno. Carlos Tirado, Bogotá (Colombia). MAESTRO DE ESCOLASTICADO:
Hnos. Jaime Buitrago y Evelio Acevedo, Quito (Ecuador).
PROVINCIA COLOMBIANA SUPERIOR PROVINCIAL:
Hno. Daniel A. Marquez Bocanegra. CONSEJEROS: Hnos. Juan Carlos Tovar Huertas, Edilberto Castillo González, Yimer de Jesús Rodríguez y Raúl Armando Oses.
PROVINCIA SUDAMERICANA SEPTENTRIONAL SUPERIOR PROVINCIAL:
Hno. William Pintado. CONSEJEROS: Hnos. César Arroyo, José Daniel Hernández, Benigno Chahuillco y Américo Quispe.
PROVINCIA SUDAMERICANA MERIDIONAL SUPERIOR PROVINCIAL:
Hno. Erik Castillo Carreño. CONSEJEROS: Hnos. Luis Sánchez Miranda, Hermit Aguayo Garcés, Telmo García y Elías Reales.
DELEGACIÓN DE MÉXICO, CUBA Y HONDURAS SUPERIOR PROVINCIAL:
Hno. José Merced Ulloa. CONSEJEROS: Hnos. José Luis García Imas y Gudiel Sánchez Chacón. 7
CAPÍTULO REGIONAL
Con el lema “El futuro de la Hospitalidad en Latinoamérica”, el Capítulo se celebró de manera regional, en conjunto con las otras provincias y delegaciones de América Latina y el Caribe. El nuevo Gobierno de la Provincia Sudamericana Meridional tiene mandato hasta el año 2020, en que culminará el proceso de transición que unificará a las provincias de la región en una sola. DIOS, CENTRO DE LA VIDA DE LOS HERMANOS En su primer mensaje a los Hermanos, el Superior Provincial Hno. Erik Castillo propuso recordar la importancia de la centralidad de Dios “en nuestra existencia personal, comunitaria y en la misión apostólica (...) Así lo fue para San Juan de Dios, el vínculo fundamental que entabló con Jesucristo lo llevó a descubrir que el valor fundamental de su vida consistiría en la Hospitalidad”.
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VIDA COMUNITARIA Y SENTIDO DE LA MISIÓN Asimismo, el Hno. Erik resaltó la importancia de la vida comunitaria para los Hermanos. “Para nosotros la vida comunitaria es esencial. “La hospitalidad que hemos recibido como don, nos compromete a vivir la fraternidad con sencillez: por tanto, nos ayudamos unos a otros y nos acompañamos en nuestras debilidades; promovemos la estima recíproca, somos agradecidos entre nosotros y nos sentimos solidarios con nuestros Hermanos en sus necesidades, aflicciones y alegrías” (Const. N° 36).
El trabajo de los consagrados no solo es necesario, sino que “tiene un sentido preciso y valioso en el siglo XXI”, señaló el Hno. Erik en su comunicación a los Hermanos. “En el ambiente tecnificado y consumista de la cultura actual, en la que se descubren cada día nuevas formas de marginación y de sufrimiento, nuestro apostolado hospitalario tiene un puesto de plena actualidad. Nos sentimos llamados a realizar nuestra misión con actitudes y modos humanizantes, proclamar que los débiles y los que sufren son nuestros predilectos, y a vivir nuestro servicio como expresión del valor trascendente de la vida humana.” (Const. N° 44) LA FAMILIA HOSPITALARIA El nuevo Superior Provincial, también dirigió un mensaje a los Colaboradores. Les agradeció la entrega generosa que hacen diariamente, “porque para estar presentes en el mundo de dolor, existe una genuina vocación de servicio. En esa motivación se manifiesta la presencia de Dios, aunque a veces, no lo visualicemos del todo. (...) Todos ustedes son muy valiosos, son parte fundamental, junto a mis Hermanos religiosos, de la familia hospitalaria”. NUESTRO CENTRO DE INTERÉS: LA PERSONA ASISTIDA El Hno. Erik destacó que el centro de interés del accionar de Hermanos y Colaboradores ha de ser siempre la persona asistida. “Este es el primer principio de nuestra filosofía, la que
NUEVO GOBIERNO
PROVINCIAL
2018-2020
Los Hermanos Capitulares de nuestra Provincia reunidos en Rionegro, Colombia, eligieron como nuevo Superior Provincial al Hno. Erik Castillo y a los Hermanos que conformarán el Consejo Provincial: Luis Sánchez Miranda, Hermit Aguayo Garcés, Telmo García y Elías Reales.
continuamente deberemos aplicar en nuestros planes y tareas cotidianas”. MÁS HOSPITALIDAD, LA RESPUESTA A LOS NUEVOS DESAFÍOS El Capítulo Regional, celebrado en Colombia, reafirmó el diagnóstico de que estamos transitando un auténtico cambio de época. Nuevos desafíos aparecen en el corto, mediano y largo plazo en la Orden, aquí en América. El Hno. Erik invitó a asumir estos cambios al estilo de San Juan de Dios. Debemos “dar respuestas a las necesidades actuales desde la fe en Jesucristo, aplicando los principios y valores de nuestro Instituto en la tarea que se nos confíe”. A la vez, indicó que en el caso de los Hermanos, estos desafíos “tienen que ser asumidos por todos y cada uno de nosotros. Para esto, la escucha atenta de la Palabra, la apertura al diálogo entre nosotros, la comunicación asertiva, la búsqueda constante de consensos y la promoción de la concordia serán expresiones concretas para hacer presente nuestro voto de Hospitalidad”. “Estamos transitando un cambio de época que nos exige conservar y hacer crecer la Hospitalidad en este siglo”, convocó el Hno. Erik a todos los miembros de la Familia Hospitalaria. “Para esto es necesario proyectar el futuro desde el presente, teniendo en cuenta todo lo positivo del pasado heredado; y proyectar el futuro desde la reflexión y la actualización constante para hacer concretos nuestros principios y valores”.
EN LA WEB Te invitamos a leer el texto completo de los mensajes del Hno. Erik dirigido a los Hermanos de la Provincia https:// goo.gl/dnsHW4 y a los Colaboradores que se desempeñan en los centros hospitalarios de Argentina, Bolivia y Chile https://goo.gl/TVTz5x.
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BIOÉTICA
Foro sobre nuevas pobrezas: una reflexión 10
Con motivo de la realización en la Región Latinoamérica de la Orden Hospitalaria del foro de reflexión bioética sobre “Nuevas pobrezas”, el equipo de trabajo de la Comisión Provincial de Bioética solicitó la participación abierta a los CEA de los Centros de la Provincia. En base a esta labor, se presenta el siguiente documento, que participó como comunicación en el “1º Congreso Mundial de Bioética de la Orden”, en Madrid, septiembre de 2017.
HNO. HERMIT AGUAYO GARCÉS. CLÍNICA PSIQUIÁTRICA NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN, SANTIAGO DE CHILE. CEA DR. ENRIQUE ROMERO. CASA HOSPITAL SAN JUAN DE DIOS, RAMOS MEJÍA, ARGENTINA. CEA. COMISIÓN PROVINCIAL DE BIOÉTICA. DR. GUSTAVO AMIDO. CLÍNICA NUESTRA SEÑORA DEL PILAR, LUJÁN, ARGENTINA. CEA. COMISIÓN PROVINCIAL DE BIOÉTICA ENF. BERNARDITA SALAZAR. CLÍNICA PSIQUIÁTRICA NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN, SANTIAGO DE CHILE. CEA SRA. MARÍA ZUMPF. CASA HOSPITAL SAN JUAN DE DIOS, RAMOS MEJÍA, ARGENTINA. CEA | LIC. IRMA RUIZ DÍAZ. CASA HOSPITAL SAN JUAN DE DIOS, RAMOS MEJÍA, ARGENTINA. CEA DRA. PATRICIA OKURZATY. CASA HOSPITAL SAN JUAN DE DIOS, RAMOS MEJÍA, ARGENTINA. CEA DRA. SILVIA OGER. CASA HOSPITAL SAN JUAN DE DIOS, RAMOS MEJÍA, ARGENTINA. CEA. CEI. COMISIÓN PROVINCIAL DE BIOÉTICA
Las causas de las nuevas pobrezas En las sociedades avanzadas el redescubrimiento de la pobreza y la existencia de diversas formas de exclusión o marginalidad social dieron origen a un amplio debate acerca de las causas de estos fenómenos. Los diversos enfoques planteados toman su punto de partida en una serie muy amplia de factores explicativos, entre los cuales destacan, combinándose de diversas maneras: el cambio tecnológico, los aspectos institucionales, los conflictos corporativos y los aspectos culturales. El mercado de trabajo ha estado en el centro del debate, pero también los flujos migratorios, las relaciones étnicas y raciales, la evolución -o mejor dicho, la disolución- de la familia tradicional y el proceso de formación de subculturas. Es larga la lista de pobrezas antiguas que continúan en la actualidad, a veces bajo nuevas formas y de las cuales se habla mucho. Al considerarlas, es particularmente llamativa la enorme distancia que se va agrandando exponencialmente entre el pobre y los sorprendentes y maravillosos avances de las ciencias y las tecnologías que deberían beneficiarlo.
Las causas de las nuevas pobrezas en salud Adultos mayores: la expectativa de vida ha aumentado prácticamente en una década en los últimos tiempos, lo cual conlleva a un aumento en la población adulta considerada de tercera edad, con las dificultades propias de la longevidad y la presencia de patologías intercurrentes. Drogodependientes: el flagelo de la droga ha sumado una problemática que se ha extendido en nuestros países, generando un número creciente de personas, sobre todo adultos jóvenes y adolescentes con enfermedades provenientes del uso de sustancias psicoactivas. Discapacidades: en esta cuestión también ha aumentado la tasa de enfermos con diversos grados de discapacidades motoras y mentales, que requieren control y tratamiento crónico. Prematuros extremos: la avanzada tecnología en UCIN de alta complejidad ha permitido descender las semanas de viabilidad en los recién nacidos, en algunos casos comprendidos como prematuros extremos con complicaciones que requieren una asistencia interdisciplinaria por largo tiempo y lamentablemente con secuelas de por vida. Salud mental: la falta de atención holística, que contemple la asistencia de manera integral de los pacientes institucionaliza-
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dos en centros de salud mental y la falta de programación de acciones que los inserten en la sociedad.
Conclusiones La pobreza más que un estado personal es una situación cultural que se agudiza con la marginación y la exclusión.
Principios bioéticos involucrados Autonomía: se respeta este principio en tanto se reconozca el derecho del sujeto a tener sus propios puntos de vista, a elegir sus propias opciones, en el marco de sus valores y creencias personales. Contempla las siguientes reglas: veracidad, intimidad, confidencialidad, a obtener el consentimiento informado previamente y ayudar a tomar decisiones, cuando así se nos solicite. Este principio obliga a respetar la opinión y los deseos de los enfermos; en ocasiones esto no se cumple porque se acata la opinión de la familia y de los médicos, dejando de lado las preferencias y necesidades del paciente. Además, muchas veces los pacientes no son partícipes de las decisiones de su tratamiento, por lo cual se viola su derecho a disponer sobre la propia salud. Beneficencia: es la obligación moral de ayudar a otros; requiere que se aporten beneficios con una adecuada evaluación de los riesgos. Contiene las siguientes reglas: proteger y defender los derechos de los demás, prevenir que sucedan daños, ayudar a personas con discapacidades y rescatar a individuos en situación de peligro. No maleficencia: obliga a no hacer daño intencional; interpretando al daño como obstáculo o impedimento para que se lleven a cabo los intereses de una persona. Incluye las siguientes reglas: no matarás, no causarás dolor, no incapacitarás a otros, no ofenderás y no privarás de los bienes de la vida. Justicia: establece que se deben tratar a todas las personas con la misma consideración y respeto; además de efectuar una distribución equitativa de los recursos sanitarios, evitando discriminaciones. Asimismo teniendo en cuenta que los recursos en salud no son ilimitados, por lo cual hay que efectuar un correcto uso y distribución de los mismos.
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Solidaridad: surge de la naturaleza social del hombre, quien es considerado como persona en su ser social, que lo completa como tal en su relación con los demás; cada persona ha de contribuir al bien común según sus posibilidades, de acuerdo con los diferentes estratos del bien común. Del mismo modo, tiene derecho a recibir de los demás todo lo que necesita para vivir y desarrollarse, si por justas causas él mismo no puede adquirir lo necesario. El principio de solidaridad tiene por objeto, en primer lugar, el bien común y la obligación de contribuir a él; es un deber de justicia que cada persona debe cumplir según su propia capacidad y en atención a la necesidad ajena, promoviendo y ayudando a las instituciones tanto públicas como privadas.
Deberíamos tener siempre presente que al hablar de “nuevas pobrezas”, estamos hablando de “pobres = personas”, ya que la pobreza se manifiesta, repercute y se expresa en las personas. Es más fácil analizar y hablar de pobrezas como fenómeno social u objeto de reflexiones filosóficas, que verlas concretamente en la persona-pobre, a quien debemos una respuesta concreta.
La pobreza de la escucha atenta del padecimiento del otro. La pobreza de la mano que quizás sin poder curar, alivia con un gesto afectuoso...
Trasladando esto mismo a nuestro encuentro cotidiano con el paciente dentro del actual modelo contractual (relación social que permite la igualdad en la esfera de la importancia moral entre médico y paciente), donde los individuos interactúan de manera tal que existen obligaciones y se esperan beneficios para ambas partes. Encuentro donde debemos compartir autoridad ética y responsabilidad, donde el proceso diagnóstico y de toma de decisiones recae sobre ambos actores, supone o exige además, de un profundo conocimiento y reconocimiento de la libertad del paciente respecto del control y el destino de su propia vida, la existencia de los medios para su mejor tratamiento o cuidado paliativo. ¿No es ésta una nueva pobreza? La pobreza de la escucha atenta del padecimiento del otro. La pobreza de la mano que quizás sin poder curar, alivia con un gesto afectuoso. La pobreza de la palabra, que sin necesidad de ser precisa ni técnica, ayuda a transitar lo inevitable. Formas de antiguas y nuevas pobrezas se ven multiplicadas exponencialmente en las personas en cuanto a las distancias que los separan de “progresos superadores” de los cuales muchas poblaciones -demasiadas- nunca podrán beneficiarse. Al mismo tiempo, esta cuestión social -y para el creyente, también teológica- nos permite descubrir hasta qué punto estamos participando, frecuente, aunque indirectamente, de beneficios que de alguna manera nos llegan (y utilizamos) a costa de la pobreza que esclaviza a otra parte de la humanidad. Es un tema que debemos seguir pensando…
PASTORAL VOCAICIONAL
UNA CONTRASEÑA PARA LA VIDA:
“¿QUÉ HARÍA CRISTO EN MI LUGAR?” En su encuentro con la juventud chilena, el Papa Francisco los llamó a usar como “contraseña” de vida la frase “¿Qué haría Jesucristo en nuestro lugar?”, y a que “sean los protagonistas del Chile que sus corazones sueñan. Sueñan a lo grande, no sólo cuando están un poco curaditos, sino que siempre sueñan a lo grande. La fe provoca en los jóvenes sentimientos de aventura que los invita a transitar por paisajes increíbles (...) Cada vez que se produce una catástrofe natural tienen una capacidad enorme para movilizarse que habla de la generosidad de los corazones”. Compartimos el mensaje completo, pronunciado el 17 de enero de 2018 en el Santuario Nacional de Maipú. Yo también Ariel estoy gozoso de estar con ustedes. Gracias por tus palabras de bienvenida en nombre de todos los presentes. Ciertamente estoy agradecido de compartir este tiempo con ustedes que según leí ahí: “se bajaron del sofá y se pusieron los zapatos”. ¡Gracias! Considero para mí importante encontrarnos, y caminar juntos un rato, ¡que nos ayudemos
a mirar para adelante! Y creo que también para ustedes es importante. Gracias. Y me alegra que este encuentro se realice aquí en Maipú. En esta tierra donde con un abrazo de fraternidad se fundó la historia de Chile; en este Santuario que se levanta en el cruce de
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mino hacia adelante, los sueños que tienen que ser concretados, el mirar siempre hacia el horizonte, se tienen que hacer con los pies en la tierra y se empieza con los pies en la tierra de la Patria, y si ustedes no aman a su Patria, yo no les creo que lleguen a amar a Jesús y que lleguen a amar a Dios. El amor a la Patria es un amor a la madre, la llamamos Madre Patria porque aquí nacimos, pero ella misma como toda madre nos enseña a caminar y se nos entrega para que la hagamos sobrevivir a otras generaciones. Por eso quise empezar con esta referencia de la Madre, de la Madre Patria. Si no son patriotas –no patrioteros–, patriotas, no van a hacer nada en la vida. Quieran a su tierra, chicas y chicos, quieran a su Chile, den lo mejor de ustedes por su Chile.
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los caminos del Norte y del Sur, que une la nieve y el océano, y hace que el cielo y la tierra tengan un hogar. Hogar para Chile, hogar para ustedes queridos jóvenes, donde la Virgen del Carmen los espera y los recibe con el corazón abierto. Y así como acompañó el nacimiento de esta Nación y acompañó a tantos chilenos a lo largo de estos doscientos años, quiere seguir acompañando los sueños que Dios pone en vuestro corazón: sueños de libertad, sueños de alegría, sueños de un futuro mejor. Esas ganas, como decías vos Ariel, de «ser protagonistas del cambio». Ser protagonistas. La Virgen del Carmen los acompaña para que sean los protagonistas del Chile que sus corazones sueñan. Y yo sé que el corazón de los jóvenes chilenos sueña, y sueña a lo grande, no solo cuando están un poco curaditos, no, siempre sueñan a lo grande, porque de estas tierras han nacido experiencias que se fueron expandiendo y multiplicando a lo largo de diversos países de nuestro continente. ¿Y quiénes las impulsaron? Jóvenes como ustedes que se animaron a vivir la aventura de la fe. Porque la fe provoca en los jóvenes sentimientos de aventura que invita a transitar por paisajes increíbles, paisajes nada fáciles, nada tranquilos… pero a ustedes les gustan las aventuras y los desafíos, excepto los que no se llegaron a bajar del sofá. ¡Bájenlos rápido!, así podemos seguir, ustedes que son especialistas, y les ponen los zapatos. Es más, se aburren cuando no tienen desafíos que los estimulen. Esto se ve, por ejemplo, cada vez que sucede una catástrofe natural: tienen una capacidad enorme para movilizarse, que habla de la generosidad de los corazones. Gracias. Y quise empezar por esta referencia a la Patria porque el ca-
En mi trabajo como obispo, pude descubrir que hay muchas, pero muchas, buenas ideas en los corazones y en las mentes de los jóvenes. Y eso es verdad, ustedes son inquietos, buscadores, idealistas. ¿Saben quién tienen problemas?. El problema lo tenemos los grandes que cuando escuchamos estos ideales, estas inquietudes de los jóvenes, con cara de sabiondos decimos: “Piensa así porque es joven, ya va a madurar, o peor, ya se va a corromper”. Y eso es verdad, detrás del “ya va a madurar” contra las ilusiones y los sueños se esconde el tácito “ya se va a corromper”. ¡Cuidado con eso! Madurar es crecer y hacer crecer los sueños y hacer crecer las ilusiones, no bajar la guardia y dejarse comprar por dos “chirolas”, eso no es madurar. Así que cuando los grandes pensamos eso, no le hagan caso. Pareciera que en esta (frase, n.d.r.) “ya va a madurar” de nosotros los grandes, donde parece que les tiráramos una frazada mojada encima para hacerlos callar, se escondiera que madurar es aceptar la injusticia, es creer que nada podemos hacer, que todo siempre fue así: “¿Para qué vamos a cambiar, si siempre fue así, si siempre se hizo así?”. Eso es corrupción. Madurar, la verdadera madurez es llevar adelante los sueños, las ilusiones de ustedes, juntos, confrontándose mutuamente, discutiendo entre ustedes, pero siempre mirando para adelante, no bajando la guardia, no vendiendo esas ilusiones y esas cosas. ¿Está claro? (Responden: ¡Sí!) Teniendo en cuenta toda esta realidad de los jóvenes es porque se va a realizar lo que…. (se interrumpe porque uno de los presentes se siente mal) esperemos un minutito que saquen a esta hermana nuestra que se descompuso y la acompañamos con una pequeña oración para que se reponga enseguida. Es por esta realidad de ustedes los jóvenes, les quería hacer el anuncio de que he convocado el Sínodo de la fe, del discernimiento en ustedes. Y además el encuentro de jóvenes, porque el Sínodo lo hacemos los obispos, pensamos sobre los jóvenes, pero ya saben, le tengo miedo a los filtros porque a veces las opiniones de los jóvenes para viajar a Roma tienen que hacer varias cone-
xiones y esas propuestas pueden llegar muy filtradas, no por las compañías aéreas sino por los que las transcriben, por eso antes quiero escuchar a los jóvenes y por eso se hace ese Encuentro de jóvenes, encuentro donde ustedes van a ser los protagonistas, jóvenes de todo el mundo, jóvenes católicos y jóvenes no católicos, jóvenes cristianos y de otras religiones, y jóvenes que no saben si creen o no creen, todos, para escucharlos, para escucharnos directamente, porque es importante que ustedes hablen, que no se dejen callar. A nosotros nos toca el ayudarlos a que sean coherentes con lo que dicen, eso es el trabajo que los vamos a ayudar, pero si ustedes no hablan, ¿cómo los vamos a ayudar? Y que hablen con valentía, y que digan lo que sienten. Entonces lo van a poder hacer en esa semana de encuentro previa al Domingo de Ramos, que vendrán delegaciones de jóvenes de todo el mundo, que nos ayudemos a que la Iglesia tenga un rostro joven. Una vez uno, hace poco, me decía: “Yo no sé si hablar de la Santa Madre Iglesia –hablaba de un lugar especial– o de la Santa Abuela Iglesia”. No, no, la Iglesia tiene que tener rostro joven, y eso ustedes tienen que dárnoslo. Pero, claro, un rostro joven es real, lleno de vida, no precisamente joven por maquillarse con cremas rejuvenecedoras. No, eso no sirve, sino joven porque desde su corazón se deja interpelar, y eso es lo que nosotros, la Santa Madre Iglesia hoy necesita de ustedes: que nos interpelen. Después prepárense para la respuesta, pero necesitamos que nos interpelen, la Iglesia necesita que ustedes saquen el carnet de mayores de edad, espiritualmente mayores y tengan el coraje de decirnos: “Esto me gusta, este camino me
parece que es el que hay que hacer, esto no va, esto no es un puente es una muralla, etcétera”. Que nos digan lo que sienten, lo que piensan y eso lo elaboren entre ustedes en los grupos de ese encuentro y después eso irá al Sínodo, donde ciertamente habrá una representación de ustedes, pero el Sínodo lo harán los obispos con la representación de ustedes que recogerá a todos. Así que prepárense para ese encuentro y, para los que vayan a ese encuentro, darles sus ideas, sus inquietudes, lo que vayan sintiendo en el corazón. ¡Cuánto necesita de ustedes la Iglesia, y la Iglesia chilena, que nos «muevan el piso», nos ayuden a estar más cerca de Jesús! Eso es lo que les pedimos, que nos muevan el piso si estamos instalados y nos ayuden a estar más cerca de Jesús. Las preguntas de ustedes, el querer saber de ustedes, querer ser generosos son exigencias para que estemos más cerca de Jesús. Y todos estamos invitados una y otra vez a estar cerca de Jesús. Si una actividad, si un plan pastoral, si este encuentro no nos ayuda a estar más cerca de Jesús, perdimos el tiempo, perdimos una tarde, horas de preparación: que nos ayuden a estar más cerca de Jesús. Y eso se lo pedimos a quien nos puede llevar de la mano, miramos a la Madre; cada uno en su corazón le diga con las palabras, a ella que es la primera discípula, que nos ayude a estar más cerca de Jesús, desde el corazón, cada uno. Y déjenme contarles una anécdota. Charlando un día con un joven le pregunté qué es lo que lo ponía de mal humor. “¿A vos qué te pone de mal humor?” –porque el contexto se daba para hacer esa pregunta. Y él me dijo: «cuando al celular se
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le acaba la batería o cuando pierdo la señal de internet». Le pregunté: «¿Por qué?». Me responde: «Padre, es simple, me pierdo todo lo que está pasando, me quedo fuera del mundo, como colgado. En esos momentos, salgo corriendo a buscar un cargador o una red de wifi y la contraseña para volverme a conectar». Esa respuesta me enseñó, me hizo pensar que con la fe nos puede pasar lo mismo. Todos estamos entusiastas, la fe se renueva –que un retiro, que una predicación, que un encuentro, que la visita del Papa–, la fe crece pero después de un tiempo de camino o del «embale» inicial, hay momentos en los que sin darnos cuenta comienza a bajar «nuestro ancho de banda», despacito, y aquel entusiasmo, aquel querer estar conectados con Jesús se empieza a perder, y empezamos a quedarnos sin conexión, sin batería, y entonces nos gana el mal humor, nos volvemos descreídos, tristes, sin fuerza, y todo lo empezamos a ver mal. Al quedarnos sin esta «conexión» que es la que le da vida a nuestros sueños, el corazón empieza a perder fuerza, a quedarse también sin batería y como dice esa canción: «El ruido ambiente y soledad de la ciudad nos aíslan de todo. El mundo que gira al revés pretende sumergirme en él ahogando mis ideas»[1]. ¿Les pasó esto alguna vez? No, no, cada cual se contesta adentro, no quiero hacer pasar vergüenza a los que no les pasó. A mí me pasó. Sin conexión, sin la conexión con Jesús, sin esta conexión terminamos ahogando nuestras ideas, ahogando nuestros sueños, ahogando nuestra fe y, claro, nos llenamos de mal humor. De protagonistas —que lo somos y lo queremos ser— podemos llegar a sentir que vale lo mismo hacer algo que no hacerlo: “¿Para qué te vas a gastar? Mirá –el joven pesimista–: Pasála
bien, dejá, todas estas cosas sabemos cómo terminan, el mundo no cambia, tomálo con soda y andá para adelante”. Y quedamos desconectados de la realidad y de lo que está pasando en «el mundo». Y quedamos, sentimos que quedamos, «fuera del mundo», en “mi mundito” donde estoy tranquilo, en mi sofá, ahí. Me preocupa cuando, al perder «señal», muchos sienten que no tienen nada que aportar y quedan como perdidos: “Pará, vos tenés algo que dar” – “No mirá esto es un desastre, yo trato de estudiar, tener un título, casarme, pero basta, no quiero líos, termina todo mal”. Eso es cuando se pierde la conexión. Nunca pienses que no tienes nada que aportar o que no le haces falta a nadie: “Le haces falta a mucha gente y esto pensálo”. Cada uno de ustedes piénselo en su corazón: “Yo le hago falta a mucha gente”. Ese pensamiento, como le gustaba decir a Hurtado, «es el consejo del diablo» –“no le hago falta a nadie”–, que quiere hacerte sentir que no vales nada… pero para dejar las cosas como están, por eso te hace sentir que no vales nada, para que nada cambie, porque el único que puede hacer un cambio en la sociedad es el joven, uno de ustedes. Nosotros ya estamos del otro lado. (Otro joven de los presentes se desmaya) Y gracias, entre paréntesis, porque estos desmayos son un signo de lo que están sintiendo muchos de ustedes. ¿Desde qué hora están acá, me lo dicen? (Los jóvenes responden) ¡Gracias! Todos, decía, somos importantes y todos tenemos algo que aportar. Con un “cachitito” de silencio se pregunta cada uno –en serio, mírense en su corazón–: “¿Qué tengo yo para aportar en la vida?”. Y cuántos de ustedes sienten las ganas de decir: “No sé”. ¿No sabés lo que tenés para aportar? Lo tenés adentro y no lo conocés. Apuráte a encontrarlo para aportar. El mundo te necesita, la patria te necesita, la sociedad te necesita, vos tenés algo que aportar, no pierdas la conexión. Los jóvenes del Evangelio que escuchamos hoy querían esa «señal», buscaban esa señal que los ayudara a mantener vivo el fuego en sus corazones. Esos jóvenes, que estaban ahí con Juan Bautista, querían saber cómo cargar la batería del corazón. Andrés y el otro discípulo —que no dice el nombre, y podemos pensar que ese otro discípulo puede ser cada uno de nosotros— buscaban la contraseña para conectarse con Aquel que es «Camino, Verdad y Vida» (Jn 14,6). A ellos los guió Juan el Bautista. Y creo que ustedes tienen un gran santo que les puede hacer de guía, un santo que iba cantando con su vida: «contento, Señor, contento». Hurtado tenía una regla de oro, una regla para encender su corazón con ese fuego capaz de mantener viva la alegría. Porque Jesús es ese fuego al cual quien se acerca queda encendido. Y la contraseña de Hurtado para reconectar, para mantener la señal es muy simple —seguro que ninguno de ustedes trajo un teléfono, ¿no? Me gustaría que la anotaran en el teléfono, a ver si se animan, yo se las dicto–. Hurtado se pregunta –esta es la
contraseña–: «¿Qué haría Cristo en mi lugar?». Los que pueden anótenlo: «¿Qué haría Cristo en mi lugar?». «¿Qué haría Cristo en mi lugar, en la escuela, en la universidad, en la calle, en la casa, entre amigos, en el trabajo; frente al que le hacen bullying: «¿Qué haría Cristo en mi lugar?». Cuando salen a bailar, cuando están haciendo deportes o van al estadio: «¿Qué haría Cristo en mi lugar?». Esa es la contraseña, esa es la batería para encender nuestro corazón y encender la fe y encender la chispa en los ojos que no se les vaya. Eso es ser protagonistas de la historia. Ojos chispeantes porque descubrimos que Jesús es fuente de vida y de alegría. Protagonistas de la historia, porque queremos contagiar esa chispa en tantos corazones apagados, opacos que se olvidaron de lo que es esperar; en tantos que son «fomes» y esperan que alguien los invite y los desafíe con algo que valga la pena. Ser protagonistas es hacer lo que hizo Jesús. Allí donde estés, con quien te encuentres y a la hora en que te encuentres: «¿Qué haría Jesús en mi lugar?». ¿Cargaron la contraseña? (Los jóvenes responde: “Sí”). Y la única manera de no olvidarse de la contraseña es usarla, sino no va a pasar lo que… –claro esto es de mi época, no de la de ustedes, pero por ahí saben algo–, lo que les pasó a los tres chiflados en aquel film que arman un asalto, un robo, una caja fuerte, todo pensado, todo, y cuando llegan se olvidaron de la contraseña, se olvidaron de la clave. Si no usan la contraseña se la van a olvidar. ¡Cárguenla en el corazón! ¿Cómo era la contraseña? (R: «¿Qué haría Cristo en mi lugar?») Esa es la contraseña. ¡Repítanla, pero úsenla, úsenla! –¿Qué haría Cristo en mi lugar?–. Y hay que usarla todos los días. Llegará el momento que se la van a saber de memoria y llegará el día en que, sin darse cuenta, y llegará el día en que, sin darse cuenta, el corazón de cada uno de ustedes latirá como el corazón de Jesús.
Queridos amigos, queridos jóvenes: «Sean ustedes, –se lo pido por favor–, sean ustedes los jóvenes samaritanos que nunca abandonan a nadie tirado en el camino. En el corazón, otra pregunta: “¿Alguna vez abandoné a alguien tirado en el camino? ¿Un pariente, un amigo, amiga…?”. Sean samaritanos, nunca abandonen al hombre tirado en el camino. Sean ustedes los jóvenes cirineos que ayudan a Cristo a llevar su cruz y se comprometen con el sufrimiento de sus hermanos. Sean como Zaqueo, que transformó su enanismo espiritual en grandeza y dejó que Jesús transformara su corazón materialista en un corazón solidario. Sean como la joven Magdalena, apasionada buscadora del amor, que sólo en Jesús encuentra las respuestas que necesita. Tengan el corazón de Pedro, para abandonar las redes junto al lago. Tengan el cariño de Juan, para reposar en Jesús todos sus afectos. Tengan la disponibilidad de nuestra Madre, la primera discípula, para cantar con gozo y hacer su voluntad»[3]. Queridos amigos, me gustaría quedarme más tiempo. Los que tienen teléfono agárrenlo en la mano, es un signo para no olvidarse de la contraseña. ¿Cuál era la contraseña? (R: «¿Qué haría Cristo en mi lugar?) Así reconectan y no se quedan fuera de banda. Me gustaría quedarme más tiempo. Gracias por el encuentro, gracias por la alegría de ustedes. Gracias, muchas gracias y les pido por favor que no se olviden de rezar por mí. [1] La Ley, Aquí. [2] Jn 1,38. [3] Card. Raúl Silva Henríquez, Mensaje a los jóvenes (7 octubre 1979).
No basta con escuchar alguna enseñanza religiosa o aprender una doctrina; lo que queremos es vivir como Jesús vivió: ¿Qué haría Cristo en mi lugar? Traducir Jesús a mí vida. Por eso los jóvenes del Evangelio le preguntan: «Señor, ¿dónde vives?»[2]; –lo escuchamos recién– ¿cómo vives? ¿Yo le pregunto a Jesús? Queremos vivir como Jesús, Él sí que hace vibrar el corazón. Hace vibrar el corazón y te pone en el camino del riesgo. Arriesgarse, correr riesgos. Queridos amigos, sean valientes, salgan «al tiro» al encuentro de sus amigos, de aquellos que no conocen o que están en un momento de dificultad. Y vayan con la única promesa que tenemos: en medio del desierto, del camino, de la aventura, siempre habrá «conexión», existirá un «cargador». No estaremos solos. Siempre gozaremos de la compañía de Jesús y de su Madre y de una comunidad. Ciertamente una comunidad que no es perfecta, pero eso no significa que no tenga mucho para amar y para dar a los demás. ¿Cómo era la contraseña? (R: «¿Qué haría Cristo en mi lugar?) Está bien, todavía la conservan.
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CURIA PROVINCIAL
Familia Hospitalaria, unidos en la Misiรณn
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El 8 de marzo, celebramos la Solemnidad de San Juan de Dios, fundador de la Orden Hospitalaria. Compartimos el mensaje y el saludo fraternal del Superior Provincial Hno. Erik Castillo con motivo de esta fecha.
Queridos Hermanos y Colaboradores: Les escribo este mensaje desde la ciudad de Sucre, lugar donde la Orden lleva a cabo la misión de la Iglesia desde hace muchos años. Junto a esta comunidad hospitalaria celebramos, como todos ustedes, esta solemnidad en honor a nuestro patrono. Somos la familia hospitalaria que vive y desarrolla una tarea muy noble en la sociedad: acompañar, desde la fe en Jesucristo, a quien sufre. Cada año recibimos una invitación -impresa o digitalpara participar en esta fiesta dedicada a nuestro fundador. En ella se destaca la celebración de una acción fundamental para nosotros: la misa. Es una gran posibilidad para encontrarnos hermanos, colaboradores, pacientes, familiares y vecinos. Este encuentro nos permite hacer memoria, dar gracias a Dios, y mirar el futuro con esperanza y audacia. Estas palabras que les dedico, quieren se extensión de lo que acontece en cada Eucaristía. En el año 1576, llegaron al continente americano los primeros hermanos hospitalarios. Fueron recibidos en la ciudad de Cartagena de Indias, hoy Colombia. Desde entonces se adentraron en estas tierras con la misión de transmitir el legado de San Juan de Dios: La Hospitalidad. Rápidamente la obra se extendió, por eso en 1620 todos los hospitales de América Latina y el Caribe fueron reunidos en un “Comisariado General”. El comisariado general fue una estructura organizacional adoptada por la Iglesia en esa época. Ese modo de ordenamiento fue coordinado por un hermano llamado Fr. Francisco López. Con la mayor extensión de hospitales de la Orden en la región, en 1633 se constituyeron tres comisariados generales. Con el correr del tiempo se establecieron delegaciones y vice-provincias hasta llegar a nuestra organización actual en provincias. Hoy nos encontramos, como hace muchos años, transitando un proceso de reconfiguración como región de América Latina y el Caribe. Las estructuras cambian, la identidad permanece. Las tareas cambian, la misión de asistir a los pobres, enfermos y personas vulnerables persiste. Es valioso en esta fiesta dar gracias a Dios por la vida de San Juan de Dios, por nuestra historia y por la vida de todos
ustedes. Es importante tener presente que cada estructura de nuestro centro está formada por personas, y somos las personas que con nuestras actitudes, palabras y acciones continuamos transmitiendo el carisma hospitalario. Nuestras estructuras, proyectos y procesos tienen sentido para nosotros, cuando las personas que somos parte de ellas estamos convencidas que los valores transmitidos por San Juan de Dios son una clave fundamental para acompañar a quien sufre; y por eso elegimos cada día, aplicarlas en la relación con los demás. Esto es un modo concreto de manifestar nuestra identidad hospitalaria. Quienes trabajamos en el ámbito de la salud, habitualmente entramos en relación directa o indirecta con los pacientes y sus familiares, procuramos cuidarlos cada día, escuchamos sus necesidades; entramos en contacto con todas sus dimensiones. Nuestra tarea nos exige manifestar respeto, calidad y también “ternura” y “sensibilidad”, cuatro notas de lo que implica la acogida cordial. Lo que nos permitirá conservar nuestra identidad y auténtica misión hacia el futuro, será la referencia fundamental a la vida y escritos de San Juan de Dios, a la tradición de la Orden y la apertura constante a la cultura actual. Animarnos a enfrentar nuevos horizontes implica conservar siempre como centro de nuestra atención la preocupación y cuidado de las personas, procurando armonizar la humanización y la técnica. La solemnidad de San Juan de Dios, nos permite cada año recordar, actualizar y “volver a ordenar” el por qué y el para qué de nuestra existencia. Existimos para mostrar el rostro de Dios a las personas que sufren; y aunque, muchas veces, no pronunciamos la palabra Dios, ni tampoco lo consideramos del todo, con nuestras actitudes, palabras y gestos, hacemos presente el Evangelio de la misericordia al estilo de San Juan de Dios. Un saludo fraterno a todos ustedes. Por favor, hagan extensivo este mensaje a sus familiares y seres queridos. HNO. ERIK CASTILLO | SUPERIOR PROVINCIAL
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ENFERMERÍA
ENFERMERÍA
FORMACIÓN EN CUIDADOS PALIATIVOS
PROF. LIC. GRACIELA S. B´CHARA, DIRECTORA DE LA CARRERA Y LICENCIATURA DE ENFERMERÍA DE LA UNIDAD ACADÉMICA ASOCIADA USAL-SAN JUAN DE DIOS. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define los cuidados paliativos como “el enfoque que mejora la calidad de vida de pacientes y familias que se enfrentan a los problemas asociados con enfermedades amenazantes para la vida, a través de la prevención y el alivio del sufrimiento por medio de la identificación temprana y la impecable evaluación y tratamiento del dolor y otros problemas físicos, psicosociales y espirituales”1. 20
Para hablar de los cuidados paliativos, hay que remontarse a la aparición del término “hospice”2. El movimiento hospice fue liderado por Cicely Saunders, enfermera británica, que estableció los principios básicos de lo que hoy conocemos como cuidados paliativos 3. Los cuidados paliativos no están dedicados exclusivamente a las fases finales de la vida. Han aportado y siguen aportando
valores relevantes en atención general de pacientes en situaciones de enfermedad avanzada o de fragilidad y vulnerabilidad. El trabajo de las enfermeras y de los enfermeros que forman parte de los equipos de cuidados paliativos profundiza en el cuidado fundamentalmente individualizado y se enfoca, sobre todo, a preservar la autonomía del paciente, desde las bases éticas y clínicas, intentando promover una experiencia de la enfermedad de la mejor manera posible. Los pacientes que necesitan de los cuidados palitivos son aquellos que presentan las siguientes características: • presencia de una enfermedad avanzada, progresiva e incurable; • ausencia de psoibilidades razonables de respuesta al tratamiento epecífico; • presencia de numerosos síntomas intensos, mulltifactoriales y cambiantes; • gran impacto emocional en el paciente, la familia y el equipo terapéutico, muy relacionado con la presencia explícita o no de la muerte; • pronóstico de vida inferior a los seis meses.
La enfermedad pone en el centro de atención al paciente, pero también a su entorno, a su familia, a todo aquello que da dignidad a su vida y a su día a día. Esto, a veces, en entornos donde estos pilares no están fundamentalmente preservados, es muy complejo. Dentro del equipo, la enfermera es el elemento de cohesión entre la familia, el paciente y los médicos. Su papel es captar y trasladar las necesidades del paciente y de sus familiares al resto del equipo para diseñar el plan terapéutico multidisciplinar. Los profesionales de este área saben ver al paciente como una totalidad y no solo como un enfermo con un diagnóstico específico. Son capaces de trabajar a partir de lo que ellos demandan. Estar atentos a su situación es el punto de partida para otorgarle el papel de ser el partícipe de sus cuidados y de su atención porque, ante todo, es una persona, con valores y expectativas. Es la mejor manera de cuidarlo y de establecer una relación de ayuda. Nos encontramos ante un paciente en fase avanzada de su enfermedad con una esperanza de vida inferior a seis meses o incluso en situación de últimos días. Esto conlleva, en muchos casos, un sufrimiento físico, psíquico y espiritual, no solo para el paciente sino también para sus más allegados.
Si en todos los servicios es necesario el trabajo multidisciplinar aquí lo resaltamos, ya que en el cuidado de estos pacientes hay mucho que abarcar. Quizás ése sea uno de nuestros objetivos, no olvidar que el trabajo en equipo es fundamental para cumplir la voluntad del paciente y sus familiares. La Escuela de Enfermería de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios con el auspicio de la Universidad del Salvador ha fijado sus intereses más cuidadosos en la seguridad del paciente y en los nuevos planes de estudio. Cuidados Paliativos es una de las materias que se imparte. Cabe consignar que todo conocimiento es fundamental pero el conocimiento solo no sirve si no desarrollamos lo esencial: una relación de respeto, responsabilidad y calidad que es lo que perciben los pacientes y su grupo familiar cuando se enfrentan a esta situación. Finalizar con una frase de Cicely Saunders que define en profundidad el significado de los cuidados paliativos: “Tú importas por ser tú y haremos todo lo que esté a nu estro alcance no solo por ayudarte a morir en paz, sino también a vivir hasta el día en el que mueras”. 1. Organización Mundial de la Salud: WHO definition of palliative care [Internet]. Ginebra: Organización Mundial de la Salud; 2011 [consulta el 25 de octubre de 2012]. Disponible en http://www.who.int/cancer/palliative/defi-
Esto es identificar sus necesidades, realizar la planificación, ejecución y valoración de los planes de cuidados, explorar las creencias, cultura y valores del paciente y su familia, conseguir una relación de confianza suficiente para que el paciente entienda que puede contarte cualquier cosa, apoyar a los equipos de atención básica, labores docentes… Haciendo un resumen, sus funciones son ejercer en algunos casos de enfermera técnica, otras como amiga, guía espiritual, acompañante, cómplice, pero siempre como persona dispuesta a ayudarle y a escucharle en todo momento. Es esencial y tanto o más importante que la esfera física, social o espiritual y como tal tiene que ser atendida. Por una parte, partimos de una persona a la que, en algunos casos hace años, pero en otras hace semanas, se le ha informado que su vida se acaba, que necesitará que sus síntomas estén controlados, no tener dolor, disnea y poder dormir por las noches, pero sobre todo lo que tienen que afrontar es miedo a lo que está por venir, tristeza al dejar a sus seres queridos... Esta serie de sufrimientos no pueden mejorarse con fármacos. Muchos pacientes no quieren hablar con sus familiares por no preocuparlos, por lo que acaban sintiéndose solos además de enfermos. Los profesionales enfermeros abordan este aspecto demostrando su apoyo, no haciendo juicios de valor y escuchando con atención lo que quiera contarnos.
nition/en/ 2. Loncan P, Gisbert A, Fernández C, Valentín R, Teixido A, Vidaurreta R et al.: Cuidados paliativos y medicina intensiva en la atención al final de la vida del siglo XXI. An. Sist. Sanit. Navar. 2007; 30 (3): 113-128. 3. Centeno Cortés, C.: Historia de los cuidados paliativos [internet] Valladolid. Sociedad Española de Cuidados Paliativos; 1997 [consulta el 4 de enero de 2013]. Disponible en: http://www.secpal.com/presentacion/index.php?acc=historia%20CP
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GESTIÓN HOSPITALARIA
La Rioja,
paradigma de la reconfiguración HNO. JOAQUÍN SÁNCHEZ, OH
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En el número anterior de Historia y Vida digital, me atreví a denunciar amenazas de ciertos vientos conceptuales adversos soplando sobre este Centro Hospitalario de La Rioja, último engendro fundacional de la Provincia San Juan de Ávila. Hoy, cuando los Hermanos Capitulares se sientan para deliberar sobre el tema “reconfiguración” de Centros y Comunidades a nivel de Región, quisiera reivindicar para La Rioja el papel que le correspondería desempeñar en el contexto de búsqueda en que nos encontramos. Sin querer ser pretencioso, me atrevo proponer el perfil de nuestro Centro y Comunidad como “paradigma de reconfiguración”.
RECONFIGURACIÓN COSTOSA VERSUS RECONFIGURACIÓN BARATA Leyendo a Bonhoeffer en su obra “El costo del discipulado”, en que hace una interpretación rigurosa del Sermón del
Monte (Mat.9,35-10,42), me ha dado alas para trasladar a nuestro carisma de la Hospitalidad la valoración que él hace sobre la gracia neotestamentaria. Ambos conceptos, gracia y carisma, nos llevan a la misma fuente de ser “gratiae gratis datae”, favores divinos dados gratuitamente. La gratuidad no ha de llevarnos a la falsa idea de la banalidad, de que tanto la gracia como el don no valdrían, sino al contrario, que tienen un costo que hemos de pagar los que nos consideramos enriquecidos por los mismos. El hecho de que hubo un Hombre que pagó su vida por nosotros, no nos da a nosotros derecho a infravalorar el don tomándolo pasivamente como algo que se nos debe, sin que ello suponga esfuerzo por nuestra parte. Si la mayor preocupación de Bonhoeffer era la gracia barata, no debe ser de otra manera para nosotros al infravalorar el carisma de la Hospitalidad como don barato, que poco nos cuesta conseguir y cultivar. Al tiempo de querer reconfigurar el carisma de
la Hospitalidad en nuestras Comunidades y Misión, no hemos de ir por caminos fáciles o métodos poco exigentes como si se nos ofrecieran campañas de rebajas o de liquidación del producto. Quizás nos estemos acostumbrando a un carisma hospitalario barato y se nos está haciendo muy difícil desprendernos de la teoría y práctica de esta idea, hasta llegar a parecernos que se puede ser fraile hospitalario sin Cristo y sin los pobres, quedándonos muy complacidos y admirados con la “gratia gratis data”, con un don gratuito de la Hospitalidad que no tiene costo y por lo que no se paga nada. ¡Qué guapos somos!, decimos; y ahí nos quedamos, pareciéndonos a los políticos con sus fantásticos discursos y maravillosos programas de oropel, cuando fácilmente blanqueamos el carisma con documentos subliminales de hospitalidad al principio, al medio y final de un evento capitular o extracapitular, o con justificación de prácticas permisivas y conductas laxistas, dejándonos colar solapadamente al demiurgo de la comodidad, mientras que el Cristo pobre y sufriente del Evangelio queda, a lo más, como careta.
PERFIL CARISMÁTICO INSTITUCIONAL Frente a esta Hospitalidad barata, queremos ofrecer como modelo y paradigma de reconfiguración la Hospitalidad costosa que exige el perfil de nuestro Centro Geriátrico Hogar San José con su Comunidad insertada en el mundo de la marginación, pronta a servir a los pobres de Jesucristo, fiel al modelo juandediano. Nuestra oferta del modelo riojano presenta una Hospitalidad de nuevo cuño profético, haciéndola revertir del alfa de ayer al omega de hoy: De una hospitalidad comercializada a una Hospitalidad carismática. De una hospitalidad de estructuras a una Hospitalidad de la persona. De una hospitalidad burocrática a una Hospitalidad testimonial. De una hospitalidad centralizadora a una Hospitalidad periférica. De una hospitalidad de exclusiòn a una Hospitalidad de inclusión. De una hospitalidad del descarte a una Hospitalidad de acogida. De una hospitalidad de alta complejidad a una Hospitalidad sencilla. De una hospitalidad de gestión carismática a una Hospitalidad de carisma en la gestión. De una hospitalidad de oficina a una Hospitalidad de acción. De una hospitalidad de poltrona a una Hospitalidad de servicio. De una hospitalidad privada a una Hospitalidad concertada. De una hospitalidad barata a una Hospitalidad costosa.
JIRONES JUANDEDIANOS QUE OFRECE LA RIOJA El proceso de juandenización en la obra apostólica del Hogar
San José, que durante ya seis años ha llevado a cabo el dinamismo costoso de una Comunidad hospitalaria insertada, nos ha conducido a los niveles exigidos por el Fundador en sus cartas: “Si acá vienen, han de venir de hecho y desvelarse en el cuidado de los pobres… Trabajar mucho más de lo que han trabajado todo en cosas de Dios y servicio de los pobres. Han de rasgar la piel y las correas… Al hijo más querido se le dan mayores trabajos... ¿Acaso no es ésta una hospitalidad de gran coste? ¿Acaso no es éste un don de alto riesgo? ¿Acaso no es ésta la perla escondida de gran valor evangélico? Pues ésta es, ni más ni menos, la oferta que hacemos desde La Rioja a la Orden, a la Región Latinoamérica, a la Provincia de la que formamos parte y a la juventud eclesial con clara intención vocacional de un “VENGAN, VEAN , GUSTEN Y SE COMPROMETAN”. Por los frutos lo valoraremos.
VIVIR LA HOSPITALIDAD CON ESPERANZA Y AUDACIA Siendo este el lema que está monitoreando la idea motriz de la Reconfiguración en la Provincia, la Región Latinoamérica y la Orden, nos lleva directamente al objetivo a que conduce el proceso: “facilitar experiencias alternativas”, caracterizadas por la humanización y la salida misionera, mediante la reflexión personal y comunitaria, además de la proyección de experiencias de vida que orienten a un nuevo futuro de nuestras Comunidades y obras apostólicas”. En este sentido, se orienta el aporte que hacemos con la experiencia de esta Obra apostólica y Comunidad de la Rioja. Se trata de dar una respuesta a necesidades socioculturales insurgentes que, como tales, exigen procesos de resignificación eclesial, de hermenéutica carismática y de refundación institucional. Cuando la Provincia optó por comprometerse con el proyecto riojano, vio en él una oportunidad de poder realizar algo nuevo en cooperación con el Estado, sin precedente alguno, salvo el proyecto del Instituto Nacional de Psiquiatría Gregorio Pacheco y Psicopedagógico de Sucre, siempre con la mira en la inserción comunitaria, como respuesta al dinamismo evangelizador que la misma estructura requería. Sabiendo que incluso las más óptimas estructuras sirven solo y cuando hay por detrás una vida que las anima, una Comunidad de inserción que las sostiene e impulsa y que incluso cualquier estructura nueva se corrompería en poco tiempo si faltara una vida nueva, un auténtico espíritu evangélico, una fidelidad a la Iglesia y a la propia vocación. Es vital, por tanto, que hoy la Orden con proyectos audaces como éste, salga a anunciar el Evangelio de la Compasión y Misericordia a todos, especialmente a los más pobres y sufridos, en todos los lugares aún más marginados, en todas las ocasiones incluso más dramáticas, sin demora, sin asco y sin miedo, tal y como nos está brindando el proyecto riojano.
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VOLUNTARIADO
UNA EXPERIENCIA PASTORAL:
MISIÓN DEL VOLUNTARIADO JOVEN DE HURLINGHAM A LA RIOJA 24
“Un pueblo que no custodia a los abuelos y no los trata bien, no tiene futuro: pierde la memoria, se desarraiga de sus propias raíces”, Papa Francisco.
JAVIER SUÁREZ REYES | VOLUNTARIADO JOVEN, CENTRO DE REHABILITACIÓN SAN JUAN DE DIOS (HURLINGHAM, ARGENTINA) La mayor parte del año 2017, con el Voluntariado Joven San Juan de Dios de Hurlingham nos dedicamos a juntar fondos haciendo rifas, ventas de empanadas, bingos y mesa dulce para poder viajar a misionar al Centro Geriátrico Hogar San José que administran los Hermanos de la Orden Hospitalaria en la Provincia de La Rioja, Argentina. Lo logramos gracias a nuestro esfuerzo y la ayuda de los Hermanos, las Hermanas Ursulinas, los pacientes, Colaboradores, padres, amigos y la comunidad. La comunidad se hizo eco de este desafío y ante nuestra convocatoria pudimos juntar donaciones de pañales, artículos de higiene personal y dinero que generosamente fueron acercándonos para que hiciéramos llegar al Hogar. La misión se llevó a cabo del 3 al 13 de enero de 2018. Fuimos doce misioneros en total: diez voluntarios jóvenes, la Hna. María Choque de las Hermanas de Santa Ana y el Hno. Sergio Ticona de los Hermanos de San Juan de Dios. Vivimos durante diez días en el Hogar junto a los residentes y Hermanos. Así como un día un grupo de jóvenes de capilla, sintió la necesidad de hacer algo más y fuimos voluntarios, pasaron los años y este grupo renovado volvió a sentir lo mismo: hacer algo más que llevar a Jesús en el corazón. Salir de nuestra zona de confort. Ser misioneros de Jesús, llevarlo a todos los rincones posibles para hacer vivir su amor al estilo de Juan de Dios. A pesar de estar acostumbrado a las comodidades de mi casa y a la dinámica del Centro de Rehabilitación de Hurlingham, no me costó adaptarme gracias a la acogida cordial de los Hermanos, del personal y de los pacientes, quienes desde que pusimos el primer pie en suelo riojano nos atendieron de maravillas.
FUI A MISIONAR Y SALÍ MISIONADO Si bien ya antes misioné, fue siempre dentro de Hurlingham, mi ciudad. Gracias a Dios en esta misión pude conocer nuevas culturas, comidas, lugares muy bellos y personas muy lindas. La misión no significó desprenderme de afectos, amigos o costumbres; sino que fue todo lo contrario. Mi familia y amigos los mantuve cerca en mi corazón; mis costumbres las llevé adonde fui, intercambiando con quien conocía las suyas y las mías. A mi regreso encontré todo tal cual lo había dejado. Lo único que cambió es que yo volví enriquecido por las historias de vidas que cada uno confió y compartió conmigo y por los nuevos amigos que hice. El primer día, después de acomodar nuestras pertenencias, con el grupo de voluntarios misioneros nos dirigimos a las
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dos unidades asistenciales que tiene el hogar para conocer a nuestros hermanos. El primer “hola” me costó mucho. En ese momento yo era un desconocido para ellos y ellos lo eran para mí. Así que tímidamente me acerqué a saludar uno por uno, presentándome e intercambiando unas que otras palabras con ellos. Ese fue mi forma de romper el hielo, algo tímido pero de paso firme y seguro. A partir de ahí, ya todo fue más fácil, porque ellos te la hacen fácil, al estar con ellos, al escucharlos, al compartir el desayuno, el almuerzo, la merienda, la cena, las charlas, las actividades recreativas, ayudarlos a levantarse de la cama, a lavarse la cara, a peinarse, compartir el Evangelio y muchas cosas más.
PEQUEÑOS GESTOS, RESULTADOS SIGNIFICATIVOS No pudimos cambiar la realidad del lugar, pero algo seguro hicimos, ya que para evangelizar no es preciso hacer grandes obras. Los días que duraron la misión fueron diferentes para ellos, días de los que van a acordarse siempre y tener muchos recuerdos para contar. A veces un gesto sencillo, una pequeña acción vale más que mil grandes cosas que pueda hacer uno. Y más cuando se hace con amor. Muchas personas aún no conocen nuestro servicio, pero los que compartieron con nosotros algún momento de los diez días saben que estamos hechos de amor por Cristo y de hospitalidad juandediana. En resumidas cuentas, cambiamos el mundo en un pedacito de él. Imperceptible para muchos, pero tremendamente significativo para quienes respiraron el mismo aire que nosotros. Cambiamos el mundo, sí, lo hicimos. Pero con él también cambiamos nosotros. En particular yo cambié mi manera de mirar las cosas; cambié al descubrir que tengo cosas que me-
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jorar; cambié la manera de valorar mis comodidades, las que sin darme cuenta no las termino de apreciar. Cambió mi corazón por uno más grande. Escuché historias de vida de todos mis hermanos: Hermanos, Colaboradores, residentes, familiares, vecinos y voluntarios. Aprendí muchas cosas, lecciones de vida que son para imitar y otras que no; del trabajo en los tambos, las maneras de ordeñar, cuidados del ganado; de las carreras de caballos en el campo, entre otras tantísimas y valiosas historias.
EL ENCUENTRO CON EL PRÓJIMO En el Hogar San José vivimos los diez días de misión, durmiendo en una de las tres unidades funcionales que tiene y que estaba desocupada por refacción. Nos levantábamos temprano para rezar el laudes a las 7:30; asistíamos en los desayunos, almuerzos, meriendas y cenas; participábamos de las misas de las 18; ayudábamos en la cocina a preparar la comida de los residentes y la nuestra. Realizamos cortes de pelo, tinturas, limamos y pintamos uñas; hicimos un bingo gratis con muchos premios muy lindos; taller de pintura, taller literario y radioteatro; juegos de mesa como las cartas, damas y juegos motores con globos, pelotas y conos; festejamos el cumpleaños del Hno. Claudio Pane y de una residente. Nos disfrazamos y festejamos el dia de Reyes pasando por todas las habitaciones y comedores saludando, dando regalitos y sacándonos fotos. También conocimos al grupo juvenil “Las manos de Cristo” de La Rioja con los que compartimos mucho tiempo y actividades, haciéndoles conocer nuestro carisma juandediano. Tuvimos una entrevista con el obispo de La Rioja, monseñor Marcelo Colombo, presentándonos como grupo de voluntariado. Fueron días llenos de actividades que finalizaban reuniéndonos los voluntarios para compartir una oración y un cuento para reflexionar, como por ejemplo los de Mamerto Menapace y Miguel Ángel López Mena. Hicimos vivir la hospitalidad de San Juan de Dios con el carisma jóven que nos identifica. Los momentos entre comidas, o actividades, nos sentábamos a charlar con los residentes y para ambientar el lugar poníamos música de fondo. Podía ser actual o de otra época pero eso no importaba, porque simplemente era un complemento a lo esencial, que es el encuentro con el otro. También compartimos travesuras con los residentes como guardar un pedacito de pan en una servilleta y esperar ansiosamente que se termine la hora de la comida para salir al patio para alimentar a las palomas.
LA HOSPITALIDAD DE AICUÑA Con los Hermanos y el grupo juvenil “Las manos de Cristo” fuimos a misionar a dos pueblos del interior de La Rioja. “Darlo aquí o darlo allá, todo es hacer el bien por Dios que está en todo lugar”, seguimos la iniciativa de San Juan de Dios. Algo que me llamó mucho la atención fue la manera de recibirnos en Aicuña. Para llegar a este pueblo viajamos cuatro horas hasta una primera parada en Villa Unión y otras cuatro horas hasta arribar a Aicuña propiamente. Fuimos como misioneros a conocerlos, llevarles donaciones y visitar las casas. La gente nos esperaba y llegamos tarde. Al contrario de enojarse, apenas llegamos ellos nos recibieron con dos besos y un abrazo a cada uno. El seminarista Alexis Rosales nos leyó la palabra del día y nos dedicó unas palabras, finalizando con el canto típico de Aicuña a la Virgen. Nos dirigimos al salón de la iglesia para compartir el almuerzo. En la mesa había pizzas hechas en horno de barro, empanadas de cabrito y nueces. El pueblo de Aicuña vive la hospitalidad. Su gente humilde, de casas humildes y calles de tierra roja, a una altura de 1.800 metros sobre el nivel del mar, nos hicieron sentir como en casa con gestos concretos de hospitalidad, fuera de lujos y cosas materiales. Ser hospitalario es acercarse a recibir a tu prójimo, saludarlo con una sonrisa mirando a los ojos y una buena conversación en la mesa. Nos abrieron las puertas de sus casas, nos dieron abrigos, nos ofrecieron comida, y un lugar para dormir. Se preocuparon por una voluntaria que se accidentó. Esto es la hospitalidad, esto es amor. Al irnos nos regalaron bolsas llenas de nueces, y a mí una señora me regaló en nombre de la comunidad una remera con un estampado de una roca especial para ellos, porque tiene forma de la Virgen del Rosario, y por lo cual les estoy muy agradecido.
HACER EL BIEN, BIEN HECHO No somos nosotros los que evangelizamos, ¡ojo! es Él quien amorosamente nos elige para llevar a cabo su plan. Claro que muchas veces corremos el riesgo de creer que somos nosotros los que obramos, y podemos caer en creernos mejores que los demás, o más sabios, o más importantes. Es importante poner especial atención a las pequeñas cosas de cada momento, en hacerlas bien, en hacerlas con amor. Las palabras que pueda decir, las tareas que pueda realizar, los pequeños gestos de amabilidad que pueda tener con mis compañeros de misión, con los niños, con los abuelos, con la gente… todo hecho bien, con alegría y con amor. “Palpar esta cercanía de Dios nos hace comunidad viva que es capaz de conmoverse con los que están a nuestro lado y dar pasos firmes de amistad y de fraternidad. Somos hermanos que salimos al encuentro de los demás para confirmarnos en una misma fe y esperanza.” Papa Francisco
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GESTIÓN HOSPITALARIA
LA SEGURIDAD DEL PACIENTE
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La atención clínica ha evolucionado significativamente en los últimos años, tanto en los conocimientos científicos de las distintas enfermedades como en los avances tecnológicos de diagnóstico y tratamiento de las mismas. Lo más llamativo e interesante es que existe un gran interés en mejorar la calidad en la atención de las personas y de minimizar los daños asociados a los cuidados de la salud.
DRA. VIRGINIA A. CERIANI CASA HOSPITAL SAN JUAN DE DIOS (RAMOS MEJÍA, ARGENTINA)* La Seguridad del Paciente alcanzó relevancia cuando en 1999 el Instituto de Medicina de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos publicó el informe “Errar es humano”. Este estudio dio a conocer el resultado de una investigación realizada sobre los errores médicos en pacientes atendidos en forma hospitalaria. El mismo concluyó que entre 44.000 a 98.000 personas mueren al año en los hospitales de ese país como resultado de errores que ocurren en el proceso de atención. Estas cifras situaron a la mortalidad por errores médicos en los Estados Unidos en los primeros sitios, incluso por encima de la mortalidad producida por accidentes de tránsito, por cáncer de mama o por el virus del HIV. Es así como la Seguridad del Paciente se ha convertido en un elemento imprescindible de la calidad asistencial que adquiere una importancia vital tanto para los pacientes y sus familias que desean sentirse seguros y confiados en los cuidados sanitarios recibidos, como para los profesionales que anhelan ofrecer una asistencia eficiente y segura. El objetivo de la Seguridad del Paciente es generar estrategias tendientes a identificar y evitar la ocurrencia de fallas o errores en los procesos de atención de salud y disminuir el impacto en caso en que éstos se produjeran. Además, no debemos olvidar que si bien los errores asistenciales tienen un costo personal muy importante, ellos erosionan la confianza de los pacientes en el sistema y dañan a las instituciones y a los médicos que son, sin duda, su segunda víctima.
METAS INTERNACIONALES DE SEGURIDAD DEL PACIENTE Las Metas Internacionales de Seguridad del Paciente se basan en acciones específicas para mejorar la seguridad en la atención, identificadas en políticas institucionales y sustentadas en el registro del mayor número de eventos adversos en los cuidados médicos. Meta 1: Correcta identificación de los pacientes Los errores de identificación de pacientes pueden ocurrir en cualquier momento de la atención médica ya que los pacien-
tes pueden estar desorientados, sedados o con discapacidades sensoriales o ser cambiados de cama, de habitación o de sala. Además algún paciente puede compartir nombre y aún apellido con otro. Por estos motivos, se utilizan dos identificadores que pueden ser Nombre y Apellido + Fecha de Nacimiento. Éstos permiten asegurar la atención o tratamiento a la persona correcta y la verificación de identidad se debe realizar antes de realizar cualquier procedimiento o antes de brindar un tratamiento. Meta 2: Mejorar la comunicación efectiva La información que fluye entre el equipo de salud debe propiciar la continuidad de la atención en todos los niveles y entre todos los profesionales que participan de la misma. Entre las causas de errores más frecuentes que se producen durante la atención de pacientes, se encuentran las fallas en la comunicación, especialmente cuando se realiza en forma verbal o telefónica y ante situaciones de emergencia o ante resultados críticos, como por ejemplo resultados de laboratorio. Para evitar estos errores debe implementarse un proceso de comunicación estandarizado (método Read Back) que deja asentada la ocurrencia de la comunicación verbal o telefónica, el nombre del receptor y la fecha y hora de la misma, y se utiliza entre todas las personas involucradas en la atención de pacientes, brindando de esta manera calidad y seguridad en los cuidados de la salud, mediante una información oportuna, precisa, completa, inequívoca y comprendida por quien la recibe. Meta 3: Mejorar la seguridad de los medicamentos de alto riesgo Los incidentes asociados a una mala gestión de medicamentos de alto riesgo no solo implican uno de los errores más frecuentes sino que en caso de producirse, las consecuencias para los pacientes suelen ser más graves. Es por ello que los medicamentos de alto riesgo han sido establecidos como un objetivo de seguridad internacional, siendo un aspecto prioritario en los programas de seguridad clínica que se establecen en los centros sanitarios. Son ejemplo de ello los medicamentos correspondientes al acrónimo INCCH (Insulina Rápida, Narcóticos,
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Citotóxicos endovenosos, Coumadin/Comadín y Heparina Sódica), los medicamentos LASA (Look Alike, Sound Alike, lucen similar, suenan similar) y electrolitos concentrados. Para ello, es necesario lograr una adecuada identificación, almacenamiento, distribución y administración de los medicamentos de alto riesgo, proceso que debe ser estrictamente controlado. Meta 4: Asegurar la cirugía en el sitio correcto, con el procedimiento correcto y en el paciente correcto La cirugía en el lugar incorrecto, el procedimiento incorrecto y al paciente equivocado es un problema inquietante en las organizaciones de salud. Estos errores son principalmente el resultado de una comunicación deficiente entre los miembros del equipo quirúrgico, la falta de participación del paciente en el marcado del sitio quirúrgico y la ausencia de procedimientos de verificación preoperatorios. Para reducir éstos errores se establecieron como objetivos: Identificar a los pacientes en todas las instancias que van a cirugía, realizar el marcado quirúrgico en los casos de bilateralidad, altura o multiplicidad (columna vertebral, dedos, etcétera) y realizar la pausa preoperatoria para realización del check-list, que es el tiempo de espera o pausa en tiempo real que se lleva a cabo en el lugar en que se realizará el procedimiento, justo antes de comenzarlo, e involucra a todo el equipo operativo donde se verifica que se encuentre presente todo el equipo quirúrgico, la identidad del paciente, el procedimiento a realizar, el sitio y lado correcto si corresponde, la disponibilidad de todo el equipamiento e insumos necesarios para realizar la intervención (prótesis o dispositivos necesarios, sangre o hemoderivados, etcétera) y la disponibilidad de exámenes complementarios de ser necesarios. Meta 5: Reducir el riesgo de infecciones asociadas al cuidado de la salud Las infecciones asociadas a los cuidados de salud son un riesgo para la seguridad del paciente, por lo que su prevención a través de medidas como por ejemplo la “Higiene de Manos”, entre muchas otras medidas y estrategias, es considerada una prioridad en toda institución comprometida con una atención segura de los pacientes.
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Meta 6: Reducir el daño causado por caídas Todos los pacientes internados y ambulatorios tienen riesgo de caídas. El entorno hospitalario y las condiciones de los pacientes aportan factores que pueden aumentarlo. Con el objetivo de reducir el riesgo de caídas de los pacientes internados y ambulatorios, y el daño ocasionado por las mismas, es importante identificar a los pacientes con riesgo de caída, a partir de la utilización de escalas de valoración y documentarlo en la historia clínica.
Esta evaluación debe repetirse ante cambios en la condición clínica del paciente y modificaciones en la medicación o en el tratamiento que generen desorientación, deterioro sensorial o somnolencia.
SEGURIDAD DEL PACIENTE Y APRENDIZAJE ORGANIZACIONAL El concepto de aprendizaje organizacional apunta a pensar y diseñar organizaciones inteligentes, capaces de crear, desarrollar, difundir y utilizar el conocimiento para incrementar la capacidad innovadora y competitiva; organizaciones capaces de transformar la información en conocimiento por medio de procesos de aprendizaje dirigidos. El aprendizaje organizacional es una competencia que todas las organizaciones deben desarrollar; mientras mejores son las organizaciones en el aprendizaje, más probable es que sean capaces de detectar y corregir los errores y saber cuándo son incapaces de hacerlo. Estas organizaciones con capacidad de aprender estarían mejor preparadas para adaptarse rápidamente a lo impredecible. Y, en las clínicas, hospitales y centros de salud, muchas veces lo impredecible es la norma…
CULTURA DE SEGURIDAD Y CULTURA JUSTA Es sabido que hay un cierto grado de peligrosidad inherente a cada paso del proceso de atención de salud. Es así como los eventos adversos suceden aunque trabajemos para evitarlos, pero la clave de una cultura de seguridad se basa en una “cultura justa” que enfatiza la implementación de mejores prácticas basadas en la evidencia, el reconocimiento de errores y la promoción de una retroalimentación constructiva, antes que el esquema de culpa y castigo. El castigo genera, en principio, el ocultamiento de los errores o intentar culpar a otros ante el error pero, fundamentalmente, el ocultamiento evita que se produzca el análisis de los procesos necesarios para descubrir y corregir las fallas subyacentes o los factores condicionantes. Trabajar sobre la Seguridad del Paciente requiere un esfuerzo por parte de todo el sistema de salud que vale la pena afrontar con claras acciones dirigidas hacia la mejora del desempeño de cada componente del sistema y la gestión de la seguridad, enmarcados en un ámbito de hospitalidad que tiene como valor fundamental nuestra institución. (*) La autora es médica especialista en Diagnóstico por Imágenes, diplomada en Seguridad del Paciente (MN 116666, MP 332741).
GESTIÓN HOSPITALARIA
EL CAMINO DE LA SOLIDARIDAD: RESPONSABILIDAD Y TAREA COMPARTIDA LORENA DÍAZ ÁVILA RR.PP. Y COMUNICACIONES, SANATORIO MARÍTIMO SAN JUAN DE DIOS Cuando pensamos en la palabra solidaridad, lo primero que podríamos pensar es que si Dios nos hizo a todos iguales, el sentido de nuestra existencia debería entenderse por dar por el prójimo todo lo que esté a nuestro alcance, puesto que es lo que haríamos por nosotros mismos; pero… ¿cómo logramos movilizar los corazones de las personas que viven el día a día sin darse cuenta que muchas cosas suceden a su alrededor y que lamentablemente seguirán sucediendo sin importar las consecuencias que ello tenga en nuestra sociedad? ¿Cuál será entonces la motivación que logre sacar de este letargo a la comunidad? Porque, lamentablemente, aquello no es espontáneo, no sentirán solidaridad porque sí. Nosotros somos quienes debemos ser capaces de mostrar el camino hacia la solidaridad y dar prueba fehaciente de que ser solidarios es darle valor a nuestras vidas y construir bases sólidas para nuestro crecimiento personal y emocional. Además, con ello generamos positivismo, puesto que nos entrega el convencimiento real de que con nuestro aporte o trabajo mejoraremos las condiciones de otro ser, igual que yo y que necesita todo de mí.
Un ejemplo de ello, que en nuestra región encarna los valores de solidaridad, de ser generosos realizando trabajos en pos del bien común, y de trascender sobre las propias necesidades pensando solo en quien más lo necesita, es en el Sanatorio Marítimo San Juan de Dios. Esta institución benéfica y sin fines de lucro, desde más de 87 años en Viña del Mar es un fiel testimonio de solidaridad, gracias a un trabajo sistemático que incluye la responsabilidad de cada individuo con respecto al otro y que pone de manifiesto que la solidaridad es responsabilidad y tarea de todos. El ser compasivo y solidario significa empatizar con los dolores y carencias de otros. Si somos capaces de darle sentido a la dignidad humana en los otros, la compasión cobra un sentido solidario en sí mismo. Tenemos un desafío constante: día a día debemos contagiar esta solidaridad a nuestra comunidad cercana, a nuestra región y al país, hacer que sea una cadena que crezca y se alimente de todos quienes la reciban para poder generar respuesta de la comunidad frente a las necesidades de nuestros niños y jóvenes que viven y se rehabilitan con esperanza.
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BREVES
VIDA CONSAGRADA
BODAS DE PLATA DEL HNO. LUIS SÁNCHEZ
TODA VIDA VALE
El Hno. Luis celebró su unión de 25 años con la misión juandediana. La ceremonia se realizó el 20 de enero en Valparaíso, Chile, en compañía de Hermanos, familiares y amigos.
En el Centro de Rehabilitacion San Juan de Dios de Hurlingham nos unimos a toda la Iglesia de Argentina en la jornada “Toda Vida Vale” como manifestación a favor de la defensa de toda vida independientemente de su estado, condición, dificultades.
BOLIVIA
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ARGENTINA
CHILE
RECONOCIMIENTO EN SUCRE
NOS VISITARON LAS CANDIDATAS A REINAS DEL FESTIVAL DE VIÑA DEL MAR
El Centro de Educación Especial del Instituto Psicopedagógico Ciudad Joven San Juan de Dios fue condecorado por la Cámara de Diputados de Bolivia por sus 38 años de trabajo al servicio de los niños y adolescentes con capacidades diferentes.
Los niños del Sanatorio Marítimo San Juan de Dios recibieron la visita de las candidatas por la corona del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar. Show artísticos, alegría, cariño y emoción, marcaron las actividades.
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