Revista Literaria ERGO #02 Antonio Cillóniz

Page 1

REVISTA LITERARIA ERGO


REVISTA LITERARIA ERGO

ERGO REVISTA LITERARIA

05/2021

II II MAYO-2021

E


REVISTA LITERARIA ERGO

Copyright © 2021 REVISTA LITERARIA ERGO Es una revista del MOVIMIENTO CULTURAL INTERNACIONAL ERGO Fue trabajada en recolección, edición, corrección tanto en Bilbao-España como en Lima-Perú.

Director Manuel Quiroz Salazar

Colaboradores permanentes, correctores y editores Jaime Gamarra Zapata Miguel Hernández Sandoval

Imagen de la portada e interiores por cortesía de Antonio Cillóniz de la Guerra ISBN: 9798503272291 Sello: Independently published

2


REVISTA LITERARIA ERGO

PRESENTACIÓN s un gran reto publicar una revista de literatura en estos tiempos de pandemia, crisis sanitaria y social en el Perú y el mundo. De nuevo la ética y la ciencia han entrado en diálogo al ponerse sobre el tapete la aspiración por el bien común y la reivindicación de la ley natural. El centro es la dignidad humana y los derechos inherentes del ser humano. Se debe respetar, obviamente, las diferencias entre las múltiples culturas. Una política de la diferencia —complementaria de la dignidad igualitaria, heredera de la Ilustración— es imprescindible en el actual escenario de la globalización. El multiculturalismo y la interculturalidad tienen mucho que aportar, sobre todo en países como el nuestro, donde existen alrededor de 65 grupos étnicos (24 % de la población nacional), es decir pueblos originarios con sus propios idiomas y tradiciones culturales particulares. Una literatura nacional que soslaye e ignore las tradiciones culturales (v. gr. leyendas, mitos, literatura oral, en suma) de estos pueblos originarios es unilateral y etnocéntrica, es decir discriminadora y muy arbitraria. Es por eso que en este segundo número de Ergo, dedicamos un espacio a la literatura escrita en quechua. Poetas como Omar Aramayo, Nora Alarcón, Judith Huiza, Maritza Pozo y Einer Narváez nos brindan sus poemas en quechua. Asimismo, nuestra revista le rinde un homenaje al poeta y profesor universitario Antonio Cillóniz, brillante integrante de la generación del 68. Poeta insular y alejado de la parafernalia y de las tendencias literarias predominantes en los 60 y 70. Recibió el premio Poeta Joven del Perú en 1970 por Después de caminar cierto tiempo hacia el este. Radica, desde hace varios años, en España, donde sigue escribiendo poesía y se preocupa por la situación —caótica por momentos— del Perú. El compromiso ético y la literatura dialogan intensamente en Antonio Cillóniz. Podemos decir de él lo mismo que dijera Javier Sologuren de Javier Heraud (contemporáneo de Cillóniz). De este modo, se trata de un “hombre que supo ajustar su conducta a sus palabras”. En este número nos acompañan poetas de varias latitudes (Colombia, Italia, Cuba, Argentina, España y Perú) como Omar Ardila, Anita Piscazzi, David González, Jorge Luis Betancourt, entre otros. También, publicamos a narradores

3


REVISTA LITERARIA ERGO

peruanos como Francisco León, Gianmarco Farfán, Rusvelt Nivia, etc. La literatura nos hermana y nos hace parte de una sola comunidad fraterna. Nos seguimos declarando admiradores de César Vallejo, Martín Adán, Oquendo de Amat, Xabier Abril, Sylvia Plath, Roque Dalton, García Lorca, Carlos Germán Belli, Walt Whitman, Leoncio Bueno, Sarina Helfgott, Mariano Melgar, Lawrence Ferlinghetti, Gary Snyder y tantos más, muchos de los cuales enarbolaron el compromiso ético y la reivindicación social como derrotero para sus vidas. Los editores Mayo de 2021.

4


REVISTA LITERARIA ERGO

ANTONIO CILLÓNIZ DE LA GUERRA

5


REVISTA LITERARIA ERGO

6


REVISTA LITERARIA ERGO

BIOGRAFÍA (Lima, 1944). Salió del Perú en 1961 y, salvo el breve período de 1973-1974 durante el cual trabajó en Lima en la Editorial del Instituto Nacional de Cultura, ha residido siempre en España, donde se tituló en Filología Románica por la Universidad Complutense e Historia Moderna y Contemporánea por la Universidad Autónoma de Madrid, ejerciendo como catedrático de lengua y literatura hasta su jubilación. El hecho de que obtuviese en 1970 el premio “El Poeta Joven del Perú” por Después de caminar cierto tiempo hacia el este o de ser incluido tanto en el tomo tercero de Imagen de la literatura peruana actual (Lima, 1971) de Julio Ortega, como en la célebre antología Estos 13 (Lima, 1973) de José Miguel Oviedo, a pesar de haber sido incluido con anterioridad en la Antología de poesía española 1964-1965 (Madrid, Aguilar, 1966) y en Poesía hispánica 1968 (Madrid, Aguilar, 1969) o de que en los 60 apareciera Verso vulgar, de cuyo libro se publicó un adelanto en Cuadernos Trimestrales de Poesía en 1967, hizo que la crítica peruana considerase a Cillóniz miembro del ’70 y no del ’60, según los criterios de clasificación de entonces, periodización cuestionada por Cillóniz en el “II Congreso de Peruanistas” (Sevilla, 2004), donde afirmó que entre 1965 y 1968 se produjo una evolución poética en el Perú, que se desmarcaba de la generación del 50 así como de la generación del 60, pues esta era prolongación de aquella, la de los 40-50. A pesar de la adscripción de Cillóniz al 70 se reconoció cierta singularidad a su poesía; así, Oviedo en el prólogo de Estos 13 afirma que “por razón de su exilio en Madrid es casi un marginal” y Ricardo Falla en Fondo de fuego. La Generación del ‘70 (Lima, 1990) lo sitúa dentro de los poetas insulares de dicha generación. Incluso Antonio Melis en 2016 escribía: “Los seis poemas aquí reunidos confirman y acentúan el carácter atípico de la poesía de Antonio Cillóniz dentro del panorama hispanoamericano de hoy” (en “Vuelta a una poesía interhumana”, prólogo a Victoriosos vencidos). La poesía de Antonio Cillóniz se recoge en las siguientes ediciones: Verso vulgar (Madrid, 1968), Después de caminar cierto tiempo hacia el este (Lima, 1971, premio Poeta Joven del Perú, 1970), Los dominios (Lima, 1975), Una noche en el caballo de Troya (Madrid, 1987, Premio Extraordinario de Poesía Iberoamericana 1985), La constancia del tiempo (Lima, 1990), La constancia del tiempo. (Poesía 1965-1992) (Barcelona, 1992, premio César Vallejo 1999), Un modo de mostrar el mundo (Madrid, 2000), Según la sombra de los sueños (Madrid, 2003) y Heredades del tiempo (Buenos Aires, 2012). Hipocampo Editores publicó en Lima Opus est (poesía completa 1965-2016) en cuatro volúmenes: Mañanas de primavera, Mediodías de verano, Tardes de otoño y Noches de invierno (2016 y 2020) y los libros Victoriosos vencidos (2016 y 2020), Usina de dolor (2018 y 2020), Premio Nacional de Literatura del Perú 2019 y Tríptico de las Furias, (2019 y 2020), así como el

7


REVISTA LITERARIA ERGO

ensayo Crítica & Poética (2019) y el relato Así así nomás (2019 y 2020). También se edita Concierto para verso y prosa: selección poética 1965-2016 con el auspicio de la Academia Norteamericana de la Lengua Española en Nueva York (Axiara, 2018) y Acordes de párrafos y estrofas con motivo de su homenaje en el VII Festival Internacional de Poesía de Perú (Editorial Summa, Colección Primavera Poética 2019). Su poesía ha sido traducida al italiano por Antonio Melis (Vittoriosi vinti, Victoriosos vencidos), al árabe por Bahira Abdulatif, al inglés por María Juliana Villafañe (Foundry of pain, Usina de dolor), al quechua por Enrique Rosas Paravicino y al francés por María del Carmen Sotillos Rubio. Premios: ─Poeta Joven del Perú, 1970. Por Después de caminar cierto tiempo hacia el Este (Lima, 1971). ─Finalista del premio Ocnos, 1971. Por Después de caminar cierto tiempo hacia el Este (Lima, 1971). ─Finalista del premio Casa de las americas, 1973. Por Los dominios. ─Premio Extraordinario de Poesía Iberoamericana, 1985. Por Una noche en el caballo de Troya (Madrid, 1987). ─Premio César Vallejo en Poesía, 1999. Este premio le fue concedido por el conjunto de su obra, en su primera edición, en 1999. ─Premio Nacional de Literatura del Perú en Poesía, 2019. Por Usina de dolor.

8


REVISTA LITERARIA ERGO

ANTOLOGÍA DE POESÍA

9


REVISTA LITERARIA ERGO

10


REVISTA LITERARIA ERGO

Nadie sabe para quién trabaja Son ellos quienes elogian y pregonan baratijas. No nosotros. Porque hace falta algo más que compradores para ser vendedor. Y yo lo fui. Hasta el día en que cansado dejé ese maletín con el corazón de hojalata dentro de ese papagayo insoportable que descubrieron al dejarla abandonada; fue la más hermosa de todas mis traiciones. Pero si nos ponemos también después solemnes no nos aliviará la gracia de ningún payaso. Mucho más fácil es permanecer siempre entristecidos. (De Verso vulgar)

De ilusión también se muere Soñé que estaba como un sonámbulo en la calle entrando y saliendo de un centro comercial: Robé para nosotros, robé para vosotros, robé para ellos. Una vietnamita que ni pintada entonces eran tiempos de guerra en tierras del Vietnam

11


REVISTA LITERARIA ERGO

con tinta china

sobre hojas de papel arroz en el otoño de “la primavera que volvió para siempre”. Me sonreía y todo para despertar y ver que no amanece nunca tal, en realidad, como en los sueños. Podrás reírte de mis sueños pero éste ha sido una perenne pesadilla para mí, que desde entonces empecé a experimentar un cambio. Yo soy de aquí y no pienso marcharme. Pero me aconsejan que tenga la maleta lista. Si vienen a buscarme saldré sin equipaje para ocultarme del paso de las rondas. Para este viaje sé que no hacen falta alforjas. Ya puedo descansar tranquilamente porque me quedaré aquí, desvalijado entre cipreses. Señoras y señores vengan acá me van a oír mejor quienes pierdan mi rastro que lo busquen entre las huellas del 40 –doy pie para que sigan mis pasos–; desde hoy los llevarán hasta esta misma casa en donde desde siempre los espero. (De Verso vulgar)

12


REVISTA LITERARIA ERGO

Vestigios de los antepasados Dicen que nos traen regalos y hemos de enterrar hasta el último grano de maíz dorado. Que vienen en son de paz y guerrean. Nada traían. Se repartieron todo el aire, el mar, la tierra y todo al cielo nos dejaron con su dios sin tener adónde ir, adonde jamás volver. ¿Acaso fue la madre la vicuña de las pampas o fue acaso el padre el guanaco de los montes? Acaso son los hijos este montón huesos que hollamos enterrados. Una gran piedra detrás del cráneo. Restos de cabeza de mujer reclinada sobre fémures de buey. Cuarenta dientes caninos alrededor de sus caderas. Y arcilla con hierro oligisto para sahumar al muerto. Más allá, restos de otras mujeres. Aunque ésta quizá fuese la más bella: largos fémures y estrecha pelvis. Pero no profano su tumba: acudo a otras muchachas, ya que no más alegres, al menos no tan tristes. (De Después de caminar cierto tiempo hacia el este)

Me preocupo a veces por los míos Luego de cansancios semanales llevo estos escritos para ser leídos algún día

13


REVISTA LITERARIA ERGO

al tiempo que yo guío un rebaño de tortugas terrestres por este valle de sudores bañados en babas y lágrimas más allá de las verdes y suaves colinas está el mar. Más allá de los rojos tejados. Tras de las dunas amarillas y el ficus solitario que resiste al viento en un lugar donde es innecesario. A veces la Gran Serpiente Marítima reaparece en las costas del Perú donde van a morir los delfines entre dientes de roedor, huesos de monos, caracolas muertas, cáscaras molidas de muymuyes y maderos podridos, entre plumas de gallinazos y una gran concha de tortuga marítima. Me preocupo si además se muestra el cinocéfalo cerca de los míos. (De Después de caminar cierto tiempo hacia el este)

Visión terrenal Los veranos de los años secos y sombríos volverán vendrán montados en una vaca antropófaga, Phantom que aplastará abundante uva del venablo y saciará su sed con un hambre de mortales carnes ya sin sangre espesa, muy espesa, tan espesa como alcas y urías de la marea negra del «Anne Mildred Brövig» o los mares con grumos del «Torrey Canyon». Cuando nosotros seamos hierba amarilla jugosa y fresca para esa vaca, bajo la panza de los Sherman. (De Fardo funerario)

14


REVISTA LITERARIA ERGO

Contemplación final del árbol del paraíso Apareció el viento con su larga cabellera gris al viento que impedía saber si tenía aire de varón o de hembra. Ya los bueyes no pueden ceñir ningún yugo de holgado que les queda en sus cuellos débiles. Los trigales antes esplendentes han dejado de brillar a ambos lados del camino todo cuanto acá se ve ya es necrópolis y no consigo leer oculto entre las brozas epitafio alguno. Los bulldozers destruyen las ciudades como cuando la rotura del dique puso término al esplendor de Saba. (De Fardo funerario)

Una descripción del Perú Bajo la panza gris del burro de las tormentas en Lima las ideas de las palabras impiden a los poemas ser más bellos que la paloma de Kant que se quejaba de que el aire que la sustentaba le impedía volar más rápido. Maravillado ante el ciervo invisible o reno transparente Noé pensando que el diluvio acabaría con los peces no salvó a ninguno de los hombres y bajaron del arca de la Nueva Alianza tras su primavera triunfante el ratón Mickey, el tío Mac Pato, etc., en un nuevo Pegaso como caballo de Troya de las galaxias.

15


REVISTA LITERARIA ERGO

No obstante, Carlos Germán Belli copiaba las actas del Congreso de los Diputados, Pablo Guevara vendía motores fuera de borda por las calles de Lima. Mientras Juan Gonzalo Rose convalecía en un hospital de Lince, Alejandro Romualdo estaba preso en el Sepa. Después de muertos cuando estén junto a los hombres célebres de nuestra época todos querrán ser como ellos pero mientras estuvieron vivos nadie se puso en su pellejo. Nuestros porongos están resecos aunque nuestros frutos jugosos grandes y maduros como el coco o blandos y pesados como la papaya y compactos y espinosos son como piña. Por eso aunque un indio de nosotros se sentase a la hora de la siesta bajo un árbol al sol jamás descubriría, como Newton y su pequeña manzana europea, la terrible fuerza de la gravitación universal sobre la tierra. Si preguntas a mi gente por los grandes héroes de mi pueblo te dirán que no saben/no contestan pensando en el hueco de su historia pero ellos los nombran removiendo las piedras de la geografía porque no conocen ni tú ni yo cuando dicen nosotros. Porque antes Lima era el Perú y el resto era paisaje. Ahora el resto es el Perú y toda Lima paisanaje, esperando aún en la piedra de la geografía,

16


REVISTA LITERARIA ERGO

todavía añorando en el hueco de su historia. ¿Vale la pena que mañana amanezca sobre Lima cuando el sol fluctúe entre dos aguas del océano y entonces un hombre encienda su pipa sentado sobre las ascuas de una hoguera? (De Una noche en el caballo de Troya)

Epitalamio al capital y el trabajo Una vida sudando para comer mal, dormir mal y andar muy mal vestido hasta al final morirse como todos ustedes. Mientras sólo ellos están bien de comer y dormir tan bien que no trabajan y descansan y crecen y se reproducen pero se heredan y no mueren. Cuando el hambre o la peste acechen de entre los surcos de nuestra tierra ondulada escapará el más feliz y afortunado de nosotros. Y si la guerra acude en nuestro auxilio de entre los surcos de nuestra tierra ondulada nos llevarán a todos a las tierras onduladas de otros como nosotros adonde al más débil la muerte siempre le acompañe. (De Una noche en el caballo de Troya)

Preámbulo a Biografía inconclusa Sin casa ni salario escribo: Es más rígido el fierro que los huesos. Más resistente y rápido es el émbolo

17


REVISTA LITERARIA ERGO

que el brazo. Sin mujer, sin hijos la máquina –yo pienso– sin descanso se toma mi trabajo. Siempre con mi verso construyo todo lo que yo quiero que en esta tierra quede destruído. No quiero yo cantar lo que otros hombres hayan edificado y demolido sino lo que no se atrevieron a levantar o destruír. (De Contra la condena de las flores)

El resto del camino Una zarpa en lo alto del torreón del Norte. Una garra en lo alto del torreón del Sur. Pero por la gran llanura y entre los dos torreones un buey es mansamente devorado por el león y el águila. Morir en cualquier campo de batalla será como dejar una trinchera abierta a la esperanza. De la herida de nuestros cuerpos siempre saldrán palomas mensajeras. Mil caminos tiene esta senda. Todos van, ninguno vuelve. Ni aun viniendo por la misma huella. (De Contra la condena de las flores)

18


REVISTA LITERARIA ERGO

Acerca de uno I. DÉMETER Mi abuelo polvoriento y sudoroso debería volver a ocupar su hamaca tendida para ver crecer en el corredor más fresco de la casa-hacienda ya sin el látigo su propia sombra entre las sombras de los yanaconas. II. YA TENGO YO BASTANTE Ya tengo yo bastante con 50 años de mi vida todos siempre entre vuelcos terrenales como para andar ansiando ahora allá entre nubes una eternidad de vuelos celestiales. (De Nunca hallarán mis labios)

Del amor I. EL AMOR Y LA AMADA Miré tu busto que por encargo tuyo hiciera un escultor tan afamado. En mármol puro, robarte supo la hermosura que en ti la vida puso. Espejo exacto del gesto de tu cuerpo blanco, tan frío y duro. Recibe tú este libro de poemas que darán su calor al aventar al fuego

19


REVISTA LITERARIA ERGO

lecturas de mi amor cuando por ti ya ardían. Será la única manera de penetrar en tu casa y de permanecer en tu alcoba cuando creyéndote a solas ante mí te desnudes. Cuando cubras mi cuerpo con tu sombra mi amor por ti florecerá como las propias rosas sin sol que las marchite. Bajo la sombra de tu cuerpo mi amor ha florecido como las propias rosas que sin el sol se marchitaron.

II. EL AMOR Y EL AMANTE Mi espíritu se sobrepone a tu materia. Si pienso o sueño. A veces mi cuerpo se desborda irracional como una sombra salida de tus órganos desde detrás de mi mirada. Otras el ánimo encendido adormece esa carne tendida a mi costado. Y muchas más sufren mis miembros quedándose sin tu aliento. Aunque yo preferiría dejarme los sesos desparramados por cada palmo de tu piel, antes que conservar de ti una imagen serena, un pensamiento puro, un sentimiento digno.

20


REVISTA LITERARIA ERGO

Porque las hojas caídas en el lodazal de mis entrañas se han podrido. Y las manzanas más dulces podrían ser devoradas por los gusanos y los ciempiés de mis ansias. Tal vez mi pestilente corazón preferirá quererte entre ortigas y espinos del rosal más verde renunciando a tu amor por no perderte. Cuando quise tocarte el corazón tan sólo pude acariciar tus senos. (De Nunca hallarán mis labios)

De la realidad y la obra Para poder pintar un jarrón de girasoles Vincent Van Gogh tuvo que dejar de tomar 365 tacitas de té durante muchos años. Después de celebrar el primer centenario de su nacimiento y antes del de su muerte hoy quien tenga el jarrón de girasoles poseerá más que el dueño de toda una plantación de hojas de té, hasta más allá del horizonte. Lector, usted es libre de no seguir leyendo estos poemas. O de entender lo que jamás comprenden. Por eso puede abrazar todo este libro

21


REVISTA LITERARIA ERGO

o destruírlo. Exprese usted ahora su opinión sobre la libertad de concebir que posee un artista ya casi clandestino. Al margen del marco general de cada obra un artista debe experimentar una especie de trance o padecimiento que lo ponga al borde de la enajenación. Y en esto coincidimos con los críticos. La diferencia estriba en que lo dicen ellos por tranquilizar siempre sus conciencias. Nosotros para denunciar sólo nuestra situación. (De Simetrías)

Acerca de la censura No son trazos de signos lo que sigue sino rastros de un silencio. Pacientemente abría surcos anchos y largos entre los páramos del pensamiento. Desesperadamente perforé pozos muy hondos sobre la tierra del silencio. Deben leerme con una linterna porque siempre he tenido que escribir todos los versos a oscuras. También sé lo que opina el pueblo. Mas callo porque también sé todo lo que otros hombres

22


REVISTA LITERARIA ERGO

serían capaces de hacer en nombre de su propio pueblo si llegasen a averiguarlo. Aquellos jóvenes que instigaron al poder a perseguirme son ahora los venerables ancianos que desde el poder me acusan de padecer delirios de persecución. (De Simetrías)

Misterios tan dolorosos En el espejo de la memoria hay un lago de soñados ríos donde se refleja el silencio de los árboles como sombras tenebrosas de hombres con melancolía gris de pájaros que revolotean y se pierden entre nubes de cenizas que ya envuelven la certeza perdurable de una duda continua. Allí se abren las gotas de rocío en las hojas del otoño y flotan allí barcas fantasmales y se hunden piedras tan oscuras; allí también transitan vientos húmedos sobre el cristal de la noche y los peces más fríos allí dormitan en el fondo. Pero son picoteados los ojos inmóviles de sus aguas secretas por las grullas salvajes del olvido. Uno, lecturas del pensamiento: la razón oculta del conocimiento más allá de la vida para alcanzar su propia perduración. Y, dos, escrituras del sentimiento: la sensación oscura del instinto de no sobrevivir al parto para evitar la perpetuidad del sufrimiento.

23


REVISTA LITERARIA ERGO

A: ¿muerte de la filosofía? o B: ¿filosofía de la muerte? (De Entre espadas de Damocles)

Ruta hacia El Dorado –Cuando alcancemos el primer obstáculo lo volaremos, comentó el primer hombre que después murió en la explosión. –Habría que tender un puente, dijo quien más tarde se despeñaría. –Intentemos hacer un túnel, añadió el siguiente, quedando atrapado bajo el derrumbe que se produjo. –Hay que rodearlo, gritó otro, antes de que un alud lo sepultase. Sólo los que construyeron terraplenes y escaleras lograron proseguir el viaje hasta morir de agotamiento. Dame tu mano y ábrela. Verás que ahí no están tus sueños. Acaso es mejor para ti llegar adonde tengas que llegar con las manos vacías. (De Entre espadas de Damocles)

Acertijos del conocimiento Fue sabio quien decía tener conciencia también de lo desconocido. Pero será prudente

24


REVISTA LITERARIA ERGO

si en los demás descubre tan sólo su propia ignorancia. Sólo quien proyecte una imagen más exacta del desconocimiento podría reflejar en ella esa Verdad tan Absoluta cuya existencia jamás consiguen las palabras con que suelen nombrarla. Todo conocimiento entraña la asunción de la duda en la nueva ignorancia, que es vieja sabiduría. Aunque siempre retorne a los errores de antes, ahora mi experiencia me permite juzgarlos como aciertos; ¿la experiencia del error contempla acaso el error de la experiencia? (De Panteón)

Apelando al destino Todo sea oído en perfecta soledad pues nada existe antes ni después de decirlo. Vuelva a volar el ave por vez primera. Y que los peces se empecinen en beber del Diluvio. Seguimos entre los dos secretos del dilema. Cuando dudando entre un posible Sí o el No rotundo sigas cavilando, decídete a aceptar, sin condiciones todo lo que recibas.

25


REVISTA LITERARIA ERGO

Porque una vez que lo desdeñes ya no podrás volver a optar. Diciendo Sí nos plegamos a la conciencia de los otros; con sólo un no que pronunciemos afirmaremos nuestra identidad. (De Panteón)

Tránsito de los hombres Hay un hombre que sin saber camina en los oscuros ojos de los buitres. Es aquél como cualquier otro que haya mirado al cielo sin percibir el movimiento de una estrella o el instante en que, después del último temblor alguna se ha apagado. Y él a veces cree que siempre va solo. Pero todos lo verán que viene, del zureo de las palomas, del brillo de los peces, del olor del romero, de la aspereza del viento, de la sequedad de la sed y la amargura del sudor, conservando en el alma todas esas soledades juntas. Me he sentado a la puerta de mi casa y solo vi pasar lento y grave el cadáver de un hombre. En una silla abandonada permanecía su alma. Verano e invierno sin primavera ni otoño. Cuando los gatos en las tapias maúllan a la luz de la luna. Allí donde los trenes guardan y acarrean infortunios y atrocidades. Vagabundos por las aceras con su mirada vuelta

26


REVISTA LITERARIA ERGO

hacia el destello de rieles de tranvías por plazas y avenidas, bajo estrellas luminosas de pensiones y hostales que se encienden y apagan donde duermen boca abajo el perseguido con un ojo en la espalda y otro en la sien el suicida. Ante ancianas y niñas cuando sobre sus sombras se mean los guardias y los borrachos. Contra la tierra de la tapia de los cementerios, hacia la tierra de las tumbas, sobre la tierra de los ataúdes, entre la tierra de los muertos. Murió la que cocinaba y ponía los platos en la mesa. Tras ella se fueron quienes eran servidos por ella. Murió el zapatero. Con él también se fueron sus viejos ideales de anarquista. Murió el viejo vendedor de periódicos. En su quiosco quedaron encerrados sus sueños de escritor aun cuando nadie le enseñara a leer. En fin, murieron todos. Incluso los niños de la escuela y el parque. Aquéllos cuyos hijos heredarán su mortal miseria. Igual que ayer, ésos aún no han nacido. (De Canto de orfandad)

Deseo de la esperanza Como legado recibimos la utopía. Han cambiado los vientos aquellas ilusiones y las nubes serán muy otras. ¿Florecerán alrededor de nuestras tumbas

27


REVISTA LITERARIA ERGO

esas semillas que hoy dejamos enterradas? (De Canto de orfandad)

Mujer soñada La naturaleza jamás podría descifrar el lenguaje de una bomba atómica. Pero siempre de cada escombro yo haré palacios para ti, sin olvidarme nunca de que es tan sólo una ficción lo que quizás permita tenerte en cada trozo. Pero yo veo unas figuras aunque no sé si son imágenes de sueños o sombras de deseos. Y canto, canto, canto más que la belleza de tus ojos, una certeza de ilusiones que mi boca busca ponerla cerca de tus labios. Esa muchacha por ahora es la dueña de mi destino y sueña ser más bella que la rosa que le entrego, mientras en silencio los dos nos contemplamos mudos hasta que de pronto anochece en medio del poema que está soñando a esa muchacha. (De Canciones de ternura y desaliento en beneficio de Eros)

28


REVISTA LITERARIA ERGO

La nostalgia del amor Oh noche en la que intacto acaricio no el lecho caliginoso ya de mi descanso sino el vado eternal donde estarás velando mis propios sueños con su raíz carnal en tan profundo légamo. Como esa nube reflejada sobre un torrente, al paso de los años así mi corazón retiene tu alma solitaria. (De Canciones de ternura y desaliento en beneficio de Eros)

Escritura de la realidad Si escribes lo que todos querrán oír, escucharán sólo lo que es capaz cualquiera de decir; y entonces será mejor que calles. Maquíllate los ojos, dibuja una sonrisa por encima de los labios, ponte el disfraz de prisa porque ya han encendido el escenario y el decorado brilla reclamando tu propia sombra. Todo el teatro está en silencio; un público expectante parece que te espera en la sala vacía. (De Una segunda vida)

29


REVISTA LITERARIA ERGO

El poeta y la palabra No cantes sólo por oír tu voz. El sonido es un eco de las cosas. Pero tampoco quieras imitar al río ni al mar, porque esos ruidos solamente son del mar o el río y tu palabra debe sembrar la decisión y el ánimo para después recolectar la duda o el asombro, el pánico o el desaliento. Como no hay árboles sino esas cosas que llamamos árboles, así no existe el yo: Tan solo existe quien lo dice. He dicho una palabra; y ahora es ella quien a mí me dice. Ya ni sé en cuántas mentes de personas desconocidas para mí de un modo fragmentario me encuentro preso. No hay cuerdas en mi lira: Debo sacar un títere de mi interior, sin hilos. Aquí, aquél que dice yo es él; el otro del espejo; o tú, el que también soy yo. (De Una segunda vida)

30


REVISTA LITERARIA ERGO

Al matadero de la plaza Bolívar Porque el momento en que un manifestante recibe un disparo en la cabeza es ese mismo instante en que la autopsia encuentra plomo y el policía defensor de usurpadores entonces se convierte doblemente en asesino y cómplice en tanto ejecutor de malhechores y en cuanto así obturador de la justicia. Mientras al mismo tiempo tan sólo trece aislados como gallos de medianoche les indican, por acá se viene hacia el Congreso a hacerse libres, así que siéntense les digo. Y por allá agazapados les esperan los perros policías que un teniente a una voz de solista siempre en nombre de Arias manda. Ya llegan y acorralan y hasta congregan como ovejas en un congreso de corderos, blancos todos recibiendo balazos y balazos y más balazos. (De Lectura de nuestra historia [de próxima aparición])

Redoble fúnebre en contra del nuevo sol naciente Detrás del horizonte de donde están nuestros eventos diarios hay cuerpos que no son visibles todavía pero existen. Igual que no se han conocido tatarabuelos y tataranietos entre ellos y entre sí, lo mismo pero diferente como ahora también hay otros que nadie ha visto así y que jamás verá ninguno. Estos escapan a nuestra experiencia,

31


REVISTA LITERARIA ERGO

aquello es como si murieran sin haber nacido o como si nacieran para no existir. Pero estamos hablando sólo de materia y a pesar de que el universo es toda esa materia también es el espacio, el espacio sobre el que el universo se está expandiendo más allá de sus límites donde no hay nada y en su expansión transcurre tiempo de ayer hasta hoy y de hoy hacia mañana en donde no hay espacio o tiempo, yendo así hacia donde sólo existe ahí la nada sin caer nunca en el vacío porque a medida que se expande el universo la dimensión del propio tiempo y el mismo espacio se dilatan. Así, es ahora lo que antes fue después y aquí es ya allá también. Y ahora acá en esta parte del Universo en donde está la Vía Láctea, en el tercer planeta del sistema solar, está la tierra en la que todo son penurias de desventura e infortunio en unos o de vileza y mezquindad en otros, dando siempre traspiés históricos si se pretende algo, pero jamás del todo arrodillado ante la fosa común del hombre que resulta en nuestra esfera también siempre universalmente tan geográfico sobre las plantas de sus pies esperando su bala cósmica. Pero tenemos ya la solución de cómo resolver estos problemas y no como ellos disolviéndolos en ácido sulfúrico y cal viva ni con pólvora ni con dinamita sino con el ejemplo de unos huérfanos señalando el horno

32


REVISTA LITERARIA ERGO

en el que incineraron vivos a sus padres o unas madres de condición sencilla si no murieron antes también ellas llorando a sus maridos y consolando hasta a sus hijas que jamás pudieron darles nietos. Como ese niño que indefenso y asustado ante la matanza de sus padres desesperado corre a refugiarse hacia la puerta de su casa en Barrios Altos donde los brazos de un soldado que en la calle dispara a una cabeza de tan sólo ocho años. Pero estamos hablando sólo de materia a pesar de que todo el universo ante nosotros sea tan sólo nuestro propio espacio y nuestro mismo tiempo. Detrás de ese horizonte en el que están los muertos como eventos de todos esos años hay cuerpos que dejaron ya de ser visibles pero que existen todavía como un espíritu en el humo del ácido y el polvo de la cal o en el hollín del horno y que hasta ahora sólo vírgenes de yeso son quienes parece que los lloran al mirar el tiempo de la veda atrás como una costra bajo la sombra de unas lágrimas yaciendo en sangre coaguladas. (De Lectura de nuestra historia [de próxima aparición])

33


REVISTA LITERARIA ERGO

ENTREVISTAS

34


REVISTA LITERARIA ERGO

35


REVISTA LITERARIA ERGO

“La crítica es un faro o una brújula solo para aquel que la necesita”. Entrevista a Antonio Cillóniz (agosto de 2016) 1. A primera vista, su poesía se diferencia notoriamente de la poesía de sus contemporáneos. No hay referentes culturales y políticos visibles, tropos, temas compartidos con los otros poetas de la década del 60, al menos con los más renombrados. ¿Estuvo cerca de algún grupo (literario o político) en esos años, antes de partir a España o a su retorno? A.C.: Precisamente esa, la notoria diferencia de mi poesía con respecto de la de los poetas contemporáneos del Perú, es una de las características de mi poesía más destacada por la crítica. Así pues, mi pronto exilio a España para estudiar Filología Románica en la Universidad Complutense (1961) fue la causa de que no perteneciera a ningún grupo poético dentro de mi generación y que a la vez el tema del Perú apareciera en todos los primeros libros, Después de caminar cierto tiempo hacia el este (1971), Fardo funerario (1975) o Una noche en el caballo de Troya (1987), con una perspectiva y persistencia, frutos ambas del sentimiento de nostalgia que proporciona el destierro, al margen del tema de la dictadura franquista como se evidencia en mi primer libro Verso vulgar (1968). 2. La poesía peruana de la década de 1960 no estuvo exenta de una postura beligerante y de reivindicación política, la cual es asumida luego directamente por los poetas de Hora Zero, entre otros. A la luz de los años transcurridos y de los acontecimientos posteriores (disolución de la URSS, caída del Muro de Berlín y de los socialismos realmente existentes, etc.), ¿cree que los poetas deben seguir apostando por una clara postura política en sus textos? ¿Hoy en día podemos tomar como referentes válidos los casos de Vallejo y González Prada? A.C.: Bueno, habría que distinguir entre manifiestos y poemas. El problema del Perú en aquel entonces era que el libro 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana, de José Carlos Mariátegui, publicado en 1928, seguía vigente en los años 60. Y ese fue el motor interno no solo del compromiso político de los 60, sino también de los 50, como se refleja claramente en Edición extraordinaria. Lo que era propio de los 60 en principio fue la revolución cubana, después llegaría la muerte de Javier Heraud y las guerrillas posteriores del Perú, hasta el proceso revolucionario finalmente. No sé si los interrogantes últimos de la pregunta apuntan a mi obra. Si fuera así, he de decir que no todo el conjunto de mis poemas es de carácter político; también hay diversos poemas o incluso libros enteros de carácter metapoético, amatorio, fúnebre, etc. ¿Tomar hoy día como referentes válidos a Vallejo o González Prada? ¿Por qué no? ¿Por qué no también a Eguren o Martín Adán? O Garcilaso de la Vega, el español, o Góngora o Lope o Quevedo. ¿Por qué no? El asunto es el resultado estético, porque hablamos de

36


REVISTA LITERARIA ERGO

poesía. ¿O la pregunta se refiere a los ensayos de Vallejo y González Prada? Entonces también, insisto, ¿por qué no Eguren? Lo que deben hacer los poetas es apostar por una clara postura estética en sus textos, sean de índole política o social; aclaro, social es también un poema fúnebre o de amor, un epigrama, un madrigal, son también sociales. 3. ¿Cómo llegó a involucrarse en el proyecto reformista del Gobierno militar, proviniendo de una familia de terratenientes? ¿Ha podido hacer una evaluación o balance crítico sobre ese periodo de su vida? A.C.: El golpe militar de Velasco Alvarado fue en octubre de 1968 y para entonces mi visión del mundo había sufrido ya una importante transformación que me llevó a adquirir una conciencia social revolucionaria. Ya desde antes había un sustrato políticosocial en mí, que facilitaría un posicionamiento ideológico distinto al de mi entorno familiar y social de terratenientes oligárquicos como correctamente formula la pregunta, consistente precisamente no solo en la constatación de las injusticias sociales generada por un Estado gobernado por la oligarquía, que diseñaron débil para que respondiese solo a sus propios intereses y no fuerte gracias a unos impuestos que, aunque resultasen algo gravosos para sus negocios, sirviesen al menos de nivelador social y económico que evitase su desmoronamiento final como clase dominante, sino también al comportamiento miope de la plutocracia, más que por su indolencia ante tantas injusticias, por su desinterés en favorecer la existencia de unas clases sociales con poder adquisitivo suficiente, a través de unos salarios dignos para sus empleados, que permitan la formación de un mercado nacional que propulse su propia economía agraria, industrial o comercial, esto es, la conversión de una sociedad feudal en capitalista. Pero hubo dos factores fundamentales que propiciaron mucho más dicho cambio en mí; uno operó socialmente sobre todo con las lecturas de César Vallejo, José Carlos Mariátegui, Ciro Alegría y José María Arguedas, el otro políticamente por las experiencias al residir en España durante la dictadura franquista. Y mi incorporación al proceso revolucionario fue al ámbito cultural en 1973 desde la Editorial del Instituto Nacional de Cultura, pero fue muy breve porque ya se sentían las orientaciones contrarrevolucionarias que desembocarían en el contragolpe de Morales Bermúdez, al margen de los impedimentos surgidos desde la propia Dirección General. La reflexión posterior de dicho período de mi vida es que volvería a apoyar el proceso revolucionario porque, aunque cometió varios errores, al menos produjo un cambio social importantísimo y necesario en el Perú, como fue dotar de la misma dignidad a todos los peruanos, ante la ley, ante la sociedad y ante ellos mismos. 4. Su propuesta de englobar a los poetas peruanos nacidos a partir de 1940 y 1950 en una generación de 1968 no es muy conocida. ¿Cree que esto se debe por la hegemonía de los críticos establecidos?

37


REVISTA LITERARIA ERGO

A.C.: Que yo sepa, son muchos los que coinciden con lo que yo propuse en 2004 durante el Segundo Congreso de Peruanistas de Sevilla. El porqué hay todavía cierta crítica que sigue hablando de poetas del 60 y del 70 es algo que escapa a mi conocimiento, aunque se podría suponer que obedece a un interés de varios poetas en preferir ser cola de león o cabeza de ratón, según el caso y supongo yo que cierta crítica amical continúa divulgando dicho criterio o quizás lo haga solamente por inercia. El tiempo se encargará de dilucidar esto, como ha ocurrido antes con lo de generación del 40 y del 50, que ya nadie sustenta. 5. ¿Cree que algunos poetas peruanos están sobrevalorados por la crítica literaria? Pienso, por ejemplo, en poetas como Xavier Abril o Armando Rojas que no son tan “masivos” o populares hoy en día como Pimentel o Cisneros. A.C.: Eso es algo que, a mí, personalmente, no me preocupa. La crítica es un faro o una brújula solo para aquel que la necesita. Pero para seguir con la metáfora, el mismo sol y el propio polo norte, que hacen de faro y brújula a todos los demás, es el premio Nobel, en este caso de literatura. Y ¿a alguien le preocupa actualmente que dentro de la literatura en lengua castellana hubiesen recibido el premio de la Academia sueca tanto José Echegaray como Jacinto Benavente, por ejemplo, y no Rubén Darío o Valle-Inclán o César Vallejo o García Lorca? ¿Eso habla bien de los primeros y mal de los segundos? Yo creo que el tiempo nos pone a todos en nuestro sitio, a los poetas, sí, pero también a los críticos. 6. ¿Cree que la influencia de la beat generation ha sido perniciosa o positiva para la poesía peruana? Muchos poetas jóvenes de las últimas generaciones siguen tomando como referente valioso a Ginsberg aunque olvidan a Gary Snyder, Michael McClure y Kenneth Rexroth, quien fue el mentor. A.C.: Ninguna influencia per se es perniciosa en la vida y por tanto tampoco en la literatura; otra cosa es la manera en que se refleje dicha influencia, esto es, la Beat generation en su momento significó lo que de modo más amplio en otros poetas fue la influencia de los poetas estadounidenses como Whitman, Pound, Eliot o Lowell, entre otros. Nada nace de la nada, el famoso nihil novum sub sole; lo importante es no ser copia, porque la expresión poética debe responder a los parámetros espaciales y temporales del yo lírico. 7. En una visita en el 2016, dio un recital poético en el local institucional del Gremio de Escritores del Perú, al que pertenecen poetas dinámicos y representativos como Armando Arteaga, Jorge Luis Roncal, entre otros. ¿Qué tal la experiencia de reencontrase con el público? A.C.: Lo más importante del acto reseñado fue saber de la existencia del "Gremio de Escritores del Perú", un proyecto ilusionante hecho realidad, que evidencia la pujanza de los poetas que lo integran y a quienes deseo perseverancia y éxito. Además del exquisito

38


REVISTA LITERARIA ERGO

trato recibido, fue gratificante recitar junto a otros valiosos poetas jóvenes y ante un público tan motivado por la poesía. Por último, señalar que resultó ser muy emotivo para mí, pues representó un magnífico colofón a las presentaciones de mis obras realizadas anteriormente en Lima, Trujillo, Arequipa y Cusco. Márlet Ríos

Ergo: En Victoriosos vencidos (2016), hay un tono contestatario visible y una denuncia que hace recordar al Vallejo, de España, aparta de mí este cáliz y a los poemas-manifiestos, de Lawrence Ferlinghetti. ¿Cómo surgió este libro? Antonio Cillóniz: El germen de Victoriosos vencidos está en el primer poema, "Cantoral de la Doctrina Monroe", que ya aparecía en la edición de Heredades del tiempo (Buenos Aires, 2012). Ese poema surge a raíz de diversos hechos que se entrelazan en el poema. Por un lado, están los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York en septiembre de 2001 o los atentados de Madrid de marzo de 2004. Según se va escribiendo el poema afloran otros temas como el golpe de Pinochet, el submarino Kurst y todo lo que viene a representar totalitarismo, guerras, personajes o políticas, Marilyn y Kennedy, Vietnam, Kissinger, Irak. El paso del poema al libro se va dando al ir saliendo poemas de la misma intención y tono compatibles, como el poema "En esta nueva Arcadia", que es de 2012 y hace referencia a la crisis económica de 2008, agravada por las recomendaciones políticas del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y las medidas adoptadas por la Unión Europea, aunque no entró a formar parte de Heredades del tiempo, en que sí apareció "Cantoral de la Doctrina Monroe". Por ese tiempo se fueron incorporando varios poemas más, primero el poema "Nada ni nunca nadie", que se refiere a la crisis sociopolítica debido al desmantelamiento del estado del bienestar; después "Condenados a La Atlántida", que trata del grave problema de la migración africana; y "El Danubio rojo", al visitar “el campo de los españoles”, el campo de exterminio nazi de Mauthausen. Finalmente se incorporó "Contra el falso Rey Midas", a raíz de una noticia periodística. Hasta aquí la edición de Lima en 2016. En una edición posterior, la de Lima de 2020, se incorporaron dos poemas más, dedicados a la España de la sedición y dictadura franquistas, "Pensando que ha de durar" y "Todavía vamos a vencer", ambos de carácter histórico. Este tono se prolonga en el poemario Tríptico de las Furias de 2019. Y es de lamentar que cuando a petición de la revista sevillana Sibila enviara yo el poema segundo de este libro, "Quedaos aquí y velad conmigo", la revista me pidiese otros, que ocupasen la misma extensión; un modo muy diplomático de seguir las exigencias del patrocinador, el BBVA, ya que dicho poema trata de la guerra civil con la muerte de García Lorca y de la

39


REVISTA LITERARIA ERGO

posguerra con la muerte de una enfermera, en cuya casa yo viví unos años. El poema surge del sentimiento de vivir yo en la que fuera casa de la enfermera y es una pena que en ese tiempo, de enero de 2018 son las conversaciones con Sibila, pues el poema es de finales del 2017, el tema de la guerra civil, del asesinato de Lorca o de los fusilamientos de la posguerra no se hayan superado en España, más aún si tenemos en cuenta que la perspectiva de mi poema es global, quiero decir que adopta un punto de vista objetivo. Obviamente no colaboré con la revista. Lo mismo que me negué a modificar Después de caminar cierto tiempo hacia el este en 1971, cuando Ocnos de Barcelona iba a publicar el libro, pero la censura exigía la supresión de unos versos, a lo que me negué. Me alegro de que este punto se haya enfocado desde la perspectiva de España, aparta de mí este cáliz, porque todo está a su vez en Poeta en Nueva York y Tierra y luna. Claro que cada cual a su modo. ¿Confluencia, coincidencia, influencia? Ahí lo dejo.

Ergo: Según su biografía, Ud. tuvo un tatarabuelo, por la rama materna, de origen venezolano, quien luchó en el ejército realista en las batallas de Junín y Ayacucho. Ahora, cómo ve el poeta Antonio Cillóniz al Perú que se acerca a los 200 años de su independencia. Antonio Cillóniz: No sé de dónde proviene esa versión errónea, que creo muy extendida, porque han sido varias las veces que he debido rectificar ese término. Mi tatarabuelo venezolano fue el general Antonio de la Guerra Espinosa de los Monteros y luchó por la causa de la emancipación. Él perteneció al bando de Bolívar y se asentó finalmente en Piura. Y él fue quien rescató las cartas de Bolívar a Manuela Sáenz. De haber sido realista no habría ido a la casa de ella ni tal vez conociera la existencia de las cartas. Respecto a cómo veo ahora el Perú, la cuestión es respecto a qué. Y ahí me vienen a la mente varios momentos históricos, que podría tomar como referencia. Uno es el Perú de González Prada, otro el de Mariátegui y, por último, el que podríamos considerar mío. Lamentablemente los tres se parecen. Si leo a González Prada o a Mariátegui, percibo preocupación, lo mismo que siento hoy.

Ergo: Y hablando de independencia Ud. se considera un poeta independiente al no haberse unido o participado en los grupos literarios más significativos vinculados a las revistas Estación Reunida y Gleba Literaria o al movimiento Hora Zero. Antonio Cillóniz: Yo no he creído nunca en los grupos literarios. El arte, en general, y por ende la poesía ha de ser original, al menos desde el Renacimiento; y eso exige que sea individual y no gregaria. Si en la poesía no hay una visión del mundo y una voz poética personales, dicha voz, con su visión, no interesan. Los oficios medievales se establecían y regían por los gremios de artesanos y así después surgieron en el arte los talleres de los ebanistas y también de los pintores o escultores, en donde un maestro formaba o utilizaba a sus oficiales. De esos talleres salían las obras rubricadas por los maestros. Así se crearon

40


REVISTA LITERARIA ERGO

las diversas escuelas. Ese colectivismo es lo que se cultiva hoy en los talleres de escritura. Esta concepción mía del arte es lo que ha llevado a la crítica a denominarme a mí o a mi poesía como 'marginal' (José Miguel Oviedo), 'insular' (Ricardo Falla), 'periférico' (Víctor Fuentes) o 'atípica' (Antonio Melis). En realidad, debido a que mis fuentes han sido distintas, tanto mis lecturas como mis experiencias; eso es lo que según creo ha hecho personal mi concepción artística o mi visión del mundo.

Ergo: Hemos llegado al Bicentenario y no hay nada que celebrar. La situación es caótica, de una crisis económica y social galopante. Y unos líderes políticos que no dieron ni dan la talla. ¿Cómo podemos ser optimistas y lúcidos? Antonio Cillóniz: Debemos intentar ser lúcidos y optimistas como fueron los que he mencionado antes, respecto a la problemática peruana; en realidad quiero referirme al pesimismo y enfado de González Prada o al optimismo y seriedad de Mariátegui. Creación heroica, ni Mariátegui se pudo imaginar cuánto; ni calco ni copia, algo que Ravines no debió de saber lo que significaba. Peruanicemos el Perú, ¿alguien sabe lo que eso es en verdad? Porque lo han peruanizado a base sólo de pendejadas y criolladas. El día que un presidente dé la talla, por su carácter ético y democrático, se procurará que dure tan sólo un par de días, si no es posible que sean únicamente horas.

Ergo: ¿Cómo ve, desde su posición, la nueva corriente de poetas jóvenes en el

Perú?

Antonio Cillóniz: Desde mi óptica, la opinión sobre la nueva corriente de poetas jóvenes del Perú se me presenta como una película en la que aparecemos nosotros al comienzo, cuando éramos jóvenes, y así se van sucediendo otros muchos hasta los jóvenes de hoy. Yo diría que más o menos hasta mi generación nuestra poesía se replanteaba la problemática histórica del Perú, entre otras cosas, como las consecuencias de la guerra fría, la coexistencia pacífica o la revolución cubana, así como otros hechos que podríamos denominar revolucionarios, sean las guerrillas, la muerte del Che, la Primavera de Praga, Vietnam o el Mayo Francés. Sin embargo, casi después de nosotros la poesía de los jóvenes se tornó existencial, con planteamientos, si no económicosociales, meramente personales, bien de índole sentimental, amatoria o sexual. Me estoy refiriendo a aquellos aspectos más destacables; evidentemente no todo fue así. Llegamos al presente y creo que, salvo excepciones, aproximadamente la temática solamente ha cambiado en cuanto que se ha intensificado el sentimiento de desolación adoptando tonos de desgarro. Y se ha añadido una cierta reflexión filosófica de modo más generalizado que antes. Es lógico, como simple interacción con el entorno histórico. Ahora bien, en cuanto a la formalización de esa visión del mundo que veíamos antes, diré que la ruptura con la tradición métrica clásica que perduraba hasta la Generación del 50 y que se realizó en los '60, no es que perdure, es que se ha acrecentado. Nosotros en los '60 inclinamos radicalmente la balanza métrica de nuestros versos hacia el versolibrismo, pero perduraban las raíces de nuestra formación y primeras lecturas, que

41


REVISTA LITERARIA ERGO

estuvieron orientadas hacia la tradición poética española, bien directamente o bien a través de la poesía peruana. Pero a partir de nosotros empezó el versolibrismo a convivir con el traduccionismo; quiero decir que las fuentes se fueron haciendo provenientes de versiones cada vez más de traductores que de poetas. De modo que lo que es hoy excepción antes era norma y al revés. Aunque hoy la variedad es muy amplia, tanto en el aspecto de la creación como en el de la difusión. Si antes casi todo el consumo se hacía a través de la impresión, hoy la recepción se realiza casi mayoritariamente a través de redes sociales y es un consumo inmediato, casi instantáneo y efímero. En cuanto a calidad, siempre ha habido, hay y seguirá habiendo promesas que se truncan o que se convierten en realidad. Porque no toda expresión sirve, como no todo contenido es válido.

Ergo: Hay poetas que han sido maltratados, ninguneados de aparentes Antologías “completas” de poesía peruana. ¿Qué cree que hace falta para que tanto la crítica como el Estado (Ministerio de Cultura) dé valor real a sus poetas? Antonio Cillóniz: El hecho de que una antología se convierta en un antojo, bien por presencias o ausencias, no siempre obedece a cuestiones de gustos. Ahora, por ejemplo, están muy presentes las dinámicas anticanónicas. Y lo que subyace muchas veces es, si no un desconocimiento, un trasfondo ideológico, esto es, una discriminación política o cultural. La expresión artística se debe adaptar a la visión del mundo que se trate de representar, pero esta visión viene conformada por la concepción que se tenga de dicha realidad, es decir, de la propia ideología. Debo decir que las antologías sobre poesía coetánea suelen ser de dudosa validez, por aquello de que la sensibilidad –para valorar las estéticas más rupturistas del momento y que luego serán canónicas– tarda en conformarse, lo que demora el gusto en adoptar esa nueva sensibilidad. Pero por qué ha tenido que escribir Vallejo Trilce, ¿nos suena? "Por lo demás, el libro ha caído en el mayor vacío. Me siento colmado de ridículo, sumergido a fondo en ese carcajeo burlesco de la estupidez circundante, como un niño que se llevará torpemente la cuchara por las narices. Soy responsable de él. Asumo toda la responsabilidad de su estética. Hoy, y más que nunca quizás, siento gravitar sobre mí, una hasta ahora desconocida obligación sacratísima, de hombre y de artista: ¡la de ser libre!", ¿nos suena?

Ergo: Otro problema en Perú es la poesía escrita por mujeres, recibiendo pocas inclusiones en antologías y la poca visualización o realce por la crítica. ¿Qué opinión tiene al respecto? Antonio Cillóniz: Creo que este tema lo he contestado antes, al referirme a la actual poesía joven o a las ausencias en las antologías. Ya he respondido a este punto, porque yo no cometo el mismo error de Federico de Onís de –entre los criterios clasificatorios de la poesía– establecer el de la poesía femenina. Personalmente creo firmemente que es equivocado identificar tendencias poéticas calificándolas como poesía de hombres o de

42


REVISTA LITERARIA ERGO

mujeres. Y en nada ayuda tratar de atrincherarse, unas u otros, ni tampoco actuar bajo la premisa de los cupos; lo que debe primar exclusivamente es la calidad. Si la crítica obra prejuiciosamente, no hay que caer en lo antedicho, sino realizar la contracrítica o el anticanon. Con esto no pretendo negar la situación que se remonta a una sociedad machista, que perdura en muchísimos aspectos; afirmo que debemos guiarnos solamente por la calidad o cualidades.

(Entrevista realizada por el equipo de la Revista Ergo)

43


REVISTA LITERARIA ERGO

COMENTARIOS DE SU OBRA

44


REVISTA LITERARIA ERGO

45


REVISTA LITERARIA ERGO

Poiesis y Diké: Sobre el itinerario poético de Antonio Cillóniz Jonathan R. Mostacero

Hacer justicia a la obra de un notable poeta con una breve reseña resulta ser una tarea, por demás, insuficiente; sobre todo si nuestro personaje en cuestión posee una trayectoria de más de cincuenta años que continúa floreciendo debido a su excelencia. El caso de Antonio Cillóniz es particular en la lírica peruana. En 1970 obtuvo el premio Poeta Joven del Perú por su libro Después de caminar cierto tiempo hacia el este, galardón de compartió con José Watanabe y el que había sido otorgado diez años atrás a Javier Heraud y César Calvo. Sin embargo, a pesar de este reconocimiento, su figura no alcanzó a gravitar fuertemente en el panorama poético nacional, tal vez por lo lejana de su residencia; el poeta radicaría desde muy joven en España, país en el que actualmente mora. En 1973 fue antologado por el crítico José Miguel Oviedo en la colección Esos 13 junto a poetas del movimiento Hora Zero, motivo por el cual siempre se le asoció a la Generación de los 70. Este hecho fue cuestionado por el mismo poeta en Acerca de la periodización de la poesía peruana de los años 60, su intervención en el II Congreso de Peruanistas de Sevilla del 2004 y recogido en su libro de ensayos Crítica y poética (2019). Cillóniz defiende la necesidad de establecer el término de “Generación del 68”, apoyado en las posturas de Alejandro Romualdo y Jorge Valenzuela, centradas en demostrar el cambio estilístico de la poesía de fines de los 60, junto a las transformaciones socio – políticas producto del “proceso revolucionario” de Velasco Alvarado. Su condición de insularidad, resaltada por Ricardo Falla y el mismo Oviedo, si bien es cierto, ha ocultado por muchos años su obra del panorama poético peruano, hoy es plenamente reconocida y empieza a adquirir su real trascendencia. Desde su primer libro, Verso vulgar (Madrid, 1968) puede contemplarse el flujo de una lírica reflexiva y de aspecto humanista, donde el rótulo de “poesía conversacional” abreva del modernismo anglosajón, al igual que en el caso de Rodolfo Hinostroza o Antonio Cisneros. El aspecto ético es una preocupación constante, “Hoy lo difícil no es/ pintarrajear un libro. /Plantar un árbol es otro cantar”, que intercala, desde la nostalgia, el desastre de la guerra, “Me sonreía/ y todo para despertar y ver/ que no amanece nunca tal/ como en los sueños” (“De ilusión también se muere”) y su afinidad a la clase trabajadora “Tardo en nacer/ este libro/ el mismo tiempo que emplearon/ los obreros/ en terminar de alzar la plaza”. Estos conceptos van a tomar dimensiones de un carácter épico en Después de caminar cierto tiempo hacia el este (Lima,1971), en el que se avista el influjo de The Cantos de Pound, al recurrir a la historia como vehículo para —en lenguaje de Walter Benjamin— la vindicación de los “vencidos”: “Ramsés II puede decir, dirigiéndose al dios Sol: / “Te he ofrecido el sacrificio de una lápida de plata,/ forjada a golpes de martillo, montada en oro fino; / he construido y labrado para Ti/ la augusta nave Usaget de ciento treinta codos de largo”./ Pero todo artesano que labre la piedra/ está más molido que el polvo” ( “Tratado del espanto”). La injusticia es percibida en toda la historia, y la voz poética se siente en la responsabilidad de visibilizar las iniquidades del

46


REVISTA LITERARIA ERGO

poder “Los de la tribu Kwan recibieron 9,900 dólares por cabeza/por el territorio que les fuera arrebatado ilegalmente en Nebraska” (“Aves del mal agüero”) situaciones que llevan a crear analogías con las tribulaciones halladas en su propia nación “Pero nada nos dieron a los quechuas/ del Cusco por el Cusco”. A pesar de su recorrido histórico, el poemario no pierde cuotas de actualidad al retratar la catástrofe de aquel año en el poema “A las víctimas del terremoto del 70”, donde se expresa una necesidad despojada de retórica “Se necesita un cargamento de remedios y víveres/ para el Callejón de Huaylas, /se necesita otro de ropa y maquinaria en Huaraz...” Si bien es cierto, obras como las dos anteriores mencionadas y Los dominios (Lima, 1975) recopilación de sus dos primeros poemarios más Fardo funerario, que incluye el sobresaliente poema rilkeano “Sinfonía del nuevo mundo” dan cuenta de una ostensible calidad estética; es con Una noche en el caballo de Troya (Madrid 1987, Premio Iberoamericano de Poesía Extraordinaria 1985) que su poesía alcanza su pleno refinamiento y madurez. El aspecto conversacional es tornado en un estilo que evoca la tradición clásica, donde lo lírico “Y quiero alzar mi canto más alto todavía/ que mi mano. /Quiero tocar casi las nubes/ con una voz como la lluvia/” conjuga plenamente con lo épico “Los grandes poemas / no cantan ya las hazañas de los terribles aquélidas / sino los horrores de las máquinas de guerra”, sin perder el gran tema de toda su poesía: la denuncia contra la tiranía del poder. En el poema “El anónimo de Lima”, las resonancias del Leaf of grass de Walt Whitman y la unión vital entre poeta y la sociedad emergen cuando manifiesta: “Escribo aquí desde una casa/ lóbrega y oscura/ para un niño rubio de Missouri/ que espiga una llanura/ amarilla de trigo bajo el sol. /Y escribo también para el viejo/ negro/ feo / enfermo de Brooklyn/ que no sabe leer”. Posteriormente, estas cualidades son intensificadas al expresar una profunda fraternidad social, donde el yo quede diluido en un imperativo moral: “Yo escribo/ para los que no saben que yo escribo/ y ni siquiera que existo”. El poemario, a pesar de evocar por momentos el esplendor del mundo grecolatino, nunca abandona la esfera social que lo convoca. El héroe, figura central de este libro, no debe ser visto a la manera tradicional de las epopeyas, como figura aristocrática que invita al asombro, sino más bien como aquel anónimo sepultado por el tradicional discurso del poder; este anónimo que no es un “uno”, es el pueblo mismo : “Si preguntas a mi gente/ por los grandes héroes de mi pueblo/ te dirán no saben/ no contestan/ pensando en el hueco de su historia/ pero ellos los nombran/ removiendo las piedras de la geografía/ porque no conocen/ ni tú / ni yo/cuando dicen nosotros” (“Una descripción del Perú”). Por otro lado, debe otorgarse especial atención para “Arcano mundo”, el poema más memorable del libro, así como uno de los más logrados de la obra total de Cillóniz, y —creemos— de la literatura peruana. En él se brinda un perfecto ejemplo de un clasicismo trascendentalista en orden de una crítica social, situación que ya habíamos considerado en nuestro trabajo “Crítica y épica: Una lectura sobre Una noche en el caballo de Troya de Antonio Cillóniz” publicado en el libro homenaje Cillóniz: Valoración y trascendencia (2020). Los cantos “No son/ ya el descanso del guerrero en medio de la batalla/ sino la ira del tirano”. En los anteriores versos se refleja el desplazamiento político de la esfera de la poesía, otrora festejada por guerreros, hoy censurada por los gobernantes en la modernidad.

47


REVISTA LITERARIA ERGO

Casi luego de treinta años, después de diversas reediciones de sus obras completas, no exentas de supresiones, aumentos y constantes correcciones de sus antiguos poemas, en Lima, bajo el sello Hipocampo editores, consigue editar Opus est poesía completa (1965 2016) en 3 tomos, con valiosos tomos de poesías agregados a su anterior obra. El mismo año, formando parte de ese corpus aparece otro de sus libros imprescindibles: Victoriosos vencidos (2016), un conjunto de seis poemas largos que evidencian su enorme deuda con la humanidad de Vallejo y Blas Otero. Con un estilo austero, señalado por Antonio Melis en su prólogo a la obra, en el que se propone resaltar la relación profunda con el espíritu colectivo, el poeta alcanza una de sus cimas creativas. Estamos en el acontecimiento de una poesía social, mas no política. Las críticas sobre la doctrina Monroe, el campo de exterminio de Mauthausen o la violencia de los totalitarismos son representadas de forma descarnada y de una gran carga dramática, sin caer en la afectación. Nos remitimos a citar parte de los versos finales de “En esta nueva Arcadia” para su cabal comprensión: “Ya avanzan las orugas de los tanques/ y al fin/ las brigadas de asalto avanzan ya también/ y al cabo/ penetrarán las carnes/ traspasarán los cuerpos/ pero nunca entrarán/ nunca entrarán jamás/ en nuestros corazones vivos/ desollarán las pieles a jirones/ quebrantarán los huesos/ pero no pisarán/ nuestras conciencias/ no pisarán jamás/ ni un solo pensamiento nuestro…” Resulta muy interesante percibir el fenómeno de la creatividad en un artista, especialmente en un literato. Schopenhauer solía manifestar que, en el genio, el intelecto primaba sobre la voluntad; sin embargo, a pesar de la sabiduría que convoca la vejez, es sabido que muy pocos autores llegan a escribir libros imprescindibles en una edad longeva. Como grandes excepciones tenemos a Cervantes, Goethe y otros pocos. Cillóniz debe considerarse entre esos raros autores, que después de haber publicado obras de reconocida calidad estética en su juventud y madurez, sorprenden con iguales o superiores libros a sus setenta años. Luego de Victoriosos vencidos, continuó con Usina de dolor (2018), obra hermanada con la anterior por dignificar el dolor humano y denunciar la violencia del capitalismo —ahora célebre por ganar el Premio Nacional de Literatura (2019)— siguiéndole Tríptico de las furias (2019), Visión del Otorongo (2020) y el reciente Monumento a los escombros (2021). Claramente, parece ser que la productividad de Cillóniz se ha intensificado en esta década, y su reconocimiento como poeta mayor empieza a tener consenso general en el medio. Enhorabuena, probablemente estemos ante uno de los mayores líricos de nuestra literatura, e incluso del panorama hispanoamericano, en el que el ejercicio poético alcanza su hondura al revelar los designios de diké, antigua deidad protectora de los hombres ante el falaz despotismo.

BIBLIOGRAFÍA Cillóniz, Antonio (2019). Crítica & poética. Lima: Hipocampo Editores. Opus est poesía completa (1965-2016). Tomo I. Mañanas de primavera. Lima: Hipocampo Editores. Gutiérrez, Teófilo (Ed.) (2020). Cillóniz: Valoración y trascendencia. Lima: Hipocampo Editores.

48


REVISTA LITERARIA ERGO

49


REVISTA LITERARIA ERGO

POESÍA EN QUECHUA

50


REVISTA LITERARIA ERGO

51


REVISTA LITERARIA ERGO

Nora Alarcón (Ayacucho, 1967). Polifacética periodista, agricultora orgánica, defensora del patrimonio cultural inmaterial andino. Ha publicado los libros de poesía Alas de viento (Lima, 2000), Bellas y suicidas (Lima, 2010), Malvas (Lima, 2013), y Ninata Rawrarichisun (Revivamos el fuego, Lima, 2015), Pacha Achicllak (Aurora del tiempo Lima, 2018), Chaska (Montevideo, 2020). Ganadora en el VIII Festival de Compositores José María Arguedas, Ayacucho-Perú 2011. Segundo puesto en Composición La guitarra de oro 2012. En el 2014 quedó finalista del Premio Nacional Quechua Federico Villarreal y el 2015 fue Premio a la Excelencia Literaria en Puerto Rico, Mayagüez.

Musuq llaqtanchik Manaraq punchaw achikyachkaptinmi, Urpikuna takiyninkunata qowanchik. Llaqllaq urpipa taqratataq tuspasqanmi uyarikun Chay sachapa puyukninmanta Tapan rurasqanpi, Pichinkuchapas sachan sachan pawakachachkaptin. Kay urpikuna hinam Ñuqanchikpas takiyta qallaykunchik Kaqmanta llaqtanchikta wasichananchikpaq. Chaynapi hamuq pacha musuq llaqtanchik Sonqunchikukumanta pacha paqarimunanpaq, Hinallataq waranqantin yawarmasinchikpa llaqtankunapas.

52


REVISTA LITERARIA ERGO

Nuestro pueblo nuevo Antes que nazca el día, Las aves nos dan sus melodías. El picotear sonoro de un carpintero Se oye desde el cenit de un árbol Cuando construye su nido, Y un gorrioncillo salta de rama en rama. También nosotros como estas aves Empezamos a cantar Para reconstruir nuestro pueblo. De modo que en el futuro nuestro pueblo nuevo Nazca desde el fondo de nuestros corazones, E igualmente los miles de pueblos de nuestros hermanos de sangre.

Ripukunaypaq Sonquypi yanqa muyuq allqukunam Manaña anyankuchu llipikyaq parapi Yanqam aquta aspinku qochakunata anyaspanku. Tutayaypim yuyaymanayki imaynam qasquy nuyuchichkaqta Waqaqllaña uña warmata. Pacha ukumanta hamuchkaq hapariytapas hina Sonquyta aswan nanarichispa. Hapariq mayu ripuq niraq Yawarman rikchakuq putka yakunwan Sapallan chipikyaq chaska Sinchi manchakuypa samaynin Honiq kuyakuyniyuq Ratarichkaq qenwa ñawiyuq. Qaqapa paqchaq rumipa kuchunmantam wampumurqanki Kawsayniyta chiririchispa. Pacha paqaripqpa achkiyllantam munarqani Chuya hanaq kanchariypa chawpinpi Hawkalla manaña kutimuq ripukunaypaq.

53


REVISTA LITERARIA ERGO

Para marcharme Los perros que en vano corren alrededor de mi corazón Ya no ladran en la lluvia resplandeciente de relámpagos En vano rasgan la arena ladrándole a las lagunas. Te recuerdo en la noche cuando mojabas mi pecho Como a un niño llorón. Semejante a un llanto que proviene del interior de la tierra Aumentando el dolor de mi corazón. Cual río bullicioso que discurre Con agua lodosa, semejante a la sangre. Estrella que brillas sola Aliento del miedo severo De amor caluroso Ojos de quinua encendida. Del fondo de la catarata rocosa saliste flotando Provocando frío a mi existencia. Sólo quise el resplandor de la aurora Al centro del puro resplandor del cielo Para marcharme en paz para siempre.

Mama Angélica Wawaykikunam kaniku qaqniy chinpi Qaraykupas chustusqa Sonqoykipa chakanman warkusqa Puchukachisqam karqaniku pampakunapi, qaqakunapi Ushpaykupa, ruruykupa, pampakunaykupa hawanpim purirqanki Warangokunapim uyaykukuna qatipasqa qepan Chaykunapa waqasqan kichkakuna qasqoykipi mitkaq. Mama Angélica chusaqpa muchayninpa aysasqan Wawaykita maskaptiki, chayllawan qonqakuymanta kaq paqarirqaniku Payqa ñoqaykupa tapaykupim, paymi qasqoykipa yawarninta sutuchirqa Pachapa tukunanmi kaniku kañasqapas kaqmanta paqariq Pullwachkaq cuartelmantapas.

54


REVISTA LITERARIA ERGO

Kunanqa guitarrakunapa waqasqanpim tarikiku Purisqayki pormasqa pampakunapi Raprayuq chakikiwan, kuyakuynikim makiykupi tupanchu Huamanguinopa retablonpa qayllanpi rumichasqa ñankunata chimpaptiyku Mama weqekipa tasnusqa llakikusqayki parapim qeqepaniku.

Mama Angélica Somos tus hijos en estrepitoso silencio Despojados de nuestra piel Colgados en el dintel de tu corazón Fuimos sacrificados sobre campos y abismos Peregrinaste sobre nuestras cenizas, semillas y fosas En los huarangos quedaron grabados nuestros rostros Cuyo canto de sus espinas naufragaba en tu alma. Mama Angélica atraída por el beso del vacío Buscabas a tu hijo y con ellos renacimos del olvido El anida con nosotros y es la navaja que desangró tu pecho Somos los horizontes brotando a pesar de crematorios y cuarteles polvorosos. Ahora te encontramos en el lamento de las guitarras En los campos devastados por donde recorriste con tus pies alados, tu amor no cabe en nuestras manos Cuando cruzamos caminos tallados en piedras y retablos ayacuchanos Naufragamos en la lluvia de tus penas que desbordan tus lágrimas de madre.

55


REVISTA LITERARIA ERGO

Omar Aramayo (Puno, 1947). Periodista, editor, poeta y narrador. Autor del libro de pintura Humareda. Iniciador de los estudios de Carlos Oquendo de Amat y Gamaliel Churata. “Su poesía demanda de un lector favorecido por el don de la inocencia o un casi vicioso amor por la fábula”, escribió el crítico Alberto Escobar. Aramayo es uno de los renovadores de la poesía peruana contemporánea. Su libro de poesía Los Dioses tiene como tema a los creadores del antiguo Perú. En su narrativa “El sarcasmo y la ironía constituyen la lógica del individuo sometido a la transformación verbal, en la obra narrativa de Aramayo”, precisó Miguel Ángel Huamán. Es uno de los narradores más fecundos y versátiles. El filósofo y periodista Fernando Carvalo, considera a la novela Los Túpac Amaru 1572 – 1827, como el Libro del Bicentenario. Ha dedicado su vida a la defensa del Lago Titicaca y a la denuncia de su contaminación y vulneración.

Willakakuna mamanpa ñuñunta manunchanku Ch’eqollo puñuyninchismanta takiyninwan panpachawanchis t’afsanpi papa t’ikata apan kulli hanaq pacha kichayninpi puka q’ellu achalqonkuna puskata saqey Pachamama hinaspa qori phoqe qeqlla ñuñuykimanta qowayku.

Los Willcas reclaman el seno a su madre El waycho que nos releva del sueño con su canto en su pico lleva una flor de papa

56


REVISTA LITERARIA ERGO

violeta naranja sus estambres a cielo abierto deja la rueca Pachamama y danos de tu pecho de cuarzo el calostro de oro.

Pacha Mamaq tukukuyninta apakuna watun askha ñawiyuq papakuna rimakuykunapi t’inpunku kaqkuna imayna kaykuna kay Allpaq sumaq kaynin p’onqo mana p’uchunkayniyoq karu parakunan wajsiynin ch’askakunaq wañuy k’anchayì pakapi wañuymi p’istuy mast’arisqa may munaynin puriypi manan t’ika t’ikaq kanchu Intaq sumaq muskhiypas tarikunchu tukuy kurkun llant’a k’apayninwan kallpasapa pakan llapanninta k’apayninmi nanaynin kan iskay erqekunaq teqsi myuq uyan hoq nerayman tukuchiq

Las papas presienten el final de la Madre Tierra Las papas de ojos numerosos hierven en comentarios lo que será lo que habrá de ser la belleza de la tierra un pozo infinito de reflexión el vaho de las lluvias lejanas bajo la luz de astros extintos una muerte secreta es un manto que se extiende por donde quiera que se vaya y no hay flor que florezca ni aroma que encuentre su cuerpo total

57


REVISTA LITERARIA ERGO

la leña arde y su olor penetrante encubre la síntesis el dolor es el dolor de dos niños que van a cambiar la faz del mundo

Waqonpa wak’an Manan Pachakamaq hanp’aranchu chay qaqapi k’anchayqa Q’ellu choqellu anqhas utisqa runa mana yupa uturunku qarapi chaupi tutaq ch’usaq ñat’inpi mana puñuspa musphay yachay t’inpuypi rumi mankapi papakuna qocha mama rumipi phoqcheqekuna ñat’inmanta wichan rap’ita sik’in sutinta Wakón

La caverna del Wakón No es la mesa de Pachacamac la luz en esa roca Amarillo dorado azul absorto un hombre desmesurado en piel de otorongo en las entrañas vacías de la medianoche donde aprendió a soñar despierto al hervor de las papas en una olla de piedra en un mar de piedra en olas que suben desde su vientre deshoja su nombre Wakón

58


REVISTA LITERARIA ERGO

Maritza Pozo Manrique (Huancavelica, 1967). Egresada del Instituto Superior Pedagógico Público de Huancavelica, en la especialidad de Lengua y Literatura. Bachiller en Ciencias de la Educación otorgado por la Universidad “Marcelino Champagnat” de Lima. Con estudios de Maestría en Ciencias de la Educación en la Universidad Nacional de Huancavelica. Actual docente de Comunicación de la Institución Educativa Emblemática “Francisca Diez Canseco de Castilla” Hvca. Licenciada en Periodismo, egresada de la Escuela de periodismo “Jaime Bausate y Mesa” Lima. Su producción poética ha sido difundida en la Revista Musoq ayllu y el programa cultural voces de Radio Nederland de Holanda. Ha sido antologada en El perfil del arcoiris y huellazul. Tiene poemarios publicados: Canto mágico y Tierramor. Colaboradora de la Revista Internacional de Cultura Poesis Abditus de Lima.

Waynarikuy Uyayki rikurimuchkan sunquypa punkunta. wayrawan Pukllaspa waynarikuyta waltaspa. Llapa muyuynimpi ima sumaq hanay pachamanta puni. Chisinkuypachanchik asira Intipas rapraykimanta rikchapaspa chutarikura. Samayninchik rapranta pawarichin sumaq musquy kusipachaman.

59


REVISTA LITERARIA ERGO

Kay ratuqa pakiriqllam mana kutimunqañachu kuyayninchik chiqanta qapariptin. (Traducción: Judith Amaranta Huiza Soto)

Instante de ilusión Tu rostro se asomaba por la puerta de mi corazón. Jugaba con la brisa que nos envolvía en un panal de ilusiones. Todo alrededor era mágico y celestial. La tarde sonreía mientras el sol se desperezaba en tus brazos. Nuestras almas alzaban sus alas hacía un paraíso de ensueño. La fragilidad de este instante no retornará jamás ya que nuestro amor gritaba al viento su verdad.

Kachkanikuraqmi kaypi Makinchikpi sunqunchiwan kawsakunchik chiripacha hanayninta

60


REVISTA LITERARIA ERGO

sayachiyta munaspa aswan pisipay ñawi qarata kichachkaptinchik yuyariniku kutimuq punchaw layqaqkunata. Kunanqa usyapacha puñuy hamuchkan quni sunqu allin asnayninwan llakimanta sayarichikuspa qipapi saqistin yana punchawkunata. Llantu hanayta qawariptin sunquy pachapi tusuyta munan qipa chinini pachapi kuyuykuspa mamapacha rikchariptin suni puñuymanta. (Traducción: Judith Amaranta Huiza Soto)

Aún estamos aquí Vivimos con el corazón en la mano queriendo detener el arribo invernal más cuando abrimos los párpados cansados nos acordamos de los momentos mágicos que regresan. Ahora vienen sueños de verano con su calidez y aroma que nos levantan de la aflicción de los días negros que van quedando atrás. Mientras la sombra se proyecta altiva el corazón intenta bailar al compás del reloj se va meciendo en el último minuto en que despierta el tiempo del sueño profundo.

61


REVISTA LITERARIA ERGO

Mana kaqmanta llakikuy Taytáy mana kaptiki sunquymi wañun sapa chisinkuypachapi. Ichapas qillqachkaptiy kumuykuq wasipi kachkanki sapayki, rumihina, mana piniyuq. Ñuqaqa kusikurqani wasita yaykumuptiki qawaspay Yaw, icha ñawiyki qawariwanmanraq tutapas mana achka tutayuqmi karunman, punchawpas mana tukuqmi karunman. (Traducción: Judith Amaranta Huiza Soto)

Añoranza Padre En tu ausencia mi corazón todas las tardes muere. Tal vez mientras escribo estás en tu humilde lecho, solo, inerte, abandonado. Yo me emocionaba con solo verte pisar la casa. ¡Ah! Si tus ojos me miraran todavía,

62


REVISTA LITERARIA ERGO

la noche no tenía tantas noches y los días no terminarían nunca.

63


REVISTA LITERARIA ERGO

Judith Amaranta Huiza Soto (Huancavelica, 1985). Egresada de la Universidad Nacional de Huancavelica de la Facultad de Educación, especialidad de Educación Primaria. Maestra en Gestión Educativa por la Universidad Nacional del Centro del Perú. Especialización en Líderazgo para la transformación en la Universidad San Martín. Taller de Liderazgo y Derechos Humanos con la IDEPUCP, Con diplomados en Diseño, Monitoreo y Evaluación en la PUCP. Ganadora del concurso de poesía quechua “Huk ñiqin harawipi atipanakuy” Huancavelica 2008 y segundo puesto en concurso de poesía quechua “Iskay ñiqin harawipi atipanakuy” Huancavelica 2009 organizado por el programa radial “Rimarisun”. Publicó la plaqueta Ave de Cristal (2010), el poemario Espejos del Alma (2011). Coautora del texto Comprensión lectora tras las rutas del aprendizaje (2014).

Achikllay warmakuna Achikllay warmakunan kackan suti sunqu ñawi ruruhina kachichay chaqisqahina llinkapa pakiyniyhina tawakuchuchakunata chuyanchaspa qiri tukusqanta kichastin mamakunapa chusu makiyninwan qispichisqa. Achikllay warmakuna kachkan waynarikuyta rikchapaspa allín kawsayta munapayaspa paykunata ayllunchikuna suyachkan achikllay warmakunata! (Traducción: Judith Amaranta Huiza Soto)

64


REVISTA LITERARIA ERGO

Niños luz Son los niños luz de pupilas francas cristalizando formas lapidarias en arcillas quebrantadas enjugando cuartillas abriendo llagas consumadas en las manos vacías de la madre que los cría. Son los niños luz, imagen de ilusiones y anhelos existenciales que sociedades esperan.

Llinka yupi Llaqllakuchkan llinka warmi yupinta yuyarichihkan ñawpa willaq mamata chalasuyuta challpuqyaspa. Yachay nina wasipi llinka chapusqahina kanqa ichapas kichkakunapa rawraynin mana yuyaq rikchariq kuchustin puriq medusahina kanqa. puriq antipa yutun kausaq cristopa yuyaynin kanqa Ichapas uywakunapa qapariyninta yachapaspa kusisqa kutichinqa. llaqllakuchkan llinka warmi sumaq llipipiq hina chirawpacha hina añalla mamapachapa paqariyninhina.

65


REVISTA LITERARIA ERGO

Llaqllakuchkan llinka warmi villapa kuyayninwan trillapa tinkuynimpi mama killapa wiksannimpi. (Traducción: Judith Amaranta Huiza Soto)

Huellas de arcilla Labrándose está la mujer de arcilla. recordando está sus huellas a la señora historia, siendo olas golpeando las costas. Será amalgamada arcilla en los hornos de sabiduría, o la rutina inconclusa de una vieja manía. Será el fruto consagrado del humano dedicado o medusa lapidaria y peregrina de zarzas que arden en imagen sin conciencia. Será la imagen del Cristo vivo huella del andino peregrinaje o el rito confuso del balar del ganado y el vellón perfumado respondiendo a un eco animado. Labrándose está la mujer de arcilla suave como la seda, dulce miel de primavera, y cálida aurora de la madre tierra. Labrándose está la mujer de arcilla con el amor de la villa en el rito de la trilla en el vientre de la mama killa.

66


REVISTA LITERARIA ERGO

Qispi urpi Qispi rapraykita saqiy hanaq pachaman pawarinampaq sipuy musquta waltaspa Odinnisqa pampanpi. Wañuq ñawi ruruta saqiy apukunapa willkañawin kanaykipaq quchakunata pampakunatawan upallalla rikuykuspa wiskakunata, llaqwakunata paqukunatawan urqukunapi kallpakachaspa. Kawsarichun hatun silluykikuna pachapa iskayninpi yupikunata saqispa sunihina puririy kawsay ñampi runakunawan, uywakunawan, qurakunawanpas ñawpa willaq qillqayta yuyariyhina kay pachapi saqisqanmanta. Ama qispi kaychu aswan puri puriq kawsaq urpi kay pachamamapapas apukunapapas yuyaynin.kay! (Traducción: Judith Amaranta Huiza Soto)

Ave de cristal Que tus alas dejen de ser de cristal y vuelen a los infinitos cielos que cobijan sueños hilvanados en los campos de Odín. Que tus pupilas inertes dejen de ser siendo la visión consagrada de los apus que vigilan sigilosos sus praderas y lagos, correteando a vizcachas, vicuñas y alpacas en las alturas. Que tus garras tomen vida dejando huellas en las comisuras del tiempo

67


REVISTA LITERARIA ERGO

como profundos pasos en el camino de la vida como recuerdos constantes en las letras de la historia que humano, animales y plantas dejamos por el mundo. Deja de ser de cristal y sé ave real y peregrina añoranza de los apus y la mama pacha…

68


REVISTA LITERARIA ERGO

Einer Narváez López Nació en el corazón profundo de los andes apurimeños. Actualmente es bachiller en Derecho y Ciencias Políticas por la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco. Traductor e intérprete oficial en lenguas indígenas (quechua, variante chanka). Fundador del Instituto Intercultural de Estudios Sociales y Políticos (IDESPO-UNSAAC). Coordinador ejecutivo para la edición número 10 de la Revista de la Facultad de Derecho-Unsaac. Es activista indígena. Exbecario por la Organización Internacional del Trabajo (2015). Es parte del movimiento mundial “Acción Poética Cusco”.

Waka waqra Amaña waqaychu waka waqra, Sunquyta llakirichinki, Ñawiyta waqarinchinki. Waka takita takispa waqachiwanki Hay!!! Waka waqrallay Sunquymi hina kanki Qunqasqa llaqtakunapi llakinki Mana piniyuq llaqtakunapi waqanki. Hay!! Waka waqrallay!!! Almayta, animayta Kay chin llaqtapi llakirichinki. Imaynampicha, uyariqtiyki ichu ichukunapi, Imaynampicha, uyariqtiyki riti ritipi,

69


REVISTA LITERARIA ERGO

Imaynampicha, uyariqtiyki willkakunapi, Imaynampicha, uyariqtiyki qasakunapi, Sunquyta llanllarichinki, waqarichinki.

Cuerno sagrado Deja de llorar waka waqra1 a mi corazón haces entristecer A mis ojos haces llorar. cuando de tus entrañas nace el waka taki2 me haces llorar Hay!! waka waqra mía eres como mi corazón en pueblos olvidados entristeces En pueblos solitarios sollozas. Hay!!! Waka waqra mía!!! a mi alma, a mi espíritu En estos pueblos silenciosos haces entristecer. porque será, cada que te oigo entre los pajonales porque será, cada que te oigo entre los nevados porque será, cada que te oigo en zonas sagradas porque será, cada que te oigo en la cima de las montañas Enfrías, renuevas y haces llorar a mi corazón.

Qantu tika Qantuq tikan hina llaqtaypi kayku Waqasqa allpakunapi sumaqta tiyariyku Qunqasqan llaqtakunapi sumaqta phuturiyku Pukay pukayllataña Qantuq tikan hina llaqtaypi kayku 1 2

Instrumento en espiral de cuernos de toro. Género musical andino para honrar a los ganados vacunos.

70


REVISTA LITERARIA ERGO

Mana qarpasqa chaki allpakunapi sumaqta wiñariyku Wayrasqan willkakunapi sumaqta tikayku wayraparimunku Qilluy qilluyllataña Qantuq tikan hina llaqtaypi kayku Kuchuwaqtinkupis, kaqmanta wiñariyku Kanawaqtinkupis, kaqmanta pachamamaq sunqunmanta paqarimuyku Qumir qumirllataña Qantuq tikan hina llaqtaypi kayku Ayanchistapis, qantuq tikanwan chullpaman apayku Aya takita takispa ayanchista pukulluman churayku Ayanchis, qantu tikanchiswan sumaqta kaqmanta tikarinankupaq Kawsay kawsayllataña.

Flor de qantu en mi pueblo somos como la flor de qantu en pueblos que lloran hermosamente florecemos en pueblos olvidados hermosamente desarrollamos rojo rojísimo en mi pueblo somos como la flor de qantu en tierras secas sin riego hermosamente crecemos en zonas sagradas donde el viento corre, nuestras flores hermosamente amarillo amarillisimo

[flamean

en mi pueblo somos como la flor de qantu cuando nos cortan, volvemos a crecer cuando nos queman, volvemos a renacer de las entrañas de la madre tierra verde verdísimo en mi pueblo somos como la flor de qantu con la flor de qantu a nuestros muertos a la chullpa llevamos con cantos de los muertos son puestos en el pukullu para que nuestros muertos con la flor de qantu hermosamente vuelvan a [florecer o renacer Vida llenos de vida

71


REVISTA LITERARIA ERGO

Urpi Tikata pallarispa riqsikurayki Qaswa takichata takispa riqsikuraki Ay!!! Urpillay urpi. Manañas puñuypis hapiwanñachu Puka manzana uyachaykita Kapuli yana ñawichaykita yuyarispa Ay!!! Urpillay urpi. Chinkachikuyki Sunqu suwa urpichallay Ama hina kaychu Wallatakuna hina ñuqawan kuskalla purikusun Ay!!! Urpillay urpi. Ñuqaqa urpichata hina munakusayki Ñuqaqa urpuchata hina wayllukusaki Ñuqaqa urpichata hina kuyakusayki Ay!!! Urpillay urpi.

Palomita recogiendo flores te conocí catando carnavales te conocí Ay! palomita mía ni sueño tengo tu carita de manzana roja tus ojitos negros de capulí recordando Ay! palomita mía te extraño palomita roba corazones no seas así, por favor andemos juntos inseparables como las wallatas Ay! palomita mía te voy a querer como se quieren las palomitas te voy a amar como se aman las palomitas te voy amar como se aman con ternura las palomitas Ay! palomita mía

72


REVISTA LITERARIA ERGO

73


REVISTA LITERARIA ERGO

POESÍA PERUANA

74


REVISTA LITERARIA ERGO

75


REVISTA LITERARIA ERGO

Márlet Ríos (Talara, 1977). Escritor, gestor cultural y editor. Estudió Sociología en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha publicado los siguientes poemarios: La balada de Crates y otros poemas, Como barca encallada en la arena, Senda de la desesperanza, Ancestros y Dark poet y otros poemas gatunos. Sus poemas han aparecido en revistas locales y del extranjero. Editor de Como el viento cabalgando al sol. Primera antología de la literatura de Salamanca de Monterrico y La lira rebelde libertaria (2015). Ha sido articulista de la revista cultural Open Cusco. Sus poemas aparecen en Ausente ardor de arena & algarrobos. Antología de la poesía piurana contemporánea (2017), Antología poética. Palabras sin fronteras. Fronteras sin palabras (2019) y en Poetas del algarrobo. Antología poética (2019). Editor principal de la revista de estudios andinos Amarukan y coeditor de la revista literaria Ergo. Escribe ensayos para revistas peruanas de Ciencias Sociales y de Derecho y para la revista colombiana Rugidos disidentes.

Sonqo Los ojos te brillaban cuando nos encontramos aquella tarde límpida de invierno sin garúa. Igual que un antiguo himno obrero, la sílaba sagrada refulgía en mi pecho. Tu aliento de puquial desbordado era mejor que un par de cervezas una tarde de fútbol. Después, urpichay, cuando bailamos, éramos como un par de cometas que se rozan allá arriba, en el éter, sin más testigos, salvo las estrellas.

76


REVISTA LITERARIA ERGO

La memoria del tablazo i.m. Alejandro Taboada, mártir petrolero Qué áridas tormentas de arena vieron tus ojos refractarios en esta tierra de oscuros vestigios antediluvianos. Médanos y palmeras te arrullaron con sus cantos en la tierna infancia de los juegos, y chilalos y pacazos se columbraron en tus sueños de adolescente temerario. No presagiabas entonces la vileza del verdugo, la bestialidad del poderoso… Nada ha sido en vano, Alejandro, tus gritos fueron escuchados por las olas recónditas y por las caracolas insignes de nuestro mar sin tiempo. Nada fue olvidado: tu sangre, tu anhelo, tu hermosa juventud, tu solidario fragor, tu temple… Que hoy se elevan por encima del chillido de hienas innombrables.

Molinos Hubiera podido vivir cien vidas y tener 20 años de nuevo con todos los privilegios que tuve, con toda la libertad de una raposa de mi infancia al Norte en ese árido paraje, poblado de palmeras y lagartijas pero nunca tendré lo necesario para dejarlo todo tras un ideal sin más patria que una raída mochila y un improvisado campamento

77


REVISTA LITERARIA ERGO

donde unos 60 muchachos entre voces sibilantes mantienen a raya un miedo atávico. Y tras el primer combate pasar de golpe a la edad de la resignación y de los humosos días y nada de fiestas con bellas nereidas y el cielo se puede teñir de rojo si te agarra el Ejército o los sinchis. Hubiera podido vivir cien vidas más y un largo adiós hubiera restallado como un cráneo partiéndose contra un muro y hubiera escuchado el lamento de los ayarachis, el llanto de mi madre tornarse en un poema libertario de 1906, tan antiguo como la ira de un pueblo que resiste y evoca en silencio a sus muertos siempre joven.

Memory Te guié por las constelaciones + depravadas maroquita encendida quise ayudarte a silenciar un oscuro destello lejos de todo y de todos no encontré las palabras + certeras / o tal vez sí gracias a Gary Snyder ahora recuerdo tus muslos melados y ese ya lejano mayo y otra vez / fue como meterme en el rol del seductor más cojudo no Belmondo no Valentino / ni siquiera Pepe Le Pew y volví a caer a tus pies maroca / siempre esquiva Y comencé a recordar tu voz / tu llanto / tus gemidos como un poema leído y retenido a los 17 lampo inmaturo y tu recuerdo como una melodía misteriosa y fugitiva Oh musa de mi juventud perdida…

78


REVISTA LITERARIA ERGO

Jorge Pérez Baca (Pacasmayo, 1991). Estudiante de Comunicación y Periodismo de la Universidad Privada del Norte en Lima. Ha participado en numerosos libros antológicos de poesía y en revistas nacionales e internacionales. En el año 2016 ganó el primer puesto en los Juegos Florales de su universidad, en la categoría Poesía. Publica sus escritos a través de su blog personal, mientras prepara su primer libro de poemas.

Polifemo I Miento en tu nombre le doy sombra a la península y todo esto soy todo lo que calza y lo que revolotea en tu vientre me detuve para ver a los pájaros y en mi mirada el rencor de veinte mil hombres, no sabían que hoy que hoy moría. II Hazte un Dios de tu costado que nazca la pangea el yeso vigoroso y el rayo

79


REVISTA LITERARIA ERGO

las nalgas de puro portento y la sombra que es su mandil en la cabeza una bandada de aves reales el ballet la copla el laurel y el dorado del aserrín, hazte un Dios para no morir. III Entonces mis cabellos son lombrices mis pestañas a fuego lento you spin me right 'round baby right 'round 'round 'round la saeta de orión devorándome la córnea mientras mis hijos y los hijos de mis hijos me ven bailando aquí han triunfado los borregos y aquí he nacido yo.

Ítaca I Qué hacemos con la soledad me dices mientras tienes la boca llena de helado y de chocochips las dos lunas de esta noche en la cresta de lagartijas muertas en el plato en la farmacia siguen muriendo conejos de primavera extraño la sopa caliente y mi saliva derramada en la frazada, qué hacemos, me dices, con el cerebro ungido con este miedo condensado en tus zapatos con mi silueta de pez reflejada en el espejo el globo se revienta en mi copa y me besas porque la pared ya no te seduce en ella los clavos sobre hojas secas del microbio se convierten en calcomanías de puertas cerradas, suena la melodía en el desierto de mi barriga me ahogas en nicotina una ambulancia. II Te he cogido la mano

80


REVISTA LITERARIA ERGO

y en la escoba de madera una flecha se ha dormido, ¿qué alegan las palomas que se mecen en la asfixia del rábano? debajo de la piedra está gimiendo una bestia te escucho renegar del silencio de las mandrágoras de los pergaminos que escapan de la morgue de las noticias conspirativas del veneno del estío de este año bicéfalo, cambia de canal o apaga el televisor en la mesa te esperan tequeños color aguamarina advierto que me has traído a tu casa para adorarte el vientre de alguna manera te he de lamer hasta el apodo bebo del cáliz que te nace como serpiente y en la cesta estas lágrimas de azúcar que alguna vez lloró el arcoíris me vuelven el tartufo que se moja la cejas para verse mejor, me has vuelto un reo de la cosquilla infinita un coleccionista de preguntas tontas. III La habitación es una nodriza de ubres de metal y tú, felino de azur me conviertes en un tesoro de chamán preso de ti, de los besos tragados por agujeros negros, como dos amantes que se bañan en jarabes así de cautivas están las mariposas que sudan escarcha que se huelen los cabellos mojados mientras observan desde la ventana del arca las romas del alma ardiendo en vinagres sus gargantas aquí muere la pena vacunada entre oropéndolas y cielos de estera, el silencio el silencio de esta casa que grita tus ojos que me miran y que me piden morir lejos de esta península encerrada afuera está la muerte y aquí los que se quieren morir.

81


REVISTA LITERARIA ERGO

Cara a cara En algún lugar se derrama mi llanto y aquí apenas descansan mis manos dos kilos de la menudencia que compraste en el mercado, tan temprano y tanto sueño la luna prometida silbando se hunde rodeando mis nuevos zapatos aquí estás eres un sacerdote o un brujo que asesina palabras criaturas mi cuerpo la hostia mi cuerpo en la hoguera de tus dedos un poco de fuego y aparece tu centenaria daga a mi religión se le acabaron los rosarios a tus dientes llenos de sarro a mis besos de colorete barato a tu lengua un poco ramera y un poco apostólica a mi collar de bodas y al ramo de flores sin flores y a la novia sin vestido de novia a mí, a ti, a nadie las legañas devoradoras de ojos tu mirada clavada en la mía como el cuchillo en la mantequilla.

Hablarle a la herida Hay gimiendo en las calles bestias en el asfalto se arrastran sus cadenas, un ventilador hecho de huesos les tira mierda en los ojos el cordero que quita los pecados del mundo les tira escarcha y yo sigo sangrando. Hay sauces en llamas quimeras

82


REVISTA LITERARIA ERGO

sembrando el infierno están, mis llaves doradas que son abstracciones de renderizados lamentos nunca fueron más urgentes ni las lágrimas de Yocasta en este invierno limeño… Hijo mío, vuelve a la iglesia no sé qué laya vives en julio vence el plazo para que brindes conmigo hijo mío, báñame en aljófar ya empezó la bulería. Me dueles miserable estrella diagramada en mi carne abierta pequeño cuchillo élfico que se confunde con la llaga, ¿acaso algún poro dilatado te habló de mí? Más vale el tatuaje del arco iris que este inefable sufrimiento porque sí te sufro como sufren la madre en la partera que le abre las piernas, si el limón fuera el remedio la sal qué sería, la vida eterna o un cisne muerto. Ah, me sigues doliendo me duelen hasta los testículos de naftalina ¿dónde está el indio que se tragó la flecha y dónde al chamán que me cure la herida? Palomas suicidas asoman por mi ventana el calor que me guarece las entretiene no, no es que quiera juguetear con la muerte es ella la que se ha enamorado de mí. Hay en los labios del ánima del que en vida fue un nombre que se escribe con tinta negra dos o tres pedazos de mi cráneo que serán cremados en un costal me entrego al cáncer de uñas que padecen los críos del nervio mientras la familia de ornitorrincos celebra, los fariseos que tienen en sus ventrículos la sangre mía están baila que baila, otra vez la fiesta con máscaras para ocultar al tuerto

83


REVISTA LITERARIA ERGO

cantarán las cicatrices en el evento cachaciento al que no te han invitado y yo sigo muriendo.

84


REVISTA LITERARIA ERGO

Karina Medina Paico (Lima, 1986). Docente y escritora. Cursó estudios superiores en la Universidad Superior de Ciencias Aplicadas (Publicidad) y cursa la carrera de pedagogía teatral en la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático. Ha publicado en las antologías Rocío de poemas (2017), Versos de primavera (2017), Versos de cristal (2018) y Amor poético (2019) de la Sociedad Peruana de Poetas; así como en los poemarios de poetas reunidos El peligro de estar vivo (2018), Al lado del camino (2019) de la editorial independiente Ediciones Marginales y El mar no cesa (2019) de la editorial Ángeles del papel. Su primer poemario personal publicado se llama Pavo real (2019). Ha sido directora editorial en Ediciones Marginales; y en la actualidad, es fundadora y directora de Pléyades Ediciones (Perú).

Herida Cuando una mujer escribe todas las personas que moran en ella se proyectan en el espacio sus animales se revelan se lucen con autoridad. Cuando una mujer escribe muere amateur nace sensei explota en la herida.

Lloregua Cuando la yegua murió se reunieron los machos cada uno con un pañuelo decente la yegua murió varias veces. Cuando la yegua partió 85


REVISTA LITERARIA ERGO su clan se dispersó cada uno con un sueño sin dientes. Renació la yegua murieron los machos los pañuelos la decencia. Renació la yegua se reunieron los dioses entregando mandíbulas dentaduras lenguas a la familia de sangre del muerto. Varias veces renació la yegua el dolor de sus glúteos mató a las bestias hincó al cariño mortífero el dolor de su pelvis caminó por el desierto [ donde no existe animal ] el cariño fue su confesor. Varios meses venían el dolor y el cariño a ultrajar a la yegua el llanto era sangre para caníbales el agua bendita de los ojos la lubricó la volvió inmune la hizo inmortal.

Carta de una ramera él.

Me he acostado con muchos hombres tristes, pero nunca con uno más destruido que

Cuando me dijo sácate la ropa, frotó su dedo índice en su sien y cerró los ojos en un tierno ademán. Evitó mirarme en todo momento y sentado respiraba nuestro aroma esperando mi cuidado, mi sexo y mi amor. Me dio tanta empatía su soledad que me esforcé mucho esa noche por cuidar de la pena que embargaba a tu hombre. Sus manos en mi cuerpo remaban en mi piel como un marinero en búsqueda de algo más en plena oscurana de altamar; algo que yo no supe entregarle. Su añoranza sonaba en sus gemidos; y su sonrisa a párpados cerrados, me hacía sentir aquella musa que invadía su mente abordada por ti. Cada postura él la lloró contigo, cada momento él lo deseó contigo; y cada vez que llegábamos al Olimpo, al pie de la entrada estabas tú. Un consejo de ramera a coqueta, deja esa vida y ve tras él.

86


REVISTA LITERARIA ERGO

Riqueza femenina Ignoramos nuestra verdadera estatura hasta que nos ponemos de pie.

EMILY DICKINSON

Existen otros pavos reales dentro de ti de esos solo conoces saliva uñas y estiércol de esos no sabes cuándo abrirán sus alas jactándose de ti la belleza de sus aspectos es ocre (están escondidos porque la vida se pasó muy rápido / están llorando) los sientes revolotear pero este mundo caótico los cohíbe (se acarician entre ellos / husmean tus costillas) ¿por qué no le has mostrado tu realeza a los muertos? (pregunto) los pavos reales son la virtud liberada son una torre muy alta una hembra alfa una leona por sus hijos en la montaña una luna en la mañana atraviesan tu piel en la oscuridad rompen la dermis de tu miedo el brillo de sus alas es tan claro que al elevarse con superioridad los hombres no podrán con tu luz (estás pariendo a los condenados / atraviesan la zanja / atraviesan la zanja / la atravesaron)

87


REVISTA LITERARIA ERGO

Paul Sánchez Gibaja (Cusco, 1992). Comunicador social, integrante de los colectivos Poesía de miércoles y Toque de poesía. Fue considerado en las antologías del festival de poesía Enero en la palabra y Caravana de poesía. Es editor de libros artesanales, realiza talleres de libros cartoneros dentro y fuera de la ciudad de Cusco.

El caballo Después de un disparo tenemos un terreno árido por cual cruza una pequeña acequia inicio de lago quien sabe el cuadro nos impide su destino hay verdor en sus riveras humedad posterior a las olas ahí un caballo aplaca su sed ah que olor han despedir el hundimiento de los cascos el fango y la hierba apachurrada todos señalan el contraste del color el barro negro trepando por el cuerpo negro pero qué hay de lo gris, ese gris que pronto alcanzará el brazo, la garganta, cubrirá la cabeza, el lomo y penetrará los órganos través de las ancas y unidos por el sol al despuntar un mediodía 88


REVISTA LITERARIA ERGO su oficio será el de poblar el silencio, los colores, la ausencia y la quietud su oficio será el de evadir el instante como pequeños emisarios del tiempo.

Las truchas Bajo la mi mirada inquieta de mi tío entendí la calma de las cosas asomamos a la orilla del río, y el cielo era otro río de estrellas tenía siete años en aquel entonces él iba invocando el silencio con las manos qué sentido tenía si el rumor constante de la corriente se llevaba cualquier sonido cuando alumbró una roca las aguas parecían una extensión lisa de la gran piedra que nacía en su puño me dirigió un lugar tranquilo al costado de la espuma al fin pude ver las truchas lejos de la dinámica fugaz del río eran cuerpos que mantenían independencia de un movimiento mucho más grande que envolvía sus cuerpos el miedo no es líquido, me digo pasado el tiempo sus aletas eran como las colas de las cometas se mecían independientemente del hilo, del brazo que lo sujeta quedé pasmado, el reposo desde entonces ejerce en mí pecho una agitación y el corazón se me desliza de las manos (soy un sonido seco en el agua, la arena que trepa tercamente a la superficie)

Un colibrí en el lomo de un hipopótamo La agilidad de la belleza solo permanece en la agitación de la memoria uno tarda demasiado en advertirla a veces nos deja solo un sobresalto en el pecho tan fugaz como una mano delicada en el lomo del agua. ¿Recuerdan al colibrí? Estaba de paso vo la v a. 89


REVISTA LITERARIA ERGO

Lagartija El cuerpo de la pequeña lagartija yace boca arriba al borde de la carretera, su vientre blanco y pálido hinchado por el sol de la tarde, el polvo en aquel cuerpo ágil, es verdaderamente conmovedor… Antes de aquel descubrimiento fue un sonido entre la hierba seca, una estela entre las rocas de lugar, leve trazo en la arena, descripción precisa en la lengua de mi abuelo. Pero la muerte la despojó de su misterio y fue a parar a este lugar donde seguiré transitando lento y predecible con un lagarto verde sembrada para siempre en mi infancia, entonces yo hablaré de la vida y sus brotes de desencanto.

90


REVISTA LITERARIA ERGO

Fiorella Terrazas Espinoza (Lima, 1990). Persona de género fluido, transfeminista y neurodivergente. Miembro de la Antifil y de Plástico Revista Literaria. Publicó: Dejo cabellos en los bares (2013), Espinosza (2015), Hedores (2017), Los tratados de la perdedora (2017) y (2020). Participó en el Festival Internacional de Poesía de Ecuador Kanibal Urbano y en la mayoría de los festivales de poesía de Perú.

A lot of chicas tristes en instagram Un montón de bebitas con sonrisas invertidas sus ojos pintados con gloss sus labios con el polvo rosa que sobra de la nariz que antes inhaló si compro un poco de adicción en mi cuarto encerrada por n dias podré devolverles eso a esas chicas si salen a las calles? que nunca logren preferir la fiesta que a la siesta si les doy la llave de algunos secretos quizas encuentren otra vez ese tutorial de maquillaje que las deja como muñecas bratz o casi copiando a las nenas kawai casi explota un globo brillante que tengo en mi cuarto de tanto desearlo al lado de mi pc llena de stickers que me recuerdan momentos fanzineros. Siempre filtro mi buscador para que me muestre lo más rosa del día o de la noche / al otro lado del mundo. Encorazonaré fuerte a las chicas tristes porque son las más bellas y mi dignidad quizá se vaya por el desague pero 91


REVISTA LITERARIA ERGO no hay nada más profundo y doloroso que el final de sus delineadores o el final de tu anime favorito o el final de una cuarentena o perder a todos tus clientes por ser freelance ver esas gotas falsas en sus ojos era mi pasatiempo favorito las curvas de unos labios exagerados que ahora se ven cubiertos con máscaras faciales ya no sabré más si siguen apilando amores perdidos o balas o si consiguieron la siguiente navaja por coleccionar no conoceré sus sentimientos en el exterior solo me queda scrollear y actualizar cada media hora la lupita de instagram y encontrar belleza o quizás terror ojos más grandes que los míos, suaves cinturas y armonía de una chamba bien hecha en photoshop. Quiero hacerme un collar con los selfies de todas las bebitas tristes con pelucas porque nunca mostrarán las mejillas porque amo sus miradas vacías Thank you nenas sin amigos por hacer que me sonrían los músculos por hacerme vibrar como pop corn sin que nadie me toque a ustedes les perdono los dramas y los finales infelices ustedes nunca cometieron errores, fueron movimientos de apertura calculados sigan sonriendo invertido yo les susurraré en japonés llenando de humedad mi celu y wasapearé un hola a todas las chicas lindas que sí sonríen mucho en la “vida real” en son de provocación también las tengo filtradas en mis contactos.

Cam Girl Me preparo para ser cam girl porque la vida no es un cuento de hadas son las 11 de la mañana

mis amigos en Corea ya despertaron envían EMOJIS al Kakao los de España y de Turquía toman un descanso mis bolsillos gritan por la soledad a pesar de mi desnudez de archivo multimedia me preparo para ser un holograma bailando 92


REVISTA LITERARIA ERGO siempre bajando la cámara aunque el fetiche sea mi cabello arqueo los labios de filtro gratuito le doy play a mi descubrimiento semanal next a todas esas rolas el perreo no me representa ahora. Limpio el tubo de pool dance para amoretear un poco más mis muslos llenos de cicatrices que no se ven en HD hace 10 años que no duermo me persiguen ideas extrañas y voces debo verme intelectual y misteriosa tapar todas las ventanas y colocar foquitos pastel para las fotos debo echar a los gatos de mi cama nunca me gustó la vida real adopté la forma de maniquí con el make up pegado me siento un hongo seco agarro el celular scroll on twitter doy likes sin ver a donde. Me preparo para ser cam girl tengo 2 encendedores para iniciar un incendio quemarme un poco de piel para sentirme real hasta que un bot venga a reemplazarme y se lleve mis fichas qué más da todo este mes es 4.20 y uno puede ver las estrellas cuando apaga la luz le puedes meter glitch a esa oscuridad y envolverte de mareos parar ya con el pop y poner vapor wave coger un compañero eléctrico o que use baterias prender la luz en una hora y volver a grabar un en vivo en sostén. this rolling paper is organic, por eso lo como para parar con la combustión me late que puedo morir mañana y quizás estos tipos sean los últimos romances de internet para apurar a la tristeza que salga de este smartphone que lo contiene mi termómetro de Melancolía está en 40 tomo un clona de 2mg es difícil no volverse adicto es difícil evitar la ansiedad en la madrugada asesiné a 5 tipos más en esta red de citas por ser fake a mi muestrame el rostro 93


REVISTA LITERARIA ERGO o envíame un rappi con un trozo de cabello tengo ganas de olfatearlo aún tiemblo cuando hago streaming. Entre dudas me preparo para ser cam girl y me pinto los labios por encima de la línea todo tiene que estar naranja aunque lo odie quiero llamar a mamá, preguntarle si ya puedo volver a casa si la depresión acabó allí pero solo hay un perro triste sin poder salir entonces checo más packs para matar el tiempo esto es un videoclip de soledad la persona que escribió esto no existe solo figura como avatar y no responde por twitch quizás al mediodía se alimente o quizás no o quizás se siga instalando apps hasta estallar la memoria la pantalla y todo el sistema.

Enfermedad ¿Acaso hay algún morbo en esta pared luego de los ácidos? ✖️ Esos bombeos dentro de la vena gorda en el brazo derecho No se le comparan a las líneas blancas en un rincón de poiospiers Juego a estar dentro del juego con las aves, ahora. ✖️ Cierro los ojos y pienso en lo que me dicen los médicos ✖️ Pero pensar cansa Estar en la cama cansa Estar en un peligro inminente que no pedí, cansa ✖️ Le pusieron pausa a la rutina que amo y me hicieron dormir y cagar 94


REVISTA LITERARIA ERGO Pregunté un millón de veces donde más inyectar Me agobiaban con dudas mis ex amigos Su ansiedad también enfermó la mía Sentí la presión en el pecho todos los días Olvidé la cuarentena y también las ganas de morir. ✖️ Repensé como siempre a mamá sola, llorando mi ausencia, porque ella no la escribe Repensé una galería de fotos de cadáveres apilados a punto de insinerar Y sentí muy fuerte mis latidos consecutivos en los dedos ✖️ Hoy no puedo más que teclear unas letras en el cel, el scroll y los doble tap para cansarme los ojos Una laptop me pesaba 50 kilos Tanto como llegó a pesar mi cuerpo-sobre. ✖️ Hoy me acompañan balones vacíos, Una madre que es una vigilancia con miedo Un balde lleno de agua caliente Una gata que huele a eucalipto y un deseo incansable por escribir ✉️

El meme de la cifra La muerte de mi papá es el meme con mayor cantidad de sellos de agua me he puesto el saco de peluche para fingir un abrazo soy el chiste de la tristeza ella se burla de mí llueve y es halloween he concentrado mi red me he disfrazado de maniquí me pinté los labios para encontrar belleza en mi rostro mientras me abanico con 200 dólares falsos ya tengo lista la mascarilla y las manos 95


REVISTA LITERARIA ERGO todos los celulares en alerta todas las respuestas repetidas todo el alcohol en aerosol en vez que en forma de sangre pinto mis labios y abro photoshop ahora que mi papá es una estrella plañiré con su ausencia pero me quedo yo y los gatos y los animes y south park y legalmente rubia y todos los videojuegos que jugabas papá Dios bendiga a A-MIAU-RICA, a las pantuflas con garras y a Bestia Bebé.

96


REVISTA LITERARIA ERGO

Michael Quevedo Cobo (Piura, 1981). Periodista cultural, articulista, filósofo y poeta. Bachiller en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Federico Villarreal. Exmiembro y ponente de la Escuela de Filosofía de Nueva Acrópolis. Participó en diversos talleres de narrativa, guiones de teatro y periodismo en Alianza Francesa de Lima. Colaborador para diversos medios, blogs y fanzines alternativos: Subterráneo, Insania, In situ, La Página de los Cuentos, Mamotreto, Irrupción poética, La Espiral, etc.

Eclipse lunar Mi arte de levitar reside en el cinismo: una fábrica de enésimas figuras mutadas bajo un eclipse lunar. Mandar a la porra su placebo, en las epifanías de su treta secreta —por alguna diosa ninfómana que zarandea al cierzo insatisfecha—. No más extravíos de la sangre que trasvase los pantanos del conocimiento y su borgiano laberinto. Acaso un aciago recuerdo. Hoy, sospecho, que lloverá granizo y un fénix se clavará en mi pecho, en las postrimerías de una agrisada tarde de incienso.

97


REVISTA LITERARIA ERGO

Vómito negro Mayo, sábado corto de alcohol y nicotina en las venas. Aplaca las ansias, la sed de esta afásica garganta. Ciertas siluetas bambolean insurrectas, al son endemoniado ochentero sobre el húmedo madero. Nada es óbice esta noche para retozar hilarante envueltos de humo, atestados de fuego. Acaso a decir las verdades que nunca se dijeron, que colisionaron de pronto, al brindis de un ron de caña almibarado. ¡Y más trago y pitillo en mano! Porque nadie nos representa, nada fragua ni violenta. No obstante, un cuerpo desciende intoxicado, como una otoñal hoja hollinienta en el confín de su fango; desciende, con los húmeros abiertos, temblando, inmolando sueños. ¡Oh, madre! ¡Creyeron que estaba muerto! Y un silencio sepulcral invadió su paradero, su alegría y su tristeza, su enfermizo estado. Al pie de una farola, Brillaban a lo lejos una esfera metálica y unas gafas viejas. Lo llevaron totalmente ebrio y sórdido a su casa ... Vómito negro.

98


REVISTA LITERARIA ERGO

De esa mano invisible De esa mano invisible escapó mi ánima Que, contra la gravedad, se elevó entre nubarrones En el cenit de su misterio fantasmal Se adosa contraída en los aguajes y laderas En los vientos cálidos del alba En los patios desolados e invernales arrecifes De esa mano invisible, que guio enmarañado mi ser Compartí, a todas luces, mi amor descomunal Amor abierto al desamor El que arrulla con sutileza Y le canta al frío de los parques olvidados El que arremete en puntal Con retortijones a encontronazos Y tibios ósculos a miel de caña El que miró tus ojos dolerme una noche ausente Y recorrió tu erizada piel mientras lo ignorabas De esa mano invisible me embriagué un día de sueños y locuras Pero ya —feliz tristemente— no eran de nadie ni las tuyas.

Verso apátrida El tiempo se ha detenido en un verso apátrida, un rostro desnudo tras el cieno que untan sus ojeras. Si bien un retoño de sonrisas desquebrajadas, desteñidas, empalagaron el final de este invierno, algún día partiremos de nuevo. Y pisaremos sumisos y bien anhelantes el umbral de antiguos sueños, el viejo pasadizo pueril donde jugábamos rozagantes, a pasos zigzagueantes. Aferrados a la vida, sencillamente solitario una tarde alguna necedad se esconderá en alguna parte. Tal vez en derredor se escuche algo lejano bajo el confín de estos celajes: un grito desgarrador. 99


REVISTA LITERARIA ERGO Y ofrecerán al viento, los de mi rambla, un viejo estribillo en silencio, una caricia desvirgada, un sentimiento cual beso encontrado, con sabor a nada.

100


REVISTA LITERARIA ERGO

Elvin Jancco Velásquez (Cusco, 1993). Estudiante de la carrera de Turismo. Aparte de escribir también cultiva el dibujo, pintura y la fotografía.

Horario de gatos Oscurece la noche, del inframundo con maullidos apagados, bajo el tormento del silencio sepulcral. Sepulcral como zanjas oscuras, y el gato mueve los ojos vividos, como el bailar del vaivén del viento. Viento que pinta en tu imaginación, y pensarás más claro, mira ahora que anda el gato en la cuerda floja. Floja calma del gato, como resacas caída, oscurecida por luces aturdida, como almas maltratadas con la mirada. Mirada de fiesta en el olimpo, mientras los gatos no duermen, como ritos si estoy herido cúrame. Cúrame con el papel de arte, cuando duermas en la noche del puñal, y que se haga realidad. Realidad que no muera, como las medicaciones, con tácticas de falencias psicológicas. 101


REVISTA LITERARIA ERGO

Psicológicas miradas de un seudo poeta, con una grieta en tu paisaje, como el querer que huele a hipocresía. Hipocresía que anda de pie, como la vejez que va como el crimen, de los gatos desde el torso, de la pena del gato que muere. Muere en los puros, y ahogado de humos paulatinamente, así fue el delirio del gato a tempranas horas. Horas pintadas de luz, como los fantasmas de madrugada, inesperado instante de la eterna cicatriz. Cicatriz calcinada, como no hay un rumbo fijo del gato, y la madrugada no terminó como el lo quería. Cada color es un recuerdo, y es una eterna cicatriz y no todo recuerdo es feliz.

Entre gotas y nebulosas Se tornaron nebulosas, expuestas en el aire, entre sombras y tornados. Tornados en las neuronas, y resplandece una luz difusa radiante, con cánticos sedientos de gotas. Gotas transformadas en llantos, formando en charcos, que baja hechas en h20 sin envase, eres lluvia eres agua que baja por la cordillera. Cordillera jaspean tés transformada en cosmos, en el espacio sideral de mis ojos. Ojos que brillan como luz sorda, en mis entrañas partidas y quebrantada. Quebrantada tengo el sonqo, de soplo de aire que inca en los nervios, putrefactos y carcomidos. Carcomido tengo el alma, más no hay la dulzura de enjambres, que deposita la miel Más soy limón para tus labios. Labios resecos como chalona, expuesta al vuelo de las moscas, pecho de gato así. 102


REVISTA LITERARIA ERGO

Así hablan las malas lenguas, de mi figura escuálida, miserable y patética. Patética fantasía es mi andar pregonan mientras las gotas entran al vaso que tomo.

Delirio de un gato Así marchitos entran, en el jardín de los gatos, dejando sus regalos impregnado, en el aire para el deleite de tu merced. Lamiéndose el trasero, fresca como siempre. Con un rostro que expresa a la chingada todo. Es la última vida, de los 7 que tenía. Pasan 4 por en frente cargando a don bigotes. Se torna un silencio. Solo el cantar gatuno, se oye a la cuadra silbidos vientunos. así es el delirar del gato, meneando su cola sobre el tejado. Así empieza la fiesta fúnebre, de los gatos mientras aprovechas en reunirse. Empieza el diálogo gatuno, ojos amarillentos como el grano de mostaza, se distinguen en la oscuridad, mientras los murmullos. Empiezan la asamblea. Unas campanillas rechinan, a lo lejos e de venir una hembra gatuna. Así se ganó el pase el gato del tejado, solitario con heridas expuestas, viene hacia la gata, con cola en rostro pasa, Se menea y se postra junto a él. Mirada hacia la luna, maullidos cánticos y lamentos. se escuchan el vuelo de las luciérnagas, se aproximan en su contemplar. Jugueteando con las luciérnagas los gatunos le dan vida a la noche. Cansados los gatunos se recuesta, Se desliza entre sueños, sus ojos he de dormir, Eternamente en sus delirios gatunos.

103


REVISTA LITERARIA ERGO

Almirante herido Cae el soldado en el desvío, y se pudrió temporalmente, mientras mira la plaza repleta de agua. Aguas trasformadas en el picahielo, del sentido frustrado de los inmortales, petardos de alas quebradas en el concreto. Concreto y regada en el suelo, mientras pintan las calles de rojo, de las bancas del parque, el almirante mal nacido. Nacido en el silencioso, y el bullicio del vendaje ensangrentado, vomita tu alma en el parque que dejaste. Dejaste solitarias madrugadas, regadas de aguas muertas, mirando la interperie como las cerezas bien frías. Frías caídas del almirante, regadas de versos de la desmedida pasión, tirada y descarada mente. Mentes hechas en mariposas, agusanado y amputadas de miradas, naufragadas de noche apuñalada. Apuñalada y cargadas de su peso, del almirante caído, y una ópera de miedo que se torna y se trepaba su cráneo. Cráneo pisando descalzo, con las ganas que se quedan en nubes, descalzo y rompo parámetros y focos. Focos de la memoria, que está de pasada y que te merma el alma, del caminar el sujeto que agudiza sus sentidos. Sentidos redimidos, fuera de tu alcance, del hukupacha al aire se lo recitamos, noches en historias rupestres. Balanceando del cerebro al corazón.

104


REVISTA LITERARIA ERGO

Shanna Rivera Lucana (Manpaz Illapa)

(Cusco, 2002). Estudiante. Admiradora de la poesía de César Vallejo. Escribe desde los catorce años, también cultiva el dibujo y pintura.

La Negra come cartón Soy Luna que cuando reniega come cartón, la mantita que no abriga, las medias delgadas que usas en una ocasión. Soy tu abrigo, a las 6, que dejas al borde de la cama, y que resbala, siempre resbala, la sábana que no cubre el colchón porque la dejaste olvidada en aquel cajón. Soy goma seca inservible, silicona seca inservible, pedacitos de periódico que quemas, retazos de papel que no sirven, desechos, eso soy. Soy aguja que se rompe al coser, el remache que no das al terminar. Tela deshilachada, cortada, deshilachada, guardada, guardada y olvidada.

105


REVISTA LITERARIA ERGO Soy un florero, sin agua ni flor, cenicero de concha de mar, sin cenizas, que está ahí en el rinconcito de la vitrina. Soy un gato negro uraño, que explotó y ni siquiera voló, se hizo cenizas y ahí quedó.

Mejillas rosadas ¡Por qué la recuerdo tanto! Si no fuimos, ni seremos ni tome de su mano, mucho menos le di un beso, o rocé sus cabellos. ¡Tumbo, cómo he de sepultar lo que siento! Si ni siquiera puedo asegurarme de que la conocí; porque muy bien puede, solo, imaginarla cerca de mí. Te pierdo, y me pierdo, te busco, y me busco, y no te encuentro, y ni me encuentro. ¿Dónde estarás?; a quienes les sonreíras, y con mas nostalgia, a quiénes amarás.

¡Ahí vamos César! No te quiero, ahora estás ausente, no te pienso, pero más tarde anhelaré verte. Y siento que nada sientes, y es que andar de la mano no es comprometerse. Que un beso en la frente no siempre es protección, y que los ojos mienten aun viéndose directamente. Y se duda de las palabras y los hechos; porque el mentir es el pan de cada día, ese que no se nos quema en la puerta del horno, señor Vallejo. 106


REVISTA LITERARIA ERGO

Tumbo en San Blas Los pájaros cantan, y no son las cinco. Esto está estancado, no vamos a ningún lado, ¿Cuán importante es ir a algún lado? ─Cuando este en un escenario te avisaré, cuando compre una guitarra te avisaré, si entro a la Leandro te avisaré─ dijo aquella mañana. ─No lo harás─ respondí con el corazón a medias. El chocolate te hace sentir bien, quiero llorar, el llanto me hace bien, lágrimas limpian mis ventanas. Ahora no, escucha las llaves estando solo. Nunca hay silencio Luis; incluso si tapas tus oídos escucharás la sangre recorrer, el respirar, y los latidos acelerados. Y el reloj iba con el tictac, Manzanilla está mejor desde que le quitaron las pilas. ─Tendré que verte de nuevo para devolverte el cuaderno─ dijo tristemente. ─No es necesario, puedes quedártelo.

107


REVISTA LITERARIA ERGO

Lindsay Fiore Vitale (Sullana, 1999). Poeta, escritora, editora, ensayista, crítica literaria y promotora cultural. Reside en Sullana. Obtuvo el Premio de Poesía Tu Voz 2018. Ha publicado el poemario A la sombra de tus ojos (Saxo, Yo publico; Perú, 2019), y su poesía se halla dispersa en varias obras colectivas internacionales. Actualmente es directora fundadora de la editorial Vitanova ediciones.

Circe Reconozco tu mirada de noche clara J a i r o, que dejaste como un reloj derramado en el espejo fulgurante que con tus ojos huidos me columbra. Nuestros corazones exhaustos y dóciles todavía palpitan con el eco rimbombante ahora displicente de canciones frenéticas y frívolas que fumábamos en la adolescencia como incansables cigarrillos de dicha, dicha instantánea, vaporosa, que se precipitaba a transmutarse en un reflejo que creíamos tangible. Nada queda de aquellas tardes lucíferas, ni tú ni yo a la vera del tiempo somos los mismos; la niña que trepaba robustos árboles 108


REVISTA LITERARIA ERGO para atrapar lagartijas, pilpintos o lilas moras creció sin darse cuenta y así se transfiguró en mujer circe, en nefelibata, en hechicera. Ya no trepa árboles ni fuma canciones frenéticas y desesperadas, los árboles fueron derrocados por hombres imberbes, ahora repta sus cuerpos de friolenta desnudez los acecha en el verano desde una balandra como una serpiente majestuosa se encoge en sí misma y escupe su veneno sin límites hasta hacerlos caer aturdidos en sus redes. Ellos no la aman, son bestias que se encumbran sobre su cuerpo de gacela entregados al goce. Ella juega con los hombres, los avasalla, ceden a su fuerza, a su beldad, a su piel lisa y áurea, al vacío de sus ojos prófugos que entenebrecen la luz de la mañana. Quizás si algún hombre me hubiera amado no tendría vacía y dura la mirada, quizás no me habría abocado a ejercer ciegamente este juego absurdo y pueril.

Brillante legado Se siente el mismo aire antiguo palpando los segundos: aire asistido de furias. Hay una luz reveladora que se dilata al caer la noche y revela cicatrices abiertas. Un murmullo de palabras desasistidas que no trascienden. ¿Cómo se incendia el aire con un manojo de palabras? El tramo de la soledad es temible 109


REVISTA LITERARIA ERGO más que las hoces invisibles del tiempo aún más. La palabra estalla en el minuto impensado estalla como una luz siempre como una luz que se tamiza en las grutas del silencio. Y nos seduce nos acerca a sus manos nos empuña.

Rito Vislumbro opresoras nieblas detrás del punto cenit del día. No es secreto para los dioses del invierno que la soledad ha avasallado mi mirada de pez espada y ha quebrantado su limpidez. El invierno entreteje bramantes de delirios en la escarcha, agazapada intenta someterme; entre caricias lejanas sigo buscando una luz como tu cuerpo ante el mío distinto de este cielo con molduras de acero que no desgarre los pétalos áureos de mi carne. La zozobra intenta llevarme hasta sus escolleras con manos de ráfaga imperiosamente me avasalla. Me arrancaron de una carnación noctívaga no sé qué noche, no sé ni me interesa saber de qué materias inflexibles con corporeidad de anillos me han hecho hierba sombría Yo nací el día que Dios tuvo una facilidad infantil para enfermarse y una displicencia por todas las cosas, desde ese día nada me garantizó minutos zafrales de dicha en este mundo, n a d a, ni siquiera dejé de lado la ridícula noción de que ser amada por un hombre que se parecía a mi padre era sinónimo de ventura purísima porque no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío: puritana revolución que me interesa. 110


REVISTA LITERARIA ERGO

Precuela Nunca fui como todas las niñas: risible. Que se ponían a lavar lágrimas al borde del río y se fumaban su soledad cual hojas de coca. Odiaba a las muñecas que encarcelaban en sí mismas a otras mujeres. Olía penas, evanescentes penas en el aire que atrapaba casi devotamente con frágiles señuelos de sonrisas. Debajo de mis pies ignoro el vértigo y el destino de un mundo que se mueve en letanía de sombras. El tráfico insomne de la tristeza no se detiene ante la rauda carrera de las horas en trasiego. La tarde trenza enigmas que el tiempo dilucida. Y no hay retorno para los días color sepia que se transformaron para siempre con la furia indómita de los años. La niña que fui abraza la tristeza de Galápagos en la cartografía de sus senos impúberes. Mi madre practicaba el oficio del hipnotismo. Hipnotizaba lunas, pájaros de canto melifluo, también hombres que cortan el oro del espacio en esa caverna lóbrega que es su vientre. De ella aprendí que el tiempo es la niña astral que enhebra ordalías en su mano virgen agobiada por la vaharada de dioses fariseos. Ya no elijo la noche para encerrarme en sus esclusas. Elijo el silencio, el mar, el lenguaje vital para vivir y comunicar el sol a mis heridas en que recalan las sombras y el viento sur.

111


REVISTA LITERARIA ERGO

POESÍA INTERNACIONAL

112


REVISTA LITERARIA ERGO

113


REVISTA LITERARIA ERGO

Omar Ardila Murcia (Colombia, 1975). Poeta, ensayista, analista cinematográfico e investigador en temas históricos y literarios. Ha publicado cinco poemarios, seis libros de ensayo literario, cinematográfico y filosóficopolítico, y las antologías Al amparo del bosque – Antología colombiana de poesía homoafectiva; Las cinco letras de Deseo – Antología latinoamericana de poesía homoafectiva del siglo XX y Antología de poesía anarquista – Tomos I y II. Es creador de los blogs Cine Sentido y Pensar, crear, resistir.

Añoranza En la mirada extraviada que ha olvidado la contextura grácil de los cuerpos En los brazos pesados que ya no resisten las banderas enhiestas En el aquí tan distante de los ríos cristalinos y de las montañas misteriosas En el ahora sin sueños y sin cánticos. Esquiva es la profundidad del universo para el que ha comido el cordero de la Sagrada Alianza. Nunca el silencio es el exilio de los débiles ni la partida el olvido de la batalla que a diario sostenemos con las sombras del odio. Yo también vivo en la orilla del exilio arropado por disfraces que a veces dejan pasar la transparencia.

114


REVISTA LITERARIA ERGO

Simulaciones Los espejos han perdido el rastro del paraíso; en su última imagen solo quedan los cuerpos caídos y un poco del albor que sus palabras anunciaban desde la silenciosa trinchera. Los espejos vaciaron las miradas, socavaron los gestos y ahogaron las rosas que sostenían el poema. Los espejos simulación de la muerte, escritura del olvido.

Excomunión Esas voces impetuosas que hacían resquebrajar las heredades han sido apaciguadas por la ferviente soledad. Ya los susurros calmos del viento resbaladizo no acompañan las habitaciones aromatizadas para los rituales amorosos. Frente al espejo de los cuerpos inmóviles los gritos crecen como fuego. Estos días son más largos que la muerte … ya no hay infierno que pueda acrecentar el sufrimiento ¿Dónde la noche esconde sus bálsamos? Nada viene a mi encuentro, ni el recuerdo de Dios alcanza a proyectar una sombra. ¡Basta ya, con la fe en semillas de mostaza! El mundo era otro: ese esquivo cántico que me ocultaron con sotanas sangrientas Muero yo ¿Qué importa si Dios también ha muerto?

115


REVISTA LITERARIA ERGO

XVII Aun, como ausencia, la oscuridad acompaña el vuelo inicial del colibrí Aun, como presencia, la luz dibuja los caminos del abismo La libertad, sin puerto y sin refugio, esquiva la ausencia y la presencia y se entrega en la boca del poema.

116


REVISTA LITERARIA ERGO

Andrés C. Rodríguez Yunda (Bogotá-Colombia). Estudia licenciatura en humanidades y lengua castellana en la Universidad Distrital. Escribe cuento, y poesía. También compone canciones.

Reloj A veces creo que el barrio es una pocilga, Donde los ratones dejan su excremento en cada bala, Y entonces los ángeles me incitan A correr detrás de sus alas, para siempre, Sería libre y ya no más banderas Ni que el tinto de la mañana, tampoco la reja, Que en mi mente, marchitó las rosas Ya no creería en tener esperanza alguna, Ni que mañana te comeré a punta de letras Mientras el sol me grita en la cara, Que no soy poeta. Solo un intento de estética, O lagrima de perdedor solo y dulce Como las flores que tropiezan, Como los soldados que caen A veces creo que lo peor, Fue nacer pobre y encerrado En mitad de sus piernas El hedor de sus labios 117


REVISTA LITERARIA ERGO Que el marfil de mis letras No me dejan acercarme a la multitud Al parecer soy la cepa De los tipos que mataron Y renacerán entre la neblina hacia las estrellas A veces creo que soy la gota Que terminara de pintar El mundo de azul Neblina

Sentirle XI Esperaré desde cada pétalo, Mi jardín de magenta, Si es que alguna vez Fue el ego de las musas ¡Oh amor! No sonrieron cuando implore el aroma Con tanta sinceridad, Queriendo cada gota de lluvia y, Quemando mis dientes Ante la tentación de las cuchillas De las sirenas que arrugaron, Las ganas de ser, Fantasma en mitad de sus gemidos Y no parar de reír, Mientras mi realidad lloraba Tan atascada No escuchó mi arte Que tenía su esencia en cada cortada, Hasta en las alucinaciones, Creía ser gorrión empedernido Tan lleno de melodías azules. Olvidaba despertar, Y sentir las cobijas de la esperanza Abrazaba para siempre en ensueño, Solo las voces estuvieron conmigo Usted reía, -Para siempreEstaría lejos De mi pasión Ya no tengo inspiración Mi vida se agota y solo tengo fragmentos, De un mundo que dibujo 118


REVISTA LITERARIA ERGO En las mañanas, cuando creo que en un bus, Una acera de mentolada o marihuana Tal vez la sensación De que esto es mentira, Y entonces cada letra solo será esquirla Mañana su cuerpo Hoy solo un vacío, Fantasía

Natalicio Este dolor insensato, De pulmones rotos, que aclaman Hacia los bosques pusilánimes A mi alma para la atención de un auxilio remoto Puede ser un temple, sabor a lágrimas de antaño Que por lo menos dejare con sangre Algo de la esencia que ha dejado este mundo Son mis tormentas de papel. Me fastidia la forma de sus alas Esos seres de barro insensible, Que deambulan con su ego por encima de mis pasos Si tan solo no interrumpieran con su dicha, Mi dislate, locura de bestia secreta, Aquellas horas sedientas de ensueño y zozobra, Lejos de este odio inmolado Por las montañas dulces y rechazadas de mi vida, Este repudio escondido tras el túnel de la felicidad Si es que esta poeta solo compone para la soledad De un cuerpo tan pequeño como el éxtasis de los fantasmas Invisibles, que deambulan entre las gotas que maltratan, Levitan por el mundo buscando la compañía de la carne Y unos labios carmesí, Que en los montes de un orgasmo sabor a libertad, Jamás conocerán tanto celo Será que la paz nunca me prestara su refugio El abandono de mi piel, Que me rasga en cada espasmo infinito de rencor Miles de cigarrillos en las calles, en los senos 119


REVISTA LITERARIA ERGO También en el olor de los bares, Será que nací para estar sola Y hacerme compañía con el reflejo de mi arte

Seria la bala Creo que mi alma siente las consecuencias, Ya no tengo sinónimos Ni animo alguno de hacer poemas frágiles, Llenos de bosques y mariposas vacías, sin significado Mísera estética que daña mi camisa suicida. Mi cara de culo Que se restriega por las calles, donde todos ríen, Yo seré un donnadie que hace arte O un tipo raro que finge ser poeta, Cuando me siento ante mis tejas de lámina Y sus labios, sus tetas, Siento que soy el rey del mundo Ahora soy un héroe que puede matar a los malos, Que me harían zancadilla, corazón, Vivir es tan difícil como el final de un beso Y el odio se traga la fantasía como el hedor de la carne, A la sinceridad ¡Por dios! Chica de papel Te he escrito tantas cartas y tu alma no lee, Más las necesidades de tu cuerpo Te arrastraran a otra cama donde mi dolor, Y mi tristeza. Incertidumbre, Amaría para siempre ¡Chica de papel! Que no te veo Desde hace tanto que te escribo, Soy yo, el tipo de sentimientos rancios, Te escribo canciones de madruga Te las dedico con la sangre de mis cortadas, Son sinceras, saben a ti Corazón, no soy cursi Soy tan raro que mis letras tienen pena de ser leídas Creen ser tan malas que se caen del papel, ¡Ya no tengo tinta! Mas el lápiz de mi espíritu Mas tu recuerdo y la vida, Hoy asesinaron a un tipo en la esquina El hermano de mi padrastro. Al fin, familia 120


REVISTA LITERARIA ERGO Y entonces me senté a escribirte Para contarte que ayer tuve una pesadilla Y yo era asesinado por el haz de una cuchilla Que su mirada de acero, Que su trasero de marfil Amor, ayer tuve una pesadilla Y espera te cuento Algo muy particular. Hoy dormiré contento Sabiendo que si alguna vez llegaría A ser asesino Tendría el honor De ser la bala Que tu tambor, Chica de aguardiente De tequila

121


REVISTA LITERARIA ERGO

Andoni Mendia (Bilbao-España, 1995). Actualmente reside en Jaén. Estudió Filología Hispánica en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) en la que también ha realizado el Máster en Literatura Comparada y Estudios Literarios. Desde hace dos años es miembro de la Asociación Noches Poéticas en Bilbao organizando eventos de poesía y música en los bares, llevando concursos, asistiendo a diferentes eventos literarios, etc.

Autobús, 6:40 Ofrecía el día sus luces en pugna, herida abierta en el espacio en la que el bus como un carámbano aparecía, Caronte de los harenes de Morfeo donde penetra uno en las filas de las sombras El único habitante de la penumbra maldito por los dedos de la aurora no duermo la noche falsa y por lo tanto contemplo los cambios diversos de la niebla el paisaje exterior de las hojas. y tu sueño, cuerpo que me acompaña, como quien contempla los campos dorados en el desierto. el ruido del tráfico te despierta: la ciudad con el odio de los coches “Buenos días” “Puto frío”, la parada y la desnoche. 122


REVISTA LITERARIA ERGO

Vita volant A I.E, guerrero. Como hecho de suspiros. Aún la luz pugnaba en su piel morena, como un vencejo herido al que todavía convence la bondad del sol. En su temblor supe que prevalecería; más su torso blanco quedaría manchado para siempre por el eclipse, y en su corazón resonaría una campana rota. ─La Grieta─ Esa que solo se ve en las pupilas. Pero vi también su sonrisa como la espuma del mar y recordé que hay fuegos en este mundo que aún pueden sanar hasta las plumas rotas del alma.

Cruces de vías Subo en el metro que va y viene por un hilo como el de las Moiras. Y a veces se para y la gente da un respingo y uno se pregunta si se parará para siempre (si estaremos eternamente aquí abajo) luego las luces se encienden en hilera Y descubre uno al otro en la vía contraria cuando ya se está alejando. 123


REVISTA LITERARIA ERGO

Un niño era... que saludaba por la ventana.

Beach Lecture II Atardece el verano. Sobre la playa, la toalla negra, sé apreciar la calidez de este silencio que es mi silencio y es tu silencio tras las gafas de sol, y los ojos grandes, como los míos. Los libros quedan en la arena observándonos como nosotros observamos el mismo mar sobre la misma arena atardecida en silencio en el que tu y yo, plácidos, nos entendemos.

124


REVISTA LITERARIA ERGO

Anita Piscazzi Poeta, pianista y doctora investigadora se ocupa de los estudios etnomusicológicos y didácticomusicales. Ha publicado las colecciones poéticas: Amal (Palomar, 2007), Maremàje (Campanotto, 2012), Alba che non so (CartaCanta, 2018), Ferma l’Ali, cd poético-musical (desuonatori, 2020). Sus poemas aparecen en Ossigeno Nascente (Atlas de poetas italianos contemporáneos del Departamento de Filología Clásica e Italiana Alma Mater Studiorum – Universidad de Bolonia), en varias antologías, blogs literarios y plataformas de grabación fonética de poetas contemporáneos de todo el mundo como “PoetrySoundLibrary” de Londres y “Voices of Italian Poets” de la Universidad de Turín. Escribe para varias revistas poético-literarias.

Ecco sei qui Aquí estás con tu rostro hecho de aria nos quedamos un rato aunque sigues siendo ligera será suficiente la nieve, una hoja de pasto, la casa donde el vacío se estrella y todo se parece Pero tú lo sabes te vas sin forma, en el tiempo, en el agua echas raices en el viento Ahora tienes tus manos en el sonido donde nunca fuiste en un día para siempre no mires atrás, sonríe como yo te he visto en la portada.

125


REVISTA LITERARIA ERGO

Ferma l'ali Detiene las alas vuélveme detrás hazte noche en los círculos de agua, en tu silencio desde lo alto sólo una grieta, poca luz tu cometa. La flor más linda has recogido en la tormenta nuestros inviernos qué saben los demás el aliento retrasa y en los espacios grandes te has hecho pequeña sueño niño del nunca. Detiene tus alas seremos nieve, estaremos donde através del tiempo tu visión.

Quando ti girerai Y cuando te des la vuelta te darás cuenta tocando el punto más alto la estrella a oriente del sur no tiene ni comienzo ni fin rueda potente de signos y de milagros hogar en el firmamento Así pensando e yendo en tí, primer ángel abro mi corazón oscurísimo la eternidad golpea en tu ala Enciende la luz de las tinieblas 126


REVISTA LITERARIA ERGO antes otra luz no vi y lo único que quise fue el ruiseñor mudo y el canto abierto del trueno solitario el líbano, el halcón, la blancura del romero.

Non conosco la strada No conozco el camino sino la luz que golpea cuando me miras La medida del tiempo es ir y quedarse. Algo se ha perdido la felicidad la lección del mar la voz de quien he amado el “llámame cuando termines" pero todo nos da el universo sabe encontrarnos después de mil años allí donde nos perdimos y nos amamos saber que en algún sitio las flores tienen pétalos en el viento por eso no sè pararme bajo la sombra octogonal del monte amor que me da aliento en su magnitud amor que no sé decir tú vales entrégame en tus manos y te llevaré donde todo es poco.

127


REVISTA LITERARIA ERGO

Jorge Luis Betancourt (Banes-Cuba, 1964). Artista visual, poeta y narrador. Ha publicado en Cuba y otros países.

Andar de bestia La desesperanza es una guayaba podrida delante de mis carceleros. Huyo peleo me inoculo lloro me incinero lloro me desgasto pienso huyo. La espera es la bestia corriendo en la levedad de una esperanza.

128


REVISTA LITERARIA ERGO

Ladridos del viaje Soy jeroglífico de mis brazos. Corto el pan con mis huesos. Los perros del amo, lamen la tarde con sus ladridos. Otra parte dividida. Cerca, en el parque, los pájaros que acechan, rentan a los púberes hijos que nadie quiere. Van a la espesura, penetran callejuelas, rincones grises, diligentes braguetas de inadaptados pupilos. Viejos deseosos, sentados en un banco relamen ese corto tiempo que es el adiós de los muchachos trasnochados por el hilo inútil de los sueños.

La otra mejilla A mis amigos náufragos del mundo...

Sin besar al prójimo sin dar la otra mejilla, tirar la piedra, el paño, correr tres siglos en vez de mirar la pasmosa coincidencia. La Habana se destruye en los amigos que se ausentan ante el ojo de buey. No queda más que el escombro y polvareda que cae en la herida del muro 129


REVISTA LITERARIA ERGO en la espera repetida tantas veces.

Sin grilletes Fueron los grilletes quienes me trajeron del bosque donde las hojas de Yagrumas y rocas repletas por las que algún día corrí hacia pantanos. Aullé. Yo era Cleopatra: (puta de magia, hecha para maldecir la carne) oculta en la hermosura de los besos, verduga de los barcos, visionera y terrible puta imperfecta quizás que en mi cuerpo cobraba en silencio, bajo las aguas de mi adolescencia ese miedo a tocar el pecado ilustre de los sueños. Era jíbaro en orgasmos perentorios. En los pastizales, me mostró la serpiente su sexo indefinido. Y se hundió en mi boca, el oráculo inocente de cóncavas palabras. Derramé el torrente oculto, el mar distante, dentro de mi inmensidad, un galopar de otros caballos, con fuego y humo. En mi boca abierta otra vez el suspiro en desespero. Me dijo un mundo al oído con el rugir del blanco de sus dientes hasta que la muerte del jadeo explotó de nuevo como la jaula donde me escondo en la piel de otros. Donde parece manantial la noche de sus ojos, con que me azotan de poder ese gemir que explota en otras averías. 130


REVISTA LITERARIA ERGO

David González (Buenos Aires-Argentina, 1979). Vive en Viedma, Patagonia Argentina desde 1986. Publica textos y poemas en revistas impresas o digitales páginas web de Latinoamérica, Eeuu y España. Publica la plaquette de poesía 11 (Ediciones de La Mariposa y La Iguana) en el año 2016. Publica en 2019 el poemario 40º 63º (Vela al Viento). Integra 11+ 4, un colectivo artístico de diversos lenguajes (poesía, música, imagen, teatro, etc) con Manuel Espinosa, Sebastián Labaronne, Gaston Larreguy y Ramón Espinosa (2016/2020). Integra Ojos de Perro, historias escritas a 4 manos, con Laura Raiteri. Postales de relatos con ilustraciones del Chelo Candia.

la voz abre los fuegos de la materia habla en mí no alcanza el tacto para trascenderla.

nazca reciba los nutrientes necesarios para desarrollar su cerebro siéntase el perro de Pavlov antes de saber que existe algo llamado así tenga una familia disfuncional lea siempre cualquier cosa que caiga en sus manos lea poesía lea poesía desordenadamente lea poesía hasta pensar que no hay más nada nuevo por decir piense en no volver a escribir 131


REVISTA LITERARIA ERGO sienta la poesía rondar en la nuca conozca la incineración use las palabras como bayonetas tenga amigos y piérdalos sea genital invéntese una moral o un dios regocíjese en el barro y la altura indague en la intensidad inmólese siéntase morir resucite entiéndase uno más descifre el run run del viento.

Patria o Muerte en la pared palabras estalactitas incrustándose en dudar sólo 2 habitantes por km 2 algunos (los menos) entienden los vientos…

las ceremonias creativas son un huevo de serpiente sostenido por dos palos ambas manos entrelazadas tornan en espiral la sombra cierran el occidente que habito y me habita.

132


REVISTA LITERARIA ERGO

133


REVISTA LITERARIA ERGO

NARRATIVA

134


REVISTA LITERARIA ERGO

135


REVISTA LITERARIA ERGO

Francisco León Carrasco (Lima-Perú, 1975). Escritor, editor, historiador y músico. Cursó estudios de literatura en la Universidad de Buenos Aires. Ha publicado las siguientes obras: Resplandor Púrpura (Novela, Grupo Editorial RAS, Lima, 2004). Ad Gloriam (Poesía, Arteidea editores, 2006). La historia de Salamanca de Monterrico tomo I (Ensayo, Grupo Editorial RAS, 2006). La historia de Salamanca de Monterrico tomo II (Ensayo, Grupo Editorial RAS, 2008). Sandra (Poesía, Maribelina editores, 2009). Summer Screams (Poesía, Hipocampo editores, 2009). La historia de Salamanca de Monterrico tomo III (Ensayo, Fondo Editorial del Municipio de Ate, 2012). Tigres de Papel (Novela, Altazor Editores, 2013). Salamanca Sixties Un estudio sobre el rock en la Clase Media de Lima (Ensayo, Editorial Selección Gallera 2014). Los Stones (Novela, Animal Literario, 2016). Song From Lima (Poesía, Korriente A editores, 2017). Wanka Rock, historia del rock en Huancayo de 1959-1979 (Ensayo, Korriente A editores, 2017). Manco Inca y la gran guerra de reconquista (Novela juvenil, Zafiro Editores, 2018). Cartagena Road (Novela ciencia ficción, Korriente A Editores, 2019). La universidad popular Gonzáles Prada de Vitarte, construcción de ciudadanía desde lo subalterno 1921-1930 (Ensayo, Municipalidad de Ate 2019). Tayta, Cáceres y el secreto de la traición (Novela histórica, Cacho & León editores, 2019). Como el viento cabalgando al sol, antología de la literatura de Salamanca de Monterrico 1966-2018 (Ensayo, Fondo Editorial del Municipio de Ate, 2019).

Jazzmen 7:00 a. m. Hora exacta para ser “alguien”. Levantarse, tomar un café cargado, dos huevos duros, pan, mermelada y marchar a vestirse de trabajo, a “adquirir estatus” de jefe, empleado, en una oficina o fábrica. Es la rueda del mundo, cuyos engranajes necesitan de seres/aceite. 136


REVISTA LITERARIA ERGO Él introduce la llave en la cerradura. Da dos vueltas y abre. Olor a humedad lo envuelve. El caño gotea, la patrona aún no ha cortado el agua, piensa. Deja la gorra en un clavo tras la puerta. Desde el baño, llega el incesante gotear y percibe en este un beat seductor. Se despoja del gabán y saca el saxofón de su estuche. Echado en el camastro de fierro marca el ritmo en el aire. Tiene que dar con la melodía. 10:25 a. m. La habitación oscura a pesar de la hora. Baba chorrea por la boquilla del saxo, el cual debido a su tamaño agarra como a un bebé. Despierta de improviso. Muerde sin querer la boquilla. ¡Auuu!, maldición y atoro. Enrumba al baño. Mira su rostro morado en el espejo y toma un sorbo de agua sin respirar. Contempla sus ojeras, antifaz de años/promesas. Palpa sus bolsillos. No le quedan cigarrillos negros. Baja por la escalera, para ir a fiar una cajetilla. El hambre es una rata que le corre por los intestinos. Al regresar distingue, a través de un ventanal al costado de la escalera, un billete estadunidense sobre el techo de una casa. Da una piteada: Son 10 dólares, piensa. Abre la ventana, se coge de un barrote, estira el brazo e intenta atraparlo. No llega. Debe conseguir un palo y rápido, pues el viento puede llevárselo de un momento a otro. De pronto, escucha los destemplados gritos de la patrona, insultándolo por haber manchado la pared de la pieza. —¡Debe meses de alquiler e incluso tengo que limpiar sus porquerías! —dice la mujer. Él mira el billete, pero la melodía está aguardándolo arriba. Debe detenerla, antes de que con una escobilla y detergente acabe con la obra que al fin lo pondría en las orbitas de Coltrane o Pharoah Sanders. La escalera le parece infinita, la patrona la bruja que vio en una cinta de Betty Boop, donde Cab Calloway y su banda interpretaban el mejor jazz del mundo. Un tipo con aspecto de clochard lo cruza en un rellano. Logra llegar a su cuarto. Oye la risa de la bruja y la de Calloway y los fantasmas del film en su cerebro. La puerta está con cerrojo. No le quedan fuerzas ni para intentar tumbarla. Se percata de que las risas son en realidad el ruido que produce la fricción de la escobilla contra una pared descascarándose. Una vez seguro de que nadie lo ve, el tipo con aspecto de clochard se quita el saco, lo arroja y logra pescar los diez dólares. Él desciende con la cabeza gacha y las manos en los bolsillos. Ni siquiera voltea a revisar si el billete aún está allí. La bruja ya habrá destruido la pared/partitura. Una inspiración así jamás volverá; a diferencia del hambre y el fuego mortal en la garganta y los pulmones. Afuera, sube el cuello de su gabán, se sopla las manos para calentarlas y enciende otro cigarrillo.

Eidolon In memoriam Jorge Luis Borges. Dondequiera que iba, las agudas y ciegas pisadas de Borges lo acosaban. Estudioso y conocedor al mínimo de la obra borgiana, aturdido y sin comprender el mensaje traído a su puerta por las aves. No encontraba solución a sus problemas. La grandiosidad de la tarea inconclusa..., lo absorbía. 137


REVISTA LITERARIA ERGO Frente... Un rompemuelles refractó las olas caloríficas. —Por favor ¼ de galletas. Y un nombre para cada una de ellas, fue sencillo. Su cerebro trabajó pleno, poner un nombre propio a todas las galletas de su puesto..., ummm. La gran tarea, visión beatífica, cristalizada sobre 200 bolsas, Chaplin, coco, chocolate, frutadas, de agua. ¿Nombres propios a todos los objetos singulares que existen en el universo?, la mente de Jorgito, lengua colgante, se torció un poco. La moneda aún no cruzaba el roto-puentemanos. Pensó, además, en un nombre propio para sus componentes. Subdivisión nominal hasta llegar a los átomos y más lejos aún, a las partículas subatómicas, a las cuerdas… infinitos nombres propios irrepetidos. —La cantidad de energía es única, al no crearse ni destruirse —pensó. Esto le haría más fácil la majestuosa tarea. —¿Energía única, total? y en expansión... Conceptos de nuevo infinitos. Las vocales de sus palabras, un nombre propio según la palabra formada y su orden en relación con la vocal o consonante que la antecedía y precedía y más aún: nombre propio también para ellas afectado por la singularización de las infinitas sensaciones y sentimientos al pensarlas, etc., etc., X 9000000000000000000 al cuadrado X un sinnúmero de causas y efectos. La baba le caía por el pecho, la moneda aún no cruzaba el roto-puente-manos. Jorgito sintió el temblor de su párpado lumínico, falsos ídolos cayeron rotos en la marcha hacia atrás de las veredas. Él era un Dios-Galleta, sentado en un simbólico y desgastado trono-inodoro, comprado de segunda, a 50 soles en Tacora. Los significantes llegaron en impresionante desfile. Unidos, compactos. Entre infernales cantos fascistas. La carretera de información, llamémosle caudal, visible en pantallas, se presentó arguyendo que es cuestión de soportes. Acusadoras voces los llamaron ¡Luz!, marginándol@s, y ¡Esperen su turno! Luz en rápidos movimientos dentro de cables de fibra óptica y otros. La marcha continuó ascendente, Jorgito en pleno uso de un dictado interior dictaba escatológicas leyes sobre la cabeza de juglares y reyezuelos, sin distinción, resumidas en colgantes lechos de importancia como grímpolas de acuosos reinos. Aparecieron nombres escritos en la espalda de asientos de microbuses con Liquid Paper, plumón, lapiceros Faber-Castell, Novo, con las uñas sobre aquellos forrados en marroquín, nombres hechos a punta de lápiz labial en baños públicos o trazados con mierda como en la cancha de fulbito José Olaya. Secretas palabras sembradas por dioses-asesinos en Guatemala, códices mayas implacables, sumándose coloridos a la marcha. Cualquier trazo inútil e innecesario buscó, reencarnó, en escape de su olvido y deterioro. Habían escuchado… y enrumbaron hacia esa playa-puesto-de galletas, en Normandía, cuadernos escolares, guías telefónicas de Ciudad de México, Tokio, Calcuta, Sao Paulo, El Cairo, Seúl, Shangai, palabras en mapas militares, tatuajes hechos a cuchillo, aullando su dolor de carne y no carne, cajas de cigarrillos, etiquetas falsificadas en Gamarra empujando, dando codazos y tratando de promiscuarse con Armani originales o Pierre Cardín. —¡No peleen, carajo! Ups... —dijo imperiosa una voz, arrepintiéndose en el acto pues aún no era turno de lo hablado y de aumentar las corrientes no-físicas del tráfico. Calló el intruso proveniente de una caja de zapatos y otros: Bata, Chapetex, Shoes Lion..., 138


REVISTA LITERARIA ERGO

etc., lo consolaron. Liberados de sus soportes, hartos los unos de los otros, sentíanse satisfechos. Padres Nuestros escritos en granos de arroz, la epopeya de Gilgamesh en tablas de arcilla sumerias, cartas de suicidas, de presos se abrazaron y bebieron chocolate de Pascua, a la espera. De páginas rojas llegaron letras que discutían con otras de páginas negras y rojas, hasta descubrirse iguales e insatisfechas, idénticas hasta el asco, sin odio, sin amor. Un profeta adicto les enseñó que la ideología no es barrera. Buscaron la forma pura de expresión. Entendieron que luchaban en bandos contrarios por nada, en realidad eran peones de intereses ajenos a ellos. Voladores formas del Popol Vuh, predictoras de un Apocalipsis les trajeron peyote y consuelo. Lloraron tres días y tres veces para implorar una redención no salvífica: —Diferéncianos —imploraron. Y el ojo de bolsa de Jorgito los recordó uno a uno. La velocidad de la luz se superó a sí misma para llegar y unirse rápido a la cola. Grave problema suscitó el aparcar hoyos negros. La silbatina no demoró ya que era el turno de las letras, palabras, frases, sílabas, vocales, consonantes y la cojudez que pudiese caber en las academias y no academias de la lengua, etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., irrumpieron partiendo filas, con ese aire distintivo entre militar y religioso y se intuyó crímenes, abusos y desmanes. Los símbolos, desde afuera, ondearon credenciales coloridas. Las abstracciones reclamaron partidas de nacimiento atrasadas y la confusión aumentó. Apuradas reinas de la interpretación aparecieron vestidas de quiromancia, cartomancia, lectura del té, tarot egipcio, baraja española y atacaron feroces a los símbolos, que cantaban: —...give peace a chance Esperando a Jürgen Habermas, para que les explique su “comunidad ideal de comunicación”. Colas infinitas de ( ) venían a pedirle nombre, por derecho argüían unos, rodearon el universo y más aún... Después del ticket reclamos y comentarios. Llegó el turno de las ranuras de la moneda, luego de la perspectiva móvil de estas a distante hora. Jorgito-Dios-Galleta estiró un chorreante ojo de espora y vio sobre el final del final a los números. Sonrió al pensar en sus demandas. Borges dejó la moneda encima del puesto y se alejó tranquilo. Su rostro lucía hierático.

139


REVISTA LITERARIA ERGO

Dedyz Galindo (Ayacucho-Perú, 1987). Licenciado en Ciencias Militares, licenciado en Administración, maestro en docencia universitaria y gestión educativa, poemas publicados en la antología de poesía plaqueta La disciplina del goce (Escuela de edición de Lima, 2017), Antología de poesía plaqueta El mar del ángel solo (2018) y la antología Acuarelas del alma (Yopublico 2019), también en revistas virtuales: Letralia, Letras.mysite.com y Liberoamérica, además un artículo científico sobre doctrina cibernética en la revista Pensamiento Conjunto de la Escuela Conjunta de las Fuerzas Armadas 2018.

Jirón Lima Hoy es el primer día de febrero, transito nuevamente por jirón Lima y las casas alrededor no han cambiado en nada, mantienen el modelo dos aguas para las lluvias y las granizadas que suelen suceder por esta época del año, ingresando por el parque Pino puedo contemplar las casas de cambio y los restaurantes turísticos; también logro sentir ya la helada aproximándose. Son las ocho de la noche y mi cuerpo pide con urgencia que me abrigue más; por suerte llevo en mi bolsillo una bufanda tejida con lana de alpaca color marrón, regalo de mi madre hace muchos años atrás. Recorro este jirón turístico y representativo de esta ciudad altiplánica. —No ha cambiado nada —pienso. Y al mismo tiempo observo grupos de turistas de distintas nacionalidades, siempre con su guía, les enseña cosas de la ciudad como su pasado aimara, después inca, lugares para conocer o divertirse. Tengo la sensación que muchas veces los extranjeros o turistas vienen a Puno para eso; ojalá sea solo mi intuición. Veo por las ventanas de los restaurantes las mismas mesas de madera, los mismos platos típicos, las mismas copas donde una vez brindé vino tinto chileno acompañado de amigos de aquellos años. Llego a la plaza de armas y son las mismas luces encendidas y chispeantes que se pierden con la firmeza del cielo y el brillo de las estrellas. Frente a mi esta nuevamente la basílica de San Carlos Borromeo. Imponente estructura de piedra con una cruz de madera siempre al lado derecho. 140


REVISTA LITERARIA ERGO —Joven, ¡lleve velitas para la virgencita! — algunas señoras frente a la catedral comienzan a venderme sus productos. —¡Todavía no! —respondo sonriendo. Estoy seguro que no necesito velas ahora. Me dirijo a la puerta y continúo la tradición católica que me enseñaron de niño, me persigno y hago una pequeña reverencia e ingreso. Adentro puedo observar que esta el corpus christi. Recuerdo que en la parroquia donde llevaba catequesis todos los sábados nos adoctrinaban que el corpus christi es el cuerpo de Dios presente; y que debíamos de mostrarle todo el respeto y reverencia posible. Rezo un poco, pido por mis padres, por su salud, etc. Luego me persigno y me dispongo a salir, en ese momento puedo ver la cantidad de gente formando una extensa y larga cola para poder ingresar al confesionario; me imagino que toda la ciudad está confesando sus pecados a Dios para poder disfrutar bien la fiesta que se aproxima. Dentro de dos semanas será la Candelaria… Busco una banca libre en la plaza de armas, me siento y compro un cigarrillo boliviano a un niño que está vendiendo caramelos. Enciendo el cigarro, aspiro un poco y lentamente comienzo a calentar mis pulmones, luego expulso el humo blanco y observo como este sube hacia las luces y se pierde en el vacío de la noche. En ese momento observo en dirección a jirón Deustua y distingo a Natalia entre todas las mujeres que la rodean, viste un largo saco color negro, su cabellera la sigue manteniendo rubia y sus ojos chispeantes pueden verse desde donde estoy. Seguro ella y sus amigas están buscando algún local nocturno para ingresar y divertirse, hoy día es sábado. “Pretender muchos amores y jugar con el amor, palomitay, es una cosa muy fiera; pregúntale al que tú quieras.” Canto letra por letra esta canción de los Kjarkas mientras bailamos en el elenco de danza. Yo había llegado recién hace un mes a Cochabamba y conocí a Natalia una noche en la plaza Quintanilla. Ella es alta, tiene unos ojos enormes y son de color esmeralda, su cabellera hasta la cintura es rubia, cuando usa tacones casi iguala mi estatura. Pero esta noche somos pareja de baile; y ambos nos divertimos, me gusta verla bailar con su pollerita; esta noche estamos vestidos de color azul con plata, cada salto que realizo y suenan los cascabeles también resuenan en mi corazón, cada palpito es de ella como mi nombre se pierde en el suyo. Luego de la presentación, los chicos del elenco quieren salir a divertirse; por mi parte quisiera estar solo con Natalia. Sabía que mis vacaciones terminarían dentro de un mes, había viajado a Cochabamba para pasar estos meses de carnavales, estaba alojado en la casa de una tía lejana. Es febrero y al igual que la Candelaria en Perú; aquí también se vive la fiebre de estas fiestas. —¡Vamos al boulevard de la Recoleta! —exclaman animosos todos los chicos del elenco. Y coinciden en una respuesta afirmativa al mismo ritmo que los pasos de baile de caporal que ensayamos. En ese momento le escribo a Natalia un mensaje de texto: —Te puedo invitar a salir —tengo miedo de su respuesta, los chicos del elenco ya están tomando taxis para ir a la Recoleta y justo cuando ya estaba por embarcarme vibra mi celular y leo el mensaje de ella. —Si, tomemos un taxi sin que se den cuenta los chicos —me escribe, cómplice de aquel escape que le incito en hacer. Entonces sin que los chicos se den cuenta de lo acontecido, tomo su suave mano, y la llevo al otro lado de la esquina, nos mezclamos entre el público del coliseo que había asistido a vernos bailar. 141


REVISTA LITERARIA ERGO —Natalia, ¡vamos al bosque de las hadas! —sugiero seguro y ella simplemente mueve su cabeza afirmativamente y me sonríe. Ingresamos y lo primero que nos llama la atención es la decoración fantasiosa que tiene el local, similar a un bosque de elfos encantados con arquitectura medieval. Nos sentamos junto a un árbol mágico y pido al mozo que nos traiga dos vasos de chuflay. Brindamos por nuestra excelente presentación y lo único que puedo hacer es sumergirme en la laguna de sus pupilas y lentamente ahogarme. —Natalia, hay algo que necesito decirte —interrumpo el brindis y el ambiente musical del local. —¿Qué ha sucedido? —responde sorprendida y preocupada. —Sabes, llevo un mes en Cochabamba. Al principio vine por obligación y tenía tantas ganas de regresar a Piura, pero cuando te conocí y te vi bailar de ñusta cambiaron muchas cosas en mí, después conocí a los chicos del elenco y realmente haría un traslado y me quedaría a terminar la universidad en Cochabamba. —le cuento a Natalia todo lo que me viene a la mente. —Entiendo, te has enamorado de esta ciudad —a la mayoría de extranjeros le sucede, concluye ella y toma otro sorbo del chuflay. —También de ti…—y un silencio espectral nos envuelve a los dos. Tomo también un sorbo del trago y prosigo. Desde que te conozco no he dejado de pensar en ti, me gustan tus ojos Natalia, entonces arriesgo toda la amistad que tenemos, tomo su mano otra vez; ahora esta fría y sorprendida. Luego con mi otra mano tomo su cabellera, es la primera vez que la siento; es lacia y blanda. La música continúa, los mozos continúan haciendo sus rondas observando cada mesa detenidamente si alguien necesita otra bebida. Yo necesito valor. Y entonces me acerco a ella y le digo que la quiero mucho, que su nombre está impregnado ahora en mi corazón. Entonces junto mis labios a los de Natalia y nos besamos; sus labios son dulces como las cerezas de la ensalada de frutas que comimos antes de la presentación, y continúo besándola pensando que podría ser la última vez o que mañana sería el fin del mundo. Ella también corresponde y presiona con fuerza la mano que le tengo tomada. En ese momento vibra mi celular y es un mensaje de mi tía. —¡Mañana tienes que regresar a Piura!, mi prima está mal; la han internado a un hospital —escribe seguro desesperada porque son casi la media noche. Le cuento a Natalia lo que está sucediendo y ella se pone triste. —Tú también me gustas –—me lo dice con su voz angelical que tiene, me acerco y continúo besándola… Han transcurrido seis años desde que regresé de Cochabamba, aspiro lo que queda del cigarrillo y vuelvo a comprar otro, lo enciendo y continúo recordando que a mi mamá la operaron y tuve que trabajar, debido a eso conozco Puno. Llegué hace tres años para trabajar en las mineras informales, necesitaba el trabajo. Quise muchas veces viajar y visitar a Natalia, pero no podía, el dinero era importante para mi madre, soy su único hijo y tenía que apoyarla. Después de trabajar dos años regresé a Piura, retomé mis estudios y decidí ahora regresar a Puno pero de vacaciones, mi mamá ya se encuentra estable. Mañana domingo pensaba ingresar a La Paz por Desaguadero, luego viajar a Cochabamba y buscarla, pero ella está aquí; no pude llamarla en seis años porque llegando a Desaguadero retornando de Cochabamba me robaron y golpearon. Exhalo fuerte y dibujo figuras de humo en el cielo, trato de adivinar sobre ella pero el humo no dice absolutamente nada. 142


REVISTA LITERARIA ERGO Me pongo de pie y la sigo, estamos a una cuadra de distancia. Solo puedo ver su cabellera dorada que una vez logré sentir bajo la luz de faroles medievales en aquel local de Cochabamba. —¡Natalia! —le grito fuerte en medio del jirón Deustua y ella curiosa, reconoce mi voz y voltea…

Ausencias en el parque universitario Han transcurrido dos semanas después de la cachimbeada. Recuerdo que aquel día, los estudiantes de quinto y sexto año de la facultad nos encerraron en el aula “C”. La facultad de derecho tiene tres aulas, el aula “A” y el aula “C” son turno diurno, mientras que el aula “B” es turno tarde. Generalmente en la tarde se inscriben escasos estudiantes. Este año no es la excepción. En el aula “B”, solo se han matriculado seis personas, seis solitarias almas, me imagino. Todos son mayores de treinta años. El encierro que experimentamos fue espantoso, el aula apacible que recién conocía se tornó en un túnel convexo fosco y pueril. Cada estudiante de quinto y sexto año ingresaron con unas tijeras para cortar papel. Uno que otro, para amenizar el momento, llevaron tijeras de podar y comenzaron, con los puños, a dar golpes a las ventanas y puertas. En fin, cada uno de nosotros fue trasquilado como las ovejas en los mercados y camales de Arequipa, rapado por aquellos aprendices de barbero. Algunos compañeros que predecían esta tradición memorable e ininterrumpida, similar a un rito extravagante que no se debe dejar de celebrar, se raparon en la calle creyendo que no serían objetivo de aquellas águilas rapaces, quizá cóndores, en búsqueda de sus presas temerosas. Fue todo lo contrario, los amotinaron y junto con las mujeres de las dos aulas, los obligaron a ingresar a la pileta de piedra que se encuentra en el patio de la facultad de contabilidad. Empapados de pies a cabeza eran objeto de burla y en toda la universidad se vivía un jolgorio único, un ambiente de fiesta como los carnavales de febrero o los playazos en Mollendo. No llega el profesor de derecho penal, pienso. Y toda el aula “C” somos alrededor de sesenta estudiantes, provenientes de todos los distritos de Arequipa y otros departamentos del sur, de un lado y el otro lado del río Chili, de atrás del Misti y los que viven en las chacras de Tiabaya y Uchumayo. En ese momento de desconcierto comienzan a reunirse pequeños grupos, el veinte por ciento del salón, de acuerdo al orden de las carpetas de madera y sillas acolchonadas distribuidas de manera equitativa en todo el recinto. Algunos compañeros intercambian números de teléfono fijo, solo dos compañeros tienen celular, símbolo de superioridad o marginalidad de la época, el resto no. Otros, por no decir el treinta por ciento del salón, buscan entre las telarañas del fondo de sus maletines y mochilas, libros percudidos. Un compañero de anteojos que siempre viste de negro, con vellos dispersos en la parte superior del labio y que no recuerdo su nombre comienza a leer un libro de título curioso: El mundo de Sofía de Jostein Gaarden. Otro compañero que siempre viste con un chullo cromático sobre la cabeza y usa, además, un pantalón de colores con líneas verticales desde la cintura hasta los tobillos, idéntico a ese prototipo que suelen vestir los integrantes del movimiento rastafari de Jamaica, también lee un libro de título extraño para mis dieciséis años: El anticristo de Friedrich Nietzsche. Alrededor del cincuenta por ciento restante del quorum comienzan 143


REVISTA LITERARIA ERGO a concentrarse en un juego de cartas de una serie animada de televisión: Yugi oh! No los entiendo al inicio, pero después de ver el juego por una hora, creo aprenderlo y también me invitan para una partida, un encuentro de conflagración imaginativa. Lo rechazo porque es extraño y además las chicas del aula, que observan absortas de reojo, se ríen de tanta inmadurez. Las mujeres de la facultad de derecho son pocas, la mayoría pertenecen al treinta por ciento, o sea leen libros extrañísimos con títulos bizarros. En administración y turismo están las más atractivas de toda el área de ciencias sociales, esa afirmación lo escuché decir una vez, cuando aún postulaba a la universidad y leía libros referidos en el prospecto, recostado sobre el césped del estadio Ho Chi Minh, con unos amigos. Mientras reflexiono esa posibilidad fáctica de la distribución de belleza en las mujeres, según la carrera que estudian, Bob irrumpe en el vació de mi mente y en las actividades de los demás. ¡Vamos al Jacarandá! vocifera en el aula. Algunos prestan atención, la mayoría continúa con el bendito juego de cartas, otros continúan leyendo. Solo un pequeño corrillo del aula se levanta de sus asientos y guarda sus cosas. Yo soy uno de ellos. El Jacarandá queda en el extremo este y frente al parque universitario, en la calle universidad. No me he dado cuenta de su presencia perturbadora, las veces que he cruzado por esa calle para retornar a mi morada o la vez que postulé a la universidad. No imaginé que existían aquellos locales matinales que atienden desde que inician las cátedras de la universidad, una extraña coincidencia que ambos lugares antagónicos en su naturaleza, pero sincrónicos en su apertura y concurrencia tengan tal similitud. ¿Fumas? Bob me pregunta y en forma coetánea enciende un cigarrillo, con unos ojos dudosos, tratando de descubrir si lo he hecho alguna vez o si soy adicto o no al tabaco. No, respondo de inmediato y el humo fantasmal del tabaco me trajina a unas escenas del año pasado. Creo entender por qué la gente se estimula con el tabaco. En el último año de colegio, en una de esas fiestas de sábado atávicos que se realizaban por la noche, a los cuales asistía por invitación y otras veces yo me invitaba, en casa de una amiga que no recuerdo su nombre, pero nos conocimos en el gimnasio del distrito, en ese lugar lúdico me realizaron la misma pregunta. En esa oportunidad fue mi amigo Michael. Yo no sé fumar, pero quería aprender ese día. Lo primero que hizo Michael fue encender un cigarrillo de marca desconocida para mis quince años y mi inocencia resquebrajada, no sabía aún que existían marcas, tipos y hasta sabores y colores. Es curioso enterarse que existen cigarros sabor a mora, recuerdo. Michael encendió el cigarrillo, aspiró a través del filtro la esencia maldita y luego expulsó el humo. Parecía fácil, era como respirar por la boca, quise intentarlo, pero al momento que sentí golpear el humo en mis pulmones tuve una sensación de ahogamiento y tosí de forma abrupta. ¡No podía contener la tos! De esa manera decidí no fumar más, pero ese día en la fiesta de mi amiga que aún no recuerdo su nombre estaba Roxana, la chica que me gustaba. Ella bailaba con su grupo de amigas y al mismo tiempo intercambiaba un cigarrillo: lo habían encendido al inicio de la canción procura de Chichi Peralta. Veía mover sus hombros al ritmo de esa canción pegajosa y reía con una amiga de su diestra. Cantaban juntas las letras de esa canción y expelían el humo. Roxana sabe fumar, concluí. Procura seducirme muy despacio y no reparo de todo lo que en el acto te haré […], ellas cantaban y retozaban, su amiga la tomaba de la mano derecha y sobre su cabeza como eje la hacía 144


REVISTA LITERARIA ERGO girar como los trompos en tiempos de primaria. […] Quizás convenga que te alejes quizás, me domina la tentación. De imaginar que estoy tan cerca de ti […]. Era curioso que las mujeres bailaran entre ellas, no era lo mismo si los hombres bailábamos entre nosotros, percibí. Fue entonces que decidí fintear con el cigarrillo, le pedí a Michael que me obsequie otro cigarrillo, pero este era sabor a canela. Él se encontraba conversando con una chica que tenía un tatuaje extraño en su hombro izquierdo, algo así como un símbolo marino. Encendí el cigarrillo succionando el aire a través del filtro, hasta que una pequeña llama al otro lado de este se podía visualizar. Para mantener esa pequeña chispa soplaba por el filtro fuertemente. En conclusión, no fumaba, solo aparentaba, pero Roxana tenía otros bailes esa noche y otros planes para su futuro, similar a esas rutas que trazas en un plano y que muchas veces no coincide con las vías de la realidad. Hace poco la vi en la misma facultad, en la misma universidad. No creí que ingresaría también a la facultad de derecho. No le hablo, la ignoro o si la veo es solo de reojo. Tengo miedo, creo. Pero es lo mejor. En el acceso estrecho del Jacarandá, por donde caben solo dos personas juntas, hay dos anfitrionas vestidas con un enterizo color verde auspiciando una marca de cerveza conocida. Ellas están a ambos extremos de ese túnel multicolor y nos invitan a ingresar a ese edén polícromo, nos observan y enfocan sus joviales miradas en nuestras cansadas pupilas de ardua lectura para la clase derecho penal. Es la primera vez que ingreso a este establecimiento sonoro. Somos cinco personas, incluyéndome. Bob nos guía entre las mesas de colores intensos por la luz, donde también hay universitarios sentados y bebiendo. Todos visten extrañamente y lucen sus cabellos largos, aretes, tatuajes, etc. Bob nos conduce a través del humo de los cigarrillos que concretan un camino etéreo hacia nuestro destino. La música de moda y las diversas conversaciones que existen entre tantos locutores son como obstáculos o piedras que es preciso descartar de la vía. Nos sentamos en un pequeño ambiente, con dos sofás dobles de color negruzco que se dan frente, en el centro hay una pequeña mesita de vidrio donde hay un cenicero cristalino. Una mesera se da cuenta que nos quedaremos a consumir porque la mayoría de veces los universitarios ingresan, otean el ambiente como si descubrieran un continente nuevo y salen de inmediato. En esta ocasión nos hemos quedado más de tres minutos sentados. Ella sincroniza su presagio y limpia con un trapo de color amarillo la mesita que tiene rastros de ron y colillas de cigarro desperdigados. La mesera tiene un piercing circular como un alfiler en su nariz, el cabello pintado con un tono rojizo, seguro que también es universitaria, como nosotros y todos los que estamos en el recinto, y podría decirse que estudia administración o contabilidad. Le entrega la carta a Bob y comunica que regresará para atender nuestro pedido. Bob lee con una agudeza única, yo no podría leer el precio de las bebidas y los piqueos por la falta de luz, pero él lo hizo y sugiere que pidamos una sellada de ron. Yo no me opongo, pero para el pago hay que dividirlo entre todos, entonces recuerdo que mi padre solo me da la propina exacta para el pasaje de retorno y algunas fotocopias de fotocopias que debía comprar al salir de la universidad, por falta de libros. Todos en la universidad fotocopiamos. Celebramos por la universidad, por el esfuerzo que amerita haber ingresado a la facultad de derecho. El examen de admisión es fuerte en comparación con las universidades particulares, recordaba. En las mesas contiguas están las chicas que estudian administración y contabilidad. Bob, le pregunto, ¿es cierto que las chicas más 145


REVISTA LITERARIA ERGO bonitas están en esas carreras? Él, calando el humo de su cigarrillo me dice que probablemente, pero que no me olvide a las de la facultad de turismo y de relaciones internacionales. Creo que esa selección machista debería ser desterrada, pero estamos en nuestro primer año de universidad y no puedo dejar de observarlas. Son unas chicas bien hermosas, quizá Oscar Wilde podría indicar una acepción estética para este momento. Christian que hace diez minutos abandonó el grupo y se dirigió al parque universitario, y es una de las dos únicas personas que tienen celular en la facultad retorna al jacarandá acompañado de cinco mujeres. Al igual que nosotros, ellas llevan mochilas y en su defecto algunas llevan carteras o sus fotocopias en la mano. La fotocopia de libros, símbolo de la universidad. De inmediato mis tres compañeros, incluyendo a Bob, traen unas sillas blancas, ahora individuales para ellos e intercambian los lugares de tal forma que ellas puedan sentarse en los sillones y sentirse cómodas, quizá caballerosidad o quizá táctica de un cazador de la selva. Yo no digo ninguna palabra, solo me quedo perplejo y estático, creo que el hecho de haber ingresado directo a la universidad del colegio me está afectando esta tarde, esta noche, este día. No soy capaz de distinguir el tiempo. Christian menciona nuestros nombres y nos presenta a cada una de ellas, sus nombres se perdieron con el humo de los cigarrillos que Bob no deja de encender y fumar, pero al menos, ya no somos desconocidos. Una de ellas, la de cabello oscuro y un poco mayor me pregunta en que año de la universidad estoy. Christian ya les ha dicho que todos somos de derecho durante la presentación. Estoy en mi primer año, le respondo un poco temeroso. ¡Acabas de ingresar! concluye y le comenta algo a su amiga de al lado, quien tiene un cerquillo curioso. Luego alza su vaso cristalino lleno con una sustancia azabache y pide chocar estos. ¡Salud! exclama ella. ¡Salud! respondo con una sonrisa fingida porque no sé el motivo de este brindis. ¿Qué estudias? le pregunto después del pequeño ofrecimiento con ron y gaseosa koka kola. Estudio administración, responde eufórica por la música que coloca el DJ. La suposición se convirtió en un hecho, medito. Además, sospecho que las mesas contiguas no son de la facultad de administración, probablemente sean de turismo, como lo dijo Bob. Después de unas tres rondas de trago y el humo que se eleva como bruma de invierno en los acantilados de Lima, ella me pide bailar. No sé bailar, le digo al oído. Pero es muy tarde, sin darme cuenta ya me encuentro en el centro de la pista de baile, alrededor otras parejas bailan abrazados, se besuquean sin vergüenza, la bruma de los cigarrillos es cómplice de la noche y suena una canción extraña: Gata celosa. Todos en la pista de baile se dejan llevar por la música, entonces cojo mi vaso, casi lleno, y lo tomo de un sorbo. Necesito valor, infiero. No es suficiente y le pido a Bob otro vaso, pero esta vez repleto y de un solo sorbo lo ingiero. Y poco a poco los efectos del alcohol me desinhiben en esta extraña tarde, casi noche de un viernes de abril. Es extraño. Las luces sicodélicas resplandecen como una explosión de juegos pirotécnicos, las pupilas de mis compañeros, incluyendo la de Bob, se les aprecia más dilatadas. Las amigas que invitó Christian comienzan a reírse a carcajadas de cualquier escena o evento inusual que suscita en la pista de baile. Mariátegui, Vallejo. ¿Alguna vez pasaron por una situación particular? me pregunto. Y al mismo tiempo respondo con una negativa rotunda a esa extraña interrogante que me he formulado. En ese momento comienzo a tener sensibilidad auditiva, a pesar del barullo de unos parlantes negros y agigantados. Las cinco muchachas cuchichean algo, no logro distinguir las sílabas, pero percibo un sonido similar al diamante que corta el vidrio. Se ponen de pie y se despiden de nosotros. Ella, la chica con quien bailé a pesar de desconocer fórmulas matemáticas 146


REVISTA LITERARIA ERGO de coreografía se adueña de mi mano en forma sorpresiva y me pide que la escolte a pedir un taxi. Sus cuatro amigas toman otra dirección, las acompaña Christian. Se van a la avenida Independencia. Ella me conduce hacia la avenida Venezuela, su mano es suave como el telar guinda del gallardete de la facultad que rocé cuando conocí al Decano. Tiene unos dedos delicados y una muñeca fina, cavilo. Las fotocopiadoras ya han cerrado, son casi las once de la noche. Ojalá mañana me fíen las fotocopias de hoy, lo digo en voz alta y ella cree que practico algunas frases de amor o quizá alguna declaración formal. Algunos universitarios transitan entre la penumbra y nos observan. Creo que son drogadictos, le digo. Y ella se ríe, me contempla a los ojos en forma directa, como una lanza paleolítica arrojada sobre un cervatillo y que se usaba para la caza, y vuelve a sonreír. Caminamos unos pasos y no digo nada, solo me dejo llevar. El mundo tambalea bajo mis pies, pero ella me guía firmemente sobre este puente colgante, con tablillas inexistentes o faltantes, entre el Jacarandá y el paradero de la avenida Venezuela. Cuando llegamos a la avenida Venezuela puedo distinguir que hay luna llena. No lo noté antes y gracias a eso puedo observarla completa, su rostro luminiscente bajo esa claridad, sus ojos sin pupilas, solo manchas de pintura sobre un lienzo. Ella se acerca lentamente, me acaricia la cabeza, no me quita el chullo que uso porque sabe que no tengo cabello, producto de la cachimbeada. La veo y no sé que hacer, entonces recuerdo unas telenovelas mexicanas que he visto en la televisión, también recuerdo algunas novelas o cuentos que he leído en la secundaria. Le tomo la otra mano, no tengo nada que decirle, mejor así, porque si digo alguna palabra, quizá pueda estropear toda esta escena mítica. Nos contemplamos pupila por pupila, face to face. En ese instante siento una fuerza centrípeta que me orienta hacia sus labios carnosos, no lucho con el destino y siento rozar mis labios con los de ella. ¿Cómo se besa? me pregunto. Y ella comienza a mover sus labios, a jugar con su lengua delgada y puedo sentir un gusto indescriptible que poco a poco aprendo imitando los movimientos circulares y penetrantes. Luego de diez minutos me interroga: ¿no vas a decir nada? Yo solo la veo. Siento mi lengua petrificada. Ella toma un taxi que sube en dirección a la avenida Mariscal Castilla. Cuídate, cariño, lo dice con un sabor dulce y una textura de algodón. Cuídate, Roxana, le respondo de forma inconsciente. Y en ese momento siento una bofetada sobre mi mejilla izquierda, un calor que se va intensificando producto del castigo. Un señor que aparenta tener cincuenta años me observa perplejo dentro del taxi y ella se sube sin decir nada, frunce el ceño y cierra la puerta con desencanto y el vehículo arranca dejándome acongojado bajo la luz de la luna.

147


REVISTA LITERARIA ERGO

Gianmarco Farfán Cerdán (Lima-Perú, 1978). Poeta, narrador y periodista cultural. Finalista del Premio anual al Periodismo “Ramón Remolina Serrano” (2012) y Mención Honrosa del Concurso de cuentos “Horas de Ágora” (2006). Es autor de los libros de poemas Eres el amanecer (Municipalidad de Lima, 2020) y Navegar en la palabra (Municipalidad de Lima, 2021). Sus cuentos han sido publicados en el libro Mosaico. Microficciones sobre discapacidad (Parafernalia Ediciones, 2020) de Nicaragua y en revistas literarias de seis países. Mientras que sus poemas han sido publicados en el libro Poética del espacio (Nuevas Voces Editores, Colombia, 2020), en revistas literarias de nueve países, en 28 antologías locales y la antología internacional Discursos Estéticos (2019).

La luz que proviene de la sala Laura sintió, nuevamente, el frío sobre sus pómulos y su cuello. A pesar de tener puesta una bata gruesa y la puerta de la cocina cerrada, la temperatura del ambiente seguía bajando. Era su primera noche en el departamento y no le agradaba la sensación de no estar sola. Pasó por su mente la imagen del tétrico cuadro “Las almas de los montes”, de la artista española Remedios Varo. Pero se dijo a sí misma que no debía asustarse. Recién había comprado el departamento en Magdalena. Lo había amoblado a su gusto. Y, como solía hacerlo en casa de sus amados padres, le encantaba entrar a la cocina casi a la medianoche, con las luces apagadas, abrir la refrigeradora y comer algo. Por lo general, sacaba la mermelada de fresa o un poco de paté, y lo untaba sobre un pan de yema o de maíz. Además, tomaba siempre un vaso de jugo de naranja. No había manera de subir la temperatura. No tenía calefacción. En eso, escuchó una voz extraña, que parecía tener un eco inquietante y provenía de la sala. Dejó lo que estaba comiendo y fue a ver. Nada. Una tenue luz lunar atravesaba la ventana. Todo lucía en orden. Suspiró aliviada y regresó a la cocina. Siguió comiendo. El jugo estaba realmente delicioso. Quería ver en unos instantes, y por enésima ocasión, la película “Ghost” en su laptop, sentada en su cama. Le encantaba la manera en que Sam intenta proteger a Molly, incluso cuando ya está muerto y es solo un fantasma. La temperatura bajaba más a cada minuto. Decidió irse a la habitación con su segundo pan y su tercer vaso de jugo. Sonriente, cruzó la puerta de la cocina, dio un alarido y soltó 148


REVISTA LITERARIA ERGO el vaso y el pan. —¿Qué es esto? ¡Por Dios! ¡No puede ser! ¡No en mi casa! Un fantasma de unos dos metros de alto estaba en medio de la sala. Inmóvil, pero emitía una voz intimidante y con eco. Sus palabras no eran claras. Parecía tener silueta de mujer. Había que observarla con atención para distinguir el cabello largo y algo ondulado de la luminosa visitante. Petrificada, Laura pensó que estas cosas del más allá solamente ocurrían en películas como “Poltergeist”. No sabía qué hacer. El jugo de naranja derramado empezó a moverse solo, lentamente, hacia donde estaba la fantasma, como si ella tuviera un imán. En medio del pánico que sentía y la paralizaba, Laura pensó que, si alguna vez deseó ver un espíritu, quiso que fuera como en la película romántica “Retrato de Jennie”, de 1948. Pero no así, como ahora, que un ente aparecía de la nada y no presagiaba traer ninguna buena intención. Por un momento, ella imaginó que esa invitada inesperada podría convertirse en la terrorífica Samara, la protagonista de “El aro”, y acabaría con su vida de la manera más cruel y veloz. Mientras los tres finos cojines del sofá empezaban a ser cortados por alguna mano invisible (que no era de la fantasma) y la mesa de centro se partía por la mitad, Laura seguía estática, preguntándose por qué había comprado este departamento. Su novio le había aconsejado que compre otro, puesto que sintió una energía muy desagradable y oscura cuando entró por primera vez, junto a ella. Sin embargo, no le hizo caso. La voz del espectro pareció decirle: “Ven, ahora mismo”, pero ella no se movió. Repitió el llamado varias veces, mientras un cuadro expresionista del artista peruano Enrique Polanco cayó de la pared y fue cortado en cinco partes. El ambiente empezó a oler muy extraño, como a flores podridas. No hubo tiempo para más. La aparición avanzó hacia Laura, dando un grito propio del clímax de un largometraje de terror, y ella sintió que la atravesaban como con una espada en el estómago y el pecho, al mismo tiempo. Mientras perdía las fuerzas, vio un castillo gótico y numerosas sombras aterradoras caminando a través de un campo, bajo un cielo muy morado, lleno de cientos de cuervos que volaban. Cayó al piso. Lo último que vio fue su sangre saliendo de su pequeña boca, sin pausa, sobre el parquet nuevo y expandiéndose como una mortal laguna roja. Una luz fantasmal iluminaba toda la sala.

Viaje pirata en la biblioteca La magia surgió apenas Adrián abrió el libro. Los caballos galopaban junto al mar, las gaviotas graznaban y el murmullo de las olas dialogaba con los peces, en su ir y venir hacia la orilla. Adrián sentía que, sentado en esa biblioteca llena de libros para niños, empezaría un bonito viaje a través de grandes aventuras, plagadas de muchas emociones. A Adrián le pareció que la señorita bibliotecaria estaba al mando de un pequeño bote pirata en vez de un escritorio. Y tal vez escondía en uno de sus cajones un antiguo mapa 149


REVISTA LITERARIA ERGO

del tesoro soñado o un libro mágico que le permitiera ingresar a muchos mundos mientras leía sus páginas. De pronto, la bibliotecaria se puso de pie, agitó los brazos y mediante un conjuro hizo que los quince niños entraran en el enorme libro que tenía sobre su escritorio-bote pirata. “¡Nada nos detendrá en esta aventurera travesía, niños!”, dijo ella con una poderosa voz y una enorme sonrisa. El viaje había comenzado.

150


REVISTA LITERARIA ERGO

Rusvelt J. Nivia Castellanos (Tolima-Colombia, 1986). Comunicador social y periodista. Participa en diferentes talleres literarios como el Taller de cuento “Hugo Ruiz Rojas”, de la Universidad del Tolima, además asiste al taller de Relata, Escribarte, Ibagué.

Bajo el delirio Anoche, sufrí una locura tétrica en la casa. Fue como si hubiera vivido una pesadilla. Me sucedió cuando bajé al primer piso, para tomar agua, tenía mucha sed y sentía malestar en la cabeza, no podía soportarlo, así que fui rápido por la bebida para refrescarme. Por cierto, yo estaba solo en mi habitación. Dormía entre lo menguante, recostado en la cama, todo hasta cuando el calor de la noche, me despertó. Entonces por necesidad, me puse de inmediato en vigilia y me levanté y corrí a abrir las ventanas para recibir aire, pero no sirvió de nada, porque la oscuridad era sofocante y perturbadora. Desde lo subjetivo, no percibía el equilibrio espacial. Pronto comencé a padecer un delirio, que recorrió toda mi humanidad. No sabía en ese momento, que era exactamente en realidad. Parecía poseer una fuerte fiebre, cuyo ardor me hizo ver sombras y monstruos en el recinto, tal tribulación fue terrorífica. Debido a esta extravagancia, salí presuroso en dirección a las escaleras y bajé hasta el primer piso, agarrándome de las paredes, lleno de ansiedad. Luego pasé los umbrales, cogí por el pasillo principal y me acerqué a la cocina. Allí encendí la luz amarilla. Más decidido, pasé a tomar un vaso de la estantería, cuando de improvisto, se me rompió el objeto entre las manos. De súbito en el acto, recaí en frenesí, me supe gritando ahogadamente, porque creía ver un espectro horrendo, temerario con su apariencia de gorila. Al mismo tiempo, su cuerpo acorazado y sus ojos negros generaban horror en mí, tanto que yo chillé con pánico entre la estrepitosa desesperación. Un segundo después pareció lanzarse el gorila sobre mí, para acabar conmigo. Todo 151


REVISTA LITERARIA ERGO rabioso, me tomó por el cuello para matarme, fue espantoso sentir sus garras peludas. En lo personal; yo obvio reaccioné, me revolqué en el piso con agresividad para tratar de mandarlo lejos, hice unos manoteos bruscos, pero a pesar del esfuerzo, no pude librarme de la bestia, sólo hasta cuando los vecinos del barrio se despertaron y convinieron acercarse a la residencia para ver qué pasaba, cambiaron las circunstancias. El señor Augusto, quién dormía en la casa solariega de atrás, entre tanto, bajó al patio por una de las palmeras, que había entre los arbustos; más pronto corrió hacia los cuartos de adentro y llegó rápidamente al sitio donde yo estaba todo desvariado. A propósito, Augusto me descubrió tumbado en el suelo, ya con el rostro contraído de terror. Entonces con agilidad, pasó a recogerme, me tomó por los hombros y de inmediato me dirigió a la salida. Una vez en las afueras, los presentes reunidos en la calle resolvieron llevarme al hospital en un taxi. Con dos conocidos, arribamos en poco tiempo al edificio azul. Ellos para lo seguido, me entraron a la sala de urgencias y me recostaron sobre una camilla. La enfermera de turno vino bien al trote para atenderme y pronto me llevó hasta donde el doctor Tarfher, más al final, después de la consulta médica, me diagnosticaron una psicosis tremenda, que pudo acabar con mi vida, por haber obsesionado este arte de Poe.

Demencias Aquel viernes; el policía llegó a su domicilio por la noche. Muy desconfiado, cruzó el sendero de la marquesina por entre la niebla azul y mientras avanzaba, una llovizna caía sobre los almendros. Acto seguido, pasó él a la entrada y abrió la puerta con angustia. Se sufría en lo íntimo maniático. Desde su posición, sentía palpitar los sentidos furiosamente. El hombre, dio a la vez unos cuantos pasos trémulos por la sala del hogar, que oscilaba en penumbras. Luego, sacó el revólver suyo del estuche del pantalón. Lo hizo con leve ruido. Pensó asimismo sobre la criminalidad en medio del instante agónico. De hecho, quería matar a su esposa hacía semanas. La suponía como un desespero para su corazón. Ella era una mujer de perfidia y era una rubia grosera. Pero lo peor del caso, fue que esta amante nunca dejó de acostarse con los vecinos del distrito, siempre procuraba tener sexo con ellos, toda fresca los cautivaba, se disfrutaba insaciable en lo pasional. De modo que el hombre, por su resentimiento, fue ingresando al cuarto nupcial. Dio varias pisadas hacia adentro con sigilo. Sabía de este lugar con recuerdos. Generalmente, allí la mujer se divertía, viendo películas de misterio, lo hacía durante los nocturnos. Por esta credulidad, siguió andando hasta la cama, cuando entonces, yo pude observar desde el jardín, lista a la mujer con una pistola. Ella de por cierto estaba esperándolo hacía rato. Y obvio, apenas descubrió su silueta, primera soltó tres disparos contra la humanidad del policía. Eso los estruendos sonaron muy horrorosos. Se elevó ahí grave el pánico. Todo el espacio se puso tétrico. Más de súbito, fue cayéndose el señor como un muñeco gordinflón, quedando ya desparramado en el piso, chorreado de sangre. Tras el otro sin final; yo volví a entrar en la casa y tuve que abrazarla a ella. Siendo precavido, la apreté contra mi pecho, subiendo cada vez más la fuerza y cuando fui solo furia, tuve que matarla a ella, tras una desnucada, forjada con mis propias manos. 152


REVISTA LITERARIA ERGO

Por tanto, debido al asesinato cometido, ahora estoy preso y aquí entre las rejas, purgo la condena, donde en las noches, deliro todo este drama.

153


REVISTA LITERARIA ERGO

Alejandro Benjamín Laurentti (La Cumbre-Argentina, 1989). Desde temprana edad mostró interés y talento por la escritura y el dibujo, aunque, por felices razones y coincidencias, terminaría estudiando y recibiendo el título de profesor de artes en música en el año 2016. Es docente desde entonces, además de pianista de música académica. No habiendo olvidado su pasión por la escritura, comenzó a estudiar letras en el año 2018 y continúa escribiendo hasta la fecha, siendo su primera publicación un libro de cuentos Misteriosa La Cumbre (2020).

Los lirios 1914 Juan Brooke Fea sale de la casa ansioso por probar el crudo aire invernal que agoniza. Está mediando septiembre y lo sorprende una brisa helada y seca, que siente como suaves caricias en el rostro. Aun a su edad y con los años que lleva trabajando para la comisión municipal, de la que es actualmente el presidente, no logra entender qué tiene La Cumbre, qué hace que el invierno le parezca tan hogareño y placentero, tan cercano a su interior. A cientos de miles de kilómetros, en la lejana frontera entre Francia y Bélgica, una de las batallas más sangrientas de la historia está comenzando. Enrique de Boucherville, quien vendiera a Brooke Fea sus territorios, está pasando en camión por la frontera de Luxemburgo hacia Longwy, por un secreto camino, bajo un panorama bastante distinto al del inglés recluido en las sierras. Lleva información importante para los Aliados. Del otro lado del mundo, Brooke Fea piensa: ¿Serán las sierras? ¿Será el verde oscuro de los pastos, que aun con las tremendas heladas no pierden su galanura? O tal vez es el atrapante aroma a margaritas que trae el viento o quizá son los pinos que rodean la propiedad que lo hacen regresar a su límpida infancia en los bosques de Hull, en Yorkshire... Boucherville lleva puesta ropa vieja, las manos engrasadas y las zapatillas rotas. Es importante que si lo descubren piensen que no es más que un simple polizón, una 154


REVISTA LITERARIA ERGO persona común, un civil como cualquier otro. El camino se presenta demasiado silencioso. No hay viento, tampoco animales, solo extraños susurros en el aire. Brooke Fea recorre con los ojos a aquellos gigantes de múltiples verdesy piensa en la propuesta de su amigo Luis Kunn de regalar parte de sus terrenos para que en el lugar se construya un templo católico dedicado a la Virgen de Lourdes. Su mente vuela, en esta realidad tan, tan distinta… En medio de la frontera que une Bélgica con Francia, Alemania acaba de lanzar un importante ataque, aquel que llegaría a ser conocido como una versión modificada del Plan Schlieffen. Boucherville no lo sabe, pero está justo en medio del ataque. A lo lejos se escuchan estruendos. El Francés se asusta y junta las manos, pidiendo protección. Fea ve los últimos lirios que rodean la propiedad, los mismos que plantó hace muchos años el dueño anterior y se sorprende. Han aguantado con poderosa resistencia todo el invierno. Se levantan imponentes, buscando el sol, sin saber que el final está tan cerca como la primavera, la estación de las flores, la que no llegarán a probar. Boucherville piensa en ellos, los ve rodeando el terreno a vivos colores y los siente entre las manos. Cierra los ojos y siente la brisa Cumbrense, aquella que decidió tristemente abandonar, acariciarle la frente. Sus fosas nasales se inundan de aquel fresco aroma a pino y sus oídos prueban el envolvente silencio. A unos metros de distancia, lo esperan, ocultas, bombas en el suelo. Del otro lado del mundo, extrañado, Brooke Fea ve cómo los últimos lirios, comienzan a perder los pétalos. Unos minutos pasan entre que pierden los primeros, hasta que, finalmente, quedan desnudos, solitarios, perdidos. Él no lo sabe, pero no volverán a crecer.

Las palomas Un abuelito estuvo en coma durante muchos dias, en los que nadie vino a visitarlo. Aun así, todos los dias, una paloma entraba por la ventana y se posaba en su cama, hasta que algún enfermero la espantaba. Unos dias despues de morir, los medicos descubrieron que aquel abuelito pasaba cada tarde en un estanque cercano, alimentando a las palomas.

155


REVISTA LITERARIA ERGO

ENTREVISTA

156


REVISTA LITERARIA ERGO

157


REVISTA LITERARIA ERGO

El alma vicús de Gonzalo Higueras Entrevistamos al escritor Gonzalo Higueras Cortés (Piura, 1952) quien acaba de publicar El primer vicús, la segunda de sus novelas, donde trata de “descubrir” el pasado incierto de nuestra cultura Vicús. Si bien la novela tiene una carga histórica y antropológica sinigual, también tiene un componente fantástico, pues abarca la querencia de nuestros pueblos del Alto Piura mirando siempre los misteriosos cerros Vicús, Pilán, Ñañañique y el piedemonte de la inconmensurable cordillera de los Andes. Por Miguel Ángel Hernández Sandoval

1.

Con El primer vicús estamos acaso ante el segundo libro de una trilogía de novela histórica piurana (siendo el primero El último tallán).

Pues sí, mi primer libro (sobre etnias piuranas) fue El último tallán; este, El primer vicús es mi segundo libro y tengo un amplio proyecto para escribir una tercera novela histórica sobre la confederación de los Guayacundos. Es un tema muy amplio y es base de nuestras raíces piuranas. Estamos trabajando con el investigador Rudy Mendoza, un personaje importante de amplios conocimientos con el cual iremos desenredando los hilos de nuestra historia y con ello formando la base para la novela que empezaré a escribir pronto. 2.

Cuánto de historia piurana recorre su nueva novela El primer vicús.

Existen estudios muy serios sobre los vicús que empezaron en la década de 1960. Yo tenía apenas diez años, cuando viví aquella especie de tormenta con los huaqueros de temporada como les decían. Y fue en parte el descalabro que sucedió con los vestigios de esta importante cultura peruana. Viví en la zona del Alto Piura y sentí aquella vorágine que surgió con el descubrimiento de las tumbas vicús, sin embargo, se perdió mucho con la huaquería ilegal; y, las conclusiones que tienen arqueólogos, a veces son insuficientes por la falta de piezas que se perdieron en la época. La historia del pasado de la cultura Vicús que he tratado de obtener, es primero con las costumbres actuales donde en ellas existen signos de un pasado viviente. Y luego ir descubriendo con personajes ligados a la historia, arqueólogos como Peter Kaulike y las informaciones que, a través del 158


REVISTA LITERARIA ERGO investigador Rudy Mendoza fuimos desenterrando. Finalmente, pude narrar la leyenda del primer vicús, un descubrimiento de alma animista a través de sus huacos y piezas preciosas. 3.

Desde el colegio se nos enseña que las culturas Tallán y Vicús son como los pilares de lo precolombino en Piura. Cree Ud. que a estas alturas del siglo XXI se está perdiendo la identidad con esos pueblos ancestrales.

Sí, creo que sí. Cuando era niño, recuerdo la década de 1960, pues con mi familia vivíamos parte del año en el Alto Piura y vi de cerca cómo se fue depredando las miles de tumbas vicús en la zona. A los estudiosos de la cultura Vicús les faltó mayores elementos para definir su pasado ancestral, aún así existen grandes tratados sobre el tema y algunos concluyentes. En mi novela intento narrar desde la perspectiva actual los vestigios del pasado que aún, según pienso, ha quedado impregnado en el alma del poblador del Alto Piura: su cerámica con las técnicas ancestrales descubiertas en la actualidad, en la música aquel sentido de profundidad, la fe, por ejemplo, en el Señor Cautivo, un reflejo del antiguo poblador y su alma animista. A veces olvidamos a la Piura profunda y sus raíces, y es necesario pensar en aquella Piura y su soledad rural, su verdadera esencia. La tarea de muchos piuranos consiste pues redescubrir aquella esencia y defenderla del contagio cruel de la soledad. 4.

Francisco Vegas Seminario dejó un admirable legado de novela histórica piurana. Ud. con sus novelas intenta reivindicar el amor por la patria chica.

Sí, es importante seguir la huella que dejó el gran Francisco Vegas Seminario y reflexionar, hacer historia en todos sus niveles, como digo en mi libro, y aportar el indispensable conocimiento, conmovernos, enternecernos y dejar abierta la emergencia de más preguntas y menos certezas y replantear el nuevo enfoque de nuestra piuranidad. 5.

Al parecer el mar, en su anterior novela El último tallán funcionaba como un gran personaje. Ahora en El último vicús son los cerros Vicús y Pilán y toda esa riqueza antropológica del Alto Piura la que aparece.

En nuestras etnias, que son muchas y poco conocidas, existe un universo antropológico, una suerte de panteísmo y animismo que comparten la misma esencia espiritual. Sobre nuestros paisajes se yerguen una fusión de etnias, lenguas, religiones, historias y formas de vida donde preservan aquella alma espiritual. Los cerros Vicús y Pilán son dos monumentos que se miran en aquella inmensidad en el piedemonte de la cordillera de los Andes, allí hay una esencia que al pisar aquel suelo uno puede sentir las manifestaciones que surgen del alma. 6.

El apellido Valladolid es muy propio del Alto Piura. Es Juan Valladolid, el personaje de El último vicús, el alter ego de su autor.

En parte, por supuesto. Algunos escritores narran en sus escritos sus propias visiones, y muchas veces entre líneas recortadas, pues en muchos pasajes de mi novela he sentido 159


REVISTA LITERARIA ERGO ser aquel personaje en búsqueda de la espiritualidad. A pesar de la edad, nunca terminamos de aprender, y con mi escrito he podido desempolvar parte de mi interior en un sentido real con la ficción. 7.

En El último vicús hay ficción, historia, antropología. Se puede decir que el lector notará la persistencia del pasado en nuestros días.

En El primer vicús existe todo lo que me pregunta, y pretendo que el lector encuentre en su presente, con nuestras costumbres y sentimientos, nuestro pasado y admirarlo con orgullo. 8.

Alguna vez el escritor Miguel Gutiérrez comentó que Ud. debería escribir sobre la alta clase piurana, al venir Ud. de una familia de hacendados. Está en sus planes publicar una novela de esa temática.

Mi gran amigo Miguel Gutiérrez tuvo la gentileza de presentar mi novela El último tallán, y me dijo, casi como una orden de amigo querido, que escriba sobre Piura y sus estamentos sociales. Sin embargo, mi intención es seguir bregando en aquel mundo ancestral piurano, pues hay mucho por descubrir algo que en mi alma no podrá detenerse.

160


REVISTA LITERARIA ERGO

161


REVISTA LITERARIA ERGO

FOLKLORE Y TRADICIÓN

162


REVISTA LITERARIA ERGO

163


REVISTA LITERARIA ERGO

Homenaje a la Cruz de Chalpón – Motupe Por César Augusto Salazar Contreras

César Augusto Salazar Contreras Nació en la ciudad de Motupe, distrito del departamento de Lambayeque. Sus padres: Don Eleodoro Salazar Fernández (fallecido) y Doña Cruz María Contreras Cueva, sus hermanos: Antenor, Juan Antonio, Yolanda y César (vivos), Luis Alberto y Marleni (fallecidos). Actualmente tiene 4 hijos: Kathya Rossmery, Eleo César, Claudia Mirella y Keidy. Sus estudios primarios los realizó en el C.E # 2101 hoy Cristo Rey, secundaria en el colegio Nacional mixto Cruz de Chalpón hoy emblemático. Por buscar nuevos horizontes y mejor calidad de vida viajó a la ciudad capital, Lima-Perú, donde trabajó como representante de ventas en la empresa PROLINSA por 8 años y de ahí formó su propio negocio a la mano del arte, participando en el espacio radial, llamado: “Por los Barrios de mi tierra" en Radio Nacional, conducido por Cecilia del Rizco (Poetiza). Después integra el grupo criollo “Juventud América Criolla”, hasta el año 1997 en que retorna a su ciudad natal. Año 1998, el Instituto Nacional de Cultura de Motupe (INC - MOTUPE), siendo director de dicha institución, el profesor, poeta y escritor Rully Falla Failoc, le hace un reconocimiento como Cantautor. En ese mismo año, le nace la idea de contribuir con la cultura de su pueblo y hace realidad a la REVISTA “SIEMPRE LA VOZ”, en la cuál se desempeñó como director de las cinco primeras ediciones y el Señor José Alfredo Yanagui Roque como Gerente General, los dos naturales del Motupe. Fue presidente del Club Cultural deportivo Emiliano Niño Pastor, en el año 2000 logrando subir de categoría de segunda división a primera división. Además de recibir un reconocimiento del Centro Educativo de Gestión no estatal “San Agustín”, por parte del promotor y gestor Sr. Walter Zurita Portocarrero con un diploma por su contribución a la cultura en forma gratuita por el Himno al Centro Educativo como autor y compositor, adjuntando partituras. En el año 2001 se une a la Asociación Peruana de Autores y Compositores APDAYCPERÚ, con el número 2747; con este logro organiza y presenta su primer recital musical titulado “La Juventud Canta Rossmery & Rita” con fecha 23 de noviembre en el Coliseo 164


REVISTA LITERARIA ERGO Municipal de Motupe, presentando temas inéditos de César Salazar Contreras como: No temas, Amor de adolescente, Cupido flechó, Estoy por nacer, Ya es muy tarde, Vente conmigo; a este recital se le agregó el tema “Abrázame fuerte” de Kathya Rossmery Salazar Grados y el tema “El último beso” del profesor Juan Faya Lazo. El 18 de octubre del 2003 organizó con la Revista “Siempre la Voz” y la Asociación Cultural “Apurlec Motupanos Residentes en Lima”, el primer encuentro distrital de Psicología, temas Valores – Antivalores, sistema de Crianza, Autoestima, teniendo como invitados al Dr. Luis Zapata Ponce (Decano Nacional del Colegio Psicólogos del Perú), al Dr. Luis Alfredo Benites Morales (Decano Regional – Lima del colegio Psicológicos del Perú). Siendo presidente de la asociación de Artistas Motupanos “Guillermo Rodriguez Flores” en el año 1999 se presentó al concurso Nacional de Grupos Floclóricos titulado “ALPHA MOTUX MANTA”, que quiere decir Tierra de Motupe, siendo el principal auspiciador La parroquia San Julián de Motupe. Participaron el Grupo Raíces de Jaén, Raíces del Perú de Chiclayo, Llampayec de Chiclayo y el grupo Añoranza de Mórrope. En el año 2002 deja su aporte cultural en la fe y crea el Himno de procesión a la Santísima Cruz de Chalpón entregándola a la Hermandad Central. Nuestro amigo cantautor, preocupado siempre en su arte, su pasión por escribir poesías y crear letras para música; en un desprendimiento cultural y en calidad de donación crea en el himno al Centro Educativo Particular San Agustín en el año 2004 y el himno al Centro Educativo José Sánchez del Espinal – Chóchope, en el año 2005 dona el himno al C.E. Pumacirca Chóchope. En el año 2013 dona el himno al C.E particular los Robles. En el año 2011 como presidente el Club Cultural de Fútbol femenino “Las águilas” representaron con orgullo al departamento, en el campeonato Nacional de Fútbol Femenino en La Videna en Lima.

Vals a Motupe Autor letra y música: césar augusto salazar contreras. I Motupe, tierra norteña Tierra donde el inca, encontró su paraíso. Recordemos motupanos nuestra historia Ésta tuvo su origen en Apurléc. II Feligreses devotos nos visitan, peregrinos que caminan con fervor, hacía a ti, divina Cruz bendita, Santuario cerro del Chalpón. (Coro) 165


REVISTA LITERARIA ERGO

Ella espera con sus brazos extendidos, Como madre ofreciendo su perdón, el cerro con sus quebradas, el ocaso se hace aún más bello, campanas desde el cielo nos dan su bendición.

Himno Santisima Cruz de Motupe Autor letra y música: césar augusto salazar contreras. Mi cruz de Motupe Del cerro Chalpón Mi Jesús divino Tu cama es mi cruz Aquí esta mi ofrenda Con todo mi amor Con todo mi amor Con todo mi amor II Somos peregrinos viajeros Y andamos unidos Buscando la paz Cantos de alabanzas A ti, Cruz bendita Es tu luz destello En la oscuridad. III Santuario de gloria El cerro Chalpón Donde el franciscano Talló nuestra cruz Aquí acompañando A ti imploramos Extiendas tus brazos Milagrosa Cruz Y en este sendero De cruel sufrimiento Me estrechen tus brazos Como a mi Jesús 166


REVISTA LITERARIA ERGO

El hallazgo de la Cruz Autor letra y música: césar augusto salazar contreras. A la memoria de don: José Mercedes Anteparra Rudecindo Ramírez Hallazgo: 05-08-1968 Fue un loco O tal vez un sabio Que puso a Motupe a temblar Pues mucha gente se moría De tan solo pensar Que la tierra se perdía Por el cataclismo universal. OH, La alarma fue general Que de boca en boca cual chisme llegó Fue cómodo el recordar Al ermitaño Abad Que a nuestra cruz talló. Fue una o fueron dos En parejas o en cuartetos Para formar la comisión Juan, Tómas, Toribio, Hilario Justo huertas y un tal Calvay Los que emprendieron la búsqueda Con fé y devoción. Jovencito don Mercedes A lo seguro escogió A Rudecindo el anciano Por sus 80 y conocedor Fueron grandes empinadas Y pendientes que subió La búsqueda por las quebradas A sus piecitos dolió. La fátiga y el cansancio De los demás se apoderó Pero al joven y al anciano DIOS, por buen camino los guió. El muchachón de Anteparra Hacia al cielo, su mirada elevó Y en lo alto de aquel cerro Una estacada descubrió. 167


REVISTA LITERARIA ERGO Fue muy grande su alegría Que del cansancio no se habló Cual si fuera sacristía La cuevita del Chalpón A nuestra Cruz la cobijó.

168


REVISTA LITERARIA ERGO

ÍNDICE PRESENTACIÓN ...................................................................................................................... 3 ANTONIO CILLÓNIZ DE LA GUERRA .......................................................................... 5 BIOGRAFÍA................................................................................................................................ 7 ANTOLOGÍA DE POESÍA .................................................................................................... 9 Nadie sabe para quién trabaja .............................................................................................. 11 De ilusión también se muere ............................................................................................... 11 Vestigios de los antepasados................................................................................................ 13 Me preocupo a veces por los míos ..................................................................................... 13 Visión terrenal ........................................................................................................................ 14 Contemplación final del árbol del paraíso ......................................................................... 15 Una descripción del Perú ..................................................................................................... 15 Epitalamio al capital y el trabajo ......................................................................................... 17 Preámbulo a Biografía inconclusa ...................................................................................... 17 El resto del camino ............................................................................................................... 18 Acerca de uno ........................................................................................................................ 19 Del amor ................................................................................................................................. 19 De la realidad y la obra ......................................................................................................... 21 Acerca de la censura .............................................................................................................. 22 Misterios tan dolorosos ........................................................................................................ 23 Ruta hacia El Dorado ........................................................................................................... 24 Acertijos del conocimiento .................................................................................................. 24 Apelando al destino............................................................................................................... 25 Tránsito de los hombres....................................................................................................... 26 Deseo de la esperanza........................................................................................................... 27 Mujer soñada .......................................................................................................................... 28 La nostalgia del amor ............................................................................................................ 29 169


REVISTA LITERARIA ERGO Escritura de la realidad ......................................................................................................... 29 El poeta y la palabra .............................................................................................................. 30 Al matadero de la plaza Bolívar .......................................................................................... 31 Redoble fúnebre en contra del nuevo sol naciente .......................................................... 31 ENTREVISTAS ........................................................................................................................ 34 “La crítica es un faro o una brújula solo para aquel que la necesita” ............................ 36 COMENTARIOS DE SU OBRA .......................................................................................... 44 Poiesis y Diké: Sobre el itinerario poético de Antonio Cillóniz..................................... 46 POESÍA EN QUECHUA ....................................................................................................... 50 Nora Alarcón ......................................................................................................................... 52 Musuq llaqtanchik ............................................................................................................. 52 Nuestro pueblo nuevo ..................................................................................................... 53 Ripukunaypaq .................................................................................................................... 53 Para marcharme ................................................................................................................ 54 Mama Angélica .................................................................................................................. 54 Mama Angélica .................................................................................................................. 55 Omar Aramayo ...................................................................................................................... 56 Willakakuna mamanpa ñuñunta manunchanku ........................................................... 56 Los Willcas reclaman el seno a su madre ...................................................................... 56 Pacha Mamaq tukukuyninta apakuna watun ................................................................ 57 Las papas presienten el final de la Madre Tierra .......................................................... 57 Waqonpa wak’an ............................................................................................................... 58 La caverna del Wakón ...................................................................................................... 58 Maritza Pozo Manrique ........................................................................................................ 59 Waynarikuy ........................................................................................................................ 59 Instante de ilusión ............................................................................................................. 60 Kachkanikuraqmi kaypi ................................................................................................... 60 Aún estamos aquí.............................................................................................................. 61 Mana kaqmanta llakikuy................................................................................................... 62 Añoranza ............................................................................................................................ 62 Judith Amaranta Huiza Soto ............................................................................................... 64 170


REVISTA LITERARIA ERGO Achikllay warmakuna ....................................................................................................... 64 Niños luz ............................................................................................................................ 65 Llinka yupi.......................................................................................................................... 65 Huellas de arcilla ............................................................................................................... 66 Qispi urpi ........................................................................................................................... 67 Ave de cristal ..................................................................................................................... 67 Einer Narváez López ............................................................................................................ 69 Waka waqra ........................................................................................................................ 69 Cuerno sagrado ................................................................................................................. 70 Qantu tika........................................................................................................................... 70 Flor de qantu ..................................................................................................................... 71 Urpi ..................................................................................................................................... 72 Palomita .............................................................................................................................. 72 POESÍA PERUANA ................................................................................................................ 74 Márlet Ríos ............................................................................................................................. 76 Sonqo .................................................................................................................................. 76 La memoria del tablazo .................................................................................................... 77 Molinos ............................................................................................................................... 77 Memory ................................................................................................................................... 78 Jorge Pérez Baca .................................................................................................................... 79 Polifemo ............................................................................................................................. 79 Ítaca ..................................................................................................................................... 80 Cara a cara .......................................................................................................................... 82 Hablarle a la herida ........................................................................................................... 82 Karina Medina Paico............................................................................................................. 85 Herida ................................................................................................................................. 85 Lloregua .............................................................................................................................. 85 Carta de una ramera.......................................................................................................... 86 Riqueza femenina.............................................................................................................. 87 Paul Sánchez Gibaja .............................................................................................................. 88 El caballo ............................................................................................................................ 88 171


REVISTA LITERARIA ERGO Las truchas ......................................................................................................................... 89 Un colibrí en el lomo de un hipopótamo ..................................................................... 89 Lagartija .............................................................................................................................. 90 Fiorella Terrazas Espinoza................................................................................................... 91 A lot of chicas tristes en instagram ................................................................................ 91 Cam Girl ............................................................................................................................. 92 Enfermedad ....................................................................................................................... 94 El meme de la cifra ........................................................................................................... 95 Michael Quevedo Cobo ....................................................................................................... 97 Eclipse lunar ...................................................................................................................... 97 Vómito negro .................................................................................................................... 98 De esa mano invisible ...................................................................................................... 99 Verso apátrida.................................................................................................................... 99 Elvin Jancco Velásquez ......................................................................................................101 Horario de gatos .............................................................................................................101 Entre gotas y nebulosas .................................................................................................102 Delirio de un gato ...........................................................................................................103 Almirante herido .............................................................................................................104 Shanna Rivera Lucana ........................................................................................................105 La Negra come cartón....................................................................................................105 Mejillas rosadas................................................................................................................106 ¡Ahí vamos César! ...........................................................................................................106 Tumbo en San Blas.........................................................................................................107 Lindsay Fiore Vitale ............................................................................................................108 Circe ..................................................................................................................................108 Brillante legado ................................................................................................................109 Rito ....................................................................................................................................110 Precuela ............................................................................................................................111 POESÍA INTERNACIONAL .............................................................................................112 Omar Ardila Murcia ............................................................................................................114 Añoranza ..........................................................................................................................114 172


REVISTA LITERARIA ERGO Simulaciones ....................................................................................................................115 Excomunión ....................................................................................................................115 XVII ..................................................................................................................................116 Andrés C. Rodríguez Yunda ..............................................................................................117 Reloj ..................................................................................................................................117 Sentirle XI ........................................................................................................................118 Natalicio ...........................................................................................................................119 Seria la bala.......................................................................................................................120 Andoni Mendia ....................................................................................................................122 Autobús, 6:40 ..................................................................................................................122 Vita volant ........................................................................................................................123 Cruces de vías ..................................................................................................................123 Beach Lecture II..............................................................................................................124 Anita Piscazzi .......................................................................................................................125 Ecco sei qui ......................................................................................................................125 Ferma l'ali .........................................................................................................................126 Quando ti girerai .............................................................................................................126 Non conosco la strada ...................................................................................................127 Jorge Luis Betancourt .........................................................................................................128 Andar de bestia................................................................................................................128 Ladridos del viaje ............................................................................................................129 La otra mejilla ..................................................................................................................129 Sin grilletes .......................................................................................................................130 David González ...................................................................................................................131 la voz .................................................................................................................................131 nazca .................................................................................................................................131 Patria o Muerte ................................................................................................................132 las ceremonias creativas .................................................................................................132 NARRATIVA ..........................................................................................................................134 Francisco León Carrasco....................................................................................................136 Jazzmen ............................................................................................................................136 173


REVISTA LITERARIA ERGO Eidolon .............................................................................................................................137 Dedyz Galindo .....................................................................................................................140 Jirón Lima ........................................................................................................................140 Ausencias en el parque universitario ............................................................................143 Gianmarco Farfán Cerdán .................................................................................................148 La luz que proviene de la sala .......................................................................................148 Viaje pirata en la biblioteca ...........................................................................................149 Rusvelt J. Nivia Castellanos ...............................................................................................151 Bajo el delirio ...................................................................................................................151 Demencias........................................................................................................................152 Alejandro Benjamín Laurentti ...........................................................................................154 Los lirios ...........................................................................................................................154 Las palomas .....................................................................................................................155 ENTREVISTA ........................................................................................................................156 El alma vicús de Gonzalo Higueras .................................................................................158 FOLKLORE Y TRADICIÓN .............................................................................................162 Homenaje a la Cruz de Chalpón – Motupe ....................................................................164 César Augusto Salazar Contreras ......................................................................................164 Vals a Motupe..................................................................................................................165 Himno Santisima Cruz de Motupe ..............................................................................166 El hallazgo de la Cruz ....................................................................................................167 ÍNDICE ....................................................................................................................................169

174


REVISTA LITERARIA ERGO

175


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.