N 4print galt

Page 1

N.4.indd 1

10/9/14 20:03


Big S u r # 4 Ar te Contemp or áneo L ati no ameri cano I SBN 978-987-2923 4- 0- 2

Dir ec c ión: Al varo C i fu entes Pr oduc c ión: J oh anna Bo ck

Cur adur ía: Ar tes Visual es: Alvaro C i fu entes, C eli na Ecei za, N ic ol ás M oguil evsky (t ext o s) Fotos muestr as: Jo hanna Bo ck, Fabi án Ramo s, Vi vi A bel so n

Sep tiemb r e 20 1 4 b ooks@b ig-sur .c o m.ar ww w .b ig-sur .c om. ar

N.4.indd 2

10/9/14 20:03


N.4.indd 3

10/9/14 20:03


Sorpresa y equívoco 1. Inmersos en la noche con un broche cardinal hacia la niebla rosada que el viento nos aflojaba los huesos de las rodillas, calambres de las tetillas, pulsos débiles, lactosos. Rompientes donde las cabras le sacan chispa a sus cuernos de jaspeados bien modernos con retrograbados chinos. Como el cintilar de un pino que llameara en la montaña, hojas de frágiles cañas, donde se lleva a un labriego; la oscuridad es un sosiego para esas cosas extrañas. 2. En el campo oscuramente se disputan cuatro perros unas piltrafas humeantes comidas enteramente. Porque cuando había rapiña los perros de la campiña se disparaban mordidas, de colores fluorescentes, quedaban como dementes bajo una luz de neón. Iban rondando los ranchos, atemorizando a las gentes, escondiéndose en los puentes / 2

N.4.indd 4

10/9/14 20:03


algunos con la panza abierta. Llevaban los ojos alertas y los hocicos crispados, queriendo tragar un bocado, tal vez una rata viva. Ya que antes de irse querĂ­an despedirse de este mundo, limpiando de algĂşn roedor y recalentando el motor con un andar moribundo y ese mirar circunflejo, ÂĄperros viejos sin reflejos! / 3

N.4.indd 5

10/9/14 20:03


Hay una recepción correcta y un error de recepción, hay una transmisión correcta o un error de transmisión. ¿Cuál es el reintento de entrega, los varios reintentos de cesión? Al fin sabrán: se superó la duración máxima de transferencia, se cumplió el error de traspaso sobre el historial de movilidad. Hubo un tiempo y hay una clase, una clase auxiliar: se configura en los detalles del publicador, se enrosca, cae, se subvierte en tramos. Se avisa de un error fatal, se está diagnosticando la información desde la conexión y se imagina un mundo, un tipo de interfaz: redes preferidas, canciones escuchadas, otros registros. Para consultar la información completa de una sesión, ¿tendrán en cuenta los técnicos el sentido, el sonido del evento de información, de un documento redactado en silencio, a solas, sobre una tenue luz de conectividad inalámbrica? En un descifrado de unidifusión correcto descansa un cifrado de multidifusión. A partir de un error se desata un error. Inicializar estado: correcto. Rastros y una expresión. Hay otra clase, obrera, que intenta respirar. Un problema planteado debería brindar una solución, invitar, ofrecer, exhibir. Una configuración automática, ¿se programará en otro detalle, esta vez de detección? ¿Es posible que exista un registro de diagnósticos de red que pueda conmover? Puntos de acceso, horizontes de unidad.

/ 4

N.4.indd 6

10/9/14 20:03


/ 5

N.4.indd 7

10/9/14 20:03


En el fondo de mi casa hay un necesero Con las hojas como las de cualquier árbol, con pequeños brotes que salen de las ramas que parecen secas pero no lo están: Si les das un golpe seco, como un hachazo sangra del corte la savia que delata que todavía el necesero está vivo. Él nos da tanta cantidad de necios como para hacer dulces y jaleas. Hornear compotas espesas como ojos negros. Regalar a los vecinos. Verlos caer sin culpa contra el piso. Que se desperdicien. Escucharlos estallar rechonchos, como bolsas de basura de las que escapa el agua de la yerba mate húmeda para manchar el suelo con una silueta más oscura en sus bordes. Misma cosa las aureolas de pis en los colchones viejos. Se escucha plaf! y alguien avisa: -Escuchaste eso? Hay que podar el necesero. Los pibes del barrio a la hora de la siesta se cuelgan del frutal y fantasean con construir casas en sus brazos de madera. Colgar hamacas de soga y cubiertas viejas. Argollas de caucho. Se sacan las chancletas para trepar por el viril tronco sin resbalar y robar los necios de cáscara fina. / 6

N.4.indd 8

10/9/14 20:03


N.4.indd 9

10/9/14 20:03


Los muerden: -¡Están verdes!y los escupen al aire ¡Qué bien garsean! Brilla su don contra el sol que pega en la parte del patio cubierta con cemento. Las chicas lindas de la cuadra saben elegir los mejores necios, morderlos con dulzura, poner varios en sus manos suaves. Las feas lo hacen todavía mejor, la fealdad les ha entrenado el talento. Dejan que su jugo se les chorree de la boca; que su azúcar les barnice los mentones y les manche, a la altura de los pezones, que se anuncian como el pronóstico del tiempo, apenas como dos botoncitos debajo del top.

N.4.indd 10

/ 8

10/9/14 20:03


El mar de porcelana Entro en la rotisería china de la avenida San Martín y Juan B. Justo. Hasta hace un rato estuve a pocas cuadras de aquí, desde muy temprano, trabajando en mi taller. De algún modo, la pintura se ha convertido, paulatinamente, en un proceso tormentoso para mí. El impulso de la mañana parece presagiar siempre algo prometedor, pero luego, después de avanzar en el trabajo, ya pasado el mediodía, de forma recurrente todo se transforma en un desastre .Estoy atrapado en un carrusel macabro. Paso del éxtasis altivo a un vertiginoso descenso, de una esperanza prometedora a la desilusión más abrupta. Es curioso, porque Íntimamente vibran en mí maravillosas imágenes, mundos potenciales pletóricos de singularidad, palacios exultantes, repletos de poesía, misterio e ingenio… El punto es que cuando mi mundo anímico, ese espacio preexistente, comienza a materializarse en ese proceso por el cual la materia se corporiza en el papel o la tela, sobreviene la decepción. Tosquedad, densidad, debilidad, tibieza, gestos pretensiosos. Miro lo hecho y me pregunto, ¿qué es esto? ¿Son acaso los esbozos desesperados de un principiante? ¿O son los intentos alucinados de un loco? Enseguida la mente se dispara hacia posibles soluciones, intento conectar referencias de los artistas de mi devoción... los cielos de Tiepolo, las carnaciones nacaradas de Tiziano, los paños evanescentes de Veronese, sus cinabrios, borrabinos, ultramares... También las pinturas negras de Goya, sin olvidarme del humor de Daumier, la gracia de Watteau; pienso mucho en Mailliol, en Manet, en Corot, en Delacroix ,Poussin, Van Eyck, Gauguin, Carrá, Duffy, De Chirico, Balthus, Alex Katz, Picasso, Hopper, Freud, Bacon... ¡Basta! No puedo más. Así no llego a ningún lado. Tal vez tenía razón aquel psicólogo que me diagnosticó una inmadurez crónica. Según él, sigo siendo un niño... Un niño que, al no poder crecer, buscó refugio en su mundo interior. Él me exhortaba a abandonar la fantasía e integrarme al mundo de los adultos.

Continúa

N.4.indd 11

en

l a

p á g i na

1 2

/ 9

10/9/14 20:03


N.4.indd 12

10/9/14 20:03


/ 11

N.4.indd 13

10/9/14 20:03


Pero en este instante, todo eso ha quedo atrás. Ahora estoy aquí, en la rotisería vegetariana de Juan B. Justo y San Martín, presto a servirme de la nutritiva comida. Entre las bandejas vaporosas y humeantes todas aquellas contradicciones enumeradas, las exigencias, mis proyecciones sobre el mundo, desaparecen. Mientras me dejo hipnotizar por el ambiente, suena de fondo una suave música tradicional china. Lentamente, el nudo de mi alma parece diluirse .Todas esas proyecciones que me capturaban tenazmente, no tienen efecto en este espacio. Desde mi lugar en la fila, observo con atención al encargado. Un oriental de mediana edad, concentrado en su función de pesar y cobrar las bandejas de comida que le van acercando los clientes. Mientras lo observo, tan absorto y dedicado en su trabajo, pienso: “¡Cuanta dignidad!” Que poco le importan a él las ambiciones del mundo , que lejos que se encuentra de cuestionamientos sobre el éxito y el fracaso. No intenta encontrar fuera de sí mismo la prueba de su propia valía. Es más, creo que ni siquiera debe importarle el dinero. Él debe estar más allá, dedicado, compenetrado en su tarea. Pesar y cobrar las bandejas de comida. Lo toma, seguramente, como una práctica espiritual. Él se ejercita en actualizar en cada bandeja un presente perfecto. Él está aquí y ahora con todo su ser. Cuánta dignidad y sabiduría, qué sentido más vital de la existencia. Quisiera ser como él, quisiera que él sea mi maestro y yo poder ser su discípulo. Penetrado por estas sensaciones me percato del hecho de mi propio presente. Yo también estoy aquí, ahora. Tengo que apagar la cabeza, y conectarme con este instante. Corrijo mi postura, enderezo la columna, relajo los hombros. Digamos que ocupo mi sitio en la fila y en el universo. Este lugar propicia mi relajación. Entiendo que este clima no fue creado de forma casual; ellos, los orientales, están aquí para ayudarnos. Mi postura le anunciará a él, de alguna manera, mi estado de receptividad a su presencia. Pronto será mi turno de pagar, y me voy acercando al encargado, mi amigo, mi maestro oriental.

/ 12

N.4.indd 14

10/9/14 20:03


/ 13

N.4.indd 15

10/9/14 20:03


Cada vez está más cerca. Sin embargo no parece percatarse de mi presencia. Entiendo esta enseñanza, los occidentales tenemos un Ego muy exagerado, y es por esto que nos distanciamos de lo esencial. En este sentido entiendo que simule ignorarme, no darme importancia. De todas formas es claro que para él yo no soy uno más en esta fila, yo no soy sólo una persona más comprando comida vegetariana... Intuyo que él sabe que hay cosas que yo sé. Durante años he leído mucho, investigué diversos conocimientos filosóficos del oriente. Tuve el íntimo propósito de ir más allá, y refinar algo de mi ser. He leído por ejemplo las Analectas de Confucio, también los Comentarios de Mencio, el Tao-TeKing, con su prédica del wei wu wei, actuar con la no acción. Digamos, que la mente no interfiera con el fluir de nuestra vida. Leí también las poesías de Li Tai-Po, y muchos de los textos atribuidos a Chuang Tse, por ejemplo el famoso sueño de la mariposa: ¿Es Chuang Tse que sueña ser la mariposa, o es la mariposa quien sueña ser Chuang Tse? También estudie El I Ching con sus sesenta y cuatro hexagramas. Y obviamente el tratado de pintura de Shi Tao, el monje calabaza amarga, en el que relata la forma del vacío cuando dice: “El espíritu no posee forma propia, toma forma a través de las cosas, es cuestión de llenar el vacío con trazos de luz y oscuridad; y así, desde la naturaleza interior, el artista podrá dar cuenta de la verdad” Pero entiendo que mi amigo oriental simule no percatarse de ello... Aunque en mi interior yo sé que él sabe que yo sé. El momento se acerca, es mi turno de pesar y pagar la comida. Me toca a mí. Inclino levemente mi cabeza a manera de saludo reverencial. Luego, de forma firme pero parsimoniosa coloco mi bandeja en la balanza. Entre nosotros la cordialidad de discípulo y maestro se manifiesta sólo con el silencio. Al pagarle me ofrece, en vez del cambio, unas galletas de avena y unos caramelos de jengibre. No me sorprende, entiendo lo que me está queriendo decir. No tengo que aferrarme a lo material, es preciso que practique el desapego; incluso en la pintura me pasa esto recurrentemente, quiero mantener siempre el control.

/ 14

N.4.indd 16

10/9/14 20:03


. 15

N.4.indd 17

10/9/14 20:03


N.4.indd 18

10/9/14 20:03


N.4.indd 19

10/9/14 20:03


Vuelvo a repetirme: “¿a qué le tengo miedo?” Tengo que soltar, dejarme ir, perderme en el fluir del Tao. Dinero a cambio de unos simples caramelos de jengibre y unas galletas de avena, los acepto con regocijo. Llega entonces la hora de partir, debo dejar la rotisería para salir y enfrentarme nuevamente al mundo, con sus conflictos y con sus exigencias. Aquello que los Taoístas llamaban Las Diez Mil Solicitaciones. La partida es también una práctica. Llegamos a este mundo desde lo misterioso y llegará el día que tengamos que despedirnos de él. Es un sino inexorable que a todo surgimiento le suceda una conclusión. De esto saben también mucho los orientales. Pero lo maravilloso es que yo, ahora, ya no soy el mismo de antes. Atesoro toda esta enseñanza vivificadora en mi interior. Entonces le digo adiós a mi maestro oriental, me dispongo por fin a partir… pero comprendiendo ahora que el verdadero ser danza subyacente y sempiterno en todos los seres, y que cada rostro es en realidad todos los rostros, y todos los rostros son la música plena y ascendente del gran concierto de la creación, pero esta verdad se oculta en el teatral entramado del cielo.

/ 18

N.4.indd 20

10/9/14 20:03


/ 19

N.4.indd 21

10/9/14 20:03


/ 20

N.4.indd 22

10/9/14 20:03


/ 21

N.4.indd 23

10/9/14 20:03


/ 22

N.4.indd 24

10/9/14 20:03


Adiós amigo oriental, nos volveremos a encontrar, tal vez allí, en la danza vertiginosa de los mundos, luego de pasar por mil reencarnaciones, más allá del río Yang Tse y el gran mar de porcelana. Remontaremos los círculos de fuego, que nos separan de quienes aún depuran sus pecados, alcanzaremos la estrella de la iluminación montados en un fénix de resurrección. Y guiados por Kilines de oro amarillo, trascenderemos el último estado de nuestra asfixiante singularidad. Nos fundiremos juntos como chispa y fuego, en prístina inocencia y al fin llegaremos a comprender cuál es el sentido último de la vacuidad, mas allá de lo incognoscible... Adiós amigo oriental, adiós…

/ 23

N.4.indd 25

10/9/14 20:03


88 / Para cualquier tipo de piano (2000) Las 88 teclas del piano se ejecutan al mismo tiempo por cuantos interpretes sean necesarios*. Uno de ellos también será el encargado de accionar el pedal derecho antes que las 88 notas empiecen a sonar y lo mantendrá pisado hasta que el intérprete deje de escuchar la última nota. Queda a criterio de cada uno de los intérpretes la dinámica elegida para la interpretación de su propia parte. * En el caso de que el piano no sea de 88 teclas, la acción podrá llevarse a cabo de cualquier manera. El número 88 simboliza las dos direcciones de la infinidad del universo, esto quiere decir que es infinitamente pequeño e infinitamente grande. En China se usa el número 88, en chats y mensajes de texto, para despedirse debido a que el número 8 se pronuncia “BAI” en chino mandarín, por lo que el 88 simula la expresión inglesa “bye bye”. ----------------------------------------------------------------------Experimento con sonido N. 7 (2014) Elementos: aguja, harina, embudo, globo 1. Poner una cucharada de harina dentro de un globo. 2. Inflar el globo. 3. Ubicar a tu ayudante en un lugar con el globo inflado y la aguja. 4. Quedarse aproximadamente a 20 metros del globo. 5. Dar la señal a tu ayudante para que lo pinche. 6. Vas a ver la harina al instante. La harina representa a la luz que viaja a 300.000 kilómetros por segundo y vas a escuchar el sonido un instante después porque viaja a 1.224 kilómetros por hora.

/ 24

N.4.indd 26

10/9/14 20:03


N.4.indd 27

10/9/14 20:03


N.4.indd 28

10/9/14 20:03


N.4.indd 29

10/9/14 20:03


/ 28

N.4.indd 30

10/9/14 20:03


N.4.indd 31

10/9/14 20:03


La campera MA­1 fue desarrollada a mediados de la década de 1950. La MA­1 y su predecesora, el B­15 Flight Jacket, surgieron por la aparición de la era de los reactores, se establecieron nuevos requisitos para la prestaciones de los pilotos, la seguridad y comodidad. Antes de la invención de los aviones a reacción, las camperas forradas de cuero eran el estandar del personal de vuelo. Sin embargo, los nuevos aviones podrían volar a altitudes muy superiores y en temperaturas mucho más frías que los aviones de hélice. Estas camperas de cuero voluminosas en condiciones de lluvia (cuando el piloto se desplazaba hasta el avión) o la transpiración, producia el congelamiento del agua a grandes alturas, haciendo las camperas frías e incomodas. Además, los nuevos aviones poseían diseños mas compactos. Cabinas estrechas y llenas de nuevos equipos. En vez de las voluminosas camperas de cuero, una campera elegante, ligera y cálida que se necesitaba para la tecnología de los nuevos aviones a comienzos de los 50 Hoy en día uno puede ver su cara de asombro en el lomo de una Pepsi de tres litros por su parecido con la forma de las bombas que desprendían los aviones en la guerra de Vietnam. Cuando la mala suerte viene directa hacia uno en forma de bala, un avión puede caer y el piloto puede morir en el impacto, o tal vez un poco más abajo en la tierra. Pero si un ángel pasa volando y se cruza con el tipo salva su vida y cae, pero esta vez ejectado en forma de paracaídas. Para darse una idea, la caída de un piloto en paracaídas es exactamente igual de larga que el tiempo que tarda el vidrio del baño en empañarse. Mientras que caer sin paracaídas es igual a la velocidad de un parpadeo de Kirsten Dunst. El piloto dibuja un mapa preciso sobre la palma de la mano. Está perdido y el único indicador externo del paso del tiempo es la sangre seca en su cuerpo. Ahora el lado azul de la campera quedó del lado de la piel. Desde 1958 existe el lado naranja Indio de las camperas Alpha MA­1 para que los pilotos la usen en señal de rescate.

N.4.indd 32

10/9/14 20:03


N.4.indd 33

10/9/14 20:03


/ 32

N.4.indd 34

10/9/14 20:03


Adriana Minoliti: 20 Ariel Cusnir: 3, 8, 15 Bia Bittencourt: 0, 18, 23 Carlos Bissolino: 28, 29 Estefanía Landesmann: 1, 5 Fabián Ramos: 21, 22 Federico Dominguez Zacur: 25, 26, 27 Francisco Garamona: 2, 3 Josefina Labourt: 7, 10, 11 Luis Garay/Diego Bianchi: 30 Mariana Sissia: 13 Mariela Gouiric: 6, 8 Nahuel Vecino: 9, 12, 14, 18, 23 Nicolás Moguilevsky: 4 Osías Yanov: 31 Sol Pipkin: 16, 17, 19 Tomás Maglione: 32 Ulises Conti: 24 Tapa: Fabián Ramos

N.4.indd 35

10/9/14 20:03


Big Sur #4

N.4.indd 36

10/9/14 20:03


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.