Revista Edificando Familias 59

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NÚMERO 59

Edificando familias 15 de agosto, Fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen María

Revista del movimiento de Encuentros conyugales de El salvador Del 7 al 20 de agosto de 2014


Editorial Durante esta quincena celebramos la Asunción de María Santísima al Cielo en cuerpo y alma, Es un dogma de fe instituido por el papa Pío XII, Acontecimiento que celebramos el 15 de agosto. La fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen María, se tiene un doble objetivo: La feliz partida de María de esta vida y la asunción de su cuerpo al cielo. La maternidad divina de María fue el mayor milagro y la fuente de su grandeza, pero Dios no coronó a María por su sola la maternidad, sino por sus virtudes: su caridad, su humildad, su pureza, su paciencia, su mansedumbre, su perfecto homenaje de adoración, amor, alabanza y agradecimiento. María es una obra maravillosa de Dios: mujer sencilla y humilde, concebida sin pecado original y, por tanto, creatura purísima. Su alma nunca se corrompió. Su cuerpo nunca fue manchado por el pecado, fue siempre un templo santo e inmaculado de Dios. "La Asunción de la Santísima Virgen constituye una participación singular en la Resurrección de su Hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos. La importancia de la Asunción para nosotros, hombres y mujeres, radica en la relación que hay entre la Resurrección de Cristo y la nuestra. La presencia de María, mujer de nuestra raza, ser humano como nosotros, quien se halla en cuerpo y alma ya glorificada en el Cielo, es eso: una anticipación de nuestra propia resurrección. Pidamos pues la intercesión de Nuestra Madre del Cielo para sobrellevar la carga diaria de las tentaciones, y conservar la gracia de la cual Dios nos reviste todos los días e imitar su obediencia, sencillez, humildad y servicio a los más débiles… gracias Virgencita por enseñarnos el camino al cielo!!!.


La Asunción de la Santísima Virgen al Cielo Es el grito de la Liturgia y de la fe cristiana, dos veces milenaria. La que fue Madre de Dios e Inmaculada desde su Concepción, con convenía, no podía, sufrir la corrupción del sepulcro. Su santa dormición fue un deliquio místico de amor entrañable a su Dios, y enseguida un raudo vuelo de paloma a lo más encumbrado de los cielos, cortejada por los coros angélicos. Desde su exaltado sitial queda entronizada como Reina de todos los Santos, con la correspondiente « omnipotencia suplicante». Subió hasta la diestra de su Hijo benditísimo para preceder en la gloria a sus hijos adoptivo, que son casi legión, que son casi infinitos. Por todos se interesa, como madre e intercesora, la « llena de gracia», la « más bendita de todas las mujeres». Y el papa Pío XII, cediendo a su personal creencia y filial devoción y respondiendo también al unánime voto de toda la cristiandad, define Dogma de fe cristiana esa Asunción de María a los cielos en su cuerpo y alma, para gloria de tan excelsa Señora y esperanza de sus hijos militantes en la tierra. El 1 de noviembre del Año Santo y Jubilar de 1950 presenció la acogedora plaza de San Pedro el acto más apoteósico que jamás pudo contemplarse en el mundo ante el medio millón personas de toda raza y país que a la voz del Sumo Pontífice Romano aclamaron a la Reina Asunta a los cielos e imploraron juntos su maternal protección sobre este mundo sufriente. María Asunta a los cielos es la gloriosa Mujer del Apocalipsis; es la Hija del Rey, ricamente engalanada; es la triunfadora del Dragón infernal; la nueva Judit; la niña preferida de Dios, que le rinde por tantas gracias un Magnificat de gratitud. Y al ascender la Madre, provoca a volar a sus hijos de la tierra, que le piden resucitar con Cristo y compartir luego con la Madre su gloria en el empíreo. Reina y Madre santísima, segura de tí misma, muéstrate solícita por los tuyos, que sufrimos continua lucha y continua tempestad. Tu fiesta culminará en ocho días con la celebración de tu fiesta con el título de Reina. Esto nos pone de manifiesto tu perfecta y total glorificación junto a tu Hijo, Rey y Señor de todo el universo. Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, ella, al aceptar tu Palabra, con limpio corazón, mereció concebirla en su seno virginal, y al dar a luz a su Hijo, preparó el nacimiento de la Iglesia. Ella, al recibir junto a la cruz el testamento de su amor divino, tomó como hijos a todos los hombres, nacidos a la vida sobrenatural por la muerte de Cristo. Ella, en la espera pentecostal del Espíritu, al unir sus oraciones a las de los discípulos, se convirtió en el modelo de la Iglesia suplicante. Desde su asunción a los cielos, acompaña con amor materno a la Iglesia peregrina, y protege sus pasos hacia la patria celeste, hasta la venida gloriosa de Nuestro Señor Jesucristo.

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Fundamento del Dogma de la Asunción El Papa Pío XII bajo la inspiración del Espíritu Santo, y después de consultar con todos los obispos de la Iglesia Católica, y de escuchar el sentir de los fieles, el primero de Nov. de 1950, definió solemnemente con su suprema autoridad apostólica, el dogma de la Asunción de María. Este fue promulgado en la Constitución "Munificentissimus Deus":

"Después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces y de invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para 2-Su Maternidad Divina: Como el cuerpo de Cristo se gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen había formado del cuerpo de María, era conveniente María su peculiar benevolencia; para honor de su Hi- que el cuerpo de María participara de la suerte del jo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y cuerpo de Cristo. Ella concibió a Jesús, le dio a luz, le de la muerte; para aumentar la gloria de la misma nutrió, le cuido, le estrecho contra su pecho. No poaugusta Madre y para gozo y alegría de toda la Igle- demos imaginar que Jesús permitiría que el cuerpo, sia, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de que le dio vida, llegase a la corrupción. los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y con la 3-Su Virginidad Perpetua: como su cuerpo fue prenuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser servado en integridad virginal, (toda para Jesús y dogma divinamente revelado que La Inmaculada Ma- siendo un tabernáculo viviente) era conveniente que dre de Dios y siempre Virgen María, terminado el después de la muerte no sufriera la corrupción. curso de su vida terrenal, fue asunta en cuerpo y al- 4-Su participación en la obra redentora de Cristo: ma a la gloria del cielo".

María, la Madre del Redentor, por su íntima participación en la obra redentora de su Hijo, después de

¿Cual es el fundamento para este dogma? El Papa consumado el curso de su vida sobre la tierra, recibió Pío XII presentó varias razones fundamentales para el fruto pleno de la redención, que es la glorificación la definición del dogma:

del cuerpo y del alma.

1-La inmunidad de María de todo pecado: La des- La Asunción es la victoria de Dios confirmada en Macomposición del cuerpo es consecuencia del pecado, ría y asegurada para nosotros. La Asunción es una y como María, careció de todo pecado, entonces Ella señal y promesa de la gloria que nos espera cuando estaba libre de la ley universal de la corrupción, pu- en el fin del mundo nuestros cuerpos resuciten y sean diendo entonces, entrar prontamente, en cuerpo y reunidos con nuestras almas. alma, en la gloria del cielo. Madre Adela Galindo SCTJM Página 2


La Voz del Papa Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! Este domingo, el Evangelio nos presenta el milagro de la multiplicación de los panes y los pescados (Mt 14,13-21). Jesús lo realizó a lo largo del Mar de Galilea, en un lugar aislado donde se había retirado con sus discípulos después de enterarse de la muerte de Juan el Bautista. Pero, muchas personas los siguieron y los alcanzaron; y Jesús, al verlos, sintió compasión y curó a los enfermos hasta la noche. Entonces los discípulos, preocupados por la hora tardía, le sugirieron despedir a la muchedumbre para que ella pudiese ir a las ciudades a comprarse lo necesario para comer. Pero Jesús, tranquilamente, les respondió: «Denles de comer ustedes mismos» (Mt 14,16); y haciéndose traer cinco panes y dos pescados, los bendijo, y comenzó a partirlos y darlos a los discípulos, quienes los distribuían a la gente. Todos comieron hasta saciarse e incluso, ¡sobró! En este hecho podemos captar tres mensajes. El primero es la compasión. Frente a la multitud que lo busca y - por así decirlo – “no lo deja en paz”, Jesús no reacciona con irritación. No dice “esta gente me da fastidio”. No, no. Reacciona con un sentimiento de compasión, porque sabe que no lo buscan por curiosidad, sino por necesidad. Pero estemos atentos: compasión, lo que siente Jesús, no es simplemente sentir piedad. ¡Es más! Significa “padecer con”, es decir, compenetrarse en el sufrimiento del otro, al punto de tomarlo sobre sí. Así es Jesús, sufre junto a nosotros, sufre con nosotros, sufre por nosotros. Y el signo de esta compasión son las muchas sanaciones que realizó. Jesús nos enseña a anteponer las necesidades de los pobres a las nuestras. Nuestras exigencias, aunque legítimas, nunca serán tan urgentes como las de los pobres, que carecen de lo necesario para vivir. Nosotros hablamos seguido de los pobres, pero cuando hablamos de los pobres, ¿oímos que aquel hombre, aquella mujer, aquellos niños no tienen lo necesario para vivir? ¿Que no tienen para comer, no tienen para vestirse, no tienen la posibilidad de medicinas? También los niños que no tienen la posibilidad de ir a la escuela… Y por eso, nuestras exigencias - aún legítimas - no serán jamás tan urgentes como aquellas de los pobres, que no tienen lo necesario para vivir. El segundo mensaje es el compartir. El primero es la compasión, aquello que sentía Jesús, con el compartir. Es útil comparar la reacción de los discípulos frente a la gente cansada y hambrienta, con la de Jesús. Son diferentes. Los discípulos piensan que es mejor despedirse de ellos, para que puedan ir a buscarse la comida. En cambio, Jesús dice: denles de comer ustedes mismos. Dos reacciones diferentes, que reflejan dos lógicas opuestas: los discípulos razonan de acuerdo con el mundo, por lo que cada uno debe pensar en sí mismo; reaccionan como si dijeran: “arréglenselas solos”. Jesús razona en cambio de acuerdo a la lógica de Dios, que es aquella del compartir. ¡Cuántas veces nosotros nos damos vuelta hacia otro lado con tal de no ver a los hermanos necesitados! Y esto, mirar hacia otro lado, es un modo educado de decir con guantes blancos: “arréglenselas solos”. Y esto no es de Jesús: esto es egoísmo. Si Él hubiera despedido a la gente, muchas personas se habrían quedado sin comer. En cambio, aquellos pocos panes y pescados, compartidos y bendecidos por Dios, fueron suficientes para todos. Y atención ¿eh?: no es una magia, ¡es un “signo”! Un signo que invita a tener fe en Dios, el Padre providente, que no nos hace faltar “el pan nuestro de cada día”, si nosotros sabemos compartirlo como hermanos. Compasión, compartir.

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La Voz del Papa Y el tercer mensaje: el milagro de los panes preanuncia la Eucaristía. Esto se puede ver en el gesto de Jesús que “recita la bendición” (v. 19) antes de partir el pan y distribuirlo a la gente. Es el mismo gesto que hará Jesús en la Última Cena, cuando instaura el memorial perpetuo de su Sacrificio redentor. En la Eucaristía, Jesús no da un pan, sino el pan de vida eterna, se dona a Sí mismo, ofreciéndose al Padre por amor a nosotros. Nosotros debemos ir a la Eucaristía con aquel sentimiento de Jesús, es decir, la compasión, y con aquel deseo de Jesús, compartir. Quien va a la Eucaristía sin tener compasión por los necesitados y sin compartir, no se encuentra bien con Jesús. Compasión, compartir, Eucaristía. Este es el camino que Jesús nos indica en este Evangelio. Un camino que nos lleva a afrontar con fraternidad las necesidades de este mundo, pero que nos conduce más allá de este mundo, porque parte de Dios Padre y regresa a Él. Que la Virgen María, Madre de la Divina Providencia, nos acompañe en este Camino.

Catecismo

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"Finalmente, la Virgen Inmaculada, preservada libre de toda

mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, fue llevada a la gloria del cielo y elevada al trono por el Señor como Reina del universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los Señores y vencedor del pecado y de la muerte" (LG 59; cf. la proclamación del dogma de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María por el Papa Pío XII en 1950: DS 3903). La Asunción de la Santísima Virgen constituye una participación singular en la Resurrección de su Hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos: En tu parto has conservado la virginidad, en tu dormición no has abandonado el mundo, oh Madre de Dios: tú te has reunido con la fuente de la Vida, tú que concebiste al Dios vivo y que, con tus oraciones, librarás nuestras almas de la muerte (Liturgia bizantina, Tropario de la fiesta de la Dormición [15 de agosto]). ... ella es nuestra Madre en el orden de la gracia

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Gotitas de Fe

Luz Para la Familia La Asunción de La Virgen y su eterno legado. "La Virgen Inmaculada, preservada libre de toda Todos somos sus hijos; ella es Madre de la humanimancha de pecado original, terminado el curso de su dad entera. Y ahora, la humanidad conmemora su vida en la tierra, fue llevada a la gloria del cielo y ele- inefable Asunción: María sube a los cielos, hija de vada al trono por el Señor como Reina del universo" Dios Padre, madre de Dios Hijo, esposa de Dios EspíCatecismo de la Iglesia Católica, n. 966

ritu Santo. Más que Ella, sólo Dios.

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Luz Para la Familia Naturalidad. Así vivió María, si Dios ha querido ensalzar a su Madre, es igualmente cierto que durante su vida terrena no fueron ahorrados a María ni la experiencia del dolor, ni el cansancio del trabajo, ni el claroscuro de la fe. A aquella mujer del pueblo, que un día prorrumpió en alabanzas a Jesús exclamando: bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te alimentaron, el Señor responde: bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica. Era el elogio de su Madre, del hágase sincero, entregado, cumplido hasta las últimas consecuencias, que no se manifestó en acciones trega por entero en un sacrificio gustoso, porque no aparatosas, sino en el sacrificio escondido y silencio- existe motivo alguno que justifique el desconsuelo. so de cada jornada.

Quizá estimaréis que este optimismo parece excesivo, porque todos los hombres conocen sus insuficien-

Para ser divinos, para endiosarnos, hemos de empe- cias y sus fracasos, experimentan el sufrimiento, el zar siendo muy humanos, viviendo cara a Dios nues- cansancio, la ingratitud, quizá el odio. Los cristianos, tra condición de hombres corrientes, santificando si somos iguales a los demás, ¿cómo podemos estar esa aparente pequeñez. Así vivió María. La llena de exentos de esas constantes de la condición humana? gracia, la que es objeto de las complacencias de Dios, la que está por encima de los ángeles y de los santos La fiesta de la Asunción de Nuestra Señora nos prollevó una existencia normal. María es una criatura pone la realidad de esa esperanza gozosa. Somos como nosotros, con un corazón como el nuestro, ca- aún peregrinos, pero Nuestra Madre nos ha precedipaz de gozos y de alegrías, de sufrimientos y de lágri- do y nos señala ya el término del sendero: nos repite mas. Antes de que Gabriel le comunique el querer de que es posible llegar y que, si somos fieles, llegareDios, Nuestra Señora ignora que había sido escogida mos. Porque la Santísima Virgen no sólo es nuestro desde toda la eternidad para ser Madre del Mesías. ejemplo: es auxilio de los cristianos. Hoy, en unión Se considera a sí misma llena de bajeza: por eso re- con toda la Iglesia, celebramos el triunfo de la Madre, conoce luego, con profunda humildad, que en Ella ha Hija y Esposa de Dios. Nos sentimos alegres porque hecho cosas grandes el que es Todopoderoso.

María, después de acompañar a Jesús desde Belén hasta la Cruz, está junto a El en cuerpo y alma, disfru-

Servid al Señor, con alegría: no hay otro modo de tando de la gloria por toda la eternidad. servirle. Dios ama al que da con alegría, al que se enPágina 6


Festividades de la Iglesia Santo Domingo de Guzmán Hoy, 8 de Agosto, la Iglesia se viste de negro y blanco dominico para celebrar con alegría a SANTO DOMINGO DE GUZMAN quien muriera santamente el 6 de agosto de 1221 en ciudad de Bolonia, Italia. Nacido hacia 1170 en Caleruega, Provincia de Burgos, España, fue fundador de la Orden de los Predicadores conocida como los Dominicos. En 1234 el Papa Gregorio IX le proclamó Santo, solo 13 años después de su muerte. Sus reliquias se veneran en la Iglesia de santo Domingo en Bolonia, Italia. Unidos, pues, a la familia de los Dominicos extendida difusamente en América y en todo el mundo, y a quienes felicitamos cordialmente, brindemos nuestro vivo aplauso a Santo Domingo de Guzmán.

Santa Clara de Asís Hoy, 11 de agosto, la Iglesia conmemora el nacimiento para el cielo de SANTA CLARA DE ASIS, en el aniversario de su muerte ocurrida en un día como hoy de 1253 en San Damián, cerca de Asís, Italia. Oriunda de esta ciudad, en 1193, fue fundadora de la Orden de las Clarisas. En 1255 el Papa Alejandro IV, a sólo 2 años de su muerte, la proclamó SANTA. Es patrona de las Clarisas y de las tejedoras. Sus restos incorruptos se veneran en la Iglesia de Santa Clara en Asís.

San Roque Hoy, 17 de agosto, se celebra este santo famoso en el mundo por los grandes favores que consigue a favor de pobres y enfermos. Su popularidad ha sido verdaderamente extraordinaria cuando a pueblos o regiones han llegado pestes o epidemias, porque consigue librar de la enfermedad y del contagio a muchísimos de los que se encomiendan a él. Quizás él pueda librarnos de epidemias peligrosas. San Roque nació en Montpellier, de una familia sumamente rica. Muertos sus padres, él vendió todas sus posesiones, repartió el dinero entre los pobres y se fue como un pobre peregrino hacia Roma a visitar santuarios.

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Conociendo al MEC Secretaría de Reuniones Generales Propósito u objetivo: Promover y desarrollar en forma sistemática y constante las Asambleas Generales del M.E.C. dirigidas a los matrimonios encuentristas a fin de que perseveren asiduamente como discípulos y apóstoles. Funciones y responsabilidades: 

Planificar, desarrollar y coordinar los programas de reuniones generales o asambleas de conformidad a esquemas de crecimiento general para la comunidad encuentrista.

Mantener un banco de charlistas para los distintos temas programados en la Asamblea Genrales.

Editar y publicar Boletín semanal del M.E.C.

Coordinar y programar las diferentes actividades de los distintos Ministerios de Música del movimiento.

Participar en la organización y ejecución de diferentes actividades del Convivio Nacional del Movimiento.

Coordinar recibimiento de Nuevos Encuentros en la asamblea y programar eventos especiales dentro de asamblea (Bodas, aniversarios, vigilias, etc.).

Organizar las Asambleas.

Presentar informes periódicos.

Querido hermano encuentrista, si deseas incorporarte al servicio en nuestro querido movimiento y quieres y quieres participar de manera activa en el servicio de todos los hermanos que asisten a martes a martes a las asambleas generales, aquí te presentamos otra oportunidad, en la que puedes servir.

Servicios Ago-12 Ago-12 Ago-12 Ago-19 Ago-19 Ago-19 Ago-12 Ago-19 Ago-12 Ago-19 Ago-09 Ago-09 Ago-09 Ago-16

Asamblea DISCÍPULOS A LOS PIES DE CRISTO OBREROS DE JESUS CRISTO HA RESUCITADO OVEJAS DEL MAESTRO CONECTADOS CON DIOS MILAGROS DE JESUS Escuelita SEGUIDORES DE MARIA LAS HUELLAS DEL SEÑOR Imagen de la Sagrada Familia JESUS CONFIO EN TI CANTAR DE LOS CANTARES Misa UNIDOS POR EL AMOR DE DIOS PENTECOSTES SEMILLAS DE JESUS Secretaría de Jóvenes

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Dejad que los Niños Vengan a Mí

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Actualidad Familiar Matrimonio y Familia 1. ¿Cuál es la misión de la familia? La familia tiene la misión de revelar, custodiar y comunicar el amor. Ese amor es el reflejo del Amor de Dios a los hombres y del Amor de Cristo a su Iglesia. Sólo en un ambiente amoroso puede el hombre aprender a desplegar plenamente su personalidad y alcanzar la meta que Dios propone a todo hombre: la santidad. La familia es el medio querido por Dios para que los hombres colaboren ordenadamente en su decreto Creador y Salvador. 2. ¿Cuál es la dignidad de la familia? Por su misión, por su origen y por su naturaleza es muy grande la dignidad de la familia. En el plano meramente natural, por voluntad expresa de Dios, es el fundamento de la sociedad -y por eso merece especial solicitud por parte de la autoridad civil-. Pero además, es parte del fundamento de la Iglesia y uno de los medios querido por Dios para realizar su crecimiento. 3. ¿Cuál es la fuerza que unifica a la familia? La fuerza que unifica a la familia es el amor. El amor es mucho más que un sentimiento. Los sentimientos son pasajeros, y están relacionados con factores físicos, biológicos y emocionales que son cambiantes. El verdadero amor es estable, permanente y sacrificado. Es el amor lo que convierte la mera convivencia en vida familiar. 4. ¿Cómo es el verdadero amor? El verdadero amor abarca la totalidad de la persona: tiende a hacer a los esposos un solo corazón y una sola alma (Hch. 4,32); es fiel y exclusivo hasta la muerte; es fecundo, es abnegado. Es fruto de la caridad (cf. 1Cor 13). Y debe crecer continuamente. 5. ¿Cómo se entiende el amor de los esposos desde una perspectiva cristiana? Los esposos deben quererse con un amor que también sea sobrenatural: porque se ven como un don de Dios del uno para el otro y porque se reconocen mutuamente como hijas de Dios. De este modo también en el matrimonio se puede vivir el culmen de la perfección que es la caridad. 6. ¿Cómo realiza la familia su misión? La familia realiza su misión principalmente en cuatro áreas: a) formando una comunidad de personas; b) estando al servicio de la vida; c) participando en el desarrollo de la sociedad; y, d) participando en la vida y misión de la Iglesia.

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Pr贸ximas Actividades

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