La presentación y contenido de esta obra, son propiedad del autor. Primera Edición 2010 DRS. Al Autor ISBN: 978-607-00-3690-3 Portada José Alberto Hernández Radilla Ilustraciones Rafael Martínez Ibarra Fotografías Francisco Magaña de Jesús y Maribel Flores Alvarado Corrección de estilo Susana Oviedo Bautista
Entre palmera y cafetal ATOYAC, HISTORIA, CULTURA Y TRADICIÓN. Víctor Cardona Galindo
HONORABLE CABILDO MUNICIPAL DE ATOYAC DE ÁLVAREZ GUERRERO C. P. Carlos Armando Bello Gómez Presidente Municipal Constitucional Profra. Guadalupe Galeana Marín Síndica Procuradora Municipal Regidores: Lic. Adolfo Godoy Estrada C. P. Ma. Antonieta Castro Mondragón Norma Alicia Mesino Mesino José Manuel Catalán Núñez Enestor León Rodríguez Profr. Margarito Pérez Ocampo Lic. Fidelina Basilio Dionicio Lic. Antonio Covarrubias Rivera Lic. Víctor Román Flores Bello Secretario General
DEDICATORIA A María Cristina Cardona Pino, porque este libro lo hice pensando en ella y por ser lo más hermoso que me ha dado la vida. A Víctor Jesús Cardona Pino quien es mi orgullo y de quien espero lo mejor. A Víctor Eliud Cardona Galindo mi hijo mayor, quien se abre paso en este camino difícil de la vida. AGRADECIMIENTOS A José Hernández Meza, Dagoberto Ríos Armenta y a Jacinto Morales Leyva, por haber estado siempre pendientes de lo que necesité del Archivo Municipal. A Zeferino Serafín Flores (el Prieto Serafín), quien me facilitó material interesante. A mi compadre Armando Fierro Gallardo, quien compartió conmigo los escritos, que ha acumulado durante muchos años de investigación sobre la fábrica del Ticuí. Un reconocimiento y agradecimiento muy especial a Don Luis Hernández Lluch, por su pasión por la historia, por las largas horas que dedicó, a pesar de su edad, a platicar conmigo y por los documentos que me obsequió. También va el reconocimiento a: Patricio Pino y Solís Justino Castro Mariscal José Castro Reynada Wilfrido Fierro Armenta Juventina Galeana Santiago Eduardo Parra Castro Régulo Fierro Adame Rubén Ríos Radilla René García Galeana. El grupo Convivencia Cultural. Porque ellos hicieron el camino por donde andamos ahora. Y sin su aportación este libro no hubiera sido posible. ÍNDICE PRESENTACIÓN Carlos Armando Bello Gómez PRÓLOGO Gerardo Guerrero Gómez INTRODUCCIÓN Carta a la generación de 1998 I. EL MUNICIPIO
Atoyac y su contexto Mapa del municipio de Atoyac Historia del municipio como unidad administrativa El escudo municipal Actividades productivas El Río II. NUESTROS ANTEPASADOS Los vestigios arqueológicos Los Cuitlatecos La Triple Alianza Toponimia de algunas comunidades de Atoyac III. EL DOMINIO ESPAÑOL Provincia de Zacatula República de Indios La Evangelización Fray Juan Bautista Moya y Valenzuela IV. EL AGUERRIDO ATOYAC Un pueblo de valientes Movimiento de Independencia LOS INSURGENTES General Juan Álvarez Hurtado General Luis Pinzón General Cesáreo Ramos General Eutimio Pinzón La Revolución Mexicana en la Costa La toma de Atoyac y el camino al puerto de Acapulco Mariscal combate a los zapatistas y al maderista Perfecto Juárez y Reyes El levantamiento de Julián Radilla Mariscal apoya a Victoriano Huerta Ahora Mariscal es carrancista El exterminio de la división del Sur Levantamiento de El Cirgüelo La lucha agraria El levantamiento vidalista y la muerte de El Cirgüelo PERSONAJES DE LA REVOLUCIÓN General Silvestre Mariscal González General Silvestre Castro García, El Cirgüelo General Brigadier Pablo Cabañas Macedo Diputado Feliciano Radilla Ruiz Gabino Navarrete Juárez General Tomás Gómez Cisneros Los Cívicos 18 de Mayo del 67 Regino Rosales de la Rosa La guerrilla del Partido de los Pobres Lucio Cabañas Barrientos
Carmelo Cortés Castro Doctor Antonio Palós Palma Historia del Cuartel Militar La Guerra Sucia Rosendo Radilla Pacheco Florentino Loza Patiño el guerrillero poeta Octaviano Santiago Dionicio V. LA ÉPOCA DE ORO La fábrica de Hilados y Tejidos “Progreso del Sur Ticuí” Enedino Ríos Radilla Compañía Minera “Los Tres Brazos” El Café La palmera de coco LUGARES DE RECREO El Salto El Cuyotomate Las canciones a nuestra tierra VI. VALORES HUMANOS, CULTURA, TRADICIÓN Y LEYENDA Nuestros artistas De película Nuestra música Los corridos Mujeres destacadas De escritos y escritores Fiestas religiosas y tradicionales La danza del Cortés La danza del macho Nuestra comida tradicional Leyendas Cuentos La magia Modismos más usados VII. EL ÚLTIMO TRAMO DE HISTORIA Infraestructura Y los soldados siguen aquí ANEXOS Calendario de festividades religiosas Las reinas del Café Calendario cívico Cronología histórica de Atoyac Glosario Bibliografía y fuentes PRESENTACIÓN
Carlos Armando Bello Gómez Es una satisfacción para mí, como Presidente Municipal Constitucional de Atoyac, presentar la segunda edición de este libro Entre palmera y cafetal. Atoyac, historia, cultura y tradición del Cronista Municipal, Víctor Cardona Galindo. Este es un texto que resume el pasado y presente del pueblo atoyaquense, con miras al futuro. Mi gobierno busca pasar a la historia como promotor de la cultura, por eso en el momento que el director del Centro Cultural Atoyac, Carlos Alberto Ponce Reyes, me planteó la oportunidad de entrar a una concurrencia de recursos con el Instituto Guerrerense de la Cultura y con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, no lo pensé dos veces, porque gracias a esa confluencia pudimos apoyar nueve proyectos culturales: la edición de dos libros, un disco compacto, llevamos a cabo la rehabilitación de espacios culturales, se echó andar el ciclo de “cine para mi pueblo”, se han programado conciertos, se equipó el taller de música, se promovió la ejecución y difusión del bolero y se equipó el taller folklórico de la escuela secundaria técnica 176 de El Ciruelar. Pero sin duda los proyectos de mayor envergadura son la producción del disco Canto criollo de Kopani Rojas Ríos, la publicación del libro El silencio del viento de Felipe Fierro Santiago y la primera edición de Entre palmera y cafetal. Kopani Rojas busca dar identidad musical a nuestro municipio, integra en su disco piezas para montar cuadros bailables, para que los distintos grupos culturales integren en sus programas música local. Kopani es uno de nuestros valores musicales y proyecta en su música lo mejor de Atoyac. Felipe Fierro en El Silencio del viento recoge el pasado reciente que, aunque crudo, es parte de nuestra identidad. Con su libro, Felipe se suma a los escritores como Jesús Bartolo Bello y Judith Solís Téllez, atoyaquenses que han encontrado su propia voz y con el tesón de su trabajo se han ido ganando un lugar en la literatura estatal. También Víctor Cardona con este libro, Entre palmera y cafetal, refuerza nuestra identidad. Pocos serán, sin duda, los atoyaquenses, a quienes este libro no les aporte algo nuevo, casi todos nos sentiremos identificados con éste texto. Nuestro Cronista Municipal sigue la escuela de Wilfrido Fierro Armenta que nos legó el primer documento histórico la Monografía de Atoyac. Tuvieron que pasar más de 30 años para que se volviera a realizar otra obra como la de Wilfrido y a mí me toca la satisfacción de presentarla. Esta segunda edición se hace posible gracias a un esfuerzo presupuestal que ha hecho el municipio y porque se busca llegar a todas las escuelas, y porque no, que algún día todas las familias tengan un ejemplar en su casa para el disfrute de la lectura o para consultar las tareas de sus hijos. Encontraremos en Entre palmera y cafetal lecturas para educar a nuestros hijos con amor a la tierra que los vio nacer. Nos podemos sentir orgullosamente atoyaquenses, porque de ese amor y orgullo es de donde salen las fuerzas para seguir transformando nuestro terruño y mejorarlo. Para entregar a las futuras generaciones un Atoyac fuerte, unido, educado, en armonía y en paz. Por eso seguiremos construyendo el futuro con soluciones claras. PRÓLOGO Gerardo Guerrero Gómez 1810-2010, un gran periodo señalado por el tiempo, pero también marcado con el sello de la historia que los hombres y mujeres con su accionar cotidiano han ido forjando, hasta llegar a ser lo que ahora somos como sociedad.
La historia del hombre social siempre se ha construido sobre los restos que va dejando el pasado, su pasado, ese tiempo que alguna vez vivió, pero que no quedó del todo perdido u olvidado, sino que gran parte de esas vivencias encarnadas en experiencias se han ido trasmitiendo para que los hombres las retomen y construyan su presente, pero también para proyectarse hacia el futuro. Indiscutiblemente de eso trata la trama de la historia. En el 2010, los mexicanos celebramos el Bicentenario y Centenario de la Independencia y la Revolución Mexicana; dos movimientos sociales que han dejado huella y han sido referentes para la construcción de lo que hasta hoy somos como nación. En los anales de la historia nacional, así se nos ha enseñado, y así la hemos aprendido. Sin embargo, creo que es necesario no soslayar la riqueza que las historias locales y/o historias micro, han aportado para que la historia nacional, llene su contenido. En este sentido la historia nacional no podría construirse, sino lo hiciera sobre los restos, los vestigios y las memorias locales, municipales y comunitarias. No puedo concebir la escritura de la historia nacional, si antes no se echa mano de las corrientes vivas del conocimiento que generan y han generado los historiadores locales. En estas historias se encuentra el corazón de nuestro pasado; válgame esta expresión comparativa, las historias locales serían el hueso, el corazón y las historias nacionales su envoltura. En este contexto y como muestra elocuente de lo que son las historias matrias o microhistorias, así definidas atinadamente por el maestro Luis González y González creador de esta corriente dentro del pensamiento histórico, ubico el trabajo de Víctor Cardona Galindo, titulado Entre palmera y cafetal. Atoyac, historia, cultura y tradición. En el recorrer de la lectura en cada una de sus páginas, encontramos el tratamiento y exposición de diversos temas; pero también al ir escudriñando cada uno de sus párrafos y renglones el autor nos va pintando el retrato del accionar de la gente del pueblo, del municipio, sus aportes que han sido importantes en la construcción de la vida y la historia de Atoyac y sus alrededores. En este proceso constructivo de la historia de Atoyac, han sido importantes las fuentes de información que el autor echó mano para tan ardua labor. En este sentido, en las últimas páginas del libro, hace mención de las personas a quienes seguramente entrevistó, y que haciendo uso de la tradición oral recabada de los actores directos, hace que estos intervengan y sean partícipes en la reconstrucción de su propia historia. La rememoranza del pasado es rescatar del olvido la memoria histórica de los atoyaquenses. Sin dejar de lado otras fuentes, el autor también hace mención de las fuentes hemerográficas, los periódicos y diarios que en la época se editaban y que en sus columnas hablaban sobre la cotidianidad de Atoyac. Así también cita una amplia bibliografía que le permitió obtener información de otros autores que han escrito sobre la historia, las tradiciones, costumbres y, en general de la cultura de Atoyac. Me parece importante que la obra esté sustentada sobre diversas fuentes informativas lo que demuestra el acusioso trabajo, la seriedad y el rigor con la que fue concebida y escrita. Entre palmera y cafetal. Atoyac, historia, cultura y tradición es un libro –que como ya dije– recoge la memoria histórica del municipio de Atoyac. Empero, esta historia se narra ubicándose dentro de ese contexto regional llamado la Costa Grande y que sin lugar a dudas, los hechos históricos gestados en este espacio suriano han impactado en el contexto local y nacional. Ejemplos han sido los diferentes movimientos sociales en donde hombres y mujeres han sido los protagonistas directos, así, la lucha por la Independencia en 1810, la Revolución Mexicana en 1910, el movimiento agrarista que tuvo nexos con el Movimiento de los Cívicos, y la lucha social que encabezó el maestro Lucio Cabañas Barrientos, movimientos que tuvieron su razón de ser porque había causas y efectos, y había un reclamo por qué luchar.
Los atoyaquenses han sido distinguidos protagonistas en la historia del estado de Guerrero, no simplemente por querer figurar o llano protagonismo, sino porque las circunstancias de su vida así se lo han exigido, como acertadamente lo señala Víctor Cardona: “la verdad, somos una sociedad que lucha por sacudirse el rezago, que trata de salir adelante para hacer del nuestro, un municipio próspero, cada quien lo hace a su manera, cada quien desde su trinchera, a su entender, según su nivel cultural y su capacidad; por eso pareciera que siempre estamos en pugna. La verdad es que la unidad y lucha de dos contrarios siempre trae como resultado el avance de la sociedad, y así –los atoyaquenses– lo entendemos”; con esta reflexión queda claro que la lucha del pueblo atoyaquense está justificada. Cómo quisiéramos que hubiera un municipio de Atoyac en la Montaña, y con la lucha de los hombres y las mujeres extinguieran el rezago, la marginación, la exclusión y la pobreza en la que hoy viven miles de indígenas que, pareciera, la historia no les ha hecho justicia. No me referiré con detalle al contenido de la obra, pero a grosso modo diré que el cuerpo del libro está compuesto por una diversidad de temas que en general nos permiten acercarnos a la riqueza y a la intimidad de la historia, cultura, costumbres, tradiciones, economía, del heroico municipio de Atoyac. Invitaría a todos y a todas que si en algún momento de su vida llegan a tener en sus manos esta valiosa obra, la lean, la reflexionen y se apropien del contenido, porque en ella está el retrato de lo que han sido, son y serán los hombres y mujeres de Atoyac. Finalmente, es loable decir que la obra Entre palmera y cafetal. Atoyac, historia, cultura y tradición, de Víctor Cardona Galindo está escrita en el espacio y tiempo de la microhistoria, aquella que acertadamente definió don Luis González y González como la matria, que es la realidad por la que los hombres y las mujeres hacen o lo que deberían hacer por la patria chica: arriesgarse, padecer y derramar sangre. La patria chica es la realización de la grande, es la unidad tribal cultualmente autónoma y económicamente autosuficiente; es el pueblo entendido como conjunto de familias ligadas al suelo; es la unidad menuda en la que todavía los vecinos se reconocen entre si; en este contexto se ha escrito, actuado y escenificado la historia del pueblo atoyaquense. INTRODUCCIÓN Este libro nace, por la necesidad que ha existido de compilar los temas más importantes de la historia, la cultura y tradición de Atoyac en un solo volumen. En un principio estaba haciendo una cronología histórica del municipio, pero a propuesta de nuestro Presidente Municipal, Carlos Armando Bello Gómez, comencé a escribir este libro dirigido a niños de quinto año de primaria. Adquirir un discurso dirigido a niños es difícil, pero en la medida que asistí a dar pláticas en algunas escuelas primarias sobre la historia del municipio, se me fueron resolviendo algunas dudas y las características que debería tener este texto, porque las preguntas que me formularon se buscan contestar con Entre palmera y cafetal. Atoyac, historia, cultura y tradición. Este libro resolverá no sólo las dudas de los alumnos de quinto y sexto año de primaria, sino también de los aspirantes a licenciado en las diferentes disciplinas, quienes acuden conmigo o al archivo municipal para hacer el contexto de sus tesis. Servirá también para que las candidatas a reinas de la Expo Atoyac, con las que he trabajado, se informen sobre los temas para el concurso y el público en general pueda conocer nuestro pasado, cultura y tradiciones. Sin duda faltarán muchos temas que debieron considerarse en este libro, pero lo importante es que están los principales, desde los cuitlatecos hasta la guerra sucia, desde los tamales nejos hasta la tradición oral, las principales historias en forma de cuento o leyendas que cuentan nuestros mayores. Historias que muchos de nosotros comenzamos a escuchar sentados alrededor de los viejos contadores de cuentos, que fueron sustituidos por la
televisión. Incluimos también corridos con diferentes temas, con el objetivo de rescatar sus letras y que no se extingan con las generaciones que los cantaron. Rafael Martínez Ibarra uno de nuestros mejores artistas nos hizo el favor de pintar las portadillas para ilustrar este libro con algunos aspectos de nuestra vida cotidiana o de cuadros que se han ido perdiendo al avanzar la urbanización de nuestra cabecera municipal, ilustraciones que le dan mucho sentido a esta obra. Sirva pues también este libro para sentirnos orgullosos de haber nacido en el municipio de Atoyac. CARTA A LA GENERACIÓN DE 1998 A ti, a quien va dirigido este libro te sorprenderá si te digo que en Atoyac, antes de que nacieras, no había celular ni internet. Tú formas parte de una generación para la cual la existencia de medios de comunicación como la televisión por cable, el internet, los videojuegos y el celular son de lo más común. Pero no siempre fue así, estos aparatejos que aparentemente hacen más fácil la vida llegaron a partir del año 2000 a nuestro municipio. Con excepción de la televisión por cable que llegó desde 1996. Con anterioridad ya en algunas casas se habían instalado máquinas de videojuegos tragamonedas, mismas que vinieron a cambiar los juegos de la niñez. A mi generación le tocó entrar a la vida cuando apenas la televisión pública se hacía popular por estos lares, sólo unas cuantas familias podían comprar este aparato y una que otra tenía televisión a color. La gente tardaba días en enterarse de los acontecimientos mundiales, hoy por la tecnología, en el mismo minuto en que están pasando las cosas, ya las conocemos. Incluso podemos ver acontecimientos de gran magnitud en vivo, como vimos el segundo avionazo a las Torres Gemelas de Nueva York, seguramente tus mayores ya te lo contaron. A la generación, en la que me incluyo, le tocó divertirse jugando rayuela, canicas y los cocoles. Las niñas tenían muñecas no tan sofisticadas como las de ahora, era rara quien poseía una barbie. Los juegos no eran tecnologizados, los niños teníamos libertad de irnos a bañar al río y las niñas jugaban a las “comiditas” o a la “rueda de San Miguel”, el juego de “Juan Pirulero” o en las “cebollitas” interactuaban con los niños. Por las noches en nuestras calles nos reuníamos para jugar al “encantado” o a las escondidas. Por eso es necesario que conozcas la vida de tus antepasados. Las cosas que ya no verás con tus propios ojos; por lo que, nosotros, tus mayores tenemos la obligación de contarte, porque solamente un pueblo que conoce su pasado, tiene futuro, y quien no conoce la historia está condenado a repetirla. En este libro verás que en nuestro municipio hubo muchos sucesos que han sido de transcendencia nacional y que forman nuestro acontecer histórico. Vamos a ir descubriendo la historia de nuestro municipio, te sorprenderá descubrir los múltiples hechos en que participaron tus antepasados, la cultura y costumbres que forman nuestra identidad. Esta es la memoria que nos hace diferentes a otros pueblos. Te enterarás que hay particularidades que te harán sentir orgullo de haber nacido en esta tierra. Porque hay cosas de las que deberíamos sentirnos complacidos, como de la danza del Cortés, de nuestra aportación a las luchas libertarias de la patria y de la cuota que han puesto los atoyaquenses para construir un país democrático. Aunque aún falta mucho por hacer, pero en lo poco que se ha logrado, tus mayores pusieron su granito de arena y eso es motivo de festejo. Además debemos de estar orgullosos de nuestra sierra, que es el pulmón principal que tiene nuestro estado. En nuestra sierra, quizá ya la única en Guerrero, donde todavía queda una reserva importante del jaguar, emblema de nuestro pueblo suriano. La espesura del bosque, que
gracias al café se conserva, es el refugio de este felino que se mantiene vivo, a pesar de que el hombre lo caza por diversión o para aprovechar su piel. No sólo el jaguar sobrevive en nuestra sierra, si no también el venado de cola blanca, el faisán y la chachalaca. Algunas aves exóticas como las urraquillas se han extinguido y quedan algunos ejemplares como el tucán símbolo de la ecología. Nuestros campesinos han logrado domesticar la abeja melipona, la encargada de polinizar las plantas de café y productora de la curativa miel de palo. Esta abejita que no tiene aguijón se cultiva con mucho éxito en La Siberia y La Soledad. I. EL MUNICIPIO ATOYAC Y SU CONTEXTO La palabra Atoyac, proviene de los vocablos en lengua náhuatl atl-toyaui que, traducido al español, de acuerdo al departamento de lingüística del Instituto Nacional de Antropología e Historia, significa “Agua que se riega o se esparce”. Se le añadió Álvarez en honor al general Juan Álvarez, héroe de la independencia, de la revolución de Ayutla y presidente de la República en 1855. Atoyac está situado en el corazón de la Costa Grande del estado de Guerrero, y se ubica geográficamente al Suroeste de la capital estatal; a 84 kilómetros de Acapulco sobre la carretera hacia Zihuatanejo. Su localización de acuerdo al Instituto Nacional de Geografía e Informática (INEGI) es al Norte 17° 33’; al Sur 17° 03’ de longitud Norte; al Este 100° 06’ y al Oeste 100° 32’ de longitud. El municipio tiene una extensión aproximada de mil 454. 51 kilómetros cuadrados, lo que representa el 2. 28 por ciento de la superficie del estado. La cabecera municipal se encuentra a 40 metros sobre el nivel del mar. La temperatura media anual es de 28 grados centígrados. Colinda al Norte con los municipios de Tecpan de Galeana, San Miguel Totolapan y Heliodoro Castillo; al Este con los municipios de General Heliodoro Castillo y Coyuca de Benítez; al Sur con Coyuca de Benítez y Benito Juárez; al Oeste con Tecpan de Galeana y Benito Juárez. Los primeros pobladores del municipio fueron de origen cuitlateco, un grupo prehispánico que se asentó en el territorio que comprende lo que ahora es El Cayaco, municipio de Coyuca de Benítez a Juluchuca, comunidad de Petatlán y desde el Océano Pacífico hasta el Río Balsas. Hablaban su propio idioma: el cuitlateco, lengua que, según el diario de Patricio Pino y Solís, se hablaba en Atoyac hasta 1911. Este pueblo tenía su centro político en Mexcaltepec. Usaban un calendario, con un nombre para cada día del año, por lo que se le considera un pueblo con un alto grado de avance. La tradición oral dice que la fundación de Atoyac se llevó a cabo en 1498, fecha que coincide con la incursión del Tlatoani mexica Ahízotl, en la Costa Grande, la población que habitaba lo que ahora es nuestro municipio fue evangelizada por el misionero español Fray Juan Bautista Moya de la Orden de San Agustín; otras versiones atribuyen la evangelización a Fray Francisco de Villafuerte. En 1614, los habitantes de Mexcaltepec fueron concentrados en lo que ahora es Atoyac, y en 1712 obtuvieron el título de propiedad común. En tiempos de la guerra de independencia, Atoyac perteneció a la provincia de Tecpan creada por Morelos en abril de 1811. Luego formó parte de la Capitanía General del Sur, fundada por Agustín de Iturbide en 1821. Al establecerse la República federal en 1824, Atoyac perteneció al partido de Tecpan y al distrito de Acapulco del estado de México. Cuando en 1849 se erigió el estado de Guerrero, Atoyac formó parte del municipio de Tecpan de Galeana y en 1864 se constituyó como municipio. En 1872, Atoyac es elevado a la categoría de ciudad. Actualmente, pertenece al X distrito electoral del Estado con cabecera en Tecpan y al III distrito electoral federal, con sede en Zihuatanejo.
Territorialmente la población del municipio se divide en 152 localidades. En ellas viven (de acuerdo al Censo General de Población y Vivienda 2010) 61 mil 316 atoyaquenses. Son 30 mil 113 hombres y 31 mil 203 mujeres. Cuenta con 36 comisarías ejidales. Son 80 comunidades con comisarías municipales, 56 delegaciones de colonias, de las cuales 30 están en la cabecera municipal y 26 en diversos ejidos del municipio. Lo que da un total de 136 localidades, con autoridad representativa; el resto son pequeñas cuadrillas de pocas familias. En la sierra de Atoyac nacen los principales afluentes de tres ríos, el Tecpan, Atoyac y Río Coyuca. La hidrología del municipio se compone de las corrientes de agua: El Bálsamo, El Carrizo, Fundiciones, La Cebada, Ocote, Las Delicias, El Encanto, El Iris, La Laja, Las Golondrinas, El Faisanal, Las Palmitas, El Paraíso, El Imperial, Las Piñas, Agua Fría, Arroyo Grande, El Chichalaco y Caña de Castilla. Todas estas afluentes se juntan y forman el Río Atoyac. Mientras que otros arroyos de importante caudal como: La Hierbabuena, El Seco, El Naranjo, Los Bancos, Los Cordeles y Los Corales; forman El Río Chiquito que desemboca en el Río de Tecpan de Galeana. Además del Edén, La Pintada, Santiago y el Arroyo Chiquito que dan vida al Río de Coyuca. Así como los arroyos de San Martín, Ixtla, Mal paso, Cacalutla y Zacualpan que nutren con sus corrientes, en tiempo de aguas, a la Laguna de Mitla que Atoyac comparte en su ribera con el municipio de Benito Juárez y Coyuca. El municipio es montañoso en toda la parte norte. Sobre la Sierra Madre del Sur destacan las elevaciones del Teotepec, “Cerro o Montaña de Dios”, que es el más alto del estado, con una altitud de 3 mil 705 metros sobre el nivel del mar, cuyas faldas llegan hasta el municipio de Atoyac, le siguen el Cerro Cabeza de Venado con 2 mil 900 metros, el Espinazo del Diablo con 2 mil 840 metros y el Cerro Plateado con 2 mil 840 metros sobre el nivel del mar, existen otras 26 elevaciones cuya altura oscila ente los 2 mil 180 y 1 000 metros sobre el nivel del mar. Entre ellos el histórico Cerro del Fortín. En el municipio predominan los suelos negros, cafés grisáceos, café rojizo y amarillo. También la pradera con descalcificación y las rocas graníticas con depósitos de tungsteno. Existen terrenos salitrosos bañados con las aguas de la laguna de Mitla, mantos de piedra caliza, y mantos de arcilla. En el territorio de Atoyac coexisten la sierra fría elevada, la selva tropical, la zona de transición (parte media) y la costa. Debido a esta diversidad, hay una gran variedad de flora y fauna lo cual es una de sus riquezas abundantes. En cuanto a la fauna, en los montes de la sierra se encuentran: el emblemático jaguar, pumas, venados, panteras, onzas, jabalíes, martas, tejones, víboras de cascabel, metlapil, víboras sordas, coralillos, jicamillas, boas, azotadoras, escorpiones, lagartos, iguanas verdes y prietas, faisanes, aguilillas y águilas, zopilotes, búhos, lechuzas, tucanes, gallinas pico de oro, urracas, urraquillas, pájaros de mayo, chachalacas, gavilanes, jilgueros, gorriones, primaveras, calandrias, guacamayas, guacos, cotorras, pericos, además de una gran variedad de palomas. La flora en la costa es de tipo baja y mediana caducifolia caracterizada por sus especies de talla baja con una altura de menos de 15 metros. En la sierra se localizan: mariposas, pitos, lirios, palo de arco, varas de estrellas y peinetas. Los árboles más frecuentes son el yoloxochitl (magnolias), oyamel, ayacahuite, cocolmeca y cascalusuchitl. En las zonas bajas y cálidas: primaveras, clavellinas, bocotes, crucetillos o San Juan y quiebraplatos. En nuestra sierra se produce una naranja silvestre a la que llamamos cajel y el limón dulce. En pastos abundan el zacate, navajita, carenzuelo, jarilla, jaragua, zacatón, estrella africana y escobilla. En diferentes zonas hay palo de hormiguero, jobero, cornezuelo, cacahuananche;
En 1849 la Costa Grande tenía dos municipios Tecpan y Zacatula.
cuajilote, guapinol, amolador, bandejo, huge y en la montaña alta: pino, encino, jaboncillo, cuajinicuil, ayacahuite y ocote.
De los municipios vecinos de Atoyac también Tlacotepec se fundó en 1849. En 1856 se suprimió Zacatula y se fundó el municipio de Los Nuevos. 1859, el congreso local decretó que el municipio de Los Nuevos lleve el nombre de La Unión.
HISTORIA DEL MUNICIPIO COMO UNIDAD ADMINISTRATIVA
El decreto constitucional para la Libertad de la América Mexicana, sancionado en Apatzingán el 22 de 1863, en diciembre fue creado el municipio de Atoyac. octubre de 1814, dividió el territorio nacional en 17 provincias, dentro de 1864, comenzó a funcionar el municipio de las cuales figuraba la Provincia de Atoyac y Antonio Ayerdi fue su primer Tecpan. Recordemos que ya Morelos, presidente. el 18 de abril de 1811, había 1870, se creó el municipio de Petatlán. decretado la Primera Provincia Libre de América y erigió a Tecpan como 1873, se creó San Miguel Totolapan. ciudad con el nombre de nuestra señora de Guadalupe Tecpan. 1874, fue cancelado el municipio de Petatlán. Al convertirse México en república 1930, se creó el municipio de Coyuca. federal, en 1824, estaba dividido por 20 estados y tres territorios. Durante 1934, en enero es creado el municipio de la vigencia del centralismo, los Benito Juárez. estados mudaron su nombre por el de departamentos. 1934, en diciembre es creado de nuevo el municipio de Petatlán. Por eso el 10 de octubre de 1841, un manifiesto firmado en Chilpancingo 1953, se fundó el municipio de teniente José por Nicolás Bravo y Juan Álvarez Azueta. planteó al congreso nacional el deseo de crear el departamento de Acapulco. El estado de Guerrero se creó el 27 de octubre de 1849, con territorios de los estados de México, Michoacán y Puebla. Al formarse el Estado de Guerrero, la Costa Grande sólo tenía 2 municipios, Tecpan y Zacatula. El municipio de Atoyac fue creado en diciembre de 1863 con la parte oriental del municipio de Tecpan, para comenzar su funcionamiento en 1864 y su primer presidente fue Antonio Ayerdi y el 17 de enero de 1934, mediante el decreto número 46, fue creado San Jerónimo de Juárez con la porción sur del municipio de Atoyac. Atoyac ha tenido 117 presidentes municipales. Desde 1864 a 1934 el periodo fue de un año. De 1935 a 1956, de dos años y a partir de 1957 a la fecha es de tres años, con excepción del periodo de 1989 a 1993, que fue de cuatro años por una reforma del gobernador José Francisco Ruíz Massieu y este periodo de Carlos Armando Bello Gómez que es de 3 años, 9 meses. La población de Atoyac fue elevada a categoría de ciudad, el 24 de junio de 1872 y le fue agregado el Álvarez en honor a don Juan Álvarez, mediante el decreto número 60.
Todos los años en febrero se cambian los delegados municipales de 56 colonias, 26 se encuentran en diferentes ejidos del municipio y 30 en la cabecera municipal, y cada 3 años, se eligen en planillas los 80 comisarios municipales. El municipio se rige por la Ley Orgánica del Municipio Libre y el Bando de Policía y Buen Gobierno. Así como por los reglamentos que el Honorable Cabildo Municipal aprueba para el mejor funcionamiento de la administración. Actualmente el Ayuntamiento está integrado por miembros de diferentes partidos políticos. Presidente: Carlos Armando Bello Gómez (PRD); la síndica procuradora es Guadalupe Galeana Marín (PRD); los regidores son: Adolfo Godoy Estrada (PRD), Ma. Antonieta Castro Mondragón (PRD), Norma Alicia Mesino Mesino (PRD), José Manuel Catalán Núñez (PRD), Enestor León Rodríguez (PRI), Fidelina Basilio Dionicio (PRI), Margarito Pérez Ocampo (PRI) y José Antonio Cobarrubias Rivera (Nueva Alianza), todos ellos forman el cuerpo edilicio, por eso también se les llama ediles y cuando se reúnen toman decisiones colegiadas. EL ESCUDO MUNICIPAL El 8 de noviembre de 1992 se creó el escudo municipal de Atoyac, mediante un concurso convocado por el Instituto Guerrerense de la Cultura y el Ayuntamiento. De los trabajos presentados ninguno reunió los requisitos, así que tomaron los elementos de los dos mejores trabajos presentados por Juan José Alvarado Lezma y José Hernández Meza para formar el escudo que ahora luce el municipio de Atoyac.
ACTIVIDADES PRODUCTIVAS
Caminos de Costa Grande maravillosa región, dulce y fuerte como tuba florecida de pasión. Agustín Ramírez
Las actividades productivas del municipio están constituidas por la explotación de ganado bovino, porcino, ovino, caprino y equino: beneficios húmedo y seco de café; la industria de torrefacción, silvicultura, camarón y pesca; en la agricultura se siembra maíz, frijol, calabaza, melón, jitomate, pepino, sandía, chile, calabacitas, ajonjolí y, sobre todo, café, tamarindo, mango, y coco. Están también la apicultura y la floricultura.
EL CAFÉ En la Monografía de Atoyac, Wilfrido Fierro Armenta dice que el café fue traído y sembrado en el año de 1882, por el señor Claudio Blanco, en su finca El Gamito (Hoy El Porvenir), usando semillas que le regaló un amigo de Michoacán. La citada finca, del señor Blanco fue vendida a Gabino G. Pino en 1887, estaba sembrada en su mayor parte de plátano. Pero ya para establecer con formalidad las plantaciones, el café fue introducido a Atoyac por el señor Gabino Pino González, desde Tapachula, Chiapas en 1891, donde recibió instrucciones sobre el proceso de producción y beneficio, sembró el café en una finca cercana a La Soledad. Gabino G. Pino invitó al técnico guatemalteco Salvador Gálvez, quien vino con él y realizó estudios de la tierra en un campamento al que bautizó con el
nombre de El Estudio. Cuando las huertas estaban en producción, construyó unas máquinas de madera para despulpar y secar el producto. Por investigaciones de doña Juventina Galeana Santiago se sabe que Don Gabino G. Pino no sólo trajo a Gálvez como técnico, también vinieron con él Nicandro Corona y Jerónimo Loza. Don Nicandro puso una finca cafetalera que denominó El Zafir y Don Jerónimo instaló otras plantaciones que llamó El Porvenir. Actualmente de la superficie sembrada de café, el 60 por ciento es de la variedad Típica o Criolla, un 30 por ciento Bourbón y el 10 por ciento están sembradas de Caturras, Mundo Novo y Catuaí. LA COPRA En relación a la palmera, se sabe que la semilla de la planta fue traída desde Las Filipinas por unos marineros que arribaron a Ixtapa para abastecer la nave de agua y al entablar amistad con los lugareños les regalaron unos cocos, enseñándoles cómo aprovechar su agua y su pulpa. Posteriormente un español de nombre Manuel Solís, que fungía como prefecto político, encargó más semilla, sembró grandes plantíos de coco en esa región y logró propagar la siembra de la palmera hasta que se convirtió en una producción económicamente rentable. Para 1780, todas las tierras calientes de México, especialmente las marítimas, estaban pobladas de palmas de coco, según Francisco Javier Clavijero. Se comenta, también, que la producción fue impulsada con seriedad por el general Juan Álvarez, quien sembró las palmas centenarias que existían en la entrada de la ciudad de Atoyac. EL MANGO En la superficie sembrada de mango, predominan las variedades Heidy, Tommy, Manila y Ataulfo. Muchos campesinos han tumbado sus huertas de cocotero, para comercializar la madera, luego han sembrado plantaciones de mango, por tal motivo la producción ha crecido y en diversos momentos han saturado el mercado. EL JENGIBRE Se produce en la sierra un tubérculo que se llama jengibre que en algún momento se exportó al Japón, pero no se pudo satisfacer la demanda de los asiáticos y el proyecto se vino abajo. Un té de jengibre con leche es una delicia, pero además tiene funciones curativas que mejoran la digestión y alivian malestares estomacales. OTROS CULTIVOS Actualmente han proliferado los viveros para producir carpa tilapia y camarón. Además que muchos campesinos han incursionado en la producción del noni. Unas 18 hectáreas de ilama morada y blanca se producen en comunidades como San Martín de las Flores, Ixtla, Rincón de las Parotas, Mexcaltepec, El Salto y El Nanchal. Es una fruta que está considerada como exótica. El guanábano al que se atribuyen propiedades anti cancerígenas también reproduce muy por estas tierras. En El Paraíso la familia Sotelo cultiva la flor anturium y otros campesinos de comunidades de la parte alta producen alcatraces, ramos de novia y lirios. Aún, se siguen sembrando 7 mil hectáreas de maíz; unas 500 de frijol, principalmente de humedad. Así como eventualmente se siembra papaya, sandía, melón y ajonjolí.
En la zona baja se produce también tamarindo, en la sierra se da un plátano patriota que no tiene comparación, su sabor es exquisito y su consistencia compite con los mejores del mundo. SE DEJÓ DE PRODUCIR LA CAÑA. En muchas regiones del municipio había trapiches en los que se fabricaba melao, panela y panocha. Eran jalados a lomo de bestias para moler la caña. Ya la gente poco endulza con piloncillo, por eso casi no se produce. Una calabaza cocida con panocha y un atole blanco de masa de maíz, es un platillo muy mexicano y sabroso. LA GANADERÍA La ganadería también es una fuente de ingresos para los atoyaquenses, no se sabe con precisión el número de ganaderos y las cabezas de ganado que tiene cada uno, pero sí sabemos que hay hatos ganaderos de razas Holstein, Pardo Suizo, Santa Gertrudis, Simbra, Sardo Negro, Brahaman, Indobrasil y Gyr Rojo, mismas que fueron introducidas a partir de 1970 y poco a poco fueron sustituyendo al ganado criollo. APICULTURA La producción de miel fue iniciada en esta municipalidad por el señor Salvador Maya Suárez, en 1961. Actualmente los mieleros se han multiplicado y han diversificado la actividad, elaborando productos vitamínicos y de belleza a base de miel. En la sierra domesticaron la abeja melipona y pueden producir en sus apiarios la curativa miel de palo. Actualmente hay 146 productores de miel en el municipio. LA INDUSTRIA FORESTAL Los bosques del municipio fueron sobre explotados, últimamente solamente los bosques de Piedras Grandes y Pie de la Cuesta tienen recursos para ser aprovechados. De otros lados ya no es posible seguir sacando madera, por tal motivo la gente de la sierra se organizó para terminar con la tala irracional de las compañías madereras, por eso a los aserraderos que estaban en El rancho de los Coyotes y Buenos Aires sus dueños se los llevaron a otros municipios. La madera que se obtiene de Piedras Grandes y Pie de la Cuesta es sacada por Tecpan de Galeana. Recientemente El Molote y El Iris también han explotado su madera pero la sacan por otros municipios. Variedades de pino como el ayacahuite, oyamel y otras como el cedro rojo, han sido talados por esta industria sin ninguna consideración y sin dejar beneficio para los pueblos de la sierra, que ven amenazados sus mantos acuíferos, flora y fauna. SISTEMA DE RIEGO Entre las principales áreas de riego del estado de Guerrero están comprendidas Atoyac, Ayutla, Ciudad Altamirano, Coyuca de Benítez y Quechultenango. En este lugar la presa derivadora Juan Álvarez riega los ejidos El Ticuí, Boca de Arroyo, Corral Falso, El Humo y San Jerónimo donde beneficia cultivos de coco, mango y pastizales. EL RÍO
La fundación de Atoyac está marcada por el río, seguramente las tribus primitivas que se asentaron en estas tierras mucho dependieron de él para sus cultivos y alimentación; así como dependemos nosotros. Nuestro río hace más fértiles las tierras, nos da el agua para beber, riega los frutos que consumimos y ha marcado nuestra vida en diversos aspectos. Atoyac es agua que se esparce. Los que fundaron este pueblo disfrutaron de un maravilloso paisaje, visto desde la azul montaña. Este valle debió ser un espejo de cristalinas aguas esparcidas en el caudal del los arroyos del Chichalaco, Los Tres Brazos, el Cohetero, Arroyo Ancho y El Japón. El río y las aguas que se esparcen por sus arroyos han marcado la vida de los atoyaquenses, como la creciente de San Miguel el 29 de septiembre de 1865, que se llevó la fábrica El Rondonal, arrasó Barrio Nuevo y propició la formación de San Jerónimo de Juárez. “Culebras de agua” les llamaban nuestros antepasados a las trombas. Recogiendo datos de Wilfrido Fierro, las aguas del Arroyo Cohetero (llamado así porque en sus orillas vivía un primer cohetero de Atoyac) se salieron de su cauce el 7 de julio de 1955, inundando varias calles y casas, entre ellas el Consultorio del doctor Antonio Palós Palma. En el cine Álvarez el agua ascendió hasta tres metros. Este fuerte ciclón ocasionó el desbordamiento del río y de los arroyos de la región. Con el huracán Tara, el 12 de noviembre de 1961, las lluvias provocaron que el río se saliera de su cauce y arrasara a los pueblos del Bajo cercanos a su orilla, los habitantes abandonaron esos lugares y poblaron la colonia Buenos Aires. Dejó de existir el pueblo del Cuajilote y se propició la formación de la colonia Miranda Fonseca. Con la presencia del huracán Behulat, en 1967, llovió alrededor de 10 días (comenzaron los aguaceros el 17 de septiembre y dejó de llover hasta el 27 del mismo mes), eso propició que se formara la colonia Olímpica, con los habitantes que abandonaron La Sidra al salirse el río de su cauce. En El Humo se perdieron nueve casas y La Sidra desapareció. Uno de los “pangos” (nombre local de las canoas) que transportaba pasaje en el río Atoyac, rumbo al Ticuí, se hundió por exceso de peso y por la fuerte corriente, el 23 de septiembre de 1984. Al chocar con las piedras tiró al agua a 21 pasajeros. De los cuales se ahogaron: María Ramírez Terrones, Agustín Granados y Antonio Gómez Juárez. El río de Atoyac también es sinónimo de leyendas de Chaneques y de “encantos” de ciertos lugares en donde hay peces de colores. Abundan los balnearios naturales como el Cuyotomate, la Presa y el Salto. En nuestro río aún viven cocodrilos y nutrias. Las truchas se niegan a desaparecer, aunque algunos peces como los blanquillitos, ya son recuerdos del pasado pues la contaminación ha terminado con muchas variedades. La abundancia de agua en Atoyac, ha hecho que los pueblos tomen sus nombres de ella: Boca de Arroyo, Caña de Agua, Agua Fría, Junta de los Ríos, Arroyo Grande, Poza Honda, Poza Verde, Río Chiquito, Río del Bálsamo, El Salto, El Camarón, Río Santiago y Río Verde. Sólo para damos una idea de que el agua ha marcado la vida de Atoyac. De acuerdo con Baloy Mayo algunos nombres de origen náhuatl que hay en este lugar se refieren al agua, como Ahuindo que era el nombre original de Corral Falso, y quiere decir “donde hace temblar el agua fría”; Alcholoa significa “en el salto de agua”, Almolonga quiere decir “agua que corre esparciéndose”. Además este lugar en el México prehispánico formaba parte de Cuitlatecapan, al que Baloy Mayo define como “río o lugar de los cuitlatecas”. II. NUESTROS ANTEPASADOS LOS VESTIGIOS ARQUEOLÓGICOS
Hace muchísimos años en Atoyac había tribus diseminadas en toda la región, muestra de ello son los vestigios arqueológicos, que hay por todos los rumbos del municipio. Los hay en El Abrojal, en el Guapinol, La Angostura, La Meca, Almolonga, La Gloria, Piedras Grandes, El Cacao, La Pintada, Alcholoa, en las islas de la laguna de Mitla, El Camarón, San Juan de las Flores, Santo Domingo, la Florida, San Martín, la Y Griega y la cabecera municipal. Los vestigios arqueológicos que hay en esos lugares constan de dibujos hechos en piedras, monitos de barro y de piedra, vasijas y cuentas de jade. Hay dibujos en piedras que se llaman petroglifos o petrograbados. Se han encontrado monolitos, que son esculturas hechas de una sola piedra. En la región hay piezas de diferentes influencias, principalmente olmeca. Las hay también de influencia teotihuacana y tolteca. LA GLORIA En La Gloria se encuentra la zona arqueológica más importante del municipio de Atoyac. Según los informes hechos por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (delegación Guerrero) entre los materiales arqueológicos que hay en La Gloria se encuentran: fragmentos de vasijas del preclásico, así como miniaturas, sellos, figurillas de la tradición de la costa y también una figurilla tipo azteca… Una gran cantidad de obsidiana verde y gris usada en navajillas y puntas de proyectil (llamadas comúnmente Piedras de Rayo) cuentas de piedra verde, metates y morteros, manos de metate y hachas de piedra. Junto con ello se presenta una abundancia de malacates, usados para hilar algodón1.
Pero lo que le da mayor importancia a La Gloria son sus petrograbados, tres piedras tienen plasmadas la figura del árbol cósmico que refleja la estructuración del universo y la piedra de los tigres contiene una escena con jaguares preciosos o divinos. “La mayoría de los petrograbados de La Gloria se derivan de cultos agrícolas y de la medición del movimiento solar, pero algunos grabados como la Piedra de los Tigres y las representaciones de los árboles cósmicos son desplegados de poder, donde el grupo que ahí habitó, trató de hacer manifiesta su legitimidad e importancia”.2 PIEDRAS GRANDES Aquí se encuentran concentraciones de cerámica, basamentos defensivos, con muros de protección y fosos. Además de una gran cantidad de piedras con petrograbados de gran tamaño asociados a la observación astronómica, representaciones de astros como Venus y eclipses. Estos petrograbados tenían, para los antiguos habitantes de piedras grandes, el objetivo de medir el tiempo, normar sus ceremonias y el ciclo agrícola. En la sierra ha estado trabajando el arqueólogo Miguel Pérez Negrete, junto con sus colegas Hans Martz de la Vega y Laura Lazcano, quienes verificaron 108 sitios arqueológicos, de los cuales 52 son lugares con petrograbados y a quienes les debemos las investigaciones antes mencionadas. En Alcholoa, en el 2008, se encontró un panteón prehispánico, con tumbas que tienen más de 500 años de antigüedad. Tres esqueletos fueron rescatados por arqueólogos del INAH 1
Miguel Pérez y Hans Martz de la Vega. Los petrograbados de la Gloria Atoyac de Álvarez Gro, INAH, México, 2005, p. 5 2
Miguel Pérez y Hans Martz de la Vega, Ibid., p. 10
Guerrero y fueron llevados a Chilpancingo para su estudio. En este lugar se han encontrado un sinnúmero de monitos de barro, piedras y sellos, desafortunadamente la gente los vende sin darles el valor real. LOS CUITLATECOS Hace más de mil 500 años ya había gente en lo que hoy es Atoyac. Aunque solamente se encontraron registros de una etnia desaparecida a quienes les llamaban “los cuitlatecas”. Una cultura que tenía su propio calendario, una lengua diferente y su propio Dios. Cuitlateca significa “gente de excremento” o “gente de cieno”. Que aparentemente tiene el sentido figurado de “gente bastarda” o puede interpretarse como “gente de atrás”. El nombre probablemente haya sido impuesto por los mexicas, quienes acostumbraban a denominar de manera despectiva a grupos minoritarios que eran dominados por ellos. Siguiendo los estudios realizados por Raúl Vélez Calvo, los Cuitlatecos vinieron del Sureste de Michoacán y por el año 2 mil 500 a.C. se introdujeron a territorio guerrerense. Pero fue hasta el mil 500 antes de Cristo que los purépechas acabaron de expulsarlos de Michoacán y ocuparon el territorio que ahora es Costa Grande, después se extendieron hasta el Río Balsas y hay quien dice que llegaron hasta el Valle de Toluca. Los cuitlatecas de Atoyac sobrevivieron hasta principios del siglo XX. El lugar que ocupaban los cuitlatecas, se llamaba Cuitlatecapan que significa “sobre los cuitlatecas o lugar de cuitlatecas”. Según se desprende de las Relaciones Geográficas del Siglo XVI, la provincia cuitlateca abarcaba la totalidad de los actuales municipios de Atoyac, Benito Juárez, Tecpan y Petatlán, así como la porción occidental del municipio de Coyuca de Benítez en la Costa Grande. En la Tierra Caliente los cuitlatecas estaban establecidos en los municipios de Ajuchitlán del Progreso y San Miguel Totolapan. En Tetela del Río, al Norte del municipio de Heliodoro Castillo. Los cuitlatecas fueron sometidos por guerreros de la Triple Alianza, formando la provincia tributaria de Cihuatlán. Aunque de las mismas Relaciones Geográficas del Siglo XVI, se desprende que muchos pueblos cuitlatecas no pagaban tributo al Tlatoani, más le servían de soldados en la guerra que traían con los purépechas. Por su parte los purépechas o tarascos lograron someter a los cuitlatecas de los municipios de Ajuchitlán y San Miguel Totolapan. Por lo que se denota que los cuitlatecas se enfrentaron entre sí, sirviendo tanto a los mexicas como a los purépechas. El viajero Pedro R. Hendrichs hizo una descripción de cómo debieron ser los cuitlatecos: “cuerpo bajo y grueso, piernas cortas y hombros anchos, sobre los que se levantaba una cabeza grande con cara ancha y carnosa, ojos pequeños, nariz chata y una boca que algunas veces es ancha con labios un poco abultados. Su tez de color cobre mate. De jóvenes tenían constitución atlética”. Los pueblos cuitlatecos llegaron a ser muy numerosos y tenían una capital que era Mexcaltepec. Pero las guerras, las epidemias y los maltratos de los españoles los diezmaron. Según los cálculos que hacen los historiadores la población cuitlateca pudo haber ascendido a 300 mil individuos en toda la región. Sobrevivían cultivando productos como el maíz, algodón, chile, frijoles, camotes, calabaza, chía, pepitas y quelites, que eran los mismos cultivos de toda Mesoamérica, aunque para los cuitlatecas eran más importante el maíz, la calabaza y el chile. Debieron usar como alimento a los venados, conejos, guajolotes, faisanes, palomas, codornices y patos. Además seguramente comían iguana, perdiz, chachalaca y armadillo. Para cazar las aves utilizaban el cacaxtle que se sigue utilizando hasta nuestros días en la sierra. Para cazar el venado se valían de la gamitera para imitar el sonido del venado. Los
cuitlatecos de la Costa Grande se surtían de sal de las lagunas que se formaban con agua de mar. Los principales traían ropas largas hasta los pies tejidas de algodón, de muchos colores y unas capas que les llegaban hasta las rodillas, con su cabello largo trenzado. De la siguiente manera vestía la gente común: los hombres, andaban desnudos y algunos con mantillas que les servían de capas. Las mujeres, todas, traían naguas y huipiles de colores, con cabello largo tendido sobre los hombros. Otras fuentes dicen que andaban vestidos con mantas atadas al hombro y unos pañales para cubrir las partes nobles. Otros traían camisas largas, sin cuello que les arrastraban. Las mujeres con sus huipiles y enaguas. La ropa y mantas eran tejidas por las mujeres en el telar de cintura. Sus viviendas eran de bajareque, con techos de paja. Los cuitlatecas sometidos por los purépechas eran regidos por un gobernador y los que estaban en el dominio azteca por un capitán, quienes se encargaban de cobrar tributo, había además principales que contaban con el visto bueno de los conquistadores. A los adúlteros les cortaban las narices. Eso los diferenciaba en cuanto a castigo se refiere de los demás pueblos de Mesoamérica. Adoraban a un Dios que se llamaba Nenepiltatapach Tecuhtli que según algunas fuentes el nombre significaba “Señor de la lengua áspera” y lo pintaban en piedras, había unos ancianos que servían de sacerdotes, de los cuales uno que era casto y respetado, durante cuatro años no salía, todo el tiempo estaba en el templo, al servicio del ídolo. Ofrecían a su Dios inciensos y mantas. No está claro si había sacrificios. Tenían su propio calendario, al parecer de 260 días, lo que quiere decir que tenían un conocimiento avanzado de astronomía y matemáticas. Cada día del año tenía un nombre y a los niños le ponían el nombre del día en que nacía. Al nacer le asignaban pareja, cuando crecían los llevaban ante su Dios. Los parientes llevaban regalos, el sacerdote ataba la manta del hombre con el huipil de la mujer y quedaban formalmente casados. Cuando morían los enterraban en los templos, hacían hoyos redondos, los enterraban sentados con la ropa que tenían y comida. Si era de la clase gobernante, enterraban con él a los esclavos que tenía. Según la monografía de Tecpan de Galeana, Tecpan, historia de un pueblo heroico, escrita por Ramón Sierra López, son derivadas del cuitlateco las palabras: Ajá: afirmación Bembo: inútil, tonto ¡Épale!: cuidado Memela: tortilla Se dice que de los cuitlatecos heredamos la costumbre de comer iguana, instrumentos como el cacaxtle y la gamitera. El cacaxtle se usa para cazar aves y se hace con tres hilos y varas, mientras que la gamitera se usa para imitar el sonido del venado y éste llegue donde está el cazador. Se elabora con un trocito de carrizo silvestre, con cera de abeja melipona y con tela de araña. LA TRIPLE ALIANZA Ahuízotl vino a conquistar a los cuitlatecas, los nativos de ese tiempo no eran muy poderosos, así que los mexicas los conquistaron con mucha facilidad. Formaron una provincia tributaria a la que llamaron Cihuatlán, que quiere decir lugar de mujeres. La cabecera de esa provincia estaba entre los pueblos de San Luis la loma y San Luis San Pedro. Si nos fijamos, el río que divide a los sanluises se llama Cihuatlán. Solo los cuitlatecas de Atoyac no se sometieron tan fácilmente, pelearon hasta que los mexicas pactaron y estos se convirtieron en sus guerreros para pelear en contra de los yopes de Acapulco y los purépechas de Michoacán.
Los aztecas mataron dos pájaros de una pedrada. Al mismo tiempo que combatían a sus enemigos más fuertes, mermaban las fuerzas de los cuitlatecas que finalmente en su mayoría perecieron y quedaron muy poquitos. Los mexicas trajeron parientes suyos a repoblar la región por eso había gente que hablaba náhuatl cuando llegaron los españoles a conquistarnos. AHUÍZOTL (1486-1502) Ahuízotl, El Monstruo de agua, octavo rey de Tenochtítlan, hermano de Tizóc. Se atribuye al año 1498 la fundación de Atoyac porque ocurrió el hecho de la incursión de Ahuízotl, por estas tierras. Durante el reinado de Ahuízotl (1486-1502) fue sometida la mayor parte del territorio guerrerense y fue quien consolidó el dominio azteca en La Costa Grande, formando la provincia tributaria de Cihuatlán. Ahuízotl estableció de manera firme el dominio azteca en Guerrero. La fuerte presión purépecha por Tierra Caliente hizo que este Tlatoani convirtiera un centro de operaciones a la región del Balsas para poder flanquear a sus enemigos michoacanos por la Costa del Pacífico. Dentro del actual territorio guerrerense estaban ubicadas seis provincias tributarias y pequeñas porciones de otras tres según consta en el códice mendocino y la Matrícula de Tributos. La Matrícula de Tributos es un códice que consiste en el registro del pago de tributos de los pueblos sujetos a Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan, conquistados por los miembros de la Triple Alianza. En cada hoja aparece el pueblo que encabeza la provincia tributaria, representado por glifos toponímicos, así como los demás pueblos que formaban la provincia. Aparece la provincia de Cihuatlán en la lámina 18 de la Matrícula de Tributos. Estaba formada por los municipios de Coahuayutla, La Unión, José Azueta, Petatlán, Tecpan y parte de Atoyac. Cihuatlán tributaba pieles, animales vivos y fauna marina para ofrendas ceremoniales o para la alimentación. Según la matrícula de tributos, el 4% de los productos agrícolas recibidos en México-Tenochtítlan procedían de Cihuatlán y Tepecoacuilco, al igual que el 60% de la miel, el 18% del algodón, casi el 7% de la ropa de mujer, el 99% del incienso llamado ecozahuitl y el 50% del copal. TOPONIMIA DE ALGUNAS COMUNIDADES DE ATOYAC Acapulquito, (españolizado de Acapultzinco), “en el pequeño Acapulco”. Ahuindo, (forma errónea de Ahuihuiyo), “donde hace temblar el agua fría”. De atl agua; huihui temblar de frío; y yo que tiene. Alcholoa, “en el salto de agua”. Viene de atl agua; y de choloa verbo que quiere decir saltar, correr. Almolonga, (españolizado de Almolonya), “agua que corre espaciándose”. De atl agua; moloni o molono de manar una fuente, esparcir algo; y de ya locativa. Apozahualco, tiene dos traducciones: 1) “lugar inundado”; 2) “lugar de represa del río”. Viene de apozahualli represa, embalse, o de atl agua; pozahualli llenarse, inundarse; y de co lugar, sitio. Nombre de una ex hacienda del municipio de Atoyac de Álvarez; de un embalse del municipio de Chilapa, y de la laguna donde desagua el río Marquelia. Cacahuatán, “lugar donde abunda el cacao”. Se deriva de Cacáhuatl cacao, y de tan partícula abundancial equivalente a tlan. Cacalutla, (Cacalotla), “lugar de cuervos”. Etimología: cacálotl cacalote; tla lugar.
Cintapala, tiene dos significados: 1) “río de las juntas”; 2) “río profundo, o agua en el subsuelo”. De cintlalia juntar, congregar, o de cintlalli en el abismo, profundidad; y apa río, agua. Cuauhtémoc, (Adulteración de Cuauhtemohua), quiere decir; “águila que desciende”. Se deriva de cuauhtli águila; y temohua descender, caer. Cucuyachi, según la tradición: “donde enferman”; también existe un árbol con ese nombre. El Cucuyachi es un poblado; cocuyache, un rancho, ambos localizados en el municipio de Atoyac de Álvarez.3 Cuitlatecapan, “río o lugar de los cuitlatecas”. Se forma de cuitlatécatl gente de cuítlatl (excremento, cieno); y pan locativo. Nombre prehispánico de la región donde habitaron los cuitlatecas, tribu desaparecida del territorio guerrerense; comprendía parte de Costa Grande y Tierra Caliente; de Petatlán a Atoyac y de Coyuca de Catalán a Ajuchitlán del Progreso, Tlapehuala y San Miguel Totolapan. Chachalaco, “en el lugar de las chachalacas o chachalacos”. Vienes de chachalatli, la gallina montés; y de la partícula locativa, co en. Arroyo del Chachalaco en Atoyac. Ixtla, significa: “llanura” pero puede ser, “en donde abunda la pita o el ixtli”, De ixtla, llanura; ixtli hilaza, pita, fibra; y tla locativa. Mexcaltepec, (Mezcaltepec), “pueblo del mezcal”, o cerro del mezcal”. De mezcalli mezcal, y de altepec pueblo. Mitla, “región de los muertos”. Otra versión: “lugar de flechas o dardos”. De la primera mictlan mundo de los muertos; de la segunda mitl flecha, dardo; y tla lugar. Nombre de una laguna situada entre los municipios de Atoyac de Álvarez, Benito Juárez y Coyuca de Benítez. Parota, (voz tarasca), nombre de árbol maderero tropical, de gran altura y vida añosa, cuyo fruto de forma de oreja sirve de forraje al ganado. Nombre de localidades, parajes y sitios en la Costa Chica y Grande. Patacuas, (vocablo tarasco), “lugar de nísperos”. Topónimo de una ranchería y un cerro de los municipios de la Unión y Atoyac, respectivamente. Tehuehuetla, según Antonio Peñafiel “en el lugar del atabal de piedra”. Otra traducciones: “lugar de tambores de piedra”; “sitio de viejas piedras”; y para la toponimia local, “donde tocan”. De tetl piedra; huéhuetl timbal, tambor; o huehue viejo; y de tla lugar. El poblado se llama San Juan Tehuehuetla, del municipio de San Miguel Totolapan. También el predio donde nace el Río Atoyac, se llama Tehuehuetla. Tlacolulco, (Tlacololco), “lugar torcido, o de casas torcidas, o encorvadas”. De tlacolol-co; tlacololli casa torcida; y co partícula locativa. Nombre extinto de una comunidad del municipio de Atoyac de Álvarez. Tlalcolulco, (mejor Tlalcololco), para la toponimia regional: “en donde los gañanes eran”; de acuerdo a su etimología: “lugar de la tierra torcida o encorvada”. Nombre extinto de un rancho del municipio de Atoyac de Álvarez. Zacualpan, (Tzacualpan), tiene varias versiones “sobre la pirámide”, “en el encierro”, o “en el adoratorio”. De izacualli pirámide, recinto, adoratorio, encierro; y de pan en, sobre. (Tomado del libro Toponimia del Estado de Guerrero de Baloy Mayo) Entre otras toponimias están: Huanacaxtle. Parota Mexcaltepec. Según Gutierre Tibón quiere decir “el cerro del templo de la luna” (Tibón, 2005:193) 3
También se le llama así a una sanguijuela.
III. EL DOMINIO ESPAÑOL PROVINCIA DE ZACATULA A la llegada de los españoles una expedición encabezada por Juan Álvarez Chico exploró la costa de Acapulco a Zacatula, en el invierno de 1521-1522. Después que se asentaron los españoles formaron la provincia de Zacatula e integraron para la explotación del territorio las llamadas encomiendas. Como premio a los participantes en la conquista, la Corona española concedió a sus oficiales las famosas encomiendas que consistían en una extensión de tierra y habitantes indígenas de la demarcación. Dentro de la encomienda de Juan Rodríguez de Villafuerte estuvo el poblado de Mexcaltepec; el cual en la década 1550 pasó a manos de su hija, Aldonza, quien se casó con Rodrigo García de Albornoz, esa encomienda antes de 1643 quedó en desuso. La llamada encomienda obligaba a los indígenas a dar tributo en especie y a otorgar servicios personales. Incluían los derechos de explotación de los recursos de la tierra, además de los tributos que los indios daban al encomendero, quien tenía además derecho de rentar las tierras y disponer del trabajo de los indígenas, también llamados naturales. Muchos encomenderos trataron con rigor excesivo a los nativos, lo que fue mermando la población, por eso es que algunos grupos étnicos sólo quedan de recuerdo en los libros de historia. En todo el estado de Guerrero hubo 76 encomiendas y en lo que ahora conforma nuestro municipio hubo una con cabecera en Mexcaltepec. Aunque se habla que en el pueblo de Chiantepeque hubo otra, cuya cabecera sería lo que ahora es Cerro Prieto. De acuerdo con la disposición de la Corona en 1569, las encomiendas sólo deberían existir mientras viviera el beneficiario, sin que pudieran heredarse (como ya se venía haciendo) al fallecer el encomendero. A partir de esa orden real, cuando el encomendero pasaba a mejor vida las tierras pasaban a ser propiedad de la Corona de España. La población indígena fue diezmada tanto por la brutalidad de la conquista como por las enfermedades traídas por los europeos y nunca vistas en el nuevo mundo. Hubo grandes epidemias entre 1545-1546 y 1576-1579. Pero fue hasta finales del Siglo XVI, cuando se decretó la desaparición de las encomiendas, sustituyéndola por repartimiento de indios. Después la Corona reorganizó la asignación de la fuerza de trabajo y la encomienda fue sustituida por el repartimiento forzoso de trabajadores, mediante el cual cada poblado debía entregar cierta cantidad de brazos a la semana. En 1632, se suprimió este reparto. El trabajador forzado fue sustituido por una mano de obra libremente contratada. En esos años, en distintas regiones del país iniciaron su expansión la hacienda y el rancho. REPÚBLICA DE INDIOS Los españoles para controlar a los nativos formaron una unidad de gobierno que se llamó República de Indios. En el territorio que ahora es nuestro municipio se conformó una República de Indios cuya cabecera era Mexcaltepec. Al parecer también Cacalutla era cabecera de otra. Estas entidades eran encabezadas por un gobernador indio y su cabildo con representantes por cada uno de los pueblos sujetos. De esta manera los antiguos señores mantuvieron sus títulos nobiliarios y ayudaron a los españoles a gobernar las regiones. LA EVANGELIZACIÓN
Los españoles trajeron a misioneros para que vinieran a evangelizar a los indios. Tres órdenes religiosas fueron las encargadas de cristianizar lo que ahora es nuestro país; los dominicos, los franciscanos y los agustinos, bajo la responsabilidad de estos últimos estuvo la misión de Guerrero. La mayoría de los historiadores coinciden en que Atoyac fue evangelizado por el misionero agustino Fray Juan Bautista Moya y Valenzuela, llamado también el “Apóstol de Tierra Caliente”, a quien el imaginario colectivo le atribuye muchos milagros, era un santo que levitaba y era capaz de cruzar el río Balsas montado en un gigantesco caimán. FRAY JUAN BAUTISTA MOYA Y VALENZUELA El 22 de mayo de 1533, llegaron a la Nueva España los primeros siete religiosos de la orden de San Agustín. Habían partido el 3 de marzo de Sevilla. Tardaron 2 meses con 19 días en altamar. Los primeros agustinos que llegaron fueron: Francisco de la Cruz, Agustín de la Coruña, Jerónimo Jiménez de San Esteban, Juan de San Román, Juan Oseguera, Alfonso de Borja y José de Ávila. Cuando comenzaron su peregrinar, los dominicos les dieron hospedaje por cuarenta días, en la ciudad de México y luego alquilaron una casa por el rumbo de Tacuba. Llegaron, inicialmente, al marquesado. En lo que ahora es el estado de Guerrero arribaron, primero, a Chilapa y Tlapa. En menos de un año evangelizaron en su totalidad el marquesado de Hernán Cortés. En 1535, llegó a la Nueva España el segundo grupo de agustinos, poco a poco se fueron internando en el territorio de la Nueva España evangelizando lo que ahora es Michoacán, Guerrero y la Huasteca. Corría 1536, cuando llegó el tercer grupo de agustinos en el que venía Fray Juan Bautista Moya y Valenzuela, el “apóstol de tierra caliente”, evangelizador de esa región y de pueblos de la Costa Grande como Petatlán y Atoyac. En 1539, llegó a México la cuarta barcada de agustinos que trajo a 10 frailes, quienes fueron congregando a su paso a los indios dispersos por la conquista. Lo primero que hicieron los nuevos religiosos fue aprender la lengua de los nativos, luego los catequizaron, los bautizaron y les enseñaron las nuevas leyes que contenía el evangelio. En el caso del personaje que nos ocupa, el agustino Juan Bautista Moya, aparte de su labor en Michoacán estuvo en: Cutzamala, Petatlán, Tlapehuala, Atoyac, Pungarabato, Coyuca de Catalán, Ajuchitlán y en Zirándaro, por lo que mereció el titulo de “Apóstol de Tierra Caliente”. Se sabe que los indios del territorio de lo que ahora es Atoyac fueron congregados en Mexcaltepec por Fray Juan Bautista Moya quien iba y venía de la costa a la Tierra Caliente. Los agustinos fundaron su convento en Tacámbaro Michoacán. Su primer prior fue Fray Juan Bautista Moya, quien luego se regresó a la Tierra Caliente “porque sabía que era ésta… el lugar a donde se habían retirado para hacerse fuerte los demonios, y estos sólo con la oración y el ayuno se vencen… fue su oración, ayuno y penitencias perpetuas”.4 Por ello comía solo tamales cenicientos que dejaba enmohecer previamente, y un poco de maíz tostado; ayunaba casi totalmente los cuarenta días de la cuaresma; evitaba tomar agua como mortificación, llegando a no probarla durante 17 días. Se flagelaba y su vestimenta – además de estar deliberadamente llena de parásitos, que le mortificaban– era de lana burda y gruesa para sufrir más durante el calor. Finalmente, acostumbró desnudarse diariamente, para que los mosquitos y otros insectos le picaran, de modo que sus llagas eran constantes. 4
Felipe Castro Gutiérrez. Eremitismo y mundialidad en la América Thebaida de Fray MatíasEscobar, p. 3, en www.ejournal.unam.mx⁄historia_novo⁄ohnoa⁄EHN00908.pdf
Todo esto tenía el fin de de combatir el demonio y purificarse para facilitar la comunicación del alma con Dios.5 Fray Juan Bautista Moya eligió el poblado de Pungarabato como el lugar de su residencia, congregando al vecindario. Abrió un hospital, creó la escuela, abrió caminos, levantó la iglesia y abrió una escuela de Música. El cronista de Ciudad Altamirano, Félix Manuel Villela Hernández, describe a Moya: “Sus místicas sandalias de suela cruda y correa tosca se hacían trizas en la agreste y solitaria ruta que emprendió amoroso[…] Su cayado de pastor hispano daba complemento a la circunspección de su figura enjuta y trashumante, tan solo ataviada por el grueso y simple hábito de la orden”6. El padre Moya, en el año de 1555, contaba con 51 años de edad cuando llegó a Pungarabato en donde fundó su cabecera misional. Cuenta la tradición que en Coyuca (de Catalán) a un lado de la iglesia, plantó su cayado en los momentos que iba a predicar a los indígenas. Al salir de la iglesia vieron todos con asombro que el árido leño había echado retoños y crecía rápidamente de manera que en pocos días quedó convertido en un alto y frondoso árbol llamado Parota. Se dice también que en los tiempos cuando el Río Balsas estaba crecido, para auxiliar a los enfermos y moribundos cruzaba el río parado sobre la espalda de un gran caimán. Se le atribuyen muchos milagros, dicen que hacía brotar agua de las piedras. Fray Juan Bautista Moya era “constante en la meditación, exactísimo en la obediencia, admirable en la penitencia, sublime en la humildad, ejemplar en la pobreza, puntual en la observancia, purísimo en la castidad, perfecto en la caridad, precursor veloz en la predicación y conversor de indios, solícito, inteligente y encantador”.7 De la gran obra de los agustinos desarrollada en Morelia se destaca la labor de Fray Juan Bautista Moya, no sólo como encargado de las misiones sino por el gran apoyo que brindó a la actividad de la construcción del Templo de San Agustín alrededor del año de 1552, cuando se responsabilizaba de proporcionar alojamiento y comida a los trabajadores que acudían a la empresa constructiva, incluso trabajando como peón de albañilería. El ex convento de San Agustín no es la excepción al guardar innumerables leyendas, pero sobresale la que se refiere a Fray Juan Bautista Moya, en aquel entonces “refitolero” del convento, que era tan solícito y cuidadoso en el empeño de sus labores, que toda la comunidad le estaba verdaderamente agradecida. Solamente una vez tuvo que reprenderlo duramente el padre prior, porque había repartido todo el pan entre una multitud de pobres hambrientos que lo esperaban en la portería. Irritado el prior por tan lamentable suceso, pues el fraile había dejado sin comer a los obreros, le echó en cara su mal proceder al preferir a los desocupados. Afligido el santo varón ruega al superior le permita ir a la despensa para ver si había sobrado algún pan para traerlo. Bien sabía él que no había quedado ni una sola pieza, pero con gran fe en Dios, va a la despensa y no tarda en volver con un gran cesto rebosante del magnifico alimento. Con gran asombro del padre prior y de los que presenciaron el suceso, el superior confesó, estupefacto, que aquel hecho insólito debía calificarse como milagroso. De los muchos milagros atribuidos a Moya después de muerto, uno es el nacimiento de Agustín de Iturbide ocurrido en Morelia: “En penoso trance del parto encontrábase la madre de Iturbide en peligro próximo de muerte, pues no podía dar a luz, lleváronle el hábito de Fray Juan y, tan luego como se lo puso, quedó aliviada, dando a luz a un niño que
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Felipe Castro, Ibid. Felix Manuel Villela Hernández, “Por los caminos de Dios, Juan Bautista Moya”, en Revista Amate, número 15, 1998, p. 13 7 Carlos Illades, Guerrero textos de historia, Gobierno del Estado de Guerrero, Instituto Mora, México, 1989 (Tomo I), pp. 33-34. 6
fue bautizado por un religioso agustino, imponiéndole por indicación de sus padres, el nombre de Agustín”. Fray Juan Bautista Moya y Valenzuela, nació en Villa del Reino de España, sus padres fueron Jorge Moya y Teresa Valenzuela, falleció en la Tierra Caliente el 20 de diciembre de 1567, a la edad de 67 años. Junto al altar de la virgen de la Consolación, en el templo de San Agustín Morelia Michoacán, en el recinto principal, se encuentran dos urnas de madera tallada que contienen los restos de Fray Juan Bautista Moya y del cronista de la orden de San Agustín, Fray Diego de Basalenque. Los pueblos de la región de Tierra Caliente y Michoacán rinden homenaje de alguna manera a Fray Juan Bautista Moya, famoso evangelizador de la Tierra Caliente y de los pueblos de la Costa de Pacífico, hasta Acapulco. En el escudo de Huetamo aparece su silueta en recuerdo de que fundó esa ciudad. En el escudo de Turicato, Michoacán aparece una imagen del báculo y el sombrero pastoral del agustino fundador de ese pueblo y de cuyos prodigios fue testigo el lugar. En ciudad Altamirano y en Iguala hay calles que se llaman Fray Juan Bautista Moya. En Tlalchapa hay una iglesia, en la cabecera municipal, erigida en memoria del gran fraile. IV. EL AGUERRIDO ATOYAC UN PUEBLO DE VALIENTES Según las Relaciones Geográficas del siglo XVI, los cuitlatecos de Atoyac no pagaban tributos en especie a los aztecas. Su contribución era el valor, pues servían de soldados en la guerra que sostenían con los purépechas y con los yopes de la región de Acapulco. Los costeños han sido aguerridos de tiempos inmemorables; por eso en el primer recorrido que realizó el cura Morelos por la Costa Grande, en aquel tiempo provincia de Zacatula, se encontró un suelo fértil para la causa. A Morelos se unieron de Atoyac: Juan Álvarez, Cesáreo Ramos y muchos indios naturales que a pesar de no hablar español, sintieron la necesidad de liberarse del yugo hispano. Los atoyaquenses siguieron primero a Morelos, luego a Guerrero en la lucha por la independencia. A Juan Álvarez luchando por el federalismo en contra del centralismo y en contra de las dictaduras defendiendo a la república. En la invasión norteamericana participaron con la División del Sur en la lucha para expulsar al extranjero que ofendía con su presencia a la patria, en 1847. Nuestros ancestros atoyaquenses estuvieron en Molino del Rey esperando la orden de atacar, sin embargo las órdenes no llegaron porque Santa Anna abandonó su posición. Fueron participantes decididos en la guerra de Ayutla en 1854. Así como en la guerra de Reforma. Pelearon también contra la intervención francesa de 1862 a 1867; los atoyaquenses concurrieron a la defensa de Puebla sitiada por franceses del 16 de marzo al 17 de mayo de 1863, donde estuvieron al mando de Diego Álvarez y Cesáreo Ramos. Luego, en 1867 apoyando a don Diego Álvarez contra Vicente Jiménez, odisea que le costó la vida a Eutimio Pinzón. Siguió la revuelta de los Pinzones en 1884, donde muchos atoyaquense abrazaron esa causa. Secundaron a Canuto A. Neri en 1893. En 1901, participaron con Rafael Castillo Calderón pues el Plan del Zapote redactado en Mochitlán se dio a conocer en Atoyac. Los atoyaquenses siguieron a Mariscal para tomar la ciudad el 26 de abril de 1911, apoyando al Plan de San Luis, auspiciado por Madero. Después participaron en los pleitos internos que le costaron la vida al coronel Perfecto Juárez y Reyes y a Florentino López. Lo cual le costó, posteriormente, la cárcel y más tarde la vida a Silvestre Mariscal.
En los años 1912 y 1913 siguieron a Julián Radilla, cuando exigían la liberación de Mariscal y dieron la pelea contra el 30 batallón en un histórico combate que duró 7 días. Siguieron peleando en 1916 junto a Pablo Cabañas y en 1918 junto al Cirgüelo, que combatió a los Figueroa y su ejército de verdes integrado por indios Yaquis. En 1923 siguieron combatiendo los aguerridos atoyaquenses por el agrarismo junto a Alberto Téllez, Silvestre Castro El Cirgüelo y Valente de la Cruz. De Atoyac salió una comisión, encabezada por Feliciano Radilla, para rescatar a Juan R. Escudero, pero por la intervención de la madre, Irene Reguera, no pudieron llevarlo a proteger en la sierra y más tarde fue asesinado por las guardias blancas de Rosalío Radilla. Los atoyaquenses secundaron a Amadeo Vidales con su Plan del Veladero en 1926, movimiento armado que duró hasta 1929. El cuartel general de Amadeo Vidales estuvo en el Fortín, del cerro plateado, municipio de Atoyac. Cuando ya no hubo enemigos exteriores contra quienes pelear, los atoyaquenses limaron sus asperezas con las balas, se fueron matando hasta consolidarse los grupos que controlaron el municipio. En la sierra, Pedro Cabañas Macedo y Toribio Gómez Pino; en el bajo, Crispín Ocampo, quienes encabezaron una época de terror. Estos grupos caciquiles que se fortalecieron con el alemanismo, entraron en crisis en 1960, con el surgimiento del movimiento cívico, que llevó su cauce hasta la masacre del 18 de mayo de 1967 que marcó el inicio de la guerrilla de Lucio Cabañas y su Partido de los Pobres. EL MOVIMIENTO DE INDEPENDENCIA Cuando en el pueblo de Dolores, estalló el movimiento encabezado por el cura Hidalgo, la respuesta fue inmediata. Entre el 18 de septiembre y el 1 de octubre de 1810, se levantaron en armas, Francisco Hernández y Francisco Moctezuma en Tepecoacuilco. En Acapulco, Luis Pinzón. A los de Tepecoacuilco, el 5 de octubre se les unieron más contingentes rebeldes, cuatro mil indígenas de Iguala, capitaneados por José González. El 2 de diciembre los insurgentes libraron un par de batallas contra los realistas del coronel Antonio Andrade en El Tule y en La Peana, puntos cercanos a Tepecoacuilco pero fueron derrotados. Julio Zárate en su ensayo biográfico sobre José María Morelos y Pavón narra que después de su entrevista con Hidalgo en Charo, salió Morelos de esta población acompañado de un solo criado, y llevando por todo armamento una escopeta de dos tiros y un par de trabucos. Tales fueron sus primeros implementos de guerra. Se dirigió a su curato de Carácuaro, situado a 30 leguas al sur de Charo, y allí mandó fabricar veinticinco lanzas con las que armó a otros tantos hombres. Con esta pequeña fuerza marchó a Churumuco y atravesó el Río Balsas. En la hacienda de Las Balsas, penetró al territorio que hoy pertenece al Estado de Guerrero. En Coahuayutla se le unió Rafael Valdovinos con algunos hombres armados, y juntos avanzaron hasta Zacatula, a orillas del grande Océano, en cuyo punto se les incorporó Marcos Martínez, capitán de milicias, aumentando el naciente ejército con cincuenta soldados. Con todos estos refuerzos, Morelos recorrió la costa en dirección al sureste y cayó rápidamente sobre Petatlán, apoderándose de algún armamento que allí se hallaba. Se le unieron cerca de doscientos hombres, procedentes de las comarcas vecinas encabezados por Juan Bautista Cortés. Entretanto, el comandante realista Juan Antonio Fuentes se fortificaba en Tecpan para disputar a Morelos el paso del río que baña las orillas de esta población; pero creyéndose débil para oponerse a un enemigo ya numeroso, abandonó sus improvisados reductos y huyó despavorido para refugiarse en Acapulco, por lo que perdió en su precipitada fuga a muchos soldados, que volvieron a Tecpan para engrosar las filas de los insurgentes.
Morelos decretó, el 18 de abril de 1811, la Primera Provincia Libre de América en Tecpan. 24 de mayo de 1811, Morelos lleva a cabo la toma de Chilpancingo. 26 de mayo de 1811, cae en poder de los insurgentes la Ciudad de Tixtla, que era una importante posición realista. 30 de julio de 1811, Hidalgo fue fusilado. Chilapa fue tomada el 18 de agosto de 1811. Leonardo Bravo, fue aprehendido por los realistas y fue ejecutado “a garrote vil” el 13 de septiembre de 1812. 12 de abril de 1813, los insurgentes ocuparon Acapulco. El 28 de junio de 1813, Morelos le otorgó el título de ciudad a Chilpancingo. 13 de septiembre de 1813, primer Congreso de Anáhuac 14 de septiembre de 1813, Morelos proclamó los Sentimientos de la Nación. Mariano Matamoros fue hecho prisionero y fusilado en Valladolid el 3 de febrero de 1814. Don Miguel Bravo fue ajusticiado en Puebla el 15 de abril de 1814. Hermenegildo Galeana murió el 27 de junio de 1814, combatiendo contra los realistas en las inmediaciones del poblado San Miguel, ahora Coyuca de Benítez. 22 de octubre de 1814, en Apatzingan se promulgó el “Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana”, llamada también Constitución de Apatzingan. 5 de noviembre de 1815, Morelos fue hecho prisionero. Morelos fue ejecutado el 22 de diciembre de 1815 en San Cristóbal Ecatepec.
Morelos entró a Tecpan el 7 de noviembre de 1810, después de una incursión feliz en la que había logrado aumentar su fuerza y armamento, sin haber combatido hasta entonces contra opresores de la patria. En Tecpan de Galeana se unieron Ignacio Ayala y los hermanos Juan José, Antonio y Pablo Galeana. Sin perder tiempo, Morelos salió de Tecpan el 8 de noviembre; en el Zanjón se le unieron más de setecientos hombres, en su mayor parte sin armas. Allí comenzó Morelos a tener artillería, un cañoncito que recibió el nombre del Niño y que servía para hacer salvas en las fiestas de la hacienda de los Galeana. Un negro llamado Clara, quedó destinado al servicio del glorioso Niño. Se entiende que en el Zanjón se unió Cesáreo Ramos con otros insurgentes de Atoyac. El ejército de patriotas se fotaleció con más de mil hombres, armados con fusiles, lanzas, espadas y flechas, después de tocar en Coyuca partió a Pie de la Cuesta, donde se le unieron un grupo numeroso de los naturales de Atoyac. El 12 de noviembre ya las tropas estaban apoderadas del Cerro del Veladero, tras una corta escaramuza en que cargaron con ímpetu las tropas independientes. El día 13 de noviembre, Morelos ocupaba ya el Aguacatillo, el Veladero, Ejido y otros puntos desde los cuales asediaba la plaza de Acapulco. Don Wilfrido Fierro en la Monografía de Atoyac escribe que de Atoyac se sumó a Morelos don Juan Álvarez en el pueblo de San Miguel, hoy Coyuca de Benítez, el 17 de noviembre de 1810, como soldado de su escolta. Inmediatamente don Juan Álvarez, fue comisionado por Morelos a realizar una delicada comisión a
Zacatula, que cumplió satisfactoriamente recorriendo en cinco días (que hizo de ida y regreso) 442 kilómetros, por lo que le mereció el cariño y la confianza del jefe insurgente, quien lo ascendió a Sargento Primero. A partir de esta hazaña, don Juan Álvarez inicia su carrera militar que terminará el 21 de agosto de 1867, con su fallecimiento, pero con grandes logros para la Patria, que lo hizo digno de ser declarado por el H. Congreso General el 27 de Septiembre de 1861: “Benemérito de la Patria”. En esta lucha por la libertad de México participaron también los atoyaquenses Cesáreo Ramos, oriundo de la Hacienda de San José (Barrio Nuevo, hoy pueblo desaparecido), quien se sumó como soldado el 10 de noviembre de 1810 y Luis Pinzón que se incorporó en Acapulco.
EL ZANJÓN En el Zanjón, hacienda y población que existió al norte de lo que ahora se llama los Arenales vivían familias de apellido Galeana. Por noticias que dan los nativos, unos sacerdotes misioneros de la orden de los franciscanos, en una corta estancia por aquel poblado predicaron a sus habitantes que por el hecho de no dedicarse en forma de penitencia y sacrificio a la religión cristiana, ese sitio, lleno de las más desbordantes emociones que el alma costeña exhibe, en su temperamento peculiar, quedaba anatematizado y que en breve tiempo sería devorado por lenguas de fuego, semejante a un cataclismo local. Temerosa la gente del lugar que el conjuro se realizara, tal como lo anunciaran desde el púlpito los religiosos, pronto se conminó a los espíritus y aquel temor inculcado por medio de la amenaza ritual, hizo eco en los corazones sencillos y se dispusieron a obedecer el mandato divino. No se fija fecha cuando comenzó el desmembramiento; pero lo cierto es que con el tiempo los moradores de El Zanjón se fueron trasladando con sus ganados a la margen opuesta del río Atoyac, en el punto que llamaban rancho de San José, una planicie de praderas fértiles y de exuberante vegetación. Hacia ese lugar fue a instalarse la nueva población, que a su vez recibió el nombre de San Jerónimo el Grande. El Zanjón, a pesar de la gran distancia a que se encuentra de la capital de la hoy república, era un centro comercial de importancia, por sus abundantes cosechas de algodón que sin mucho esfuerzo se producía, por la fertilidad de la tierra (hoy casi estéril por la inmoderada tala de los bosques). Los vecinos del El Zanjón tenían por costumbre celebrar la fiesta religiosa llamada de San José, cuya fecha principal era el 19 de marzo. Los campesinos comarcanos, puestos en movimiento en sus mejores cabalgaduras, formaban hilo en el polvoroso sendero que los conducía hacía el resonante alboroto, de donde se levantaban como palomas dispersas las notas vibradoras del arpa suriana. Y entre tanto bullicio, las carpas improvisadas de manta y techos de palmas de cocoteros, veíanse jubilosas y llenas de gracia en medio de las mercaderías que exhibían las morenas de la región. A estas fiestas rumbosas que se armonizaban con las malagueñas y chilenas, o sea los cantos regionales, que al son de violines y guitarras, sobresalían los famosos tapados de gallos y el típico jaripeo; a estos esparcimientos vernáculos, además de la concurrencia de los lugareños, acudían comerciantes ambulantes, venidos ex profeso desde ciudades michoacanas: Morelia, Pátzcuaro y Uruapan. El 9 de noviembre Morelos emprendió su avance de El Zanjón a Pie de la Cuesta y al Veladero, tomando el camino de la playa con el grueso de su columna y por el camino boscoso, ordenó que marcharan los hombres de Atoyac, distinguidos por la característica
de que por no saber pronunciar bien el español les llamaban los “naturales”. Al segundo día de la partida, Morelos y sus principales jefes acamparon en un pequeño poblado cerca de Coyuca de Benítez, lugar convenido para reunirse con los naturales. Después de mucha espera, el cura llegó a dudar de la sinceridad de los atoyaquenses y queriendo investigar las causas que hubieran tenido para regresarse los que tan decididamente se habían presentado en El Zanjón a luchar por la libertad, y tomando por donde debía de encontrarlos, recorrió como legua y media y en los instantes de penetrar a un palmar de coquito de aceite pudo escuchar que dentro de ese bosque salía una multitud de voces. Eran los naturales que por todo almuerzo comían los sabrosos frutos que a la sazón se encontraban tirados bajo las sombras de corpulentas palmeras. Ante aquella alharaca de revolucionarios noveles, el cura Morelos quiso darles una lección por el descuido en que se encontraban y, al efecto, ordenó que se les marcara el “quien vive”, y como en su vida jamás habían oído gritos guerreros ni tampoco sabían como contestarlos, resultó que cuando escucharon la palabra amenazante de hacerles fuego, respondieron con la exclamaciones de: “¡Santo Dios!” Al escuchar estas ingenuas palabras, Morelos se adelantó y llegando hasta ellos les trató con amabilidad y cariño, diciéndoles: “No hijos, cuando oigan estos gritos, contestarán: ¡La América! o ¡La Virgen de Guadalupe!”. Después del incidente, muy contentos, los naturales prosiguieron el camino en compañía de cura Morelos, para acampar en Coyuca de Benítez, Bajos del Ejido, El Ejido Viejo y Pie de la Cuesta. (Justino Castro Mariscal. Galeana en la Epopeya de la Independencia Nacional) LOS INSURGENTES GENERAL JUAN ÁLVAREZ HURTADO Juan Álvarez, nació el 27 de enero de 1790 en la hacienda de la Tachuela, hoy Arenal de Álvarez y a sus 20 años se sumó con Morelos a la lucha por la independencia, el 17 de noviembre de 1810, en el pueblo de San 24 de febrero de 1821, el Plan de Iguala, es proclamado por Miguel ahora Coyuca de Benítez. Iturbide. De niño Juan Álvarez asistió a la que en ese tiempo era la mejor escuela de México al lado 24 de agosto de 1821, los tratados del profesor Ignacio Avilés, y al morir su de Córdoba. padre siendo muy joven tuvo que abandonar 27 de septiembre de 1821, entró el sus estudios para venir a La Tachuela a Ejército Trigarante a la Ciudad de trabajar como vaquero de su propia hacienda. México, que marcó la Juan Álvarez desenfundó su machete para consumación de la lucha libertaria. usarlo en contra del ejército español que oprimía estas tierras, participando en 14 de febrero de 1831, fusilaron a Vicente Guerrero en Cuilapan, múltiples combates. Durante el ataque al Oaxaca. A partir de ahí Juan Fuerte de San Diego fue herido de ambas Álvarez heredó el liderazgo en el piernas. También, defendió con heroísmo la Sur. ciudad de Tixtla cuando los realistas querían rescatarla de los insurgentes. Después de la muerte de Morelos y bajo el mando de Vicente Guerrero se convirtió en guerrillero y como un rayo caía sobre el ejército realista, cuyos soldados solo veían relumbrar el filo de su machete antes de morir y el nombre de Juan Gallego, como llamaban a Juan Álvarez, se volvió el terror para ellos en las tierras del sur.
Juan Álvarez fue consecuente con sus convicciones, siempre fue liberal, nunca cambio de bando, fue un hombre de una sola pieza, no claudicaba ante nada. Era un hombre de gran corazón que amaba profundamente a su esposa, a su familia y cultivaba la tierra. Estaba listo siempre para defender una causa justa y tomar su machete. Al frente de sus fieles seguidores iba y venía del combate para construir la patria que hoy tenemos. Tuvo el honor de estar al lado de tres hombres grandes de nuestra historia, José María Morelos, Vicente Guerrero y Benito Juárez. Con el primero para iniciar la lucha por la libertad nacional; con Guerrero luchó para lograr la independencia, desterrar la tiranía y consolidar la nación, con Benito Juárez consolidó la estructura político-jurídica del país, y el afianzamiento de la soberanía nacional con el triunfo de nuestro pueblo en contra de la intervención. El fin de su vida coincidió con la caída del segundo imperio encabezado por Maximiliano de Habsburgo. Juan Álvarez, estuvo en muchos momentos de nuestra historia, desde la independencia, la intervención norteamericana, el Plan de Ayutla, la intervención francesa y la formación del Estado de Guerrero del cual fue su primer gobernador. Fue un patriota de tiempo completo, de sus 77 años de vida, sirvió a la nación cincuenta y seis años, nueve meses, cuatro días. Desde su incorporación a la lucha de independencia el 17 de noviembre de 1810 hasta su muerte en la hacienda la Providencia el 21 de agosto de 1867. Diversos historiadores definen a Juan Álvarez como un hombre tenaz, que trabajó como vaquero de su propia hacienda, a quien le gustaba pasar tiempo con los buscadores de perlas en Petatlán y desde muy temprana edad se rodeó de gente muy humilde. Juan Álvarez como todos los hombres polémicos tiene muchos detractores. Actores que muchas veces han buscado mermar su grandeza, pero los logros de su actuar lo defienden por sí solos. Debemos recordar que de la revolución de Ayutla salieron los hombres de la Reforma y sobre los hombros de Juan Álvarez iban gigantes como Benito Juárez, el Benemérito de las Américas. La Providencia, una hacienda de adobe, de la cual sobrevive su capilla, fue el refugio de los que luchaban en México por la libertad. En los terrenos de esa hacienda se cultivaba frijol y maíz, se fabricaban cartuchos y albergaba soldados dispuestos a dar la vida y volver a la carga en defensa de la patria. La hacienda la Providencia era el hogar de la heroica División del Sur, que participó en defensa de la patria, cuando el norteamericano invasor ofendía el suelo mexicano. Aunque algunos cuestionan su actuar en la batalla de Molino del Rey, pero lo cierto es que no recibió las órdenes adecuadas del tirano Santa Anna, a quien se le acusó de estar en complicidad con el invasor. Su lucha por las libertades democráticas lo llevó a combatir contra Santa Anna hasta derrocarlo. Encabezar la revolución de Ayutla le permitió llegar a la presidencia de la República pero sólo duró en el cargo del 4 de octubre de 1855 al 8 de diciembre del mismo año, fecha en que renunció a esa investidura, porque un hombre de campo como él, forjado en el trabajo y la batalla, no podía permanecer en la política soportando las intrigas de muchos políticos que agazapados aspiraban al poder. Renunció pronunciando aquellas palabras que resumen su grandeza “Pobre entré a la presidencia y pobre salgo de ella, pero con la satisfacción de que no pesa sobre mí la censura pública, porque dedicado desde mi tierna edad al trabajo personal sé manejar el arado para mantener a mi familia sin necesidad de los puestos públicos, donde otros se enriquecen con ultraje de la orfandad y de la miseria”. Después de renunciar a la presidencia se retiró a vivir en su hacienda. Le tocó hostigar a los franceses cuando intentaban tomar Acapulco y en la Providencia estuvo Porfirio Díaz, buscando apoyo del veterano patriota que le proporcionó algunas armas para que fuera a combatir a los franceses en la platera ciudad de Taxco.
Fue federalista en contra de los centralistas, defendió la república en contra de la tiranía de Iturbide y de Santa Anna. Defendió la soberanía nacional y durante el poco tiempo que estuvo en la presidencia se redactó lo que después sería conocida como Ley Juárez, misma que sentó las bases de una república democrática para nuestro México. GENERAL LUIS PINZÓN La ciudad de Tixtla estaba al mando del coronel Fuentes y el cura Morelos libró las órdenes para la toma del Fortín y en su exploración con sus gemelos notó que en una de las trincheras sobresalía un soldado de dimensiones extraordinarias; al instante llamó a don Vicente Guerrero para que le explicara aquella figura colosal. Cuando don Vicente se puso a dar cuenta del soldado gigante, exclamó con una ligera sonrisa: —Señor, ese individuo se llama Martín Salmerón, pero por ser nativo del pueblo de Acalco, sólo le dicen Martín de Acalco. —Está bien —Contestó Morelos: me causa curiosidad ese gigante y volviendo la cara a su lado vio al oficial, don Luis Pinzón, estudiante del Colegio de San Nicolás, Morelia, pero simpatizando con la guerra de independencia, cambió la teología por las armas. — A ver, estudiante —habló Morelos, y dirigiéndose al oficial Pinzón le dijo: —Usted sabe que en los libros teológicos David mató de una pedrada al gigante Goliat. Ahora bien — continuó Morelos —, usted va a ser el David de ese Goliat, pero no un David que lo mate; un fenómeno tan extraordinario de la naturaleza es preciso conservarlo, así es que usted que tiene ingenio y travesura, verá cómo hace para cogerlo vivo y sano. ¿Estamos? — ¡Cogerlo vivo! — exclamó Pinzón —. Pero señor, eso es más de lo que hizo el rey David. —No hay excusas; usted me responde del gigante Goliat, chiquitín, ¡y cuidado con matarlo! De los ocho a las nueve comenzó la ofensiva. Los entusiastas y bizarros costeños se arrojaron sobre el fortín de El Calvario, y por el lado de El Santuario y las huertas, Morelos y los hermanos Bravo rompieron el fuego hacia el atrincheramiento que estaba al cuidado de un valiente oficial que era conocido entre los realistas con el nombre de Juan Chiquito, por ser de estatura baja como Pinzón. El Fortín de El Calvario, ante el empuje se desplegaron los Galeana, fue tomado con sangre y fuego, capturándose al momento de la derrota 300 soldados realistas; el cura Morelos, tan luego observó la bandera del Regimiento de Guadalupe en donde ondeaba momentos antes la española, se dirigió al punto y acercándose a la puerta del fuerte, se encontró con el coronel Hermenegildo Galeana con la cara ahumada por la pólvora, quien a su vez dijo con júbilo: —Señor, aquí tiene usted la bandera del enemigo y ahí dentro 300 prisioneros; Fuentes, Cosío y Garrote, corrieron. Pasada la impresión de los primeros éxitos de la jornada, Morelos dio órdenes para que a los prisioneros se les dejara al cuidado de una escolta, mientras continuaba el asedio sobre la plaza y atrio de la parroquia; pero en esos momentos, pinzoncito se presentaba con el gigante Goliat en medio de la gritería que formaban los insurgentes, al ver aquel hombre fenómeno como si en verdad hubiera sido un representante de la época cavernaria. Pocos momentos después de la pequeña tregua, con motivo de la captura de Martín de Acalco, Galeana abandonó el Calvario, avanzando con su legión de hombres indisciplinados, pero de valor a toda prueba en la suprema lucha, sobre las trincheras que había en las bocacalles de la población. (Versión tomada del libro Conflicto Sentimental. Memorias de un Bachiller en Humanidades de Francisco Galeana Nogueda, pp. 15-16)
GENERAL CESÁREO RAMOS El general Cesáreo Ramos González nació en la extinta comunidad de Barrio Nuevo en las inmediaciones de la ciudad de Atoyac. El patriarca de la Costa Grande, como le llamaban, vio la luz el 25 de febrero de 1792. Un hombre que sirvió 58 años a la patria (desde su incorporación al ejército de Morelos el 10 de noviembre de 1810 –junto a muchos naturales de Atoyac– hasta su muerte, el 4 junio de 1869 en Tecpan de Galeana). Entre sus primeras acciones militares está su participación en los combates de la Sabana y el sitio que impuso el general don José María Morelos y Pavón a los realistas que ocupaban el Fuerte de San Diego. Ignacio Manuel Altamirano lo retrata, en sus crónicas, muy joven cumpliendo tareas en el campamento del Veladero. Combatió bajo las órdenes del General Isidoro Montes de Oca, de Hermenegildo Galeana y Vicente Guerrero en la lucha por la independencia. Bajo las órdenes de Juan Álvarez, en la revolución de Ayutla y contra la invasión norteamericana y francesa. Vivió en Corral Falso de donde salía siempre dispuesto a dar la vida en defensa de la independencia y la república. Se recuerda su bravura en el combate de Nuxco cuando el General Zuloaga por órdenes de Santa Anna vino a invadir las tierras del Sur. GENERAL EUTIMIO PINZÓN Nació en Barrio Nuevo, cercano al Río Atoyac, alrededor del año de 1820. Siendo sus padres el héroe de la Independencia General Don Luis Pinzón y doña Clara Martínez de Pinzón. Contrajo matrimonio con la señorita María Cristina Martínez en Atoyac, el 4 de febrero de 1837. A las órdenes de su padre inició su carrera militar. Fue de los primeros revolucionarios que se levantaron secundando el Plan de Ayutla y según un certificado del General Diego Álvarez fechado en la Hacienda de la “Providencia” el 20 de marzo de 1868, el General Eutimio Pinzón luchó hasta el triunfo del movimiento. De entre otras acciones de armas, destacándose la toma de Ixtapan de la Sal del Estado de México, en unión de don Antonio Díaz Salgado y los jefes revolucionarios Guzmán y Tejada, derrotando al coronel santanista Romero, la toma de Ario Michoacán y el fallido ataque a Morelia el 24 de noviembre de 1854, en cooperación con las brigadas de don Epitacio Huerta y don Manuel García Pueblita; en esta acción tocó a Pinzón atacar y tomar la garita de Santa María. Hasta la Plaza llegaron los jefes revolucionarios, cuya formidable caballería arrollaba a los jefes santanistas en todas direcciones, pero cuando el triunfo parecía más seguro se presentó el gobiernista Román Tavera con 1500 hombres y 6 piezas de artillería, obligando a los revolucionarios a retirarse. Después de este fracaso Pinzón regresó con su brigada al Sur a seguir luchando por el Plan de Ayutla. Al triunfo de la causa en 1855, el Presidente Interino de la República, General Juan Álvarez premió los servicios de Pinzón con el grado de General de Brigada que revalidó el Presidente Juárez en San Luis Potosí el 4 de diciembre de 1865. Y después cuando el Presidente Comonfort dio su golpe de Estado contra la Constitución de 1857, dando con esto origen a la cruenta guerra de Reforma o de tres años, el General Eutimio Pinzón peleó al lado liberal desde el 1 de enero de 1868 hasta el triunfo de la causa. Y de nuevo volvió a luchar el general Pinzón, esta vez en defensa del suelo patrio cuando México fue invadido por los franceses y contra el seudoimperio de Maximiliano de Austria. Sitiado en Teloloapan en 1862 por el retrogrado Leonardo Márquez y otros traidores, resistió Pinzón heroicamente con un puñado de valientes patriotas. Concurrió a la defensa de Puebla sitiada por los franceses, del 16 de marzo al 17 de mayo de 1863, fecha en que rindió la plaza quedando prisionero con sus compañeros de armas. Y con ellos se negó a
firmar la promesa exigida por el jefe vencedor Forey de no mezclarse en nada contra la invasión francesa mientras estuviera prisionero. Pero habiéndose fugado en Orizaba volvió al Estado de Guerrero a seguir la patriótica pelea, en donde fue nombrado jefe de la segunda brigada de la División del Sur mando que conservó hasta el triunfo de la patria. En el año de 1867, fue a México con las fuerzas del Sur a las órdenes del General Diego Álvarez a tomar parte en las campañas de Puebla y México. Peleó en la toma de Puebla el 2 de abril, habiéndose distinguido por su ataque al fuerte del Carmen, por lo que mereció elogios del general Porfirio Díaz, el Jefe del Ejército de Oriente. Se encargó de la persecución de Márquez con su Segunda Brigada. Actúo en el asedio de la Ciudad de México por la Villa de Guadalupe, regresando al Estado de Guerrero el 26 de mayo. Al rebelarse el General Vicente Jiménez contra el gobierno local el 7 de junio en Iguala, salió Pinzón a Metlapa la noche del día doce y el trece de junio en la mañana sucumbió en las inmediaciones de Iguala, a manos del Coronel Ignacio Figueroa. (Tomado del libro Teloloapan a través de los tiempos, del Circulo Social y Cultural Teloloapense, AC, pp. 79-80)
LA REVOLUCIÓN MEXICANA EN LA COSTA Lo que llamamos porfiriato abarca de 1876 a 1911. Comprende siete periodos presidenciales concluidos y uno sin terminar. En ese lapso se da un paréntesis de cuatro años, de 1880 a 1884, cuando Manuel González ocupó la presidencia. En 1904, el 7 de mayo se pública la resolución que establece la vicepresidencia de la república y amplía el periodo presidencial a seis años. Este año por sexta vez es reelecto Díaz y ocupa la vicepresidencia Ramón Corral, para el periodo 1904-1910. Ricardo Flores Magón publicó el Manifiesto del Partido Liberal Mexicano en julio de 1906, donde sentaba las bases de un gobierno democrático, demandaba respeto a las leyes; consideraba ilegales las reformas a la constitución de 1857, por lo que proponía regresar al antiguo periodo presidencial de cuatro años, sin posibilidad de reelección. Exigía también la libertad de expresión y pensamiento, la supresión de tribunales militares, la separación efectiva de la iglesia y el estado, la prohibición del trabajo infantil, el establecimiento de un salario mínimo y una jornada laboral de ocho horas. Mineros mexicanos empleados en la Green Cananea Cooper Company, el viernes primero de junio de 1906, iniciaron una huelga para demandar la igualdad de condiciones laborales entre los empleados, pues mientras ellos recibían a razón de tres pesos la jornada diaria, los trabajadores extranjeros eran remunerados con el doble de esa cantidad. Los huelguistas fueron agredidos a tiros por el gerente Metcalfe, el 2 de junio, ahí varios perdieron la vida; también murió el gerente. Ante la situación intervino el gobernador de Sonora, Rafael Izábal, quien además de su escolta llevó a un grupo de “rangers” estadunidenses, lo que provocó nuevos enfrentamientos. La violencia desatada dejó 19 muertos, una veintena de heridos y diversos dirigentes detenidos, entre ellos Manuel Diéguez y Esteban Baca Calderón, militantes del Partido Liberal Mexicano. El 7 de enero de 1907 se originó el movimiento de Río Blanco Veracruz, pues los dueños de las fábricas textiles agrupadas en el Centro Industrial Mexicano crearon un reglamento donde les imponían a los trabajadores una jornada de 14 horas. A raíz del descontento el Ejército arribó al lugar y disparó contra la muchedumbre. La represión motivó un enfrentamiento con las autoridades que culminó dos días después con
un saldo de 200 muertos, según algunas versiones y de 800 otras, además cientos fueron sometidos a trabajos forzados en las selvas de Quintana Roo y Valle Nacional en Oaxaca. Porfirio Díaz concedió, en 1908, una entrevista al periodista James Creelman; en la cual dijo que México estaba preparado para cambiar sus gobernantes de manera democrática. Dicha entrevista más tarde pasaría a la historia conocida como Díaz-Creelman, al ser publicada en la revista estadounidense Pearson`s Magazine ( a principios de marzo de 1908) el general Díaz afirmó, también, que daría la bienvenida a cualquier partido de oposición. En la navidad de 1908, Francisco I. Madero publica el libro La sucesión presidencial en 1910, donde realiza un riguroso análisis de la administración porfirista; reconoce el gran desarrollo del país y la paz porfiriana registrada a lo largo de 30 años, pero también critica la permanencia de Díaz en el poder. Aún en este escenario, el 25 de marzo de 1909, la Convención Reeleccionista decide postular de nuevo a Díaz y a Corral. Don Francisco I. Madero, con el lema de “Sufragio Efectivo. No reelección”, se lanzó como candidato a la Presidencia de la República, Díaz en lugar de respetar la voluntad popular manda a encarcelar a Madero en San Luis Potosí. Francisco I. Madero convoca al pueblo de México mediante el Plan de San Luis proclamado el 5 de octubre de 1910, a levantarse en armas el día 20 de noviembre, a partir de las 6 de la tarde. Este llamado marca el inicio del periodo de lucha armada conocido como Revolución Mexicana y que oficialmente abarca hasta el 5 de febrero de 1917, fecha en que se promulgó La Constitución. La muerte de Aquiles Serdán, fue el primer mensaje del levantamiento armado. El líder del Partido Antirreeleccionista fue asesinado el 18 de noviembre de 1910, después de que fuerzas del gobierno atacaron su casa en Puebla. El primer levantamiento armado que se dio en Guerrero fue el de Delfino Alvarado, que se pronunció en Tepecoacuilco, el 12 de diciembre de 1910. Aunque a esta manifestación revolucionaria los historiadores le han restado importancia porque se han empeñado en darle todo el crédito a los Figueroa. La familia Figueroa encabezó un importante grupo de guerrerenses que se levantó en armas durante la revolución. Ambrosio y Rómulo Figueroa, Martín Vicario y Fidel Fuentes, al frente de un grupo compuesto fundamentalmente por rancheros, proclamaron el 12 de febrero de 1911, en Huitzuco, su adhesión a la causa maderista. Ambrosio Figueroa fue nombrado general en jefe del Ejército Libertador del Sur. El 17 de abril, un agente maderista, Guillermo García Aragón, le confirmó el puesto a nombre de Madero. LA TOMA DE ATOYAC Y EL CAMINO AL PUERTO DE ACAPULCO En Atoyac fue hasta el 26 de abril del 1911, cuando el maestro Silvestre Mariscal González decidió encabezar la revuelta con campesinos de diferentes partes del municipio. En 1911 fueron muchos los atoyaquenses que se enlistaron en las filas maderistas. Con el tiempo, varios de ellos destacaron y llegaron a ser generales, pero durante ese camino cometieron una serie de contradicciones, por falta de principios y por intereses personales, pelearon en bandos muy disímiles. Casi todos comenzaron apoyando a Madero, pero después se definieron tres bandos: los blanquistas, los mariscalistas y los zapatistas. Los maderistas más importantes fueron, Silvestre y Epifanio Mariscal González, Julián Radilla Hernández, Arnulfo Radilla Mariscal, Dimas Fierro, Silvestre Castro García, El Cirgüelo, Tomás Gómez Cisneros, Manuel Villegas, Alberto González Ayerdi, Canuto Reyes, Santiago y Fidel Nogueda Radilla, Gabino Navarrete Juárez y Julio Pérez. De Pablo Cabañas no hay antecedentes que haya sido maderista, sus andanzas en la revolución se conocen a partir de la aparición en escenario estatal de Heliodoro Castillo.
Desde un principio, se fue marcando la presencia de los dos principales bandos, uno encabezado por Silvestre Mariscal y el otro por Tomás Gómez y Alberto González, este último grupo estuvo al servicio de la colonia española de Acapulco, que controlaba diversas haciendas en la costa, una fábrica de jabón en Acapulco, las fábricas de Hilados y Tejidos del Ticuí y de Aguas Blancas. Mariscal, apoyó después a Victoriano Huerta, luego fue Constitucionalista y murió defendiendo a Venustiano Carranza. También Tomás Gómez y Manuel Villegas apoyaron al dictador, pero al caer en desgracia se pasaron oportunamente al partido constitucionalista. Una de las situaciones que marcaron la formación de los grupos revolucionarios fue la relación familiar, pues de alguna forma los maderistas que tomaron la ciudad el 26 de abril de 1911 estaban emparentados. Dos columnas participaron en el ataque, una iba encabezada por Epifanio Mariscal González y la otra por Modesto Galeana su medio hermano. Mientras tanto Silvestre Mariscal, Arnulfo Radilla Mariscal y Dimas Fierro se parapetaban en el atrio de la Iglesia para cubrir la retaguardia de los atacantes. Los otros maderistas Alberto González, Santiago Nogueda Radilla y Canuto Reyes que estaban enemistados con Mariscal al saber de la llegada de los revolucionarios se fueron al monte, para evitar ser ajusticiados, como sucedió con el comerciante Gonzalo García. Más tarde los mencionados se sumaron a Julián Blanco para tomar la ciudad de Chilpancingo y así mantenerse lejos de la ira de Mariscal que marchó con su gente rumbo al puerto de Acapulco después de incursionar en San Jerónimo y Tecpan. Según Wilfrido Fierro Armenta: “Mariscal fue invitado a encabezar el movimiento por el propagandista del Centro Revolucionario Maderista, Octavio Bertrand”. 8 En tanto, Julián Blanco invitaba por medio de correspondencia a los comerciantes Canuto Reyes, Gonzalo García y Alberto González. Estos formaban parte del grupo dominante de Atoyac, pues Canuto Reyes había sido presidente municipal cuatro veces y Gonzalo García cuando menos una vez había estado en la alcaldía. Los tres controlaban el comercio local. En el ataque de Atoyac murieron Gonzalo García y su cuñada Rosa Muñiz, según dicen, asesinados por Félix Serafín El Chacape, un rebelde mariscalista, a quien García había amarrado y expuesto en el Zócalo, bajo los rayos del sol, cuando fue presidente municipal. Ignacio R. Martínez y Gabino Olea Campos comentan que: “Blanco también reclutó para el maderismo a Tomás Gómez, que era el caporal y/o guardia blanca de la hacienda Los Arenales, propiedad y residencia de Baltasar Fernández, descendiente directo del fundador de B. Fernández y Cía. Suc., quizá la empresa más sobresaliente de la costa”.9 Considero que desde el primer momento en la toma de Atoyac el 26 de abril de 1911, hubo tres acontecimientos que marcaron profundamente la vida de Silvestre Mariscal y el destino de los mariscalistas, el primero de ellos fue el saqueo a la tienda del comerciante Alberto González con quien el líder maderista tenía problemas personales por unos terrenos ubicados en Mexcaltepec. El segundo fue la muerte de Gonzalo García, asesinado por los levantados junto a su cuñada en el interior de su casa. Y un tercer acontecimiento fue el saqueo de la fábrica de Hilados y Tejidos “Progreso del Sur Ticuí”. Eso le valió el odio de la colonia española radicada en el puerto de Acapulco, pues la firma Quiroz, Fernández y Compañía, dueños de esta factoría pertenecían a esa nacionalidad. La fábrica de Hilados y Tejidos fue asaltada y saqueada por un grupo de revolucionarios encabezados por José Inés Pino el 27 de abril de 1911, a las 10 de la mañana. Cuando Mariscal regresaba de San Jerónimo, en sus memorias, el líder revolucionario se deslinda
Wilfrido Fierro Armenta, Monografía de Atoyac, Atoyac de Álvarez Gro, Edición del autor, 1972, p. 23. Ignacio R. Martínez Rivera y Gabino Olea Campos, La lucha agraria en la Costa Grande de Guerrero. De la Revolución a la muerte de Juan R. Escudero 1911-1923, Tesis, UAG, 1980, p. 34. 8 9
del acontecimiento, argumentando que Pino actuó por cuenta propia y que Dimas Fierro, a quien mandó a impedir el asalto, estuvo a punto de ser asesinado. Al hablar de los dos bandos de revolucionarios que se conformaron desde un principio en Atoyac, Ignacio R. Martínez y Gabino Olea Campos señalan que “Después independientemente de Mariscal, los terratenientes-maderistas de Atoyac y Tecpan, habían levantado la insurrección y tomaron San Luis, Tecpan y San Jerónimo, dirigidos por dos labriegos pobres: Tomás Gómez y Manuel Villegas, con la asistencia del hacendado Manuel Soberanis”. “Este grupo apoyado por los comerciantes-terratenientes Alberto González y Canuto Reyes de Atoyac, ostentaron desde un principio la representación del movimiento maderista y ante el ataque a la fábrica de Hilados y Tejidos elevaron su escandalosa protesta reaccionaria”.10 Custodio Valverde era enemigo de Mariscal, pertenecía al grupo de Canuto Reyes y Alberto González, tenía una escuela particular en Atoyac. Se incorporó al maderismo y llegó a ser diputado local por el distrito de Galeana, escribió el libro Julián Blanco y la Revolución en el Estado de Guerrero, sobre el saqueo de la fábrica del Ticuí cuenta lo siguiente: Al tener lugar los primeros sucesos revolucionarios en la Costa Grande, un incidente altamente deshonroso, para la causa del pueblo, aconteció en el pueblo indígena de Atoyac, Distrito de Galeana, incidente que, en el curso de los acontecimientos, tomó mayores proporciones que la revolución iniciada en la zona costanera, el cual fue la causa de monstruosos hechos y originó un serio y profundo disgusto en los jefes del movimiento libertario, Gómez y Villegas, que estaban de acuerdo con el señor don Julián Blanco...Los jefes Gómez y Villegas, a pesar de su escasísima ilustración y poco trato social porque eran labradores y gañanes, desaprobaron en lo absoluto los actos del cabecilla Mariscal y de su gente; aislaron y distanciaron sus tropas de las del dicho cabecilla.11
Volviendo al tema de los grupos revolucionarios de Atoyac, Canuto Reyes, Alberto González, Tomás Gómez, Manuel Villegas, Santiago y Fidel Nogueda Radilla, no participaron en la toma de la ciudad el 26 de abril de 1911, se fueron a incorporar a Julián Blanco para tomar Chilpancingo; ya Tomás Gómez y Manuel Villegas habían irrumpido en San Jerónimo y Tecpan. Tanto Alberto González, como Santiago Nogueda Radilla eran enemigos personales de Mariscal. Nogueda Radilla también era enemigo de Tomás Gómez, pues éste lo había apuñalado en 1903.12 Con fecha 12 de julio de 1903, en el punto denominado Huertecillas del municipio de Atoyac, fue herido el individuo Santiago Nogueda, con arma cortante y de manera alevosa, por Tomás Gómez vecino del Arenal Primero. 13
De regreso de la toma de Chilpancingo Alberto González, se alió con los sombrerudos de Perfecto Juárez y Reyes, una vez muerto éste, se mantuvo aliado a Julián Blanco, a quien permanentemente intrigaba contra Mariscal. Quizá, otra forma de explicar las rivalidades entre estos dos bandos, sea generacional, pues Canuto Reyes y Gonzalo García, eran parte del grupo político hegemónico en este lugar. Mientras Silvestre Mariscal formó parte de la lucha de Rafael Castillo Calderón y el Plan de Zapote y se opuso por primera vez a la estructura local del poder. Entonces puede decirse
Ignacio R. Martínez y Gabino Olea, Ibid., p. 38. Custodio Valverde. Julián Blanco y la Revolución en el Estado de Guerrero, Ayuntamiento de Chilpancingo, 1989, p. 29. 12 Periódico Oficial del estado de Guerrero, Número 43, Chilpancingo viernes 23 de octubre de 1903, p, 4 13 Ibid. 10 11
que desde antes de la Revolución ya operaban en Atoyac, esas dos estructuras políticas, mismas que por partes distintas se sumaron al Maderismo. ¡VÁMONOS A LA BOLA! En 1910 era yo empleado en Atoyac, Gro, lugar de mi residencia y nacimiento; durante ese año fui propagandista de la candidatura a la presidencia del señor Madero, comisionado por el Comité Central establecido en la capital de la República y luego como agente revolucionario en virtud de haber fracasado lo primero. Cuando tomó este aspecto la cuestión de Madero, realmente me abstuve de insinuar a alguien sobre el particular, tanto más cuando que no sabía a qué plan nos íbamos a sujetar. En noviembre, cuando inició la Revolución Aquiles Serdán en Puebla y sabido su fin trágico y por el incremento que tomaba el norte bajo los auspicios del propio Madero, dispuse presentar la renuncia a mi empleo, pues yo era administrador de correos, tanto para estar libre, como para estar fuera de toda responsabilidad, por los fondos que se manejaban en la mencionada oficina. Desligado de este empleo, me ocupé de mis negocios privados y mercantiles que tenía abandonados; pero a fines de diciembre de 1910 recibí carta del señor Octavio Bertrán, en que me exhortaba a que revolucionara la Costa Grande. Contesté que de tener la aceptación, la iniciaría entre los pueblos del rumbo. En enero de 1911 empecé a tratar este punto, con las reservas necesarias y con la prudencia traducida en miedo; esto mismo no me hacía tomar la cuestión con empeño; así pasaron los días, hasta que en el mes de marzo se presentó ante mí el propio señor Bertrán como chivero, es decir tratante de este ganado. De la entrevista que tuve con él, resolví levantarme en armas, pero que lo haría tan luego que regresara la fuerza que había salido para Acapulco, pues el objetivo principal era quitarles el armamento que poseía. En esto quedamos con él. Me informó del levantamiento de Martín Vicario, secundado por los Figueroa, que merodeaban por la sierra de Huitzuco; Jesús H. Salgado en Tierra Caliente, secundado por otros y Julián Blanco en su madriguera de Dos Caminos, con poca gente. Además se me avisó que Enrique Añorve, se había levantado en Ometepec. “Con que sólo esta región falta y espero lo hará con eficacia dado el prestigio de que usted goza entre las personas de los pueblos”. Se hará señor, le contesté, ya con menos prudencia, es decir menos miedo. Nos despedimos y desde luego empecé a conquistar partidarios para iniciar la Revolución. La fuerza que auxiliaba a Acapulco regresó a fines del propio marzo y dispuse el levantamiento para el primero de abril, pero se me acercó el grupo de comprometidos, suplicándome que dejáramos pasar la Semana Santa, por lo que convenimos que sería el sábado de Gloria. Llegó la fecha y sólo se presentaron unos diez y con ellos mandé llamar a los demás, quienes ofrecieron reunirse la Semana de Pascua. Esta moratoria ya no me gustó, por lo que le dije a mi hermano Epifanio que iba a desistir de la empresa. La respuesta de mi hermano fue rápida, convincente y cargada de reproche: “La gente iniciada tiene más empeño que tú, acaban de salir varios enviados a reunirlos, de modo que en una de estas noches se dará el grito de rebelión”. Bueno le contesté, yo creía que la moratoria era por temor, pero si así están las cosas, me avisas en cuanto estén reunidos para acordar lo conveniente. “Así lo haré”, fue su respuesta. El día 26, a las doce, recibí el aviso de mi hermano notificándome que en la noche estarían reunidos los comprometidos, que varios de ellos se presentarían con armas. Recomendé que escondieran las armas y que no divulgaran nada.
Como a las cuatro de la tarde llegó un individuo de la sierra ofreciéndome tres fanegas de maíz, le dije que las compraría, que las trajera. “Hoy no puedo trasladárselas, será después porque dicen que hoy llegan los maderistas”. Di un salto de la hamaca y le dije alarmado: ¿Cómo sabes eso? “Señor, así lo dicen en la plaza”. Está mala la noticia y no te puedo comprar el maíz, ya que estamos en peligro. Se fue y me dirigí al Ayuntamiento para averiguar si se sabía algo de la próxima sublevación. No noté nada, pero en la plaza sí se rumoraba algo, pero muy reservado. A las ocho de la noche recibí aviso de mi hermano de que había reunido 25 hombres armados, por lo que dispuse se les diera parque y si a las nueve no llegaban más, con los que estuvieran atacaríamos el cuartel. Le expresé a mi hermano: Tú llevarás la mitad del contingente y Modesto Galeana -medio hermano nuestrollevará la otra; bajarán el playón y entrarán por la Plazuela de la Perseverancia a la carrera, el grito bélico será: ¡Viva Madero! ¡Abajo el Gobierno! Yo estaré en el atrio de la iglesia con Arnulfo Radilla y Dimas Fierro para lo que se ofrezca; hay que tomar los elementos de guerra que haya en el cuartel, con que listos y cada uno en su puesto. Arnulfo me avisará cuando salgas con la gente. Epifanio expresó: “Bien, se ejecutará como lo indicas”. Dadas estas órdenes me retiré a mi casa y Dimas permaneció en el atrio de la iglesia, bajo la sombra de un amate para observar los movimientos que notara. Al llegar a mi hogar me senté en la hamaca e inmediatamente me interrogó mi esposa. ¿Por qué no te desabrigas? Le respondí que sudaba y temía que me hiciera mal; además saldría pronto. “La noche está muy obscura, no es prudente que salgas y acuérdate lo que dijo el del maíz, que hoy llegan los revolucionarios”. Eso no es cierto, en fin ya veremos. Dieron las nueve de la noche y me puse a pasear; como al cuarto de hora se oyeron ladrar muchos perros hacia la orilla de la población, rumbo al río. En ese momento llegó Arnulfo y me dijo: “Nuestra gente ya desfila, no tarda en que inicien el fuego”. Espérame, nos vamos juntos, y mientras recogía mi sombrero, se dejaron oír las descargas y el griterío de ¡Viva Madero! ¡Muera el mal gobierno! Ya sucedió y violentamente salí, a lo que intentó mi esposa oponerse. En la calle encontramos a Dimas, que venía a la carrera para avisarme. “Vamos, se baten los compañeros y hay que ayudarlos”. Nos apostamos en los muros del atrio de la iglesia, cuando vimos que venía al trote un grupo de soldados en dirección a la plaza, pues era la ronda que ya había salido y al llegar se ampararon en los horcones de la casa de don Inés D. Mariscal y empezaron a hacer fuego, por lo que nosotros disparamos sobre ellos. Tal vez no esperaban ser atacados por ese lado, pronto fueron desalojados y corrieron. Algunos elementos de la fuerza del cuartel, con la sorpresa, corrieron, pero la mayoría se encerró y por puertas y ventanas del Palacio Municipal y Alcaldía sostenían el fuego, pero como vieron que no tenían salida, mejor se rindieron. Pasado de las diez terminó esta acción; hubo algunas bajas por ambas partes; se recogió el armamento, el parque y los heridos para curarlos. Ya estaba dado el primer paso dentro del peligro y era necesario afrontarlo con todas sus consecuencias. Me presenté a la sala municipal a impedir desórdenes que ya se cometían, pues creían que la Tesorería tenía ahí sus fondos; traté de convencerlos de que a nada conducía la destrucción de las oficinas, con esto logré contenerlos. Me avisó Dimas que varios individuos forzaban las puertas del correo. Fui y también los convencí de que los fondos los había sacado el administrador. Esto era cierto, pues así me lo informó un varillero llamado Rino que dormía en el corredor; recibí otro aviso en ese sentido que derribaban las puertas de la casa comercial de Alberto González, por lo que di órdenes a Norberto Galeana para que contuviera a la gente.
La orden la impartí tarde porque me avisaron que ya estaban dentro de la tienda y hablaban con la esposa de Alberto para que les proporcionara las armas que tenía. Bueno, que no pase de eso y dije a Dimas que los fuera a sacar, lo que verificó en el acto, después de recibir dos o tres armas y cartuchos. La señora también les entregó varias botellas de aguardiente y otras clases de licores, cosa que reprobé por prever sus consecuencias. Me retiré al Ayuntamiento sin saber qué hacer con aquella legión de diablos sueltos que querían cometer toda clase de abusos. Me avisaron que la tienda de Gonzalo García la habían abierto y que lo buscaban sin lograr encontrarlo. Debido a esta situación dije a Norberto: Anda a contener a esa gente, lo que intentan no lo apruebo. Salió Norberto y a los pocos minutos regresó diciéndome: “Ya encontraron a don Gonzalo y lo quieren matar”. Corre a detenerlos y diles que ahí voy. Corrió y yo tras de él; cuando iba a atravesar la calle oí los tiros y luego un llanto. Díjeme: Ya no tuvo remedio esto y regresé. Luego me informó Norberto: “Lo mató uno que fue sirviente de dicho señor, pues dice que lo sacó de su casa a patadas y no le pagó. Lo peor es que murió su cuñada que lo tenía abrazado. “Esto es el colmo.” Llamé a Epifanio, a Dimas y Arnulfo para darles las siguientes órdenes: Es necesario salir inmediatamente para evitar mayores desgracias, de manera que ordenen que se formen luego para ir a atacar a la tropa de auxilio que viene de Tecpan. Surtió efecto esta falsa alarma que difundí y para endurecer nuestra improvisada disciplina, encabecé la marcha a pie rumbo a San Jerónimo. Al pasar por el barrio El Humo, se nos incorporó José Inés Pino con veinte individuos. Pasamos por El Primer Arenal en orden y en la margen del río hicimos alto, pues quería dar tiempo para que se les pasara la borrachera que tenían algunos. A la cuatro y media de la mañana di orden a Norberto para que entrara a San Jerónimo con cincuenta hombres, levantar al comisario y éste los llevara a las casas cuyos dueños tuvieran armas y que las recogiera. José Inés Pino, sin orden mía, se incorporó a la expedición sólo para cometer abusos. Norberto cumplió con lo ordenado y Pino se dedicó a pedir dinero, por supuesto, en cantidades muy pequeñas. A las cinco y media mandé repicar las campanas y lanzar vivas al por mayor, con lo que se dio cuenta la población de lo que pasaba. Se reincorporó Norberto dándome cuenta del éxito de la comisión. Recorrimos todos los arenales y mandé llamar a Tomás Gómez, para que se uniera al movimiento, ya que se había comprometido conmigo, pero dijeron que tan luego supo la aproximación mía, echó a huir al monte; lo dejé por la paz y fuimos a hacer alto al Tomatal. En este lugar logré tomar alimentos, así como la tropa. Pino me pidió permiso para ir por otros compañeros al Humo, accedí a su súplica y le dije que lo esperaba en El Ciruelar para concentramos en Atoyac; se fue y salí para dicho punto. A la una de la tarde no aparecía Pino, por lo que le dije a Dimas que fuera a buscarlo. Salió con diez soldados y cerca de las dos me avisó Dimas, con un correo, que Pino había salido para Atoyac y que él lo seguiría para evitar abusos, que seguro iba a cometer. Di orden de marchar y mandé con la vanguardia a mi hermano Epifanio, a marcha forzada, con orden de evitar los desórdenes de Pino. Llegó primero mi hermano, y yo después con el grueso de la tropa, avisándome que había sido saqueada la fábrica de El Ticuí por Pino y que ya se había retirado cuando él llegó. Dimas me detalló el asunto, pues por más que hizo por evitar aquello no lo consiguió y hasta estuvo a punto de que lo mataran. Con el fin de darle forma a aquella fuerza ordené se acuartelaran agrupándose en banco de armas con su servicio de centinelas. Enseguida mandé veinte hombres para que sepultaran los cadáveres de Gonzalo y su cuñada; también mandé por el administrador de correos que no encontraron, pero me informaron que había hecho levantar un testimonio judicial en el juzgado menor en el sentido de que la oficina había sido robada y que sólo había salvado $775.00 cuyo dinero lo
guardaba el propio juez menor, por lo que ordené se presentara con todo el dinero y entonces lo interrogué, porque estaba seguro que no había tal robo como lo asentaba el administrador, a lo que contestó que él daba fe de lo que se le presentó y así constaba en la información testimonial. Bien puede usted retirarse le dije, pero enseguida se presentó Epifanio Vargas y me dijo que él sabía que las señoras Enedina y María Jorge Fierros guardaban el dinero del correo. Le dije a éste señor que fuera a ver a dichas señoras y en mi nombre les dijera que debían entregar la cantidad que tuvieran en su poder; fue y después de varias trabas, entregaron mil pesos, diciéndole que era lo único que llevó a guardar el administrador, con lo que nos conformamos por haberse ocultado este empleado, pues yo sabía que tenía de existencia cinco mil pesos. Estos fueron los primeros dineros que cogí para socorrer a mi tropa. El 28 pasé revista a la fuerza que ascendía a trescientos hombres, 250 armados y el resto con machetes. (Alejandro Martínez Carbajal (editor). Silvestre G. Mariscal. Memorias de la Revolución en Guerrero, pp. 1-7) Después de la acción de Atoyac los acontecimiento siguieron muy rápidamente. El 29 de abril los mariscalistas tomaron Tecpan de Galeana, donde Mariscal puso a Manuel Sáyago como jefe militar y prefecto político, también impuso préstamos forzosos a los comerciantes. Cuando venían de regreso de Tecpan las fuerzas revolucionarias, el 30 de abril, se incorporó Julián Radilla con 150 Francisco Figueroa fue designado hombres que había reunido en las rancherías gobernador provisional de de San Jerónimo y Atoyac. Guerrero, en una junta de jefes Ya con 400 hombres armados, Mariscal, se militares celebrada en Iguala el 16 de mayo de 1911. Siendo de esta propuso tomar el puerto de Acapulco y el manera el primer gobernador primero de mayo, entró a Coyuca, donde 200 revolucionario. maderistas encabezados por Pablo Vargas se le sumaron, estos ya habían tomado la fábrica de El 21 de mayo de 1911, se firmó hilados y tejidos de Aguas Blancas y tenían el acuerdo que puso fin a la insurrección y obligó a renunciar a asolados a los gobiernistas de los alrededores. Porfirio Díaz, quedando como Hasta Coyuca también llegó Tomás Gómez presidente Francisco León de la Cisneros, quien junto a Pablo Vargas, decidió Barra, quien fungía como caminar rumbo a Dos Caminos para apoyar a Ministro de Relaciones Exteriores. Julián Blanco que pretendía tomar El 27 de mayo de 1911, Porfirio Chilpancingo. Díaz aborda el buque Ipyranga y En el camino a la ciudad más importante del viaja junto con su familia a estado, a Mariscal, se le fueron sumando Europa; muere en París el 2 de pequeños contingentes, y cerca de Acapulco, el julio de 1915. 2 de mayo, en Los Bajos de Ejido se incorporó don Nemesio Guillén con 150 hombres. Ahí se prepararon los mil 300 hombres que ya eran, para comenzar el 5 de mayo el sitio al Puerto. Nemesio Guillén puso su cuartel en Pueblo Nuevo y su avanzada en Santa Cruz. Julián Radilla instaló su cuartel en La Sabana y sus vanguardias en la Garita e Icacos. Como siempre los norteamericanos curándose en salud. El 9 de mayo, el cónsul de Estados Unidos en Acapulco, Clement S. Edwards, visitó el campamento de Silvestre Mariscal para pedirle garantías para los residentes extranjeros en el puerto, el revolucionario atoyaquense le dio todas las garantías que pedía. Mariscal, reforzado por los maderistas de la Costa Chica, encabezados por Carlos Zenaido Guerrero, atacó al puerto de Acapulco el 10 de mayo, peleando fieramente y recibiendo los
cañonazos del buque El Demócrata. Los federales tuvieron 38 bajas y los revolucionarios más de 100, la mayoría de la Costa Chica, por un error que cometieron al tocar una diana que delató sus posiciones. Después de este ataque las tropas revolucionarias regresaron a sus campamentos para mantener el sitio al puerto de Acapulco, pero una vez firmados los acuerdos de paz en Ciudad Juárez, Mariscal entra al Puerto de Acapulco en son de paz el 2 de junio de 1911. Desde el primer día de sitio al puerto comenzaron las rivalidades entre los grupos de revolucionarios y, el 15 de julio, las fuerzas de la Costa Chica atacaron el cuartel de Mariscal, en ese complot estuvieron coludidos Julián Blanco y Tomás Gómez. Antes ya las tropas revolucionarias de Pablo Vargas habían atacado a los mariscalistas al pasar por Coyuca, cuando los atoyaquenses regresaban a su pueblo. De estos ataques Mariscal culpó a Blanco y a Tomás Gómez. Mientras Alberto González hacía lo suyo. Mariscal cuenta en sus memorias que tenían problemas con Alberto por unas tierras de Mexcaltepec, y aprovechando la estancia en Acapulco le tendió una celada, con el pretexto de pedirle un salvoconducto para su hermano Epifanio y así poder regresar a Atoyac, los citó en la casa de, Patricio Arízmendi, un amigo común,14 mientras apostaba a sus correligionarios para matarlo, pero un asistente de Mariscal se dio cuenta y organizó la defensa. Después del ataque a su cuartel, el 16 de julio salieron hacia Atoyac las tropas de Mariscal y el 18 entraron a la ciudad que los recibió con un gran festejo, las calles engalanadas con banderitas y arcos, la gente arrojaba flores al paso de los combatientes. Wilfrido Fierro dice que las fuerzas de Manuel Centurión, Pantaleón Añorve, Tomás Gómez y Julián Blanco fueron azuzadas por la colonia española representada por Alzuyeta, Fernández, Quiroz y Cía, quienes odiaban a Mariscal por el saqueo de la fábrica del Ticuí y deseaban eliminarlo enviándole una de sus columnas a atacarlo a su cuartel. 15 Los comerciantes del puerto también influyeron para que, rápido, fueran licenciadas las tropas mariscalistas. Ignacio Martínez y Gabino Olea escribieron: “En Acapulco se había concentrado Julián Blanco con Tomás Gómez y Manuel Villegas, los maderistas de B. Fernández y Cía., de los Arenales, quienes habían denunciado los ataques de Mariscal a su propiedad”. 16 Tal vez presintiendo una trampa de los españoles, Mariscal no quiso licenciarse en Acapulco y pidió que vinieran hasta Atoyac, donde entregaría las armas. El 26 de junio llegó Martín Vicario a Atoyac, con Tomás Gómez y Julián Blanco, quienes fueron recibidos con ramilletes de flores que les obsequiaron señoritas de la población. “En el corredor de la escuela oficial, Mariscal presentó a su pueblo a los jefes Vicario, Blanco y Gómez que fueron recibidos con un estruendoso aplauso” 17. El 27 comenzó el licenciamiento de la tropa y el 28, en la tarde, terminó el reparto de dinero. Luego Mariscal los agasajó con una comida en su casa. Se supo que Blanco y Tomás Gómez tenían miedo de venir a Atoyac por el fallido ataque al cuartel de Mariscal en Acapulco. MARISCAL COMBATE A LOS ZAPATISTAS Y AL MADERISTA PERFECTO JUÁREZ Y REYES Un hecho muestra que Gómez y Julián Blanco estaban al servicio de los españoles, es que mientras Vicario licenciaba las tropas de Mariscal ellos se fueron a acuartelar en la fábrica Silvestre G. Mariscal. Memorias de la Revolución en Guerrero. Ediciones del Municipio de Acapulco Gro, preparada por Alejandro Martínez Carbajal, 1983, pp. 24-25. 15 Wilfrido Fierro Armenta, p. 26. 16 Ignacio R. Martínez y Gabino Olea Campos, p. 44. 17 Wilfrido Fierro, op. cit., p, 28. 14
de El Ticuí. Además desde el principio quedó demostrado que los cuerpos rurales se integraron de acuerdo a los intereses de los terratenientes hispanos. Custodio Valverde comenta en su libro: “En cuanto al general Blanco, no se le licenció y se le mantuvo con el carácter de jefe insurgente en servicio activo. Después fue nombrado Comandante de fuerzas rurales, habiéndosele dado el mando del Cuerpo número 33 que más tarde fue el 25”.18 Tras las elecciones estatales de Mientras Julián Blanco se quedaba como jefe fines de 1911, José Inocente Lugo de los cuerpos de voluntarios en la Costa y ejerció la gubernatura de 1 de diciembre de ese año (1911) al 31 Tomás Gómez era destacamentado en San de marzo de 1913. Jerónimo de Juárez. El 20 de agosto de 1911, por órdenes del 16 de septiembre 1911, Bernardo general Ambrosio Figueroa, Mariscal se Reyes proclama el Plan de la incorpora al combate contra los zapatistas. El Soledad y desde Texas conspira para derrocar a Madero. Sin atoyaquense conocía una parte de Morelos embargo, su rebelión fracasó y pues, en 1900, por las primeras revueltas acabó preso en Santiago políticas que se dieron en Guerrero durante el Tlatelolco, en la Ciudad de porfiriato el maestro de primaria tuvo que México. refugiarse en el vecino estado, ya que era El 1 de octubre de 1911, perseguido por el gobernador Antonio Francisco I. Madero, candidato Mercenario. del Partido Progresista Mientras Silvestre Mariscal estaba en Morelos Constitucional ganó las elecciones. peleando contra los zapatistas, en Atoyac un José María Pino Suárez alcanzó la grupo de campesinos exigían que se les Vicepresidencia. repartieran las tierras ociosas y surgió el 6 de noviembre de 1911, movimiento de los alambreros, los solicitantes Francisco I. Madero toma eran encabezados por Epifanio Mariscal, los posesión del cargo de presidente terratenientes al verse amenazados acudieron de México. al juez de Tecpan quien ordenó la El 28 de noviembre de 1911, aprehensión de Epifanio. Emiliano Zapata expide el Plan de Ese fue el otro acto que marcó el rumbo de Ayala, que establece las bases del los acontecimientos de la revolución y de los agrarismo nacional. revolucionarios de Atoyac, pues Epifanio Mariscal encabezaba a más de cien campesinos que exigían el reparto de tierras, éste al que podríamos llamar el primer líder agrario de Atoyac murió peleando, paradójicamente, contra los zapatistas en Teloloapan el 27 de abril de 1912. En respuesta al movimiento de los alambreros los terratenientes de Atoyac ligados a la colonia española, pidieron al gobernador Francisco Figueroa que enviara fuerzas militares suficientes para emprender una campaña de escarmiento contra el “populacho mariscalista”. Para esto fue designado el ilustre maderista, Perfecto Juárez y Reyes quien fue recibido espléndidamente por los capitalistas costeños y vino a reforzar el batallón que encabezaba Tomás Gómez. Haciendo memoria, a Juárez y Reyes le tocó levantar el distrito de Montes de Oca a favor de Francisco I. Madero, ya como jefe de un cuerpo rural se quedó a resguardar el orden en el distrito de Galeana. Los campesinos comenzaron a cortar alambres y se dieron algunas escaramuzas, ante estos acontecimientos, los terratenientes entre los que se encontraban Alberto González, Inés Mariscal Dionisio y Canuto Reyes interpusieron una queja ente el Juez de distrito que ordenó la captura de Epifanio Mariscal. 18
Custodio Valverde, op. cit., p. 34.
Por tal motivo el 29 de agosto de 1911, entró a Atoyac el mayor Perfecto Juárez y Reyes acompañado de Tomás Gómez Cisneros para detener al capitán Epifanio Mariscal. Lo primero que esos jefes recibieron fue la queja del alcalde Inés D. Mariscal y de los terratenientes Alberto González, Andrés y José María Pino y Canuto Reyes, en el sentido de que el capitán Epifanio Mariscal propiciaba el desorden porque protegía a más de cien revolucionarios que exigían el reparto de tierras, que estaban en manos de las familias pudientes. Ante esa acusación, el mayor Juárez y Reyes tomó prisionero el 30 agosto a Epifanio Mariscal. Al ser capturado Mariscal su gente se organizó y el 31 de agosto atacó la casa del coronel Tomás Gómez en el Arenal Primero, ahora Arenal de Gómez, donde los atacantes sufrieron dos muertos y varios heridos. Los solicitantes de tierra se declararon en total rebeldía exigiendo la libertad de su líder. El Presidente Municipal Inés D. Mariscal informaba sobre estos acontecimientos lo siguiente: Con motivo de la prisión del cabecilla ex revolucionario Epifanio Mariscal, el 29 de agosto último por las fuerzas del mayor Juárez, comenzó desde el 1º del presente mes la agitación y alteración del orden público, por la soldadesca del referido Mariscal, capitaneada por los cabecillas Chon Serafín, Silvestre Navarrete, Ambrosio Barrientos y Odilón Peralta, quienes llegaron a reunir un número de 200 a 300 hombres de este municipio, amagando al destacamento que se encuentra en esta plaza, los cuales merodeaban por los alrededores de esta población. El 12 del presente septiembre, los alzados intentaron entrar a la población por el lado norte, pero fueron rechazados por el 11 de septiembre de 1911. Mariscal destacamento que guarnece esta plaza; en el conoció a Victoriano Huerta en tiroteo habido, resultó muerto de parte de Tlaltizapan, Morelos, cuando el aquellos, Pascual García y herido Felipe Benítez.19 sanguinario general fue enviado por León de la Barra a perseguir a Zapata.
A los pocos días de ser detenido, Epifanio Mariscal fue liberado y llamado a Iguala para incorporarse al Ejército. Luego lo enviaron a Morelos para combatir a los zapatistas, que exigían con las armas la entrega de las tierras, de las que habían sido despojados por los hacendados. Los soldados costeños veteranos de la toma de Acapulco, al mando del mayor Manuel Sáyago, a principios de octubre de 1911, se incorporaron a Silvestre Mariscal en Morelos para perseguir a Zapata; iba en esa columna su hermano, el capitán Epifanio Mariscal. De nuevo a principios de diciembre de 1911, los costeños que peleaban contra Zapata fueron relevados por otra tropa de nuestros paisanos, esta vez al mando de Julio Pérez; los que llegaron desde octubre se vinieron a la Costa Grande. El 27 de diciembre de 1911, como parte de una maniobra no muy clara Mariscal fue comisionado por Ambrosio Figueroa, para que regresara a la Costa Grande a investigar a unos individuos que habían recibido pertrechos de parte de Félix Díaz; se trajo con él 60 soldados costeños. El 4 de enero de 1912, Silvestre Mariscal llegó a la ciudad de Atoyac, al pasar su tropa por la casa de Alberto González hubo un tiroteo. Por la noche se dio una escaramuza con las tropas de Perfecto Juárez y Reyes, en la que este jefe salió herido. El 11 de enero se libró durante todo el día una sangrienta lucha en la plaza principal de Atoyac, entre fuerzas de Mariscal y los sombrerudos encabezados por el mayor Perfecto Juárez y Reyes, quien seguía herido. En este enfrentamiento murió el capitán Florentino López, El Barbón, hecho que provocó el odio hacia Mariscal de Héctor F. López hermano Informaba el 30 de septiembre de 1911, el Presidente Municipal Inés D. Mariscal. El informe fue publicado en el Periódico Oficial Número 86, el sábado 23 de diciembre de 1911, p. 4. 19
del fallecido quien con el tiempo llegaría a ser gobernador del estado. El 14 de enero de 1912, muere Perfecto Juárez y Reyes, a causa de las heridas. El prefecto político de Tecpan Manuel Sáyago informaba el 10 de febrero de 1912, de estos acontecimientos: El día 4, como a las cuatro de la tarde arribó a Atoyac el señor Silvestre G. Mariscal, con sesenta hombres de tropa, más todos los individuos que en la revolución lo acompañaron y que vivían en la sierra del mismo municipio de Atoyac. Una vez en Atoyac comenzaron los desórdenes y los atropellos con la orden de aprehensión dictada por Mariscal contra el comerciante señor don Alberto G. González; como éste sólo creyó, que dicha orden se debía a venganzas personales no la acató; siendo sitiado en su casa habitación por las fuerzas del referido jefe. A las seis de la tarde el cabo segundo Ignacio M. Ruiz, dio aviso a esta cabecera de lo que ocurría; poco más o menos a las ocho de la noche de ese mismo día, salió de aquí el mayor Perfecto Juárez y Reyes, jefe de las armas de esta zona, con toda la gente que era a sus órdenes, al llegar a Atoyac fue recibido a balazos, resultando herido de una pierna, dos caballos muertos, un herido por la parte contraria y dos soldados heridos. Del cinco al diez, estuvo todo en relativa tranquilidad, pero el once fueron sitiadas en su cuartel las fuerzas del mayor Juárez y Reyes, y durante el combate que se entabló resultaron muertos por parte del mayor, el capitán primero Florentino López y el de igual clase Mauricio Castañón que fue muerto en la casa donde tomaba sus alimentos, así como cuatro soldados. Por parte de Mariscal resultaron veinticuatro muertos, estos según datos muy privados, pues el citado Mariscal hizo parecer cuatro muertos; heridos por parte del mayor fueron cinco, y quince del tantas veces citado Mariscal. Como durante el combate se hizo uso de dinamita por ambas partes, la casa del cuartel, resultó con algunas averías; el cabo segundo Darío Acosta probablemente perderá la vista y una mano, pues al devolver una bomba hizo explosión y le fracturó la mano derecha quemándole la cara. El mismo día fueron incendiadas la casa del señor Alberto G. González, la de éste está fuera del sitio y las puertas de la de Santiago Nogueda, ésta está en radio del sitio. Por la noche a las ocho se rindieron las fuerzas del mayor Juárez y Reyes, siendo llevados los oficiales así como el señor Alberto G. González a la casa del precitado Mariscal y la tropa quedó detenida en el cuartel, tanto los oficiales como la tropa fueron desarmadas. El día catorce muy tarde, murió el mayor Perfecto Juárez y Reyes; dos o tres días después quedaron en libertad los oficiales y la tropa, pasando a esta cabecera a reorganizarse.20
MARISCAL CUENTA EN SUS MEMORIAS… El día 4 llegamos a Atoyac en la tarde. Antes de entrar a la plaza mandé dos oficiales a pedir el permiso al jefe del destacamento que era un teniente de nombre Ignacio Ruíz, de la fuerza del mayor Perfecto Juárez y Reyes; obtenido dicho permiso entré con mi pequeña fuerza y me presenté en la sala consistorial donde me recibió dicho jefe, más al pasar frente a la casa comercial del señor Alberto González lo vi con carabina en mano en actitud hostil, así como sus dependientes y mozos, por lo que después de una ligera plática con Ruíz le dije: parece que Alberto González está armado y le vi muy mala disposición, será bueno que usted lo vea y le pregunte a que obedece esa actitud, fue Ruíz y al volver me dijo: “No es posible entenderse con ese señor”. Está bien, entonces, ordené que mi tropa se fuera a acuartelar lo que obedeció, pero al pasar frente al comercio citado, Alberto le hizo una descarga a mi tropa, con todos los suyos, por lo que mis soldados al verse agredidos contestaron con otra descarga sin hacer blanco, pero si dieron en la puerta de la tienda. Al oír los primeros tiros que salieron de la casa de González dijo Ruíz: “ya hizo una tontería ese hombre”. Esto pasaba como a las cinco de la tarde y entonces le dije a Ruíz que llamara por teléfono a su jefe Juárez y Reyes que estaba en Tecpan y puesto al habla le dije: que traía una comisión, pero que mi arribo había disgustado a Alberto y que le suplicaba viniera a Atoyac, que como amigos del citado señor interviniera en esta dificultad; me contestó un poco golpeado el Mayor y me dijo que él nada tenía que ver con eso, que obrara como 20
Periódico Oficial del Estado de Guerrero, Número 12, miércoles 21 de febrero de 1912, p. 3-4.
conviniera, le dije entonces que no le pedía instrucciones sino sólo quería su contingente como amigo que era de González. “Ya le dije además que estaré en esas a las cuatro de la mañana” y me dejó con la bocina en la mano; entonces le dije a Ruíz, el mayor estará aquí a las cuatro de la mañana de manera que acuartele usted a su gente y yo haré el servicio de rondas, contestó de enterado. Al dar yo esta disposición lo hacía con el propósito de evitar un conflicto entre ambas fuerzas, pues las fuerzas de Juárez y Reyes habían sido las perseguidoras de las mías, habían cometido varios asesinatos, saqueos, en fin varios atropellos al pueblo y la tropa mía estaba resentida y quería desquitarse, lo que con buenas razones les quité de la cabeza, pero el antagonismo de las de Juárez no disminuía y tenía yo un conflicto. Además di orden que vigilaran la casa de González y que aprehendieran al que tratara de escapar armado, poniéndose desde luego una guardia en el corredor de la casa de Canuto Reyes y ya con estas precauciones me fui a mi casa, pues ni siquiera había saludado a mi familia. Ya había varias familias en mi casa, amigos míos, empezó la charla y con esto se pasó el tiempo sin sentir, cuando a las once de la noche oí unas descargas y luego fuego graneado por lo que salí en el acto a informarme, pero cuando llegaba al atrio de la iglesia ya no había tiros, creí que se habían tiroteado ambas fuerzas cuando me encontré con un oficial mío y me dio parte de lo sucedido diciéndome: “la guardia del corredor de Canuto que pusimos ahí al ver que avanzaba una caballería a galope, le pegó el ¡Quien vive! Insistió el centinela y como no le contestaban les marcó el alto, a esto contestaron con una descarga que enseguida contestamos, cayó el centinela nuestro que era Pedro Pérez y seguimos tiroteándoles hasta que ellos gritaron: somos los mismos, entonces vimos que les tumbamos tres caballos entre estos el del Mayor Juárez; ya están en su cuartel un poco espantados”. Bueno vaya y diga al Mayor se presente a darme cuenta de su mal proceder como soldado. Fue el oficial y luego regresó diciéndome que dispensara al Mayor que no fuera en el acto pero lo haría al día siguiente, pero entonces me dijo un oficial de él que decía su Mayor que no podía venir en el acto porque estaba herido; diga usted al Mayor que siento eso y que en cuyo caso yo lo veré mañana. Se retiró el oficial y yo di nuevas ordenes de tener estricta vigilancia en todo, se terminó ese día con estos sucesos, además de desarmar a la servidumbre de González que salieron por la casa de Canuto Reyes disfrazados y sólo al mozo Espiririón Ramos lo presentó doña Enedina Fierro e Inés G. de González cuñada del repetido Alberto. El día 5 me presenté con mi hermano Epifanio, a quien el propio Juárez y Reyes puso preso en los últimos días de agosto del año anterior, fue conmigo también el Dr. Herman Ludwing y otros oficiales del Mayor Juárez y Reyes; entramos en explicaciones y le dije: que a más de ser una imprudencia entró a una plaza sin el requisito de ordenanza, había cometido la falta de no atender el centinela que le daba el ¡Quien vive! y a la vez el alto y hacer fuego y que todo esto ameritaba falta de disciplina y sin ningún conocimiento de la ordenanza militar cuyas consecuencias estaban demostradas; a todo esto me dijo el referido Mayor que realmente él tenía la culpa y que le dispensara; se cruzaron algunas razones con mi hermano sobre el abuso que había cometido tomándolo preso, a lo que contestó que se había visto obligado por gestiones de algunos vecinos de la población como eran: Alberto González, Canuto Reyes, los Pino y nuestro pariente Inés D. Mariscal y otros más que mencionó y cuando se recrudecía la cuestión tuve que ordenar a mi hermano suspendiera su reclamación y ordené al Dr. viera la herida del Mayor; ya de regreso me dijo: “es leve y pronto sanará”, bien usted se encargará de curarlo, pero cuando volvió con todo lo necesario se opuso el Mayor diciéndole que ya tenía quien lo curara que era la señora Herminia de Jesús, por lo que al regreso el Doctor dio aviso de que el herido no aceptó sus servicios, prefirió una curandera, bueno déjelo que se cure a su gusto y no me ocupé más del asunto, no obstante que yo iba todos los días a verlo hasta el día 9, fecha en que el
administrador de la fábrica del Ticuí, Don Manuel Angulo me dijo en la tarde de ese día que le hiciera el favor de que yo no volviera al cuartel del mayor, la causa no me lo explicó. Pero mis soldados estaban pendientes y diariamente me avisaban que le llegaban tropas al Mayor y que se atrincheraban en sus cuarteles, pues esto lo vi yo en mi última visita que habían puesto defensas en los corredores y ventanas, de cuyas defensas no dije nada, pero si tomé mis precauciones y a la vez di parte al general Figueroa de la hostilidad de Juárez y Reyes, pidiéndole que fuera ordenado su traslado a otro lugar mientras yo terminaba mi comisión y alistaba mi regreso a Morelos, me contestó el General que me dirigiera a Don Rómulo Figueroa en demanda de lo que pedía, contestándole que no lo haría ante su hermano Rómulo porque yo sabía que era quien me empujaba a Juárez a un desequilibrio; en estas comunicaciones pasamos el día diez. El once mandé 10 soldados al Ticuí a reconcentrar a los demás soldados, pues desde luego dispuse salirme de Atoyac para evitarme un conflicto, pero desgraciadamente el peligro ya lo tenía encima, pues al ir los soldados a almorzar a las fondas que circundan la plazuela ex Perseverancia los recibieron a tiros los soldados de Juárez y Reyes. En ese momento regresaba la patrulla que mandé al Ticuí y al oír los disparos se meten y se cierra el fuego, matándome a dos pues estaban los reyistas entre las ruinas de la ex fábrica, el oficial que mandaba la patrulla me fue a dar parte de lo que pasaba, yo al oír el fuego puse sobre las armas a la fuerza de manera que a este parte mandé al mismo oficial y a otro a inquirir con el Mayor a que obedecía aquel ataque, pero al acercarse al cuartel los recibieron con una descarga que felizmente salvaron. Recibí este parte por lo que ordené a mi hermano Epifanio fuera con 20 soldados al atrio de la iglesia y sin más esperar, al confrontar cierran el fuego contra él, al ver esto mandé refuerzos a la plazuela con orden de arrollarlos, así lo hicieron y se me dio el parte en el corredor de la casa de Canuto Reyes que está contigua a la iglesia, el fuego se había generalizado y como a las diez de la mañana ya los teníamos reducidos a sus cuarteles (sala Consistorial y Escuela de Niños). Ya con este estado de cosas mandé un oficial al Mayor diciéndole que suspendiera el fuego para podernos explicar, contestó con altivez que no lo suspendía; entonces le ordené se sometiera y en caso de no hacerlo él, sería la causa de lo que sucediera, dijo que estaba resuelto a todo. En vista de esto di orden que se activara el ataque, lo que se hizo estrechándolo al centro de los edificios en donde por las puertas y ventanas sostenían el ataque y por la tapias arrojaban bombas de dinamita que habían confeccionado de antemano. Serían las dos de la tarde cuando se inició el fuego en las claraboyas que habían abierto, más a tales horas ya tenía de combatientes de todas las armas a 400 hombres; Alberto González estaba con la fuerza de Juárez por lo que no faltó quien dispusiera quemarle la casa nueva, me avisaron de esto por lo que di orden a una cuadrilla fuera a sofocar el fuego, encabezado por Mariano Radilla y Arnulfo Radilla, lo hicieron con empeño. Como a las cuatro y media de la tarde me pidieron órdenes para asaltar los cuarteles, les dije que esperaran y en este intervalo por casualidad pasé frente a las casa de María Jorge Fierro y me salió a encontrar la señora doña Eduarda Ayerdi de González, llorosa me dijo: “mi hijo Alberto, señor se muere” ¿Qué está herido? “No señor pero está con los de Juárez y Reyes y el asalto se prepara y quizá no se salve”. Señora le dije: Vaya usted por él, daré orden la dejen pasar y a su hijo si logra que se venga con usted, lleve una banderita blanca para que no le tiren. Así lo hizo, pero en lugar de dirigirse a su hijo, se dirigió al Mayor diciéndole que si no se sometían estaban perdidos, pues habían más de 600 hombres que sólo esperaban la orden de tomar por asalto los cuarteles; con esta información aflojó Juárez y me mandó un recado diciéndome que qué garantías le daba a él y a su tropa para rendirse; le contesté que me acuartelara todo el armamento en el corredor exterior, al cuidado de la fuerza mía, la tropa de él en patio interior y él y su oficialidad en la sala consistorial; dijo que estaba conforme y ya ordenaba lo consiguiente: suspendí el fuego y mandé 25 soldados al mando de un
oficial para que se hiciera cargo del armamento, otros 25 soldados al mando del mayor Julián Radilla, condujeron a mi casa habitación al Mayor y su oficialidad, así como que se le mandara alimentos a la tropa de Juárez; después de todas estas órdenes mandé levantar el campo, del Mayor murieron dos capitanes y 4 de tropa, yo tuve 4 muertos y varios heridos. Al llegar Juárez y su oficialidad a mi casa en la que se encontraba Alberto González, se les dio de cenar, les pregunté que los había orillado a cometer esa torpeza y luego me dirigí al Mayor que estaba en el catre, pues seguía enfermo de la herida del cuatro en la noche y le pregunté quien quería que lo curara y me dijo que don Andrés G. Pino por lo que lo mandé llamar, pero no pudo venir y en su lugar mandó a su sobrino Gabino, pero prometió que al día siguiente iría a ver al enfermo, lo curó como pudo Gabinito y al día siguiente fue Andrés, vio la herida, lo curó y me dijo, aparte, que la citada herida había estado mal atendida pero que iba a hacer la lucha de mejorarla; el día 14 me dijo Andrés, el Mayor está grave y sería bueno que lo viera Don Herman, lo mandé llamar en el acto, ya presente en mi casa le dije que viera al Mayor en mi presencia, lo examinó y oí que le dijo al paciente, no hay cuidado todavía señor Mayor espere el resultado de la curación que en mi concepto es buena y nos salimos de la recámara y aparte me dijo el Dr. Ese hombre se muere, no pasa la hora, pues la herida está gangrenada, esto me decía el doctor, cuando me hablaron que el Mayor me llamaba, fui luego y me dijo: “Mi Coronel lamento mucho no nos hayamos conocido antes hubiéramos sido muy buenos amigos, pero la fatalidad me orilló y esto se lo debo a Don Alberto, que ni me ha venido a ver, a Canuto Reyes, a su tío Inés y otros más que me hicieron ser malo con este pueblo por haberles creído, pero ya pasó y me resigno a mi suerte”. Siento mucho lo que le ha sucedido y las desgracias ocurridas por una mala inteligencia, pero espero su restablecimiento y entonces verá usted que no se ha equivocado en sus apreciaciones. “No Coronel no tengo vuelta y dispénseme que lo haya molestado”. Salí recomendándole estuviera en calma. Como al cuarto de hora de haber hablado con el enfermo me avisaron que ya se moría, cuando lo vi ya no había vida y luego me dijo el Dr. “ya ve usted tarde me vieron, si a tiempo me ven le amputo la pierna”. Al día siguiente se sepultó el Mayor, permití fuera al panteón toda su tropa. Con esto terminó la trágica vida de Juárez y Reyes, quien dejó amargos recuerdos en toda la Costa Grande o sea desde Atoyac hasta Coahuayutla en donde tuvo por víctimas a los Huato. (Alejandro Martínez Carbajal (editor). Silvestre G. Mariscal. Memorias de la Revolución en Guerrero, pp. 58-64) Como se nota en los datos anteriormente citados, el protagonista principal fue Alberto González, quien armó a todos sus trabajadores y comenzó el tiroteo en contra de la tropa mariscalista. Después de estos acontecimientos Alberto González dejó el comercio y se dedicó a la milicia. Hace poco la casa que ocupó González en Atoyac fue derribada y bajo el piso se encontraron túneles que conectaban con las viviendas vecinas. Por este combate, el gobernador Lugo mandó contra Mariscal a Tomás Gómez que vino a combatirlo a la costa y comisionó al administrador de Aduanas José Cíntora para que investigara los acontecimientos y éste llegó a Atoyac para hacer las indagatorias, después de eso junto con Mariscal marcharon hacia la Ciudad de México donde el revolucionario atoyaquense fue detenido y encarcelado, el 20 de enero de 1912 y recluido en la prisión de Belén, de donde lo pasaron a la cárcel de Teresitas en la capital de la república, luego fue llevado a Manzanillo y embarcado rumbo al puerto de Acapulco. El 30 de junio de 1912, Mariscal llegó y fue recluido en el Fuerte de San Diego, donde después se le condenó a muerte, hecho que no se concretó por la oportuna intervención de don Valeriano Vidales León y de su esposa doña Eloísa García.
EL LEVANTAMIENTO DE JULIÁN RADILLA Mientras Mariscal estaba en la cárcel los acontecimientos en la costa llevaban su propia dinámica, pues el 5 de marzo de 1912, atentaron Epifanio Mariscal, el defensor de contra la vida de Julián Radilla, le dispararon de los campesinos de Atoyac, murió unos matorrales y lo dejaron mal herido. De este en Teloloapan en un combate que acontecimiento se culpó a Tomás Gómez, quien duró tres días. El ataque inició el tenía su cuartel en San Jerónimo. 25 y terminó el 27 de abril de El gobierno hostigaba a sus compañeros, el 18 1912, a las 10 de la mañana, hora en que cayó abatido el héroe de octubre el capitán Félix R. Aguayo, en maderista a manos de las tropas combinación con Tomás Gómez, por sorpresa del zapatista Jesús H. Salgado. atacó a mariscalistas que estaban refugiados en los cafetales y les quemó sus chozas. Ante todas estas atrocidades, el 20 de octubre Julián Radilla desconoció al gobierno de Madero en el rancho del Timuche. Mientras Juan Salgado y Antonio Paco, levantaban la gente de la sierra de Atoyac. Este movimiento rebelde fue combatido por la gente de Julián Blanco y por el 30 batallón que practiamente fue exterminado por los rebeldes de Atoyac. Los combates se fueron dando a lo largo de la Costa Grande y en algunos municipios de la Tierra Caliente. Algunas fuentes dicen que Félix Díaz visitó a Mariscal en la prisión y le concedió toda clase de facilidades para que Julián Radilla levantara un movimiento armado en Atoyac. A raíz del levantamiento de Radilla el coronel Emilio Gallardo, recibió órdenes de fusilar a Silvestre Mariscal. El 27 de octubre Mariscal estuvo a punto de ser fusilado. La ejecución se detuvo porque don Valeriano Vidales León promovió un amparo ante el juez de distrito. El día 30 de octubre de 1912, Julián Radilla sitia y ataca con 100 hombres la guarnición de Tecpan. Después de derrotar a las fuerzas del gobierno, la plaza quedó en manos del radillista Manuel Sáyago. Y en esa fecha también Julio Pérez de las fuerzas de Radilla se adueñó de Atoyac. Luego de Tecpan, Radilla avanzó sobre Coyuca, donde se desencadenó un encarnizado combate hasta obtener la victoria y tomar la A mediados de 1912, un balazo población, después de que murió el capitán accidental dejó tullido a Ambrosio Figueroa de una pierna. Manuel Salinas, defensor de la plaza por parte de las fuerzas de gobierno. El 20 de marzo de 1912, Pascual Mientras Radilla estaba en Coyuca, Tomás Orozco lanza el Plan de la Gómez y Manuel Villegas marcharon sobre Empacadora en rebeldía contra el Tecpan para recuperar la plaza con mucha gobierno de Madero. facilidad. El 16 de octubre de 1912, Félix Radilla al saber que Gómez y Villegas habían Díaz se rebela contra Madero y tomado Tecpan marchó hacía esa plaza, al toma el puerto de Veracruz, siete llegar los atacó y los obligó a dejar la ciudad y días después es recuperada la salir corriendo rumbo al puerto de Acapulco. plaza y Díaz condenado a muerte, sin embargo la pena se conmuta No habiendo enemigo que vencer en el distrito por su permanencia en prisión. de Galeana, Julián Radilla incursionó en Tierra Caliente donde atacó a las fuerzas del teniente coronel Gertrudis G. Sánchez en varias ocasiones quitándoles una gran cantidad de pertrechos de guerra. El 6 de enero de 1913, Julián Radilla y Juan
Salgado vuelven atacar Tecpan, después de regresar de Tierra Caliente, la plaza estaba ocupada por fuerzas del 30 Batallón comandadas por el capitán Manuel Solís. Los radillistas habilitaron un cañón que había quedado ahí desde la intervención francesa, después de lavarlo en el río, lo usaron para hostilizar la plaza. Destacó aquí la participación del capitán Silvestre Castro, un valiente jovencito al que le apodaban El Cirgüelo. Después de 3 días de asedio se rindió la plaza, el capitán Manuel Solís quedó prisionero y la tropa fue dejada en libertad. Cuando ya los radillistas habían tomado la plaza, acudieron de Atoyac, sesenta cinco soldados al mando del mayor Vicente González, quienes fueron rechazados y obligados a salir hacia Papanoa, porque Radilla les cortó la retirada hacia Atoyac. Estos soldados escaparon en lancha hacia Acapulco. Mientras Atoyac se quedó únicamente con 30 soldados, que fueron atacados la noche del 9 de enero de 1913 por Julián Radilla y al día siguiente los pocos soldados del gobierno se rindieron, porque ya sólo eran 27 defensores y se les había agotado el parque. Fueron hechos prisioneros, pero luego puestos en libertad, y al llegar al puerto de Acapulco con sus comentarios magnificaron la fuerza de Radilla. En el puerto de Manzanillo embarcaron 400 hombres del 13º Batallón, bajo el mando del coronel Fidencio González, quien venía a sorprender a los radillistas por la retaguardia, esa fuerza desembarcó el 20 de enero en Zihuatanejo, mientras Petatlán estaba en manos de los rebeldes. Después de estos acontecimientos, Díaz Ceballos ordenó que efectivos del 30 batallón acampados en Coyuca emprendieran la marcha sobre Atoyac, pero la incursión fue breve y luego regresaron a Coyuca, por el temor de quedar encerrados en medio de las aguerridas tropas costeñas. Ambrosio Figueroa mandó a Martín Vicario para que pacificara la costa, justo cuando Radilla marchaba hacía Acapulco con la idea de tomar esa plaza, suspendió la marcha pues se hablaba de una posible incursión norteamericana. Las cosas se complicaban en Acapulco, pues el 23 de enero a las seis de la mañana ancló en la bahía, el buque de guerra estadounidense Denver, a solicitud del Cónsul Edwards, supuestamente para salvaguardar la integridad de sus connacionales, en caso de que Radilla persistiera en su intento de tomar Acapulco. El 26 de enero se enfrentaron radillistas con el 13 Batallón en Papanoa. Después de un combate los rebeldes no pudieron contener el avance del contingente del coronel Fidencio González. Para mejorar las operaciones en De Acapulco salieron efectivos del 30 Batallón Guerrero, la Secretaría de Guerra al mando del teniente coronel Ponciano y Marina nombró el 16 de diciembre de 1912 al teniente Benítez y contingentes rurales encabezados coronel de infantería Leopoldo por Miguel Serrano, guiados por Santiago Díaz Ceballos como jefe de la Nogueda Radilla enemigo personal de Julián guarnición de Acapulco y el día 21 Radilla. llegó al puerto en sustitución del Los soldados del gobierno irrumpieron en coronel Emilio Gallardo. Atoyac a las 2 de la tarde del 30 de enero de También a fines de diciembre 1913, atacaron a los radillistas con artillería llegó al puerto de Acapulco, pesada y fusilería. Flavio Maldonado, quien era Murió gente pacífica (seis en total) entre ellos agente secreto de Victoriano el anciano Diego Muñoz, suegro del finado Huerta, andaba buscando adhesiones de los políticos y Epifanio Mariscal. Para evitar que la ciudad militares locales. fuera convertida en ruinas, los rebeldes abandonaron la población, pero por la noche volvieron a la carga parapetándose en los pedregales que había en los alrededores del
pueblo y en los penachos de las palmeras colocaron señuelos que confundían a los soldados del gobierno. El fuego terminó hasta las 5 de la mañana del 31 de enero. El primero de febrero de 1913, Radilla puso una emboscada en Corral Falso a los soldados del 13 Batallón que venían de Zihuatanejo, luego de aporrearlos duro, y de causarles algunas bajas, los dejó pasar; esa fuerza pernoctó en el paraje conocido como Caña de Castilla y en la madrugada del 2 entró a la ciudad de Atoyac. El combate terminó el 5 de febrero por la noche, los radillistas levantaron el sitio a la ciudad, con la promesa de la libertad de Silvestre Mariscal. Durante esos siete días los costeños sólo tuvieron ocho muertos, en cambio los soldados del gobierno tuvieron que lamentar 300 bajas, entre muertos, heridos y dispersos. Silvestre Mariscal salió libre el 14 de febrero a las cinco de la tarde. El 15 almorzó en Pie de la Cuesta, de donde mandó un correo para avisar que iba en camino y que dormiría en la Barra donde esperaría una escolta para que lo custodiara. Llegó Juan Salgado con 200 hombres para escoltarlo hasta Atoyac. No durmió en la Barra se trasladó en canoa acompañado por 25 hombres de Salgado, mientras el resto de la fuerza lo esperaba en San Nicolás, a donde llegó amaneciendo. Luego de almorzar partió para ir a comer a Zacualpan, ahí recibió un aviso de que la fuerza federal marchaba rumbo Acapulco y para evitar un encuentro se movilizaron al barrio de Cacalutla. “Mandé a poner avanzadas a la entrada del barrio; previne a la tropa y pedí guardaran el mejor orden y para evitar una mala inteligencia dije al coronel Vicario fuera al encuentro de los federales para que les anunciara mi presencia, así como de la fuerza y que por lo mismo no debían tener ningún incidente. A Vicario, lo abrumaron con preguntas tanto los jefes como la tropa de si no los atacaría a lo que Vicario dio toda clase de seguridades diciéndoles que no lo haría que ya se había arreglado, por lo que pasaron a la vista de las avanzadas sin ningún temor”. “Daba lástima ver aquellas fuerzas, cargaban a sus heridos y enfermos; nosotros reanudamos nuestra marcha para Atoyac, ya de noche como a las diez pasé por el Ciruelar y del bosque salieron muchas familias a verme y para convencerse de que era cierto mi regreso, para poner término aquel estado de cosas que los tenían en los montes, les dije que avisaran a todas las familias que estaban en el monte se concentraran en el pueblo que ya nada pasaría. Seguimos y a las 12 de la noche llegamos a la población que estaba deshabitada y por lo mismo reinaba un silencio sepulcral, así como una fetidez repugnante”. “Como era natural fui a mi casa encontrándola hecha un muladar, las puertas y ventanas rotas, nos acostamos y una guardia se quedó en el corredor. Al amanecer aún no nos levantábamos, cuando se presentó la señora Enedina Fierro, prima mía, que al ver el cuadro que presentábamos empezó a llorar al ver el estado en que encontré mi casa, saqueada y destruida en parte a consecuencia del combate que se libró en la plaza durante siete días de sitio. La consolé y le dije que no traíamos dinero y que viera de qué manera nos daban de comer. “En el acto voy y habrá todo” y salió, al poco rato se presentaron hombres y mujeres para hacer la limpieza, otras empezaron a llevar arroz, maíz, frijol y cuanto se necesitaba. “Mientras las familias se encargaban de la casa dirigidas por Enedina, salí para ver la población en ruinas pues la artillería hizo muchos estragos, incendiada la mitad de la población, la mayor parte de las casas claraboyadas y lo que era peor en casas y calles muchos esqueletos frescos insepultos, por lo que di orden a los vecinos que llegaban del monte, procedieran a quemar y sepultar los esqueletos que se encontraban en toda la población, pues era beneficioso para todos hacer el aseo a fin de evitar una epidemia, desde luego se convocó a todos y se procedió a lo indicado.
(Alejandro Martínez Carbajal (editor). Silvestre G. Mariscal. Memorias de la Revolución en Guerrero, pp. 80-81) Ante la presencia de Mariscal se repobló Atoyac, salió la autoridad municipal de donde se escondía y se puso al frente de la reconstrucción del pueblo. Mariscal reunió a toda la tropa, al frente estaban Juan Salgado, Julián Radilla, Arnulfo Radilla y Dimas Fierro, dichos jefes pasaron revista y reunieron 500 soldados dispuestos a marchar a la hora que se dispusiera. El propio Mariscal realizó un recorrido por los pueblos de Atoyac y San Jerónimo, donde encontró una moral alta, además le manifestaron la disposición de seguir luchando a su lado.
MARISCAL APOYA A VICTORIANO HUERTA Se le conoce como Decena Trágica al lapso comprendido del 9 al 19 de febrero de 1913, fecha en que el ejército federal se sublevó en contra de Francisco I. Madero. En este acontecimiento están involucrados los generales Bernardo Reyes y Félix Díaz, presos en la Ciudad de México después de haberse levantado en armas. La rebelión que comenzó el 9 de febrero, cuando los seguidores de Félix Díaz y Bernardo Reyes los liberaron y asaltaron el palacio nacional. Al repeler los primeros ataques fue Ambrosio Figueroa fue asesinado herido Lauro Villar, comandante de la plaza y por tropas huertistas el 23 de en su lugar Francisco I. Madero designó a junio de 1913, junto a su primo Victoriano Huerta, quien luego se unió a los Odilón. sublevados. El 18 de febrero de 1913, Victoriano Huerta y El 26 de mayo de 1913, se promulgó el Plan de Guadalupe, Félix Díaz firmaron el llamado Pacto de la donde se desconoció la Ciudadela. Con el que –apoyados por Henry presidencia de Victoriano Huerta Lane Wilson, embajador de los Estados y se otorgó a Carranza el mando Unidos– desconocieron el gobierno de del Ejército Constitucionalista. Madero. El 26 de octubre de 1913, se Pedro Lascuraín ocupó la presidencia el 19 de realizaron elecciones en las que febrero, durante 45 minutos para designar a triunfó Huerta, se anularon Victoriano Huerta como secretario de porque la reelección estaba gobernación, luego presentó su renuncia y prohibida, sin embargo Huerta Huerta ocupó la presidencia. siguió en el poder. Félix Díaz fue designado embajador en El Japón. Madero y Pino Suárez fueron asesinados, el 22 de febrero de 1913, atrás de la penitenciaría de la Ciudad de México. La liberación de Silvestre Mariscal coincidió con el golpe de estado de Victoriano Huerta, por lo que junto con Martín Vicario y Juan Andrew Almazán decidió apoyar al golpista y emprendió un viaje a la ciudad de México a entrevistarse con el dictador, regresando el 20 de abril al puerto de Acapulco y se hizo cargo de las tropas de la Costa Grande apoyando al huertismo. El Cronista de Atoyac, Wilfrido Fierro Armenta dice que Mariscal se vio obligado a apoyar a Huerta porque estaba acorralado por sus enemigos y porque quería la paz, el mismo Mariscal dice en sus memorias que él estaría siempre con quien garantizara la paz. Al hablar del episodio huertista Wilfrido dice que: “El coronel Silvestre G. Mariscal, desorientado de pronto se quedó acorralado con sus fuerzas que ascendían a 5.000
hombres entre los pueblos de San Jerónimo, Atoyac, Tecpan y San Luis, en medio de sus dos enemigos Gertrudis Sánchez y Julián Blanco, que a toda costa querían tenerlo subalternado a su mando, cosa que nunca aceptó Mariscal, por el hecho de tener una amplia preparación educativa y cultural, por esas razones que en más de las ocasiones les manifestó de que sólo acataría órdenes del jefe de la revolución”.21 Fue este periodo cuando Mariscal se dedicó a exterminar al Constitucionalismo en la Costa Grande y en los alrededores de Acapulco. Silvestre Mariscal –ya militando bajo las órdenes de Victoriano Huerta– el 19 de mayo de 1913, desalojó a las fuerzas revolucionarias de Petatlán y el mismo mes, de La Unión. Una vez sumado Silvestre G. Mariscal con su ejército de los famosos Pintos de la Costa Grande a favor de Victoriano Huerta, los hermanos López y Carlos U. Anderson, levantados en la Costa Grande, casi fueron aniquilados por Mariscal, quien había recibido 21 de abril de 1914, las tropas numerosos pertrechos directamente del estadounidenses invaden el puerto dictador. de Veracruz. Después de expulsar a los rebeldes de la 14 de julio de 1914, Victoriano Costa Grande, Mariscal enfocó sus baterías Huerta renuncia al cargo de hacia el centro del estado por lo que el 5 y 6 presidente. De ahí al 13 de agosto de enero de 1914, se dio la famosa batalla de Francisco Cervantes asume el El Pajarito donde Mariscal derrotó las tropas poder. de Julián Blanco, quien al día siguiente lo 13 de agosto. Se realiza la firma contraatacó en Tierra Colorada. del Tratado de Teoloyucan, que Los revolucionarios constitucionalistas y establece la entrega de la capital zapatistas se unieron para combatir a los del país a las fuerzas aliados de Victoriano Huerta, llegaron hasta constitucionalistas encabezadas la Costa, por tal motivo Mariscal se desplazó por Álvaro Obregón, quien entra a la ciudad de México el 15 de rápidamente a Coyuca para combatirlos el 29 agosto. y 30 de enero. Las tropas de Julián Blanco y Heliodoro Castillo estaban en la fábrica de 20 de agosto de 1914, Venustiano Aguas Blancas. Carranza entra a la Ciudad de El 24 de marzo de 1914, los zapatistas México y, de acuerdo con el Plan de Guadalupe, toma el mando del tomaron la plaza de Chilpancingo, tras el poder Ejecutivo el tiempo asedio de 7 días; también la plaza de Iguala necesario para convocar a fue ocupada por los revolucionarios el 11 de elecciones. abril, y el 9 de mayo combatieron en Coyuca mariscalistas y tropas de Julián Blanco. Durante la segunda quincena de octubre 1914, se realiza en Por sus logros militares en contra de los Aguascalientes una convención revolucionarios el 7 de julio de 1914, que desconoce a Venustiano Mariscal es nombrado comandante de la Carranza y nombra a Eulalio Guarnición de Acapulco. A los pocos días, el Gutiérrez como presidente 13 y 14 de julio, se da una batalla en las interino. Existiendo dos gobiernos porque Carranza trasladó su cercanías de Acapulco, entre mariscalistas y gobierno a Veracruz. fuerzas de Julián Blanco. El 1º de agosto de 1914, en Coyuca de Benítez el brigadier Manuel Villegas lanzó una proclama en contra de Mariscal y el 27 de septiembre de 1914, fuerzas blanquistas al mando de Tito y Asiano Marín; Tomás Gómez, Canuto Reyes, Alberto González desalojaron a Julio Pérez de San Jerónimo, tenían la intención de atacar a Mariscal en Atoyac. En respuesta Mariscal mandó al Cirgüelo para 21
Wilfrido Fierro, op.cit. p. 31.
atacarlos y los desalojó del lugar. Ese día los blanquistas incendiaron la casa de Julián Radilla, los mariscalistas se los fueron siguiendo y los atacaron a los tres días en el puerto de Acapulco. AHORA MARISCAL ES CARRANCISTA Al llegar Venustiano Carranza al poder buscó aliados para combatir a los zapatistas, por tal motivo incorporó a sus filas al atoyaquense que había combatido del lado de Huerta y el primero de octubre de 1914, Carranza ordenó a Mariscal que suspendiera las hostilidades en contra de los seguidores de Julián Blanco. Canuto Reyes ostentado el cargo de general, estuvo con la gente de Julián Blanco en una reunión el 11 de noviembre de 1914, con Jesús Carranza. A esa reunión asistieron también los coroneles blanquistas Alberto González y Santiago Nogueda Radilla. Silvestre Mariscal llegó al puerto de Acapulco acompañado de los coroneles Julián Radilla, Modesto Galeana, Julio Pérez, Arnulfo Radilla, Dimas Fierro y José Inés Pino, el saqueador de la fábrica del Ticuí, aunque estos no asistieron a la reunión. También llegaron los capitanes Tiburcio Cabañas, Antonio Paco, Silvestre Castro y Carlos Radilla. En esa reunión Jesús Carranza le dio 20 mil pesos a Silvestre Mariscal. Fue el único oficial que recibió dinero del hermano del primer jefe constitucionalista. Mariscal sirvió fielmente al constitucionalismo y combatió a los zapatistas. En esa campaña murió Heliodoro Castillo y otros jefes seguidores del Plan de Ayala. Una de las muertes que se le atribuye a Mariscal es la de Tomás Gómez, aunque cabe mencionar que el atoyaquense no iba en esa columna para tomar Chilpancingo, él se trasportaba a través de la sierra para tomar primero las minas de Campo Morado. Desiderio Villegas el asesino de Tomás Gómez iba en la tropa de Santiago Nogueda Radilla quien en 1903 fue herido a puñaladas por Tomás Gómez. O sea que Nogueda Radilla tenía motivos para matarlo y no desaprovechó la oportunidad. Ese día, el 24 de diciembre de 1914, también murió Manuel Villegas quien fue asesinado por Calixto Gómez hermano de Tomás al creer que él le había quitado la vida. López Victoria lo relata de esta manera “Sucedió entonces que el general Santiago R. Nogueda, quien desde años atrás estaba seriamente enemistado con el brigadier Tomás Gómez, ordenara al coronel Desiderio Villegas que acabara con su rival y el propio Villegas asesinó a Tomás en la fecha indicada”. 22 Ahora peleando a lado del carrancismo, el primero de enero de 1915, Mariscal atacó en Zumpango del Río a los zapatistas de Jesús H. Salgado y al día siguiente los siguió hasta Chichihualco y al finalizar el mes nuevamente ataca a los zapatistas en Tlacotepec. Para luego regresar a Atoyac después de una intensa campaña en el centro del Estado. El 10 de febrero de 1915, llegó al puerto de Acapulco el coronel Silvestre Mariscal para abastecerse de parque. En la ciudad se encontraba el coronel Alberto González y para protegerlo de Mariscal, el general de brigada Federico Viguri, lo concentró en el fuerte de San Diego, mientras Mariscal permanecía en el puerto 23. Mariscal fue al puerto de Veracruz a platicar con Venustiano Carranza y el 6 de junio arribó a Acapulco como jefe de operaciones militares. En esos días Santiago Nogueda Radilla acompañó a Julián Blanco a Veracruz a conferenciar con Carranza, para inconformarse porque estaba dando mucho poder a Mariscal al darle el mando militar de Guerrero.
José Manuel López Victoria. Historia de la Revolución en Guerrero, Chilpancingo, Gobierno del Estado de Guerrero-IGC, 1985, p. 211. 22
23
Alejandro Martínez Carbajal. Historia de Acapulco, DPA impresores, 2005, p. 514.
Con mucha cobardía el 21 de julio de 1915, fue asesinado el coronel maderista Félix R. Álvarez, hijo de Diego Álvarez y nieto del general Juan Álvarez; asesinato que se le atribuye a Silvestre Mariscal, porque se dice que fue parte del reacomodo de fuerzas en el estado de Guerrero. Mientras Julián Blanco era gobernador, Mariscal fue nombrado por Venustiano Carranza Jefe de Operaciones Militares en el estado. Con ese cargo se dedicó a combatir al zapatismo en Guerrero, hasta prácticamente exterminarlo. En esta etapa destacaron los mariscalistas Silvestre Castro García y Dimas Fierro. Así como Fidel Nogueda Radilla que se inició militarmente en el bando de Julián Blanco, pero lo traicionó al no intervenir cuando las fuerzas de Mariscal lo tenían sitiado en el fuerte de San Diego. Una de las acciones que recoge la historia es cuando Fidel Nogueda se enfrentó al zapatista Pablo Cabañas en Chichihualco. El 4 de agosto de 1915, el gobernador Julián Blanco sufrió un atentado en Acapulco. Después de la refriega lo recluyeron en el Fuerte de San Diego, en donde fue ejecutado, el 6 de agosto, junto con su hijo Bonifacio Blanco. Luego, el 12 de agosto, Simón Díaz fue nombrado gobernador provisional en una junta convocada por Mariscal. Ya sin su rival de Dos Caminos, el 29 de agosto de 1915, Mariscal atacó Chilpancingo y al día siguiente ocupó Tixtla y el 31 de agosto, ya estaba en posesión de Chilapa. A mediados del mes de septiembre de 1915, Mariscal avanzó sobre Iguala, plaza que recuperó para el gobierno. El 5 de febrero de 1917 se El 20, Mariscal entró a Iguala a las 10 de la promulgó una nueva constitución noche y al día siguiente llegó a Tepecoacuilco de los Estados Unidos Mexicanos. donde combatió a los zapatistas. Mientras el caudillo carrancista atoyaquense andaba ocupado en otras partes del estado, el 25 de enero de 1916, sus tropas, que se habían quedado en Atoyac, fueron derrotadas por la huestes de Pablo Cabañas en el punto conocido como La Compuerta. MARISCAL, GOBERNADOR El 8 de noviembre de 1916, Mariscal asumió el cargo de gobernador. Entonces la capital del estado estuvo en Acapulco. Durante su mandato, dentro de una carga desembarcada por error en el puerto se encontró una antena inalámbrica que iba dirigida a Acajutla. Al enterarse de esto, Mariscal dio órdenes para que se quedara en esta ciudad y mandó a traer otra igual para reponer la de Acajutla. La inalámbrica fue instalada en el Cerro de La Quebrada, que desde entonces fue conocido como el Cerro de la Inalámbrica. La antena fue tumbada por un huracán, pero el nombre perdura. Mariscal fue el primero que introdujo un 12 de diciembre de 1916. El automóvil al puerto de Acapulco. Era un Congreso Constituyente sustituye Studebaker Sedán, descapotable. El chofer era el nombre oficial de República un mudo muy servicial, al que llamaban, El Mexicana, por el de Estados mudo de Mariscal. El auto tenía faros de carburo Unidos Mexicanos. y lo arrancaban a mano, porque tenía magneto 1º de mayo de 1917, Venustiano y no conexión eléctrica. Concha Hudson Carranza asume la Presidencia de recuerda que doña Eloísa, la esposa de la República, tras haber obtenido Mariscal, invitaba a sus tías a pasear en el carro el triunfo en las elecciones. por las calles transitables de Acapulco.
También el corte del Cerro de la Quebrada se inició en los tiempos del gobierno del general Mariscal. El 3 de enero de 1917, Mariscal vuelve a combatir a los salgadistas en Chichihualco. El 13 de marzo, muere Heliodoro Castillo en Zumpango del Río, en un ataque encabezado por Silvestre Castro, El Cirgüelo. Después de esto el general Pablo Cabañas, quien era subalterno de Castillo, marchó a Morelos para ponerse a las órdenes de Zapata pero este lo mandó de nuevo a nuestro estado para que viniera a combatir a lado de Jesús H. Salgado. Ya para el 21 de mayo de 1917, Mariscal renuncia a la gubernatura provisional para lanzar su candidatura por vía constitucional. Gana las elecciones y el 21 de julio de 1917, toma posesión como gobernador constitucional. Estando en una comisión en la capital del país, el 1 de enero de 1918 a las 4:30 de la atarde, Mariscal es agredido pistola en mano por el coronel Alberto González en el hotel Palacio donde se alojaba. logró desarmar a su rival sin fatales consecuencias. Pero el 26 de enero, el gobernador, fue aprehendido por órdenes de Carranza, desapareciendo los poderes en Guerrero. Esta era la segunda ocasión que era remitido a prisión donde permaneció un tiempo, para luego salir y quedarse en la ciudad capital. Venustiano Carranza lo había mandado llamar por intrigas de la colonia española de Acapulco y por acusaciones del diputado Héctor F. López quien era hermano del capitán Florentino López, El Barbón que murió en los acontecimientos de Atoyac en 1912. El gobernador interino Julio Adams se rebeló en contra de Venustiano Carranza y desaparecieron los poderes en Guerrero el 11 de diciembre de 1917. Todas las tropas que estaban en rebeldía en contra de Carranza marcharon hacia Atoyac para unirse a los mariscalistas, quienes prometieron sumarse al Plan de Ayala. Fidel Nogueda Radilla que se pasó al bando de Mariscal, estaba al frente del 48 batallón que se encontraba acuartelado en Iguala, al momento de la aprehensión del gobernador.
EL EXTERMINIO DE LA DIVISIÓN DEL SUR El General Silvestre G. Mariscal, Gobernador y comandante militar del Estado de Guerrero, fue denunciado ante el gobierno federal, por las casas comerciales españolas de Acapulco quienes lo hacían responsable de diversos abusos y delitos. Esos señalamientos fueron apoyados por los diputados federales guerrerenses, que en su totalidad eran enemigos de Mariscal, entre ellos se encontraban Héctor F. López y el profesor Custodio Valverde, quienes lograron que el Presidente de la República Venustiano Carranza, llamara al general atoyaquense a la Ciudad de México. Héctor F. López no le perdonaba a Mariscal que sus tropas hubieran matado a su hermano Florentino López, El Barbón, en un combate en Atoyac en 1912. Llamado por Carranza, el general Mariscal, se movilizó a la capital llevando parte de su División del Sur y a su esposa Eloísa García, una mujer de un valor civil a toda prueba, originaria de Tecpan. El gobierno de la República por estrategia acuarteló a la tropa de Mariscal, en tres lugares distintos y así fueron dispersas por diferentes rumbos de la ciudad de México. Venustiano Carranza hizo comparecer ante su presencia a Mariscal, quien llevó a su esposa; las aclaraciones y reclamaciones resultaron muy acaloradas, doña Eloísa, le reclamó al presidente los servicios prestados por su esposo a la causa constitucionalista, pero Carranza se mostró imperturbable y ordenó la inmediata aprehensión de Mariscal y su confinamiento en la prisión militar de Santiago Tlatelolco. Enterados los coroneles Fernández y Manuel Sáyago originarios de Tecpan y Carlos Radilla de Atoyac, de la prisión de su general, en común acuerdo con la señora Eloísa García,
decidieron salirse de la capital de la República rumbo al Estado de Guerrero, a como diera lugar. El gobierno de Carranza les había ordenando que salieran hacia el Norte del país a combatir a Francisco Villa, a lo que se negaron los soldados costeños. Las tropas guerrerenses salieron de noche para el Sur, para no ser vistos ni sentidos y como no conocían los rumbos, el teniente coronel Carlos Radilla, se extravió, se fue con sus tropas por el camino de Puebla y fueron exterminadas casi por completo en el cerro del Tecolote. La mayoría perdió la vida a manos de las tropas carrancistas que los iban persiguiendo duramente, por tierra y por aire. Los demás jefes surianos, Fernández y Sáyago, caminaron hacia el estado de Morelos, donde los esperaban los zapatistas ofreciéndoles protección. Antes de llegar al campo zapatista, fueron atacados con dureza desde las orillas de la ciudad de México hasta los cerros del Ajusco por los carrancistas, al mando del general Pablo González, Jefe de Operaciones del Valle de México, quien puso todo su empeño en acabar con los mariscalistas envió contra ellos grandes contingentes de tropas bien equipadas y bien armadas. Los acosó por el aire un comando de aviones militares. Los soldados costeños, no obstante su desventaja, se defendieron con valor y coraje, el campo quedó regado de muertos y heridos. Los heridos fueron asesinados posteriormente, sin el menor gesto de humanidad. Por su parte el general Emiliano Zapata, pretendía que los restos de la División de Sur se sumaran a sus tropas y los surianos no aceptaron, por lo tanto el revolucionario morelense ordenó a su gente que los atacaran, tuvieron los costeños que pelear por frente y retaguardia, enfrentando a los carrancistas y a los zapatistas. Los costeños con su arrojo, rompieron el cerco morelense y se internaron en su querido estado de Guerrero, calculándose que sólo llegaron al puerto de Acapulco, rendidos de cansancio, acosados por el hambre y con sus vestiduras sucias y desgarradas algunos 350 ó 400 hombres. Después de un corto descanso de las tropas sobrevivientes, el coronel Silvestre Castro El Cirgüelo, al saber que el gobierno de Carranza había enviado al general Fortunato Maycotte para exterminar a todos los mariscalistas que quedaban en las costas de Guerrero, llamó a sus antiguos compañeros para agruparlos en un solo frente y defenderse, tuvo nuevamente como compañeros de armas a los coroneles Arnulfo Radilla, Enrique Rodríguez y a los tenientes coroneles Margarito Baylón y Antonio Paco, quienes ardían de impaciencia por cobrar su venganza contra el carrancismo y se sumaron a la lucha. El ataque al puerto de Acapulco, el 17 de marzo de 1918, fue fulminante e intempestivo, lucharon con heroísmo; pero cuando el triunfo ya les sonreía y estaba por ganarse, al tomar la aduana marítima encontraron muchas bolsas llenas de monedas de oro y plata, la ambición los obsesionó de tal manera que todos se olvidaron de seguir combatiendo y entraron al saqueo, llevándose en los tientos o en las ancas de sus caballos, todo el oro y la plata que pudieron, retirándose cada uno de la zona de combate, la cual se debilitó por el abandono de los atacantes, cuyo terreno fueron recuperando los carrancistas. Se sabe que parte de ese dinero robado a la aduana terminó en el palenque de San Jerónimo de Juárez, a donde los rebeldes fueron apostar en la Feria de San José. Con este descalabro, las pocas tropas mariscalistas que quedaban, se dispersaron por todos los rumbos de la costa, el grueso de ellas eran de la Costa Grande, quienes se dedicaron a emborracharse en los distintos pueblos, algunos de los jefes continuaron cometiendo tropelías, como raptos de señoritas, sin que hubiera garantías para los civiles que siempre fueron el blanco de ambos contendientes. Los soldados surianos ya no intentaron organizarse. El general Maycotte, con las tropas federales, a quienes el pueblo les llamó “Los Verdes” por el color de la ropa que vestían, traía un fuerte contingente de indios yaquis, escogidos
por su espíritu guerrero, para enfrentarlos contra los costeños, quienes tenían fama de valientes y temerarios. Maycotte llamó como sus colaboradores a don Asiano Marín y sus hermanos de los barrios de Coyuca de Benítez. (Resumen tomado del libro Movimiento Agrario Costeño de Crescencio Otero Galeana) EL LEVANTAMIENTO DEL CIRGÜELO A principios del mes de agosto de 1917, el teniente coronel Silvestre Castro se había establecido en Teloloapan como comandante militar del distrito de Aldama. Castro tenía fama de valiente y era uno de los militares formados a la sombra del general Silvestre Mariscal. Corrido a Silvestre Mariscal Inconforme con la reclusión del general Silvestre G. Mariscal, al frente de los Licencia vengo pidiendo para empezar a cantar comandantes de la guarnición de Teloloapan, el este corrido es trovado teniente coronel Silvestre Castro abandonó la a don Silvestre Mariscal. población el 26 de febrero de 1918 y tomó el camino al sur, con el propósito de unirse al Don Silvestre Mariscal gobernador Julio Adams, quien también luchaba gobernador de Guerrero por la liberación del general Mariscal. por no saberse tantear lo han tomado prisionero. Mientras Mariscal estaba prisionero su gente se levantó en armas, encabezada por Arnulfo Lo han tomado prisionero Radilla Mariscal, Silvestre Castro García. A este en una fuerte prisión movimiento se sumaron muchos zapatistas, porque lo exigía el comercio de ese pueblo de La Unión. incluso Amelia Robles vino a pelear hasta Atoyac. Pablo Cabañas Macedo, quien militó Cuando entraron a Acapulco bajo las órdenes de Heliodoro Castillo, entraron a buena hora concurrió a la toma de Acapulco en 1918, para sonaban los 30-30 apoyar a Silvestre Castro, quien años atrás había cerrojos y tercerolas. participado en la celada para asesinar a Castillo. Cuando entraron Acapulco El 8 de mayo de 1918, en Atoyac, Arnulfo entraron de mañanita Radilla se reunió con los bandos mariscalistas y sonaban los 30-30 salgadistas y les propuso sumarse a Francisco cerrojos y pistolitas. Villa y al desconocimiento de Carranza, pero los Viva Dios, mis inditos salgadistas ya tenían compromiso con el Plan de mis indios atoyaqueños Ayala de Zapata, aún así se quedaron a combatir que dan la vida por mí para enfrentar al enemigo común que era como yo la doy por ellos… Carranza. El general Fortunato Maycotte al frente de las tropas carrancistas llegó, por barco, al puerto de Acapulco el 10 de marzo de 1918 y los mariscalistas lo atacaron el 17. Las fuerzas del gobierno al empuje de los combatientes costeños se refugiaron en el fuerte de San Diego dejando libre la ciudad. Los mariscalistas estaban posesionados del puerto de Acapulco, habían logrado entrar a la aduana y apoderarse de ciento sesenta mil pesos en oro, lo que provocó que la tropa se dispersara y los carrancistas recuperaran los espacios que habían perdido. En marzo de 1918, se presentó una epidemia de vómito negro que hizo estragos en las fuerzas federales que venían a combatir a los mariscalistas, aun con el primer descalabro y pese a la epidemia se recuperaron, y en una incursión el 6 de abril de 1918, Maycotte y
Rómulo Figueroa desalojaron a los mariscalistas de Pie de la Cuesta. Unos días antes ya los habían desalojado de la Garita y la Sabana lugares desde donde los rebeldes no dejaban pasar víveres ni pasto con rumbo al puerto. El 20 de abril se dio un combate sin mucha importancia entre las fuerzas de Rómulo Figueroa y las del Cirgüelo en La Sabana. El 30 de abril en el Zapote se sumaron a las tropas de Figueroa, soldados irregulares al mando de Asiano Marín. Ese mismo día se dio un combate en San Jerónimo, que ganaron los del gobierno quienes ocuparon la plaza. A la media noche la fuerza recién llegada fue atacada con furia por el coronel Arnulfo Radilla que no logró tomar la población. Los yaquis salvaron a Figueroa de una derrota segura. Al amanecer del primero de mayo las tropas del gobierno emprendieron la retirada, por el camino de Las Tunas y luego por la playa, continuaron su marcha rumbo a Acapulco por la franja de tierra que está entre el mar y la laguna. Al pasar por Hacienda de Cabañas, rebeldes mariscalistas dieron muerte al coronel Asiano Marín. En esa escaramuza murió también un mariscalista que había disparado sobre Marín. El 31 de mayo las tropas de Figueroa se volvieron a posesionar de San Jerónimo, esta vez sin encontrar resistencia de los rebeldes, después de incursionar por la Costa Chica. Ese mismo día como a las tres de la tarde fueron atacados por 100 rebeldes atoyaquenses, que fueron recibidos con un nutrido tiroteo, en esa incursión murió Agustín Radilla que encabezaba a los atacantes de Atoyac. Corrido al Cirgüelo (De dominio popular) Amigos pongan sentido ¡Atención pongan cuidado! voy a dar el contenido de un valiente del estado.
Mandaron cuatro correos mensajes por donde quiera nos falta aquí un cabecilla que es don Manuel Uruñuela.
Les voy a mentar su nombre que les sirva de consuelo se llamó Silvestre Castro de sobrenombre El Cirgüelo.
Este hombre dio dos ataques que hasta el puerto se asombró Cirgüelo dio retirada porque parque le faltó.
En San Jerónimo el Grande por cierto una madrugada entró El Cirgüelo a pelear toda su gente encuerada.
De ver que andaban robando todos sus jefes perdidos Dijo El Cirgüelo indultarme yo no quiero ser bandido.
Entonces dice El Cirgüelo adentro toda mi gente. A ver estos fronteristas que se tienen por valientes.
Ya El Cirgüelo se indultó a Maycotte le pidió indulto llegó con valor sobrado a ese puerto de Acapulco.
Llegó el coronel Paredes con cuatrocientas metrallas ya llegó Enrique Rodríguez y también Florencio Amaya.
El Cirgüelo ya se va que triste queda su gente se separa del estado un hombre de los valientes.
Mandaron cuatro correos hasta el pueblo de la Unión que se arrime con su gente don Margarito Bailón.
Cirgüelo subió a la escala para el puerto un desconsuelo hasta los niños decían adiós valiente Cirgüelo.
Un lluvioso 11 de junio, en la madrugada, se movieron los contingentes del general Rómulo Figueroa hacía el Ticuí, en donde al llegar a las primeras casas se trabó un tiroteo con los rebeldes que estaban en la Fábrica de Hilados y Tejidos. Los rebeldes del Ticuí fueron reforzados por tropa mariscalista procedente de Atoyac. El combate se dio durante más de tres horas Emiliano Zapata murió acribillado después de esto las tropas de Figueroa el 10 de abril de 1919 por tropas del general carrancista Jesús M. regresaron a San Jerónimo. Guajardo. Por la noche, del 12 de junio, salieron los figueroístas de San Jerónimo atravesaron el río En 23 de abril de 1920, el plan de crecido para atacar al amanecer a los Agua Prieta, desconoce la mariscalistas apostados en Atoyac. Los presidencia de Carranza y se nombra al gobernador de Sonora, federales recibieron la orden de llevar el Adolfo de la Huerta, como jefe sombrero sobre la espalda con el barbiquejo supremo del Ejército amarrado al cuello y la manga del brazo Constitucionalista. izquierdo arremangada hasta el codo, esto para evitar confusiones. El 13 de junio las El 21 de mayo de 1920, fue asesinado en Tlaxcalontongo tropas de Rómulo Figueroa llegaron por el Puebla, Venustiano Carranza por rumbo de La Pindecua, cayendo por sorpresa el general Rodolfo Herrero. y después del combate regresaron a su cuartel Adolfo de la Huerta asume la en San Jerónimo. presidencia de la república y llama Un mes después las fuerzas de Figueroa a elecciones. Obregón resulta triunfador. cayeron, el 12 julio, en una emboscada preparada por El Cirgüelo, cuando caminaban El 25 de junio de 1921, se crea la rumbo al Ticuí. Este combate que duró tres Secretaría de Educación Pública. horas fue ganado por los rebeldes por las numerosas bajas que sufrió el gobierno. El 20 de julio de 1923, es asesinado en Parral Chihuahua, el Mientras los figueroístas tomaron dos general Francisco Villa. prisioneros que fueron ejecutados en el acto. Las fuerzas del coronel Silvestre Castro combatieron el 13 de julio a las fuerzas de Maycotte y Figueroa en el paraje denominado como La Cumbre. En este combate fue destacada la participación de muchos zapatistas que vinieron del centro para apoyar a los mariscalistas. Los combates en los que participaron los zapatistas fueron, en julio de 1918, en la fábrica de Hilados y Tejidos del Ticuí 24 y en los Tres Brazos, dos sitios cercanos a la ciudad de Atoyac, cuando se enfrentaron a los carrancistas encabezados por el general Rómulo Figueroa. El 13 de julio se dio el famoso combate de La Cumbre que comenzó a las 10 de la mañana del cual salieron derrotadas las fuerzas de Figueroa, enfrentando tanto a mariscalistas como a salgadistas. Figueroa atacó Tecpan el 20 de julio donde se combatió con fiereza y los rebeldes se fueron en retirada rumbo a la sierra. El 21 los federales atacaron San Luis la Loma desalojaron a los rebeldes y llegaron el 24 de julio a Zihuatanejo. El 26 se rindió en Petatlán el teniente coronel Adolfo Lara con 80 rebeldes. El 28 se dio otro tiroteo en San Luis la Loma. El 9 de agosto de 1918, cuando el general Rómulo Figueroa regresaba de una boda en El Ticuí a San Jerónimo fue emboscado. Pero en lugar de matar a Figueroa perdieron la vida Revista Altamirano, Número 13, diciembre 1999-enero 2000. H. Congreso del Estado, Instituto de Estudios Parlamentarios Eduardo Neri, p. 84. 24
dos familias, entre niños y mujeres, que fueron confundidos con la tropa federal, por los rebeldes. Figueroa inició, el 20 de septiembre de 1918, una incursión a la sierra, con la intención de llegar a Los Valles. Atacó primero el Rincón de las Parotas donde desalojó a Pablo Vargas utilizando artillería pesada. Los figueroístas llegaron a San Andrés de la Cruz, el 29 de septiembre de 1918, donde los rebeldes resistieron protegidos por la zona rocosa y la maleza, en un combate de hora y media hasta que fueron desalojados de sus posiciones por la artillería pesada de los federales. Este combate lo ganaron los rebeldes porque no dejaron huellas de bajas. Finalmente llegaron los Figueroístas a Los Valles. Después de eso se hizo una dispersión de la gente y se cometieron muchos actos de pillaje, por eso el 30 de julio de 1918, Silvestre Castro se acogió a la amnistía que el gobierno federal ofrecía y se presentó en el puerto de Acapulco ante el general Fortunato Maycotte. Como canta el corrido: Aquí le entrego a mi gente Con toda su caballada Si usted gusta fusilarme Soy hombre no digo nada.
Después de que El Cirgüelo se indultó, fue aprehendido Arnulfo Radilla el 27 de octubre en San Andrés de la Cruz. Con eso se terminó prácticamente el movimiento que amenazaba al carrancismo en el estado, la zona quedó en paz y el primero de noviembre de 1818, las fuerzas de Figueroa dejaron San Jerónimo. Y “el 12 de abril de 1919, Silvestre Mariscal recuperó su libertad y se quedó en la Ciudad de México, dejando huérfanos a sus seguidores que quedaban en Guerrero”.25 Después de planearlo muy bien, el 7 de julio de 1919, Arnulfo Radilla se fugó de la prisión de Chilpancingo, acompañado de algunos zapatistas, en esta acción murió el mochitleco Cenobio Mendoza, en el intento de fugarse. Arnulfo Radilla atravesó la sierra y llegó caminando a la ciudad de Atoyac con las ropas raídas. Luego se refugió en el cerro de la Cal, donde la leyenda dice que está enterrado el tesoro de la Aduana. Para finales de 1919, siguió alzado en la sierra Arnulfo Radilla. Patricio Pino escribió en su diario que la noche del viernes 14 de noviembre de 1919, la guarnición militar se sublevó y se unió a los rebeldes que bajaron de la sierra encabezados por Alberto de la Cruz y Arnulfo Radilla. Después de esto el subteniente Genchi y dos soldados que apoyaron a Radilla fueron fusilados. También los zapatistas-salgadistas siguieron en la sierra y en una de las intrigas que se dieron entre los dos bandos, Pablo Cabañas dio muerte a Arnulfo Radilla por el rumbo de Loma Larga el 12 de enero de 1920. Ese mismo año Pablo Cabañas se amnistió y se sumó a la gente de Álvaro Obregón. El 21 de abril de 1920, Carranza comisionó a Mariscal como jefe de operaciones militares en El 8 de junio de 1919, Jesús H. Guerrero. A bordo de un cañonero Salgado murió a manos de las fuerzas de general obregonista proporcionado por Venustiano Carranza, Fortunato Maycotte. Mariscal atacó el puerto de Acapulco el 5 de mayo de 1920, cuando se desarrollaba el desfile conmemorativo de la Batalla de Puebla. Al no poder tomar el puerto Mariscal retrocedió y se fue rumbo a Manzanillo; desde donde intentó entrar caminando al estado, pero el 31 de mayo 25Revista
Altamirano, Numero 13, p. 95.
de 1920, cayó en una emboscada en Sinagua Michoacán y murió. Carranza confiaba que Mariscal pudiera levantar la costa a favor de su gobierno, pero los vientos que soplaban por estos rumbos eran a favor de Álvaro Obregón. Muchos campesinos en esa ocasión le pidieron a Silvestre Castro que se levantara en armas a favor de Obregón, pero tal vez no lo hizo porque Fortunato Maycotte y Rómulo Figueroa secundaron al sonorense en Guerrero y El Cirgüelo no comulgaba con ellos.
LA LUCHA AGRARIA En Atoyac se organizó, antes que en otros pueblos de la Costa Grande, el primer Comité Agrario, allá por 1920, su primer presidente fue el señor Justino Parra; Felipe Manzanares, secretario y Lorenzo Cabrera, tesorero. Este comité nunca funcionó porque era una época difícil y peligrosa, de vida o muerte, no se había despertado el deseo de luchar por la tenencia de la tierra y este organismo agrario murió por inactividad. Pero el 17 de agosto de 1922 en casa del señor Patricio Rodríguez (calle Reforma, número 10) se fundó un nuevo Comité Agrario. Eligieron como presidente a un joven llamado Manuel Téllez Castro y a David Flores Reynada como secretario. Manuel Téllez destacó por su constancia y responsabilidad, cualidades que pronto lo hicieron influir como un auténtico líder agrarista, de los mejores que ha dado la región. Tuvo como compañeros a don Patricio Rodríguez, Samuel Escobar, Vicente Dionisio, Antonio M. Castro, Prisciliano García, Arnulfo Vargas, J. Pilar Gómez, Genaro Reyes, Pedro Clavel Castro, Alberto Téllez Castro (hermano de Manuel), Juan Ríos Arroyo, Silvestre Hernández Pino, Silvestre Benítez, Joaquín Benítez y otros que fueron los pioneros del movimiento agrario en nuestro Atoyac. Manuel Téllez tenía la preparación para desempeñar cualquier cargo público, era valiente, franco y sincero, amaba el ideal agrarista, no se amedrentaba al luchar contra los hacendados, caciques y terratenientes, quienes al no poder vencerlo con la razón recurrieron al asesinato. Manuel fue contemporáneo del líder socialista Juan R. Escudero y del agrarista Valente de la Cruz, con quienes se comunicaba por cartas; coincidían en los ideales, eran compañeros de causa. El 31 de marzo de 1923 fue depuesto el general Andrés G. Galeana, que fungía como presidente municipal de Atoyac y se quedó como alcalde Rosalío Radilla Salas, alías Chalío, quien era enemigo jurado del agrarismo y odiaba a Manuel Téllez, a quien quiso eliminar por todos los medios, para lo cual inventó un desfalco del tiempo cuando Manuel fue tesorero municipal. El 29 de octubre de 1923, como a las 6 de la mañana, al caminar por la calle Nicolás Bravo, Manuel Téllez fue intempestivamente asaltado por los esbirros de Chalío, Jesús Santiago alías Churrías, Aurelio Barrientos y Fidel Maravilla, quienes le hicieron el alto y le exigieron les entregara su pistola. Como Téllez con gesto de hombría se negó, lo dejaron caminar como 20 metros y le dispararon por la espalda. Manuel no obstante de haber recibido algunos impactos de bala, les contestó el fuego, pero no hizo blanco en ninguno. Continuó la marcha rumbo a su casa ya herido y antes de llegar a ella, en la misma calle, dentro de la fragua de Juan Santiago, estaban emboscados Antonio Serafín, Vidal Nava y Tranquilino Fuentes, quienes al pasar Manuel le dispararon a quemarropa dejándolo muerto en ese lugar. Alberto Téllez, al oír los disparos, pretendió protegerlo, pero ya era tarde, no contaba con cartuchos en su carabina, por eso tuvo que huir al campo para defender su vida, y no pudo estar en el entierro de su hermano. Se fue a la sierra, donde empezó a organizarse con otros líderes agraristas de los poblados de Atoyac, haciendo vida de coyote, para no ser cazado por los secuaces de la autoridad municipal.
El asesinato de Manuel Téllez, cometido con todas las agravantes de la ley, provocó disgusto en todos los campesinos de la región. Atoyac comenzó agitarse, porque además se dieron varios fusilamientos de agraristas por las tropas federales y por los caciques del municipio. Rosalío Radilla Salas simpatizaba con el movimiento delahuertista que ya empezaba a gestarse, figuraba como jefe de las “guardias blancas” de la región, que estaban en contra del gobierno constituido del general Álvaro Obregón. Antes ya Rosalío Radilla había mandado matar a los líderes agraristas de El Ticuí, Pablo y Simón Hernández, con los mismos esbirros que asesinaron a Manuel Téllez. Los terratenientes, hacendados y latifundistas de Atoyac de Álvarez eran Germán Gómez, Andrés Pino, Octaviano Peralta, el coronel Alberto González, Gabino Pino, Herman Ludwing y Salvador Gálvez. Los líderes agraristas de la sierra, eran Adrián y Arnulfo Vargas, Lucio y Zacarías Martínez, Juan Mata Severiano y Toribio Gómez Pino. Los agraristas de Costa Grande ardían en impaciencia por tomar venganza contra los sicarios, pues ya no podían soportar tantas matanzas de compañeros, casi a diario se sabían noticias de agraristas, sacrificados en distintos rumbos de la región; los líderes de los pueblos de la parte baja de la Costa Grande andaban huyendo por los montes para evitar ser encarcelados o asesinados. A raíz del asesinato de Manuel Téllez Castro, Alberto escribió a Juan Mata Severiano –que vivía en San Andrés de la Cruz– a quien le explicaba la situación peligrosa que estaba viviendo, dicha carta fue leída por Juan a los campesinos del poblado y a su vez le dirigió una misiva a su compañero agrarista de Los Valles, Adrián Vargas, sobre el mismo asunto, por lo que habiendo comprendido su situación, varios jefes se vinieron al punto denominado Los Pozos donde se encontraba oculto Alberto Téllez, a la reunión llegaron Juan Mata Severiano, Juan, Aurelio y Sabino Martínez. Al reunirse con Alberto y orientarse perfectamente sobre la lucha agraria y saber sobre los asesinatos de compañeros que se estaban registrando en diversas partes de la Costa Grande, tomaron el acuerdo de subir nuevamente a los pueblos de la sierra cafetalera para conquistar el mayor número de compañeros agraristas, labor que realizaron todos durante dos semanas. Entre los entrevistados estuvo Pedro Cabañas Macedo, quien había sido zapatista y ya tenía la recomendación de su hermano el general Pablo Cabañas, de que cuanto antes abrazara la causa agrarista. De San Vicente de Benítez se dirigieron a los Valles donde vivía Adrián Vargas, Toribio Gómez Pino y Timoteo Fierro. De los Valles se regresaron nuevamente a los pueblos de la Costa Grande, trayendo ya como 100 hombres mal armados, pero eran elementos fogueados en la lucha social y en las armas, mientras sus líderes continuaban haciendo conquistas de compañeros, pues se aproximaban grandes acontecimientos de lucha armada, porque los caciques antiagraristas como Rosalío Radilla, también andaban conquistando partidarios en Atoyac, San Jerónimo, Tecpan, Coyuca de Benítez y en otros lugares de la región costera. Algunos datos revelan que el 5 de diciembre de 1923, Feliciano Radilla Ruíz y Francisco Pino, se pusieron a las órdenes del gobierno de Álvaro Obregón para empuñar las armas en contra de los partidarios del general Adolfo de la Huerta que se había levantado contra el gobierno federal. Llegaron a Las Clavellinas, que era el punto de reunión donde se habían citado los líderes agraristas, como a tres kilómetros al oriente de Atoyac de Álvarez. En dicho rancho se reunieron Pilar Hernández, Feliciano Radilla, Alberto Téllez, Juan Mata Severiano, Adrián Vargas, Juan y Sabino Martínez junto con otros líderes de la sierra, con unos 200 elementos armados a sus órdenes. En Las Clavellinas acordaron que Feliciano Radilla saliera con 25 compañeros escogidos y con las mejores armas, a sacar a los hermanos Escudero del puerto de Acapulco, en donde
sus vidas corrían peligro, pues públicamente se sabía que el Ejército Federal se había rebelado en contra del gobierno de Álvaro Obregón. El coronel Crispín Sámano estaba de acuerdo con los españoles y caciques del puerto de Acapulco que eran enemigos del gobierno del centro y simpatizantes de Adolfo de la Huerta, candidato a la presidencia de la república, contrincante del general Plutarco Elías Calles, a quien apoyaba Obregón. Feliciano Radilla salió con 25 hombres bien armados y escogidos por su valentía a jugarse el todo por el todo con las tropas federales y con los esbirros municipales del Puerto de Acapulco, pero la madre de los Escudero se opuso diciéndole a Chano Radilla que se regresara con su gente porque ella no permitiría que sus hijos salieran del lugar y que nada les pasaría porque el cura del puerto le había ofrecido que todo lo tenía arreglado con los jefes militares. Feliciano Radilla y doña María de la O viuda de Castañón, que era lideresa obrerista, lamentaron mucho la absurda negativa, por lo que Chano Radilla regresó muy descontento con la terquedad y miopía de la madre de los hermanos Escudero, quien no se daba cuenta del peligro que corrían sus hijos. El líder agrarista Feliciano Radilla al regresar del cumplimiento de su comisión, pasó por los pueblos del municipio de Coyuca de Benítez, en donde orientó a todos los compañeros sobre el posible movimiento armado que ya se gestaba por los descontentos con el presidente Álvaro Obregón, a efecto de que no fueran cogidos prisioneros. Ya en Las Clavellinas, y después de dar cuenta de su comisión, acordaron en junta general atacar el pueblo de Atoyac de Álvarez, en vista de tanto asesinato de compañeros para ejercer venganza, salieron el 19 de diciembre de 1923 a su primer bautizo de sangre aproximadamente 80 hombres regularmente armados y 20 con machetes. Como jefes iban Pilar Hernández, Feliciano Radilla, Zacarías Martínez, Alberto Téllez, Francisco Pino El Tejón de la Cinta Baya, Sabino Serafín, Gabino Navarrete Juárez, Adrian y Arnulfo Vargas e Ignacio Valente, atacaron a la policía municipal con un asalto rápido, que no les dio tiempo de defenderse y entregaron las armas sin haber disparos ni heridos, ese golpe fue preludio de la lucha. Cuando los agraristas iban rumbo a la sierra en Mexcaltepec se les unió Lucio Martínez con un grupo de agraristas de Atoyac, por lo que fortalecidos, el 22 de diciembre atacaron a las guardias armadas que los españoles de Acapulco tenían en la Fábrica de Hilados y Tejidos de El Ticuí. Al llegar al canal, desde la azotea de la fábrica los recibieron a tiros. Contestaron el fuego, quedando sitiada esa factoría, cuyas puertas se incendiaron. La fábrica fue tomada por los agraristas en un combate que duró hasta las primeras horas de la tarde. Los armados que estaban custodiando la fábrica eran: Juan Juárez y sus hijos Los Cuates Eduardo y Fausto Juárez Hernández, Mariano Mesino, José Ángel Fierro, Gonzalo Mesino, Elpidio Pano, Valentín Gómez, Anastasio Gudiño y Benito Gómez; todos pagados por los españoles y amigos incondicionales de Chalío Radilla, simpatizantes del candidato a la Presidencia de la República don Adolfo de la Huerta. También estaban en la fábrica los españoles Isaac Alonso, Federico Hormachea y Emilio Miaja. Los asaltantes tomaron prisionero a Emilio Miaja que andaba fuera de la fábrica y dentro de las instalaciones fueron muertos Mariano Mesino y Benito Gómez; al primero lo asesinaron sus propios compañeros, cuando pretendía abrirles la puerta a los atacantes y al segundo lo asesinó la gente armada –cansada de los desmanes sufridos– al encontrarlo refugiado en los telares, el resto de los defensores se salió por las turbinas. Posteriormente fue muerto el español Federico Hormachea en la orilla del río por el lado de El Ticuí, a un costado de la fábrica. Cuando los agraristas dieron el asalto intempestivo y desarmaron a la Policía Municipal de Atoyac, el presidente Rosalío Radilla Salas no se encontraba en el lugar, puesto que había salido un día antes al puerto de Acapulco a recibir --de manos de los militares ya en
rebelión– a los hermanos Juan, Francisco y Felipe Escudero, que ya estaban prisioneros en el castillo de San Diego. Dos días después del desarme de la policía de Chalío Radilla, el 21 de diciembre de 1923, fueron fusilados los Escudero por Rosalío Radilla y sus pistoleros, como había convenido a los caciques españoles de Acapulco y a la mafia de reaccionarios unidos al coronel Crispín Sámano. Reunidos los agraristas en Mexcaltepec enterados del asesinato de los Escudero, acordaron atacar nuevamente al verdugo Rosalío Radilla en Atoyac. Salieron de la sierra por la noche del 11 de enero de 1924, y llegaron a la ciudad a las 5 de la mañana del 12, un grupo de aproximadamente 100 hombres de los cuales 20 venían con machetes. El ataque se desarrolló con toda rudeza, con valor y coraje por ambas partes, pues los atacantes y defensores, eran “gallos de la misma gallera” y se reconocían sus aptitudes guerreras. En la avanzada que tenían los delahuertistas, en el corredor exterior de la casa de doña Antonia Ayerdi, frente al atrio de la Iglesia fue muerto Julián Vega, uno de los pistoleros de Rosalío Radilla y por el lado sur en el “Arroyo Ancho” –donde atacó Feliciano Radilla acompañado de Prisciliano García, Apolonio Pino y de otros líderes agraristas– fallecieron dos soldados y el agrarista Prisciliano García fue herido y apresado por los federales. Se encontraba como jefe de la plaza, el teniente federal apodado El Tingüiliche, con 35 soldados a sus órdenes y Rosalío Radilla tenía también a sus órdenes 30 de los llamados “voluntarios” (elementos pagados) y la policía municipal con 12 gendarmes, todos bien armados y con buena dotación de cartuchos, en cuanto al armamento ellos tenían la ventaja. Los agraristas entraron por el lado norte de la ciudad, por las calles Juan Álvarez y Agustín Ramírez, extendiéndose el fuego por el Oriente, Sur y Poniente. Por el Arroyo Ancho estaba más enconada la pelea por estar atacando Feliciano Radilla y Francisco Pino El Tejón de la cinta baya. Los agraristas en el ataque rebuznaban como bestias salvajes para burlarse de sus enemigos. La pelea duró todo el día, pero ya por la tarde, el jefe de la tropa federal sintiéndose atemorizado pidió auxilio a San Jerónimo, llegando en su ayuda el capitán Pedro S. de los Monteros con 40 federales, pero no pudo entrar a la población por el lado Sur por la fuerte presión de los agraristas. Monteros iba ya en retirada y se encontró de improviso con Juan H. Radilla y Blas Hernández que venían del Humo a darle refuerzo a su tío Rosalío; se habían enterado que estaba siendo duramente atacado por los agraristas; a Monteros ya le habían causado dos bajas y le habían matado un caballo, por lo que le manifestó a Juan Radilla que iba de urgencia a San Jerónimo a pedir auxilio a los federales de Tecpan y San Luis La Loma. Juan Radilla dijo al capitán que no había tiempo que perder y que debían regresar para contraatacar, aceptó el capitán y puso indebidamente bajo las órdenes de Juan su tropa. Pelearon con dureza por los Palos Blancos y el cerro por donde actualmente está el Centro de Salud; desde las alturas divisaron las avanzadas de los agraristas y al darse cuenta el capitán de la cantidad de gente enemiga se negó a atacarlos por temor, pero entonces Juan Radilla le pidió 4 armas que entregó a su hermano Apolinar, a Avelino Radilla Ramos, a David Conrado y la última para Asunción Radilla, primos de Juan Radilla y jóvenes que iban a la aventura. Viendo esa decisión el capitán De los Monteros y un sargento, se resolvieron a afrontar la situación, dando el ataque por la retaguardia del enemigo que en esos momentos gritaban insultos a los delahuertistas, a quienes consideraban ya derrotados; Juan Radilla los acosó por el Sur hasta llegar nuevamente al Arroyo Ancho y dio órdenes al teniente Pablo Landa para que con 15 federales tomara el flanco derecho, pero al llegar a los potreros de la parte alta fueron rechazados con dureza por Francisco Pino El Tejón de la cinta baya, quien poco después también fue retrocediendo. Por el lado del panteón de Atoyac, atacó Blas
Hernández y expulsó de sus posiciones a los agraristas, quienes posteriormente tomaron rumbo a la sierra. De parte de los delahuertistas perecieron Julián Vega que estaba de avanzada, como ya se dijo. Por el sur donde atacó Feliciano Radilla fue herido y capturado el agrarista Prisciliano García; del lado de los antigobiernistas hubo dos federales muertos y un caballo del capitán Monteros. Los campesinos se retiraron llevando heridos a Arnulfo Vargas, Luis Castro, Gabino Navarrete Juárez, Cesáreo Reyes, e Isidro García La Calzonuda. El cabecilla Eligio Laurel, que vivía en San Vicente de Jesús los protegió con algunos auxilios. La retirada de los agraristas fue en forma ordenada, por lo cual todos llegaron al punto denominado La Compuerta. En este lugar se tomó el acuerdo entre los dirigentes de invitar para la defensa del movimiento agrario (a favor del gobierno constituido por el presidente Álvaro Obregón) al coronel retirado Silvestre Castro García El Cirgüelo, que vivía en el poblado de Cacalutla, quien había servido con eficacia y militado con Silvestre G. Mariscal; sin dudas era un gran estratega para la guerra y los agraristas carecían de un jefe experto que los pudiera dirigir con acierto en las campañas que ya estaban sucediendo. Según López Victoria ya el 1º de enero de 1924, en el pueblo de San Nicolás, municipio de Coyuca de Benítez, en el domicilio del señor Mateo Marín, se llevó a cabo una concurrida reunión para darle el mando de las fuerzas obregonistas en el estado de Guerrero a Silvestre Castro El Cirgüelo, quien combatió duramente a los zapatistas, después del movimiento de 1918, se dedicó a trabajar de manera pacífica el campo en Cacalutla, hasta 1923 que apoyó la revolución agrarista y su participación fue definitiva para el triunfo de ese movimiento en Guerrero. El Cirgüelo era campesino y amigo de todos los agraristas. Esa misma noche del combate de Atoyac salió la mayoría rumbo a Cacalutla y un pequeño grupo nuevamente se dirigió a la sierra de Atoyac, para seguir orientando a los campesinos y conquistando adeptos para la lucha agraria armada. Con el apoyo de los agraristas de Atoyac y de Coyuca, Silvestre Castro El Cirgüelo se levantó en armas en Cacalutla en apoyo al agrarismo. Las primeras incursiones armadas las hizo en el municipio de Coyuca de Benítez acompañado de Amadeo y Baldomero Vidales, encontrando en Santa Bárbara al gobernador Rodolfo Neri que venía huyendo de Chilpancingo. Después de esto rápido salieron rumbo a Petatlán para encontrar al profesor Valente de la Cruz que traía las armas proporcionadas por el general Obregón, mientras los delahuertistas encabezados por Rosalío Radilla y el mayor Juan S. Flores iban tras ellos. El 23 de enero de 1924 combatieron en Petatlán las fuerzas de Silvestre Castro contra las que encabezaba Rosalío Radilla del bando delahuertista. Combate que marcó el triunfo de la causa agrarista en el estado de Guerrero y el 1º de febrero fuerzas agraristas entraron triunfantes a la ciudad de Atoyac, encabezados por El Cirgüelo y Valente de la Cruz. Los obregonistas tomaron Coyuca el 6 de febrero de 1924, aquí se dividieron en dos grupos. Una columna al mando de Neri y de El Cirgüelo salió a la ciudad de México y la otra al mando de Amadeo Vidales se fue rumbo a la sierra de Atoyac. Aprovechando que El Cirgüelo iba a la ciudad de México y que Vidales estaba en la sierra, los delahuertistas al mando del general Ambrosio Figueroa Marbán y un coronel Noriega atacaron la ciudad de Atoyac e hicieron prisionero al expresidente municipal Andrés G. Galeana, quien iba a ser fusilado pero el 13 de febrero logró escapar y huyó a la Ciudad de México. El 4 de marzo Amadeo Vidales atacó en la ciudad de Atoyac a los delahuertistas que la tenían en su poder, y ocupó la plaza. Al ser derrotados los partidiarios delahuertistas salieron huyendo rumbo al puerto de Acapulco, ese combate fue el último en este episodio de nuestra historia. Rosalío Radilla después de perder el combate en Petatlán se refugió en Iguala y el 19 de marzo en Chilpancingo junto a las tropas de Rómulo Figueroa, se sometió al gobierno ante el general Adrián Castrejón. Después huyó a San Francisco, California.
(Resumen del libro Movimiento Agrario Costeño de Crescencio Otero Ríos)
A partir del 1 de agosto de 1926, la iglesia suspende sus servicios.
EL LEVANTAMIENTO VIDALISTA Y LA MUERTE DEL CIRGÜELO
Amadeo Sebastián Vidales Mederos participó decididamente en el movimiento agrarista, incluso fue muy destacada su participación en el combate de Petatlán. Vidales se dirigió al Puerto de Acapulco, mientras El Cirgüelo y El 11 de noviembre de 1927, se Neri partían hacia la ciudad de México. concluyó la carretera MéxicoEl 16 de abril de 1924, fueron licenciadas en Acapulco. Acapulco las tropas que comandaba Amadeo Vidales. Al comenzar la construcción de la 13 de noviembre 1927, Álvaro carretera México-Acapulco, el gobierno federal Obregón sufre un atentado dinamitero. los comisionó para que con su fuerza ayudaran en las obras de esta importante vía. 1º de julio de 1928, se reeligió Para ello los hermanos Vidales y los Obregón. revolucionarios agraristas montaron su cuartel general y base de operaciones en Xaltianguis. El 17 de julio de 1928, es asesinado Álvaro Obregón por En ese tramo, entre el Río Papagayo y el José de León Toral. Puerto de Acapulco, los campesinos que siguieron a Vidales tuvieron trabajo como 30 de junio de 1929, la Iglesia peones. Católica reanudó el culto, tras la En Acapulco se propusieron formar la firma del acuerdo de paz. 14 mil cristeros depusieron las armas. “Compañía Unión de Ambas Costas” del Estado de Guerrero, Sociedad Cooperativa El 4 de marzo de 1929, en el Agrícola de Responsabilidad Limitada, que teatro Iturbide de Querétaro se funcionó un tiempo en beneficio de los formó el Partido Nacional campesinos. Revolucionario. El 30 de marzo de 1938 se transformó en Partido Pero al ver que las cosas continuaban igual y de la Revolución Mexicana. El 18 eran hostigados permanentemente por los de enero de 1946 cambió su españoles de Acapulco, Amadeo y Baldomero nombre a Partido Revolucionario Vidales formaron el Movimiento Libertario de Institucional. Regeneración de la Economía Mexicana, cuyo programa social era el Plan del Veladero proclamado el 6 de mayo de 1926, iniciándose un nuevo periodo de lucha cuyo principal escenario fue el municipio de Atoyac. Una vez proclamado el Plan del Veladero, el 7 de mayo de 1926 los hermanos Amadeo y Baldomero Vidales, con sus fuerzas atacaron sorpresivamente al Puerto de Acapulco, por el rumbo de la fábrica de jabón La Especial a la que le fueron quemadas sus bodegas. Ese día por poco es capturado Sergio Fernández gerente de la fábrica, se salvó de milagro. Los rebeldes vidalistas se levantaron principalmente en contra de la colonia española del Puerto de Acapulco que acaparaba el comercio de ambas costas; los gritos, como en 1810, volvieron a ser “abajo los españoles” y “mueran los gachupines”. El 26 de julio de 1926, el general Amadeo S. Vidales atacó al 67 regimiento de caballería destacamentado en Atoyac. El combate comenzó en el panteón civil a las 9 de la mañana y en el transcurso del día lograron tomar el cuartel que los federales tenían en el calvario, los En enero de 1927, grupos católicos se levantan en armas en contra del gobierno al grito de “Viva Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe”.
soldados saltaron la barranca hacia el río cuando lo atravesaban fueron acribillados por los rebeldes. El 3 de agosto fueron quemados los pueblos de San Andrés y el Rincón de las Parotas por fuerzas del gobierno que perseguían a los vidalistas. El 29 de septiembre de 1926, Amadeo Vidales ataca al pueblo de San Jerónimo el Grande acompañado de Feliciano Radilla, recuerda La muerte del Cirgüelo don Luis Hernández Lluch que la columna Wilfrido Fierro Armenta rebelde entró por la calle principal a las 9 de la La Costa Grande señores mañana y el combate terminó a las 8 de la llora, llora sin consuelo noche, hora en que se retiraron los rebeldes. porque supo que en Ayutla Cuando el movimiento de Vidales, que peleaba fue asesinado El Cirgüelo. contra los federales, a los gallos los amarraban del pico; les ponían bozales a perros y a los Esos Llanos de Tlalapa son testigos de la acción burros para que no emitieran sonidos. Don que consumara vilmente Juvencio Mesino traía un rifle 44, en los el General Claudio Fox. combates no le tocó ni un balazo. Se recuerdan los revolucionarios como Cirgüelo por ser valiente Raymundo Barrientos y Felipe Reyes que eran y famoso en la región Fue objeto de una calumnia buenos para tirar y a Valentín Fierro que se que su jefe le formó. tumbaba a los federales desde lejos. Cuando la balacera de El Calvario medían muy bien el El cariño desmedido tiro y al dar el paso los soldados, los mataban. que la costa le brindó En otros momentos los soldados iban en le provocó a Fox envidia y matarlo así intentó. pelotones formados y en la veredas se los acababan. Fue acusado en la Defensa Esta vez le tocó al general Silvestre Castro de estar en combinación combatir a los vidalistas, en una visita que con las fuerzas vidalistas estuvo haciendo a la ciudad de Atoyac que estaban en rebelión. acompañando al jefe de operaciones del estado Siguió fraguando en su mente de Guerrero, general Claudio Fox, éste se dio calenturienta el rencor cuenta de la popularidad de la cual gozaba El y al trasladarse hacia Ayutla Cirgüelo, por eso decidió matarlo, lo que logró al fin su plan consiguió. el 9 de diciembre de 1926, en Ayutla de los Caballo corre caballo Libres, cuando El Cirgüelo cayó en una cuenta bien lo que pasó emboscada preparada por su jefe inmediato, a San Jerónimo el Grande muriendo así uno de los hombres más Tecpan, San Luís y la Unión. valientes que ha dado el pueblo de Atoyac. A Castro, Obregón le confirió el cargo de A Petatlán y Acapulco y por toda la región general y lo nombró jefe de los batallones de El Cirgüelo ya fue muerto voluntarios de las Costas, pero al levantarse víctima de una traición. Amadeo Vidales en la sierra de Atoyac y debido a la deserción de voluntarios a favor de ese movimiento, fue asesinado en los Valles de Tlalapa, el 9 de diciembre de 1926. Un dato que hay que resaltar, cuando murió Silvestre Castro en Ayutla, el general Héctor F. López era gobernador de Guerrero. Por lo que no se descarta su participación en el complot. Otro atoyaquense, el general Santiago Nogueda Radilla era el jefe de la plaza de Pátzcuaro, Michoacán, aprehendió a Valente de la Cruz Alamar y ordenó su fusilamiento el 14 de septiembre de 1926.
Mientras los vidalistas que se refugiaban en la espesura de la selva cafetalera asestaron diversos golpes a la fuerza federal, uno fue el 28 de octubre de 1926, fecha en que se da un encarnizado combate en el que los vidalistas derrotaron a la fuerza del mayor Lázaro Candelario. Al verse copados por el gobierno federal los rebeldes optaron por hacer ataques El 17 de octubre de 1953 se esporádicos y el 2 de abril un grupo de publica en el Diario Oficial el rebeldes encabezados por Pablo Cabañas se decreto del voto femenino. enfrentaron a tiros con soldados de la 3 de julio de 1955. Se efectuaron federación en El Interior. Luego el 21 de elecciones para diputados federales y por primera vez, las septiembre de 1927, muere el Presidente mujeres pudieron votar en Municipal, Eligio Laurel, al enfrentarse a tiros México. con el rebelde Gabino Navarrete Juárez. El 8 de diciembre los vidalistas atacaron a las fuerzas federales acuarteladas en Atoyac, en un combate que duró cuatro días. El 11 de abril de 1928, utilizando la fuerza de 3 batallones, y un grupo de voluntarios los federales lograron desalojar a los vidalistas de su cuartel general conocido como El Fortín del Cerro Plateado. El 24 de enero de 1929, Amadeo Vidales depone las armas y en la primera quincena de julio de 1929, se indulta el rebelde vidalista, Pascual Nogueda Radilla. Al darse el indulto de los rebeldes el Presidente de la República Emilio Portes Gil les entregó tierras en Cacalutla, cerca de Atoyac, donde establecieron la colonia Agrícola “Juan R. Escudero”. Sin embargo los problemas políticos continuaron y el 27 de mayo de 1932 muere asesinado el General Amadeo Sebastián Vidales Mederos en la Ciudad de México. Quedando al frente de la colonia Feliciano Radilla Ruíz. Haciendo una recapitulación hasta aquí los dos jefes revolucionarios de la lucha contra los delahuertistas, Silvestre Castro y Valente de la Cruz, fueron asesinados por el gobierno que ellos defendieron con las armas en la mano. Pablo Cabañas volvió a tomar las armas a favor del Plan de Veladero y se mantuvo en la sierra para finalmente amnistiarse e irse a vivir a la ciudad de México. Los revolucionarios que participaron en el plan del Veladero, formaron la colonia Juan R. Escudero en Cacalutla, la cual se disolvió después de la muerte de Amadeo Vidales en 1933. El coronel Alberto González, se hacía cargo del sector militar en Atoyac a principios del mes de mayo de 1929. El rebelde vidalista Pascual Nogueda Radilla seguía alzado en la sierra y el 28 de mayo atacó a los voluntarios en la compuerta del canal de la fábrica de Hilados y tejidos del Ticuí. Pascual Nogueda al ser perseguido por las fuerzas del coronel González solicitó la intervención de su tío el general Santiago Nogueda Radilla para que le tramitara el indulto ante el Presidente de la república Emilio Portes Gil26. Luego en la primera quincena de julio Nogueda entregó las armas en Corralfalso. Haciendo un recuento, los principales jefes mariscalistas murieron de manera violenta. Mariscal murió asesinado en Zinagua Michoacán; Silvestre Castro en los Valles de Tlalapa en Ayutla; Arnulfo Radilla fue asesinado en Loma Larga por Pablo Cabañas. Antes ya habían quedado en el camino Julián Radilla Hernández que dejó de existir el 6 de marzo de 1916, en San Jerónimo a consecuencias de las heridas que sufrió en combate. Dimas Fierro falleció el 11 de marzo de 1918, en Acapulco combatiendo contra Maycotte. Julio Pérez fue fusilado por órdenes de Arnulfo Radilla el 30 de mayo de 1918, cuando este jefe mariscalista se enteró que pensaba indultarse. 26
Wilfrido Fierro Armenta, p. 58.
Mientras el general Canuto Reyes, después de la muerte de Mariscal se reconcentró en Atoyac para atender sus negocios, se le recuerda con desagrado, pues era evangélico y se burlaba de las peregrinaciones a la virgen de Guadalupe. Alberto González después de retirarse del ejército, ocasionalmente visitaba a sus familiares en Atoyac, se quedó a vivir en la ciudad de México donde murió. Santiago Nogueda Radilla quien al iniciarse la revolución era enemigo personal de Mariscal, de Julián Radilla y de Tomás Gómez, sobrevivió al conflicto y después de retirarse del ejército también se quedó a vivir en la ciudad de México donde falleció. Pablo Cabañas Macedo, quien después participará en el movimiento del Plan del Veladero también se fue a vivir a la ciudad de México donde murió el 26 de diciembre de 1957. Su hermano Pedro se quedó a vivir en San Vicente de Benítez donde ejerció un cacicazgo por muchos años. Después de todo lo anterior podemos concluir sobre cuales fueron los aspectos que marcaron los acontecimientos de la revolución en Atoyac, entre ellos, las relaciones de parentesco que tenían los dirigentes, las enemistades que había entre ellos, la participación en el movimiento del Plan del Zapote que se enfrentó a la estructura del poder local. PERSONAJES DE LA REVOLUCIÓN GENERAL SILVESTRE MARISCAL GONZÁLEZ El pueblo de Atoyac dio a la guerra de independencia muchos hombres que lucharon por heredarnos una patria, destacaron los generales Juan Álvarez Hurtado, Cesáreo Ramos y Luis Pinzón. En la revolución maderista de 1910, la participación más destacada fue la de Silvestre G. Mariscal, quien después pasó a ser contrarrevolucionario y gobernador carrancista, para finalmente morir en una emboscada en Zinagua Michoacán, el 31 de mayo de 1920. Su padre fue Julián Mariscal Dionisio y su madre Encarnación González de quien adopta la “G” que escribía enmedio de su nombre. Nació en Atoyac el 31 de diciembre de 1870. Silvestre G. Mariscal, quien llegó a ser gobernador del estado, recibió su educación primaria en la Escuela Real de niños de Atoyac y posteriormente se inscribió en el Instituto Científico Literario del Estado en Chilpancingo en donde se graduó como maestro normalista. Debido a los bajos sueldos de los profesores prefirió emplearse en la casa comercial de Manuel Bello instalada en el puerto de Acapulco. Allí trabajó como tenedor de libros, que sería ahora equivalente a contador privado. Al decaer esa casa comercial Mariscal vuelve a concentrarse en Atoyac. Fue maestro y llegó a ser director de las escuelas primarias de Atoyac y Tecpan por pequeños periodos. En 1908 fue administrador de correos y síndico procurador municipal. Durante el movimiento revolucionario de 1910, en la Costa Grande, los maderistas fueron encabezados por Silvestre Mariscal —a quien Renato Ravelo considera miembro del grupo dominante de Atoyac, pues su esposa Eloísa García, junto con Canuto Reyes, Germán Gómez, Herman Ludwing, Gabino y Andrés Pino, poseían en sociedad un predio al que llamaron “indiviso” de 31 mil 722 hectáreas. Al parecer Silvestre Mariscal participó en el movimiento que encabezó Rafael Castillo Calderón; ya que en sus memorias dice que conoció los minerales de Cuautla, Morelos, cuando salió del estado por motivos políticos: “yo conocí esos minerales en 1900 cuando salí del estado por cuestiones políticas cuando era gobernador el coronel Antonio Mercenario”.
Lo anterior parece confirmarlo José Manuel López Victoria quien dice “Por su parte Silvestre Mariscal estaba de regreso en Atoyac de Álvarez y se mostró decidido partidario de la revuelta armada. Había estado en Ciudad Juárez con intenciones de cruzar la línea divisoria con los Estados Unidos del Norte para tramitar una herencia que iba a recibir de una dama que fue oriunda de aquel país; pero se detuvo a saludar al licenciado Rafael Castillo Calderón, que tiempo atrás figurara como candidato independiente al Gobierno del Estado de Guerrero y el antiguo oposicionista le dijo: “¡Váyase a la costa a reclutar gente, porque la revolución va a estallar y tenemos que hacer soldados al servicio de la causa del pueblo!” También está el antecedente que el 8 de abril de 1901 fue lanzado en Atoyac un manifiesto revolucionario redactado en Mochitlán. Los rebeldes exigían el derecho del pueblo a votar libremente en las próximas elecciones y aseguraban que respetarían a todos los terratenientes, extranjeros, viajeros y al pueblo de Guerrero en general. La proclama del plan fue seguida por un levantamiento armado en la región de Mochitlán-Petaquillas dirigida por un terrateniente amigo de Castillo Calderón, Anselmo Bello. Por los datos anteriores, concluimos que la participación de Mariscal en el movimiento revolucionario en el estado no inició en 1910, si no 10 años antes en el movimiento cívico y después armado de Castillo Calderón. Wilfrido Fierro Armenta menciona que el profesor Silvestre G. Mariscal fungía entonces como administrador de correos y fue invitado a encauzar el movimiento por el propagandista del Centro Revolucionario Maderista Octavio Bertrand. Por separado y a través de la correspondencia, Julián Blanco invitaba a unirse a la causa a los comerciantes Canuto Reyes, Gonzalo García y Alberto González, quienes por temor a perder sus intereses no se atrevieron a hacerlo, si no que hasta mucho después se fueron a engrosar (las filas revolucionarias) los señores González y Canuto Reyes. Según López Victoria como resultado de un basto complot patrocinado por el profesor Silvestre G. Mariscal, quien fuera síndico de Atoyac de Álvarez, la región de la Costa Grande era un semillero de agitaciones amamantadas por el señor Arnulfo Radilla, vecino de San Jerónimo y lugarteniente del maestro de escuela en la lucha armada próxima a desatarse en grandes proporciones por esos contornos. De acuerdo a Andrea Radilla: “No hay indicios de que Mariscal haya sido un ranchero próspero como suele calificarse, mucho menos cacique, cuando encabezó el levantamiento de la Costa Grande, después se convirtió en cacique a la luz del movimiento armado, de los puestos públicos que ocupó y la fuerza política y militar que logró monopolizar. Logró cooptar adeptos para participar en la revolución, por su carisma, relaciones profesionales, de vecindad y de amistad”. No era de la clase desprotegida su patrón en Acapulco fue Manuel Bello, dueño de la fábrica textil La Perseverancia, de Atoyac. Su tío, Inés D. Mariscal, había sido alcalde ocho veces. Pero el paso más firme en su ascenso social fue su matrimonio con Eloísa García, originaria de Tecpan y dueña, junto con otros cuatro copropietarios, de un latifundio de más de treinta mil hectáreas. Según Francisco A. Gómezjara, Mariscal invitó a levantarse en armas a Julián Radilla, ganadero y propietario de terrenos que aumentó con el arriendo de 200 hectáreas de la hacienda de Corral Falso, propiedad de la familia Galeana. Julián Radilla recibió una carta de Mariscal en la que le aseguraba que “unirse al movimiento de ‘Viva Madero’ es la oportunidad para eliminar a los hacendados y obtener ganancias”. Convencidos ambos del futuro que les aguardaba se lanzaron a la lucha armada en abril de 1911, al mando de 800 a 1000 hombres, de los cuales 300 estaban armados. En realidad el Ejército Federal era reducido en la región y pronto lograron dominarlo: lo primero que realizaron fue un supuesto reparto agrario, al fraccionar la Hacienda de Cabañas, de cuyas tierras se quedaron con la mayor parte.
Mariscal era mestizo, bajo de estatura y muy delgado, con cara enérgica, portaba uniforme kaki y polaina de cuero negro, según Ignacio Martínez y Gabino Olea. Sin duda la vida de Silvestre Mariscal fue muy controvertida, muchos historiadores como Moisés Ochoa Campos, Vicente Fuentes Díaz y Custodio Valverde lo consideran como un chacal sediento de sangre, que enlutó muchos hogares costeños y del estado. Aunque aquí había que considerar en que momento escribieron sus libros los mencionados historiadores y en que bando militaron durante la revolución. GENERAL SILVESTRE CASTRO GARCÍA, EL CIRGÜELO Silvestre Castro García nació en el poblado El Ciruelar del Municipio de Atoyac de Álvarez, el 31 de diciembre de 1892. Fueron sus padres Marcial Castro y Clemencia García, tuvo como hermanos a Octaviano, Timoteo, María Eugenia y Marcial. Según Otero Galeana, era alto, delgado, cara aguileña, moreno, bigote espeso negro y alacranado, de voz fina, de carácter gentil, estratega por naturaleza en la guerra. Sin haber tenido estudios, apenas sabía leer y muy escasamente podía firmar, leal, honrado y sincero, era valiente hasta la temeridad y noble con los vencidos, además muy popular en todo el estado de Guerrero. Se casó con Ernestina Roldán de Teloloapan, con quien procreó cuatro hijos. Muy joven participó en el ataque al puerto de Acapulco el 10 de mayo de 1911, y el 30 de enero de 1913 participó en el sitio de siete días al 30 Batallón en Atoyac, militando bajo las órdenes de Julián Radilla. El Cirgüelo destacó, durante el levantamiento de Julián Radilla y cuando militaba bajo la bandera del huertismo, combatiendo a los constitucionalistas encabezados por Carlos U. Anderson en la zona de la Unión. El 7 de enero de 1914, Silvestre Castro en persona se apoderó del caballo El bandido propiedad de Julián Blanco, que entregó a Mariscal como trofeo. Fue herido en Coyuca el 9 de mayo de ese mismo año durante un ataque de las fuerzas de Julián Blanco. El 27 de septiembre de 1914, derrotó a los blanquistas encabezados por Manuel Villegas en San Jerónimo el Grande, quienes con sólo escuchar “Viva El Cirgüelo” salían despavoridos huyendo rumbo al puerto de Acapulco. Castro como teniente coronel fue asignado a la plaza de Teloloapan, en agosto de 1917 y el 1 de enero de 1918, combatió a Jesús H. Salgado, quien con Baltasar Ocampo, Epigmenio Jiménez y Ciriaco Gómez, tenían en su poder la plaza de Cuetzala del Progreso. El teniente coronel Silvestre Castro partió de Teloloapan y se le unió Crisóforo Ocampo con gente de Izcapuzalco para atacar a los revolucionarios quienes al ser derrotados fueron a refugiarse al campamento de Cacalotepec. Después de esta acción de armas al saber de la detención del general Silvestre Mariscal en la Ciudad de México, Castro abandonó Teloloapan para unirse a sus compañeros mariscalistas de la División del Sur que habían sobrevivido a la masacre y quedaban activos en la Costa. Combatió a Fortunato Maycotte y a Rómulo Figueroa en una lucha que por desorganización de sus compañeros, fue derrotada, por ello a las 9 de la noche del 30 de julio de 1918, El Cirgüelo se presentó en Acapulco de Juárez con sesenta jinetes, para amnistiarse ante Maycotte. Aquí le entrego mi gente con toda su caballada si usted gusta fusilarme soy hombre, no digo nada.
Silvestre Castro llegó a ser coronel de las fuerzas que exigían la liberación del general Silvestre Mariscal, al indultarse ante Maycotte en 1918, este lo quería incorporar a su fuerza, pero él prefirió tomar una embarcación para irse en busca de su amigo el general Joaquín Amaro. A su regreso se entregó por completo a las labores del campo en Cacalutla, donde vivió una vida pacífica hasta enero de 1924, cuando lo fueron a invitar para que abrazara la causa agrarista. Con la integración del Cirgüelo los agraristas se organizaron mejor y lograron ganar la guerra a los delahuertistas, en un combate muy sangriento que se dio en Petatlán el 23 de enero de 1924. Después de limpiar la Costa Grande de Rebeldes, llegó a Teloloapan el 18 de febrero de 1924, con el gobernador del estado Rodolfo Neri; luego partieron hacia la capital de la república, pero al llegar a Zacualpan, estado de México, las fuerzas que encabezaba Silvestre Castro fueron atacadas por el general rebelde Tomás Toscano Arenal, pero a pesar de estar copados los costeños salieron victoriosos y más tarde llegaron a la ciudad de México y se pusieron a las órdenes del general Álvaro Obregón. El Cirgüelo destacó en la lucha agrarista. Más durante el movimiento vidalista le tocó rechazar el ataque al puerto de Acapulco el 7 de mayo de 1926, donde salió lesionado de una pierna. Sin embargo, el general Claudio Fox, jefe de operaciones militares del estado de Guerrero, le agarró mala voluntad por la popularidad que El Cirgüelo tenía en la región y decidió asesinarlo, hecho que se concretó el 9 de diciembre de 1926 en los valles de Talapa de Ayutla de los Libres. El Cirgüelo era un hombre delgadito, alto y valiente, que se metía a los balazos, por eso era respetado. El no mandaba, iba por delante, con su pistola 45 mataba a los federales cuando era rebelde. Así lo recuerda don Juvencio Mesino. GENERAL BRIGADIER PABLO CABAÑAS MACEDO El general brigadier Pablo Cabañas Macedo, nació en la comunidad serrana de El Camarón. Hijo del don Doroteo Cabañas Calderón y Filegonia Macedo Martínez, tuvo varios hermanos de los cuales se recuerdan al coronel Pedro, Julián, Dámaso, Severiano, Tiburcio, Francisco, Feliciana, Elisea, Ramona, Nicolasa y Juana. Se sabe también que tenía un hermano adoptivo que se llamaba Crescencio Pastor. Pablo nació con sangre revolucionaria, pues su padre, fue uno de los capitanes que encabezaron la revuelta armada de 1884, cuando los hermanos Desiderio, Carlos y Rafael Pinzón se levantaron en contra del gobernador Diego Álvarez Benítez. Cuando Heliodoro Castillo atacó Tepecuacuilco el 5 de enero de 1914 y comenzó a operar en la zona centro, en Carrizalillo se le incorporaron los hermanos Pablo y Pedro Cabañas Macedo al frente de 97 revolucionarios con los que concurrieron a la toma de Chilpancingo, el 24 de marzo de 1914. El primero de enero de 1916, Pablo Cabañas participó en la toma de Chilapa. Después de eso con el objetivo de extender el movimiento zapatista, se fue a combatir, junto con su hermano, a la Costa Grande, en Atoyac tuvieron un encuentro en La Cumbre donde Cabañas venció a los mariscalistas al mando de Antonio Paco Navarrete. En marzo de 1916, los Cabañas intentaron tomar Tecpan pero fueron expulsados por Irineo Fierro y luego regresaron por el rumbo de Tepecoacuilco. En Julio, Pablo Cabañas volvió a unirse a Heliodoro Castillo para atacar Chichihualco donde fueron rechazados por los federales al mando del teniente coronel Fidel Nogueda Radilla. Acompañando a Heliodoro Castillo, Pablo Cabañas concurrió al combate de Chilapa el 26 de enero de 1917. Castillo perdió la vida el 13 de marzo de 1917, Pablo Cabañas que estaba en su estado mayor nada pudo hacer para salvarlo. Después de la muerte de Castillo, Pablo
Cabañas marchó con su gente a Morelos para ponerse a las órdenes de Emiliano Zapata, quien lo comisionó para que viniera a la costa a seguir la revolución, de acuerdo con el Plan de Ayala y recibió, directamente de Zapata, el nombramiento de General Brigadier. En el combate de Mayanalán el 28 de noviembre de 1917, Pablo Cabañas al frente de los zapatistas salió herido del brazo izquierdo. El 30 de enero de 1918 a las seis de la mañana, rebeldes zapatistas al mando de Victoriano Bárcenas y Pablo Cabañas vencieron a los carrancistas de Sabana Grande y Tonolapan, después de seis horas de combate, le hicieron al enemigo 19 muertos, 28 heridos y le quitaron armas y municiones. El 17 de marzo de 1918, Cabañas aliado transitoriamente a los mariscalistas, que coquetearon con Zapata, concurrió a la toma de Acapulco, acompañando a las tropas de Arnulfo Radilla y del Cirgüelo, tomaron por sorpresa a los carrancistas que se quedaron sin mando porque Maycotte corrió a esconderse en el Fuerte de San Diego. Ese día los costeños se apoderaron de 160 mil pesos de la aduana, dinero que estaba destinado para pagar a las tropas carrancistas. Participó en el combate de La Cumbre en julio de 1918 acompañando a las tropas de Silvestre Castro. En un episodio muy triste de nuestra historia, y en respuesta a una trampa preparada por los mariscalistas, el 12 de enero de 1919, Pablo Cabañas ajustició a Arnulfo Radilla Mariscal en el paraje conocido como la Loma Larga. Pablo Cabañas se sumó en su momento a las huestes de Jesús H. Salgado y combatió con él por el rumbo de Tierra Caliente, igual que acompañó a Heliodoro Castillo en su incursión por Michoacán. Después de apartarse de Salgado, Pablo Cabañas se refugió en San Vicente de Benítez, pero hasta allá lo fue a combatir el coronel Antonio Reyes que lo atacó en su campamento y lo obligó a refugiarse en lo alto de la sierra. Después de la muerte de Carranza el general Cabañas se sumó a las filas obregonistas e iba a llevar sus tropas de Iguala a México pero Rómulo Figueroa les negó el tren e intentó matar a Cabañas, pero éste se disfrazó de campesino morelense y se fue solo a la ciudad de México. Al no encontrar a Pablo, Figueroa como Jefe de Operaciones Militares en el Estado de Guerrero, tuvo que licenciar las tropas de Cabañas para que regresaran a su tierra, el 24 de marzo de 1921, cada soldado recibió 100 pesos en efectivo. Pablo Cabañas fue el revolucionario costeño que nunca cambió de bandera, en un momento apoyó a los mariscalistas porque estos prometieron apoyar al Plan de Ayala. Este revolucionario atoyaquense volvió a la región al proclamarse el Plan del Veladero el 6 de mayo de 1926, por lo que participó en el ataque de Acapulco el 7 de mayo de ese mes y luego atacó Xaltianguis donde sus fuerzas colgaron al español Antonio Rubio. Cabañas concurrió con Amadeo Vidales a la toma de San Jerónimo el 27 de noviembre de 1926, en cuya acción murió Ignacio Severiano, propietario de la Hacienda la Tachuela. Después de estas andanzas en defensa del Plan del Veladero, el 20 de febrero de 1929 se presentaron en Atoyac, Pablo Cabañas, Pablo Herrera y sesenta y dos revolucionarios quienes entregaron 18 máuseres y veinte carabinas. Con la entrega de Cabañas y su gente se amnistiaron un total de 497 vidalistas que entregaron 385 armas de distintos calibres. Pablo Cabañas junto a sus hermanos Pedro y Tiburcio se vieron forzados a sumarse a la revolución, luego de dar muerte a unos forajidos que quisieron abusar de sus hermanas y mataron a su padre Doroteo Cabañas. Sin embargo, este acontecimiento provocó que surgiera el general revolucionario más consecuente que dio el municipio de Atoyac. Pablo Cabañas Macedo murió el 26 de diciembre de 1957 en la ciudad de México donde está sepultado. DIPUTADO FELICIANO RADILLA RUIZ
En 1922, cuando las mejores tierras de la región estaban en unas cuantas manos, cuando las mujeres y hombres eran explotados en las haciendas de la región con largas jornadas de trabajo, cuando los pobres eran tratados despóticamente como “indios” sin tener la menor oportunidad de educación y de progreso. Cuando Zapata había sido asesinado en Chinameca y cuando parecía que ya nadie defendía al campesino pobre. Surgió la figura de Feliciano Radilla Ruíz. Chano como le decían de cariño, nació en la comunidad de Boca de Arroyo el 28 de septiembre de 1898. A sus 24 años ya era un agrarista de tiempo completo y organizó a los solicitantes de tierras. Junto a Valente de la Cruz, los hermanos Amadeo y Baldomero Vidales, David Flores Reynada y Manuel Téllez, siguieron las ideas de Juan R. Escudero difundidas en el periódico Regeneración. Feliciano Radilla tuvo que tomar las armas para defender al pueblo de las bandas de pistoleros, organizados por los hacendados, mal llamadas guardias blancas, quienes asesinaban a los líderes agraristas como sucedió con Manuel Téllez Castro. En sus primeros pasos como revolucionario combatió al gobierno federal en defensa del Programa Agrario que enarbolaba el profesor Valente de la Cruz. En octubre de 1923, cuando fue asesinado Manuel Téllez, Chano Radilla se fue a la sierra junto a don Alberto Téllez para iniciar la primera revolución agrarista en la Costa Grande, al final de ella y por su valentía obtuvo el grado de coronel. Al no lograrse el reparto de tierras volvió a tomar las armas el 6 de mayo de 1926, cuando junto a Pablo Cabañas apoyaron El Plan del Veladero proclamado por el general Amadeo Vidales, en el cual se pedía la expulsión de los españoles explotadores y el reparto agrario, para todos los campesinos que necesitaban un pedazo de tierra para sembrar. Como gestor, con Amadeo Vidales fundó la cooperativa “Ambas Costas” en La Sabana y posteriormente la colonia agrícola Juan R. Escudero en Cacalutla. Fue fundador de la Liga de Comunidades Agrarias de Guerrero, promotor de campaña de Lázaro Cárdenas y fundador de la Unidad Agraria de la Sierra Cafetalera de Atoyac. Fue diputado federal y era candidato a senador cuando fue asesinado el 8 de febrero de 1940, por el sicario Antonio Nogueda, en el Hotel México, de la ciudad de Chilpancingo. El asesino actúo por órdenes del gobernador Alberto F. Berber, quien estaba a favor de los terratenientes y era enemigo declarado del agrarismo. El hecho se consumó a sólo tres meses de que el general Cárdenas en su calidad de Presidente de la República firmara el acta de resolución para el deslinde que creó la Unidad Agraria de Atoyac. Feliciano Radilla luchó con las armas en la mano exigiendo el reparto de tierras. En el tiempo que sólo cuatro grupos de propietarios eran dueños de más de 100 mil hectáreas de 186 mil que tenía el municipio en ese entonces. Además de que tres empresas de españoles tenían el control del comercio costero y transporte marítimo, quienes poseían dos fábricas textiles, en El Ticuí y Aguas Blancas. Nuestro líder agrario pudo haberse quedado en la comodidad de su hogar en Boca de Arroyo, pues logró tener cierto acomodo económico apoyando el trabajo de su padre. Pero eso no le impidió luchar enfrentándose a los malos gobernantes aliados de los terratenientes. Siguió el ejemplo de Juan R. Escudero, a quien quiso salvar yendo al frente de un grupo de revolucionarios atoyaquenses para protegerlo en la sierra de Atoyac. No logró su cometido porque la madre del líder obrero, doña Irene Reguera se lo impidió. Feliciano regresó a la sierra de Atoyac con las manos vacías. Y al poco tiempo los hermanos Escudero serían asesinados por las guardias blancas al servicio de las casas comerciales españolas en el puerto de Acapulco. Feliciano Radilla convenció a Silvestre Castro, El Cirgüelo para que abrazara la causa agrarista y participó en el combate de Petatlán que marcó el triunfo de la causa agraria en La Costa Grande.
La lucha de Feliciano lo llevó a recibir de manos del presidente Álvaro Obregón el grado de Coronel. Luego junto a Vidales proclamó el Plan del Veladero y heredó las ideas del cooperativismo de Juan R. Escudero, como lo demostró creando la colonia Agrícola de Cacalutla, que llevaba el nombre del líder obrero asesinado. Abrazó la convocatoria del general Adrían Castrejón para crear El Partido Socialista del Estado de Guerrero, que planteaba el socialismo como un sistema de organización derivado de la colectividad de los derechos individuales, como sinónimo de humanismo, cuya tendencia agrarista proponía crear la pequeña propiedad acabando con el terrateniente y los terrenos baldíos. La postura del Partido Socialista llevó a Feliciano Radilla a propugnar tenazmente por la solución del problema agrario. Fue un hombre que se adelantó a su tiempo, que vio en el socialismo la salida a la miseria que vivían los campesinos. Defensor del municipio libre, cuando se opuso a las reformas del gobernador Gabriel R. Guevara que les quitaba autonomía a los ayuntamientos y el manejo de los recursos. Un congreso campesino que se llevó a cabo en Iguala, comisionó a Feliciano Radilla para que recorriera el estado, organizando a los solicitantes de tierra y buscando apoyo para la candidatura del General Cárdenas, convirtiéndose así en coordinador de esa campaña presidencial en Guerrero. Por fin después de 20 años de lucha el 8 de noviembre de 1939, el presidente Cárdenas firmó el Acta de Posesión y Deslinde que estableció la expropiación de 80 mil 436 hectáreas de tierra, que estaban en manos de los terratenientes, con lo que se creó la Unidad Agraria de Atoyac. Feliciano Radilla fue un gran atoyaquense. Un revolucionario honesto, pero además un político de avanzada, que se adelantó a su tiempo, defensor del municipio libre, pionero en la equidad de género y promotor de un socialismo humanista derivado de la colectividad. Por eso fomentó la formación de cooperativas, la formación de ejidos colectivos e hizo posible que el general Cárdenas entregara a los obreros la fábrica de Hilados y Tejidos del Ticuí. GABINO NAVARRETE JUÁREZ Gabino Navarrete Juárez fue originario de este municipio, donde nació el 12 de mayo de 1890. Sus padres fueron Homobono Navarrete y Natalia Juárez Serrano. A sus 20 años se sumó como maderista y participó en la toma de Atoyac el 26 de abril de 1911, al mando del general Silvestre Mariscal y después se incorporó al zapatismo con Pablo Cabañas, continuó bajo el mando de los generales (Encarnación) “Chon” Díaz, transitoriamente combatió a lado de Julián Blanco y Gregorio Mora. En Morelos luchó al lado del general Zeferino Ortega El Mole y otros oficiales zapatistas. En 1923 y 1924, cuando estalló la rebelión delahuertista en la Costa Grande, don Gabino, ya con el grado de coronel, volvió a levantarse en armas, apoyando al general Álvaro Obregón. Participó al frente de un grupo de agraristas, en el ataque a la ciudad de Atoyac el 23 de diciembre de 1923 y durante el movimiento del Plan del Veladero combatió fuertemente al gobierno por el rumbo del interior. En un enfrentamiento con los rebeldes de Gabino Navarrete Juárez, murió el Presidente Municipal Eligio Laurel, en el barrio del alto de la comunidad de El Ticuí. Durante la campaña para su reelección en 1927, el general Obregón le pidió a don Gabino que se levantara en armas en favor de su causa en el estado de Guerrero. Dado que ya se conocían y había una amistad entre ellos, don Gabino aceptó la propuesta y apoyó a Obregón en su propósito de ocupar nuevamente la presidencia de la república. Aspiración que le fue truncada al ser asesinado en el año siguiente.
Don Gabino era un hombre de carácter muy tranquilo, sin embargo, al terminar la revolución, enfrentó graves dificultades personales en su tierra natal, por lo que tuvo que emigrar hacia Morelos. Ahí dedicó los últimos años de su vida a la cría de gallos de pelea. Por lo que era popularmente conocido como El Gallero. Don Gabino falleció a los 105 años de edad en Acatlipa, municipio de Temixco, Morelos, el 17 de octubre de 1995. (Datos tomados de Plutarco Emilio García Jiménez, Tierra Arrasada, la memoria negada de los compañeros de Zapata, pp. 58-59) GENERAL TOMÁS GÓMEZ CISNEROS Nació en el Arenal Primero, el 7 de marzo de 1875, era caballerango de la hacienda que los españoles de la familia Fernández tenían en los Arenales. No está claro en que momento se sumó Tomás Gómez a la revolución, sólo se sabe que estando en Coyuca de Benítez junto con Pablo Vargas decidieron no acompañar a Mariscal en la toma de Acapulco, se fueron a Dos Caminos con Manuel Villegas y Miguel Serrano al mando de 200 hombres de la costa para unirse a Julián Blanco que se había propuesto tomar la ciudad de Chilpancingo. Estuvo permanentemente en contra de Silvestre Mariscal, aunque igual que Mariscal fue un militar que estuvo siempre hacia donde soplaran los vientos y su dependencia de las casas comerciales fue más que clara. Con fecha 12 de julio de 1903, en Tomás Gómez fue maderista, apoyó a el punto denominado Huertecillas Victoriano Huerta y se sumó al del municipio de Atoyac fue constitucionalismo cuando ya las tropas de herido el individuo Santiago Nogueda con arma cortante y de Carranza habían expulsado a las de Huerta en manera alevosa por Tomás la Ciudad de México. Por órdenes de las casas Gómez, vecino del Arenal comerciales españolas del puerto se dedicó a Primero. (Periódico Oficial del perseguir a Mariscal. estado de Guerrero. No. 43. Chilpancingo, viernes octubre de 1903, p. 4)
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de
Caballito Blanco sácame de este arenal que me vienen siguiendo las tropas de Mariscal.
Los cronistas de Acapulco recuerdan que el 8 de julio de 1914, Tomas Gómez abandonó el puerto de Acapulco y se dirigió a la Garita de Juárez, en unión de Manuel Villegas, era huertista y ese mismo día se convirtió al constitucionalismo y le abrió las puertas de la ciudad a Julián Blanco que entró a las 6 de la tarde al puerto. En esa ocasión las fuerzas constitucionalistas de Guerrero marcharon rumbo a Chilpancingo, plaza que querían recuperar porque estaba en manos de los zapatistas, fue en esa acción cuando Santiago Nogueda Radilla, quien desde años atrás estaba enemistado con el Brigadier Tomás Gómez, el 24 de diciembre de 1914, ordenó al coronel Desiderio Villegas que lo matara, por lo que lo asesinó a mansalva, en la cercanías de Chilpancingo, en el lugar conocido como el Salto de Valadés, entre las poblaciones de Mazatlán y Petaquillas. Dentro del historial de Gómez se conoce que siendo caballerango de la hacienda de los Fernández en los Arenales, hirió de una puñalada a Santiago Nogueda en 1903. Aun con este antecedente el asesinato siempre se le atribuyó a Mariscal, quien también era enemigo personal de Santiago Nogueda Radilla.
LOS CÍVICOS Corrido a Caballero Aburto Voy a cantar un corrido del estado de Guerrero los robos han suspendido desde que entró Caballero. Cuando el Caballero vino todos los ricos decían que les iba hacer la limpia de todos los asesinos. Empezaron a matar del estado de Guerrero acabó con Atoyac un pueblo de los primeros. De la cárcel de Atoyac la policía los sacó pasando La Trozadura Tibe Paco los mató. Los llevaban amarrados de seguro con buena reata pero más atrás llevaban a su amigo Delfino Mata. Pablo González al morir Delfino dame tu mano yo te quiero como amigo y te estimo como hermano. Adelante de Alcholoa al pasar El Charco Largo mataron a un gallo fino se llamó Fermín Gallardo. Esos dos que se escaparon por un hombre de copete yo se los voy a nombrar los hermanos Navarrete. El año 57 presente lo tengo yo de todos los asesinos sólo Juan Ponce quedó. El que los asesinaba su nombre voy a nombrar él se llama Adrián Navarro jefe de la Judicial. Más en fin ya me despido con sentimiento y dolor comenzaron con los Mata y acabaron con La Blanca Flor.
El gobierno de Raúl Caballero Aburto se caracterizó por ser represor y cometer muchos asesinatos en aras de una supuesta seguridad y justicia en el estado. Se les aplicaba la ley fuga a los presuntos delincuentes. En Atoyac tuvieron fama La Trozadura y El Charco Largo donde fueron ajusticiados muchos ciudadanos de esta ciudad sólo por las sospechas de ser delincuentes o por señalamientos dolosos de algunos vecinos. Caballero Aburto fue quizá el gobernador que más visitas hizo a nuestro municipio durante su mandato. Estuvo aquí muchas veces, inaugurando una jornada médicocientífica, la oficina de la Asociación Local de Cafeticultores, la primera feria del café en San Vicente de Jesús. Asistió a la toma de protesta del presidente municipal, Raúl Galeana Núñez, coronó a la reina del carnaval y se reunió con autoridades de la sierra para planear el arreglo del camino. Lo malo fue que sus visitas fortalecieron a un solo grupo y relegó a otros, lo que provocó inconformidades, al mismo tiempo que la policía judicial y la policía urbana cometían ejecuciones de algunos delincuentes, pero también de muchos inocentes, sin haber algún juicio de por medio. A raíz de todas estas injusticias, se generó un movimiento cívico para exigir la salida de este gobernador represor. Iguala, Acapulco, Chilpancingo y Atoyac fueron los principales centros de actividad política de esta inconformidad. A las dos de la tarde del 25 de septiembre de 1959 se dio en Atoyac el primer mitin en contra de Raúl Caballero Aburto, organizado por el Frente Reivindicador de la Juventudes Guerrerenses, el acto se llevó a cabo en la plaza municipal, donde los jóvenes oradores denunciaron las injusticias cometidas en contra del pueblo en todo el estado. Las uniones populares de arroceros, copreros, ajonjolineros constituyeron la Asociación Cívica Guerrerense (ACG) el 22 de octubre de 1959, naciendo así el principal núcleo de la lucha, a esto se sumó la huelga estudiantil contra el rector de la Universidad
Autónoma de Guerrero, Alfonso Ramírez Altamirano que inició el 20 de octubre de 1960. De ahí se vinieron una serie de movimientos que frente al palacio de gobierno de Chilpancingo exigían la salida del gobernador y la desaparición de poderes, con la participación de la ACG, el Partido Obrero Campesino Mexicano y el Frente Zapatista de la República. Luego 34 organizaciones de productores, entre ellas algunas atoyaquenses en octubre de 1960 enviaron al Congreso de la Unión un documento donde acusaban a Caballero Aburto de homicida y de atacar las garantías constitucionales. Al medio día del 11 de diciembre en Atoyac, se llevó a cabo una manifestación organizada por el “Frente Revolucionario Zapatista” la policía intentó disolver la manifestación, disparó contra la multitud, resultó herido Leonides Bello y hubo muchos líderes detenidos entre ellos el estudiante de la normal rural de Ayotzinapa, Lucio Cabañas Barrientos. La gente se organizó y se instalaron en protesta permanente hasta que lograron la liberación, de los dirigentes detenidos. Al día siguiente el 12 de diciembre a las 8 de la noche hubo otra manifestación en contra de Caballero, quien visitó por última vez el 16 de diciembre esta localidad. Mientras en Chilpancingo desde el 25 de noviembre de 1960 el ejército había sitiado las instalaciones de la universidad y dispersado la asamblea permanente frente al palacio de gobierno. El régimen mostró su intolerancia el 30 de diciembre de ese año cuando el ejército masacró una manifestación popular en Chilpancingo donde hubo 13 muertos y 37 heridos. Después de la masacre perpetrada por órdenes del gobernador Caballero Aburto, el Congreso de la Unión decretó la desaparición de poderes y designó a Arturo Martínez Adame, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, gobernador interino. Después de la caída de Caballero Aburto, en todo el estado el pueblo tomó los ayuntamientos, en Atoyac hicieron lo mismo y nombraron a don Rosendo Téllez Blanco como alcalde y como comandante de la policía a Regino Rosales de la Rosa. El 2 de diciembre de 1962, se realizaron elecciones estatales para renovar los poderes del Estado; la ACG participó con José María Suárez Téllez como candidato a gobernador pero el PRI les hizo un escandaloso fraude, por lo que se inició un movimiento poselectoral en todo el estado. El 31 de diciembre de 1962, en Iguala hubo una parada cívica, encabezada por Genaro Vázquez Rojas y José María Suárez Téllez, el ejército y los policías agredieron a los manifestantes que exigían la presentación oficial de los resultados electorales, hubo 6 muertos, 23 heridos y 196 aprehendidos, después de esto el gobierno culpó a Genaro Vázquez Rojas de la muerte de un policía. La Liga Agraria Revolucionaria del Sur “Emiliano Zapata”, se fundó en el Ticuí en un congreso que se llevó a cabo los días 20 y 21 de marzo de 1963, quedó Antonio Sotelo como Secretario General. A principios de 1964 los cafetaleros se reunieron en El Paraíso, fundando la Unión de Productores Independientes del Café (UPIC) y nombraron como dirigente a Pedro Contreras Javier. El 4 de julio de 1965 se llevó a cabo un congreso conjunto de la Liga Agraria del Sur “Emiliano Zapata”, la Asociación Cívica de Guerrero y la Central Campesina Independiente. El Congreso se pronunció por las libertades democráticas, el reparto de latifundios y la organización independiente de los campesinos. El Congreso se efectuó en El Ticuí. Uno de los principales activistas de ese evento fue don Rosendo Radilla Pacheco y Pedro Contreras Javier, quienes junto a otros 18 cívicos eran miembros de la dirección estatal de la Liga Agraria Revolucionaria del Sur “Emiliano Zapata”. El 5 de diciembre de 1965, se realizaron elecciones para renovar ayuntamientos y Cámara de Diputados, bajo el gobierno de Raymundo Abarca, los cívicos volvieron a participar. Casi todas las manifestaciones que el pueblo realizaba eran reprimidas, por eso en abril de 1966 se constituyó el Consejo de Autodefensa del Pueblo con un programa de siete puntos:
1.- Por un régimen popular de obreros, campesinos, intelectuales patriotas y estudiantes; 2.- Por la planificación científica de la economía; 3.- Por el rescate de la riqueza minera; 4.- Por el respeto de la vida política sindical, ampliación de los derechos obreros; 5.- Por el reparto de los latifundios; 6.- Ampliación de la Reforma Agraria; 7.- Desarrollo cultural del Pueblo. La persecución contra los líderes del movimiento siguió y el 9 de noviembre de 1966, secuestraron a Genaro Vázquez Rojas en la ciudad de México cuando salía de las oficinas del Movimiento de Liberación Nacional, gracias a que Fausto Ávila Juárez se percató del secuestro y avisó a los líderes del movimiento fue que Genaro salvó su vida, mientras esto sucedía en Guerrero se fortalecía el movimiento estudiantil universitario contra el rector Virgilio Gómez Moharro apoyados por la normal rural de Ayotzinapa. Genaro Vázquez Rojas estuvo preso en el penal de Iguala donde a los pocos días intentaron asesinarlo. Por ello, el 22 de abril de 1968, el primer comando armado de la Asociación Cívica Guerrerense, liberó a Genaro de la cárcel de Iguala. Este comando estuvo integrado por siete miembros de los cuales cuatro eran atoyaquenses. Roque Salgado Ochoa comandó el grupo del rescate, en el que estaban José Bracho Campos, Filiberto Solís Morales y los atoyaquenses Ceferino Contreras Ventura, Pedro y Donato Contreras Javier y Abelardo Velázquez Cabañas. De esos siete murieron dos Filiberto y Roque. Salieron heridos Ceferino Contreras y José Bracho. “Este grupo que llamábamos Comando Armado Vicente Guerrero fue preparado para rescatar a sangre y fuego a Genaro de las garras del estado. Genaro, planeó la estratagema siguiente; fingir un dolor de muela, para que lo trasladaran a una clínica dental que se encontraba a unos 200 metros de la cárcel. El primer intento no dio resultado porque muchos niños que salían de la escuela ‘Herlinda García’, estuvieron en peligro de perder sus vidas”27. La segunda vez, “Cuando la policía conducía al compañero Genaro, el comandante Roque Salgado le marcó el alto y le ordenó que dejaron en libertad al reo, pero la policía en forma imprudente, empezó a disparar contra los cívicos; el comando armado contestó el fuego y se trabó un tiroteo”.28 Las cosas estuvieron así, “a las diez y media de la mañana Vázquez Rojas salió de la prisión custodiado por el sargento de la policía urbana Librado Mendoza Espino y el policía José Rodríguez Flores, así como el agente de la judicial Maclovio Salgado Ocampo”29, quienes fueron encargados de llevarlo al centro de salud. El enfrentamiento con la policía duró como siete minutos. El grupo, ya con Genaro huyó en una automóvil a toda velocidad, tras de ellos fue el 49 Batallón de Infantería en su búsqueda. Dos secciones al mando del mayor Ángel Román León Pérez. Y en el puente que se encuentra en la prolongación de las calles de Álvarez encontraron un coche, abandonado, modelo 63, marca Ford Galaxie placas 70-70-B, azul oscuro. En ese lugar los estaban esperando con caballos. Huyeron por toda la ribera del río hasta llegar a la colonia Guadalupe, dirigiéndose posteriormente al camino a Huamaxtla30. En su huida las Cívicos cayeron en una emboscada que le tendieron los militares de 49 Batallón Infantería y se dio un sangriento enfrentamiento, el primero de la nueva guerrilla guerrerense. En el tiroteo con militares que se dio en Icatepec, Ceferino Contreras fue herido por un balazo que rebotó de una piedra y prácticamente le hizo pedazos la rodilla. Donato se quedó cuidándolo y lo cubrió con piedras para que los guachos no lo encontraran. Más tarde los soldados dieron con el herido y después de ser detenido en la cárcel le sacaron las Sotelo, p, 139 Sotelo, pp, 139-140 29 Ortiz, Orlando. Genaro Vázquez, Antologías temáticas II, editorial Diógenes, S. A. México, 1972, p, 50 30 Ortiz, p, 53 27 28
esquirlas de la bala que tenía en la rodilla. El enfrentamiento comenzó a las tres de la tarde y ya estaba oscuro, cuando todavía se oía los disparos de los soldados. El resultado final del rescate de Genaro son dos Cívicos muertos, Filiberto Solís y Roque Salgado; dos heridos: Ceferino y José Bracho. Por parte del gobierno; dos policías muertos y no se sabe el número de bajas por parte del ejercito. Con los Cívicos iban dos arrieros que les habían rentado unos caballos uno de ellos también murió en el enfrentamiento y al otro se lo llevaron detenido lo soldados. Al caer en la emboscada de los militares Filibertó murió en los primeros tiros, mientras Roque que estaba herido se quedó peleando hasta morir cubriendo la retirada de sus compañeros. Genaro se perdió en el monte, Pedro con un R-15 y Abelardo con un M-1, alcanzaron hacer fuego, pero fueron Ceferino, Donato y Roque quienes se quedaron a hacer la contención. Pedro sentía como las tecatas de las piedras le daban en el cuerpo, ente la lluvia de balas que les disparaban los soldados. Perdidos en el monte por la noche tenían sed y se ponían arena en la boca para refrescarse. No llevaban agua ni abastecimiento, al siguiente día desde tempranito dos aviones pasaban volando casi rosando el monte. Pedro y Abelardo se escondieron en horno de hacer cal ahí pasaron el día siguiente del enfrentamiento. En la noche fueron a mojar las camisas a un arroyito y a caminar. Los otros combatientes llegaron a tomarse sus propios orines durante la persecución. Habían quedado con Genaro que en caso de una dispersión se iban a reunir en Coatepec Costales. El tercer día, Abelardo y Pedro estuvieron escondidos en una cuevita donde a Abelardo le pico un alacrán y lo trabó. Por la noche volvieron al ojo de agua para mojar las camisas. Como a los cinco días de andar a salto de mata estaban ya estaban muy castigados por el hambre. Desde su escondite vieron pasar a un niño, al que le pidieron que llamara a su papá. El señor les llevó un bastimento con un bule de dos pansas lleno de agua. Este campesino que resultó ser gasquista los llevó a una cueva que él utilizó en un tiempo que anduvo de malas. El bastimento que les llevaba consistía en chile verde de árbol machucado con tortillas. Al sexto día de la fuga de Genaro y del enfrentamiento con los militares, el señor los llevó a su casa, todos en ese pueblito eran gasquistas. Llegaron a la comunidad con los pies pelados y espinados porque traían guaraches. Las piedras y la maleza les habían raido las ropas. Cinco días estuvieron cuidando la entrada al pueblo con las armas en la mano por si iban los soldados y curándose las heridas con sebo caliente. En esos cerros hay muchas espinas. Ya cuando estuvieron curados de sus heridas provocadas por el camino, entonces desarmaron los rifles, los metieron en un costal y se disfrazaron de compradores de cuches. Los fugitivos perdieron la noción del tiempo pero como a los diez días llegaron al pueblo de Coatepec. Llegaron a la fiesta del Santo Patrono, donde Pedro y Abelardo tocaron la guitarra, los recibieron bien les dieron de comer chicharrones, frijoles y mole. Todos estaban borrachos, poca atención pusieron a su condición. El mayordomo de la fiesta, era Cívico y ese era el contacto para llegar hasta Genaro, a quien fueron a ver al amanecer. El líder Cívico estaba tapado con un gabán y tenía los labios reventados, porque en el tiempo que no encontró agua, se pegaba las tecatas de los árboles para calmar la sed y le dañaron los labios. Al día siguiente un guía los llevó hasta pasando El Balsas. Los Cívicos llegaron a tener mucho respaldo popular en Atoyac e Iguala muchas bardas estaban pintadas con consignas “Libertad a Genaro Vázquez”, “Viva la Larsez”, “Vivan los Cívicos”, “Viva la ACG” Ya en la sierra los revolucionarios acordaron cambiarle el nombre a la Asociación Cívica Guerrerense y la llamaron Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR) y el 29 de
diciembre de 1970, esta agrupación guerrillera secuestró a Donaciano Luna Radilla; el rescate, por medio millón de pesos, se pagó el 5 de enero de 1971. Al tensarse la situación la Dirección Federal de Seguridad detuvo a Hilda Flores Solís y el gobierno quiso involucrar al presbítero atoyaquense Ángel Martínez como miembro de ACNR, pero la organización lo desmintió inmediatamente. El sacerdote había servido de mediador para entregar el rescate de Donaciano Luna Radilla. El 19 de noviembre de 1971 la ACNR secuestró a Jaime Castrejón Díez, rector de la Universidad Autónoma de Guerrero y gerente de la Coca–Cola. Como rescate exigió la excarcelación de presos políticos y dinero en efectivo, en estas fechas era gobernador el atoyaquense Israel Nogueda Otero. Como logro de este secuestro, el 27 de diciembre de 1971, fueron excarcelados y enviados a Cuba (como condición para liberar a Jaime Castrejón Díez) Mario Renato Menéndez Rodríguez, Demóstenes Onofre Valdovinos, Florentino Jaimes Hernández, María Concepción Solís Morales, Santos Méndez Bailón, el doctor Rafael Olea Castaneira, Ismael Bracho Campos, Antonio Sotelo Pérez y, el atoyaquense, Ceferino Contreras Ventura. En diciembre de 1971, la ACNR liberó al rector y cobró el dinero del rescate. A los pocos días el 2 de febrero de 1972, murió el profesor Genaro Vázquez Rojas, asesinado después de ser perseguido por la policía en la carretera de México–Michoacán, terminando así este espisodio de nuestra historia llamado movimiento cívico, en el que participaron muchos atoyaquenses en la fase pacífica y armada, pues la guerrilla de Genaro se desarrolló en la exuberancia de nuestra sierra. Los atoyaquenses que participaron en el rescate de Genaro Abelardo Velázquez Cabañas nació en San Vicente de Benítez, es primo hermano de Lucio Cabañas. Hijo de la extinta luchadora social Celerina Cabañas. Ceferino Contreras nació en 1917, en San Jerónimo el Grande hijo de Francisco Contreras Catalán y Eufrocina Ventura Domínguez. Fue detenido cerca de la emboscada por militares y estuvo preso en Iguala de donde lo trasladaron a Chilpancingo; de ahí salió al exilio a Cuba, tras el secuestro de Jaime Castrejón Diez. Murió el 7 de abril de 1988 en San Vicente de Benítez, estuvo alrededor de 10 años en Cuba, tenía 80 años cuando regresó. Pedro Contreras nació el 15 de mayo de 1939 en una milpa allá por ejido el Cacao pero su registro de nacimiento está en San Vicente de Benítez, al igual que Donato son hijos de Ceferino Contreras Ventura y Estefana Javier Ríos. Donato Contreras Javier nació el 21 de marzo de 1945 en San Vicente de Benítez, falleció en Chilpancingo entre el 24 y 26 de junio de 2002, fue egresado de la Escuela Nacional de Maestros. Su cuerpo se veló en la comunidad de Luces en el mar y frente a esa comunidad se expandieron sus cenizas en el mar. 18 DE MAYO DE 1967 En la escuela Juan Álvarez se vivía una tiranía, la directora Julia Paco Piza, era excesivamente exigente, con el pago de las cooperaciones, los hijos de los padres que no cumplían con sus requerimientos eran regresados a sus casas. Además que les exigía rigurosamente el uniforme. Niño que iba sin zapatos era devuelto sin miramientos hasta que cumpliera el requisito. Los padres de familia trataban de remover a la profesora Julia Paco Piza como directora de la escuela, pidieron a Lucio Cabañas que los ayudara. La noche del 17 de mayo de 1967, los padres de familia realizaron una asamblea popular en la que se pedía el apoyo de la población. Lucio la dirigió. Él no sería el orador en el mitin del día siguiente, ya que a la
hora que se señaló, Cabañas impartía clases. Eran las 10 y media de la mañana del día 18 del mes de mayo. El orador comisionado no se presentó y entonces los padres de familia fueron a la escuela Modesto Alarcón a pedirle a Lucio que viniera a dirigirlo. Era la hora del recreo. Cabañas dejó a sus alumnos jugando y acompañó a la comisión de padres que fueron por él. Ese 18 de mayo, Lucio Cabañas salió de la escuela primaria Modesto Alarcón, caminó por la calle 18 de marzo, acompañado por algunos padres de familia, luego por Obregón y Arturo Flores Quintana, para seguir por Agustín Ramírez, luego por el callejón Melchor Ocampo y Nigromante para finalmente llegar a la Plaza Morelos. Al pasar por la calle Agustín Ramírez, Lucio, le gritó al administrador de correos: “Córdoba vente para que te tiemblen las corvas”. El mitin se llevaba a cabo frente a la presidencia municipal y la escuela Juan Álvarez, en el Zócalo, el sonido estaba bajo un árbol de tamarindo que había sido bautizado como “árbol de la victoria”. Había mucha gente del pueblo. Lucio Cabañas tomó el micrófono y subió a la silla para dirigir el mitin, comenzó su incendiario discurso que movía las fibras más profundas del pueblo atoyaquense. Un capitán, comandante del grupo de la Policía Motorizada, entró a la oficina del presidente, Manuel García Cabañas, primo de Lucio y le exigió que saliera a parar el mitin que había comenzado. El presidente se negó, entonces el jefe policiaco se descolgó el M-1 del hombro y dijo entonces “vamos a proceder”. La maestra Hilda Flores se encontraba con el alcalde en ese momento y encaró al policía y le dijo “como que va a proceder”. Pero el capitán la ignoró y salió. Lucio arengaba a la gente micrófono en mano; el comandante se abrió paso entre la multitud con dirección a donde estaba el maestro. Al momento en que intentó matarlo, una joven le desvió el arma y las balas se fueron al aire. Se escucharon más disparos; la multitud se convulsionó, unos corrían otros forcejeaban con los policías. Unas mujeres protegieron a Lucio y se lo llevaron rumbo al río. Lo ayudaron a escapar hacia El Ticuí. La policía motorizada disparaba sus armas contra la multitud, doña María Isabel que vio que un motorizado le disparaba a su marido, sacó de entre sus ropas un picahielos y se lo hundió al policía asesino. Pero otro policía le disparó por la espalda y cayó muerta. Doña Isabel que tenía cinco meses de embarazo, cuando estaba tirada en el suelo su vientre se le movía. Hubo ocho personas muertas, cinco del pueblo y tres policías. Uno de esos policías había quedado herido, corrió hacia las oficinas del Ministerio Público, donde cayó muerto al cruzar la puerta. Después de la masacre las autoridades culparon a Lucio. Que se vio obligado a refugiarse en la sierra y fundar después el Partido de los Pobres. Después de la balacera, sólo quedaron los muertos en la plaza, la gente se replegó a las casas de alrededor. Frente a la entrada de la escuela “Juan Álvarez”, un agente de la montada tardó con la pistola en mano amenazante mientras otro policía levantaba a su compañero herido y lo jalaba hacia una esquina de la plaza. Una vez pasada la masacre hubo acontecimientos que pasaron inadvertidos, como el caso de que algunos ciudadanos abandonaron sigilosamente la ciudad, uno de ellos fue Anselmo Alcaraz, un maestro que se convirtió en cartero, quien se fue del pueblo porque era miembro del grupo de su comadre Julita. Otro fue el delegado de tránsito Alberto Divicino González quien fue acusado de disparar hacia la multitud junto a otros notables atoyaquenses, miembros del grupo que apoyaba a Julia Paco. El 18 de mayo de 1967, es un parteaguas en la historia de nuestro municipio porque marcó el fin de un movimiento cívico que exigía mayores espacios de participación democrática y el inicio de la guerrilla de Lucio Cabañas y su Partido de los Pobres. El estado autoritario en lugar de atender las peticiones de los manifestantes, les envío a la policía judicial que disparó contra el pueblo, dando muerte en la plaza principal de la ciudad
de Atoyac a Feliciano Castro Gudiño, Arcadio Martínez Javier, María Isabel Gómez Romero, Prisciliano Téllez Castro y al revolucionario agrarista, Regino Rosales de la Rosa. También resultaron heridos Juan Reynada Victoria, Gabino Hernández Girón y Juvencio Mesino. Los que murieron, dieron la vida porque los niños de Atoyac tuvieran acceso a una educación verdaderamente gratuita. Porque defendían que los alumnos pudieran ir a la escuela sin las cargas pesadas de las cooperaciones económicas que les imponía una directora ligada a los grupos más pudientes de la ciudad. Un campesino no podía nunca competir al mismo ritmo que los acaparadores de café en los altos requerimientos económicos, que si los comparamos con nuestros tiempos sería como pagar colegiatura en una escuela pública. RECUENTO DEL CONFLICTO El conflicto se agudizó porque en la escuela querían recabar fondos para construir la cancha y se lanzaron candidatas a reinas de la primavera en el que concursaron Mercedes Parra Otero y Norma Gayosso. Con ellas comenzó el trabajo para recabar fondos y el personal docente se fraccionó en equipos para trabajar, lo que provocó que los maestros se dividieran. De ahí se vino agudizando el conflicto hasta que explotó lo del 18 de mayo. Algunas versiones dicen que el conflicto comenzó el 7 febrero de 1967, cuando el presidente municipal Manuel García Cabañas suspendió el baile de disfraces que se había organizado en apoyo a la candidata a reina de la primavera Mercedes Parra Otero y su familia determinó que retiraría su candidatura. Lo mismo hizo la familia de Norma Gayosso. EL “ROJILLO” PROFESOR ALBERTO Por otro lado en el grupo de sexto año el maestro Alberto Martínez Santiago le abría los ojos a los alumnos, porque les cobraban a los padres 10 pesos mensuales, les decían que era para los implementos de limpieza, “pero nosotros cooperábamos siempre con 50 centavos por alumnos, para tener escoba y trapeador” dice la ex alumna Elizabeth Castro Otero. Al profesor Alberto Martínez Santiago le parecía un abuso que la directora Julia Paco Piza sacara a los alumnos de clases porque sus padres no habían dado la cooperación mensual, “iba con su lista y alumno que no estaba cubierta su mensualidad lo regresaba y les decía que no volvieran hasta que llevaran el dinero”. Cada vez que se ocupaba una escoba daban los 50 centavos. Pero nunca llegaba una cubeta o un trapeador de la dirección. En las clases de matemáticas el maestro Martínez Santiago los ponía a multiplicar los 10 pesos por la cantidad de alumnos que tenía la escuela y se preguntaban ¿tanto dinero que se cobraba mensualmente a donde se iba? En esos días el profesor Alberto llevó a sus alumnos a la bodega donde encontraron guardados muchos vestidos de noche, mismos que, concluyeron, eran comprados por la directora a escondidas de su familia. Elizabeth recuerda que en ese tiempo su papá ganaba 10 pesos diarios, significaba que cada padre de familia tenía que dar mensualmente un día de salario que no se sabía en que se estaba utilizando. “El profesor Alberto nos fue enseñando a defendernos, porque hubo un momento en que todos los alumnos, de mi grupo nos fuimos poniendo de pie y le fuimos exigiendo cuentas a la directora. Les dijimos que en nuestras casas no tenían dinero nuestros padres para estarle dando y que no nos íbamos a salir de clases. Ella se dio cuenta de que era el maestro el que nos había abierto los ojos, se enojaron y se pelearon”. Después de eso cambiaron al profesor Alberto Martínez a Coyuca de Benítez.
Pero la situación explotó en una reunión que se llevó a cabo el 4 de abril de 1967 entre los padres y maestros que defendían al profesor Alberto Martínez Santiago y exigían una explicación de su remoción y los que estaban a favor de las acciones de la directora Julia Paco Piza. Ahí se dio a conocer que el profesor Martínez Santiago venía realizando una labor de desorientación y que inculcaba a los alumnos ideas rojillas por eso lo habían sacado de la escuela. Por otro lado había quienes señalaban a Julia Paco de tratar a los maestros como esclavos y de exagerar con las cooperaciones que les pedían a los padres de familia. Después de la reunión de 4 de abril se formó el grupo “Defensores de los intereses de la Escuela Juan Álvarez” quienes pidieron la solidaridad de otros movimientos que ya crecían en este municipio y con el empuje popular, a partir del 20 de abril iniciaron las marchas con antorchas a las que llamaron cabalgatas. El 21 se llevó a cabo un mitin en el zócalo en el que se pidió la salida de la directora Julia Paco y el regreso de Martínez Santiago. Desde ese día los mítines se hicieron cotidianos y el 22 tomaron las instalaciones de la escuela. Los alumnos del profesor Martínez Santiago se reunían con él por las tardes. Reuniones a las que asistían Serafín Núñez Ramos y Lucio Cabañas Barrientos. Los niños eran los que participaban en la elaboración de la propaganda, mantas y pancartas que se exhibían en las cabalgatas que salían por las noches. “Era impresionante ver el gran número de personas que pedían la salida de la directora y que salían a manifestarse alumbrándose con hachones”. El fondo de todo es que había una escuela donde se exigía ir de zapato y tobilleras, con tres uniformes diferentes. Se les exigía muchísimo estando la gente pobre. “Teníamos un uniforme del diario de mascotita roja, con su moño rojo y su cinturón, zapatos blancos y tobilleras blancas. Había un uniforme de gala y era el que llevábamos los lunes y los días de fiestas. Además del uniforme que se utilizaba en los desfiles”. Había vigilancia en la entrada que ejercía el maestro de guardia, el niño que no llevaba el uniforme era regresado a su casa. El primero de mayo se realizó una cabalgata con antorchas, los manifestantes recorrieron las calles con lo que festejaron el día del trabajo y de paso pidieron el regreso de Martínez Santiago y la salida de Paco Piza. Al frente de esta movilización iba Lucio Cabañas Barrientos. Lo mismo ocurrió en 5 de mayo. Casi todos los días había mítines en el zócalo, hasta los sucesos del 18 de mayo. El 18 de mayo los alumnos no pudieron regresar a clases, porque cuando sucedieron los hechos todos habían salido a recreo. Desde ese día se suspendieron las clases; algunos alumnos se incorporaron a la escuela Modesto Alarcón, como oyentes, hasta que fueron llamados a finalizar el curso en las casas de los maestros donde recibieron sus boletas de calificaciones. Desde un principio hubo conflictos en la Escuela Juan Álvarez entre pobres y ricos, pero se vino acrecentar la división cuando se lanzaron a dos niñas para elegir candidatas a reinas de la primavera para recabar fondos. Los alumnos de Serafín El maestro Gabriel Salones era el director de la escuela “Modesto Alarcón” y cuidaba el Sexto “A” que era el grupo de Serafín Núñez Ramos, les estaba platicando la clase, cuando se oyeron los disparos, los alumnos pensaron que eran cohetes. En eso llegó corriendo la maestra Rita Solchaga31 –diciendo -¡profesor Gabriel, profesor Gabriel!, mataron al profesor Lucio y a Serafín-. Al oír esto los alumnos se pararon de los asientos y el director se puso en la puerta para atajarlos, pero no pudo porque todos los niños brincaron el muro
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Maestra de la escuela Modesto Alarcón esposa de Antonio Córdoba Vejar jefe de Correos.
del aula y salieron corriendo, no respetaron, volaron la cadena de la puerta de la escuela y salieron a toda prisa a la calle. Llegando al zócalo agarraron piedras, pero solamente encontraron los muertos, estaba en el piso el cuerpo de don Regino Rosales con su sombrero zapatista en la cara. Era un sombrero de ala ancha y de copa abultada. Levantaron el cuerpo de doña María Isabel y lo llevaron rumbo al camposanto. La gente estaba alborotada y les dijeron que donde el doctor Chico (doctor Silvestre Hernández) estaba un herido. Era don Gabino Hernández que convulsionaba y le brota sangre a un costado, estaba taponeado con gasa, aun así le salía sangre con espuma. Salieron a pedir dinero a la gente, ya que juntaron un poco se lo llevaron en un coche a San Jerónimo donde lo atendió el doctor Sotelo. Luego que la judicial se fue los militares llegaron a la plaza en posición de combate. A esa hora ya algunos ciudadanos simpatizantes del movimiento venían con las camisas amarradas y armados, pero los judiciales ya habían salido despavoridos y se llevaron a sus heridos en las camionetas que se usaban para el combate al paludismo. Serafín les inculcaba a sus alumnos la lectura de La Constitución y muchos de ellos participaron en las cabalgatas de que se hacían de noche. La acción de la prensa Las Candidatas a soberanas de las fiestas de la primavera en 1967, eran Norma Gayosso Estévez y Mercedes Parra Herrera, El Rayo del Sur, publica sus fotos en la primera plana de su edición del 29 de enero de 1967. *** La cueva del Club de Leones estaba abarrotada cuando ya eran las 21 horas del día 7 (de febrero) hora en que la Orquesta de los Hermanos Chinos tenía que comenzar actuar. (Pero no llegaban) Corrían los minutos y los concurrentes tras la impaciencia comenzaban a protestar. Una hora antes había salido una comisión de maestros a saber el porqué hasta El Espinalillo y como llegadas las 12 de la noche no regresara, la concurrencia fue desalojando el campo. (Rayo del Sur, 12 de febrero de 1967, primera plana). *** La misma edición destaca además que 60 pollos rostizados quedaron sin venderse, al no llevarse a cabo el baile porque el alcalde Manuel García Cabañas lo suspendió por medio del oficio número 164. El baile que se suspendió era a favor de Mercedes Parra. *** Pero vino el cambio del profesor Alberto Martínez y con él se pusieron en juego las pasiones, pues Alberto Martínez había agrupado a ocho maestros y con ellos se disponía a desplazar a la profesora Julia Paco Piza, para ocupar él la dirección, cosa que había venido gestionando por medios sindicales. (El Rayo del Sur, 9 de abril de 1967, p. 4). *** En lugar de Julita nombraron director a Ramón Pantaleón López. Ya que más de 400 alumnos estaban sin clases. (El Rayo del Sur en su edición del 7 de mayo de 1967, p. 4)
*** La sociedad ha mantenido cordura porque no quiere igualarse con la plebe y sólo prefiere mantener vigilado que no sea saqueado el edificio tomado desde el viernes 20 (de abril) por los alborotadores, ya que la construcción de este edificio lo costeó dicha sociedad y paga para su mantenimiento y conservación. (El Rayo del Sur, 30 de abril de 1967, p. 1) *** No desocupan el plantel en Atoyac. El 27 de abril de 1967 Hilda Flores y Roberto Arceta encararon al enviado del gobernador. El 4 de mayo en la sala de Cabildos, hubo una discusión ríspida entre Manuel García Cabañas y Lucio Cabañas. Manuel quería que aceptaran como director a Ramón Díaz Pantaleón. Los padres de familia que están posesionados de la escuela “Juan N. Álvarez”, en Atoyac, se muestran decididos a no desocupar el plantel mientras no sea reinstalado el profesor Alberto Martínez Santiago, que está comisionado en una escuela de Coyuca. (Trópico, Diario Independiente de información, 7 de mayo de 1967, p. 1) *** Ahora piden el cese de otros maestros los revoltosos de Atoyac y sigue el lío. Quienes creían que el problema de la escuela primaria Juan N. Álvarez había llegado a su fin con la renuncia de la maestra Julia Paco Piza, se equivocaron pues los “cívicos” no entregaron el plantel como se comprometieron y ahora están exigiendo la renuncia del resto de los mentores que estuvieron apoyando la conducta de la profesora destituida. (Trópico, 13 de mayo de 1967, p. 1) *** Una camioneta de la Cruz Roja de Acapulco recogió los heridos y los trasladó a San Jerónimo. Los caídos en el campo de batalla fueron Héctor Avilés de la Policía Judicial, un capitán no identificado de la policía motorizada; tres policías heridos, de la judicial, no identificados; civiles muertos: Regino Rosales de la Rosa, Ma. Isabel Gómez Mesino; Prisciliano Téllez de Jesús32; Arcadio Martínez, Feliciano Castro. Los heridos fueron Juan Reynada Victoria; Gabino Hernández Girón y Juvencio Mesino. Rayo del Sur, 21 de mayo de 1967, p. 1. En esta edición el periódico publica en su primera plana la foto de Héctor Avilés con su cuerpo ensangrentado. *** El tamarindo que estaba en la esquina Suroeste de la plaza cívica, Anastasio Flores Cuevas lo bautizó como el árbol de la victoria, el 10 de mayo de 1967.
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Prisciliano Téllez Castro
Rosendo Serna en su columna ¿A mi qué? Menciona como herido en el zafarrancho a Bonifacio Gómez Acosta. (El Rayo del Sur, 21 de mayo del 67, p. 2) Nota de Redacción… Se nota que entre los vecinos de la plaza cívica había personas encargadas de grabar los discursos para informar al gobierno del estado. *** 9 muertos y más de 20 heridos en el zafarrancho. Fue feroz el encuentro entre padres de familia y policías estatales en Atoyac. Restableció el orden el ejército pero hay un clima de indignación contra el régimen local. E. Díaz Clavel Enviado Nueve muertos y más de 20 heridos arrojaron el encuentro entre policías estatales y padres de familia de la escuela “Juan Álvarez”, de esta población, por haber faltado energía del gobierno, al principio del conflicto, cuando se pedía la destitución de la directora del plantel, Profa. Julita Paco Piza, que al final se retiró mediante una licencia ilimitada. Los de la Asociación Cívica Guerrerense, que aprovecharon el asunto para sus móviles de agitación, después de una serie de dificultades desde el 18 de abril pasado, unidos con los padres de familia, en un mitin celebrado hoy, ya no querían solamente la salida de la maestra, si no de 18 compañeros a quienes consideró adictos a la maestra destituida. Luis33 Cabañas Barrientos y la Profa. Hilda Flores Solís, aparentes dirigentes de este problema, sin autorización celebraron un mitin en la plaza de Atoyac, frente a la escuela y palacio municipal, en que el primero de ellos comenzó a hablar de que no cejaría hasta sacar a los 18 profesores cómplices de Julita. Veinticinco elementos del cuerpo motorizado de la Dirección de Seguridad Pública y ocho agentes de la Policía Judicial que fueron a reinstalar a los 18 maestros y al nuevo director, cuando se congregaban las gentes de pueblo, los provocaron y así se originó el zafarrancho, con el trágico saldo de que hablamos al principio. El alcalde de Atoyac Manuel García Cabañas, nos decía esta tarde en el palacio municipal; “llegó ante mí el comandante de Cuerpo Motorizado y me dijo que iba a parar el mitin”, y agrega “le contesté, haga lo que crea conveniente”, y puntualiza más adelante, “de inmediato vino el encuentro a tiros, con el resultado que ya conocemos”. Según una afirmación, los disparos partieron de los cuerpos policíacos, en que el primer herido fue Cabañas Barrientos, quien cuando tuvo oportunidad huyó hacia la sierra, cercana a Atoyac. Uno de los civiles que también rodó por el suelo herido a balazos fue Juvencio Mesino. La esposa de éste sacó un puntiagudo puñal y se lo sepultó en la región intestinal al capitán Enrique Carvallo Castro, comandante del Cuerpo Motorizado. La mujer que estaba grávida, murió de un balazo. Así caían muertos los padres de familia y de la Asociación Cívica, Regino Rosales, Arcadio Martínez, Prisciliano Téllez y Feliciano Castro. Por [parte de] los policías murieron los agentes de la Policía Judicial, Héctor Avilés González y Genaro Ángel Navarrete, y el motorizado Ángel Moreno Villegas.
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Lucio Cabañas Barrientos
Todo este cuadro, en dos encuentros de cinco minutos cada uno, sucedía cuando los niños de la escuela “Juan Álvarez” comenzaban a disfrutar del recreo. Del pueblo resultaron heridos, de consideración Juan Reynada, Franco Castillo, Tirso Gómez Durán y Silvestre Dimas Padilla. Por [parte de] los policías caían machacados en sangre, muy graves, el subcomandante motorizado José Luis Álvarez, el subteniente Donaciano Carpio Bardo y el agente de la judicial, Genaro Gutiérrez Quiroz. Los policías cuando vieron que todo el pueblo de Atoyac salía a proteger a sus amigos o parientes, salieron despavoridos, en el momento que hacía su aparición una sección del 32 Batallón de Infantería que pidió cordura. Como el pueblo está indignado, la fuerza federal por indicaciones del Gral. Salvador del Toro Morán ha impedido la entrada de agentes y demás policías y quedan bajo la custodia de la 27 zona militar, para que no se repita otro zafarrancho, originado por la falta de acción del gobierno del estado, que directa o indirectamente es el único culpable. (Trópico, Diario Independiente de Información, 19 de mayo de 1967, p. 1. [Nota principal]). Cuatro secciones del 32 Batallón de Infantería patrullan las calles. Atoyac está bajo control militar. Hay intranquilidad y el comercio cerró sus puertas en previsión de más hechos violentos. Andrés Bustos Fuentes Enviado El general Manuel Olvera Fragoso, jefe del primer Sector Militar con sede en Atoyac, está colaborando con el general del Toro Morán y será probablemente él quien continúe la vigilancia en tanto no se normalice la situación. A las 19 horas de la noche arribó el procurador de Justicia del Estado, Lic. Horacio Hernández Alcaraz con el objeto de volver a instalar a la Policía Judicial, cosa de que desistió a sugerencia del Comandante de la XXVII Zona Militar, debido al elevado estado de ánimo de los “cívicos”; hasta la hora citada, era imposible que soldados pertenecientes a los grupos de Seguridad Estatal, pudieran entrar a la población. (Trópico, 19 de mayo 1967, p. 1) Versión del gobernador Deplora Abarca el zipizape y ofreció ayuda a las víctimas Por Manuel Galeana Domínguez El gobernador dijo que un capitán de las fuerzas de Seguridad del Estado, Enrique García Castro, al inquirir sobre la reunión, fue agredido por una mujer y luego alguien disparó sobre él hiriéndole. La policía al ver esto, también se dispuso a repeler la agresión lo que provocó más disparos por parte de los manifestantes, estableciéndose entonces el tiroteo entre policías y descontentos, entre los que había profesores estatales y federales, así como gente extraña al magisterio y que los observadores identificaron como agitadores profesionales. El gobernador informó que murió en el camino el agente de la judicial, Genaro Ángel Navarrete. Se habla que entre los muertos había una señora originaria de Tierra Caliente que no ha sido identificada. El 20 de mayo de 1967, estuvo el gobernador Raymundo Abarca Alarcón en Atoyac. (Prensa Libre, 25 de mayo de 1967, p. 4) REGINO ROSALES DE LA ROSA
El Revolucionario Regino Rosales de la Rosa nació con el siglo XX. Tenía aproximadamente 67 años cuando murió. Su muerte como la de sus compañeros marcó el inicio de un nuevo periodo revolucionario para el pueblo costeño. La guerrilla del Partido de los Pobres con su comandante Lucio Cabañas Barrientos. En la historiografía del municipio de Atoyac se tiene conocimiento de la existencia de Regino Rosales desde el 24 de noviembre de 1923, cuando Alberto Téllez encabezó el levantamiento armado agrarista de Atoyac y entre los primeros campesinos que lo acompañaron estaba el joven Regino Rosales34. El 19 de diciembre del mismo año, los agraristas atacaron Atoyac y desarmaron a la policía del presidente Rosalío Radilla, un delahuertista que estuvo vinculado al asesinato de los hermanos Juan, Felipe y Francisco Escudero en el puerto de Acapulco y era jefe de las guardias blancas en la región. Regino Rosales combatió en Coyuca de Benítez el 30 de diciembre de 1923, bajo las órdenes del coronel Silvestre Castro, El Cirgüelo y el 23 de enero de 1924 en Petatlán en el más encarnizado combate que se tenga memoria en la Costa Grande, donde las fuerzas delahuertistas salieron derrotadas por los agraristas encabezados por El Cirgüelo, Amadeo Vidales y Valente de la Cruz. Años más tarde Regino Rosales se sumó al vidalismo. Cuando Amadeo Vidales atacó la ciudad de Atoyac el 26 de junio de 1926, Regino Rosales formaba parte del cuerpo de voluntarios al servicio del gobierno federal, pero secundando a su jefe Alberto Téllez desertó y se sumó a los vidalistas para combatir de nuevo en el bando revolucionario. Regino Rosales fue combatiente durante los 3 años que duró el movimiento del Plan del Veladero. Ya en los años sesenta, Regino Rosales se sumó al movimiento cívico en la lucha por la caída del gobernador Caballero Aburto. Se involucró de tal manera que – el día 14 de enero de 1961– cuando tomó posesión el presidente municipal Cívico, Rosendo Téllez Blanco, Regino Rosales de la Rosa fue nombrado comandante de la policía. También participó en el movimiento de solicitantes de vivienda que fundó la colonia Mártires del 30 de diciembre, donde los líderes confiaban en su valor, con don Regino presente, sabían que no era fácil que la gente del gobierno los desalojara. Finalmente en la masacre del 18 de Mayo de 1967, murió en manos de las fuerzas gubernamentales que atacaron el mitin que era encabezado por Lucio Cabañas en la plaza de Atoyac. Murieron con él Feliciano Castro Gudiño, Arcadio Martínez Javier, María Isabel Gómez Romero y Prisciliano Téllez. Los que todavía lo recuerdan dicen que era común verlo vestir con su traje gris, con su pistola 45, fajada misma que portaba con libertad porque tenía permiso federal en reconocimiento a los servicios prestados como revolucionario agrarista. Don Regino Rosales quedó tirado bajo la sombra de uno de los tamarindos que tenía la plaza. Por desgracia, dicen muchos, ese día que lo mataron no lo acompañaba su inseparable 45, traía un verduguillo con el que se defendió de las fuerzas del gobierno de Raymundo Abarca Alarcón. LA GUERRILLA DEL PARTIDO DE LOS POBRES La guerrilla del Partido de los Pobres y su Brigada Campesina de Ajusticiamiento se desarrolló en los municipios de Coyuca, Atoyac y Tecpan de Galeana, donde llevó a cabo acciones, principalmente ataques contra el Ejército Mexicano. Lucio Cabañas Barrientos 34
Crescencio Otero Galeana. El movimiento Agrario Costeño y el líder agarista profesor Valente de la Cruz, 1979, p. 97.
encabezó la guerrilla más exitosa del país, pues sus logros obtenidos en contra del ejército federal le acarrearon la admiración y la simpatía de muchas personas. En el ataque del domingo 25 de julio de 1972, según la propia versión del Partido de los Pobres, emboscaron a personal del 50º Batallón de Infantería, a las 9:30 horas, en el Arroyo de las Piñas, entre los poblados de San Andrés de la Cruz y Santiago de la Unión, cuando estos se transportaban en un vehículo militar. En esa acción murieron 10 militares, 2 heridos fueron puestos en libertad y les decomisaron 6 armas automáticas que quedaron al servicio de la guerrilla. Un nuevo ataque se dio el 23 de agosto de 1972 en el Arroyo Oscuro. Como a las 2 de la tarde fueron emboscados personal del 50º Batallón de Infantería. La versión de la Brigada de Ajusticiamiento es que mataron a 18 soldados y apresaron a 20 que luego dejaron en libertad, les recogieron 40 armas de fuego. Aquí murió el mayor Bardomiano Morales de la Vega. Por tal motivo se trasladó a este lugar el Secretario de la Defensa Nacional el general Hermenegildo Cuenca Díaz quien mandó perseguir a la guerrilla a los Batallones: 27, de Acapulco; 48 de Cruz Grande; 50 de Atoyac, el 32 de Chilpancingo y el 19 de Cuernavaca. El 24 de agosto de 1973, la guerrilla emboscó al Ejército entre Zacualpan y la colonia Vicente Guerrero, como a las 12 horas con 30 minutos, los guerrilleros hicieron fuego contra un camión militar que iba tapado con lona, solo llevaba cinco soldados y mataron a dos. La Brigada Campesina de Ajusticiamiento del Partido de los Pobres también emboscó al Ejército en un lugar entre la Yerbasantita y las La rebeldía de Cabañas Compuertas municipio de Coyuca de Benítez, el 18 de noviembre de 1973 a las 9 de la Voy a relatar la historia, mañana con 20 minutos, donde resultaron 12 que lo sepa el mundo entero. De lo que está sucediendo soldados muertos. En el estado de Guerrero: El 30 de mayo de 1974, el entonces senador En la sierra de Atoyac por Guerrero, Rubén Figueroa Figueroa, se está muriendo el gobierno. acudió a un encuentro pactado con Lucio Cabañas en la sierra de Tecpan. Pero el Tanques de guerra y aviones encumbran por esos cerros, primero de junio, Cabañas rechazó las buscando a Lucio Cabañas propuestas de Figueroa y se retiró de las que está acabando al gobierno. pláticas. El senador priísta fue retenido por el Tal vez tendrá sus motivos Partido de los Pobres. que no los conoce el pueblo. En días posteriores iniciaron las negociaciones Les grita Lucio Cabañas con su familia para la liberación a cambio del ¡Voy a darles la batalla! pago de un rescate. El 3 de julio, Figueroa Yo no le temo al gobierno, intentó escapar de sus captores, pero fue también traigo buenas armas. descubierto, los guerrilleros lo alcanzaron en Yo represento a Genaro unos riscos. y he de morir en la raya. El 7 de julio, el Partido de los Pobres envió un El gobierno lo persigue ultimátum a la familia en el que exigió el pago con ganas de terminarlo, de 50 millones de pesos y la difusión de un por toditas esas sierras manifiesto en los medios de comunicación y no ha podido encontrarlo. para liberar al senador. Amenazó con fusilar al Cada golpe que les da siempre les mata soldados. priísta de no cumplirse sus demandas. En días Les grita Lucio Cabañas… posteriores el Partido de los Pobres recibió 25 millones de pesos, entregados por un sacerdote. El 9 de agosto de 1974, en el lugar conocido como Monte Alegre, un grupo de guerrilleros encabezado por Cabañas emboscó a una patrulla del Ejército, varios militares resultaron
muertos. El 21 de ese mismo mes chocaron dos batallones del Ejército en un paraje entre las Palmas y Huerta de las López, aquí los soldados se mataron entre ellos mismos por falta de coordinación. Aunque existe la versión que el choque entre militares se dio después de una emboscada de la guerrilla. Los militares fueron haciendo más intenso el cerco en contra de Cabañas y el 8 de septiembre de 1974, el Ejército rescató a Rubén Figueroa en la Pascua, en este combate resultó muerto el guerrillero Sixto Huerta, originario de la comunidad El Porvenir. El 27 de noviembre de 1974, la Brigada Campesina de Ajusticiamiento da a conocer su último comunicado, donde reconoce su primera derrota militar y las dos primeras bajas que sufriera en combate. “De diez acciones guerrilleras, nueve son victorias para el pueblo”. Hablan de la acción realizada en el lugar llamado Monte Alegre, entre los barrios de La Cebada y Plan de Los Molinos. Dice que eran las 12 horas del 9 de agosto de 1974, cuando los soldados del 27 Batallón de Infantería cayeron en una emboscada, donde quedaron 11 muertos y seis heridos. Señalan que solo les recogieron dos armas, un FAL y el M-2 del teniente Ricardo Yánez que es originario de Zimapan Hidalgo. La segunda acción de la que habla el comunicado fue en El Ticuí como a las 10 de la noche del 21 de agosto de 1974, “más de cien soldados entrarían en la emboscada, por lo que los tres primeros pelotones que venían adelante los dejamos pasar para atacar a más de 80 que venían atrás a 150 metros; los rociamos con ráfagas durante un minuto y nos retiramos con rapidez, ya que nuestros ataques proyectados tendrían carácter de desgaste para distraer las tropas que perseguían a la comisión que secuestraba al tirano Rubén Figueroa”. “En esta acción hubo 29 bajas, 14 muertos y 15 heridos. Creemos que varias bajas se las causaron entre los mismos soldados, porque después de nuestra retirada los dos grupos de soldados tardaron tirando una hora aproximadamente”. Cerrados los caminos en el municipio de Atoyac, Cabañas tuvo que incursionar rumbo a Tecpan de Galeana donde chocó con los militares el 11 de octubre, en el cerro de Achotla, rompió el cerco y se adentró en la sierra. Respecto a esto en último enfrentamiento, el comunicado lo muestra como la tercera acción “fue la que realizamos en el cerro de Santa María, municipio de Tecpan; fue un cerco del ejército contra uno de los grupos guerrilleros, sucedió el 11 de octubre de 1974 a las 12 horas con 15 minutos. Después de una hora de combate el grupo de la brigada logró romper el cerco y fueron perseguidos por tres helicópteros”. Según el comunicado aquí el ejército sufrió 31 bajas, de ellas 16 muertos y 15 heridos. Mientras el grupo guerrillero perdió cuatro combatientes Rutilo y Martín cayeron heridos y fueron hechos prisioneros, y otros dos heridos que se llevó la brigada protegiéndolos en lugares seguros. Habla que se habían convertido en campos de concentración la playas de Pie de la Cuesta, la Colonia Martíres y el Campo Militar número uno de la Ciudad de México. La cuarta acción fue el 8 de septiembre a las 9 y media de la mañana en el Cerro de El Quemado, donde escapó Figueroa, el comunicado dice que se le dejó ir porque hubo la determinación de no tirarle ni a él ni a sus compañeros. La quinta acción fue el 20 de septiembre a las cinco de la tarde en la carretera de Cacalutla a la sierra, donde hubo 9 soldados muertos y cuatro heridos, la sexta acción fue en el arroyo que está entre los barrios de Ixtla y Las Trincheras, con el resultado de cinco soldados muertos. Aquí la guerrillera perdió su archivo que cayó en poder del Ejército. El comunicado habla de una emboscada a la Policía Judicial en La Gusanera. Además de una emboscada en El Calvario municipio de Petatlán a la Policía Motorizada donde murieron dos policías, otro ataque a la policía judicial en San Luis el Alto municipio de Tecpan donde murieron siete policías. Comenta el escrito que en La Palapa municipio de Tecpan, los campesinos repelieron una agresión del Ejército donde murió un capitán y cuatro soldados. En estas últimas acciones la Brigada Campesina de Ajusticiamiento no precisó fechas.
Como resultado de una delación el 2 de diciembre de 1974, efectivos del ejército se enfrentaron a una columna guerrillera, encabezada por Lucio Cabañas, en las cercanías del Otatal, después de combatir en forma decidida el líder del Partido de los Pobres resultó muerto. La versión del ejército es que cayó durante el enfrentamiento, mientras que familiares y seguidores sostienen que fue capturado y ejecutado, por otro lado existe la versión de que Cabañas al verse acorralado se pegó un tiro con el M-1 que portaba, esta versión la defiende Felipe Fierro en su libro El Último Disparo. LUCIO CABAÑAS BARRIENTOS Lucio nació el 15 de diciembre de 1937, en la comunidad serrana El Porvenir. Sus padres fueron Rafaela Gervasio Barrientos y Cesáreo Cabañas Iturio. Su abuelo fue el general zapatista Pablo Cabañas Macedo y su abuela Aldegunda Iturio de la Cruz. La partera fue Gregoria Loza. Fue el segundo hijo, la primera fue Facunda y el tercero Pablo. Cuando tenía tres años se separaron sus padres, quedando con sus hermanos al cuidado de su abuela Aldegunda. SU INFANCIA TRÁGICA Y TORTUOSA Su madre Rafaela se volvió a casar, esta vez, con Juan Serafín, quien se la llevó a vivir a San Martín de las Flores. De ese matrimonio nacieron los otros hermanos de Lucio, Alejandro, Bartola, Juana, Manuel y Conrado. A su padrastro lo mató Natividad Paco jefe de la Policía Montada, en los tiempos del gobernador Raúl Caballero Aburto. Por calumnias lo sacaron de su casa y lo asesinaron en La Trozadura en la carretera Atoyac-Y Griega, junto a su hermano. De su abuela Aldegunda recibió mucho amor y cariño, pero murió, cuando Lucio tenía nueve años. El futuro líder guerrillero lloró su ausencia, le tenía mucho cariño porque representaba el calor del hogar perdido al separarse de sus padres. Los tres hermanos Cabañas Barrientos, nunca tuvieron juguetes, pero a pesar de la pobreza su infancia no fue triste porque recibieron muchos cuidados y cariño. El padre era noble y cariñoso y sólo en dos ocasiones recurrió a los golpes para castigar a los niños. Al no recibir juguetes en su infancia, Lucio, desarrolló la creatividad, el ingenio, destreza y la observación. Cualidades necesarias para construir los carritos de madera y los papalotes, cuando niño y para resolver problemas de adulto en la guerrilla. Cuando Lucio tenía ocho años, Facunda, diez y Pablo, seis, ingresaron a la primaria después de que toda la familia se mudó al pueblo El Cayaco, municipio de Coyuca de Benítez, con las tías Dominga y Marciana que los criaron al faltar la abuela. Combinando el estudio con el trabajo del campo, Chío como le llamaba su familia, llegó a tercero de primaria, pues la escuela del Cayaco no tenía más grados, fue entonces cuando los hermanos Cabañas se dedicaron de lleno al trabajo del campo. Cuando Lucio tenía 12 años, su padre Cesáreo Cabañas fue asesinado; con él desapareció la figura paterna. Eso obligó a madurar rápidamente a los niños en el duro trabajo de ganarse el pan; alejando las esperanzas de estudiar para enfrentarse a problemas propios de los adultos. Lucio y Pablo se alquilaban como peones por dos pesos con cincuenta centavos o cinco pesos diarios, trabajando de diez a 12 horas sembrando maíz, criando animales, chaponando, cortando leña o cargando pesados costales. Después consiguieron un trabajo a destajo, mejor pagado, partiendo y sacando coco. LÍDER DE ESTUDIANTES
A los 17 años, Lucio se fue de casa de sus tías para poder estudiar en Tixtla; en donde cursó el cuarto grado, mientras trabajaba en el campo, vendiendo paletas de hielo y como velador del hotel del señor Taide Valle. Por ser autodidacta e ir avanzado se saltó el quinto grado y cursó el sexto en la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa. En el mismo lugar cursó la secundaria y la educación normal, recibiéndose de maestro a los 27 años y asistiendo a la ceremonia de graduación “como la gente del pueblo”, sin traje y con ropa sencilla. En la escuela normal pronto destacó como dirigente y buen orador, entró de lleno a la lucha política convirtiéndose en dirigente de la sociedad de alumnos, su primera acción política fue reunir a los alumnos para exigir a los maestros cumplimiento de su trabajo, porque sólo daban clases unas dos veces y se iban de descanso. Logró que mejoraran las condiciones en la normal y en 1959 fue nombrado Secretario General de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México, organización que aglutina hasta hoy a los estudiantes de normales rurales en el país. En Ayotzinapa después de un movimiento organizado por Lucio, a raíz de la remoción de director y de los maestros, hubo algunos pleitos y fue agredido con un puñetazo que le dejó una cicatriz en la ceja. A principios de los sesentas Lucio, a quien en la normal le opodaban El Chivo, viajó por el país participando en las luchas y movilizaciones de estudiantes. También participó en el movimiento cívico de campesinos y trabajadores que hicieron caer en 1961 al gobernador de Guerrero, Raúl Caballero Aburto. La escuela normal de Ayotzinapa y la lucha popular estudiantil le dieron la más importante formación teórico-práctica, es allí donde conoció la teoría revolucionaria y el ejemplo del Che Guevara. No era afecto a las bebidas embriagantes ni a los cigarros, su preocupación eran los problemas sociales. Solía alejarse al campo, donde buscaba pláticas con ancianos campesinos, porque de ellos aprendía valiosas experiencias. FUE UN MAESTRO CARIÑOSO Y DEFENSOR DE LA JUSTICIA Egresado como profesor normalista, a los 27 años, dio clases por primera vez en la comunidad de Mexcaltepec. Allí organizó a los pobladores para que defendieran los recursos forestales de los caciques y madereros que aserraban los bosques ejidales sin aportar ningún beneficio al pueblo. Los poderosos contrataron pistoleros que no pudieron matar a Lucio, quien permaneció amenazado de muerte un año en Mexcaltepec. Ahí Lucio invitó a los ejidos a una asamblea con el fin de buscar los mecanismos para exigir a los talamontes el cumplimiento de los contratos. Pues para que los ejidatarios les dieran permiso de explotar la madera se habían comprometido con pavimentar las carreteras, meter el agua potable, teléfono y luz. En esa reunión se acordó que citarían a los representantes de las compañías madereras, quienes nunca acudieron a los citatorios. Como recurso, los ejidatarios afectados pararon la explotación de madera. Por esto las empresas madereras vieron en Lucio un estorbo muy peligroso para sus intereses y lo denunciaron ante la Secretaría de Educación Pública en Chilpancingo; por eso los mandos educativos ordenaron su remoción a la escuela “Modesto Alarcón”, ubicada en la cabecera municipal. Un día, durante el recreo, uno de los niños quiso matar un pájaro con una resortera pero falló y la piedra fue a dar a la cabeza del maestro Lucio, abriéndole una herida en el cuero cabelludo, cerca de la frente. Lucio pasó a impartir clases en la Escuela Primaria “Modesto Alarcón” de la cabecera municipal de Atoyac y en poco tiempo organizó a los padres de familia que se rebelaron en contra de las exageradas exigencias de la directora, que entre otras cosas, exigía uniformes a los niños cuyas familias no tenían ni siquiera para comer, además de exigir cooperaciones e imponer castigos. Para Lucio lo primero era que los niños comieran, aunque fueran con huaraches y su ropa remendada, eso si ya habían desayunado no importaba. “Mándemelo
con huarachitos, aunque venga su ropita remendada, no importa, pero eso sí que venga bien desayunadito”, decía. El movimiento de padres de familia logró triunfar y removieron a la directora Genara Resendiz, mejor conocida como Genarita, pero las autoridades también mandaron a Lucio a dar clases a Tuitán, municipio de Nombre de Dios, una apartada comunidad del Estado de Durango. Ya estando en aquel estado organizó a los campesinos y a un grupo de mujeres a quienes enseñó hacer gestiones. Cuando el gobernador duranguense, Enrique Dupré Ceniceros, quiso visitar Tuitán, los pobladores quisieron agasajarlo matando vacas, los profesores Lucio y Serafín Núñez convencieron a los pobladores de invertir lo de las vacas en cosas necesarias para los niños, como zapatos y gises para la escuela. Los pobladores decidieron vender las vacas y comprar cosas más necesarias, en vez de lambisconear al gobernador que suspendió su visita a la comunidad. Al mismo tiempo en Atoyac los padres de familia luchaban y presionaban a las autoridades por la reinstalación de los profesores. El gobernador de Durango pidió a la SEP que sacaran a los agitadores de su estado y así fueron regresados a Guerrero. Reinstalado ya en la “Modesto Alarcón” los padres de familia de la escuela “Juan Álvarez” pidieron asesoría a Lucio en la lucha por las mismas causas contra otra directora Julia Paco Piza. Lucio como profesor de escuela ejerció escasos tres años, pero en ese corto periodo logró enseñar a muchos pobladores a usar el poder propio para lograr justicia; el poder del pueblo organizado y unido, sembrando en la gente la semilla de la nueva sociedad. Lucio como profesor amaba mucho su trabajo, a sus alumnos y al pueblo pobre, por lo que jamás utilizó los golpes ni maltratos contra los niños, más bien prefería comprenderlos, jugar con ellos en los ratos libres y tratarlos con cariño, pues Lucio era muy tranquilo, callado y juguetón. Lucio fue exigente, alegre, bromista y le gustaba cantar, fue acomedido y sin egoísmo, así lo recuerdan quienes lo conocieron. FIN DE SU VIDA CÍVICA El 18 de mayo de 1967 a las 10 de la mañana fue convocado un mitin en la plaza central de Atoyac, pero el gobierno del estado ya había decidido acabar para siempre con la lucha de los padres de familia asesinando a Lucio y masacrando a la gente reunida en tal evento, esta conducta criminal era cotidiana en todo el país hasta 1968. Cientos de policías emboscaron a los pobladores que pacíficamente acudieron al mitin. Cuando Lucio Cabañas comenzó hablar por micrófono el capitán Enrique Castro Arellano quiso matar a Lucio y dio la orden de disparar contra la multitud. Cuando sonaron los disparos mucha gente protegió a Lucio, que entre la multitud logró escapar de la muerte y evadir a los policías para huir rumbo al Ticuí. El resultado de esta masacre fue la muerte de cuatro padres de familia y una señora embarazada, María Isabel Gómez Romero, además de varios heridos. Al día siguiente 19 de mayo de 1967 en la noche, Lucio salió armado con una pistola 32, rumbo a los distintos poblados a buscar voluntarios para iniciar la lucha armada contra los más poderosos y el gobierno. Ante el rechazo que recibió del “Partido Comunista Mexicano”, en el que militaba de poco tiempo atrás. Lucio decidió crear con los rebeldes y colaboradores el Partido de los Pobres, con línea política marxista-leninista, con aportaciones teóricas maoístas y del Che Guevara. Planteaba hacer la revolución socialista levantando a los pobres para suprimir el gobierno de los ricos y conquistar el poder del pueblo para el pueblo, que se manifestaría y se
organizaría en una democracia directa asambleísta, y no representativa como lo hacen las clases explotadoras. Lucio planteaba que el partido debe ser un instrumento del pueblo para la revolución social, el partido debe organizar a las masas creando con ellas los instrumentos de la lucha revolucionaria: el partido, sus Comités Revolucionarios Clandestinos, La Brigada de Ajusticiamiento y las organizaciones populares de lucha. La primera reunión donde se declara solemnemente el inicio de la revolución, se da en El Ticuí el 18 de mayo, luego que pobladores lo salvaron de ser asesinado, y al día siguiente el 19 de mayo en la comunidad de San Martín de las Flores se continúa la incorporación de voluntarios –entre ellos su hermano Alejandro– a la guerrilla, además de reunir colaboradores. Desde el inicio el grupo armado adoptó el nombre de Brigada Campesina de Ajusticiamiento del Partido de los Pobres, que poco a poco creció hasta alcanzar los 102 guerrilleros, entre ellos 20 mujeres, todos con armas de la más diversa procedencia. Entre 1967 y 1974, la Brigada Campesina de Ajusticiamiento resistió 16 campañas militares con fuerzas de miles de soldados. La guerrilla de Lucio fue la más poderosa de su época y la que más daño causó a las fuerzas del gobierno. Incontables soldados y policías fueron heridos y muertos en muchos combates. EN LA GUERRILLA El gobierno se ensañó con la población civil, de los mil 300 desaparecidos reconocidos en la guerra sucia en el México de los setentas, 638 se registraron en Guerrero y alrededor de 400 en Atoyac, la mayoría acusados de estar relacionados con el partido de los pobres. Cerca de la mitad de todos los efectivos del ejército se aglutinaron en el estado de Guerrero, para combatir a la guerrilla que concentraba su acción en sólo tres municipios (Coyuca, Atoyac y Tecpan de Galeana) Pablo Cabañas –hermano de Lucio– fue secuestrado, torturado y encarcelado de 1972 hasta 1977 en Sonora, donde vivía desde 1962. La madre de Lucio, Rafaela Gervacio Barrientos, su mujer Isabel Ayala, su hija Micaela, recién nacida y dos medias hermanas fueron secuestradas y llevadas al campo militar número uno durante casi dos años. Las dos mamás de crianza de Lucio también fueron secuestradas y encarceladas por el gobierno. Los guerrilleros del Partido de los Pobres nunca recibieron ayuda ni entrenamiento profesional de otros países, los problemas los resolvían con apoyo del pueblo, con el ingenio y lucha tenaz de los combatientes. La conducta fue fraterna por lo que hubo escasas confrontaciones violentas entre los compañeros y, por lo tanto, escasearon los hechos de traición. Durante la vida de Lucio jamás se sentenció a ningún compañero con la pena de muerte, aunque el reglamento interno de la Brigada de Ajusticiamiento lo establecía para algunas faltas graves como traición, robo de armas y violación. Los ajusticiamientos sólo se dieron contra los enemigos del pueblo e incluso en el caso de Rubén Figueroa –senador secuestrado en 1974– se le respetó la vida. A los soplones y esbirros del gobierno sólo después de tres avisos, para que cambiaran de conducta, se les ajusticiaba si persistían en sus delaciones. Durante y después de los combates estaba prohibido matar a los soldados desarmados, a los que huían o se rendían. Cuando se les capturaba platicaban con ellos tratándolos de convencer de que abandonaran el ejército y se les dejaba libres. En la guerrilla de Lucio se promovía el estudio y la superación, la Brigada siempre llevaba consigo una biblioteca ambulante con libros clásicos de marxismo e historia, de los cuales el que más se estudiaba era el de La guerra de guerrillas.
Lucio usaba el sobrenombre de Miguel. En la reuniones de decisión trataba de no imponer su voluntad por la fuerza, intentaba convencer explicando las cosas lo más claro posible, nunca imponía esfuerzos o sacrificios que él no estuviera dispuesto hacer, predicaba con el ejemplo. Cuando mandaba recado a sus amigos para pedir algún apoyo usaba el Corrido del Che Guevara seudónimo de Tirso Mesino. Lucio Cabañas Barrientos En la reuniones dejaba que todos opinaran, mientras él tomaba nota Ya el mundo canta sus himnos escuchando atentamente. Al final daba con tristeza sus propuestas con argumentos de y las metrallas van sonando sin cesar importancia. Después de estar de porque ha caído combatiendo allá en la sierra acuerdo y convencidos se tomaban la el Che Guevara para darnos libertad. decisiones en colectivo. Lucio era solidario, sencillo, alegre, Existen hombres cuya patria amante del canto y la guitarra, siempre es todo el mundo aún en los momentos de más peligro, y como Cristo se dedican a luchar tratando al pobre con amor profundo bromeaba con todos para que no como Bolívar, Hidalgo y otros más. tuvieran el miedo atorado en la garganta. Lucio también fue compositor, le Tal es el caso del gran compuso un corrido al Che Guevara. comandante Che Lucio cumplía con sus tareas y, además, siendo argentino hasta Cuba fue a luchar los combatientes recibían de él clases de acompañando en los combates filosofía, historia y política. Les exigía a Fidel que leyeran por lo menos dos horas para enseñar al campesino diarias sin descuidar sus obligaciones. a gobernar. La lucha era justa y la convivencia muy Octubre del año 67 bonita, había mucho respeto y cariño, se cuando en Bolivia combatiendo cuidaban unos a los otros, los ahí caíste guerrilleros se sentían como hermanos. se estremeció todito el mundo, La primera victoria de las fuerzas con tu muerte gubernamentales fue separar a los pero andaremos el camino que nos diste. guerrilleros de las masas que los respaldaban. Para eso el ejército no Y si te fuiste con la pena de Vietnam escatimó el terror. 1974 fue el año vete tranquilo comandante cuando la represión y el cerco se Che Guevara hicieron más tenaces y sangrientos porque esta lucha socialista va a triunfar contra los militantes, simpatizantes, y que ni los gringos ni los ricos colaboradores del partido de los pobres. ya la paran. Fue cuando el Ejército logró construir una red de soplones reclutados con engaños y amenazas de entre los jóvenes desempleados, a los cuales el gobierno les prometió empleos en “actividades culturales y deportivas”, después de enganchados los sacó de las comunidades rebeldes y los integró de manera criminal al ejército para al final introducirlos clandestinamente al interior de sus comunidades de origen como soplones. Esa nueva maniobra, junto con las desapariciones, torturas, amenazas, robos y detenciones que realizó el ejército, se conjugaron con una extensa y tenaz manipulación de los medios informativos de todo el país para desprestigiar al Partido de los Pobres. Para ocultar la brutalidad represiva del Ejército, el gobierno anunció ampliamente su disposición de dialogar directamente con Lucio Cabañas. El Partido de los Pobres se vio ante la disyuntiva: en caso de negarse a a dialogar entonces todos los medios
“informativos” los acusarían de violentos y terroristas; eso justificaría una mayor represión y los aislaría más del pueblo. Si aceptaba dialogar disminuiría un poco la represión contra el pueblo, aunque el gobierno se presentaría como bueno, pacifista y conciliador en los medios de comunicación, y eso le permitiría ubicar y conocer más a la guerrilla. Ante este callejón sin salida, los guerrilleros decidieron aceptar el diálogo, poniendo como condición hablar directamente con el gobernador en el terreno de la guerrilla. Entonces el senador por Guerrero se ofreció Corrido a Lucio Cabañas como voluntario para iniciar pláticas con José Luis Ramírez Lucio Cabañas. Escuchen este corrido El futuro gobernador Rubén Figueroa que yo les voy a cantar Figueroa acudió el 30 de mayo de 1974 a un una historia conocida encuentro pactado con Lucio Cabañas a la yo les voy a relatar sierra. El primero de junio se rechazaron las su nombre es Lucio Cabañas de la Sierra de Atoyac. propuestas del gobierno, se rompieron las pláticas y el entonces senador Figueroa fue En la república entera secuestrado por el Partido de los Pobres. Cabañas es perseguido Posteriormente iniciaron las negociaciones dicen que es guerrillero para liberarlo. tiene fama de bandido si todo esto fuera cierto El 3 de julio Figueroa intentó escapar, pero debe tener sus motivos. no lo logró y el 7 de julio se envió un ultimátum exigiendo cincuenta millones de Para juzgar a Cabañas pesos y la difusión de un manifiesto del hay que tener la razón partido de los pobres en los medios de un hombre que tiene garra debe tener convicción comunicación. al defender a su pueblo Días después los guerrilleros recibieron 25 con todo su corazón. millones de pesos entregados a través de un sacerdote. Guerrero tiene la fama Una de las columnas de la Brigada de tener hombres valientes ahí está Lucio Cabañas Campesina de Ajusticiamiento se enfrentó al pa’ defender a su gente ejército, que perdió seis soldados y rompió el sucesor de Genaro el cerco militar, el 9 de agosto de 1974. El 8 aquel guerrero valiente. de septiembre los militares ubicaron a la columna guerrillera que resguardaba a Mucho cuidado Cabañas no te vayan a matar Figueroa cerca del poblado El Quemado, en recuerda lo de Genaro el lugar conocido como La Pascua, donde eso te puede pasar Figueroa logró huir al enfrentarse los así matan a los hombres guerrilleros con los soldados. que no se saben rajar. El 2 de diciembre Lucio Cabañas Barrientos Ya con esta me despido dio su último combate, cuando la columna de todo el público entero que él dirigía logró romper el cerco militar les he cantado el corrido en las cercanías de El Otatal en el municipio de un hombre que es guerrillero de Tecpan. su nombre es Lucio Cabañas El cadáver de Lucio fue arrojado a una fosa del estado de Guerrero. común en el cementerio de Atoyac, donde el cuerpo permaneció hasta que fueron exhumados sus restos el 3 de diciembre del 2001 y el 12 de agosto del 2002, los antropólogos forenses comprobaron que efectivamente correspondían a Lucio Cabañas Barrientos.
HOMENAJES A LUCIO El 1 y 2 de diciembre del 2002, 28 años después, los seguidores y familiares de Lucio Cabañas, le rindieron un homenaje y trasladaron sus restos en una manifestación que salió de la preparatoria 22 a la plaza pública de Atoyac, donde se levantó un obelisco de ocho metros de altura en su memoria. Ahí fueron sepultados los restos en una urna con motivos prehispánicos que hizo el escultor Pedro Zamudio con forma de tronco y con tres cabezas de tigre como soporte. La urna fue cubierta con una bandera de México. EN AYOTZINAPA Los restos de Lucio Cabañas recibieron homenajes en distintos puntos de Guerrero en el 2002, fecha en la que se cumplieron 28 años de su muerte. Los restos fueron llevados a la Normal Rural de Ayotzinapa escuela en la que se graduó como maestro en 1963. “Ser pueblo, hacer pueblo y estar con el pueblo”, la frase de Cabañas, se pudo leer en uno de los muros de la escuela, ubicada a 12 kilómetros de Chilpancingo. La profesora Estela Cervantes, encargada de la biblioteca de la Normal, conoció a Lucio cuando cursaba la secundaria en la institución. Así lo describió para los medios de comunicación: “Era muy listo y ya era líder en su grupo. En la Normal siempre sacó buenas calificaciones. Cuando se fue de guerrillero a la sierra nunca les dijo a los estudiantes de la escuela que se fueran con él, siempre fue respetuoso”. Sin embargo, varios de sus compañeros de generación lo siguieron a la sierra como Inocencio Castro, Rafael Castro, Francisco Ríos, Carmelo Cortés –quien después dejó el Partido de los Pobres para fundar las Fuerzas Armadas Revolucionarias– y Valentín Nava. La profesora, quien estuvo presente en el homenaje al guerrillero, justificó el hecho de que Cabañas haya optado por la vía armada y condenó que todavía se intenten tomar represalias contra la escuela de la que egresó, con el pretexto de que ahí estudió Lucio. En Ayotzinapa ante la urna con los restos de Lucio Cabañas se realizó un homenaje en la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, con familiares del que fuera líder del Partido de los Pobres. En el patio del plantel se congregaron representantes de las 17 normales rurales del país vestidos de negro y con banderas rojas. Ahí Pablo Cabañas dijo que Lucio era un hombre de gran conocimiento, “por eso buscó la forma de defender los derechos de los oprimidos. Y en vez de escucharlo y responderle con la misma nobleza, le declararon la guerra, por lo que fue obligado a tomar las armas en la sierra y fue acusado de violento, de asesino, de ladrón, precisamente por el sistema que asesinó, desapareció y robó la paz a miles de familias.” Fue en Ayotzinapa en donde empezaron las luchas de Lucio. Por eso los alumnos, integrantes de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México acompañaron con consignas los discursos de los oradores en ese evento. A este homenaje acudieron integrantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS) y Octaviano Santiago, ex diputado local por el PRD y ex integrante del Partido de los Pobres. Estuvo presente Pablo Cabañas Barrientos, hermano de Lucio; así como sus medios hermanos Alejandro y Bartola Serafín Gervasio, que también asistieron a los homenajes póstumos en Chilpancingo y Tixtla. En la Normal Rural de Ayotzinapa, unos 200 jóvenes normalistas y representantes de diversas organizaciones realizaron la madrugada del domingo la velación, para la cual colocaron la urna con los restos de Cabañas frente a un altar con un crucifijo y cirios. En la mañana, los restos fueron homenajeados y llevados en andas por Pablo Cabañas y Alejandro Serafín, así como por un grupo de estudiantes, mientras que los demás asistentes le rendían honores y le cantaban la Internacional Socialista.
EN CHILPANCINGO Unos 500 asistentes, entre estudiantes de diversas Normales de Guerrero, Morelos, Estado de México y Coahuila; así como líderes de organizaciones de colonos y campesinos, acudieron al homenaje póstumo a Lucio Cabañas, que se realizó junto al palacio de gobierno en Chilpancingo. También estuvieron presentes Dominga Cabañas Iturio, tía y madre de crianza de Lucio Cabañas y Micaela Cabañas Ayala, su hija. SU SEPELIO Con la presencia de organizaciones sociales de izquierda y de destacados promotores de la justicia como el padre Máximo Gómez Muñoz y del escritor Carlos Montemayor, finalmente los restos del legendario guerrillero Lucio Cabañas Barrientos fueron sepultados (en una urna con motivos prehispánicos que hizo el escultor Pedro Zamudio) en un mausoleo que se construyó previamente en el zócalo de Atoyac. Con la participación de organizaciones sociales, como la OCSS, Izquierda Democrática Popular, Movimiento de Izquierda Socialista, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y estudiantes de Ayotzinapa. Los restos de Lucio Cabañas estuvieron durante un año en custodia del padre Máximo Gómez en la Iglesia del Dios Único, de donde fueron sacados el sábado 30 noviembre para ser llevados a Ayotzinapa, luego a Chilpancingo. Ya de regreso a Atoyac pasaron por el poblado El Treinta, municipio de Acapulco y por El Cayaco, municipio de Coyuca –en donde vivió parte de su infancia Lucio– para llegar la noche del domingo primero de diciembre del 2002, a esta cabecera municipal. Los honores comenzaron con una marcha de la escuela preparatoria número 22 al zócalo. Durante la noche del domingo 1º de diciembre se realizó una velada cultural en la plaza Morelos con la participación de todas las organizaciones presentes, en el momento que se depositaba la urna que contenía los restos de Lucio Cabañas en el altar frente al Ayuntamiento un grupo de jóvenes vestidos de civil repartió calcomanías del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente, informaban que ese grupo armado seguía los ideales del líder del Partido de los Pobres. Por la mañana, del 2 de diciembre del 2002, los restos de Lucio Cabañas fueron llevados al panteón de la comunidad de San Martín de las Flores donde está sepultada su madre la señora Rafaela Gervasio Barrientos. Allí se montó una guardia de honor en el panteón ante la presencia de los restos. En este acto en que la población de la comunidad se hizo presente, Pablo Cabañas Barrientos hizo uso de la palabra y dijo que su hermano Lucio Cabañas, Chío como le llemaba la familia, vino al encuentro con su madre, quien se murió pidiendo al gobierno que le entregaran sus restos. También habló Alejandro Serafín quien llamó a la unidad de todo el movimiento revolucionario para hacer frente a los embates del imperialismo que ahora ha inventado nuevas formas de dominación para controlar a los pueblos más pobres. Luego los restos de Lucio Cabañas fueron regresados a la cabecera municipal. En la entrada de la colonia 18 de Mayo comenzó la marcha encabezada por la urna con los restos al frente, pasaron a la escuela primaria Modesto Alarcón donde fueron recibidos por maestros y alumnos. Después el cortejo partió con los restos para darle sepultura en el zócalo de la ciudad bajo el obelisco erigido en su honor, mismo que proyectó el arquitecto Hilario Arroyo Valadés. Posteriormente las organizaciones sociales de izquierda, el 2 de diciembre del 2004, colocaron una estatua de Lucio Cabañas que esculpió el escultor Jorge Ramírez (de Celaya
Guanajuato) en la fundición de los hermanos Rivero en la Ciudad de México y la develaron en el obelisco, con la presencia del escritor Carlos Montemayor, el Padre Máximo Gómez y la luchadora social, Hilda Flores Solís. LINO ROSAS Y ESTEBAN MESINO Después de estar desaparecidos por más de 32 años por fin fueron entregados los restos de los guerrilleros, Lino Rosas Pérez René y Esteban Mesino Martínez Arturo. Los combatientes eran miembros de la última columna que acompañaba a Lucio Cabañas Barrientos cuando murió el 2 de diciembre de 1974. Después del combate, tres jóvenes rebeldes fueron detenidos con vida, Lino y Esteban fueron asesinados por los militares, para luego ser sepultados clandestinamente en El Guayabillo. Marcelo Serafín Juárez está desaparecido hasta la fecha. La Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado los localizó y los restos fueron exhumados para aplicarles exámenes de ADN, los estudios resultaron positivos y una vez disuelta la Fiscalía, la Coordinación de Investigaciones de la Procuraduría General de la República fue la encargada de entregar a los familiares los restos, que fueron traídos a la ciudad de Atoyac el jueves 8, en cajas de cartón. Los restos fueron puestos en ataúdes en las oficinas de la Asociación de Familiares de Desaparecidos y Víctimas de las Violaciones a los Derechos Humanos. Los dos combatientes fueron sepultados la mañana del viernes 9 de febrero del 2007, para tal efecto se ofició una misa de cuerpo presente en la iglesia de Santa María de la Asunción, de ahí fueron llevados con música de viento al panteón municipal, donde estuvo sepultado clandestinamente Lucio Cabañas. Ahí quedaron sepultados los jóvenes rebeldes, René y Arturo. Carmelo Cortés Castro Fue originario del Rincón de las Parotas, nació el 16 de julio de 1948. Hijo Juan Cortés Cuyuco, Aurelia Castro Millán, estudió la primaria en Atoyac, se venía caminando todos los días desde el Rincón de las Parotas, para asistir a la primaria “Modesto Alarcón”. Sus compañeros de aula lo recuerdan por su capacidad tan analítica de preguntar. Hacía preguntas que muchas veces metía en aprietos a sus maestros. De niño Carmelo siempre cargaba consigo una resortera con la que certeramente mataba pájaros para ayudar al sustento familiar. Al terminar la primaria, continuó sus estudios en el internado de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, ubicado en las afueras de la ciudad de Tixtla Guerrero, donde ingresó en 1962 para cursar la secundaria. En ciclo escolar 1964-1965 fue miembro del comité nacional de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM). Como estudiante Carmelo frecuentaba las oficinas de la Liga Agraria Revolucionaria del Sur Emiliano Zapata, donde lo comisionaban para que acompañara a los campesinos a la oficina del departamento agrario y tratara los problemas respectivos. Concluida la secundaria, salió del internado para continuar sus estudios en la Universidad Autónoma de Guerrero, en la preparatoria número Uno, en Chilpancingo, quería ser abogado. Ahí hizo contacto con miembros del Partido Comunista Mexicano y su filial, la Juventud Comunista a la que ingresó en 1966, en esta militaban los jóvenes Pablo Sandoval Ramírez, Pedro Helguera Jiménez, Virgilio de la Cruz Hernández y los hermanos César y Serafín Núñez Ramos. La relación con gente de izquierda le abrió el camino al estudio del marxismo, y se convirtió en un estudioso de esta ciencia. En octubre de 1966, Carmelo participó en la toma del edifico docente. Como estudiante de la preparatoria Uno, enfrentó al rector de la UAG Virgilio Gómez Moharro en su
pretensión de reelegirse en el cargo, lo que originó un gran movimiento estudiantil y popular que desembocó en una huelga general, primera que registra esa casa de estudios después de obtener su autonomía en 1963. El cardiólogo Gómez Moharro tuvo que renunciar al cargo en 1966. Por esos acontecimientos, el Consejo Universitario, enjuició a 47 universitarios, académicos, administrativos y estudiantes; entre estos últimos a Carmelo. El 5 de enero de 1967, asistió a la primera conferencia nacional de las juventudes comunistas de México que se efectúo en Atoyac de Álvarez. El 23 de marzo de 1967, concluyó el juicio y se dictaminó la expulsión definitiva de todos ellos, con una diferencia, en el caso de Carmelo había una nota especial con la leyenda: “sin ningún derecho a revisión”. Así quedaron truncados los sueños de quien aspiró a estudiar la carrera de abogado. Después de ser expulsado, participó de manera activa en distintos movimientos sociales; en La Gran Marcha, programada para caminar del estado de Michoacán al Distrito Federal en pro de la libertad de Rafael Aguilar Talamantes y posteriormente fue delegado por Guerrero para apoyar al movimiento estudiantil de la ciudad de México en 1968. El 3 de marzo de 1968 se celebró en la ciudad de México el primer Seminario Nacional por la Reforma y Democratización de la Enseñanza, evento al que asistió un numeroso grupo de jóvenes comunistas de avanzada, entre ellos el inquieto Carmelo. En 1969, el Partido Comunista Mexicano le consiguió una beca de estudios en la URSS de donde regresó en 1970. Ahí conoció a luchadores sociales de Centro y Sudamérica, que con los años se convertirían en dirigentes importantes de la insurgencia guerrillera de Latinoamérica. De regreso a México impulsó las discusiones de deslinde en el seno del PCM y su filial, la Juventud Comunista, con la intención de lograr un apoyo más allá de lo declarativo, para la lucha que había iniciado ya en Guerrero el profesor Lucio Cabañas Barrientos. Sin embargo todo esfuerzo fue inútil y vino el rompimiento definitivo en una reunión que se efectuó por el rumbo del Peñón de los Baños de la ciudad de México. En esa discusión los representantes del PCM fueron barridos y regados por ese par de jóvenes guerrerenses (Carmelo y Octaviano) que asumían posturas radicales, que comprometían seriamente la línea del partido. Sus posturas radicales en su tiempo de dirigente estudiantil, le valieron varias detenciones por parte de la policía, con las consiguientes sesiones de tortura. A principios de 1970, se incorporó al Partido de los Pobres, hasta que fue detenido el 19 de noviembre de 1971, en Atoyac de Álvarez junto con Carlos Ceballos Loya y Gabriel Barrientos Reyes. Fue llevado con su compañeros al Campo Militar número Uno y fue regresado a Guerrero para ser recluido en la penitenciaría de Chilpancingo de donde se fugó el 20 de agosto de 1972, junto con Carlos Ceballos Loya, con quien regresó al Partido de los pobres. En los primeros meses de 1973, quedó como responsable de la Brigada Campesina de Ajusticiamiento del PDLP, al salir Lucio a la ciudad de México, para atenderse de una enfermedad, por ese tiempo se redactó un nuevo ideario del PDLP, el segundo que se conoció, mismo que fue publicado por la revista ¿por qué? Esta iniciativa le costó perder la confianza de Lucio y otros, lo que le valió la sanción, dictada en mayo de 1973, por ocho meses fuera de la brigada, aunque oficialmente se argumentó cuestiones de “moralidad”. El 8 diciembre de 1973, fundó junto con otros jóvenes el grupo urbano denominado Fuerzas Armadas Revolucionarias, que originalmente pretendía estrechar lazos de colaboración con el PDLP, pero el rechazo de Lucio terminó con esa posibilidad, en enero de 1974. El 12 de septiembre de 1974, los miembros de las FAR caen en una emboscada en Plan de Lima. El 20 de septiembre del mismo año, cayeron prisioneros los primeros miembros de esa organización, entre ellos Juan Manuel, responsable de moverlo en sus actividades
revolucionarias; afortunadamente las medidas de seguridad adoptadas por las FAR, permitieron a Carmelo burlar el acoso policiaco. El 25 de julio de 1975 dirigió y participó personalmente en la expropiación del Banco Nacional de México, sucursal la Selva, de Cuernavaca Morelos. En esta acción resultaron dos policías muertos. La persecución continuó hasta las afueras de la ciudad, donde los perseguidos se vieron forzados a pararse y enfrentar a sus perseguidores; el saldo fue de un subjefe policiaco muerto y un agente herido. El monto de lo expropiado fue de más de dos millones de pesos, de los cuales la policía recuperó ochocientos mil la madrugada del siguiente día. Después del asalto Carmelo Cortés se refugió en el Cerro de las Tetillas, junto con Pedro Helguera, pero por un descuido de Valentín Ontiveros Abarca que abandonó un saco en uno de los taxis robados que se usaron en el asalto la policía siguió la pista de la prenda y comenzaron a dar con los guerrilleros. Además que, según la versión de don Simón Hipólito, muchos traicionaron a Carmelo huyendo con el dinero a Guerrero. Luego de la detención de Pedro Helguera y Simón Hipólito Castro, la policía sitió a Carmelo en el Cerro de las Tetillas, por eso don Simón Hipólito está convencido que Carmelo Cortés murió el 5 de agosto de 1975 en el cerro de las Tetillas y que la policía lo fue a tirar al DF para quedarse con el dinero del asalto que Carmelo cargaba en una mochila de piel color café. Después de eso los periódicos difundieron que Carmelo estaba cercado en Morelos y que no tenía escapatoria; en la radio decían que se dirigía al Distrito Federal herido de bala. Aunque según la versión de Evangelista llegó a la ciudad de México sin ninguna herida. De su caída hay varias versiones una de ellas es que cuando fue a ver a un oculista en la ciudad de México alguien lo delató y “cuando Carmelo salió del consultorio había mucho movimiento sospechoso; aunque quiso burlar el cerco esto no le fue posible y se enfrentó valientemente al enemigo eliminando a dos agentes antes de caer herido 35, en compañía de otro militante de las FAR. Existen otras versiones como que a Carmelo lo detuvieron el día 29 de agosto en el consultorio y que después de torturarlo y al no obtener ninguna información los agentes de la Dirección Federal de Seguridad y demás corporaciones policiacas lo asesinaron e hicieron aparecer que murió en un enfrentamiento. “El parte oficial sostiene que Carmelo acompañado por otros dos sujetos, había amenazado con dinamitar el Centro Comercial Sears Reebuck; el gerente, de nombre Luis Smelka, recibió una llamada anónima exigiéndole doscientos mil pesos para no detonar el artefacto”.36 El 31 de agosto de 1975 en la madrugada; supuestamente fue detectado un Volswagen donde viajaban tres sujetos, uno de ellos era Carmelo, quienes al verse descubiertos huyeron y fueron perseguidos hasta que se enfrentaron en las calles de Presa San Martín y Presa Cointzio donde fueron abatidos por el enemigo. El 2 de septiembre de 1975, el periódico La Prensa publicó que el guerrillero muerto junto a Carmelo Cortés fue identificado y se llamaba Daniel Flores. La otra versión es la de don Simón Hipólito “Carmelo murió después de cometer este asalto. Al parecer en un enfrentamiento con la Policía en el Cerro de las Tetillas, de Cuernavaca Morelos. El Comandante de las FAR fue ultimado en una de las faldas del cerro de las Tetillas por elementos judiciales, cuyo cadáver fueron a tirar a la periferia del Distrito Federal, donde corrieron la versión de que fue ultimado en el momento que se disponía a asaltar una negociación”37. Corrieron esa versión para quedarse con la mayor Evangelista Muñoz, Agustín. Carmelo Cortés Castro y la guerrilla urbana, Fuerzas Armadas Revolucionarias FAR, Publidisa Mexicana SA DE CV, México 2007. P. 72 36 Evangelista Muñoz, pp. 73-74. 37 Hipólito Castro, Simón. Carmelo Cortés Castro. Su lucha, sus FAR. La traición… Su muerte. Edición del autor, México, 2010, p. 115. 35
parte del millón seiscientos mil pesos que cargaba el comandante de las FAR en la mochila de piel color café y en su cinturón. (Con datos de José Arturo Gallegos Nájera, Simón Hipólito Castro y Agustín Evangelista Muñoz) Doctor Antonio Palós Palma Este coronel médico del ejército republicano español llegó a México expulsado por el gobierno de Venezuela, donde fue ministro de salud, por haberse inmiscuido en el movimiento del guerrillero Douglas Bravo. Formaba parte de un movimiento internacional denominado “Estrella Roja” la CIA lo buscaba en México. Agentes de esa central de inteligencia gringa, lo visitaron en su consultorio, para preguntarle por el paradero del Che Guevara, cuando el internacionalista argentino desapareció y no sabían su ubicación hasta que apareció en Bolivia. Era egresado de la Universidad de Salamanca, peleó en España contra el golpe de estado de Francisco Franco, de formación socialista, hizo estudios militares en la Unión Soviética, por eso apoyaba las luchas de los obreros y campesinos. Fue un gran humanista y revolucionario. Fue amigo del general Alberto Bayó, instructor militar del movimiento 26 de julio, quien lo invitó a La Habana. Allí conoció al Che Guevara quien le regaló autografiada su obra La Guerra de guerrillas libro que cuidaba como su más preciado tesoro. Palós escribió el prólogo del libro Tempestad en el Caribe donde Bayó narra su experiencia como combatiente internacional de esa zona del continente. Palós fue un destacado miembro de La Legión del Caribe, ayudante del general Juan Rodríguez García quien financió la expedición de Luperón contra el tirano de República Dominicana Rafael Leónidas Trujillo en 1944. Bayó define a Palós como luchador generoso, valiente e idealista, por eso lo escogió para que le hiciera el prólogo de su libro Tempestad en el Caribe. Algunos fuentes coinciden que Antonio Palós Palma llegó a nuestra ciudad de Atoyac en 1948, vivió primero en la casa de las hermanas Serafín y después vivió en una vivienda que le decían “El castillo del doctor Palós” que estuvo ubicada en la calle Juan Álvarez, atrás del Centro Cultural. Era una construcción de tres niveles, que él mismo hizo con sus propias manos, no tenía varillas estaba sostenida solo de alambrón y los tabiques de canto. Aún así era resistente. Se casó en Atoyac con Paula Cabañas.38 Se le recuerda alto, rubio, rollizo, inteligente, gruñón, malhumorado y gritón. Su forma de hablar era fuerte, hablaba con mucho garbo. Tenía un hospital bien formado con todo el equipo en los años de 1956-1957, el suyo fue el primer quirófano que hubo en Atoyac. Su sanatorio tenía camas y todo. Estaba ubicado en el número uno de la calle Arturo Flores Quintana, como dije antes, en una casa que le rentaban las hermanas Serafín. Le gustaba la pintura llegó a exponer en la ciudad de México. Pintaba hermosos cuadros al óleo, “mucho pintaba al Quijote de la Mancha, al que plasmó en la fachada de su casa”. Le gustaba escuchar a Juan Manuel Serrat, los poemas hechos canciones de Antonio Machado, Miguel Hernández y Federico García Lorca. Cuando la masacre del 18 de Mayo de 1967, fue el único médico que se atrevió a dar auxilio a los heridos que quedaron en el zócalo, con su bata blanca, su maletín negro de piel y sus lustrosos zapatos negros, llegó a la plaza para levantar a los lesionados. En la calle Arturo Flores Quintana llegó a vivir con su esposa doña Chea, así le llamaban a su esposa que era de República Dominicana. Con sus hijos Chingolo, José Antonio y Libertad. En ese domicilio pasó una tragedia familiar, porque Palós se enamoró de su 38
Decidor Silva Valle, El Sol de Acapulco, 6 de octubre de 1995.
enfermera Paula Cabañas y por eso su esposa se fue. Tenía además una hija que se llamaba María Palós y que radicaba en los Estados Unidos. “Estimó mucho a Alejandro Gómez Maganda a quien conoció cuando, ex gobernador de Guerrero, fue embajador en Europa. Tenía una cultura muy amplia. Un hombre fiel a sus ideas, nunca claudicó”39. Lucio Cabañas y Serafín Núñez Ramos cuando trabajaban en la escuela primaria “Modesto Alarcón” lo invitaban a dar pláticas de medicina y primeros auxilios a los padres de familia. Tenía el grado de coronel en el Ejército Republicano Español, excombatiente de su país, partidario del bando republicano, contra la dictadura franquista. Tenía muchas heridas en su cuerpo que le habían hecho las balas en las batallas. Enseñó estrategia militar a Lucio Cabañas, fue quien le dio las ideas sobre la guerra de guerrillas, con quien estaba emparentado por que se casó con Paula Cabañas, prima de Lucio. Además de ser asesor militar de Lucio Cabañas, Palós regaló a la guerrilla dos pistolas Star españolas calibre 22. Palós enseño a Lucio y al Negris a tirar con rifle. El médico republicando era excelente tirador. Sobre Palós se tejieron muchas leyendas. Una de ellas es que mantuvo a su hijo embalsamado en la casa durante mucho tiempo, antes de llevarlo al panteón. Que cuando se fue lo desenterró y se lo llevó. Entre otras cosas que se dicen, pero lo que más llamaba la atención era su forma muy particular de curar. Luis Hernández Navarro escribió, en La Jornada del martes 5 de enero de 2010, que en cierta ocasión le trajeron a Palós un paciente con un cuchillo clavado en el pecho, cerca del corazón. El exiliado que guardaba siempre una pistola para “lo que se ofreciera”, en esa ocasión la usó para distraer al moribundo. El herido se desangraba en la cama del tratamiento y ya casi entraba en estado de choque cuando el cirujano, con una mano tomó el cuchillo en posición de extraerlo y con la otra sacó su pistola con el tiro en la recámara. Sin miramientos “amenazó” al apuñalado: “Ya no te puedo ayudar, creo que te vas a morir –le dijo, mientras le apuntaba con el arma de fuego en el pecho. Es más –añadió- te voy a disparar un balazo de una vez para que ya no sufras más…” Aterrado con las palabras del galeno, el campesino lesionado se desconcertó. En ese momento el doctor tratante sacó el puñal clavado en la región precordial. Paró la hemorragia, hizo la desinfección y le salvó la vida. Esa misma historia yo me la sé de otra manera, dicen que en un pleito a un hombre lo hirieron con un puñal a un ladito del corazón, el agresor huyó dejándole el cuchillo clavado en el pecho. Los familiares fueron con un médico y les dijo que si jalaba el cuchillo, le cortaría el corazón y moriría, fueron con otro médico y lo mismo. Solo les quedó el recurso de acudir con Palós y llegando la mamá del herido le explicó el caso. Con indiferencia les dijo –pónganlo ahí-, y lo recostaron en una cama. Palós comenzó a maldecir. En otras palabras le dijo que por pendejo le había pasado eso y que los pendejos no merecían vivir, diciendo esto sacó un gran puñal y haciendo alarde de gran coraje amagó al herido que asustado encogió el corazón y Palós con gran velocidad sacó el puñal salvándole la vida. En otra ocasión le llevaron a un descaderado que se quejaba lastimeramente y los demás médicos no habían podido curar. Palós lo sentó en un columpio lo meció fuerte y cuando venía de regreso lo recibió con un tablazo en la cadera y al sentir el golpe el hombre gritó al momento que brincaba del columpio caminando normalmente. A otro le salvó el brazo gangrenado poniéndole sanguijuelas en la parte afectada. Tenía métodos no muy convencionales para curar. Palos le salvó el brazo a Alberto Ludwig Nogueda. Alberto había tenido un accidente de tránsito y lo trataron los mejores médicos de la capital del país, quienes proponían cortárselo de regreso en Atoyac Palós se lo salvó. 39
Abelardo Cejas Soberanis.
Un día le llevaron un joven loco de Coyuca, amarrado con cadenas. Palós le abrió las dos piernas con un bisturí y le inyectó hacia adentro provocándole dolor para que la mente de la persona se concentrara en el dolor y así lo alivió. A la hija de doña Catalina Solís la rellenera, otros médicos le iban a cortar la pierna y se la salvó. Para la cirugía Palós era muy bueno. Una vez hubo una balacera en la calle Juan Álvarez, hirieron a Juan Ríos quien quedó desecho con el ojo saltado, lo dieron por muerto, Palós lo recogió en una ambulancia, porque fue el primer médico en tener ambulancia, recogió los heridos y los restituyó. Juan no perdió la vista. El doctor Palós y su hijo Antonio curaban a los heridos y enfermos de la guerrilla en una casa de seguridad ubicada dos cuadras al Sur de su consultorio, curó incluso a Isabel Ayala mujer de Lucio Cabañas. Palós atendió un herido en Acapulco, producto de la acción en la que la guerrilla ajustició a José Becerra Luna. Comenta Hernández Navarro que uno de los grandes dolores en su vida le llegó con la muerte accidental de su hijo. Palós había dejado mal acomodada su pistola y el muchacho la encontró y se puso a jugar con ella. El arma se le disparó en la cabeza. Él quiso reanimarlo pero no pudo. Embalsamó el cuerpo de su hijo y lo conservó en su casa por un tiempo y después lo llevó al panteón. No hubo velorio. “Su hijo Quito se mató se dejó ir una descarga de un 22 Trejo de ráfaga. Se metió todo el cargador en la sien que le desbarató la cara”.40 Económicamente a Palós no le convenía vivir en Atoyac, porque no ganaba, él se gastaba con la gente su dinero que ganó honradamente cuando fue ministro de Venezuela. Cobraba poco por sus consultas, eran pagos simbólicos los que recibía. No les arrebata a los pacientes el poco dinero que llevaban. Los pacientes de Palós con una sola consulta sanaban. Tenía conocimientos de arquitectura y albañilería acudía por las noches al panteón a trabajar la tumba de su hijo Faraón. Dominaba muy bien la técnica de la acupuntura china. Para curar un herido, un baleado no había mejor médico que Palós en toda la región. En una zona convulsa como la nuestra, no encontraban otro médico más capaz en ese terreno, pues adquirió mucha experiencia en el frente de Batalla, por eso siempre estuvo ocupado y ejerciendo con mucho gusto su profesión. Siempre tenía la sala de su casa llena de heridos. A él no tan fácilmente se le moría un paciente de urgencia. Antes de salir de España estudió psiquiatría. Sabía latín, francés y algo de inglés. Cuando ocurrió la masacre del 18 de mayo ya no tenía la ambulancia, acudió al lugar de los hechos en un coche Mercedes. Fue médico cirujano de la fuerzas de seguridad Pública en la región de la Costa Grande. También tuvo el cargo de Médico Regional de la Fuerzas de Seguridad Pública del estado, documentos de 1958, así lo acreditan. En esos documentos se firmaba como Antonio José Palós Palma. Palos se fue de Atoyac, en 1974, después de haber internado durante 15 días en su casa a Lucio Cabañas. Se llevó a su hijo Antonio y a su mujer Paula Cabañas. Dice Felipe Fierro que antes de irse fue a despedirse de Benjamín Luna al rancho de Los Coyotes. En ese lugar tomó un puño de tierra y se lo llevó como recuerdo de Atoyac. Tenía una relación estrecha con el dirigente comunista Ramón Danzós Palomino. Tambien tenía un amigo español muy rico que se llamaba Máximo López que mucho lo ayudó económicamente. Palós decía que se quería morir en Atoyac, pero se tuvo que ir porque la represión estaba muy dura a esas alturas y la guerrilla estaba cercada. Entre otros datos están que Antonio José Palós Palma nació en Córdoba, España. Medico, fue miembro del Partido Comunista Español, casado con la sobrina de la famosa revolucionaria comunista Dolores Ibáurri Gómez (La Pasionaria). Se exilio en Venezuela y al ser expulsado por el dictador Marcos Pérez Jiménez se refugió en México. Luego volvió 40
Abelardo Cejas
a Venezuela y los últimos días los vivió en la población de Araya, estado de Sucre, donde falleció el 8 de febrero del 2005. Fuentes: Decidor Silva Valle, Abelardo Cejas Soberanis, Mundo Ríos y Luis Hernández Navarro, en La Jornada del martes 5 de enero de 2010,
HISTORIA DEL CUARTEL MILITAR Las instalaciones del cuartel militar de Atoyac comenzaron a edificarse el 22 de junio de 1971, bajo la supervisión del teniente ingeniero constructor Julio Urrutia. El director general de armas de ingenieros militares era el general de brigada ingeniero constructor José María Alba Valle, La pescada. El edificio se construyó en el paraje conocido como Los Pozos de Tierra que pertenecían a varios propietarios, entre ellos a Clara Santiago y Mario Rodríguez Núñez, quien le había comprado a Paula Pinzón y una porción a la familia Mariscal. Se construyeron 10 barracas para dormitorios, un comedor, pequeñas cabañas para comandancia y sección sanitaria. Había una loma que se rebajó para patio de honores. Después de la edificación de las galeras se construyeron residencias para jefes y oficiales y casitas para la tropa. Dos años después en 1973, en pleno apogeo de la Guerra Sucia se instaló por primera vez el 50 Batallón de Infantería, que estaba al mando del coronel Alfredo Cassani Mariña. Dos años después llegó el 49 batallón de infantería, que desde 1975 estuvo ocupando el lugar hasta septiembre de 1994, cuando se marchó a Petatlán, luego a La Paz Baja California. El martes 15 de noviembre de 1994 salió la noticia de la transferencia del cuartel militar al gobierno estatal, quien puso a funcionar un Colegio de Policías; el cual desapareció en el 2005 y en el 2006 las instalaciones pasaron a manos del municipio de Atoyac, por eso ahora funcionan ahí las oficinas del Ayuntamiento. Una compañía del 49 batallón se quedó resguardando las instalaciones del Inmecafé hasta 1996, cuando llegó el mando de la 27 zona militar –que estaba en Acapulco− y se instaló ahí, mientras construían su cuartel en El Ticuí. En donde los militares compraron los terrenos de la pequeña propiedad que tenían Delfino Castro, Abel Garibo, Silvestre Garibo y Gumero Zamora. LA GUERRA SUCIA Se le llama Guerra Sucia al periodo durante el cual el gobierno federal y del Estado descargaron toda su furia contra el pueblo indefenso y usaron todo su poder para torturar y desaparecer a disidentes, pero, principalmente, a personas inocentes que eran acusadas de tener algún nexo o de ser colaboradores de la guerrilla, así más de 400 personas de Atoyac, fueron sacadas de sus casas por el Ejército o la Policía Judicial y nunca volvieron con los suyos. Muchos de estos desaparecidos, fueron detenidos durante los cateos que los militares realizaron en las comunidades o en retenes que el ejército y los judiciales tenían en la carretera. En la entrada de la ciudad, en el lugar que le llamábamos el Tejaván, la Policía Judicial tenía un retén; el Ejército en San Andrés, La Y Griega y en otro lugares instalaba retenes ambulantes, en donde operaban madrinas. En muchos casos eran guerrilleros detenidos y torturados por el Ejército obligados a delatar a sus compañeros. Dichas madrinas subían a los camiones de pasajeros y si reconocían a alguien, esa persona era bajada
con lujo de violencia; la mayoría de los que fueron detenidos de tal manera nunca volvieron a ser vistos en sus hogares. La mayoría de los que se llevaron los cuerpos policíacos eran inocentes. Fueron víctimas de intrigas y de señalamientos infundados de caciques o de gente que les tenía mala voluntad. El ejército o la judicial se los llevó sin mediar alguna investigación y sin hacer caso de los ruegos de los familiares que los buscaban. De los mil 300 desaparecidos que hay en el país, 638 son de Guerrero y alrededor de 450 eran campesinos y maestros de Atoyac. Los maestros que no abandonaron sus plazas en la sierra durante la represión fueron desaparecidos. Son los casos de Rafael Castro Hernández, Vicente Higinio Ortiz Nava y Félix Bello Manzanares. El líder político don Rosendo Radilla Pacheco fue detenido en un retén ambulante en la colonia Cuauhtémoc. Las hijas de don Rosendo han dado la lucha para que lo regresen con vida o en su caso se investigue sobre el paradero de sus restos. Otro desaparecido es Misael Martínez, quien fue detenido en una de las calles principales de Atoyac por el capitán Elías Alcaraz, el 7 de marzo de 1978. Casos emblemáticos como El Quemado donde los campesinos fueron reunidos en la cancha del lugar el 5 de septiembre de 1972, detenidos y llevados en helicóptero al puerto de Acapulco. En el mismo caso está El Rincón de las Parotas. El 2 de septiembre de 1972 fue desaparecido Jacob Nájera Hernández, sacado por la judicial de la casa de sus suegros en San Jerónimo de Juárez, ahora en su honor la escuela preparatoria de ese lugar lleva su nombre. Un 9 de septiembre de 1974, el Ejército desapareció a cinco personas del Cerro Prieto de los Pino. Ese mismo mes los militares sepultaron varios cuerpos en el lugar conocido como La Polvosa. A las 10 de la mañana del 27 de enero de 1975, hubo un cateo en la comunidad de los Valles por personal del 27 Batallón de Infantería. Se llevaron al esposo de Esther Romero que era de San Martín de las Flores, tenía una semana viviendo en esa comunidad. También a Israel Dionisio Romero. El helicóptero llegó a las 2 de la tarde por las armas que le habían quitado a los del pueblo, no les dejaron ni siquiera un rifle para los venados. A Julio Galindo Romero, también de Los Valles, se lo llevó la judicial el 4 de diciembre de 1977; la misma suerte corrió Acacio Gómez Iturio, su vecino. Ambos fueron sacados de sus respectivas casas, a la una de la mañana y jamás se volvió a saber de ellos. Muchos atoyaquenses han luchado por la presentación con vida de sus parientes, pero los más insistentes han sido los familiares de Rosendo Radilla Pacheco, Emeterio Abarca García, Alberto Mesino Acosta, Antonio Urióste Santiago, Florentino Loza Patiño y Francisco Argüello Villegas. El gobierno ha hecho una gran simulación para aparentar que está buscando a los desaparecidos. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, hizo una investigación en busca de los desaparecidos y emitió un informe, que nadie tomó en cuenta y en marzo del 2001, visitadores de la CNDH realizaron excavaciones en Agua Zarca, en donde había indicios de que el ejército había enterrado prisioneros muertos. Luego ante la denuncia de vecinos el 15 de marzo del 2001, peritos de la Procuraduría General de la República realizaron excavaciones en los Tres Pasos, en la vivienda de Guadalupe Gervasio Barrientos tía de Lucio Cabañas, esa casa durante la guerrilla fue utilizada como cuartel por los soldados, según informó la procuraduría los restos que ahí se encontraron resultaron ser de animal. Durante el periodo presidencial de Vicente Fox, el 27 de noviembre del 2001 fue creada por decreto presidencial la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado y el 4 de enero del 2002, en la ciudad de México el Procurador General, Rafael
Macedo de la Concha, presentó a Ignacio Carrillo Prieto como Fiscal Especial, quien inmediatamente comenzó a trabajar. El 26 de mayo del 2002, se inauguró la oficina de la Fiscalía en Atoyac, asistió Carrillo Prieto y quedó como representante de esa dependencia la doctora Georgina Landa. Luego el 28 de julio de ese mismo año, el fiscal Ignacio Carrillo Prieto visitó la población de Los Piloncillos para oír los testimonios de los pobladores sobre la masacre perpetrada por el ejército mexicano en ese lugar. Ante los nulos resultados de la Fiscalía Especial, los familiares de desaparecidos acudieron ante instancias internacionales. El 15 de marzo del 2008, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos interpuso una demanda en contra del Estado Mexicano en el caso de la desaparición forzada de Rosendo Radilla Pacheco, ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Presionado por la opinión pública, el Estado mexicano –a través de la PGR– llevó a cabo excavaciones (las cuales iniciaron el 7 de julio de 2008) de las zonas donde encontraron anormalidades con el georradar, en las instalaciones que fueron del 49 Batallón de Infantería. Se escarbaron alrededor de 400 metros lineales, pero nada se encontró; sin embargo, otras áreas quedaron sin investigar por lo cual los familiares de desaparecidos que estuvieron al pendiente quedaron insatisfechos. En fechas recientes el gobierno mexicano fue sentenciado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos y está obligado a reparar los daños en el caso de la desaparición forzada de Rosendo Radilla Pacheco. Estamos en espera de los resultados. ROSENDO RADILLA PACHECO El 25 de agosto de 1974, detuvieron en un retén militar del municipio de Atoyac a don Rosendo Radilla Pacheco de quien nunca más se volvió a saber su paradero. Era cafeticultor, ganadero, gestor público y un magnífico padre de familia. Don Rosendo fue hijo de Agustina Pacheco Ramos y de Felipe Radilla Radilla. Nació el 1º de marzo de 1914, en las Clavellinas. Se casó en 1942 con Victoria Martínez Neri. Con quien tuvo 12 hijos: Romana, Andrea, Evelina, Rosa, Tita, Ana María, Agustina, Ma. Del Carmen, Ma. Del Pilar, Judith, Rosendo y Victoria. De acuerdo con Andrea Radilla “La revolución que marcó a Rosendo no era la de Mariscal, de quien nunca habló, era la de Pablo Cabañas a quien le llevaba bastimento, la de Feliciano Radilla que podía con los verdes, la de Manuel Téllez que sin miedo se enfrentó a los terratenientes y la de Lázaro Cárdenas que les entregó las tierras”. Además de la gestión para la construcción de la escuela “Modesto Alarcón”, Rosendo Radilla participó en la creación de la Escuela Secundaria Federal de Atoyac, la secundaria técnica de Río Santiago y la primaria Lázaro Cárdenas de Atoyac. Como Secretario General del Comité Regional Campesino gestionó escuelas para varios poblados de la Sierra y se hacía cargo de conseguir maestros cuando hacían falta. El 1 de enero de 1955, Rosendo Radilla formó parte del Consejo Municipal de Atoyac encabezado por el señor Jesús María Serna Vargas, quien debería desempeñarse como Presidente Municipal de 1955 a 1957, pero por desafuero fue sustituido por don Rosendo Radilla el primero de junio. Él tampoco terminó el periodo constitucional ya que fue depuesto el 31 de agosto de 1956. Entre las obras construidas durante su corta gestión, están los primeros cuatro puestos del mercado municipal. Adquirió el primer camión para el servicio de limpieza. Construyó el cuartel militar que estaba ubicado en El Calvario. Fue Secretario General del Comité Regional Campesino –cargo que desempeñó de 1956 a 1960. En agosto de 1956 formó parte del Comité Pro construcción del Hospital Rural, hoy centro de salud de la Parota. Los familiares de don Rosendo Radilla Pacheco interpusieron
una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que a su vez envió el caso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la cual encontró culpable por desaparición forzada al estado mexicano, quedando éste obligado a resarcir el daño y modificar las leyes para limitar el fuero militar. Florentino Loza Patiño el guerrillero poeta Nació el 16 de octubre de 1944, en la comunidad de Porvenir Limón y el 14 de julio de 1977, cuando acudió a la ciudad de Oaxaca a recoger la nómina de los trabajadores, al salir de las oficinas del Instituto Mexicano del Café (Inmecafé) fue detenido por agentes judiciales al mando del comandante Wilfrido Castro Contreras y traído a Guerrero. Todavía durante 1978 fue visto en lo “separos” de la policía en Acapulco. Florentino Loza Patiño fue miembro de la Brigada Campesina de Ajusticiamiento del Partido de los Pobres de 1969 a 1972, donde combatió con el seudónimo de Mauricio. Se salió de la Brigada porque no estuvo de acuerdo con algunas conductas en el tiempo que Lucio salió a curarse y dejó al frente a Carmelo Cortés. Estudió en la preparatoria Número uno de Chilpancingo, ya estando casado asistió a los cursos para formarse como técnico especializado en café, en Garnica Veracruz. Por eso, a la hora de ser detenido por las fuerzas gubernamentales, se encontraba trabajando para en inmecafé en Putla, Oaxaca. Cuando dejó la sierra de Atoyac, se fue a vivir junto a su esposa Angelina Reyes a Chilpancingo, luego se fue a trabajar a para el Inmecafé en Oaxaca, donde lo aprehendió la judicial. Cuando fue desaparecido contaba con 33 años y dejó más de 100 poemas inéditos. En opinión de don Simón Hipólito, Florentino Loza Patiño, “era un joven de convicciones firmes, que se enroló en la Brigada Campesina de Ajusticiamiento del Partido de los Pobres y participó en algunas acciones armadas a lado del comandante Lucio Cabañas Barrientos. Florentino Loza Patiño era un verdadero revolucionario y poeta”. El gobierno también desapareció su hermano Pablo Loza Patino y los también desparecidos Aida Ramales Patiño y Javier Bracamontes Patiño eran sus medios hermanos. Octaviano Santiago Dionicio “Octaviano seguro, Al PRI dale duro”. Conocí a Octaviano Santiago Dionicio, cuando don Filemón Pérez corría buscando gente, diciendo –este si es güevon, lo chingó el gobierno pero no se rajó. No fueron muchos los que acercaron a recibir al candidato del Partido Socialista Unificado de México(PSUM). El mitin se improvisó en el zócalo del Ticuí, frente a una llave de agua pública que estaba a un lado del viejo tamarindo que tiraron para hacer el nuevo zócalo. Ahí Octaviano dirigió, a la poca concurrencia, un apasionado discurso. No recuerdo lo que dijo pero me quedé emocionado. La imagen que tengo de aquel Octaviano es una pantalón beige, con una camisa blanca manga larga y zapatos cafés. Santiago Dionicio es un líder histórico, es ejemplo de lealtad y congruencia con sus ideas, siempre ha seguido la línea de izquierda. También ha denunciado permanentemente las torturas de las que fueron objeto él y otros luchadores sociales. Asimismo no ha dejado de exigir la presentación con vida de los desaparecidos políticos. Octaviano Santiago Dionicio nació el 22 de marzo de 1951, en Atoyac hijo de Juana Dionicio Hernández y de Manuel Santiago Zamora. Vio la luz en el número 11 de la calle Vicente Guerrero mejor conocida como La Calle Grande. Estudió en la escuela primaria del estado “Juan Álvarez” y luego pidió, a sus padres, que lo inscribieran en la “Modesto
Alarcón” porque le gustaba como hablaba Lucio Cabañas. Siguió sus estudios en la escuela secundaria federal número 14 “Mi patria es primero”. Más tarde se fue a estudiar a la normal rural de Ayotzinapa “Raúl Isidro Burgos”, ya estaba a punto de graduarse como maestro normalista, cuando se salió para irse a la sierra con Lucio Cabañas Barrientos. Fue miembro del grupo iniciador del Club de los jóvenes democráticos, presidente de la Sociedad de Alumnos de la escuela secundaria federal número 14 “Mi patria es primero”. Y en 1964, a los 13 años, cuando fue candidato a la presidencia de la república Ramón Danzós Palomino, salió por primera vez como activista político y así se ha mantenido hasta la fecha. Fue militante de la Juventud Comunista de México de 1966-1970, luego del Partido Comunista Mexicano de 1970 a 1971, dejó esa organización para pasar al Partido de los Pobres que dirigía Lucio Cabañas Barrientos de 1971 a 1976. Por sus ideas y participación política cayó preso siete veces. Los periodos más largos fueron cuando estuvo encarcelado de 1971 a 1976 y 1978 a 1982. Ocasiones en que fue torturado brutalmente. Siendo miembro del Comando Armando de Guerrero cayó prisionero el 11 de enero de 1971. Junto a Octaviano fueron apresados, Guillermo Bello López, Francisco Fierro Loza, José Albarran Pérez y Rubén Ramírez Lozano por el secuestro de Jaime Farrill Novelo, acción que tenía el objetivo de allegarse recursos para financiar la guerrilla. Luego que fue liberado Farill Novelo habló por ellos, dijo que lo trataron bien y que llevaban buenos pensamientos para la gente pobre. Farrill les llevó médicos a la cárcel, y material para un equipo de basquetbol. La voz de Octaviano siempre ha sido importante para el movimiento popular y universitario, estando en la cárcel envió al Congreso de la Federación de Estudiantes Universitarios Guerrerense (FEUG) realizado en junio de 1979, una ponencia, misma que fue publicada en 1980 en la que narra acontecimientos del movimiento estudiantil de la Universidad Autónoma de Guerrero. El 30 de septiembre de 1978, fue detenido en la ciudad de Querétaro, esta vez lo torturaron 40 días, los judiciales y miembros de la Dirección Federal de Seguridad. Lo acusaban del asesinato de Obdulio Ceballos. Cuando fue liberado en 1976 el detestable gobernador Rubén Figueroa Figueroa lo quiso convertir en policía político. Octaviano no aceptó fue amenazado de muerte y de volver a la cárcel, por eso lo siguió hostigando la policía. Acorralado en Guerrero se fue a Querétaro donde fue detenido por la policía de allá. Algunas veces lo quisieron asesinar en el penal. Estuvo en la cárcel de Hogar Moderno de Acapulco, de donde salió en 1982. Mientras estuvo en la cárcel, daba clases a los presos. En una ocasión el licenciado Soto Ramírez denunció que se preparaba un atentado en contra de Octaviano, los colonos tocaron los rieles en señal de alarma y más de mil 500 gentes se plantaron afuera de la cárcel de Hogar Moderno. Gracias a esa movilización salieron libres Juan García Costilla, Aquilino Lorenzo, Arturo Gallegos Nájera, Guillermo Bello López y Juan Islas Martínez. Ya en el periodo de Alejandro Cervantes Delgado. Las 24 colonias populares que lo apoyaron, le festejaron durante ocho días su libertad, hasta que terminaron los festejos llegó a su casa. Por eso una vez libre se incorporó a luchar para buscar mejoras en las colonias del anfiteatro de Acapulco. Octaviano Santiago Dionicio fue candidato a senador de la república por el PSUM. Ha sido candidato a la presidente municipal de Atoyac por el Partido Socialista Unificado de México en 1986 y por PRD en el 2002, fue presidente del PRD en Acapulco, y presidente estatal de ese mismo partido y diputado local. Actualmente lucha por la formación de una Comisión de la Verdad que investigue todos los crímenes políticos del pasado. V. LA ÉPOCA DE ORO
LA FÁBRICA DE HILADOS Y TEJIDOS PROGRESO DEL SUR TICUÍ El algodón es un cultivo ancestral, los pueblos de Mesoamérica lo cultivaban, las telas de algodón eran parte de los tributos que los aztecas obtenían de la provincia de Cihuatlán. Incluso Humboldt en 1803 escribió que en la Costa Grande florecía el algodón y que todavía no se conocían las máquinas despepitadoras y recomendaba el cultivo de café cerca de Chilpancingo. A mediados del siglo XIX se habían instalado algunas máquinas escarmenadoras de algodón en la zona de Huertecillas y los Arenales. Luego vinieron los esfuerzos por explotar industrialmente el algodón. Antes que la del Ticuí hubo dos, fábricas de hilados y tejidos. LAS PRIMERAS FÁBRICAS Ya para 1865, una creciente del río Atoyac en la madrugada del 29 de septiembre se llevó la industria propiedad de Rafael Bello y Antonio A. Pino, la fábrica de hilados y tejidos, la cual estaba en el lugar conocido como El Rondonal. Luego, en 1867, iniciaron los trabajos de otra factoría dentro de la población, que debido a la perseverancia de los trabajadores –dice Doña Yuve– don Rafael y don Antonio la llamaron Fábrica la Perseverancia, por eso ahora el mercado municipal se llama así, porque en dicha zona estuvo la fábrica, que, posteriormente, se quemó. Silvestre Mariscal en sus memorias (en 1912) menciona las ruinas de esa factoría. EL CONTEXTO En el contexto estatal las empresas españolas ocuparon el lugar que había dejado vacante la Nao de China, que dejó de venir en 1821. El control comercial de los españoles era absoluto, así lo cuenta don Luis Hernández Lluch: El medio de transporte era la arriería; venían cientos de recuas de Morelia, Oaxaca, Puebla y Cuernavaca. Traían mercancía del lugar de origen y llevaban productos ultramarinos a diferentes partes de la república, estas compañías progresaron mucho; en el tercer tercio del Siglo XIX llegaron a controlar a las autoridades del estado y en los 30 años del porfiriato las empresas gachupinas eran muy poderosas, estaban bien organizadas y en la década de 1890 se fusionaron creando la firma Alzuyeta, Fernández, Quiroz y Compañía, quienes planearon construir un complejo textil para evitar traer las telas de Europa y ahorrarse los gastos de importación y de paso aprovechar la gran cantidad de materia prima barata que existía en ese momento en las dos costas de Guerrero.
COMIENZAN LOS TRABAJOS Corría el año 1900, cuando arribaron técnicos de Alzuyeta, Fernández, Quíroz y Cía. a localizar un terreno para construir una fábrica de hilados y tejidos, lo localizaron en el paraje del Ticuí, en el lugar donde ahora conocemos las ruinas. Comenzaron los trabajos en el año 1901. Se encontraron con el obstáculo de cómo transportar la pesada maquinaria que requería la fábrica. Fueron a Francia, y una compañía de matrícula francesa se comprometió traer los equipos mecánicos. En los predios localizados para la construcción ya habían comenzado a trabajar albañiles y carpinteros, nada más faltaban las máquinas. A fines de 1902 llegó un barco francés al lugar denominado Rancho del Real, hoy Llano Real esa playa era la propicia según los marinos para desembarcar el material para la instalación de la factoría. En 1901 se terminó la construcción de la atalaya de 50 metros de altura que los habitantes, del Ticuí, llaman chacuaco, sobre esta construcción funcionó el primer pararrayos que hubo en la región, mismo que protegía hasta parte de la ciudad de Atoyac. El chacuaco servía
como mirador, al interior todavía existen restos de una escalera de fierro que llegaba hasta la cima. Su estructura es de tabique rojo, cal, sin castillos de varillas ni cemento, es de forma cilíndrica con cuatro metros de diámetro. A fines de 1902 se organizó un equipo de hombres expertos entre ellos Fernando Lluch Jacinto, quien era experto en maniobras marítimas porque había sido capitán del barco El Mexicano, propiedad de los Alzuyeta, por ello él se encargó del desembarque de la maquinaria en compañía de otras 40 personas. José Diego con sus hijos Julián y Adulfo trasladaron por tierra la maquinaria, encadenando 10 carretas movidas por 20 bueyes y así llegó la maquinaria al paraje del Ticuí. Para la instalación las empresas españolas trajeron a un ingeniero de la región de Cataluña España, pero fracasó. Obdulio Fernández, uno de los socios, recurrió al presidente municipal de Acapulco quien, con la cooperación del cónsul francés, les ayudó en la liberación de un preso de origen galo, que era ingeniero. UN INGENIERO MUY PARTICULAR El preso liberado se llamó León Obé Penitoc, quien nació en una villa perteneciente a la ciudad y puerto de Cherburgo, Francia. Había hecho sus primeros estudios en su tierra natal (en 1865) en donde estudió para mecánico textil, pero cambió de idea y pasó a la escuela naval donde se graduó como ingeniero náutico; se ocupó en varios barcos como jefe de mantenimiento de maquinaria naval, también trabajó en barcos de guerra. Este experto ingeniero estaba preso en Acapulco por haber dado muerte al capitán de su barco, por haberle faltado a su esposa. Al ser liberado por los empresarios españoles, les instaló por primera vez la fábrica de hilados y tejidos de Aguas Blancas y posteriormente la del Ticuí. Por la experiencia que tenía en los barcos de guerra, León Obé fabricó unos cañones que fueron utilizados por los revolucionarios de Atoyac, en las batallas de 1918, contra los verdes de Rómulo Figueroa. León Obé Penitoc se casó con Emilia Quiñones con quien procreó a León, Irene, y María Guadalupe Obé Quiñones. León en 1917 murió de tétanos, al lado de su esposa. EL CANAL Entre las primeras obras que hicieron los españoles, la construcción del canal tenía la función específica de traer abundante agua del río hasta la industria para generar la energía que diera movimiento a la maquinaria, así como la energía eléctrica que posteriormente proporcionó al pueblo. El viejo canal tiene una longitud aproximada de 4 kilómetros por tres metros de ancho y una altura aproximada de tres metros, que a partir de la compuerta se viene reduciendo hasta llegar a la entrada de las turbinas que se encargaban de generar la energía eléctrica necesaria para el funcionamiento de la industria. Está hecho de piedra, arena y una mezcla de un material que parece cal. ¡POR FIN, LA FÁBRICA! La fábrica quedó instalada y se probó el 16 de noviembre de 1904, dio buenos resultados y empezó a trabajar regularmente el 1 de enero de 1905. Se produjeron telas: indiana, manta, fioco, driles y sedas. En la década de 1905 a 1915 se fabricaron telas superiores a las europeas, tenía un equipo de ingenieros textiles de origen catalán y francés. Las jornadas eran de 14 horas diarias. Había turnos diurnos y nocturnos y los salarios eran de 6 a 12 centavos.
La fábrica suspendió temporalmente sus trabajos a causa de la Revolución Maderista de 1911, para posteriormente reanudar sus labores sin tropiezos hasta 1928. Durante la revolución agrarista en 1923, los rebeldes atacaron la fábrica y ajusticiaron a varios españoles, entre ellos al señor Federico Hormachea. El 27 de diciembre de 1933, se suspendieron las labores por un conflicto obrero-patronal, pues los obreros querían formar un sindicato. Los españoles pararon las actividades de la fábrica por no estar de acuerdo con la creación de ese organismo gremial. Los protagonistas de este movimiento sindical fueron Enedino Ríos Radilla, David Flores Reynada y Lorenzo Fierro González. Al siguiente año, en 1934, llegó de gira el general Lázaro Cárdenas y Enedino Ríos Radilla lo invitó a la fábrica, en donde le expuso el problema de la falta de recursos. Cárdenas les sugirió que se constituyeran en una sociedad cooperativa para que el Banco Obrero les proporcionara un préstamo para iniciar la explotación de la fábrica para beneficio de los obreros. David Flores Reynada y Enedino Ríos Radilla, dos grandes luchadores sociales que se preocuparon porque esta industria continuara funcionando para bien de los trabajadores y del pueblo. Los obreros con la ayuda del Diputado Federal Feliciano Radilla recibieron un crédito del Banco Obrero de Fomento Industrial con el cual volvió a funcionar la factoría el 20 de noviembre de 1938, fecha en que el Presidente de la República Lázaro Cárdenas del Río entregó la fábrica a los obreros y quedó como gerente de la cooperativa Enedino Ríos Radilla y como presidente, Lorenzo Fierro González. Los obreros recibieron el préstamo del Banco Obrero por la cantidad de medio millón de pesos, que utilizaron para desazolvar el canal y reparación de la maquinaria que estaba deteriorada por falta de uso y mantenimiento. A la cooperativa se le llamó David Flores Reynada; en honor al líder socialista asesinado, el 9 de abril de 1934, por los reaccionarios del gobierno y del municipio. Cuando comenzó a funcionar la cooperativa, en la fábrica había dos turnos; el primero de las 5 de la mañana hasta la una de la tarde y el segundo turno comenzaba a las 2 de la tarde, hasta las 10 de la noche. Al inicio, cambio y término de la jornada, activaban el silbato de la fábrica, cuyo sonido era escuchado a larga distancia, en un diámetro superior a los 5 kilómetros. Ganaban 2 pesos con 50 centavos por turno. Los días sábados en el corredor de la fábrica se instalaban vendedores de todo, para que los obreros compraran lo que necesitarían. Don Cruz Valle narró como funcionaba la fábrica: El algodón era llevado a una máquina despepitadora donde se separaba la semilla; después pasaba a otra máquina llamada batiente aquí a través de un ventilador el algodón era despicado, se batía todo de manera que iba saliendo y se enrollaba en un rodillo. Posteriormente pasaba a las cardas, una máquina que hacía que el algodón se fuera afinando hasta convertirlo en hilo grueso, entonces este hilo era llevado a los manuales, esta máquina estaba formada por rodillos donde el hilo grueso era procesado a manera de reducirlo a un hilo más delgado, después era dirigido a los veloces gruesos, otro aparato que trabajaba con rodillos cuya función era afinar un poco más el hilo de algodón, de aquí entraba a otra máquina que se llamaba veloces finos, también integrada por rodillos en los cuales se enrollaba el hilo y continuaba su procesamiento de adelgazamiento que lo conducía a los trociles, maquinaria que trabajaba también por rodillos, aquí el hilo terminaba su proceso y salía convertido en hilo normal listo para dar paso a la formación de la tela, sin embargo tenía que pasar por otras maquinarias para procesarlo completamente. El hilo al salir de los trociles se enrollaba en unos objetos de madera llamados canillas, después pasaba a una máquina denominada carretero donde era enrollada en un cono para después ser trasladado a otra maquinaria de nombre hurdidor, aquí pasaban los conos y se enrollaban en un solo carrete, para ser trasladados al engomador, maquinaria que tenía forma de un cajón de metal donde se ponía a hervir el almidón, por el cual pasaba el hilo para empaparse del líquido que le daba consistencia; al ir pasando por la máquina secadora, que era como un tanque de cobre que contenía vapor y el hilo al ir pasando por ahí se secaba casi instantáneamente, para posteriormente irse enrollando en unos carretes. De aquí al repaso, con mallas agujeradas que servían para dividir el hilo y distribuirlo en los telares, máquina que se encargaba de tejer el hilo y producir la tela conocida como manta; esta tela al ir saliendo, ya elaborada en los telares, se enrollaba en otros rodillos para ser cortados en rollos de 100 metros. Después era llevada a una prensa hidráulica, ésta
formaba pacas de 500 metros de tela, la cual se trasladaba al almacén de donde posteriormente se trasportaba en camiones a la Ciudad de México y algunas veces a Puebla, donde se pintaba de diferentes colores y finalmente se distribuía para su comercialización.
Enedino Ríos murió en un trágico accidente aéreo el 15 de diciembre de 1951, junto al industrial Elías Hanan y el profesor Rómulo Alvarado. Con la muerte de Enedino Ríos Radilla la empresa fue puesta en manos de su hijo Efrén, quien por falta de experiencia la dejó caer. Con Efrén al frente la fábrica funcionó de 1952 a 1956. Sin embargo, las actividades tuvieron que suspenderse porque no se contaba con contratos para la producción y acabó por traspasarla al español Antonio Esparza en 1956. Dicho empresario consiguió algodón y contratos para la producción en los años de 1956 a 1958. Este español explotó a los obreros de manera injusta y violó sus derechos como trabajadores, realizó los contratos sin tomar en cuenta a los agremiados por medio de sobornos a los integrantes del Consejo Consultivo. En 1958, los obreros se organizaron y lograron independizarse del español. Continuaron trabajando bajo la dirección del gerente José Valdés, logrando la nulificación del contrato existente ante la Secretaría de Industria y Comercio; hicieron un nuevo contrato con la compañía “Costal-Mex” SA, el 6 de mayo de 1960 con lo que recuperaron sus derechos como obreros y la comunidad siguió siendo una de las más importantes de la región, pues era considerada como un lugar próspero, por ello era notable la llegada de muchas personas de otros lugares del estado, así como de la república en busca de fuentes de trabajo, muchos de ellos se quedaron definitivamente a vivir en el Ticuí. Durante 1961 y 1962 el presidente de la Cooperativa fue Antonio Galeana Hernández y el gerente José Valdés. En la Sociedad Cooperativa David Flores Reynada, había 277 obreros de los cuales 196 eran cooperativistas y el resto asalariados. Cuando la factoría era dirigida por José Valdés tenía la producción de 45 mil metros de tela harinera que se maquilaba para la firma COSTALMEX, SA. El contrato logrado con muchos esfuerzos permitió a la Sociedad Cooperativa mover semanalmente 80 mil pesos para el pago de sueldos de asalariados y cooperativistas. En 1963 pasó a ser presidente de la cooperativa Juan Pino y para 1964 Celestino Juárez, a partir de ese año la fábrica comenzó a decaer, se tenían pocos obreros. El 28 de octubre de 1963, la Fábrica de Hilados y Tejidos “Progreso del Sur Ticuí” dejó de trabajar temporalmente debido a un fuerte adeudo fiscal de más de 90 mil pesos, que tuvo con la Oficina Federal de Hacienda, lo cual provocó desaliento y tristeza en la población; no obstante, con la movilización de los líderes de la factoría consiguieron obtener apoyo del ingeniero Adolfo Bello Carreto, quien en compañía del industrial José Elías Hanan (hijo) inmediatamente tomaron en cuenta las peticiones de los obreros e hicieron la reestructuración de la maquinaria y, el 11 de marzo de 1966 nuevamente la factoría abrió sus puertas, empezando así otra etapa con el funcionamiento de nueva maquinaria. De 1965 a 1966, la presidencia de la cooperativa estuvo a cargo de Cruz Valle. Fue en el año de 1966, cuando los trabajos de la fábrica quedaron suspendidos definitivamente y la destrucción inició sus estragos de la obra industrial más grande que haya tenido la región. El comisario interino Edwiges Martínez Tabares, Cruz Valle como presidente de la cooperativa y el presidente municipal de Atoyac, Alfonso Vázquez Rojas remataron la fábrica en 1977. La sociedad cooperativa denominada “David Flores Reynada S. C. L”, se encuentra registrada en la Secretaría de Industria y Comercio con el número 2468. (Fuentes: Juventina Galeana Santiago, el grupo Convivencia Cultural, Luis Hernández Lluch y Armando Fierro Gallardo) Algunas noticias al respecto.
El 11 de mayo de 1876 falleció en Acapulco, el Sr. Rafael Bello propietario de la fábrica de mantas “La Perseverancia” de Atoyac. Bello nació en Tixtla y fue Presidente Municipal de Acapulco. Fue asesinado por la Policía de Acapulco. (El Fénix No. 31, 17 de junio de 1876) Fue una celada preparada con antelación, ciudadanos de Atoyac pidieron al Juez de Primera Instancia, el 20 de marzo de 1876, castigo para los policías que lo asesinaron, porque era benefactor de esta municipalidad. La carta fue enviada por Rómulo Mesino. En el mismo periódico El Fénix número 31, en la pagina 4, donde se habla de los movimientos de pasajeros del puerto se asienta que salió el 3 de mayo hacía el puerto de Zihuatanejo en el pailebot nacional “Mexicano” el ciudadano español D. Alzuyeta. *** El Ticuí El día 7 de agosto de 1903 falleció el subcomisario propietario del Cuajinicuil municipio de Atoyac C. Felipe Hernández a consecuencia de una mordedura que una víbora le infirió en el pie andando en los campos vecinos de dicho barrio. (Periódico Oficial del Estado de Guerrero, No. 45, Chilpancingo. Viernes 6 de noviembre de 1903. p. 3) *** Con fecha 3 de octubre de 1903, en el punto conocido como El Real, jurisdicción del municipio de Atoyac, se fue a pique la lancha “Perla” con matrícula de Acapulco, que conducía materiales para la construcción del edificio de la fábrica de Hilados y Tejidos que se está estableciendo en el barrio de El Ticuí municipio aludido. El accidente no causó desgracia a persona alguna. (Periódico Oficial del estado de Guerrero, No. 49, Chilpancingo viernes 4 de diciembre 1903) *** En enero de 1904. Con motivo de la explosión que hizo un cohete, en los trabajos de construcción del canal, para la nueva fábrica de Hilados y Tejidos de “El Ticuí” municipio de Atoyac resultaron gravemente heridos los operarios Juan Villanueva y Bonifacio Mesino, el día dos de este mes.(Periódico Oficial No. 12, 18 de marzo de 1904) *** El día 5 de febrero, el operario Felipe Fierro que trabajaba en la construcción del canal para la nueva fábrica de Hilados y Tejidos de “El Ticuí”, ubicada en el municipio de Atoyac, fue herido de un brazo por la explosión que hizo un cohete de dinamita. (Diario oficial No. 17, 22 abril 1904.) **** El 23 de julio de 1904, en el trabajo de la fábrica de “El Ticuí”, fue gravemente herido el individuo Cruz Ramona procedente de Chilapa, por Julián Gómez quien mató a garrotazos a Ramona, capturaron al matador. (Periódico Oficial No. 58., p. 11)
*** Con el objeto de facilitar el tránsito entre Atoyac y la nueva fábrica de “El Ticuí” se construyó en el río un puente provisional de madera, cuya mejora fue llevada a cabo por los empresarios de la citada fábrica, el apoyo del Ayuntamiento y ayuda del trabajo personal de los vecinos. (Periódico Oficial del estado de Guerrero, Chilpancingo miércoles 10 de diciembre de 1904, p.11) *** El día 28 de julio de 1905, quedó instalada definitivamente la oficina telefónica en la cabecera municipal de Atoyac. El costo de la portería, callejón para la línea, local de dicha oficina y demás trabajos correspondientes, ascendió a la suma de 156 pesos con 34 centavos. (Periódico Oficial del Estado de Guerrero, No. 37, Chilpancingo, sábado 12 de agosto de 1905, p. 3) ENEDINO RÍOS RADILLA Enedino Ríos Radilla nació el 14 de mayo de 1905, en el pueblo de Boca de Arroyo, muy cercano al Ticuí. Sus padres fueron Esteban Ríos Lacunza y Juana Radilla Alejandri. Ingresó como obrero a la fábrica de hilados y tejidos “Progreso del Sur Ticuí”, cuyos dueños eran españoles. El 27 de diciembre de 1933 se suspenden las labores fabriles por el conflicto obrero patronal, pues los españoles no estaban de acuerdo con la creación de un sindicato al interior de la factoría. Entre los principales líderes del movimiento sindical estaban Enedino Ríos Radilla, David Flores Reynada y Laureano Fierro González, quienes lucharon incansablemente solicitando al gobierno federal no sólo el reconocimiento de su sindicato, sino que se les concedieran créditos para la industria y que esta fuera administrada en cooperativa. Por invitación de Enedino Ríos Radilla el general Lázaro Cárdenas del Río, Presidente Constitucional de la República, se presentó en el pueblo del Ticuí y en las instalaciones de la fábrica entregó a los obreros la factoría el 20 de noviembre de 1938, ocho meses después de haber expropiado el petróleo a países extranjeros. Después del asesinato de David Flores Reynada, Enedino Ríos fue nombrado gerente y Lorenzo Fierro González presidente de la cooperativa de la fábrica. Ya como gerente de la factoría se movilizó en mantener relaciones comerciales con otras industrias y logró aumentar su producción al máximo haciendo crecer a la industria textil aumentando fuentes de empleo; por un lado optimizaban las actividades en la empresa a su cargo y por el otro se preocupó por mejorar el pueblo. Construyó el jardín del Zócalo, con banquetas y una fuente que le daba belleza original, que combinaba con las hermosas flores de aquellos rosales que inspiraban a los enamorados al caminar por sus pasillos, este jardín fue inaugurado el 20 de noviembre de 1940. Enedino Ríos fundó la escuela primaria federal “Valentín Gómez Farías” ubicada en lo que hoy es la comisaría ejidal, municipal y el kínder “Benito Juárez”, siendo la primera directora la profesora Rosa Solís, también creó una escuela de capacitación agrícola que estuvo a cargo del ingeniero agrónomo Ernesto Martínez; trajo al Ticuí una Misión Cultural que se encargó de enseñar música, agricultura, cultura física, enfermería y economía doméstica. Tomó de la industria textil la energía eléctrica para los cientos de hogares y proporcionó también luz eléctrica pública a todas las calles de la comunidad, convirtiendo al Ticuí en el primer pueblo de la Costa Grande en contar con ese servicio y posteriormente se introdujo la energía eléctrica a la ciudad de Atoyac en el año de 1941. Acondicionó el llano de El
Ticuí para que sirviera de campo aéreo y desde entonces fue utilizado por avionetas que prestaban servicios a la fábrica de hilados y tejidos, estableciéndose una comunicación más entre diversos lugares de la región, como a la zona cafetalera, a la sierra de Coyuca de Benítez y otros lugares. Logró gestionar servicios médicos para los obreros y familiares, fundó una escuela nocturna para las personas que no sabían leer ni escribir, construyó canchas de basquetbol y acondicionó la de futbol, proporcionó becas para los hijos de los obreros para que realizaran estudios superiores y así mismo al terminar su profesión les proporcionó empleo en la misma fábrica, aportó préstamos a los trabajadores, organizó festivales cívicos y sociales donde participaban la escuela en grandes desfiles acompañados de los obreros en fechas conmemorativas de todo el año; de la misma manera organizó eventos importantes en la casa de alto de la empresa; en el tiempo que fue gerente de la industria textil se alcanzó el mayor esplendor y el pueblo disfrutó su organización, los días sábados todo era alegría, los obreros cobraban su salario de la semana y el corredor de la fábrica se llenaba de comerciantes que venían a vender de todo, era verdaderamente una fiesta, lo que generaba esa grandiosa fuente de trabajo. Lamentablemente a Enedino Ríos Radilla en uno de los viajes a la Ciudad de Puebla (donde tenía relaciones comerciales con el industrial Elías Hanan, precisamente a bordo de la avioneta, propiedad de este empresario), lo sorprendió la muerte el 15 de diciembre de 1951, al accidentarse la aeronave en el cerro del Ajusco del Distrito Federal. La búsqueda y rescate de los cuerpos resultó difícil, fue hasta el día 24 de diciembre cuando finalmente pudieron levantar los cuerpos y traerlos a El Ticuí. (Biografía escrita por Armando Fierro Gallardo) LA COMPAÑÍA MINERA “LOS TRES BRAZOS” Al norte de la ciudad, abajo de donde está la presa derivadora “Juan Álvarez”, funcionó una mina, llamada “Los Tres Brazos” cuyos vestigios van siendo borrados por el tiempo. De esa mina se extraía tungsteno un mineral que se usaba para hacer filamentos de las lámparas y que con el tiempo fue perdiendo su importancia. La mina fue explotada con capital español aunque tenía socios mexicanos, como la familia Larequi Radilla de Acapulco. Cerró en 1958 porque los inversionistas no quisieron dar prestaciones de ley a los trabajadores y al primer indicio de inconformidad se llevaron la maquinaria, a la ciudad de México, poco a poco, como la fueron trayendo. “Lo que les costó más trabajo fue el compresor porque era lo más pesado” dicen testigos. Se le denominó “Los Tres Brazos” porque así se le llamaba al paraje donde se instaló, recordemos los tres brazos del río y el Arroyo los Tres Brazos que está arriba de la colonia El Chico. En ese tiempo que el español Miguel José Garmendia explotaba la mina “Los Tres Brazos”, la Fábrica de Hilados y Tejidos “Progreso del Sur Ticuí” era trabajada por el también español Antonio Esparza. Al decaer la mina el terreno donde se localizaba pasó a ser propiedad de Miguel de León Loranca, quien se lo vendió a Sergio Tabares; éste a Antonio Rosas y Toño Rosas al Ejército, por lo que el predio donde estaba la mina ahora es propiedad de la 27 zona militar. En la mina hubo trabajadores de distintas partes del país, pero principalmente del Ticuí y Corral Falso como Norberto Quintero Meza, Luis Bello, José Castro Navarrete y Alberto Bello Hernández quienes compartieron sus testimonios con nosotros. Norberto Quintero Meza recuerda que la mina era un túnel recto, con tres ramales. Las tolvas estaban al pie del río. Prendían con diesel los calderos. Luis Bello era secador de metal. El producto lo transportaban hasta Acapulco, llevaban al malecón 12 botes cada 3 meses, de donde se embarcaba al extranjero.
Convenía trabajar en la mina, porque cuando en la fábrica les pagaban 7 pesos al día, en la mina les daban 8 pesos, además les proveían de una comida. Eran como 100 trabajadores en tres turnos. La mina estaba funcionando bien y los trabajadores le dijeron a Garmendia que querían un sindicato. Luis Bello trabajó en la mina en 1957 secando los metales, platicó que de la mina por una vía de tren salía el tungsteno; lo vaciaban al molino que quebraba la piedra hasta que la hacía polvo y luego venía por una “canoíta” que funcionaba con aire, diesel y agua. Luego se quemaba el fierro y el cobre, sólo quedaba el tungsteno. Le entregaba el tungsteno a Antonio Ramos que era el bodeguero, sacaba por turno 110 kilos, era muy pesado, una lata de 20 kilos no podían levantarla, él estaba bajo el mando del ingeniero Ricardo Cero Cero. El tungsteno apestaba como pólvora. Después de quemarlo quedaba una cosa como el cemento. Jesús Ramos de Corral Falso se infectó de los pulmones. Luis Bello trabajaba en el primer turno. Entraba a las cinco de la mañana y salía a la una de la tarde. Se iban a las cuatro de la mañana y se veían las luces de las linternas de los trabajadores cuando salía el tercer turno del pozo. A las 9 de la mañana pitaba el silbato para salir almorzar, doña Daría Pinzón los atendía muy bien en su fonda. La mina paró en 1958 porque Luis Ávila Juárez y Genaro Ávila Juárez querían formar un sindicato. Por eso el español José Garmendia se llevó la maquinaria. Luis Bello dice que en la fábrica les pagaban 48 pesos a la semana y en la mina la primera semana que trabajó le pagaron 180. En el secador ganaban 180, los de la mesa 200 y a los del pozo les pagaban por tareas. En la mesa trabajaban José Ramos, Rosalío y José Martínez. En el molino Justiniano Ríos Ontiveros y Norberto Quintero Meza. Había tres turnos. De la caldera al molino eran 12 trabajadores, 6 albañiles y 6 peones por turno en el pozo. Eran como 32 empleados por turno. Cuando salían se iban a la cantina de Toña Pano: Justina Juárez, Midio Méndez, Lico Saligán y doña Santos Cisneros, en esa época fue “la guerra” de los Salomón contra los Flores. Se mataban en el centro del Ticuí y en el camino quedaban tirados los difuntos de los dos bandos. José Castro Navarrete fue almacenista de la mina “Los Tres Brazos”, entregaba los fierros, las pistolas, la pólvora, los barrenos; los víveres como: papas, cebollas y huevos. Había dos comedores uno de obreros y otro de los empleados del más alto rango. Feliciana Flores Navarrete era la encargada del comedor de los empleados y los encargados del comedor de los obreros eran Isabel y Tayde Hernández. José llevaba la contabilidad de los obreros para pasar la lista a pagaduría. Antonio Ramos era el pagador. Eran alrededor de 100 trabajadores, vinieron muchos de fuera había hasta de Guadalajara. Cuando se iba Garmendia quedaba al frente el ingeniero minero Joaquín Bernal. Jesús Hernández era el jefe de perforistas, a los que se les llamaba sotomineros. Don José tenía a veces hasta 200 cajas de pólvora, el fulminante es el que le ponen a la pólvora y el zefre es la mecha. Del fulminante tenía por millares cada semana recibía de 3 ó 4 millares, el zefre lo surtían por 100 ó 200 kilos. Les pagaban según la producción que hicieran. A los del pozo les pagaban por metro a un peso con 20 centavos, en un día se hacían hasta 25 metros; cada minero por turno cobraría alrededor de 30 pesos a la semana. En el pozo eran 16 mineros, más lo sacadores. Había algunos que doblaban turnos, casi todos trabajaban dos turnos, más los perforistas que se echaban un turno a las cuatro de la tarde y otro como a la una o dos de la mañana. En la tolva trabajaba uno y en el molino, dos, en la mesa eran seis. En la carpintería eran dos, ahí trabajó don Juan Pino. En el almacén había un trabajador, en la pagaduría dos; uno en la secadora y un ingeniero. Cuando detonaban se cimbraba el cerro. En los carros trabajaban 6 adentro del pozo, al mineral lo sacaban con malacates. Los carros salían de la mina por rieles y descargaban en la tolva y de la tolva el mineral iba al molino. El molino hacía polvo la piedra que venía por
manguera a las mesas donde salía el polvo blanco que pasaba a las secadoras y de ahí se envasaba. Cuando empezaron llenaban medio bote de 120 kilos y cuando se cerró ya sacaban dos botes. El polvito se lo llevaban hasta Inglaterra. Cuando ya no hubo mercado para el material que habían acumulado cerraron por un tiempo. Como 15 años después volvieron hacer limpieza en la mina, pero no se concretó su reapertura. Se cerró por falta de mercado. En 1958 cerró la mina. José Castro tenía 21 años cuando trabajó ahí. Entonces había mucho dinero. Existían las cantinas de Emigdio Méndez, Justina Juárez, doña Santos Cisneros, Antonio Pano y Lico Saligán en cada cantina había tres o cuatro mujeres. Alberto Bello Hernández tiene actualmente 78 años. Tenía 25 años cuando entró a trabajar en la mina. Trabajó como peón 2 semanas, después como almacenista. El administrador era Antonio Ramos y el gerente José Garmendia. Hace más de 54 años que trabajaba en la mina. Entró como peón pero lo sacaron aguado de la mina, le hizo daño estar dentro del túnel. Un día faltó el almacenista porque bebía mucho, por lo que Antonio Ramos se fijó en él y le preguntó que si sabía leer y escribir, contestó que sí, por eso lo pusieron a cargo de toda la herramienta. Molían con agua y en cantidades mínimas extraían plata y oro. En ese tiempo estaba muy solicitado el tungsteno, por la Segunda Guerra Mundial. Antonio Ramos traía una camioneta para transportar a los que salían lesionados en la mina, pero alguien aconsejaba a los trabajadores para pedir sus derechos. Un señor de apellido Ávila logró convencer a los trabajadores que debían de exigir. Se hizo una huelga y no aguantó la empresa. Alberto Bello entró a trabajar en 1956 y se salió porque quebró la mina en 1957; y los mineros tomaron todo el equipo. Había trabajadores del Ticuí y Puebla. En la fábrica se pagaba por metro de tela, pero convenía más trabajar en la mina. Había mecánicos de la fábrica laborando en la mina. El ingeniero Maning fue el último ingeniero que trabajó cuando quebró la mina. Maning hizo una alberquita donde tenía una nutria (Perro de agua). El almacén era todo de madera y Antonio Ramos era el que pagaba. Ganaban bien y había tres turnos. EL CAFÉ El café fue traído por Claudio Blanco y sembrado en El Porvenir. La finca que se llamó El Gamito, después fue vendida a Gabino G. Pino, quien interesado por las noticias que llegaban del café, viajó a Tapachula Chiapas en 1891, para conocer su cultivo y de ahí invitó al guatemalteco Salvador Gálvez para que viniera a enseñar las técnicas de siembra. Gálvez sembró un extenso plantío en su finca a la que denominó El Estudio y en ese lugar se instaló el primer beneficio de Café. Las tierras del Estudio, muy cerca de La Soledad, después de la Revolución fueron usufructuadas por el coronel agrarista Francisco Vázquez, La Perra brava. El siguiente en emprender la aventura en la búsqueda del oro verde fue don Manuel Bello, quien tenía la fábrica de hilados y tejidos La Perseverancia en el lugar donde ahora está el mercado, la dejó para dedicarse al cultivo del café que por esos tiempos del porfiriato prometía ser un negocio rentable, máxime que era impulsado desde las altas esferas del poder para hacer llegar divisas a nuestro país. Manuel Bello instaló su finca, a la que bautizó como La Siberia punto que todavía existe muy cerca del Paraíso. Por investigaciones de doña Juventina Galeana Santiago se sabe que don Gabino G. Pino no sólo trajo a Gálvez como técnico, también vinieron con él Nicandro Corona y Jerónimo Loza. Don Nicandro puso una finca cafetalera que denominó el Zafir y don Jerónimo instaló otras plantaciones que llamó El Porvenir.
Actualmente, de la superficie sembrada de café, el 60 por ciento es de la variedad Típica o Criolla, un 30 por ciento Bourbón y el 10 por ciento están sembradas de Caturras, Mundo Novo y Catuaí. En este momento la sierra está quedando olvidada. De las huertas sembradas de café sólo se cultivan el 20 por ciento, el resto se encuentran entre el monte padeciendo de las plagas que provoca no cortar el grano. Los mejores tiempos del llamado oro verde ya quedaron atrás, sin embargo urge seguir manteniendo las plantas en pie, por el bien de todos. El café en Atoyac, a diferencias de otras latitudes, se produce bajo sombra. Cuidar el café es cuidar los riachuelos que todavía nacen en las laderas de esta parte de la Sierra Madre del Sur. Hay quienes dicen olvidémonos del café y busquemos otras alternativas. Pero destruir los plantíos de cafetos significa acabar con un pulmón importante del estado de Guerrero, con el hábitat de muchas especies como el jaguar, que se encuentra en peligro de extinción; la mayoría de estos felinos que existen en Guerrero se encuentran precisamente en la zona del café. La tierra se ve triste y la vegetación es raquítica si vas del bajo a la sierra, hasta el Rincón de las Parotas los cerros se muestran pelones, si seguimos la carretera rumbo al Paraíso, después de San Andrés comienza a verse la exuberancia de la vegetación porque ahí inicia la Selva Cafetalera y si seguimos la ruta rumbo al Filo Mayor nos encontraremos que después del Edén, de nuevo los cerros lucen pelones por la desforestación y los incendios. Es que ahí termina la zona cafetalera. El café tuvo su bonanza entre los años de 1978 a 1982, cuando se llegaron a producir 352 mil quintales, en todo el estado, el 60 por ciento de esta producción salía de Atoyac. A partir de 1987 comenzó a caer el precio internacional y la crisis llegó a su clímax en 1989, fue cuando muchos comenzaron a abandonar la actividad y a buscar otras opciones. Durante mucho tiempo se mantuvo la producción entre los 280 mil a los 300 mil quintales, luego se fue más abajo y en 1995 cuando se creó el Consejo Estatal del Café tuvo un ligero repunte, llegaron a producirse 230 mil quintales. Ahora se cultiva un 20 por ciento de la superficie y la producción anda en los 70 mil quintales en todo el estado. Durante los mejores tiempos del café llegaron a cultivarse 50 mil 600 hectáreas en el estado, de las cuales 34 mil estaban en la sierra de Atoyac, en ese tiempo estaba el Instituto Mexicano del Café en su apogeo, había subsidio y apoyo para los productores. Ahora cuando mucho llegan a cultivarse las 34 mil 600 hectáreas en todo el estado, disminuyó el número de superficie cultivadas y aumentó el número de productores. Durante la bonanza cafetalera había 10 mil 300 productores y ahora cuando la producción y superficie cultivada ha disminuido, ha aumentado el número de productores, en el Censo Cafetalero salieron 14 mil 800 campesinos que se dedican a la siembra del café. Este aumento de productores podría explicarse en parte por los subsidios que el gobierno ha otorgado al sector y para allegarse más apoyos, los cafetaleros dividen sus parcelas entre las esposas e hijos; aún muchos campesinos no entienden que es mejor cultivar tres hectáreas bien beneficiadas, que tener 20 abandonadas. Actualmente en el estado de Guerrero, existen más de 30 marcas de café, aunque esto no sea tan efectivo porque hay mucha competencia entre los cafetaleros, lo mejor sería una sola marca para todos los productores del estado, bien cuidada y bien promocionada. En la historia del café de Guerrero está la creación del Instituto Mexicano del Café (Inmecafé) mismo que desapareció en 1993, al desaparecer esta institución también desaparecieron los subsidios y la regulación de precios. El monopolio nacional e internacional se benefició, porque comenzaron a importar café de baja calidad de otros países y afectaron el precio del café local. En 1994 se creó el Consejo Estatal del Café, cuyo primer proyecto estuvo a cargo del ingeniero Gregorio Juárez Zamora, el gobernador Rubén Figueroa Alcocer lo instaló en
Atoyac. Todo trabajó bien hasta que en abril de 1999, los productores en su mayoría priístas tomaron las instalaciones para no permitir la imposición de un coordinador que no estaba de acuerdo con sus intereses. Los cafetaleros han hecho esfuerzos por construir una organización fuerte que defienda sus intereses, pero las profundas y ancestrales diferencias políticas han dado al traste con cualquier intento de mejorar la vida de los cafetaleros. Haremos memoria de las organizaciones. Allá por 1952 se constituyó la Asociación Agrícola Local de Cafeticultores, en 1963 la Unión Regional de productores de Café del Suroeste del Estado de Guerrero y en 1965, la Unión Mercantil de Cafeticultores. Esa podría ser una primera etapa del intento de organizarse y una segunda etapa inicia el 6 de diciembre de 1978, cuando se constituyó la Unión de Ejidos Alfredo V. Bonfil, en la casa de don Gabino Blanco, entre otras personas estaba don Pedro Magaña Ruiz a la cabeza. El 6 de julio de 1984, fue fundada la cooperativa La Pintada, por Fidel Núñez. Luego el 9 de noviembre de 1987, surge la Coalición de Ejidos de la Costa Grande, después de un movimiento que los campesinos iniciaron para exigir que les pagaran un excedente que se logró ese año de la venta del café. El líder emblemático de esta organización ha sido Zohelio Jaimes Chávez. Cuya agrupación tiene en su interior un grupo de cafetaleros que se llaman “Los Orgánicos de Pacífico” que han llegado a exportar café a países Europeos, claro que con las dificultades que esto implica. Existe también la Red de Agricultores Sustentables y Autogestivos que encabeza, Arturo García Jiménez, agrupación que se formó con gente que en su momento, militaron en la Coalición de Ejidos de la Costa Grande. Los cafetaleros han dado muchas luchas, una de ellas fue la gran movilización que realizaron el día 22 de enero del 2001, manteniendo por varias horas bloqueada la carretera Acapulco-Zihuatanejo por la demanda de subsidios para el sector, esa vez lograron un apoyo del gobierno estatal y federal para reactivar la economía de los cafetaleros. Dentro de las alternativas para resolver la problemática de los cafetaleros se puede fomentar el consumo interno, para salir del estancamiento en que se encuentran. Porque uno de los problemas que se tiene es que nuestro país está muy desprestigiado en el mercado internacional. Los productores de México tienen fama de mandar la muestra de buena calidad y cuando entregan el pedido de café la calidad es menor. La sierra de Atoyac se ha caracterizado por producir cafés de buena calidad, pero los más famosos son los cafés naturales de Atoyac, que se cotizan a mayor precio que los cafés naturales de los otros 11 estados productores. Actualmente han cambiado las circunstancias porque las empresas de café soluble que antes compraban ese café natural de Atoyac por la buena calidad ahora lo importan, porque argumentan que el costo es más barato. Los mexicanos consumimos muy poco café. Si en México dicho producto se consumiera más los productores no tendrían problemas aunque el precio internacional bajara, la producción nacional no se daría abasto para surtir a toda la población. GABINO PINO GONZÁLEZ Su mérito fue haber introducido de manera formal el cultivo del café a estas latitudes. Por ello la mitad del siglo pasado este municipio tuvo un repunte económico importante y fue conocido como “La tierra del café”. Fue presidente municipal siete veces. En uno de los periodos que estuvo al frente del municipio, le tocó dar fe del levantamiento de los cuerpos de los hermanos Desiderio, Carlos y Rafael Pinzón, cuando fueron fusilados después de su fallida revuelta. Don Gabino Pino González nació el 19 de febrero de 1856, en el pueblo de Atoyac y murió aquí mismo el 17 de junio de 1921.
Fue un hombre de dos siglos. Hombre de grata memoria, pues cuando disfrutamos de una taza de café de cualquiera de las marcas locales, recordamos que fue gracias a ese hombre visionario, que inició un ambicioso proyecto viajando a Chiapas para conocer el cultivo del aromático grano, allá por el año de 1891. Fue cronista de su tiempo, porque de no ser por sus escritos no conoceríamos de su peregrinar por la selva de Chiapas. De los puertos que visitó y de su paso por Oaxaca, retratando con claridad los lugares en donde estuvo. Fue de regreso de ese viaje cuando plantó los primeros viveros de café en la sierra. En el Estudio, El Porvenir y La Soledad. LA PALMERA DE COCO La planta puede encontrarse en la orilla de playas tropicales. Las hojas son de gran tamaño y su fruto, el coco, es uno de los más grande del mundo. Es también la semilla más grande que existe. El cocotero se explota de múltiples maneras. La pulpa seca se llama copra, de ella se obtiene aceite y se produce jabón. La savia extraída de la flor es lo que conocemos como tuba, una bebida muy arraigada en nuestra región. De la carne, aplicando el procedimiento adecuado, se cocina el bocadillo para las cocadas, empanadas de coco y las tecoyotas; asimismo, se hace el mundialmente conocido dulce de coco y de su agua las sabrosas aguas frescas de coco. Las fibras que rodean el fruto se utilizan para hacer cepillos, colchones y cuerdas, de la concha puede hacerse carbón activado. Antes, de los residuos que dejan las palapas se fabricaban los sudaderos para las sillas de los caballos. Es habitual abrir el coco con un machete cuando aún no madura, cuando está de cuchara, para extraer el agua del fruto que es una bebida refrescante. Una cualidad de este producto es que el agua del interior puede permanecer hasta ocho meses en el fruto cerrado y conservar todas sus cualidades. Cuando se tumba una palma se aprovecha el palmito, la parte más tierna tiene un sabor agradable. Con las palapas se hacen enramadas. Antes era común que para las bodas que se celebraban los domingos, el sábado por la mañana todos acudieran a hacer la enramada, que se techaba con palapas verdes, esta actividad era una verdadera fiesta, porque todos los vecinos cooperaban en la elaboración. También había casas que estaban techadas con pura palapa, eran muy frescas. La madera del cocotero se utiliza para la construcción. Del tronco se saca la madera para los techos de teja. Las costaneras que salen de la cáscara se usan para hacer las paredes de las casas de madera. Finalmente los pedazos que quedan del tronco son usados como bancos. Era común en la costa sacar el hueso de la palapa para hacer los corrales alrededor de las casas. Incluso había casas muy bonitas cercadas sólo con huesos. Algunas personas utilizan el agua de coco para remedio, el aceite cura la caspa, suaviza el cabello y protege contra las quemaduras del sol para los que se bañan en el mar. También el coco tierno en ayunas, ayuda a combatir los parásitos, y la copra asada en ayunas es eficaz para expulsar la solitaria. EL COCO EN LA COSTA En las costas de Guerrero se sembraron palmeras desde principios del siglo antepasado, aunque hay referencias de plantaciones sin fines comerciales, sino simplemente para ornato desde el siglo XIX. Existe la versión que las centenarias palmeras que estaban sembradas en la margen derecha del “Arroyo Ancho”, en la entrada de la ciudad de Atoyac fueron plantadas por el general Juan Álvarez, quien trajo las semillas desde la isla de Ixtapa. Otras versiones dicen que a mediados del siglo XIX frente a la Barra de Coyuca, naufragó un barco proveniente de Filipinas, sobrevivieron tres marinos que se refugiaron en la playa
y posteriormente fueron presentados ante el general Juan Álvarez. Uno de ellos se llamó José Martha Zúñiga, el segundo se apellidaba Guinto y el tercero de apellido Balanzar. Los tres se casaron con lindas costeñas y se quedaron a radicar en la región, aunque José Martha regresó a Filipinas para traer de allá un cargamento de cocoteros que le encargó el general Juan Álvarez y posiblemente este cocotero fue descargado en la bahía de Zihuatanejo. (Versión de Florencio Encarnación Ursúa) LUGARES DE RECREO EL SALTO Las tierras del Salto pertenecen al ejido de Mexcaltepec. Menciono este dato porque el río cercano a esta comunidad se ha convertido en lugar de recreo de muchos atoyaquenses y visitantes. Para llegar ahí son cinco kilómetros, de la cabecera municipal de Atoyac, hasta el entronque de la comunidad y de ahí 600 metros de terracería hasta el río, donde encontrará una poza de cristalinas aguas rodeadas de enramadas, donde se venden camarones de río, sopes y todo tipo de carnes, acompañadas de la bebida que usted prefiera, bien fría. A la orilla del río hay unos árboles muy frondosos, donde se puede llevar su asador de carne y cocinar para la familia mientras se bañan en las frescas aguas. O si prefiere acompañado de un visor puede atrapar personalmente los camarones que se consumirá, respetando las hembras embarazadas claro está, se identifican por las hueveras que tienen en su pancita. Cuando uno mismo se mete al río para atrapar los camarones que comerá, el relajamiento es total, aunque si es muy malo, para pescar camarones, mejor le recomiendo que lleve su provisión de carne, o pida el platillo de su preferencia en una de las enramadas, ya que a pesar de no haber atrapado los camarones suficientes saldrá del agua con mucha hambre, porque al andar buceando verá como los camarones salen de una piedra y se meten a otra. Es muy emocionante. El pueblo toma su nombre de la cascada que se forma en el río de Atoyac abajo de la población, el río baja por una laja muy grande y cae en el fondo del acantilado, formando un espectáculo natural impresionante. Más abajo como a medio kilómetro está el Salto Chiquito una cascada preciosa que puede verse sentado bajo la sombra de los cuajinicuiles o puede nadar si quiere, el agua es muy fresca. Frente al salto está el cerro Cabeza de Perro, una de las montañas más grandes del municipio de Atoyac, donde la leyenda dice que está escondido el tesoro de Juan Álvarez y en cuyas faldas Lucio Cabañas establecía su campamento guerrillero. Se puede subir sólo por la comunidad de Agua Fría. Francisco Galeana Nogueda escribió sobre el encanto del cerro Cabeza de Perro. […]el cerro está al norte de Atoyac, Cabeza de Perro, que tiene un aspecto estéril y desértico; no nos muestra el tono azul como los otros, sino que es de faz blanca como montaña nevada. Me viene a la memoria de inmediato el cuento o leyenda de ese cerro: “Se ha dicho y se sigue diciendo hasta la fecha, que en cerro o en la cárcel que encierra su verde selva, existe una hermosa laguna, cuyo encanto consiste en vestirse de multicolor ropaje cuando el sol diluye sus rayos blanquecinos sobre la faz azul de su rostro cristalino”. Y a la vez, en dicho perímetro abunda lujuriosa floresta, y en cuanto a su fauna hasta el ave del paraíso surca con sus alas medrosas el cielo limitado e impasible. La laguna hechizada tiene de todo y la habitan hermosas ninfas.
El arroyo grande nace en esta laguna, cuyos bordes según cuentan quienes tuvieron la dicha de experimentar este sortilegio, forman el más bello ramillete de flores exóticas y raras; viñedos cuyas frutas almibaradas satisfacen al paladar más exigente. Todo este sopor lo sentían quienes en alguna ocasión se aventuraban por esos contornos, pues se cree que es el lugar donde los habitantes de Tecpan, temerosos de las incursiones de los tarascos guiados por su rey Caltzontzin, depositaron sus riquezas en oro y piedras preciosas, tesoro que se cree que existe hasta la fecha. Un nativo del pueblo de Atoyac, según versiones, entregó al general Juan Álvarez un pergamino, el cual contenía el mapa que señalaba exactamente el sitio donde estaba este encantamiento, con el objeto de que el patricio usara este tesoro para la causa de la Independencia; no sabemos si lo encontró, aunque se cree que no fue hallado y sigue reflejando en determinado tiempo la dorada llama de su existencia. (Francisco Galeana Nogueda. Conflicto Sentimental. Memorias de un Bachiller en Humanidades) EL CUYOTOMATE Sin salir de la ciudad vaya al Cuyotomate, donde encontrará una variedad de comida mexicana, cerca de la frescura del río y donde también puede bañarse en la poza. El Cuyotomate es el lugar preferido por muchos atoyaquenses los fines de semana. Se come muy bien, la atención es cálida, puede encontrar desde camarones al mojo de ajo, un coco de cuchara y otras delicias para el paladar más exigente. Actualmente se está poniendo de moda también ir hasta el puente de Mexcaltepec a disfrutar la frescura del río. LAS CANCIONES A NUESTRA TIERRA Atoyac José Agustín Ramírez Altamirano Al pie de una azul montaña que se eleva majestuosa, está Atoyac, tierra hermosa de nuestra costa suriana. Entre playas y barrancos cual plateada serpentina un río de agua cristalina va acariciando sus flancos. Es un poema de verdor entre palmeras y huertas, un ensueño de color que nuestra emoción despierta. Apenas pueden los ojos contemplar tanta belleza Atoyac es exponente de fértil naturaleza. En su tierra se produce
con lujuriosa abundancia el café y caña dulce y mil especies de plantas. Aves de hermosos plumajes y de gargantas canoras vuelan entre los ramajes de su selva encantadora. Su tradición es gloriosa porque el pueblo atoyaquense ha sido por su bravura modelo de guerrerenses. En la lid de la independencia, y también de la reforma con Álvarez y otros héroes tuvo honor y tuvo gloria. Qué decir de sus mujeres de incomparable hermosura, esbeltas como palmeras, palomas por su dulzura. Ardientes en su cariños constantes en sus amores, retratan sus ojos lindos sus almas puras cual flores. ¡Bendita tierra suriana!, te llevo en el corazón, ¡tú fuiste en mi edad temprana, la cuna de mi ilusión! Y cuando ausente mañana te recuerde con amor, cantaré como homenaje esta sencilla canción. Lindo Atoyac Héctor Cárdenas En Atoyac, hay un sol en primavera. Lindo lugar, de la costa y de la sierra. Un cafetal entre pinos y palmeras y el palapal donde mi costeña espera. Dame a probar un jarrito de café que no he perdido la fe, de volverme a enamorar y saborear, limón dulce, rica miel de tus labios, de tu piel quiero la esencia libar.
En Atoyac, hay un río caudaloso corre hacia el mar, con su canto presuroso se oyen gritar, los pericos en parvadas bajo el jazmin, que al crecer forma enramadas. Quiero amar, costeñita di que sí soy costeño del Ticuí que te quiere enamorar y saborear agua dulce, coco y miel de tus labios, de tu piel quiero la esencia libar. En Atoyac hay murmullos de la costa para cantar a la hembra que me gusta voy a pasear en sus noches de lunada en mi carreta, por dos bueyes tirada. Voy a llegar, hasta Ixtla y San Martín luz de luna en mi confín de estrellado palpitar y saborear agua dulce, tuba, miel de tus labios, de tu piel quiero la esencia libar. En Atoyac hay un sol en primavera… Atoyac mi cuna natal Ambrosio Castillo Muñoz Atoyac tierra hermosa suriana que la baña la brisa del mar donde pinta la naturaleza las cosas más bellas que Dios sabe crear. Por su río caudaloso que baja cual escarcha que adorna un jazmín sus mujeres son bellas gardenias que adornan un fresco jardín. Las palmeras cual guardias te cuidan con el viento empiezan a cantar y la luna se viste de plata mientras duerme mi lindo Atoyac. Atoyac, Atoyac, nunca, nunca te podré olvidar porque sé, que eres tú linda tierra, mi cuna natal. Se oye el eco de voces bravías que estremecen la bella región y el compás de esta lira sonante yo te canto con el corazón.
Atoyac, Atoyac, nunca, nunca te podré olvidar porque sé, que eres tú linda tierra, mi cuna natal. Atoyac, Atoyac… VI. VALORES HUMANOS, CULTURA, TRADICIÓN Y LEYENDA. NUESTROS ARTISTAS Artesanos como los hermanos Enrique, Salvador y José Hernández Meza y Teodora San Juan, aprovechan la naturaleza muerta para hacer sus trabajos que son apreciados en diversos eventos nacionales. También Valentín Catarino Salas, con sus máscaras de papel maché, pone en alto a nuestro municipio. Tenemos una promesa en la pintura, José Alberto Hernández Radilla, quien junto con Rafael Martínez Ibarra y Audel Hipólito Blanco han destacado pintando cuadros de calidad. Poetas como Jesús Bartolo Bello López y escritores como Judith Solís Téllez y Felipe Fierro Santiago, son lo más representativo de nuestra cultura. DE PELÍCULA MARÍA, LA VOZ María Sixta Gallardo Margara nació en El Ticuí. Una tarde jugando muñecas se le incrustó en el abdomen la voz de un hombre que la acompañó hasta la muerte. Era una mujer bravía le gustaba cabalgar, junto con su marido tenían un ranchito donde ahora es la colonia Los Llanitos. A su marido Eusebio Cabañas, hermano del general Pablo Cabañas, lo mataron los rurales en San Jerónimo. Ella se mantenía dando consultas, adivinaba y contestaba con la voz que le salía de la barriga. Por eso le llamaban María, la Voz. Tuvo seis hijos y cuando mataron a su marido ella se dedicó a sacarlos adelante. Como al mes de haber muerto su marido, un hombre la comenzó a enamorar; ella lo rechazó. Había periodos que la voz que tenía en el estómago salía de su cuerpo y no hablaba. En una ocasión la voz le dijo que sentía que si salía algo le iba a pasar. Y así fue, en una ocasión cuando la voz no estaba entonces el hombre que la enamoraba la asesinó a puñaladas en el Barrio del Alto de El Ticuí. “Si no eres mía, no serás de nadie”, le dijo en el momento que le clavaba las puñaladas. En el velorio, los que estaban presentes, sintieron la llegada y escucharon la Voz que juró vengar la muerte de María. Posteriormente el asesino murió hecho pedazos, sólo llegó la cabeza en el caballo, los demás miembros quedaron regados por el camino. Tal vez el caballo enloqueció, explicaron los vecinos. Aunque todos quedaron convencidos calladamente que fue la Voz quien vengó a María. Este episodio de la vida cotidiana del Ticuí, le fue contado a Juan de la Cabada, por la luchadora social Benita Galeana Lacunza, este escritor campechano hizo un cuento y más tarde un guión de cine que se hizo película, que se llamó María la Voz. Este filme fue dirigido por Julio Bracho en 1955, donde María, huérfana de madre, vive con su tía en un pueblo del Istmo de Tehuantepec; vende flores en la estación de ferrocarril. Las otras vendedoras la envidian y dicen que está embrujada, porque habla con una voz que no es la suya y sin mover los labios.
Aunque la película está ambientada en Oaxaca se mencionan los pueblos de San Jerónimo, Atoyac y El Ticuí, incluso la escenografía se asemeja a las ruinas de las vieja fábrica de hilados y tejidos, el reparto estuvo integrado por Marisa Belli, Miguel Inclán, Rosenda Monteros y Víctor Manuel Mendoza. LA ISLA DE LA PASIÓN También La Isla de la pasión es una película que salió a la luz pública en 1941, dirigida por Emilio Fernández, sobre la tragedia de la Isla de Clipperton, donde una de las protagonistas de la verdadera historia fue doña Tirsa Rendón Hernández, quien vivió y murió en la colonia Sonora de la cabecera municipal. Doña Tirsa, originaria de Tecpan de Galeana, fue a dar a la Isla de Clipperton como esposa del sargento del ejército federal, Secundino Ángel Cardona. Fue la valiente que, en la verdadera historia, le da muerte al ladino que las tenía sometidas. Tomando como fuente a López Victoria, el 26 de diciembre de 1913, el capitán segundo Ramón Arnaud, su esposa doña Alicia Rovira y demás familias estuvieron en Acapulco para embarcarse a Clipperton. Se embarcaron hasta el 7 de enero de 1914 en el Korrigan II, con sus tres pequeños hijos, así como Altagracia Quiroz y otras sirvientas. Iban también el subteniente Picazo y diez soldados para la guarnición de Clipperton, el guardafaros Francisco Solano y el teutón Gustavo Schultz, empleado de una compañía guananera, quien regresó al poco tiempo. El 4 de octubre de 1916 azotó a la isla un despiadado temporal, que averió el faro y destruyó el almacén de las provisiones. Cuando todavía no aminoraba el temporal el capitán Arnaud, un teniente, un cabo y un soldado tomaron un bote para ir en busca de ayuda para sus familias, el 5 se hicieron a la mar y murieron ahogados al hundirse el bote. El 6, la viuda de Arnaud tuvo un hijo. El único soldado sobreviviente, el negro Victoriano Álvarez, sometió a las mujeres abandonadas a sus más bajos instintos. Acompañaban a la viuda de Arnaud, Tirsa Rendón, Juana Nolasco y Altagracia Quiroz. La tragedia tomó dimensiones de terror, porque el negro Álvarez asesinó a la pequeña hija de uno de los soldados muertos en el naufragio y torturó a Altagracia Quiroz y a Juana Nolasco quemándolas de los brazos. Con astucia Tirsa Rendón preparó una comida, de pájaros que habitaban en la isla. La hizo en el faro donde asistieron las mujeres sometidas y cuando el negro comía, Tirsa lo mató a martillazos, de esa manera se libraron del tirano y a los pocos días pasó el barco norteamericano Yorktown que las rescató y las llevó sanas y salvas a Salina Cruz Oaxaca. NUESTRA MÚSICA MARGARITO FLORES QUINTANA Miembro de una familia prolífica y talentosa el compositor, arreglista y maestro de música, Margarito Flores Quintana, nació el 25 de septiembre de 1912, en la casa ubicada en la calle Nicolás Bravo No. 4 en la ciudad de Atoyac de Álvarez Guerrero, y falleció el 20 de agosto del 2001. Sus padres fueron el señor Rafael Flores Guzmán y la señora Regina Quintana. El profesor Margarito recibió su preparación musical de su padre Rafael y de su hermano Arturo. Sus primeras clases musicales las recibió a la edad de 12 años, y el primer instrumento que empezó a tocar fue la guitarra. Su padre Rafael fue músico de renombre que destacó gracias a la enseñanza musical del maestro Margarito Damián Vargas, que era originario de Tixtla, Guerrero y egresado del Conservatorio Nacional de Música de México.
Los hermanos del maestro Margarito: Arturo, Gobén, Rafael, Leonardo, María de Jesús y Lucina; de los cuales Arturo y Gobén lograron figurar como buenos ejecutantes, compositores y dirigentes de orquestas. Su hermano Arturo organizó la orquesta Embajadores de la Alegría, y también formó cuartetos para música fina, donde figuraban grandes maestros de la música. Su hermano Arturo fue compositor de varias melodías, valses, marchas, pasos dobles y tangos. Fue maestro de música en la zona indígena de Guerrero y recorrió varios estados de la república mexicana. Su hermano Gobén fundó la orquesta de Los Hermanos Chinos de Espinalillo. En el año de 1943 se casó con la señorita Juventina Hinojosa Reyes, con quien procreó 9 hijos, de los cuales viven 6: Aman, César, Oscar, María del Carmen, Ricardo y María Guadalupe. El maestro Margarito estudió órgano con el cura Manuel Herrera en Atoyac. Formó parte de La Orquesta Flores que dirigió su padre Rafael. La primera orquesta que dirigió el maestro Margarito fue Ritmo Tropical en El Ticuí en el año de 1944, la cual contaba con miembros del mismo lugar, fundada por la iniciativa del profesor Benjamín Rivera y subsidiada por la cooperativa David Flores Reynada. Fue fundador en 1950 del Jardín de Niños “Cuauhtémoc”, así como de la escuela secundaria federal número 14 “Mi patria es primero”, y laboró como maestro de música en la escuela Juan Álvarez de 1953 a 1968. En 1955 fundó y dirigió La Orquesta Atoyac, la que figuró como una de las mejores de la región, por su buena armonía, ejecución y su repertorio fino y variado. En 1970 organizó los conjuntos musicales Sierra Atoyac, Musical Atoyac y Liberación Atoyac, los cuales destacaron por su ritmo alegre y cadencioso. Estudió en el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) en México Distrito Federal, según consta en el certificado Número 084 firmado por el licenciado Juan José Bremen Martínez, director general de la institución. El 13 de julio de 1979 se le otorgó un diploma por haber aprobado las materias pedagógicas en Bellas Artes. Es autor de la música del Himno a la Escuela Secundaria Federal Número 14 “Mi patria es primero”, la letra es del profesor Salvador Castro Navarrete quien era director de esa institución. El maestro Margarito compuso Valses, boleros, baladas; muchos de los cuales todavía no se han dado a conocer públicamente. También enseñó y formó a músicos que figuran en diversos grupos y orquestas, algunos trabajan en los mejores centros de Acapulco. Dio clases de música en la Escuela Secundaria Federal número 14 “Mi patria es primero”. Impartió clases en su casa y a domicilio para el aprendizaje del órgano, guitarra y saxofón. (Datos proporcionados por la señora María del Carmen Flores Hinojosa) AMBROSIO CASTILLO MUÑOZ, “EL TENOR DE GUERRERO” Ambrosio Castillo Muñoz murió a los 68 años, en la iglesia Santa María de la Asunción, un domingo 10 de septiembre de 1996, después de cantar el Ave María en la misa. De pronto se fue para atrás y un infarto fue la causa que ya no siguiera cantándole a la virgen como lo hacía cada ocho días. “El tenor de la Costa Grande” como le llamaron en sus mejores tiempos de artista, cantaba muy bien a capela, tenía una voz muy fuerte no necesitaba micrófono, cantaba muy bien a puro pulmón. Era hijo de Crescencio Castillo Cabañas y de Celestina Muñoz Reyes, vivió casi toda su vida en la calle Independencia número 12, en el centro de la cabecera municipal. Su familia tenía huerta de café en el Cerro del Zanate, arriba de San Martín de las Flores, donde resonaba su voz, con canciones que le apasionaban como “Bésame mucho” y unas de sus composiciones “Tragedia en la Jungla” quedó inédita a su muerte. Va más o menos así.
“Voy sin rumbo por la vida. Es tan grande mi dolor por culpa del cruel destino que mi alma destrozó Era mi única esperanza…” A pesar de su talento musical nunca menospreció los trabajos del campo, era muy bueno para chaponar. Los que lo conocieron consideran que comenzaba a tener éxito en el tiempo que se fue a vivir a la Ciudad de México, le llamaban “La voz romántica de Guerrero”, pero se vino del Distrito Federal porque añoraba a su familia. En sus giras lo acompañaba La Orquesta de los Hermanos Márquez dejó la fama para venir a cantar el Ave María los días domingos, acompañado del maestro Margarito Flores Quintana. Todas las noches después de la siete asistía a la calle Nicolás Bravo donde practicaban con el profesor Margarito canciones religiosas que luego interpretaban en las misas. Después ya entonados Bochito cantaba “Bésame mucho” y muchas canciones de Agustín Lara que interpretaba con magistralidad. Él cantaba y el maestro Margarito lo acompañaba con el piano. Eran muy solicitados para cantar en las misas en San Jerónimo, Tecpan y hasta Petatlán. Fueron populares en toda la Costa Grande. Parroquias en cuyas paredes resonaba la voz potente y bien timbrada de Bocho Castillo. Su muerte fue muy sorpresiva porque no se sabía que estuviera enfermo, pues el mismo completaba sus ingresos vendiendo medicinas y vitaminas, por eso llegó a ser muy conocido en la sierra de Atoyac y de Tecpan de Galeana. Ambrosio Castillo le compuso una canción al terruño que lo vio nacer y que le cantó con mucha pasión. Esta composición la llamó “Atoyac mi cuna natal”. Atoyac tierra hermosa suriana que la baña la brisa del mar donde pinta la naturaleza las cosas más bellas que Dios sabe crear. Junto a Margarito Flores Quintana formó parte del grupo Promotores del Arte en el Estado de Guerrero, AC (PROA). Bocho Castillo como le llamaba la gente llegó a presentarse en los teatros “Cristo Rey” y en “El Rosales” de la ciudad de México, acompañó a Adolfo López Mateos como cantante en su gira de campaña por las delegaciones de la ciudad de México. Realizó diversas giras por el interior de la república en compañía de artistas de renombre durante la década cincuenta- sesenta. Bocho Castillo nació en Atoyac de Álvarez el 7 de diciembre de 1927. Cuando tenía solo 10 años descubrió que tenía talento artístico. Con la canción “Espérame en el cielo corazón” obtuvo el primer lugar en 1954, en un concurso organizado por José Ortega y Alejandro Sotelo, mismo que se llevó a cabo en el Cine Álvarez que en ese tiempo era el lugar de los grandes eventos. Por esas mismas fechas hizo su debut en la radiodifusora XEBB de Acapulco, para luego participar en la XEW en el concurso internacional de aficionados en 1957, donde con la canción “Mar y cielo” obtuvo el segundo lugar. Con el triunfo de este concurso comenzaron las giras por interior de la república que lo llevaron a la fama. En vida recibió reconocimientos de parte del gobierno del estado y municipal, siempre participó en todos los eventos cívicos a los que fue invitado. Ambrosio Castillo, El Tenor de Guerrero dejó su carrera artística porque prefirió vivir en la tierra que lo vio nacer, eligió cantarle a su tierra que seguir de gira con los artistas de la época con los que alternaba. Sus amigos lo recuerdan como un gran conversador, muy
buen contador de chistes que, por más difícil que estuviera el momento, no perdía la compostura y nunca se enojaba. JUAN FIGUEROA RODRÍGUEZ, JUANELLO Juanello se proyectó nacional e internacionalmente con la canción “Espejismo”, que estuvo en el gusto del público una temporada. La gente lo recuerda de niño trabajando en el cine Álvarez, donde recogía los envases de refrescos que los asistentes tiraban a la hora de la función, alumbrando en la oscuridad con una pequeña lámpara de mano diciendo: “va por hay”. Ayudaba a cargar los aparatos al grupo Kind Lather. Comenzó a cantar con ellos, no como vocalista de planta, si no más bien como suplente. Juanello no niega su origen humilde, lo dice con orgullo en diversas entrevistas que ha dado. Se llama Juan Figueroa Rodríguez y nació en Vallecitos de Zaragoza, municipio de Zihuatanejo, pero su mamá lo trajo a Atoyac, de meses, por eso se considera cien por ciento atoyaquense, donde tiene muchos amigos y a su familia. Ha venido a cantar en la Feria del Café. También el extinto alcalde Germán Adame lo trajo para que actuara un 10 de mayo, donde se hizo un espectáculo muy emotivo. El señor Salvador Velázquez, lo ayudó para que grabara con la empresa CBS su primer disco, con su éxito “Espejismo”. Ay pero si te encontré del brazo de otro no te molesté, corrí y lloré sintiendo el coraje de haberte encontrado con otro querer… Hay pero dime, dime, dime por qué me engañaste si siempre juraste que era yo tu adoración… El 23 de diciembre de 1973 estuvo en el estudio grabando las canciones, “Espejismo”, “Página leída”, “Qué esperabas” y” Estaré convencido”. Luego de la popularidad que le dio “Espejismo” ofreció conciertos en grandes ciudades de Estados Unidos y América Latina. El éxito obtenido le valió premios como El Ariel de Oro, que le otorgó la XEW; El calendario Azteca y el Discómetro que entregan las empresas disqueras. En 2004 la empresa holandesa Golden Music, le grabó un disco con temas como “Recordar es Vivir. 17 Quilates de oro de Juanello”. Por último el 11 de abril del 2009 el Ayuntamiento de Atoyac le otorgó la presea “Ambrosio Castillo Muñoz” al mérito musical. Pero el mejor homenaje que le podemos dar a Juanello, sin duda es seguir cantando sus canciones. Ay pero dime por qué no me esperaste espejismo fue tan sólo tu amor y de aquel cariño que un día me juraste el tiempo lo borró.
FERNANDO ROSAS SOLÍS, EL RUISEÑOR DE GUERRERO Este cantante logró trascender en el ámbito nacional e internacional, gracias a su prodigiosa voz. Nació el 18 de abril de 1915 en San Jerónimo el Grande, municipio de Atoyac. La primera oportunidad de cantar se la dieron en la Orquesta Oriental, donde estuvo una temporada, pero por una riña que tuvo con Eleuterio Cabañas se fue a vivir a la ciudad de México, donde trabajó en el Correo. Allá buscó la oportunidad de cantar en la radiodifusora XEW donde destacó interpretando temas como “Traigo mi 45” y “Punto Final”. Haber grabado canciones como “Hoja seca”, “Nosotros” y “Vagabundo”, con la firma RCA Víctor lo proyectó a nivel internacional, ganó contratos en radiodifusoras de los Estados Unidos. Actúo en los principales teatros y centros nocturnos de la ciudad de México y se fue de gira por Sudamérica. Al morir José Agustín Ramírez, Fernando Rosas y el “Dueto Caleta” grabaron las principales canciones del compositor para difundirlas e inmortalizarlas como las conocemos ahora. Cuando estaba en la cúspide de su carrera Fernando Rosas murió el 9 de febrero de 1959, los restos del Ruiseñor de Guerrero fueron sepultados en la ciudad de México. FERNANDO ROSAS Y LA ORQUESTA ORIENTAL Don Margarito Flores Quintana tenía 84 años cuando fue entrevistado en 1994. Estaba retirado de la música y de la actividad docente. En su plática siempre recordaba con cariño aquella ocasión cuando Fernando Rosas, El Ruiseñor de Guerrero llegó a la casa de Delfino Ríos en donde ensayaba La Orquesta Oriental, en la que él participaba, a pedir que lo admitieran como cantante; en ese tiempo Fernando Rosas tenía aproximadamente 16 años y venía de San Jerónimo de Juárez. Entre otras anécdotas que contaba el maestro Margarito, como cariñosamente le llamábamos, es que en aquellos entonces la fábrica de hilados y tejidos del Ticuí proveía de luz eléctrica a la ciudad de Atoyac, y en los precisos momentos cuando Fernando Rosas cantaba en una boda con La Orquesta Oriental, se fue la luz y aún así Fernando siguió cantando con la voz tan maravillosa que tenía. Flores Quintana, maestro pionero de la música en la Costa Grande, no recordaba las fechas, pero nos dijo que Fernando Rosas se fue a la ciudad de México porque fue herido con un puñal por Eleuterio Cabañas en la calle Aquiles Serdán: “Fernando vino a dejarme aquí a la casa después de correr gallo y se fue, al poco rato vinieron a avisarme ‘le dieron a Fernando’. Corrí y lo llevé al médico, luego se fue a México para no tener más problemas aquí”. En la ciudad de México entró de aficionado a la XEW, estación radiofónica de moda y triunfó. Recorrió los Estados Unidos y otros países en una gira. Cuando ya era famoso venía para Atoyac, llegaba a la casa de Raúl Galeana Estévez, y Fernando lo mandaba llamar para platicar. LOS BRILLANTES DE COSTA GRANDE DE CATARINO HERNÁNDEZ OLEA Los Brillantes de Costa Grande lograron despuntar a nivel nacional. Después de 30 años sus canciones siguen en la memoria del pueblo. Muchas generaciones bailaron y se enamoraron con sus canciones.
Veredita que vas hacia el pueblo donde mi adorada suele caminar. Yo te ruego decirle que vuelva que aquí yo muero de tanto esperar y si logras hacer que regrese cuéntale mis penas al verla pasar. Originarios de El Ticuí, donde los organizó el trompetista Catarino Hernández Olea, quien dominaba el solfeo y era arreglista. En los primeros momentos esta agrupación se llamó Los Tigros, nombre que les puso Edwin Pino, conjugando la Ti de Ticuí y Gro de Guerrero. Otros proponían que se llamaran Los alegres de la cumbia. Según escribió Sergio Eugenio Zeferino en Agua Desbocada, Edwin Pino ganó el concurso y por ello se llevó la cantidad de 100 pesos en un evento que se realizó en el patio de la Fábrica de Hilados y Tejidos. Los primeros integrantes y fundadores fueron: Catarino Hernández Olea (1ra. Trompeta y Director Musical); Gilberto Hernández Olea (2da. Trompeta); Manuel Armenta Sánchez (la voz en las baladas); Juan José Armenta Sánchez (Baterista); Margarito Gómez Soriano (Guitarra); Miguel Chávez Ávila (2ª. Voz y bajista); Gregorio Benítez Godoy (Teclados); Abel Olea Barrientos (Güiro); Javier Soberanis Méndez, Fernando Radilla Méndez, Manuel Mesino y Alfredo Armenta Galeana. Se presentaban en bailes populares, bodas y 15 años de la región. Después de varias presentaciones conocieron al representante de la empresa musical “Trébol”, el centroamericano Antonio Arrollaber, quien les hizo su primera grabación de canciones como: “Me raspa tu barba”, “Sucedió en la Quebrada”, “3 horas”, “La picarilla”, de las cuales ninguna trascendió. Con Delfino Villegas del Arenal de Álvarez, hicieron su segunda grabación en la empresa musical GVC, tuvieron mucho éxito las canciones: “Mi amigo”, “Una decepción”, “Ambiciosa” y “Mi Periquito”. El señor Delfino les sugiere que cambien de nombre por otro de más impacto y así surgen “Los Brillantes de la Costa Grande”. Luego volvieron a grabar con la empresa musical “Yurico”, donde grababan artistas de la talla de Chayito Valdez, Los Sonorítmicos y Régulo Alcocer. Aquí vuelven a grabar: “Mi amigo”, “Sonia”, “Regalo equivocado”, “Ambiciosa”. Fueron un gran éxito las canciones “Mi Amigo” y “Regalo equivocado”, esta última había sido grabada por otras agrupaciones, pero Los Brillantes con el estilo y arreglo musical la hicieron más popular, escuchándose en las estaciones de radio de la capital de la república y de otros estados del país. Otoniel Valdéz, director de la empresa “Yurico”, les promocionó una gira artística por el interior de la República Mexicana visitaron los estados de Colima, Michoacán, Distrito Federal, Estado de México, Hidalgo, Guanajuato, Oaxaca, Zacatecas, Jalisco, Morelos y casi todo el estado de Guerrero. En la gira su música logró gran aceptación y fueron tratados como verdaderos artistas. Se tomaron fotos con los asistentes, usaban uniformes vistosos y viajaron en autobuses de lujo. Gracias a su popularidad hicieron otra grabación donde se incluyeron éxitos como: “Ave Mensajera”, “Veredita”, “El fruto de tu pecado”, “Como dicen”, “También mis ojos
lloran”, cumbias como “La Ticuiseña”, “Te acabaste cocada”, canciones de compositores de la región como Zenón Galeana, Wilfrido Fierro Armenta y Francisco Pino. En el año 83 realizan la última grabación donde se incluyen canciones como: “Sobre mi cruz”, “Con una lágrima en la garganta”. Luego se disuelve la agrupación al separarse el director musical Catarino Hernández Olea, quien se va a formar la agrupación Alborada, a la que le imprime el estilo, pero no tuvo el impacto anterior y siguió en otras agrupaciones. El cantante Manuel Armenta, llevó a varios grupos las canciones exitosas de los Brillantes, pero tampoco logró destacar, incluso intentó grabar como solista. Finalmente los pilares de Los Brillantes de la Costa Grande, partieron de este mundo dejando de recuerdo sus canciones que todavía se escuchan en algunos hogares y están en internet. Catarino Hernández, falleció el 13 de mayo de 1997 y el vocalista Manuel Armenta el 12 de junio del año 2006. (Datos de Sergio Eugenio Zeferino) KOPANI ROJAS RÍOS Nació el 12 de agosto de 1981. Desde muy temprana edad inició su gusto por las diversas áreas de las artes. A los 10 años obtuvo el primer lugar en dibujo en el certamen “Jornada del niño por la paz y el desarrollo”. Hecho que la impulsó para incursionar en la pintura y en las diferentes técnicas de dibujo, que reforzaría tomando cursos de artes plásticas en la Pinacoteca de la UAG, en Chilpancingo. Indagando en las letras, a los 15 años logró también primeros lugares en composición poética. Pero definitivamente su pasión por la música la llevó a dedicarse a ella de lleno a sus 17 años, cuando se convierte en gestora de la rondalla Alegre Juventud de la Preparatoria número 22; meses más tarde lograría tener su primer contacto con la Filarmónica de Acapulco y su director Eduardo G. Álvarez, quien en 1998 logra la Escuela Estatal de Música “Margarito Damián Vargas”, siendo Kopani de las pioneras en este proyecto. Pronto se colocó como la primera voz del coro monumental de esta institución, alternando sus estudios musicales con su participación en diversas agrupaciones como Arica, Grupo de Música Latinoamericana, Obra Negra, grupo de Rock Alternativo donde destacó como arreglista y el coro de la Preparatoria número. 9 de la UAG Juventud 2000, el cual logró presentar en Taxco a través de la Secretaría de la Juventud. En diciembre del 2000 en coordinación con la Iglesia de Santa María de la Asunción de Atoyac logró la presentación del coro monumental de la Escuela de Música, en las instalaciones de la parroquia. En el mes de abril del 2002, en coordinación con el Instituto Guerrerense de la Cultura se presentó en la sala de los Gobernadores presentando su material de Trova. Buscando nuevos retos se integró como violinista de la Orquesta Sinfónica Juvenil “Miguel Hidalgo”. Un año después regresó al puerto de Acapulco, en donde durante 2 años se preparó intensamente bajo la instrucción de Narine Grigorian en el área de ópera y con diversos maestros de la filarmónica. En mayo del 2004 inició el proyecto Ensamble Folklórico de Atoyac, pero es hasta febrero del 2005 donde comienza el auge de esta agrupación que sin duda alguna ha sido su mayor logro, ya que como directora de esta agrupación realizó diversos proyectos tales como 12 encuentros comunitarios en los diversos poblados circunvecinos de la cabecera municipal de Atoyac y partes de la sierra, así como también intercambios culturales en diversos lugares del estado como: Iguala, Teloloapan, Huitzuco, Acapulco, Chilpancingo, Tecpan, San Jerónimo, Zihuatanejo y Coyuca, por mencionar algunos. Donde se llevó la promoción de nuestro café, artesanías, productos de miel; así como la difusión de la danza del Cortés, quedando como muestra de su labor su primer material discográfico Ensamble Folklórico Atoyac, patrocinado por el grupo promotor de la Guelaguetza Oaxaca; fiesta arte y tradición.
Como solista ha tenido participación en diferentes foros del estado y ha recorrido los estados de Jalisco, Colima, Morelos y el D.F. En Celaya Guanajuato ingresó al Conservatorio de Música. Ha sido miembro de jurados calificadores de diferentes eventos de música y canto dentro del estado y ha trabajado en coordinación con diversas instituciones en pro del acervo cultural. Incursionó como conductora de un canal televisivo y como reportera, mostrando las diversidades de las zonas arqueológicas y las riquezas naturales de nuestro estado. Actualmente cursa la carrera de leyes y, en coordinación con el Centro Cultural Atoyac, editó su segundo material discográfico Canto criollo. LOS CORRIDOS Los corridos narran las aventuras de los hombres valientes de nuestra tierra. Son muchos los que todavía se cantan. Antes había muchos compositores de corridos, ahora son escasos. Los corridos son crónicas rimadas en las que se narran hechos de sangre o se habla de algún valiente. El corrido tiene un papel destacado como testimonio histórico, expresión de protesta y además es un medio de información. Muchos de estos corridos como “El Cirgüelo”, “Claudio Bahena”, “La Muerte de los Fierro” y el de “Los Nogueda” se han transmitido de generación en generación sobre hechos que ocurrieron a principio del siglo pasado. Muchos de los corridos que se cantan en Atoyac en donde se plasma su historia, son de autor desconocido, el de “Los Nogueda” se le atribuye a Ecliserio Castro Ríos, mejor conocido por Cheyo, un virtuoso compositor que nació ciego y que tenía una gran capacidad de orientación. Los acontecimientos de la Guerra Sucia en Atoyac quedaron plasmados en versos de Eusebio Martínez Ochoa que narra como ocurrió el cateo en un pueblo de la sierra, incluso hay algunos chuscos como el de “La Pulga”, que se ha cantado de diferentes maneras principalmente en El Ticuí. Aquí reproducimos algunos y a lo largo del libro hemos dado a conocer otros versos y en sus casos corridos completos. La muerte de los Fierro Canta Onofre Contreras Voy a cantar un corrido muchachos a ver si gustan de un caso que ha sucedido en el pueblo Cacalutla. A las seis de la mañana Cacalutla fue sitiado. a Inés Cortés y Ventura los primeros que agarraron. Ellos se hallaban sitiados y los estaban matando las casas de los corteses se las estaban quemando. Decía Tino de la Cruz soy hombre aquí y donde quiera se quieren matar conmigo
sálganse todos afuera. Gritaba Isidro Cortés gritaba con amplitud contestaban sus hermanos, Viva Tino de la Cruz Los Fierro al escuchar se les fueron como fiera quien lo iba a imaginar que ahí los Fierro muerieran. Gritó Tino de la Cruz Adiós amigos corteces me voy para Tixtlancingo ya se quedan sin pendiente ya se murieron los Fierro se les quitó lo valiente. Los Sequeida (de dominio popular) Al público en general les traigo un nuevo corrido, de dos valientes hermanos que fueron muy conocidos los ha matado el gobierno culpándolos de bandidos. Los dos hermanos Sequeidas donde quiera se paseaban siempre confiando en sus armas y sin el temor a nada. Como las traían fajadas ni al gobierno respetaban un catorce de diciembre no me quisiera acordar. Bajó la motorizada al pueblo del Arenal y los Sequeida pelearon sin echar un paso atrás. Rómulo enfurecido y ese famoso Alacrán disparaban sus metralletas buscaban a Catalán. Acabaron con su gente nadie se pudo salvar.
Ya con esta me despido madre de mi corazón nos vamos para el otro mundo echanos tu bendición te dejamos un recuerdo que llenamos al panteón. Epifanio Díaz (de dominio popular) Voy a cantar un corrido escuchen con atención de una horrible balacera que en Atoyac sucedió fue muerto Epifanio Díaz hombre de mucho valor. Era un día cinco de agosto muy bien lo recuerdo yo año de mil novecientos año del 82 en el bar “Intimo” recuerdo donde el caso sucedió. Epifanio se paseaba confiado en su gran valor la gente lo respetaba por ser un hombre de acción matar a él no le importaba era un gallazo el señor. Tomando estaba Epifanio cuando el gobierno llegó y al tenerlos frente a frente su pistola disparó hiriendo al capitán Saro que contestó la agresión. El rondín hizo disparos con valentía y precisión matando a Epifanio Díaz en compañía de otros dos siendo el gerente del banco y Luis Nava si señor. Ante horrible balacera todo Atoyac se alarmó dándose cita aquel sitio que tres muertos reportó eran las 10 de la noche
así lo recuerdo yo. El gerente salió herido por una equivocación en estado agonizante la gente lo levantó llevándolo al hospital donde su cuerpo espiró. Aquí termina el corrido lamentando este dolor no juegues con el gobierno ni te pongas bravucón que esto sirva de ejemplo y nos darás la razón. Claudio Bahena (de dominio popular) Quiero presten su atención mis camaradas por un momento voy a darles a saber la triste historia que pasó en el mes de agosto yo con tristeza y con dolor les cantaré. Era un día jueves, un 30 como a las tres cuando la muerte se acercaba de un amigo pues ahí se hallaba tomado Claudio Bahena en Atoyac, con un hombre desconocido. Pues aquel hombre ya pensaba asesinarlo porque le dijo que no lo fuera a dejar yo son tu amigo y pa probarte ten un trago y eso lo hacía, para no darle a maliciar. Ya de salida paso a casa de Juan Gómez con mucho gusto consiguiendo la guitarra y Juan le dice pasa Claudio para adentro, primero come ya esta lista la guitarra. Claudio se mete y aquel se quedó en la puerta diciendo amigos traigo ganas de cantar cantó un corrido y aquel quiso hacer segunda Pero no pudo porque no sabía cantar. Aquella gente que se hallaba en esa casa todos le hablaban rogando que no se fuera Claudio ya es tarde y mira está cayendo el agua hay que cuidarse no crean que están en su tierra. Tomó el camino de la sierra pa´ su casa Porque el vivía en ese barrio del Rincón
el pobrecito ya no llegó a su dichosa lo asesinó ese hombre infame sin razón. Luego que vieron que Claudio no parecía José Bahena vino a buscarlo a Atoyac no lo encontró en ninguna casa conocida solo razones, le decían lo vi pasar. Pasó ese jueves, viernes, sábado y domingo a que Raymundo y José no podían saber hasta el día lunes como a la una de la tarde supo Raymundo que lo fuera a conocer. Se fue Raymundo donde dijeron que estaba a conocerlo porque estaba muy deforme dice Reymundo a conocerle que él era Dios te perdone ahijado Claudio Bahena. Recibió parte el municipio de Atoyac fue el comandante y otros cuantos federales ellos dijeron que ahí fuera sepultado que era imposible que al camposanto llegare. Vuela calandria de las alitas azules vete a Morelos pero regresa prontito vas y les dices a los padres de Bahena que su hijo se haya sepultado al pie de un chico. El corrido de la pulga (de dominio popular) Una pulga reparando no cupo en un corredor toda la gente decía que era un gran gobernador. Para matar a la pulga vinieron gente de donde quiera le dieron diez mil balazos en la pura calavera. El cuerito de la pulga no dilato ni una hora se lo llevó Abel Olea para arreglar su tambora. Las tripitas de la pulga como salieron de noches se las llevó Catarino para cuerdas del tololoche.
Las costillas de la pulga como salieron tan blancas se las llevó don Chon Pino para hacer 200 bancas. Los ojitos de la pulga como se estaban secando el más chiquito tenía como la luna llenando. El Corrido de los Nogueda Ecliserio Castro Ríos Atención pido señores para empezar a cantar el corrido de los Nogueda no se vayan a enojar. Si me prestan atención yo se los voy a cantar en la sierra de la meca yo no se ni como fue eso. Mataron a los Nogueda que eran muchachos de aliento solo sus recuerdos quedan que eran hombres de provecho. Un domingo en la mañana Israel se fue a regar ahí estaban los tiranos los que lo iban a matar. Pero atrás venía su hermano que lo supo vengar cuando Alfonso oyó el disparo que aquel 30 Alfonso le dice a Lupe ya mataron a mi hermano ahora si pistola súper acompáñame a vengarlo. Cuando Alfonso llegó donde Israel estaba el le preguntó llorando aquí estoy si me llamabas a vengarte vengo hermano yo sin ti no quiero nada Alfonso cruzó adalante con ganas de emparerjar
y Felipe en el instante le dio un balazo mortal. Alfonso como galante y charro para tirar. Cuando Paulita llegó con su compañera Lupe Alfonso le contestó aquí estoy y no se asusten dame un abrazo querida y dale gracias a la súper. Los que lo mataron dicen yo no se ni quienes son uno era Felipe Flores con Clemente Salomón. Se acabaron los hechores pero sigue la cuestión más en fin ya me despido por la rama de una higuera. Aquí se acaba el corrido el corrido de los Nogueda con mi pecho entristecido aquí se acaba y se queda. El Cateo Eusebio Martínez Ochoa Pido permiso señores para empezar a cantar este corrido al desarme me deben de dispensar. El pueblo estaba tranquilo sin tener temor a nada ni siquiera lo pensaban que el gobierno les llegara. El desarme ya pasó en la sierra de Atoyac El Valle tan bien que estaba en que vino a terminar que les quitaran sus armas por no saberse pensar. Cuando el gobierno llegó al poblado de Los Valles unos rodeaban el barrio
otros cuantos en las calles. La gente muy asustada miraba por todos lados al verse entre los soldados y que estaban denunciados. Como a las 2 de la tarde se oyó una fuerte bujata era un avión militar que a ese pueblo bajó para llevarse las armas que a todos se las quitó. Los jefes se repartieron formando grupos cada uno para hacer aclaraciones y terminar el cateo. El Batallón 27 ellos hicieron el cateo traían a tres guerrilleros buscando a sus compañeros tomaron de prisionero al esposo de Esther Romero. Más en fin ya me despido voy a dejar de cantar recuerden esa tragedia no se les vaya a olvidar. Cuchillo Limado Corrido a Máximo Valente (Canta Domingo Valdivia) Voy a cantar un corrido con fecha de un tres de mayo murió Máximo Valente en una corrida de gallo. Lo mató Eliseo González con un cuchillo limado. Lo mató Eliseo González porque le tenía recelo cuando le dijo pon mano porque ya estaba en el suelo. A Dios Máximo Valente Dios te reciba en el cielo.
luego que se sintió herido le gritó a su primo hermano. Toma mi cuchillo y corre y sigue a quien me ha pegado empareja como puedas que aquí me encuentras tirado. Su primo salió adelante con ganas de emparejar como no llevaba nada se tuvo que regresar. cuídate Eliseo González no se te vaya olvidar. Ese Bucho Valades se hallaba muy ofendido al saber esa noticia que Máximo esta herido. Le rogaba al Santo Niño Que no lo dejara vivo. Eliseo ya no está aquí está fuera de cortadura y Máximo está en el cielo sintiendo a sus dos criaturas que quedaron huerfanitos en compañía de una viuda. Ya me voy a despedir de estos versos que aquí van murió Máximo Valente en la sierra de Atoyac. Lo mató Eliseo González lo deben de recordar. MUJERES DESTACADAS En Atoyac las mujeres han destacado en diversas áreas de la vida, hay escritoras, académicas, políticas, luchadoras sociales, guerrilleras y ejidatarias. Hemos tenido dos presidentas municipales, cuando hay municipios que a lo largo de su vida no han tenido ninguna. Hay mujeres que sobresalen en la música, el periodismo y el magisterio. Han demostrado que son valientes y que el lugar que tienen se lo han ganado con dignidad. Aquí mencionamos algunas de las mujeres que han puesto en alto el nombre de Atoyac, a lo largo de la historia. BENITA GALEANA LACUNZA Nació el 10 de septiembre de 1903, en San Jerónimo el Grande, municipio de Atoyac, recordemos que el municipio de Benito Juárez se constituyó hasta los años 30. Benita
Galeana forma parte de la generación que luchó por legarnos un país democrático, enfrentando el autoritarismo de un partido de estado. En una breve estadía en Acapulco se vinculó a los movimientos de los hermanos Escudero y María de la O, ya viviendo en la ciudad de México se relacionó con el Partido Comunista Mexicano a cuya lucha entregó su vida, estuvo prisionera 58 veces, sin embargo nunca se amedrentó y siguió en su lucha siempre del lado de las causas del pueblo y de la mujeres. ELIZABETH FLORES REYNADA Fue luchadora social en la época cardenista. Fundó una organización de mujeres campesinas. Además que durante muchos años cuidó celosamente el lugar donde el ejército sepultó el cadáver de Lucio Cabañas Barrientos en el panteón municipal. De hecho fue la primera mujer que participó en la política en nuestro municipio, al encabezar un comité de mujeres campesinas que exigían el reparto de tierras y a raíz de la muerte de su hermano David Flores Reynada, ella continúo con la lucha para democratizar el municipio y en apoyo a los obreros de la fábrica del Ticuí. Elizabeth Flores Reynada es contemporánea de la tecpaneca María de la O, ambas fueron dirigentes socialistas. Murió el 16 de octubre de 1978, atropellada por un camión de volteo. La señora Elizabeth Flores Reynada donó los terrenos para que se fundara la comunidad de Los Tres Pasos, que eran potreros propiedad de su padre, Espirión Flores. ELIZABETH MAYA PACO Fue presidenta municipal interina y la primera mujer que se eligió como presidenta en el Club de Leones en toda la república. Elizabeth rompió la regla no escrita de que todos los presidentes de ese club eran hombres. Fue presidenta del DIF municipal, cuando su esposo Javier Galeana ocupó la alcaldía. Ha sido Secretaria de Desarrollo Social del municipio. Ha sido una destacada militante del Partido Revolucionario Institucional, donde ocupó diversos cargos en la estructura política. En últimas fechas fue activista de la campaña de gobernador Ángel Aguirre Rivero. FIDELINA TÉLLEZ MÉNDEZ Nació el 24 de abril de 1929 en Atoyac y falleció en la ciudad de México el 8 de mayo del 2007. Estudió la primaria en la escuela “Real”, hoy “Juan Álvarez”. Realizó estudios de contador privado en el colegio Carrillo Cárdenas de Chilapa Guerrero. Fue una de las primeras mujeres que trabajó en el Banco del Sur. Fue colaboradora de “La página de Atoyac” del periódico El Sol de Acapulco. Doña Fide, como le decíamos de cariño, escribió además la biografía de su padre Rosendo Téllez Blanco, en el libro Agua desbocada. La pasión por su pueblo la motivó a escribir diversos sucesos, desde leyendas, anécdotas y crónicas. En sus trabajos dejó clara su preocupación por la ecología y el apego que le tenía a la tierra que la vio nacer. GUADALUPE GALEANA MARÍN Es profesora de educación media y superior en la especialidad de Biología. Aunque nació en Espinalillo municipio de Coyuca de Benítez su actividad profesional y política la ha realizado en Atoyac. Impartió clases durante muchos años en la escuela primaria “Modesto Alarcón” y en la Secundaria Federal Número 14 “Mi patria es primero”, es poetisa y excelente declamadora, ha sido regidora, diputada local y la primera síndica procuradora que ha tenido el municipio de Atoyac.
Miembro del magisterio democrático, coordinó la primera campaña de ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas en nuestro municipio, y es fundadora del Partido de la Revolución Democrática, donde desde su nacimiento ha encabezado una de sus expresiones políticas. GUILLERMINA CABAÑAS ALVARADO Nació el 12 de enero de 1949, fue de las mujeres que abrazaron la causa del Partido de los Pobres y se incorporaron a la guerrilla encabezada por Lucio Cabañas Barrientos. En la guerilla comenzaron a vivir una nueva vida, pues ahí todos eran iguales y tanto hombres como mujeres tenían las mismas tareas, no había distinción de sexo. Guillermina Cabañas ha difundido en diversos foros la experiencia que vivió en la guerrilla. Ha sido testiga clave para reconstruir esa etapa histórica de nuestro municipio, por ello ha sido protagonista de diversos documentales y su testimonio ha sido publicado en diversos libros y revistas. HERMINIA GÓMEZ LORANCA Fue directora de la escuela de niñas, antes de que se fusionara con la de niños para crear la escuela primaria “Juan Álvarez”. Formó muchas generaciones de atoyaquenses, en agradecimiento a su labor las autoridades impusieron su nombre a una escuela primaria, que se llama “Herminia L. Gómez”. Nació el 23 de junio de 1871, fue hija de Cayetano Gómez y de María de Jesús Loranca. Según Wilfrido Fierro hizo sus estudios en la ciudad de Chilapa, en un colegio católico, graduándose como maestra. Fue educadora en escuelas primarias de Atoyac, San Jerónimo y Tecpan. Falleció en 1926. HILDA FLORES SOLÍS Nació el 3 de diciembre de 1933, hija del líder socialista David Flores Reynada y de Concepción Solís Jiménez. Estudió la primaria en la escuela “Juan Álvarez” (“Escuela Real”) hasta segundo año, luego pasó al colegio América en Acapulco en donde estuvo internada gracias a una beca que pagaba la cooperativa de la fábrica de hilados y tejidos del Ticuí, que llevaba el nombre de su padre, dirigida por Enedino Ríos Radilla y Rómulo Alvarado. Su labor docente la inició a la edad de 13 años como maestra municipal, en la escuela “Juan Álvarez”, su pago era de 12 pesos, allá por el año 1947. Por sus ganas de saber, siguió estudiando por su cuenta y en los meses de julio y agosto asistía a los cursos de la Escuela Normal de la Universidad Autónoma de Guerrero, en donde hizo la secundaria y estudió parte de la Normal. Por intervención del líder magisterial Othón Salazar Ramírez llegó a estudiar en la Escuela Nacional de Maestros y al mismo tiempo era secretaria del Movimiento Revolucionario del Magisterio y trabajaba haciendo documentos para el público en la calle de Donceles en la ciudad de México. Su participación en el Movimiento Revolucionario del Magisterio la llevó a cultivar amistad con luchadores sociales de la talla de Gilberto Rincón Gallardo y a conocer el frío de la ciudad de México cuando llevaba comida al plantón de maestros y se quedaba a dormir en el suelo en improvisadas camas de cartón. Cuando regresó a Atoyac trabajó de nuevo en la escuela “Juan Álvarez” y se incorporó al movimiento local de revolucionarios reformadores que querían mayores oportunidades para los de su tierra. Fue en la casa de la maestra Hilda Flores donde comenzaron a reunirse los iniciadores de un gran movimiento cívico y después revolucionario. Entre ellos:
Lucio Cabañas, Serafín Núñez Ramos, Francisco Estrella, Armando Bello Pérez, Telésforo Ramírez Castro, Octaviano Santiago Dionisio y Dagoberto Ríos Armenta. Hilda Flores Solís participó en el movimiento cívico que provocó la caída del gobernador Raúl Caballero Aburto, en la formación de la Central Campesina Independiente, en el Movimiento Revolucionario del Magisterio, apoyó de manera decidida la formación de la colonia Mártires del 60 y encabezó cuanta lucha justa enarbolara el pueblo de Atoyac. Con Lucio Cabañas participó en el Frente Electoral del Pueblo que lanzó para presidente de la república a Ramón Danzós Palomino. Los dirigentes nacionales del Partido Comunista llegaban a su casa, en donde se realizaban las reuniones. Eso llevó a despertar la ira de las oligarquías que gobernaban en ese tiempo. Tanto que el día primero de mayo de 1972 fue detenida y secuestrada por 13 judiciales, quienes se la llevaron de forma violenta a las 7:15 de la mañana, cuando ella se estaba preparando para dar clases. Desde que la sacaron de su casa, Hilda Flores fue torturada, la vendaron y en el lugar conocido como “La Trozadura” la obligaron a caminar descalza sobre un lugar lleno de espinas. Luego fue torturada sicológicamente en la base naval y atrás del fuerte de San Diego. A Hilda Flores durante su cautiverio en la base naval la sacaron en una lancha y le dieron un paseo por el mar, y así como estaba vendada de los ojos la agarraban de los pies y manos como si fueran aventarla al agua. También la amenazaron con subirla a un helicóptero y lanzarla al mar. Le exigían declararse culpable de ser cómplice del guerrillero Lucio Cabañas de lo contrario su hijo David, en ese entonces, de 2 años iba a pagar las consecuencias. Hilda Flores siempre ha sido clara en decir que su participación con Lucio Cabañas fue en la lucha cívica y después de que se fue a la guerrilla se perdió el contacto. La maestra Hilda Flores Solís estuvo recluida en la penitenciaría de Chilpancingo, un año nueve meses con 17 días, de donde salió el 17 de diciembre de 1974, a los pocos días que Lucio Cabañas Barrientos muriera en El Otatal, en combate con el ejército. Ni las torturas ni el cautiverio amedrentaron a la siempre luchadora Hilda Flores Solís y después de salir de la cárcel participó como candidata a diputada local y a síndica. Su última hazaña es la de haber participado en la fundación del Partido de la Revolución Democrática. En su honor el Ayuntamiento de Atoyac ha instituído la presea Hilda Flores Solís que fue recibida la primera vez por ella misma, luego la han recibido María de la Luz Núñez Ramos, Tita Radilla Martínez y Judith Solís Téllez. GENARA RESÉNDIZ GÓMEZ O GENARA RESÉNDIZ DE SERAFÍN Conocida como la profesora Genarita, nació un 19 de septiembre de 1910 en Atoyac de Álvarez Guerrero, terminó sus estudios magisteriales en el ciclo 1928-1929, fundó la escuela primaria “Modesto Alarcón” en el año de 1951 de la cual fue la primera directora, estuvo más de 10 años en ese cargo. Impartió clases de inglés en la naciente secundaria que funcionó en las instalaciones de la escuela “Modesto Alarcón” en los años sesentas. Murió en Acapulco un 22 de abril de 1985. Fue formadora de generaciones. Algunos todavía la recuerdan imponiendo disciplina en el salón de clases. La maestra Genarita fue la primera regidora mujer que tuvo el municipio de Atoyac, después de haberse instituido el voto femenino. MARÍA DE LA LUZ NÚÑEZ RAMOS Miembro de las Juventudes Comunistas, fue la primera presidenta municipal de Atoyac, ganó las elecciones el 2 de octubre de 1993, por el PRD; ha sido diputada local y federal,
precandidata a gobernadora y ha sido ponente en diferentes foros sobre derecho municipal, donde ha promovido el federalismo democrático. Autora de libros como Palabra de Mujer y Palabra de diputada. En el 2009, el Ayuntamiento la galardonó con la presea “Hilda Flores Solís”. Nació la noche del 19 de febrero del año 1948. su madre Juana Ramos era maestra y su padre es Fidel Núñez Ávila. Es una mexicana de la generación del 68, fue educada en los valores del humanismo socialista. Ingresó a la Juventud Comunista Mexicana a los 16 años y pronto fue elegida responsable del Club en Chilpancingo, donde empezó a participar en los eventos nacionales tanto de la JCM como de la Central Nacional de Estudiantes Democráticos. Estudió la carrera de historia en la Facultad de Filosofía y Letras en la UNAM, completó su formación académica en Madrid acreditando diplomados en archivonomía impartidos por la OEA y por la Universidad Autónoma de Madrid. Participó activamente en el movimiento del 68 desde el Comité de Lucha de Filosofía y Letras. Fue secretaria general del Ayuntamiento de Acapulco. TITA RADILLA MARTÍNEZ Tita Radilla nació el 6 de febrero de 1950 en Atoyac, ocupa el quinto lugar de 13 hermanos. Hija de don Rosendo Radilla Pacheco y Victoria Martínez Neri. Estudió la primaria en la escuela “Modesto Alarcón”, de 1957 a 1963. Fue cofundadora de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Víctimas de Violaciones a los Derechos Humanos (Afadem) en 1978, con la finalidad de buscar el esclarecimiento de las despariciones forzadas, juicio y castigo a los responsables de la llamada Guerra Sucia. Fue regidora de la Participación Social de la Mujer en el periodo de 1993-1996, y es hasta la fecha, vicepresidenta de la Afadem. El 7 de marzo del 2010, el Cabildo Municipal de Atoyac le otorgó la presea “Hilda Flores Solís”, con esto las autoridades municipales reconocieron su labor en defensa de los derechos humanos y en la búsqueda de los desaparecidos políticos. EL COMUCAM En noviembre de 1992, Justina Reynada Benítez, Rosario Dionicio León, Reyna Alcocer Navarrete y Juana Rivas González, fundaron el Colectivo de Mujeres Campesinas de la Costa Grande (Comucan) con presencia en 16 comunidades, donde han realizado gestión de proyectos productivos y de servicios, capacitación sobre equidad de género, salud reproductiva y medicina alternativa. Este grupo es pionero en organizar a las mujeres en la región. DE ESCRITOS Y ESCRITORES Nuestro municipio es prolífico en escritores, nacidos aquí y otros que han escrito sobre los sucesos que se han dado en nuestra tierra. La guerrilla de Lucio Cabañas nos proyectó hacia el mundo. Mucho se ha escrito sobre ese acontecimiento, ejemplo de ello es la novela Guerra en el paraíso, de Carlos Montemayor, la cual se ha traducido a diversos idiomas. El general Juan Álvarez ha sido motivo de diversas investigaciones históricas. Atoyac ha dado cronistas, periodistas, novelistas, poetas, cuentistas e investigadores. En este capítulo los mencionamos como parte de nuestros valores humanos. ANDREA RADILLA MARTÍNEZ
Andrea nació en el corazón de la ciudad de Atoyac en la calle Emiliano Zapata el 4 de febrero de 1946. Fue la tercera de los 13 hijos de Rosendo Radilla Pacheco y de Victoria Martínez Neri. Sus primeras letras las aprendió en la escuela “Modesto Alarcón”, cuya construcción fue obra de su padre. Se le recuerda de niña caminando del poblado de Boca de Arroyo a la ciudad de Atoyac, para entregar la leche que su padre ordeñaba en el pequeño rancho que tenían en esa comunidad. Todavía se le evoca en el cine Álvarez declamando “Los motivos del lobo”, “Garrit”, “La caída de las hojas”; actuando en la comedia infantil “Justicia a la Cigarra” o participando como Reina de la Primavera en sus primeros años de escuela. En la secundaria se le rememora desfilando montada a caballo el 20 de noviembre, haciendo el papel de La Valentina o estudiando mecanografía en la Academia “July”, a un lado de la Farmacia Guadalupana, en donde se graduó como Secretaria Taquimecanógrafa, oficio que desempeñó durante diez años en la Dirección del Registro Público de la Propiedad del Estado, combinando esta actividad con las del hogar y los estudios. La taquigrafía le permitiría tomar las explicaciones de sus profesores al mismo tiempo que éstos hablaban, lo que le serviría de apuntes. Siempre fue muy estudiosa. Le gustaba tejer, un hábito que aprendió desde niña y que de grande le serviría para tejer, primero, los suéteres de sus cuatro hijos Eneyda, Vladimir, Justino y Lucio Ernesto, así como los de su esposo, y después los de sus nietos. Sabía confeccionar ropa, pues también hizo cursos de corte y confección, de manera que eso le permitió hacerle bonitos vestidos a su única hija; así como las camisas y pantalones a sus hijos. Andrea sabía dibujar a lápiz y le encantaba el campo, se pasaba horas cultivando su jardín. Siempre sostuvo que se descansa cambiando de actividad. Por eso cuando no estaba leyendo, escribiendo, dibujando, cosiendo, tejiendo o en el jardín, se ocupaba de cocinar ricos platillos que toda su familia degustaba, como el mole rojo hecho con todos sus ingredientes o en diciembre el rico bacalao a la vizcaína. Andrea era un estuche de monerías. Así la recuerda su esposo, Justino García Téllez. Cursó la secundaria en la Federal Número 14, “Mi Patria es primero”. Donde formó parte de las primeras generaciones, ya que terminó en 1964. Concluyó la preparatoria en 1975 en la Preparatoria número 8, dependiente de la UAG, en Ciudad Altamirano, hasta donde acompañó a Justino cuando fue nombrado director de ese centro educativo. Andrea Radilla formó parte de la generación que tuvo que enfrentarse a la reacción para democratizar la UAG. Los estudios de Licenciatura en Sociología los realizó, también en la Universidad Autónoma de Guerrero. Cuando egresó impartió clases en la Preparatoria 9, en donde años atrás había sido alumna. Después obtuvo el grado de Maestra en Ciencias Sociales y posteriormente el grado de Maestra en Historia Regional, obteniendo Mención Honorífica en la actual Unidad Académica de Filosofía y Letras, de la cual fue profesora por más de 20 años. Concluyó en el Centro de Investigación y Docencia en Humanidades del Estado de Morelos (CIDHEM), con sede en la ciudad de Cuernavaca, el 100% de los estudios de Doctorado en Antropología y tenía el 80% de avance de su tesis. Como docente, conquistó un espacio y obtuvo un estatus: el reconocimiento de sus compañeros de trabajo, pero sobretodo de sus alumnos a quienes trataba como si fueran sus propios hijos, apoyándolos con materiales de estudio, asesorías y hasta con recursos económicos. Publicó los libros: Poderes, Saberes y Sabores. Una historia de resistencia de los cafetaleros de Atoyac, Gro. 1940-1974, UAG, 1998; La Organización y la nuevas estrategias campesinas. El caso de la Coalición de Ejidos de la Costa Grande de Guerrero, 1980-2003, UNORCA-UAG, 2004 y Voces Acalladas. Vidas Truncadas. Perfil biográfico de Rosendo Radilla Pacheco (SEMUJER/UAG, 2008[2002]). Esta obra ha sido pieza fundamental para
documentar el primer caso de un desaparecido político mexicano y para lograr el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que encuentra culpable al Estado mexicano por desaparición forzada de personas y le obliga a cumplir toda una serie de exigencias para cambiar sus leyes. Andrea publicó artículos diversos en revistas locales y nacionales. Participó con ponencias en distintos eventos locales, nacionales e internacionales. Sus líneas de interés siempre giraron alrededor de los temas de la vida cotidiana, cultura y movimientos sociales. Sin duda todos los textos de Andrea Radilla están cargados de un compromiso social especialmente su libro Voces Acalladas. Vidas Truncadas. Perfil biográfico de Rosendo Radilla Pacheco, representativo de uno de los momentos más dolorosos de la historia de nuestro municipio y de su vida personal, pues, el 25 de agosto de 1974, hace 35 años detuvieron en un retén militar a su padre don Rosendo Radilla Pacheco, de quien nunca más se volvió a saber su paradero. Conocí a Andrea Radilla Martínez el 18 de mayo del 2002 cuando (junto con Álvaro López Miramontes y Octaviano Santiago Dionicio) vino a presentar su libro Voces Acalladas. Vidas Truncadas. Perfil biográfico de Rosendo Radilla Pacheco. Andrea fue una atoyaquense distinguida, que se ha ganado su lugar en la historia. Una mujer que fue consecuente con el rumbo que le marcaron los tiempos y que supo enfrentar con valor las adversidades. Su participación trascendente en el movimiento de 1960, en las huelgas y manifestaciones por la defensa de la autonomía y el aumento de subsidio a nuestra Universidad, la Autónoma de Guerrero; en varias ocasiones participó en las marchas que se hicieron hacia la Ciudad de México, en las décadas de los setentas y ochentas, o apoyando desde su trinchera los movimientos de Lucio Cabañas Barrientos, Genaro Vázquez Rojas y Carmelo Cortés Castro. Atoyac guarda muchos recuerdos de Andrea Radilla: en los inicios de la lucha por la presentación de los desaparecidos políticos o entrevistando a los productores de café para reconstruir la historia de la lucha campesina de los últimos tiempos. Visitando varios pueblos de la sierra cafetalera, entre los que se pueden mencionar a San Juan de las Flores, El Rincón de las Parotas, San Andrés de la Cruz, San Francisco del Tibor, San Vicente de Benitez, San Vicente de Jesús, su pueblo preferido, pues ahí tenían huertas su padre y su abuela Natividad. Platicaba con personas de avanzada edad, que son los que guardan la memoria de nuestro pueblo. Le gustaba comer con los campesinos, las tortillas con frijol y un chile reventado. Quienes la conocieron la definen como una persona muy humana, amable, inteligente y dedicada a su familia y a su trabajo, pero que además se preocupaba por la situación de los campesinos. Le gustaba ayudar a la gente; en su casa, junto con Justino, cobijó a muchos estudiantes de escasos recursos. Para dar testimonio están Celso Villa García, Marcos Téllez Ramírez y Pedro Delfino Arzeta García, hoy profesionistas. Sus tres libros tratan de Atoyac: sobre la evolución de la lucha campesina. Su obra es de compromiso social. La lucha que, su padre, don Rosendo Radilla Pacheco dio para mejorar las condiciones de vida de los campesinos, Andrea Radilla la siguió por medio de las letras, rescatando la memoria de esa lucha, que falta aún mucho para que termine. Andrea descendía de familia humilde, pero con un alto sentido de responsabilidad social. La desaparición de su padre no la doblegó, fortaleció su participación sobre todo en la lucha por la democratización de la Universidad, a la que dio su vida. Así se recuerda a Andrea Radilla, una atoyaquense distinguida, quien se ha sabido ganar un lugar en la historia de nuestro pueblo. ARTURO MARTÍNEZ REYES
El domingo 22 de julio de 2007, a eso de las 6:30 de la mañana, Arturo Martínez Reyes, murió. Arturito nació el 15 de diciembre de 1940 en San Francisco del Tibor. Sus padres fueron Alfonso Martínez Javier y Elodia Reyes Flores. Muy joven se casó con Margarita, su compañera con quien procreó a sus hijos: Arturo, Juana, Magda Luz y María Nelly. Trabajó en las brigadas sanitarias de combate al paludismo en el estado. Entró en contacto con las lecturas de Amado Nervo, Sor Juana Inés de la Cruz, Antonio Plaza y Rubén Mora, entre otros poetas que se encontraban de moda en los años cincuentas y sesentas en Guerrero. No sólo se conformó con leer. Continuó cultivando las letras de forma autodidacta. Incluso su amor por las letras lo convirtió en impresor e instaló un taller en Acapulco. Algunos de sus primeros textos fueron publicados en el semanario La Gran Tribuna que era dirigido por José Domingo Gallardo en 1976 y en la revista Ambiente, editada por el desaparecido periodista Ernesto Caballero Vela, allá por 1997. Posteriormente y ya como parte del Taller Alebrije, Arturito publicó una gran cantidad de trabajos de su autoría en el suplemento cultural Zona Desierta del periódico El Observador del Milenio, bajo la dirección de los periodistas Pedro Huerta Castillo y Rodrigo Huerta Pegueros; incluso algunos de sus trabajos fueron publicados en el suplemento cultural La Furia del Pez, que dirige el destacado escritor Víctor Roura en el diario nacional El Financiero. La incorporación de Arturito en el Taller Alebrije fue fundamental en su proceso de formación. Para Arturo fue un choque doloroso porque escritores con trayectoria como Pedro Escorcia, Judith Solís Téllez, Jeremías Marquines, Victoria Enríquez y algunos miembros del propio taller le mostraron que no tenía caso hacer malas copias de los poetas que le habían servido de arquetipo, sino que era necesario que buscara su propia voz… ¡Y lo intentó! Así lo demuestran numerosos escritos en Zona Desierta, y en las antologías Alebrije en Otoño (1997), El Color de la Blancura (2001) y sobre todo en su propia antología personal La Piel se Retuerce en el Tiempo (2004) donde muestra una profunda ruptura y una renovada transición con respecto a sus primeros trabajos, más apegados a la métrica tradicional de la que había abrevado en su origen. El Taller Alebrije fue determinante en su formación, incursionó también con un grupo cultural que se denominó “Netzahualcóyotl” y en el año 2000 tomó una serie de talleres con escritores de la talla de Mariana Tussain, Mónica Lavín, María Elena Aura, Jaime Sequeida, Claudia Soreda y Jaime Augusto Shelley. Fue uno de los pilares fundamentales que hicieron posible que el Encuentro Estatal de Escritores El Sur Existe…a pesar de todo haya logrado verificarse durante 18 años ininterrumpidos en Acapulco. Donde tuvo la oportunidad de conocer y tratar a los mejores escritores de Guerrero y algunos de los más importantes de México como el ya citado Víctor Roura, Elsa Cross, Rafael Ramírez Heredia, Eduardo Langagne, Eduardo Cazar y David Huerta, entre otros41. DECIDOR SILVA VALLE EL NEGRIS Perteneció al Club de Jóvenes Democráticos, donde también estaba Juan Fierro García y Octaviano Santiago Dionicio. Junto con otros compañeros editaban el periódico El Machete Costeño y fue director fundador del ATL. Es cuentista, cronista de las costumbres de Atoyac, ha sido presidente del Partido de la Revolución Democrática en el municipio, periodista y luchador social. Decidor Silva Valle, nació el 4 de abril de 1949 en la ciudad de Atoyac. La primaria la cursó en la escuela primaria “Modesto Alarcón” y la secundaria en la escuela “Mariano 41
Datos de Humberto Aburto Parra, Cronos 4
Matamoros” incorporada a la SEP. Estudió dos años en la normal de Champusco Puebla y terminó su carrera de maestro en la escuela normal rural “Raúl Isidro Burgos”, de Ayotzinapa Guerrero, ejerció como maestro en la comunidad de Poza Verde en el municipio de San Luis Acatlán y Santa Rosa de Lina del municipio de Coyuca de Benítez donde perdió su plaza por sus nexos con la guerrilla de Lucio Cabañas Barrientos, actualmente colabora con la página de los atoyaquenses del El Sol de Acapulco y el ATL. En 1972 Negris fue detenido en Acapulco junto con Gloria Berber Galeana, fue golpeado salvajemente y se formó un cuadro para fusilarlo, porque se le acusaba de ser guerrillero. Se salvó de ser desaparecido por un oficio que llevaba firmado por el inspector de la zona escolar donde trabajaba, porque en ese documento especificaba que estaba de vacaciones. Fundador de la Juventud Comunista en 1964, de la cual fue su primer presidente. Fue miembro del Movimiento Revolucionario del Magisterio. Ha escrito además de El Sol de Acapulco, en el Diario 17, El Sur y la revista Autogestión. En el 2004, sacó el primer lugar del cuento municipal y publicó en Agua Desbocada. Antología de Escritos Atoyaquenses en el 2007. DORA LUZ CARRILLO RÍOS Nació en Atoyac el 21 de mayo de 1949, es Socióloga y Maestra en Ciencias Sociales por la Universidad Autónoma de Guerrero. Ha dedicado su vida a la formación de profesores en las normales “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, en la “Rafael Ramírez” y en el Centro de Actualización del Magisterio. Ha sido maestra invitada en la Maestría de Ciencias de la Educación de la UAG. Es coautora de las siguientes obras: Rafael Ramírez y la Escuela Rural Mexicana; del libro de texto para tercer grado de educación primaria Guerrero. Historia y Geografía. También ha escrito diversos artículos para revistas pedagógicas y participó en el libro Mujeres que saben latín, la investigación de género en Guerrero ( 2002), mismo que fue editado por la Universidad Autónoma de Guerrero. Recientemente publicó los libros Practicas y saberes cotidianos de las telesecundarias y Los Profesores también… cuentan. Experiencias académicas del trabajo docente, ambos en coautoría con Delfino Villalba Beltrán. ENRIQUE GALEANA LAUREL Escribió el libro Tempestades, cada quien su Lucio, donde publica relatos relacionados con la guerrilla y la guerra sucia de los setentas. Algunos de sus escritos son de ficción y otros de episodios reales. Se introduce en el dolor humano, en las sensaciones que sentían los habitantes de la sierra en ese tiempo. Enrique Galeana es un escritor atoyaquense que al igual que Jesús Bartolo y Felipe Fierro, fue marcado profundamente por la guerra sucia. FRANCISCO GALEANA NOGUEDA Escribió el libro, Conflicto Sentimental, Memorias de un Bachiller en Humanidades, que salío a la luz pública en 1994, editorial Altres Costa-AMIC, de Cholula Puebla. Es un libro donde el autor nos narra, su pasó por la vida, desde su nacimiento en Atoyac, una ciudad pintoresca, con sus bellezas naturales, sus canciones y su río, sus leyendas, su violenta historia y la huella que dejaron los militares en la posrevolución, que marcaron su infancia llenas de aventuras en los corrales de las vacas y huertos que circundaban la ciudad en la década de 1920 a 1930, pues Francisco Galeana Nogueda nació el 11 de mayo de 1922. Reconstruye su árbol genealógico empezando por la familia Pinzón y los Nogueda.
Nos retrata las fiestas de aquel tiempo con las carreras de caballos y la presencia del padre Manuel Herrera Murguía. La hacienda de Almolonga. Su paso por la escuela Real, hoy Juan Álvarez, el reloj de la iglesia que desapareció con el tiempo. Galeana Nogueda dejó de existir el 3 de mayo del 2007. Nos dejó una obra llena de colorido, un escrito al que los atoyaquenses debemos recurrir para llenarnos de nuestro pasado. FRANCISCO JAVIER PÉREZ FIERRO Pérez Fierro a escrito ¡El alma nunca muere! El rito a los difuntos tradición que se resiste a morir en el 2004, “Ellos” lo mataron, que se editó el mismo año y que habla del asesinato de Zacarías Barrientos Peralta, Lucio Cabañas Barrientos y la Guerrilla en Guerrero que se publicó en el 2009, edición de autor. Francisco Javier Pérez Fierro nació en Atoyac el 4 de enero de 1953, es profesional de la Comunicación, en el año 2002 obtuvo el primer lugar en el VIII certamen periodístico “Juan R. Escudero”. Es autor además de “Maremoto”, de Mara Salvatrucha Chavos Banda, Comunidades afromestizas de la Costa Chica de Guerrero, De Popotla a San Jerónimo; Tres Palos: El poblado de la ilusión, pero el libro más importante para los atoyaquenses es Agua que se derrama, Atl Toyahui, UAG, 1995. Ha trabajado en diversos medios comunicación en el puerto de Acapulco y es trabajador de la Universidad Autónoma de Guerrero, con base en la oficina de prensa en la Zona Sur. FELIPE DE JESÚS FIERRO SANTIAGO Es profesor de escuelas secundarias, periodista, catedrático de la UAG. Ha dirigido durante varios años el periódico Atl y publicó en 1998 un libro de crónicas y vivencias Tierra Mojada. Nació un lunes 5 de febrero de 1962 en la parte alta de la sierra cafetalera, en la comunidad de Plan del Carrizo su padre es Tomás Fierro Zarco y su madre Severina Santiago Serrano. Estudió en la Escuela Primaria Rural Federal “Benito Juárez García” de la comunidad de Agua Fría. Los estudios de la secundaria los realizó en la Escuela Técnica Agropecuaria 174, de Río Santiago, de donde egresó en 1978. El haber vivido de cerca la represión de los campesinos de la sierra en la década de los setentas lo llevó a escribir sobre la guerrilla del Partido de los Pobres (PDLP) y de su fundador Lucio Cabañas, cristalizándose el proyecto en el libro: El último disparo. Versiones de la guerrilla de los 70´s (2006). Es maestro en educación y tiene también una maestría en matemáticas. Participó en el encuentro Poetas y Narradores en la Selva Cafetalera del cual se editó una memoria. Los trabajos de Felipe Fierro reflejan el amor por su tierra, pues los personajes de sus crónicas, cuentos y leyendas son extraídos de la vida cotidiana, de la sierra y de los pueblos de Atoyac. Felipe Fierro recientemente publicó otro libro El silencio del viento (2010), donde conjuga la realidad con la ficción en sus cuentos y crónicas. GRUPO CONVIVENCIA CULTURAL Esta agrupación que se dedicó a la investigación sobre la historia de Atoyac, estuvo formada por Juventina Galeana Santiago, el presbítero Pedro Rumbo Alejandri, Guadalupe Anahí Xóchitl García Galeana, Enrique Hernández Meza, Eduardo Parra Castro, Paloma Torreblanca García, Mireya Ma. de la Gracia García Galeana, Patricia Parra Cabañas,
Margarito Ríos Orbe, Rafael Hernández Guerrero, José Hernández Meza, Dagoberto Ríos Armenta y Evodio Argüello de León. Del trabajo de este grupo surgieron los libros Modismos Atoyaquenses y Medicina Tradicional. También realizaron investigaciones sobre el origen de Atoyac y sobre la vida del general Juan Álvarez. GUSTAVO ÁVILA SERRANO Durante la lectura de sus textos llama mucho la atención la pasión que siente por Corral Falso, su tierra natal, a la que le dedica dos de sus libros. Los otros tratan sobre la Universidad Autónoma de Guerrero, en donde laboró. Ahuindo, el pueblo al que irás y no volverás (2004) y Con el Jesús en la boca, son dos novelas con las que, sin duda, el costeño se sentirá identificado. El termino “Ahuindo”, según Baloy Mayo es de origen Náhuatl y quiere decir “donde hace temblar el agua fría”. De atl agua; huihui temblar de frío. Según distintas versiones, ése era el nombre original de Corral Falso. Ahuindo, puede ser cualquier pueblo de la Costa Grande, en los tiempos anteriores a luz eléctrica, cuando la vida circulaba alrededor del billar y de los eventos que se llevaban a cabo en el patio de la escuela, como las funciones de cine los domingos, con maquinaria sostenida por una bomba de gasolina. Los apodos que se endilgan entre sí sus habitantes, el molino de nixtamal y la tienda del pueblo. Cuando no se conocía el jabón y la ropa se lavaba con chicayote. La tradición del viacrucis durante la Semana Santa. El protagonista de la novela, Juan Cruz de quien nadie sabía de donde había venido, sólo que apareció por el lugar conocido como La Zanja Salada, personaje escurridizo, que casi no hablaba y a menudo era jugado por los chaneques que lo dejaban aguado y babieco. El otro protagonista es el cacique Jefe de las Reservas del Estado, en la Región Costa Grande que duró en el cargo de comisario 30 años. En la novela se mezclan personajes ficticios y reales, como el profesor Ignacio Fernández Fierro, un político de Atoyac, asesinado en el río de Corral Falso el 4 de abril de 1958; el padre Chilolo, que casó y bautizó generaciones tanto en Atoyac como en los pueblos vecinos; los extranjeros saqueadores de nuestras reliquias arqueológicas y la llorona, que encamaba con calentura a todos los que la veían. En esta novela se reflejan los desastres naturales que ha padecido la costa como El Tara, ciclón que hizo destrozos y causó daños en siembras que estaban a punto de cosecharse, en árboles frutales, palmeras, animales que murieron ahogados; además de sepultar a la comunidad de Nuxco bajo toneladas de arena. Llama la atención las premoniciones o indicios sobre El Tara, cuando los gorriones construyeron sus nidos en las ramas más bajas de los árboles. Las creencias costeñas, como la de hacer una cruz de ceniza y clavarle el machete en el centro para que cese la tempestad; los curanderos y sus diferentes formas de sanar a la gente; las carreras de caballos que emocionaban a todos; los festejos del día de muertos acompañados con la carne de marrano guisada con chile rojo y tamales nejos, la conserva de limón o de papaya tierna y el manjar, un dulce hecho con maíz y leche. Gustavo Ávila en este libro recuerda cuando Los Pachucos, un grupo de guardias blancas al mando del cacique de lugar, desolaron la región dejando muchos hogares sin padre, cuyo recuerdo todavía estremece a los que conocieron su crueldad. Por esta mezcla de realidad, magia y mitos, sin duda esta novela bien podría enmarcarse dentro del realismo mágico. En Con el Jesús en la boca, volvemos a encontrar como escenario ese pueblo tranquilo y apartado de la civilización, donde todos quieren atrapar un duende, el ser enigmático que vive en la espesura del bosque; pues quien logre atraparlo se volverá inmensamente rico y podrá obtener del duende las respuestas a las dudas que el hombre ha tenido desde el inicio de la creación:
Me grabé en la memoria el tamaño de su cabeza, la cual lucía calva. Así también su piel, que es color tierra y su escaso… pero muy escaso nivel de estatura…Los chaneques al principio no me causaban miedo. Y no les tenía desasosiego, porque me contó que los pequeños personajes no eran malos como muchos los creían. Esos niños pequeñitos que saben navegar por debajo del agua y salir casi sin mojarse. Que viven al final del arco iris.
Con un cojincillo con especias colgando del cuello como amuleto, se protegía a los pequeños de los ataques de los chaneques, quien no usara este pequeño cojín podían dejarlo aguado y babieco. Tanto en esta obra como en Ahuindo, ese pueblo abandonado de la Costa, Gustavo Ávila alude a las premoniciones campiranas: “cuando el cielo está aborregado seguro que temblará”. Gustavo Ávila Serrano, abogado de profesión, nació en el pueblo de Corral Falso el 3 de junio de 1953, municipio de Atoyac. El universitario guerrerense escribió: Génesis del STTAISUAG y 11 de octubre del 2002: Una Historia que avergüenza al STTAISUAG; Corrupción y Fracaso Político de Acción Revolucionaria; Ahuindo, el pueblo al que irás y no volverás y Con el Jesús en la Boca. Además de otra novela Mujer con olor y sabor a durazno. En 2009 dio a conocer dos obras más Memorias de un “chivito” internado 21, Rosalío Wences Reza, anecdotario y La noche de San Jerónimo. Gustavo Avila murió el jueves 2 de diciembre del 2010 en Chilpancingo de un paro cardiaco a las 11 de la mañana. Apenas el 17 de noviembre había iniciado una huelga de hambre que duró un par de horas para exigir su jubilación apegada al Contrato Colectivo de Trabajo, con el reconocimiento de su antigüedad real en la universidad. JESÚS BARTOLO BELLO LÓPEZ Nació en Atoyac de Álvarez en 1970. Ha publicado Las regresiones del mar (1998), Los árboles duermen de noche (1999), Poemas para besar una espalda (1999), Cachimbo (2000), El responso del gato (2000), Aviso de Ocasión, Estar de vuelta, Diente de León (2009) y Basalto (2010) Uno de los libros más representativos de Bartolo es No es el viento el que disfrazado viene (H. Ayuntamiento de Acapulco, 2004) en donde por medio de la línea amarilla, metáfora de la carretera que lleva a la sierra de Atoyac, nos introduce en una época de pérdidas y también de construcciones, de obras de aparente servicio social: “Con la línea amarilla llegaron los armados verdes y la gente se volvió hosca y desconfiada. La palabra desaparecido ramificó su letras”. Fortunato Hernández Carbajal ha dicho de Bartolo que “con una especie de rebeldía individual, convencido tal vez de que sólo ruedan hondo quienes han trepado alto, con una fisonomía de lucidez, honestidad y valentía juvenil, como si sus recuerdos sirvieran de zócalo a la estatua de su padre, desparecido por los matadores de brújulas, que trajeron la tristeza a Atoyac y se fueron con su talante de necrofilia y muerte a otro lugar pero con el mismo tambor”. También comentó que “Jesús Bartolo surge de un medio donde las posibilidades de hacer algo son escasas, en esta tierra famosa por la valentía de sus mujeres, en donde muchas prefirieron ser viudas de héroes que esposas de cobardes”. De Jesús Bartolo, Judith Solís en “Ecos de la guerra sucia en la literatura guerrerese” (Revista Tierra Adentro, Núm. 140, junio-julio, CONACULTA, México, 2006) comenta: “el poeta nos interna por el sendero íntimo de su dolor, de su orfandad, que es la de muchos”. Un verso inolvidable de Bartolo es el siguiente: “Mi padre es una colección de fotos que no llegan a diez. Es sólo la preocupación perpetua de la abuela. Un rostro inmóvil del cual no sé su sonrisa”. JOSÉ CARMEN TAPIA GÓMEZ
A José Carmen maestro investigador de la Universidad Autónoma de Guerrero, le debemos un libro fundamental Feliciano Radilla, un líder natural costeño, UAG, 1992, en este libro nos encontramos con las andanzas del líder agrarista Feliciano Radilla y da luz sobre el movimiento agrario costeño, y sobre la fundación de la Unidad Agraria de Atoyac. Hasta antes de este libro muchos líderes agrarios estaban en el anonimato, José Carmén los recreó y les dio vida, Manuel Téllez y David Flores Reynada entre otros, fueron rescatados en esta investigación y fueron puestos en su justo lugar. Luego en 1996 José Carmen Tapia puso a la circulación otro libro Economía y Movimiento Cafetalero. Del Inmecafé a la Autogestión en la Sierra de Atoyac del Álvarez (1970-1984) publicado por la Universidad Autónoma de Guerrero, participó también en el libro Multipartidismo y poder en los municipios indígenas de Guerrero, el 2006, editado también por la UAG, ahí José Carmen Tapia diserta sobre los partidos políticos y organismos civiles en los procesos electorales. JUAN PIOQUINTO GÓMEZ AYERDI Nació un 8 de abril de 1905, falleció el primero de diciembre de 1988, en Apatzingán Michoacán, era médico de profesión egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a los 15 años abandonó su tierra natal, Atoyac, para irse a radicar a la ciudad de Iguala con su familia y luego a la ciudad de México donde estudió. Una vez terminados sus estudios de medicina se fue a vivir a la ciudad de Apatzingán donde radicó hasta su muerte, se le conocían sus dotes de conquistador pues se casó varias veces. De sus diversos matrimonios tuvo 9 hijos, uno de ellos falleció. Gómez Ayerdi escribió cinco novelas: Tenías que volver, Ciudad vencida, Del César y de Dios, Raza de víboras y Elvia Smovich. Fue hijo de Juan Gómez y de Aurelia Ayerdi Castro. Sus hermanos fueron Porfirio, Clementina y Ezequiel Gómez Ayerdi. JUDITH SOLÍS TÉLLEZ Es profesora-investigadora de la Unidad Académica de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Guerrero. Estudió y se graduó como doctora en el Departamento de Antropología en la UAM-Iztapalapa, donde antes había concluido la Licenciatura en Letras Hispánicas. Ha sido becaria del Centro Mexicano de Escritores (“Beca Salvador Novo” de cuento 1988-1989), del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) en novela (2000-2001) y del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes (FOECA, 2004 y 2007). Ha publicado Alas (UAM-I, 1989) y Arboleando (Fondo Editorial Tierra Adentro 239, 2001 [1998]), ambos de narrativa. Así como el ensayo La zoología poética de Jorge Luis Borges en el 2005. Judith Solís Téllez es, quizá, la única que rompe con el esquema de los demás escritores atoyaquenses de escribir solamente sobre su tierra, sus trabajos versan sobre temas diversos. Ha escrito minificciones, cuentos y ensayos del género fantástico; su tesis doctoral la hizo sobre el pueblo negro de San Nicolás Tolentino, municipio de Cuajinicuilapa. Aunque también escribió las Memorias de la escuela preparatoria No. 22 de Atoyac de Álvarez, Gro. 1976-1996, que se fundó en el periodo de la Guerra Sucia. Tiene inéditos dos libros: una novela cuyos acontecimientos se desarrollan en el siglo pasado en esta región, además de Atoyaquenses, crónicas y narraciones sobre personajes de Atoyac y acontecimientos importantes. Ha participado en los libros colectivos: I Simposium Internacional sobre Etnicidad y Pobreza. Memorias (UAG/Universidad de California Campus Santa Bárbara, 2000) Poetas y narradores en la selva cafetalera (2001), Antología de letras y dramaturgia, Jóvenes Creadores (2000-2001),
Ciencias sociales y humanas desde el sur. Una lectura desde el sur de México (2005), Los Mil y un insomnios. Antología de cuento Breve, Instituto Toluqueño de la Cultura, 2006 y Ensayos literarios. Primer seminario de titulación (2009). Ha publicado en las revistas: El Cuento, Topodrilo, Tierra Adentro, Escritos. Literatura Fantástica. Revista de Ciencias del Lenguaje, enero-junio de 2000 (Universidad Autónoma de Puebla) y en Cronos. Lo que el tiempo no disuelve (2006, 2007, 2008) JUSTINO GARCÍA TÉLLEZ Nació en El Achotal, Municipio de Atoyac de Álvarez, Gro., el 5 de septiembre de 1944. Actualmente reside en Chilpancingo. Es Director de la Facultad de Filosofìa y Letras de la Universidad Autónoma de Guerrero, en donde estudió la licenciatura en Filosofía y se graduó con la tesis: Enajenación y lucha de clases. Obtuvo el grado de Maestro en Ciencia Sociales, en la Maestría en Ciencias Sociales de la UAG, en septiembre del 2003 con la tesis: El Contenido Ético Político de los Sentimientos de la Nación de Don José Ma. Morelos y Pavón, donde se graduó con Mención Honorífica. Actualmente ha realizado el cien por ciento de los estudios del doctorado en Filosofía Política, en el Centro de Investigación y Docencia en Humanidades del Estado de Morelos (CIDHEM), en Cuernavaca, Morelos. Lleva 39 años de servicio docente en la Universidad Autónoma de Guerrero, desde el 17 de septiembre de 1971. Ha participado como ponente y ha dictado conferencias en diferentes foros académicos. Fue presentador del libro Agua desbocada. Antología de escritos atoyaquenses en el año 2007. Ha publicado artículos en diversas memorias y revistas de divulgación científica y es coautor de diversos libros. En el prólogo de su libro Lo ético y lo político en Morelos. Una lectura con sentido (UAG, 2009) el doctor Jorge Rendón Alarcón considera cuáles son los principales aportes de esta obra: Al indagar en una amplia perspectiva filosófica e histórica la dimensión ética y política de los Sentimientos de la Nación de José María Morelos, promulgados el 14 de septiembre de 1813 en Chilpancingo, Justino García Téllez logra presentar no sólo el carácter reivindicativo de ese documento para la independencia de México, sino mostrar también la actualidad política de los Sentimientos de la Nación para una sociedad que, como la nuestra, sigue siendo deudora de una modernidad política incumplida, lo que se manifiesta con toda claridad cuando se confronta el legado político de Morelos y nuestra realidad actual, pues como lo pensó Rousseau todo depende radicalmente de la política de la participación comprometida y consciente de los problemas colectivos, sólo poniendo en práctica el legado político de Morelos seremos capaces de afrontar el lacerante problema de la desigualdad social que fractura y divide a la sociedad mexicana.
El trabajo de Justino, como él mismo lo señala, se orientó con la hipótesis de trabajo sobre la incongruencia existente entre el contenido de la ley en general y la vida real de la gran mayoría de los mexicanos en cuanto a sus derechos sociales, económicos, políticos, agrarios tanto de los hombres como de las mujeres, los niños, los discapacitados y los pueblos indígenas. El autor llevó a cabo una lectura cuidadosa de Los Sentimientos de la Nación, cuyo análisis giró en torno al eje articulador de los conceptos de libertad y soberanía, así como de su interrelación e interdependencia. El libro se divide en tres capítulos: El primero Entre lo histórico y lo filosófico. Versa sobre los conceptos de libertad, igualdad, la vida, la propiedad y la sociedad política. Trata sobre el mundo europeo de entonces. Lleva a cabo un seguimiento del siglo de las luces y da seguimiento a las ideas de Rousseau y de Voltaire, principiando con John Locke, pensador inglés, siguiendo sus ideas morales, política y económicas. La lectura de Los Sentimientos de la Nación se hace desde la idea del Liberalismo. En el segundo capítulo Continuidades y rupturas. Lo viejo y lo nuevo rescata las condiciones sociales y políticas de España y de la Nueva España, a finales del siglo XVIII y principios del XIX. En el tercer capítulo “Los sentimientos de la Nación” se concentró el objeto principal del trabajo al buscar y destacar el contenido ético y político de dicho documento. Para el
análisis documental se consideró necesario hacer uso de algunos referentes tanto históricos como teóricos; en el contexto histórico se hace referencia a los Jesuitas, para indicar que jugaron un papel muy importante en la justificación teórica del dominio español sobre la Nueva España, aunque también contribuyen, después, con ideas libertarias en la lucha de independencia, lo cual se refleja en el uso de la imagen de la Virgen de Guadalupe. (Reseña de Judith Solís Téllez) JUVENTINA GALEANA SANTIAGO Nació el 26 de diciembre de 1928, en Atoyac de Álvarez. Se casó con Juan García Galeana. Sus padres se llamaron: Félix Galeana Franco y Juventina Santiago Flores. Aprendió las primeras letras con los maestros Modesto Alarcón y Rafael Flores. Estudió en la “Escuela” Real, hoy “Juan Álvarez”, más tarde se trasladó al puerto para continuar su preparación en el colegio “Acapulco” con Felicitas V. Jiménez, La maestra chita y en la academia inglesa. Estuvo internada en el colegio “Franco-Inglés” en la ciudad de México y en el colegio “Morelos” hoy “Carrillo Cárdenas” de la congregación de religiosas “Siervas de Jesús Sacramentado”, donde terminó la primaria y recibió estudios de contador privado, corte y confección, clases de pintura, dibujo, repostería, cocina y economía doméstica en Chilapa Guerrero. Dentro de las actividades culturales que realizó está la de haber pugnado por la instalación del museo municipal, lo que no se ha concretado con seriedad, tomando en cuenta la gran riqueza arqueológica de la zona y la historia gloriosa de nuestro pasado cuitlateco. Formó el grupo Convivencia Cultural Atoyac con diversas personalidades para impulsar la cultura y rescatar las costumbres y tradiciones de Atoyac. En 1989, el presidente municipal Alejandro Nogueda Ludwig la nombró gestora ante el INAH para investigar la toponimia del pueblo. En el gobierno del presidente municipal Evodio Argüello de León recibió un excepcional apoyo a sus investigaciones históricas. Coordinó el concurso para la elaboración del escudo municipal que actualmente luce el ayuntamiento. El arzobispo de Acapulco don Rafael Bello Ruiz y el padre Pedro Rumbo Alejandri la comisionaron para investigar sobre la historia religiosa de la parroquia de Santa María de la Asunción de Atoyac. Participó en varios encuentros culturales haciendo escuchar su voz con nuevas propuestas. El 19 de enero de 1988, se le otorgó el nombramiento como miembro fundador de La Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística de Acapulco. Recibió reconocimientos por su participación en el rescate de la cultura por parte del semanario local Atl; de los presidentes municipales: Evodio Argüello de León, Javier Galeana Cadena, Acacio Castro Serrano y Germán Adame Bautista y de otras dependencias y grupos similares. Escribió sobre Atoyac, en la revista La capital de Chilpancingo, Guerrero. Publicó en el Diario 17, en “La página de Atoyac” y en “Atl Toyaui” de El Sol de Acapulco. Con el grupo convivencia cultural imprimieron varios trabajos en modestos folletos, sobresaliendo Modismos atoyaquenses, Medicina tradicional, Los kioscos de Atoyac, La fábrica de hilados y tejidos Progreso del Sur Ticuí y La historia del general Juan Álvarez, entre otros. El grupo participó con una ponencia en la que comprueban con antecedentes históricos la inexistencia de la N del Gral. Juan Álvarez. En 1999 “doña Yuve” obtuvo el primer lugar en el concurso estatal Viejos los cerros y reverdecen convocado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes en Guerrero, por su trabajo “Recordar es vivir”.
En octubre del mismo año, nuevamente el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, la premió con el segundo lugar por su trabajo “Historia del oro verde en la sierra de Atoyac”. La Secretaría de la Mujer la nombró “la mujer del año”. Doña Yuve falleció el 28 de enero del 2007 y sus restos descansan en el panteón municipal de su amada tierra, Atoyac de Álvarez. LUIS HERNÁNDEZ LLUCH Don Luis Hernández Lluch era descendiente directo de españoles, ya al final de su vida logró ubicar a su familia en España que llegaron a visitarlo a su casa en San Jerónimo. Nació el 14 de diciembre de 1910 en San Jerónimo el Grande municipio de Atoyac de Álvarez, tenía 100 años cuando murió el viernes 3 de junio de este 2011 a las ocho de la noche en su casa de San Jerónimo. Toda su vida la dedico al saber y a la investigación histórica, era radiotécnico egresado del Instituto Politécnico Nacional. Fue el cronista vitalicio de San Jerónimo de Juárez, pueblo del cual escribió su Monografía. El 10 de abril de 1997 por unanimidad el cabildo que presidió la alcaldesa Estrellita Marina del Río Radilla lo designó como cronista vitalicio del municipio de Benito Juárez, reconociéndole su larga trayectoria de preservador de la memoria histórica del lugar y el miércoles 30 de abril de este año 2008, el cabildo de Atoyac le entregó la presea al mérito civil “Juan Álvarez”, en un homenaje emotivo sin presendentes. René García escribió la biografía de don Luis Hernández Lluch donde narra su relación con personajes como Benita Galeana y Fernando Rosas. Don Luis era alegre y bromista mucho recordaba su infancia en el racho de Los Toros. Gracias a don Luis Hernández Lluch podemos rescatar la historia de las familias de nuestra región. Dejó de herencia una voluminosa carpeta con la genealogía de los apellidos Radilla, Rios, Galeana, Navarrete, Nogueda, Solís, Quiñónez, del Río, Cabañas, García, Hernández, Pinzón, Luna, Ramos, Torreblanca, Mena y entre otros. Esta sería en mi opinión la principal aportación a la historia regional de don Luis Hernández Lluch. Platicar con él siempre fue fundamental para saber o investigar sobre nuestra cuarta raíz, la asiática decía que apellidos como Guinto, Bataz, Quiñones, Nogueda y Zúñiga era de origen filipino. Con él se podía conocer en pasado de la Costa Grande, porque no solamente escribió de San Jerónimo, también de Atoyac, de Coyuca y Tecpan. Fue promotor del turismo, la cultura y las buenas costumbres de la región. Muchos acudían a él para saber de su pasado y todos lograban encontrar de donde venían siempre que los apellidos fueran de la región. Don Luis se fué dejando un gran vacío que difícilmente otro cronista podrá llenar, hombre de lúcida memoria, al que le debemos los libros: Monografía de San Jerónimo, municipio de Benito Juárez, publicada por Ayuntamiento de Acapulco en 1993 y Los personajes que cambiaron el rumbo de México de reciente publicación. De acuerdo a los datos aportados por su biógrafo René García Galeana escribió varios cuentos cortos y algunos episodios relacionados con su paso por la vida como Recuerdo triste del Teatro Flores de Acapulco, El chaneque, una venganza infantil y La tragedia de Chavinda. LUIS RÍOS TAVERA Fue presidente de Atoyac en el periodo (1963-1965). Nació en este lugar el 17 de mayo de 1926. Es autor de varios libros entre los que se encuentran Los cuari, Guerrero y sus dos costas, y El Guerrerense. Como la mayoría de los escritores atoyaquenses, Luis Ríos Tavera escribe sobre el terruño. Retrata los tiempos que le tocó vivir y se apasiona con la cultura, las tradiciones y la historia del costeño. Una de sus crónicas más representativas es “Mamá
Grande” y “Pescado Fresco”, trabajos en los que se involucra en la vida cotidiana de esta ciudad, las velaciones, los recorridos por El Ticuí y alguna que otra leyenda que cuentan todavía nuestros mayores. RENÉ GARCÍA GALEANA Nació en Atoyac de Álvarez, Gro, el 1º de septiembre de 1950. Su inquietud periodística nació desde la primaria y secundaria donde participó en la elaboración de periódicos murales y en varios pasquines mimeografiados en papel revolución que repartían gratuitamente en la escuela. En la preparatoria fundó los periódicos estudiantiles El estudiante y La Voz estudiantil. Fue director general de Praxis, órgano informativo de la Federación de Estudiantes Universitarios Morelenses (FEUM) y Director General de Dialéctica, órgano de difusión universitaria de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Colaboró en El Rayo del Sur de Atoyac y en Revolución de Acapulco. En 1999 en el Diario 17, y a partir del 2001 a la fecha en El Sol de Acapulco donde coordina “La página de Atoyac”, con sus colaboradores instituyó el Concurso Municipal de Cuento dentro de las actividades culturales de La Feria Regional del Café. Ha recibido el reconocimiento al mérito cultural 2003, otorgado por la Secretaría de Educación Pública del Gobierno del Estado de Guerrero, a través de la Dirección General de Vinculación Cultural. Publicó el libro Cartas a mi esposa, que es una compilación epistolar de Don Gabino G. Pino, con comentarios y una retrospectiva del Atoyac de 1889. Luego publicó una semblanza de don Gabino G. Pino. RUBÉN RÍOS RADILLA Nació en la comunidad del Ticuí el 22 de agosto de 1955. Sus estudios básicos los hizo en la primaria “Valentín Gómez Farías” y en la Escuela Secundaria Federal 14. Egresó como profesor después de estudiar en la Escuela Normal Rural “Vasco de Quiroga” de Tiripetio, Michoacán. La normal “Luis Villarreal” de Mexe Hidalgo y en la “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa Guerrero. Tiene una especialidad en historia por la UAG. Ha sido corresponsal El Sol de Acapulco donde coordinó la página de los atoyaquenses. Ríos Radilla ha retratado en sus artículos y crónicas publicadas en diversos periódicos y revistas, la vida cotidiana de Atoyac. Ha puesto además en alto los valores del municipio. Es importante su obra por rescatar las recetas de la comida tradicional, ha sido promotor cultural y locutor. Su programa radiofónico “Radiografía” es de grata memoria. Actualmente conduce el programa radiofónico “Guerrero es una cajita” en la estación Soy Guerrero. SALVADOR TÉLLEZ FARÍAS Falleció el 29 de diciembre del 2003, a consecuencia de un coágulo en el cerebro. Con 39 años como educador y 27 como director escénico. La vida del profesor Téllez Farías fue toda una historia de entrega y amor a la enseñanza del arte dramático. La última participación del profesor Téllez fue en la obra Juan Tenorio realizada en la casa de la cultura de Acapulco. Nació el 13 de mayo de 1928 en El Ticuí. Inició su trayectoria teatral en Chilpancingo, bajo la dirección de Luis Montaño. En 1953 se recibió en la Escuela Nacional de Maestros de la ciudad de México y un año más tarde ingresó al Instituto Nacional de Bellas Artes, donde realizó las carreras de actor y director teatral, teniendo como maestros a personalidades de gran prestigio nacional e internacional como: Saki Sano, Fernando Wagner, Salvador Novo, Emilio Carballido,
Ignacio López Tarso, Nancy Cárdenas, Clementina Otero de Barrios, Wilberto Cantón, Dagoberto Guilleman, Hugo Argüelles y Alejandro Jodorowski. Maestro entregado a sus alumnos, promotor incansable de la cultura a través del teatro y la literatura. De origen campesino, sus padres fueron don Demetrio Téllez e Isabel Farías. Hizo en Chilpancingo sus estudios medios. Al casarse se trasladó a la ciudad de México. Sus tres carreras: maestro, actor y director de teatro se fusionaban y sus clases resultaban apasionantes. A sus alumnos de teatro, no sólo les impartía expresión corporal, dicción y la manera de moverse en un escenario, también cultura general, valores y formación de la personalidad. En 1964, se integró al Instituto Mexicano del Seguro Social como Director de Teatro, iniciando una larguísima lista de producciones teatrales que gracias al auspicio del Instituto fueron llevadas por muchos lugares del país. En 1985 volvió a su terruño, llegó a Acapulco, ya jubilado como maestro y para dedicarse por entero al teatro, a la promoción cultural y a escribir. Ganó un concurso de cuento a nivel estatal y nacional con “Cuera Negra”, basado en los relatos de nuestro pueblo, donde un hombre al que le da el nombre de su padre, hace un pacto con el diablo y logra, pese a ello, ser y permanecer como un hombre bueno, justo y honrado hasta su muerte. En el 2003, salió a la luz su primera y única obra publicada en vida Agustina, novela costumbrista donde retrata la realidad, que se vivía en la región en aquellos años que tuvo que abandonar su tierra para irse a buscar nuevos horizontes. SIMÓN HIPÓLITO CASTRO Nació en la sierra de Atoyac el 28 de septiembre de 1928, aprendió las primeras letras en el silabario de San Miguel. Como periodista ha ejercido su oficio en El Rayo del Sur y La Verdad, fue director de La Voz del Ejido un tabloide que salió a la luz pública en Atoyac el 15 de enero de 1964, colaboró en El Correo del Sur, El Correo de Iguala, fue corresponsal de El Unomásuno, jefe de información de Notimex en Cuernavaca. Como escritor tiene en su haber los libros De Albañil a preso político; Guerrero, Amnistía y Represión y El paciente Cero,Cuantos para niños preguntones, que son las historias que cuenta sobre su tierra y el 2010 dio a conocer Carmelo Cortés Castro, su lucha, sus FAR, la traición… Su muerte. Simón Hipólito tiene el mérito de haber sido de los primeros escritores que se atrevieron a denunciar la represión que se vivió en la sierra en la década de los setentas, con su libro Guerrero, Amnistía y Represión publicado en 1982, es el primero que publicó una biografía de Lucio Cabañas y da a conocer la primera lista de los desaparecidos a raíz de la represión que precedió a la guerrilla. WILFRIDO FIERRO ARMENTA Nació el 13 de noviembre de 1915 y falleció a los 81 años, el 5 de febrero de 1997. Como compositor, periodista, cronista, poeta y servidor público dejó una rica herencia digna de admiración. Porque sin duda, don Wilfrido se preocupó siempre por dejar testimonio de los acontecimientos más importantes en la historia de nuestro pueblo. Como cronista y poeta Wilfrido Fierro Armenta nos legó tres obras La monografía de Atoyac que todavía sigue siendo referencia para todo aquel que quiera escribir e investigar el pasado de Atoyac; Apuntes biográficos que fue editado el 20 de marzo de 1993, donde narra la vida de los atoyaquenses ilustres y el libro de poesías La Lira del Trópico publicado por la editorial Cabildo en 1994. Donde destacan poemas a la ciudad de Atoyac, a las comunidades del Salto y el Rincón de las Parotas. Así como el canto a la reina del café y el corrido a Fernando Rosas.
Como compositor nos legó una obra diversa. Los corridos: “A José Agustín Ramírez”, “La muerte del Cirgüelo”, “Corrido a Pancho Vázquez”; los huapangos “Costeñita”, “Fernando Rosas” y “La pobreza”. Así como los boleros: “El lugar de la Cita”, “No debes recordar” y otras canciones más, varias de ellas grabadas en discos Columbia, RCA Víctor y Vicky Carden, por artistas como Los arrieros, Dueto Caleta y Fernando Rosas. Los Brillantes de Costa Grande le grabaron melodías exitosas como “Veredita”. También ejecutaron melodías de Wilfrido Fierro La Orquesta Atoyac, que dirigía Margarito Flores Quintana y Los Hermanos Chino que dirigió el profesor Ethel Diego Guzmán. El 15 de julio de 1945, ganó el primer lugar en un concurso de la canción en Acapulco, donde recibió como premio una foto de la artista de cine Esther Fernández. El 10 de mayo de 1946 obtuvo el segundo lugar en el concurso de poesía dedicado a la madre en Acapulco. Como servidor público y gestor social, Wilfrido Fierro Armenta contribuyó en la gestión y construcción de la escuela primaria “Juan Álvarez”, donde fue presidente de la sociedad de padres de familia, cuando era su directora Julia Paco Piza y director de obras públicas en el estado, Francisco Valdés Medrano. Durante 1953, presidió la junta de mejoras materiales, cuando se iniciaron los trabajos de la construcción del palacio municipal. En 1954, fue presidente de la Junta de Mejoramiento Moral, Cívico y Material, siendo presidente Ceferino Nogueda Pinzón. También en 1956, participó activamente como vocal del comité pro construcción del primer hospital de Atoyac. Durante el año de 1962 fue gerente de la oficina del Sistema Federal de Agua Potable. Como periodista, el 15 de agosto de 1954, fundó y fue el primer director del semanario independiente El Rayo del Sur. El 15 de mayo de 1957 funda y preside El Círculo de Cultura “Ignacio Manuel Altamirano”. Fue secretario del Club de Leones, en 1960, entre otras actividades sociales. En 1994 el gobierno municipal le rindió un homenaje después de que el cabildo autorizó publicar el libro de poesías La Lira del Trópico. FIESTAS RELIGIOSAS Y TRADICIONALES A fines de octubre y principios de noviembre toda la ciudad de Atoyac y los cerros que la circundan se visten de blanco, las flores cual nieve cubren los bocotales. En los caminos, flores multicolores alegran el paso. Cuando se avecinan los días de Todos los Santos, el primero de noviembre es día de los angelitos y el 2 de los difuntos adultos. Se levantan altares y se colocan ofrendas de las comidas que le gustaban al fallecido, principalmente, tamales nejos y frito de cuche. El día de muertos es celebración en todo el municipio, los panteones se visten de colores, todos llevan flores a sus antepasados, a veces le llevan a la tumba la música que más le gustaba, es como ir de día de campo pero al panteón. En la comunidades hay muchas fiestas. En el Tambor celebran a la Virgen de la Candelaria el 2 de febrero; en todas la poblaciones el 3 de mayo se festeja la Santa Cruz y el 15 de agosto la Asunción de María en Atoyac que es la fiesta patronal más importante del municipio y el 28 de octubre en el Ciruelar se hace una fiesta muy bonita donde se celebra a San Judas Tadeo. Aunque la fiesta religiosa que involucra a todo el pueblo es el 11 y 12 de diciembre días en que se festeja la aparición de la Virgen de Guadalupe, en las comunidades se organizan mayordomías, son las encargadas de dar la comida, los que tienen mandas organizan danzas las principales son la del Cortés, el Macho y la del Tigre. Poco a poco se va perdiendo la tradición de que las aldeanas y loantas salgan a cantarle a la virgen.
El 24 de diciembre se acuesta el niño Dios y todavía algunas pastoras extraviadas, salen a cantarle y lo levantan el 6 de enero el Día de Reyes. En tiempos pasados no cabían en las calles los grupos de pastoras que le cantaban al niño. Las posadas ya tampoco se organizan, antes se cantaba en las casas donde se pedía posada y se repartían buñuelos con miel. Jesús de Nazareth recorre los hogares atoyaquenses durante toda la cuaresma, va de un hogar a otro seguido por una multitud de creyentes, que rezan y cantan alabanzas, por la noche se reparte pozole y al otro día el tradicional atole de achote. La costumbre de pasear a Jesús de Nazareth sustituyó aquella centenaria tradición de los cuarenta días de peregrinación del Santo Entierro, que a la llegada del padre Rafael Valencia se cambió, por no ir acorde a las escrituras, acabando así una de las tradiciones ancestrales de nuestro pueblo, donde en cada velada se tocaba con un tambor y con una flauta de carrizo con varios intervalos. La Expo Atoyac, antes Feria del Café, ya se hizo tradicional en la región, por el tiempo de la Semana Santa se organizan palenques de gallos, jaripeos, exposición artesanal y comercial, los dos últimos años se organizó una Expo Ganadera. El más concurrido es el teatro del pueblo donde actúan artistas de renombre para todo el público. Pero lo que más emociona al pueblo es la elección de la reina de las fiestas, que en un principio se llamaba Reina del café, luego la denominaron Rostro del café y ahora se llama Reina de la Expo Atoyac. Era tradicional que en las fiestas más importantes del pueblo se vieran globos multicolores surcar el cielo. Esos globos eran hechos por don Ventura Fierro que ya murió. Ahora, algunas personas los hacen, pero no son igual de bonitos que los que hacía don Ventura, eran muy coloridos y estaban hechos a base de papel de china y engrudo, abajo llevaban una mecha a base de un combustible que al prenderle fuego, el calor los hacía elevarse al cielo. Fiestas como el Carnaval poco a poco se han ido perdiendo, ya sólo se festeja en la colonia Sonora, donde nombran una reina del Carnaval todos los años. Son tres las principales fiestas cívicas. El 27 de enero festejamos el natalicio del general Juan Álvarez, el 15 y 16 de septiembre el inicio de la Guerra de Independencia y el 20 de noviembre el inicio de la Revolución Mexicana. Aunque durante el periodo de Carlos Armando Bello Gómez como Presidente Municipal se instituyó un calendario cívico, que incluye conmemoraciones muy locales, que tienen que ver con nuestra historia. LAS DANZAS De las danzas se valieron los misioneros españoles para evangelizar, principalmente las danzas-teatro como Los doce pares de Francia, Los Moros y Los Santiagos. Se guarda memoria de una danza llamada Los Mecos que se bailaba en Mexcaltepec, totalmente dialogada en cuitlateco, que fue introducida también por los españoles quienes la adaptaron al idioma nativo. Esas danzas que se transmitieron de generación en generación se han ido perdiendo poco a poco, principalmente por la falta de fe de las nuevas generaciones, porque nuestros ancestros las montaban y ensayaban por mandas que le hacían a la Virgen de Guadalupe o al santo patrono de su comunidad. En Atoyac se bailaban diversas danzas como El Tigre, El Chareo, Los doce pares de Francia y Los Moros, El macho y El Cortés. De éstas la más representativa del pueblo de Atoyac es la del Cortés y últimamente se ha rescatado La danza de El Macho, que se ha visto bailar en Navidad, Año Nuevo y Día de Reyes. Estas danzas, la de El Cortés y de El Macho, tal vez todavía se conserven por lo barato de la indumentaria y porque no representa ninguna dificultad ensayarlas. LA DANZA DEL CORTÉS
La danza del Cortés se baila en nuestras comunidades, principalmente en El Rincón de las Parotas, El Ticuí y en San Juan de las Flores. Es representativa de nuestro aguerrido Atoyac. Cada Año Nuevo habitantes de la colonia Juan Álvarez salen a danzar por las principales calles. Los cronistas de Atoyac, historiadores y estudiosos de nuestro municipio, coinciden que esta danza es una parodia de la conquista. El danzante principal representa al español con su caballo, y el toreador –que solamente se defiende– representa al indígena que no se decidía a combatir al invasor, por creerlo un Dios. En algunas comunidades los toreadores danzan echando versos… ¡Eh! caballero Cortés boquita colorada quiero sacarte una vuelta allá por la madrugada e irle a dar serenata a la que es mi prenda amada. Sobre los antecedentes de esta danza se sabe que los españoles tenían un campo de entrenamiento en las cercanías de Acapulco, donde armó un astillero Hernán Cortés, quien era el Marqués del Valle de Oaxaca, por eso al lugar ahora se le conoce como Puerto Marqués. Los nativos de Acapulco observaban como entrenaban los soldados españoles, y para burlarse de los invasores inventaron esta danza. En la que simulaban el combate y el movimiento del caballo. Otra versión es que un recluta de los españoles al no aguantar los agotadores entrenamientos a los que era sometido en Puerto Marqués, mató a su entrenador y escapó. Al andar perdido en el monte enloqueció y al poco tiempo se presentó en el puerto danzando en forma chusca diciendo “La culpa de todo la tuvo el Cortés”. Para Andrea Radilla Martínez “La danza del Cortés a diferencia de otras ha perdurado, en ella se descubre el mundo imaginario de la conquista española, la batalla entre españoles y aztecas. Se escenifica el impacto del caballo en la mentalidad de los habitantes originarios del México antiguo, quienes pensaban que caballo y jinete eran una sola criatura. Representa lo invencible atribuido a Cortés y lo vencible del toreador, quien con su machete y su gabán sortea los golpes de personaje que representa a Cortés. Se bailaba frente a la casa de los principales, para recordar la existencia de sometidos, de excluidos. Aquellos debían de pagar una cuota económica o en especie. En el marco de las fiestas navideñas y de Semana Santa se presencia el derroche momentáneo que rompe con la rutina de los habitantes. En la danza del Cortés se ve el miedo a lo invencible, llámense seres superiores, dioses, o poderosos. Muestra la mezcla de lo indígena, lo africano y lo español. La vestimenta consta de cotón y calzón cruzado de manta, hasta 1963, se hacía con manta elaborada en la fábrica de hilados y tejidos del Ticuí. La máscara con rasgos españoles que esconde la cara del mestizo escenificando al conquistador. El tambor de origen africano, los cascabeles y campanitas que suenan al bailar y provocan añoranzas españolas”42. Don Eduardo Parra Castro escribió: “El Cortés tomó carta de naturalización en esta ciudad y ha contribuido al aprendizaje de la defensa personal con el machete costeño”. Don Rosalío Flores Téllez nacido el 30 de agosto de 1895, soldado del Cirgüelo (sobreviviente de 42
Andrea Radilla Martínez. Poderes Saberes y Sabores. Una historia de resistencia de los cafeticultores Atoyac 1940-1974, UAG, Chilpancingo, 1998, pp. 159−160.
la revolución) le comentó que “el origen de esta danza se remonta a la época de la conquista de la Nueva España, es una parodia de la batalla entre españoles y aztecas”43. No hay un número determinado de integrantes, algunos grupos bailan con seis danzantes, otros con 12, sólo el Cortés y el tamborero son indispensables, porque los toreadores varían, según tengan el gusto de participar. Incluso es común que alguno de los toreadores ceda su gabán y la cuchilla a alguien del público que quiera “sacarle la vuelta” al Cortés. Feliciano Vázquez Alvarado escribió un manual para bailar la danza del Cortés de acuerdo a la experiencia que vivió en San Juan de las Flores. Nos explica: Se le llama Cortés, a un personaje que representa a don Hernán Cortés y va montado en un caballo con un manto blanco en el anca cubriendo la parte trasera. Al personaje se le representa con una máscara cuyo aspecto debe de ser de lo más grotesco y horroroso posible, para que cause pánico o miedo a sus espectadores; de bigotes grandes y barbas largas de color negro y espesas, con el rostro arrugado. Lleva consigo una cuchilla de madera simulando una espada con la que atacará a sus enemigos. El aro es de un material llamado bejuco de cortés y va sujeto al danzante por unos tirantes de mecates. El aro termina en una punta que tiene cabeza de caballo y se le llama yegua, la parte trasera se cubre con una sábana blanca y se adorna con un pañuelo rojo. Por dentro lleva una campanita que suena al danzar. El Cortés lleva el ritmo de la danza, conforme le van dando el compás con un tambor, mientras más se agilice el ritmo del tambor así mismo será el movimiento del danzante principal. El Cortés tiene la facultad de atacar y golpear, pero no debe ser atacado por los toreadores, ellos sólo se defienden. Tanto quien personifique al Cortés, como los toreadores, tienen que ser personas alegres para que el juego sea divertido. Se le llama cajero a la persona que toca el tambor, es quien anima y pone el ambiente entre los toreadores y el público, por eso debe conocer los cinco tonos de los toques, que van marcando las distintas etapas de la danza. El toque de traslado: es un toque lento y de un tiempo, es para llamar a los participantes y a los espectadores. El toque de inicio es cuando ya el Cortés va haciendo su arribo a donde va a ejecutarse la danza. Cuando se da este toque ya los toreadores deben de estar dando gritos de alegría animando el juego. Cuando el Cortés va entrando baila graciosamente al ritmo del tambor, el público o los toreadores pueden gritar “¡calienta al cajero!” y el Cortés bailando se le acerca al cajero simulando que le va a pegar, provocando que este acelere el compás del tambor, cambiando a dos o tres tiempos y el Cortés se pasa al centro, rodeado por los toreadores y el mismo cajero. El toque del tambor se modifica de inmediato acelerándose poco a poco el ritmo hasta cerrarlo los más tupido posible. Esto provoca que el Cortés luzca su estilo de bailar. Los toreadores gritan entonando versos… Hay que me gusta el gusto y más que me está gustando y por darle gusto al gusto sin gusto me estoy quedando. ¡Hay que me suda el anca y más que me aprieta el cincho habiendo tantas potrancas 43
Eduardo Parra Castro, en Agua desbocada. Antología de escritos atoyaquenses, Ayuntamiento de Atoyac, 2007, pp. 151 −152.
nomás por una relincho! Cortesito calabacero de la boca colorada querido de las muchachas y aborrecido por la viejas arrugadas. ¡Hay caballero Cortés, emperador de Cupido, por una mujer que amo tengo el gusto perdido! Algunos de los versos usados en este evento son, a juicio de los participantes, de provocación al Cortés. El cajero controla el ritmo y lo va acelerando poco a poco para darle al Cortés todo el lujo de la gracia o emoción necesaria a sus movimientos rítmicos y así dura unos minutos con el fin de que el público aprecie y goce de una gran alegría y admiración. El toque de las cuchillas: este cambio de toque se realiza cuando los toreadores se juntan en parejas, al tiempo que van girando en redondel, entrecruzando las cuchillas en forma de tijeras y sonándolas al ritmo del tambor. El Cortés en este momento brinca a la primera pareja y se une a sonar o tocar también las cuchillas, enseguida pasa a la siguiente pareja haciendo lo mismo, así sucesivamente hasta recorrer las parejas de toreadores, terminando este tipo de toques. El toque de guerra: este es el toque que se realiza al terminar de sonar la cuchillas, donde el Cortés, al oír el fuerte y misterioso sonido del tambor, con su propia cuchilla pinta una línea curva en el suelo, en forma de media luna, dando a entender que ¡nadie! deberá entrar o pasar hacia adentro del área marcada y quien así lo hiciere tendrá que enfrentar al Cortés que bailando al ritmo del tambor y en forma burlona se prepara para atacar; el cajero por su parte mantiene el ritmo del tambor acelerado y de manera misteriosa, entonces el Cortés voltea a ver hacia el público y mímicamente pregunta si ya puede iniciar con el primer ataque y si el público contesta afirmativamente, invita al primer toreador a que lo ataque, y cuando pasa el primero, ambos empuñan sus cuchillas, el Cortés para pegarle y el toreador para defenderse. Cuando el Cortés busca donde asestar el golpe con la parte plana de su cuchilla, el toreador levanta el gabán o zarape girando en diversas direcciones y con la cuchilla hacia adelante se protege del golpe, sin golpear al Cortés, si logra esquivarlo que bueno, pero si no, recibe un sonoro golpe, que el público festeja. Así sucesivamente le toca el turno a uno y otro hasta que pasan todos. Se repite la acción las veces necesarias con el fin de dar un tiempo de regular al juego. Nadie se salva de un golpe del Cortés. Son muy pocos los virtuosos a los que nunca les golpea, porque saben evitarlo con mucha habilidad, lo cual es conocido con el término local de “quitarse los golpes”. El Cortés cada vez que ataca se pone a bailar, dura un buen rato atacando y bailando, el toque del tambor continúa de manera animada. Según la intensidad de la pelea, así mismo va el ritmo del tambor. Enseguida, según la costumbre, el dueño de la casa donde se bailó obsequia una ofrenda al Cortés, puede ser tequila, frutas, una cajetilla de cigarros o cualquier otro objeto; el Cortés la recibe dando muestras de alegría o agradecimiento por el obsequio, se lo enseña al público, así como a los toreadores, pero sin dejar de bailar, es entonces cuando los toreadores lo amenazan con quitarle el regalo, el público participa gritando ¡vuélvete loco Cortés! y él, furioso por los silbidos, gritos y reclamos obedece al público y en ese momento sale de la pista desesperado, sorprendiendo al público recorriendo el exterior, la
gente se dispersa sin saber hacia donde correr a esconderse, enseguida el Cortés regresa a la pista a seguir la danza, los toreadores vuelven a participar un poco más en el evento; tratan de quitarle la ofrenda sin que este lo permita, ellos luchan por lograrlo hasta dominarlo, una vez que le quitan el obsequio lo torean un poco más para terminar con el juego. El toque final, se realiza al terminar el evento, dando tres toques seguidos en dos repeticiones y otros cuatro toques continuos al final. Concluyendo así el programa. LOS PROTAGONISTAS En 1953 los señores J. Merced Benítez y Bonifacio Acosta sacaban sendas danzas en las calles de Atoyac. Ahora en San Juan de las Flores personifica el Cortés, José Serafín Vázquez. En el Rincón de las Parotas, Mariano Arroyo Vázquez; en el Ticuí, Santos Martínez Guillén y en la Colonia Juan Álvarez, Demetrio Vargas Martínez; todos tienen más de 60 años, se corre el peligro que a la hora que el último de ellos abandone este mundo desaparezca la danza. Para elaborar su indumentaria también tiene su ritual: las cuchillas se elaboran de árboles que son especiales para eso, como el algodoncillo y el teteperro. La yegua puede ser de tamarindo, de cacahuananche o de cucharo, con el aro de bejuco de Cortés, una planta trepadora también conocida como peineta. Don Florentino Castillo Martínez es quien ha elaborado por muchos años las máscaras de la danza del Cortés y del Macho, hace también el tambor de Parota. Llegó a montar un tiempo la danza del tigre de la cual también elaboraba las máscaras. Dice que las máscaras del Cortés se hacen de madera de bandejo o de cucharo. Para él la danza del Cortés es la más chingona para el disfrute del público, recuerda que él aprendió todo lo relacionado con la danza en la comunidad de Los Tres Pasos, donde la sacaban don Amado Morales y Emilio Hernández. Mariano Arroyo Vázquez nos comentó que en los años sesenta del siglo pasado, era don Lucio Castillo Hernández quien personificaba El Cortés en el Rincón de la Parotas, pero como ya estaba grande le pidió que él se pusiera la yegua el 12 de diciembre de 1960 y desde entonces la baila. En el Rincón de las Parotas, Galdino Reynada Barrientos hace toda la indumentaria desde la yegua, el tambor y las máscaras. Mariano explicó que la máscara que porta en la danza la hizo Jesús Fierro Valadéz hace 50 años de un árbol conocido como Jiote, terminándola de hacer se la entregó y él la hirvió en el Nijayote del Nixcome, para que no se rompiera con el uso, luego le dibujó las facciones y le ha durado los cincuenta años que lleva personificando al Cortés. Ellos hacen el tambor de Parota con cuero de venado o de jabalí. Cuando el cuero es de Jabalí el sonido es más fino. Demetrio Vargas Martínez tiene 60 años, dice que después de marcar la raya los toreadores deben de entrar a la izquierda, sólo se tiran tres golpes que tienen que estar dirigidos a los costados y a las piernas. Está prohibido tirarles a la cabeza, el golpe debe de “ser de fajo está prohibido tirar de filo o de punta”. El toreador y cajero Eusebio Martínez Ochoa comenta: “el que sabe bailar la danza del Cortés da un buen espectáculo” y dice que la danza es ancestral, arraigada por lo bravío de la zona ya que a principios del siglo pasado eran comunes los duelos a machete, los hombres vestían con gabán al hombro y abajo el machete, dispuestos a batirse con quien les diera el gusto. Para confirmar lo anterior baste dar un vistazo a los periódicos oficiales que se publicaron entre 1901 y 1910, donde informan en cada edición que en diferentes caminos del municipio de Atoyac, los hombres se batían a duelo a machete limpio con trágicas consecuencias.
En este contexto torear el Cortés era como practicar defensa personal o darse el gusto de pelear a machetazos, sin riesgo de ser herido por las cuchillas de palo. Don Feliciano Martínez, era cajero, y antes de morir tenía la preocupación de saber a quien heredarle el tambor. Le preocupaba que quien lo heredara no supiera dar los tonos del Cortés, al final tomó una buena decisión y la danza siguió. Hay muchos improvisados que se aventuran a tocar el tambor, pero no saben dar el tono. Por eso ahora la preocupación de los viejos que personifican el Cortés, y que lo han hecho por más de medio siglo, es a quien le van a dejar la yegua, tiene que ser alguien que sepa bailar. Igual los cajeros tienen que buscar un heredero que siga la tradición. Preocupa que al morir Galdino y don Florentino, quién hará las máscaras. Porque la que usaba Demetrio después de 40 años se acaba de romper y habrá que hacer otra, con las facciones del Cortés y con las barbas de cuero de venado. La danza del Cortés no tiene fecha para bailarse, se baila por gusto, a veces hasta en un cumpleaños y el día de la virgen de Guadalupe. Ahora es común que la danza del Cortés encabece los cierres de campaña de los candidatos de cualquier partido. Al fin y al cabo hay danzas del Cortés para todas las expresiones políticas. LA DANZA DEL MACHO Como la del Cortés, la de los marqueses y los gachupines, la del Macho es otra de las danzas de la conquista, porque el hombre que se viste de mujer simula a la Malinche. Son danzas que se han heredado de generación en generación, Flavio Mesino la organiza desde 1981 en la colonia Juan Álvarez de Atoyac y la aprendió de don Félix García y de Eugenio Rosas. La ha llevado a muchos lugares, incluso se presentaron una vez en el Centro de Convenciones de Acapulco, pero recorre la ciudad de Atoyac en Navidad, Año Nuevo y el Día de Reyes. La música que se toca es de violín y guitarra. En el tono de La Mayor, se interpreta el verso siguiente: Malinchito, malinchón cuánto quieres por tu macho no lo presto no lo vendo porque ni dinero me costó. Los danzantes son tres, la Malinche, el comprador y el macho. Actualmente Ciro Mesino representa al comprador, Demetrio Vargas Martínez es el macho y Camerino Salgado, mejor conocido como El Chivo, se viste de mujer para personificar a la Malinche. Flavio Mesino toca el violín y Albertano Gómez Onofre, la guitarra. Por mucho tiempo la Malinche fue interpretada por don Anselmo Martínez El Chulo, un señor muy picaresco que se hizo famoso porque cantaba el verso: Estos guaraches que traigo yo Lucio Cabañas me los compró y con el dinero que le sobró un chicle motita me regaló. Ahora ese verso se ve muy simple, pero El Chulo lo cantaba cuando estaba en pleno apogeo la Guerra sucia y de esa manera se burlaba de los soldados que en ese tiempo estaban hasta en la sopa.
DANZA DE LOS MACHOS Esta representa a un grupo de trabajadores campesinos, dedicados al cuidado y domación de las bestias mulares, propiedad de los ricos españoles; por esta actividad, los trabajadores recibían el nombre de machos. La característica principal por la que se identifica esta danza es porque los danzantes llevan consigo una pequeña cabeza y pescuezo de madera que representa la bestia mular. En esta danza sólo una persona se viste de mujer, con ropa de la época de principios del siglo XX, tal como vestía la mujer de pueblo: enaguas largas, blusa de tela corriente y floreada, rebozo enrollado a la cintura, las puntas echadas hacia atrás sobre los hombros terciado al pecho; sombrero de palma común, la máscara da el aspecto alegre y jovial de la mujer mestiza. Cuauhtémoc Anda Gutiérrez. Guerrero, raíces, democracia, futuro y paz, p. 83. NUESTRA COMIDA TRADICIONAL A mi madre María del Refugio Galindo Como dije antes, los atoyaquenses somos descendientes de aquellos primitivos cuitlatecos de los que se sabe heredamos la tradición de comer iguana. Unos de nuestros platillos típicos. Este grupo prehispánico fue conquistado por los guerreros de la Triple Alianza, por lo tanto las costumbres alimenticias de los cuitlatecos no escapaban a la influencia de los demás grupos de Mesoamérica. Los misioneros agustinos que nos evangelizaron seguramente trajeron cambios en la alimentación de los nativos, muestra de ello es el puerco con el que se hace el relleno, de origen europeo. El relleno es una comida regional típica, es precisamente un marrano relleno con sus mismas vísceras picadas, condimentos y verduras. El “frito de cuche”, como le llamamos, es carne frita de marrano a la que le agregan una salsa de chile guajillo y condimentos. De las cosas que nos identifican está la tuba, una bebida regional que se extrae de la flor de la palma. En la sierra nuestros campesinos han logrado domesticar la abeja melipona, que produce la curativa, miel de palo. Antes para poder acceder a un litro de miel había que derribar un árbol que muchas veces era centenario, ahora se cultiva en los corredores de las casas de pueblos como La Soledad y La Siberia, donde la abeja que no tiene aguijón convive con los campesinos en armonía. El té de jengibre que mucho se acostumbra en la sierra para dolores estomacales, con leche por la mañana es una delicia. También una hierba conocida como telimón. Los tamales nejos hechos a base de maíz cocido con ceniza. Los Nacatamales. Las tecoyotas y empanadas de coco y nuestro café. El natural de Atoyac es muy preciado y premiado en el ámbito nacional. Volviendo a las influencias de nuestra comida, el arroz que conocemos como “Morisqueta” llegó por el puerto de Acapulco, en el galeón de Manila. La influencia asiática es importante, pues en el siglo XVIII había más filipinos que españoles viviendo en la región que ahora es Atoyac. Como muestra están los apellidos, Quiñones, Nogueda, Zúñiga, entre otros. El aporreadillo. Es un guiso a base de carne deshebrada de res con huevo en salsa de jitomate criollo, chile verde, ajo y cebolla. Para cocinar el aporreadillo, se soasa la carne de res o de venado. Si es de res de preferencia que sea de pulpa negra, una vez soasada se
machaca y se deshebra, se frie y se le agrega huevo; ya que se coció el huevo se le pone una salsa a base de jitomate, ajo, cebolla y pimienta, se deja hervir y luego se sirve. Arroz “Morisqueta”. La costumbre de comer arroz la heredamos de los filipinos que llegaron en el Galeón de Manila. Es una delicia el arroz hervido revuelto con frijoles guisados, un pedazo de queso fresco y salsa de molcajete. En algunas ocasiones acompañado de jocoque, carne frita o un pedazo de pescado frito. Atole de Achote. Se cuece el maíz con ceniza, después de hervido se pone a enfriar, ya que está frío se lava y se muele para hacer la masa; se pone a cocer con agua. Con la misma masa del nejo se hace el atole, por eso le llaman atole de nejo o atole de achote, se le pone piloncillo y cuando está hirviendo se le agrega el polvo del fruto de un árbol llamado Achote, hay una comunidad de la sierra que se llama El Achotal, porque en sus inmediaciones abundan árboles de este fruto. El atole de nejo o de achote es tradicional en la cuaresma, cuando Jesús de Nazaret recorre los domicilios de las familias que lo solicitan. Por eso, también es conocido “como atole del santo”. A otro día de la velada reparten este tipo de atole, acompañado de una torta de pan sin azúcar. El brinche es una comida que se acostumbra por estos lugares. Se cocina el pollo ya que está el consomé se le pone el arroz crudo y se pone a hervir, esta comida es muy común para niños y enfermos. El café que nosotros consumimos lleva un procedimiento diferente al que se utiliza para el comercio, nuestro café se deja secar con la cáscara, a veces en asoleaderos de tierra, se pila o se descascara para luego tostarse, aún en los pueblos de la sierra se tuesta en el comal. Se pone en ollas de barro o en ollas de peltre, lo cierto es que este café conocido como “natural de Atoyac”, tiene un sabor diferente al despulpado que se prepara en cafetera. Chanfaina. Para guisar este platillo se emplea menudencia de puerco o de res. Se pone a hervir la menudencia entera con sal, ya que está cocida se pica, se le rebanan jitomates y cebolla suficiente, chile al gusto, se le agregan trozos de piña y rodajas de plátano macho, aceitunas y se le muelen especias, ya cuando están molidas se le agrega vinagre, se fríe en manteca y se le agrega un poco del caldo en el que hirvió la menudencia. Conserva de papaya. Se pela la papaya y se remoja unos 20 minutos en agua con cal. Se hierve, luego se saca y se pone a escurrir. En lo que se escurre la papaya se hierve el piloncillo o panocha (como le quieran llamar) con canela; ya que está espeso el caldo se agrega la papaya para que hierva en la miel. Las enchiladas del mercado “Las de pollo ausente”, son deliciosas, hechas con la receta secreta de doña Francisca Castro Mesino. Son solamente unas tortillas enrolladas, bañadas con un caldo consistente de chile guajillo, rociadas de queso rallado y cebolla picada. Según su creadora lo sabroso consiste en la mano. Las personas que las saborean una vez, las vuelven a comer.
Los cuchitos se preparan a base de harina, carbonato, huevos, miel espesa de piloncillo, manteca inca, cuando ya está la masa se extiende en la mesa, se corta con un molde que tiene la figura de un cerdito y se hornean. Empanadas de Coco. Se elaboran a base de harina, manteca de cerdo, huevos, azúcar y levadura. El bocadillo se elabora rayando el coco, luego se muele en molino de mano, se hierve con piloncillo, ya que está hervido se le pone a la masa previamente elaborada y se hornea. Para cocinar el frito de Cuche se sancocha la carne del marrano con ajo, sal y cebolla, ya que está blandita se escurre y se fríe, ya que está bien frita se le saca la manteca. Se muele el chile guajillo con pimienta, comino, clavo, ajo y cebolla, esta salsa se le pone a la carne frita después de retirar la manteca, se deja hervir y cuando está listo se sirve con arroz o si prefiere con tortillas. Manjar. Se pone a hervir el maíz con pura agua, una vez blandito se muele, se bate se cuela y se pone a cocer con leche y canela. Se le pone piloncillo y se mueve mucho la olla para que no se pegue, ya bien cocido se saca y se coloca en un plato plano, ya que está frío se corta en cuadritos y está listo para consumirse.
Para preparar los nacatamales se pone a sancochar la carne o la cabeza de cuche, luego se fríe y se guisa con chile rojo. Se deja un poco de jugo del sancocho para revolver la masa con manteca. Luego se le agrega la salsa de chile rojo con los recaudos. Para hacer el nacatamal la hoja de plátano se pone a soasar, al sol o se hierve al vapor, cuando ya está lista la hoja entonces se extiende la masa y se le agrega la carne de cuche deshebrada. Ya que están los tamalitos se ponen a hervir en una olla grande, con suficiente agua para que hiervan bien, si no es una vaporera, se le ponen palos abajo para que no se quemen. El picadillo se cocina poniendo ablandar la carne de res o de marrano con ajo y cebolla. Ya que está cocida la carne se pica, se agrega cebolla picada, hierbabuena y ajo. Se calienta el aceite y se fríe lo que se ha picado, se agrega salsa a base de chile guajillo, ajo, cebolla, cilantro de bolita, comino y el jugo que la carne dejó al sancocharse y se deja hervir; una vez que está todo cocido se sirve con arroz, este platillo suele ser caldoso. Es muy frecuente que se sirva en los velorios. Relleno de cuche. Para cocinar un buen relleno, platillo típico de esta región, la experiencia es importante, se debe tener sazón y conocimiento en el oficio. No cualquier aventurero lo pude hacer. Nuestras relleneras certificadas tienen muchos años guisando esta exquisita comida. Hay que seguir estos consejos: si el marrano es macho y tierno, éste debe estar capado y debe ser un ejemplar sano, de unos cuatro o cinco meses. Si es hembra, no debe andar apareándose. Al sacrificar el animal, se pela, se abre por la mitad, se le cortan la cabeza y las patas. Ya listo se le rellena la panza con papas, zanahorias y piña picadas. Los ingredientes son cebolla y chiles verdes y rojos, especias como el orégano, comino, cilantro, pimienta, canela, ajo y vinagre de piña. Si digo que no cualquier improvisado puede guisar el relleno, porque el secreto está en el horneado, que se hace fundamentalmente en hornos de tierra. Se le tiene que conocer el punto para que salga bien. Ya que está listo hay que servirlo con arroz blanco o con bolillo para saborearlo mejor. Ya servido se le agregan chiles en vinagre. Tamales nejos. Don Luis Hernández Lluch dice que este platillo fue importado por los tarascos; son tamales hechos con masa cocida en ceniza, se comen con carne de puerco entomatada o en chile rojo. Es tradicional el día de muertos. Para elaborarlos se cuece el maíz en agua con ceniza. Se hierve, y una vez que se ablandó, se muele y se envuelve en hoja de plátano, una vez cocido se sirve acompañado con los guisos antes mencionados o con mole. Las tecoyotas. Se elaboran a base de maseca, manteca inca y de marrano, carbonato, huevo, coco y piloncillo. COMIDA SILVESTRE De nuestros ancestros heredamos, muchas costumbres en la comida. Comíamos animalitos y plantas silvestres, además de las plantas que se cultivaban en el jardín o en las milpas, aves de corral y el sabroso marrano criollo con el que se hace el relleno. Otros platillos, que ahora se consumen, los hemos ido aprendiendo, con la influencia de otras culturas o ahora por medio de la invasión de la comida chatarra y por la influencia de los medios de comunicación. Pero nuestra comida durante mucho tiempo fue la que la madre naturaleza nos daba y muchas veces esa misma ingesta no hacía resistentes al medio, pues tenían, propiedades curativas y fortalecían el sistema inmunológico. Nuestra comida además de sabrosa era parte de un ritual cotidiano en los pueblos de nuestra tierra, era una forma de vivir sana, conviviendo con nuestro entorno. Se cazaba para comer y para vivir, nunca por diversión.
Aquí daremos un repaso por nuestra comida ancestral, aunque muchos platillos que mencionamos, se los quedaremos a deber, porque muchos de los animalitos que aquí se mencionan están en peligro de extinción. Muchos de estos animalitos que nos comíamos eran una plaga y al cazarlos el campesino estaba defendiendo sus plantaciones. El mapache, que gusta de comerse los elotes tiernos, se guisa al gusto. Se puede hervir con sal, cebolla y ajo para que se le quite el chuquío. Ya blandito se puede guisar en chile verde, entomatado o frito. Con pimienta, comino, cilantro, clavo y orégano, se hace la salsa con los recaudos y ajo suficiente. El mapache no es muy chuquioso. O si lo prefiere entomatado y con los condimentos mencionados, agregando chile, ajo y jitomate. Si usted gusta puede hacer una barbacoa de mapache. Al tlacuache, hay que quitarle la horripilante piel. Una vez frito, con chile piquín es una delicia. El tlacuache ya pelado se ralea, “bien raleadito” y se enlimona, se muele ajo, cebolla, pimienta y sal; todo esto molido se embadurna en la carne y luego se baña con chile piquín, se fríe y queda listo para el paladar más exigente. El tlacuache sancochado, es decir solo cocido con sal, es bueno para curar la bronquitis. Con el tejón se sigue la misma operación que con el mapache, la diferencia es que el mapache tiene su carne muy roja y el tejón no. El tejón solitario es más grande que el de manada (suelen andar hasta siete juntos). En ambos se puede guisar igual que el mapache. La manteca de tejón es buena para curar el dolor de cabeza. Se unta en la frente o en la sien con hojas de una planta que conocida como amor atrás de la puerta, de albahaca o anona. El tejón se fríe con su propia manteca, aunque su gordura varía de la zona donde se atrape el animal. Comer carne de tejón nos hace inmunes a las infecciones por piquetes de zancudo y otras alimañas del campo. Otro animalito muy requerido como alimento es el armadillo, con la concha se cura la bronquitis, tiene tres clases de carne parecidas a la de pollo, marrano y res. Para que la carne salga libre de chuquío se tiene que pelar con cuidado porque si se rompen unas glándulas que tiene en el pescuezo, se pone muy chuquioso. El armadillo cuando está gordo se fríe en su propia manteca, los tamales cocidos con manteca de armadillo son muy sabrosos. Para quitarles el chuquío se hierve con hojas de guayabo, o con hojas de ciruelo y se tira el agua dos veces. La carne se cuece enlimonada y cuando se está cociendo se le ponen hojas de laurel. Lo puede cocinar en chile rojo. El lomo asado o frito bien dorado es muy sabroso. Se prepara también en mole, en chile verde o entomatado. El venado se puede cocinar en estofado o en bistec, en caldo, frito, en barbacoa o aporreadillo. Se puede aprovechar la piel. Sobre la caza del venado se cuentan muchas leyendas. Se dice que quien tiene la piedra del venado puede cazar al por mayor, pero si no la tiene le puede prender una veladora a San Eustaquio que es el santo de los cazadores. Las mujeres de la sierra, se han transmitido de generación en generación, la costumbre de rodarle la piedra de moler chile, en los pies a los hombres, sin que se den cuenta, antes de que salgan de cacería y seguro traerán venado. También heredamos de los cuitlatecos la costumbre de hacer gamiteras. A un tubito de carrizo silvestre se le pone en un extremo tela de nido de araña con cera de colmena de abeja melipona. La gamitera sirve para soplar y producir el sonido del venado, que muchas veces confundido camina derechito a donde está el cazador. Los cazadores se valen de instrumentos ingeniosos, uno de ellos es la tigrera, que se hace con un bule, al que le hacen un pozo en el fondo y con un cordón de mecahilo embarrado de cera de miel de palo, cuando se le pasa al bule el cordón por el hoyo hace un sonido semejante al rugido del tigre. Este instrumento se usa para llamar al felino, para que lo pueda matar el cazador.
Otro instrumento, que sirve para cazar aves, es el cacaxtle o cacaite, sólo se necesitan tres hilos y se teje con varitas, se le pone maíz; en esa trampa caen toda clase de palomas, codornices, gallinitas, chachalacas y tortolitas. También se hace una casita con cañas de maíz, una entrada y se le ponen espinas de cayaco amarradas hacía adentro y las aves ya no pueden salir. Las palomas asadas, fritas o entomatadas son muy ricas. Una ardilla asada a las brasas es deliciosa. Ni que decir del conejo, cuyos guisos son por demás populares. Para atrapar a los camarones se hacen chundes con bejucos que se colocan en el río, los camarones se meten y ya no pueden salir. Un alimento delicioso es el pipián de iguana. Se pone a cocer la iguana hasta que esté blandita, se pone a dorar la semilla de calabaza, luego se muele con chile y los recaudos, puede ser chile verde o rojo y una rama de epazote. Cuando todo está molido se echa a la carne y ya está listo el pipián. Como sabemos la iguana para pelarla primero se chamusca para quitarle la primera piel y luego se descuartiza para cocerla. Se puede hacer un estofado de iguana. O guisar el caldo con hierba santa. La enjundia de iguana para la punzada, cuando se tiene gripa, es muy buena. La carne de iguana si se come por la noche puede dar dolor de estómago, el caldo de iguana es vitamina y reanima a cualquiera, muchos aseguran que tiene poderes afrodisiacos, después de un caldo de iguana con chile y cebolla, “ve uno muy lejos” dice mi papá. A los cachorros de perros se les pone la sangre de iguana en las narices para que aprendan a olerlas. La Sandy, una perra de la familia, cuando las iguanas caían de las palmeras las capeaba en el aire y luego se las ponía en los pies a mi papá. El Meco, otro perro, se metía en las cuevas, tras las iguanas y luego se tenían que abrir huecos en la tierra para sacarlo. Era implacable y bueno para las iguanas. De febrero hasta abril las iguanas negras tienen huevos, todavía no ponen y en diciembre las iguanas verdes llevan en su huevera hasta 75 huevos, los que son muy sabrosos guisados en estofado o en caldo. A la iguana verde hay que quitarle todo el cuero para poderla comer. Algo que ya no se come, antes era muy común, el pipián de camarones. Después de cocerlos al vapor, se ponen a secar al sol; después se tuestan en el comal con el chile y la semilla de calabaza y se muelen junto con el camarón en el metate, luego se junta y se guisa, con cilantro, orégano y ajo. También se le pone una ramita de epazote. Pero el guiso más socorrido son los camarones aloncillos y langostinos en caldo, se hierven con ajo, cebolla y una rama de epazote, al mojo de ajo y con caldo de chile rojo. Mi papá dice que quien come camarones de Atoyac, nunca más quiere irse y se queda a vivir para siempre aquí. La víbora asada, cura la lepra y otras enfermedades. Una vez molida se le agrega a un licuado de cualquier fruta. La gente de la sierra acostumbraba darles carne de víbora a los marranos para prevenir la peste. La víbora cura llagas y manchas de la piel; hay que quitar una cuarta de la cola y una cuarta de la cabeza, porque es el centro de la víbora el que se puede consumir. La tusa, es un animal perjuicioso para las plantaciones de plátano, se caza con trampas y su carne se acostumbraba hervida para curar la anemia. LAS PLANTAS COMESTIBLES El chipil, la hoja, se cuece con agua, cebolla, ajo y chile, sale un buen caldo, a veces se le pone chile rojo, trocitos de elotes, calabacita y ejotes. Es curativo, desinflama el estómago. Quién no ha probado una salsa de tomate tinguaraco, una salsa de guaje con carne de marrano. La salsa de nanche agrio. Los chiles de chichalaca que son silvestres, el Atole de masa con nanche, con plátano o tamarindo.
Una carne de marrano con ciruela tierna, con tomate criollo. La verdolaga con flor de calabaza o la verdolaga con huevo a la mexicana. La hierba santa en caldo con cebolla rebanada. Se pica la hierba santa (la cañita y la hoja) se guisa en salsa de chile verde, cuando está hirviendo, se le pone el huevo. La otra forma de cocinarla es freír primero el huevo, luego se le pone la salsa de chile, ajo y cebolla, luego la hierba santa picada. El papaloquelite con frijoles y unas semillas de calabaza, con salsa de tomate asado o salsa de chiles verdes y tortillas de comal, es el mejor platillo que se haya comido. El atole blanco con piloncillo o con calabaza, el atole blanco con chile machucado en molcajete y frijol. También se comen los retoños rojizos del guaje cimarrón con las comidas. Frutas tradicionales de la sierra, como los limones dulces, las toronjas, los cajeles, los arrayanes, las piñuelas, la zarzamora, las pomarrosas y la frutilla. Para preparar las tortillas de plátano, se muele el plátano hervido con el nixtamal. Para hacer las tortillas enchiladas o tortilla de chile, manteca o frijol; se revuelve la masa con salsa de chile rojo o chile verde según sea el gusto, o bien puede revolver la masa con manteca y luego hacer las tortillas y ponerlas a cocer al comal. O si lo prefiere se puede revolver la masa con la salsa, la manteca y el frijol para hacer unas deliciosas gorditas. Esa era nuestra comida sin las influencias de ahora. LEYENDAS En las diversas comunidades que componen este municipio se cuentan leyendas y cada paraje da vida a una historia, cada tramo del río tiene un encanto, cada hondonada de la sierra madre esconde un ser mítico. Simón Hipólito, en las leyendas que cuenta a sus nietos, recuerda un paraje serrano llamado La Mona, denominado así por la gente del lugar, porque existe una piedra grande de color oscuro que tiene grabada una mujer acostada, con las piernas entreabiertas y el rostro mirando al oriente. También trata sobre seres sobrenaturales: “Existen criaturas llamadas chaneques y duendes. Viven en los bosques oscuros, en los huecos de los árboles viejos y en las cuevas. Los duendes son chaparritos, barrigones y traviesos y siempre andan desnudos. A los campesinos les esconden sus instrumentos de trabajo, las bestias de carga y los morrales con su comida”. Felipe Fierro Santiago, en su libro Tierra mojada dice que “los Chaneques son unos niños güeritos de cabellos rubios, que viven y juegan en los arroyos y en los amates por eso los niños no deben ir a bañarse solos”. Si un niño les cae bien juegan con él; si no, le pegan y llegan incluso a matarlo; a los niños que han muerto en esta circunstancia se les nota en la nuca una manita pintada, a otros nada más los juegan dejándolos tiesos o aguados. Tienes pies de nacaiqueme decían nuestros abuelos cuando se referían al Nacaxqueme, ese hombre gigantesco que tiene los pies y orejas grandes y que vive como ermitaño en las soledades de la sierra. Entre otras leyendas que sobresalen están las de los arbolarios, niños que nacen cabezones y comen brasas, para luego convertirse en bolas de fuego que a media noche surcan el cielo rumbo al mar para matar serpientes gigantes. Si no vuelven, dice la leyenda, es que la serpiente se los comió. Por eso hay niños que desaparecen del vientre de su madre, mujeres que dejan huérfanos a sus hijos, porque eran arbolarios y no volvieron. Así como hombres y niños arbolarios a los que las serpientes ganan en la lucha y jamás vuelven con los suyos. Sobre el día de muertos hay muchas leyendas, como aquella del hijo que no creía en el regreso de los muertos y cuando la hermana le pidió dinero para comprar velas, se lo negó y le dijo que les prendiera estiércol de vaca.
Por la noche oyó el murmullo de los muertos que venían del camposanto, algunos a oscuras, la mayoría con velas y veladoras. Sólo sus padres alumbraban el camino con estiércol de vaca y les ahumaba la cara. En ese momento lloró y le dio dinero a su hermana para que corriera a comprar velas. O la historia de aquella mujer que no creía en que los muertos venían el 2 de noviembre y se puso a espiar en el camino del camposanto. A media noche pasó una mujer y le dijo que le cuidara un niño recién nacido que traía en brazos dándole un bulto donde venía el niño tapado, pero al amanecer se percató de que le habían dejado unos huesos humanos. Ese mismo día la incrédula corrió a confesarse y el cura le aconsejó llevar los huesos al cementerio y hacer un rosario a los fieles difuntos. Un cazador con suerte puede tener acceso a la piedra del venado. Si la fortuna lo acompaña y mata al rey de los venados, un ejemplar grande de color blanco o negro, que en su agonía arroja la piedra. Si el cazador la recoge y la trae como amuleto, siempre que salga de cacería traerá venado, porque trayendo la piedra los venados lo ven como venado y caminan hacia él y puede matarlos con mucha tranquilidad. Pero si se descuida puede ser atacado y herido por un venado. Si un ejemplar macho de esa especie lo ve en su territorio piensa que le va a quitar a sus hembras. Dicen los que saben, que los venados ven como uno de ellos al que porta la piedra. Hay quienes han pagado con su vida esta suerte, porque otro cazador también puede verlos como venado. El llanto desgarrador de la llorona rompe el silencio de la noche, cuando camina por los arroyos, buscando a sus hijos sin poder encontrarlos. Mi mamá dice que un día la llorona enfadada de sus hijos los echó en un chiquihuite al río y la corriente se los llevó. Cuando murió y llegó al cielo Dios la regresó, y no podrá encontrar el descanso eterno hasta que encuentre a sus hijos que arrojó a la corriente, por eso su ánima recorre todos los ríos y arroyos siguiendo la corriente buscando a sus hijos y llorando lastimeramente “¡Ay mis hijos!”. Su llanto congela la sangre, cuando se escucha por las noches. Mientras que Cuera Negra, un hombre joven guapo, elegantemente vestido, montado en un brioso caballo negro, recorre las comunidades de la sierra, su fuerte silbido se escucha en las noches, cuando anda buscando a los que tienen compromisos con él. Muchos acuden a la piedra del Diablo que está subiendo a la sierra, o al cerro Cabeza de Perro, para pedirle favores a cambio de sus almas. Por las noches los busca. Su caballo de brillante pelaje resopla en los caminos, mientras él silba con una tonada muy fina y elegante. Mis abuelos lo vieron vestido de charro, con una botonadura de oro. Mis padres lo vieron vestido de vaquero con sombrero tejano, siempre de negro. A la media noche. UNA MUJER ARBOLARIO Hace muchos años a principios del siglo pasado en la sierra nació una niña. Era normal como todas, en el carácter y en su desarrollo, pero sus padres observaban que mucho le gustaba contemplar el fuego, atizaba el fogón hasta que las llamas crecían; muchas veces la tuvieron que alejar del horno, porque le gustaba que estuviera siempre prendido, y cuando se apagaba lloraba inconsolablemente. Una noche todo el pueblo se escandalizó porque la niña no estaba en su cama. Sus padres despertaron a los vecinos para que les ayudaran a buscarla; buscaron toda la noche alrededor de la población y no encontraron nada. Pero antes del amanecer la pequeña estaba en su cama ¿Cómo era posible que se hubiera regresado sola a sus escasos tres años? Durante el año siguiente, las desapariciones (de las que el matrimonio se dio cuenta) fueron frecuentes hasta que un día, cansados de esta situación decidieron no dormir para ver a dónde iba, la espiaron y vieron que como a eso de las 12 de la noche se paró y fue a la cocina; despacio fueron tras ella, pues tenían la firme convicción de que caminaba dormida,
pero para su sorpresa la encontraron desesperadamente comiendo las brasas del fogón que antes de irse a la cama atizó con tanta insistencia, antes de que pudieran evitarlo se puso roja y se convirtió en una bola de fuego que salió volando por la ventana. La señora ya había oído hablar de los arbolarios; en esos momentos se dio cuenta que su hija de apenas cuatro años era uno de ellos, el matrimonio se quedó asustado esperando el regreso de la pequeña. Escucharon un fuerte trueno que resonó en los cerros; al poco rato la bola de fuego entró por la ventana y se fue apagando poco a poco. La mamá corrió a abrazarla y lloró pidiéndole que no lo volviera hacer; la nena le contestó que no le pidiera eso que, al contrario, de ese día en adelante trajeran leña de puro corazón para que las brazas duraran y pudiera cumplir su misión. La niña fue creciendo entre los rumores de la gente. Decían que la casa en que habitaban estaba embrujada, pues todas las noches veían como se elevaba una bola de fuego, semejante a un pequeño sol, que a mediana velocidad surcaba el aire, en ocasiones podía vérsele hasta que se perdía atrás de los cerros. Cuando el papá escuchaba los comentarios se quedaba pensativo, no quería revelar el secreto familiar. Todo marchó bien, hasta que esa niña se convirtió en una hermosa mujer. Los padres ganaron fama de ser muy celosos, no permitían que ningún joven se le acercara, ellos pensaban que nunca debería casarse, pues en cualquier momento podría perder la vida en el cumplimiento de su deber. Pero la joven se enamoró y su novio quiso pedir su mano. Cuando el novio y los pedidores se presentaron ante sus padres el señor le dijo “sí, te concedo la mano de mi hija, pero con la condición de que el fogón de la chimenea siempre esté prendido a la hora de que se vayan a dormir, pues es un capricho que mi hija tiene desde niña y no debe faltar la leña”. El joven la amaba tanto que no preguntó para que eran las brasas del fogón por las noches. Se casaron y el nuevo matrimonio construyó su pequeña casa, el esposo cumplía con los caprichos y llevaba mucha leña para que siempre estuviera prendida la chimenea. Al poco tiempo tuvieron una hija preciosa igual que su madre, tenía escasos meses de haber nacido, cuando el esposo se enteró que su mujer comía las brasas de la chimenea, se ponía roja y en la oscura noche se convertía en una bola de fuego que al volar se perdía atrás de los cerros. Asustado quiso tomar a su hija en brazos, huir y abandonar a su esposa, pero sintió temor de que al encontrarlos les hiciera algún daño. Así con un nudo en la garganta y sin saber que hacer, esperó y distinguió a lo lejos la bola de fuego que se acercaba hasta entrar por la ventana de la cocina, para luego apagarse y volver a ser aquella mujer muy hermosa. Él le pidió una explicación, ella contestó con angustia, “Si el creador permitió que te enteraras es que mi fin está cerca” y le contó que era una arbolaria y que había venido a este mundo para cumplir con una misión. Tenía que salir todas las noches a matar serpientes, que en los mares, ya han crecido mucho y son un peligro para la humanidad, pero hay ocasiones que los arbolarios no pueden matar a la serpiente y ésta se los come, cuando el arbolario triunfa se escucha un trueno y cuando pierde se acentúa el silencio de la noche. Así, todas las noches veía como se comía las brasas y se encendía en llamas hasta encumbrarse al cielo, al poco rato escuchaba el trueno, respiraba aliviado y no esperaba mucho, para que la bola de fuego entrara por la ventana. Un día no escuchó el trueno, esperó toda la noche hasta que amaneció, miraba con desconsuelo a la niña que dormía, y lloraba, su linda esposa ya no regresó. EL NACAXCLEME Ancianos de la región nos comentaban que por allí habitaba un ser escurridizo como de cuatro metros de alto y de cuerpo peludo. En un mes de marzo nos trasladamos a un bosque lejos de la casa con el fin de abrir un tlacolol. Abrimos un campamento entre el
bosque, limpiamos el terreno donde pondríamos las improvisadas camas de varas y regábamos en circulo cal para que no se nos arrimaran alacranes o víboras. Por las noches, escuchábamos derribar árboles con hacha y cuando amanecía íbamos a buscar el árbol y lo encontrábamos derribado y con cera de abeja silvestre en su tronco. Era el Nacaxcleme, como lo llamaban los ancianos. Nos contaba papá que su papá de él, o sea mi abuelito, una tarde buscando miel se perdió en el bosque. No pudo dar con la vereda y decidió pasar la noche arriba de un árbol, no grueso donde no pudiera subirse un tigre, un león o una boa. Sacó de su morral unas hojas de tabaco e hizo un puro el cual encendió con un eslabón y pedernal. Cuando lo estaba saboreando escuchó unos pasos. Al instante desenvainó su filoso machete y se puso en guardia. De repente vio una figura grande que habló diciéndole que no tuviera miedo que era Nacaxcleme y que sólo iba a verlo para que le regalara un puro, pero grande, cosa que hizo mi abuelo. Esta enorme criatura lo invito a pasar la noche a su cueva y mi abuelo aceptó. Lo llevó a una cueva muy grande donde lo invitó a pasar. Ya en confianza Nacaxcleme le contó que solamente él quedaba de toda su familia; que los hombres al abrir tlacololes, derribando el bosque, fueron acabando con las colmenas y con su familia. La miel era lo único que los alimentaba. Como mi abuelo tenía sueño, el gigante desenvolvió una de sus orejas y se la dio para que la tendiera en el suelo. Luego se desenvolvió la otra y se la dio para que se arropara. Cuando amaneció le pidió más puros de su garniel y lo llevó a unos gruesos árboles que tenían abundante miel. Enseguida le enseñó la vereda y le rogó que cada vez que fuera por colmenas le llevara puros, que si no lo encontraba se los dejara en la cueva. Desde entonces no le faltaba miel y cera que vender a mi abuelo. Recuerdo que cierta vez cuando llegábamos a la orilla de un río vimos en la arena rastros de un hombre cada huella media aproximadamente como veinticinco centímetros o un pie de largo. Yo entiendo que este gigante es el que derribaba árboles por las noches. El mismo que se hizo amigo de mi abuelo y el mismo de las enormes pisadas en la arena. Tal vez ya murió. Los campesinos y nosotros acabamos con los bosques para sembrar maíz. Ya ahora nadie dice haber visto al Nacaxcleme. (Simón Hipólito Castro en Agua desbocada. Antología de escritos atoyaquenses). ROSAURA Rosaura ese día llegó cansada, después de haber rezado en todas las casas del barrio, eran las 10 de la noche. Hacía ya quince años de que habían asesinado a su esposo. Acostumbraba prenderle una vela y poner su ofrenda, pero ese día llegó agotada y como ya tenía mucho tiempo de muerto no le quiso prender la vela. Cuando Rosaura se disponía a dormir comenzaron a tocar la puerta, una voz de hombre le hablaba: “–Rosaura, Rosaura”. Ella preguntó: “–¿Quién es?” y la voz le contestó “–¡yo!”. Tocaban suavemente la puerta y se volvía a escuchar: “–Rosauraaa, Rosaura”. Abrió, y se encontró con un hombre joven, que vestía de negro y traía un sombrero del mismo color, de ala ancha que le cubría el rostro, le preguntó: “–¿Quién eres?”. “–Soy yo”. “–¿Qué quieres?”. “–Dame lumbre para el camino”. Rosaura le prendió una raja de ocote y el desconocido se fue. Regresó a la cama y se quedó pensando en aquel hombre vestido de negro un buen rato, cuando comenzaba a dormirse otra vez le tocaron suavemente la puerta, y escuchó la misma voz “–Rosauraaa, Rosaura”. Volvió a salir y le preguntó: “-¿Qué te pasó?” Era el mismo joven vestido de negro con el sombrero que le tapaba la cara, le dijo: “ –Se me apagó la luz, dame lumbre”. Fue por los cerillos y le volvió prender la raja de ocote. El
desconocido se marchó. Aquel hombre volvió, cuando menos tres veces, durante la noche porque se le apagaba la luz, era el día de todos los santos. Al siguiente año, igual, el mismo hombre le fue a pedir lumbre después de que Rosaura llegó de rezar. Se había vuelto rezadora desde que se había quedado viuda. Decidió consagrarse a Dios e iba a rezar. En fecha del día de muertos rezaba desde la víspera del día de los angelitos en las casas donde levantaban sus altares y ofrendas, en donde comía; sólo llegaba a dormir a su casa. Al tercer año de no prender velas a su esposo, otra vez llegó a pedir lumbre aquel hombre vestido de negro, con el sombrero que le tapaba el rostro. En una de sus confesiones le contó al sacerdote que desde hacía tres años un hombre no la dejaba dormir el día de todos los santos, el padre le preguntó: “–¿Tú ya no le prendes veladoras tu esposo?” Ella contestó que no. “–¿Pues cuantos años de muerto tiene tu marido?”. Ella respondió que 15 años. “–Pues préndele porque ese hombre que viene a molestarte es tu marido”. Fue entonces cuando se acordó que todos en el pueblo le decían Rosa y el único que le llamó por su nombre fue su marido. El siguiente año antes de irse a rezar por el día de los difuntos, le prendió un cirio a su esposo. El hombre de negro ya no regresó. LA LLORONA DE BENJAMÍN Todas las noches Benjamín se camuflajeaba para ir a visitar sus amores furtivos, siempre usaba ropas oscuras para confundirse en las sombras y esperar la salida de jovencitas que sus padres cuidaban celosamente, muchas veces con pistola en mano. Esa ocasión tenía que visitar a su amante. Atrás de un limonero se quitó el pantalón y la chamarra, se quedó en short y camiseta. Se fue arroyo arriba; había caminado cerca de cincuenta metros, cuando escuchó a lo lejos un llanto semejante a los que emiten las sirenas de las ambulancias en la ciudad, hay que recordar que hace cuarenta años, en la sierra, ni siquiera había carreteras de terracerías. Siguió caminando, y volvió a oír el lamento, ahora muchos más fuerte. Al dar los siguientes pasos, se vio envuelto en una nube de moscas, no se podía ni respirar, de pronto escuchó un llanto ensordecedor y frente a él estaba una cara gigantesca que flotaba en el aire, echaba chispas por los ojos, por la boca se asomaban enormes colmillos y el ambiente apestaba horrible; el rostro se alejó, flotando en el aire, arroyo abajo, atrás se llevó la nube de moscas. En el lugar sólo quedó el mal olor. Benjamín, tras reponerse del susto, se palpó el short y se dio cuenta que estaba mojado. El duende El duende aparece en el monte, bajo los árboles grandes: Parotas, amates o ceibas. A diferencia de los chaneques, que son niños y andan en grupo, él es un adulto solitario, de baja estatura, moreno y panzón. Le gusta hacerse el chistoso. Para poder atraparlo se debe ir al lugar por la noche. Llevar un cordón bendito, barajas, una botella de tequila, dos copas, dos puros y un costal o petate para sentarse y colocar ahí las cosas. Pones la botella de tequila en medio y a cada lado una copa y un puro. Sirves las dos copas, prendes tu puro y tiendes las cartas, dándole juego al otro, al vecino imaginario; después de mucho rato de estar bebiendo y fumando, el duende no resiste y sale burlándose. ¿Qué estás haciendo jugando solo? Entonces tú lo invitas a que juegue contigo. El duende comienza a barajar, a tomar tequila copa tras copa y empieza a fumar puro, hace bromas y se ríe. Tienes que dejar que se emocione y comience a ganar el juego. Si se termina su puro le invitas del tuyo para que fume y fume porque eso es lo que más lo emborracha. Cuando por fin pierde el sentido, entonces usas el cordón bendito. Lo maniatas y ya que está amarrado lo despiertas a cordonazos. El duende se ríe, se burla y cuando ve que en serio no lo vas a dejar ir, te
pide que lo dejes libre, que no seas malo, que te va a conceder lo que quieras y es ahí cuando debes aprovechar. Porque lo cierto es que si no aprovechas la noche, se aleja; tienes que pedirle un deseo cuando él suplica que lo sueltes; entonces dices el deseo y lo dejas ir. En agradecimiento, al poco tiempo te concede lo que pediste. (Judith Solís Téllez en Agua desbocada. Antología de escritos atoyaquenses) La piedra del venado Dicen los que saben: quien logra tener la piedra del venado puede matar los venados que quiera. Hay que matar al venado blanco o al negro y tomar la piedra que arroja durante su agonía. La piedra se puede traer en el morral y cuando uno va a salir, si se observa al venado echado, indica que está escondido y cualquier búsqueda será en vano. Pero si la figura de la piedra está parada es que se encontrarán a los animales en el camino. Aunque, también hay el peligro de que cualquier venado macho pueda pegar o matar al dueño de la piedra, al que ven como a uno de su especie. Así que se debe de andar muy atento. Para poseerla se deben tener ciertas características: no ser ambicioso, ser valiente y no tener maldad en el corazón. Hay que conservar en secreto la piedra para que resulte efectiva. (Judith Solís Téllez en Agua desbocada. Antología de escritos atoyaquenses) CUENTOS En nuestras comunidades se cuentan cuentos en cuyas tramas el conejo se burla de todos los animales que quieren comérselo, de la zorra, del coyote y del cocodrilo, de todos los trances sale airoso porque el conejo es un animal muy astuto. Mientras Juanito el oso, salva a su madre del despiadado monstruo que la tiene cautiva, regresan con su familia pero por su piel peluda es objeto de burlas de los niños en la escuela, por lo que tiene que abandonar su pueblo para remontarse a la sierra donde vive muchas aventuras y finalmente termina casándose con las hijas del rey. JUAN EL OSO A mi padre Eusebio Martínez Ochoa La historia comienza cuando una señora llevó a su hija jovencita a cortar leña, cerca de unos cerros de la sierra, ya le habían dicho que cerca de ahí merodeaba un monochango, la señora se emocionó cortando leña, cuando se dio cuenta el monochango ya se había llevado a su hija. El monochango se la llevó a su cueva, la metió y le puso una piedra muy grande y pesada como puerta. La jovencita hizo muchos esfuerzos por escapar pero no pudo, la piedra era pesada y sólo ese animal la podía mover. El monochango salía a cazar y le llevaba carne cruda y ella la asaba para alimentarse. Le acarreaba frutas silvestres, comida no le faltaba, pero como el animal era celoso siempre que salía le ponía la piedra a la entrada, al poco tiempo esta joven quedó embarazada y nació su hijo al que le puso de nombre Juan. Juanito fue creciendo y siempre le preguntaba porque estaban encerrados, ella le contestaba que su papá era un animal muy fuerte que solamente él podía mover la gran roca que servía de puerta. Juan todos los días hacía esfuerzos por mover la piedra y le decía a su mamá que nada más que creciera escaparían de ese encierro. Cuando creció por fin pudo mover la piedra y la tiró a un barranco y salieron corriendo, al oír el ruido de la piedra que rodaba hacia el
abismo, el monochango vino y fue tras ellos, pero Juanito lo agarró a traición, peleó con su padre, mientras su madre lo agarraba de la cola, pudieron entre los dos matarlo y se fueron. Cuando llegaron al pueblo, el cura lo bautizó para que pudiera ir a la escuela. Cuando iba a la escuela los chamacos se burlaban, porque estaba peludo, de tanto burlarse lo enfadaron, los golpeó, dejó a dos muertos y a los demás los tiró de un empujón. Salió huyendo de la escuela para que el maestro no lo regañara. Los vecinos fueron con el cura a decirle que su ahijado Juanito había golpeado y matado a los niños, luego preguntó qué le habían hecho para que respondiera así; fue a buscar a Juanito y le dijo: –Mira mañana te vas a ir al monte, donde ya no oigas cantar a los pájaros, hasta allá te vas a ir a cortar leña. Y hasta allá se fue Juanito. Se puso a cortar leña, cuando ya había cortado una carga se la echó al hombro para llevarla donde estaba el burro, pero encontró que se lo estaba comiendo un tigre. –¡Ha! Mataste mi burro, ahora tú te vas a llevar la carga, el tigre le brincó, pero Juanito lo dominó y lo amarró, le puso la silla del burro y lo cargó de leña. Además le montó. Cuando llegó al pueblo toda la gente lo admiraba al ver como domaba al tigre. El cura que se había convertido en su protector y padrino, le dijo suelta ese animal es muy peligroso. Juan contestó que no, porque se había comido a su burro. Ante las súplicas del cura, Juanito agarró de una pata al tigre y lo arrojó a un barranco. Para Juanito todas las cosas pesadas estaban livianitas. El cura con el dolor de su corazón, le dijo: –Quiero que te vayas lejos de aquí, la gente no te quiere, vas a ir a buscar a unos hombres que son muy peligrosos y agresivos. –Si voy, pero quiero que me hagan un bastón de diez arrobas de pesado. Entonces le fueron a preguntar al rey, si se lo hacían y el rey dijo que sí. Le hicieron el bastón, se lo llevaron cargando entre varios, Juanito con una mano lo alzó y les dijo que ahora quería que le hicieran un machete tan pesado como el bastón y se lo hicieron. Movía su machete y lo cortaba todo. Antes de irse se puso a descansar debajo de una ceiba y cuando estaba dormido, la gente le tumbó la ceiba encima, pero cuando iba a caer el árbol lo trozó de un solo machetazo y no le pasó nada. Se marchó a buscar a los hombres valientes y bravos. Primero encontró a Barba Azul, peleó con él, luego le puso el bastón en el pescuezo y lo dominó. Ya que lo tenía vencido, Barba Azul le pidió que no lo matara y que haría lo que él quisiera. Ya juntos Juanito y Barba Azul se fueron a buscar a Derrumbacerros, cuando llegaron a su casa, Juanito peleó con él, le puso el bastón en el pescuezo y lo dominó. Derrumbacerros le dijo “–no me mates, voy hacer lo que tú me pidas”. Los tres juntos se fueron a buscar a Quebrantafierro, quien al verlos los atacó y los combatió con fiereza, pero Juanito lo dominó. Quebrantafierro le dijo –no, no me mates voy hacer lo que tú quieras. Ya que los dominó se fueron los cuatro a buscar un monte para tumbarlo y hacer una milpa. Cuando llegaron al monte, a Barba Azul le tocó guisar la comida y hacer las tortillas, mientras Juanito iba con los otros dos a chaponar el monte. Juan con su machete tiraba arboles grandes y los demás solo palos delgados. Por la tarde cuando les dio hambre les dijo vamos a comer. Lo que no sabían es que mientras ellos chaponaban, llegó un enano y le dijo a Barba Azul que no podía estar ahí que se fuera, pero como éste no le hizo caso entonces, el enano le tiró la olla del caldo y se orinó en la masa para las tortillas. Barba Azul quiso agarrarlo pero el enano le dio una paliza que lo dejó todo adolorido del cuerpo y la cabeza.
Cuando llegaron los otros a comer, no encontraron nada, Barba Azul les dijo que había venido un viento que le tiró el caldo y que se llenó de tierra la masa. Se pusieron hacer masa de nuevo y la comida con la que alcanzaron a cenar. Al día siguiente, dijo Juan “ – ahora te quedas tú Derrumbacerros. No vaya a pasar lo mismo”. A medio día de nuevo apareció el enano, le tiró el caldo de los frijoles y le echó tierra a la masa. Le dio su paliza a Derrumbacerros. Que contó lo mismo que Barba Azul a los hambrientos hombres. Para el otro día Juan le pidió a Quebrantafierro que se quedara. A medio día llegó otra vez el enano y le dio una paliza a Quebrantafierro que no podía ni caminar. El siguiente día se quedó Juan, cuando estaba echando las tortillas a medio día, apareció el enano y le quiso hacer lo mismo. Juan le dijo ¡ah! con que tú eres la ventolina y las ramas que golpea a mis hombres. El enano se puso a pelear con Juan, tenían tanta fuerza que los golpes se oían a lo lejos y los que andaban chaponando, decían ya Juan está peleando con ese diablo. Juan lo dominó y lo amarró con buenas reatas y lo golpeó con otra reata, hasta que el enano suplicó que lo dejara libre, te voy hacer dos regalos, córtame una oreja y cuando quieras un deseo, muérdela y ella te concederá lo que tú quieras. El otro regalo es que allá en aquella laguna, abajo hay una cueva, ahí están secuestradas las tres hijas del rey. Sácalas, el rey ha dicho que quien se las devuelva vivas se casará con ellas y heredará su trono. Cuando llegaron sus compañeros les dijo, vénganse a comer y se dieron cuenta que la masa no tenía tierra y el caldo estaba bien caliente. Entonces le preguntaron a Juan como le hizo, les dijo” –miren ahí está su ventolina y la rama que los golpeaba”, señalando hacia la sombra de un árbol donde tenía al enano amarrado. Luego lo soltó y se éste fue corriendo. Después de comer decidieron rescatar a las hijas del Rey, con majagua de los árboles hicieron, reatas, muchas reatas. Juan les preguntó a ellos quien quería meterse primero a la laguna, aguantar la respiración hasta llegar a la cueva, ninguno quiso. Les dijo voy a ir yo, me voy amarrar de la cintura y voy a bajar cuando yo les jale tres veces la cuerda me suben. Juan bajó, aguantó la respiración hasta llegar, a la cueva que se metía hacia el cerro y ahí ya no había agua, estaba oscura. Cuando iba entrando fue atacado por un toro, más Juan lo dominó con su machete, luego se le apareció un gigante con un solo ojo al que también dominó. Luego rescató a las tres hijas del rey. Amarró a la más chica de la cintura y jaló tres veces la cuerda, sus compañeros comenzaron a jalar, pero antes de irse la jovencita le regaló un anillo. Cuando salió a la superficie, los tres se comenzaron a pelear, es mía, es mía, pero la joven princesa les dijo –no se peleen abajo están mis dos hermanas, tiren la cuerda por favor, volvieron a tirar la cuerda, Juan amarró a la otra joven de la cintura que le regaló un pañuelo. Tiró tres veces la cuerda y sus compañeros la sacaron, la última de las hermanas no tuvo que darle así que pidió a Juan el Oso que le cortara un mechón con su pesado machete. Así lo hizo, pero una vez que salió la última, Barba Azul, Derrumbacerros y Quebrantafierro, ya no le echaron la reata a Juan y se fueron con las princesas a buscar al rey para casarse con ellas. Juan cuando ya no le echaron la reata, estuvo un rato esperando. Dijo: –“estos ya me dejaron aquí”. Mordió la oreja, que le había regalado el enano, que inmediatamente le contestó: -“que quieres buen hombre” –“Quiero salir de aquí”. Nada más cerró los ojos y ya estaba afuera. Se fue siguiendo el rastro y cuando se acercó a la ciudad vio que había mucho alboroto, tiraban cohetes y estaba adornado todo el reino. Juan le preguntó a una viejita, ¿Qué pasa mujer? Ella le contestó, es que tres valientes rescataron a las hijas del rey y se van a casar con ellas. Juan quiso entrar a la ciudad, pero los soldados no se lo permitieron, peleó con ellos, con su machete les trozaba las espadas, pero no pudo ganarles porque eran muchos. Corrió se
escondió y escondido mordió la oreja y esta le respondió –¿Qué quieres buen hombre? Quiero que me conviertas en un cuche y nada más cerró los ojos y ya era un cuche. Salió caminando entre medio de los soldados y se metió a la ciudad. Fue caminando poco a poco, hasta que llegó al palacio y cuando estaba cerca del rey se convirtió de nuevo en Juan. Estaba a punto de comenzar la ceremonia del casamiento de las princesas. Cuando el cura estaba punto de casarlas apareció Juan reclamando su derecho, los guardias se le fueron encima, pero alcanzó a enseñar el mechón de la princesa al rey. Quien dio la orden que lo soltaran. Entonces Juan le dijo: –Mi rey, conoce usted, este anillo, este pañuelo y este mechón-. El rey dijo son de mis hijas, ¿porque los tienes buen hombre?, porque yo las rescaté mi señor, los hombres con las que va usted a casarlas son impostores, me traicionaron. Entonces el rey mandó a traer a sus hijas quienes reconocieron a Juan como su salvador. El rey enfureció, mandó a decapitar a Barba Azul, Derrumbacerros y Quebrantafierro. Luego mandó a casar a sus tres hijas con Juan el Oso, que al morir su suegro se convirtió en un rey con tres esposas. EL TÍO CONEJO Para Andrés Rebolledo Gómez Estaba el conejo observando la luna que se reflejaba en el agua, cuando llegó la zorra y se lo quería comer, el conejo le dijo mira, no me comas y te regalo ese queso que está ahí. La zorra le dice bueno vete y cuando el conejo se fue se lanzó sobre el queso que estaba en el agua y solamente mordió la arena. La zorra se quedó rumiando su coraje contra el conejo. Pero el cuento sigue así. Había una vez una viejita que tenía un chilar, el conejo era una plaga, todas las noches iba a comerse los chiles tiernos. La viejita lo espiaba pero nunca lo hallaba, así que no lo podía agarrar. Hasta que un día le dieron un consejo. “–Mire señora, si usted quiere atrapar al conejo, haga un muñeco de cera”; pero como la viejita estaba sorda hizo un muñeco de seda, por la noche llegó el conejo le dio las buenas noches, el muñeco no le contestó y le dice: “–¡Ah! Estás bravo”. Que le da una cachetada, lo tiró y se puso a comer chiles. Después de llenar su pancita se fue. Al otro día fue la viejita y encontró el muñeco tirado. Fue a reclamar el mal consejo, pero quien le dio la idea le preguntó: “–De que hizo el muñeco usted” “–De seda”. “–Señora yo le dije que de cera, de cera”. Entonces fue rápido e hizo el mono de cera y lo puso. En la noche llegó el conejo y le dio las buenas noches, pero el mono no le contestó y le dice: “–¡Ah! Estás bravo porque te cacheteé, pues ahora te voy a cachetear de nuevo”. Que le da una cachetada y que se le pega la mano. ¡Ah¡ me agarraste, pero me queda la otra, lo golpea con la otra mano y se pega. Se quiere despegar con la patita y se pega y con la otra pata y se pega. Quiere usar las orejas y se pega. Mete los dientes y se pega. Ahí quedó pegado, a otro día llegó la viejita. “–Hasta que te agarré conejito”. Lo despegó y se lo llevó a su casa y lo metió a un morral, empezó a preparar la cocina para comérselo, pero como no tenía leña fue por ella. El conejo estaba encerrado cuando vio venir al tío coyote y le llamó: “–Tío coyote, tío coyote, venga. Me quiere ayudar, mire me tienen aquí porque me quieren casar con la hija del Sol Dorado”. El coyote ambicioso y libidinoso sacó al conejo y se metió él al morral. El conejo lo amarró muy bien por fuera para que no se saliera. Al poco rato llega la viejita, y encuentra al coyote encerrado, que estaba esperando el casamiento, ¡ah! con que ahora eres coyote. Vas a ver animal mañoso, lo agarró y lo metió al agua caliente, el coyote gritaba y como pudo escapó y salió corriendo. Y juró vengarse del conejo porque lo había engañado.
Por todos lados el coyote buscaba al conejo, cuando lo vio que estaba en un nopal de tunas. Luego que lo vio el conejo se comenzó a burlar: “Coyote cuero quemao te quemaron el cuero por andar de enamorao…” “–¡Ah! a ti te ando buscando, porque me hiciste tonto”. –“Tranquilo tío coyote, olvídate de eso, mejor comete una tuna están muy sabrosas”. “–Haber quiero probar”. El conejo peló una tuna y se la echó al coyote en el hocico. “–Échame otra están buenas”. Le estuvo tirando tunas hasta hacerlo entrar en confianza y por último le echó una tuna verde con espinas que se le pegaron en la garganta. El coyote se revolcaba del dolor. Cuando se repuso, fue de nuevo tras el conejo, ahora lo encontró comiendo cayaco. Al verlo el conejo se comenzó a burlar: “Tío coyote cuero quemao te quemaron el cuero por andar de enamorao.” “–¡Ah! conejo ahí estás, ahora si no te me escapas”. Pero el conejo lo convenció de que comiera cayacos. “–Están buenos, pruébalos, si no te gustan entonces me comes”. Le dio uno peladito y el coyote se lo comió. Lo encontró bueno, pero de todas maneras se quería comer al conejo. “–¿Te gustaron?, si está bueno de arriba lo de adentro está más sabroso”. “–¿Y como se parten?”. Preguntó el coyote. Entonces el conejo le explicó: “–Se pone una piedra grande, luego tus testículos, luego otra piedra más chica, luego pones el Cayaco y le pegas fuerte con la otra piedra sale el corazón enterito”. Así le hizo, golpeó y ahí quedó el coyote muriéndose del dolor, mientras el conejo salía otra vez corriendo. La zorra se quería comer al conejo por haberla engañado diciéndole que la luna era un queso. Pero el conejo se puso de acuerdo con un zopilote que era su compadre, le dijo: “–Cómete a la zorra”, pero el zopilote le explicó que no comía animales vivos necesitaba que estuviera muerta para podérsela comer. El conejo le sugirió: “–Entonces invítala a una boda al cielo, seguro que va contigo”. Así lo hizo, el zopilote invitó a la zorra a un fandango al cielo, se subió a su espalda y se fueron volando y cuando estaban volando muy alto se volteó dejando caer a la zorra quien gitaba al caer “ –ábranse piedras porque las parto”. Ahí quedó bien muerta la zorra y el zopilote se comió su carroña. LA MAGIA La magia también está presente en la vida de los atoyaquenses, en sus hábitos y en la manera de defenderse de lo desconocido, como vestir de rojo a los niños para curarlos de la tosferina (que también se cura con la leche de burra negra), colocar la escoba atrás de la puerta para que se vaya la visita indeseable. Cuando el luisillo canta en la esquina de la casa, llora la lumbre del fogón o cuando pasa una mariposa blanca por el corredor, vendrá visita. Cuando el tecolotillo canta cambia el clima. La ticuiricha es el tecolote albino, al que se le atribuyen funciones de mal agüero. Igual cuando aparece una mariposa grande negra y cuando canta una gallina como si fuera gallo, es mal augurio.
La costumbre de hablarle en la tinaja al ser querido ausente. Los niños traen un escapulario de tabaco. En otros casos se les coloca cerca de donde duermen una camisa sudada del papá. Un ojo de venado para evitar que les hagan ojo, “para que no lo lastimen” decía mi mamá o para que el niño no absorba las malas vibras de los adultos, como decimos ahora. Antes, durante un eclipse sonaban tambores o botes viejos para que el sol no fuera vencido por la oscuridad. También durante el eclipse las mujeres embarazadas debían usar un pañuelo rojo en la cabeza, para que el niño no fuera comido por la luna, es decir no naciera con labio leporino. Para curar el hipo, aún se acostumbra poner un hilo rojo en la frente. Cuando un niño muda un diente tira la pieza arriba de las tejas de la casa, porque de no hacerlo, quedaría chimuelo. De niños gritábamos “Ratón, ratón dame tu diente y yo te doy el mío” y luego tirábamos el diente arriba de las tejas. Ahora también se acostumbra al igual que en otras partes, que el ratón deje 20 pesos por el diente. Una costumbre de nuestro pueblo que ya se perdió, es colgar el ombligo en un morillo de la casa, por eso dicen que todo mundo volvía donde dejó su ombligo, yo me acuerdo todavía de los pequeños envoltorios que colgaban del techo de la casa de la abuela, eran los ombligos de mi mamá y de mis tíos. MODISMOS MÁS USADOS ¡Arajo! ¡Caramba! Argüendero. Escandaloso, Chismoso. Arrechera. Deseo sexual. Arremueque. Mucho adorno. Babieco. Con la boca abierta. Tonto. Persona distraída. Balotán. Bulto atado de ropa. Baquetón. Desobligado, sinvergüenza. Berraco. Cerdo sin capar. Andar de enamorado. También se les llama así a los niños grandes que siguen chipilones. Brinche. Guisado de arroz y pollo para niños y enfermos. Buchón. Hablador, tonto. Búlica. Gallina pinta. Bunche. Corto, mocho de la cola. Muy lleno, cuando se acaba de comer. Cacaite. Trampa a base de varas, para agarrar pájaros. Cachuco. Pedazo, mentira, engaño. Cajeles. Naranja silvestre que se da en la sierra. Calar. Probar. Nada más de estaba calando. Es asegurar que la persona hace lo correcto o dice la verdad. Canchanchán. Amante. Camagua. La mazorca sazona de maíz, se desgrana y se muele para hacer tortilla. Causul. Casquillo de bala. Cocol. Papalote de papel de colores, que los niños vuelan como juego. Comunque. Fruta que no está madura. O leña que no ha secado. Costanera. Cáscara gruesa del árbol que se utiliza para cercar terrenos o hacer casas de madera. Cuachalota. Sucia. Cuarrango. Que cojea, cojo. Cuche. Marrano, cerdo. Sucio. Cuico. Policía. Cuije. Lagartija, salamanqueja.
Cuino. Gordo. Chacape. Trasto, trasero. Chaco. Corto de estatura. Chacualote. Sucio. Holgado. Chanchago. Libélula. Chando. Maloliente, sucio. Chanfaina. Guiso costeño de menudencia de res. Chaponar. Quitar la hierba con el machete. Chenca. Lo que queda al terminar de fumar el puro. Chicayote. Pequeña calabaza del tamaño de una naranja. No es comestible, tiene un sabor amargo. Chichalaca. Chachalaca. Chiche. Puesto político. Seno. Chiclán. Que tiene un solo testículo. Chicurro. Ave de color negro que se alimenta de la garrapata del ganado. Chincual. Erupción en la piel del bebé. Chingüente. Caramba. Expresión de molestia. Chipe. Se dice del niño que está llorón, que por cualquier cosa llora, molesto. Mimado. Chipil. Arbusto comestible desde tiempos ancestrales. Chiquihuite. Canasto de otate. Chocoyote. El último de los hijos de una familia. Cholenco. Que cojea. Chundes. Arnés para pesca en el río, hecho a base de bejucos. Trampa para camarones. Chuquío. Olor y sabor grasoso desagradable. Chundo. Loco. Churica. Grano infectado. Desbalagado. Perdido, sin orientación. Engarruñao. Encogido. Ennaguao. Muy pegado a las faldas de su mamá. Ennejar. Preparar la masa para hace tamales nejos. Ensuciar. Gamba. Muchos amigos. Guaca. Relajo Guacho. Soldado. Guaco. Especie de gavilán. Pinto. Guango. Aguado, flojo. Suelto. Guarniel, Garnil. Morral de cuero. Güilo. Tonto. Güinsa. Mujer de mala nota. Hierba santa (Yerba santa). Planta que crece cerca de los riachuelos. Como flores, da delgados cordoncillos blancos. Sus grandes hojas acorazonadas y sus tallos –en cañutos tiernos- comestibles. Hilacha. Pequeñez. Indilgar. Acusar. Endosar. Jiote. Tiña. También se refiere a un árbol de cáscara y madera blanda que se reproduce en la parte media de la sierra. Jocoque. Nata de leche cruda. Jongote. Concha de coco. Superficie cóncava. Vasija. Jurjuniar. Agitar, mover. Lángaro. Abusivo. Comelón. Luisillo. Una variedad de ruiseñor, de plumaje amarillo con franjillas cafés. Cuando este pájaro canta es como si gritara su nombre: ¡Luis, Luis!
Lurio. Demente, chocante. Que se cree sus propias mentiras y se deja halagar fácilmente. Luyido. Gastado, deteriorado. Machigüe. Agua con que se deshace la masa y se mojan los dedos. Maconcho. Plátano (variedad). Majagua. Cáscara de algunas plantas, con la que se puede tejer cuerda. Mamerto. Adjetivo despectivo. Meco. Sucio. Pinto. Memela. Tortilla gruesa. Menso. Tonto. Monochango. Una especie de gorila. Morillo. Tronco no muy grueso que se utiliza para el techo de las casas. Morquite. Mazorca pequeña, que no alcanzó a desarrollar. Nacaiqueme. Ser mítico. Pie grande que se dice es un gigante, peludo con grandes orejas. Nacatamal. Tamal hecho de masa con carne de puerco y guisado con chile rojo. Naguada. Especie de bolsa que se coloca como mandil para recoger la cosecha del café o para recolectar camarones. Nejo. Tamal hecho con nixtamal cocido con ceniza. Sucio. Nijayote. Asiento del nixtamal. Nixcome. Cocción de maíz con cal. Que es la base para hacer masa y luego las tortillas. Nixtamal. Maíz cocido con cal, luego se muele para hacer tortillas. Ñaco. Picado de viruela. Objeto picado. Orondo. Altivo. Sinvergüenza. Conchudo. Pachaca. Que no está lisa o llana. Pachiche. Arrugado. Que está muy maduro. Aguado. Pachol. Almácigo. Palomilla. Amigos. Palmito. La parte más tierna del cogollo de la palma. Pango. Canoa. Panocha. El hueso de la rodilla. Panela. Papaloquelite. Hierba parecida a la pipisa pero con hojas redondas. Las hojas de la pipisa son largas y suelen ser muy olorosas. Pateco. Zambo, cascorvo. Payanada. Masa de nixtamal preparada para hacer tortillas. Payanque. Dícese de la masa que no está bien molida. Pichacua. Ave nocturna. Pilinque. Chicharrón a medio freír. Piripituche. Poca cosa. Pomarrosas, pumarrosas. Fruto dulce y perfumado, cuando está maduro es amarillorosado del tamaño de una guayaba. Punche. Sapo pequeño. Pusumiche. Pescado pequeño del poblado de Ixtla municipio de Atoyac. Rellenera. Se les llama así a las señoras que hacen el relleno de cuche. Remochín. Tumulto, revuelta. Rialenga. Vulgar, mujer fácil, vaga. Rules. Rizos, bucles. Ruyir. Roer. Sancocha, sancochado. Alimento hervido sin guisar. Sésperos. Abundancia, Chorros. Sierreño. Persona de la sierra. Siricua. La misma cosa. De la misma raza o plaga. Tachinaite. Nido de comején.
Tágara. Vivales. Tecata. Cascarilla del tallo de los árboles. También se les llama así a los pedazos que se les desprenden a las piedras. Telimón. Gramínea aromática. Se acostumbra como té, hirviéndolo en rollitos amarrados. Tilinque: Estirado Tingüaraco. Jitomate silvestre pequeño, que se usa para hacer salsas. Tirinche(a). Bolsa tejida de palma. Trácala. Deuda. Así se les llama a los que no pagan sus deudas. Tumeca. Una especie de hormiga. Varaña. Rama delgada y seca para leña. Verdolaga. Planta comestible que se da cerca de los ríos y arroyos. Yagual. Tela que se enrolla sobre la cabeza para cargar bultos. Zanca. Amigo por el que das la vida. Compañero. Zataco o Zotaco. Chaparro. Viejo. (Fuentes: Grupo Convivencia Cultural. Modismos atoyaquenses, Atoyac de Álvarez, 1993. Salomón García Jiménez. Jerga y modismos de Guerrero, México. Diccionario Ilustrado, Unicam-Sur, Instituto Médico Tao, México, 2005 y Anituy Rebolledo Ayerdi. “Costeñismos”, El Sur, 26 de marzo de 2009). VII. EL ÚLTIMO TRAMO DE HISTORIA Con la muerte de Lucio Cabañas y después de la Guerra Sucia que terminó en 1978, pareciera que ya no hay mucho que decir; sin embargo, el último tramo de nuestra vida no ha sido menos tortuoso que los demás episodios que ya hemos detallado. Aunque hay muchos avances sobre todo en lo que a educación se refiere, así como a la infraestructura carretera, salud y comunicaciones. INFRAESTRUCTURA INSTITUCIONES EDUCATIVAS La guerrilla de Lucio Cabañas hizo que el gobierno volviera los ojos hacia este pedacito de país olvidado. Fue cuando se abrieron caminos, llegaron tiendas de abasto, algunos centros de salud, se instaló la telefonía rural y se crearon instituciones educativas. En 1976 se instaló el Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario en Cacalutla, que actualmente tiene un módulo en El Paraíso. Luego con el esfuerzo de padres de familias en el contexto de la Guerra Sucia, el 5 de octubre de 1976 se fundó la Escuela Preparatoria número 22. Con el tiempo la oferta educativa ha crecido, actualmente en nuestro municipio hay 81 jardines de niños; 71 son atendidos por la Secretaría de Educación Pública y 10, por el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe). Contamos con 98 escuelas primarias, 17 son del sistema estatal y las demás dependen del sistema federal. Son 39 escuelas secundarias, tres del sistema federal, nueve son técnicas y 27 telesecundarias. Hoy también existe un Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios (CBTIS). Hay preparatorias populares en el Paraíso, Río Santiago, San Juan de las Flores, Santo Domingo, El Quemado y un modulo periférico de la preparatoria en Cacalutla. Un módulo de la preparatoria abierta y se tiene una extensión del Sistema abierto del CBTIS. Existen dos escuelas particulares de computación e inglés. Para abatir el rezago educativo funciona el Instituto Estatal para la Educación de Jóvenes y Adultos de Guerrero (IEEJAG). Se cuenta también con un centro de Atención Múltiple, donde asisten para recibir educación las personas con capacidades diferentes.
Se abrió recientemente una licenciatura en Ciencias Políticas y un módulo de la licenciatura en Enfermería, ambas dependientes de la UAG. Han funcionado maestrías de educación, desarrollo rural y matemáticas. Durante el periodo de María de la Luz Núñez Ramos se adquirió el edificio donde funciona el Centro Cultural Atoyac, donde comenzó a despachar, el que aquí escribe, como director de cultura. En el periodo de Javier Galeana Cadena se formalizó la creación de la casa de la cultura, su primera directora fue Sandra Castro Nogueda y el subdirector Francisco Magaña de Jesús. Antes ya había funcionado una casa de la cultura desde que se fundó la preparatoria 22 hasta 1984, luego está la experiencia de la Casa de la Cultura “Romualdo García Alonso” auspiciada por la Universidad Autónoma de Guerrero y dirigida por el profesor Secundino Catarino Crispín, en el castillo del doctor Antonio Palós Palma. Han existido diversos esfuerzos para darle unidad al movimiento cultural en Atoyac, pero no se ha podido, con la participación de doña Juventina Galeana Santiago, Felipe Fierro Santiago, Decidor Silva Valle y Rubén Ríos Radilla se formó el grupo Alt-Toyaui, pero fracasó. Mucho antes doña Juventina unida a varios miembros valiosos formó el grupo Convivencia Cultural Atoyac de donde salieron grandes trabajos como Los Modismos atoyaquenses y un libro sobre Medicina Tradicional. Actualmente funciona el Centro Cultural Atoyac, bajo la dirección de Carlos Alberto Ponce Reyes, donde se imparten cursos de las diferentes bellas artes, pintura, danza, música, arte urbano y artesanías. EN SALUD En la cabecera municipal funciona el hospital general “Juventino Rodríguez”; además del Centro de Salud Rural hay unidades familiares del IMSS y el ISSSTE, las comunidades con mayor población tienen unidades de salud y cuando menos cuentan con un médico y una enfermera. NUEVOS NÚCLEOS POBLACIONALES E INSTITUCIONES En los últimos 30 años se fundaron nuevas colonias y nuevos asentamientos humanos como la colonia Francisco Villa, la 18 de Mayo, Lomas del Sur, Insurgente Morelos, El Ranchito, Popular Florida, Eduardo Neri, El Parazal, La Unidad Habitacional Nuevo Horizonte, Las Palmeras, La María Isabel, la 2 de diciembre, la Lucio Cabañas, el Mirador y Bellamiel. En 1981 se fundó el grupo de Alcohólicos Anónimos. En 1982 la Iglesia del Dios Único. Se contruyó el Bethel, crecieron los grupos evangélicos y se contruyeron templos de los Testigos de Jehová, una secta nueva llamada Luz del Mundo hizo su aparición y la Iglesia católica sigue creciendo. Están en construcción sus salones parroquiales. COMUNICACIONES Y TRANSPORTES En materia de comunicaciones, en 1991 se inauguró con la presencia del gobernador José Francisco Ruiz Massieu la estación de radio XHAYA 100.9 Mhz Estéreo Sol. En 1996 llegó cablevisión a este lugar. En el 2001 inició la telefonía celular y el internet. Se construyó el puente al Ticuí que fue inaugurado, también por José Francisco Ruiz Massieu. En los tiempos del florecimiento de la fábrica funcionó una balsa para hacer el transporte de un lado a otro del río, durante el periodo de secas, los habitantes del Ticuí, construían puentes con madera de palma para pasar a pie.
El puente de Mexcaltepec que fue gestionado por la alcaldesa María de la Luz Núñez Ramos y el Boulevard que se inició en periodo de Acacio Castro Serrano y se inauguró en el gobierno de Germán Adame Bautista, con la presencia del gobernador René Juárez Cisneros, fue una obra estatal por tal motivo le pusieron el nombre de este gobernador, pero cuando llegó al gobierno Pedro Brito García, postulado por el PRD le cambiaron el nombre a Boulevard “Juan Álvarez”. Los caminos rurales siguen padeciendo los problemas ancestrales, ya que se les da mantenimiento cada año. Ya no quedan comunidades del municipio que estén incomunicadas. Se está pavimentando la carretera al Quemado. Sigue el proceso de pavimentación de la carretera Atoyac-Pie de la Cuesta y, aunque con sus deficiencias, está pavimentada la carretera al Paraíso. Llegará el día en que todas las carreteras estén en buenas condiciones. Organizaciones de transportistas como la Unión de Trabajadores Independientes de Combis de Atoyac (UTICA), Organización de Transportistas de Atoyac (OTA) y Urbanos y Suburbanos “Vicente Guerrero” son los encargados de mover a la población en la cabecera municipal y los pueblos de la parte baja del municipio, mientras las urvans se agrupan en “Transportes Unidos de la Sierra de Atoyac” y hacen el servicio de Atoyac al Paraíso y las camionetas se aglutinan en “Transportes Unidos Atoyac-Pie de la Cuesta”. El Sitio Álvarez da servicio de taxis, mientras la Unión de Concesionarios Materialista presta el servicio en la construcción y el sitio único “Cristóbal Colón” se ocupa de la carga y mudanza. La línea de camiones Costa Line y Estrella de Oro, transportan pasajeros a la Ciudad de México, Chilpancingo y Acapulco. Y LOS SOLDADOS SIGUEN AQUÍ Cerca de finalizar el periodo de la Guerra Sucia en 1977, llegó el 49 Batallón de Infantería, que en 1994 se fue a Petatlán y las instalaciones del cuartel fueron transferidas al gobierno del estado, que en 1995 abrió un colegio de policías que cerró en 2005 y las instalaciones del cuartel pasaron a manos del municipio. Cuando parecía que el ejército se había ido llegó la 27 zona militar que ocupó el inmueble que antes fue del Instituto Mexicano del Café y construyó nuevas instalaciones en el Ticuí en 1996, donde se encuentra ahora. LA LUCHA POR LA PRESENTACIÓN DE LOS DESAPARECIDOS En el último tramo de historia la lucha por los desaparecidos ha sido incansable desde 1978 que se fundó la Asociación de Familiares de Desaparecidos y Víctimas de las Violaciones a los Derechos Humanos (Afadem). Las actividades políticas de izquierda se reanudaron con la marcha que rompió el silencio el 18 de mayo de 1979. Doña Rosario Ibarra de Piedra ligada al Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y dirigente del grupo Eureka abrió campaña como candidata a la presidencia de la república el 5 de diciembre de 1981 en la plaza de Atoyac. El 30 de agosto del 2000 fue detenido Mario Arturo Acosta Chaparro por narcotraficante y eso abrió de nuevo el debate por la presentación con vida de los desaparecidos. El gobierno de Vicente Fox creó la Fiscalía especial para Movimientos Políticos del Pasado. Como consecuencia de las investigaciones asesinaron a Zacarías Barrientos Peralta, “madrina” de los años setentas quien se había acercado a la fiscalía como testigo de desapariciones forzadas. Se han realizado dos excavaciones en lo que fue el 49 Batallón de Infantería en busca de los restos de los desaparecidos, antes la PGR ya había excavado en Los Tres Pasos y la CNDH en Agua Zarca, en esos lugares no se encontraron evidencias de restos humanos.
EL MOVIMIENTO POLÍTICO Alfonso Vázquez Rojas, padre del extinto guerrillero Genaro Vázquez Rojas, fue presidente municipal como canonjía, aunque él era priísta y no comulgó con las ideas de su hijo, el gobierno lo premió con la presidencia por la muerte del guerrillero. Ladislao Sotelo Bello fue alcalde dos veces. José Luis Ríos Barrientos fue uno de los mejores presidentes que ha tenido Atoyac, con él terminó la hegemonía del PRI, fue el último alcalde que no tuvo problemas políticos. En su periodo se acabó la oposición simbólica, porque el siguiente alcalde fue Apolinar Castro Zamudio quien fue removido por el gobernador José Francisco Ruiz Massieu quien impuso a Alejandro Nogueda Ludwing, con esto el gobernador generó una gran ruptura en el PRI, el grupo afectado por la deposición de Castro Zamudio se fue a engrosar en el municipio la corriente democrática que a nivel nacional encabezaba Cuauhtémoc Cárdenas. El 26 de marzo de 1988 Cárdenas visitó Atoyac, dando el inicio de un movimiento que llevó a la fundación del PRD, que en 1989 jugó por primera vez. El PRI dejó de tener elecciones tranquilas y comenzó a enfrentar en las elecciones una oposición real. Esas elecciones, que el PRI fue representado por Pedro Magaña Ruíz, fueron muy polémicas y reñidas, las concentraciones del PRD en las comunidades eran multitudinarias, había efervescencia y a la hora de los cómputos salió que Octaviano Roque Ruíz candidato del sol azteca perdió las elecciones. Nadie dio crédito a este resultado, por eso la ciudadanía se organizó e instaló un plantón frente al Consejo Electoral que tenía sus oficinas en la calle Aquiles Serdán, la gente se armó con garrotes y montó guardias fuera de las instalaciones electorales para evitar que se llevaran las urnas. Pero el 11 de diciembre de 1989, en la madrugada, fueron desalojados violentamente por la policía antimotines hubo muchos perredistas heridos y policías también. Los perredistas hicieron una marcha hacia la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, donde se decía que se planeó el fraude electoral. Luego se instaló un plantón en el Zócalo y se tomó el Ayuntamiento, se nombró Presidente Municipal de la Comuna Popular Revolucionaria a Octaviano Roque Ruíz y a Jesús Valdéz Lucena como síndico, mientras tanto don Pedro Magaña puso su Ayuntamiento en una casa particular. Este movimiento se levantó hasta el 12 de marzo de 1990, por un acuerdo político y para calmar los ánimos en Atoyac se formó un consejo municipal presidido por Jaime Coria Gómez y Amadeo Valdéz Rayo como síndico procurador. Mientras don Pedro Magaña se fue como diputado suplente y después llegó a ser diputado local. Pero en 1991 el Congreso del Estado quitó a Jaime Coria Gómez como alcalde e impuso a Evodio Argüello de León y a Carlos Solís como síndico, por eso el PRD volvió a tomar el Ayuntamiento y el 18 de junio fueron brutalmente desalojados y los manifestantes llevados prisioneros al Centro de Readaptación Social de Acapulco. Ese día también fue detenido en la calle principal Mario Valdéz Lucena, quien junto con los demás después fue liberado por la presión política que se estaba ejerciendo. Para las elecciones de 1993, el PRI lanzó como candidato a Juan Méndez Mejía y los Barbones como se les dio por llamar al grupo hegemónico del PRD, a propuesta de Mario Valdéz invitó a la presidenta de la cooperativa La Pintada para que fuera abanderada de ese partido y María de la Luz Núñez Ramos gobernó Atoyac de 1993 a 1996, luego fue diputada local y legisladora federal. En la elección de 1996, el PRD lanzó como candidato al líder de la Coalición de Ejidos, Zohelio Jaime Chávez y el PRI a Javier Galeana Cadena a quien los números favorecieron en las elecciones y los comicios estuvieron cargados de irregularidades y de agresiones. El 15 de septiembre de 1996 intentaron asesinar al regidor perredista Mario Valdéz Lucena en el Paraíso. El PRD volvió a tomar el Ayuntamiento, pero después de un tiempo lo
entregaron a Galeana, quien gobernó un accidentado trienio por la presencia de la nueva guerrilla del Ejército Popular Revolucionario y por los conflictos sociales que se provocaron en el Cucuyachi, Cacalutla y Agua Fría. Además de la fuerte oposición que le hacía su sindico José Elías Salomón Radilla. En las elecciones de 1999, el PRD lanzó al doctor Orlando Santiago Garibo y el PRI al ingeniero Acacio Castro Serrano, quien ganó las elecciones y gobernó sin mayores sobresaltos que los conflictos que provocaron la falta de un relleno sanitario y el alumbrado público. En este periodo muchas organizaciones sociales fortalecieron su clientela por el manejo de los proyectos productivos que Acacio Castro implementó. Pero en la siguiente elección del 2002 las cosas se calentaron aún más porque a nivel nacional ya nos gobernaba Vicente Fox, el primer presidente de la república panista y por eso el Partido Acción Nacional se fortaleció en Atoyac. Lanzaron como candidato al empresario gasolinero Pedro Brito García; el PRD lanzó al mejor cuadro que ha tenido en todos los tiempos, a Octaviano Santiago Dionicio; mientras el PRI lanzó a Germán Adame Bautista quien resultó triunfador de la contienda; el PAN quedó en segundo lugar y el PRD por primera vez desde su nacimiento se fue a tercer lugar. Germán Adame gobernó con la fuerte oposición de Pedro Brito y bajo la presión de las organizaciones sociales que exigían su parte del presupuesto, con este gobierno estas agrupaciones se fortalecieron aún más. En la siguiente elección del 2005 bajo el protagonismo de Mario Valdéz Lucena el PRD invitó a Pedro Brito para que fuera candidato de ese partido y el PRI lanzó al ex diputado local José Elías Salomón Radilla, ganó el PRD e inició una tortuosa relación entre los grupos que apoyaron a Pedro y que venían con él desde el PAN y los dos grupos hegemónicos del PRD, uno encabezado por el síndico Leobardo Radilla Galeana y el otro por el regidor Gustavo Carrillo Ríos. En 2008 hubo de nuevo elecciones, el PRI volvió a lanzar a Acacio Castro Serrano, mientras al PRD lo abanderó Carlos Armando Bello Gómez, quien gobierna hoy en día. EL MOVIMIENTO SOCIAL La organización Campesina de la Sierra del Sur surgió en 1994 y comenzó sus manifestaciones principalmente para exigir fertilizante y pacas de cartón. Asumió como bandera también la lucha por los desaparecidos. Su mayor protagonismo estuvo el 18 de mayo de 1995, cuando tomaron el palacio municipal de Atoyac y encerraron dentro de las instalaciones a la alcaldesa María de la Luz Núñez Ramos. Luego se vino la desaparición de Gilberto Romero Vázquez. Los campesinos de la sierra de Coyuca venían a exigir su presentación con vida cuando se dio la masacre de Aguas Blanca el 28 de junio. El Frente Ciudadano de Atoyac nació después de la elección de 1999, en torno a la figura del médico Orlando Santiago Garibo, enarboló las demandas de pavimentación de calles, fertilizante y pacas de cartón. Fue una de las organizaciones que apoyó la candidatura de Pedro Brito García, fue promovida tanto por el PAN como por el PRD. El Consejo Cívico Comunitario Lucio Cabañas Barrientos apareció principalmente para exigir la entrega de proyectos productivos y para defender a los perseguidos políticos por la nueva guerrilla y para pedir la presentación con vida de los desaparecidos. Fueron los hermanos Arroyo Castro: Olga, Estela y José Luis quienes recataron el cuerpo del guerrillero Isidro Molina Sánchez caído en San Juan de las Flores en 1998. Mientras el PRD defendió a las víctimas de la violencia en Agua Fría, El Quemado, El Cucuyachi y Cacalutla. Los barbones –un grupo encabezado por Wilibaldo Rojas Arellano, Mario Valdéz Lucena y Secundino Catarino Crispín– fueron quienes dieron la cara por los campesinos perseguidos en las comunidades donde tenía influencia la guerrilla y eran perseguidos por el ejército y la judicial.
Las cosas se calentaron tanto que el gobernador de ese tiempo Ángel Aguirre Rivero tuvo que venir al Cucuyachi para tratar de calmar los ánimos. A raíz de los conflictos políticos que se gestaron en la comunidades se dieron asesinatos de muchos militantes del PRD, los principales fueron Oscar Rivera Leyva de Cacalutla y Silverio García de El Cucuyachi. LA NUEVA GUERRILLA Surgió un nuevo grupo guerrillero el Ejército Popular Revolucionario, el 28 de junio de 1996, en el vado de Aguas Blancas cuando se conmemoraba el primer aniversario de la masacre. A raíz de esa manifestación armada se encendieron las luces de emergencia en la residencia oficial de los Pinos. Motivo por el cual el presidente de la República Ernesto Zedillo Ponce de León nos visitó el 18 de julio de 1996; mientras que el grupo guerrillero realizó visitas a la mayoría de las comunidades del municipio de Atoyac y luego atacó al Ejército en el Guanábano el 27 de mayo de 1997. Después de estas acciones se desmembró y una de sus escisiones atacó a la policía Motorizada en San Juan de las Flores el 10 de noviembre de 1998. Surgieron muchos grupos guerrilleros y de esos la mayoría hicieron manifestaciones armadas en nuestro municipio. El encargado de perseguir a esta nueva guerrilla fue el comandante de la 27 zona militar, general Juan Alfredo Oropeza Garnica. EL SUBCOMANDANTE MARCOS FRENTE A LUCIO CABAÑAS En abril del 2006 nos visitó el subcomandante Marcos para promover lo que se llamó “La Otra Campaña”. El líder político del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) que surgió en Chiapas el primero de enero de 1994, pernoctó en la Escuela Preparatoria número 22 y por la mañana visitó la tumba de Lucio Cabañas donde realizó honores militares. Antes, ya en marzo de 1999, nos habían visitado seis delegados zapatistas, para invitarnos a participar en una consulta por la paz. Estos son algunos acontecimientos que han destacado en Atoyac en los últimos 30 años. Pareciera que siempre volvemos a donde comenzamos, pero la verdad es que somos una sociedad que lucha por sacudirse el rezago, salir adelante y para hacer un municipio próspero, cada quien lo hace a su manera. Cada quien en su trinchera, a su entender, con su nivel cultural y capacidad. Por eso parecerá que siempre estamos en pugna. La verdad es que la unidad y lucha de dos contrarios siempre trae como resultado el avance de la sociedad y así lo entendemos. A las nuevas generaciones les tocará juzgarnos. ANEXOS CALENDARIO DE FESTIVIDADES RELIGIOSAS FECHA 2 de febrero 5 de febrero 5 de marzo 19 de marzo
SANTO PATRONO Virgen de la Candelaria San Felipe de Jesús Señor de la Misericordia San José
5 de abril 11 de abril 3 de mayo 15 de mayo
San Vicente Ferrer Sr. De la Misericordia La Santa Cruz San Isidro Labrador
COMUNIDAD El Tambor Col. Buena Vista La Pintada Nueva Delhi, Pie de la Cuesta y El Quemado. San Vicente de Benítez Mexcaltepec y el Cucuyachi. En todo el municipio Las Salinas y Zacualpan
Fecha movible 24 de junio 30 de junio 25 de julio 6 de agosto 8 de agosto 15 de agosto 8 de septiembre 14 de septiembre 29 de septiembre 3 de octubre 4 de octubre 7 de octubre 24 de octubre 28 de octubre 13 de noviembre 30 de noviembre 12 de diciembre 24 y 25 dediciembre
La Santísima Trinidad San Juan Bautista Sagrado Corazón de Jesús El Señor Santiago Padre Jesús de Petatlán
Col. Buenos Aires San Juan de las Flores El Humo Río Santiago En diversas comunidades del municipio. Santo Domingo de Guzmán Santo Domingo Solemnidad de la Asunción Cabecera Municipal de la Santísima Virgen María La Natividad de María El Rincón de las Parotas Virgen de la Soledad La Soledad San Miguel Arcángel La Florida Santa Beatriz de Silva San Vicente de Jesús San Francisco de Asís San Francisco del Tibor Nuestra Señora del Rosario colonia El Tanque y en la Central. San Rafael Arcángel Col. Vicente Guerrero. San Judas Tadeo El Ciruelar La Virgen de Guadalupe El Porvenir San Andrés En San Andrés de la Cruz La Virgen de Guadalupe En todo el municipio El Nacimiento de Jesús En todo el municipio
LAS REINAS DEL CAFÉ NOMBRE Ma. de Jesús Magaña Laurel Nidia Nájera Peralta Claudia Santiago Radilla Clara Elizabeth Bello Ríos Degni Garibo Sotelo Eliana Lizeth Martínez Abarca Yanelly Hernández Martínez Ma. Eleazar Galeana Radilla Ma. Aidé Moreno Fierro Roxana Pino Ríos Francisca Sotelo Bautista Lilibet Pano Gallardo Erika Nayeli Garibo Núñez Odisshely Lugardo Campos Itzel Alelí Reyez Díaz Mirian Janet Hernández del Valle Mayra Yesenia Mata Maldonado Eliester Castro Piedra
ORIGEN San Vicente de Jesús Atoyac Atoyac Atoyac El Paraíso Corral Falso
AÑO 1960 1991 1993 1994 1995 1996
El Ticuí Atoyac Atoyac Col. Buenos Aires El Paraíso El Ticuí El Ticuí Los Valles Atoyac Corral Falso Atoyac
1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 De aquí comenzaron a llamarle Rostro del Café 2007
Atoyac
2008
Perla Rubí Martínez Juárez
El Ticuí
Mariela Radilla Bello Col. Miranda Fonseca Jessica Guadalupe Atoyac Hernández Bailón
2009 Reina de la Expo Atoyac 2010 2011
Ma. de Jesús Magaña Laurel, 1960 Nidia Nájera Peralta, 1991 Claudia Santiago Radilla, 1993 Clara Elizabeth Bello Ríos, 1994 Degni Gribo Sotelo, 1995 Eliana Lizeth Martínez Abarca, 1996 Yanelly Hernández Martínez, 1997 Ma. Eleazar Galeana Radilla, 1998 Ma. Aidé Moreno Fierro, 1999 Roxana Pino Ríos, 2000 Francisca Sotelo Bautista, 2001 Lilibet Pano Gallardo, 2002 Erika Nayeli Garibo Núñez, 2003 Odisshely Lugardo Campos, 2004 Itzel Alelí Reyes Díaz, 2005 Miriam Janet Hernández del Valle, 2006 Mayra Yesenia Mata Maldonado, 2007 Eliester Castro Piedra, 2008 Perla Rubí Martínez Juárez, 2009 Mariela Radilla Bello, 2010 Jessica Guadalupe Hernández Bailón, 2011 CALENDARIO CÍVICO 1° de enero 27 de enero 31 de enero 8 de febrero 15 de febrero 19 de febrero
25 de febrero
Fundación del Municipio de Atoyac de Álvarez en 1864, siendo su primer presidente Antonio Ayerdi. Natalicio del Benemérito de la Patria, Gral. Juan Álvarez en 1790, en el barrio La Tachuela. El general Juan Álvarez es nombrado Gobernador Interino en 1850, del recién constituido Estado de Guerrero. Es asesinado en Chilpancingo el Diputado Federal y líder agrarista Feliciano Radilla Ruiz en 1940. Se da posesión definitiva con certificados de derechos agrarios a las 21 comunidades agrarias de la zona cafetalera, por el Gobernador del Estado, Gral. Rafael Catalán Calvo en 1942. Natalicio de Gabino G. Pino en 1856, quien trajo el café por primera vez a la sierra de Atoyac, introduciendo su cultivo que dio inicio al desarrollo económico del municipio. Fue presidente municipal en siete ocasiones. Natalicio del Gral. Cesáreo Ramos en 1792 en Barrio Nuevo perteneciente a este municipio; llamado el “Patriarca de la Costa Grande” luchó en la Guerra de Independencia, participó en el movimiento del Plan de Ayutla y contra los franceses.
1° de marzo 19 de abril 26 de abril 14 de mayo 18 de mayo 31 de mayo 4 de junio 10 de junio 13 de junio 19 de junio 24 de junio
17 de agosto 21 de agosto 30 de agosto 28 de septiembre 2 de octubre 29 de octubre 17 de noviembre 19 de noviembre 24 de noviembre 2 de diciembre 9 de diciembre 15 de diciembre 31 de diciembre
Natalicio del cívico y ex Presidente Municipal Rosendo Radilla Pacheco, en 1914. Nace en Barrio Nuevo, municipio de Atoyac, el Gral. Insurgente Eutimio Pinzón, en 1820. El Gral. Silvestre G. Mariscal en 1911 toma la plaza de Atoyac de Álvarez, con lo que inicia la Revolución Mexicana en la Costa Grande. Natalicio del líder obrero Enedino Ríos Radilla. La policía del Estado disolvió un mitin en la Plaza Cívica “Gral. Juan Álvarez” muriendo en esta masacre 5 manifestantes y dos policías del estado en 1967. Muere el Gral. Silvestre G. Mariscal, maderista y ex Gobernador del Estado, en 1920. Muerte del Gral. Cesáreo Ramos en 1869. Muere el insurgente Gral. Luis Pinzón en Corral Falso en 1863. Natalicio del líder agrarista Manuel Téllez en 1900. Muere en combate el Gral. Eutimio Pinzón en 1867, quien se destacó en la Revolución de Ayutla, en la intervención francesa y en la lucha contra el imperio de Maximiliano. Natalicio del coronel Julián Radilla Hernández en Corral Falso en 1878, precursor de la revolución maderista en la Costa Grande. Natalicio de la profesora Herminia L. Gómez en 1871. Atoyac fue elevado a la categoría de ciudad en 1872 con el nombre de Atoyac de Álvarez, mediante el decreto 60 firmado por el Gobernador del Estado, Gral. Francisco O. Arce. Se instala el comité agrario que encabezan, Manuel Téllez y David Flores Reynada, en 1922. Muere el Gral. Juan Álvarez en su Hacienda La Providencia en 1867. Día Internacional del Detenido Desaparecido. Natalicio del líder agrarista Feliciano Radilla Ruiz en 1898, en Boca de Arroyo. Gana las elecciones para la presidencia municipal, la primera mujer: María de la Luz Nuñez Ramos, por el Partido de la Revolución Democrática en 1993. Es asesinado, en 1923, el líder agrarista Manuel Téllez. Se incorpora Juan Álvarez a la lucha por la Independencia , en 1810. Nace el luchador social David Flores Reynada en 1903. Inicia el levantamiento agrarista en 1923, encabezado por Alberto Téllez. Muere en combate con el ejército el guerrillero Lucio Cabañas Barrientos, en 1974. Muere en una emboscada en Ayutla en 1926, el Gral. Silvestre Castro, El Cirgüelo. Nace en El Porvenir en 1937, el profesor Lucio Cabañas Barrientos, quien inició en 1967 un movimiento guerrillero. Natalicio del Gral. Silvestre Mariscal en 1870, revolucionario y ex Gobernador del Estado. Natalicio del Gral. Silvestre Castro El Cirgüelo en 1892, en el
Ciruelar. Destacado revolucionario.
CRONOLOGÍA HISTÓRICA DE ATOYAC 1498 1555
1790
27 de enero
1792
25 de febrero 1810
17 de noviembre
1820 1850 1854
1 de marzo
1855
4 de octubre
1856 1861
19 de febrero 27 de septiembre
1863
10 de junio
1864
1 de enero
1867
13 de junio 21 de agosto
Fundación de Atoyac. Atoyac fue evangelizada por el misionero español Fray Juan Bautista de Moya de la orden de San Agustín. Nació el general Juan Álvarez en el Barrio de la Tachuela. Nació en Barrio Nuevo, el Gral. Luis Pinzón quien militó bajo las órdenes de Morelos. Nació en Barrio Nuevo el patriarca de la Costa Grande Cesáreo Ramos. Se incorpora Juan Álvarez a la lucha por la independencia. Nació en Barrio Nuevo cerca del río Atoyac el Gral. Eutimio Pinzón. Juan Álvarez fue gobernador del estado de Guerrero. Es proclamado el Plan de Ayutla. El general Juan Álvarez es nombrado presidente de la república, cargo que deja el 8 de diciembre del mismo año. Nació Gabino G. Pino. Don Juan Álvarez es declarado el Benemérito de la patria. Muere el general Luis Pinzón, en Corral Falso Se erigió el municipio de Atoyac, su primer presidente fue Antonio Ayerdi. Murió el general Eutimio Pinzón en combate. Muere don Juan Álvarez.
1869
4 de junio
1870
31 de diciembre
1871
23 de junio
1872
24 de junio
1884 1891 1892
31 de diciembre
1898
28 de noviembre
1900 1903
10 de junio 19 de noviembre
1904
20 de agosto
1905
14 de mayo
1911
26 de abril
1913
30 de enero
1914
1 de marzo
1915
13 de noviembre
1916
25 de enero
1918
13 junio 13 de julio
Murió el Gral. Cesáreo Ramos. Nació el Gral. Silvestre Mariscal. Nació en esta ciudad la maestra Herminia L. Gómez. Atoyac fue elevada a categoría de ciudad. Se sublevan los Pinzones en Corral Falso. Gabino G Pino trae las primeras plantas de café. Nació en el Ciruelar el Gral. Silvestre Castro El Cirgüelo. Nació Feliciano Radilla, en Boca de Arroyo. Nació Manuel Téllez Castro. Nació Herminio David Flores Reynada. Comenzó a funcionar la Fábrica de Hilados del Ticuí. Nació Enedino Ríos Radilla en Boca de Arroyo. Silvestre G. Mariscal toma la plaza de Atoyac. Se libró un encarnizado combate en esta ciudad, que duro 7 días, entre las fuerzas de Julián Radilla y el 30 Batallón. Nació Rosendo Radilla Pacheco. Nace Wilfrido Fierro Armenta, quien llegaría a ser el cronista de Atoyac. Fuerzas mariscalistas son derrotadas por las huestes de Pablo Cabañas en el punto conocido como La Compuerta. El general Rómulo Figueroa atacó esta población. Fuerzas del general Silvestre Castro combaten al ejército federal comandado por Maycotte y Figueroa, en el paraje conocido como La Cumbre.
1920
31 de mayo
1922
17 de agosto
1923
29 de octubre 24 de noviembre 19 de diciembre 23 de diciembre
1924
1 de febrero
1925
7 de mayo
1926
26 de julio
3 de agosto
6 de agosto
9 de diciembre 28 de octubre
1927
5 de febrero
Murió el general Silvestre Mariscal. Se instala el primer comité agrario que encabezan Manuel Téllez y David Flores Reynada. Es asesinado el líder agrarista Manuel Téllez Castro. Inició el levantamiento agrarista encabezado por Alberto Téllez. Fuerzas agraristas atacan la fabrica del Ticuí. Fuerzas agraristas atacan a las huestes de Rosalío Radilla acuarteladas en esta ciudad. Las fuerzas agraristas entran triunfales a la ciudad de Atoyac, encabezadas por Silvestre Castro y Valente de la Cruz. Murió en la ciudad de México el Gral. Nicolás Pinzón. El Gral. Amadeo S. Vidales ataca al 67 regimiento de caballería destacamentado en Atoyac Son quemados los pueblo de San Andrés y Rincón de las Parotas por fuerzas del gobierno que perseguían a los vidalistas. Fue fusilado el presidente municipal Adrián Vargas, por órdenes del mayor Lázaro Candelario. Murió en una embocada en Ayutla, el Gral. Silvestre Castro El Cirgüelo. Se da un encarnizado combate, los vidalistas derrotaron a las fuerzas del mayor Lázaro Candelario. Es fusilado el ex presidente municipal Patricio Rodríguez por órdenes del mayor Lázaro Candelario.
2 de abril
21 de septiembre
8 de diciembre
1928
11 de abril
1929
24 de enero Julio
1931
1 de mayo
1932
27 de mayo 10 de septiembre
1934
9 de abril
1936
1 al 3 de noviembre
1937
15 de diciembre 13 de septiembre
1938
18 de julio
Un grupo de rebeldes encabezados por Pablo Cabañas se enfrentan con soldados de la federación en El Interior. Murió el Presidente Municipal Eligio Laurel al enfrentarse a tiros con el rebelde Gabino Navarrete Juárez. Los vidalistas atacan a las fuerzas federales acuarteladas en Atoyac, el combate duró 4 días. Utilizando la fuerza de tres batallones los federales lograron desalojar a los vidalistas, de su cuartel general conocido como El Fortín en el cerro Plateado. Amadeo Vidales depone las armas en esta ciudad. Se indulta el rebelde Pascual Nogueda Radilla. Obdulio R. Ludwing organiza el Partido Político Pro Atoyac y David Flores Reynada, funda el Partido Socialista del Estado de Guerrero. Es asesinado el presidente municipal Marcos Martínez, en San Jerónimo el Grande. Murió asesinado en la ciudad de México Amadeo Vidales. Luis Cadena Trejo trae el primer aparato de radio. Fue fusilado el luchador social David Flores Reynada. Se realiza un congreso agrario en la plaza Perseverancia. Nació Lucio Cabañas Barrientos en El Porvenir. Falleció el maestro Modesto Alarcón. Murió en Acapulco el
20 de noviembre
1939
18 de noviembre
1940
4 de enero 8 de febrero
1942 1943
1 de noviembre 10 de febrero
1945 1948
16 de julio
1951
15 de diciembre
1952
3 de febrero
1954
15 de agosto
1955
12 de noviembre
1956 1960
13 de mayo 20 de febrero
1961
12 de noviembre
1965
9 de noviembre
1967
18 de mayo
diputado local Juan Francisco Pino. Se fundó la sociedad cooperativa David Flores Reynada. Es asesinado el presidente municipal Pedro Castro Reyes. Fue asesinado accidentalmente el presidente municipal Efrén Reyes Girón. Nace la Unidad Agraria de la Zona Cafetalera. Fue asesinado en Chilpancingo el diputado federal Feliciano Radilla Ruiz. Fue asesinado el ex presidente municipal Juan Laurel. Se instaló la maquinaria para la explotación de la mina de Tungsteno. Muere el compositor atoyaquense Arturo Flores Quintana. Nació el guerrillero Carmelo Cortés Castro. Murió Enedino Ríos Radilla en un accidente aéreo. El técnico José Ávila Velásquez echa andar una Radiodifusora. Se fundó el periódico El Rayo del Sur. Fue asesinado el líder agrarista Florentino Gallardo en Zacualpan. Se fundó el Club de Leones. Se realizó la primera Feria del Café en San Vicente de Jesús. Azotó a esta población el huracán Tara. Salió a la luz pública el periódico La Voz del Pueblo. Se dio la masacre que marcó el inicio de la guerrilla del Partido de Los Pobres.
1971
22 de junio
1972
24 de junio
25 de julio
23 de agosto 1974
9 de agosto 21 de agosto
25 de agosto
8 de septiembre 2 de diciembre 1975
23 de mayo
1976
5 de octubre 18 de octubre
1977
1 de noviembre
1978
3 de octubre
6 de diciembre 1979
18 de mayo Julio
1981
18 de julio
Iniciaron los trabajos del Cuartel Militar. Se develó la estatua de Juan Álvarez, fue hecha por el escultor Miguel Águila Pineda. La Guerrilla, de Lucio Cabañas, atacó al ejército arriba de San Andrés de la Cruz. La guerrilla emboscó al ejército en El Arroyo Oscuro. La Guerrilla atacó al ejército entre la Cebada y Plan de Los Molinos. Se dio otro enfrentamiento entre los Parajes de las Palma y Huerta de Los López. Fue detenido y desaparecido por el Ejército, el ex presidente municipal, Rosendo Radilla Pacheco. El ejército rescató a Figueroa en la Pascua. Lucio Cabañas murió en combate en El Otatal. Visita del Presidente de la República Luis Echeverría Álvarez. Se fundó la Escuela Preparatoria Número 22. Se fundó el Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario de Cacalutla. Llegó el 49 Batallón de Infantería. Se fundó la Asociación de Familiares de Desaparecidos y Víctimas a las Violaciones de los Derechos Humanos (Afadem). Se constituyó la Unión de Ejidos Alfredo V. Bonfil. Se llevó a cabo la marcha que rompió el silencio. Se fundó la colonia Francisco Villa. Se fundó el grupo de AA,
5 de diciembre 1982
11 de febrero
1984
6 de julio 11 de julio
1987
9 de noviembre
1988
26 de marzo
1989
26 de marzo 11 de diciembre
1990
12 de marzo
1991
9 de enero 18 de junio 26 de julio 19 de octubre 15 de noviembre 25 de noviembre
1992
8 de noviembre
1993
11 de marzo
1994
12 de abril Julio 19 de agosto 15 de noviembre
1995
1 de enero 18 de mayo 28 de junio
“Cafetaleros”. Rosario Ibarra de Piedra abrió su campaña presidencial en Atoyac. Se fundó la Iglesia del Dios Único. Se fundó la cooperativa La Pintada. Asesinaron a Francisco Fierro Loza. Surge la Coalición de Ejidos de la Costa Grande. Primera visita de Cuauhtémoc Cárdenas. Tomaron las tierras donde se fundó la 18 de Mayo. Desalojo de perredistas en la calle Aquiles Serdán. Se firma el convenio que pone fin al plantón. Fue registrado el templo Bethel. Violento desalojo de perredistas en el Ayuntamiento de Atoyac. Se inauguró la estación de radio local (ESTEREOSOL) Hubo una tromba en El Paraíso. Se fue el Banrural a Petatlán. Se inició la Construcción del puente Atoyac-Ticuí. Se creó el escudo del municipio de Atoyac. Inauguración del Puente del Ticuí. Se instaló en Consejo Estatal del Café Se cambió el 49 Batallón de Infantería a Petatlán. Se realizó la marcha “Por un Atoyac Blanco”. Transfieren el cuartel militar al Gobierno del Estado. Se abrió el Colegio de Policía. La OCSS, tomó el Ayuntamiento de Atoyac. Masacre de Aguas Blancas.
1996
Marzo 28 de junio 29 de junio 18 de julio 15 de septiembre 4 de diciembre
1997
27 de mayo
1998
17 de septiembre 10 de noviembre
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Enero 22 de enero 14 de febrero 27 de marzo 3 de diciembre
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10 de agosto 2 de diciembre
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30 de mayo 15 de agosto 18 de septiembre
Se instala la 27 zona militar en Atoyac. Apareció en Ejército Popular Revolucionario en Aguas Blancas. El huracán Boris, azotó la región. Visita del Presidente de la República Ermesto Zedillo Ponce de León. Atentado en contra de Mario Valdez Lucena. El EPR realizó un mitin en la colonia 18 de Mayo. Se dio un enfrentamiento en El Guanábano entre el EPR y el Ejército. Enfrentamiento entre priístas en Atoyac. El EPR-TDR atacó a la policía motorizada en San Juan de las Flores. Se terminó de construir la 27 zona militar. Se inició la telefonía celular. Los cafetaleros bloquearon la carretera federal. Entregaron la casa muestra de Bella miel. Primera visita del gobernador René Juárez. Fueron exhumados los restos de Lucio Cabañas del panteón municipal. Salieron los restos de Lucio Cabañas de la Iglesia del Dios Único rumbo a Ayotzinapa. Asesinaron a Zacarías Barrientos Peralta. Inauguración del Boulevard. Develaron la estatua de Lucio Cabañas Barrientos. Invadieron las tierras para fundar la colonia El Mirador. Se cerró el Colegio de Policía. Fue asesinado el ex preso político Miguel Ángel
2006
16 de abril
2007
9 de febrero
23 de junio 17 de octubre 2008
7 de julio 7 de octubre
2009
1 de enero 4 de noviembre
Mesino Mesino. Visita del Subcomandante Marcos. Fueron sepultados en el panteón municipal los dos rebeldes que murieron con Lucio Cabañas. Se inició la construcción de los salones parroquiales. El cabildo municipal, entregó la Presea “Hilda Flores” a Hilda Flores Solís. Iniciaron las excavaciones en la Ciudad de los Servicios. Hubo una tromba en el Paraíso. Tomó posesión como Presidente Municipal, Carlos Armando Bello Gómez. Asesinaron al comandante Ramiro del ERPI en la comunidad de Palos Altos en Ajuchitlan del Progreso.
. GLOSARIO Anatematizado. Maldito, condenado. Arrobas. Significa la cuarta parte de algo. Antigua unidad de volumen usada en España e Hispanoamérica. Cayado. Bastón, báculo. Consistorial. Municipal. Enjuta. Demacrada, flaca. Fanegas. Medida de porción. Equivale a 55,5 litros. Gachupines. Denominación dada a los ciudadanos de origen español. Gasquista. Miembro de la Federación de Partidos del Pueblo que encabezaba el general retirado Celestino Gasca. Licenciamiento. Descargo, despido. Quintales, Quintal. 245 Kilos de café cereza, hacen un quintal. Equivale también a 92 kilos de café capulín, 57 kilos y medio en pergamino y 46 kilos en oro natural. Refitolero. Entrometido, intruso. Persona que cuida del comedor del convento. Sazón. Ocasión, circunstancia, oportunidad. Trashumante. Nómada, errante, vagabundo. Vernáculos. Nativos, regionales, autóctonos. BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES
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El Trópico 1 de mayo de 1967 7 de mayo de 1967 13 de mayo de 1967 ENTREVISTAS Concepción Eugenio Hernández, Chon Nario; Gregorio Juárez Zamora, ex coordinador del Consejo Estatal del Café; Zohelio Jaimes Chávez, líder de la Coalición de Ejidos de la Costa Grande; Teófilo Salas Cervantes, ex director de la escuela Juan Álvarez; Elizabeth Castro Otero, ex alumna de la escuela Juan Álvarez; el agrarista Juvencio Mesino Cruz; Profesor Pablo Cabañas Barrientos; Adela Serafín Cabañas; Zeferino Serafín Flores; Luis Hernández Lluch, cronista de San Jerónimo de Juárez; Andrés Rebolledo Gómez; Minerva de Jesús Piza, y María del Refugio Galindo Romero y Ezequiel Arreola Alorza.