A
MEDINA AZZAHRA
Y ALAMIRIYA
DM-vo
Y-r\
JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS É
INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS
ARTE DEL CALIFATO DE CÓRDOBA
::
MEDINA AZZAHRA Y ALAMIRIYA POR D.
RICARDO VELÁZQUEZ BOSCO ARQUITtCTO, INDIVIDUO Db NÚMtHO Dli LA REAL ACADEMIA DE SAN PERNANDO. DIRECTOR V PROFESOR DE LA ESCUELA SUPERIOR DE ARQUITECTURA DE MADRID
Texio, planos y dibujos del mismo.
*»='
\S
>•
MADRID
-
MCMXIl
Imprenta Artística de José Blass y Cía., San Mateo,
1
0,0
Digitized by the Internet Archive in
2010 with funding from University of Toronto
http://www.archive.org/details/artedelcalifatodOOvel
5:
'i
./^\
Medina
.
J
Escala de /:5o.ooo OOO Li
500
1
o l'g .---i-
/ooo
'átXfO
Soco
(^
(J\
Alamirii^a
¿j^edina
A
PLANO DE CÓRDOBA Y DE SUS CONTORNOS, SEGÚN LOS^TRAI DE MEDINA AZZAHRA, ALA.^
Láminas
afioj'o-
',ahÍ7^a
f
HECHOS POR EL INSTITUTO GEOGRÁFICO, Y SITUACIÓN YA Y MEDINA AZZAHIRA
)S
I
v
II.
mezquita, hoy Catedral restauración de de AI. encargarmecomprendí indispensable para formar que
de
idea de aquel templo y del arte del Califato, hacer excavaciones en
el
en que se sabía, casi con certeza, que había estado levantado
el
la
la
sitio
palacio de
cabal
era
Córdol)a,
Medina Azzahra.
No hay
en España monumento que aventaje en interés histérico-
más antiguas entre
las
parte correspondiente á su primer período
(i).
artístico á la
mezquita de Córdoba, una de
conocidas,
menos en
Lo
tiene
el
no sólo para
Entre
(i)
en
al
las
el
la
arte
mahometano,
que se conservan anteriores á
Viejo Cairo, que fué levantada en
el
la
las
sino también para
el
mezquita de Córdoba,
la
año 642 de
J.
C, parece
utilizando columnas de edificios romanos, bizantinos ó coptos.
estudiarse detenidamente,
gua de
la
de Al-Azhar,
la
la
Es punto que merece la parte más anti-
de Kairuán
y la
de Córdoba, estableciendo bien claramente
Omar
y de Al-Aksa, en Jerusalén, construidas
en 687 y 785, han sufrido muchas reconstrucciones, reformas y adiciones, y
sucede con
la
de Amr,
estar reconstruida
que hay entre esta mezquita,
relación
sus diferencias y analogías. Las de
hispa-
de Damasco, que aunque levantada en
el
lo
mismo
año 708, utilizando y am-
pliando una iglesia cristiana dedicada á San Juan Bautista ó á San Juan Damasceno, fué incendiada en los años lo6g, 1400 y 1893, por lo
trucción del siglo
VIII.
En Bagdad y
que conserva poco de
otras ciudades de
la
la
cons-
Mesopotamia puede que
exista algo del brillante período de los primeros tiempos de su Califato, pero las
investigaciones hasta ahora realizadas han dado escaso resultado. Las mezquitas de
Samarra y de Abu-Dolaf se hallan en tal estado de ruina, que apenas puede sacarse de ellas más enseñanza que la disposición de las plantas, sin que pueda negarse, sin embargo, que
lo
interés para
historia del arte
la
que de
ellas
queda, especialmente de
mahometano.
la
de Abu-Dolaf, es de gran
—
—
b
no-cristiano de los primeros siglos. Pero encierra lagunas y problemas (]iic
no pueden resolverse con
Fiü.
I.''
— Canecillos
nación de
la
ver
la
de
la
ni
con
la
los
escasos restos que
cornisa de coro-
primitiva portada de
de Poniente de
se conocían de otros
misma,
ella
la
tachada
mezquita de Córdoba.
monumentos contemporáneos, pues
su estudio hace
diversidad de caracteres que presenta en su decoración, en los
FiG.
2.'
— Canecillos de
chada del patio de ba, el
que hay escuelas período, lo que
directamente
los
la
cornisa de
J.
la fa-
mezquita de Córdo-
construida por Abderrahman
año 958 de
distintas,
me
la
III,
C.
pertenecientes, sin embargo, á un
hizo también
monumentos
comprender
la
mismo
necesidad de estudiar
del Norte de África y del Oriente musul-
— man.
7
obras que nos
l'or lo s^feneral, las
un concepto puramente
pero sin tener en cuenta
local,
hav que pueda relacionarlos con sobre todo con
el
nuestro, por no ser ese
como
tana, obras
teca de
la
la del
.
Enseñanza de
Irte
la
que en
ellos
objeto de aquellos estu-
el
arquitectura egipto- mahome-
Irabc, escrita
.
lo
escuelas de acjuel arte,
las diversas
Concretándome, como ejemplo, á
dios.
describen están escritas bajo
los
por Al. Gayet para
Biblio-
la
Artes, y que acusa en su autor un
las Bellas
detenido estudio, no puede admitirse
con la
denominación general con
la
presenta, sino con
del Egipto; y lo
de arte árabe
la
mismo sucede con
más monumental de '^
(juc
la
d'Aven-
Prisse
Entre otras lagunas citaré que
nes.
sólo en esta última, en
la
de Prisse
d'Avennes, se encuentra menciona-
aunque de manera algo concisa,
do, FiG.
3.^
— Canecillos de
la
el
mezquita
de Ibn- Tulún, en El Cairo.
sistema de construcción y de apa-
rejo
de
la cantería,
del Egipto
los
los
como
procedimientos técnicos no tuvieran tanto valor histórico
como
el
motivos ornamentales; y
inaugurada en
el
al
año 265 de
observan que hay en
ella, lo
la
mismo en
enlazan con
arte de la
cordobés ú occidental ^."
y
6.'^,
página S;
mezquita de Kairuán, en obras tan bien hechas ladin,
que
j.^^
la
como
es el estudio
la
(ñgnras
y S/\ Tunisia. la
mezquita de Ibn-Tulún,
pág.
De
J.
C),
ni
uno
construcción que en
influjos
Mesopotamia,
las otras
la
Hégira (879 de
que corresponden á
el
de
tratar
ración, partes
4.'^,
musulmán y tan impor-
estudio de sus relaciones con los de otros pueblos,
tante para si
tan característico
ni
la
otro
deco-
totalmente distintos, que
las
la
unas, y con el del Califato
i.'^,
tyj.
ella
_'."
Y
lo
págimis 6
y
7;
mismo sucede con
la
y
,\'',
no se mencionan, aun en
monografía publicada por Monsieur Sa-
más completo publicado de aquel importante
— templo, ilcinentos (|uc
s
iclacioniiii
lu
nuiy estrechamente: unos, con
arte del ("alifato cordobés (/íí^iikis y." y /o, f^di^iims /o
Fu;.
4.'''
y
//), otros,
el
con
— Ajimez del cuer-
po bajo del minarete de la mezquita de Ibn- Tulún en El Cairo.
el
del Egipto
páginas
mahometano
12, /j,
FiG.
5.°
14
y
75),
— Ajimez
del período Fatimita (figuras //,
constituyendo
de
la
u,
/ ;
y
14,
clave de ciertas formas, que
inia (I). \
arquitectura, apenas se
ral (le la
de
la
para
sin eni[)aigo, detalles tan inipurtantes
,
descripción de aquellos
no tenga su genealogía y su de J. C, Ibrahim
el
7;'
monumentos
historia.
Según
Arlebita hizo llevar de
— Puerta de
la iglesia
(2),
detalles, sin
Bagdad
FiG. S." llón
Moreno.)
la
En
/_').
la
embarco,
arquitectura que
la tradición,
de Santiago de Peñalva. (De la monografía del Sr. (Jóme/.
metálico con que decoró
página
gene-
en
año
el
los azulejos
de
reflejo
la
el
— Ajimez
del pabe-
construido dentro de
de .Santa ;\Iaría Grande, en Jerusalén.
la iglesia
mihrab de
misma mezquita,
la
mezquita de Kairuán
(fig.
/_',
pág.
/,'],
parte alta de
la
sirve
pero sus-
tituyéndolos con una imitación en piedra, imitación que ya habían la
11,
(/Íí^.
esta decoración de azulejos
de tema para decorar una puerta del patio
pleado en
.S73
^
!A
FiG.
historia
mencionan por cuantos se han ocupado
comprueban cómo no hay elemento ninguno en
(¡ue
la
em-
fachada del vestíbulo del mihrab de
la
misma mezquita. Conquistado
(
de
i)
De
el
Egipto por
esto habré de
la
dinastía de los Fatimitas de Kairuán,
ocuparme detalladamente en
la
Memoria
del viaje al Norte
.África.
(2)
Mr. Saladin observa, acertadamente, que arquitectos mogrebinus han podido
contribuir á
dura de
liis
la
construcción del minarete,
arcos.
{Manuel d'art
innsiiliuan,
como página
lo
cumprueban
ll).
la
forma de herra-
— tiindadoics de El Cairo,
ciudad,
on
levantnron cnlic otras obras, en su nueva
nie/quita de Al-Hakein
la
1060.
lO
En
esta última,
Ir \
la
'.
\ \ \
'.
loi;; y la puerta Bab-el-i'"utuh
iii
archivolta está decorada con
'
•.
\
\\
':
'.
'.
'.
\'\
\
el
mismo
'.
\ \
niTir
FiG.
g."'"
— Puerta contigua
al
vestíbulo
del mihrab de la mezquita de Kai-
luán (Tunisia).
tema de página
la
/^),
tes está
imitación en piedra de
y en
Este
/y-,
triso y la
friso
pag. ij)
el
encargada de
conservación de
(ij.
ilustrado arquitecto los
la
/j,
base de uno de los minare-
con igual motivo, aunque tratado más en
decoración de
descubierto por la
decoración de azulejos {tignra
mezquita de Al-Hakem
decorada con un
grande [figura
(1)
la
la
Este motivo podría estar tomado de
la
primitiva mezquita de
Al-Hakem ha
Herz Bey, Director y Presidente de
monumentos de El Cairo
y del
la
Museo de
sido
Junta anti-
— la
II
—
Mesopatamia, donde también se encuentra (ejemplo, sobre
ladrillo
la
puerta del castillo de Kalat-N'ábar); pero
la
decoración en la
fecha de su
construcción, y sobre todo, alguno de los elementos ó detalles que
decoran, muestran bien su procedencia ó influjo del Egipto
1
I'
.
iii.
la
cillos
Tunisia.
ella
trado
la
la
mezquita de Córdoba.
misma manera,
los modillones,
lobulados, aunque no son exclusivos de
cristiana
de
De
de
los
desde el siglo
la
mismo ñ
^ Frente del vestíbulo del mihrab de
de
lo
primeros siglos de
la
la
ménsulas ó cane-
arquitectura hispano-
Edad Media
,
son característicos
época visigoda, y en algunas regiones hasta bien en-
XIV,
y de aquella arquitectura
lo
tomó, seguramente,
giiedades árabes; descubrimientos de extraordinario interés para
musulmán, y que es de esperar que continúen, en tados no menos importantes.
la
la historia
la
del arte
seguridad de que han de dar resul-
—
12
musulmana
del Calitato cordobés.
En
ésta se encuentra ya en la parte
primitiva de la mezquita de Córdoba, en
derrahman los
1,
en
que apovan
ción de
la
las
los
la
obra del siglo
ménsulas que sostienen
arcos altos de
las
naves.
los pilares
En
viii
volados sobre
cornisa de corona-
la
portada primitiva, construida por Abderrahman
FiG. II. tálico
— Decoración
de azulejos de
ó de Ab-
reflejo
ó
I,
tal
vez
me-
del inihrab de la mezquita de Kairuán.
Sicjlo IX.
posterior á
él,
pero anterior
al siglo
x (figura
fachada del patio, levantada por Abderrahman
y en
las
ampliaciones hechas por Alhakem
aparecen con una variante: con cortando
los lóbulos
elemento en el
el
ó rollos,
{fiü,
j.").
el
III
pág.
en
el
6)^
en
año 958
y Almanzor ó
adición de una faja por
la
de
la
[fig 2. "j
Hixem .su
II,
frente,
que constituye una característica de este
arte del Califato español, y
pórtico que enlaza
Cairo
lo
la
II
r.'\
minarete con
la
que es como se encuentra en mezquita de Ibn-Tulún en El
--
Egipto, este es un elemento extraño á su arte y á los que
En
directamente influyen en
que
—
13
se manifiesta
y prueba
él,
también en
cordobés,
influjo del Califato
forma y proporciones de
la
cuerpo bajo del minarete y en
el
más
los
arcos del
que enlaza éste con
los del pórtico
la
mezquita.
Los ajimeces ó ventanas gemelas del mismo minarete
— Puerta en
FiG. 12.
el
patio de
la
ifií^.
4")
mezquita
de Kairuán.
tienen
la
ras
,
T ."
forma y proporciones de 6."
y
j:'
j.
También
Mesopotamia; y en interior
de
la
establecer en ella se une, en
la
el
el
de Santa María
San Juan en Jerusalén hecha por Saladino A
de
S."),
[//g.
raíz
de
hospital
decoración de
la
arquitectura española
{
fií^u-
se encuentra algún ejemplo análogo en
Palestina en
la
iglesia
los
la
la
cubo ó la
torre construida en
Grande, aneja
al
la el
hospital de
que debe pertenecer
á la obra
reconquista de aquella ciudad para
fundado por
él,
las archivoltas,
pues á
un
la
forma del ajimez
influjo
bien
marcado
— (If
la
arquitectura románica de
Cruzados. el
Hay que
—
l.[
las
construcciones levantadas por los
tener en cuenta, además, que Saladino representa
periodo más brillante de
la
dominación mahometana del Egipto y
continuación del impulso del Occidente sobre
FiG. 13.
— Detalle
de
la
Oriente musulmán,
el
archivolta de
la
la
puerta de Bab-el-Futuh de El Cairo, de la
emprendido por la Siria
y
Todo (-¡uiere
la
época de
los Fatimitas.
los Fatimitas,
Año
io'3o.
extendiendo su imperio á
la
Palestina,
Mesopotamia.
esto motiva
una penetración de
influjos
y de escuelas que
re-
un detenido estudio que sale fuera del objeto de esta Memoria y
que hasta ahora no había podido hacerse por pero que
faltar materiales
los interesantes trabajos publicados, resultado
de
para
ello;
los viajes
y
estudios hechos por eruditos viajeros y arqueólogos, hacen ya posible,
aunque
falte
aún mucho por
investigar; estudio tanto
cuanto que hasta ahora no se había dado á
la
más
arquitectura
interesante,
mahometana
— isla
importancia (jue realmente tiene y
el
que
Jujear
le
corresponde en
la
historia del arte.
Está profunda y minuciosamente estudiada
la
arquitectura cristiana,
en sus dos ramas oriental y occidental, aunque aún queden grandes
—
Friso de la base del minarete de la mezquita de Al-Hakem, en 1-1 Cairo, de la época de la dominación de la dinastía Fatimita, año 1013, descubierto por Herz liey, Arquitecto y Director de la conservación de los monumentos de El Cairo.
FiG. 14.
lagunas que llenar y muchos y grandes errores que corregir, especial-
mente en
lo
que se
refiere á los
primeros tiempos, de
nuos descubrimientos enseñan á cada paso
muchas de está sin unificar
las
teorías admitidas;
pero
la
conocer, y su estudio hace ver las
distintas
escuelas,
por
la
lo
lo
los
que conti-
equivocado y
arquitectura
complejo y
de
falso
mahometana ditícil
que
diversidad de caracteres
es
que
presentan, aunque tengan ciertos principios y elementos comunes; con-
secuencia natural y lógica de
lo
rápida y extensa de su conquista y del
— directo ó indirecto
¡iitlujo
lian ejercido
distintas,
i|ii('
soln\-
lí)
piieMos, razas y civilizaciones, totalnitiuc los (|ue constanteiiiciitc
y
i'lla,
recibe en los accidentados períodos de su historia.
rumia tampoco,
tenido en los
primeros
y no menos im|)ortante para
mahometano, en
del arte
sitólos
coran de
el
Amr, que
mezi|uita de
la
ledive en El Cairo, escrito
el
se j^uarda en
año 7^3 de
|.
C,
de
las
la
primitiva de
Amr
en electo, escrito é ilustrado hacia
(/(iiiiina
el
(]ue
arquitectura musulmana, pues en las
naves de
las
él
por almenas dentadas. las
muy
del
seifuramente reprevez reproduce la
,\"l Si este coran está,
C,
es tal vez
el
exista para la historia de
la
j.
se halla ya completa
la
forma de
En
sin ellas,
las ilustraciones
y coronadas
que
lo
las
arquerías
enriquecen, los arcos
naves son: unos, de medio punto peraltados; otros, de herradura
pronunciada, en
la
española del Califato
apuntada de siglo X,
en
los
los
¿Dónde
(1)
de
forma y proporciones de
y no en
(ij,
la
la
la
está escrito este coran?
la
dinastía l'atimita,
Porque
Amr
Abdelmumen,
el
y
al
que
tal
que haya pertenecido á
estilo y
como no
lo
la
mez-
estaba en Cór-
tamaño, y que fué de ella la parte del coran que,
vez pertenezca
mezquita-tumba de Gur-Emir, en Samarcanda, se guarda hoy en
biblioteca imperial de San Petersburgo, del que hay
mismo que
con sangre de Omar.
lo
aunque en
el Edrisí, sólo
éste,
arquitectura
época de
primeros tiempos de
que existió en su mezquita, de análogo
la
la
el
doba
procedente de
de
mezquita actual, que debió reedificarse en
no quiere decir que esté escrito en Egipto,
arrebatado por
los
apenas acusada y ligeramente
quita de el
debatida
mezquitas, con arcos de herradura descansando sobre
columnas, unas con basas v otras
de
la
hililioteca
la
tal
año J2^ de
monumento más importante conocido que
estudio de
aríiuitectura árabe, es
la
senta las naves ó tjalerías de una nn'zijuita, y que
forma de
para
es|)ecial
cuestión del arco de herradura y su empleo en
el
no
detalle
)tro
(
presta ó
según
el
la
tradición de
que se veneraba en
la
la
que está manchado
mezquita cordobesa,
había cuatro hojas de' coran que
Umar
escribió
por su propia mano. Por investigación hecha en Marruecos por Luis Bigot Valero,
parece que lo
el
conducía,
enseña y
coran de
al
la
mezquita cordobesa se perdió, por naufragio del barco que
regreso de una de las expediciones militares, á
reliquia.
las
que se llevaba como
Egipto, su.uu
LÁMINA
III.
\ iii.
¥lf -tZL
"IIIIIIICÍIID
Jí
Wflí'
X Cüva..^^.
É2:'.-.;
¿Xa.
,_.'
— construcción de el
en
año 359 de la
la
1
más antigua de
parte
la
(969 de
légira
—
17
la
del
de Al-Azhar, levantada en
C); pues una y
J.
parte primitiva, pertenecen á una
metano, aunque
la
otra,
misma escuela
Al-Azhar ha sufrido muchas reformas
incendio acaecido á mediados del siglo la
ciudad de Fostat
Del estudio de
musulmán, saqué
el
que
del
formándose un arte con caracteres propios,
la
y medio antes, en 798,
la
el
arquitectura del Califato
la
al
las
menos en
otras escuelas, lo
momentos extiende su vez hasta
tal
extensión del imperio Fatimita,
motivara
la
Bayán Almogrib,
cita el
de Córdoba se desarrolla con gran independencia de
zona, bastante definida también,
han
cjue
Norte de África y del Oriente
convencimiento de que
conocido, y que en determinados
maho-
(i).
monumentos
los
x,
interior,
del arte
modificado su carácter. Puede cjue su reconstrucción
y que destruyó
en su
la Siria
hasta ahora
Damascena, con
que había precedido más de
al
una
influjo á
invasión del Egipto por cerca de
siglo
15.OOO
andaluces, con sus mujeres y niños, que habían sido arrojados de Cór-
doba por Alkaken
I,
que se apoderaron de Alejandría en
los
donde fueron arrojados en 827. Al de Creta, en el
la
que dominaron hasta
Emperador de
La
Bizancio, en 961
disposición de
la
(1)
En
reconquista de aquella
(3),
como
5
de
,
la isla
isla
por
(2).
la
de
las
misma que
la
la
de
mezquitas ya citadas de
y de Sidi Okba, en Kairuán: un patio rodeado
Baj'dn Almogrib dice: «Los peregrinos, á su regreso (en tiempo de
el
Abderrahman
Cairo
la
1
Egipto, invadieron
mezquita de Córdoba es
otras muchas, por ejemplo,
Amr en el Viejo
salir del
.S
III),
anunciaron que un violento incendio había destruido Fostat, en
Egipto, y había consumido 16.000 casas y habitaciones. (El recuerdo de esta catástrofe
no está conservado en
el
Xochum,
ni
por Ibn-Alathir.)> Nota á
por F. Fagnan y publicada en Argel. Dozy: Historia de los ninsulinanes de España, tomo (2)
II,
la
traducción hecha
pág. 98 de
versión
la
española publicada en Madrid en 1877. (3) el
Esta mezquita, que viene figurando siempre como
año 042 de
J.
C,
es indudable, según
la
Amr
levantada por
queda expuesto, que no
es anterior
al
en que debió reconstruirse. 2
en
siglo x,
—
—
i8
de pórticos ó naves paralelas, formadas por arquerías, sostenidas por
columnas aisladas y cubiertas unas y otras,
los fustes
romanos ó
cios
coptos ú bizantinos, en
halla
mismos se ven bien
sometido este arte en Egipto, en
Cartago y en España. La de Córdoba,
de
las otras
como
las
de
de Córdoba. Pero aquí termina
la
sus caracteres, y aun en ellos
que se
naves con techumbres de madera. En
y capiteles de sus columnas proceden de
cristianos,
ükba; visigodos, en
las
sin
Amr
edifi-
y de Sidi
semejanza de
la
los diversos influjos á
el territorio
embargo,
de
difiere
antigua
la
totalmente
estructura.
Pero con todos
los restos
no-cristiana, anteriores ó
que se conocen de
contemporáneos de
podemos formar cabal
quita de Córdoba, no
la
la
arquitectura hispa-
construcción de
la
idea del influjo que
mez-
pudo
tener en la formación del arte del Califato, ni aproximada, de lo que fue-
ron los templos en que se reunieron los concilios de Toledo y de Elvira ó de
la Iglesia cristiana,
ésta llene por
sí
demolida para edificar
sola toda
la
mezquita; y aunque
una época, no basta para conocer
Califato; tal
conocimiento nada podría completarlo como
vaciones en
el sitio
habían estado
el
por Abderrahman
el
el
arte del
hacer exca-
en que se suponía, con bastantes probabilidades, que
palacio y III
época conocida y de
la
ciudad de Medina Azzahra, levantados
y Alhakem
la
más
II,
construcciones que, por ser de
brillante del Califato, había
de ser de gran
enseñanza, ya que no fuera posible saber con certeza dónde estuvieron los
de Medina Azzahira, edificados por Almanzor, de
eran
las ruinas existentes
en
la finca
los
que se suponía
llamada de Aguilarejo, ruinas que
no cabía duda de que pertenecían á construcciones de
la
época de aquel
caudillo.
Por esta razón propuse á
la
Academia de San Fernando, que
diera al señor Ministro de Instrucción Pública
vaciones en los
sitios
la
se hicieran exca-
que
en que se suponía debían existir
indicados palacios levantados por
Recibida
el
Abderrahman
III
propuesta con verdadero entusiasmo por
pi-
los restos
de
los
y por Almanzor. el Sr.
Barroso, Mi-
— de Instrucción Pública á
nistro
la
-
I()
vez que representante de Córdoba,
su ciudad natal, pudieron emprenderse las excavaciones, cuyos resul-
tados han correspondido á
Pertenece
de
Sierra,
la
Azzahra, á
por
lo
y en
los
que se encuentran
la
primer la
el
principio en la
de
unos
la Sierra,
Córdoba, ilustrado primer
la
Gorgoja ó de
los la
pie
de Medina (Lagartijo),
excavaciones, autolos trabajos.
Más el
nombres de Aguilarejo,
Gorgojuela, situada tam-
más
tres kilómetros
lejos
de Córdoba que
de D. Gonzalo Fernández de
Cuerpo de Administración
Oficial del
al
que se suponía había estado
esta finca propiedad
momento
las
comienzo de
el
se supuso.
Vieja», situada
los restos del palacio
Medina Azzahira, conocida con
Medina Azzahra. Era
el
tiempo
alcrún
Moroquil ó Fontanar de al pie
momento
hermanos y herederos de D. Rafael Molina
hubo desde
palacio de
desde
el
conocida por «Córdoba
que demoró por
facilidad
bién
que desde
que era precisa su autorización para hacer
rización
el
la finca,
lo
prestó su concurso con el
Militar,
mayor
que
desinterés,
autorizando que se hicieran cuantos trabajos fueran precisos, sin limitación alguna.
Grandes restos de paredes de cerramiento y defensa del palacio y de sus jardines, de muros de contención de mesetas escalonadas, en
las
que
el
las tierras
de
las
diversas
palacio y sus dependencias se levanta-
ban, de cimentación de partes destruidas y una gran alberca ó estanque,
eran claro testimonio de que
en
los
había existido un edificio construido
últimos años del Califato, pues
fábricas así lo indicaban. llas
allí
el
sistema de construcción de sus
Era creencia generalmente admitida que aque-
ruinas eran las del palacio de
Medina Azzahira, levantado por Al-
manzor; pero estudio más detenido hace ver que, por su situación, son
más bien
los
de
la
riya (i) {¿c rcvc, el
casa de
campo que Almakari llama Muniat-Alami-
ensueño de Beni Amir)
(2),
construida por Almanzor
(i)
Al-Makkari, trad. de D.
(2)
Traducción de Ali bey Bahgat, Director del Museo de Antigüedades Árabes
de El Cairo.
P.
Gayangos, tomo
I,
pág. 212;
tomo
II,
pág. 21S.
— no
20
de Córdoba y próxima á Medina Azzahra, rodeada de campos y
lejos
plantaciones, en las
que cogía cada año un
para mantenimiento de sus caballos. fábrica
—
En
él
tenía la cría caballar y
de armas ofensivas y defensivas, de
doce mil
las ijuc
año, empleando en ella considerable
al
además de
de almudes de cebada
millar
ocupados en
los
del palacio. Este era el
las caballerizas
que primero
y en
vi.sitaba
una
producían más de
número de obreros,
el servicio
cuando
de
finca
la
y
volvía de las expe-
diciones militares, no descansando hasta después de haber preguntado al
encargado de
cuántos potros habían muerto ó nacido
las caballerizas
durante su ausencia, llamando luego
al
parte del palacio necesitaba reparación. guerra, y en
de
la
él
pasaba
obra Bayán
habbab
fué
en
.l/»iOí^rib,
un día á ver
que
la
que
los valles
De
alguna
si
este palacio partía para la
épocas más rigurosas del año, según se deduce
las
y
la
que
dice: «El poeta
Amr-ben-Abul-
primer ministro (Almanzor) en uno de sus
al
palacios, llamado Alamiriya,
jardines;
arquitecto para saber
cuando
las
las flores
estaban abiertas en
los
alturas habían revestido sus contornos
fortuna, sometida, reinaba;
que
la
dicha, sujeta, residía en
él.
Dijo entonces estos versos:»
«Ninguno de
los días
que tú has vivido puede compararse á
tú pasas en la Alamiriya,
donde
la
donde
temperatura, aun en
se encuentra las
el
agua y
la
los
que
sombra y
estaciones extremas, es siempre
moderada. »Esta
villa
no deja de
sin interrupción,
ser,
estar
hermosa y ligada siempre á
visitada por la victoria,
de ver
vencidos, de no ver alejarse los estandartes sino toria,
de no tomar decisiones sino coronadas por
La kari,
la
llegar
dicha de
enemigos
marchando á feliz
la vic-
resultado.»
situación de este palacio concuerda con lo dicho por
Alma-
de que estaba situado cerca de Medina Azzahra; mientras que
el
de Medina Azzahira, aunque dice también que se hallaba cerca de aquella ciudad, añade que estaba á orillas del Guadalquivir, y que sus
arrabales llegaban hasta los de Córdoba, lo que da idea bastante exacta
21
—
de su situación, que no puede ser en Aguilarejo. Dice D. Pascual Gayangos en
las
notas á su traducción de .¡/makan'
ha quedado del
castillo
y ciudad de Azzahira, que Almanzor construyó
á imitación de Azzahra. El Edrisí no hace mención de la
época en que escribía este geógrafo ya no
Oriente de Córdoba
escritores
y
el
ponjue en
ella,
existía (2). El autor del
Azzahira estaba próximamente á
Reyhn7iu-l-kbab dice (jue al
«Ningún resto
(i):
1
2 millas
Ibn Jaldún, El Homaidi Ibn Paskual y otros
(3).
que asegura haber consultado, nada dicen respecto de
que da algunos
solo historiador
detalles es Annowairi.
Por
ello, él
se
sabe que esta ciudad era también llamada Balis (Vélez), y que estaba tan cerca de Córdoba, que habiendo ocurrido á medio día
de Ahnalidi y
el
día.» Claro está
pues desde
el
destronamiento de Hixem, era
allí
conocida
que esto no da tampoco idea exacta de
medio
día
hubo tiempo de
la
rebelión el
mismo
la situación,
llevar la noticia á larga dis-
tancia.
La
historia del África y
Almanzor
dice que
eligió
de
la
España, titulada Bayán
como emplazamiento un
sitio
A/iiiogrib,
que adquirió,
llamado Azzahira, notable por sus espléndidos palacios, en un punto
avanzado sobre
año 368 (978 de llevar
río
el
de Córdoba, y que comenzó
C), para
J.
lo
que hizo venir
la
edificación
artistas
y obreros y
máquinas considerables, decorando su palacio con un
lumbrador. Instaló en
él las
nes, los
lujo des-
administraciones y tesoros; estableció gra-
neros dentro de su recinto y molinos en las tierras
el
la llanura,
y dio en arriendo
próximas, á sus ministros, secretarios, oficiales y chambela-
que levantaron palacios y casas considerables. Abrió también VIL
(i)
Nota
(2)
El Edrisí se cree que nació en Ceuta en
28, cap.
I
del libro
el
año
1
100; procedía
de una familia
de Málaga. (3)
estuviera
Esta situación está en desacuerdo con todas al
Oriente de Córdoba, pues para
del Guadalquivir,
más
allá
ello
las
demás, y no es probable que
hubiera tenido que estar río arriba
de Alcolea, que sólo dista de Córdoba
ción que parece inadmisible.
1 1
kilómetros, situa-
mercados para
las
blecerse en este
numerosas caravanas, y
pueblo se apresuró á esta-
cerca del Jefe del poder, y los arrabales se unie-
sitio,
ron con los de Córdoba. Aj^uilarejo.
el
Nada de
esto concuerda con las ruinas de
Medina Azzahira era no sólo un
palacio, sino una ciudad
compuesta de pabellones, palacios y casas de campo, y sus arrabales llegaban hasta los de Córdoba;
lo ijuc
no
[¡odia
construido en Aguilarejo, cuyos arrabales,
haber llegado hasta tanto por
la
si
los
suceder con
hubiera tenido, podían
de Medina Azzahra, pero no á
los
el edificio
de Córdoba,
los
gran distancia, cuanto porque Medina Azzahra estaba inter-
puesta entre las dos.
Lo más concreto
respecto de
la
situación de
Medina Azzhira es que
estaba á orilla del Guadalquivir y no lejos de Córdoba, pues sus arrabales llegaban hasta los de esta ciudad y cerca también de Medina
Azzahra.
En cuanto
á la distancia á
entre los escritores, lo
Córdoba, hay completo desacuerdo
mismo respecto de Medina Azzahira que de Me-
dina Azzahra, lo que indudablemente está motivado por los errores que los copistas
han ido cometiendo.
Medina Azzahra, por hasta lo que es hoy ción en
el
la
los vestigios
Cañada
Real. Córdoba,
número de habitantes y
Ahnogrib, eran
i
que se encuentran, debió
el
llegar
aunque haya exagera-
de casas que, según
el
Bayán
13.000, sin contar las ocupadas por los visires y altos
funcionarios y 3.000 las mezquitas, es indudable que debió ocupar considerable extensión, y los restos de cimientos
recen
lo
comprueban, debiendo extenderse
que por todas partes apa-
los arrabales
campo, en especial hacia Occidente, siguiendo
la
vega y
la
y las casas de
margen dere-
cha del Guadalquivir, y Medina Azzahira debió estar hacia designo en
La rra,
el
plano con
los
números
y
2
(¿aminas
i."
y
que
2.").
situación del edificio que existió en Aguilarejo, al pie de la Sie-
hace que
la
temperatura sea menos extremada que en
sobre todo en invierno, resguardada lo
i
el sitio
que también conforma con
lo
como
dicho en
la llanura,
está de los aires del Norte; el
Bayán Almogrib^ de que
Akiií
i)i;i.
Cai.ii
Aiu
dic
Córdoiia,
si(.;l<)
x.
LÁMINA
U-
EEE^agíSin
Planta general del palacio y jardines de Alamiriya.
\\\
"•
..A.V
g s
_
I
-O
•o
a
Ull_i o o <;
m O P Pi
-O
U
(d
Q O H
<
u J Id
Q
<
— temperatura, aun en
la
las
—
23
estaciones extremas, era siempre
en Alamiriya (claro que hablando en sentido
Ocupaba al pie
de
Medina Azzahra. Para su cons-
Vieja ó
la
trucción comenzaron por allanar y nivelar
terreno, dividiéndolo en
el
cuatro mesetas horizontales escalonadas {lámina y." tuerte
muro, que en parte se conserva. Este {/ámijia
pone de un zócalo de levanta
el
nas de
sillería,
resto del
tres
cercándolo con
),
():\fii^. i."
ó cuatro hiladas de cantería, sobre
muro de
formado por
fábrica mixta,
)
se
el
com-
que se
pilares ó cade-
alternando con tapiales de hormigón. Gruesos muros,
también de cantería, sirven para contención de ó plataformas, y probablemente sobre
tas
más
á unos nueve kilómetros de Córdoba, y tres
que Córdoba
distante de ésta
relativo).
una extensión de cerca de cuatro hectáreas,
este palacio
la Sierra,
moderada
de defensa. En
la
última meseta estaba
las
mese-
ellos se levantarían los
muros
palacio,
el
de
las tierras
cuya planta ha podi-
do en gran parte completarse, y que se componía de uno ó más patios rodeados de estrechas crujías {/amina El cuerpo central del palacio
(/>¿'-.
'
^^
).
75) tiene gran regularidad en su
componen
distribución: lo c^ry,o .../„,
j."
tres crujías paralelas,
igual ancho, cruzadas por dos paredes
"'^" '"^
que
lo
de
de
traviesa,
dividen en habitaciones cuadradas en sus
'
extremos, unidas por otras rectangulares, y proba-
^^^^^^j J
blemente estuvieron cubiertas con bóvedas baídas
^
I
Pj^
aquéllas y de
j,
cañón seguido ó
Flanquean este cuerpo otros dos,
próximamente de
igual
pequeña diferencia de longitud que
casi
hubo una la
puede
ser error
terraza ó calle,
que desembocarían
á los edificios
central, á
cilindricas
uno y otro
éstas.
lado,
extensión {lámina 5."), pues
es sólo
la
de 45 centímetros, diferencia
de replanteo. Delante de este cuerpo central
pavimentada con gruesas
las escaleras
que existieran en
losas
ó rampas de bajada á
las otras
mesetas.
Á
de este cuerpo central se extienden largas y estrechas
de piedra, en los jardines
ó
uno y otro lado crujías, que,
por
-
—
24
su forma y dimensiones, parecen haber estado destinadas á
y confirma este destino,
rizas;
das del resto del
lámina
/)'.,
(./.
como
edificio,
y
La
habitaciones por
las
la terraza,
otras. Elstas habitaciones
alrededor.
en
Por
el
sillería
ordinaria,
si,
vez en
las
las
piedra
en efecto, estas ruinas son
las del
que estuviera en otras construccio-
que hubiera en
las otras
mesetas.
deducir
fácil
(tal
vez
el
que linda con un gran estanque ó alberca de forma trapezoidal,
superficie
{¿aminas los
cantería
ingreso
lado Noroeste se extiende otra parte del edificio, con una serie
casi rectangular,
una
T»
el
aisla-
d<;
de pequeñas habitaciones, cuyo destino no es harén),
que tienen
las
de ingreso tienen, además, bancos
palacio de Alamiriya, es de suponer tal
de í)riente están
de estarlo de mármol, como
Iiiyar
de armas,
fábrica
nes independientes,
del lado
pavimentadas con
1-"),
los patios
y
el (¡ue las
las caballe-
6."
y
de 49,70 metros de largo, un ancho medio de 28 y
de 1.380 metros cuadrados, construido todo con -.").
sillería
Grandes contrafuertes y ménsulas de cantería, sobre
que voltean arcos de cantería también, sostenían un paseo de circun-
valación, volado sobre
el
estanque, dándole
esparcimiento y recreo, que trae á
de
lacios
la Persia, los del
Damas, de
la
la
el
memoria
aspecto de un lugar de
estanques de los pa-
los
patio de los Arrayanes y de
Alhambra de Granada, y
lo
que dice
el
la
Torre de
las
Bayáfi Alvio-
grih respecto de los estanques del vecino palacio de Medina Azzahra,
en
los
que Abderrahman
III
criaba
tal
cantidad de peces, que gas-
taba 8oD panes diarios para mantenerlos, y cree
el
general Bevlié que había en
Dar-al-Bahr (^Palacio de Ifrikia,
la
Marj, en
descubierto y estudiado por
Según un párrafo taron en
la
el la
el
que
muy fundadamente
gran patio del palacio llamado
Kalaa de
los
Beni-Hammad, en
él.
del Kitab-al-Istiq(;ai\ «los
Kalaa importantes contrucciones de
Beni-Hammad
levan-
bien
fortifi-
castillos
cados, de esmerada arquitectura y situados sobre las alturas. Entre ellos
estaba
el
de Dar-al-Bahr, en
que donde se celebraban
fiestas
el
centro del cual había un estan-
náuticas, y para
el
que
la
cantidad
J
-O
o
a
3 O"
<
AUIK
IilíL
CaLIIAIO
\>l:
CllKDOItA, SK.LO X.
LÁMINA
Detalles de construcción del estanque del palacio de Alamiriya.
\II.
—
— de
2S
muy
necesaria era llevada de
as^jua
también
náuticas en
fiestas
pondiera
el
— Tal vez se celebraran
lejos (i)».
palacio de Alamiriya, y á este objeto res-
el
paseo volado sobre
estanque, sostenido por ménsulas, es-
el
pecialidad que lo caracteriza.
de estas
El estudio
ruinas, en su construcción y distribución,
único que puede estudiarse, enseña que
lo
parte central debió ser un
ya y que Almanzor modificó y amplió, añadiendo edificaciones que se extienden á uno y otro lado, pues el sistema de
edificio las
la
que es
que
existía
allí
construcción de este cuerpo central es anterior y difiere del de del palacio,
que
es, sin
duda alguna, de
la
el
época de aquel caudillo,
cual permite concordar dos hechos, al parecer, contradictorios: este palacio fuera regalado á
Almanzor por Ilixem
Sólo debió ser su ampliación
ficara.
lo
resto
II
que Almanzor
Respecto del sistema de construcción, todas
las
y que aquél
lo
que
el
lo edi-
hizo.
paredes, indistinta-
mente, ya sean de fachada ó de distribución, tienen espesores que sólo varían entre 0,70 y
i
metro, y están construidas con
mente labrada, con aparejo y despiece sillares
y.",
tienen de
á
la
y
figuras
i."
,
2."
,\"
v -/.").
el
con
resto de sus fábri-
Las paredes de cerramiento 2 metros. El aparejo
de
parte construida seguramente en tiempo de Almanzor {figuras
i."
y.",
cados
i
lámina
i
,
i
5
de gruesas, y algunas hasta
9."), está
á tizón,
formado por uno, dos,
abarcando todo
otros colocados á soga, en el
de
,
perfecta-
irregular el cuerpo central, y
colocados alternativamente á soga y tizón
cas [¿ániina
sillería
la
el
tres
ó más
sillares,
colo-
espesor del muro, contrapeados con
número
preciso para
pared, alternando esta disposición en
las
componer
el
grueso
diversas hiladas. Este
sistema de aparejo es de gran solidez y perfecta trabazón de las fábricas, pero así
en
(i)
muy
el edificio
costoso, y da idea de la organización
como en
General L. de Beylié.
UAfriqne
septentrionale
(traduction Fagnan).
las canteras.
los
siecle {Description
Leroux, editeur.
trabajos,
éstas debían tener considera-
— La Kalaa des Beni-1 [ammad, pág. 60.
au douziéme
= E.
En
de
extra ité dn
^
París, 1909.
Kitab-al htiq(ar)->
— ble
número de canteros labrando
26
—
sillares
rectangulares
para
fi),
lo
que
no eran precisas memorias de cantería, sujetándose sólo á que sus dimensiones los hicieran fácilmente transportables. Así, por ejemplo, varían
entre 0,70 y i,JO metros de largo por 0,42 á 0,35 de ancho y 0,20 á
0,25 de grueso, con un peso de 90 á 280 posible su transporte á
lomo ó con
kilos,
dimensiones que hacían
de arrastre con
sencillos aparatos
animales de carga: camellos, mulos ó asnos, condición que
tal
vez
aconsejó adoptar este sistema de aparejo. Todavía se emplean en Cór-
doba, y en otros puntos de Andalucía, en
las obras, las caballerías
transporte de los materiales y escombros, á pesar de
el
del carro se ha generalizado en nuestro
tiempo
(2).
En
hacerse
la
ladrillo,
para su elevación, y las
las
sin
Medina Azzahra, á
sillares
labrados además de
los
lo
la
que se llevaban,
tranqueros
la
000 mulos de
alquiler; sin hablar
mucho
Hay que
nada de carros,
si
del Sultán, y
bien necesaria-
transporte, para las
tener en cuenta que
al
mismo tiempo
se hacía la ampliación
mismo sistema de construcción y Azzahira y seguramente parte de Medina Azzahra. las
6.000
peso.
mezquita de Córdoba con Entre
construc-
mampostería, y que para su transporte
mente tendrían que emplearlos, ú otros sistemas de piezas de
la
dice, diariamente,
empleaban 1.400 acémilas y 400 camellos, propiedad
(2)
misma que
necesidad tampoco de poderosos medios
que dice Almakari, refiriéndose á
ción de
(i)
la
puertas y ventanas, están sacados de sillares de dimensiones ordi-
Esto explica
1.
.sillares
pocas piezas aplantilladas, como
narias.
.se
uso
esta forma po-
colocación ó asiento con gran rapidez, casi con
una fábrica de
de
las
el
— teniencanteras están á muy poca distancia — y
dían llevarse diariamente á pie de obra gran número de
do además en cuenta que
que
lo
para
el
cuentas de obras hechas por
el
se levantaba
de
la
Medina
cabildo á fines del siglo xvni, figu-
ran los dos sistemas de conducción; así en un recibo dice: «Se
le
entregará
al
dador
veinticuatro reales por cuenta de los dos dias del carro que astado trallendo piedra, y
mas 40
reales por las bestias
Juan de Aguilar año (i789).>
quean estado trallendo piedra.
— Por
Nicolás Prieto.
—
Arte ukl Cai.iiaio hk Cúrdoua,
sir;i.os
vni
v
x.
\
¿'
WV- T
^^p
'^'"1
TP^MT.:
LÁMINA
VIII.
AlM'lí
liFl.
CaMI Alo HE
Cl')|<l)l)HA,
SICI.O N.
*É
T, Amina
IX.
— El aparejo de
cantería
la
—
27
empleado en
edificio
el
que
existió en
Aguiiarejo y en gran parte del de Medina Azzahra, ha sido empleado
muy
desde
Lo encontramos ya en
antiguo.
cialmente en
la
arquitectura asina, espe-
palacio de Khorsabad, hecho con grandes sillares de roca
el
franca, algunos
de
2
jo
metros de largo,
2
de grueso, ó sean 10,80 metros cúbicos
metros de ancho y 2 metros y un peso aproximado de
(i)
24.000 kilogramos. Fué también empleado por
Los iuairo
II,
da como usado por
lo
de
tratar
al
manera que tenían
la
los
las
conservan
paredes de
las
la
afirman grandemente
Córdoba en
hasta tura
7."), el
Siria
la
la
lo largo al
sillería
y de
de
la
pared de
lo
sillares
que,
pared de igual espesor por medio de estas pie-
las
paredes»
(2);
las
desde tiempos bien remotos y en
que es característico y
del Egipto.
En
que enlazan y
también se encuentra en
II
éste, sin
la
la
arqui-
mezquita de
especialmente {lámina
sistema que continuó en Córdoba después de
siglo xv, y
la
otro sin que haya relleno den-
ampliación de Alhakem
mahometana
capitulo vin del
paramentos de cantería y
los
dras con dos paramentos, á las que llaman Diatonos^
tectura de
el
piedras que ellos colocan están echa-
de dos en dos, van de un paramento tro. Ellos
En
los griegos.
romanos de hacer
compuestas á todo
las hiladas
sistema usado por aquel pue-
construcción de
hacen de otra forma, porque
figura
Roma
de mampostería ú hormigón, dice: «Los griegos
rellenar el centro
das y
como
de arquitectura^
libros
y Vitruvio
libro
romanos, y en
existen ejemplos de ello. Andrés Paladio lo pone en su obra
mismo
blo,
los
la
S.",
reconquista,
casi exclusivo
en
duda por
condiciones to-
las
la
arquitec-
pográficas y geológicas de su suelo, y no disponiendo ó no queriendo
emplear
los
medios que caipleaba
taron este aparejo, pero con
(1)
(2)
M.
la
sillares
antigua civilización egipcia, adop-
pequeños
y,
por
lo tanto,
de poco
\'íctor V\nct: A^inive et l'Assyrie.
Marco Vitruvio Polion, traducido y cnmentado por Monsignor Bárbaro; ídem por Mr. Perrault; París, 1684. ídem por D. Joseph Urtiz y
Venecia, 1556.
—
Sanz; Madrid, 1787.
—
í«>
Azzahra, en los últimos años del reinado de Alhnkem,
en
mezquita de Córdoba; en
la
comienza con un despiece irregular en des dimensiones
zada
(//s,'-
obra, con
la
c]
2.",
en
la (¡ue,
/áw/na
S."),
lo niisnio (jue
ampliación hecha por éste,
la
cantería y con sillares de gran-
la
muy
continuando luego, ya
avan-
nuevo sistema que había ya sido empleado en épo-
cas anteriores, pero no de una manera regular, no llegando á su forma
de
característica
la
construcción del Califato {/Vg,
no tiene de común con
la
de
cipio constructivo, hasta la
con
ella,
pueblos más que
los otros
época de Hixem
con
del Califato,
la
vez por
tal
faltarles
los restos
ellos se
las
al
las
tulo X.
Andrés
manera de
la
tratar el ornato.
sin
Paladio: Los cuatro
fajas horizontales blancas,
libros
los antiguos
de
arquitectura;
construyeron
trababan los
sillares
menores con otras
Francisco Ortiz y Sánz, en su traducción
al
los edificios el
filas
y en algu-
de piedra. «De pie-
foro y templo de Augusto, en
de piedras mayores». D. Joseph
español, pone una nota que dice; la
«Equitrabazón
la figura.»
Paladio dice luego, refiriéndose á
la figura:
son también los muros antiguos de Ñapóles.» si
embargo,
Venecia (1570), capí-
vocóse Paladio. Estas piedras existen hoy día y son todas iguales, como
indicada, de
lo
menos, guarnecidas de estuco con un zócalo de 0,50
Del modo con que
pide y demuestra
caída
perfectamente labrada,
sillería
dra cuadrada se ven paredes en Roma, donde estaba los cuales
la
(i).
de distribución, estaban,
metros de altura, de color rojo con
(i)
con
sistema mixto de paramen-
al
ve también un cambio en
de fachada que
interiormente
cos-
de ornamentación encontrados en Alamiriya,
Las paredes, aunque construidas de mi.smo
lo
se refiere al despiece de la cantería
si
y cadenas de cantería con cajones de mampostería
pero en
origen del prin-
murallas de Ñapóles; pero es
las
forma del dibujo que acompaña, ó
Pocos son
y (¡ue
que Córdoba perdió su importancia. Paladio dice
tan conciso, que no resulta claro
tos
),
ó Almanzor, y termina
habían de
(jue
que en esta forma estaban construidas
la
el
8."
cantera enorme personal, que sería,
la
en gran parte, prisioneros cristianos,
en
II
abandonándose, aunque no por completo,
toso y porque hacía preciso en
¿amina
y.",
«De esta estructura se puede decir En lo que hay la duda, que queda
se refiere al aparejo de la cantería ó al sistema mixto de construcción.
Arte del Cai.u ato ue C贸rdoba, siglo
I' ^. 3.
Alamiriya.
mismo
x.
L谩mina X.
4 y 5- Fragmentos de decoraci贸n en m谩rmol blanco, del palacio de 6 y ;. Vasijas de barro ordinario encontradas en las ruinas del
-
palacio.
—
•
—
.^1
nos i)untos con decoración pintada ó inscripciones, de
dan pequeños fragmentos, con
pequeño
detalle.
guarnecido
De
la
misma
estanque,
el
los
que no es posible completar
de
la
más
el
de estuco y de color rojo estaba
clase
que todavía alcanzó á ver Pedro Díaz de
lo
Rivas en los de Medina Azzahra
además de decorarlo,
objeto,
que sólo que-
las
el
(i),
estuco que tenía en aquél por
de evitar
cantería y por las grietas de
por
las filtraciones
las
juntas
roca natural, en parte utilizada.
la
Los pavimentos, aunque sólo se ha encontrado uno completo, se ve por
las
ó blanco, en
B
tajas paralelas
del plano [/amina
-i.")^
y
las
de ingreso á
caballerizas ó
las
también de piedra, que hay
los asientos,
ellas.
Un
trozo de
pequeña columna decorativa de mármol con
corintio y leyenda en
el
abaco en caracteres
trozo de friso ó de pila de una fuente, todos de
nas 10
y fig.
5."
^.'^,
pequeño
mármol blanco {¿ami-
de /aj^), son los únicos restos de ornamentación encon-
trados, correspondientes á tres
(figura
capitel
cúficos, dos reducidos tro-
zos de fajas decoradas, una voluta de capitel compuesto y un
lámina
maneras
10), tratado á la
distintas
de tratar
el
manera bizantina ó
ornato.
Uno
visigoda, con
adición de un cordón, análogamente á algunos trozos de ornamenta-
ción de el
A
que por excepción están pavimentadas con
cuerpo de guardia, á juzgar por
la
rojo
y losas rectangulares. Las habitaciones
gruesas losas de piedra, debían ser
en
mármol
señales y restos que aún quedan, que eran de
la
arquitectura toledana de
ornato tratado á
la
la
manera propia
mi.sma época; otros
(fi-g. J.'^),
con
del arte del Califato,
cuando
fun-
didos los influjos de su período de formación toma carácter propio; pero los
dos de más interés son
uLiua 10) y
el
trozo de
(figura 5.^, /amina jj).
(i)
la
friso,
La
voluta de capitel compuesto al
modo de
cima con un betún colorado.»
i.'^,
lá-
parecer de taza ó pila de una fuente
voluta está decorada con pájaros y
Pedro Díaz de Rivas dice, refiriéndose
cisternas labradas á
(fig.
á
Medina
Azzalira:
una
«Hálíanse unas
albercas y balsas de agua, que ellos tenían lustradas por
cabeza de león, y
de
trozo de
el
que es de
friso,
lo
encontrado hasta ahora, con draj^ones, de
lo
más finamente labrado los
que sólo (]uedan
cabezas. El resto del capitel estaría decorado con pájaros les,
como
el
que de
casa solariega de
De
la
misma época
familia del
la
existe en
otros anima-
Córdoba en
(¡ue fué
la
Gran Capitán Gonzalo de Córdoba.
cinco trozos de ornamentación, únicos encontrados en Alami-
los
riya ó Aguilarejo,
dos están decorados con representaciones de seres
animados, mientras que en
la
gran cantidad hallada en Medina Azzahra
sólo lo están dos; pero es evidente cjue el les reales
i'i
las
ó fantásticos en
cuenta que no todas
figuras
de anima-
decoración debió emplearse bastante en
menos en
arte del Califato, al
mente guardadoras
la
empleo de
arquitectura
la
las sectas
civil.
Hay que
el
tener en
y escuelas musulmanas fueron igual-
del precepto ó tradición
que anatematiza
el
repro-
ducir los seres animados; pero es lo cierto que, en España y en todo
el
Occidente, esas representaciones son siempre casos aislados y excepcionales.
En
mezquita de Córdoba no hay un solo ejemplo
la
hay que distinguir también, el cristiano, la
tal
arquitectura religiosa de
vez
la
otros países del tas (2).
mismo en
donde seguramente
Persia, en
donde
lo
se
el
arte
la civil
aunque
(i);
mahometano que en
ó profana.
guardó menos
el
En
misma
la
precepto, y de
representación de seres animados se extendió á los
mundo mahometano, no
Guárdanse en
las
bibliotecas
se encuentran en las mezqui-
numerosos ejemplares de
libros
persas y árabes de todas las escuelas, ilustrados con figuras de animales reales
ria
ó
al
ó fantásticos ó con asuntos referentes á
asunto de que
coran decorado con
(:)
del
ellos; así es
Los leones que hay en
pertenecen á (2)
el libro trata, y, sin
la
la
leyenda, á
embargo, no he
visto
la histo-
un
.solo
que no es de extrañar que no habién-
la capilla
de San Fernando son de época cristiana y I-)on Enrique.
decoración hecha en tiempo de
El retrato del Califa
.^lí,
Shah Ismael en Ispahan, en
yerno de Mahoma, que está pintado en
Persia, es
un caso excepcional.
la
mezquita
— dolos en
la
3.^
—
mezquita se encuentren en
misma época, sabiéndose, además, por
los |>alaciü.s
levantados en
la
testimonio de los escritores
el
árabes, c]ue en Medina Azzahra había dos fuentes, una decorada con bajorrelieves con
fii^ui
as
humanas y
otra con representaciones de ani-
males, ejecutados alj^unos en los talleres de
mismo Abderrahman, pertenezcan
el
y,
pie o la
además,
la
estatua de Zahra, á la que
mano de mármol blanco encontrados
escombros de aquel palacio [iámiiia rrelieves,
Córdoba por orden
,s), los
con figuras de mujer de más de
la
que pertenecían
tal
del ve/,
entre los
á dos bajo-
mitad del tamaño natural,
y se conoce que han sido de objetos distintos en que es diferente clase de
Las el
mármol en que están ejecutados. Iiiniiiias
ii
y
12 r->uestran el resultado
palacio de Alamiriya y su situación
nes de
la
la Sierra.
Poniente y
la
de
La
vista
la
2 á la inversa.
i
de
la
las
excavaciones en
pie de las últimas estribacio-
al
lámina
de
i
i
está
tomada de Oriente
á
X <
•a tu
E
o
> E ca
a o o. •a
C '3 2á
u u í-
<
y,
<
T3
y.
o
o
<
<
\/
ENCiDAS las dificultades que se oponían á los trabajos de excavación en
'
la
Medina Azzahra, y concedida con
autorización por D. Juan Molina, en su
nos, pudieron ya
más
mayor desinterés
nombre y en
el
de sus herma-
comenzarse aquéllos. Los resultados no han podido ser
satisfactorios, siendo
del arte del Califato y la
el
de extraordinaria importancia para
en general para
la historia
hispano-mahometano, por
la del
gran cantidad de ornamentación encontrada y por haber desapare-
cido ya toda duda respecto de
tado por Abderrahman pleto, hasta el la Vieja,
III,
la
situación del suntuoso palacio levan-
cuyo recuerdo
punto de conocerse aquel
com-
llegó á perderse por
sitio
por
el
nombre de Córdoba
que envolvía una idea completamente errónea respecto del
ori-
gen de aquellos restos de antiguas construcciones. Ambrosio de Moraen sus .hitigiicdades, en demostrar que eran
les se esforzó,
nia Patricia fundada por Marcelo (i), sin observar
(i)
'iVi.
La primera mención que de Córdoba
que era
de
las el
Colo-
la
mismo
arte
se halla, es en el poeta Sillo
quando contando la gente de España que pasó en <Nec decus auritera- cessavit Corduba teme.»
Itálico,
Italia
con Hanibal, dice:
«Ksto era más de treinta años antes desta fundación nueva de Marcelo; y saliendo
entonces de Córdoba gente para jornada tan señalada, se ve quán principal era ya aquella Ciudad.» «2g.
capítulo, carla
No hay después más mención de Córdoba donde
se trata
de
lo
en
lo
antiguo hasta
la
de este
que hizo Marco Marcelo en esta ciudad, y fué
verdaderamente toda de nuevo, y viéndose agora, como se ven, dos
sitifis
edifi-
desta
;:
'/."''jín
mezquita y
la
-
los
inuchos niomimentos
del Califato debió conocer, entre ellos el Alcázar
.
cas,
producido
,^r,
hoy Palacio Kpiscopal,
obras ([uc
lo
i\uc tai vez estaba casi
la
do sus Monar-
completo, pues
las
han transformado y hecho desaparecer todo vestigio de su
decoración, son posteriores á su tiempo.
como
de
(jiic
es su fachada
de
Lo
(|iic
de este
edilicio resta,
verdadera
CJriente, frente á la mezc|uita,
fortifi-
cación de sólida fábrica de cantería reforzada con macizos torreones, y las
paredes, también de
sillería, (jue
que
del palacio, demuestra
las
aún se conservan en muchos
sitios
obras de reforma están hechas, en gran
parte, sobre la base del antiguo Alcázar
de
los Califas,
por
lo
que no
extraño que una investigación bien dirigida diera resultados no
sería
menos
interesantes
que
los
de Medina Azzahra y Alamiriya.
Algún tiempo después de Ambrosio de Morales, D. Pedro Díaz de Rivas, en sus
.
Inligitedadcs
y
excelencias de Córdoba, impresas en esta
ciudad en 1627, combatió con gran erudición
ciudad, uno
donde
está, y otro
despoblado á una legua de
de San Jerónimo, que llaman Córdoba
dos
sitios
estubo
la
otro de
al
Vieja, no se
la
expuesto por aquél,
allí,
cerca del monasterio
puede entender en quál de estos
ciudad antigua hasta este tiempo en que Marcelo
creo cierto que estaba hasta Marcelo en
mudó
lo
Córdoba
el sitio
edificó,
^'o la
cuando en su propio
Vieja, lo qual se parecerá adelante
la
la
en que agora está, y que Marcelo
lugar lo mostraremos.
>Que agora conviene
proseguir,
como
lo
que hizo Marcelo
fué,
que hallando
doba edificada de muy antiguo, aunque no muy principal ciudad en ción, la quiso edificar
paz de
cado de nuevo Marcelo toda
Lo primero porque
razones.
Cór-
de nuevo tan suntuosa y de tanta magestad, que fuese bien ca-
grandeza soberana que poco después vino á tener.
la
á
edificios y pobla-
la
ciudad, y en
el sitio
el sitio
Y
pruébase
de Córdoba
la
es perfectamente quadrado, así
el
haber
Vieja, por
edifi-
muchas
que se ve como
lo
esquadraron por cordel con mucho cuidado. Tras esto es de mucha consideración ver
cómo
quadrado se tomó
el
al
dos tantos con gran igualdad. Porque yo he medido todo
el frente dos mil y quatrocientos pies, hallé por el lado á lo largo quatro mil y ochocientos. Así, venía atener toda la ciudad por lo largo
el sitio
con cordel, y hallando por
dos mil y quatrocientos jiasos de los comunes de á dos pies, y por lo ancho mil y dosí'^ntos. Y si á alguno le pareciere pequeño este sitio para tanta grandeza y magestad
que Córdoba luego tuvo, ha de entender cómo esto era solamente
la '
•
fuerte de !
la
ciudad, y que fuera habría grandes arrabales, y también
lo la
cer-
cerca
un lado dos ó tres cerros, con que se hacía mucho más extendida habita-
— y con una las
muy
y un juicio
crítica
contrucciones que en Córdoba
época de
tes á la
como
que
rrahman
Don
pertenecien-
dice,
la
también
época de
las
la
I lisíoria general
opinión de Mora-
«murallas y edificios
acertadamente, ser
de Abde-
obra
111.
losé
árabes, trae
Antonio Conde, en su Historia de
nuevamente á
la
memoria
la
recuerdo de
el
dominación de la
Vieja, al pie
de
la Sierra,
.
.
.
Tiene también este
la
en que, por
sitio la
en medio de todo parte baxa de
la
él al
la
solía
frescura
y amenidad
An-nassir pasar
justo otro cuadrado alto y
ladera, y debió ser sin
duda
la
las
muy plaza
ciudad, y por esto se puso en medio della, y se igualó tan costosamente llanura. Porque el sitio todo de tal manera está en la misma falda de la Sierra,
principal de
para
sitio
alamedas y espeso bosque,
allanado y subido para esto por
la
«sino á orilla del Guadalquivir, á cinco millas
más abajo de Córdoba, en un del lugar, por sus
/os
suntuosa obra
de Abderrahman y de Alhakem, pero situándola, no en Córdoba
cion
e!
año 915, opinión que
el
combate también
con igual precisión,
existentes»,
como
Vieja existían,
Padre Ruano, que en su
el
de Córdoba, publicada en 1760, lijando,
la
que comenzó á reinar
III,
siguieron lue^^o otros,
les,
acertados, fijaba ios caracteres de
dominación mahometana; dice que fué su autor
la
Abderrahman
rey
—
1>7
la
que toma una parte de
b
ladera y alcanza también buen trecho de lo llano, tendiéndo-
se á lo largo deOriente á Poniente y teniendo lo ancho de Septentrión á Mediodía. Tam-
muro quatro torres mucho más principales que las muchas que había entre éstas, cuyos fundamentos muestran bien su grandeza niagestad. Todas estas medidas y correspondencias tan justas y cuidadosas son ver-
bién tubo en las quatro esquinas del otras y
daderamente de fábrica Romana,
y no
esos primores ni advertencias en
el edificar.
mucho en su N
de nuestros ."Xudaluces, que no tenían entonces
Son también de hombre que
se desvelaba
con mucha atención y cuidado hacía buen sobrestante en ella. todo parece cosa propia de Marcelo. Vese también allí otra cosa, que por su parte fábrica, y
.
muestra ser fábrica
que va por
Romana
lo llano y
mira
al
.
todo lo de aquella ciudad. Por medio del lado de
lo largo
Mediodía, parece habría puerta principal, y sale della un
camino bien ancho y va de trecho de trescientos ó quatrocientos pasos, empedrado sillares hasta un cerrito redondo no muy alto, donde se ven grandes ras-
de grandes tros
de algún soberbio
principal,
edificio y
de gran magestad. Yo creo fué algún templo muy
pues mereció camino tan suntuoso.
.
Ambrosio de Morales; Las antigüedades de (Páginas 31 y siguientes).
.
»
las ciudades de
España.
— Madrid,
1792.
— 1.
.^^
—
de primavera y de otoño»
"..coradas
.scritores nnisulniancs abrió
ción, especialmciiti^
la
liisloria
(i). Kl
estudio de las ohias de
más amplios horizontes
á la investij^a-
de Almakari, Iraducida por
1).
I'asciial
Ciayantfos para la Sociedad Asiática do i.ondres y publicada en iN^o
y 4
descripción que hace del palacio y ciudad de Medina Az-
la
y
V.
zahra coincide con el
liaviin
la
.l/iiioa^rib,
de
cjue
que se ve está basada en Por
ellas
planicie
Sevilla,
dice,
ha sido traducida y anotada por E. Fagnan y las
mismas fuentes que
de esta ciudad»
de hombres ha dado
una de
la
de Almakari.
no cabía duda respecto de su situación. «Medina Azal
que se extiende hasta Córdol)a,
los límites
grafías
Historia de África y de la España, titulada
Almakari, estaba situada
dice
zahra,
la
las
las
{i),
ilustres,
en
de
montaña y en
la
á la distancia
de
tres millas
y añade que «Ibn-Jalikán, en la
espléndidas,
la
de
las bio-
de Almotámid-ben-Abbad, rey de
dimensiones de
más
pie
la
ciudad de Azzahra.
l^sta era,
más renombradas y magnificas cons-
trucciones que hayan hecho los hombres. Midi', agrega, 2.700 codos
de largo de Este á Oeste, y de Norte á Sur unos 1.700;
columnas empleadas en
la
construcción es de 4.300 y
el
número de de puer-
el
tas 15.000.»
«El historiador Ibn Hayyan», dice Almakari, «hace una minuciosa descripción de aquella magnífica ciudad y de los materiales empleados
en la
ella.
May que
observar, añade, que este notable historiador recibe
información de boca de Ibn Dahin,
el
que
la
recibió
ben-Abdala, arquitecto y geómetra que vivió en nassir, el el
que empezó
año 325 de
la
la
id,
Don
Hégira (936-7 de
I.
C.j,
continuándose en
los veinti-
Alhakem
II
(3).
El
José Antonio Conde: Historia de la dominación de los árabes en España.
1820 y 21.
Traducción citada de ü. Pascual Gayangos.
Ídem
reinado de An-
construcción del palacio v ciudad de Azzahra
cinco años de su vida y en los de su hijo y sucesor
(1)
el
de INIosIemenu-
id.
—
—
.íy
palacio estaba ya terminado á la muerte de hijo
Abderrahman
III;
pero su
continuó levantando considerables adiciones para alojamiento de
corte y acuartelamiento de las tropas,
baños, fuentes y acueductos para
además de
a^ua de
la traída del
que cuantos
los jardines
en
la
de recreo,
la Sierra,
con
tal
de Alhakem,
suntuosidad y
ri(]ueza,
cuando ya
nueva población estaba terminada, decían no haber otra
la
semejante en
De
los días
dominios de Islam.
importancia y extensión de Medina Azzahra puede dar idea,
la
más que
los vastos
la visitaban
las
medidas transmitidas en
descripciones de los historia-
las
dores musulmanes, á veces contradictorias y de dudosa interpretación, el
número de personas que dicen estaban
servicio del Califa. Estos,
al
según aquellos historiadores, eran 6.300 mujeres, entre concubinas, criadas y sirvientas de todas clases; 3.750 pajes y esclavos y 12.000
hombres de guarnición, lujosamente
makari, después de describir los jardines,
jamiento de los altos
pajes,
la
guardia y
los
y en otro pasaje de Al-
vestidos;
construcciones para alo-
las
magníficos palacios de recepción de todos
funcionarios del Estado, menciona la multitud de soldados,
eunucos y esclavos de todos países y
religiones,
suntuosamente
vestidos con trajes de seda y de brocado, paseando por las anchas calles
de
la
ciudad; y
la
muchedumbre de
jueces, katibes, teólogos y
poetas, circulando con respetuosa gravedad á través de las magníficas salas, espaciosas
que el
el
antecámaras y amplios patios del Alcázar; añadiendo
número de
sirvientes varones
de mujeres de todas
clases,
vientas, ascendían á 6.314;
en
el
palacio se calculaba en 3.730;
comprendiendo
los esclavos, pajes
que hacen subir
dores empleados en
palacio y alrededor de
Gayangos, en
(i)
los
Traducción
Londres de
del Califa
y eunucos,
y
sir-
á 3.350,
no
él
servi-
á 6.0S7; y D. Pascual
notas que acompaña, dice que un manuscrito español
las
de su propiedad
el
harem
número de esclavos y
faltando, dice, autores el
el
hace ascender á 12.000
al
1ÍS40 y 1843.
inglés
(i).
de Almakari, por D. Pascual Gayangos, edición de
— Y tú
i\
a, los
esto se agregan los obreros independientes del servicio del
comerciantes y
de servicios
iiuiltitud
—
40
(|ue
el
gran número de personas empleadas en
necesariamente tiene un núcleo de población
de esa importancia, no podrá parecer exagerado
el
suponer en cerca de
,^0.000 almas las que debían haMtnr aiiucUa ciudad, ó sea casi
de
la
mitad
la
actual población de Córdoba.
la
V no puede haber exageradas, guarnición,
diticultad en admitir esas cifras, auntiUL- parezcan
además de
se tiene en cuenta,
si
vida de las cortes orientales
la
que rodean ó viven á
la
sombra
del
\
los I,i
i
2.000 hombres de
multitud de personas
Monarca, más ó menos afectas á su
servicio,
como sucede hoy en
la
obligó á
Alhakem
mezquita de Córdoba, fué
á ampliar
la
ciente para contener las personas
Shah de
corte del
que habitaban
de Constantinopla, dice Libiano que
el
Lo que
[-"ersia.
el ser insufi-
Alcázar.
En
corte
la
nube de aduladores, eunucos,
la
más numerosa que
sacerdotes, esclavos, concubinas, etc., era
cas en estío; y para mantenimiento de los de
la
las
mos-
antigua corte de Persia
había que degollar cada día, según Heráclides de Cumos, un miliar de
bueyes, asnos y ciervos, y en tía
de
los
palacio que
el califa
Moezz, de
la
dinas-
Fatimitas de Kairuán y fundador de El Cairo, levantó en esta
ciudad, sólo en
y
el
.sus hijos, los
la
parte del Este, su residencia personal, de sus mujeres
esclavos, eunucos
y servidores, dice Makrisi que se con-
taban por millares.
Medina Azzahra se compondría y
las
del palacio, con el harem,
construcciones destinadas á los servicios administrativos y econó-
micos con todas sus dependencias,
todo á un extremo de cado, no sólo el
serrallo
el
el
edificios
mezquita y
población, en
parte
la
recinto general, sino cada
harem; y fuera de
^emás
la
la
la
parte destinada
extendidos por
de aquél, pero
la planicie,
sin rodearlo;
?ue se encuentran en
al
situado
más elevada, y
uno de
ellos,
fortifi-
especialmente
Califa estarían levantados los
á uno ó varios lados del re-
y esto explicaría
el llano,
los jardines,
los restos
de cimen-
á gran distancia de los del palacio.
Arii;
1)11.
Cai.iiak)
u Í„l,
dií
»
C'ókiioiia, si(;lo x.
-In'ii.lnln
IJUWWiwHmwiM
.•^^
y.V «« /^t^»-*rt
i
•*/
llm ii i
^Hbr^
i
i
ii
i
lilii
*
íz?
K íX
Planta general de
la
parte central del pal
un plano A'
Y de
los
1
LÁMINAS XIII
wmmmmm
H^ iM e^^^^
5
1
a
ciudad de Medina Azzahra, y proyección sobre <os cuerpos ya descubiertos.
Y
XiV.
a ffl
c •V
o o.
—
o
1)
•a •^
(Ll
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o c 3
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C
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c
D O c
_a ^ -o
4J o M-O •"O
<U
^ o ^
-S -o
—
—
41
Esta disposición es aproximadamente zahra, dice, se halla á tres millas ña. Estaba dividida
por
el Califa,
la
próxima á
la
día la servidumbre y
lo.s
la
Califa y
el Edrisí,
monta-
montaña, habitada en otra
resi-
la
tercera la formaban los
de recreo.
jardines y sitios de esparcimiento y lo ijue
la
una guardia compuesta de
I2.000 hombres, espléndidamente vestidos, y
Pero
ladera de
ella sus palacios, jardines, etc.;
eunucos del
Az-
da Annouairi:
(|iic
de Córdoba, en
en tres partes:
que tenía en
la
da más clara idea del palacio, es
cuya exactitud comprueban
la
descripción que hace
los restos existentes.
subsiste todavía con sus murallas y los vestigios
de
.sus
«Zahra, dice,
palacios, y está
habitada por un pequeño número de individuos y sus familias. Era una
ciudad considerable, edificada en pisos, ciudad sobre ciudad; de
modo
que
de
la
superficie de la ciudad superior era paralela á los techos
de en medio, y
estaban rodeadas de muros.
tres
Todas
superficie de ésta á los techos de la inferior.
la
En
la
la
parte superior existían palacios
de tan gran belleza, que es imposible describirlos. En
la
había jardines y verjeles, v en
gran mezquita.
Hoy
(ij.
[/áiii/iias /,% /_/ v li).
^f;),
la
ladera de las últimas estribaciones de
aunque errónea y absurda respecto
que aún alcanzó á
la
Sierra
La descripción de Ambrosio de Morales {Nota
construcciones, es de gran interés en cuanto ver.
Según
ella, el
al
menor. El primero, ó sea su
metros
(i) .M. J.
— 1.334,40 metros — y
— de N. á S. El
época de
trazado de
la planta,
palacio, sus dependencias y la ciu-
que iba de E. á O., el
tenía,
segundo, ó ancho, 2.400
del
según
él,
— 66-
;
recinto estaba cercado por fuerte muralla guar-
Description de VAfrique et de VEspagne, par Edrisi. Publiée par R.
de Goeje. Leyde,
Edrisi.
largo,
de
del origen y
dad ocupaba una superficie rectangular cuyo lado mayor era doble
4.800 pies
En
ve claramente este sistema escalonado del palacio, cons-
truido en antiteatro en
hi f^áí^ifia
la
á punto de desaparecer»
esta ciudad está en ruinas y
las ruinas se
las
baja las casas y
la
parte media
i86fi.
— Descripción
üozy
et
de ia España, por Abd-.Alla-Mohamed-cl-
Versión española por Antonio Blázquez, igoi.
— n
do contrafuertes, y tenía cuatro «grandes torreones en
lado de Mediodía y daba acceso á
c!
una gran plaza ó meseta situada en sobre
la
mez(]uita, construida en
la
parte central del recinto y elevada
fuera del recinto fortilicado se extendían
la llanura;
los ángulos.
pavimentada con gruesas losas de piedra, corría
l"na ;uicha calle,
por
—
42
el
resto de
la
con
la
ciudad y sus arrabales. Esta descripción está de acuerdo con
de Pedro Díaz de y con
ello,
situación de
la
la
gran plaza,
que corría de E. á
de
sillería,
de
los recintos
las
dimensiones que da
por
el
las
de su
Edrisí,
excavaciones, viéndose perfectamente
de
la
().,
y
la calle la
de
pavimentada de gruesas
las
losas
que cerraban uno
murallas,
N. y S. Las que no resultan comprobadas al
palacio y
la
.son
ciudad; pero esto no puede aún
asegurarse de manera cierta, hasta que puedan límites
el
Rivas, que aún alcanzó á ver en pie gran parte de
las
descubierto en
lo
que hace
la
lijarse
con precisión
los
recinto.
Respecto de
la
riqueza, los viajeros que lo visitaban, los príncipes,
embajadores, comerciantes, peregrinos y poetas, decían no haber visto
nada en
el
mundo que
superase
al
esplendor,
la
suntuosidad y
la
exu-
berancia de riqueza del palacio, con sus techumbres de ricas maderas
de
prolijo
tro
y
y delicado trabajo,
los revestimientos
de sus paredes, sus puertas y adornos de
de mármoles y alabas-
marfil,
ébano, plata y oro
pavimentos de sus tarbeas, enlosados de mármol con diferentes
los
alicatados ó artificiosos cortes, cuya exactitud han puesto de manifiesto las
excavaciones, apareciendo
La mezquita que aventajaba á raba
la
los
la
gran mezquita de Córdoba
llamada sala de
¡)
Hay que
hecha en
la
tal
cual están descritos.
era de tan extraordinaria belleza, riqueza y elegancia,
los Califas. El
sólidos, pero transparentes bloques
(
pavimentos
(i).
Pero á todo supe-
techo de esta sala era de oro y
de mármol de \arios colores, y
las
tener en cuenta cjue cuando esta me/quita se construyó no estaba
de Córdoba
la
ampliación de Alhakem,
ni,
por
lo tanto, el
mihrab
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—
43
paredes estaban revestidas del mismo material. Esta descripción
dd
techo de oro y mármoles transparentes de varios colores, hace ver clara-
mente que era una bóveda análoga á
la del
mihrab de
mezquita de
la
Córdoba, decorada con mosaicos bizantinos con fondo de oro, segura-
mente regalados por minaban, cerrados ónix de Argelia.
la ilu-
centro de
el
la sala
había un estanque de pórñdo
de azogue, v del techo pendía una perla de tamaño extraordina-
lleno
que, con otros preciosos objetos,
rio,
Bizancio, y los huecos que
vez con placas de alabastro oriental ó del llamado
tal
En
Emperador de
el
le
había regalado
Emperador
el
de Constantinopla. El pabellón, dicen, tenía ocho puertas de ébano y decoradas con piedras preciosas, y
marfil,
Almakari, eran de plata y oro
(
las tejas
que
lo
cubrían, según
).
i
Dos pequeñas columnas decorativas de mármol, encontradas entre escombros (¡amina
los
_'i),
nes son próximamente rior
y
arranque de
el
de
las
la
de
que
el
los Califas
las
columnas que decoran
cúpula en
de Córdoba, dato de gran sala
vez procedan de esta sala. Sus dimensio-
tal
el
vestíbulo del mihrab de la mezquita
porque da idea de que
interés,
maksura de
pudiendo estar tratada con más grandiosidad y arquitecto que sujetarse las
Esta hipótesis
la
al
pie forzado
que
llamada
le
la
mezquita cordobesa,
libertad, por
imponían
confirma
la
descripción que de la
el
dimensiones
sostenido por columnas de jaspeado
.serían
la
misma
sala ó
más notable construcción
de Medina Azzahra era un pabellón que dominaba
Seguramente
las
no tener
naves de aquella mezquita.
pabellón da Annowairi, que dice: «Pero
(i)
la
debía estar compuesta y decorada de análoga manera
vestíbulo del mihrab y la
y composición de
cuerpo supe-
el
los jardines.
mármol y decorado con
Estaba oro, ru-
de cobre dorado, pues no es probable que fueran de
barro con reflejo metálico. Entre los escombros han salido algunos trozos de cobre
dorado de lo
las
estuviera
planchas del forrado de
las puertas,
cubierta; y cerca del sitio
no siendo, por tanto, imposible que
donde han aparecido
las columnas se ha encontrado también un pequeño trozo de finísimo mosaico de esmalte, seguramente de la bóveda de la sala, lo que confirma que estaba con él decorada. la
—
Enfrente del pabellón habia un mar
,)jrla.s.
en perpetuo movimicnlo, y reflejaba
i'.e estaba el
AA (pila) lleno
de azof^ue,
rayos del sol sobre
los
pabellón.»
Este pabellón debió estar más ricamente decorado ([ue
de Córdoba,
lo
que comprueban
los capiteles
la me/,<iu¡ta
y basas de estas columnas
y otros rra<,mientos de capiteles y basas encontrados también cerca de
que
aquéllos, y \¿á»li)iu
JÓ
Entre
vez pertenezcan á las columnas que lo sostenían
tal
).
las
obras de arte que enriquecían
Emperador de
fuentes, regalo del
Bizancio.
el
palacio, descollaban dos
La mayor estaba dorada y
decorada con bajorrelieves con figuras humanas, y de mármol verde
(
i
).
mandó
El C/alifa las
Las
más pequeña
colocar en
Almunis, enriqueciéndola con doce figuras de oro perlas y otras piedras preciosas.
la
figuras, labradas
sala llamada
la
rojo,
era
decoradas con
en
los talleres
de
Córdoba, representaban varios animales: un león, un antílope, un cocodrilo,
una
un águila y un dragón, una paloma y un halcón, un ¡javo
gallina,
un
gallo,
un milano y un
Estas descripciones traspasan
real,
l)uitre.
la ju.sta
medida,
sin
duda alguna; pero
no cabe de.sdeñarlas como engendros fantásticos ajenos de toda
reali-
dad, tratándose de civilizaciones orientales y de construcciones en
que intervinieron
los
más famosos
arquitectos y geómetras de
como maneras
las
Bagdad y
literarias
de expresar
una admiración suficientemente motivada. Las puertas de
prolijas labo-
Constantinopla,
res
de marfil y
son en
en
las
ni
juzgarlas sólo
ricas
maderas, seguramente eran
construcciones del (oriente, no sólo en
iglesias cristianas
fX'iejo Cairo),
'e
marfil,
con
Don
P.
en
la
finas
que
el
las
lo
mahometanas, sino
brillan
por su riqueza y suntuosidad, como,
la iglesia
copta de Abu-Sergah, en Babilonia
que no
entre otras, en Egipto, en
muy comunes, como
iconostasis es
de madera con inscrustaciones
y elegantes tracerías, y hace algunos años que
Gayangos. en su traducción de Almakari, dice que
la
mayor
la
era de
Akie
iii;i.
("alu-aio
i)k
Medina Azzahra. Puerta a de
la
Lรกmina XVIII.
sk.lo x.
("('iuhoma,
parte descubierta del palacio,
Medina Azzahra. Ruinas de una de
A
las partes
A
del plano general
descubiertas del palacio,
del plano general.
c V se
o c
u "a Q.
a
c
c
J3
O
— ác
visita al tesoro del palacio
traía V
<á
una
memoria
la
iioiltcs,
con
la
Edad Media
descripciones de los cuentos de
enorme riqueza en oro y piedras
tinas
de una batalla «ganada por
muv numerosos
fueron
los objetos
lo
mucho que
de extrañar,
se ha destruido, lo
ó
fina
falsa;
el
dos por Abderrahman
III
(
)ccidente
de Córdoba llegó á ser
res
de
etc.,
la
gran
muchos
los
Ommiadas,
de Suleiman
la
No
es,
por tanto, pa-
el
y Alhakem
III
11.
vida de aquellos palacios, .seguramente
España y en todo
largo período de su dominación, y construí-
y su hijo Alhakem, en cuyo reinado imperio más poderoso de todo
el
mahometano; pero como tía
la
suntuo.sos de cuantos los árabes levantaron en
durante
el
comprueban.
de monarcas tan podero.sos como Abderrahman
más
y
que obras de este arte enriquecieran
ni inverosímil,
Corta, fué, sin embargo, los
y en
de extraordinaria riqueza y maravillosa labor, que existen aún, á
pesar de
lacio
rica
de oro, de plata ó de
cantidad de imágenes, cruces, cálices, arquetas, relicarios, ellos
acumu-
los turcos á los persas;
cobre dorado, decorados con esmaltes y pedrería
de
allí
M/V
las
que descollaba un trono persa de oro cuajado de
ladas, entre las
pedrería, botín
—
Punta del Serrallo, en Constantinopla,
la
Lis fantásticas la
45
su suerte hubiera de
si
.sufrió
e.star
el
el
Califato
Occidente
ligada á la dinas-
con ésta su rápida decadencia. Los berebe-
saquearon en loio, robando, contra
la
voluntad de
aquél, el alcázar y la mezquita principal y los palacios particulares, y lo
que éstos no pudieron
llevar, lo
robaron después
los
de Almundi, que
entraron á .saco en aquellos alcázares. Pero, aunque saqueados, sus bricas
no debieron
sufrir
gran daño, cuando siguió habitándose, y algu-
nos años después, en 103
xem
III, el
rase á
«AbuI-Hazam-ben-(íhe\var aconsejó á Hila
dinastía de los
(
)mmiadas, que se
Medina Azzahra, para poner á salvo su persona de
pedía aquellos alcázares
(1)
i,
último monarca de
popular, de que estaba
Conde: tomo
T,
fá-
muy amenazado» al
(ij;
más
la
reti-
conmoción
adelante, Alfonso VI
rev de Sevilla para residencia de su esposa
pág. 624.
Constanza, y en
'3")iia
pequeño núinero
ir,
a
-
46
el sij^Io \ii ilicc el
tic in(li\ iiluos
Ivlrisí (|uc
estaba hahitado por
y sus familias, pero «ya en ruinas y
punto de desaparecer».
Don
Pascual Gayangos cree que en
por IhivKakik debe
lo diclio
contundirse con Azzahira (i\ y aunque en otro párrafo de Almakari dice que durante
ijuerra civil y
la
lucha entre ios (|ue se disputaban
ios disturbios
imperio,
el
ocasionados por
la
ruina no alcanzó sólo
la
á Azzahira, sino tami)irn á Azzahra y otros palacios levantados por los
Beni-Omeya; que su hijo les,
acumulados por Abderrahman y por
tesoros
los
Alhakem eran completamente
destruidos; las habitaciones rea-
convertidas en ruinas y despojadas de sus muebles y tapicerías;
muchas obras de
arte, destruidas;
muchos
y otras ciudades de Oriente, se comprende que
guno de truir á
los
que se disputaban
el
Medina Azzahra, que era
Bagdad
objetos, vendidos en ni
Suleiman
ni nin-
Califato podían tener interés en desla
mansión predilecta de
califas
los
cordobeses, que ellos mismos aspiraban á disfrutar, aunque no pudieran
impedir que
la
soldadesca indisciplinada, especialmente
canas, lo saquearan. Por
el
como
recibía
Almanzor en aquel
misma suntuosidad que
el
no querer soportar él,
la
palacio, á los
soberano. Así,
el
otros,
frente al
dependencia del Califa
que están en
Califato durante la
ello
alcá-
él,
reci-
embajadores con
BayAii Almogrih dice
de Medina Azzahra, por ni
y Almakari dice que estaba probado por
Hayyan y
afri-
un acto de soberbia y rebelión contra
que Almanzor levantó aquel alcázar
de
el
autoridad del Califa y de independencia y supremacía sobre
biendo, la
hordas
contrario, habrían de ver con enojo
zar de Azzahira, que representaba la
las
creerse seguro cerca el
testimonio de Ibn-
de acuerdo, que Almanzor usurpó
menor edad de Hixem
,
hijo
de Alhakem
,
el
y que
construyó Azzahira para su propia seguridad y residencia, trasladando allí
sus tesoros, almacenes y depósitos de
Don Pascual
Ciavangos, en las notas á
la
armas, é instalándose
traducción del Almakari.
él
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5
— mismo con su
-
47
guardias y partidarios.
familia, servidores,
sucedió su hijo Abdelmélik, y á
le
Abderrahman
Anasir,
el
Almnnzor
muerte de éste su hermano
la
que hizo que Hixem
trono, suscitando con ello
A
le
declarase sucesor del
odio de los que se juzt/aban con mayor
el
derecho á ocuparlo, y ocasionando
que en corto plazo destruyeron
turbulencias y guerras civiles
las
Derrotado y muerto
el Califato.
el
hijo
de Almanzor, y confiscados sus bienes, no es de extrañar que Azzahira completo, que cuando
fuera destruida y arrasada tan por
escribe
no hace siquiera mención de
Por otra parte, aunque posas descripciones
i).
y poetas celebran en pom-
de Medina Azzahra, pues comenzada su
construcción
año 368 (97S de
la
}.
C), estaba terminada y habitada en
de 980, ó sea dos años después, mientras que
obras de Medina
las
Azzahra duraron más de cuarenta años, disponiendo de todos dios de que podía disponer el Califato de brillante.
Pero Medina Azzahra,
abandonada desde
fi)
la
si
los
me-
Córdoba en su período más
no destruida, debía de estar
caída del Califato, pues
el
casi
estado de perturbación
«El Hagib Abderrahman», dice Conde, «sin atender á los parientes del Rey,
no consultando sino su inconmesurada vanidad y confiando en ción del pueblo, que
le
amaba
y bendecía por su ciego amor á
se atrevió á proponer y persuadir
al
Rey que
le
la
la
mal segura inclina-
memoria de su padre,
declarase su futuro sucesor del trono,
suspendiendo esta declaración hasta después de nos,
Edrisí
suntuosidad y riqueza, ésta no podía ser tan ex-
la
comparable á
el
(
los historiadores
traordinaria, ni el
ella
el
la
primera salida contra
los cristia-
que esperaba fuera venturosa.
«Esto se traslució y excitó el odio de todos los meruanes, y en especial de un primo de Hixem, llamado Muhamad-ben-TIixem-ben-Abdelgiabar-ben-.Abderahman Anasir. Era éste del
Rey Hixem.
valor y presumía suceder en el trono á falta de hijos Pasó á la frontera de cristianos, reunió gentes y volvió, derrotando á
mozo de mucho
Abderrahman, que
salió
«Abderrahman,
de Córdoba con
la caballería
africana y
la
guardia del Rey.
Almanzor y hermano de Abdelmélik Almudáfar, sus bienes fueron aplicados al fisco, y su nombre no se
hijo del gran
expiró clavado en un palo;
mencionó más que con apodos de menosprecio». de Azzahira, muchos materiales utilizables debieron lledonde ha sido encontrada una pila de mármol, procedente de allá,
Al destruirse varse á Sevilla,
que está en
el
el alcázar
Museo Arqueológico de Madrid.
osrpetua lucha
-
48
¡¡ivccdió y sij^uió á su caída, talando tierras, incen-
([iir
•iiando las ifranjas y no dejando caserío en (luc no (!.stamparan su huella destructor;! his hordas atricanas, á lo
expediciones de tes
de
cjue agregar las continuas
los ejércitos cristianos, tenía (¡ue obligar á los habitan-
campiña
la
que ha\
á refugiarse en
Córdoba y
y de recreo que no habían sido arruinadas, y en
Medina Azzahra, á pesar de su
posible.
que
las
En
lo
y á
las
que se
vida sería im-
la
que
fortaleza, tendría
donada como todas, auncjue fuera luego habitada por ella se refugiaran,
haber sido destruida por incendio, pues para
la
el
decoración indicio
de
grado de calcinación
habitaciones á que pertenecieron
las
hubieran servido de alojamiento de trilnis
que en
refiere el Edrisí.
ligeramente calcinadas, pero sin cjue pueda ser suficieni^
de
ser aban-
familias
descubierto hasta ahora hay algunas piedras de
que presentan es suficiente que
de campo
á dejar las casas
la
soldadesca que
saqueaba, ó
las
errantes que en ellas se refugiaran y encendieran lumbre para
cocinar ó calentarse. El único vestigio de incendio hasta ahora encontrado, es alguna
pequeña cantidad de plomo fundido, un trozo de puerta
de madera chapeada de cobre dorado, con señal de haberse incendiado, y im reducido espacio, donde hay evidentes señales de incendio, pero
de poca extensión.
En
la
época de
de su origen, para
Córdoba llarse
pueblo
el
con
el
al
menos, pues figura con
retuvo para
sí,
que, cuando lo cede á
habla ya de
gran extensión de
la
las
recuerdo
nombre de
al
hacer
el
reparto de las
pasando luego á ser propiedad del Municipio, la
Comunidad de
para que utilice sus materiales en la Sierra,
el
el
que todavía es conocido. El palacio debía ha-
aún habitable cuando San Fernando,
tierras, lo el
la X'ieja,
Reconquista parece estaba ya perdido
la
minas
la
la
Orden de San Jerónimo
cor^i-irucción
del c- Hilo de
ciudad y del p
"^(Cio
de un convento en
Córdoba
hizo que
la
la
Vieja.
La
edificación del
onvento, levantado no lejos de aquéllos, no pudieran destruirlo por G jmpleto.
En
vida de Ambrosio de Morales, que habitó algún tiempo en
O)
c u
ca
O 'o
•o
•o
— el
monasterio, existía aún parte
como está,
se ven, dos sitios
al
—
49
menos, pues
de esta ciudad fde
y otro despoblado á una legua de
Jerónimo, que llaman Córdoba á esta ciudad, dice:
«1^1
la
allí,
la
«Y viéndose
dice:
de Córdoba), uno donde
cerca del monasterio de San
Vieja»; y hablando del agua que surtía
caño grueso que tiene
mismo monasterio
el
llevaron á aquella ciudad por conducto de piedra,
ahora en
pie,
y
lo
demás
se ha
ahora,
consumido en
las
lo
cuyo principio está
obras del monasterio».
Pedro Díaz de Rivas, en 1627, habla de una gran plaza situada á igual distancia
de
se veían señales
las partes oriental
y occidental, en medio de
calle
empedrada de
Mediodía y que, saliendo de
la
sillería,
la
principal,
existían restos de
Y
el
la
que
muro de
la
donde
el
se
parte occidental
la
población, y que toda esta po-
cerca,
que
corría
de Oriente á Oc-
Padre Ruano, que escribe en 1760, más de dos
medio después de edificado
partía
lado del
al
cerca, terminaba en un cerrillo,
una gran parte de
blación tenía por arriba un
de
que corría derecha
veían ruinas de una gran torre y de cisternas; que á
cidente.
cual
de un gran acueducto; de otras dos plazas más peque-
ñas y más bajas, situadas á los lados de
una ancha
la
convento, habla de
las
siglos v
murallas y edificios
existentes.
Posteriormente á
en
el
para
monasterio, las
e.sta
como
fecha se hicieron nuevas obras de ampliación
lo
el estilo
de alguna de sus
que necesariamente sacarían materiales de
Medina Azzahra, de donde las
comprueba
lo
construcciones de Córdoba,
como
lo
atestigua
el
de Morales, contribuyendo á acabar de destruirla
la
extensísima cerca que rodea actualmente
y
cuarteles en
Después,
la finca
que quedaba en
mucha
se debió llevar también
fábricas,
piedra para
mismo Ambrosio construcción de
las
que separan
la
los
que está dividida. el
lento pero constante crecimiento del suelo por los escom-
bros de las fábricas destruidas y por las tierras que
el
viento,
el
agua y
la
exuberante vegetación de aquel privilegiado clima acumulan de continuo, acabaron por convertir en extensa dehesa, cuya monotonía rom-
-soon
lí
la
más próxima
parte
á la Sierra
almeces, encinas y olivos, nacidos entre
al^imus
las ruinas,
sobre
)ccidente, y
(
de cuya existencia sólo dahan
pequeños trozos de su decoración,
ban
el
la
En vano
Historia
el
se despertó entre los
deseo de hallar
los restos
taban tantas maravillas. Perdida en
la
la
vieron levantados
el
palacio y
D. Pedro de Madrazo, por enseñaran, y
sitios
más poderoso
lo
la
siiiaics visibles
aparecían entre
de aquella ciudad, de que se con-
memoria de su
situación, se
cios,
al
sitio
donde
que D. Pascual Gayangos y Almakari
vez dirigido por algún ilustrado guía conocedor de
tal
sepulcro), acertó con
la
Las excavaciones,
de empezados
del
año
sin
verdadera situación de
Gobierno se acordara hacer excala Vieja,
concediendo
la
sub-
el
siguiente, ií^34, suspendiéndose á los pocos días
los trabajos,
no llegando á descubrir más que pequeños sin
que desde aquella fecha se volvieran á las dificultades
marqués de Guadalcázar, dueño de
que
la finca,
Pedro de Madrazo
.sentida
hemos comenzado
obra; esperemos, sin embargo,
la
se
los pala-
embargo, no pudieron comenzarse hasta
reanudar. Esta suspensión, por el
el
nombre
ello.
fragmentos de decoración,
oponía
la
dehesa llamada de Córdoba
vención necesaria para
mes de Mayo
estu-
ciudad de Medina Azzahra, hasta que
y en 1.S33 conseguía que por
vaciones en
buscaban
más que Almakari daba
aquellos lugares y de los restos que en ellos se veían (y cuyo
ha llevado
la
Anjueolo^ía y de
la
bastante exactas y concretas del
noticir.s
los
cantos rodados, sembra-
amantes de
llanura, á orillas del Guadalquivir, por
en su historia
le
como
de fábrica que en algunos
suelo, ó restos
maleza.
(]ue,
de
las salas
palacios que en un tiempo fueron suntuosa mansión del
monarca de
de frondosos
t;rui)()s
lamentación.
á su
continuación
arrancaban á don
«Con mala
estrella,
que otros
decía, la
pro-
seguirán con mejor fortuna.»
Cincuenta y intentó y aun
seis
años han transcurrido desde que
comenzó
el
Madrazo
Sr.
á explorar aquellos lugares, hasta que han po-
dido reanudarse, sin que nadie haya pensado, ó procurado
al
menos.
— continuar
las
excavaciones, aunque constantemente se hayan estado sa-
cando trozos de ornamentación de
En
—
51
este tiempo,
el
la (lue
á flor de tierra se encontraba.
suelo, continuando su constante crecimiento y los
hombres su destrucción, han ocultado ó destrozado ces estaba todavía visible.
Lo
iiuc
ha salvado
nente masa de escombros y piedra que sitios tres
que
poco que enton-
resta, es la
impo-
cubre, que alcanza en algunos
y cuatro metros de espesor, formada por inmensa mole de
manipostería y de
sillares, (jue al
informes montones, formados por
de
la
lo
lo
los edificios destruidos.
No
derrumbarse las
los
muros han caído en
masas de materiales acumulados
.son estas
ruinas
como
se trata de restos cubiertos por capa de tierra
otras muchas; no
más ó menos gruesa,
que fácilmente se remueve, sino por masas de materiales grosas de manejar.
difíciles
y
peli-
y.
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U
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c •3 <LI
<
->»"V
ífl
Mi'KKXi)[iK)s los trabajos,
E,^/
ha podido explorarse; mas
tancia para solo para
la
sido, por falta
que
historia del arte del Califato,
Pero en
de exploración á
los sitios fin
proseguirlos, indícase ya
en
los
los gastos
manera la
la
indiscutible,
los
moles-
no probables, sino seguros, lo
ciudad de Medina Azzahra, y que
descubierto.
Por
lo
está fijado con datos ciertos y de
que en aquel lugar estuvieron
la
las
si
puntos más convenientes para
los resultados,
menor duda, y
dores y poetas celebran
que
sería suficiente por
ocasionados y
han de sobrepujar en importancia histórica á pronto, no cabe ya
lo
que sólo han podido hacerse traba-
de investigar
que
de recursos,
descubierto es ya de tanta impor-
lo
compensar sobradamente
tias sufridas. jos
poco ha
las
el
famoso palacio y
descripciones en que historia-
suntuosidad y riqueza, no son pura fantasía
ni ficciones poéticas.
En
la
construcción del palacio de Medina Azzahra puede seguirse
con alguna certeza, en su comienzo por
la
parte descubierta, la
Abderrahman
III
el
reinado de
Alhakem
11,
las
obras desde
hasta los últimos tiempos del Califato,
y se ve que aquéllas no se interrumpieron
en
marcha de
ni se
dieron por terminadas
sino que continuaron en
el
de su
hijo
Hixem. Durante este tiempo, según queda ya expuesto, hubo un cambio completo en
el
sistema constructivo, que, tan claramente
ración, señala el aparejo de la cantería.
más
antigua, de
la
época de Abderrahman
En III,
la
como
la
deco-
parte que parece ser
las
la
paredes tienen los para-
de
•lientos
(¡ámimí
sillarejo irregular
—
54
V-")//i''- .)"))
trasdosados tanil)icn
ó con mamposteria ordinaria, y en algunos puntos reves-
con
sillarejo
tida
y groseramente chapeada ó recrecida
la iáhrica,
para regularizarla,
adosando á sus paramentos baldosas de barro cocido recibidas con mortero de cal las
1)
con yeso, y guarnecidas luego con
paredes, y sobre éste, colocada
A
piedra ó de yeso, esculpidas.
más esmerado, todo nadas á soga y
de
el
tizi'm
decoración en
la
en hiladas regulares y en piezas
(y.",
por último, en
de
la
el
1
lixem
espesor de
con
res á tizón, alternando
de
la
pared
[/i'uiiinn
y.",
los sillares
pleados en
ampliación de
Hixem
zor ó por
II.
labrada y sentada terior al
En
la
precisos á soga para llenar
los
,
S."
fábrica
y
y.").
La
el
II;
de
silla-
espesor
disposición y di-
de este último período son análogos á la
la
forma
la
paredes y compuestas con varios
las
los
em-
mezquita de Córdoba, hecha por Alman-
Esto no obstante, y á pesar del esmero con que está
la sillería,
no estuvo nunca
al
descubierto, en
el
in-
menos, sino guarnecida de espesa capa de mortero ó de estuco.
el
aparejo ó despiezo de
la
cantería se ven, sin embargo, distin-
en fábricas ejecutadas indudablemente
indicando, lo
mismo que
la
al
que se adoptó, definitivamente, de Almanzor ó Hixem la
propio tiempo,
decoración, que trabajaban obreros ó maes-
de diversas procedencias, que empleaban sistemas
En
parte de
de Alamiriya, como caracte-
tos sistemas,
tros
la
ó de Almanzor, formada
II
í/oiiras j ."
mensiones de la
de
alter-
ampliación de Alhakem
la
describir las ruinas
al
época de
en todo
sillería
al
que podemos llamar su tercer periodo, en
lo
que queda expuesta rístico
análogo
<')."),
//!;'.
mezquita de Córdoba correspondiente á y,
ó placas de
tiras
este sistema constructivo sucede otro
sillería,
\Ii'i»iina
estucado que cubre
el
el
que caracteriza
las
distintos, hasta
obras de
la
época
II.
gran cantidad de decoración encontrada se ven diversas es-
cuelas de las que contribuyeron á formar
trucción del palacio. serva parte de
la
Un
trozo de
muro
el
arte del Califato y á la cons-
que, aunque
muy
derruido, con-
ornamentación, y una puerta que conserva
la
de
las
AUTK
DEl.
lALIlATO
DIC
LAMINA XXV.
Cร UIlOHA, SU.I.O X.
Columnas de mรกrmol
del palacio de
Medina Azzahra.
Dimensiones: Capitel de mรกrmol blanco. Fuste id. negro
0,22
Capitel de
1,22
Basa
0,125
Fuste id. negro Basa id. blanco
id.
blanco
mรกrmol
blanco.
......
0,221 0,85 0,12
> X X •<
O E S V •O
C
o 1-1
o < n
O a b4
•o
U » <! fe 13 «c
U w D W f-
<
DD
jambas, enseñan
manera de componer y de decorar. La construcción
la
se hacía lisa y sin tener en cuenta
en
tiras
la
ó placas de piedra ó de yeso, de una ó dos pulgadas (de ^5 á 43
milímetros de grueso), fijándolas á
ciendo luego con estuco
el
las
que de
trucciones de
las
las fábricas
de cantería, y que es
Caldea y de
la
paredes con mortero y guarne-
resto de las superficies [h'uiiiiias ly
Este falso sistema, más propio de postería
decoración, y luego coiocal)an ésta
el
de
y
/,sj.
y de mani-
ladrillo
que caracteriza
cons-
las
Persia, indican estar hechas ó dirigi-
la
das por gente acostumbrada á aquella clase de obra y
al
manejo de
aquellos materiales, y que no comprendía ó no se avenía con las leyes
y
práctica de
la
cantería.
la
nuevos sistemas en \en
el
Y
despiezo y aparejo de
los diversos influjos que, lo
coración, contribuyeron á terística
de
la
la sillería
Abderrahman
la
mismo en
la
la
obra del Califato
la
cantería, en lo cual se
construcción que en
la
de-
formación del arte del Califato. La carac-
construcción del primer período del Califato de Córdoba,
y seguramente de sivo de
embargo, traen á
sin
la
arquitectura hispano-visigoda, es
como
el
empleo exclu-
sistema de construcción; pero entre
obra de
la
y
las posteriores
hasta
aunque conservando
este carácter,
hay un cambio completo en
I
y
11
la
caída del Califato, se ve que, el
des-
piezo y asiento de la cantería y en la aplicación de los elementos decorativos. Esta diferencia ó esta característica
quita de
Córdoba
se ve
más claramente en
Medina Azzahra. Hay que empleada en
la
tener, sin
que se observa en
la
mez-
de Alamiriya
los palacios
embargo, en cuenta que
^•
piedra
la
construcción de Medina Azzahra, lo mismo que en
la
mezquita de Córdoba, es una piedra ordinaria, de grano grueso y poco
adecuada para hacer una ornamentación delicada, por emplearon para ésta una arenisca de grano tación podía hacerse casi
de larga distancia
masa
la
como en
el
muy
en
poca cantidad necesaria para
corta dústancia.
En
la
las
como
ella,
que buscaron y
que
mármol, y no era
precisa para la construcción, teniendo
canteras á
fino,
lo
lo
la
ornamen-
mismo
que
la
llevar
enorme
tenían para ésta las
habitaciones principales,
como
56
-
toda
la
en
llamada de
sala
la
los ("alitas,
mente de mármol, como
lo
eran
lumnas en todo d palacio, y
los fustes,
lo
decoración de piedra y
como
liié
De
la
así se
la
á los hor-
piedra ó
la
las
el
la
vez
ejemplo de
construcción diversos
influjos,
este .sistema constructivo y decorativo se debe, sin embargo,
el
demoler
el
que se haya salvado gran parte de de
palacio, á fin
utilizar los materiales
decoración, pues
la
en
el
convento,
al
ornamentación
la
hecha en piedra arenisca ó en yeso y labrada independientemente de cantería, la
la
se ven en la decoración.
A
de
la
veso,
el
ven empleadas á
de yeso, como sucede en
todas suertes, se ven en
la
mismo sistema en
el
mármol por
el
por economia y por facilidad del trabajo;
ij.
en
lo visitaron
hecho con este material
menos importancia siguieron
ornamentación, pero sustituyendo
¡amina
cuantos
co-
las
demolerse aquél, salvándose sólo pequeños trozos. Kn
al
habitaciones de
la
basas y capiteles de
así lo testifican
época de su esplendor; pero todo nos decaí
ornamentación era iinhidahle-
no tenía aplicación, ó
mampostería, para
lo
la
la
tenía sólo para hormigones y enripiado
que podían disponer de enormes masas de
materiales de mejores condiciones. Por eso se encuentra en gran canti-
dad
ornamentación en piedra ó en estuco, mientras que sólo aparecen
la
pequeños fragmentos de
la
de mármol, pues éste podría
fabricación de cal; así que lo ¡)Oco que
como
.se
utilizarse
en
la
encuentra de este material,
trozos de fustes, de grandes ánforas, de fuentes, solerías, etc., está
partido y preparado para llevarlo á los hornos. Tal vez algo de
podía utilizarse
ni tenía
aplicación en
llevaría para otras construcciones,
de algunas de
En
los
las
columnas que
.se
el
convento,
como
y puede que ésta sea
encuentran en
lo
que no
columnas,
las
.se
la
procedencia
edificios
de Córdoba.
fragmentos de ornamentación encontrados se ven,
como queda
indicado, varias escuelas: una i/átn/fia 2j), de tradición bizantino-visigoda,
que es
del Califato
la
que predomina en
la
decoración del palacio, y que
abandona en sus últimos tiempos; otra {/amina
del clásico-romano,
28),
que emplea simultáneamente con aquélla
el
arte
derivada
{/átninas 2y
Arte del Cauiato de
C'órijoua, siglo x.
,^
:^A
•5»*:
LAMINA XXVII.
Wií^'^
¡hW
Palacio de
Medina Azzahra. Detalles de ornamentación en
piedra.
Aktr
Diíi
Califato
nv.
r(')Ri)niiA, sir.i.o
LÁMINA XXVIII
\-.
Palacio de Medina Azzahra. Detalles de
la
decoración, en piedra.
— V ^o), y
que es
la
que conserva como
período abandona
—
57
característica,
influjo hizantino,
el
y
la
que informa
que abandona también ó modifica por
Califato; pero
rivada, caracteriza la encontrada en Aguilarejo (le
que nuevos
vengan, va en á verificar un
cuando en su último
influjos del Oriente, las
de
la
el
la (¡ue,
f/r/w/z/í/ /c,
capitel
del
de
de-
,'."
//),'.
Mesopotamia ó de
la
antes l'ersia
ornamentación; otra (/ámiitn
que indica un refinamiento, que ocasiona una decadencia de y que emplea simultáneamente con algunos detalles recuerda
la
ella;
otra {¡ániina
quismo extraños. Simultáneamente con
primera,
que, aunque en
,'.')
ella
ellos, se
un
influjo
y un barro-
encuentran motivos or-
namentales derivados del clasico-bizantino, ó con una cia realista, tratado
la
,v),
primera, se separr tan por completo de una
y de otra, que no puede menos de verse en
flora
con tenden-
todo y ejecutado con una gran finura y corrección
,'v),
aunque tengan algún elemento común, que forma
marcado contraste con
la
ornamentación de
la
lámina 3- y que señala
influencia ó ejecucic'm directa de los obreros procedentes de
de Constantinopla de que hablan
No
la
),
postrimerías del Califato y después de su destrucción,
cambio completo en
de dibujo {¡ániiua
ella
los escritores
la
Bagdad y
musulmanes.
pasan, sin embargo, de uno á otro sistema en
la
ornamenta-
ción sino por modificaciones y compenetraciones continuas, introdu-
ciéndose nuevos elementos cuyo influjo y origen no es
difícil
encontrar,
y que no entro á detallar, siguiéndolo paso á paso, por ser ese también
un estudio ajeno cuenta de
lo
al
objeto de esta Memoria, pues ella aspira sólo á dar
descubierto hasta ahora y de su importancia para
del arte de la civilización
ración
(/á»i/ii:i
geométricos,
,y), se
como
la historia
hispano-mahometana. Otro género de deco-
encuentra también, en que sólo entran elementos
grecas, fajas decoradas con motivos basados en la
cuadrícula ó tablero de ajedrez, ya destacándola .sobre
el
fondo, con
color rojo, ya compuestas con mosaicos á dos colores, blanco y rojo,
formados con piezas de barro cocido, incrustadas en cajas abiertas en la
piedra, lo
mismo que
los
que decoran
los
tímpanos de
los
arcos y
— fondos de
de
las
las
vrntanas
fachadas de
la
como
cos Io> hay,
linifidas
y en
— las tajas
que recuadran
ijueda indicado, derivados de
que en
las
la
de
la
la
greca con diferentes
que se encuentran ya en
l'ersia
mahometana
se han
arquitec-
la
empleado desde
los
tiempos más remotos y siguen aún empleándose, derivados
las
cuadrículas de ajedrez y de
Fu;.
— .Placa
16.
rojo
ladrillo
las
construcciones de
de piedra blanca y
del palacio de
FiG.
Medina
7.
1
y otros
ladrillos;
— Mosaico de barro vidria-
hoy Catedral, de Córdoba.
ta,
la
par de
al
do blanco y verde, de la mezqui-
Azzahra.
que recuerdan
puertas
nuviiuita cordobesa. Entre los motivos jjeométri-
variantes; otros, de ori-^fen persa,
tura asiria, y
5>^
ornamentación de alguna de
las
tumbas de
Licia,
la
indicando todos ellos un marcado influjo del Oriente. Esta ornamentación,
de mosaico de barro cocido y de piedra blanca, es también
misma expuesta
al
describir los pavimentos, con la variante
éstos, por el contrario,
luego en
y
la
los alicatados
nario interés las
pueden conceptuarse como un
ó mosaicos de barro esmaltado que figuran
arquitectura hispano-mahometana, aunque cambien
que
los materiales
vez de
de que en
son piezas de piedra recortadas y metidas en
cajas hechas en las baldosas de barro y
precedente de
el
la
componen; y en
el
dibujo
este concepto es de extraordi-
alicatado de barro esmaltado de una de las capillas,
primeras que se establecieron en
Reconquista,
tal
la
vez anterior á ésta, que tiene
la
mezquita á
raíz
como motivo de
la
de
tal la
com-
X < X
S o
< m o Q
-O
U .«
O Eh <!
u¡ t!
U
kJ
O H P«
<
X
< c •5
S a 2 «
'o
(L)
T3
y.
q
o
•o
o <
u u
<
—
—
59
posición un dibujo del Califato, igual á alguno de los encontrados en
Medina Azzahra
(j/i^uiuis ih
y
¡j).
Todos
ornamentación encontrados han perdido nos conservan señal de haberlos tenido, Díaz de
las Rivas,
las lo
de este género de
los trozos
piezas de barro, pero algu-
que aún alcanzó
á ver
Pedro
que dice que muchos pedazos de decoración «tenían
unas labores y esculturas que nosotros llamamos mosaicos y se ven en
Fio.
el
lado oriental de
Almanzor de
la
la
iglesia
i
8
mayor» (tachada de
mezquita de Córdoba); en otros,
la
ampliación de
las piezas
de barro
están sustituidas por pinturas de color rojo. Otro ejemplo de ornamen-
tación encontrado, y del que nada se conocía de consiste en placas de piedra {láuiina ;í,
en hueco
la
la
en
época del
las
Calitato,
que está grabada
ornamentación y rellenada luego con una pasta tormada
con estuco y polvo de en
fig. i."),
la
arquitectura
ladrillo,
mahometana
ornamentación del Egipto,
muy empleada
aunque grabada
mentación en placas de mármol. Formaban parte de
la
también
allí la
orna-
decoración
ins-
cripciones en caracteres cúficos, de las que se han encontrado algunos
— 'Vagmentos
[/liiinmi
;ñ).
\)c
Moreno, que acompaña
á la
—
6o
traducciíni hfcli;i
l;i
misma lámina, no
interés histórico, v
aunque alguna,
á olira hecha por
Alhakem, como
i(')m(íz
<
icsulta tbch.a ni dato
más importante, parece
la
de
referirse
fragmentos se han encontrado
los
entre ios escombros arrancados de su
demoler
sitio al
muy
estuvieron colocados, sólo de una manera la
h Manuel
\mj\
oUra en que
la
vaga puede conjeturarse
parte del palacio á cuya decoración pertenecieron.
La decoración
está tratada á diversas escalas
sentimiento que tenían de
la
proporción y de
(//;'.
viéndose
/.S),
el
pues motivos aná-
la luz,
logos y géneros iguales de ornato están labrados á distintos tamaños c
intensidad de claro-oscuro,
lo
que
estaría en relación
nes y situación del aposento ó lugar que decoraban.
embargo, comprobarse siempre, porque encuentran entre
escombros,
los
veces .saber con certeza
el sitio
de
resuelve, en parte, algunos
sin
.sea
fácil
los
problemas que
quita cordobesa y, por lo tanto, en lo
descubierto
seguridad,
la
á
la
arte, v
en
decoración se
mayoría de
al
la
emprender la historia
las
de
el
las
los influjos
que motivan
la
exca-
mez-
la
pudiendo
del arte del Califato,
con gran probabilidad de acierto,
fijarse
época y orígenes de
que en aquel
la
la
e.sto, sin
á que corresponden. Pero lo descubierto
vaciones esperaba aclarar, y que eran dudo.sos en
con
dimensio-
las
Xo puede
de
los restos
que
con
casi
con
evolución
hi.spano-mahometano en general, se
verifica
caída del Califato.
Sólo ha sido hasta ahora descubierta una pequeña parte del palacio, {/á»iiinis
/ ;
V
/y)
que
difiere del
de Alamiriva en
la
distribución.
En
uno y
otro, sin
recto,
produciendo habitaciones rectangulares y cuadradas. Tal vez
llamada sala de
embargo,
las
paredes se encuentran siempre en ángulo
los Califas fuera
puertas, una en cada
octogonal, pues dicen que tenía ocho
uno de sus
lados; pero lo
más probable
fuera cuadrada, con dos puertas en cada lado, análogamente
de Embajadores de
la
cada uno de sus lados.
la
Alhambra, sólo
c]ue éste tiene tres
Si era octógona, sería
es al
que
salón
huecos en
una excepción, como
lo
AUTK
I)UL
CaMI ATd
lll-.
CÓUUOBA, SU.LU
Palacio de
Los
I, 2, 3,
LÁMINA XXXI.
X.
Medina Azzahra. Detalles de 4,
5
y
7,
en piedra, y
la
la
decoración.
6 en mármol blanco.
AiM'K
iiiii.
("ai.iI'^ato
dií
C!<)KDi)iia, su,
lo x.
Lámina XXXII.
--áíáW
Detalles de
la
ornamentación en piedra del palacio de Medina Azzahra.
— Cíes siempre en la arquitectura árabe, y en general en todas las arquitec-
turas del Oriente clásico. Sólo en la Persia
mahometana suelen hacerse
construcciones poligonales. Las puertas gemelas que dan ingreso á
la
al
patio de la parte
E del
de cómo podrían
estar, tal vez, las
ocho puertas, habiendo dos gemelas
habitación
/
,
y
ó independientes en cada lado
Lo
(i)
palacio {lámina Juj, dan idea
(i).
del polígono de ocho lados con un arco en cada
ción dada por D. Pedro Madrazo á
de Almakari, pero en ningún
lo
antiguo creo que figure
te.xto
uno
es una interpreta-
dicho por D. Pascual Ciayangos en la
la
traducción
palabra polígono. La
descripción que de esta sala da Annowairi dice que dominaba los jardines y que estaba
sostenida por columnas de jaspeado mármol,
análogo
al
vestíbulo del mihrab de
Gayangos en
cual
la
la
lo
que da idea de que era un pabellón
mezquita de Córdoba.
Lo mismo
dice D. Pas-
citada traducción: que estaba sostenida por columnas de mármol-
pero no que tuviera un arco en cada uno de sus ocho lados, sino ocho arcos en cada lado, lo
que explica en
la
nota que acompaña, en
la
que
las
puertas eran diez y seis, ocho en cada lado, para
las
tuviera sólo en dos de sus lados.
describe
la sala
The
iiai.l
de
lo
cita otro autor
que hubiera sido preciso que
La traducción de D. Pascual tíayangos, en que
los Califas, dice:
of the Khalifs.
— Anoter
wonders of Az-zahrá was the
of the
called Kasru-1-Kholafá (the hall of the Khalifs), the roof of solid but transparent blocks of
same
que dice que
hall
which was of gold and
marble of various colours, the walls likewise of the
materials. In the centre of this hall, or, according to some, on the top of the
above-described fountain, which pearl
is
by them placed
in this hall,
presented to An-nássir by the Greek emperor Leo,
The
objects.
covered the roof of
tiles that
was ñxed the unique
amonh
this magnificent hall
other valuable
were made of puré
gold and silver, and according to Ibnu liashkúwál, there was in the centre of the rooni a large basin filled
pillars of
y por
with quicksilver; on each side of it eight doors fixed on arches (171
and ebony, ornamented with gold and precious stones of various kinds upon
of ivory
la
variegated marble and transparent crystal (serían de ónix ó de alabastro,
transparencia
les
parecerían de cristal).
—
(17).
The word which have The autor of the 1
the plural of an arch of the horseshoe form'
translated by' arches'
is
Kitabu-1-já ráfiy yah,
who
describes also this
hall,
says that the gates were sixteem,
eight on each side.
Es
difícil
conciliar todas estas descripciones; podía ser
ticos por dos lados, lo
que habría de
resultar, ó
dos sobre columnas. ble de
una
sala,
que es muy discutible estando abovedada, con
Aun
cerrada con pórlas
dimensiones
un pabellón en forma de pórtico cerrado con arcos sosteniesto admitiría varias soluciones, entre ellas la poco proba-
que fuera análogo en su disposición
del pórtico llamado Tribunal de
á las
mezquitas del tipo de
la
de
Omar
David en jerusalén; pero este tipo no encaja en
arquitectura mahometana-españoia.
ó la
Como queda la
expuesto
palaeio de Alamiiiya, en éste
al de.scril)ir el
distribución está dispuesta en grandes crujías paralelas, subdivididas
luego con paredes transversales en habitaciones petiueñas, conservando
Medina Azzahra
cierta regularidad; mientras (¡ue en lo
que obligaba
como en
el
la
topografía del terreno,
sistema distributivo de los palacios asirlos,
general pequeñas y en crujías estrechas
lo
sólo 2,^2 metros de ancho, y se ve
irregular, á
vez por grupos de edificios,
tal
bierto hasta ahora no permite formar juicio exacto.
por
más
es
bien lo descu-
si
Las habitaciones son teniendo algunas
(i),
que se hicieron en
ellas
continuas
reformas, adiciones y subdivisiones, algunas seguramente en tiem{)os de
Hixem
II,
en
Las paredes, construidas de
los últimos días del Califato.
que varían desde
cantería labrada por todas sus caras, tienen espesores
cerca de un metro hasta
más de dos y medio, y
cada recinto hasta cinco ó (i)
por
diez,
temperatura debía con-
la
que habían de cubrirlas y su
pues aunque tenían pinares cerca, en
madera haría que no
la
dimensiones, pero no en nes por las que tampoco los pinares
la Sierra, la falta
utiUzaran
más
el palacii),
en
la
de caminos y
fáci!
la
transporte,
calidad de
el
que habían de
emplearon en
la
ir
ricamente decoradas, razo-
adonde
mezíjuita cordobesa,
se ha hecho y sigue haciéndose
obras en caballerías, á lomo,
las llevaron
lo
el
que influye en
transporte de los materiales para la
construcción, y no ha
tiempo que persona tan conocedora de aquel imperio como D. Emilio Bonelli cía que, por esta causa, los
dimensiones de
las
anchos de
las crujías
de
los edificios
como en
me
de-
estaban sujetos á
artístico-industrial, por la persistencia
la
Edad Media, especialmente
que esos pueblos han tenido en sus
prácticas y costumbres tradicionales, estudio que es preciso hacer antes de que civihzación europea las borre, análogamente á lo
como ejemplo, puede se emplean
las
otros conceptos, de gran interés
para aclarar algunos problemas de nuestra historia de la
mucho
maderas relacionadas con ese sistema de transporte.
El estudio de Marruecos es en este,
para
la
que en construcciones ordinarias y de cortas
de Tortosa.
En Marruecos las
que
de cerramiento de
El ancho de las habitaciones está motivado por lo que permitían las dimen-
siones usuales de las maderas con las
de
lo
las
que sucede en
el
citarse el de las riberas del Tigris y del Eufrates,
las cufias, las balsas
la
Oriente musulmán;
y los pellejos inflados para el transporte
donde aún de materia-
mercancías por el río, y para su paso, en la misma forma que los describe Herodoto y que nos enseñan los bajorrelieves asirlos del siglo viii antes de nuestra Era, y que en plazo no lejano desaparecerán por el influjo que Europa lleva allí con la consles y
trucción del ferrocarril de Bagdad.
Arik
i)i;i.
Calu'Aio dk CIóudoua, siguj
1
LAMINA XXXIIl.
x.
« * ' •
»^
U/4
Detalles de
la
ornamentación en piedra del palacio de Medina Azzahra.
•A
— servarse templada,
en edificios
así
—
63
en invierno como en verano, pues
como
construidos y en climas
así
reducidas. Esto recuerda
la
construcción
el
las variaciones
palacios de la
d(; los
muy
de Córdoba, son
Mcsopo-
tamia, aunque no alcancen sus paredes las enormes dimensiones que las
de Khorsabad y de Koyunchik, pero de
Tel'lo,
en
sí
de El-(Jkhaidir v de
las del
que varían próximamente, dentro de
el
los
que en aquél, entre 0|So y 2,ho metros. Hay que tener, cuenta que
y de
sin
límites
embargo, en
paredes de Khorsabad y Koyunchik son de adobe ñ de
las
de El-()khaidir de mampostería ordinaria y
tierra apisonada, las llo,
mismos
las
de
ladrillo las
ladri-
que en Medina Azzahra son todas
Tel'lo, mientras
de cantería. El palacio de Medina Az/ahra estaba construido en mesetas escalo-
nadas en anfiteatro, utilizando _'/
1^, /t,
r jj).
levantaba, según llanura.
En
el
la
la
primer término se destacaría
el Edrisí,
Al pie de
de
las estribaciones
ya fuera de
la Sierra,
en
Sierra ilánüiiiis
i ^,
la
mezquita, que
.se
la
parte baja, en
la
Sierra se percibe la gran plaza, situada á igual dis-
tancia de las partes oriental y occidental, de que hablan Pedro Díaz de las
de
Rivas y Ambrosio de Morales,
que dice
.sillería,
cerca,
que en
y
y
_'y),
En
en
lo alto,
ban sobre
el
la
ancha
la
empedrada
calle,
corría derecha al lado del Mediodía,
el
que cerraba
el
y
el
muro de
las
la
_';
recinto por el Norte {¡amina iñ).
última meseta, las habitaciones del
verde oscuro de
rado todo por
como
parte baja corría de Oriente á Poniente {lámiinis
la
mismo
lo
así
montaña, que
le
harem
se destaca-
servía de fondo, sepa-
murallas que, reforzadas por macizos contrafuertes,
aislaban cada parte de la ciudad y del palacio, conforme con la descrip-
ción que hace idea de
la
el Edrisí,
tan concisa
disposición de aquella suntuosa
descripciones de los otros viajeros.
abovedado y todo tarillas,
como
él
morada que
Gran parte
las
más cabal pomposas
del palacio debió estar
enlazado por galerías y escalinatas; grandes alcan-
construidas todas de
fi'^ura A. 'O,
exacta, y que da
sillería
perfectamente labrada [Jániina
5.S',
y que representa un trabajo enorme por su extensión, enla-
zaban todas úc
las
partes del palacio y servían para desai^iie y recogida
las a<^uas ])liivialos y
lian las tuberías
a>^uas
de
-
64
de
(1>'1
|)l()nio
las cubiertas.
de
interior (]ue,
los edilicios,
embebidas en
la
y á
que acome-
las
fábrica, recogían las
Lns alcantarillas tienen diversas
alturas,
estando
en algunos puntos escalonadas y llegando á dimensiones que hacen difícil
y en algunos puntos imposible
alcantarillas es
mica y de
donde
.se
el
transitar por ellas.
han encontrado todos
los
En
estas
fragmentos de cerá-
cristalería.
Los trabajos de investigación practicados en diversos puntos hacen
comprender que
el
renta hectáreas, independientemente de lo ocupado por
todo
ello, si
la
comprender
él
mismo, resultara exacta, ocuparía 89 hec-
los arrabales.
Restos de cimentación y de recintos,
que se encuentran en
el palacio,
ciudad, y
la
descripción de Ambrosio de Morales, basada en una
medición hecha, dice, por táreas, sin
más de cua-
palacio debió ocupar una extensión de
dan idea de
la
las
(Xold de /as páí^inas j^, jñ
y jj.)
murallas que cercaban otro de los
el llano,
extensión de
á larga distancia del
la
que ocupó
ciudad; pero ha sido destruida
tan completamente, que no puede pensarse siquiera que haya probabilidades de encontrar cer la extensión
que
nada que tenga otra importancia que tenía.
la
de cono-
Arti; del Calh'ato
ijk
(
รณrdoua, siglo
x.
Lร MINA
XXXV.
Detalles de ornamentaciรณn: Las figuras i y 4, en piedra, y la 2, 3 y 5, en mรกrmol. Las I, 2, 3 y 4 son del palacio de Medina Azzahra, y la 5 del de Alamiriya. Las dimensiones de la mano son 0,07 m. y la del pie 0,07 de ancho y han pertenecido รกdos distintos bajorrelieves, con figuras de mujer, de unos -^ del natural.
<
•O 'c.
c
•o
o
«-*
c
< B O Q Oí
O)
-o
U
O 'o
o
<
u -J
w «
H
<
IV
DESCONÓCESE
cuándo comienza en España
esmaltado á
la
la
Arquitectura, no existiendo ejemplo alguno que
de manera cierta quepa afirmar que es anterior
En
mezquita de Córdoba,
la
tiempo de Alhakem
II
son de tiempo de
Don Enrique
reconquista de Córdoba,
algunas capillas.
mismo género los
de
decoraban
la
como
Tampoco
II,
y
lo
de
los
muy son
es seguro
la
capilla
Giralda, colocados
muy
la
de alicatados de de San Fernando,
que sean anteriores
monumentos
de
ó
que decoraban y decoran
existen en algunos
las capillas
frisos
lisos
posteriores, por lo tanto, á la
los
sevillanos,
los
que del
como no
lo
posteriormente. Entre los que
catedral de Córdoba,
página 58 es de gran interés, por tener
el
citado ya en
la
como motivo ornamental un
dibujo del Califato; pero arrancado de su
no se sabe dónde estaba colocado,
sitio
ni si
hace más de sesenta era de un
un pavimento, aunque más parece esto último, por
sobre
vez
aquella
á
están revestidos con tableros de mármol,
mosaico de barro esmaltado, como
está,
tal
y
zócalos que se conservan de
los
decorados, ó con pinturas sobre estuco. Los
años,
siglo xni
con anterioridad
arquitectónica
ese género de decoración
son
al
pero tampoco puede decirse en absoluto que no haya existido
al xiv;
fecha.
aplicación del barro
lo
friso
ó de
desgastado que
mostrando señales evidentes de haberse transitado largo tiempo él.
Nada
se
ha encontrado en Alamiriya
ni
en Medina Azzahra de este 5
,
— género do cerámica decorativa, rio,
A
de estuco rojo en
este género
los zócalos
L.
de decoración, según
que ha encontrado trozos de
en
él
contra-
de mármol.
de Beylié que existía ya en
comprobar
iiarccc la
el
en uno y otro pa-
tintas lisas, y en alt^unas salas,
tantes descubrimientos hechos por la
de haber existido; por
ni señal
fines del siglo xi, cree el general
ItVikia
en
—
de duda, que
se ve, sin género alguno
lacio eran
óf)
Kaiaa de
ios
los
impor-
Beni-Hammad,
y de mosaicos de barro es-
ladrillo
maltado, algunos con reflejos metálicos. Pero en éstos se ve claramente directo de
el influjo
la
Persia,
de donde seguramente se
caracteres difieren por completo de los que distinguen
España, con el
el
que no guardan
llevaron, y sus el
empleado en
La Kalaa
relacif'm alguna.
fué edificada
año 1007, abandonada en royo, demolida en parte, para
materiales en otras construcciones en
des en
I
I
5 -
suponer que
fragmentos encontrados deben pertenecer
aunque ésta no sea razón suertes
14S y destruida por
los
Almoha-
datos en que aquel ilustrado explorador se apoya para
[iV,
los
i
utilizar los
un hecho
el
de
los azulejos,
también de
frente del mihrab de la mezquita
reflejo
de Kairuán,
que no son consecuencias de un sistema decorativo que caracterice arte de aquella región del África del Norte, lo los
los
que decoran en
la Siria las
el
mismo que sucede con
mosaicos bizantinos de vidrio del vestíbulo del mihrab de
de Córdoba, v
y
suficiente á comprobarlo, parece de todas
aislado, análogo al
metálico, que decoran
al siglo xi;
mezquitas de
la (
mezquita
)mar y de
Alaksa en lerusalén, que no son producto del arte mahometano de Cór-
doba
ni del
de
la
Palestina
— aunque en algunos de sus detalles tengan
motivos ornamentales propios del arte de decoración que no arraiga
Los pavimentos de cidos,
en uno
la
ni
ó del de Córdoba
—
en otro punto.
los edificios del Califato
no conservándose más que
mihrab de
(1)
ni
la Siria
las losas
eran también descono-
de mármol del
interior del
mezquita de Córdoba. El resto de ésta debió estar solada
General L. de Beylié: La Kalaa des Beni-Hammad. Leroux. París, 1909.
Aun-; nm. CAi.iiAm
lĂj;.
i>k
C'c'iuuoiia, sn.i.o
I.
Fie.
y
LĂ MINA XXXVIl.
x.
2.'
Medina Azzahra. Pavimentos de baldosas de barro cocido de 0,42 m. de lado de piedra blanca. Fig. i.', de la sala e de la parte del palacio A de la planta ge-
neral. Fig.
i':\
id.
de
la sala d.
AhiI':
iMíi,
I'iR-
C'Ai.ii'Aro
ihí
(iiuhoha, siglo
XXW
!•"
Medina Azzahra. Pavimentos de baldosas de 0,42 m. de piedra blanca. Fig.
Figura
LÁMINA
x.
2."',
id.
de
1;',
de
la sala c.
la
sala b
de
la
lado,
parte del palacio
A
de
de barro cocido y la
planta general.
con
ladrillo
común
-
Gj
y en algunos
(i),
sitios
con losas rectangulares de
mármol. En algún pequeño trozo antiguo que se conserva, como no tienen marca
drillos
señal alguna y son de las dimensiones ordi-
ni
narias,
no puede asegurarse con certeza
pero
que no son de
sí
Ahora
bien; los
la
época á que pertenecen,
del Califato {2).
la
pavimentos descubiertos en Medina Azzahra son de
varias clases: unos, en las calles y patios, de gruesas losas, sillares
color, rojo
i'>
blanco, en cada habitación, colocadas por fajas
de ^5 á 40 centímetros, y cortadas á junta perdida;
igual ancho,
otros,
verdaderos
de piedra ordinaria; otros, de losas de alabastro ó de mármol
de un solo de
los la-
formados por baldosas de barro cocido encarnado, de 40 á 42
centímetros de lado, sentadas sin combinación alguna ó combinadas
con baldosas de piedra blanca en {/(iíii/iiii
fig. //'),
,y,
fajas
colocadas á escuadra ó cartabón
ó alternando con fajas de mosaico compuesto con
incrustaciones de piedra, en cajas abiertas en rro {/áiiiiiia
:;-,
fií^.
j." r
greca, ó derivados de
/ti
mina
,\S');
la
misma baldosa de ba-
sus motivos están
tomados de
la
ó del tablero de ajedrez, y otras combina-
ella
ciones ó trazados geométricos, y son análogos á los que decoran las
portadas de la
tachadas de
las
de Oriente, de
los
De
de
monumentos
nas habitaciones
los
mezquita de Córdoba, especialmente de
época de Almanzor. La svástica que resulta en
la
algunos, es consecuencia
tomada de
la
la
combinación del trazado, ó
visigodos, sin simbolismo alguno.
pavimentos son de estuco
tal
En
vez
algu-
rojo.
común estaba solado, según el Kartás, el patio de la mezquita de mismo tiempo que los emigrados cordobeses construían del la Andalús, en la misma ciudad. Los pavimentos encontrados en Alamiriya y Medina Azzahra han hecho ver (2) que una parte de la mezquita debió estar solada con losas de mármol rojo de la clase (i)
ladrillo
Cairuin, en Fez, levantada al
y dimensiones de cía
desde
el
la
de losas (algunas de
¡lalacios, tal
ellas
vez
la
macsura y el pasadizo que condudeben pertenecer gran número
con gorroneras ó quicialeras, señal de haber estado en un
en que había puerta) que hay en el muchas reformas hechas en el solado.
sitio las
de aquellos
palacio del Califa á la mezquita, y á ellos
patio,
y que se quitarían
al
hacer alguna de
— Ue no menor
de
—
interés son los Inigmcntos encontrados
driado y de objetos de toria
68
cristal,
de barro
pues han sido una revelación para
vi-
la his-
cerámica espr.ñola. Los de loza vidriada están, unos decora-
la
dos sólo con motivos ornamentales
basados por
con
otros figura
lo
genera! en
letras
cúficas,
la
uno con
humana y algunos con
males, en su mayoría aves
40
En
/<'niiiiiíis
general, los elementos domi-
nantes en
mos que
la
decoración son los mis-
figuran en la arquitectura
del Califato, y consisten
í
(
ani-
57).
,¡
TK.. U)
flora,
con
fajas
flora
en trenzas,
de tradición clasico-
bizantina ó visigoda, ó con la caracFiG. 20
terística del Califato (/¡^//ras
21 y
22),
y
lo
mismo
/(j,
jo,
las letras cúficas,
pues aunque en su forma difieren
"
~'
m^mk
~^
algunas de las inscripciones labradas
——f m
en piedra, no hay razón que se opon-
'
1|
^^^*'*"^'*'~«*—^ ^M
ga á que sean del Califato, pues en la
FiG. 21
Motivos de
la
ornamenlación de
Arquitectura empleados en
mezquita de Córdoba se encuen-
tran con igual carácter pertenecien-
la
la ce-
kem zor,
obras de tiempos de Alha-
tes á
rámica.
II
V de llixem
pues hay que tener en cuenta que son sólo
II
ó de Alman-
cifras aisladas
ó repe-
tidas en serie, en fajas ornamentales.
Demuestra que cordobesa,
mos de
la
el
que
la
los
cerámica vidriada y pintada es de fabricación
motivos de
la
ornamentación no sólo son
los mis-
arquitectura del Califato, sino que se observan en ellos aná-
logas variantes de sus diversas épocas y escuelas
que en aquélla. Los
X
go 'u
o u
•o
•a
c a u
J3 tu
c
5
05
<
ArIK
DKI,
CalII-AIO
I)K
CllRllOllA, SIGLO X.
Medina Azzahra. Fragmentos de barro vidriado de
L谩mina XL.
platos y el cuello de un gran jarr贸n.
de
las
ma
/¿í;
unís
i."
y
ó imitación do
mente se ve en ponía
\-a
de
;."
la
las cifras Jií^^uia
69
/amina
y,-
en caracteres cúlicos,
jy, ¡>áo/na jo,
como motivo ornamental unos
toscamente
los
de
la
parecen derivados de un esque-
escritura,
en
la
trazos con los
ma
rpoca;
los
la
clara-
pintor alfarero
cjue el
que reproducía
que seguramente no entendía.
Los objetos de cerámica encontrados parecen
pequeña excepción, de
que más
lo
ser todos,
con alguna
mis-
mismos son sus
caracteres técnicos y los mis-
mos también
los colores
ó es-
maltes empleados, excepto
de
la figm-a
Algunos
^." de
la
la ¡áiiüiia 7;.
difieren, sin
embargo,
baño blanco que
les sirve
de fondo y también en
la inten-
sidad del esmalte y en
la
en
el
firme-
za del dibujo, pues unos acusan
vacilación y falta de maestría
en
el
dibujante {fig.
/."
de
la
lámina yoj, mientras otros, por el
contrarío, en
medio de
Fig.
Motivo de
la
Arquitectura empleado en
valentía en la ejecución {figura 2l),
jo, j/
y
,v
ornamentación de la
cerámica.
la ru-
deza del dibujo, se ve una gran seguridad, una
y figuras
la
de
la
?."
de
página
las
mano
firme y una gran
láminas 40 y ^j,
las
de
la 4/,
jí).
Se han encontrado fragmentos de pequeños cuencos y
escudillas de
barro vidriado con decoración de reflejo metálico. Los motivos que los
decoran tienen diversos caracteres, y son,
mentación
muy
la
mayor
parte,
de una orna-
bárbara y de dos ó tres tipos que se repite en algunos,
pero viéndose que pertenecen á objetos distintos por
la
distinta ento-
nación ó intensidad del reflejo metálico, y sobre todo por
los
motivos
ornamentales y coloración del decorado del reverso. Algunos, lámina 5/,
70 tienen una decoración oriental, v
en éstos
el
—
más ^raciosanientc tratada
baño
es
mucho más
riG. 2:
FlG.
Fragmentos de platos y
más adelantada; pero en
nada que recuerde
fino v hrillanlc,
la
indicando una
FiG. 24
FiG. 25
industria
v con cierto srihor
la
jarra
2(3
de barro vidriado.
decoración de ninguno de
propia del arte del Califato español,
en este concepto tenga relación con
las otras clases
ni
ellos
hay
nada que
de cerámica encon-
Artk
dfi. ("ai.ifai'o
ni',
('(Mjikima, sk.i.o
I-Xmina XI-I.
x.
Medina¡Azzahra. Fragmentos de cerámica de barro vidriado: Figura
ídem
I.*,
2.^,
de una fuente de 0,27 de diámetro.
de una
id.
de 0,28.
^
^y
^^
:7
^^
17
^
Arte del Caliiato de Córdoba, siglo
Medina Azzahra. Fragmentos de barro vidriado de ras
I."
y
2.",
LÁMINA XLII.
x.
de grandes potes ó
platos y escudillas. tiestos.
Las
figu-
I
tradas (¡ámiiias
^91,
50,
•,-/!'
—
Algunos objetos muestran,
ij).
al
parecer,
que se trata de obra hecha por operarios poco experimentados en
FiG. !]
parte técnica.
con
el
.
la
— Inscripción en
Lo mismo en
un fragmento de plato vidriado.
la
aplicación del baño, que
no tiene afinidad
barro, que en la decoración de reflejo metálico, tienen defectos
Fie. 28.
— Inscripción
en un fragmento de plato vidriado.
de fabricación que pueden indicar que imitación de objetos importados.
tal
vez se trata de ensayos ó
Lo que no
es probable es que, por el
comercio, se transportaran objetos defectuosos que sólo se utilizan, por lo general,
(i)
No
en
los
puntos de producción
(i).
reproduzco estos fragmentos, porque sólo
ducción fotográfica, puede dar idea de
ellos.
el
objeto mismo, y no
la
repro-
Respecto del origen y pur
l;i
cpoca á
(¡ue pertenecen,
(
s dilícil dí-ducirlu
orn;iincnt;u:ión; pero por sus caracteres técnicos, persona
Fk;. 20
^^^^^
la
...c?^^^^^'*
l'IG.
50^
de tan
Artk
.
dei.
Caí. hato
df,
Córdoha, sk.u)
Medina Azzahra. Fragmentos de barro V en
el
vidriado.
de un jarrón y la 4.", de una colorido de todas las demás.
de píalos;
la
S-"*,
LÁMINA XI. III.
x.
Los de las figuras i.", 2." y 3.", que difiere en la decoración
jarra,
AkTK
DKI.
CaI.U'AK) de CiHíDOHA, SKil.O X.
LÁMINA \I.IV
Medina Azzahra. PVagmentos de barro vidriado, con decoración sobre baño blanco las figuras
i."",
encarnado y
3."
y
4.'',
y
sin vidriar.
la
2.''
decorada con adornos blancos pintados sobre
el
barro
— deniia dr
la
1
listoria,
—
73
procedente de
la
de D. Pascual Gayangos, escrito
por Abucháfar Ahmed-ben-.Mohamed-ben-Mogueits, de Toledo, que muri(')
ya
la
en
año 459 de
el
de Osma, en toria
de
la
(1066 de J. C), en
el
que se menciona
cuyo manuscrito, traducido y anotado por
loza dorada,
res Ribera y
la Ht'-gira
los
seño-
el
señor
Asín, ha sido i)ublicado por primera vez por los
notables estudios que viene publicando sobre
cerámica hispano-morisca
También en
las
(
i
la his-
).
excavaciones hechas en
la
Kalaa de
los
Beni-Ham-
mad, Monsieur L. de Beylié ha encontrado muchos fragmentos de de barro vidriado, algunos con
jarras y otros objetos
platos,
reflejo metálico,
que aquel ilustrado explorador supone, con fundamento, que son
En
siglo XI.
general, tienen caracteres distintos
Medina Azzahra, pero entre algunos hay con
el
de
la
figura
2.'^
de
la
que
los
encontrados en
cierta relación, por ejemplo,
/amina ^9, pero sobre todo en
dos con figuras y aves. Sería preciso poder comparar
mismos para poder deducir que
sería
artística
No
la
relación que
los
es la
encontrados.
misma
En
los
los
decora-
fragmentos
pueda haber entre
de sumo interés, por pertenecer unos y otros á
mahometana
del
ellos^ lo
la industria
occidental.
empleada en
clase de barro la
los diversos objetos
que no están decorados ó sólo tienen una
coración hecha directamente sobre
barro, éste es de
el
ligera de-
un rojo intenso y
presenta uniformidad de color, cualquiera que sea su espesor. Los
vi-
driados con baño ó esmalte presentan, por lo general, en su rotura color rojo, y algunos blanco en
centro, pero esto es efecto de la
el
diversa intensidad con que recibieron
fuego; los decorados con reflejo
el
metálico son todos de barro blanco. Los vidriados tienen un baño ó
esmalte blanco en
el
anverso, sobre
y melado vidriado transparente por
el el
cual está pintada
Apuntes sobre cerámica morisca, por G.
documentos valencianos. — .\úm.
11.
decoración,
reverso, y los de reflejo metálico
están bañados con fondo blanco y decorados por (i)
la
— Madrid,
J.
ambas
caras.
de Osma. Adiciones á
1911.
los textos y
En
los (icl tipo
mas
sobre fondo blanco, perfilando
además
motivos ornamentales están pmtados
j^ciicral, los el
adorno con
nej^ro sobre él
destacar, rellenando los espacios neutros de
la faja
alternados azul verdoso turquesa, ó negro {/amina y^í. Por
en
decorados con
los
y haciéndolo con fondos
el
contrario,
mismo
letras cúficas, están pintadas las letras del
color azul verdoso y perfiladas de negro, destacando directamente sobre e!
baño blanco que
reproducido en
la
les sirve
lámina
de fondo, excepto cuando, como en las letras
-/_',
están formando verdadera taja
ornamental, en cuyo caso están tratadas
pequeños adornos 1
completan
iiue
fondo blanco. Casi todos
el
como
los otros
motivos, y los
decoración, pintados de negro.
que están
iay otros fragmentos en los
sobre
la
plato
el
los
adornos pintados de negro
los restos
de loza esmaltada parecen,
según queda antes indicado, pertenecer á una misma época; pero aun-
que con en
ter
mismos caracteres
los
la
decoración, }
damente que
los
como
los
de
influjo.
Tema
cerámica, pueda con más autoridad resolver
dome, por
lo tanto, á sus
que no hago más
es este
dejando su discusión á quien, dedicado
indicar,
la
motivos ornamentales varían más rápi-
procedimientos técnicos, pueden éstos continuar, va-
riando aquéllos á cada nuevo
que
técnicos, hay algunos con distinto carác-
al
la
cuestión, limitán-
caracteres artísticos. El estudio de los carac-
teres técnicos requiere, además, para ser completo, tierras los
con
las
estudio especial
que están fabricados
los objetos
y
el
de
el
de
análisis
los
las
esmaltes que
decoran; análisis que, faltando términos de comparación, no daría
datos tan positivos respecto de los orígenes probables,
como
los carac-
teres artísticos, y con ellos los motivos ornamentales y las leyes
de
la
composición.
No regula
puede, sin embargo, establecerse una ley ó principio de la
del ornato
ser distinta
de unos á
escudillas, etc.,
de
los objetos
otros; pero lo
es tener
una
faja
la
que
encontrados de loza vidriada, por
más
general, en los platos, fuentes,
ó cenefa alrededor del borde ó del
fondo, que distingue bien uno y otro, compuesta con motivos basados
<
o t3
^n
O
-o
o
o
c
c
端 a c
M
Q a (-
J
O -O
o
'>
o
•o
O a "o.
E
y.
o
o
•o
u o < <
U
H
<
-O
/.I
en
la flora
arquitectónica, ó con caracteres cúficos repetidos en serie,
y en medio, en por
lo
el
tomado de
fondo, un motivo independiente
la
fauna,
general aves, ó una cifra en letras cúficas, todo compuesto de
modo que
la
ornamentación no rompa
las líneas
de
la
forma ó estruc-
tura del objeto, principio de las buenas épocas del arte de decorar.
Los decorados con
metálico difieren en esto
reflejo
— aunque
lo
cncontiado hasta ahora no sea suficiente para poder deducir su ley de composición
—
.
decorados sobre
Los distingue el,
el
que están cubiertos con baño blanco y
por anverso y reverso, mientras que aquéllos
sólo por el anverso, y en
que
la
decoración abarca toda
fondo y borde, en una sola composición, por
de
forma del objeto que decora, y en
la
tomados de
la
Hay que cerámica;
lo
la
se
la superficie,
general independiente
lo
que además no entran motivos
arquitectura del Califato.
esperar que nuevos hallazgos faciliten
el
estudio de
la
hasta ahora encontrado han sido sólo fragmentos proce-
dentes de los vertederos adonde arrojaban rros
están
lo
que se rompían, y que tirados
al
la
basura y
fondo de
rompían en más pequeños pedazos, que
las
ó cacha-
la loza
las alcantarillas, al
caer
aguas arrastraban y mez-
claban; así salen restos de platos, jarras, tiestos para los jardines, etc.,
con esmalte vidriado, mezclados con otros ordinarios y
con un baño vidriado sobre fino que,
el
sin decoración,
barro encarnado; algunos de barro
ó
muy
por su forma y dimensiones, parecen objetos de tocador, re-
vuelto todo con pequeños pedazos de objetos de cristal y con huesos, parecer, de restos de comida. Algunos trozos pertenecientes á
objeto han podido unirse, consiguiendo hallar
la
forma de
al
un mismo
él,
y es de
esperar que cuando los trabajos continúen puedan completarse muchos
más, pues es natural que cuando un objeto se rompía tiraran
los
peda-
zos juntos, los que las aguas han ido arrastrando y separando; pero
para
ello
hay que continuar
la
limpieza de toda
la
red de alcantarillas,
que tiene una extensión considerable y que está obstruida por las que las mismas aguas han ido acumulando en el transcurso de los
tierras siglos.
I-'.ntic la
los objetos
cerámica encontrada hay
como en
el l)arru
artísticos é industriales les
y
con
t|iie
j^M'nii
variedad, así en
están ejecutados y en los caracteres
de su decuracii'm y fahricaeión.
más delicados para
lorma de
la
i
)esde
ó utensilios ordinarios de cocina, hechos para
las vasijas
hasta los
7(.
servicio de
candi-
Icjs
al Iucíío,
ir
comedor, para adorno,
i)ara el
tocador, etc., se encuentra cuanto pueda dar idea del estado de esta industria, del yusto y
en cuanto con
modesto
costumbres que caracterizan
del obrero. Entre los
más
servan señales de haber estado los
hay de barro,
el
época del
servicio del
ordinarios,
fuego para
al
sin vidriado ni
sin decoración; otros
monarca hasta
muchos de
la
los cuales
la
como de
clasificar
lujo, los
y
la
el
barro que
le sirve
él
pintada
color del
el
la
decoración directa-
de fondo, ó con baño también blanco
decoración pintada con reflejo metálico, de
mención.
hay
decoración con esmalte azul verdo.so
ó negro; otros, de barro blanco y sobre
mente sobre
con-
decoración ninguna; otros vidriados y
que podemos
que está pintada
el
el
coción de los alimentos,
de barro rojo cubierto con baño blanco estañífero, que cubre barro, sobre
Califato,
con groseros adornos pintados directamente sobre
barro. Entre los objetos
el
desde
ella se relaciona,
la
Los diferentes fragmentos pueden
que queda ya hecha
la
clasificarse
en
la
forma
siguiente:
CERÁMICA ORDINARIA DE BARRO ROJO Sin vidriado ni decoraciim [lámina
Con decoración muy
j¡lj,
figuras
2.'\
,\", 5.",
-."y
S.").
tosca en relieve ó rayada con punzón.
Vidriada por sus dos caras y sin decorar {/amina
^i^^ figuras 7."
v 6.").
Pintada exteriormente con negro mate y toscos adornos blancos y sin vidriar (lámina. ^S, fig.
Con baño
_'.").
vidriado transparente y decoración en negro ó verde os-
curo, pintada debajo del vidriado.
mos que en
la loza
barro.
los
mis-
esmaltada, distinguiéndose sólo en que no tienen
baño blanco, sino que el
Los motivos son en algunos
la
el
decoración está pintada directamente sobre
Vo ¡a
V -a
o ja
3.
o c
B n
J2 03
13
C
ü < n C O -c
U
C
< <
f-
<
Arte del Califato dk Córdoba, siglo
x.
Lámina XLVIII.
vasijas de barro. Los de las figuras i.', j."", 4.'' 2.'\ la pintada de negro y los adornos blancos sobaño blanco vidriado; con y y bre él y sin vidriar, y las 5." y ;.', con decoración esmaltada sobre el barro, sin baño
Medina Azzahra. Fragmentos de
6.'',
vidriado.
—
—
77
Decorado con toscos adornos pintados con blanco directamente sobre
bnrro y sin vidriado {¡amina
el
^g,
/.",
fhj^.
y
íi'nnin^x
¡^,/i^. ^").
Vidriado interiormente con iiaño amarillo caramelo, y exteriormcnte pintado con verde ó nej^ro y vidriado encima.
LOZA KINA
liARRO
l)K
Vidriada, con baño blanco por
R(íj()
el frente
y decorada con caracteres
cúficos ó con otros motivos ornamentales, pintados con esmalte azul-
verdoso-turquesa ó negro, sobre amarillo caramelo {¿mninas de
Con baño
amarillo de
el
la
fondo blanco, y
yo á
cromo
la 77,
y
las
el
De
reverso {lámina ^S,
barro rojo
muy
fig.
5-,^
reverso con baño
y
57).
claro y decoración verde y sepia,
pintada debajo del baño transparente, y sin baño
por
el
ni
decoración ninguna
,'.").
fino, sin vidriar ni
decorar.
DE BARRO BLANCO
Con baño
mo baño
vidriado blanco sin decoración por
ó amarillo caramelo por
de que se trate [lámina
el exterior,
reverso ó interior, según
el
el
objeto
yA', fig. y.").
Con decoración azul-verdoso ó negro sobre baño blanco figura
v del mis-
{¡amina 4S,
6.'^).
Sin baño vidriado por ninguna de sus caras y decorado por su frente
con caracteres cúficos ó adornos de esmalte azul verdoso, perfilados
de negro, pintados directamente sobre {¡amina ^S, figuras
de
^.'^
De
barro blanco,
La
clase de barro
las alcarrazas
el
barro que
le
sirve
de fondo
v J.^).
muy
fino, sin vidriar ni
empleado en
decorar.
estos últimos objetos recuerda
el
que se hacen en muchos puntos de España, y que en
algunos se decoran con esmalte;
los
fragmentos encontrados pertenecen
á platos ó escudillas, copas y pequeños tarros y jarras.
-
Fu;.
>v en
7«
-
— Fragmento de un jarrón, de la
o'", 52
de diániein;
panza, con decoracii'm sobre baño blanco.
o./3<:
cS
—
FVagmento de un gran tiesto de barro encarnado y decoración de esmalte azul verdoso, negro, melado y blanco. FiG. 34.
CON REFLEIO MKTÁLICO
De
barro blanco y con baño vidriado, también blanco, por anverso
y reverso, v decorado con adornos de loza
reflejo metálico.
hay varios tipos que se distinguen por
malte y por
el
carácter de
la
la
esta clase
de
distinta brillantez del es-
decoración (/aminas 4g,
Los objetos de barro blanco, además de
En
,-(),
5/
estar la pasta
mente trabajada, tienen poco espesor, pues mientras en
y ^2\. muy
los
fina-
de barro
Artk tm. Cai.mato de C贸kdoua, siglo
x.
xMedina Azzahra. Fragmentos de loza vidriada con ornamentaci贸n de reflejo met谩lico (anversoj.
LAMINA XLIX.
Arik
DEi.
Califak) de Cürdüha, siglo
X.
Medina Azzahra. Fragmentos de barro vidriado con ornamentación de (reverso de los fragmentos de la lámina XLIX).
Lámina
L.
reflejo metálico
— encarnado
el
grueso varía entre
no tienen más de
ó
::
nen mayores espesores, pero Respecto de
5
Sólo
;^.
y \^ milímetros,
los
decorados con
más de
ni)
formas, en
las
—
79
5
la /it»iiiia
los
de barro blanco
reflejo metálico tie-
milímetros. ,'v
he reunido algunos de los
pocos que han salido bastante enteros, para poder conocer
de otros fragmentos se deduce fácilmente, y
tenían;
pequeño tarro para esencias ó
aceites
Fio. 35
niños
FiG. 37
á los que pertenecen
/amina 70), y
el
de
7."
( /'/í/.
el
la
Fie. 36
jarrón que tendría
5
z
(
de
fig.
i
2
.
Bandeja de
,'v,
centímetros de diámetro
página jS
I
centímetros de diámetro en
decorado exteriormente, y
},';
lámina yV), hasta jarrones de gran tamaño,
cuello
fragmento
el
de tocador, conñturas, juguetes
—
los
(¡ue
hay desde
los
Figuras 35 y 36. Copas de barro cocido, blanco, sin vidriar. iigura barro cocido, rojo, y vidriado si'ilo por su frente.
para
la
interior sin
el
(
fig. 7.",
correspondiente á un la
panza,
el
cual está
baño ninguno. Se encuentra
también gran cantidad de fragmentos de copas de barro, para beber,
de dos ó v
,V5,
tres
tamaños y de
formas reproducidas en
las
figuras ^j
con una base tan pequeña, que para sostenerla habrían de tener
algún pie, pues se caen
Los fragmentos de ra
las
,y,
\as
al
menor movimiento, sobre todo
/ig?nas
/."
r
_'."
de
la /ániifia
llenas
^s y
el
de agua.
de
\a
figu-
págÍ7ia jS, parecen ser de tiestos para los jardines, habiendo
podido, con algunos fragmentos, reconstituir
el
de
la
figura
,\S'.
El de
la
— ,'.''
/'ii::it>(¡
de
/amina
la
./S es
—
8o
un fragmento vidriado por una cara con
bañn amarillo claro transparente y decorado con adornos sepia y verde y sin baño
ni
decoración ninguna por
el
reverso, y que ha debido per-
tenecer á un plato plano, especie de bandeja de barro,
mentos más ordinarios que de
la
¡amina
7./),
se
han encontrado
(//!;'.
,'7,
como
otros frag-
piii^imí Jí/,
y
2."
y cuya forma se emplea aún en algunas partes para
FiG.
3!^.
— Vasija
de barro encarnado con
decoración de esmalte sobre baño blanco.
colocar los botijos ó
que
la
sudación moje
las el
alcarrazas llenas de agua, evitando con ellos suelo.
El interés de estos ejemplos de cerámica está, no sólo en su valor propio, sino en
cuya fecha era
Más de
la
difícil
el
que puede tener con relación á otros conocidos y
difícil fijar
de
clasificar
de una manera positiva. son
los
pedazos de
cristal,
pues
la fragilidad
materia hace que sean tan pequeños que, aun cuando se encuen-
tran en gran cantidad, no es posible deducir en la mayoría de ellos
forma
ni el
la
objeto á que pertenecieron; sólo algunos fondos y cuellos de
botellas, cuellos
de pequeños frascos y ánforas, algunas ampollas de
di-
versos tamaños, indudablemente para guardar esencias, y los fragmentos
de dos vasos, dan alguna idea de
la
forma, siendo, por esta causa y por
AUTE
iri-
CAl.tlAn>
1>I.
(.c.UlioHA, MC.U) X.
de Medina Azzahra. Fragmentos de barro vidriado con ornamentaciรณn
Lรกmiva
reflejo metรกlico.
Arie uhl Caluaio he Ciiuduha, sk^lo
Lรกmina
x.
Medina Azzahra. Fragmentos de barro vidriado con ornamentaciรณn de (reverso de los fragmentos de
la lรกmina LI.)
reflejo
LlI.
metรกlico
— Silos si
motivos de su decoración,
no por
la
forma, por
la
lo
más
interesante,
nada hay
i\ue
lo
son también,
materia, algunos pequeños pedazos de vidrio
de color y de vidrio esmaltado. Respecto de ran,
aunque
recuerde
el estilo
los
motivos que
del Califato, y
deco-
los
más parecen objetos
FlG. 41
FlG. iy
Diámeito. 0,12 m.
Diámeiro, 0,12 m.
Fk.. 43 Diámetro, 0,10 m.
FlG. 40
FlG. 42
Diámetro, 0,12 m.
Diámetro, 0,12 m.
Figuras 39 y 40. Florero y taza de barro decorados sobre baño blanco. Figuras 41 y 42. Jarros, de barro ordinario, sin vidriar.
Figura 43. Botella de barro blanco sin vidriar.
de comercio que de industria estar hechos en Córdoba. El
mina
jj;
y figuras 46
local,
pues nada hay en
ellos
motivo ornamental del vaso
que indique ( /Íí^.
que formara parte de
los
regalados por
perador griego, y que por su poca importancia no mencionan
que sólo describen
extraordinario?
En
las
lá-
4S, página Sj) es completamente de tradición
y
griega. ¿Es algún objeto
cas,
/.'^,
lo
que,
como
láminas 5Ó
las fuentes
y 57
se
y
la perla,
han reunido
el
Em-
las cróni-
tenían valor
los principales
— tragmentos, de
los
que
82
—
las /igiiras /.", _'.",
son bases de botellas, de
las
l'iG.44.
y.'',
;.''
y /k" de
la ¡ániiitii
que se han encontrado muchas;
— Jarrón
en furnia
ile
la 7."
^f>
es
la
peiiueño
de 0,17 m. de diámetro, de loza vidriada v decorada sobre baño blanco.
tibor,
—
Fragmento de jarrón, de 0,23 m. de diámetro, de loza vidriada y decorada sobre baño blanco.
FiG. 43.
boca de un
Irasco,
y
la
./."
una voluta sobrepuesta de
es
de
cristal ordinario blanco,
cristal verde.
Las
irisaciones
decorado con
que todas
tie-
Artk
:if.i.
Caí. II Allí
dií
CiJkikiha,
sir.i.o
x.
Medina Azzahra. Fragmentos de cerámica de barro
Lámina
vidriado.
I, III.
AuTr. DKi, CAiiiAin
\iv.
Ci'iunonA,
sic.i.o
x.
Fragmentos de platos ó fuentes de barro vidriado.
I.ÁMIVA
l-l\'
o
o 1)
c p
-O
<:
ti
o w
<
nen, y
más especialmente
la fotogratía
\a
-
83
/li^nm ó." de
la
misma lámina, hacen
(]u<-
no de bien idea de su decoración.
La ^guní
/."
de
¡amina
la
;:,-
de una pequeña ánfora
es la espiga
ó lámpara, dispuesta para colocarse sobre un soporte de metal, y otras de la
misma lámina, ampollas y
I'IG.
cuellos
de
las
botellas.
46
FlG. 47
Reconstrucción de
FiG.
4ÍS.
los
vasos de cristal de
la
lámina
-¡j.
— Desarrollo del motivo
ornamental del vaso, figtira yó.
Los dos vasos de jantes
(
figuras
-fó V
la
lámina
4j página ,
ü
S^),
tienen una forma y
tamaño seme-
pero difieren en
ornamentación
la
(figura 48) y en la composición del cristal. El primero es de cristal ordinario; pero en el la
segundo
el
cristal
transparencia y se ha descompuesto,
ha perdido,
tomando
el
casi
por completo,
aspecto de un con-
glomerado de pequeños ríñones ó nodulos opalinos lechosos, y separándose en pequeñas hojas ó escamas, sólo con fabricación y
todos
los
una composición de
la
la
mano, indicando una
pasta completamente distinta de
demás fragmentos encontrados.
Como resumen puede
establecerse
como
evidente:
i.",
que
la
«-1.
cerámica vidriada es de
en Córdoba, y que
dos de
los
los
la
época del Califato, y
motivos de
que caracterizan
de
el
ción
la
en
el cristal,
toma-
L;«n(ial,
de su arquitectura, excep-
la //;'///(/
no tienen carácter ninguno determinado; reflejos metálicos, ni
panccr fahrjcada
decoración están, en
ornaincntaci('jn
la
como
ción hecha de algunos,
la
al
4:'
de
que
2.",
ni
la
ii'miiiia
en
que
./,-,
cerámica de
la
hay nada que recuerde en su decora-
del Califato cordobés, pareciendo, sin
embargo, ser de
época que aquélla, pues salen completamente mezclados
los
la
misma
fragmentos
de una y otra; siendo más lógico suponer que pertenecen á
plendor de aquellos
época de
la
es-
¡)alnciüs, (lue á las
posteriores á la caída del Califato, en las
que, aunque siguió habitándose,
que
ser por familias pobres,
tuvo
que se ave-
nían á vivir entre ruinas, pues cuando el Edrisí lo describe,
FiG. 49.
plomo fundido. -VI parecer, egipcio -mahometa-
ración en
no.
glo
— Fragmento de deco-
Tamaño
XII,
dice
á mediados del
si-
que estaba ya en ruinas y
próxima á desaparecer. Pocos son
los restos
encontrados de
natural.
metal
,
porque éstos eran de más
fácil
aprovechamiento y excitaban más
la codicia.
de cobre del forrado de
que conservan señal de haber estado
las puertas,
dorados; clavos de hierro con tro,
de
los
la
Algunos trozos de chapa
cabeza de cobre, de 0,02 m. de diáme-
que sujetaban y decoraban
forma semiestérica y semielipsoidal,
el
lisos
chapeado de
ó estriados, á
las puertas, los
que
el
de
Edrisí
llama de forma de estrella, completamente iguales á los que se en-
cuentran en
la
mezquita de Córdoba; algunos restos de herrajes y
clavazón de hierro, descompuestos por
la
oxidación; un pequeño trozo
de caja de plomo fundido, finamente decorado
(
fig.
yy),
y algunos trozos
de planchas y de tuberías de plomo, de 0,08 y 0,10 de diámetro, de
conducción y distribución de
las
la
aguas, es lo único recogido; pero todo
Arte mu. Califato de Córdoua, siglo
Medina Azzahra. Fragmentos de en
LÁMINA LVI.
x.
vasijas (frascos y botellas)
las ruinas: á
-,
.^
del natural.
de
cristal,
encontrados
o
O XI
J2 "o o.
y.
o o pa
o n p«
•o
U
D O H <: fe
m O a í-
ello
85
-
en pequeña cantidad y de escasa importancia. Monedas no se han
más que
hallado gibles;
una de Abderrahman
con
cuño de
el
de
cinco, árabes, de cobre,
los
que sólo dos son
las
intcli-
y algunas cristianas, también de cobre,
III,
Reyes Católicos, pero ya de tiempos de Carlos
que probablemente pertenecieron á algún obrero de
los
I,
ocupados en
demolición del palacio, pues se han encontrado todas juntas entre
las la
los
escombros.
De no menos Azzahra, son
las
interés
obras para
desde larga distancia, en ficios,
que
los restos del palacio
conducción de
la
el interior
estanques y jardines, de
Ambrosio de Morales, y cuyos
de
los
las
aguas, que llevaron
para abastecer los edi-
la Sierra,
que con tanto entusiasmo habla
restos alcanzó á ver
Rivas. Para ello tuvieron que perforar
y ciudad, Medina
Pedro Díaz de
montañas y salvar
valles
y caña-
das en un trabajo colosal, que aún puede, en parte, seguirse, y de
que se conservan algunas interesantes obras de tes,
con
los
que atravesaban
las
fábrica,
como
las
los
los
puen-
cañadas, y numerosos pozos de venti-
lación {^lámina já").
En
la
ciudad se hacía
de cantería, salvando
la distribución
los diversos
por medio de atarjeas ó canales
espacios por acueductos, que cita y
describe Ambrosio de Morales, y luego con tuberías de plomo, de las que
habiendo,
aún se conservan algunos trozos empotrados en
las fábricas;
además, según Pedro Díaz de
ó cisternas, que es de
esperar se encuentren llegado aún
de
la
al sitio
sucias y pluviales, así la
las
aguas potables y
como
gran cultura de
Todo departamento nicación directa con partes cruzaba cerse,
continuar las excavaciones, pues éstas no han
al
en que estaban, según aquel historiador. El estudio
conducción de
prueban
el
las Rivas, algibes
la
lo
el
de
la
que hoy llamaríamos
la civilización
tiene su servicio
extracción de
las
servicio sanitario,
del Califato cordobés.
de baño y
retretes,
en comu-
extensísima red de alcantarillas que por todas
palacio y
la
ciudad, y por lo poco que puede ya cono-
con un completo servicio de aguas potables y de
utilización
de
— llovedizas para
las
la
.S6
—
limpieza de las alcantarillas
(
i
).
Lo
hasta ahora
explorado no da aún datos suficientes para poder hacer un estudio
completo de este asunto, pero
sí
para formar juicio bastante aproximado
de cómo se hallaba establecido un servicio rente atención, y que cultura lo
que
uno
más que
vez
tal
de un pueblo. En
la
cjuc
al
hoy se da tan prefe-
ninm'in otro señala el estado
de
imposibilidad de hacer hoy ese estudio,
retrasaría la publicación
de este trabajo, habré de dejarlo para
adicional.
La descripción
Almakari y Ambrosio de Morales hacen del
tjue
acueducto construido por Abderrahman pertenecen
los restos existentes
III,
todavía en
y
la
al
que indudablemente
Sierra y que
quedan des-
dan idea de su importancia.
critos,
Almakari comienza celebrando, por referencias de un escritor andaluz, el
gusto y
más de
la
la
pasión que Annasir tenía por
las obras; así
que, ade-
construcción del palacio de Medina Azzahra, habla de los
trabajos que durante su reinado realizó para mejora y ornato de Cór-
doba. Entre
ellos,
y como de
acueducto construido por á su palacio de
dente de
la
más importantes, describe
para llevar
las
(Palacio de
la
él
Annaora
los
el
magnífico
excelentes aguas de Noria)
(2),
la
Sierra
situado á (3cci-
ciudad, llevadas por medio de tubos geométricamente colo-
cados sobre arcos enlazados unos á otros. Las aguas eran conducidas,
de una manera admirable y con ciencia extraordinaria, y vertían
dice,
en un vasto depósito en
(i)
nado á (2)
Había, además, en
el
que había un león de tamaño
el
palacio de
Medina Azzahra dos grandes baños: uno
Don
máquina persa que daba nombre el
desti-
personas afectas á su servicio, y el otro para el público. Pascual Gayangos, en el índice, pone «An iia'urah, véase Mun'5at>, y
los oficiales del Califa y
antes habla de Munyat Xasr y de Muniatu-n-na'urah, llamado
en
colosal, tan
que estaba construido
á
un
barril
1
de Córdoba,
así
por una noria ó
al r|ue llama lahatu-n-na'urah,
este palacio.
Hay alguna confusión entre este palacio y el llamado Munyat Nasr; ^eran uno mismo.' En éste se alojó la Embajada que mandó el Emperador de Constantinopla, y parece deducirse que, después de terminado
por Alhakem.
el
de Medina Azzahra, quedó habitado
§.2 S 2 <
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V
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U H Q H
H
Bi
<
"^
(U
«
admirablemente ejecutado, y tan vista infundía
ción,
pavor en
-
8;
perfectamente hecho, que su
bella y
corazón del espectador, y era tanta su perfec-
el
que en ningún tiempo, añade, se había producido obra tan mag-
nífica. El
león estaba cubierto de oro puro, y en sus ojos tenía dos joyas
de inestimable precio, que despedían torrentes de por
acueducto, pasando por
el
La abundancia de aguas
en
el
hacía que, después de surtir á todos los
no obstante su gran extensión,
el
depósito y
hombre. Empezando por
que vencer, á causa de
que atravesar, los pilares
la
de
él
y
sobrantes iban á verter
las
la
figura vertiendo las aguas en
la
podían considerarse como una de el
sitios
Muchos autores que dice haber consultado, añaden
Guadalquivir.
que este acueducto,
por
aguas que iban
monstruo, vertían en un gran depósito.
y de regar con profusión muchos
servicios del palacio, los jardines,
el
luz; las
las
obras más maravillosas hechas
las
grandes dificultades que tuvieron
naturaleza de los terrenos por los que tenía
magnitud y solidez de
y arcos sobre
él,
las
construcciones,
los cuales corrían las aguas,
la altura
de
unas veces ascen-
diendo, otras descendiendo, ditícilmente podría, dice, citarse entre las
obras hechas por los antiguos reyes nada que
En
la
dos desde taña,
por
el
donde
el león,
día en
que comenzaron
principiaba, hasta que, conducidas sobre los arcos y
vertieron en el
depósito. El
el
Califa
mismo
el
la capital
del
Andalús y
la
los vestidos y
literatos,
más
pasando
la
ilustres
ciudadanos
recibimiento. Después
sociedad cordobesa, en
la
residencia del Califa; es una grande
más nobles y
Se distinguen por su elegancia y sus maneras,
é inteligencia, la opulencia y exquisito gusto
en
mon-
día que este aconteci-
más espléndido
y populosa ciudad, habitada por árabes de las país.
los
El autor hace una descripción de Córdoba y de
«Córdoba es
la
Annasir dio una recepción en su palacio
de Córdoba (i) y haciéndoles
(i)
comparado.
obras preparatorias en
las
de Annaora, invitando á una gran parte de
dice:
ser
construcción de este acueducto empleó catorce meses, conta-
miento tuvo lugar,
que
pueda
le
la
principales familias del
superioridad de sus sentimientos
que desplegaban en comer y en beber,
en sus caballos. Había hombres adornados con toda clase de ciencia,
poetas dotados de gran talento, señores distinguidos por sus virtudes y gene-
>
—
8S
—
distribuyó considerables obsequios entre los invitados, y loda clase de
geómetras
ricos presentes á los aniuitectos y
obras, los
tesoro
(|ue
hablan
diriijido
que va habían sido remunerados con muniliccncia por
(i).
La descripción
del
el
las
Real
acueducto construido por Annasir da
idea de que los árabes del Califato tenían conocimientos extraordinarios
en estas construcciones.
Ambrosio de
¡Morales alcanzó á ver todavía en pie yran parte de
él
los puentes por y presenció su demolición, puesto que, refiriéndose á
que
los
aguas atravesaban
las
los valles
y arroyos, dice: «Los cuales
(puentes) yo vi antes que para edificios del monasterio se deshiciesen».
Da una la
detallada y entusiasta descripción del acueducto, cjue completa
hecha por Almakari, y está de acuerdo con
conserva en tilación
Sierra y que
la
queda
y con
lo
que aún se
descrito; sólo ijue los pozos
montaña. Por
torres para sostener el peso de la
la
dirección de los pozos se puede seguir aún su trazado,
que atravesaba por Medina Azzahra, por
lo
que se ve que surtía á
estos palacios y á los de Córdoba, lo que confirma también
de Morales rosidad, res
de ven-
y registro abiertos en todo su trayecto, y que existen todavía,
aunque cegados, supone que eran
el
ella
(2).
Tal vez ésta fuera
la
Ambrosio
razón de construir Medina Azzahra
muchos renombrados por sus expediciones
á los países de los infieles, milita-
experimentados en toda clase de servicios.
>La ciudad de Córdoba
está dividida en cinco ciudades ó cuarteles, inmediatos
unos á otros y separados por altas y fuertes murallas. Cada una de estas ciudades se distingue por el elevado y exquisito confort y lujo de sus habitantes y el de sus baños' hospederías, comercios y talleres.»
«Córdoba tel,
tiene», agrega, «tres millas
que ocupa
el
tienen igual en
el
centro de
la
de largo y una de ancho. En
el
tercer cuar-
ciudad, hay un puente y una mezquita, los cuales no
mundo. A estas dimensiones hay que agregar
l'js
arrabales ó subur-
bios, que eran veintiuno, entre los que Ibn Paskual incluye á .Az-zahira; todos ellos
con sus mezquitas, mercados y baños para uso de sus habitantes. (i)
Don
Pascual Gayangos, traducción citada del .\lmakari.
Ambrosio de Morales: «El moro Rasis dice también mucho de las grandezas deste Rey (Abderrahman III) con que ensalzó mucho á Córdoba y á toda España. >E1 Arzobispo D. Rodrigo, en particular, cuenta cómo traxo á Córdoba una gran (2)
cantidad de agua por atanores de plomo. Dura hasta agora
mucha
parte de este aqüe-
en aquel á
sitio,
Los
ella.
porque
de construcción que da son
detalles
que
estuco, lo
construcción del acueducto parece ser anterior
la
parte que existe en
la
de
la Sierra:
hace suponer que
le
-
8y
sillería
los
mismos que
los
de
los
guarnecida con revoco de
arcos no eran de
sino
sillería,
de argamasa.
Como
investigación interesante y complementaria, cabe hacer
canteras, que se encuentran á corta distancia, y cuya visita hace
las
ducto: y se parece en
emprender. El agua se dose |ioco casi
puede
uno
grandeza de ánimo deste Rey, que tan brava obra quiso
él la
de dos leguas y media de
traía
poco otros golpes della en
á
un hombre en pie por
ir
Los lados son de hermosa y lo otro está
sillería,
y
puso.
Y
por
que agora se
él
en
la
vuelta de
lo
dado por de dentro, sobre
mucha agua que
la
la
agua venía de
miendo que
el
el
gran peso de
el
montañas: mas quien
do habia de atravesar daban nombre á
el
la
tenía el
Córdoba
á .San
el
la
más
allí
se
las
hora-
Y
te-
conducto muchas lumbreras como torres muy espe-
No
se
la
montaña, aliviando
puede encarecer
conducto algunos
los valles,
que
obra, levantaron
el
peso, con repartirlo
braveza deste sustentar
la
ve se pone atónito del gasto y grandeza de
lo
día
conducto con grandísimas montañas,
el
llamándose valles de Puentes:
tal
obra.
así
Ouan-
hermosas puentes, que
valles, le hicieron
los quales
para edificios del Monasterio de San Gerónimo, que está
También
como
color tan viva
era grandísimo el golpe de agua que se traía. El
y sustentan
en aquellos pequeños trechos. las
fortísima: lo
costra de betum, de una almagra, ó
montaiías hundiría algún tiempo
las
lo alto,
que
alto,
ve, y tiene tres pies en ancho.
bóveda de una argamasa
la
recogién-
conducto pasase con su corriente bien continuada.
por todo aquel espacio desde
que suben hasta
cómo
encontrando
daron por baxo, para que
al principia,
conducto era tan
el
se juntaba para meterla en el aqüeducto, y por esta al-
tura y anchura del, se entiende la sierra, y
ciudad
la
camino. Todo
el
verdaderamente bermellón, que conserva hoy
sas,
de
la
yo
vi,
antes que,
cerca, se deshiciesen.
allí
aqüeducto otras grandes puentes y de mucha firmeza para atravesar grandes arroyos, que descienden de la sierra, y se ven agora por el camino ciue va de al
alcázar y á
por
lo
la
Gerónimo. Desde estas puentes pudiera gran mezquita por camino
más aUo de
la
ciudad y tuviese
hicieron con él un grande y
muy
muy
el
llano y
ir
muy
agua peso para
el
conducto muy derecho
corto: ir
costoso rodeo, atravesando toda
agora de Cantarranas, torciendo después otra vez hasta dar en
que corruptamente llaman
agua para
los repartimientos
ancho del conducto.
las fuentes, se hallaron
baxar
hizo,
á lo llano,
como hemos
entraba por
dehesa llamada
puerta del Osario,
Y
por aquello de
y subidas y baxadas: que hasta
cl
visto,
puerta .'\lonsario debaxo de tierra el
Arzobispo
mención. Este conducto,
circuito de
el
allí
estos años pasados, quando traían el la
algunos destos caños de plomo, y estos son los de quien este aqüeducto
la
la
puerta Alonsaiio. Ya cuando llegaba por aquí, iba
la
agua por caños de plomo para libre y suelta venía por lo
mas porque entrase
á todas las partes della,
Córdoba
la
al
Don Rodrigo en
dexar
Vieja, y salía
la sierra
después
para
del, lo
- yo ver
trabajo que
el
allí
—
se realizó, y su estudio tal vez diera eficaz resul-
tado, teniendo en cuenta que estuvieron ocupados durante algunas ge-
neraciones los millares de obreros que eran necesarios para suministrar la
gran cantidad de piedra necesaria para
la
construcción de Medina
Azzahra, Azzahira y Alamiriya, (¡ue en aquella región se levantaron en la
segunda mitad del
misma
y á todas
siglo x,
las (jue
suministraría piedra
la
cantera.
qual es cosa de consideracinn para entenderse manifiestamente c'imo por aquel tiempo, ya
Córdoba
la
Vieja estaba tan desierta y asolada
haga más verdadero rece nos
lo
como agora
la
vemos: y
que del tiempo de su asolamiento hemos dicho.
hemos detenido mucho en
de tanta grandeza y magestad
FiG. 50.
(pie
describir este aqüeducto;
— Estudio
de trazado de un arco dila galería ó camino de
bujado en una pared de
ronda
mas
merece ser mucho celebrado.-
F de
la
planta general.
así se
Y aunque
cierto él
¡)a-
fué obra
Los
trabajos de exploración y de excavación,
que han dado por
resultado los descubrimientos descritos, han sido realizados en sólo once meses, repartidos, especialmente, en las
y 191
dando
I,
que concedida
«Córdoba
campañas de igio
principio por las ruinas del palacio de Alamiriya, hasta
autorización por los propietarios de
la
la \'ieja»,
pudieron emprenderse
la
de ^Medina Azzahra.
los
El resultado de las excavaciones despertaron, desde
mento,
y
el
el
interés
de nuestra
los Ministros
tando
historia
lo
tienen por
monumental y
estudio de
artística;
y
el
ó indirectamente intervenir,
I).
el la
primer mo-
Arqueología
apoyo decidido de
de Instrucción Pública y Bellas Artes, secundados,
como
Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos; Ríos,
el
realización de los trabajos, por cuantos tenían
la
directa
de cuantos
dehesa llamada
E).
la
facili-
que informar, y
junta del Cuerpo de
Rodrigo
Amador de
los
José Ortega, y especialmente D. A. Fernández Victorio, indi-
viduos de aquel ilustrado Cuerpo, y D. José Acuña, los que de manera franca han contribuido á que las excavaciones hayan podido continuar
dentro de los límites que permiten los recursos de que podía disponerse.
Debo
consignar, igualmente,
escultor D.
Mateo
evitando
que
el
traviaran, recogiéndolos
distribuci<')n
celo
y asiduidad con que
el
conocido
Inurria ha vigilado los trabajos durante su realización,
los objetos
truyeran tampoco,
el
al
que iban apareciendo se destruyeran ó ex-
cuidadosamente y procurando que no se des-
descubrirlos, los restos de los palacios
que á su
y construcción interesaban, y también dar este público tes-
— limonio de gratitud á restos
de inscripciones ó
decoración v de
la
M.
1).
94
—
Gómez Moreno,
cifras i\ue se
por
la
han encontrado entre
di^jan
de
los
cerámica, ios que, aunque hasta ahora no hayan
porcionado ningún dato de interés histórico, siempre
nada
traducción de los la
i)ro-
lo tienen, aun(|iie
en concreto.
Es de esperar y de desear imposibilitado
la
cjue,
marcha franca de
más activamente, en
la
venciendo
las
los trabajos,
seguridad de que
lo
dilicultades
que han
puedan éstos continuar
mucho que aún queda por
explorar, especialmente hacia Occidente de lo ya descubierto, ha de
dar resultados más importantes, pues cuantos han descrito los palacios
de Medina Azzahra, desde Annowairi y las
Rivas, que lo hace en
aquella parte estaban las
y
las
el
el
Edrisí, hasta
siglo wii, están
Pedro Díaz de
conformes en que hacia
más importantes dependencias, como
el
harón
habitaciones particulares del Califa, y también los estanques y
aljibes.
Debo
consignar, igualmente, mi gratitud á
la
Junta de Ampliación
de Estudios y de Investigaciones Científicas por haber acordado blicación de esta monografía.
la
pu-
índice Páginas.
Introducción
5
Alamiriya y Medina Azzahira
ig
Medina Azzahra
35
Pavimentos, cerámica y
Acueducto
cristalería
65 85
FiG. 51.
— Cabeza dibujada en una pared del camino de ronda de
que cerraba
el
palacio de
Medina Azzahra
(i)
por
el
la
índice de los grabados intercalados en
el
texto*
Página en que se
Fijjuras.
intercala.
I
y
2
Canecillos de
de
»
3
la
la
mezquita de Córdoba
.
.
5
Ajimez de
la
Páginas en las
que se
cita.
6
7-12
7
7-12
mezquita de Ibn-Tulún
en El Cairo
4
muralla
lado de Mediodía.
mezquita de Ibn-Tulún.
.
.
S
de un monumento de Toledo, an-
»
terior al siglo VIII
6
Ajimez de
la iglesia
de San Miguel de Es-
calada (León) 7
Puerta de
la
iglesia
Ajimez de
la
iglesia
7-13
9
7-13
9
7-13
de Santiago de Pe-
ftalva
8
8
de Santa María
Grande, en Jerusalén
la
nombre del palacio era el de Azzahra, he adoptado siempre la denominación de Medina Azzahra, lo mismo para él que para la ciudad, porque con (i)
ella es
Aunque
el
ya conocido por todos, y establece su diferencia con Alamiriya, que era sólo
un palacio ó casa de campo.
98
Kig liras.
99
Figuras.
lOO
Kigurns.
ÍNDICE DE LAS LAMINAS Láminas.
i.'^y 2."
Plano de Córdoba y de sus contornos, según
los trabajos del
Instituto (ieográfico y Estadístico, y situación
de Medina
Azzahra, Alamiriya y Medina Azzahira. Detalles de las ilustraciones de los coranes de
3.'
Amr
la
mezquita de
en Egipto, que se guardan en El Cairo, en
la Biblio-
teca del Jedive. 4.'^
Planta general del palacio y jardines ó recinto de Alamiriya.
5.''
Planta del mismo palacio.
6.'
Arcos y contrafuertes que sostenían
el
paseo volado sobre
el
estanque del palacio de Alamiriya. 7.'''
Detalles de construcción del estanque del palacio de Alamiriya.
S.'
Detalles del despiezo de la cantería de
doba, y de
la
la
mezquita de Cór-
de Ibn-Tulún y de otras construcciones ma-
hometanas de El Cairo. Detalles del despiezo de la cantería de los palacios de Ala-
9."*
miriya y de Medina Azzahra.
Fragmentos de decoración
10 I
I
y
I
2
13 y 14
del palacio
de Alamiriya.
Ruinas del palacio de Alamiriya.
Medina Azzahra. Planta general de proyección
de
los
la
parte
diversos
explorada y cuerpos,
so-
bre un plano vertical levantado sobre una línea A'
(1)
V {i).
Últimamente ha podido comprobarse
la
exactitud de
la
forma y dimensiones
de Medina Azzahra dadas por Ambrosio de Morales, y que se citan en
la
página 41.
7
—
102 Lñiiiiiins.
15
Medina Azzahra. Vista general de
explorada
parte
la
d<
1
palacio. 1') 1
1
»
»
Planta de una parte del palacio.
»
»
Detalle de
una pared, de
la
parte del palacio,
planta general de
nas 1
S
»
»
/)"
Fig.
y
i.'^.
y decoración
con.struccii')n
.
í
de
de
la
ya explorado. [Lámi-
lo
/./.)
Puerta de una parte del palacio,
del citado plano general.
—
general de
la
de
las ruinas
Fio.
2.'^.
. /
Vi.sta
misma parte
.
/
del palacio. 11)
»
»
Vista de las ruinas de
A 2ü
»
»
parte del palacio
la
del plano general.
Planta de
la
parte
más occidental de
C
|)lorado del palacio. Partes
L"
ex-
lo
D y E del
plano general. 21
»
»
Vista de las ruinas de esta parte occidental del palacio.
D
Cuerpos
y
E
del plano ge-
neral.
22
»
»
Vista de las ruinas de
E del 23
»
»
»
»
la
muralla que cerraba
recinto del palacio por
día.
24
plano general.
Planta y detalles de el
parte del palacio,
la
Cuerpo
F del
el
lado de Medio-
plano general.
Galería ó camino de ronda en la
muralla que cerraba
el
interior
de
palacio por
la
el
parte de Mediodía.
25
»
»
Columnas decorativas tes son:
y rojo teles,
26
»
»
el
del palacio.
de mármol negro de
la
segunda, y
el
las
de
la
Los
fus-
primera
basas y capi-
de mármol blanco.
Capiteles y basas de
mismo
palacio.
mármol blanco,
del
—
IO.:¡
Lñniinas.
2y á
;!,^^
Medina Azzahra. Detalles de
las diversas escuelas,
ornamental de
piedra, del 3
mismo
y de Alamiriya.
— F/g.
/.".
geométrica en
palacio.
Detalles de ornamentación de los palacios de
5
la flora
decoración del palacio.
la
Detalles de ornamentación
»
»
;5_|.
de
Medina Azzahra
Ejemplo de ornamentación de
pasta, incrustada en cajas abiertas en la piedra.
—
/v¿?<-
Mano
y pie de mármol, de dos bajorrelieves con figuras de mujer, que debían ser del mi.smo tamaño. ras
2.'^
y
,\''.
(¿Habrán pertenecido á nas,
los bajorrelieves
que decoraban una de
Emperador de
Bizancior
las
— F/o.
con figuras huma-
fuentes regaladas por ^.'^.
De una
cornisa de
decoración interior del palacio de Medina Azzahra.
gura
Fragmento,
T.'L
del palacio
al
la
— Fi-
parecer, de una pila de mármol,
de Alamiriya.
Medina Azzahra. Fragmentos de inscripciones
36
el
cúficas orna-
mentales, en piedra, del palacio.
37 y 38
"
"
Pavimentos de baldosas de barro cocido y piedra blanca, del palacio.
»
39
»
Vasijas y candiles de barro <-ocido,
ordi-
nario.
40
á
43
»
»
Fragmentos de con
46 y 47
»
»
flora
loza
vidriada y decorada
ú otros motivos ornamentales.
Fragmentos de barro vidriado, decorados con representaciones de animales y uno con figura
48
»
»
humana.
Fragmentos de
vasijas
de barro vidriado,
decoradas con diversos sistemas técnico-ar-
— F/g.
Con un baño general blanco azulado vidriado, como queriendo imitar el cristal, tal vez relativamente moZ/^'. i'.^. De barro ordinario pinderno.
tísticos.
/.'^.
—
tado de negro y decorado con tosca orna-
\n\
-
I,:\inínAS.
mentación pintada con blanco.
Con ornamentación
— Mg.
y verde
sepia
,'/'.
sobre
fondo amarillo, pintada debajo del i)año driado.
—
/.".
/-/í/'.
Con baño blanco
— /vV.
sin decoración.
vi-
liso
y
Con decoración
;¡/^.
de esmaltr verde, pintada directamente sobre
el
f/o.
barro, que sirve de fondo general. ().".
Con baño transparente sobre
barro, y sobre
doso y negro.
de la
49 352
él la
—
la figura 5."
— el
decoración en azul ver-
/•>;'.
7-"
Como
el
ejemplo
y con caracteres cúficos en
decoración.
Medina Azzahra. Fragmentos de
loza vidriada con
ornamen-
tación de reflejo metálico.
53
»
»
Lámina policroma con fragmentos de
cerá-
mica vidriada, decorados con
orna-
flora
mental y caracteres cúficos.
S'J
54
»
»
ídem
55
»
»
Vasos de
»
»
Fragmentos de objetos de
»
»
Detalles del acueducto.
y 57 58
id.,
decorados con aves. cristal. cristal.
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