Arte del Califato de Cordoba: Medina Azzahra y Alamiriya .

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A





MEDINA AZZAHRA

Y ALAMIRIYA



DM-vo

Y-r\

JUNTA PARA AMPLIACIÓN DE ESTUDIOS É

INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS

ARTE DEL CALIFATO DE CÓRDOBA

::

MEDINA AZZAHRA Y ALAMIRIYA POR D.

RICARDO VELÁZQUEZ BOSCO ARQUITtCTO, INDIVIDUO Db NÚMtHO Dli LA REAL ACADEMIA DE SAN PERNANDO. DIRECTOR V PROFESOR DE LA ESCUELA SUPERIOR DE ARQUITECTURA DE MADRID

Texio, planos y dibujos del mismo.

*»='

\S

>•

MADRID

-

MCMXIl

Imprenta Artística de José Blass y Cía., San Mateo,

1

0,0


Digitized by the Internet Archive in

2010 with funding from University of Toronto

http://www.archive.org/details/artedelcalifatodOOvel



5:

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Medina

.

J

Escala de /:5o.ooo OOO Li

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1

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Alamirii^a

¿j^edina

A

PLANO DE CÓRDOBA Y DE SUS CONTORNOS, SEGÚN LOS^TRAI DE MEDINA AZZAHRA, ALA.^


Láminas

afioj'o-

',ahÍ7^a

f

HECHOS POR EL INSTITUTO GEOGRÁFICO, Y SITUACIÓN YA Y MEDINA AZZAHIRA

)S

I

v

II.



mezquita, hoy Catedral restauración de de AI. encargarmecomprendí indispensable para formar que

de

idea de aquel templo y del arte del Califato, hacer excavaciones en

el

en que se sabía, casi con certeza, que había estado levantado

el

la

la

sitio

palacio de

cabal

era

Córdol)a,

Medina Azzahra.

No hay

en España monumento que aventaje en interés histérico-

más antiguas entre

las

parte correspondiente á su primer período

(i).

artístico á la

mezquita de Córdoba, una de

conocidas,

menos en

Lo

tiene

el

no sólo para

Entre

(i)

en

al

las

el

la

arte

mahometano,

que se conservan anteriores á

Viejo Cairo, que fué levantada en

el

la

las

sino también para

el

mezquita de Córdoba,

la

año 642 de

J.

C, parece

utilizando columnas de edificios romanos, bizantinos ó coptos.

estudiarse detenidamente,

gua de

la

de Al-Azhar,

la

la

Es punto que merece la parte más anti-

de Kairuán

y la

de Córdoba, estableciendo bien claramente

Omar

y de Al-Aksa, en Jerusalén, construidas

en 687 y 785, han sufrido muchas reconstrucciones, reformas y adiciones, y

sucede con

la

de Amr,

estar reconstruida

que hay entre esta mezquita,

relación

sus diferencias y analogías. Las de

hispa-

de Damasco, que aunque levantada en

el

lo

mismo

año 708, utilizando y am-

pliando una iglesia cristiana dedicada á San Juan Bautista ó á San Juan Damasceno, fué incendiada en los años lo6g, 1400 y 1893, por lo

trucción del siglo

VIII.

En Bagdad y

que conserva poco de

otras ciudades de

la

la

cons-

Mesopotamia puede que

exista algo del brillante período de los primeros tiempos de su Califato, pero las

investigaciones hasta ahora realizadas han dado escaso resultado. Las mezquitas de

Samarra y de Abu-Dolaf se hallan en tal estado de ruina, que apenas puede sacarse de ellas más enseñanza que la disposición de las plantas, sin que pueda negarse, sin embargo, que

lo

interés para

historia del arte

la

que de

ellas

queda, especialmente de

mahometano.

la

de Abu-Dolaf, es de gran


b

no-cristiano de los primeros siglos. Pero encierra lagunas y problemas (]iic

no pueden resolverse con

Fiü.

I.''

— Canecillos

nación de

la

ver

la

de

la

ni

con

la

los

escasos restos que

cornisa de coro-

primitiva portada de

de Poniente de

se conocían de otros

misma,

ella

la

tachada

mezquita de Córdoba.

monumentos contemporáneos, pues

su estudio hace

diversidad de caracteres que presenta en su decoración, en los

FiG.

2.'

— Canecillos de

chada del patio de ba, el

que hay escuelas período, lo que

directamente

los

la

cornisa de

J.

la fa-

mezquita de Córdo-

construida por Abderrahman

año 958 de

distintas,

me

la

III,

C.

pertenecientes, sin embargo, á un

hizo también

monumentos

comprender

la

mismo

necesidad de estudiar

del Norte de África y del Oriente musul-


— man.

7

obras que nos

l'or lo s^feneral, las

un concepto puramente

pero sin tener en cuenta

local,

hav que pueda relacionarlos con sobre todo con

el

nuestro, por no ser ese

como

tana, obras

teca de

la

la del

.

Enseñanza de

Irte

la

que en

ellos

objeto de aquellos estu-

el

arquitectura egipto- mahome-

Irabc, escrita

.

lo

escuelas de acjuel arte,

las diversas

Concretándome, como ejemplo, á

dios.

describen están escritas bajo

los

por Al. Gayet para

Biblio-

la

Artes, y que acusa en su autor un

las Bellas

detenido estudio, no puede admitirse

con la

denominación general con

la

presenta, sino con

del Egipto; y lo

de arte árabe

la

mismo sucede con

más monumental de '^

(juc

la

d'Aven-

Prisse

Entre otras lagunas citaré que

nes.

sólo en esta última, en

la

de Prisse

d'Avennes, se encuentra menciona-

aunque de manera algo concisa,

do, FiG.

3.^

— Canecillos de

la

el

mezquita

de Ibn- Tulún, en El Cairo.

sistema de construcción y de apa-

rejo

de

la cantería,

del Egipto

los

los

como

procedimientos técnicos no tuvieran tanto valor histórico

como

el

motivos ornamentales; y

inaugurada en

el

al

año 265 de

observan que hay en

ella, lo

la

mismo en

enlazan con

arte de la

cordobés ú occidental ^."

y

6.'^,

página S;

mezquita de Kairuán, en obras tan bien hechas ladin,

que

j.^^

la

como

es el estudio

la

(ñgnras

y S/\ Tunisia. la

mezquita de Ibn-Tulún,

pág.

De

J.

C),

ni

uno

construcción que en

influjos

Mesopotamia,

las otras

la

Hégira (879 de

que corresponden á

el

de

tratar

ración, partes

4.'^,

musulmán y tan impor-

estudio de sus relaciones con los de otros pueblos,

tante para si

tan característico

ni

la

otro

deco-

totalmente distintos, que

las

la

unas, y con el del Califato

i.'^,

tyj.

ella

_'."

Y

lo

págimis 6

y

7;

mismo sucede con

la

y

,\'',

no se mencionan, aun en

monografía publicada por Monsieur Sa-

más completo publicado de aquel importante


— templo, ilcinentos (|uc

s

iclacioniiii

lu

nuiy estrechamente: unos, con

arte del ("alifato cordobés (/íí^iikis y." y /o, f^di^iims /o

Fu;.

4.'''

y

//), otros,

el

con

— Ajimez del cuer-

po bajo del minarete de la mezquita de Ibn- Tulún en El Cairo.

el

del Egipto

páginas

mahometano

12, /j,

FiG.

5.°

14

y

75),

— Ajimez

del período Fatimita (figuras //,

constituyendo

de

la

u,

/ ;

y

14,

clave de ciertas formas, que


inia (I). \

arquitectura, apenas se

ral (le la

de

la

para

sin eni[)aigo, detalles tan inipurtantes

,

descripción de aquellos

no tenga su genealogía y su de J. C, Ibrahim

el

7;'

monumentos

historia.

Según

Arlebita hizo llevar de

— Puerta de

la iglesia

(2),

detalles, sin

Bagdad

FiG. S." llón

Moreno.)

la

En

/_').

la

embarco,

arquitectura que

la tradición,

de Santiago de Peñalva. (De la monografía del Sr. (Jóme/.

metálico con que decoró

página

gene-

en

año

el

los azulejos

de

reflejo

la

el

— Ajimez

del pabe-

construido dentro de

de .Santa ;\Iaría Grande, en Jerusalén.

la iglesia

mihrab de

misma mezquita,

la

mezquita de Kairuán

(fig.

/_',

pág.

/,'],

parte alta de

la

sirve

pero sus-

tituyéndolos con una imitación en piedra, imitación que ya habían la

11,

(/Íí^.

esta decoración de azulejos

de tema para decorar una puerta del patio

pleado en

.S73

^

!A

FiG.

historia

mencionan por cuantos se han ocupado

comprueban cómo no hay elemento ninguno en

(¡ue

la

em-

fachada del vestíbulo del mihrab de

la

misma mezquita. Conquistado

(

de

i)

De

el

Egipto por

esto habré de

la

dinastía de los Fatimitas de Kairuán,

ocuparme detalladamente en

la

Memoria

del viaje al Norte

.África.

(2)

Mr. Saladin observa, acertadamente, que arquitectos mogrebinus han podido

contribuir á

dura de

liis

la

construcción del minarete,

arcos.

{Manuel d'art

innsiiliuan,

como página

lo

cumprueban

ll).

la

forma de herra-


— tiindadoics de El Cairo,

ciudad,

on

levantnron cnlic otras obras, en su nueva

nie/quita de Al-Hakein

la

1060.

lO

En

esta última,

Ir \

la

'.

\ \ \

'.

loi;; y la puerta Bab-el-i'"utuh

iii

archivolta está decorada con

'

•.

\

\\

':

'.

'.

'.

\'\

\

el

mismo

'.

\ \

niTir

FiG.

g."'"

— Puerta contigua

al

vestíbulo

del mihrab de la mezquita de Kai-

luán (Tunisia).

tema de página

la

/^),

tes está

imitación en piedra de

y en

Este

/y-,

triso y la

friso

pag. ij)

el

encargada de

conservación de

(ij.

ilustrado arquitecto los

la

/j,

base de uno de los minare-

con igual motivo, aunque tratado más en

decoración de

descubierto por la

decoración de azulejos {tignra

mezquita de Al-Hakem

decorada con un

grande [figura

(1)

la

la

Este motivo podría estar tomado de

la

primitiva mezquita de

Al-Hakem ha

Herz Bey, Director y Presidente de

monumentos de El Cairo

y del

la

Museo de

sido

Junta anti-


— la

II

Mesopatamia, donde también se encuentra (ejemplo, sobre

ladrillo

la

puerta del castillo de Kalat-N'ábar); pero

la

decoración en la

fecha de su

construcción, y sobre todo, alguno de los elementos ó detalles que

decoran, muestran bien su procedencia ó influjo del Egipto

1

I'

.

iii.

la

cillos

Tunisia.

ella

trado

la

la

mezquita de Córdoba.

misma manera,

los modillones,

lobulados, aunque no son exclusivos de

cristiana

de

De

de

los

desde el siglo

la

mismo ñ

^ Frente del vestíbulo del mihrab de

de

lo

primeros siglos de

la

la

ménsulas ó cane-

arquitectura hispano-

Edad Media

,

son característicos

época visigoda, y en algunas regiones hasta bien en-

XIV,

y de aquella arquitectura

lo

tomó, seguramente,

giiedades árabes; descubrimientos de extraordinario interés para

musulmán, y que es de esperar que continúen, en tados no menos importantes.

la

la historia

la

del arte

seguridad de que han de dar resul-


12

musulmana

del Calitato cordobés.

En

ésta se encuentra ya en la parte

primitiva de la mezquita de Córdoba, en

derrahman los

1,

en

que apovan

ción de

la

las

los

la

obra del siglo

ménsulas que sostienen

arcos altos de

las

naves.

los pilares

En

viii

volados sobre

cornisa de corona-

la

portada primitiva, construida por Abderrahman

FiG. II. tálico

— Decoración

de azulejos de

ó de Ab-

reflejo

ó

I,

tal

vez

me-

del inihrab de la mezquita de Kairuán.

Sicjlo IX.

posterior á

él,

pero anterior

al siglo

x (figura

fachada del patio, levantada por Abderrahman

y en

las

ampliaciones hechas por Alhakem

aparecen con una variante: con cortando

los lóbulos

elemento en el

el

ó rollos,

{fiü,

j.").

el

III

pág.

en

el

6)^

en

año 958

y Almanzor ó

adición de una faja por

la

de

la

[fig 2. "j

Hixem .su

II,

frente,

que constituye una característica de este

arte del Califato español, y

pórtico que enlaza

Cairo

lo

la

II

r.'\

minarete con

la

que es como se encuentra en mezquita de Ibn-Tulún en El


--

Egipto, este es un elemento extraño á su arte y á los que

En

directamente influyen en

que

13

se manifiesta

y prueba

él,

también en

cordobés,

influjo del Califato

forma y proporciones de

la

cuerpo bajo del minarete y en

el

más

los

arcos del

que enlaza éste con

los del pórtico

la

mezquita.

Los ajimeces ó ventanas gemelas del mismo minarete

— Puerta en

FiG. 12.

el

patio de

la

ifií^.

4")

mezquita

de Kairuán.

tienen

la

ras

,

T ."

forma y proporciones de 6."

y

j:'

j.

También

Mesopotamia; y en interior

de

la

establecer en ella se une, en

la

el

el

de Santa María

San Juan en Jerusalén hecha por Saladino A

de

S."),

[//g.

raíz

de

hospital

decoración de

la

arquitectura española

{

fií^u-

se encuentra algún ejemplo análogo en

Palestina en

la

iglesia

los

la

la

cubo ó la

torre construida en

Grande, aneja

al

la el

hospital de

que debe pertenecer

á la obra

reconquista de aquella ciudad para

fundado por

él,

las archivoltas,

pues á

un

la

forma del ajimez

influjo

bien

marcado


— (If

la

arquitectura románica de

Cruzados. el

Hay que

l.[

las

construcciones levantadas por los

tener en cuenta, además, que Saladino representa

periodo más brillante de

la

dominación mahometana del Egipto y

continuación del impulso del Occidente sobre

FiG. 13.

— Detalle

de

la

Oriente musulmán,

el

archivolta de

la

la

puerta de Bab-el-Futuh de El Cairo, de la

emprendido por la Siria

y

Todo (-¡uiere

la

época de

los Fatimitas.

los Fatimitas,

Año

io'3o.

extendiendo su imperio á

la

Palestina,

Mesopotamia.

esto motiva

una penetración de

influjos

y de escuelas que

re-

un detenido estudio que sale fuera del objeto de esta Memoria y

que hasta ahora no había podido hacerse por pero que

faltar materiales

los interesantes trabajos publicados, resultado

de

para

ello;

los viajes

y

estudios hechos por eruditos viajeros y arqueólogos, hacen ya posible,

aunque

falte

aún mucho por

investigar; estudio tanto

cuanto que hasta ahora no se había dado á

la

más

arquitectura

interesante,

mahometana


— isla

importancia (jue realmente tiene y

el

que

Jujear

le

corresponde en

la

historia del arte.

Está profunda y minuciosamente estudiada

la

arquitectura cristiana,

en sus dos ramas oriental y occidental, aunque aún queden grandes

Friso de la base del minarete de la mezquita de Al-Hakem, en 1-1 Cairo, de la época de la dominación de la dinastía Fatimita, año 1013, descubierto por Herz liey, Arquitecto y Director de la conservación de los monumentos de El Cairo.

FiG. 14.

lagunas que llenar y muchos y grandes errores que corregir, especial-

mente en

lo

que se

refiere á los

primeros tiempos, de

nuos descubrimientos enseñan á cada paso

muchas de está sin unificar

las

teorías admitidas;

pero

la

conocer, y su estudio hace ver las

distintas

escuelas,

por

la

lo

lo

los

que conti-

equivocado y

arquitectura

complejo y

de

falso

mahometana ditícil

que

diversidad de caracteres

es

que

presentan, aunque tengan ciertos principios y elementos comunes; con-

secuencia natural y lógica de

lo

rápida y extensa de su conquista y del


— directo ó indirecto

¡iitlujo

lian ejercido

distintas,

i|ii('

soln\-

lí)

piieMos, razas y civilizaciones, totalnitiuc los (|ue constanteiiiciitc

y

i'lla,

recibe en los accidentados períodos de su historia.

rumia tampoco,

tenido en los

primeros

y no menos im|)ortante para

mahometano, en

del arte

sitólos

coran de

el

Amr, que

mezi|uita de

la

ledive en El Cairo, escrito

el

se j^uarda en

año 7^3 de

|.

C,

de

las

la

primitiva de

Amr

en electo, escrito é ilustrado hacia

(/(iiiiina

el

(]ue

arquitectura musulmana, pues en las

naves de

las

él

por almenas dentadas. las

muy

del

seifuramente reprevez reproduce la

,\"l Si este coran está,

C,

es tal vez

el

exista para la historia de

la

j.

se halla ya completa

la

forma de

En

sin ellas,

las ilustraciones

y coronadas

que

lo

las

arquerías

enriquecen, los arcos

naves son: unos, de medio punto peraltados; otros, de herradura

pronunciada, en

la

española del Califato

apuntada de siglo X,

en

los

los

¿Dónde

(1)

de

forma y proporciones de

y no en

(ij,

la

la

la

está escrito este coran?

la

dinastía l'atimita,

Porque

Amr

Abdelmumen,

el

y

al

que

tal

que haya pertenecido á

estilo y

como no

lo

la

mez-

estaba en Cór-

tamaño, y que fué de ella la parte del coran que,

vez pertenezca

mezquita-tumba de Gur-Emir, en Samarcanda, se guarda hoy en

biblioteca imperial de San Petersburgo, del que hay

mismo que

con sangre de Omar.

lo

aunque en

el Edrisí, sólo

éste,

arquitectura

época de

primeros tiempos de

que existió en su mezquita, de análogo

la

la

el

doba

procedente de

de

mezquita actual, que debió reedificarse en

no quiere decir que esté escrito en Egipto,

arrebatado por

los

apenas acusada y ligeramente

quita de el

debatida

mezquitas, con arcos de herradura descansando sobre

columnas, unas con basas v otras

de

la

hililioteca

la

tal

año J2^ de

monumento más importante conocido que

estudio de

aríiuitectura árabe, es

la

senta las naves ó tjalerías de una nn'zijuita, y que

forma de

para

es|)ecial

cuestión del arco de herradura y su empleo en

el

no

detalle

)tro

(

presta ó

según

el

la

tradición de

que se veneraba en

la

la

que está manchado

mezquita cordobesa,

había cuatro hojas de' coran que

Umar

escribió

por su propia mano. Por investigación hecha en Marruecos por Luis Bigot Valero,

parece que lo

el

conducía,

enseña y

coran de

al

la

mezquita cordobesa se perdió, por naufragio del barco que

regreso de una de las expediciones militares, á

reliquia.

las

que se llevaba como


Egipto, su.uu

LÁMINA

III.

\ iii.

¥lf -tZL

"IIIIIIICÍIID

Wflí'

X Cüva..^^.

É2:'.-.;

¿Xa.

,_.'



— construcción de el

en

año 359 de la

la

1

más antigua de

parte

la

(969 de

légira

17

la

del

de Al-Azhar, levantada en

C); pues una y

J.

parte primitiva, pertenecen á una

metano, aunque

la

otra,

misma escuela

Al-Azhar ha sufrido muchas reformas

incendio acaecido á mediados del siglo la

ciudad de Fostat

Del estudio de

musulmán, saqué

el

que

del

formándose un arte con caracteres propios,

la

y medio antes, en 798,

la

el

arquitectura del Califato

la

al

las

menos en

otras escuelas, lo

momentos extiende su vez hasta

tal

extensión del imperio Fatimita,

motivara

la

Bayán Almogrib,

cita el

de Córdoba se desarrolla con gran independencia de

zona, bastante definida también,

han

cjue

Norte de África y del Oriente

convencimiento de que

conocido, y que en determinados

maho-

(i).

monumentos

los

x,

interior,

del arte

modificado su carácter. Puede cjue su reconstrucción

y que destruyó

en su

la Siria

hasta ahora

Damascena, con

que había precedido más de

al

una

influjo á

invasión del Egipto por cerca de

siglo

15.OOO

andaluces, con sus mujeres y niños, que habían sido arrojados de Cór-

doba por Alkaken

I,

que se apoderaron de Alejandría en

los

donde fueron arrojados en 827. Al de Creta, en el

la

que dominaron hasta

Emperador de

La

Bizancio, en 961

disposición de

la

(1)

En

reconquista de aquella

(3),

como

5

de

,

la isla

isla

por

(2).

la

de

las

misma que

la

la

de

mezquitas ya citadas de

y de Sidi Okba, en Kairuán: un patio rodeado

Baj'dn Almogrib dice: «Los peregrinos, á su regreso (en tiempo de

el

Abderrahman

Cairo

la

1

Egipto, invadieron

mezquita de Córdoba es

otras muchas, por ejemplo,

Amr en el Viejo

salir del

.S

III),

anunciaron que un violento incendio había destruido Fostat, en

Egipto, y había consumido 16.000 casas y habitaciones. (El recuerdo de esta catástrofe

no está conservado en

el

Xochum,

ni

por Ibn-Alathir.)> Nota á

por F. Fagnan y publicada en Argel. Dozy: Historia de los ninsulinanes de España, tomo (2)

II,

la

traducción hecha

pág. 98 de

versión

la

española publicada en Madrid en 1877. (3) el

Esta mezquita, que viene figurando siempre como

año 042 de

J.

C,

es indudable, según

la

Amr

levantada por

queda expuesto, que no

es anterior

al

en que debió reconstruirse. 2

en

siglo x,


i8

de pórticos ó naves paralelas, formadas por arquerías, sostenidas por

columnas aisladas y cubiertas unas y otras,

los fustes

romanos ó

cios

coptos ú bizantinos, en

halla

mismos se ven bien

sometido este arte en Egipto, en

Cartago y en España. La de Córdoba,

de

las otras

como

las

de

de Córdoba. Pero aquí termina

la

sus caracteres, y aun en ellos

que se

naves con techumbres de madera. En

y capiteles de sus columnas proceden de

cristianos,

ükba; visigodos, en

las

sin

Amr

edifi-

y de Sidi

semejanza de

la

los diversos influjos á

el territorio

embargo,

de

difiere

antigua

la

totalmente

estructura.

Pero con todos

los restos

no-cristiana, anteriores ó

que se conocen de

contemporáneos de

podemos formar cabal

quita de Córdoba, no

la

la

arquitectura hispa-

construcción de

la

idea del influjo que

mez-

pudo

tener en la formación del arte del Califato, ni aproximada, de lo que fue-

ron los templos en que se reunieron los concilios de Toledo y de Elvira ó de

la Iglesia cristiana,

ésta llene por

demolida para edificar

sola toda

la

mezquita; y aunque

una época, no basta para conocer

Califato; tal

conocimiento nada podría completarlo como

vaciones en

el sitio

habían estado

el

por Abderrahman

el

el

arte del

hacer exca-

en que se suponía, con bastantes probabilidades, que

palacio y III

época conocida y de

la

ciudad de Medina Azzahra, levantados

y Alhakem

la

más

II,

construcciones que, por ser de

brillante del Califato, había

de ser de gran

enseñanza, ya que no fuera posible saber con certeza dónde estuvieron los

de Medina Azzahira, edificados por Almanzor, de

eran

las ruinas existentes

en

la finca

los

que se suponía

llamada de Aguilarejo, ruinas que

no cabía duda de que pertenecían á construcciones de

la

época de aquel

caudillo.

Por esta razón propuse á

la

Academia de San Fernando, que

diera al señor Ministro de Instrucción Pública

vaciones en los

sitios

la

se hicieran exca-

que

en que se suponía debían existir

indicados palacios levantados por

Recibida

el

Abderrahman

III

propuesta con verdadero entusiasmo por

pi-

los restos

de

los

y por Almanzor. el Sr.

Barroso, Mi-


— de Instrucción Pública á

nistro

la

-

I()

vez que representante de Córdoba,

su ciudad natal, pudieron emprenderse las excavaciones, cuyos resul-

tados han correspondido á

Pertenece

de

Sierra,

la

Azzahra, á

por

lo

y en

los

que se encuentran

la

primer la

el

principio en la

de

unos

la Sierra,

Córdoba, ilustrado primer

la

Gorgoja ó de

los la

pie

de Medina (Lagartijo),

excavaciones, autolos trabajos.

Más el

nombres de Aguilarejo,

Gorgojuela, situada tam-

más

tres kilómetros

lejos

de Córdoba que

de D. Gonzalo Fernández de

Cuerpo de Administración

Oficial del

al

que se suponía había estado

esta finca propiedad

momento

las

comienzo de

el

se supuso.

Vieja», situada

los restos del palacio

Medina Azzahira, conocida con

Medina Azzahra. Era

el

tiempo

alcrún

Moroquil ó Fontanar de al pie

momento

hermanos y herederos de D. Rafael Molina

hubo desde

palacio de

desde

el

conocida por «Córdoba

que demoró por

facilidad

bién

que desde

que era precisa su autorización para hacer

rización

el

la finca,

lo

prestó su concurso con el

Militar,

mayor

que

desinterés,

autorizando que se hicieran cuantos trabajos fueran precisos, sin limitación alguna.

Grandes restos de paredes de cerramiento y defensa del palacio y de sus jardines, de muros de contención de mesetas escalonadas, en

las

que

el

las tierras

de

las

diversas

palacio y sus dependencias se levanta-

ban, de cimentación de partes destruidas y una gran alberca ó estanque,

eran claro testimonio de que

en

los

había existido un edificio construido

últimos años del Califato, pues

fábricas así lo indicaban. llas

allí

el

sistema de construcción de sus

Era creencia generalmente admitida que aque-

ruinas eran las del palacio de

Medina Azzahira, levantado por Al-

manzor; pero estudio más detenido hace ver que, por su situación, son

más bien

los

de

la

riya (i) {¿c rcvc, el

casa de

campo que Almakari llama Muniat-Alami-

ensueño de Beni Amir)

(2),

construida por Almanzor

(i)

Al-Makkari, trad. de D.

(2)

Traducción de Ali bey Bahgat, Director del Museo de Antigüedades Árabes

de El Cairo.

P.

Gayangos, tomo

I,

pág. 212;

tomo

II,

pág. 21S.


— no

20

de Córdoba y próxima á Medina Azzahra, rodeada de campos y

lejos

plantaciones, en las

que cogía cada año un

para mantenimiento de sus caballos. fábrica

En

él

tenía la cría caballar y

de armas ofensivas y defensivas, de

doce mil

las ijuc

año, empleando en ella considerable

al

además de

de almudes de cebada

millar

ocupados en

los

del palacio. Este era el

las caballerizas

que primero

y en

vi.sitaba

una

producían más de

número de obreros,

el servicio

cuando

de

finca

la

y

volvía de las expe-

diciones militares, no descansando hasta después de haber preguntado al

encargado de

cuántos potros habían muerto ó nacido

las caballerizas

durante su ausencia, llamando luego

al

parte del palacio necesitaba reparación. guerra, y en

de

la

él

pasaba

obra Bayán

habbab

fué

en

.l/»iOí^rib,

un día á ver

que

la

que

los valles

De

alguna

si

este palacio partía para la

épocas más rigurosas del año, según se deduce

las

y

la

que

dice: «El poeta

Amr-ben-Abul-

primer ministro (Almanzor) en uno de sus

al

palacios, llamado Alamiriya,

jardines;

arquitecto para saber

cuando

las

las flores

estaban abiertas en

los

alturas habían revestido sus contornos

fortuna, sometida, reinaba;

que

la

dicha, sujeta, residía en

él.

Dijo entonces estos versos:»

«Ninguno de

los días

que tú has vivido puede compararse á

tú pasas en la Alamiriya,

donde

la

donde

temperatura, aun en

se encuentra las

el

agua y

la

los

que

sombra y

estaciones extremas, es siempre

moderada. »Esta

villa

no deja de

sin interrupción,

ser,

estar

hermosa y ligada siempre á

visitada por la victoria,

de ver

vencidos, de no ver alejarse los estandartes sino toria,

de no tomar decisiones sino coronadas por

La kari,

la

llegar

dicha de

enemigos

marchando á feliz

la vic-

resultado.»

situación de este palacio concuerda con lo dicho por

Alma-

de que estaba situado cerca de Medina Azzahra; mientras que

el

de Medina Azzahira, aunque dice también que se hallaba cerca de aquella ciudad, añade que estaba á orillas del Guadalquivir, y que sus

arrabales llegaban hasta los de Córdoba, lo que da idea bastante exacta


21

de su situación, que no puede ser en Aguilarejo. Dice D. Pascual Gayangos en

las

notas á su traducción de .¡/makan'

ha quedado del

castillo

y ciudad de Azzahira, que Almanzor construyó

á imitación de Azzahra. El Edrisí no hace mención de la

época en que escribía este geógrafo ya no

Oriente de Córdoba

escritores

y

el

ponjue en

ella,

existía (2). El autor del

Azzahira estaba próximamente á

Reyhn7iu-l-kbab dice (jue al

«Ningún resto

(i):

1

2 millas

Ibn Jaldún, El Homaidi Ibn Paskual y otros

(3).

que asegura haber consultado, nada dicen respecto de

que da algunos

solo historiador

detalles es Annowairi.

Por

ello, él

se

sabe que esta ciudad era también llamada Balis (Vélez), y que estaba tan cerca de Córdoba, que habiendo ocurrido á medio día

de Ahnalidi y

el

día.» Claro está

pues desde

el

destronamiento de Hixem, era

allí

conocida

que esto no da tampoco idea exacta de

medio

día

hubo tiempo de

la

rebelión el

mismo

la situación,

llevar la noticia á larga dis-

tancia.

La

historia del África y

Almanzor

dice que

eligió

de

la

España, titulada Bayán

como emplazamiento un

sitio

A/iiiogrib,

que adquirió,

llamado Azzahira, notable por sus espléndidos palacios, en un punto

avanzado sobre

año 368 (978 de llevar

río

el

de Córdoba, y que comenzó

C), para

J.

lo

que hizo venir

la

edificación

artistas

y obreros y

máquinas considerables, decorando su palacio con un

lumbrador. Instaló en

él las

nes, los

lujo des-

administraciones y tesoros; estableció gra-

neros dentro de su recinto y molinos en las tierras

el

la llanura,

y dio en arriendo

próximas, á sus ministros, secretarios, oficiales y chambela-

que levantaron palacios y casas considerables. Abrió también VIL

(i)

Nota

(2)

El Edrisí se cree que nació en Ceuta en

28, cap.

I

del libro

el

año

1

100; procedía

de una familia

de Málaga. (3)

estuviera

Esta situación está en desacuerdo con todas al

Oriente de Córdoba, pues para

del Guadalquivir,

más

allá

ello

las

demás, y no es probable que

hubiera tenido que estar río arriba

de Alcolea, que sólo dista de Córdoba

ción que parece inadmisible.

1 1

kilómetros, situa-


mercados para

las

blecerse en este

numerosas caravanas, y

pueblo se apresuró á esta-

cerca del Jefe del poder, y los arrabales se unie-

sitio,

ron con los de Córdoba. Aj^uilarejo.

el

Nada de

esto concuerda con las ruinas de

Medina Azzahira era no sólo un

palacio, sino una ciudad

compuesta de pabellones, palacios y casas de campo, y sus arrabales llegaban hasta los de Córdoba;

lo ijuc

no

[¡odia

construido en Aguilarejo, cuyos arrabales,

haber llegado hasta tanto por

la

si

los

suceder con

hubiera tenido, podían

de Medina Azzahra, pero no á

los

el edificio

de Córdoba,

los

gran distancia, cuanto porque Medina Azzahra estaba inter-

puesta entre las dos.

Lo más concreto

respecto de

la

situación de

Medina Azzhira es que

estaba á orilla del Guadalquivir y no lejos de Córdoba, pues sus arrabales llegaban hasta los de esta ciudad y cerca también de Medina

Azzahra.

En cuanto

á la distancia á

entre los escritores, lo

Córdoba, hay completo desacuerdo

mismo respecto de Medina Azzahira que de Me-

dina Azzahra, lo que indudablemente está motivado por los errores que los copistas

han ido cometiendo.

Medina Azzahra, por hasta lo que es hoy ción en

el

la

los vestigios

Cañada

Real. Córdoba,

número de habitantes y

Ahnogrib, eran

i

que se encuentran, debió

el

llegar

aunque haya exagera-

de casas que, según

el

Bayán

13.000, sin contar las ocupadas por los visires y altos

funcionarios y 3.000 las mezquitas, es indudable que debió ocupar considerable extensión, y los restos de cimientos

recen

lo

comprueban, debiendo extenderse

que por todas partes apa-

los arrabales

campo, en especial hacia Occidente, siguiendo

la

vega y

la

y las casas de

margen dere-

cha del Guadalquivir, y Medina Azzahira debió estar hacia designo en

La rra,

el

plano con

los

números

y

2

(¿aminas

i."

y

que

2.").

situación del edificio que existió en Aguilarejo, al pie de la Sie-

hace que

la

temperatura sea menos extremada que en

sobre todo en invierno, resguardada lo

i

el sitio

que también conforma con

lo

como

dicho en

la llanura,

está de los aires del Norte; el

Bayán Almogrib^ de que


Akiií

i)i;i.

Cai.ii

Aiu

dic

Córdoiia,

si(.;l<)

x.

LÁMINA

U-

EEE^agíSin

Planta general del palacio y jardines de Alamiriya.

\\\



"•

..A.V

g s

_

I

-O

•o

a

Ull_i o o <;

m O P Pi

-O

U

(d

Q O H

<

u J Id

Q

<



— temperatura, aun en

la

las

23

estaciones extremas, era siempre

en Alamiriya (claro que hablando en sentido

Ocupaba al pie

de

Medina Azzahra. Para su cons-

Vieja ó

la

trucción comenzaron por allanar y nivelar

terreno, dividiéndolo en

el

cuatro mesetas horizontales escalonadas {lámina y." tuerte

muro, que en parte se conserva. Este {/ámijia

pone de un zócalo de levanta

el

nas de

sillería,

resto del

tres

cercándolo con

),

():\fii^. i."

ó cuatro hiladas de cantería, sobre

muro de

formado por

fábrica mixta,

)

se

el

com-

que se

pilares ó cade-

alternando con tapiales de hormigón. Gruesos muros,

también de cantería, sirven para contención de ó plataformas, y probablemente sobre

tas

más

á unos nueve kilómetros de Córdoba, y tres

que Córdoba

distante de ésta

relativo).

una extensión de cerca de cuatro hectáreas,

este palacio

la Sierra,

moderada

de defensa. En

la

última meseta estaba

las

mese-

ellos se levantarían los

muros

palacio,

el

de

las tierras

cuya planta ha podi-

do en gran parte completarse, y que se componía de uno ó más patios rodeados de estrechas crujías {/amina El cuerpo central del palacio

(/>¿'-.

'

^^

).

75) tiene gran regularidad en su

componen

distribución: lo c^ry,o .../„,

j."

tres crujías paralelas,

igual ancho, cruzadas por dos paredes

"'^" '"^

que

lo

de

de

traviesa,

dividen en habitaciones cuadradas en sus

'

extremos, unidas por otras rectangulares, y proba-

^^^^^^j J

blemente estuvieron cubiertas con bóvedas baídas

^

I

Pj^

aquéllas y de

j,

cañón seguido ó

Flanquean este cuerpo otros dos,

próximamente de

igual

pequeña diferencia de longitud que

casi

hubo una la

puede

ser error

terraza ó calle,

que desembocarían

á los edificios

central, á

cilindricas

uno y otro

éstas.

lado,

extensión {lámina 5."), pues

es sólo

la

de 45 centímetros, diferencia

de replanteo. Delante de este cuerpo central

pavimentada con gruesas

las escaleras

que existieran en

losas

ó rampas de bajada á

las otras

mesetas.

Á

de este cuerpo central se extienden largas y estrechas

de piedra, en los jardines

ó

uno y otro lado crujías, que,

por


-

24

su forma y dimensiones, parecen haber estado destinadas á

y confirma este destino,

rizas;

das del resto del

lámina

/)'.,

(./.

como

edificio,

y

La

habitaciones por

las

la terraza,

otras. Elstas habitaciones

alrededor.

en

Por

el

sillería

ordinaria,

si,

vez en

las

las

piedra

en efecto, estas ruinas son

las del

que estuviera en otras construccio-

que hubiera en

las otras

mesetas.

deducir

fácil

(tal

vez

el

que linda con un gran estanque ó alberca de forma trapezoidal,

superficie

{¿aminas los

cantería

ingreso

lado Noroeste se extiende otra parte del edificio, con una serie

casi rectangular,

una

el

aisla-

d<;

de pequeñas habitaciones, cuyo destino no es harén),

que tienen

las

de ingreso tienen, además, bancos

palacio de Alamiriya, es de suponer tal

de í)riente están

de estarlo de mármol, como

Iiiyar

de armas,

fábrica

nes independientes,

del lado

pavimentadas con

1-"),

los patios

y

el (¡ue las

las caballe-

6."

y

de 49,70 metros de largo, un ancho medio de 28 y

de 1.380 metros cuadrados, construido todo con -.").

sillería

Grandes contrafuertes y ménsulas de cantería, sobre

que voltean arcos de cantería también, sostenían un paseo de circun-

valación, volado sobre

el

estanque, dándole

esparcimiento y recreo, que trae á

de

lacios

la Persia, los del

Damas, de

la

la

el

memoria

aspecto de un lugar de

estanques de los pa-

los

patio de los Arrayanes y de

Alhambra de Granada, y

lo

que dice

el

la

Torre de

las

Bayáfi Alvio-

grih respecto de los estanques del vecino palacio de Medina Azzahra,

en

los

que Abderrahman

III

criaba

tal

cantidad de peces, que gas-

taba 8oD panes diarios para mantenerlos, y cree

el

general Bevlié que había en

Dar-al-Bahr (^Palacio de Ifrikia,

la

Marj, en

descubierto y estudiado por

Según un párrafo taron en

la

el la

el

que

muy fundadamente

gran patio del palacio llamado

Kalaa de

los

Beni-Hammad, en

él.

del Kitab-al-Istiq(;ai\ «los

Kalaa importantes contrucciones de

Beni-Hammad

levan-

bien

fortifi-

castillos

cados, de esmerada arquitectura y situados sobre las alturas. Entre ellos

estaba

el

de Dar-al-Bahr, en

que donde se celebraban

fiestas

el

centro del cual había un estan-

náuticas, y para

el

que

la

cantidad


J

-O

o

a

3 O"

<



AUIK

IilíL

CaLIIAIO

\>l:

CllKDOItA, SK.LO X.

LÁMINA

Detalles de construcción del estanque del palacio de Alamiriya.

\II.



— de

2S

muy

necesaria era llevada de

as^jua

también

náuticas en

fiestas

pondiera

el

— Tal vez se celebraran

lejos (i)».

palacio de Alamiriya, y á este objeto res-

el

paseo volado sobre

estanque, sostenido por ménsulas, es-

el

pecialidad que lo caracteriza.

de estas

El estudio

ruinas, en su construcción y distribución,

único que puede estudiarse, enseña que

lo

parte central debió ser un

ya y que Almanzor modificó y amplió, añadiendo edificaciones que se extienden á uno y otro lado, pues el sistema de

edificio las

la

que es

que

existía

allí

construcción de este cuerpo central es anterior y difiere del de del palacio,

que

es, sin

duda alguna, de

la

el

época de aquel caudillo,

cual permite concordar dos hechos, al parecer, contradictorios: este palacio fuera regalado á

Almanzor por Ilixem

Sólo debió ser su ampliación

ficara.

lo

resto

II

que Almanzor

Respecto del sistema de construcción, todas

las

y que aquél

lo

que

el

lo edi-

hizo.

paredes, indistinta-

mente, ya sean de fachada ó de distribución, tienen espesores que sólo varían entre 0,70 y

i

metro, y están construidas con

mente labrada, con aparejo y despiece sillares

y.",

tienen de

á

la

y

figuras

i."

,

2."

,\"

v -/.").

el

con

resto de sus fábri-

Las paredes de cerramiento 2 metros. El aparejo

de

parte construida seguramente en tiempo de Almanzor {figuras

i."

y.",

cados

i

lámina

i

,

i

5

de gruesas, y algunas hasta

9."), está

á tizón,

formado por uno, dos,

abarcando todo

otros colocados á soga, en el

de

,

perfecta-

irregular el cuerpo central, y

colocados alternativamente á soga y tizón

cas [¿ániina

sillería

la

el

tres

ó más

sillares,

colo-

espesor del muro, contrapeados con

número

preciso para

pared, alternando esta disposición en

las

componer

el

grueso

diversas hiladas. Este

sistema de aparejo es de gran solidez y perfecta trabazón de las fábricas, pero así

en

(i)

muy

el edificio

costoso, y da idea de la organización

como en

General L. de Beylié.

UAfriqne

septentrionale

(traduction Fagnan).

las canteras.

los

siecle {Description

Leroux, editeur.

trabajos,

éstas debían tener considera-

— La Kalaa des Beni-1 [ammad, pág. 60.

au douziéme

= E.

En

de

extra ité dn

^

París, 1909.

Kitab-al htiq(ar)->


— ble

número de canteros labrando

26

sillares

rectangulares

para

fi),

lo

que

no eran precisas memorias de cantería, sujetándose sólo á que sus dimensiones los hicieran fácilmente transportables. Así, por ejemplo, varían

entre 0,70 y i,JO metros de largo por 0,42 á 0,35 de ancho y 0,20 á

0,25 de grueso, con un peso de 90 á 280 posible su transporte á

lomo ó con

kilos,

dimensiones que hacían

de arrastre con

sencillos aparatos

animales de carga: camellos, mulos ó asnos, condición que

tal

vez

aconsejó adoptar este sistema de aparejo. Todavía se emplean en Cór-

doba, y en otros puntos de Andalucía, en

las obras, las caballerías

transporte de los materiales y escombros, á pesar de

el

del carro se ha generalizado en nuestro

tiempo

(2).

En

hacerse

la

ladrillo,

para su elevación, y las

las

sin

Medina Azzahra, á

sillares

labrados además de

los

lo

la

que se llevaban,

tranqueros

la

000 mulos de

alquiler; sin hablar

mucho

Hay que

nada de carros,

si

del Sultán, y

bien necesaria-

transporte, para las

tener en cuenta que

al

mismo tiempo

se hacía la ampliación

mismo sistema de construcción y Azzahira y seguramente parte de Medina Azzahra. las

6.000

peso.

mezquita de Córdoba con Entre

construc-

mampostería, y que para su transporte

mente tendrían que emplearlos, ú otros sistemas de piezas de

la

dice, diariamente,

empleaban 1.400 acémilas y 400 camellos, propiedad

(2)

misma que

necesidad tampoco de poderosos medios

que dice Almakari, refiriéndose á

ción de

(i)

la

puertas y ventanas, están sacados de sillares de dimensiones ordi-

Esto explica

1.

.sillares

pocas piezas aplantilladas, como

narias.

.se

uso

esta forma po-

colocación ó asiento con gran rapidez, casi con

una fábrica de

de

las

el

— teniencanteras están á muy poca distancia — y

dían llevarse diariamente á pie de obra gran número de

do además en cuenta que

que

lo

para

el

cuentas de obras hechas por

el

se levantaba

de

la

Medina

cabildo á fines del siglo xvni, figu-

ran los dos sistemas de conducción; así en un recibo dice: «Se

le

entregará

al

dador

veinticuatro reales por cuenta de los dos dias del carro que astado trallendo piedra, y

mas 40

reales por las bestias

Juan de Aguilar año (i789).>

quean estado trallendo piedra.

— Por

Nicolás Prieto.


Arte ukl Cai.iiaio hk Cúrdoua,

sir;i.os

vni

v

x.

\

¿'

WV- T

^^p

'^'"1

TP^MT.:

LÁMINA

VIII.



AlM'lí

liFl.

CaMI Alo HE

Cl')|<l)l)HA,

SICI.O N.

T, Amina

IX.



— El aparejo de

cantería

la

27

empleado en

edificio

el

que

existió en

Aguiiarejo y en gran parte del de Medina Azzahra, ha sido empleado

muy

desde

Lo encontramos ya en

antiguo.

cialmente en

la

arquitectura asina, espe-

palacio de Khorsabad, hecho con grandes sillares de roca

el

franca, algunos

de

2

jo

metros de largo,

2

de grueso, ó sean 10,80 metros cúbicos

metros de ancho y 2 metros y un peso aproximado de

(i)

24.000 kilogramos. Fué también empleado por

Los iuairo

II,

da como usado por

lo

de

tratar

al

manera que tenían

la

los

las

conservan

paredes de

las

la

afirman grandemente

Córdoba en

hasta tura

7."), el

Siria

la

la

lo largo al

sillería

y de

de

la

pared de

lo

sillares

que,

pared de igual espesor por medio de estas pie-

las

paredes»

(2);

las

desde tiempos bien remotos y en

que es característico y

del Egipto.

En

que enlazan y

también se encuentra en

II

éste, sin

la

la

arqui-

mezquita de

especialmente {lámina

sistema que continuó en Córdoba después de

siglo xv, y

la

otro sin que haya relleno den-

ampliación de Alhakem

mahometana

capitulo vin del

paramentos de cantería y

los

dras con dos paramentos, á las que llaman Diatonos^

tectura de

el

piedras que ellos colocan están echa-

de dos en dos, van de un paramento tro. Ellos

En

los griegos.

romanos de hacer

compuestas á todo

las hiladas

sistema usado por aquel pue-

construcción de

hacen de otra forma, porque

figura

Roma

de mampostería ú hormigón, dice: «Los griegos

rellenar el centro

das y

como

de arquitectura^

libros

y Vitruvio

libro

romanos, y en

existen ejemplos de ello. Andrés Paladio lo pone en su obra

mismo

blo,

los

la

S.",

reconquista,

casi exclusivo

en

duda por

condiciones to-

las

la

arquitec-

pográficas y geológicas de su suelo, y no disponiendo ó no queriendo

emplear

los

medios que caipleaba

taron este aparejo, pero con

(1)

(2)

M.

la

sillares

antigua civilización egipcia, adop-

pequeños

y,

por

lo tanto,

de poco

\'íctor V\nct: A^inive et l'Assyrie.

Marco Vitruvio Polion, traducido y cnmentado por Monsignor Bárbaro; ídem por Mr. Perrault; París, 1684. ídem por D. Joseph Urtiz y

Venecia, 1556.

Sanz; Madrid, 1787.


í«>

Azzahra, en los últimos años del reinado de Alhnkem,

en

mezquita de Córdoba; en

la

comienza con un despiece irregular en des dimensiones

zada

(//s,'-

obra, con

la

c]

2.",

en

la (¡ue,

/áw/na

S."),

lo niisnio (jue

ampliación hecha por éste,

la

cantería y con sillares de gran-

la

muy

continuando luego, ya

avan-

nuevo sistema que había ya sido empleado en épo-

cas anteriores, pero no de una manera regular, no llegando á su forma

de

característica

la

construcción del Califato {/Vg,

no tiene de común con

la

de

cipio constructivo, hasta la

con

ella,

pueblos más que

los otros

época de Hixem

con

del Califato,

la

vez por

tal

faltarles

los restos

ellos se

las

al

las

tulo X.

Andrés

manera de

la

tratar el ornato.

sin

Paladio: Los cuatro

fajas horizontales blancas,

libros

los antiguos

de

arquitectura;

construyeron

trababan los

sillares

menores con otras

Francisco Ortiz y Sánz, en su traducción

al

los edificios el

filas

y en algu-

de piedra. «De pie-

foro y templo de Augusto, en

de piedras mayores». D. Joseph

español, pone una nota que dice; la

«Equitrabazón

la figura.»

Paladio dice luego, refiriéndose á

la figura:

son también los muros antiguos de Ñapóles.» si

embargo,

Venecia (1570), capí-

vocóse Paladio. Estas piedras existen hoy día y son todas iguales, como

indicada, de

lo

menos, guarnecidas de estuco con un zócalo de 0,50

Del modo con que

pide y demuestra

caída

perfectamente labrada,

sillería

dra cuadrada se ven paredes en Roma, donde estaba los cuales

la

(i).

de distribución, estaban,

metros de altura, de color rojo con

(i)

con

sistema mixto de paramen-

al

ve también un cambio en

de fachada que

interiormente

cos-

de ornamentación encontrados en Alamiriya,

Las paredes, aunque construidas de mi.smo

lo

se refiere al despiece de la cantería

si

y cadenas de cantería con cajones de mampostería

pero en

origen del prin-

murallas de Ñapóles; pero es

las

forma del dibujo que acompaña, ó

Pocos son

y (¡ue

que Córdoba perdió su importancia. Paladio dice

tan conciso, que no resulta claro

tos

),

ó Almanzor, y termina

habían de

(jue

que en esta forma estaban construidas

la

el

8."

cantera enorme personal, que sería,

la

en gran parte, prisioneros cristianos,

en

II

abandonándose, aunque no por completo,

toso y porque hacía preciso en

¿amina

y.",

«De esta estructura se puede decir En lo que hay la duda, que queda

se refiere al aparejo de la cantería ó al sistema mixto de construcción.


Arte del Cai.u ato ue C贸rdoba, siglo

I' ^. 3.

Alamiriya.

mismo

x.

L谩mina X.

4 y 5- Fragmentos de decoraci贸n en m谩rmol blanco, del palacio de 6 y ;. Vasijas de barro ordinario encontradas en las ruinas del

-

palacio.



.^1

nos i)untos con decoración pintada ó inscripciones, de

dan pequeños fragmentos, con

pequeño

detalle.

guarnecido

De

la

misma

estanque,

el

los

que no es posible completar

de

la

más

el

de estuco y de color rojo estaba

clase

que todavía alcanzó á ver Pedro Díaz de

lo

Rivas en los de Medina Azzahra

además de decorarlo,

objeto,

que sólo que-

las

el

(i),

estuco que tenía en aquél por

de evitar

cantería y por las grietas de

por

las filtraciones

las

juntas

roca natural, en parte utilizada.

la

Los pavimentos, aunque sólo se ha encontrado uno completo, se ve por

las

ó blanco, en

B

tajas paralelas

del plano [/amina

-i.")^

y

las

de ingreso á

caballerizas ó

las

también de piedra, que hay

los asientos,

ellas.

Un

trozo de

pequeña columna decorativa de mármol con

corintio y leyenda en

el

abaco en caracteres

trozo de friso ó de pila de una fuente, todos de

nas 10

y fig.

5."

^.'^,

pequeño

mármol blanco {¿ami-

de /aj^), son los únicos restos de ornamentación encon-

trados, correspondientes á tres

(figura

capitel

cúficos, dos reducidos tro-

zos de fajas decoradas, una voluta de capitel compuesto y un

lámina

maneras

10), tratado á la

distintas

de tratar

el

manera bizantina ó

ornato.

Uno

visigoda, con

adición de un cordón, análogamente á algunos trozos de ornamenta-

ción de el

A

que por excepción están pavimentadas con

cuerpo de guardia, á juzgar por

la

rojo

y losas rectangulares. Las habitaciones

gruesas losas de piedra, debían ser

en

mármol

señales y restos que aún quedan, que eran de

la

arquitectura toledana de

ornato tratado á

la

la

manera propia

mi.sma época; otros

(fi-g. J.'^),

con

del arte del Califato,

cuando

fun-

didos los influjos de su período de formación toma carácter propio; pero los

dos de más interés son

uLiua 10) y

el

trozo de

(figura 5.^, /amina jj).

(i)

la

friso,

La

voluta de capitel compuesto al

modo de

cima con un betún colorado.»

i.'^,

lá-

parecer de taza ó pila de una fuente

voluta está decorada con pájaros y

Pedro Díaz de Rivas dice, refiriéndose

cisternas labradas á

(fig.

á

Medina

Azzalira:

una

«Hálíanse unas

albercas y balsas de agua, que ellos tenían lustradas por


cabeza de león, y

de

trozo de

el

que es de

friso,

lo

encontrado hasta ahora, con draj^ones, de

lo

más finamente labrado los

que sólo (]uedan

cabezas. El resto del capitel estaría decorado con pájaros les,

como

el

que de

casa solariega de

De

la

misma época

familia del

la

existe en

otros anima-

Córdoba en

(¡ue fué

la

Gran Capitán Gonzalo de Córdoba.

cinco trozos de ornamentación, únicos encontrados en Alami-

los

riya ó Aguilarejo,

dos están decorados con representaciones de seres

animados, mientras que en

la

gran cantidad hallada en Medina Azzahra

sólo lo están dos; pero es evidente cjue el les reales

i'i

las

ó fantásticos en

cuenta que no todas

figuras

de anima-

decoración debió emplearse bastante en

menos en

arte del Califato, al

mente guardadoras

la

empleo de

arquitectura

la

las sectas

civil.

Hay que

el

tener en

y escuelas musulmanas fueron igual-

del precepto ó tradición

que anatematiza

el

repro-

ducir los seres animados; pero es lo cierto que, en España y en todo

el

Occidente, esas representaciones son siempre casos aislados y excepcionales.

En

mezquita de Córdoba no hay un solo ejemplo

la

hay que distinguir también, el cristiano, la

tal

arquitectura religiosa de

vez

la

otros países del tas (2).

mismo en

donde seguramente

Persia, en

donde

lo

se

el

arte

la civil

aunque

(i);

mahometano que en

ó profana.

guardó menos

el

En

misma

la

precepto, y de

representación de seres animados se extendió á los

mundo mahometano, no

Guárdanse en

las

bibliotecas

se encuentran en las mezqui-

numerosos ejemplares de

libros

persas y árabes de todas las escuelas, ilustrados con figuras de animales reales

ria

ó

al

ó fantásticos ó con asuntos referentes á

asunto de que

coran decorado con

(:)

del

ellos; así es

Los leones que hay en

pertenecen á (2)

el libro trata, y, sin

la

la

leyenda, á

embargo, no he

visto

la histo-

un

.solo

que no es de extrañar que no habién-

la capilla

de San Fernando son de época cristiana y I-)on Enrique.

decoración hecha en tiempo de

El retrato del Califa

.^lí,

Shah Ismael en Ispahan, en

yerno de Mahoma, que está pintado en

Persia, es

un caso excepcional.

la

mezquita


— dolos en

la

3.^

mezquita se encuentren en

misma época, sabiéndose, además, por

los |>alaciü.s

levantados en

la

testimonio de los escritores

el

árabes, c]ue en Medina Azzahra había dos fuentes, una decorada con bajorrelieves con

fii^ui

as

humanas y

otra con representaciones de ani-

males, ejecutados alj^unos en los talleres de

mismo Abderrahman, pertenezcan

el

y,

pie o la

además,

la

estatua de Zahra, á la que

mano de mármol blanco encontrados

escombros de aquel palacio [iámiiia rrelieves,

Córdoba por orden

,s), los

con figuras de mujer de más de

la

que pertenecían

tal

del ve/,

entre los

á dos bajo-

mitad del tamaño natural,

y se conoce que han sido de objetos distintos en que es diferente clase de

Las el

mármol en que están ejecutados. Iiiniiiias

ii

y

12 r->uestran el resultado

palacio de Alamiriya y su situación

nes de

la

la Sierra.

Poniente y

la

de

La

vista

la

2 á la inversa.

i

de

la

las

excavaciones en

pie de las últimas estribacio-

al

lámina

de

i

i

está

tomada de Oriente

á



X <

•a tu

E

o

> E ca

a o o. •a

C '3 2á

u u í-

<



y,

<

T3

y.

o

o

<

<



\/

ENCiDAS las dificultades que se oponían á los trabajos de excavación en

'

la

Medina Azzahra, y concedida con

autorización por D. Juan Molina, en su

nos, pudieron ya

más

mayor desinterés

nombre y en

el

de sus herma-

comenzarse aquéllos. Los resultados no han podido ser

satisfactorios, siendo

del arte del Califato y la

el

de extraordinaria importancia para

en general para

la historia

hispano-mahometano, por

la del

gran cantidad de ornamentación encontrada y por haber desapare-

cido ya toda duda respecto de

tado por Abderrahman pleto, hasta el la Vieja,

III,

la

situación del suntuoso palacio levan-

cuyo recuerdo

punto de conocerse aquel

com-

llegó á perderse por

sitio

por

el

nombre de Córdoba

que envolvía una idea completamente errónea respecto del

ori-

gen de aquellos restos de antiguas construcciones. Ambrosio de Moraen sus .hitigiicdades, en demostrar que eran

les se esforzó,

nia Patricia fundada por Marcelo (i), sin observar

(i)

'iVi.

La primera mención que de Córdoba

que era

de

las el

Colo-

la

mismo

arte

se halla, es en el poeta Sillo

quando contando la gente de España que pasó en <Nec decus auritera- cessavit Corduba teme.»

Itálico,

Italia

con Hanibal, dice:

«Ksto era más de treinta años antes desta fundación nueva de Marcelo; y saliendo

entonces de Córdoba gente para jornada tan señalada, se ve quán principal era ya aquella Ciudad.» «2g.

capítulo, carla

No hay después más mención de Córdoba donde

se trata

de

lo

en

lo

antiguo hasta

la

de este

que hizo Marco Marcelo en esta ciudad, y fué

verdaderamente toda de nuevo, y viéndose agora, como se ven, dos

sitifis

edifi-

desta


;:

'/."''jín

mezquita y

la

-

los

inuchos niomimentos

del Califato debió conocer, entre ellos el Alcázar

.

cas,

producido

,^r,

hoy Palacio Kpiscopal,

obras ([uc

lo

i\uc tai vez estaba casi

la

do sus Monar-

completo, pues

las

han transformado y hecho desaparecer todo vestigio de su

decoración, son posteriores á su tiempo.

como

de

(jiic

es su fachada

de

Lo

(|iic

de este

edilicio resta,

verdadera

CJriente, frente á la mezc|uita,

fortifi-

cación de sólida fábrica de cantería reforzada con macizos torreones, y las

paredes, también de

sillería, (jue

que

del palacio, demuestra

las

aún se conservan en muchos

sitios

obras de reforma están hechas, en gran

parte, sobre la base del antiguo Alcázar

de

los Califas,

por

lo

que no

extraño que una investigación bien dirigida diera resultados no

sería

menos

interesantes

que

los

de Medina Azzahra y Alamiriya.

Algún tiempo después de Ambrosio de Morales, D. Pedro Díaz de Rivas, en sus

.

Inligitedadcs

y

excelencias de Córdoba, impresas en esta

ciudad en 1627, combatió con gran erudición

ciudad, uno

donde

está, y otro

despoblado á una legua de

de San Jerónimo, que llaman Córdoba

dos

sitios

estubo

la

otro de

al

Vieja, no se

la

expuesto por aquél,

allí,

cerca del monasterio

puede entender en quál de estos

ciudad antigua hasta este tiempo en que Marcelo

creo cierto que estaba hasta Marcelo en

mudó

lo

Córdoba

el sitio

edificó,

^'o la

cuando en su propio

Vieja, lo qual se parecerá adelante

la

la

en que agora está, y que Marcelo

lugar lo mostraremos.

>Que agora conviene

proseguir,

como

lo

que hizo Marcelo

fué,

que hallando

doba edificada de muy antiguo, aunque no muy principal ciudad en ción, la quiso edificar

paz de

cado de nuevo Marcelo toda

Lo primero porque

razones.

Cór-

de nuevo tan suntuosa y de tanta magestad, que fuese bien ca-

grandeza soberana que poco después vino á tener.

la

á

edificios y pobla-

la

ciudad, y en

el sitio

el sitio

Y

pruébase

de Córdoba

la

es perfectamente quadrado, así

el

haber

Vieja, por

edifi-

muchas

que se ve como

lo

esquadraron por cordel con mucho cuidado. Tras esto es de mucha consideración ver

cómo

quadrado se tomó

el

al

dos tantos con gran igualdad. Porque yo he medido todo

el frente dos mil y quatrocientos pies, hallé por el lado á lo largo quatro mil y ochocientos. Así, venía atener toda la ciudad por lo largo

el sitio

con cordel, y hallando por

dos mil y quatrocientos jiasos de los comunes de á dos pies, y por lo ancho mil y dosí'^ntos. Y si á alguno le pareciere pequeño este sitio para tanta grandeza y magestad

que Córdoba luego tuvo, ha de entender cómo esto era solamente

la '

fuerte de !

la

ciudad, y que fuera habría grandes arrabales, y también

lo la

cer-

cerca

un lado dos ó tres cerros, con que se hacía mucho más extendida habita-


— y con una las

muy

y un juicio

crítica

contrucciones que en Córdoba

época de

tes á la

como

que

rrahman

Don

pertenecien-

dice,

la

también

época de

las

la

I lisíoria general

opinión de Mora-

«murallas y edificios

acertadamente, ser

de Abde-

obra

111.

losé

árabes, trae

Antonio Conde, en su Historia de

nuevamente á

la

memoria

la

recuerdo de

el

dominación de la

Vieja, al pie

de

la Sierra,

.

.

.

Tiene también este

la

en que, por

sitio la

en medio de todo parte baxa de

la

él al

la

solía

frescura

y amenidad

An-nassir pasar

justo otro cuadrado alto y

ladera, y debió ser sin

duda

la

las

muy plaza

ciudad, y por esto se puso en medio della, y se igualó tan costosamente llanura. Porque el sitio todo de tal manera está en la misma falda de la Sierra,

principal de

para

sitio

alamedas y espeso bosque,

allanado y subido para esto por

la

«sino á orilla del Guadalquivir, á cinco millas

más abajo de Córdoba, en un del lugar, por sus

/os

suntuosa obra

de Abderrahman y de Alhakem, pero situándola, no en Córdoba

cion

e!

año 915, opinión que

el

combate también

con igual precisión,

existentes»,

como

Vieja existían,

Padre Ruano, que en su

el

de Córdoba, publicada en 1760, lijando,

la

que comenzó á reinar

III,

siguieron lue^^o otros,

les,

acertados, fijaba ios caracteres de

dominación mahometana; dice que fué su autor

la

Abderrahman

rey

1>7

la

que toma una parte de

b

ladera y alcanza también buen trecho de lo llano, tendiéndo-

se á lo largo deOriente á Poniente y teniendo lo ancho de Septentrión á Mediodía. Tam-

muro quatro torres mucho más principales que las muchas que había entre éstas, cuyos fundamentos muestran bien su grandeza niagestad. Todas estas medidas y correspondencias tan justas y cuidadosas son ver-

bién tubo en las quatro esquinas del otras y

daderamente de fábrica Romana,

y no

esos primores ni advertencias en

el edificar.

mucho en su N

de nuestros ."Xudaluces, que no tenían entonces

Son también de hombre que

se desvelaba

con mucha atención y cuidado hacía buen sobrestante en ella. todo parece cosa propia de Marcelo. Vese también allí otra cosa, que por su parte fábrica, y

.

muestra ser fábrica

que va por

Romana

lo llano y

mira

al

.

todo lo de aquella ciudad. Por medio del lado de

lo largo

Mediodía, parece habría puerta principal, y sale della un

camino bien ancho y va de trecho de trescientos ó quatrocientos pasos, empedrado sillares hasta un cerrito redondo no muy alto, donde se ven grandes ras-

de grandes tros

de algún soberbio

principal,

edificio y

de gran magestad. Yo creo fué algún templo muy

pues mereció camino tan suntuoso.

.

Ambrosio de Morales; Las antigüedades de (Páginas 31 y siguientes).

.

»

las ciudades de

España.

— Madrid,

1792.


— 1.

.^^

de primavera y de otoño»

"..coradas

.scritores nnisulniancs abrió

ción, especialmciiti^

la

liisloria

(i). Kl

estudio de las ohias de

más amplios horizontes

á la investij^a-

de Almakari, Iraducida por

1).

I'asciial

Ciayantfos para la Sociedad Asiática do i.ondres y publicada en iN^o

y 4

descripción que hace del palacio y ciudad de Medina Az-

la

y

V.

zahra coincide con el

liaviin

la

.l/iiioa^rib,

de

cjue

que se ve está basada en Por

ellas

planicie

Sevilla,

dice,

ha sido traducida y anotada por E. Fagnan y las

mismas fuentes que

de esta ciudad»

de hombres ha dado

una de

la

de Almakari.

no cabía duda respecto de su situación. «Medina Azal

que se extiende hasta Córdol)a,

los límites

grafías

Historia de África y de la España, titulada

Almakari, estaba situada

dice

zahra,

la

las

las

{i),

ilustres,

en

de

montaña y en

la

á la distancia

de

tres millas

y añade que «Ibn-Jalikán, en la

espléndidas,

la

de

las bio-

de Almotámid-ben-Abbad, rey de

dimensiones de

más

pie

la

ciudad de Azzahra.

l^sta era,

más renombradas y magnificas cons-

trucciones que hayan hecho los hombres. Midi', agrega, 2.700 codos

de largo de Este á Oeste, y de Norte á Sur unos 1.700;

columnas empleadas en

la

construcción es de 4.300 y

el

número de de puer-

el

tas 15.000.»

«El historiador Ibn Hayyan», dice Almakari, «hace una minuciosa descripción de aquella magnífica ciudad y de los materiales empleados

en la

ella.

May que

observar, añade, que este notable historiador recibe

información de boca de Ibn Dahin,

el

que

la

recibió

ben-Abdala, arquitecto y geómetra que vivió en nassir, el el

que empezó

año 325 de

la

la

id,

Don

Hégira (936-7 de

I.

C.j,

continuándose en

los veinti-

Alhakem

II

(3).

El

José Antonio Conde: Historia de la dominación de los árabes en España.

1820 y 21.

Traducción citada de ü. Pascual Gayangos.

Ídem

reinado de An-

construcción del palacio v ciudad de Azzahra

cinco años de su vida y en los de su hijo y sucesor

(1)

el

de INIosIemenu-

id.


.íy

palacio estaba ya terminado á la muerte de hijo

Abderrahman

III;

pero su

continuó levantando considerables adiciones para alojamiento de

corte y acuartelamiento de las tropas,

baños, fuentes y acueductos para

además de

a^ua de

la traída del

que cuantos

los jardines

en

la

de recreo,

la Sierra,

con

tal

de Alhakem,

suntuosidad y

ri(]ueza,

cuando ya

nueva población estaba terminada, decían no haber otra

la

semejante en

De

los días

dominios de Islam.

importancia y extensión de Medina Azzahra puede dar idea,

la

más que

los vastos

la visitaban

las

medidas transmitidas en

descripciones de los historia-

las

dores musulmanes, á veces contradictorias y de dudosa interpretación, el

número de personas que dicen estaban

servicio del Califa. Estos,

al

según aquellos historiadores, eran 6.300 mujeres, entre concubinas, criadas y sirvientas de todas clases; 3.750 pajes y esclavos y 12.000

hombres de guarnición, lujosamente

makari, después de describir los jardines,

jamiento de los altos

pajes,

la

guardia y

los

y en otro pasaje de Al-

vestidos;

construcciones para alo-

las

magníficos palacios de recepción de todos

funcionarios del Estado, menciona la multitud de soldados,

eunucos y esclavos de todos países y

religiones,

suntuosamente

vestidos con trajes de seda y de brocado, paseando por las anchas calles

de

la

ciudad; y

la

muchedumbre de

jueces, katibes, teólogos y

poetas, circulando con respetuosa gravedad á través de las magníficas salas, espaciosas

que el

el

antecámaras y amplios patios del Alcázar; añadiendo

número de

sirvientes varones

de mujeres de todas

clases,

vientas, ascendían á 6.314;

en

el

palacio se calculaba en 3.730;

comprendiendo

los esclavos, pajes

que hacen subir

dores empleados en

palacio y alrededor de

Gayangos, en

(i)

los

Traducción

Londres de

del Califa

y eunucos,

y

sir-

á 3.350,

no

él

servi-

á 6.0S7; y D. Pascual

notas que acompaña, dice que un manuscrito español

las

de su propiedad

el

harem

número de esclavos y

faltando, dice, autores el

el

hace ascender á 12.000

al

1ÍS40 y 1843.

inglés

(i).

de Almakari, por D. Pascual Gayangos, edición de


— Y tú

i\

a, los

esto se agregan los obreros independientes del servicio del

comerciantes y

de servicios

iiuiltitud

40

(|ue

el

gran número de personas empleadas en

necesariamente tiene un núcleo de población

de esa importancia, no podrá parecer exagerado

el

suponer en cerca de

,^0.000 almas las que debían haMtnr aiiucUa ciudad, ó sea casi

de

la

mitad

la

actual población de Córdoba.

la

V no puede haber exageradas, guarnición,

diticultad en admitir esas cifras, auntiUL- parezcan

además de

se tiene en cuenta,

si

vida de las cortes orientales

la

que rodean ó viven á

la

sombra

del

\

los I,i

i

2.000 hombres de

multitud de personas

Monarca, más ó menos afectas á su

servicio,

como sucede hoy en

la

obligó á

Alhakem

mezquita de Córdoba, fué

á ampliar

la

ciente para contener las personas

Shah de

corte del

que habitaban

de Constantinopla, dice Libiano que

el

Lo que

[-"ersia.

el ser insufi-

Alcázar.

En

corte

la

nube de aduladores, eunucos,

la

más numerosa que

sacerdotes, esclavos, concubinas, etc., era

cas en estío; y para mantenimiento de los de

la

las

mos-

antigua corte de Persia

había que degollar cada día, según Heráclides de Cumos, un miliar de

bueyes, asnos y ciervos, y en tía

de

los

palacio que

el califa

Moezz, de

la

dinas-

Fatimitas de Kairuán y fundador de El Cairo, levantó en esta

ciudad, sólo en

y

el

.sus hijos, los

la

parte del Este, su residencia personal, de sus mujeres

esclavos, eunucos

y servidores, dice Makrisi que se con-

taban por millares.

Medina Azzahra se compondría y

las

del palacio, con el harem,

construcciones destinadas á los servicios administrativos y econó-

micos con todas sus dependencias,

todo á un extremo de cado, no sólo el

serrallo

el

el

edificios

mezquita y

población, en

parte

la

recinto general, sino cada

harem; y fuera de

^emás

la

la

la

parte destinada

extendidos por

de aquél, pero

la planicie,

sin rodearlo;

?ue se encuentran en

al

situado

más elevada, y

uno de

ellos,

fortifi-

especialmente

Califa estarían levantados los

á uno ó varios lados del re-

y esto explicaría

el llano,

los jardines,

los restos

de cimen-

á gran distancia de los del palacio.



Arii;

1)11.

Cai.iiak)

u Í„l,

dií

»

C'ókiioiia, si(;lo x.

-In'ii.lnln

IJUWWiwHmwiM

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ii

i

lilii

*

íz?

K íX

Planta general de

la

parte central del pal

un plano A'

Y de

los


1

LÁMINAS XIII

wmmmmm

H^ iM e^^^^

5

1

a

ciudad de Medina Azzahra, y proyección sobre <os cuerpos ya descubiertos.

Y

XiV.



a ffl

c •V

o o.

o

1)

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4J o M-O •"O

<U

^ o ^

-S -o



41

Esta disposición es aproximadamente zahra, dice, se halla á tres millas ña. Estaba dividida

por

el Califa,

la

próxima á

la

día la servidumbre y

lo.s

la

Califa y

el Edrisí,

monta-

montaña, habitada en otra

resi-

la

tercera la formaban los

de recreo.

jardines y sitios de esparcimiento y lo ijue

la

una guardia compuesta de

I2.000 hombres, espléndidamente vestidos, y

Pero

ladera de

ella sus palacios, jardines, etc.;

eunucos del

Az-

da Annouairi:

(|iic

de Córdoba, en

en tres partes:

que tenía en

la

da más clara idea del palacio, es

cuya exactitud comprueban

la

descripción que hace

los restos existentes.

subsiste todavía con sus murallas y los vestigios

de

.sus

«Zahra, dice,

palacios, y está

habitada por un pequeño número de individuos y sus familias. Era una

ciudad considerable, edificada en pisos, ciudad sobre ciudad; de

modo

que

de

la

superficie de la ciudad superior era paralela á los techos

de en medio, y

estaban rodeadas de muros.

tres

Todas

superficie de ésta á los techos de la inferior.

la

En

la

la

parte superior existían palacios

de tan gran belleza, que es imposible describirlos. En

la

había jardines y verjeles, v en

gran mezquita.

Hoy

(ij.

[/áiii/iias /,% /_/ v li).

^f;),

la

ladera de las últimas estribaciones de

aunque errónea y absurda respecto

que aún alcanzó á

la

Sierra

La descripción de Ambrosio de Morales {Nota

construcciones, es de gran interés en cuanto ver.

Según

ella, el

al

menor. El primero, ó sea su

metros

(i) .M. J.

— 1.334,40 metros — y

— de N. á S. El

época de

trazado de

la planta,

palacio, sus dependencias y la ciu-

que iba de E. á O., el

tenía,

segundo, ó ancho, 2.400

del

según

él,

— 66-

;

recinto estaba cercado por fuerte muralla guar-

Description de VAfrique et de VEspagne, par Edrisi. Publiée par R.

de Goeje. Leyde,

Edrisi.

largo,

de

del origen y

dad ocupaba una superficie rectangular cuyo lado mayor era doble

4.800 pies

En

ve claramente este sistema escalonado del palacio, cons-

truido en antiteatro en

hi f^áí^ifia

la

á punto de desaparecer»

esta ciudad está en ruinas y

las ruinas se

las

baja las casas y

la

parte media

i86fi.

— Descripción

üozy

et

de ia España, por Abd-.Alla-Mohamed-cl-

Versión española por Antonio Blázquez, igoi.


— n

do contrafuertes, y tenía cuatro «grandes torreones en

lado de Mediodía y daba acceso á

c!

una gran plaza ó meseta situada en sobre

la

mez(]uita, construida en

la

parte central del recinto y elevada

fuera del recinto fortilicado se extendían

la llanura;

los ángulos.

pavimentada con gruesas losas de piedra, corría

l"na ;uicha calle,

por

42

el

resto de

la

con

la

ciudad y sus arrabales. Esta descripción está de acuerdo con

de Pedro Díaz de y con

ello,

situación de

la

la

gran plaza,

que corría de E. á

de

sillería,

de

los recintos

las

dimensiones que da

por

el

las

de su

Edrisí,

excavaciones, viéndose perfectamente

de

la

().,

y

la calle la

de

pavimentada de gruesas

las

losas

que cerraban uno

murallas,

N. y S. Las que no resultan comprobadas al

palacio y

la

.son

ciudad; pero esto no puede aún

asegurarse de manera cierta, hasta que puedan límites

el

Rivas, que aún alcanzó á ver en pie gran parte de

las

descubierto en

lo

que hace

la

lijarse

con precisión

los

recinto.

Respecto de

la

riqueza, los viajeros que lo visitaban, los príncipes,

embajadores, comerciantes, peregrinos y poetas, decían no haber visto

nada en

el

mundo que

superase

al

esplendor,

la

suntuosidad y

la

exu-

berancia de riqueza del palacio, con sus techumbres de ricas maderas

de

prolijo

tro

y

y delicado trabajo,

los revestimientos

de sus paredes, sus puertas y adornos de

de mármoles y alabas-

marfil,

ébano, plata y oro

pavimentos de sus tarbeas, enlosados de mármol con diferentes

los

alicatados ó artificiosos cortes, cuya exactitud han puesto de manifiesto las

excavaciones, apareciendo

La mezquita que aventajaba á raba

la

los

la

gran mezquita de Córdoba

llamada sala de

¡)

Hay que

hecha en

la

tal

cual están descritos.

era de tan extraordinaria belleza, riqueza y elegancia,

los Califas. El

sólidos, pero transparentes bloques

(

pavimentos

(i).

Pero á todo supe-

techo de esta sala era de oro y

de mármol de \arios colores, y

las

tener en cuenta cjue cuando esta me/quita se construyó no estaba

de Córdoba

la

ampliación de Alhakem,

ni,

por

lo tanto, el

mihrab


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Q

X!



43

paredes estaban revestidas del mismo material. Esta descripción

dd

techo de oro y mármoles transparentes de varios colores, hace ver clara-

mente que era una bóveda análoga á

la del

mihrab de

mezquita de

la

Córdoba, decorada con mosaicos bizantinos con fondo de oro, segura-

mente regalados por minaban, cerrados ónix de Argelia.

la ilu-

centro de

el

la sala

había un estanque de pórñdo

de azogue, v del techo pendía una perla de tamaño extraordina-

lleno

que, con otros preciosos objetos,

rio,

Bizancio, y los huecos que

vez con placas de alabastro oriental ó del llamado

tal

En

Emperador de

el

le

había regalado

Emperador

el

de Constantinopla. El pabellón, dicen, tenía ocho puertas de ébano y decoradas con piedras preciosas, y

marfil,

Almakari, eran de plata y oro

(

las tejas

que

lo

cubrían, según

).

i

Dos pequeñas columnas decorativas de mármol, encontradas entre escombros (¡amina

los

_'i),

nes son próximamente rior

y

arranque de

el

de

las

la

de

que

el

los Califas

las

columnas que decoran

cúpula en

de Córdoba, dato de gran sala

vez procedan de esta sala. Sus dimensio-

tal

el

vestíbulo del mihrab de la mezquita

porque da idea de que

interés,

maksura de

pudiendo estar tratada con más grandiosidad y arquitecto que sujetarse las

Esta hipótesis

la

al

pie forzado

que

llamada

le

la

mezquita cordobesa,

libertad, por

imponían

confirma

la

descripción que de la

el

dimensiones

sostenido por columnas de jaspeado

.serían

la

misma

sala ó

más notable construcción

de Medina Azzahra era un pabellón que dominaba

Seguramente

las

no tener

naves de aquella mezquita.

pabellón da Annowairi, que dice: «Pero

(i)

la

debía estar compuesta y decorada de análoga manera

vestíbulo del mihrab y la

y composición de

cuerpo supe-

el

los jardines.

mármol y decorado con

Estaba oro, ru-

de cobre dorado, pues no es probable que fueran de

barro con reflejo metálico. Entre los escombros han salido algunos trozos de cobre

dorado de lo

las

estuviera

planchas del forrado de

las puertas,

cubierta; y cerca del sitio

no siendo, por tanto, imposible que

donde han aparecido

las columnas se ha encontrado también un pequeño trozo de finísimo mosaico de esmalte, seguramente de la bóveda de la sala, lo que confirma que estaba con él decorada. la


Enfrente del pabellón habia un mar

,)jrla.s.

en perpetuo movimicnlo, y reflejaba

i'.e estaba el

AA (pila) lleno

de azof^ue,

rayos del sol sobre

los

pabellón.»

Este pabellón debió estar más ricamente decorado ([ue

de Córdoba,

lo

que comprueban

los capiteles

la me/,<iu¡ta

y basas de estas columnas

y otros rra<,mientos de capiteles y basas encontrados también cerca de

que

aquéllos, y \¿á»li)iu

Entre

vez pertenezcan á las columnas que lo sostenían

tal

).

las

obras de arte que enriquecían

Emperador de

fuentes, regalo del

Bizancio.

el

palacio, descollaban dos

La mayor estaba dorada y

decorada con bajorrelieves con figuras humanas, y de mármol verde

(

i

).

mandó

El C/alifa las

Las

más pequeña

colocar en

Almunis, enriqueciéndola con doce figuras de oro perlas y otras piedras preciosas.

la

figuras, labradas

sala llamada

la

rojo,

era

decoradas con

en

los talleres

de

Córdoba, representaban varios animales: un león, un antílope, un cocodrilo,

una

un águila y un dragón, una paloma y un halcón, un ¡javo

gallina,

un

gallo,

un milano y un

Estas descripciones traspasan

real,

l)uitre.

la ju.sta

medida,

sin

duda alguna; pero

no cabe de.sdeñarlas como engendros fantásticos ajenos de toda

reali-

dad, tratándose de civilizaciones orientales y de construcciones en

que intervinieron

los

más famosos

arquitectos y geómetras de

como maneras

las

Bagdad y

literarias

de expresar

una admiración suficientemente motivada. Las puertas de

prolijas labo-

Constantinopla,

res

de marfil y

son en

en

las

ni

juzgarlas sólo

ricas

maderas, seguramente eran

construcciones del (oriente, no sólo en

iglesias cristianas

fX'iejo Cairo),

'e

marfil,

con

Don

P.

en

la

finas

que

el

las

lo

mahometanas, sino

brillan

por su riqueza y suntuosidad, como,

la iglesia

copta de Abu-Sergah, en Babilonia

que no

entre otras, en Egipto, en

muy comunes, como

iconostasis es

de madera con inscrustaciones

y elegantes tracerías, y hace algunos años que

Gayangos. en su traducción de Almakari, dice que

la

mayor

la

era de


Akie

iii;i.

("alu-aio

i)k

Medina Azzahra. Puerta a de

la

Lรกmina XVIII.

sk.lo x.

("('iuhoma,

parte descubierta del palacio,

Medina Azzahra. Ruinas de una de

A

las partes

A

del plano general

descubiertas del palacio,

del plano general.



c V se

o c

u "a Q.

a

c

c

J3

O



— ác

visita al tesoro del palacio

traía V

<á

una

memoria

la

iioiltcs,

con

la

Edad Media

descripciones de los cuentos de

enorme riqueza en oro y piedras

tinas

de una batalla «ganada por

muv numerosos

fueron

los objetos

lo

mucho que

de extrañar,

se ha destruido, lo

ó

fina

falsa;

el

dos por Abderrahman

III

(

)ccidente

de Córdoba llegó á ser

res

de

etc.,

la

gran

muchos

los

Ommiadas,

de Suleiman

la

No

es,

por tanto, pa-

el

y Alhakem

III

11.

vida de aquellos palacios, .seguramente

España y en todo

largo período de su dominación, y construí-

y su hijo Alhakem, en cuyo reinado imperio más poderoso de todo

el

mahometano; pero como tía

la

suntuo.sos de cuantos los árabes levantaron en

durante

el

comprueban.

de monarcas tan podero.sos como Abderrahman

más

y

que obras de este arte enriquecieran

ni inverosímil,

Corta, fué, sin embargo, los

y en

de extraordinaria riqueza y maravillosa labor, que existen aún, á

pesar de

lacio

rica

de oro, de plata ó de

cantidad de imágenes, cruces, cálices, arquetas, relicarios, ellos

acumu-

los turcos á los persas;

cobre dorado, decorados con esmaltes y pedrería

de

allí

M/V

las

que descollaba un trono persa de oro cuajado de

ladas, entre las

pedrería, botín

Punta del Serrallo, en Constantinopla,

la

Lis fantásticas la

45

su suerte hubiera de

si

.sufrió

e.star

el

el

Califato

Occidente

ligada á la dinas-

con ésta su rápida decadencia. Los berebe-

saquearon en loio, robando, contra

la

voluntad de

aquél, el alcázar y la mezquita principal y los palacios particulares, y lo

que éstos no pudieron

llevar, lo

robaron después

los

de Almundi, que

entraron á .saco en aquellos alcázares. Pero, aunque saqueados, sus bricas

no debieron

sufrir

gran daño, cuando siguió habitándose, y algu-

nos años después, en 103

xem

III, el

rase á

«AbuI-Hazam-ben-(íhe\var aconsejó á Hila

dinastía de los

(

)mmiadas, que se

Medina Azzahra, para poner á salvo su persona de

pedía aquellos alcázares

(1)

i,

último monarca de

popular, de que estaba

Conde: tomo

T,

fá-

muy amenazado» al

(ij;

más

la

reti-

conmoción

adelante, Alfonso VI

rev de Sevilla para residencia de su esposa

pág. 624.


Constanza, y en

'3")iia

pequeño núinero

ir,

a

-

46

el sij^Io \ii ilicc el

tic in(li\ iiluos

Ivlrisí (|uc

estaba hahitado por

y sus familias, pero «ya en ruinas y

punto de desaparecer».

Don

Pascual Gayangos cree que en

por IhivKakik debe

lo diclio

contundirse con Azzahira (i\ y aunque en otro párrafo de Almakari dice que durante

ijuerra civil y

la

lucha entre ios (|ue se disputaban

ios disturbios

imperio,

el

ocasionados por

la

ruina no alcanzó sólo

la

á Azzahira, sino tami)irn á Azzahra y otros palacios levantados por los

Beni-Omeya; que su hijo les,

acumulados por Abderrahman y por

tesoros

los

Alhakem eran completamente

destruidos; las habitaciones rea-

convertidas en ruinas y despojadas de sus muebles y tapicerías;

muchas obras de

arte, destruidas;

muchos

y otras ciudades de Oriente, se comprende que

guno de truir á

los

que se disputaban

el

Medina Azzahra, que era

Bagdad

objetos, vendidos en ni

Suleiman

ni nin-

Califato podían tener interés en desla

mansión predilecta de

califas

los

cordobeses, que ellos mismos aspiraban á disfrutar, aunque no pudieran

impedir que

la

soldadesca indisciplinada, especialmente

canas, lo saquearan. Por

el

como

recibía

Almanzor en aquel

misma suntuosidad que

el

no querer soportar él,

la

palacio, á los

soberano. Así,

el

otros,

frente al

dependencia del Califa

que están en

Califato durante la

ello

alcá-

él,

reci-

embajadores con

BayAii Almogrih dice

de Medina Azzahra, por ni

y Almakari dice que estaba probado por

Hayyan y

afri-

un acto de soberbia y rebelión contra

que Almanzor levantó aquel alcázar

de

el

autoridad del Califa y de independencia y supremacía sobre

biendo, la

hordas

contrario, habrían de ver con enojo

zar de Azzahira, que representaba la

las

creerse seguro cerca el

testimonio de Ibn-

de acuerdo, que Almanzor usurpó

menor edad de Hixem

,

hijo

de Alhakem

,

el

y que

construyó Azzahira para su propia seguridad y residencia, trasladando allí

sus tesoros, almacenes y depósitos de

Don Pascual

Ciavangos, en las notas á

la

armas, é instalándose

traducción del Almakari.

él


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5



— mismo con su

-

47

guardias y partidarios.

familia, servidores,

sucedió su hijo Abdelmélik, y á

le

Abderrahman

Anasir,

el

Almnnzor

muerte de éste su hermano

la

que hizo que Hixem

trono, suscitando con ello

A

le

declarase sucesor del

odio de los que se juzt/aban con mayor

el

derecho á ocuparlo, y ocasionando

que en corto plazo destruyeron

turbulencias y guerras civiles

las

Derrotado y muerto

el Califato.

el

hijo

de Almanzor, y confiscados sus bienes, no es de extrañar que Azzahira completo, que cuando

fuera destruida y arrasada tan por

escribe

no hace siquiera mención de

Por otra parte, aunque posas descripciones

i).

y poetas celebran en pom-

de Medina Azzahra, pues comenzada su

construcción

año 368 (97S de

la

}.

C), estaba terminada y habitada en

de 980, ó sea dos años después, mientras que

obras de Medina

las

Azzahra duraron más de cuarenta años, disponiendo de todos dios de que podía disponer el Califato de brillante.

Pero Medina Azzahra,

abandonada desde

fi)

la

si

los

me-

Córdoba en su período más

no destruida, debía de estar

caída del Califato, pues

el

casi

estado de perturbación

«El Hagib Abderrahman», dice Conde, «sin atender á los parientes del Rey,

no consultando sino su inconmesurada vanidad y confiando en ción del pueblo, que

le

amaba

y bendecía por su ciego amor á

se atrevió á proponer y persuadir

al

Rey que

le

la

la

mal segura inclina-

memoria de su padre,

declarase su futuro sucesor del trono,

suspendiendo esta declaración hasta después de nos,

Edrisí

suntuosidad y riqueza, ésta no podía ser tan ex-

la

comparable á

el

(

los historiadores

traordinaria, ni el

ella

el

la

primera salida contra

los cristia-

que esperaba fuera venturosa.

«Esto se traslució y excitó el odio de todos los meruanes, y en especial de un primo de Hixem, llamado Muhamad-ben-TIixem-ben-Abdelgiabar-ben-.Abderahman Anasir. Era éste del

Rey Hixem.

valor y presumía suceder en el trono á falta de hijos Pasó á la frontera de cristianos, reunió gentes y volvió, derrotando á

mozo de mucho

Abderrahman, que

salió

«Abderrahman,

de Córdoba con

la caballería

africana y

la

guardia del Rey.

Almanzor y hermano de Abdelmélik Almudáfar, sus bienes fueron aplicados al fisco, y su nombre no se

hijo del gran

expiró clavado en un palo;

mencionó más que con apodos de menosprecio». de Azzahira, muchos materiales utilizables debieron lledonde ha sido encontrada una pila de mármol, procedente de allá,

Al destruirse varse á Sevilla,

que está en

el

el alcázar

Museo Arqueológico de Madrid.


osrpetua lucha

-

48

¡¡ivccdió y sij^uió á su caída, talando tierras, incen-

([iir

•iiando las ifranjas y no dejando caserío en (luc no (!.stamparan su huella destructor;! his hordas atricanas, á lo

expediciones de tes

de

cjue agregar las continuas

los ejércitos cristianos, tenía (¡ue obligar á los habitan-

campiña

la

que ha\

á refugiarse en

Córdoba y

y de recreo que no habían sido arruinadas, y en

Medina Azzahra, á pesar de su

posible.

que

las

En

lo

y á

las

que se

vida sería im-

la

que

fortaleza, tendría

donada como todas, auncjue fuera luego habitada por ella se refugiaran,

haber sido destruida por incendio, pues para

la

el

decoración indicio

de

grado de calcinación

habitaciones á que pertenecieron

las

hubieran servido de alojamiento de trilnis

que en

refiere el Edrisí.

ligeramente calcinadas, pero sin cjue pueda ser suficieni^

de

ser aban-

familias

descubierto hasta ahora hay algunas piedras de

que presentan es suficiente que

de campo

á dejar las casas

la

soldadesca que

saqueaba, ó

las

errantes que en ellas se refugiaran y encendieran lumbre para

cocinar ó calentarse. El único vestigio de incendio hasta ahora encontrado, es alguna

pequeña cantidad de plomo fundido, un trozo de puerta

de madera chapeada de cobre dorado, con señal de haberse incendiado, y im reducido espacio, donde hay evidentes señales de incendio, pero

de poca extensión.

En

la

época de

de su origen, para

Córdoba llarse

pueblo

el

con

el

al

menos, pues figura con

retuvo para

sí,

que, cuando lo cede á

habla ya de

gran extensión de

la

las

recuerdo

nombre de

al

hacer

el

reparto de las

pasando luego á ser propiedad del Municipio, la

Comunidad de

para que utilice sus materiales en la Sierra,

el

el

que todavía es conocido. El palacio debía ha-

aún habitable cuando San Fernando,

tierras, lo el

la X'ieja,

Reconquista parece estaba ya perdido

la

minas

la

la

Orden de San Jerónimo

cor^i-irucción

del c- Hilo de

ciudad y del p

"^(Cio

de un convento en

Córdoba

hizo que

la

la

Vieja.

La

edificación del

onvento, levantado no lejos de aquéllos, no pudieran destruirlo por G jmpleto.

En

vida de Ambrosio de Morales, que habitó algún tiempo en


O)

c u

ca

O 'o

•o

•o



— el

monasterio, existía aún parte

como está,

se ven, dos sitios

al

49

menos, pues

de esta ciudad fde

y otro despoblado á una legua de

Jerónimo, que llaman Córdoba á esta ciudad, dice:

«1^1

la

allí,

la

«Y viéndose

dice:

de Córdoba), uno donde

cerca del monasterio de San

Vieja»; y hablando del agua que surtía

caño grueso que tiene

mismo monasterio

el

llevaron á aquella ciudad por conducto de piedra,

ahora en

pie,

y

lo

demás

se ha

ahora,

consumido en

las

lo

cuyo principio está

obras del monasterio».

Pedro Díaz de Rivas, en 1627, habla de una gran plaza situada á igual distancia

de

se veían señales

las partes oriental

y occidental, en medio de

calle

empedrada de

Mediodía y que, saliendo de

la

sillería,

la

principal,

existían restos de

Y

el

la

que

muro de

la

donde

el

se

parte occidental

la

población, y que toda esta po-

cerca,

que

corría

de Oriente á Oc-

Padre Ruano, que escribe en 1760, más de dos

medio después de edificado

partía

lado del

al

cerca, terminaba en un cerrillo,

una gran parte de

blación tenía por arriba un

de

que corría derecha

veían ruinas de una gran torre y de cisternas; que á

cidente.

cual

de un gran acueducto; de otras dos plazas más peque-

ñas y más bajas, situadas á los lados de

una ancha

la

convento, habla de

las

siglos v

murallas y edificios

existentes.

Posteriormente á

en

el

para

monasterio, las

e.sta

como

fecha se hicieron nuevas obras de ampliación

lo

el estilo

de alguna de sus

que necesariamente sacarían materiales de

Medina Azzahra, de donde las

comprueba

lo

construcciones de Córdoba,

como

lo

atestigua

el

de Morales, contribuyendo á acabar de destruirla

la

extensísima cerca que rodea actualmente

y

cuarteles en

Después,

la finca

que quedaba en

mucha

se debió llevar también

fábricas,

piedra para

mismo Ambrosio construcción de

las

que separan

la

los

que está dividida. el

lento pero constante crecimiento del suelo por los escom-

bros de las fábricas destruidas y por las tierras que

el

viento,

el

agua y

la

exuberante vegetación de aquel privilegiado clima acumulan de continuo, acabaron por convertir en extensa dehesa, cuya monotonía rom-


-soon

la

más próxima

parte

á la Sierra

almeces, encinas y olivos, nacidos entre

al^imus

las ruinas,

sobre

)ccidente, y

(

de cuya existencia sólo dahan

pequeños trozos de su decoración,

ban

el

la

En vano

Historia

el

se despertó entre los

deseo de hallar

los restos

taban tantas maravillas. Perdida en

la

la

vieron levantados

el

palacio y

D. Pedro de Madrazo, por enseñaran, y

sitios

más poderoso

lo

la

siiiaics visibles

aparecían entre

de aquella ciudad, de que se con-

memoria de su

situación, se

cios,

al

sitio

donde

que D. Pascual Gayangos y Almakari

vez dirigido por algún ilustrado guía conocedor de

tal

sepulcro), acertó con

la

Las excavaciones,

de empezados

del

año

sin

verdadera situación de

Gobierno se acordara hacer excala Vieja,

concediendo

la

sub-

el

siguiente, ií^34, suspendiéndose á los pocos días

los trabajos,

no llegando á descubrir más que pequeños sin

que desde aquella fecha se volvieran á las dificultades

marqués de Guadalcázar, dueño de

que

la finca,

Pedro de Madrazo

.sentida

hemos comenzado

obra; esperemos, sin embargo,

la

se

los pala-

embargo, no pudieron comenzarse hasta

reanudar. Esta suspensión, por el

el

nombre

ello.

fragmentos de decoración,

oponía

la

dehesa llamada de Córdoba

vención necesaria para

mes de Mayo

estu-

ciudad de Medina Azzahra, hasta que

y en 1.S33 conseguía que por

vaciones en

buscaban

más que Almakari daba

aquellos lugares y de los restos que en ellos se veían (y cuyo

ha llevado

la

Anjueolo^ía y de

la

bastante exactas y concretas del

noticir.s

los

cantos rodados, sembra-

amantes de

llanura, á orillas del Guadalquivir, por

en su historia

le

como

de fábrica que en algunos

suelo, ó restos

maleza.

(]ue,

de

las salas

palacios que en un tiempo fueron suntuosa mansión del

monarca de

de frondosos

t;rui)()s

lamentación.

á su

continuación

arrancaban á don

«Con mala

estrella,

que otros

decía, la

pro-

seguirán con mejor fortuna.»

Cincuenta y intentó y aun

seis

años han transcurrido desde que

comenzó

el

Madrazo

Sr.

á explorar aquellos lugares, hasta que han po-

dido reanudarse, sin que nadie haya pensado, ó procurado

al

menos.


— continuar

las

excavaciones, aunque constantemente se hayan estado sa-

cando trozos de ornamentación de

En

51

este tiempo,

el

la (lue

á flor de tierra se encontraba.

suelo, continuando su constante crecimiento y los

hombres su destrucción, han ocultado ó destrozado ces estaba todavía visible.

Lo

iiuc

ha salvado

nente masa de escombros y piedra que sitios tres

que

poco que enton-

resta, es la

impo-

cubre, que alcanza en algunos

y cuatro metros de espesor, formada por inmensa mole de

manipostería y de

sillares, (jue al

informes montones, formados por

de

la

lo

lo

los edificios destruidos.

No

derrumbarse las

los

muros han caído en

masas de materiales acumulados

.son estas

ruinas

como

se trata de restos cubiertos por capa de tierra

otras muchas; no

más ó menos gruesa,

que fácilmente se remueve, sino por masas de materiales grosas de manejar.

difíciles

y

peli-



y.

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Mi'KKXi)[iK)s los trabajos,

E,^/

ha podido explorarse; mas

tancia para solo para

la

sido, por falta

que

historia del arte del Califato,

Pero en

de exploración á

los sitios fin

proseguirlos, indícase ya

en

los

los gastos

manera la

la

indiscutible,

los

moles-

no probables, sino seguros, lo

ciudad de Medina Azzahra, y que

descubierto.

Por

lo

está fijado con datos ciertos y de

que en aquel lugar estuvieron

la

las

si

puntos más convenientes para

los resultados,

menor duda, y

dores y poetas celebran

que

sería suficiente por

ocasionados y

han de sobrepujar en importancia histórica á pronto, no cabe ya

lo

que sólo han podido hacerse traba-

de investigar

que

de recursos,

descubierto es ya de tanta impor-

lo

compensar sobradamente

tias sufridas. jos

poco ha

las

el

famoso palacio y

descripciones en que historia-

suntuosidad y riqueza, no son pura fantasía

ni ficciones poéticas.

En

la

construcción del palacio de Medina Azzahra puede seguirse

con alguna certeza, en su comienzo por

la

parte descubierta, la

Abderrahman

III

el

reinado de

Alhakem

11,

las

obras desde

hasta los últimos tiempos del Califato,

y se ve que aquéllas no se interrumpieron

en

marcha de

ni se

dieron por terminadas

sino que continuaron en

el

de su

hijo

Hixem. Durante este tiempo, según queda ya expuesto, hubo un cambio completo en

el

sistema constructivo, que, tan claramente

ración, señala el aparejo de la cantería.

más

antigua, de

la

época de Abderrahman

En III,

la

como

la

deco-

parte que parece ser

las

la

paredes tienen los para-


de

•lientos

(¡ámimí

sillarejo irregular

54

V-")//i''- .)"))

trasdosados tanil)icn

ó con mamposteria ordinaria, y en algunos puntos reves-

con

sillarejo

tida

y groseramente chapeada ó recrecida

la iáhrica,

para regularizarla,

adosando á sus paramentos baldosas de barro cocido recibidas con mortero de cal las

1)

con yeso, y guarnecidas luego con

paredes, y sobre éste, colocada

A

piedra ó de yeso, esculpidas.

más esmerado, todo nadas á soga y

de

el

tizi'm

decoración en

la

en hiladas regulares y en piezas

(y.",

por último, en

de

la

el

1

lixem

espesor de

con

res á tizón, alternando

de

la

pared

[/i'uiiinn

y.",

los sillares

pleados en

ampliación de

Hixem

zor ó por

II.

labrada y sentada terior al

En

la

precisos á soga para llenar

los

,

S."

fábrica

y

y.").

La

el

II;

de

silla-

espesor

disposición y di-

de este último período son análogos á la

la

forma

la

paredes y compuestas con varios

las

los

em-

mezquita de Córdoba, hecha por Alman-

Esto no obstante, y á pesar del esmero con que está

la sillería,

no estuvo nunca

al

descubierto, en

el

in-

menos, sino guarnecida de espesa capa de mortero ó de estuco.

el

aparejo ó despiezo de

la

cantería se ven, sin embargo, distin-

en fábricas ejecutadas indudablemente

indicando, lo

mismo que

la

al

que se adoptó, definitivamente, de Almanzor ó Hixem la

propio tiempo,

decoración, que trabajaban obreros ó maes-

de diversas procedencias, que empleaban sistemas

En

parte de

de Alamiriya, como caracte-

tos sistemas,

tros

la

ó de Almanzor, formada

II

í/oiiras j ."

mensiones de la

de

alter-

ampliación de Alhakem

la

describir las ruinas

al

época de

en todo

sillería

al

que podemos llamar su tercer periodo, en

lo

que queda expuesta rístico

análogo

<')."),

//!;'.

mezquita de Córdoba correspondiente á y,

ó placas de

tiras

este sistema constructivo sucede otro

sillería,

\Ii'i»iina

estucado que cubre

el

el

que caracteriza

las

distintos, hasta

obras de

la

época

II.

gran cantidad de decoración encontrada se ven diversas es-

cuelas de las que contribuyeron á formar

trucción del palacio. serva parte de

la

Un

trozo de

muro

el

arte del Califato y á la cons-

que, aunque

muy

derruido, con-

ornamentación, y una puerta que conserva

la

de

las


AUTK

DEl.

lALIlATO

DIC

LAMINA XXV.

Cร UIlOHA, SU.I.O X.

Columnas de mรกrmol

del palacio de

Medina Azzahra.

Dimensiones: Capitel de mรกrmol blanco. Fuste id. negro

0,22

Capitel de

1,22

Basa

0,125

Fuste id. negro Basa id. blanco

id.

blanco

mรกrmol

blanco.

......

0,221 0,85 0,12



> X X •<

O E S V •O

C

o 1-1

o < n

O a b4

•o

U » <! fe 13 «c

U w D W f-

<



DD

jambas, enseñan

manera de componer y de decorar. La construcción

la

se hacía lisa y sin tener en cuenta

en

tiras

la

ó placas de piedra ó de yeso, de una ó dos pulgadas (de ^5 á 43

milímetros de grueso), fijándolas á

ciendo luego con estuco

el

las

que de

trucciones de

las

las fábricas

de cantería, y que es

Caldea y de

la

paredes con mortero y guarne-

resto de las superficies [h'uiiiiias ly

Este falso sistema, más propio de postería

decoración, y luego coiocal)an ésta

el

de

y

/,sj.

y de mani-

ladrillo

que caracteriza

cons-

las

Persia, indican estar hechas ó dirigi-

la

das por gente acostumbrada á aquella clase de obra y

al

manejo de

aquellos materiales, y que no comprendía ó no se avenía con las leyes

y

práctica de

la

cantería.

la

nuevos sistemas en \en

el

Y

despiezo y aparejo de

los diversos influjos que, lo

coración, contribuyeron á terística

de

la

la sillería

Abderrahman

la

mismo en

la

la

obra del Califato

la

cantería, en lo cual se

construcción que en

la

de-

formación del arte del Califato. La carac-

construcción del primer período del Califato de Córdoba,

y seguramente de sivo de

embargo, traen á

sin

la

arquitectura hispano-visigoda, es

como

el

empleo exclu-

sistema de construcción; pero entre

obra de

la

y

las posteriores

hasta

aunque conservando

este carácter,

hay un cambio completo en

I

y

11

la

caída del Califato, se ve que, el

des-

piezo y asiento de la cantería y en la aplicación de los elementos decorativos. Esta diferencia ó esta característica

quita de

Córdoba

se ve

más claramente en

Medina Azzahra. Hay que empleada en

la

tener, sin

que se observa en

la

mez-

de Alamiriya

los palacios

embargo, en cuenta que

^•

piedra

la

construcción de Medina Azzahra, lo mismo que en

la

mezquita de Córdoba, es una piedra ordinaria, de grano grueso y poco

adecuada para hacer una ornamentación delicada, por emplearon para ésta una arenisca de grano tación podía hacerse casi

de larga distancia

masa

la

como en

el

muy

en

poca cantidad necesaria para

corta dústancia.

En

la

las

como

ella,

que buscaron y

que

mármol, y no era

precisa para la construcción, teniendo

canteras á

fino,

lo

lo

la

ornamen-

mismo

que

la

llevar

enorme

tenían para ésta las

habitaciones principales,

como


56

-

toda

la

en

llamada de

sala

la

los ("alitas,

mente de mármol, como

lo

eran

lumnas en todo d palacio, y

los fustes,

lo

decoración de piedra y

como

liié

De

la

así se

la

á los hor-

piedra ó

la

las

el

la

vez

ejemplo de

construcción diversos

influjos,

este .sistema constructivo y decorativo se debe, sin embargo,

el

demoler

el

que se haya salvado gran parte de de

palacio, á fin

utilizar los materiales

decoración, pues

la

en

el

convento,

al

ornamentación

la

hecha en piedra arenisca ó en yeso y labrada independientemente de cantería, la

la

se ven en la decoración.

A

de

la

veso,

el

ven empleadas á

de yeso, como sucede en

todas suertes, se ven en

la

mismo sistema en

el

mármol por

el

por economia y por facilidad del trabajo;

ij.

en

lo visitaron

hecho con este material

menos importancia siguieron

ornamentación, pero sustituyendo

¡amina

cuantos

co-

las

demolerse aquél, salvándose sólo pequeños trozos. Kn

al

habitaciones de

la

basas y capiteles de

así lo testifican

época de su esplendor; pero todo nos decaí

ornamentación era iinhidahle-

no tenía aplicación, ó

mampostería, para

lo

la

la

tenía sólo para hormigones y enripiado

que podían disponer de enormes masas de

materiales de mejores condiciones. Por eso se encuentra en gran canti-

dad

ornamentación en piedra ó en estuco, mientras que sólo aparecen

la

pequeños fragmentos de

la

de mármol, pues éste podría

fabricación de cal; así que lo ¡)Oco que

como

.se

utilizarse

en

la

encuentra de este material,

trozos de fustes, de grandes ánforas, de fuentes, solerías, etc., está

partido y preparado para llevarlo á los hornos. Tal vez algo de

podía utilizarse

ni tenía

aplicación en

llevaría para otras construcciones,

de algunas de

En

los

las

columnas que

.se

el

convento,

como

y puede que ésta sea

encuentran en

lo

que no

columnas,

las

.se

la

procedencia

edificios

de Córdoba.

fragmentos de ornamentación encontrados se ven,

como queda

indicado, varias escuelas: una i/átn/fia 2j), de tradición bizantino-visigoda,

que es

del Califato

la

que predomina en

la

decoración del palacio, y que

abandona en sus últimos tiempos; otra {/amina

del clásico-romano,

28),

que emplea simultáneamente con aquélla

el

arte

derivada

{/átninas 2y


Arte del Cauiato de

C'órijoua, siglo x.

,^

:^A

•5»*:

LAMINA XXVII.

Wií^'^

¡hW

Palacio de

Medina Azzahra. Detalles de ornamentación en

piedra.



Aktr

Diíi

Califato

nv.

r(')Ri)niiA, sir.i.o

LÁMINA XXVIII

\-.

Palacio de Medina Azzahra. Detalles de

la

decoración, en piedra.



— V ^o), y

que es

la

que conserva como

período abandona

57

característica,

influjo hizantino,

el

y

la

que informa

que abandona también ó modifica por

Califato; pero

rivada, caracteriza la encontrada en Aguilarejo (le

que nuevos

vengan, va en á verificar un

cuando en su último

influjos del Oriente, las

de

la

el

la (¡ue,

f/r/w/z/í/ /c,

capitel

del

de

de-

,'."

//),'.

Mesopotamia ó de

la

antes l'ersia

ornamentación; otra (/ámiitn

que indica un refinamiento, que ocasiona una decadencia de y que emplea simultáneamente con algunos detalles recuerda

la

ella;

otra {¡ániina

quismo extraños. Simultáneamente con

primera,

que, aunque en

,'.')

ella

ellos, se

un

influjo

y un barro-

encuentran motivos or-

namentales derivados del clasico-bizantino, ó con una cia realista, tratado

la

,v),

primera, se separr tan por completo de una

y de otra, que no puede menos de verse en

flora

con tenden-

todo y ejecutado con una gran finura y corrección

,'v),

aunque tengan algún elemento común, que forma

marcado contraste con

la

ornamentación de

la

lámina 3- y que señala

influencia ó ejecucic'm directa de los obreros procedentes de

de Constantinopla de que hablan

No

la

),

postrimerías del Califato y después de su destrucción,

cambio completo en

de dibujo {¡ániiua

ella

los escritores

la

Bagdad y

musulmanes.

pasan, sin embargo, de uno á otro sistema en

la

ornamenta-

ción sino por modificaciones y compenetraciones continuas, introdu-

ciéndose nuevos elementos cuyo influjo y origen no es

difícil

encontrar,

y que no entro á detallar, siguiéndolo paso á paso, por ser ese también

un estudio ajeno cuenta de

lo

al

objeto de esta Memoria, pues ella aspira sólo á dar

descubierto hasta ahora y de su importancia para

del arte de la civilización

ración

(/á»i/ii:i

geométricos,

,y), se

como

la historia

hispano-mahometana. Otro género de deco-

encuentra también, en que sólo entran elementos

grecas, fajas decoradas con motivos basados en la

cuadrícula ó tablero de ajedrez, ya destacándola .sobre

el

fondo, con

color rojo, ya compuestas con mosaicos á dos colores, blanco y rojo,

formados con piezas de barro cocido, incrustadas en cajas abiertas en la

piedra, lo

mismo que

los

que decoran

los

tímpanos de

los

arcos y


— fondos de

de

las

las

vrntanas

fachadas de

la

como

cos Io> hay,

linifidas

y en

— las tajas

que recuadran

ijueda indicado, derivados de

que en

las

la

de

la

la

greca con diferentes

que se encuentran ya en

l'ersia

mahometana

se han

arquitec-

la

empleado desde

los

tiempos más remotos y siguen aún empleándose, derivados

las

cuadrículas de ajedrez y de

Fu;.

— .Placa

16.

rojo

ladrillo

las

construcciones de

de piedra blanca y

del palacio de

FiG.

Medina

7.

1

y otros

ladrillos;

— Mosaico de barro vidria-

hoy Catedral, de Córdoba.

ta,

la

par de

al

do blanco y verde, de la mezqui-

Azzahra.

que recuerdan

puertas

nuviiuita cordobesa. Entre los motivos jjeométri-

variantes; otros, de ori-^fen persa,

tura asiria, y

5>^

ornamentación de alguna de

las

tumbas de

Licia,

la

indicando todos ellos un marcado influjo del Oriente. Esta ornamentación,

de mosaico de barro cocido y de piedra blanca, es también

misma expuesta

al

describir los pavimentos, con la variante

éstos, por el contrario,

luego en

y

la

los alicatados

nario interés las

pueden conceptuarse como un

ó mosaicos de barro esmaltado que figuran

arquitectura hispano-mahometana, aunque cambien

que

los materiales

vez de

de que en

son piezas de piedra recortadas y metidas en

cajas hechas en las baldosas de barro y

precedente de

el

la

componen; y en

el

dibujo

este concepto es de extraordi-

alicatado de barro esmaltado de una de las capillas,

primeras que se establecieron en

Reconquista,

tal

la

vez anterior á ésta, que tiene

la

mezquita á

raíz

como motivo de

la

de

tal la

com-


X < X

S o

< m o Q

-O

U .«

O Eh <!

u¡ t!

U

kJ

O H P«

<



X

< c •5

S a 2 «

'o

(L)

T3

y.

q

o

•o

o <

u u

<



59

posición un dibujo del Califato, igual á alguno de los encontrados en

Medina Azzahra

(j/i^uiuis ih

y

¡j).

Todos

ornamentación encontrados han perdido nos conservan señal de haberlos tenido, Díaz de

las Rivas,

las lo

de este género de

los trozos

piezas de barro, pero algu-

que aún alcanzó

á ver

Pedro

que dice que muchos pedazos de decoración «tenían

unas labores y esculturas que nosotros llamamos mosaicos y se ven en

Fio.

el

lado oriental de

Almanzor de

la

la

iglesia

i

8

mayor» (tachada de

mezquita de Córdoba); en otros,

la

ampliación de

las piezas

de barro

están sustituidas por pinturas de color rojo. Otro ejemplo de ornamen-

tación encontrado, y del que nada se conocía de consiste en placas de piedra {láuiina ;í,

en hueco

la

la

en

época del

las

Calitato,

que está grabada

ornamentación y rellenada luego con una pasta tormada

con estuco y polvo de en

fig. i."),

la

arquitectura

ladrillo,

mahometana

ornamentación del Egipto,

muy empleada

aunque grabada

mentación en placas de mármol. Formaban parte de

la

también

allí la

orna-

decoración

ins-

cripciones en caracteres cúficos, de las que se han encontrado algunos


— 'Vagmentos

[/liiinmi

;ñ).

\)c

Moreno, que acompaña

á la

6o

traducciíni hfcli;i

l;i

misma lámina, no

interés histórico, v

aunque alguna,

á olira hecha por

Alhakem, como

i(')m(íz

<

icsulta tbch.a ni dato

más importante, parece

la

de

referirse

fragmentos se han encontrado

los

entre ios escombros arrancados de su

demoler

sitio al

muy

estuvieron colocados, sólo de una manera la

h Manuel

\mj\

oUra en que

la

vaga puede conjeturarse

parte del palacio á cuya decoración pertenecieron.

La decoración

está tratada á diversas escalas

sentimiento que tenían de

la

proporción y de

(//;'.

viéndose

/.S),

el

pues motivos aná-

la luz,

logos y géneros iguales de ornato están labrados á distintos tamaños c

intensidad de claro-oscuro,

lo

que

estaría en relación

nes y situación del aposento ó lugar que decoraban.

embargo, comprobarse siempre, porque encuentran entre

escombros,

los

veces .saber con certeza

el sitio

de

resuelve, en parte, algunos

sin

.sea

fácil

los

problemas que

quita cordobesa y, por lo tanto, en lo

descubierto

seguridad,

la

á

la

arte, v

en

decoración se

mayoría de

al

la

emprender la historia

las

de

el

las

los influjos

que motivan

la

exca-

mez-

la

pudiendo

del arte del Califato,

con gran probabilidad de acierto,

fijarse

época y orígenes de

que en aquel

la

la

e.sto, sin

á que corresponden. Pero lo descubierto

vaciones esperaba aclarar, y que eran dudo.sos en

con

dimensio-

las

Xo puede

de

los restos

que

con

casi

con

evolución

hi.spano-mahometano en general, se

verifica

caída del Califato.

Sólo ha sido hasta ahora descubierta una pequeña parte del palacio, {/á»iiinis

/ ;

V

/y)

que

difiere del

de Alamiriva en

la

distribución.

En

uno y

otro, sin

recto,

produciendo habitaciones rectangulares y cuadradas. Tal vez

llamada sala de

embargo,

las

paredes se encuentran siempre en ángulo

los Califas fuera

puertas, una en cada

octogonal, pues dicen que tenía ocho

uno de sus

lados; pero lo

más probable

fuera cuadrada, con dos puertas en cada lado, análogamente

de Embajadores de

la

cada uno de sus lados.

la

Alhambra, sólo

c]ue éste tiene tres

Si era octógona, sería

es al

que

salón

huecos en

una excepción, como

lo


AUTK

I)UL

CaMI ATd

lll-.

CÓUUOBA, SU.LU

Palacio de

Los

I, 2, 3,

LÁMINA XXXI.

X.

Medina Azzahra. Detalles de 4,

5

y

7,

en piedra, y

la

la

decoración.

6 en mármol blanco.



AiM'K

iiiii.

("ai.iI'^ato

dií

C!<)KDi)iia, su,

lo x.

Lámina XXXII.

--áíáW

Detalles de

la

ornamentación en piedra del palacio de Medina Azzahra.



— Cíes siempre en la arquitectura árabe, y en general en todas las arquitec-

turas del Oriente clásico. Sólo en la Persia

mahometana suelen hacerse

construcciones poligonales. Las puertas gemelas que dan ingreso á

la

al

patio de la parte

E del

de cómo podrían

estar, tal vez, las

ocho puertas, habiendo dos gemelas

habitación

/

,

y

ó independientes en cada lado

Lo

(i)

palacio {lámina Juj, dan idea

(i).

del polígono de ocho lados con un arco en cada

ción dada por D. Pedro Madrazo á

de Almakari, pero en ningún

lo

antiguo creo que figure

te.xto

uno

es una interpreta-

dicho por D. Pascual Ciayangos en la

la

traducción

palabra polígono. La

descripción que de esta sala da Annowairi dice que dominaba los jardines y que estaba

sostenida por columnas de jaspeado mármol,

análogo

al

vestíbulo del mihrab de

Gayangos en

cual

la

la

lo

que da idea de que era un pabellón

mezquita de Córdoba.

Lo mismo

dice D. Pas-

citada traducción: que estaba sostenida por columnas de mármol-

pero no que tuviera un arco en cada uno de sus ocho lados, sino ocho arcos en cada lado, lo

que explica en

la

nota que acompaña, en

la

que

las

puertas eran diez y seis, ocho en cada lado, para

las

tuviera sólo en dos de sus lados.

describe

la sala

The

iiai.l

de

lo

cita otro autor

que hubiera sido preciso que

La traducción de D. Pascual tíayangos, en que

los Califas, dice:

of the Khalifs.

— Anoter

wonders of Az-zahrá was the

of the

called Kasru-1-Kholafá (the hall of the Khalifs), the roof of solid but transparent blocks of

same

que dice que

hall

which was of gold and

marble of various colours, the walls likewise of the

materials. In the centre of this hall, or, according to some, on the top of the

above-described fountain, which pearl

is

by them placed

in this hall,

presented to An-nássir by the Greek emperor Leo,

The

objects.

covered the roof of

tiles that

was ñxed the unique

amonh

this magnificent hall

other valuable

were made of puré

gold and silver, and according to Ibnu liashkúwál, there was in the centre of the rooni a large basin filled

pillars of

y por

with quicksilver; on each side of it eight doors fixed on arches (171

and ebony, ornamented with gold and precious stones of various kinds upon

of ivory

la

variegated marble and transparent crystal (serían de ónix ó de alabastro,

transparencia

les

parecerían de cristal).

(17).

The word which have The autor of the 1

the plural of an arch of the horseshoe form'

translated by' arches'

is

Kitabu-1-já ráfiy yah,

who

describes also this

hall,

says that the gates were sixteem,

eight on each side.

Es

difícil

conciliar todas estas descripciones; podía ser

ticos por dos lados, lo

que habría de

resultar, ó

dos sobre columnas. ble de

una

sala,

que es muy discutible estando abovedada, con

Aun

cerrada con pórlas

dimensiones

un pabellón en forma de pórtico cerrado con arcos sosteniesto admitiría varias soluciones, entre ellas la poco proba-

que fuera análogo en su disposición

del pórtico llamado Tribunal de

á las

mezquitas del tipo de

la

de

Omar

David en jerusalén; pero este tipo no encaja en

arquitectura mahometana-españoia.

ó la


Como queda la

expuesto

palaeio de Alamiiiya, en éste

al de.scril)ir el

distribución está dispuesta en grandes crujías paralelas, subdivididas

luego con paredes transversales en habitaciones petiueñas, conservando

Medina Azzahra

cierta regularidad; mientras (¡ue en lo

que obligaba

como en

el

la

topografía del terreno,

sistema distributivo de los palacios asirlos,

general pequeñas y en crujías estrechas

lo

sólo 2,^2 metros de ancho, y se ve

irregular, á

vez por grupos de edificios,

tal

bierto hasta ahora no permite formar juicio exacto.

por

más

es

bien lo descu-

si

Las habitaciones son teniendo algunas

(i),

que se hicieron en

ellas

continuas

reformas, adiciones y subdivisiones, algunas seguramente en tiem{)os de

Hixem

II,

en

Las paredes, construidas de

los últimos días del Califato.

que varían desde

cantería labrada por todas sus caras, tienen espesores

cerca de un metro hasta

más de dos y medio, y

cada recinto hasta cinco ó (i)

por

diez,

temperatura debía con-

la

que habían de cubrirlas y su

pues aunque tenían pinares cerca, en

madera haría que no

la

dimensiones, pero no en nes por las que tampoco los pinares

la Sierra, la falta

utiUzaran

más

el palacii),

en

la

de caminos y

fáci!

la

transporte,

calidad de

el

que habían de

emplearon en

la

ir

ricamente decoradas, razo-

adonde

mezíjuita cordobesa,

se ha hecho y sigue haciéndose

obras en caballerías, á lomo,

las llevaron

lo

el

que influye en

transporte de los materiales para la

construcción, y no ha

tiempo que persona tan conocedora de aquel imperio como D. Emilio Bonelli cía que, por esta causa, los

dimensiones de

las

anchos de

las crujías

de

los edificios

como en

me

de-

estaban sujetos á

artístico-industrial, por la persistencia

la

Edad Media, especialmente

que esos pueblos han tenido en sus

prácticas y costumbres tradicionales, estudio que es preciso hacer antes de que civihzación europea las borre, análogamente á lo

como ejemplo, puede se emplean

las

otros conceptos, de gran interés

para aclarar algunos problemas de nuestra historia de la

mucho

maderas relacionadas con ese sistema de transporte.

El estudio de Marruecos es en este,

para

la

que en construcciones ordinarias y de cortas

de Tortosa.

En Marruecos las

que

de cerramiento de

El ancho de las habitaciones está motivado por lo que permitían las dimen-

siones usuales de las maderas con las

de

lo

las

que sucede en

el

citarse el de las riberas del Tigris y del Eufrates,

las cufias, las balsas

la

Oriente musulmán;

y los pellejos inflados para el transporte

donde aún de materia-

mercancías por el río, y para su paso, en la misma forma que los describe Herodoto y que nos enseñan los bajorrelieves asirlos del siglo viii antes de nuestra Era, y que en plazo no lejano desaparecerán por el influjo que Europa lleva allí con la consles y

trucción del ferrocarril de Bagdad.


Arik

i)i;i.

Calu'Aio dk CIóudoua, siguj

1

LAMINA XXXIIl.

x.

« * ' •

»^

U/4

Detalles de

la

ornamentación en piedra del palacio de Medina Azzahra.



•A



— servarse templada,

en edificios

así

63

en invierno como en verano, pues

como

construidos y en climas

así

reducidas. Esto recuerda

la

construcción

el

las variaciones

palacios de la

d(; los

muy

de Córdoba, son

Mcsopo-

tamia, aunque no alcancen sus paredes las enormes dimensiones que las

de Khorsabad y de Koyunchik, pero de

Tel'lo,

en

de El-(Jkhaidir v de

las del

que varían próximamente, dentro de

el

los

que en aquél, entre 0|So y 2,ho metros. Hay que tener, cuenta que

y de

sin

límites

embargo, en

paredes de Khorsabad y Koyunchik son de adobe ñ de

las

de El-()khaidir de mampostería ordinaria y

tierra apisonada, las llo,

mismos

las

de

ladrillo las

ladri-

que en Medina Azzahra son todas

Tel'lo, mientras

de cantería. El palacio de Medina Az/ahra estaba construido en mesetas escalo-

nadas en anfiteatro, utilizando _'/

1^, /t,

r jj).

levantaba, según llanura.

En

el

la

la

primer término se destacaría

el Edrisí,

Al pie de

de

las estribaciones

ya fuera de

la Sierra,

en

Sierra ilánüiiiis

i ^,

la

mezquita, que

.se

la

parte baja, en

la

Sierra se percibe la gran plaza, situada á igual dis-

tancia de las partes oriental y occidental, de que hablan Pedro Díaz de las

de

Rivas y Ambrosio de Morales,

que dice

.sillería,

cerca,

que en

y

y

_'y),

En

en

lo alto,

ban sobre

el

la

ancha

la

empedrada

calle,

corría derecha al lado del Mediodía,

el

que cerraba

el

y

el

muro de

las

la

_';

recinto por el Norte {¡amina iñ).

última meseta, las habitaciones del

verde oscuro de

rado todo por

como

parte baja corría de Oriente á Poniente {lámiinis

la

mismo

lo

así

montaña, que

le

harem

se destaca-

servía de fondo, sepa-

murallas que, reforzadas por macizos contrafuertes,

aislaban cada parte de la ciudad y del palacio, conforme con la descrip-

ción que hace idea de

la

el Edrisí,

tan concisa

disposición de aquella suntuosa

descripciones de los otros viajeros.

abovedado y todo tarillas,

como

él

morada que

Gran parte

las

más cabal pomposas

del palacio debió estar

enlazado por galerías y escalinatas; grandes alcan-

construidas todas de

fi'^ura A. 'O,

exacta, y que da

sillería

perfectamente labrada [Jániina

5.S',

y que representa un trabajo enorme por su extensión, enla-


zaban todas úc

las

partes del palacio y servían para desai^iie y recogida

las a<^uas ])liivialos y

lian las tuberías

a>^uas

de

-

64

de

(1>'1

|)l()nio

las cubiertas.

de

interior (]ue,

los edilicios,

embebidas en

la

y á

que acome-

las

fábrica, recogían las

Lns alcantarillas tienen diversas

alturas,

estando

en algunos puntos escalonadas y llegando á dimensiones que hacen difícil

y en algunos puntos imposible

alcantarillas es

mica y de

donde

.se

el

transitar por ellas.

han encontrado todos

los

En

estas

fragmentos de cerá-

cristalería.

Los trabajos de investigación practicados en diversos puntos hacen

comprender que

el

renta hectáreas, independientemente de lo ocupado por

todo

ello, si

la

comprender

él

mismo, resultara exacta, ocuparía 89 hec-

los arrabales.

Restos de cimentación y de recintos,

que se encuentran en

el palacio,

ciudad, y

la

descripción de Ambrosio de Morales, basada en una

medición hecha, dice, por táreas, sin

más de cua-

palacio debió ocupar una extensión de

dan idea de

la

las

(Xold de /as páí^inas j^, jñ

y jj.)

murallas que cercaban otro de los

el llano,

extensión de

á larga distancia del

la

que ocupó

ciudad; pero ha sido destruida

tan completamente, que no puede pensarse siquiera que haya probabilidades de encontrar cer la extensión

que

nada que tenga otra importancia que tenía.

la

de cono-


Arti; del Calh'ato

ijk

(

รณrdoua, siglo

x.

Lร MINA

XXXV.

Detalles de ornamentaciรณn: Las figuras i y 4, en piedra, y la 2, 3 y 5, en mรกrmol. Las I, 2, 3 y 4 son del palacio de Medina Azzahra, y la 5 del de Alamiriya. Las dimensiones de la mano son 0,07 m. y la del pie 0,07 de ancho y han pertenecido รกdos distintos bajorrelieves, con figuras de mujer, de unos -^ del natural.



<

•O 'c.

c

•o

o

«-*

c

< B O Q Oí

O)

-o

U

O 'o

o

<

u -J

w «

H

<



IV

DESCONÓCESE

cuándo comienza en España

esmaltado á

la

la

Arquitectura, no existiendo ejemplo alguno que

de manera cierta quepa afirmar que es anterior

En

mezquita de Córdoba,

la

tiempo de Alhakem

II

son de tiempo de

Don Enrique

reconquista de Córdoba,

algunas capillas.

mismo género los

de

decoraban

la

como

Tampoco

II,

y

lo

de

los

muy son

es seguro

la

capilla

Giralda, colocados

muy

la

de alicatados de de San Fernando,

que sean anteriores

monumentos

de

ó

que decoraban y decoran

existen en algunos

las capillas

frisos

lisos

posteriores, por lo tanto, á la

los

sevillanos,

los

que del

como no

lo

posteriormente. Entre los que

catedral de Córdoba,

página 58 es de gran interés, por tener

el

citado ya en

la

como motivo ornamental un

dibujo del Califato; pero arrancado de su

no se sabe dónde estaba colocado,

sitio

ni si

hace más de sesenta era de un

un pavimento, aunque más parece esto último, por

sobre

vez

aquella

á

están revestidos con tableros de mármol,

mosaico de barro esmaltado, como

está,

tal

y

zócalos que se conservan de

los

decorados, ó con pinturas sobre estuco. Los

años,

siglo xni

con anterioridad

arquitectónica

ese género de decoración

son

al

pero tampoco puede decirse en absoluto que no haya existido

al xiv;

fecha.

aplicación del barro

lo

friso

ó de

desgastado que

mostrando señales evidentes de haberse transitado largo tiempo él.

Nada

se

ha encontrado en Alamiriya

ni

en Medina Azzahra de este 5


,

— género do cerámica decorativa, rio,

A

de estuco rojo en

este género

los zócalos

L.

de decoración, según

que ha encontrado trozos de

en

él

contra-

de mármol.

de Beylié que existía ya en

comprobar

iiarccc la

el

en uno y otro pa-

tintas lisas, y en alt^unas salas,

tantes descubrimientos hechos por la

de haber existido; por

ni señal

fines del siglo xi, cree el general

ItVikia

en

de duda, que

se ve, sin género alguno

lacio eran

óf)

Kaiaa de

ios

los

impor-

Beni-Hammad,

y de mosaicos de barro es-

ladrillo

maltado, algunos con reflejos metálicos. Pero en éstos se ve claramente directo de

el influjo

la

Persia,

de donde seguramente se

caracteres difieren por completo de los que distinguen

España, con el

el

que no guardan

llevaron, y sus el

empleado en

La Kalaa

relacif'm alguna.

fué edificada

año 1007, abandonada en royo, demolida en parte, para

materiales en otras construcciones en

des en

I

I

5 -

suponer que

fragmentos encontrados deben pertenecer

aunque ésta no sea razón suertes

14S y destruida por

los

Almoha-

datos en que aquel ilustrado explorador se apoya para

[iV,

los

i

utilizar los

un hecho

el

de

los azulejos,

también de

frente del mihrab de la mezquita

reflejo

de Kairuán,

que no son consecuencias de un sistema decorativo que caracterice arte de aquella región del África del Norte, lo los

los

que decoran en

la Siria las

el

mismo que sucede con

mosaicos bizantinos de vidrio del vestíbulo del mihrab de

de Córdoba, v

y

suficiente á comprobarlo, parece de todas

aislado, análogo al

metálico, que decoran

al siglo xi;

mezquitas de

la (

mezquita

)mar y de

Alaksa en lerusalén, que no son producto del arte mahometano de Cór-

doba

ni del

de

la

Palestina

— aunque en algunos de sus detalles tengan

motivos ornamentales propios del arte de decoración que no arraiga

Los pavimentos de cidos,

en uno

la

ni

ó del de Córdoba

en otro punto.

los edificios del Califato

no conservándose más que

mihrab de

(1)

ni

la Siria

las losas

eran también descono-

de mármol del

interior del

mezquita de Córdoba. El resto de ésta debió estar solada

General L. de Beylié: La Kalaa des Beni-Hammad. Leroux. París, 1909.


Aun-; nm. CAi.iiAm

lĂ­j;.

i>k

C'c'iuuoiia, sn.i.o

I.

Fie.

y

LĂ MINA XXXVIl.

x.

2.'

Medina Azzahra. Pavimentos de baldosas de barro cocido de 0,42 m. de lado de piedra blanca. Fig. i.', de la sala e de la parte del palacio A de la planta ge-

neral. Fig.

i':\

id.

de

la sala d.



AhiI':

iMíi,

I'iR-

C'Ai.ii'Aro

ihí

(iiuhoha, siglo

XXW

!•"

Medina Azzahra. Pavimentos de baldosas de 0,42 m. de piedra blanca. Fig.

Figura

LÁMINA

x.

2."',

id.

de

1;',

de

la sala c.

la

sala b

de

la

lado,

parte del palacio

A

de

de barro cocido y la

planta general.



con

ladrillo

común

-

Gj

y en algunos

(i),

sitios

con losas rectangulares de

mármol. En algún pequeño trozo antiguo que se conserva, como no tienen marca

drillos

señal alguna y son de las dimensiones ordi-

ni

narias,

no puede asegurarse con certeza

pero

que no son de

Ahora

bien; los

la

época á que pertenecen,

del Califato {2).

la

pavimentos descubiertos en Medina Azzahra son de

varias clases: unos, en las calles y patios, de gruesas losas, sillares

color, rojo

i'>

blanco, en cada habitación, colocadas por fajas

de ^5 á 40 centímetros, y cortadas á junta perdida;

igual ancho,

otros,

verdaderos

de piedra ordinaria; otros, de losas de alabastro ó de mármol

de un solo de

los la-

formados por baldosas de barro cocido encarnado, de 40 á 42

centímetros de lado, sentadas sin combinación alguna ó combinadas

con baldosas de piedra blanca en {/(iíii/iiii

fig. //'),

,y,

fajas

colocadas á escuadra ó cartabón

ó alternando con fajas de mosaico compuesto con

incrustaciones de piedra, en cajas abiertas en rro {/áiiiiiia

:;-,

fií^.

j." r

greca, ó derivados de

/ti

mina

,\S');

la

misma baldosa de ba-

sus motivos están

tomados de

la

ó del tablero de ajedrez, y otras combina-

ella

ciones ó trazados geométricos, y son análogos á los que decoran las

portadas de la

tachadas de

las

de Oriente, de

los

De

de

monumentos

nas habitaciones

los

mezquita de Córdoba, especialmente de

época de Almanzor. La svástica que resulta en

la

algunos, es consecuencia

tomada de

la

la

combinación del trazado, ó

visigodos, sin simbolismo alguno.

pavimentos son de estuco

tal

En

vez

algu-

rojo.

común estaba solado, según el Kartás, el patio de la mezquita de mismo tiempo que los emigrados cordobeses construían del la Andalús, en la misma ciudad. Los pavimentos encontrados en Alamiriya y Medina Azzahra han hecho ver (2) que una parte de la mezquita debió estar solada con losas de mármol rojo de la clase (i)

ladrillo

Cairuin, en Fez, levantada al

y dimensiones de cía

desde

el

la

de losas (algunas de

¡lalacios, tal

ellas

vez

la

macsura y el pasadizo que condudeben pertenecer gran número

con gorroneras ó quicialeras, señal de haber estado en un

en que había puerta) que hay en el muchas reformas hechas en el solado.

sitio las

de aquellos

palacio del Califa á la mezquita, y á ellos

patio,

y que se quitarían

al

hacer alguna de


— Ue no menor

de

interés son los Inigmcntos encontrados

driado y de objetos de toria

68

cristal,

de barro

pues han sido una revelación para

vi-

la his-

cerámica espr.ñola. Los de loza vidriada están, unos decora-

la

dos sólo con motivos ornamentales

basados por

con

otros figura

lo

genera! en

letras

cúficas,

la

uno con

humana y algunos con

males, en su mayoría aves

40

En

/<'niiiiiíis

general, los elementos domi-

nantes en

mos que

la

decoración son los mis-

figuran en la arquitectura

del Califato, y consisten

í

(

ani-

57).

TK.. U)

flora,

con

fajas

flora

en trenzas,

de tradición clasico-

bizantina ó visigoda, ó con la caracFiG. 20

terística del Califato (/¡^//ras

21 y

22),

y

lo

mismo

/(j,

jo,

las letras cúficas,

pues aunque en su forma difieren

"

~'

m^mk

~^

algunas de las inscripciones labradas

——f m

en piedra, no hay razón que se opon-

'

1|

^^^*'*"^'*'~«*—^ ^M

ga á que sean del Califato, pues en la

FiG. 21

Motivos de

la

ornamenlación de

Arquitectura empleados en

mezquita de Córdoba se encuen-

tran con igual carácter pertenecien-

la

la ce-

kem zor,

obras de tiempos de Alha-

tes á

rámica.

II

V de llixem

pues hay que tener en cuenta que son sólo

II

ó de Alman-

cifras aisladas

ó repe-

tidas en serie, en fajas ornamentales.

Demuestra que cordobesa,

mos de

la

el

que

la

los

cerámica vidriada y pintada es de fabricación

motivos de

la

ornamentación no sólo son

los mis-

arquitectura del Califato, sino que se observan en ellos aná-

logas variantes de sus diversas épocas y escuelas

que en aquélla. Los


X

go 'u

o u

•o

•a

c a u

J3 tu

c

5

05

<



ArIK

DKI,

CalII-AIO

I)K

CllRllOllA, SIGLO X.

Medina Azzahra. Fragmentos de barro vidriado de

L谩mina XL.

platos y el cuello de un gran jarr贸n.



de

las

ma

/¿í;

unís

i."

y

ó imitación do

mente se ve en ponía

\-a

de

;."

la

las cifras Jií^^uia

69

/amina

y,-

en caracteres cúlicos,

jy, ¡>áo/na jo,

como motivo ornamental unos

toscamente

los

de

la

parecen derivados de un esque-

escritura,

en

la

trazos con los

ma

rpoca;

los

la

clara-

pintor alfarero

cjue el

que reproducía

que seguramente no entendía.

Los objetos de cerámica encontrados parecen

pequeña excepción, de

que más

lo

ser todos,

con alguna

mis-

mismos son sus

caracteres técnicos y los mis-

mos también

los colores

ó es-

maltes empleados, excepto

de

la figm-a

Algunos

^." de

la

la ¡áiiüiia 7;.

difieren, sin

embargo,

baño blanco que

les sirve

de fondo y también en

la inten-

sidad del esmalte y en

la

en

el

firme-

za del dibujo, pues unos acusan

vacilación y falta de maestría

en

el

dibujante {fig.

/."

de

la

lámina yoj, mientras otros, por el

contrarío, en

medio de

Fig.

Motivo de

la

Arquitectura empleado en

valentía en la ejecución {figura 2l),

jo, j/

y

,v

ornamentación de la

cerámica.

la ru-

deza del dibujo, se ve una gran seguridad, una

y figuras

la

de

la

?."

de

página

las

mano

firme y una gran

láminas 40 y ^j,

las

de

la 4/,

jí).

Se han encontrado fragmentos de pequeños cuencos y

escudillas de

barro vidriado con decoración de reflejo metálico. Los motivos que los

decoran tienen diversos caracteres, y son,

mentación

muy

la

mayor

parte,

de una orna-

bárbara y de dos ó tres tipos que se repite en algunos,

pero viéndose que pertenecen á objetos distintos por

la

distinta ento-

nación ó intensidad del reflejo metálico, y sobre todo por

los

motivos

ornamentales y coloración del decorado del reverso. Algunos, lámina 5/,


70 tienen una decoración oriental, v

en éstos

el

más ^raciosanientc tratada

baño

es

mucho más

riG. 2:

FlG.

Fragmentos de platos y

más adelantada; pero en

nada que recuerde

fino v hrillanlc,

la

indicando una

FiG. 24

FiG. 25

industria

v con cierto srihor

la

jarra

2(3

de barro vidriado.

decoración de ninguno de

propia del arte del Califato español,

en este concepto tenga relación con

las otras clases

ni

ellos

hay

nada que

de cerámica encon-


Artk

dfi. ("ai.ifai'o

ni',

('(Mjikima, sk.i.o

I-Xmina XI-I.

x.

Medina¡Azzahra. Fragmentos de cerámica de barro vidriado: Figura

ídem

I.*,

2.^,

de una fuente de 0,27 de diámetro.

de una

id.

de 0,28.

^

^y

^^

:7

^^

17

^



Arte del Caliiato de Córdoba, siglo

Medina Azzahra. Fragmentos de barro vidriado de ras

I."

y

2.",

LÁMINA XLII.

x.

de grandes potes ó

platos y escudillas. tiestos.

Las

figu-



I

tradas (¡ámiiias

^91,

50,

•,-/!'

Algunos objetos muestran,

ij).

al

parecer,

que se trata de obra hecha por operarios poco experimentados en

FiG. !]

parte técnica.

con

el

.

la

— Inscripción en

Lo mismo en

un fragmento de plato vidriado.

la

aplicación del baño, que

no tiene afinidad

barro, que en la decoración de reflejo metálico, tienen defectos

Fie. 28.

— Inscripción

en un fragmento de plato vidriado.

de fabricación que pueden indicar que imitación de objetos importados.

tal

vez se trata de ensayos ó

Lo que no

es probable es que, por el

comercio, se transportaran objetos defectuosos que sólo se utilizan, por lo general,

(i)

No

en

los

puntos de producción

(i).

reproduzco estos fragmentos, porque sólo

ducción fotográfica, puede dar idea de

ellos.

el

objeto mismo, y no

la

repro-


Respecto del origen y pur

l;i

cpoca á

(¡ue pertenecen,

(

s dilícil dí-ducirlu

orn;iincnt;u:ión; pero por sus caracteres técnicos, persona

Fk;. 20

^^^^^

la

...c?^^^^^'*

l'IG.

50^

de tan


Artk

.

dei.

Caí. hato

df,

Córdoha, sk.u)

Medina Azzahra. Fragmentos de barro V en

el

vidriado.

de un jarrón y la 4.", de una colorido de todas las demás.

de píalos;

la

S-"*,

LÁMINA XI. III.

x.

Los de las figuras i.", 2." y 3.", que difiere en la decoración

jarra,



AkTK

DKI.

CaI.U'AK) de CiHíDOHA, SKil.O X.

LÁMINA \I.IV

Medina Azzahra. PVagmentos de barro vidriado, con decoración sobre baño blanco las figuras

i."",

encarnado y

3."

y

4.'',

y

sin vidriar.

la

2.''

decorada con adornos blancos pintados sobre

el

barro



— deniia dr

la

1

listoria,

73

procedente de

la

de D. Pascual Gayangos, escrito

por Abucháfar Ahmed-ben-.Mohamed-ben-Mogueits, de Toledo, que muri(')

ya

la

en

año 459 de

el

de Osma, en toria

de

la

(1066 de J. C), en

el

que se menciona

cuyo manuscrito, traducido y anotado por

loza dorada,

res Ribera y

la Ht'-gira

los

seño-

el

señor

Asín, ha sido i)ublicado por primera vez por los

notables estudios que viene publicando sobre

cerámica hispano-morisca

También en

las

(

i

la his-

).

excavaciones hechas en

la

Kalaa de

los

Beni-Ham-

mad, Monsieur L. de Beylié ha encontrado muchos fragmentos de de barro vidriado, algunos con

jarras y otros objetos

platos,

reflejo metálico,

que aquel ilustrado explorador supone, con fundamento, que son

En

siglo XI.

general, tienen caracteres distintos

Medina Azzahra, pero entre algunos hay con

el

de

la

figura

2.'^

de

la

que

los

encontrados en

cierta relación, por ejemplo,

/amina ^9, pero sobre todo en

dos con figuras y aves. Sería preciso poder comparar

mismos para poder deducir que

sería

artística

No

la

relación que

los

es la

encontrados.

misma

En

los

los

decora-

fragmentos

pueda haber entre

de sumo interés, por pertenecer unos y otros á

mahometana

del

ellos^ lo

la industria

occidental.

empleada en

clase de barro la

los diversos objetos

que no están decorados ó sólo tienen una

coración hecha directamente sobre

barro, éste es de

el

ligera de-

un rojo intenso y

presenta uniformidad de color, cualquiera que sea su espesor. Los

vi-

driados con baño ó esmalte presentan, por lo general, en su rotura color rojo, y algunos blanco en

centro, pero esto es efecto de la

el

diversa intensidad con que recibieron

fuego; los decorados con reflejo

el

metálico son todos de barro blanco. Los vidriados tienen un baño ó

esmalte blanco en

el

anverso, sobre

y melado vidriado transparente por

el el

cual está pintada

Apuntes sobre cerámica morisca, por G.

documentos valencianos. — .\úm.

11.

decoración,

reverso, y los de reflejo metálico

están bañados con fondo blanco y decorados por (i)

la

— Madrid,

J.

ambas

caras.

de Osma. Adiciones á

1911.

los textos y


En

los (icl tipo

mas

sobre fondo blanco, perfilando

además

motivos ornamentales están pmtados

j^ciicral, los el

adorno con

nej^ro sobre él

destacar, rellenando los espacios neutros de

la faja

alternados azul verdoso turquesa, ó negro {/amina y^í. Por

en

decorados con

los

y haciéndolo con fondos

el

contrario,

mismo

letras cúficas, están pintadas las letras del

color azul verdoso y perfiladas de negro, destacando directamente sobre e!

baño blanco que

reproducido en

la

les sirve

lámina

de fondo, excepto cuando, como en las letras

-/_',

están formando verdadera taja

ornamental, en cuyo caso están tratadas

pequeños adornos 1

completan

iiue

fondo blanco. Casi todos

el

como

los otros

motivos, y los

decoración, pintados de negro.

que están

iay otros fragmentos en los

sobre

la

plato

el

los

adornos pintados de negro

los restos

de loza esmaltada parecen,

según queda antes indicado, pertenecer á una misma época; pero aun-

que con en

ter

mismos caracteres

los

la

decoración, }

damente que

los

como

los

de

influjo.

Tema

cerámica, pueda con más autoridad resolver

dome, por

lo tanto, á sus

que no hago más

es este

dejando su discusión á quien, dedicado

indicar,

la

motivos ornamentales varían más rápi-

procedimientos técnicos, pueden éstos continuar, va-

riando aquéllos á cada nuevo

que

técnicos, hay algunos con distinto carác-

al

la

cuestión, limitán-

caracteres artísticos. El estudio de los carac-

teres técnicos requiere, además, para ser completo, tierras los

con

las

estudio especial

que están fabricados

los objetos

y

el

de

el

de

análisis

los

las

esmaltes que

decoran; análisis que, faltando términos de comparación, no daría

datos tan positivos respecto de los orígenes probables,

como

los carac-

teres artísticos, y con ellos los motivos ornamentales y las leyes

de

la

composición.

No regula

puede, sin embargo, establecerse una ley ó principio de la

del ornato

ser distinta

de unos á

escudillas, etc.,

de

los objetos

otros; pero lo

es tener

una

faja

la

que

encontrados de loza vidriada, por

más

general, en los platos, fuentes,

ó cenefa alrededor del borde ó del

fondo, que distingue bien uno y otro, compuesta con motivos basados


<

o t3

^n

O

-o

o

o

c

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端 a c

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Q a (-



J

O -O

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o

•o

O a "o.

E

y.

o

o

•o

u o < <

U

H

<

-O



/.I

en

la flora

arquitectónica, ó con caracteres cúficos repetidos en serie,

y en medio, en por

lo

el

tomado de

fondo, un motivo independiente

la

fauna,

general aves, ó una cifra en letras cúficas, todo compuesto de

modo que

la

ornamentación no rompa

las líneas

de

la

forma ó estruc-

tura del objeto, principio de las buenas épocas del arte de decorar.

Los decorados con

metálico difieren en esto

reflejo

— aunque

lo

cncontiado hasta ahora no sea suficiente para poder deducir su ley de composición

.

decorados sobre

Los distingue el,

el

que están cubiertos con baño blanco y

por anverso y reverso, mientras que aquéllos

sólo por el anverso, y en

que

la

decoración abarca toda

fondo y borde, en una sola composición, por

de

forma del objeto que decora, y en

la

tomados de

la

Hay que cerámica;

lo

la

se

la superficie,

general independiente

lo

que además no entran motivos

arquitectura del Califato.

esperar que nuevos hallazgos faciliten

el

estudio de

la

hasta ahora encontrado han sido sólo fragmentos proce-

dentes de los vertederos adonde arrojaban rros

están

lo

que se rompían, y que tirados

al

la

basura y

fondo de

rompían en más pequeños pedazos, que

las

ó cacha-

la loza

las alcantarillas, al

caer

aguas arrastraban y mez-

claban; así salen restos de platos, jarras, tiestos para los jardines, etc.,

con esmalte vidriado, mezclados con otros ordinarios y

con un baño vidriado sobre fino que,

el

sin decoración,

barro encarnado; algunos de barro

ó

muy

por su forma y dimensiones, parecen objetos de tocador, re-

vuelto todo con pequeños pedazos de objetos de cristal y con huesos, parecer, de restos de comida. Algunos trozos pertenecientes á

objeto han podido unirse, consiguiendo hallar

la

forma de

al

un mismo

él,

y es de

esperar que cuando los trabajos continúen puedan completarse muchos

más, pues es natural que cuando un objeto se rompía tiraran

los

peda-

zos juntos, los que las aguas han ido arrastrando y separando; pero

para

ello

hay que continuar

la

limpieza de toda

la

red de alcantarillas,

que tiene una extensión considerable y que está obstruida por las que las mismas aguas han ido acumulando en el transcurso de los

tierras siglos.


I-'.ntic la

los objetos

cerámica encontrada hay

como en

el l)arru

artísticos é industriales les

y

con

t|iie

j^M'nii

variedad, así en

están ejecutados y en los caracteres

de su decuracii'm y fahricaeión.

más delicados para

lorma de

la

i

)esde

ó utensilios ordinarios de cocina, hechos para

las vasijas

hasta los

7(.

servicio de

candi-

Icjs

al Iucíío,

ir

comedor, para adorno,

i)ara el

tocador, etc., se encuentra cuanto pueda dar idea del estado de esta industria, del yusto y

en cuanto con

modesto

costumbres que caracterizan

del obrero. Entre los

más

servan señales de haber estado los

hay de barro,

el

época del

servicio del

ordinarios,

fuego para

al

sin vidriado ni

sin decoración; otros

monarca hasta

muchos de

la

los cuales

la

como de

clasificar

lujo, los

y

la

el

barro que

le sirve

él

pintada

color del

el

la

decoración directa-

de fondo, ó con baño también blanco

decoración pintada con reflejo metálico, de

mención.

hay

decoración con esmalte azul verdo.so

ó negro; otros, de barro blanco y sobre

mente sobre

con-

decoración ninguna; otros vidriados y

que podemos

que está pintada

el

el

coción de los alimentos,

de barro rojo cubierto con baño blanco estañífero, que cubre barro, sobre

Califato,

con groseros adornos pintados directamente sobre

barro. Entre los objetos

el

desde

ella se relaciona,

la

Los diferentes fragmentos pueden

que queda ya hecha

la

clasificarse

en

la

forma

siguiente:

CERÁMICA ORDINARIA DE BARRO ROJO Sin vidriado ni decoraciim [lámina

Con decoración muy

j¡lj,

figuras

2.'\

,\", 5.",

-."y

S.").

tosca en relieve ó rayada con punzón.

Vidriada por sus dos caras y sin decorar {/amina

^i^^ figuras 7."

v 6.").

Pintada exteriormente con negro mate y toscos adornos blancos y sin vidriar (lámina. ^S, fig.

Con baño

_'.").

vidriado transparente y decoración en negro ó verde os-

curo, pintada debajo del vidriado.

mos que en

la loza

barro.

los

mis-

esmaltada, distinguiéndose sólo en que no tienen

baño blanco, sino que el

Los motivos son en algunos

la

el

decoración está pintada directamente sobre


Vo ¡a

V -a

o ja

3.

o c

B n

J2 03

13

C

ü < n C O -c

U

C

< <

f-

<



Arte del Califato dk Córdoba, siglo

x.

Lámina XLVIII.

vasijas de barro. Los de las figuras i.', j."", 4.'' 2.'\ la pintada de negro y los adornos blancos sobaño blanco vidriado; con y y bre él y sin vidriar, y las 5." y ;.', con decoración esmaltada sobre el barro, sin baño

Medina Azzahra. Fragmentos de

6.'',

vidriado.



77

Decorado con toscos adornos pintados con blanco directamente sobre

bnrro y sin vidriado {¡amina

el

^g,

/.",

fhj^.

y

íi'nnin^x

¡^,/i^. ^").

Vidriado interiormente con iiaño amarillo caramelo, y exteriormcnte pintado con verde ó nej^ro y vidriado encima.

LOZA KINA

liARRO

l)K

Vidriada, con baño blanco por

R(íj()

el frente

y decorada con caracteres

cúficos ó con otros motivos ornamentales, pintados con esmalte azul-

verdoso-turquesa ó negro, sobre amarillo caramelo {¿mninas de

Con baño

amarillo de

el

la

fondo blanco, y

yo á

cromo

la 77,

y

las

el

De

reverso {lámina ^S,

barro rojo

muy

fig.

5-,^

reverso con baño

y

57).

claro y decoración verde y sepia,

pintada debajo del baño transparente, y sin baño

por

el

ni

decoración ninguna

,'.").

fino, sin vidriar ni

decorar.

DE BARRO BLANCO

Con baño

mo baño

vidriado blanco sin decoración por

ó amarillo caramelo por

de que se trate [lámina

el exterior,

reverso ó interior, según

el

el

objeto

yA', fig. y.").

Con decoración azul-verdoso ó negro sobre baño blanco figura

v del mis-

{¡amina 4S,

6.'^).

Sin baño vidriado por ninguna de sus caras y decorado por su frente

con caracteres cúficos ó adornos de esmalte azul verdoso, perfilados

de negro, pintados directamente sobre {¡amina ^S, figuras

de

^.'^

De

barro blanco,

La

clase de barro

las alcarrazas

el

barro que

le

sirve

de fondo

v J.^).

muy

fino, sin vidriar ni

empleado en

decorar.

estos últimos objetos recuerda

el

que se hacen en muchos puntos de España, y que en

algunos se decoran con esmalte;

los

fragmentos encontrados pertenecen

á platos ó escudillas, copas y pequeños tarros y jarras.


-

Fu;.

>v en

-

— Fragmento de un jarrón, de la

o'", 52

de diániein;

panza, con decoracii'm sobre baño blanco.

o./3<:

cS

FVagmento de un gran tiesto de barro encarnado y decoración de esmalte azul verdoso, negro, melado y blanco. FiG. 34.

CON REFLEIO MKTÁLICO

De

barro blanco y con baño vidriado, también blanco, por anverso

y reverso, v decorado con adornos de loza

reflejo metálico.

hay varios tipos que se distinguen por

malte y por

el

carácter de

la

la

esta clase

de

distinta brillantez del es-

decoración (/aminas 4g,

Los objetos de barro blanco, además de

En

,-(),

5/

estar la pasta

mente trabajada, tienen poco espesor, pues mientras en

y ^2\. muy

los

fina-

de barro



Artk tm. Cai.mato de C贸kdoua, siglo

x.

xMedina Azzahra. Fragmentos de loza vidriada con ornamentaci贸n de reflejo met谩lico (anversoj.

LAMINA XLIX.


Arik

DEi.

Califak) de Cürdüha, siglo

X.

Medina Azzahra. Fragmentos de barro vidriado con ornamentación de (reverso de los fragmentos de la lámina XLIX).

Lámina

L.

reflejo metálico



— encarnado

el

grueso varía entre

no tienen más de

ó

::

nen mayores espesores, pero Respecto de

5

Sólo

;^.

y \^ milímetros,

los

decorados con

más de

ni)

formas, en

las

79

5

la /it»iiiia

los

de barro blanco

reflejo metálico tie-

milímetros. ,'v

he reunido algunos de los

pocos que han salido bastante enteros, para poder conocer

de otros fragmentos se deduce fácilmente, y

tenían;

pequeño tarro para esencias ó

aceites

Fio. 35

niños

FiG. 37

á los que pertenecen

/amina 70), y

el

de

7."

( /'/í/.

el

la

Fie. 36

jarrón que tendría

5

z

(

de

fig.

i

2

.

Bandeja de

,'v,

centímetros de diámetro

página jS

I

centímetros de diámetro en

decorado exteriormente, y

},';

lámina yV), hasta jarrones de gran tamaño,

cuello

fragmento

el

de tocador, conñturas, juguetes

los

(¡ue

hay desde

los

Figuras 35 y 36. Copas de barro cocido, blanco, sin vidriar. iigura barro cocido, rojo, y vidriado si'ilo por su frente.

para

la

interior sin

el

(

fig. 7.",

correspondiente á un la

panza,

el

cual está

baño ninguno. Se encuentra

también gran cantidad de fragmentos de copas de barro, para beber,

de dos ó v

,V5,

tres

tamaños y de

formas reproducidas en

las

figuras ^j

con una base tan pequeña, que para sostenerla habrían de tener

algún pie, pues se caen

Los fragmentos de ra

las

,y,

\as

al

menor movimiento, sobre todo

/ig?nas

/."

r

_'."

de

la /ániifia

llenas

^s y

el

de agua.

de

\a

figu-

págÍ7ia jS, parecen ser de tiestos para los jardines, habiendo

podido, con algunos fragmentos, reconstituir

el

de

la

figura

,\S'.

El de

la


— ,'.''

/'ii::it>(¡

de

/amina

la

./S es

8o

un fragmento vidriado por una cara con

bañn amarillo claro transparente y decorado con adornos sepia y verde y sin baño

ni

decoración ninguna por

el

reverso, y que ha debido per-

tenecer á un plato plano, especie de bandeja de barro,

mentos más ordinarios que de

la

¡amina

7./),

se

han encontrado

(//!;'.

,'7,

como

otros frag-

piii^imí Jí/,

y

2."

y cuya forma se emplea aún en algunas partes para

FiG.

3!^.

— Vasija

de barro encarnado con

decoración de esmalte sobre baño blanco.

colocar los botijos ó

que

la

sudación moje

las el

alcarrazas llenas de agua, evitando con ellos suelo.

El interés de estos ejemplos de cerámica está, no sólo en su valor propio, sino en

cuya fecha era

Más de

la

difícil

el

que puede tener con relación á otros conocidos y

difícil fijar

de

clasificar

de una manera positiva. son

los

pedazos de

cristal,

pues

la fragilidad

materia hace que sean tan pequeños que, aun cuando se encuen-

tran en gran cantidad, no es posible deducir en la mayoría de ellos

forma

ni el

la

objeto á que pertenecieron; sólo algunos fondos y cuellos de

botellas, cuellos

de pequeños frascos y ánforas, algunas ampollas de

di-

versos tamaños, indudablemente para guardar esencias, y los fragmentos

de dos vasos, dan alguna idea de

la

forma, siendo, por esta causa y por



AUTE

iri-

CAl.tlAn>

1>I.

(.c.UlioHA, MC.U) X.

de Medina Azzahra. Fragmentos de barro vidriado con ornamentaciรณn

Lรกmiva

reflejo metรกlico.


Arie uhl Caluaio he Ciiuduha, sk^lo

Lรกmina

x.

Medina Azzahra. Fragmentos de barro vidriado con ornamentaciรณn de (reverso de los fragmentos de

la lรกmina LI.)

reflejo

LlI.

metรกlico



— Silos si

motivos de su decoración,

no por

la

forma, por

la

lo

más

interesante,

nada hay

i\ue

lo

son también,

materia, algunos pequeños pedazos de vidrio

de color y de vidrio esmaltado. Respecto de ran,

aunque

recuerde

el estilo

los

motivos que

del Califato, y

deco-

los

más parecen objetos

FlG. 41

FlG. iy

Diámeito. 0,12 m.

Diámeiro, 0,12 m.

Fk.. 43 Diámetro, 0,10 m.

FlG. 40

FlG. 42

Diámetro, 0,12 m.

Diámetro, 0,12 m.

Figuras 39 y 40. Florero y taza de barro decorados sobre baño blanco. Figuras 41 y 42. Jarros, de barro ordinario, sin vidriar.

Figura 43. Botella de barro blanco sin vidriar.

de comercio que de industria estar hechos en Córdoba. El

mina

jj;

y figuras 46

local,

pues nada hay en

ellos

motivo ornamental del vaso

que indique ( /Íí^.

que formara parte de

los

regalados por

perador griego, y que por su poca importancia no mencionan

que sólo describen

extraordinario?

En

las

lá-

4S, página Sj) es completamente de tradición

y

griega. ¿Es algún objeto

cas,

/.'^,

lo

que,

como

láminas 5Ó

las fuentes

y 57

se

y

la perla,

han reunido

el

Em-

las cróni-

tenían valor

los principales


— tragmentos, de

los

que

82

las /igiiras /.", _'.",

son bases de botellas, de

las

l'iG.44.

y.'',

;.''

y /k" de

la ¡ániiitii

que se han encontrado muchas;

— Jarrón

en furnia

ile

la 7."

^f>

es

la

peiiueño

de 0,17 m. de diámetro, de loza vidriada v decorada sobre baño blanco.

tibor,

Fragmento de jarrón, de 0,23 m. de diámetro, de loza vidriada y decorada sobre baño blanco.

FiG. 43.

boca de un

Irasco,

y

la

./."

una voluta sobrepuesta de

es

de

cristal ordinario blanco,

cristal verde.

Las

irisaciones

decorado con

que todas

tie-


Artk

:if.i.

Caí. II Allí

dií

CiJkikiha,

sir.i.o

x.

Medina Azzahra. Fragmentos de cerámica de barro

Lámina

vidriado.

I, III.



AuTr. DKi, CAiiiAin

\iv.

Ci'iunonA,

sic.i.o

x.

Fragmentos de platos ó fuentes de barro vidriado.

I.ÁMIVA

l-l\'



o

o 1)

c p

-O

<:

ti

o w

<



nen, y

más especialmente

la fotogratía

\a

-

83

/li^nm ó." de

la

misma lámina, hacen

(]u<-

no de bien idea de su decoración.

La ^guní

/."

de

¡amina

la

;:,-

de una pequeña ánfora

es la espiga

ó lámpara, dispuesta para colocarse sobre un soporte de metal, y otras de la

misma lámina, ampollas y

I'IG.

cuellos

de

las

botellas.

46

FlG. 47

Reconstrucción de

FiG.

4ÍS.

los

vasos de cristal de

la

lámina

-¡j.

— Desarrollo del motivo

ornamental del vaso, figtira yó.

Los dos vasos de jantes

(

figuras

-fó V

la

lámina

4j página ,

ü

S^),

tienen una forma y

tamaño seme-

pero difieren en

ornamentación

la

(figura 48) y en la composición del cristal. El primero es de cristal ordinario; pero en el la

segundo

el

cristal

transparencia y se ha descompuesto,

ha perdido,

tomando

el

casi

por completo,

aspecto de un con-

glomerado de pequeños ríñones ó nodulos opalinos lechosos, y separándose en pequeñas hojas ó escamas, sólo con fabricación y

todos

los

una composición de

la

la

mano, indicando una

pasta completamente distinta de

demás fragmentos encontrados.

Como resumen puede

establecerse

como

evidente:

i.",

que

la


«-1.

cerámica vidriada es de

en Córdoba, y que

dos de

los

los

la

época del Califato, y

motivos de

que caracterizan

de

el

ción

la

en

el cristal,

toma-

L;«n(ial,

de su arquitectura, excep-

la //;'///(/

no tienen carácter ninguno determinado; reflejos metálicos, ni

panccr fahrjcada

decoración están, en

ornaincntaci('jn

la

como

ción hecha de algunos,

la

al

4:'

de

que

2.",

ni

la

ii'miiiia

en

que

./,-,

cerámica de

la

hay nada que recuerde en su decora-

del Califato cordobés, pareciendo, sin

embargo, ser de

época que aquélla, pues salen completamente mezclados

los

la

misma

fragmentos

de una y otra; siendo más lógico suponer que pertenecen á

plendor de aquellos

época de

la

es-

¡)alnciüs, (lue á las

posteriores á la caída del Califato, en las

que, aunque siguió habitándose,

que

ser por familias pobres,

tuvo

que se ave-

nían á vivir entre ruinas, pues cuando el Edrisí lo describe,

FiG. 49.

plomo fundido. -VI parecer, egipcio -mahometa-

ración en

no.

glo

— Fragmento de deco-

Tamaño

XII,

dice

á mediados del

si-

que estaba ya en ruinas y

próxima á desaparecer. Pocos son

los restos

encontrados de

natural.

metal

,

porque éstos eran de más

fácil

aprovechamiento y excitaban más

la codicia.

de cobre del forrado de

que conservan señal de haber estado

las puertas,

dorados; clavos de hierro con tro,

de

los

la

Algunos trozos de chapa

cabeza de cobre, de 0,02 m. de diáme-

que sujetaban y decoraban

forma semiestérica y semielipsoidal,

el

lisos

chapeado de

ó estriados, á

las puertas, los

que

el

de

Edrisí

llama de forma de estrella, completamente iguales á los que se en-

cuentran en

la

mezquita de Córdoba; algunos restos de herrajes y

clavazón de hierro, descompuestos por

la

oxidación; un pequeño trozo

de caja de plomo fundido, finamente decorado

(

fig.

yy),

y algunos trozos

de planchas y de tuberías de plomo, de 0,08 y 0,10 de diámetro, de

conducción y distribución de

las

la

aguas, es lo único recogido; pero todo


Arte mu. Califato de Córdoua, siglo

Medina Azzahra. Fragmentos de en

LÁMINA LVI.

x.

vasijas (frascos y botellas)

las ruinas: á

-,

.^

del natural.

de

cristal,

encontrados



o

O XI

J2 "o o.

y.

o o pa

o n p«

•o

U

D O H <: fe

m O a í-



ello

85

-

en pequeña cantidad y de escasa importancia. Monedas no se han

más que

hallado gibles;

una de Abderrahman

con

cuño de

el

de

cinco, árabes, de cobre,

los

que sólo dos son

las

intcli-

y algunas cristianas, también de cobre,

III,

Reyes Católicos, pero ya de tiempos de Carlos

que probablemente pertenecieron á algún obrero de

los

I,

ocupados en

demolición del palacio, pues se han encontrado todas juntas entre

las la

los

escombros.

De no menos Azzahra, son

las

interés

obras para

desde larga distancia, en ficios,

que

los restos del palacio

conducción de

la

el interior

estanques y jardines, de

Ambrosio de Morales, y cuyos

de

los

las

aguas, que llevaron

para abastecer los edi-

la Sierra,

que con tanto entusiasmo habla

restos alcanzó á ver

Rivas. Para ello tuvieron que perforar

y ciudad, Medina

Pedro Díaz de

montañas y salvar

valles

y caña-

das en un trabajo colosal, que aún puede, en parte, seguirse, y de

que se conservan algunas interesantes obras de tes,

con

los

que atravesaban

las

fábrica,

como

las

los

los

puen-

cañadas, y numerosos pozos de venti-

lación {^lámina já").

En

la

ciudad se hacía

de cantería, salvando

la distribución

los diversos

por medio de atarjeas ó canales

espacios por acueductos, que cita y

describe Ambrosio de Morales, y luego con tuberías de plomo, de las que

habiendo,

aún se conservan algunos trozos empotrados en

las fábricas;

además, según Pedro Díaz de

ó cisternas, que es de

esperar se encuentren llegado aún

de

la

al sitio

sucias y pluviales, así la

las

aguas potables y

como

gran cultura de

Todo departamento nicación directa con partes cruzaba cerse,

continuar las excavaciones, pues éstas no han

al

en que estaban, según aquel historiador. El estudio

conducción de

prueban

el

las Rivas, algibes

la

lo

el

de

la

que hoy llamaríamos

la civilización

tiene su servicio

extracción de

las

servicio sanitario,

del Califato cordobés.

de baño y

retretes,

en comu-

extensísima red de alcantarillas que por todas

palacio y

la

ciudad, y por lo poco que puede ya cono-

con un completo servicio de aguas potables y de

utilización

de


— llovedizas para

las

la

.S6

limpieza de las alcantarillas

(

i

).

Lo

hasta ahora

explorado no da aún datos suficientes para poder hacer un estudio

completo de este asunto, pero

para formar juicio bastante aproximado

de cómo se hallaba establecido un servicio rente atención, y que cultura lo

que

uno

más que

vez

tal

de un pueblo. En

la

cjuc

al

hoy se da tan prefe-

ninm'in otro señala el estado

de

imposibilidad de hacer hoy ese estudio,

retrasaría la publicación

de este trabajo, habré de dejarlo para

adicional.

La descripción

Almakari y Ambrosio de Morales hacen del

tjue

acueducto construido por Abderrahman pertenecen

los restos existentes

III,

todavía en

y

la

al

que indudablemente

Sierra y que

quedan des-

dan idea de su importancia.

critos,

Almakari comienza celebrando, por referencias de un escritor andaluz, el

gusto y

más de

la

la

pasión que Annasir tenía por

las obras; así

que, ade-

construcción del palacio de Medina Azzahra, habla de los

trabajos que durante su reinado realizó para mejora y ornato de Cór-

doba. Entre

ellos,

y como de

acueducto construido por á su palacio de

dente de

la

más importantes, describe

para llevar

las

(Palacio de

la

él

Annaora

los

el

magnífico

excelentes aguas de Noria)

(2),

la

Sierra

situado á (3cci-

ciudad, llevadas por medio de tubos geométricamente colo-

cados sobre arcos enlazados unos á otros. Las aguas eran conducidas,

de una manera admirable y con ciencia extraordinaria, y vertían

dice,

en un vasto depósito en

(i)

nado á (2)

Había, además, en

el

que había un león de tamaño

el

palacio de

Medina Azzahra dos grandes baños: uno

Don

máquina persa que daba nombre el

desti-

personas afectas á su servicio, y el otro para el público. Pascual Gayangos, en el índice, pone «An iia'urah, véase Mun'5at>, y

los oficiales del Califa y

antes habla de Munyat Xasr y de Muniatu-n-na'urah, llamado

en

colosal, tan

que estaba construido

á

un

barril

1

de Córdoba,

así

por una noria ó

al r|ue llama lahatu-n-na'urah,

este palacio.

Hay alguna confusión entre este palacio y el llamado Munyat Nasr; ^eran uno mismo.' En éste se alojó la Embajada que mandó el Emperador de Constantinopla, y parece deducirse que, después de terminado

por Alhakem.

el

de Medina Azzahra, quedó habitado


§.2 S 2 <

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V

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a o H •<

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U H Q H

H

Bi

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"^

(U

«



admirablemente ejecutado, y tan vista infundía

ción,

pavor en

-

8;

perfectamente hecho, que su

bella y

corazón del espectador, y era tanta su perfec-

el

que en ningún tiempo, añade, se había producido obra tan mag-

nífica. El

león estaba cubierto de oro puro, y en sus ojos tenía dos joyas

de inestimable precio, que despedían torrentes de por

acueducto, pasando por

el

La abundancia de aguas

en

el

hacía que, después de surtir á todos los

no obstante su gran extensión,

el

depósito y

hombre. Empezando por

que vencer, á causa de

que atravesar, los pilares

la

de

él

y

sobrantes iban á verter

las

la

figura vertiendo las aguas en

la

podían considerarse como una de el

sitios

Muchos autores que dice haber consultado, añaden

Guadalquivir.

que este acueducto,

por

aguas que iban

monstruo, vertían en un gran depósito.

y de regar con profusión muchos

servicios del palacio, los jardines,

el

luz; las

las

obras más maravillosas hechas

las

grandes dificultades que tuvieron

naturaleza de los terrenos por los que tenía

magnitud y solidez de

y arcos sobre

él,

las

construcciones,

los cuales corrían las aguas,

la altura

de

unas veces ascen-

diendo, otras descendiendo, ditícilmente podría, dice, citarse entre las

obras hechas por los antiguos reyes nada que

En

la

dos desde taña,

por

el

donde

el león,

día en

que comenzaron

principiaba, hasta que, conducidas sobre los arcos y

vertieron en el

depósito. El

el

Califa

mismo

el

la capital

del

Andalús y

la

los vestidos y

literatos,

más

pasando

la

ilustres

ciudadanos

recibimiento. Después

sociedad cordobesa, en

la

residencia del Califa; es una grande

más nobles y

Se distinguen por su elegancia y sus maneras,

é inteligencia, la opulencia y exquisito gusto

en

mon-

día que este aconteci-

más espléndido

y populosa ciudad, habitada por árabes de las país.

los

El autor hace una descripción de Córdoba y de

«Córdoba es

la

Annasir dio una recepción en su palacio

de Córdoba (i) y haciéndoles

(i)

comparado.

obras preparatorias en

las

de Annaora, invitando á una gran parte de

dice:

ser

construcción de este acueducto empleó catorce meses, conta-

miento tuvo lugar,

que

pueda

le

la

principales familias del

superioridad de sus sentimientos

que desplegaban en comer y en beber,

en sus caballos. Había hombres adornados con toda clase de ciencia,

poetas dotados de gran talento, señores distinguidos por sus virtudes y gene-


>

8S

distribuyó considerables obsequios entre los invitados, y loda clase de

geómetras

ricos presentes á los aniuitectos y

obras, los

tesoro

(|ue

hablan

diriijido

que va habían sido remunerados con muniliccncia por

(i).

La descripción

del

el

las

Real

acueducto construido por Annasir da

idea de que los árabes del Califato tenían conocimientos extraordinarios

en estas construcciones.

Ambrosio de

¡Morales alcanzó á ver todavía en pie yran parte de

él

los puentes por y presenció su demolición, puesto que, refiriéndose á

que

los

aguas atravesaban

las

los valles

y arroyos, dice: «Los cuales

(puentes) yo vi antes que para edificios del monasterio se deshiciesen».

Da una la

detallada y entusiasta descripción del acueducto, cjue completa

hecha por Almakari, y está de acuerdo con

conserva en tilación

Sierra y que

la

queda

y con

lo

que aún se

descrito; sólo ijue los pozos

montaña. Por

torres para sostener el peso de la

la

dirección de los pozos se puede seguir aún su trazado,

que atravesaba por Medina Azzahra, por

lo

que se ve que surtía á

estos palacios y á los de Córdoba, lo que confirma también

de Morales rosidad, res

de ven-

y registro abiertos en todo su trayecto, y que existen todavía,

aunque cegados, supone que eran

el

ella

(2).

Tal vez ésta fuera

la

Ambrosio

razón de construir Medina Azzahra

muchos renombrados por sus expediciones

á los países de los infieles, milita-

experimentados en toda clase de servicios.

>La ciudad de Córdoba

está dividida en cinco ciudades ó cuarteles, inmediatos

unos á otros y separados por altas y fuertes murallas. Cada una de estas ciudades se distingue por el elevado y exquisito confort y lujo de sus habitantes y el de sus baños' hospederías, comercios y talleres.»

«Córdoba tel,

tiene», agrega, «tres millas

que ocupa

el

tienen igual en

el

centro de

la

de largo y una de ancho. En

el

tercer cuar-

ciudad, hay un puente y una mezquita, los cuales no

mundo. A estas dimensiones hay que agregar

l'js

arrabales ó subur-

bios, que eran veintiuno, entre los que Ibn Paskual incluye á .Az-zahira; todos ellos

con sus mezquitas, mercados y baños para uso de sus habitantes. (i)

Don

Pascual Gayangos, traducción citada del .\lmakari.

Ambrosio de Morales: «El moro Rasis dice también mucho de las grandezas deste Rey (Abderrahman III) con que ensalzó mucho á Córdoba y á toda España. >E1 Arzobispo D. Rodrigo, en particular, cuenta cómo traxo á Córdoba una gran (2)

cantidad de agua por atanores de plomo. Dura hasta agora

mucha

parte de este aqüe-


en aquel á

sitio,

Los

ella.

porque

de construcción que da son

detalles

que

estuco, lo

construcción del acueducto parece ser anterior

la

parte que existe en

la

de

la Sierra:

hace suponer que

le

-

8y

sillería

los

mismos que

los

de

los

guarnecida con revoco de

arcos no eran de

sino

sillería,

de argamasa.

Como

investigación interesante y complementaria, cabe hacer

canteras, que se encuentran á corta distancia, y cuya visita hace

las

ducto: y se parece en

emprender. El agua se dose |ioco casi

puede

uno

grandeza de ánimo deste Rey, que tan brava obra quiso

él la

de dos leguas y media de

traía

poco otros golpes della en

á

un hombre en pie por

ir

Los lados son de hermosa y lo otro está

sillería,

y

puso.

Y

por

que agora se

él

en

la

vuelta de

lo

dado por de dentro, sobre

mucha agua que

la

la

agua venía de

miendo que

el

el

gran peso de

el

montañas: mas quien

do habia de atravesar daban nombre á

el

la

tenía el

Córdoba

á .San

el

la

más

allí

se

las

hora-

Y

te-

conducto muchas lumbreras como torres muy espe-

No

se

la

montaña, aliviando

puede encarecer

conducto algunos

los valles,

que

obra, levantaron

el

peso, con repartirlo

braveza deste sustentar

la

ve se pone atónito del gasto y grandeza de

lo

día

conducto con grandísimas montañas,

el

llamándose valles de Puentes:

tal

obra.

así

Ouan-

hermosas puentes, que

valles, le hicieron

los quales

para edificios del Monasterio de San Gerónimo, que está

También

como

color tan viva

era grandísimo el golpe de agua que se traía. El

y sustentan

en aquellos pequeños trechos. las

fortísima: lo

costra de betum, de una almagra, ó

montaiías hundiría algún tiempo

las

lo alto,

que

alto,

ve, y tiene tres pies en ancho.

bóveda de una argamasa

la

recogién-

conducto pasase con su corriente bien continuada.

por todo aquel espacio desde

que suben hasta

cómo

encontrando

daron por baxo, para que

al principia,

conducto era tan

el

se juntaba para meterla en el aqüeducto, y por esta al-

tura y anchura del, se entiende la sierra, y

ciudad

la

camino. Todo

el

verdaderamente bermellón, que conserva hoy

sas,

de

la

yo

vi,

antes que,

cerca, se deshiciesen.

allí

aqüeducto otras grandes puentes y de mucha firmeza para atravesar grandes arroyos, que descienden de la sierra, y se ven agora por el camino ciue va de al

alcázar y á

por

lo

la

Gerónimo. Desde estas puentes pudiera gran mezquita por camino

más aUo de

la

ciudad y tuviese

hicieron con él un grande y

muy

muy

el

llano y

ir

muy

agua peso para

el

conducto muy derecho

corto: ir

costoso rodeo, atravesando toda

agora de Cantarranas, torciendo después otra vez hasta dar en

que corruptamente llaman

agua para

los repartimientos

ancho del conducto.

las fuentes, se hallaron

baxar

hizo,

á lo llano,

como hemos

entraba por

dehesa llamada

puerta del Osario,

Y

por aquello de

y subidas y baxadas: que hasta

cl

visto,

puerta .'\lonsario debaxo de tierra el

Arzobispo

mención. Este conducto,

circuito de

el

allí

estos años pasados, quando traían el la

algunos destos caños de plomo, y estos son los de quien este aqüeducto

la

la

puerta Alonsaiio. Ya cuando llegaba por aquí, iba

la

agua por caños de plomo para libre y suelta venía por lo

mas porque entrase

á todas las partes della,

Córdoba

la

al

Don Rodrigo en

dexar

Vieja, y salía

la sierra

después

para

del, lo


- yo ver

trabajo que

el

allí

se realizó, y su estudio tal vez diera eficaz resul-

tado, teniendo en cuenta que estuvieron ocupados durante algunas ge-

neraciones los millares de obreros que eran necesarios para suministrar la

gran cantidad de piedra necesaria para

la

construcción de Medina

Azzahra, Azzahira y Alamiriya, (¡ue en aquella región se levantaron en la

segunda mitad del

misma

y á todas

siglo x,

las (jue

suministraría piedra

la

cantera.

qual es cosa de consideracinn para entenderse manifiestamente c'imo por aquel tiempo, ya

Córdoba

la

Vieja estaba tan desierta y asolada

haga más verdadero rece nos

lo

como agora

la

vemos: y

que del tiempo de su asolamiento hemos dicho.

hemos detenido mucho en

de tanta grandeza y magestad

FiG. 50.

(pie

describir este aqüeducto;

— Estudio

de trazado de un arco dila galería ó camino de

bujado en una pared de

ronda

mas

merece ser mucho celebrado.-

F de

la

planta general.

así se

Y aunque

cierto él

¡)a-

fué obra




Los

trabajos de exploración y de excavación,

que han dado por

resultado los descubrimientos descritos, han sido realizados en sólo once meses, repartidos, especialmente, en las

y 191

dando

I,

que concedida

«Córdoba

campañas de igio

principio por las ruinas del palacio de Alamiriya, hasta

autorización por los propietarios de

la

la \'ieja»,

pudieron emprenderse

la

de ^Medina Azzahra.

los

El resultado de las excavaciones despertaron, desde

mento,

y

el

el

interés

de nuestra

los Ministros

tando

historia

lo

tienen por

monumental y

estudio de

artística;

y

el

ó indirectamente intervenir,

I).

el la

primer mo-

Arqueología

apoyo decidido de

de Instrucción Pública y Bellas Artes, secundados,

como

Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos; Ríos,

el

realización de los trabajos, por cuantos tenían

la

directa

de cuantos

dehesa llamada

E).

la

facili-

que informar, y

junta del Cuerpo de

Rodrigo

Amador de

los

José Ortega, y especialmente D. A. Fernández Victorio, indi-

viduos de aquel ilustrado Cuerpo, y D. José Acuña, los que de manera franca han contribuido á que las excavaciones hayan podido continuar

dentro de los límites que permiten los recursos de que podía disponerse.

Debo

consignar, igualmente,

escultor D.

Mateo

evitando

que

el

traviaran, recogiéndolos

distribuci<')n

celo

y asiduidad con que

el

conocido

Inurria ha vigilado los trabajos durante su realización,

los objetos

truyeran tampoco,

el

al

que iban apareciendo se destruyeran ó ex-

cuidadosamente y procurando que no se des-

descubrirlos, los restos de los palacios

que á su

y construcción interesaban, y también dar este público tes-


— limonio de gratitud á restos

de inscripciones ó

decoración v de

la

M.

1).

94

Gómez Moreno,

cifras i\ue se

por

la

han encontrado entre

di^jan

de

los

cerámica, ios que, aunque hasta ahora no hayan

porcionado ningún dato de interés histórico, siempre

nada

traducción de los la

i)ro-

lo tienen, aun(|iie

en concreto.

Es de esperar y de desear imposibilitado

la

cjue,

marcha franca de

más activamente, en

la

venciendo

las

los trabajos,

seguridad de que

lo

dilicultades

que han

puedan éstos continuar

mucho que aún queda por

explorar, especialmente hacia Occidente de lo ya descubierto, ha de

dar resultados más importantes, pues cuantos han descrito los palacios

de Medina Azzahra, desde Annowairi y las

Rivas, que lo hace en

aquella parte estaban las

y

las

el

el

Edrisí, hasta

siglo wii, están

Pedro Díaz de

conformes en que hacia

más importantes dependencias, como

el

harón

habitaciones particulares del Califa, y también los estanques y

aljibes.

Debo

consignar, igualmente, mi gratitud á

la

Junta de Ampliación

de Estudios y de Investigaciones Científicas por haber acordado blicación de esta monografía.

la

pu-


índice Páginas.

Introducción

5

Alamiriya y Medina Azzahira

ig

Medina Azzahra

35

Pavimentos, cerámica y

Acueducto

cristalería

65 85



FiG. 51.

— Cabeza dibujada en una pared del camino de ronda de

que cerraba

el

palacio de

Medina Azzahra

(i)

por

el

la

índice de los grabados intercalados en

el

texto*

Página en que se

Fijjuras.

intercala.

I

y

2

Canecillos de

de

»

3

la

la

mezquita de Córdoba

.

.

5

Ajimez de

la

Páginas en las

que se

cita.

6

7-12

7

7-12

mezquita de Ibn-Tulún

en El Cairo

4

muralla

lado de Mediodía.

mezquita de Ibn-Tulún.

.

.

S

de un monumento de Toledo, an-

»

terior al siglo VIII

6

Ajimez de

la iglesia

de San Miguel de Es-

calada (León) 7

Puerta de

la

iglesia

Ajimez de

la

iglesia

7-13

9

7-13

9

7-13

de Santiago de Pe-

ftalva

8

8

de Santa María

Grande, en Jerusalén

la

nombre del palacio era el de Azzahra, he adoptado siempre la denominación de Medina Azzahra, lo mismo para él que para la ciudad, porque con (i)

ella es

Aunque

el

ya conocido por todos, y establece su diferencia con Alamiriya, que era sólo

un palacio ó casa de campo.


98

Kig liras.


99

Figuras.


lOO

Kigurns.


ÍNDICE DE LAS LAMINAS Láminas.

i.'^y 2."

Plano de Córdoba y de sus contornos, según

los trabajos del

Instituto (ieográfico y Estadístico, y situación

de Medina

Azzahra, Alamiriya y Medina Azzahira. Detalles de las ilustraciones de los coranes de

3.'

Amr

la

mezquita de

en Egipto, que se guardan en El Cairo, en

la Biblio-

teca del Jedive. 4.'^

Planta general del palacio y jardines ó recinto de Alamiriya.

5.''

Planta del mismo palacio.

6.'

Arcos y contrafuertes que sostenían

el

paseo volado sobre

el

estanque del palacio de Alamiriya. 7.'''

Detalles de construcción del estanque del palacio de Alamiriya.

S.'

Detalles del despiezo de la cantería de

doba, y de

la

la

mezquita de Cór-

de Ibn-Tulún y de otras construcciones ma-

hometanas de El Cairo. Detalles del despiezo de la cantería de los palacios de Ala-

9."*

miriya y de Medina Azzahra.

Fragmentos de decoración

10 I

I

y

I

2

13 y 14

del palacio

de Alamiriya.

Ruinas del palacio de Alamiriya.

Medina Azzahra. Planta general de proyección

de

los

la

parte

diversos

explorada y cuerpos,

so-

bre un plano vertical levantado sobre una línea A'

(1)

V {i).

Últimamente ha podido comprobarse

la

exactitud de

la

forma y dimensiones

de Medina Azzahra dadas por Ambrosio de Morales, y que se citan en

la

página 41.


7

102 Lñiiiiiins.

15

Medina Azzahra. Vista general de

explorada

parte

la

d<

1

palacio. 1') 1

1

»

»

Planta de una parte del palacio.

»

»

Detalle de

una pared, de

la

parte del palacio,

planta general de

nas 1

S

»

»

/)"

Fig.

y

i.'^.

y decoración

con.struccii')n

.

í

de

de

la

ya explorado. [Lámi-

lo

/./.)

Puerta de una parte del palacio,

del citado plano general.

general de

la

de

las ruinas

Fio.

2.'^.

. /

Vi.sta

misma parte

.

/

del palacio. 11)

»

»

Vista de las ruinas de

A 2ü

»

»

parte del palacio

la

del plano general.

Planta de

la

parte

más occidental de

C

|)lorado del palacio. Partes

L"

ex-

lo

D y E del

plano general. 21

»

»

Vista de las ruinas de esta parte occidental del palacio.

D

Cuerpos

y

E

del plano ge-

neral.

22

»

»

Vista de las ruinas de

E del 23

»

»

»

»

la

muralla que cerraba

recinto del palacio por

día.

24

plano general.

Planta y detalles de el

parte del palacio,

la

Cuerpo

F del

el

lado de Medio-

plano general.

Galería ó camino de ronda en la

muralla que cerraba

el

interior

de

palacio por

la

el

parte de Mediodía.

25

»

»

Columnas decorativas tes son:

y rojo teles,

26

»

»

el

del palacio.

de mármol negro de

la

segunda, y

el

las

de

la

Los

fus-

primera

basas y capi-

de mármol blanco.

Capiteles y basas de

mismo

palacio.

mármol blanco,

del


IO.:¡

Lñniinas.

2y á

;!,^^

Medina Azzahra. Detalles de

las diversas escuelas,

ornamental de

piedra, del 3

mismo

y de Alamiriya.

— F/g.

/.".

geométrica en

palacio.

Detalles de ornamentación de los palacios de

5

la flora

decoración del palacio.

la

Detalles de ornamentación

»

»

;5_|.

de

Medina Azzahra

Ejemplo de ornamentación de

pasta, incrustada en cajas abiertas en la piedra.

/v¿?<-

Mano

y pie de mármol, de dos bajorrelieves con figuras de mujer, que debían ser del mi.smo tamaño. ras

2.'^

y

,\''.

(¿Habrán pertenecido á nas,

los bajorrelieves

que decoraban una de

Emperador de

Bizancior

las

— F/o.

con figuras huma-

fuentes regaladas por ^.'^.

De una

cornisa de

decoración interior del palacio de Medina Azzahra.

gura

Fragmento,

T.'L

del palacio

al

la

— Fi-

parecer, de una pila de mármol,

de Alamiriya.

Medina Azzahra. Fragmentos de inscripciones

36

el

cúficas orna-

mentales, en piedra, del palacio.

37 y 38

"

"

Pavimentos de baldosas de barro cocido y piedra blanca, del palacio.

»

39

»

Vasijas y candiles de barro <-ocido,

ordi-

nario.

40

á

43

»

»

Fragmentos de con

46 y 47

»

»

flora

loza

vidriada y decorada

ú otros motivos ornamentales.

Fragmentos de barro vidriado, decorados con representaciones de animales y uno con figura

48

»

»

humana.

Fragmentos de

vasijas

de barro vidriado,

decoradas con diversos sistemas técnico-ar-

— F/g.

Con un baño general blanco azulado vidriado, como queriendo imitar el cristal, tal vez relativamente moZ/^'. i'.^. De barro ordinario pinderno.

tísticos.

/.'^.

tado de negro y decorado con tosca orna-


\n\

-

I,:\inínAS.

mentación pintada con blanco.

Con ornamentación

— Mg.

y verde

sepia

,'/'.

sobre

fondo amarillo, pintada debajo del i)año driado.

/.".

/-/í/'.

Con baño blanco

— /vV.

sin decoración.

vi-

liso

y

Con decoración

;¡/^.

de esmaltr verde, pintada directamente sobre

el

f/o.

barro, que sirve de fondo general. ().".

Con baño transparente sobre

barro, y sobre

doso y negro.

de la

49 352

él la

la figura 5."

— el

decoración en azul ver-

/•>;'.

7-"

Como

el

ejemplo

y con caracteres cúficos en

decoración.

Medina Azzahra. Fragmentos de

loza vidriada con

ornamen-

tación de reflejo metálico.

53

»

»

Lámina policroma con fragmentos de

cerá-

mica vidriada, decorados con

orna-

flora

mental y caracteres cúficos.

S'J

54

»

»

ídem

55

»

»

Vasos de

»

»

Fragmentos de objetos de

»

»

Detalles del acueducto.

y 57 58

id.,

decorados con aves. cristal. cristal.






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