Comercio mudo / Silent Trade en el Islam, Pedro Chalmeta Gendrón.

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Publicación bianual Número 07 // 2010

JUNTA DE ANDALUCÍA. CONSEJERÍA DE CULTURA Conjunto Arqueológico Madinat al-Zahra

Cuadernos de Madinat al-Zahra es una publicación científica bianual editada por el Conjunto Arqueológico de Madinat al-Zahra, que inició su andadura en el año 1987. Recoge trabajos originales que aborden temáticas referentes a la historia y arqueología de al-Andalus y el mundo mediterráneo dentro del marco cronológico de la Edad Media. No obstante, los consejos de redacción y asesor podrán valorar positivamente la inclusión de estudios que den cabida a otros ámbitos y a una ampliación de los límites cronológicos especificados, siempre que contribuyan a la mejor comprensión del periodo. De igual modo, y de forma ocasional, podrán introducirse secciones monográficas o actas de jornadas o reuniones científicas.

DIRECCIÓN ANTONIO VALLEJO TRIANO Conjunto Arqueológico de Madinat al-Zahra CONSEJO DE REDACCIÓN (Miembros de la Comisión Técnica de Madinat al-Zahra) Vocales:

MANUEL ACIÉN ALMANSA Universidad de Málaga CARMEN BARCELÓ TORRES Universidad de Valencia EDUARDO MANZANO MORENO Profesor de investigación del CSIC RUBÍ SANZ GAMO Directora del Museo de Albacete JUAN SERRANO MUÑOZ Arquitecto

CONSEJO ASESOR PATRICE CRESSIER CNRS, Lyon PIERRE GUICHARD Universidad de Lyon II ESTEBAN HERNÁNDEZ BERMEJO Universidad de Córdoba Mª ANTONIA MARTÍNEZ NÚÑEZ Universidad de Málaga ALASTAIR NORTHEDGE Universidad de Paris I VÍCTOR PÉREZ ESCOLANO Universidad de Sevilla

Edita JUNTA DE ANDALUCÍA. Consejería de Cultura © de la edición JUNTA DE ANDALUCÍA. Consejería de Cultura Diseño y maquetación: Carmen Jiménez Diseño de portada: Zum Creativos Imprime: Tecnographic ISSN: 1139-9996 Depósito Legal: SE-8516/2010 Distribución nacional e internacional: 1000 ejemplares


Publicación bianual Número 07 // 2010

ÍNDICE

MISCELÁNEA DE HISTORIA Y CULTURA MATERIAL DE AL-ANDALUS. HOMENAJE A MARYELLE BERTRAND (Textos reunidos por P. CRESSIER, I. MONTILLA TORRES, J. R. SÁNCHEZ VICIANA y A. VALLEJO TRIANO)

05 PRESENTACIÓN Patrice Cressier, Irene Montilla Torres, José Ramón Sánchez Viciana y Antonio Vallejo Triano

06 MARYELLE BERTRAND 06

Maryelle Bertrand (1948-2007) Léon Pressouyre

08

Maryelle Bertrand. Bibliografía 1985-2008

10 LOS SEÑORES DE LA GUERRA 13

Las primeras guerras internas de al-Andalus Eduardo Manzano Moreno

27

Les seigneurs de la Marche (as habu al-tag ri) : les Ban u cAmr u s et les Banu †abri t de Huesca Philippe Sénac

43

Militares en iluminaciones y marfiles: una visión del ejercito califal Juan Zozaya Stabel-Hansen

64 LOS SOPORTES MATERIALES DEL DISCURSO IDEOLÓGICO 67

Le chapiteau, acteur ou figurant du discours architectural califal ? Omeyyades d'al-Andalus et Fatimides d’Ifràà qiya Patrice Cressier

83

Estela funeraria de cronología califal aparecida en Mengíbar (Jaén) María Antonia Martínez Núñez

95

Nuevas evidencias de cecas africanas en época de al-öakam II: al-Mans u rah/al-Mans u riyya y al-Bas ra Alberto Canto García

102 ESPACIOS DE VIDA 105 Excavations in medieval settlements at Volubilis. 2000-2004 Elizabeth Fentress and Hassan Limane 123 Casas y cosas: espacios y funcionalidad en las viviendas emirales del Tolmo de Minateda

(Hellín, Albacete) Sonia Gutiérrez Lloret y Víctor Cañavate Castejón 149 La vivienda tradicional en la cuenca del Mediterráneo: del iw an al qb u’, pasando por el bahw Sakina Missoum 175 Habitat e utensílios na Mértola almóada Susana Gómez, Lígia Rafael e Santiago Macias


196 CASTILLOS Y PALACIOS 199 La fortaleza de Amergo (Marruecos) ¿Otro ejemplo de influencia hispánica en Marruecos? Manuel Acién Almansa 219 Los baños de la tropa de la Alcazaba de Almería: resultados preliminares de la intervención

arqueológica Sophie Gilotte, Ángela Suárez Márquez, Francisca Alcalá Lirio y Francisco Arias de Haro 239 El asentamiento islámico de Giribaile (Jaén). De asentamiento de altura a castillo almohade Juan Carlos Castillo Armenteros, Luis María Gutiérrez Soler y María Victoria Gutiérrez Calderón 263 Los palacios islámicos de Jaén. El palacio de Santo Domingo y los jardines de los Uribe Vicente Salvatierra Cuenca, Mercedes Navarro Pérez y Ángela Esteban Marfil 293 Notes sur les forteresses de la t a ca de Bentomíz (Vélez Málaga) Marie-Christine Delaigue

308 CUEVAS NATURALES, CUEVAS ARTIFICIALES Y OTROS SUBTERRÁNEOS 311 La caverne, refuge de « l'ami de Dieu » : une forme particulière de l'érémitisme au temps

des Almoravides et des Almohades (Maghreb extrême, XIe-XIIIe siècles) Jean-Pierre Van Staëvel 327 Le vocabulaire des grottes et des cavernes dans le Maghreb médiéval à la lumière des sources

arabes Mohamed Meouak 343 Las cuevas de Benaxuay. Un grupo de cuevas-ventana andalusíes en el río Chelva (Valencia) Agustí Ribera 369 Antiguos depósitos de agua en la ciudad de Palma: un patrimonio oculto Maria Antònia Carbonero Gamundí

382 INTERCAMBIOS, HOMBRES Y NATURALEZA 385 Contribución a la historia ambiental de la cuenca del Guadiana Menor (Sureste ibérico):

avances y propuestas de investigación desde la arqueología José Antonio Garrido García 405 Una aproximación a las canteras de piedra calcarenita de Madà nat al-Zahr a’ Antonio Vallejo Triano y Ramón Fernández Barba 421 Comercio mudo / Silent Trade en el Islam Pedro Chalmeta Gendrón 429 1287: onomástica femenina en Menorca islámica Guillem Rosselló Bordoy y Mª Magdalena Riera Frau

434 CRÓNICA DEL CONJUNTO ARQUEOLÓGICO



PRESENTACIÓN En noviembre de 2007, la noticia del fallecimiento de Maryelle Bertrand nos dejó, a todos sus amigos, golpeados y desamparados. Para la mayoría, además, la sorpresa era brutal: con su habitual pudor, Maryelle había callado, durante aquellos fatídicos meses, la gravedad de su enfermedad. De repente, se hacía un inmenso vacío. Todos vivimos entonces un sentimiento de amistad irremediablemente truncada y nos enfrentamos a la añoranza de la complicidad que nos había unido. El vacío no era solo personal, íntimo, sino que era también colectivo y científico. Maryelle había llevado una carrera en cierta forma atípica, parcialmente al margen de las instituciones, pero había participado de pleno en la reflexión que, por aquellos momentos, centraba la atención de los historiadores, en torno a la percepción y a la definición misma de al-Andalus. Estaba presente también en los debates de los primeros años ochenta, en los que se intentaba establecer las reglas de una nueva arqueología que fuera a la vez mejor articulada con el cuestionamiento histórico y más acorde con las necesidades de nuestra sociedad. El tiempo ha mostrado la parte de ilusión que conllevaban tales proyectos, y como se erosionaron frente a la práctica cotidiana que se fue imponiendo. Todavía bajo la emoción causada por su desaparición, y quizá tanto para ayudarnos en nuestro duelo como para recuperar parte de la ilusión pasada, a un grupo de sus amigos nos pareció que convenía rendir un justo tributo a la aportación científica y a la calidez humana de Maryelle. Vicente Salvatierra nos permitió reaccionar en el acto y acogió enseguida una breve semblanza de la vida de Maryelle y su bibliografía completa en la revista Arqueología y territorio medieval1. A más largo plazo, concebimos el proyecto de un homenaje de carácter académico y científico que reuniese contribuciones de los historiadores y arqueólogos de al-Andalus que habían sido los más próximos a Maryelle. Desde el principio, Antonio Vallejo propuso a los Cuadernos de Madànat al-ZahrÄ’ como soporte editorial de este segundo acto. El lector tiene entre las manos el resultado de esta empresa colectiva, asumida por todos con tenacidad y entusiasmo, y a la que –más allá de la diversidad cronológica y de los intereses de cada uno– se ha intentado dar la mayor coherencia temática posible. D. Léon Pressouyre, catedrático emérito de historia del arte medieval de la universidad de Paris 1 – Panthéon Sorbonne, quien dirigió la monumental tesis doctoral de Maryelle y le brindó un apoyo continuado a lo largo de los años, nos aportó, desinteresadamente, su visión personal de la trayectoria profesional y vital de nuestra amiga. Lamentablemente, L. Pressouyre falleció en agosto de 2009, antes de que este homenaje a Maryelle Bertrand haya tomado su forma definitiva2. Ambos, profesor y discípula, quedarán asociados en nuestra memoria. A continuación, las distintas contribuciones vienen agrupadas en apartados sucesivos y complementarios (Los señores de la guerra; Los soportes materiales del discurso ideológico; Espacios de vida; Castillos y palacios; Cuevas naturales, cuevas artificiales y otros subterráneos; Intercambios, hombres y naturaleza). Patrice Cressier, Irene Montilla Torres, José Ramón Sánchez Viciana y Antonio Vallejo Triano

1 “In Memoriam. Maryelle Bertrand (1948-2007)”, Arqueología y territorio medieval, 15, 2008, pp. 9-12. 2 Véase una breve nota necrológica en Bulletin monumental, 2010 (II), pp. 131-132.

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INTERCAMBIOS, HOMBRES ...

COMERCIO MUDO / SILENT TRADE EN EL ISLAM

Pedro Chalmeta Gendrón

Resumen Definición de diversos tipos de silent trade, distinguiendo entre comercio mudo y commerce par dépôt / in absentia y sus requisitos. La Arabia pre-islámica conoció diversas formas residuales (prohibidas por la †aràca) de compra-venta sin palabras. Posteriormente, se dieron "intercambios económicos exteriores intersocietales" en las fronteras socio-culturales de la DÄr al-IslÄm. La forma extrema de comercio in absentia está documentada esencialmente en el África transahariana (oro) y los confines de las estepas rusas (pieles). La falta de contacto visual vendedor-comprador ha dado lugar a extrañas creencias acerca de la esencia del otro grupo. Se afirma que los intercambios se han efectuado con seres no-humanos: de naturaleza animal, espíritus, genios, demonios, fantasmas. Se documenta la existencia histórica del comercio mudo desde Herodoto "más allá de las Columnas de Hércules", pasando por Asia y América donde seguía funcionando en 2007. Palabras clave: Comercio mudo, mundo musulmán.

Abstract Several type of silent trade definition, making a clear distiction between silent trade itself and commerce par depot/in absentia and its requirements. Pre-islamic Arabia practiced different residual forms of wordless trade (all forbidden by †aràca). Later, "intersocietal foreign economical exchanges" existed within the DÄr al-IslÄm social and cultural borders. The most extreme in absentia trade form is basically documented in Africa, beyond Sahara desert (Gold), and in Russian steppe limits (furs). The absence of a seller-buyer visual contact has created strange ideas about the other group essence. It is asserted the changes had been made with non-human beings: animals, spirits, genies, demos, ghosts. It is documented the historical presence of silent trade since Herodoto "beyond Hercules Columns", through Asia and America, where it was still working in 2007. Keywords: Silent trade, Islamic world.

Universidad Complutense, Madrid. [ chalmetagendron@yahoo.es ]

CUADERNOS DE MADINAT AL-ZAHRA’ // 07. 2010. PP. 421-427. ISSN: 1139-9996 // INTERCAMBIOS, HOMBRES Y NATURALEZA

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PEDRO CHALMETA GENDRÓN

El trueque mudo, el silent trade / dumb barter / dépot trade anglosajón, la muÉÄyaba de las fuentes árabes, son términos cuya estricta aplicación debería reservarse al comercio in absentia, algo que es, por definición, siempre marginal1, una forma de intercambio de frontera, periférico, que se caracteriza por tener lugar fuera del “territorio” propio, en su linde2. Así mismo, escogía zonas consideradas “tierra de nadie” y, por tanto, neutral, donde no se corre peligro3. Se trata de evitar al máximo todo contacto, empezando por el visual4. Desconocimiento de la figura del Otro, que de ser invisible, llega a reputarse de naturaleza diferente (animal5, fantasmal6, demoníaca7). Es también, en términos etnográficos, un caso extremo en el que las buenas relaciones (entre grupos no emparentados) se mantienen gracias a… ¡eludir tener el más mínimo contacto! Una solución drástica diseñada para evitar se pueda dar pie a una reciprocidad negativa8. Es práctica que parece conoció la Arabia pre-islámica. Aunque no se haya conservado referencia a la forma primitiva de comercio in absentia, sí se conservó el recuerdo del uso de la variante atenuada de “comercio sin palabras”, “por señas / bil-iåÄra”. Modalidad de la que habrían perdurado algunos rastros hasta los albores del siglo VII. Formas residuales, cuyo impreciso recuerdo nos ha llegado precisamente porque la †aràca las menciona única y exclusivamente para declararlas ilícitas y por tanto vedadas. Se trata de la mulÄmasa / [venta] “al tacto” (Dëmat al-¶andal, al-†iÜr y al-üuÜÄr), munÄbaÇa / “al arrojado”, bayc al-ÜaãÄ / “[al tirar] la piedra”, hamhama / “por gruñido” (al-Muåaqqar) practicadas durante la ¶Ähiliyya, en las ferias de öaír al-YamÄma y al-Muåaqqar, donde los Árabes comerciaban con los Persas. Posteriormente, como resultado de la gran expansión musulmana, viajeros, marineros y mercaderes entrarán en contacto con pueblos periféricos. Éstos, a veces quizás con razón, especialmente en el África negra, pero también entre los habitantes de YërÄ, recelarán de sus intenciones (li-istàÜÄåihim wa áawfihim min alnÄs)9, practicando el comercio in absentia, evitando que comprador y vendedor se encuentren frente a frente (y precaviéndose ante cualquier acto hostil o

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posible apresamiento y cautiverio). Es el caso clásico narrado por Mascëdà, IsÜÄq b. al-öusayn, o YÄqët10 refiriéndose a Nubios y Abisinios: “Cuando los mercaderes llegan al río, redoblan grandes tambores para avisar a los indígenas. Éstos van completamente desnudos y viven en madrigueras subterráneas, de donde se niegan a salir en presencia de forasteros. Los mercaderes desembalan y extienden sus géneros, redoblan tambores y se alejan fuera de la vista. Los nativos llegan, colocan determinada cantidad de oro sobre la mercancía [deseada] y se alejan. Los mercade res regresan entonces y, si están de acuerdo con el precio, lo cogen, dejando el género. Caso de que el precio no les satisfaga, se retiran. Entonces los nativos regresan y o bien añaden más oro o retiran su puesta, dejando la mercancía y desaparecen. Es una forma de trato bien conocida en el Magrib, en la región de SiíilmÄsa, ciudad desde donde son exportadas las mercancías que habían sido depositadas a orillas del gran y ancho río donde vive aquel pueblo. En la zona más lejana del JurÄsÄn, en los confines del país de los Turcos, también hay un pueblo que comercia de esta forma, sin hablar ni dejarse ver. Éstos [Búlgaros del Volga] también viven a orillas de un gran río”. Relato que atestigua la pervivencia plurisecular de una forma de relaciones comerciales idénticas a las descritas por Herodoto11 relativas al comercio cartaginés con los pueblos situados más allá de las Columnas de Hércules, donde la única diferencia era que los marineros hacían señales de humo en vez de batir tambores. Situaciones idénticas a las descripciones posteriores de Theofrasto (372-287 a. C.) relativas a los Sabeos12, de Flavio Filostrato hablando de los Nubios13, de Plinio refiriéndose a los Chinos14, el Periplus Maris Erythrae (LXV) acerca de “la gran ciudad terrestre llamada Thina”, o Pomponio Mela acerca de la población del Himalaya15. En el siglo V, el viajero chino Fa-Hien describe el comercio con Ceilán, tierra “exclusivamente poblada por espíritus y nagas, con los que mercaderes de diversas regiones vienen para comerciar. Durante el trato los espíritus no se muestran. Se limitan a desplegar sus valiosos géneros con etiquetas indicando el precio. Los mercaderes compran de

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COMERCIO MUDO / SILENT TRADE EN EL ISLAM

acuerdo con el precio y se llevan los géneros”16. Cosmas Indicopleustes17, refiriéndose al comercio de Etiopia con los habitantes de Sasu, lo ‘explicaba’ diciendo “tal es la forma en que se llevan las transacciones con las gentes de aquella región, porque su lengua es distinta y es imposible encontrar traductores […]”18. Esa forma de adquirir el precioso metal transahariano, ahora a cambio de sal en vez de imprecisos géneros, seguirá activa por lo menos hasta mediados del siglo XIX. En 1455 el veneciano A. Ca da Mosto recogía que “beyond the river a singular traffic commences with another tribe of Negroes. When the first party reaches the water, they pile the salt in mounds, each making his own pile. They then retire half’s day journey to give place to the purchasers, who will not be seen or spoken to; these come in large boats as if from an island; they examine the salt, and put a quantity of gold by the side of it, and then retire, leaving the gold and the salt together. When they have left, the others return and take the gold, if they find it enough; if not, they again withdraw. The purchasers come back, take the salt for which the gold has been accepted, and leave more gold with the remainder [...]”19. En 1818-20, de acuerdo con el informador de G. F. Lyon’s, “[…] behind Timbuctoo, an invisible nation inhabit near this place [town of Battagoo], and are said to trade by night. Those who come to traffic for their gold, lay their merchandise in heaps, and retire. In the morning, they find a certain quantity of gold dust placed against every heap, which if they think sufficient, they leave the goods; if not, they let both remain until more of the precious ore is added. These traders in gold dust are by many supposed to be devils, who are very fond of red cloth, the favourite article of exchange. I cannot conceive Arabs to be the merchants, for assuredly they would, least of all people, refrain from stealing the gold thus temptingly placed in their view”20. Es de señalar que P. de Moraes Farias rechaza estos datos (tachándolos de relatos de segunda o tercera mano) y prefiere clasificarlos como de “broker system” y considera que los relatos posteriores son simples repeticiones del “stereotype of silent trade”, el cual no tendría más

base y origen que interesadas consejas para alejar posibles competidores21… Entre el siglo X y el XIV, diversos viajeros musulmanes (al-Marwazà22, Abë öÄmid al-óarnÄéà23, Ibn Baééëéa24), describirán idénticas formas para obtener pieles de zorro, marta cibelina, armiño, de los habitantes de YërÄ, la “Tierra de las Tinieblas” / arÅ al-ìulma (norte de Rusia). Partiendo de BulÉÄr y tras 40 días de viaje por la estepa, en trineos arrastrados por perros, “los mercaderes acampan en la linde de la Tierra de las Tinieblas, descargan los géneros que han traído y se vuelven a su campamento habitual. A la mañana siguiente, regresan para inspeccionar los fardos [que trajeron], encontrando al lado pieles de marta cibelina, petigrís y armiño. Si están conformes, cada uno coge las pieles depositadas junto a su mercancía. En caso contrario, las dejan allí y entonces, o la gente de la Tierra de las Tinieblas aumenta su puesta de pieles o bien las retira, dejando los géneros de los mercaderes. Ésta es su forma de compraventa y los [mercaderes] que han ido a aquellas tierras ignoran con quien comercian, y no saben si se trata de íinn-s o de hombres, porque nunca los han visto”. Otra zona donde se daba este tipo de intercambio era la periferia de la India25. En tiempos modernos, volvemos a encontrar este comercio in absentia entre los Chukchee siberianos en sus relaciones con los Eskimos26, los Bantus con los Pigmeos vecinos, los comerciantes costeros de Nueva Caledonia con las poblaciones del interior, los Chinos con los Malayos, Filipinos, etc.27. Era práctica todavía usada en 1894-95, ya que M. H. Kinsley28 la observó en Guinea. Eso sí, bajo la vigilancia de un fetiche que velaba por las mercancías… Todo lo relativo al “comercio mudo” musulmán medieval entra de lleno dentro de las características generales de ese silent trade. Se trata de una forma de “intercambio económico exterior intersocietal” y, en los casos que nos interesan, es un comercio a larga distancia entre mercaderes procedentes de sociedades/estados con pueblos/tribus. M. Sahlins ya señalaba que su objeto eran géneros “superfluos”, nunca de primera necesidad29. Cada parte se rige por su propia ética, pero el comercio era lo suficientemente importante para que ambas lo

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mantengan bajo forma de institución de una tierra de nadie, de isla de neutralidad. También se precisaba de “a customary trading place, the need of a cleared area to deposit goods in plain sight and then retreat safety, and conventional use so that a particular place acquired a reputation of trading place”30. Lo cual sería grosso modo también de aplicación a los aswÄq al-cArab pre-islámicos donde no se pueden negar diferencias en el nivel de evolución cultural entre Árabes y Sasánidas. El no ver al contrario facilitaba que se le crea nohumano: espíritus, demonios, íinn-s31. También ha habido quíen les ha tomado por aparecidos. Kumagusu Minakata recoge la mención de “mercados de fantasmas / Kwai-Shi” en diversas regiones de China32. Forma atenuada del comercio mudo es cuando existe contacto visual (with considerable mistrust) entre las partes; v. g. los indios Nomlaki33. En esta modalidad el recelo y desconfianza ya no son tan relevantes pero cada uno sigue desconociendo la lengua del otro. Un buen ejemplo puede ser el de “los moradores de Làí BÄlës / islas de la Sonda, entregando cocos, caña de azúcar, plátanos, vino de cocotero y ámbar a cambio del hierro de los marineros árabes, cerrando tratos por señas, de mano a mano, porque no entienden la lengua /

yatabÄya ën bil-iåÄra yadan bi-yadin iÇ kÄnë lÄ yafhamën al-luÉa” . Otro tanto recoge alMarwazà, “a la derecha de los Kimaks, hay tres c

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tribus adoradores del fuego y de las aguas, que comercian por señas, sin hablar”35. Una modalidad que, mutatis mutandis es de aplicación a los albores del comercio de los tramperos con los Indios de las llanuras y bosques norteamericanos, y con los Canadienses de la Bahía de Hudson, durante los siglos XVI-XVII. En el siglo XVIII, seguirá siendo el utilizado por los miembros de la tripulación que acompañaba a James Cook en su última navegación; hecho recogido puntualmente en el cuaderno de bitácora36. El comercio in absentia no es simple curiosidad, una rara reliquia etnográfica, algo extinguido y olvidado. Paradójicamente, se sigue utilizando en el 2007, y en el lugar menos esperado… ¡en los

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USA! donde una de sus modalidades contemporáneas es el “blueberry silent trade” practicado en la costa del estado de Maine. Los campesinos levantan tenderetes al borde de la carretera que cruza el páramo, ‘puestos’ que sirven de escaparate para cestillos llenos de fruta, el viajero se baja del coche, escoge un cestillo y deja un billete. El pago está exclusivamente ‘garantizado’ por el “honor system” ya que allí no hay nadie. Y, a mayor abundamiento, las modernas subastas por Internet mucho se parecen a una actualización / “puesta al día” de lo descrito por Mascëdà37… Formas que no han de ser confundidas con las maquinas expendedoras (de periódicos, billetes, bebidas, tabaco, preservativos, etc.) donde no impera la confianza y que requiere el previo pago antes de suministrar nada (suponiendo que no esté estropeada).

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PEDRO CHALMETA GENDRÓN

TRAJANO FILHO, W. (1990): “A troca silenciosa e o silencio dos conceitos”, Serie Antropologica, 107, pp. 2-32.

ouro, a qual chaman Toom, e os moradores desta provincia teem rostro e dentes como caes e rabos como de cam e sam negros e de esquiva conuersançam, que nam querem ver outros homees”. 6 Cf. infra. 7 Cf. infra.

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA DOLFSMA, W. (2008): “Silent trade and the supposed continuum beetween OIE and NIE”, Journal Economics Issues, jun. 2008, pdf. MINAKATA, K. (1971): “Mugonkoeki” (Silent trade)”, [Jinruigaku-zasshi, 32, 1917] reprint in Minakata Kumagusu Zenshu, III, Tokio, pp. 76-78. MORAES FARIAS, P. DE (1976): “Dumb barter in the Central Savanna of West Africa: fact or fiction? A historical and theoretical inquiry”, Paper presented at Seminar Ahmadu Bello. PRICE, J. (1967): “Conditions in the development of Silent Trade”, Kroeber Anthropological Society Papers, 36, pp. 67-79. PRICE, J. (1975): “Sharing: the integration of intimate economies”, Anthropologica, 17, pp. 3-27. SAHLINS, M. (1960): “Political power and the economy in primitive society”, in G. DOLE y R. CARNEIRO (eds.), Essais in the science of culture: Essais in honour of Leslie A. White, Nueva York, pp. 390-415. SAHLINS, M. (1965): “Exchange values and the diplomacy of primitive trade”, Proceedings of the 1965 Spring Meeting of the American Ethnological Society, pp. 95-129. SAHLINS, M. (1972): Âge de Pierre, âge d’abondance. L’économie des sociétés primitives, París.

8 SAHLINS 1969, p. 154: “[...] special and delicate institutional means of border exchange. The means sometimes look so preposterous as to be considered by ethnologists some sort of “game” the natives play, but their design manifestly immunizes an important economic interdependance against a fundamental social cleavage. Silent trade is a famous case in point – good relations are maintained by preventing any relations”. 9 AL-MARWAZ∞ 1942 [TabÄ’ic], IX, & 12. 10 AL-MAS πD∞ 1969 [Murëí], nº 370, 429, 1420; ISÆ®Q B. ALÆUSAYN 1929 [îkÄm al-maríÄn], 410, 453. C

11 HERODOTO 1976 [Historia], IV, 196. 12 THEOFRASTO 1988 [Historia plantarum], 9.4.5. 13 FLAVIO FILOSTRATO 1960 [Vita Apollonii], VI, 2 p. 136: “Al llegar a [Sukaminos], linde entre Egipto y Etiopia, en una encrucijada, encontró lingotes de oro, lino, marfil, raíces, mirra, especias sin nadie vigilándolos […]. Los Etíopes acostumbran traer sus géneros para vender, la otra parte se los lleva dejando en el lugar mercancías egipcias de igual valor, cambiando los géneros que necesitan por los que han traído”. 14 PLINIO 1989 [Historia naturalis], VI, c. XXIV: “ultra montes Hemodos/Himalaya Seras…nullo commercio linguae. Cetera eadem quae nostri negotiatores: fluminis ulteriore ripa merces positas iuxta venalia tolli ab iis si placeat permutatio”. 15 CHARLESWORTH 1938, pp. 107-108: “Beyond Tashkurgan the Chinese merchants met the agents of the Westerners, and laid on the river bank the raw silk, silk yarn, and silken garments which they exchanged for the precious stones, amber, and coral that the Romans brought. It is said that they were very honest in their dealings, withdrawing from the spot until the purchasers had made their choice: no word was exchanged during the whole transaction”. AMMIANO MARCELINO 1987 [Historia], XXIII, 68: “Cumque ad coemenda fila vel quaedam alia fluvium transierint advenae, nulla sermonum vice propositarum rerum pretia solis oculis aestimantur”. 16 FA-HIEN 1965, c. XXXVIII.

Notas 1 Cf su análisis conceptual en TRAJANO FILHO 1990. 2 Está siempre localizado fuera de la DÄr al-IslÄm, en el océano

Indico, al sur de los KimÄks, en YërÄ, más allá del Mar de la Tinieblas, pasado el Sahara, etc. En Japón dará lugar a “casas de medio camino” / nakayado sitas en puertos de montaña que separan comunidades campesinas del llano de los pobladores de las montañas: ver KURIMOTO 1980, p. 104. 3 Características que pervivirán en el sistema del “port of

trade”, acuñado y desarrollado por K. POLANYI (1963) y retomado ultimamente por J. MAUCOURANT y L. GRASLIN (2005), T. GALLAWAY (2005). Cf. asimismo R. ARNOLD (1957), A. CHAPMAN (1957), R. B. REVERE (1957) o A. LEEDS (1961). 4 P. de MORAES FARIAS (1974, p. 9) lo definía como requiriendo “a shared table of market and moral values, as well as (and in spite of) silence and mutual invisibility, where thus the trademarks of such exchanges”. 5 Duarte PACHECO PEREIRA, en su Esmeraldo de situ orbis, los calificaba de cara de perro (1954, p. 64) : “A 200 leguas del Reyno de Mandinga esta hua comarca de terra onde ha muito

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17 COSMAS INDICOPLEUSTES 1962 [Topographia Christiana], II, 51-2. 18 Algo que muchos “economistas” no pueden concebir (por empeñarse en equiparar el nacimiento de la economía con la obra de A. SMITH -1904-). “Les problèmes de coordination des comportements individuels [...] constituent des problèmes d’établissement de conventions, de significations partagées, entre individus participants à une interaction : échange ou troc. Dans ce cadre, un langage commun représente un pré-requis à la fois pour l’échange et pour l’établissement de telles conventions”: RENAULT 2003. 19 CA DA MOSTO 1821, pp. 148-149; relatos parecidos en Valentim FERNANDES (1938), Description de la côte occidentale de l’Afrique y Duarte PACHECO PEREIRA (1954), Esmeraldo de situ orbis. 20 IOBSON 1623, p. 128; BOVILL 1929-1930, pp. 32-33; ID. 1970, pp. 120, 123-124. 21 MORAES FARIAS 1974. 22 AL-MARWAZ∞ 1942 [TabÄ’ic], IX, &8, 12. 23 DUBLER 1953, &14.

CUADERNOS DE MADINAT AL-ZAHRA’ // 07. 2010. PP. 421-427. ISSN: 1139-9996 // INTERCAMBIOS, HOMBRES Y NATURALEZA


COMERCIO MUDO / SILENT TRADE EN EL ISLAM

24 IBN BA∂∂π∂A 1853-1859, t. II, p. 401.

25 AL-B∞RπN∞ [TÄràj al-Hind] p. 159; AL-MARWAZ∞ 1942 [TabÄ’ic], XV, &16; AL-QAZW∞N∞ 1858, t. I, p. 111; IBN WA≥∞F †®H 1898, 38, 44; cAíÄ’ib al-Hind 1883-1886, 168. 26 BOGORAS 1904, pp. 53, 95-96; M. SAHLINS 1969, p. 199. 27 Acerca de las múltiples regiones donde ha habido “comercio mudo”, ver GRIERSON (1903), BOVILL (1929-1930), NUMELIN (1945), pero contrástese con las críticas de G. GABOR (1977) y las de J. PRICE (1980). 28 KINSLEY 1964, pp. 210-211. 29 SAHLINS 1969, p. 173: “It would seem that common foodstuffs are likely to have an insulated ‘circuit of exchange’, separate from durables, particularly ‘wealth’ ”. 30 Cf. HEIDER 1969; PRICE 1980, pp. 91-93. 31 Cf. supra lo apuntado acerca de Ceilán, África negra, Tierra de las Tinieblas, China o Japón. 32 MINAKATA 1973 [reprint de 1904], III pp. 136-137: “The ‘Record of Annual Seasons’ [s. V] mentions a ghost’s market taking place at the western gate of Mu-Pan avenue, where in winter nights they used to be heard a ghost’s cries proffering dried faggots for sale The ‘Miscellany from Pan-Yu’ [s. XIII]

speaks of ghost’s markets on the coast of that district, where the parties meet at midnight and disperse at cockcrowing, and where many objects of curiosity ere procurable by men […]. These are instances of reciprocal trading carried on between man and ghost. And the emperor Chi-Hwang (221-210 B. C.) of the Tsin dynasty instituted an underground market, in which living men were forbidden to impose on the dead”. 33 W. GOLDSCHMIDT 1951, p. 338, apud SAHLINS 1969 p. 175: “When enemies meet they call to one another. If the settlement is friendly they approach closer and spread out their goods. One man would throw something in the middle, one man from the other side would throw in something for it and take the traded material back. They trade until one side has traded every thing”. 34 ANONYME 1948, pp. 18/17. 35 AL-MARWAZ∞ 1942 [TabÄ’ic], IX, &8. 36 COOK 1964 [King Log]: “On 20 January 1778, when the

Resolution and Discovery made their initial anchorage at Waimea, Kaua’i, a satisfactory traffic began almost instantaneously between the British and ordinary Hawaiians, both on shore and about the ships. The local people provided foodstuffs in return for iron goods, which they took avidly in any form or shape”. 37 Cf. supra nota 10.

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