1 minute read

SERGIO MANSILLA PÁGINA

SERGIO MANSILLA (1958)

ALLÁ LEJOS TE VEO VENIR

Advertisement

Allá lejos te veo venir como una llovizna que hace palidecer las azules colinas. Saco apresuradamente al patio mis árboles, mis hinojos, todos mis seres pequeños y pobres que pululan por doquier: libélulas, mariposas, cantáridas de siete colores, algas y avecillas. Me vacío entero como un balde con agua que se vuelca en el piso y me extiendo cuan amplio soy para recibir la miel que trae tu presencia.

No vaya a suceder que llegues y esté todo solitario y triste, todo cerrado, tapiado hasta las nubes, y el amor, como un niño mendigo, llore sin pan y se duerma en la mampara de cualquier casa tiritando abrazado a su perro. NUESTROS DESCENDIENTES

Quizás hallen en las viejas bibliotecas de ellos algún poema olvidado parecido a este. Algún periodista mal pagado tal vez escriba «Se halló un pergamino cuyas líneas inexplicablemente van y vienen como surcos de una siembra».

Y algún paleógrafo, sin mucha convicción, dirá: «Veré si puedo saber qué dicen estos caracteres/ arcaicos. Se ve que es un lenguaje primitivo, con palabras rudimentarias, onomatopeyas quizás que imitaban el canto de los pájaros o el sonido/ de los ríos».

Y no habrá a quién preguntarle. Solo estarán ahí las palabras mudas, incapaces de narrar la finitud de los cuerpos que ya se fueron.

Y las examinarán bajo lupas electrónicas, y analizarán la química de la tinta, y aplicarán algo más preciso que carbono 14 para calcular la edad de las manos que escribieron caracteres tan viejos como el sol.

This article is from: