Missa Defunctorum POR: MELBIN CERVANTES
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REQUIEM Missa defunctorum Melbin Cervantes
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INTROITUS
Dueño nuestro, amigo nuestro, concédeles el eterno descanso en tu regazo. Y la luz de tu rostro sea un faro perpetuo.
En Sion te alabamos, regocijados. En Jerusalén dones son sacrificados, para honra y gloria tuya.
Escucha mis plegarias, ante ti me postro. Hacia ti van las almas, no escondas de mí tu rostro.
Concédeles el descanso eterno. Bríndales la luz perpetua. Guíalos en el último invierno, para honra y gloria tuya.
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KYRIE ELEISON
Señor ten piedad. Cristo ten piedad.
Quién soy yo, mi Señor, para contemplar el amor resplandeciente en tu rostro. Amanece, y pienso en tu perdón.
Te ofendo. He pecado.
Voy hacia tus alas. Todas las mañanas me resguardas, te hayas cerca para perdonarme.
Cristo ten piedad de mis actos. Señor ten piedad de nosotros.
GRADUALE
Imponente Señor, resplandezca tu justicia para el íntegro de corazón. Que su alma reposada no vea la malicia de quienes olvidan la contrición.
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TRACTO
He aquí, el alma de los fieles, los cuales en el camino de la muerte han llegado hacia los umbrales de tu gracia. Señor absuelve, socorre, a quien sea pertinente. Permite que la luz eterna acaricie sus penas y evadan el vengador dictamen.
DIES IRAE (SEQUENTIA)
Día de la ira del señor; Será aquel día de dolor. Desechos como cenizas Estarán las almas condenadas. Como fue señalado por David y la Sibila, ante el jugo de la vid.
¡Incesante horror! ¡Cubrirá el postrer tiempo! Cuando el Juez y Señor 5
juzgue lo hecho en el cuerpo.
El santo sonido, será escuchado por los que duermen. Despertarán y seguirán el llamado de la trompeta del amén.
El ángel, la magnífica trompeta sonará; la mar a sus muertos entregará junto al hades y los montes, para que comparezcan ante el trono. Tanto el pobre como los reyes, todos oirán el majestuoso tono.
La creación y la muerte quedarán perplejas al mirar desde lejos andar al hombre de manera solerte hacia su juicio, llenos de vida estarán sus ojos y su boca pronta para responderte, oh Rey de los eternos cielos.
Será mostrado el libro que tiene todo consigo, para juzgar y dar castigo 6
a todo hombre impío.
Cuando el que juzga tome asiento lo oculto verá la luz de su rostro santo Y nada quedará indemne ante su juicio solemne.
Mas, qué podremos responder ante tal divino poder. A quién iremos por protección cuando el que justifica nos da condenación.
Soberano de gran sublimidad. Tú que salvas a la humanidad. Sálvame por tu gracia de piedad.
Recuerda Jesús tu clemencia y que por mí, fue tu sentencia entre las cruces de los ladrones. ¡No me pierdas, no me abandones! Rescátame en este día.
Procurando mi bienestar, caíste, mas no quisiste descansar. 7
Me libraste, sangrando en el madero. Fuiste un cordero llevada al matadero; que todo no sea un vano pesar.
Justo juez de venganza bríndame el don de la vergüenza. Para que mi corazón comprenda que realmente no merece nada. Empero por tu gracia, a mi alma resguarda; antes del día del juicio y la ceniza.
Vocifero como un cautivo; mi delito sonroja mi faz. Mi espíritu llora tal motivo, ruega por alcanzar tu paz. Remite, dueño mío, a éste altivo.
Tú, que absolviste a Magdalena y escuchaste la súplica del ladrón, Otórgale alivio a mi pena y esperanza a mi duro corazón.
Mis preces son profanas, 8
pero admiro tus benevolencias y confió que las perennes llamas no tocaran a mi salvada alma; a ti, oh, bondadoso doy las gracias.
Sitúame entre tu grey, separándome de los cabritos; colocándome a tu derecha, oh, mi rey.
Confunde a los malditos en el fuego de los tormentos. Llámame con los benditos, junto a los de tu pueblo.
Te pido arrodillado, con el corazón lacerado que respondas al llamado del hombre condenado.
En llanto se bañará el momento cuando resurja el hombre polvoriento hacia su justo juicio divino. Oh, Bendito Juez, el perdonar sólo a ti es licito. 9
Clemente creador, Viviente Mesías a nosotros ven; Misericordia ten nuevamente y danos el descanso ansiado, amén.
OFFERTORIUM
Señor, Jesucristo. Rey de gran majestad. Sálvame fuente de piedad del mortal hocico del león que ruge una tempestad.
Monarca mío, de bondad majestuosa. Tú que salvas de manera gratuita; Socórreme del abismo sin fondo. Socórreme del mísero mundo.
Te imploramos por las almas. Te oramos. Piadoso Señor, recuerda la promesa: Hazlas pasar de muerte a vida. Piadoso Señor, recuerda la promesa que le juraste a nuestro padre Abraham y a sus hijos. 10
Nosotros los hijos por la fe, te lo rogamos.
SANCTUS
Señor Dios de los Ejércitos. La tierra te rinde loor y los cielos reflejan tu gloria.
Santo espíritu. Reverenciado desde lo alto; Alabamos tu benevolencia.
Santo salvador. El que está por venir, el bendito. Ansiamos tu presencia.
Hosanna en las alturas. Santo, Santo, Santo, Rey de gloria. Hosanna en las alturas. Yahveh salva. Aleluya.
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AGNUS DEI
El manso hijo Fue otorgado como sacrificio.
Ofrenda agradable.
El hijo amado.
Inmolado por mí causa.
El cordero sacrificado.
Salvador de mi alma.
Dales el descanso afable a los limpios por tu sangre.
COMMUNIO
La claridad perpetua de tu salvación sea la guía de los justos. Clemente Soberano, ilumina con tu redención a los beatos. Descanso eterno, dónales a los que por tu gracia son santos. 12
LIBERA ME
Cuídame, Señor, del olvido, en aquel terrible momento, cuando se agite el universo. Cuando todo sea consumido por el fuego de tu juicio. Mi corazón se agita, mientras se acerca el día de tu ira. Día aquel, día de ira, de calamidad y miseria, día de gran tristeza. Dales, Señor, el descanso eterno, y brille ante sus ojos la luz perpetua.
IN PARADISUM
Al paraíso prometido nos lleven los ángeles eviternos, en el día de nuestra partida. Y nos reciban los santos hermanos, y nos lleven alegres a la Nueva Jerusalén. Oiremos el coro de los seres celestiales y juntos alabaremos al Señor, digno de todo sublime loor, y como Lázaro, gozaremos al mirar la hermosa faz del Dios Todopoderoso. Y tendremos el eterno descanso.
PIE IESU
Señor Jesús Piadoso, dame el descanso. Danos el descanso eterno. Amén.
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