El Circo de la Medianoche
Melvin Forty GarcĂa
Cuento Corto El Circo de la Medianoche
Eran las 12:15 de la mañana cuando percibí aquella melodía, una bella armonía de acordeones de circo que logró levantarme de la cama luego de varios días de desolación. A través de la ventana avisté las carpas de franjas blancas y negras que se ubicaban a tan solo algunos metros de mi habitación.
Aquel circo se aparecía solo una vez al año y sin previo aviso. Entreabrí la ventana y corrí hasta la entrada de la carpa como si volviera a ser niño. Esa era la primera vez en años que me atreví a atravesar la gran entrada de lona del circo de los sueños. Luego de recorrer un pasillo sin luz, la oscuridad se desintegraba con rayos del sol. Sin siquiera darme cuenta me encontraba disfrutando de un paisaje de primavera, donde malabaristas e ilusionistas desfilaban por el campo mientras que algunos cañones disparaban hombres bala por los aires. El cielo dibujaba globos aerostáticos donde los trapecistas se balanceaban y saltaban sin temor a caerse. Corrí por aquel paraíso observando ese espectáculo en las alturas y me tropecé con una ilusionista vestida de blanco con una hermosa máscara veneciana repleta de gemas aguamarinas. -Usted debería tener más cuidado por dónde camina. -dijo, ofreciéndome su mano enguantada para levantarme del suelo. -Pero no te preocupes has llegado en el momento indicado, pues eres parte del acto final. - precisó la mujer entregándome una camisa de fuerza. A mis espaldas yacía una pecera enorme, donde planeaban sumergirme frente a miles de espectadores que se reunieron para deleit1
Melvin Forty García arse con el gran final de aquella noche soleada. Luego de que me vistieran con aquella camisa de correas de cuero, la mujer acercó sus labios a mis oídos y me confesó el misterio. -El secreto está en esta pastilla, con tan solo ingerirla, jamás te ahogarás. Colocó la pastilla en mis labios y me observó fijamente. -No tengas miedo, aquí concluye el circo de los sueños. -aseguró. Al sumergirme en el agua, la pastilla lograba su efecto. Los cristales de la pecera se convertían en paredes acolchonadas blancas y me trasladé a la cama de mi habitación. La máscara veneciana de la mujer se convirtió en mascarilla de hospital y yo comprendí que había vuelto a la realidad.
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El Circo de la Medianoche El Circo de la Medianoche es un cuento corto en el que podemos entrar en la imaginaci贸n de una mente exc茅ntrica pero sobretodo especial.
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MELVIN FORTY GARCIA