16-6-2014
CASA
PLANTAR UN ÁRBOL, TENER UN HIJO Y ESCRIBIR UN LIBRO
| Melissa Encalada 2º “A”
Me gustar estar al lado del camino y pensar que la vida es un gran cuento, escrito por un gran Creador, este Creador sueña para nosotros aventuras, lugares exóticos, amores únicos; nosotros cual actores, solo debemos entregarnos a ese gran cuento y fluir. A veces el Creador complica la trama, nos pone situaciones extremas, me gusta pensar que todo tiene un sentido, un por qué. El arte trabaja con claros y oscuros, para que exista la luz se necesita la oscuridad, para valorar la alegría se necesita la tristeza. Nos cuesta aceptar las maravillas que el Creador nos regala, buscamos la felicidad, pero no creemos en ella, le miramos los dientes al caballo regalado e interferimos en el cuento. Hay que aceptar el rol que el Creador nos da en su cuento y ocuparlo, porque ese rol es el mejor para nosotros, y amigados con el cuento saber que avanzamos hacia un final feliz, el Creador ama los finales felices. Si nos entregamos al Creador y permitimos que cuente su cuento a través nuestro, nos llenará de maravillas, habrá cada día un final feliz, sólo nos pide a cambio que demos testimonio de su cuento, que dejemos un legado para los que vendrán y seguirán este cuento eterno. Plantar un árbol, tener un hijo, escribir un libro, se supone que son las cosas que todo hombre debe hacer, son legados, testimonio de nuestro paso por el cuento. Todos nacemos para algo y tenemos una misión en esta vida que vamos a descubrir con el paso del tiempo, nacemos únicos, importantes y hechos para amar y ser amados, para experimentar, sentir, imaginar, equivocarnos y siempre renacer. La vida es un completo aprendizaje y lo único que nunca debemos dejar de hacer es ser felices, la felicidad no es una cosa que está en un lugar y hay que ir a buscarla, la felicidad siempre está, en una charla, en un amigo, en una mirada o en una sonrisa, la felicidad es algo tan simple que a veces no nos damos cuenta que está.