Angula
M iaAngula Angula M iaAngula
MaríaAngula
MaríaAngula
Angula
Glosario Ají de librillo
Plato típico ecuatoriano preparado con estómago de rumiantes.
Carishina
Vocablo quichua sinónimo de machona, mujer que parece varón
Cuchicara Cuero de cerdo
Locro
Comida hecha con papas cortadas y otros alimentos, como sal, manteca y leche.
Puzún o pusún
Estómago de rumiantes; comida preparada con dicho estómago, en picadillo, que se mezcla con salsa y ají.
Seco de chivo Arroz con carne de cordero.
MarĂa Angula
era una niĂąa
alegre y vivaracha,
(hija un c da Cay )
Le encantaban los
chismes
y se divertĂa llevando cuentos
t sus i S p a em t los. P la ďšż ab la metepleitos, la lengua larga o la chismosa.
AsĂ,
MarĂa Angula
creciĂł 16 aĂąos
dedicada a fabricar lĂos con la vida de los vecinos,
y nunca se d empo p a ap
a g iz la cĐ°a y p p sabrosas comidas.
Cuando MarĂa Angula se casĂł,
empezaron sus problemas.
El primer día
Manuel, su marido, le pidió que preparara una sopa de pan con menudencias y
M ía Angula sabía como c la.
encendió
Quemándose las manos con la mecha de manteca y sebo,
el carbón y puso sobre él la olla sopera con un poco de agua,
sal y color, pero hasta ahí llegó:
¡ sabía qué más c !
María recordó entonces que en la casa vecina
vivía doña Mercedes,
UNA excelente cocinera, ... y sin pensarlo dos veces corrió hacia ella.
Vecinita, Âżusted sabe preparar la sopa de
pan con menudencias?
Cl o, Ăąa M Ăa:
VerĂĄ, se arrojan dos panes en una taza de leche, luego se los pone en el caldo, y antes de que ĂŠste hierva, se le aĂąaden las menudencias.
ÂżAsĂ mĂĄs se ce?
SĂ, vecina.
Ahh, si así no más se hace,
yo también
sabía.
(dijo María Angula)
Y diciendo esto, voló a la cocina para no olvidar la receta.
Al día sigui te,
como su esposo le había pedido un locro
de “cuchicara”, la historia se repitió. Doña Mercedes, sabe
p p el locro “cuchic a”?
Sí, vecina Y como la vez anterior, apenas su buena amiga
le dio todas las indicaciones,
M ía Angula excl ó:
Ahh, si así no más se hace,
yo también
sabía.
Y enseguida corrió a su casa para sazonarlo.
Como esto sucedĂa todas las maĂąanas, la seĂąora
Mercedes se puso
molesta.
M ía Angula siemp salía cо el m mo cu :
Ahh, si así no más se hace,
yo también
sabía.
Por eso, quiso darle una lección y, al otro día…
Doña Merceditas...
¿Qué se ce, señ a M ía? Nada, Michita, mi marido desea para la merienda un
caldo de tripas con puzún y yo...
eso es refĂĄcil, y antes de que MarĂa Angula la interrumpiese, continuĂł:
se va al ce ďšżev un cuchiďšżo afila DespuĂŠs espera que llegue el Ăşltimo
muerto del dĂa
y, sin que nadie la vea,
le saca las
tripas y el puzĂşn
En su casa, los lava y luego los cocina con agua, sal y cebollas
y, cuando el caldo haya hervido por unos diez minutos, ya estĂĄ.
Es el plato mĂĄs sabroso.
Ahh, dijo como siempre MarĂa Angulasi asĂ no mĂĄs se hace el caldo de tripas con “puzĂşnâ€?,
yo tambiĂŠn sabĂa. Y en un santiamĂŠn, estuvo en el cementerio esperando a que llegara el
muerto mĂĄs fresquito.
Cu el p teĂłn qu Ăł l , se dirigiĂł sigilos te cia la tumba cogida.
QuitĂł la tierra que cubrĂa al ataĂşd, levantĂł la tapa y‌
¥aà taba el sembl te pav o d u o!
Quiso huir, mĂĄs el mismo miedo la detuvo.
Temblorosa,
tomĂł el cuchillo y lo
clavĂł una, s,
tres
c
sobre el vientre del finado y con desesperaciĂłn le sacĂł sus tripas y “puzĂşnâ€?.
Entonces, corriendo regresĂł a su casa.
Luego de recobrar su calma, preparĂł esa merienda macabra que
su m i
comiĂł
l iĂŠ ose
los dedos
Esa misma noche,María Angula
despertó sobresaltada.
De prо , p lа ca rа, oyó el crujir u s pаos RETUMBANTES que subían pesadamente hacia su cuarto.
Pasó un minuto eterno de silencio, María Angula vio el resplandor fosforescente de un hombre fantasmal. Un grito cavernoso y prolongado la paralizó.
¡María Angula, vuél m tripа y mi puzún que te robaste de mi santa sepultura!
María Angula se incorporó horrorizada y,
cо el mi o salié o p los ojos,
contempló como la puerta se abría empujada por esa figura luminosa y descarnada.
Se quedó sin voz.
AhĂ, frente a ella, estaba el difunto que avanzaba
mostrĂĄ o su mueca rĂgida Y su vientre ahuecado
ÂĄMarĂa Angula, vuĂŠl m tripĐ° y mi puzĂşn que te robaste de mi santa sepultura!
Aterrada, para no verlo, se escondiĂł bajo las cobijas, pero en instantes
s Ăł que unĐ° m os frĂĐ° y hu udĐ°
la tomaban por sus piernas y la arrastraban, gritando:
ÂĄMarĂa Angula, vuĂŠl m tripĐ° y mi puzĂşn que te robaste de mi santa sepultura!
Cuando Manuel despertรณ,
no encontrรณ a su esposa, y aunque la buscรณ por todas partes, jamรกs supo de ella.
(FIN)
Versiรณn Jorge Renรกn de la Torre Leyenda ecuatoriana