El equipo de salud mental del CELS se constituyó en 1982, con un grupo de profesionales que trabajó durante la dictadura en tareas asistenciales con afectados directos de la represión. Su objetivo estuvo orientado al abordaje de las múltiples consecuencias del terrorismo de Estado en la salud mental individual y colectiva, entendiendo que la metodología de la tortura por parte del Estado represor incluyó la tortura psíquica además de la física.