(Educación emocional: el enfado)
Tito es un gatito blandito como un cojín y juguetón como un ratón. A Tito le encantaba hacer travesuras, y pasaba el tiempo persiguiendo por la casa a un cordón de zapato. -Te atraparé terrible serpiente –decía Tito valiente. Y mientras la atrapaba, los dientes y uñas enseñaba: -¡Grrr, miau, ñññ!, ya eres mía –muy contento decía. Después, el gato cansado, se iba a dormir al tejado. Pero un día, la serpiente de Tito desapareció y no volvió. El gatito se enfadó. Pero esta vez de verdad.
-¡Y ahora qué hago? Quiero jugar ahora mismo, si no me enfadaré muchísimo. Y eso pasó. Tito el gatito se enfadó tanto, tanto que parecía un león. Rugía y abría la boca como una pantera loca y además le salió una larga melena de león que asustaba un montón. El gato león salió rugiendo al jardín, y sólo encontró un calcetín. Tan enfadado estaba que se tiró a por él de cara. En medio de los rugidos, zarpazos y melenazos, Tito acabó atrapado, enfadado y en un calcetín encerrado. Después de un buen rato, cuando ya estaba tranquilo, Tito volvió a ser un gatito. Y el gato león por fin pudo salir del calcetín.
OBJETIVOS: Enseñarles a identificar el enfado en sí mismo/a y en los demás. Desarrollar destrezas y habilidades para afrontar nuevas situaciones de enfado. Hacerles ver que las emociones negativas les hacen daño a ellos mismos (el enfado, los celos, la indiferencia…). Enseñarles a convertir una emoción negativa en una positiva. Transmitirles pensamientos positivos: estamos mejor si no nos enfadamos por tonterías, si buscamos otra solución antes de recurrir al enfado.