Guia el tantra y sus modalidades

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EL TANTRA Y SUS MODALIDADES. INDICE A. QUÉ ES EL TANTRA?  ALGUNAS CARACTERISTICAS B. SEXO TÁNTRICO: POSTURAS  POSTURAS C. SEXO TÁNTRICO: EJERCICIOS  EJERCICIO I: LAS PLUMAS PRELIMINARES  EJERCICIO II : CARICIAS CON LAS YEMAS DE LOS DEDOS

QUÉ ES EL TANTRA? Por el Dr. Enrique de Rosa. En el tantra los amantes pueden conseguir una unión física y espiritual tan intensa que los orgasmos llegan a sentirse con todo el cuerpo. Es una de las vías y comparte muchos de sus principios con el yoga, a través

de

encuentros

prolongados

y

relajados, y siguiendo algunos rituales. El Tantra es el culto del éxtasis. Mediante el manejo de la energía sexual. El Tantra, que en sánscrito quiere decir "red" o "secreto", es un conjunto de textos y rituales religiosos esotéricos budistas e hindúes en los que el dios Siva explica la filosofía del ritual tántrico, que incluye la práctica del sexo consciente como camino para potenciar la sensibilidad humana y focalizar toda la energía en una satisfacción mutua.

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El tantra considera que la eyaculación es un derroche de energía, de allí una serie de técnicas ligadas a evitarlo y en muchos casos la difícil explicación en occidente por relacionar eyaculación con goce.

ALGUNAS CARACTERÍSTICAS 1. La abstinencia El primer paso para practicar sexo tántrico es no practicar el sexo. La práctica más ortodoxa recomienda hacer el amor una sola vez al mes para "acumular energía sexual". Otra opción es dejar pasar unos cuantos días, para que aumente el deseo. En parejas que perdieron el interés, esta "abstinencia" logra increíbles resultados. 2. Erotizar el ambiente: templo del amor. Ilumine el ambiente con velas blancas y perfumadas, coloca flores frescas en jarrones y ten a mano aceites y bálsamos para los masajes. También, escoge una música suave que favorezca la relajación y prepara una bandeja con fruta y agua, para los momentos de "descanso". Antes de iniciar la sesión, apagar el timbre del teléfono o directamente desconéctalo, y asegúrate de que nada vaya a interrumpirte. 3. Manejo de la respiración. En el Tantra, las palabras sobran imaginaremos no compartir otro lenguaje que el de los cuerpos sin conocer la lengua del otro, el ritmo lo lleva la respiración. Siéntate frente a frente con tu pareja y comienza a respirar en forma pausada y sincronizada con él. Cuando tu exhalas, él inhalará; la idea es que él respire de tu aire y tú del suyo. Cierra los ojos y siente cómo el aire recorre todo tu cuerpo. De a poco, los pensamientos irán desapareciendo y entrarás en estado de meditación. 4. El momento de las caricias. Toma algún aceite y masajea a tu pareja con movimientos lentos y suaves. Primero, circulares y luego, de arriba hacia abajo, explorando todo el cuerpo. Haz que tus dedos busquen tu propio placer. Eso sí, absténganse de los pechos y los genitales. ¡Se reservan para lo último!

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Acaríciense durante quince minutos, luego hagan un descanso y vuelvan a la carga. 5. El beso del deseo. Recuéstense uno junto al otro, mírense a los ojos y bésense sin tocarse. Sigan el ritmo de la respiración. 6. Cada vez más próximos. Míralo fijamente y besa su piel. Recorre su cuerpo con tus besos y deja que él también lo haga. Recuéstate de espaldas y permítele que acaricie tus pechos. Déjate llevar por las sensaciones sin apresurarte. Recorre toda la longitud del pene y deja que él acaricie tu vulva con suavidad y dulzura. 7. Penetración tántrica. Descansen nuevamente, sigan respirando en forma pausada, y prepárense para una penetración completamente distinta a la conocida. Para la disciplina tántrica, el hombre no hace el amor a la mujer sino que son dos universos que se conectan y abren paso. El ritual tántrico toma a la penetración como un paso más del acercamiento de los cuerpos, no como una meta, por eso en la primera etapa la penetración debe ser estática. El pene se queda inmóvil dentro de la vagina, mientras la pareja continúa acariciándose suavemente. Al cabo de un rato, comenzarás a notar cómo tu vagina se relaja por completo y comienza a moverse rítmicamente por sí misma. Por su parte, el pene también tiene su propia autonomía y se mueve, como absorbido por la vagina. Este paso dura por lo menos 30 minutos. 8. Posponiendo el orgasmo. Si la erección es muy fuerte y se acerca la eyaculación, vuelve a los ejercicios de respiración y a las caricias suaves. También, el hombre puede apretar con dos dedos la zona del perineo, que queda entre el escroto y el ano, para evitar la eyaculación. Después de dos o tres horas de caricias tántricas, tu cuerpo y el de tu pareja estarán sumidos en el punto más alto de excitación y sentirán que forman un solo cuerpo. Así, dejándose llevar por las sensaciones placenteras, podrán encarar finalmente el

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coito, siempre lenta y suavemente, hasta que se produzca el orgasmo y éste los llene de placer, de los dedos de los pies hasta la punta de la cabeza.

SEXO TÁNTRICO: POSTURAS Tomaremos un poco de aceite de oliva, lo mezclaremos con unas gotas de esencia de menta y gardenia, y con él procederemos a dar un masaje por todo el cuerpo del amante. Él, a su vez, hará lo mismo. El sexo Tántrico persigue prolongar la excitación sexual. Las caricias tántricas van seguidas de un coito lento que se describe paso a paso en el artículo. El Pene penetra en la Vagina sólo unos centímetros, permanece en ella un minuto, se retira y descansa en la cavidad clitorial otro minuto y vuelve a entrar. En los minutos de descanso, el Pene espera primero en la parte exterior de la Vulva, después espera dentro de ella. 1. POSTURA LATERAL: El coito prolongado resulta más fácil si están tumbados de lado uno frente al otro. Ella está tumbada con una pierna entre las de

él

y

la

otra

sobre

él.

Descanse parcialmente sobre la espalda, con su compañera un poco de frente. Pase un brazo por debajo de ella, acercándola a usted. 2. POSTURA DEL MISIONERO: El uso de esta postura versátil sirve para facilitar el coito prolongado. La ventaja de la postura del misionero es que él se puede elevar un poco hacia un lado para que una de sus manos pueda llegar a los testículos y tirar de ellos hacia abajo, en caso de necesitar controlar un orgasmo inminente. 3. ROTACIÓN DE CADERAS FEMENINA: Esta técnica está pensada para provocar el orgasmo en cuanto los dos estén preparados. Tumbada sobre la espalda, ella tensa las nalgas y eleva y gira las caderas mientras empuja hacia arriba, apretando los músculos vaginales en los movimientos descendentes.

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4. ROTACIÓN DE CADERAS MASCULINA: Es la misma técnica que la rotación de caderas femenina, sólo que esta vez es el hombre quién está tumbado boca arriba y aprieta los músculos de las nalgas mientras levanta las caderas y las mueve en círculos. La mujer experimenta una sensación en espiral

muy

excitante.

Los movimientos lentos y fluidos del coito Tántrico hacen que ella saboreé las sensaciones sin distracción. 5. PENETRACIÓN POR DETRÁS: La ventaja de que el hombre penetre a la mujer por detrás es que puede llegar fácilmente al clítoris para estimularla con los dedos hasta el orgasmo. La proximidad de él a los músculos anales de ella significa que cuando ella llegue al clímax, el Pene se verá especialmente afectado por la fuerza de las contracciones orgásmicas de ella.

SEXO TÁNTRICO: EJERCICIOS Los ejercicios siguientes nos introducen en el arte del tacto erótico a la vez que restituyen a éste su adecuada categoría dentro de nuestra vida sensual y emocional. 5


Muchos de nosotros nos hemos visto privados en la infancia del bienestar que produce sentirse acariciado, estrechado, abrazado. Puesto que el abrazo se suele considerar más como un preludio del acto amoroso que como un acto de ternura en sí mismo, existe la tendencia -sobre todo en las mujeres- a entablar una relación sexual cuando en realidad lo que se desea es ser abrazado y acariciado.

Ejercicio I : LAS PLUMAS Preliminares Una vez preparados con los rituales previos, sentiremos la emoción .de encontrarnos con nuestra pareja. Reservaremos unos noventa minutos pata los ejercicios de las plumas, las caricias con las yemas de los dedos, deslizamiento y resbalamiento, que se suceden uno al otro de una forma natural. También es posible que deseemos practicarlo durante un período de tiempo más largo. Necesitaremos unas plumas largas, delicadas -las mejores son las de pavo real- que nos permitan experimentar la calidad del tacto y ser acariciados con suma delicadeza. Esto constituirá un antídoto contra el tacto brusco y poco sensible de la vida ajetreada. Nos hará falta, asimismo, un buen aceite de oliva o, si se prefiere, otro tipo aceite de masaje espeso. Pondremos música suave, sensual. Decidiremos de antemano quién será el partenaire activo y quién el receptivo. El A será el activo y el B el receptivo. El activo deberá ir vestido con ropa ligera, el receptivo, desnudo. Procuraremos que la habitación esté suficientemente caldeada. El hombre entrará en el entorno sagrado primero, concentrado en el Siva que lleva dentro, su gracia interior. Pondrá música acogedora y se sentad en postura de contemplación reposada esperando a la amante.

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La mujer se centrará en la Sakti que lleva dentro, su gracia interior, y entrará en el entorno sagrado cuando oiga la música que el amante ha puesto. Nos miraremos el uno al otro con renovado aprecio. Ha llegado el momento de olvidar los recelos mutuos, desechar las preocupaciones pasadas Y futuras, y afirmar una tregua absoluta en homenaje a nuestros cuerpos. Es preciso recordar las tres claves -respiración profunda, movimiento y expresión- a lo largo de todo un ejercicio. Comenzaremos con una salutación sincera seguida de un abrazo de fusión. El partenaire A ayuda a tumbarse al B con gran delicadeza. El partenaire B cierta los ojos. El partenaire A comienza a acariciar lentamente cada parte del cuerpo de B con la pluma; empezará alrededor de los hombros y cuello y descenderá suavemente, de forma sensual, a lo largo del cuerpo, para finalizar con la cabeza. El partenaire A no debe olvidar la respiración profunda

al

acariciar

y

rozar

con

la

pluma,

transmitiendo de forma consciente la energía de su corazón -los cuidados, el aprecio, el amor-para que fluya a través del brazo hasta el tacto de la pluma. Las caricias deben rozar solamente la superficie de la piel del partenaire B. Cuanto más sutil sea el roce, mayor será la carga de energía, la emoción. El partenaire B expresa sus sensaciones por medio de suspiros y sonidos que reflejan lo que su cuerpo está viviendo. Mueve lenta y sensualmente el cuerpo, apreciando la caricia, girándose de forma que la pluma le llegue a todas las partes del cuerpo. Al terminar, cambiaremos los papeles. El juego de la pluma puede convertirse en una delicia que produce escalofríos en la piel y en el espíritu. Este roce por

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todo el cuerpo produce, inevitablemente, la sonrisa y la risa de ambos. Puede acentuarse el efecto lúdico rozando zonas inesperadas y muy sensibles -los lóbulos de las orejas, la parte interior de los codos, las muñecas, las manos, los tobillos, la parte interior de los muslos-, rompiendo la secuencia de forma inesperada.

Ejercicio II : CARICIAS CON LAS YEMAS DE LOS DEDOS Todo el cuerpo puede ser erógeno, y ello es especialmente cierto por lo que se refiere a las yemas de los dedos. En acupuntura, los meridianos que transmiten energía en todo el cuerpo acaban en las yemas de los dedos, por ello son capaces de difundir energía de otras partes del cuerpo de forma precisa. El partenaire A se frota enérgicamente las palmas de las manos para crear calor y energía. Con la yema del dedo, a modo de pluma de pavo real, rozará suavemente todo el cuerpo de B. El roce será muy sutil, prácticamente sin tocar la piel. Si le apetece, dibujará pequeños círculos y trazos en la superficie de la piel. Esto puede generar una energía palpable que el receptor notará como una efervescencia en la piel. Si el partenaire B no siente nada, el otro intentará unas caricias más largas y profundas, seguidas por otras suaves y, finalmente, volverá al roce con la yema del dedo. La yema del dedo danzará al ritmo de la respuesta del amante y, poco a poco, el cuerpo del partenaire B irá adquiriendo fulgor con el hormigueo de la excitación. Tocaremos todas las partes eróticas del cuerpo, las corrientes y las inusuales: detrás de las orejas, los párpados, encima y debajo de los ojos, los labios, el interior de los codos, las muñecas, las palmas de las manos, alrededor y encima de los pezones, el ombligo, la zona púbica, el interior de los muslos, detrás de las rodillas, la parte interior de los tobillos, debajo de los pies, y otras partes especiales que iremos descubriendo poco a poco.

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Cuando hayamos colmado el cuerpo de caricias, nos situaremos de pie sobre el amante, con una pierna a cada lado de la cintura, mirándole a la cara; nos inclinaremos hacia abajo y con ambas manos le frotaremos vigorosamente el cuerpo partiendo del ombligo, hacia el pecho, los hombros y brazos, con un movimiento uniforme y fluido, inspirando y espirando al hacerlo. Repetiremos el movimiento tres o cuatro veces a fin de interconectar todas las zonas de la parte superior del cuerpo. Daremos un par de pasos hacia atrás. Nos situaremos con las piernas abiertas a la altura de las piernas del amante y realizaremos los mismos movimientos de frotación, empezando por el ombligo y descendiendo hacia la pelvis, los muslos, piernas y pies. Dejaremos descansar unos minutos a B y luego acabaremos el ejercicio con un abrazo de fusión. Nos sentaremos frente a frente. El partenaire B explicará al A en qué momentos ha disfrutado más de sus caricias con las yemas de los dedos. Al finalizar la conversación cambiaremos los papeles. Al hacer el amor, a menudo la gente no expresa todos sus deseos, sobre todo por lo que se refiere a las partes del cuerpo que desea que le acaricien, por ello es importante aprovechar la conversación en este ejercicio como oportunidad para explicar al amante lo que a uno le gusta. En las caricias con las yemas de los dedos, el partenaire activo debe estar alerta para no perderse en el otro, olvidando sus propias sensaciones corporales, ya que esto le cansaría. Al acariciar, no hay que olvidar la respiración profunda y mantenerse en una postura cómoda para no agotar la energía.

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