Manos que guian el camino para conectar con la energia kihanddo

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Ki Manos que guian el camino Hand para conectar con la energia Do

Michael Contreras CortĂŠs



Manos que guian el camino para conectar con la energia Michael Contreras CortĂŠs


Parte de esta información fue extraida de los siguientes libros: Transformación en la convivencia, Humberto Maturana, J.C.Sáez Editor Tao Te King, Lao Tse, Gaston Soublette, Editorial cuatro vientos El manual de Chakras,Anna Voigt,Editorial Panamericana El arte de amar, Erich Fromm, Editorial Paidos Esta obra se terminó de imprimir en Valparaíso Primera edición Octubre 2013 hola@michaelcontrerascortes.com

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Ki Manos que guian el camino Hand Do

para conectar con la energia

DISEÑO &

PRODUCCI

ÓN

Michael Contreras Cortés



“Quien no conoce nada, no ama nada. Quien no conoce, no puede hacer. Quien comprende, también ama, observa, ve… cuanto mayor es el conocimiento, más grande es el amor.” Paracelso.



No me gusta la violencia, ni física, ni verbal, ni discursiva, ni los actos tramposos maliciosos que buscan sólo la ganancia personal, ni tampoco el concepto de competencia, ni oponente ni enemigo. Todo aquello es una construcción social y emocional originada en el desequilibrio del orden natural del ser humano. Las artes marciales nacen y se construyen por la exploración del movimiento de la naturaleza, animales, y las capacidades humanas de adaptación creativa del cuerpo, mente,emosión, espíritu o conciencia. De esta forma, a través del tiempo llegó hasta mí, con todas las modificaciones personales que cada maestro, por centenares de años, en sus diferentes estados de conciencia, matizaron en diferentes variantes y distintas energías este arte. Las técnicas, la orientación ideológica o espiritual, el foco y la energía puesta es diversa, pero la esencia original se vislumbra en la estela que dejan las palabras del Sensei cada vez que evoca el deseo de que “ojalá nunca tengamos que vivir una pelea real” pues la verdadera pelea y lucha, es interna y es ese combate donde ponemos a prueba lo aprendido en la cotidianeidad de la vida.



La bondad suprema es como el agua. La virtud del agua es la de beneficiar a todos sin distinciones y permanecer en los lugares bajos de la tierra. Actuando asĂ­ es la imagen del Tao. Por eso el Sabio Para su morada ama la tierra en su pensamiento es profundo en el don procede con amor en su palabra se atiene a la verdad en el gobierno busca la paz en sus quehaceres procede con habilidad en sus actos busca oportunidad y porque no rivaliza con nadie estĂĄ siempre libre de todo reproche. Lao Tse



El sentido para mí

El sentido del KiHandDo, va más allá de las técnicas de combate, de la lucha, de las formas y katas, de la manera de practicarlo, va más allá, por la manera de sentir las enseñanzas que el Sensei nos aporta a cada uno de nosotros, porque se respeta la íntegra individualidad de cada alumno permitiendo la exploración personal. Es un sistema que no ostenta orgullo restrictivo, ni fuerza impositiva que oprima con violencia en un intento de homogenización con poder. Su fuerza radica en la flexibilidad y la unión, en la legitimación del otro, entendiendo al otro como ser individual, con características propias y únicas; y la capacidad adaptativa y práctica orientada a la prevención entendiendo ésta como conciencia de sí mismo y del entorno. El sistema es el lugar de encuentro de las diversas técnicas y motivaciones, de diferentes estilos y sistemas marciales, que busca el profundo camino del auto conocimiento.



El sello personal

El KiHandDo tiene el sello personal del Sensei Luis en base a los sistemas tradicionales japoneses, norteamericano y brasileño. Es un sistema abierto y muy flexible que permite la sutil adaptación personal de quien lo aprende y a su vez la adaptación del sistema a las características personales de cada persona que lo práctica. Tal como es la fluidez del agua que sin perder su esencia se adapta al contenedor que la contiene. El particular espíritu que trae su esencia se vive en el respeto placentero de colaboración entre los alumnos, donde los más pequeños aprenden en el placer de ser y sentir, donde no sólo el aprendizaje técnico se entrena cada día, sino también el aprendizaje que las narraciones personales del Sensei que contienen siempre una enseñanza. Este espíritu permite que los alumnos construyan su propio aprender del KiHandDo avanzando al propio ritmo hacia la conciencia del ser, un ser más atento, que se va revelando con el tiempo No todas las clases son iguales, ni todos los maes-


tros son los mismos, tampoco cada día es igual, pero el contenido del sistema no cambia, sólo se expande, crece en conocimientos y quizás nunca termine de abrir nuevas conexiones porque invita a que el aprendizaje incorpore el sello personal. Es mucho el tiempo que he vivido experimentando el entrenamiento directo del Sensei Luis para comprender que tal sello personal corresponde a la raíz del sentido de las artes marciales y de su propio sentido de respeto por lo humano, por su afecto expansivo que comparte con todos y el trabajo laborioso personal que entrega a cada uno, como si de un jardín se tratara, cultivando, conociendo y guiando el crecimiento de las diferentes semillas de un bosque que tarde o temprano se expandirá, con su sello personal por muchos rincones de esta tierra.


El sistema KiHandDo

El término < Ki – Hand – Do > significa, en el sentido más próximo a las enseñanzas de la escuela, “el uso y diversidad que tiene la mano”, sin embargo, considero que su significado encierra en sí mismo un profundo sentido que trasciende la vida. De las tres palabras que forman el nombre, dos de ellas (Ki –Do) tienen su origen en las raíces japonesas del Kárate por las que el maestro comenzó su camino de aprendizaje mientras que “Hand (mano)”, proviene del inglés, haciendo un guiño al sistema norteamericano que complementó su formación y la de alguno de sus alumnos antes de la creación del propio sistema. Así podemos leer en su sentido más literal cada palabra como una pista del carácter propio y de ofrenda hacia los sistemas marciales, creencias y sentidos que el maestro adquirió en más de 30 años de práctica.. De esta manera podemos desglosar el nombre en: Ki: Es energía vital, la energía que fluye en la vida. Hand: Mano, que tiene más posibilidades de usos que cualquier otra parte del cuerpo, y Do: Camino, por el cual transitamos en la vida.


En mi camino personal por cerca de 15 años, aprendiendo del maestro, pasé por los diferentes grados representados en cinturones, dándome cuenta de las transformaciones que esto traía. Así cada palabra ha crecido en significados, llegando a entender la amplitud y profundidad de las enseñanzas. Es desde aquí que el nombre adquiere diferentes acercamientos que amplían mi manera de mirar su significado, pistas que podría interpretar como: 1) Manos que guían el camino para conectar con la energía. 2)El camino hacia la energía interior por medio de las manos. 3) La energía de las manos, nos muestran el camino.


KI

EL Ki ha existido en diversas culturas con diferentes nombres por miles de años. Para los chinos ha sido llamado Ch’i (viento), es la energía emocional y esencial. También es la base de técnicas tradicionales chinas como la acupuntura, el Reiki, el Shiatsu el Tai chi o Qi gong. Los videntes dicen que pueden verlo rodeando a las cosas vivientes en forma de aura, mientras que para los Sufís significa Baraka (gracia o bendición) energía que proviene de Alá. En la India se le llama PRANA que es la energía de la fuerza vital sin la cual el cuerpo no podría funcionar. Mantiene la vida, la forma material y la conciencia. Todos los sistemas que conscientemente trabajan con el Prana o ki, se concentran en cultivar un flujo saludable de energía vital. El mayor objetivo de todos estos senderos de energia es alcanzar la unión con el ser mismo. Mientras que Kundalini es la energía o poder espiritual que se encuentra dormida en los seres humanos y que por medio de prácticas como el yoga


se despierta usando como canal los Chakras. Un fenómeno análogo a la experiencia Kundalini es reconocido en todas las tradiciones shamánicas y senderos místicos y en casi todas las religiones del mundo. Todas éstas reconocen el significado Kundalini como la clave para la adivinación o espiritualización del ser humano. Un sendero para la iluminación, liberación o realización propia. Esta energía es representada con la imagen de la serpiente que gira en espiral subiendo y activando cada chakra. Esta imagen me resulta análoga a la imagen del dragón en las artes marciales, pues ambas cuando culminan su viaje abren la conciencia. Para nosotros se materializa en el Kimé, que significa “Decisión”, que concentra y materializa la energía y que se manifiesta con el grito KIAI (grito del interior que sale desde el estómago potenciando la fuerza), y que se experimenta como la energía física que alienta a dar el último esfuerzo con motivación y perseverancia.


¿Pero de donde viene la energía? en definitiva esa energía vital es la que moviliza todo el cuerpo, la mente y el espíritu. Esta energía la encontramos en toda la naturaleza manifestada en el movimiento, de todo lo que nos rodea, de nosotros mismos como sistemas, nada en nosotros está quieto, desde el corazón como fuente y núcleo de vida, de pulsos y corrientes sanguíneas. Está probado que el corazón tiene su campo magnético al igual que la tierra con sus polos. Es así como podemos hacer la analogía con la física donde esta energía en forma toroidal, como un ovillo de lana, de donde un extremo sale la energía y por el otro entra. El movimiento ying-yang oriental es similar al espiral del ADN, al movimiento de un remolino, al de una planta en su crecimiento, el de un caracol y hasta en el de las galaxias. Esta energía como dualidad esta en mucho mitos de la creación del mundo, pues los dioses de diferentes culturas han hecho uso de su fuerza destructiva del


odio, la rabia y la energía creadora del amor. Desde estas energías movilizadoras, en las artes marciales por ejemplo, aparece la relación del tigre y el dragón representando estados de diferentes fuerzas, uno de la impulsividad agresiva y destructiva y el otro de la conciencia. Desde la perspectiva del Psiquiatra y maestro espiritual Claudio Naranjo, encontramos estas similitudes creadoras y destructivas como movilizadoras de la vida en la pasión y en la virtud de los seres humanos que emprenden un camino de autoconocimiento desde uno al otro, por medio del amor. Y es que el amor, fuera de su sentido cultural cliché, fuera de la cursilería, Erich Fromm nos dice,”el amor es una actitud, una orientación del carácter que determina el tipo de relación de una persona con el mundo como totalidad, no con un objeto amoroso.” Esta energía expansiva y creadora es el origen de nuestra especie humana.




HAND

Hand, Palabra utilizada del inglés, que significa “MANO”, tiene un sentido muy grande y amplio que nos permite imaginar y recordar muchas sensaciones y emociones, pues son las manos las que tienen la dualidad más presente de crear y destruir, de matar o curar, de violentar o acariciar, silenciar o comunicar, de rechazar o ayudar. La mano es la más sensible a la percepción del calor, al dolor y al tacto, y también la que nos protege. Desde hace miles de años podemos ver la potencia simbólica de las manos como signo de lo humano y que nos dio el éxito como especie, desde las cavernas primitivas a símbolos de la lucha social. Las manos encarnan la eficacia, la laboriosidad, la adaptación, la inventiva, la autoexpresión y la voluntad de alcanzar fines creativos. En lo espiritual, las manos son las que bendicen y con las que se forman los Mudras, movimientos que se usa en el budismo e hinduismo para la meditación y el yoga. Y tal como los mudras nosotros las usamos


en posiciones que nos permitan proteger, chequear y golpear con diferentes zonas. Desde esta espiritualidad practicada en oriente conocemos que mueven la energía por medio te técnicas como el Tai-chi, y también que curan como es el caso del Shiatsu que presiona partes del cuerpo para movilizar la energía. Pero si nos desvinculamos un poco del sentido literal y simbólico de la palabra, nos damos cuenta que es la manifestación de algo más importante como lo es el cuerpo, en su integridad completa y física, transformándose aquí en el embajador de todo el ser, ¿no mostramos las manos vacías como testimonio de la limpieza, honestidad y justicia, al igual que si fuera el cuerpo al desnudo? El cuerpo que constantemente cuidamos fortaleciéndolo, es el escudo natural que cuida y conserva la vida y es también el mediador de las emociones que compartimos con los otros. El cuerpo es el telón donde se exterioriza la salud y preocupación por nosotros mismos, reflejo de cómo


cuidamos tambiĂŠn a los demĂĄs, nuestra vitrina de amor propio que muestra que tan cerca o lejos estamos de nosotros mismos.



DO

Do en el idioma japonés es “CAMINO” y en el inglés un auxiliar de “Hacer”, ambos nos sugieren una acción, un movimiento proyectado hacia adelante en una invitación de vivir la constante construcción del presente. Pero también es una invitación hacia el recorrido por el camino ya presente en nuestra vida en la acción continua hacia el interior, como un mantra que nos acompaña para explorar las profundidades del ser y el abrir de la conciencia, tal cual al chakra de la corona, el último, al igual que la nota musical “DO” que da inicio y cierre, vida y muerte, pero que siempre regresa al origen, al sí mismo, como la acción del cinturón que rodea la cintura pero subiendo como una espiral. En este sentido, las enseñanzas de la escuela no terminan nunca, como nos dice el lema “que tu pensar no limite tu saber” es como permitimos adquirir nuevos conocimientos que podemos incorporar a nuestro DO para hacer y caminar siempre subiendo en la espiral de la vida.


Subiendo recorremos el camino hacia la toma de conciencia de nosotros mismos, de lo que sabemos como artistas marciales, del control de nuestra fuerza, del pensamiento reflexivo, del dragón sobre el tigre; como muchas veces nos ha aconsejado el Sensei , evitar involucrarse en peleas, medir las consecuencias y resolver en la “no acción” como lo denomina Lao Tsu. La fuerza no es física, es de actitud, de plena conciencia de sí mismo y del otro, es comprender su intención, comprender mi camino, que no termina en la violencia, así como el agua fluye en la pendiente y rodea a la roca que no puede atravesar, tal es la enseñanza del maestro ante el oponente. La vida real, el camino real, el de las pruebas constantes, la arena de la verdadera lucha y no para vencer, ganar o competir, sino para crecer.




Quien conoce a los hombres es sabio quien se conoce a sĂ­ mismo es iluminado. Quien vence a los hombres es fuerte quien se vence a sĂ­ mismo es mĂĄs fuerte. Quien sabe bastarse es rico. Quien es decidido tiene voluntad. Quien no pierde su centro resiste. Morir y no perecer, tal es la verdadera longevidad. Lao Tse



Aprender

en amistad, respeto y aceptación

La enseñanza que obtenemos del Sensei Luis, siempre se dirige de una manera no agresiva, apelando a la acción por propia conciencia, a una práctica centrada en el cuidado del otro, esa manera de proyectar el conocimiento, surge a mi parecer, desde el afecto, del respeto por el otro. Me permito transcribir al respecto, lo que Humberto Maturana menciona sobre enseñar con amor. “Agresión, es el dominio de aquellas conductas relacionales a través de las cuales otro es negado como legitimo otro en coexistencia con uno mismo. Nosotros, los seres humanos, pertenecemos a una historia evolutiva definida por un modo de vida centrado en el amor, no en la agresión, a tal punto que enfermamos a cualquier edad cuando se nos priva de amor. En el niño, la enfermedad por privación de amor, acarrea por resultado una interferencia seria con el crecimiento de él o de ella como ser humano que se respeta a sí mismo, que puede vivir como persona consciente y socialmente responsable.


Es debido a que somos seres humanos amorosos que pensamos que el espacio educacional debe ser también un espacio de amor, cooperación y respeto mutuo, no de rivalidad, o lucha. Es porque somos seres amorosos que pensamos que el espacio educacional debe ser aquel en el que, si parece necesario hacer una corrección, lo que se corrige es lo que el niño hace, no lo que él o ella es”. Para Maturana, “el propósito de la educación no es preparar a nuestros niños para que lleguen a ser ciudadanos responsables y útiles, sino que deben llegar a serlo como un simple y espontáneo resultado de su crecimiento como seres humanos que se respetan a sí mismos, social y ecológicamente conscientes”. Y es que este propósito se refleja en el sello personal del Sensei para con los niños cuando aprenden de forma lúdica, y en los adultos cuando se les respeta sus características personales, esa coexistencia de lo humano se transmite a la mayoría de los alumnos que a la vez que enseñan comparten en el placer del hacer. La relación que hago con H. Maturana se enfo-


ca en levantar los valores que del propio sistema KiHandDo emerge de la mano del Sensei cuando transmite sus conocimientos, pues me hace sentido que “educar en la biología del amor, ocurre en la diaria co-existencia de padres o profesores y niños cuando hacen cosas juntos en amistad, es decir en auto respeto y respeto hacía el otro así como auto aceptación y aceptación del otro, sin exigencias, en la emocionalidad de colaboración y no de rivalidad, en la conducta a través de la cual el otro surge como un legítimo otro sin temor de desaparecer en las interacciones.” Y es que amistad, respeto y aceptación, son la base por la cual surge la emocionalidad que denominan muchos de los alumnos “el KihandDo es una gran familia”. Como complemento, las palabras de Erich Fromm nos explican por qué se puede permanecer por muchos años dentro de la escuela: “es esencial que la disciplina no se practique como una regla impuesta desde fuera, sino que se convierta en una expresión de la propia voluntad, que se sienta como algo agradable, y que uno se acostumbre lentamente a un tipo


de conducta que puede llegar a extrañar si deja de practicarla.” El respeto por el otro tiene que ver con el amor propio, amarse a sí mismo, que una disciplina tiene que nacer desde el deseo de sí mismo de realizarla sin la obligación o imposición del otro, sin embargo ese otro es quien alienta la fé racional y personal entendida como la certeza que poseen nuestras convicciones de forma independiente basada en el propio pensamiento y observación productivos a pesar de la opinión de una autoridad o la mayoría. Sin embargo Fromm nos dice que para tener fe, ésta requiere coraje, la capacidad de correr riesgos, la disposición a aceptar incluso el dolor y la desilusión. El amor fraternal se entiende como el sentido de responsabilidad, cuidado, respeto y conocimiento con respecto a cualquier otro ser humano, el deseo de promover su vida. A eso se refiere la frase: “Ama a tu prójimo como a ti mismo, implica que el respeto por la propia integridad y unicidad, el amor y la


comprensión del propio sí mismo, no pueden separarse del respeto, el amor y la comprensión del otro individuo. El amor a sí mismo esta inseparablemente ligado al amor a cualquier otro ser”. Y más profundamente Fromm dice: “Amar a una persona implica amar al hombre como tal, el individuo egoísta no se ama demasiado, sino muy poco; en realidad se odia”.



Deporte y

Competencia de sí

El rol deportivo y competitivo que la escuela proporciona nos ayuda a poner en práctica los conocimientos técnicos y emocionales aprendidos, como una instancia también de visibilizar las falencias operativas y emocionales propias. Indagando más profundamente a este respecto, la escuela en ambos roles permite profundizar en el auto conocimiento completo desde la fuerza física al auto control emocional que va allanando el camino hacia la transformación de la conciencia. No es de extrañar que al iniciar el camino de la práctica marcial, la pérdida de energía impulsada por la fuerza eufórica, violenta y veloz sin control y con el único camino de vencer a un oponente, va cambiando con el tiempo, avanzando hacia un y crecimiento, integrando técnicas y conciencia activa de lo aprendido que se refleja en el uso de movimientos y fuerza mínimo necesario para controlar o detener una agresión con la posibilidad de evitarla en vez de responder impulsivamente.


De esta forma, los campeonatos a los que se va o los que la propia escuela organiza, tienen un carácter formativo. Es importante entender la práctica de contacto fuerte, aparentemente violenta y agresiva, como un entrenamiento de las propias habilidades y competencias personales donde el contrincante nos ayuda en este propósito y a la vez que le ayudo a cumplir el mismo fin, sin intención de provocar daño, quien se empeña en ello no lleva consigo el espíritu del KiHandDo. Haciendo símil del sentir del sistema KiHandDo, relaciono lo que Humberto Maturana menciona en su libro <<Transformación en la convivencia>>, “Vivimos inmersos en una sociedad que enfatiza la competencia como un valor social, pero la competencia es esencialmente antisocial. La competencia es constitutivamente la negación del otro, porque involucra un fenómeno en el que el éxito de uno se funda en el fracaso del otro. Por lo tanto “Sufrimos con la competencia, incluso aunque obtengamos alguna especie de alegría en la vanidad de ganar.”


Prevención

Todo lo que el sistema KiHandDo enseña a lo largo del proceso está centrado en la prevención para evitar exponer a otros y uno mismo a situaciones de riesgo. Pero este prevenir a mi parecer, no surge a partir del miedo a las posibilidades ficticias o reales de lo que pueda suceder en tal o cual caso, ni de la neurosis social del peligro inminente ante los hechos de maldad omnipresentes que muestran los medios de comunicación y que promueven las conversaciones en torno al miedo. Es cierto que gran parte de la humanidad vive una constante agresión física, verbal y emocional que deslegitima la existencia del otro como otro, pero también es cierto que convivimos en entornos sociales de los cuales somos responsables de cómo contribuimos para bien o para mal a la percepción del miedo, del peligro o del afecto y la seguridad. Esta prevención más bien tiene que ver con uno mismo, en el sentido de las percepciones y la conciencia y de esto me refiero a la constante atención del presente, del vivir y entender en el presente, en la aten-


ción contemplativa, la propia existencia. Este vivir en el presente nos permite conectarnos con cada uno de nuestros centros, (emocional, intelectual y sexual creativo). Esta constante atención y comprensión del sentir nos hace vivir en la autenticidad de nosotros mismos permitiendo la apertura de la conciencia y la reflexión, la atención y la acción y que tal autenticidad en nosotros a nosotros nos muestra el camino de la intuición. Esto nos lleva a dos actitudes que concuerdan con el prevenir. La primera es que al estar alineado con mis emociones y conciencia puedo prever lo que puede ser riesgoso para mí o para un grupo, a la vez que con la atención de los sentidos, estamos atentos naturalmente a cualquier intención ajena a la verdad del otro en el caso de una actitud fraudulenta y mentirosa o literalmente de una intención de maldad. En este camino de la prevención como concentración y total atención , Erich Fromm nos dice que “El paso más importante para llegar a concentrarse es aprender a estar solo con uno mismo, tratar además de lograr una sensación de <<yo>>, yo = mí mis-


mo, como centro de mis poderes, como creador de mi mundo” y continua, “vivir en el presente, es aprender a concentrarse sin hacerse “sensible a uno mismo” esto significa estar en un estado de equilibrio alerta, receptivo, tener conciencia de las sensaciones, como el cansancio, la rabia, la pena, cuando se está enojado y no entregarse a ellas. De ello recuerdo las veces que el Sensei nos comparte y sugiere, dirigirnos a la playa, a meditar y reencontrarse con sí mismo.



Meditación

Y es que la meditación es súper importante como medio para centrar nuestras emociones, equilibrar nuestros pensamientos y en definitiva, experimentar el amor por medio de la compasión. Así lo enseña también Matthieu Ricard, único neurocientífico budista, que por medio de los mecanismos de la ciencia a comprobado que meditar nos permite observar los pensamientos desde una distancia para poder transformar nuestra mente, para poder ser imparcial ante los pensamientos y sentimientos a encontrar la libertad interior que es desde ahí que surge la libertad y compasión, su práctica crea una sociedad compasiva que nos insta a tener consideración por los demás, a ser más altruista y más felices. Meditar disminuye la actividad de la amígdala relacionada con el miedo, Aprender a meditar puede ayudarnos a convivir con una mente más clara y más hábil a la hora de lidiar con las emociones negativas y fomentar las emociones positivas. A estar en el Sí mismo que Fromm nos decía. Cada hora de entrenamiento significa para mí una instancia de meditación, un momento que requiere de


toda la atención y disposición. Es el encuentro conmigo mismo, donde sólo es el presente, el aquí y ahora en contacto con el otro. Puedo sentir y reflexionar mi aprendizaje en la visceralidad del instante, el momento de recordar la presencia de cada parte de mi cuerpo, también surge el placer desde el compartir con un compañero, cualquiera este sea, en el sincero presente sin palabras, otra comunicación tácita fundada en el juego de balances de fuerza, energía y habilidad. Detrás del esfuerzo físico que significa auto exigencia y voluntad existe también una energía equilibradora. El juego, subyace en el sentido adulto, en la práctica competitiva con el otro comprendiendo que por medio de éste aprendemos, sin una real intención de cumplir la finalidad aprendida como respuesta a un ataque, sin un objetivo de daño. Así aprende la vida en la naturaleza, habilidades que se pueden desarrollar por la colaboración del compartir en el juego el placer del presente. Esta forma de meditar es jugar en el compartir.




El buen capitĂĄn no es belicoso. El buen combatiente no se deja dominar por la ira. El buen vencedor triunfa sin combate. El buen guĂ­a de los hombres se comporta como su servidor. Tal es la fuerza que no lucha la fuerza propia para conducir a los hombres lo que se asimila al Cielo la mĂĄs grande virtud de los antiguos. Lao Tse


El odio no existe: por eso no puedo definirlo como “esencia” sino como “ausencia”. El odio es la ausencia del amor. Sin embargo el amor no puede estar ausente porque forma parte del universo, es su esencia. En lugar de “ausencia” tengo que hablar de “olvido” Fábula pánica de Alejandro Jodorowsky


Tigre,

dragón y conciencia

Cuando nacemos, nuestro ser existe sin límites, comenzamos en la espiral de la vida, en ella nos vamos deformando y separando de nuestro núcleo, de nuestro ser esencial, tanto por la familia que no ha desarrollado su conciencia, como por la sociedad y cultura en la que vivimos. Para bien o para mal, estas experiencias marcan la vida y el camino donde la mayoría de las veces se detonan mecanismos de sobrevivencia que forman el carácter, la máscara social con la que se crece. Claudio Naranjo nos habla de transitar desde la pasión hacia la virtud, siendo la pasión la que nutre las máscaras de la personalidad. La virtud es el centro esencial de nosotros, constitutivo de amor. Pues como lo menciona Humberto Maturana en su Biología del amor, “Nosotros los seres humanos, somos seres biológicamente amorosos como un rasgo de nuestra historia evolutiva, esto significa dos cosas: La primera es que el amor ha sido la emoción central conservada en la historia evolutiva que nos dio origen desde unos cinco a seis millones de años


atrás; la segunda es que enfermamos cuando se nos priva de amor como emoción fundamental en la cual transcurre nuestra existencia relacional con otros y con nosotros mismos. Como tal, la biología del amor es central para la conservación de nuestra existencia e identidad humanas.” La relación más evidente de las artes marciales con esto, es el arquetipo del tigre y el dragón. El tigre representa la fuerza física, la fiereza, y la impulsividad jovial del joven alumno, mientras que en el dragón prima una fuerza más consciente y la inteligencia emocional. Transitando, al igual que de las pasiones a las virtudes, del tigre al dragón, podemos ver la correlación en el inicio del grado amarillo hasta el negro y a su vez en la espiritualidad oriental que nos hablan de un viaje a abrir cada uno de los chakras.


Cinturones

y conexión con nuestro centro

Relaciono el viaje entre los grados o cinturones con los chacras, porque encuentro una semejanza comparativa, quizás un poco antojadiza, de una evolución hacia la conciencia. La palabra chakra proviene del sánscrito y significa “aro o disco de energía”, nos sugiere la noción del movimiento circulante o de giro, así como el proceso de transformar la energía psicofísica en energía espiritual. Se dice que cuando se despierta esta energía provoca transformaciones en la conciencia y cambios en la fisiología. Los chakras están asociados con varios estados de conciencia dependiendo de su ubicación en el cuerpo físico, por ejemplo los chakras inferiores, los más cercanos a la tierra, están relacionados con los aspectos físico y viceral de nuestra vida. Los chakras superiores representan el aspecto instintivo y los estados superiores de la conciencia y conexión. También pueden ser vistos como mapa del desarrollo humano, desde la infancia hasta la edad madura.


Los chakras se vinculan con otras creencias como la relación con el árbol de la vida, la escalera hacia el cielo o una especie de escalera de Jacob que conecta las polaridades del cielo y la tierra, el espíritu y la materia, la mente y el cuerpo, lo femenino y lo masculino. Pues bien, los chakras son siete:

Hasta aquí estos chacras son la energía material, física, el tigre, el cuerpo y la tierra.

1- El primero llamado chakra raíz o muladhara, es la tierra y representa el mundo material, el instinto de supervivencia, está en la base de la columna. Es el grado Amarillo, más visceral, inexperto actúa impulsivamente.


2- El segundo es el chakra sacral o svadhishthana, lugar propio, es el agua y la fuerza sexual creativa, conectamos con la fuerza vital, el movimiento, el deseo, el placer y la emoción. Está en lo profundo de la zona púbica. Es el grado Naranja, que aprende los movimientos básicos, se mueve con el cuerpo en el placer de la emoción competitiva. 3- El tercer chacra es del plexo solar o manipura (la gema brillante), representa el fuego energía expansiva que domina el ego. Está en el hueco de las costillas bajo el esternón. Es el grado Púrpura, ya controla sus movimientos, son más precisos pero aún son brutos.


4- El cuarto chacra es el corazón o anahata, sin dañar, representa el aire, se abre al amor, al espíritu divino. Trasciende el ego, une el cielo y la tierra, lo femenino y lo masculino, mente y cuerpo en equilibrio perfecto, compasión y conexión. Está sobre el corazón. Es el grado Azul, enseña a sus compañeros, se mide y controla su fuerza, no intenta estar por sobre un grado bajo ni se deja estar más abajo. 5- El quinto chacra es el laríngeo, representa el éter, la purificación, con las vibraciones armoniza y sincroniza. Está en la garganta. Es el grado Verde, más técnico y esquicito en su ejecución.

Estos últimos 4 chacras para nuestro sistema seria desde el azul, verde, café y negó, fin del la primera rueda de color, iniciando y terminando en el mismo lugar pero listo para comenzar en


6- El sexto chakra es el del tercer ojo o ajna. Representa la luz, es la percepción y el control, centro de la visión, la intuición y el mundo sin límites de luz. Está en el entrecejo. Es el grado café, el que fluye sin pensar, el que siente y respeta. 7- Séptimo chakra corona o sahasrara, Representa el pensamiento, la conciencia infinita, despierta, consiente, inteligente, divina, no hay límites, se llega a la conciencia universal. Es el grado Negro, el principio de una nueva etapa, mezcla y organiza todo el contenido aprendido y se prepara para un nuevo aprendizaje mas consiente y profundo.

un nuevo giro espiral hacia la conciencia más elevada, un viaje hacia adentro al interior del ser esencial, a la compasión y al amor.


7 Grados de c

Tierra

Swadhisthana: Chakra Sacral

PASIĂ“N

Muladhara: Chakra Raiz

TIGRE INSTINTIVOS

KI

Manipura: Chakra Plexo Solar

Anahata Chakra del Co


Vishuddha: Chakra Laringeo

Ajna: Chakra Tercer Ojo

Sahasrara: Chakra la Corona

DRAGÓN PENSANTES

SINTIENTES

Hand

DO

VIRTUD

a: orazón

Co Sí Ci nc mi elo sm ie nc ia o

crecimiento



El dojo y su rol social

Considero que la práctica de nuestro sistema, lleva consigo un rol social enorme porque nos entrenamos en una relación con el otro, que nos predispone con un carácter y actitud que muchas veces puede ser transformador y contagiante, porque nos involucramos en la vida cotidiana, social y cultural, donde siempre dejamos parte nuestra y a su vez del sistema KiHandDo. Quiero dejar fragmentos de Humberto Maturana, que considero importante compartir. “Todo sistema social humano se funda en el amor, en cualquiera de sus formas, que une a sus miembros y el amor es la apertura de un espacio de existencia para el otro como ser humano junto a uno. Si no hay amor no hay socialización genuina y los seres humanos se separan. Una sociedad en la que se acaba el amor entre sus miembros se desintegra. Solo el riesgo de perder la vida puede obligar a un ser humano a la hipocresía de conducirse como miembro de un sistema social sin amor. Ser social involucra siempre ir con otro y se va libremente sólo con el que se ama”. “Nosotros entramos en interacciones recurrentes espontáneas con otros seres, humanos o no, sólo y


exclusivamente porque es agradable, porque nos gusta, porque nos movemos entre simpatía que abre un pequeño espacio de existencia al otro, y el amor más extremo en que abre un espacio de existencia en todas las dimensiones de la convivencia. El amor no es consecuencia de lo social, sino al revés. Si no hay amor, si no nos movemos en el amor en nuestros encuentros con otros, no hay fenómeno social, y la opción es la indiferencia que permite cualquier mecanismo de negación del otro, desde la competencia al odio.” “Si deseamos que los niños aprendan valores sociales, éstos no deben ser enseñados; deben ser vividos a través de vivir la biología del amor.”


Biografías

Erich Fromm Psicoanalista germano estadounidense, célebre por aplicar la teoría psicoanalítica a problemas sociales y culturales. Estudió derecho en Fráncfort, luego en las universidades de Heidelberg, de Munich y en el Instituto Psicoanalítico de Berlín para estudiar sociología. Fue uno de los principales renovadores de la teoría y práctica psicoanalítica a mediados del pasado siglo. Rompió con las teorías biologicistas de la personalidad para considerar a los seres humanos como frutos de su cultura. Su perspectiva terapéutica se orientó también en este sentido, proponiendo que se intentasen armonizar los impulsos del individuo y los de la sociedad donde vive. Entre sus publicaciones destacan: El miedo a la libertad (1941), El hombre para sí mismo (1947), El lenguaje olvidado (1951), La sociedad sana (1955), El arte de amar (1956), La misión de Sigmund Freud (1956), Más allá de las cadenas de la ilusión (1962), ¿Tener o ser? (1976) o La anatomía de la destructividad humana (1973).


Humberto Maturana Rosende Biólogo chileno, nació en 1928. Doctor Honoris Causa, Universidad de Bruselas, Bélgica. Estudió Medicina en la Universidad de Chile, y en 1954 cursó estudios de Anatomía y Neurofisiología en el University College de Londres, Biología en Inglaterra y Estados Unidos, doctorándose en Biología en la universidad de Harvard Trabajó como investigador en el Instituto Tecnológico de Massachussets, regresando a Chile en 1960 y trabajando en la cátedra de Biología en la escuela de Medicina de la Universidad de Chile. Desde el año 2000, trabaja en el Instituto de Formación Matríztica que el mismo fundó. Premio Nacional de Ciencias 1994, con mención en Ciencias Naturales, otorgado el 27 de septiembre al académico de la Facultad de Ciencias, doctor en biología, Humberto Maturana, quien generó la idea de la “autopoiesis”, como explicación de la organización y generación de los seres vivos en nuestro planeta, teoría que ha tenido importantes repercusiones en el mundo científico internacional. Maturana también planteó, desde su estudio de la percepción, la teoría de la “Biología del Conocimiento, biología del amor”. Es una proposición explicativa que intenta mos-


trar cómo el proceso del conocimiento humano proviene de la operación de los seres humanos como sistemas vivientes. Conlleva reflexiones orientadas al entendimiento de sistemas vivientes, su historia evolutiva, el lenguaje como un fenómeno biológico, la naturaleza de las explicaciones y el origen de la humanidad. Claudio Naranjo El doctor Claudio Naranjo (Valparaíso, Chile, 1932) lleva cuarenta años desarrollando la sabiduría del eneagrama y ha creado la Psicología de los Eneatipos. Como discípulo y sucesor de Fritz Perls, se ha convertido en un referente mundial de la terapia Gestalt. Profesor en Berkeley, se le considera un pionero de la psicología transpersonal y un integrador entre psicoterapia y espiritualidad. En su périplo vital ha recibido enseñanzas de maestros como, Swami Muktananda, Idris Shah, Oscar Ichazo, Suleyman Dede, S.S. el Karmapa XVI y Tarthang Tulku. Fruto de este amplio aprendizaje ha desarrollado el Programa SAT, un proceso de autoconocimiento por el que han pasado miles de personas.


Desde finales de los años 90 ha participado en muchas conferencias de educación y ha procurado influir en la transformación del sistema educativo en varios países, movido por la convicción de que nada es más esperanzador en términos de evolución social que el cultivo de la sabiduría individual, la compasión y la libertad. Claudio Naranjo es miembro del Club de Roma y Doctor Honoris Causa por la Universidad de Udine (Italia).



¨El verdadero Budo consiste en aceptar el espĂ­ritu del Universo, salvaguardar la paz del mundo, proteger y favorecer el crecimiento de todos los seresâ€? Morihei Ueshiba - O Sensei.


En su sentido literal pareciera ser utópico, difícil de llevar a cabo en la sociedad individual en la que vivimos, como si resultase ser una tarea difícil y poco probable realizarla hacia los demás, a los desconocidos, a nuestro entorno menos cercano. Sin embargo su sentido mas profundo encierra el secreto contradictorio de que efectivamente debemos preocuparnos de nosotros, de comprender las acciones que exteriorizamos es resultado de una desconexión interior que desequilibra la humana habilidad natural del amor y que éste es el vehículo con el que podemos compartir y ejecutar la reflexión de Ueshiba. * BUDO es un término que engloba el conocimiento técnico de las artes marciales japonesas y un conjunto de normas éticas para sus practicantes referidas a su aplicación de manera similar a lo que representaba el Bushido para los guerreros samurái.


Palabras finales

No hay técnica que no se pueda sacar, ni nudo que no se pueda desatar, ni verdad absoluta que no se desarme ante otra verdad… Todo esto que he escrito es parte de mi memoria emotiva con la que he construido un relato a partir de lo que he aprendido en estos años de usted Sensei. Quizás no he integrado en mi, técnicas concretas, ni memorizado formas y katas, pero mi recorrido por el camino del KiHandDo trasciende una esencia que considero más profunda, el Kí positivo y afectuoso, la convicción de auto superación constante, la fortaleza interna e íntegra, la compasión y la apertura para enseñar a otros lo que sabe, fluyen de usted Sensei, hacia sus alumnos. Esta esencia ha motivado y alimentado mi auto conciencia y mi deseo de integrar y cultivar tales cualidades humanas.


Han pasado muchos años, he visto pasar muchos alumnos, he compartido con los que se quedan, y he visto en ellos una estela del sello KiHandDo, de su sello personal. La importancia de lo que usted ha construido trasciende a las técnicas, ha creado un sentido de vida necesario, ha contribuido a la transformación personal y allanado el camino para que nosotros nos construyamos nuestro DO. Lo aprendido lo llevo conmigo en lo que hago, y me ha permitido reflexionar, actuar y confiar en la vida, a enseñar lo que sé, del mismo modo que lo he aprendido en el dojo, pero siempre cultivando mi sello personal. Gracias por contribuir en mi crecimiento.




Es mucho el tiempo que he vivido experimentando el entrenamiento directo del Sensei Luis Benavente para comprender que tal sello personal corresponde a la raĂ­z del sentido de las artes marciales y de su propio sentido de respeto por lo humano, por su afecto expansivo que comparte con todos y el trabajo laborioso personal que entrega a cada uno, como si de un jardĂ­n se tratara, cultivando, conociendo y guiando el crecimiento de las diferentes semillas de un bosque que tarde o temprano se expandirĂĄ, con su sello personal por muchos rincones de esta tierra.


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