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¡Vive Anclado en Esperanza!

Creo que algunas de las palabras más difíciles de escuchar como ser humano son: “No hay esperanza”. Quizá tú has escuchado esas palabras, o algunas parecidas, en algún momento de tu vida. Definitivamente, te quitan el aire. Frases de dolor que afectan profundamente a cada aspecto de tu ser.

Creo que los seres humanos, generalmente, anhelamos y hasta requerimos de esperanza para vivir. Hace poco, busqué el significado mismo de “esperanza” y la verdad que me sorprendió lo que leí. Parafraseo: “la esperanza es el estado de ánimo que surge cuando crees que lo que tú deseas es alcanzable”. Aquella emoción que surge cuando entiendes que, lo que tú deseas, es posible.

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En estos días en los que vivimos, podemos decir con certeza que muchas personas han perdido la esperanza. Ya no ven como posible aquel sueño. Aquella meta ahora la sienten muy lejana. Quizá siempre soñaste con tener una familia. Quizá tienes la meta de terminar tu carrera, iniciar un negocio, viajar a otros países, escribir una novela o escalar alguna montaña. Esos sueños o metas que quizá ahora, por las circunstancias de la vida, has perdido la esperanza de cumplir. Ya no sientes ese ánimo que surgía cuando creías aún que lo que deseabas era alcanzable. Es fácil en ese momento soltar la esperanza, soltar el deseo, soltar el sueño.

Pero hoy te quiero hablar de algo que se llama un “ancla de esperanza”. Es un término marítimo que me llamó la atención cuando lo leí por primera vez. Se dice que este elemento es “un ancla muy grande que se utiliza en casos extremos”. Como sabemos, un ancla sirve para estabilizar los barcos, especialmente, en aguas turbulentas o cambiantes. Ayudan a que no se desvíen del curso y destino establecido.

Cuando yo pienso en un ancla de esperanza, no puedo dejar de pensar en mi fe en Dios. En todo momento ha sido un apoyo que me ha mantenido estable en medio de las aguas turbulentas de las circunstancias tormentosas que he experimentado en mi vida.

Dios ha sido el ancla que me sostuvo en paz y tranquilidad en medio de las noches más tormentosas. Me permitió vivir en calma ante los retos más grandes y las desilusiones más profundas. El ancla que me infunde en cada momento, ante cualquier circunstancia o reto, esperanza nueva. Lo que siempre me lleva a creer y decir: “Sí hay esperanza”.

Esperanza, un estado de ánimo de expectativa. Es la expectativa de que sí se podrá lograr lo que todos te dicen que jamás se logrará. Por ejemplo, sí se restaurará una relación rota, sí se vencerá aquella adicción, sí se vivirá algo distinto. No te sueltes jamás de tu ancla de esperanza porque una vida sin este ingrediente carece de pasión, sueños, metas y ánimo.

Toma la decisión hoy de encontrar tu ancla de esperanza. Aquello que te inspira de nuevo, que te levanta la mirada, que te anima a seguir caminando en la dirección de tus metas y sueños. ¡Vive anclado en la esperanza!

Por Nolita W. Theo  NolitaWTheo  @NolitaWT www.NolitaWTheo.com

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