Alturas tomadas

Page 1

ALTURAS TOMADAS Valparaíso



Debíamos tener cuidado de resbalarnos cuando bajáramos al plan y cuidado con los hoyos de la escalera. Así nos fueron contando. Subir 15 minutos requería parar dos veces para respirar. Ver con eso el paisaje de Valparaíso. Ver pequeños a los barcos cargueros y capas de nubes. Sin que nos avisaran, descubrimos por pisar mal, que la piedra salida significaba caída segura. Tambíen que cargando mucho peso era mejor llegar a la toma por arriba, en la 607, por el Camino La Pólvora. De a poco nos fuimos haciendo parte del territorio y lo notamos en pequeños detalles. Los saludos fueron mutando. El de los niños desde la indiferencia a un abrazo y el de los vecinos de un acallado “hola” a un sonriente “buena chiquillos”. Cada uno de los tres, con su estilo y a sus tiempos, vivió las Alturas Tomadas con agilidad. Nos fuimos acomodando a la cotidianeidad de la casa, empezamos a descender el cerro con soltura, a coordinar con las vecinas las actividades que iban apareciendo y encontrarnos con los vecinos a punta de flexibilidad. Pasar 113 días en la Toma Violeta Parra significó conocer más a fondo nuestros mundos. Este libro entrega la primera visión de lo que vivimos en los cerros San Juan de Dios y Yungay. Vemos aprendizajes que refuerzan un quehacer fotográfico a través del trabajo y creación colectiva. Nuestro habitar fue entrelazando la relación con las personas y la narración visual de sus entornos e historias. Agradecemos a quienes visitaron nuestra primera Casa Migrar, a los trabajadores detrás del programa Red Cultura, perteneciente al Consejo de la Cultura y las Artes, por fomentar experiencias como la Residencia de Arte Colaborativo. Principalmente damos gracias a los vecinos y vecinas de la Toma Violeta Parra por recibirnos y formar parte de esta vivencia que nos constituye ahora como personas y fotógrafos. Migrar Photo




bitácora nº 1 9 DE OCTUBRE 2017

La primera foto Luego de varios obstáculos y retrasos que no teníamos contemplados, llegamos a vivir a nuestro nuevo hogar, la Casa Migrar, como la apodamos al imaginarla en nuestras conversaciones de grupo. Ese imaginario hoy se vuelve tangible con la ritualística primera foto de grupo en el frontis de la casa. A Eric le quedaban pocos tiros en su cámara análoga de bolsillo y aprovechamos de retratar de manera oficial aquel primer encuentro con nuestra nueva guarida. Improvisar un trípode, buscar el ángulo correcto, contorsionarse para poder encuadrar y salir corriendo para poder posar. El Juan se había hecho cargo de abrir el ciclo sin darse cuenta. Esa es la primera foto que de manera improvisada hizo comenzó de forma valiosa una incipiente vivencia. Hacerse un autorretrato no es fácil, menos el primero, pero la experiencia nos hace sobrellevar estas situaciones de manera rápida y concreta, sobre todo cuando te estan esperando con maletas en el cerro que aún faltan por subir. En 113 días más espero escribir sobre la última foto, la que es bisagra y puerta a la vez de nuevos proyectos y de una nueva Casa Migrar que nos espera en algún rincón del mundo Diego.





Kipañie-Newüen Invitación amorosa a compartir. La sala de danza Kipeñie-Newüen ha sido construída por el bailarín Nelson Concha, que lleva ocho años viviendo en la toma y cuatro levantando este espacio que cobijó cuatro eventos durante nuestra estadía. La inauguración de Kipañie-Newüen como lugar de encuentro fue la exposición Alturas Tomadas, mostrando fotografías de nuestros primeros 10 días de residencia. Luego se desarrollaron la navidad, año nuevo y un ciclo de cine, actividades que han propiciado la reunión de los vecinos.




Fotografías tomadas en la sala de danza Kipañie-Newüen.











bitácora nº 3 18 DE OCTUBRE 2017

El joven escritor Luego de un rato recorriendo la calle Aquiles Ramírez, me encuentro con Denise, la presidenta del comité Villa Hermosa, a quien no conocemos mucho todavía. Conversamos unos minutos y acordamos que iría el miércoles a su casa para hacerle unas fotos. Llegué y después de hablar un rato en el antejardín, hacer fotos con sus sobrinos Javier y Montserrat, me invitó a conocer su casa y tomarnos un vaso de bebida. Comenzó a hablar de su experiencia en la toma y de repente me cuenta que a Javier le gustaba escribir, que ya tenia dos libros publicados. Encuentra uno, se trataba de su segundo libro, en el cual contaba su historia en el campamento, no quise leerlo en el momento, seguí haciendo fotos. Sin embargo me dieron muchas ganas de llegar a la casa rápido para hacerlo. Ya sabía, solo por el título, que el libro iba a ser importante para el proyecto. Llego a casa, me siento y me pongo a leer: Mi historia en un campamento

Eric.

“Hola, mi nombre es Javier y esta es mi historia. Soy un niño de nueve años y vivo hace siete años en el campamento Violeta Parra, ubicado en el Cerro San Juan de Dios en Valparaíso. (...)”


Fotografiamos a 16 familias de ambos lados de la Toma Violeta Parra. Luego se entregรณ a cada una su retrato enmarcado.








bastián funes, 5 años. francisco funes, 6 años; valentín concha, 6 años; cristopher gonzález, 8 años; matías sandoval, 7 años.






17 familias 17 cámaras Uno de los objetivos de la residencia fue el uso y apropiación del lenguaje fotográfico por parte de los habitantes. Así se fomentaría la disponibilidad y validez de la expresión visual como herramienta comunicativa. En 17 casas hubo cámaras a disposición de las familias, las cuales tuvieron entre 7 a 14 días para ocupar un rollo de 36 imágenes.




Imรกgenes tomadas por vecinos de la Toma Violeta Parra.




bitácora nº 27 12 ENERO 2018

Niños fotorreporteros Revelamos y digitalizamos 288 fotos que sacaron los niños durante la cobertura que realizaron en el 2do Festival de la Violeta Parra. Participaron ocho corresponsales con credenciales Migrar, cada uno mostró estilos fotográficos distintos y cada uno manejó la cámara a su modo. Desde el primer momento en que les dijimos que ellos iban a sacar las fotos del evento, se notó el entusiasmo. Como siempre Bastián fue el primero en pedir la cámara. A los 5 minutos ya llevaba 10 cuadros del rollo de 36. Fue difícil hacerle entender que tenía fotos limitadas. Su hermano, el Pancho, estaba teniendo un desempeño similar, hasta que le dijimos que un fotógrafo tenía que moverse por distintos lados y ver el futuro. Con eso comenzaron a buscar escenas distintas. Luego se sumaron Giovanni y Manuel, quienes tenían un ritmo más pausado, de hecho el primero uso muy bien su rollo. Cada cierto tiempo se acercaba a contarnos cuántas fotos le quedaban y avanzaba lentamente. Se notaron en sus imágenes las horas transcurridas. Las que más variedad de tomas hicieron fueron Michelle y Alisson. En sus rollos se vieron retratos, detalles a objetos, animales, paisajes, tal como un fotorreportero debe entregar material para la edición. Esto le dio diversidad al resultado final. Con una fórmula muy distinta funcionaron Kirios y Valentín, quienes son muy activos pero con la cámara en mano bajaron las revoluciones. Les fuimos diciendo qué cosas eran importantes, como las bandas musicales, el baile afro, la performance de la payasita, el taller de xilografía. Todos los hitos fueron fotografiados con mucha responsabilidad. Con sus credenciales se fueron a la casa. Medio obligados, se tuvieron que armar de paciencia para ver los resultados de su trabajo. Juan.






Fotografías tomadas por niñas y niños en la cobertura del 2º Festival de la Toma Violeta Parra.




gyan, actor.


gloria, restauradora.


Cobertura del 2do Festival Violeta Parra Ocho niños de la toma fueron los encargados de registrar el segundo festival Violeta Parra, actividad organizada por vecinas. Se les entregó una credencial de fotógrafos junto a una cámara X con un rollo X. Una vez explicado el mecanismo de utilización del aparato, se les presentó el programa del evento para que estuvieran atentos a los sucesos que iban pasando.

Fotógrafos: Alisson, Bastián, Francisco, Giovanni, Manuel, Kirios, Michelle, Valentín.






“Primero el agua para vivir, después la electricidad para construir”






agradecemos a los habitantes de ambos lados de la Toma Violeta Parra por mostrarnos su cotidianeidad e intimidad, a los comités de vivienda Violeta Parra y Villa Hermosa por facilitar y apoyar nuestro trabajo en el territorio. A quienes están detrás del programa Red Cultura, por fomentar el encuentro entre el arte y las comunidades. A nuestros amigos y amigas quienes, además de dar energía a este proyecto, fueron parte del proceso creativo al retratar, dar ideas y editar nuestro material. Al equipo de Migrar Photo por confiar en nosotros y acompañar este proceso.


fotógrafos residentes Diego Figueroa González Eric Allende González Juan C. Hoppe Ellicker fotógrafos colaboradores Alfonso González Paz Olivares Danitxa Torres Isilda Ríos edición fotográfica Migrar Photo diseño editorial Catalina Hoppe dibujos cubierta Rodrigo Saavedra impresión realizada en Imprenta X © Migrar Photo Ediciones Valparaíso, Chile. Enero, 2018.



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.