EDITORIAL
Revista de Gestión Pública es una publicación académica, revisada por pares, de periodicidadsemestral,editadaporlaUniversidaddeYacambu,quepromuevela discusión sobre la administración pública y las políticas públicas en español, mediantelapublicacióndeartículoscientíficosqueabordanlosprincipalestemas deinterésparaelprogresodelasadministracionespúblicaslatinoamericanas.
La Revista incluye artículos que utilizan diferentes enfoques teóricos, abordan cuestionesdiversasysecentranenunamplioabanicodeterritoriosyperiodosde tiempo,asícomodenivelesysectoresadministrativos.
Asimismo,laRevistapromuevelostrabajosdecaráctercomparativoyeldiálogo multidisciplinarparaentenderlagestióndelEstadoensusentidomásamplio.
La Revista de Gestión Pública publica artículos científicos y de revisión, que han sidoaprobadostrasunprocesoderevisióndoblementeciego.
Además, acepta artículos de profesionales sobre experiencias innovadoras de gestión pública en América Latina. En el caso de los artículos de revisión, éstos puedenreferirseaunoovarioslibrosodocumentosdepolíticaspúblicas,queno pueden haber sido publicadosmás de un año antes de la fecha de presentación delartículo.
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Tres problemas que enfrenta la frágil economía de Ecuador y que debe combatir Guillermo Lasso
El exbanquero conservador de 65 años Guillermo Lasso asumió este la presidencia de Ecuador en medio de una severa crisis económica agravada por la pandemia de covid-19. Lasso pretende estimular la economía aumentando la inversión extranjera e impulsando la producción de petróleo, el producto de exportación más importante de la nación sudamericana. Durante la campaña prometió generar dos millones de puestos de trabajo y expandir el sector agrícola a través de préstamos a bajo interés.
Pero con un país profundamente endeudado y con escasos recursos en las arcas fiscales, su agenda económica probablemente sea un camino cuesta arriba.
Los tres mayores problemas económicos que enfrentará el nuevo presidente de Ecuador.
Guillermo Lasso: 3 problemas que enfrenta la frágil economía de Ecuador y cómo el nuevo presidente pretende superarlos.
1- El reto crónico del financiamiento
La economía del país petrolero ya estaba en crisis por los bajos precios del crudo y el alto nivel de endeudamiento cuando estalló el brote de coronavirus en 2020. Arrastraba problemas estructurales (como un déficit fiscal permanente desde 2009) que llevaron al presidente Lenín Moreno a imponer dolorosas medidas de austeridad como parte de las condiciones de un préstamo de US$6 500 millones aprobado por el Fondo Monetario Internacional, FMI, de los cuales ya se han desembolsado US$4 000 Una de esas medidas fue poner fin al subsidio a los combustibles, una decisión que generó un estallido social a fines de 2019 que obligó al presidente Moreno a echar marcha atrás. El nuevo mandatario heredará la parte más dura de los requisitos del FMI, que incluye una reforma fiscal para conseguir el equivalente a un 2% del PIB en nuevos ingresos. El gran desafío será cómo implementar el ajuste económico en medio de una crisis que el año pasado provocó una contracción económica de 7,8% Y Lasso asumirá el desafío sin una mayoría en la Asamblea Legislativa, con un tercio de la población en la pobreza y cerca de cinco millones de ecuatorianos que cobran menos del salario básico. Mientras la deuda pública de Ecuador bordea el 63% del Producto Interno Bruto (unos US$63.000 millones) y el déficit fiscal supera el 7%, el país enfrenta el gran reto de financiar un alto nivel de gasto público. EL endeudamiento es enorme para un país como Ecuador que tiene un alto riesgo país, el servicio de la deuda es carísimo y el gasto fiscal es gigantesco
En la última década el peso de la deuda ha crecido año a año y pese a las negociaciones con acreedores internacionales, las puertas del mercado financiero internacional están prácticamente cerradas. Sin nuevas fuentes de financiación disponibles y con un elevado riesgo país cercano a los 1 200 puntos, Lasso tendrá que recortar el gasto público si quiere acceder a más fondos provenientes del FMI u otros organismo multilaterales
O endeudarse con China, que no le ha cerrado las puertas, pero le cobra altos intereses o garantías de petróleo. Un camino para disminuir el déficit es bajar el gasto y subir impuestos, pero así como en Ecuador fue imposible eliminar el subsidio a los combustibles, tampoco sería fácil reformar el sistema tributario.
La dependencia del petróleo
Ecuador depende del petróleo
En el año 1998 el barril de crudo llegó a venderse en US$7 el barril y en 2008 se disparó a US$117 Era como haberse sacado la lotería, pero desgraciadamente gastaron hasta el último centavo sino que además se endeudaron.
Luego se produjo otro ciclo de bonanza petrolera entre 2010 y 2014 pero, como no hubo ahorro, esas ganancias se gastaron en la misma medida que entraban los petrodólares al país
En esos años el expresidente Rafael Correa, quien está condenado por cohecho, aumentó el gasto fiscal y repartió una parte de los beneficios del boom petrolero en ayudas para los sectores más vulnerables.
Los recursos provenientes del crudo representaban cerca de un tercio de los ingresos fiscales. A partir de 2014 comenzó un período de vacas flacas. La economía comenzó a rodar cuesta abajo, aumentó aún más el endeudamiento y la pandemia terminó de convertir el estancamiento en una crisis devastadora
Actualmente tanto el barril de petróleo WTI, que se transa en EE.UU., como el Brent en Reino Unido bordean los US$60.
En la medida que la economía mundial se recupere, las proyecciones de expertos son que a futuro el precio del crudo debería mostrar una tendencia al alza, dándole un respiro a la economía ecuatoriana Pero eso está por verse
3 - El manejo económico de las demandas sociales
En Ecuador uno de cada cuatro niños menores de 5 años sufre de desnutrición crónica, según la Unicef
La pobreza llega a un 35% de la población y aunque el desempleo formal apenas bordea el 6%, una gran parte de la población vive del subempleo (en condiciones precarias)
En los últimos años el costo de vida ha aumentado tanto como el de los tanques de oxígeno que ahora se venden en el mercado informal para auxiliar a las víctimas de la pandemia
El país tiene deflación o inflación negativa de 0,8% porque hay muy poco consumo y la gente suele comprar únicamente lo indispensable.
Y aunque el sueldo mínimo está en US$400, más alto que en otros países latinoamericanos, el costo de vida también es alto En un país con las arcas fiscales escuálidas, con serias dificultades para aumentar el gasto social, sin posibilidades de endeudarse en el mercado financiero y con el FMI que le impone un ajuste en medio de la crisis, Lasso tendrá que sortear muchas barreras.
En ese contexto, un potencial estallido social podría poner en jaque al nuevo gobierno si no encuentra una manera rápida de financiar sus promesas electorales
2- La dependencia del petróleo
Ecuador depende del petróleo
En el año 1998 el barril de crudo llegó a venderse en US$7 el barril y en 2008 se disparó a US$117 Era como haberse sacado la lotería, pero desgraciadamente gastaron hasta el último centavo sino que además se endeudaron.
Luego se produjo otro ciclo de bonanza petrolera entre 2010 y 2014 pero, como no hubo ahorro, esas ganancias se gastaron en la misma medida que entraban los petrodólares al país
En esos años el expresidente Rafael Correa, quien está condenado por cohecho, aumentó el gasto fiscal y repartió una parte de los beneficios del boom petrolero en ayudas para los sectores más vulnerables.
Los recursos provenientes del crudo representaban cerca de un tercio de los ingresos fiscales. A partir de 2014 comenzó un período de vacas flacas. La economía comenzó a rodar cuesta abajo, aumentó aún más el endeudamiento y la pandemia terminó de convertir el estancamiento en una crisis devastadora
Actualmente tanto el barril de petróleo WTI, que se transa en EE.UU., como el Brent en Reino Unido bordean los US$60.
En la medida que la economía mundial se recupere, las proyecciones de expertos son que a futuro el precio del crudo debería mostrar una tendencia al alza, dándole un respiro a la economía ecuatoriana Pero eso está por verse
Referencias
BBC NEWS MUNDO. (2021, April 13). 3 problemas que enfrenta la frágil economía de Ecuador (y cómo Guillermo Lasso pretende superarlos). BBC. Retrieved November 9, 2022, from https://www.bbc.com/mundo/noticias 56683894
Eco. Miguel Cueva EstradaEl impulso se está acumulando y, en todo el mundo, las naciones han establecido objetivos de cero emisiones netas. Ahora viene el trabajo de llegar a ellos. En general, se ha logrado un gran progreso durante la última década para diseñar vías tecnológicas factibles y asequibles para cada región global y sector económico. Estas hojas de ruta reflejan el entendimiento generalizado entre expertos y legisladores de que alcanzar el cero neto requerirá transformar la energía y el uso de la tierra. Cambiar los hábitos de las personas es una gran parte de eso. Pero los líderes del sector público podrían desempeñar un papel fundamental en la otra parte de la ecuación, a saber, el desarrollo, la adopción y la mejora de las tecnologías climáticas.Se han identificado tres áreas de acción complementarias y mutuamente dependientes en las que los líderes gubernamentales podrían enfocarse:
1.Innovación
2.Industrialización e
3.Infraestructura
La innovación abarca la investigación básica para desarrollar nuevas tecnologías climáticas, aplicaciones experimentales para ellas y mejoras de ingeniería continuas para tecnologías maduras.
La amplia adopción de la tecnología climática gira en torno a la industrialización para aumentar la demanda y la oferta, mientras que la infraestructura sirve como columna vertebral para permitir y mantener su uso. Es probable que estas tres áreas de acción requieran habilitadores, instituciones efectivas, para ayudarlos a prosperar y, en última instancia, cumplir con el objetivo de cero emisiones netas.
Desafíos y facilitadores de la innovación
Una parte significativa de los objetivos de cero emisiones netas podría lograrse con tecnologías climáticas que ya están maduras o en las primeras etapas de adopción. Más del 85 por ciento de la reducción de emisiones podría lograrse a través de tecnologías que se encuentran al menos en la etapa de demostración, mientras que el 60 por ciento podría lograrse a través de tecnologías que ya están en adopción temprana o completamente maduras. Pero alcanzar los objetivos de cero neto también requerirá el desarrollo de nuevas tecnologías climáticas mientras se mejoran las existentes para el rendimiento y la reducción de costos. Esto exige una innovación continua y acelerada a lo largo de todo el ciclo de vida de la tecnología, desde el laboratorio hasta el campo. Alcanzar los objetivos de cero neto requerirá el desarrollo de nuevas tecnologías climáticas, mientras que las existentes se mejoran para el rendimiento y la reducción de costos.
Se han identificado tres factores centrales que ralentizan la maquinaria de la innovación: 1. Financiación insuficiente para la I+D en etapa inicial. 2. Ideas prometedoras que se atascan en el laboratorio y 3. Falta de estructuras para seguir impulsando la innovación en el campo.Puede ser difícil mantener un flujo constante de inversión para la investigación fundamental y aplicada, dado que a los inversores suele desagradarles la incertidumbre, porque los avances, por su naturaleza, suelen ser repentinos e inesperados. La financiación pública de I+D para tecnologías limpias se ha estancado en gran medida en la última década. Incluso con financiación inicial, las nuevas tecnologías prometedoras pueden morir antes de que comiencen a generar ingresos, un fenómeno tan común que los capitalistas de riesgo lo llaman el valle de la muerte. Llevar las tecnologías desde la concepción al mercado en los siete a diez años que los capitalistas de riesgo suelen necesitar para salir con éxito de sus inversiones es difícil.
Cómo los líderes del sector público podrían impulsar objetivos netos cero.Una de las razones es que las habilidades requeridas para iniciar una empresa exitosa a menudo difieren de las necesarias para lograr avances tecnológicos. Además, el ciclo de innovación puede ser largo. Se necesitaron de diez a 15 años para llevar al mercado tecnologías de descarbonización como las baterías de iones de litio e incluso más para la energía solar fotovoltaica, fotovoltaica solar, desarrollada por primera vez en Bell Labs en la década de 1950. Luego tomó hasta mediados de la década de 2010 antes de que los costos se redujeran lo suficiente como para que las baterías de iones de litio fueran viables para los autos eléctricos de alta gama, y ahora estamos aproximadamente en el punto donde los costos son lo suficientemente bajos como para permitir que los vehículos eléctricos (EV) compitan. con vehículos con motor de combustión interna.Si las tecnologías logran pasar del laboratorio al campo, la innovación continua después de eso a menudo depende de aprender haciendo Por lo general, eso requiere mecanismos efectivos para compartir aprendizajes dentro y entre empresas de tecnología limpia que pueden competir entre sí y estructuras de mercado que recompensan los esfuerzos continuos de reducción de costos.Los líderes del sector público podrían ayudar a superar estos desafíos centrales de varias maneras. Los gobiernos podrían comprometerse a una financiación pública mayor y constante para el desarrollo de tecnología aplicada y la I+D en fase inicial.
Para aumentar la efectividad de este financiamiento, los gobiernos podrían colaborar con la industria y la academia para definir misiones de innovación que establezcan prioridades claras y las conviertan en compromisos a largo plazo mientras logran un equilibrio entre elegir ganadores y fomentar la experimentación abierta. Además, el gasto público en I+D podría orientarse hacia los centros de innovación, donde se podría realizar una amplia variedad de áreas de investigación. Dichos centros bien pueden permitir la polinización cruzada de ideas de un camino tecnológico a otro. Por ejemplo, Las células solares de mayor eficiencia de la actualidad se crearon utilizando técnicas inspiradas en las innovaciones en la generación de combustible de hidrógeno a partir del agua. Los centros también pueden alentar un mejor uso de los recursos de innovación mediante la adopción de puntos de referencia y métricas para cerrar proyectos sin salida rápidamente, y deben alentar la participación del sector privado para garantizar la aceptación del mercado y la viabilidad comercial de las innovaciones tecnológicas. Los centros podrían permitir a los gobiernos aprovechar la creatividad y las ideas fuera de las estructuras públicas e institucionales formales. Estos centros podrían permitir a los gobiernos aprovechar la creatividad y las ideas fuera de las estructuras públicas e institucionales formales.
Para ayudar a evitar que las nuevas tecnologías prometedoras se queden atascadas en el laboratorio, los líderes gubernamentales podrían fomentar la planificación de la descarbonización a más largo plazo mediante el uso de incentivos y medidas de protección regulatorias. Para fomentar un mayor aprendizaje práctico, los líderes del sector público podrían incorporar la mejora continua en la regulación mediante la creación de caminos objetivo para que los sectores los sigan. El acuerdo internacional sobre esos estándares podría permitir que los aprendizajes se diseminen a nivel mundial, mientras que los mercados, como las subastas inversas, podrían diseñarse para fomentar la competencia durante las fases en las que aún se requiere una inversión significativa en tecnologías climáticas en etapa inicial. Para fomentar el intercambio de conocimientos entre proyectos y empresas, varios sectores podrían establecer plataformas para el intercambio de información.
References
Engel, H., Henderson, K., Hieronimus, S., & Yamada, Y. (2022, October 25). The heat is on: How public-sector leaders could drive net-zero goals. McKinsey. Retrieved November 9, 2022, from https://www.mckinsey.com/indu stries/public-and-socialsector/our-insights/the-heat-ison how public sector leaders could drive net zero goals
Introducción A medida que los gobiernos buscan cumplir su propósito de salvaguardar la libertad y el bienestar de sus ciudadanos, estos operan en un mundo plagado de riesgos. Los departamentos y agencias gubernamentales se enfrentan a enormes riesgos todos los días, y el papel de la mayoría de las instituciones gubernamentales se basa implícita o explícitamente en la gestión de riesgos de que el sector privado no está equipado para esto o no está dispuesto a tomar todo el riesgo, desde alimentos y medicamentos inseguros; préstamos estudiantiles; amenaza del terrorismo entre otras. Sin embargo, durante mucho tiempo, la gestión de riesgos fue un actor secundario que a menudo se pasaba por alto en el gran escenario tanto de las empresas privadas como del gobierno. Solo recientemente ha llegado al debate público, debido a fallas en la gestión de riesgos que tuvieron un efecto impactante y generalizado. Tales fallas a menudo conducen a intervenciones gubernamentales costosas y mayores riesgos gubernamentales. Por su naturaleza, la gestión de riesgos se somete a escrutinio solo cuando falla. Las consecuencias catastróficas de una gestión de riesgos defectuosa son de interés periodístico, pero los éxitos diarios de una gestión de riesgos sólida no lo son, lo que dificulta que los gestores de riesgos obtengan un asiento permanente en la mesa de toma de decisiones.
Después de todo, ¿Quién se habría preocupado por la gripe porcina si no hubiera amenazado con convertirse en una pandemia? Las crisis de los últimos años han servido como un llamado a la acción y algunas instituciones del sector público tratan de tomar medidas para fortalecer sus prácticas de gestión de riesgos. Estos esfuerzos son importantes pero hay mucho trabajo por hacer para garantizar una gestión de riesgos sólida y duradera en las instituciones del sector público. Podría decirse que la tarea es más difícil en el sector público que en el sector privado, en gran parte debido a desafíos que son específicos del gobierno. Generalmente los beneficios directos de fortalecer la gestión de riesgos del sector público se alinean con los objetivos de los gobiernos de minimizar el desperdicio, el fraude, el abuso y la mala gestión.Con una comprensión más clara de los riesgos involucrados y una mayor capacidad para estimar los costos reales de sus programas, un gobierno podrá hacer un uso más prudente del dinero de los contribuyentes. Los controles relacionados con el riesgo más efectivos también permitirán que las instituciones gubernamentales prevengan, detecten y mitiguen mejor los casos de despilfarro, fraude, abuso y mala gestión.
Obstáculos para una gestión de riesgos sólida La gestión de riesgos suele ser más difícil para las instituciones del sector público que para las empresas. Siete desafíos de gestión de riesgos son particularmente agudos en el sector público.
1. Objetivos de la misión que anulan otras consideraciones. Las instituciones del sector público han surgido de una necesidad percibida por el público y articulada en la misión de cada institución. No es sorprendente que los objetivos de la organización hayan tendido a ser la consideración principal y, a veces, la única consideración cuando se trata de decisiones sobre asumir ciertos riesgos.
2. Cambios frecuentes de liderazgo y posiciones de liderazgo vacantes. Los cambios en el liderazgo son comunes en el sector privado, pero tienden a ser mucho más frecuentes entre los líderes que no son de carrera en el sector público. Las instituciones del sector público también sufren de puestos de liderazgo que permanecen vacantes durante mucho tiempo.
3. Líderes que carecen de conocimientos sobre gestión de riesgos y negocios. Los líderes designados de la mayoría de las instituciones del sector público son extraños a esas instituciones. Como resultado, es posible que los líderes más importantes de una agencia no conozcan las complejidades del negocio y la institución, y mucho menos las compensaciones de riesgo involucradas en la toma de decisiones críticas.
4. Separación de los presupuestos operativos de los presupuestos por programas. Generalmente los presupuestos operativos cubren los salarios de los empleados y otros costos de funcionamiento de la operación, mientras que los presupuestos de programas se utilizan para pagar beneficios y recuperar fondos de ciudadanos y residentes. En la mayoría de las instituciones del sector público, el presupuesto operativo está separado del presupuesto del programa. Esta desconexión entre la financiación de los riesgos que se materializan y la financiación de la gestión de riesgos conduce a incentivos desalineados.
5. Falta de métricas de riesgo claras. En el sector privado, las métricas orientadas al riesgo, como el rendimiento del capital ajustado al riesgo, proporcionan una base cuantitativa para tomar decisiones de compensación de riesgos. Tales métricas relacionadas con el rendimiento son menos claras en el sector público porque la mayoría de las instituciones gubernamentales tienen objetivos tanto financieros como de misión. Además, las métricas de impacto de la misión ajustadas al riesgo suelen ser difíciles de cuantificar, por dos razones. En primer lugar, a menudo hay retrasos en el impacto de la misión; por ejemplo, lleva años medir el impacto a largo plazo de las subvenciones para vivienda. En segundo lugar, hay una falta de evidencia sobre cómo sería el mundo si el gobierno no cumpliera con su misión. Por ejemplo, es difícil estimar cuántas corridas bancarias ocurrirían si la CORPORACIÓN DE SEGURO DE DEPÓSITOS COSEDE en el caso ecuatoriano no ofreciera seguro de depósitos.
6. Requisitos procesales complejos. Efectuar cambios en el sector público requiere complicados procesos de aprobación que involucran a muchas partes interesadas internas y externas. Así, las instituciones del sector público tienden a ser menos ágiles y flexibles. Por ejemplo, a medida que los trabajadores del gobierno se jubilan, es difícil reemplazarlos La contratación para nuevos puestos de gestión de riesgos no es tan simple como lo sería en el sector privado. Procedimientos tan complejos subrayan aún más la importancia de desarrollar prácticas sólidas de gestión de riesgos más temprano que tarde: una vez implementadas, cambiar estas prácticas tiende a ser más difícil que en el sector privado.
7. Cultura de riesgo limitada y mentalidad de riesgo. Los trabajadores del gobierno generalmente están motivados principalmente por la misión de su organización y, a menudo, tienen la percepción de que el gobierno podría rescatar su programa en caso de que ocurra un evento de riesgo. Como tal, la gestión de riesgos ha pasado históricamente a un segundo plano en la toma de decisiones. En las raras ocasiones en que se lleva a cabo un análisis de riesgos, por lo general se realiza a posteriori y lo realizan personas externas.
Seminario Avanzado La Gerencia Pública (JPGP 504) Sección ED09D0V 2022-3