El paseo extraordinario Aula 30 pag

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¡El paseo extraordinario! Cuenta conmigo

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¡El paseo extraordinario! Antes de iniciar... ¡Prepárate para una fantástica aventura!



Nido

SCHOOL

“Cuenta conmigo” Aula: Dragoncitos Kinder

2021

¡Lo que se enseña con amor nunca se olvida!


Los alumnos de “Cuenta conmigo” estaban muy emocionados. ¡Había llegado el día del paseo escolar! Soñaban con este día desde que comenzó el año. Irían a visitar un impresionante cañón en las montañas donde habían encontrado huesos de dinosaurio. Este paseo era súper importante. ¡Nadie se lo quería perder! Sería un paseo para celebrar el 3° Aniversario del colegio. El autobús escolar era un hervidero de emociones y risas. Luz, Diego y Maira se tomaban unas fotos muy divertidas. Paul, Ana y Salvador no habían podido pegar ojo en toda la noche pensando en los huesos de dinosaurio que descubrirían y aprovechaban el trayecto para echar una siesta. Andrea, Jorge y Kayci cantaban las canciones de moda a viva voz, improvisando pasos de baile en sus asientos. Aldo, Kianna y David se ocupaban de divertir al resto de sus compañeros con un concurso de sus mejores chistes. Melissa y Marco se alternaban cada veinte minutos preguntando a la profesora si faltaba mucho para llegar.


Cuenta conmigo

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La profesora miraba a sus alumnos con una gran sonrisa. El grupo se había vuelto muy unido desde que empezaron en Kinder. Cuando finalmente llegaron al Cañón pidió calma para bajar del autobús y formar una fila ordenada. Los primeros en salir fueron Luz, Diego y Maira quienes quedaron boquiabiertos al verse en el cañón rodeados de montañas y volcanes, a los pies de un lago de aguas cristalinas y bajo un cielo azul. —¿Cuándo vamos a ver los huesos de dinosaurios? —preguntó Paul impaciente. —Iremos después de hacer un reconocimiento del lugar y que mencionen todos los diferentes animales que podemos encontrar aquí —explicó miss Mildzy. —¿Cómo, no vamos a desenterrar los huesos desde ya? Yo había venido preparado —dijo Salvador enseñando una palita de madera. —Los huesos no están al aire libre sino en el museo del sitio del Cañón —puntualizó Ana. —¡Sí es verdad, pero a lo mejor podemos descubrir huesos nuevos y salir en la tele! —comentó ilusionada Andrea. —Chicos, lo mejor es dejar ese trabajo a los paleontólogos —aclaró miss Mildzy. No sería bueno mezclar los huesos y que luego descubran un T-Rex con cuello de Brontosaurio o algo así. La clase estalló en una risotada general e imaginaron las cientos de nuevas especies de dinosaurios que se formarían al mezclar las más conocidas.



Miss Mildzy guió al grupo hacia una explanada desde donde se veían los volcanes. Explicó que éstos no se encontraban activos y que no había nada de qué preocuparse. Solo en algunas ocasiones podía verse un poco de humo salir de los volcanes dormidos. —¿Pero qué son esas chispas de colores que salen de allí? —preguntó Jorge señalando con su dedo índice hacia una gran gruta cubierta de maleza. —¡Qué dices! ¡Si no hay fuego de colores! —exclamaron Kayci, Aldo y Kianna. —Y no pueden haber volcanes tan pequeñitos. ¿O si? —añadió preocupada Melissa. —¡Es verdad! ¡También veo las chispas! Ahora son azules… —indicaron David y Mario. Y antes de que la maestra pudiera guardar la calma ya todos los niños había ido a la carrera a observar el interior de la gruta. —¡No, chicos! ¡NO ENTREN! No sabemos que puede haber allí! —exclamó miss Mildzy persiguiéndolos hasta la entrada, donde repentinamente paró en seco. Nadie podía creer lo que veían sus ojos. Todos se quedaron mudos y el silencio solo fue roto por un triste llanto.



—¡UN DRAGÓN! —gritaron todos temblando de la impresión. —Sh sh sh… Aún no se ha dado cuenta que estamos aquí. Podemos escapar… —susurró Luz. —Pero se le ve muy triste. ¡Pobrecito! Hay que ayudarlo —propuso Diego. La profesora, titubeando, fue la primera en acercarse y darle una palmadita en la pata. —Se… Señor Dra… Dragón ¿Le ocurre algo malo? —dijo con un hilo de voz. —Podemos ayudarlo pero no nos coma —se acercó Paul. —Ten cuidado Paul —dijo Maira, tomándolo de la mano. Vamos juntos. Todos se quedaron pasamados viendo al dragón que lloraba aún más desconsoladamente y al soplarse la nariz le brotaban chispas de colores. Ahora eran violetas. —¡Son todos unos niños muy buenos! ¡Y se ve que son los mejores amigos! ¡Buuaaa! Me siento muy solo. ¡Desearía estar en mi hogar y con mis amigos! —se quejó el dragón. —Pero nosotros podemos ser sus amigos también —sugirió Ana. —Y podemos ayudarlo a regresar a su hogar —exclamó Salvador. —Nosotros somos los alumnos del nido Cuenta conmigo, cuál es tu nombre amigo? —preguntó Andrea. El dragón se secó las lágrimas y miro enternecido a los chicos. Respiró profundamente y se calmó, salió de la gruta seguido por los niños para contar su historia.



—Mi nombre es Puki y también voy a la escuela. Pero a la escuela de dragones. Y allí en mi planeta, todos los dragones debemos viajar y alejarnos de nuestros amigos para aprender la lección que nos ayudará a ser dragones respetables —explicó Puki. —¿Qué lección? ¿De matemáticas y ciencias? —preguntó Jorge. —¡No! Nada de eso. ¡De seguro una lección de magia o combate con espadas! —afirmó Aldo. —Ya sabemos un poco de esas cosas. La lección más importante es la de exhalar un fuego impresionante —continuó Puki—. Verán, todos los dragones guardamos una fuente de energía secreta tan poderosa que puede generar tornados de fuego. Pero solo los grandes dragones saben cómo despertar esa energía y por eso estoy aquí, para aprender a hacerlo. —¡Wow! Tornados de fuego… ¡Impresionante! —exclamó maravillada Kayci. —¡Muéstranos lo que has avanzado Puki! —rogó Kianna. Puki se adelantó y rugió. De su boca salieron lenguas de fuego multicolor del tamaño de unas naranjas. Cerró la boca apenado. —No está tan mal —le animó David. —¿Qué hay que hacer para despertar tu poder? —preguntaron Melissa y Mario. —Nuestro maestro siempre decía que la fuente de poder de un dragón está en su pasión. En descubrir aquello que lo haga sentir tan feliz que se sea capaz de lograr un fuego increíble—explicó Puki.



Los niños se miraron asombrados y asintieron con la cabeza. —¡Cuenta con nosotros para ayudarte Puki! —dijo Luz. —¡Somos los mejores en idear todo tipo de cosas divertidas! —afirmó Diego. —¡Eso me consta! —explicó miss Mildzy. —Hemos aprendido muchísimas cosas en la escuela. Podemos enseñarte y tú ves cuáles son con las que te sientes más feliz —propuso Maira. —Es una excelente idea. Iremos por turnos. Yo primero —se ofreció Paul y de inmediato le enseñó a Puki su trabalenguas preferido, el de los tres tristes tigres. —¡Ahora es mi turno! —exclamó Ana y les enseñó los pasos de su canción favorita, coreada por el resto de sus compañeros. Salvador pasó al frente e improvisó con su tambor una rítmica melodía. Andrea dibujó con sus crayolas en su cuaderno un precioso retrato de Puki. Jorge demostró la técnica perfecta para pararse de cabeza. Aldo impresionó a todos con un truco de magia para sacar monedas de las orejas de Puki. Kayci se animó a inventar un gracioso cuento que hizo reir hasta llorar a sus compañeros. Kianna obsequió a Puki y sus compañeros unas galletitas que había ideado con su propia receta. David, Melissa y Mario brincaban de felicidad! Y así fueron desfilando uno a uno todos los niños, demostrando un talento especial y una alegría que nunca antes había visto Puki.



La alegría era tan contagiante que Puki también se animó a mostrar algunas de sus habilidades. Se elevó al cielo y bajó volando dando vueltas en espiral ante los hurras de admiración de los niños. Se detuvo a pocos metros del lago. —¡Puki, porqué no te das un chapuzón! El agua se ve deliciosa —sugirieron Luz y Diego. —¡Sí, muestranos un clavado con doble giro! ¡Sería fenomenal! —lo animaronMaira y Paul. —La verdad es que no se nadar… —se disculpó Puki—. En mi planeta solo hay volcanes y ríos de lava, no tenemos lagos como los de ustedes. —¡Ánimo! Te enseñaremos —afirmó Ana. —¡Me da miedo! —exclamó Puki nervioso. —¡Pero a lo mejor descubres que nadar es tu pasión! —añadió Salvador sonriente. —No tengas miedo. No sabrás lo que se siente si no lo intentas… —explicó Andrea. Todos se reunieron alrededor de Puki y le dieron un cálido abrazo, tomándolo de las garras hasta llevarlo a la ribera del lago. Puki entró poquito a poquito al agua, primero con recelo y temblando, y luego ya con una sonrisa de oreja a oreja. ¡Hasta se animó a salpicar a sus nuevos amigos chapaleando en el agua! —¡Wow! Esto es muy similar a volar pero mucho más refrescante! —celebró Puki.



La clase entera, incluida la miss Mildzy se animaron a ponerse el bañador y entrar al agua para acompañar a Puki. Jorge y Kayci le enseñaron cómo nadar estilo mariposa. Aldo y Kianna le mostraron como aguantar la respiración bajo el agua. David y Melissa le enseñaron a bucear para encontrar tesoros perdidos debajo de las aguas. Mario sorprendió con un clavado acrobático que empapó a todos. Al caer la tarde, Puki se había convertido en un experto nadador y disfrutaba de los juegos con sus nuevos amigos. La profesora indicó que ya debía regresar a la escuela y decidieron secarse armando una pequeña fogata para asar malvaviscos. Puki se ofreció a encender el fuego. Grande fue la sorpresa de todos cuando al soplar exhaló un tornado de fuego que impresionó a todos. —¡Hurra! ¡Lo conseguiste! —corearon todos emocionados por su logro. —¡No lo hubiera podido lograr sin ustedes! —agradeció Puki—. Mi familia y mis amigos estarán muy contentos y finalmente podré regresar a casa.



Puki ideó la mejor forma de agradecer a los alumnos del nido Cuenta conmigo toda su ayuda: —¡Suban al autobús yo les llevaré volando al colegio! —propuso Puki. —¡GENIAL! —vitorearon todos hasta miss Mildzy. Luz, Diego, Maira, Paul, Ana, Salvador, Andrea, Jorge, Kayci, Aldo, Kianna, David, Melissa y Mario subieron entusiasmados al bus y ocuparon los asientos al lado de las ventanas para apreciar mejor el paisaje. Absolutamente todos los niños, pegaron las narices a la ventana cuando Puki tomó el autobús entre sus patas y se elevó al cielo batiendo con fuerza sus grandes alas. Todos dejaron escapar un chillido de emoción y abrieron los ojos como platos. Atravesaron quebradas, montañas y campos verdes hasta divisar a lo lejos los edificios de su ciudad, en especial el de su querido colegio. Puki aterrizó en la puerta principal del nido Cuenta conmigo. Los niños bajaron del autobús y se despidieron con un fuerte abrazo. Puki prometió que regresaría muy pronto, para seguir aprendiendo nuevas lecciones en el planeta Tierra y poder compartir más aventuras con sus nuevos amigos.



Aula: Dragoncitos Kinder 2021



Maira Andrea Nuñez Salinas

Aldo Sebastián Palomino Ruiz

Nació: 16-05-2014

Nació: 16-05-2014

David Alejandro Rojas Quesada

Ana Lucia Montalvo Castro

Nació: 10-12-2014

Nació: 12-05-2014

Ana Lucia Burga Palomino Nació: 19-10-2014

Marco Antonio Lopez Vega

Nació: 18-09-2014


Kianna Rose Willis Mujica

Diego Alonso Acosta Serpa

Kayci Scarlet Willis Mujica

Nació: 07-10-2014

Nació: 15-06-2014

Nació: 24-08-2014

Paul Ivan Rubio Mendiola

Luz Camila Noriega Chavez

Salvador Alonso Lema Aybar

Nació: 17-07-2014

Nació: 20-03-2014

Nació: 08-01-2014



¡Gracias por sus enseñanzas, siempre los llevaremos en nuestros corazones!


“Aprendimos unidos con amor desde casita”


Y recuerda siempre: “Los mejores regalos vienen del corazón”




Un cuento personalizado sobre los valores de la amistad, la solidaridad y el compañerismo entre los alumnos del nido Cuenta conmigo ¡Disfrútalo!

Escrito por: Mildzy Mujica

Más cuentos personalizados en: www.soycuentaconmigo.com www.facebook.com/cconmigocuentos


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