En El Tiempo De Dios Apóstol Sergio G. Enríquez O. Guatemala, 22 de abril del Año De La Abundancia
Dios siendo infinitamente grande, se introduce en el tiempo, no obstante que El no vive en el tiempo; por eso no podemos decir que El viva en el cielo porque no lo puede contener; en el cielo es donde desciende para gobernar y emitir Sus decretos, lo que realmente sucede es que se manifiesta en el tiempo pero vive en el Olam. Por eso vemos que en el libro del Profeta Miqueas dice que Sus salidas son desde la eternidad (lugar) y así empezó a visitar a Su creación una vez que se introduce en el tiempo; no obstante que el tiempo es diferente en cada lugar, entonces cuando hablamos de tiempo debemos analizar varias cosas. La Biblia nos habla de la hora, con lo cual podemos estarnos refiriendo a varias cosas, por ejemplo: cuando decimos que vamos a orar 1 hora, estamos diciendo que lo haremos por 60 minutos; pero también podemos referirnos preguntando a qué hora empieza el culto al Señor; entonces eso nos marca 2 medidas; por un lado el tiempo en sí y por otro lado una hora especifica. Por eso vemos que Dios dice que El hizo las cosas en su tiempo; por eso dice la Biblia que no hagamos despertar el amor hasta que quiera pero con eso debemos comprender que es necesario que haya cierta madurez; quizá podríamos marcar un límite diciendo que esperaríamos a que los hijos puedan contraer matrimonio hasta que se gradúen en cierto grado académico; sin embargo también necesitamos comprender que es Dios el que pone los límites del momento en que alguien deba iniciar su vida familiar. Por eso es importante estar en comunión con Dios para que El determine lo que debamos hacer en todo. Por eso vemos que la tribu de Isacar conocía los tiempo de todo lo que Israel debía hacer; ellos sabían en qué momento el pueblo debía caminar, ellos eran expertos en conocer los tiempos en todo. Mateo 8:13 (LBA) Entonces Jesús dijo al centurión: Vete; así como has creído, te sea hecho. Y el criado fue sanado en esa misma hora. Mateo 9:22 (LBA) Pero Jesús, volviéndose y viéndola, dijo: Hija, ten ánimo, tu fe te ha sanado. Y al instante la mujer quedó sana. Esto lo que nos enseña es que existe una hora en la que Dios marcará que hay sanidad. Otro de los versículos que podemos citar para este ejemplo, es el momento de aquella persona que estaba en el camino y los apóstoles Pedro y Juan lo vieron y el Apóstol Pedro le dijo que se levantara en el nombre de Jesús y aquel hombre fue sanado. Pero el punto es que Jesús no tenía ni un año de haber regresado con el Padre y sin lugar a duda que El lo pudo haber visto o supo de él cuando estuvo en la Tierra, pero no lo sanó porque no era su tiempo; lo que debemos saber es que hay una hora para cada cosa, entonces hay una hora para la sanidad. Por lo tanto lo que nos corresponde es seguir adelante esperando en Dios y no perder la fe en que El nos sanará en Su tiempo, será cuando considere que debe ser. Mateo 10:19 (LBA) Pero cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué hablaréis; porque a esa hora se os dará lo que habréis de hablar. Este estudio puede imprimirse y reproducirse por cualquier medio siempre y cuando se cite la fuente de donde se obtuvo.
www.ebenezer.org.gt
1
En El Tiempo De Dios Apóstol Sergio G. Enríquez O. Guatemala, 22 de abril del Año De La Abundancia
Con esto podemos ver que existe una hora en la que uno puede hablar; posiblemente no nos preparamos para hablar de determinado tema, pero como es la hora en la que debemos hablar, Dios nos respaldará porque es la hora que Dios determinó para que hablemos, para que prediquemos, para que enseñemos Su palabra. El problema con esto es que si lo hacemos fuera de tiempo, no solamente podemos hablar por nuestra alma o que tengamos una confrontación por falta de control y que no podamos fluir en la predicación. Es necesario que estemos en el tiempo de Dios para lo que El haya determinado que hagamos en Su obra. Proverbios 25:11 (R60) Manzana de oro con figuras de plata Es la palabra dicha como conviene. Este versículo podría enseñarnos precisamente lo que necesitamos comprender para la hora que Dios ha marcado en la que predicaremos Su palabra; pero también podemos tener la convicción de parte de Dios que hoy ha llegado el tiempo a Sus hijos si vamos a creerle y saber que iremos a donde El nos diga en el momento justo y entonces seremos los portadores de las bendiciones de Dios.
Este estudio puede imprimirse y reproducirse por cualquier medio siempre y cuando se cite la fuente de donde se obtuvo.
www.ebenezer.org.gt
2