Las Bases Del Principio Quinto Servicio de Santa Cena Apóstol Sergio G. Enríquez O. Guatemala, 8 de mayo del Año De La Abundancia
Acercarnos a la mesa del Señor, es un juicio que de pronto enfrentamos, razón por la cual es necesario que nos juzguemos a nosotros mismos antes que nos acerquemos a la mesa del Señor y saber que necesitamos perdón si reconocemos que hemos pecado. Además necesitamos saber que cuando nos acercamos a la mesa del Señor, nos encontramos ante el juicio del Espíritu Santo; cuando subamos a las nubes en el momento que la Iglesia sea levantada, estaremos delante del trono del Hijo donde seremos juzgados para saber si seguimos el camino hacia las bodas del Cordero o nos regresarán para pasar la tribulación con el propósito que ahí alcancemos el nivel espiritual que Dios desea que haya en nuestra vida. El juicio del Padre será después cuando todos los que no hayan alcanzado la estatura del varón perfecto, sean llamados y se enfrentarán a un juicio delante del gran trono blanco, entiéndase con esto el juicio del Padre. Pero hoy tenemos la oportunidad de juzgarnos primeramente donde el juez, siendo nosotros, podemos darnos el juicio más duro o más suave, pero si no lo hacemos adecuadamente, cuando estemos a la mesa del Señor ahí podemos ser debilitados, enfermos incluso podemos morir. Por eso juzguémonos adecuadamente antes de llegar a la mesa del Señor. Pero hoy podemos estar confiados que no estaremos delante del gran trono blanco porque cuando el Hijo ocupó nuestro lugar en la cruz del calvario, a El lo culparon aunque estaba limpio de pecado, pero al ocupar nuestro lugar, el pago por nuestros pecados fue muerte, es más, fue al lago de fuego para que estemos libres de presentarnos delante del gran trono blanco al final del milenio para ser juzgados. Entonces como Dios es bueno, nos concede que nos juzguemos a nosotros, antes que estemos delante de uno de los tronos que ya mencionamos. Otro de los puntos que necesitamos considerar es que si dice la Biblia que al acercarnos de la mesa indignamente, somos debilitados, enfermos o podemos morir; ¿qué sucederá si lo hacemos dignamente? Podemos comprender que seremos fortalecidos, recibiremos sanidad y nos ministrará vida. Por eso no podemos participar de la mesa del Señor sin responsabilidad, sabiendo también que si la palabra de Dios tiene poder en cada cosa que hagamos si estamos en el orden debido delante de Dios, veremos prodigios de parte de Dios; de tal manera que si somos evangelistas, cuando abramos la boca la gente se convertirá, si tenemos unción de sanidad, cuando abramos nuestra boca delante de la gente enferma, se sanarán, pero el punto es que a la palabra le siguen las señales, por eso vemos también que en Ezequiel 37:4-7 los huesos secos tomaron vida pero primero se levantó el Profeta para profetizar de parte de Dios y entonces todo aquello sucedió que se describe en el libro del Profeta Ezequiel. Entonces, si en el momento de ministrar la Santa Cena, creemos que el pan y vino del cual participamos, se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo, con lo cual tenemos un reinicio en nuestra vida y los pecados son echados a la mar y Dios no los recuerda más; también es necesario que lo recordemos constantemente, principalmente cuando nos acercamos a la mesa del Señor sin verlo como un acto normal o un acto más que podemos practicar; es necesario que estemos
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Las Bases Del Principio Quinto Servicio de Santa Cena Apóstol Sergio G. Enríquez O. Guatemala, 8 de mayo del Año De La Abundancia
conscientes de las bases que Dios puso desde el principio y que caminemos bajo esos principios para no desviarnos en ningún momento. Hechos 2:42 (PDT) "Ellos estaban dedicados a aprender lo que los apóstoles enseñaban. Compartían lo que tenían, participaban de la Cena del Señor y oraban juntos." Aquí lo que deseamos resaltar es el término APRENDER, es algo que parecería fácil pero no lo es; existen personas que por alguna extraña razón no logran aprender determinadas actividades, principalmente porque no tienen la disposición de hacerlo; pero si alguien tiene todo el deseo de aprender, principalmente cuando se trata de las cosas de Dios, el Señor activara lo que necesitemos. Pero entonces el punto es que siendo la Iglesia del final de los tiempos, necesitamos aprender lo que la Iglesia hacia en el principio cuando no había contaminación que los hubiera desviado de la verdad, de lo que Dios les había enseñado. Por eso es que necesitamos aprender del los apóstoles para poder enseñar y entonces en unidad podremos participar de la mesa del Señor. Con esto lo que podemos ver entonces es que la mesa con la que empezó la Iglesia, tenía 4 bases: 1.- Aprendían 2.- Compartían 3- Participaban 4.- Oraban Pero cuando todos lo hacemos en unidad, esto activa una sinergia inexplicable, principalmente cuando se trata del ámbito espiritual. ¿QUÉ NECESITAMOS APRENDER? 1 Corintios 11:23 (FTA) Porque yo aprendí del Señor lo que también os tengo ya enseñado, y es que el Señor Jesús la noche misma en que había de ser traidoramente entregado, tomó el pan… Participar del pan de la Santa Cena es algo que debemos aprender. Filipenses 4:9 (LBA) Lo que también habéis aprendido y recibido y oído y visto en mí, esto practicad, y el Dios de paz estará con vosotros. La consecuencia de aprender de nuestro Señor Jesucristo será que el Dios de paz estará con nosotros.
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