Asociación estratégica UE - África - Unión Europea

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Bruselas, 27.6.2007 COM(2007) 357 final COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN AL PARLAMENTO EUROPEO Y AL CONSEJO De El Cairo a Lisboa – la Asociación estratégica UE-África {SEC(2007) 855}{SEC(2007) 856} COMUNICACIÓN DE LA COMISIÓN AL PARLAMENTO EUROPEO Y AL CONSEJO De El Cairo a Lisboa – la Asociación estratégica UE-África 1. INTRODUCCIÓN 1.1. Nuevas realidades En el momento actual, África se encuentra en el centro de la política internacional, pero lo que resulta una novedad absoluta es que África, y la Unión Africana (AU) en particular, está emergiendo como un actor político por derecho propio. Resulta cada vez más evidente que África importa - como voz política, como fuerza económica y como inmenso caudal de potencial humano, cultural, natural y científico. Hay varias razones que pueden explicar este fenómeno, que se extienden desde el ámbito institucional (la Unión Africana) al político (las reformas y los procesos de democratización); desde el ámbito económico (auge de las materias primas, atractivas oportunidades de inversión, crecimiento económico sostenido en todo el continente, que en los últimos años ha alcanzado un promedio del 5,5 % y en donde nueve países se han acercado o han superado en 2005 el umbral de crecimiento del 7 %, necesario para obtener una reducción sostenida de la pobreza)[1], al estratégico (reajustes de las potencias mundiales, participación de un mayor número de actores internacionales en África); desde el ámbito social (globalización de las normas socioculturales, de los medios de comunicación) al demográfico (África tendrá pronto el mismo número de habitantes que India o China, un aumento de la movilidad y de la migración dentro de África y entre África y la UE), todo ello estrechamente relacionado con un contexto de globalización creciente. Entre tanto, la UE también ha cambiado, el número de Estados miembros ha aumentado a 27, su papel en el mundo se ha desarrollado y ha adoptado ambiciosas políticas comunes sobre seguridad, energía, cambio climático e innovación. Los europeos han reconocido que la prosperidad económica de África es esencial para la prosperidad europea y reconocen la necesidad de establecer una asociación más generalizada así como políticas más coherentes respecto a África. La asociación futura tiene que basarse en intereses y beneficios mutuos y complementarios que hayan sido definidos de forma conjunta. La UE debe seguir trabajando y prestando su apoyo a los gobiernos africanos como responsables principales y seguir respaldando los planteamientos propios de África y liderados por África. Por último, el mundo también se ha visto modificado por las fuerzas del capital y de los mercados financieros mundiales, el cambio climático, los medios de comunicación mundiales y la tecnología de la información y de las comunicaciones, el terrorismo transnacional y la delincuencia organizada, así como las pandemias mundiales, lo que hace en su conjunto que el mundo resulte cada día más pequeño. Por consiguiente, la necesidad de respuestas globales es más vital que antes. La UE y África son antiguos socios, pero un mundo transformado.


1.2 . Una asociación estratégica UE-África En este mundo transformado, la UE sigue siendo un importante socio de África: en términos comerciales (la UE continúa siendo el primer socio económico de África, con un nivel de exportación de mercancías que se eleva a 91,6 miles de millones de euros y de importación que alcanzó los 125,6 miles de millones de euros en 2005), de inversión y de ayuda oficial al desarrollo (AOD), con diferencia la más importante recibida por África (en 2006, la AOD proporcionada por la UE de forma colectiva se elevó a 48 mil millones de euros). No obstante, la UE no es el único socio de África y tampoco su única fuente de financiación. Por ejemplo, la ayuda recibida y el comercio con China han convertido rápidamente a este país en el tercer socio comercial de África, con un total de intercambios comerciales que en 2006 se elevaba a unos 43 mil millones de euros (partiendo de 30 mil millones de euros en 2005); además el 23 % del total de las importaciones de petróleo de China proceden ahora de África. Esto supone que si la UE quiere seguir siendo un socio preferente y aprovechar al máximo sus relaciones con África, tiene que mostrar su voluntad de reforzar, y en algunos ámbitos reinventar, la relación actual, tanto desde el punto de vista institucional, como político y cultural. La adopción en 2005 de la Estrategia de la UE sobre África fue un paso importante, pero ya es hora de pasar de una estrategia para África a una asociación política con África . Por consiguiente, en 2007, la UE y África están trabajando conjuntamente para reforzar su cooperación a nivel político y para sentar las bases de una asociación estratégica a largo plazo, que vaya más allá de la cooperación para el desarrollo, más allá de África, más allá de la fragmentación y más allá de las instituciones . - Esta Asociación irá más allá de la cooperación para el desarrollo , en el sentido de que, aunque la UE seguirá prestando un apoyo total al desarrollo de África, el programa se ampliará para incluir todas las cuestiones políticas de preocupación e interés comunes. También intentará aprovechar mejor y de forma más sistemática las aportaciones que otras políticas, como la comercial o de investigación, pueden realizar a esta asociación. Al mismo tiempo, la naturaleza de la relación irá más allá de la relación entre donante y receptor existente en el pasado y reflejará una asociación política en pie de igualdad. - Esta Asociación irá más allá de África , en el sentido de que el diálogo UE-África no debería limitarse a ser un foro de debate para las cuestiones «africanas». La UE y África ampliarán su visión hacia el resto del mundo. - Esta Asociación irá más allá de la fragmentación , en el sentido de que los marcos , políticas e instrumentos de la UE y africanos los marcos, políticas e instrumentos, nacionales, subregionales, regionales y continentales deberán prestar un mejor apoyo a la integración y cooperación del continente africano. La integración regional deberá recibir apoyo y estímulo como base para el proceso de integración continental. La integración regional también contribuirá a la creación de mercados más amplios y más integrados, esenciales para atraer inversiones, incrementar las capacidades de producción y aumentar la convergencia normativa. La integración económica es un elemento fundamental de ese proceso y se verá sustentado por una mejor relación comercial orientada al desarrollo entre la UE y África. Los Acuerdos de Colaboración Económica (ACE) serán un instrumento fundamental para ello. La asociación promoverá una división más clara de los papeles y las responsabilidades entre los diferentes actores por parte africana, entre los que figuran la Unión Africana y NEPAD, su programa socioeconómico, y las organizaciones regionales, y un mayor apoyo nacional y regional para las instituciones panafricanas. Entre tanto, en lo que respecta a


la UE, trabajará en la consolidación de la AU como principal actor político en África y tratará con más frecuencia a África como un interlocutor único . - Finalmente, la Asociación irá más allá de las instituciones , en el sentido de que el diálogo y la asociación UE-África trascenderán Bruselas y Addis Abeba y se abrirán a un conjunto de actores de más amplio espectro. Se tratará de consultar a la sociedad civil, pero también de intentar de verdad conseguir que un mayor número de participantes en el diálogo UE-África, que incluya a la sociedad civil y a las organizaciones de jóvenes, comparta los mismos objetivos y caminen en la misma dirección. Ir «más allá de las instituciones» debería consistir también en utilizar mejor y de forma más sistemática la experiencia, los conocimientos y los recursos del sector privado de ambos continentes para sacar adelante los objetivos de la asociación. 2. EL CAMINO DESDE EL CAIRO AL LISBOA 2.1. A partir de una Estrategia de la UE para África (2005) … La primera Cumbre histórica UE-África tuvo lugar en 2000 en El Cairo. La Declaración de El Cairo y el Plan de Acción de El Cairo firmados en dicha Cumbre contenían varios ambiciosos compromisos, relativos, por ejemplo, a la restitución de bienes culturales robados y a la deuda externa de África. Y lo que quizá es más importante, la Cumbre de El Cairo puso en marcha un diálogo político más estructurado entre la UE y África, con reuniones periódicas de ministros y de altos funcionarios. No obstante, el verdadero punto de inflexión en el diálogo UE-África fue la creación en 2001 de la Nueva Asociación para el Desarrollo de África (NEPAD), auténtica definición concebida e impulsada por África sobre el aspecto que debería tomar el futuro político de este continente. Incluso más importante fue la creación el año siguiente de la Unión Africana (UA). Los procesos actuales de integración, el papel cada vez más importante de las Comunidades Económicas Regionales (CER) y la aparición de la UA como principal actor internacional y como voz política unificada para África han sido cruciales, no sólo para África, sino también para la Asociación UEÁfrica. En este nuevo y positivo entorno, se proyectó la celebración de una segunda Cumbre UE-África en Lisboa en 2003. Por razones de participación y en un clima de controversia, esta Cumbre fue aplazada. Por razones múltiples, 2005 se convirtió en el año internacional para África. Se celebraron varios acontecimientos de alto nivel y se lanzaron importantes iniciativas internacionales, entre las que figuraban compromisos importantes relacionados con la ayuda y el alivio de la deuda en la Cumbre de los G8 en Gleneagles, y tras la Declaración de París sobre eficacia de la Ayuda, la adopción por el Consejo de Ministros de la UE de un paquete de medidas y de compromisos para aumentar la AOD y aumentar la eficacia de la ayuda y la coherencia de las políticas para el desarrollo (CPD) con el fin de ayudar a África y a los países en desarrollo en general a lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) para 2015. En octubre de 2005, durante una reunión conjunta con la Comisión de la UA, la Comisión Europea adoptó su Comunicación sobre una Estrategia de la UE sobre África. Dos meses más tarde, en diciembre de 2005, el Consejo Europeo ratificó muchas de las propuestas contenidas en dicha Comunicación y adoptó una primera Estrategia de la UE sobre África común, coherente y general titulada «La UE y África: Hacia una Asociación Estratégica». El objetivo de esta estrategia de la UE era establecer un marco único para todos los actores de la UE y confirmar el desarrollo de África como una de las principales prioridades políticas de la UE.


Mediante el trabajo de la asociación a tres niveles: nacional, regional y panafricano, la Estrategia se basaba en tres hipótesis fundamentales: i) en ausencia de una buena gobernanza, un Estado de derecho, paz y seguridad no es posible lograr un desarrollo duradero; ii) la integración, el comercio y la interconectividad regionales son factores necesarios para promover el crecimiento económico; iii) para que África logre cumplir los ODM, necesita más ayuda en cuestiones que tengan efectos directos sobre el nivel de vida, como la sanidad, la educación y la seguridad alimentaria. En 2006 y 2007, la UE ha aplicado de forma colectiva las políticas y medidas contenidas en el Estrategia para África. A nivel político, la UE ha integrado en mayor medida los principios fundamentales de pertenencia, asociación y de responsabilidad mutua en todas sus relaciones con África. A nivel operativo, la UE ha lanzado una ambiciosa Asociación UE/África en materia de infraestructuras y una Iniciativa de la UE para la gobernanza, se ha aumentado la financiación de las operaciones de paz lideradas por la UA (como la misión AMIS en Darfur) en el marco del Fondo de Apoyo a la Paz para África y ha prestado apoyo al programa Nyerere de la AU para intercambios de estudiantes y ha abierto una vía al programa europeo Erasmus Mundus para las universidades, los profesores y los alumnos africanos. La Estrategia de la UE ha permitido también una mayor coherencia interna de la política de la UE y una mejor coordinación de las políticas de la Comisión y de los Estados miembros para África. 2.2 . ... hacia una Estrategia UE-África conjunta La Estrategia de la UE para África ha resultado muy útil para movilizar más y de forma más coherente, la ayuda comunitaria a los esfuerzos de desarrollo emprendidos por África. Ha sido útil de dos maneras: como marco político o acervo y como proceso político. Ha conseguido que la UE sea un socio mejor, más unido y más eficaz y seguirá siendo un documento político fundamental, pero también es cierto que es sólo un primer paso. Desde el principio hubo críticas procedentes de diversos sectores en el sentido de que la Estrategia de África ha sido desarrollado sin las consultas suficientes y ha conservado elementos del planteamiento tradicional unilateral donante-receptor. Por consiguiente, en la V reunión ministerial UE-África de diciembre de 2005 en Bamako se acordó que la próxima fase para la UE y África consistiría en elevar la asociación a un nivel estratégico nuevo y en desarrollar una Estrategia Conjunta UE-África, una asociación con África, en lugar de una estrategia para África. En esta asociación estratégica, los Estados y organizaciones africanos tendrían la responsabilidad principal de su futuro político y de su desarrollo y, aunque la UE seguiría proporcionando ayuda al desarrollo con el fin de garantizar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) en África y en el mundo, la relación pasaría a ser gradualmente más política, más global y más igualitaria. Esta posición quedó posteriormente confirmada en el Consejo Europeo de diciembre de 2006 y en la Cumbre de la UA de enero de 2007. De forma paralela a la aplicación de la Estrategia de la UE sobre África, evaluada mediante una matriz común de aplicación, se empezó a trabajar en el desarrollo de una Estrategia Conjunta UE-África. Basado en el trabajo realizado en 2006, el proceso fue relanzado en 2007 con una serie de reuniones para acordar los principios, objetivos y prioridades políticas principales de la Estrategia Conjunta y de la Cumbre de Lisboa. En estas reuniones, la UE estuvo representada por la Comisión, las Presidencias alemana, portuguesa y eslovena y la Secretaría del Consejo. La UA estuvo representada por la Comisión de la UA, su presidencia actual (Ghana en 2007) y con frecuencia, también


por los países responsables de las cuestiones políticas en el contexto del diálogo de El Cairo[2]. El 15 de mayo, la reunión ministerial UE-África en Bruselas recibió con satisfacción y ratificó un esquema de la Estrategia Conjunta. Durante el verano y el otoño de 2007 proseguirán los trabajos para concluir la Estrategia Conjunta, la primera de una serie de Planes de acción y el orden del día de la propia Cumbre de Lisboa. Este proceso institucional ha sido respaldado por un ejercicio de consulta a gran escala (que figura en el sitio Internet www.EuropAfrica.org) para recoger datos para la redacción procedentes de una amplia gama de actores no institucionales en Europa, África y otros países. También se han celebrado debates periódicos con representantes del Parlamento Europeo, del Parlamento Panafricano y de actores de la sociedad civil de África y de Europa. Todos estos procesos deberían mejorarse e intensificarse durante la preparación de la Cumbre de Lisboa. 3. LA CUMBRE DE LISBOA: OBJETIVOS E INICIATIVAS El aplazamiento de la Cumbre UE-África en 2003 provocó una gran decepción política por lo que es una buena noticia que la Asociación UE-África vuelva a plantearse al más alto nivel político, como le corresponde. Esta Cumbre supone una oportunidad para que los líderes políticos de ambos continentes asuman importantes compromisos políticos que puedan aplicar sobre las principales cuestiones internacionales, en particular, el cambio climático, los movimientos migratorios, la energía sostenible, la gobernanza y la seguridad, y para que establezcan la trayectoria política de la Asociación estratégica UE-África. Además, la UE y África también pueden aprovechar esta oportunidad para demostrar su apertura al diálogo y para incluir tanto a antiguos como a nuevos socios de África, invitándoles a participar en la Cumbre. Durante la Cumbre, los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE y de los países de África (en representación de 80 países y de cerca de mil quinientos millones de personas) firmarán una Declaración de Lisboa , que contendrá el consenso entre la UE y África sobre los valores, los intereses comunes y los objetivos estratégicos. Los líderes africanos y de la UE adoptarán también una Estrategia Conjunta en forma de documente breve y concreto que contendrá la visión política y las directrices para la futura Asociación estratégica UE-África. 3.1. Objetivos La Estrategia Conjunta servirá para intentar cumplir cuatro objetivos políticos principales, cada uno de los cuales representa una dimensión de la actual Asociación UE-África: - Reforzar y elevar la asociación política UE-África para que se convierta en una auténtica relación entre iguales. - Seguir promoviendo la paz y la seguridad, la gobernanza y los derechos humanos, el comercio y la integración regional en África, así como otras cuestiones de desarrollo importantes. - Abordar los retos mundiales de forma conjunta. - Facilitar y promover una asociación amplia y destinada al conjunto de la población de África y de Europa. 3.2. Iniciativas políticas En el transcurso de la Cumbre los Jefes de Estado y de Gobierno podrían lanzar una serie de iniciativas emblemáticas para proporcionar contenido a la asociación y así


demostrar a África, al mundo y a las propios ciudadanos de la UE, la manera en que la UE está asumiendo de forma constructiva la iniciativa con la Asociación UE-África. Entre estas iniciativas podría incluirse: a) Una Asociación UE-África en materia de energía En ambos continentes, la seguridad energética, el acceso seguro, sostenible y abordable de los servicios energéticos y la gestión sostenible y eficaz de los recursos energéticos son requisitos imprescindibles para el desarrollo y la prosperidad. Aunque África cuenta con recursos energéticos abundantes, en la actualidad tiene el índice de acceso a la energía moderna más bajo del mundo. Seiscientos millones de africanos no tienen acceso a la electricidad y utilizan leña para cocinar y para calentar. Cuatrocientos mil africanos, en su mayoría mujeres y niños, mueren cada año por enfermedades respiratorias relacionadas con la contaminación del aire ocasionada por el uso de la leña y de otros combustibles tradicionales. Las necesidades de inversión son enormes. Según el Banco Mundial, para garantizar el acceso a la electricidad de todo el África Subsahariana de aquí a 2030, habría que realizar una inversión anual de 8,27 mil millones de euros. En la actualidad Europa y África están estrechamente relacionadas en el sector de la energía. Europa se beneficia de las exportaciones de energía africana y África se beneficia de apoyo técnico y financiero europeo en el sector de la energía. La creciente inquietud a nivel mundial respecto a la seguridad energética, el acceso energético y el cambio climático han reforzado de forma evidente la vinculación del futuro energético de ambos continentes y han creado la necesidad de abordar este tema de forma conjunta. Con este panorama, la Asociación África-UE en materia de energía constituirá una plataforma innovadora para mejorar el diálogo sobre política energética entre África y la UE. Mediante la Asociación en materia de energía, África y Europa compartirán conocimientos y experiencia, desarrollarán respuestas políticas comunes y fomentarán las acciones concretas para hacer frente a los problemas energéticos del siglo XXI. La Asociación se ocupará de la seguridad y la diversificación del suministro de energía, tanto para África como para Europa, de promover el acceso a servicios energéticos abordables, limpios y eficientes, de estimular los mercados energéticos y de incrementar los recursos humanos y financieros en apoyo del desarrollo energético sostenible de África, promoviendo al mismo tiempo el entorno para las inversiones así como la transparencia y estabilidad de los mercados. En ella participarán los actores principales, como el sector privado y las Instituciones Financieras Internacionales, y buscará la manera de incluir a nuevos donantes en el diálogo sobre el desarrollo del sector de la energía en África. Las actividades se centrarán en conseguir los siguientes objetivos concretos: reforzar el diálogo actual África-UE sobre el acceso a la energía y a la seguridad energética, aumentar las inversiones en infraestructura energética, incluida la promoción del recurso a energías renovables y la eficiencia energética, destinar al desarrollo una mayor proporción de los ingresos procedentes del petróleo y el gas, promover la transparencia y los marcos de acción e incluir el cambio climático en la cooperación al desarrollo. La Asociación deberá basarse en instrumentos existentes como el marco general de la Asociación UE-África en materia de infraestructuras y su Fondo fiduciario, la Iniciativa sobre la Energía de la UE (UEEI) y su Fondo ACP-CE para la Energía (en la actualidad 220 millones de euros), los programas indicativos nacionales y regionales incluidos en


el 10º FED y el programa temático sobre medio ambiente y de gestión de los recursos naturales, incluida la energía. b) Una Asociación UE-África sobre cambio climático El cambio climático está afectando a todos los países, pero se prevé que los países menos desarrollados y otros países en desarrollo vulnerables se vean afectados antes y en mayor medida. En su 4º Informe de evaluación regional para África, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (PICC) llega a la conclusión de que es uno de los continentes más vulnerables al cambio y la variabilidad climáticos debido a factores de tensión múltiples y a su escasa capacidad de adaptación. El continente africano se verá especialmente afectado en cuestiones de seguridad alimentaria, abastecimiento sostenible de agua y fenómenos climáticos extremos, como inundaciones y sequías. El Informe del PICC también indica que se prevé que para el año 2020, entre 75 y 250 millones de personas estarán expuestas a un incremento de la tensión causada por el agua debido al cambio climático y la agricultura de regadío podría verse reducida en algunos países a la mitad. Si se sigue sin poner remedio, el cambio climático pone en serio peligro la reducción de la pobreza y se corre el riesgo de perder años de esfuerzos en materia de desarrollo. En la Declaración de Addis Abeba sobre cambio climático y desarrollo en África de enero de 2007, los líderes de la UA se comprometieron, entre otras cosas, a integrar el cambio climático en las políticas, programas y actividades de desarrollo nacionales y regionales. La Presidencia de la Comisión de la UA recibió el mandato de asumir un papel rector en la promoción de la participación de África en las negociaciones sobre el clima. Esta Declaración constituye una buena base para una Asociación UA-UE sobre el cambio climático. La Asociación será un foro para el diálogo y el intercambio de puntos de vista sobre acciones concretas para hacer frente al cambio climático. La Asociación UE-África constituirá el canal ideal para las deliberaciones relativas a una visión común UEÁfrica. Esta Asociación también fortalecerá la cooperación práctica en los ámbitos siguientes: adaptación, reducción del riesgo de catástrofes, parar la deforestación, promover la participación de los países en desarrollo en el mercado mundial del carbón (a través del mecanismo para un desarrollo limpio), promover y extender las tecnologías respetuosas con el medio ambiente y mejorar el seguimiento de los esfuerzos ambientales del cambio climático, incluso a través de sistemas espaciales. Esta Asociación recibirá el apoyo de una Alianza global para el cambio climático que la Comisión propondrá en breve. c) Una Asociación UE-África sobre migración, movilidad y empleo La migración y la movilidad son elementos intrínsecos de la globalización y deberán considerarse y tratarse como fenómenos potencialmente positivos. En la Conferencia ministerial de Trípoli sobre migración y desarrollo, de noviembre de 2006, los ministros de la UE y de África se comprometieron a establecer una asociación entre países de origen, de tránsito y de destino para gestionar mejor la migración de forma general, unitaria y equilibrada, con un espíritu de responsabilidad compartida y de cooperación. La UE y África trabajarán estrechamente para aplicar las conclusiones de la Conferencia, que incluye un amplio espectro de materias, desde la promoción de los vínculos entre migración y desarrollo y la promoción de la migración legal, hasta el tratamiento conjunto de la migración ilegal, a través de la cooperación para el retorno y


la readmisión y la lucha contra el tráfico de seres humanos en donde la cooperación se ampliará para proporcionar una atención especial a la protección de las víctimas. Con el fin de reforzar los elementos sobre los que se sustentan las políticas de migración de los gobiernos africanos y sobre la base de iniciativas existentes en todo el continente, la UE y África colaborarán para crear una red de observatorios de migración en África que recoja, analice y distribuya información sobre los flujos migratorios entre África y la UE. Se seguirá promoviendo el desarrollo de los perfiles migratorios. África y la UE abordarán concretamente la cuestión de la migración del personal cualificado, como por ejemplo el personal sanitario, e intentarán reducir al mínimo el impacto negativo de la contratación europea para África, ya que se reconoce que la falta de personal sanitario constituye un importante obstáculo para avanzar en los ODM[3]. En efecto, un reciente sondeo del Banco Mundial realizado en Etiopía sobre los licenciados recientes en medicina y enfermería indicaba que el 70 % de los médicos y el 62% de los enfermeros pensaban abandonar el país «en cuanto se les presentara la oportunidad» y se calcula en el momento actual unas 80 000 personas cualificadas abandonan el continente africano cada año, entre los que figuran 23 000 ejecutivos o profesionales. En caso necesario, podrían estudiarse iniciativas similares para otros sectores. Además, los socios estudiarán la manera de facilitar la transferencia de remesas de los emigrantes y que este dinero contribuya más al desarrollo sin dejar por ello de respetar su carácter privado. Con el fin de promover y mejorar la movilidad y la migración laboral dentro de África y, en su caso entre África y la UE, ambas partes colaborarán para reforzar la capacidad de información y gestión de la migración africana (basándose, entre otras cosas, en el modelo que está desarrollando actualmente el Gobierno de Malí y en la experiencia adquirida mediante la ampliación de varios proyectos sobre migración en el norte de África). También se estudiará la manera de facilitar la migración circular ente África y la UE con el fin de crear situaciones que convengan tanto a los países de origen como a los destino y a los propios migrantes. La UE y África fomentarán la circulación del personal cualificado africano entre los países de origen y los de destino mediante la creación de asociaciones entre centros de enseñanza de la UE y de África, como universidades y hospitales. Como quiera que el déficit de empleo es uno de los principales problemas de África, y reconociendo que las iniciativas de migración y de gestión de la movilidad deben afrontarse con una perspectiva más amplia, ambas partes unirán sus fuerzas para crear más y mejor empleo en África , sobre todo para los jóvenes y las mujeres. A partir de su propia experiencia, la UE deberá ayudar a África a establecer y aplicar las estrategias y políticas que estimulen la creación de empleo en la economía oficial, mediante la mejora del entorno para la inversión y el establecimiento de órganos del mercado de trabajo fuertes, eficaces, transparentes y responsables. La creación en África de puestos de trabajo más productivos y de un empleo más digno ofrecerá a los jóvenes africanos de ambos sexos un futuro y una verdadera alternativa a los viajes ilegales, inciertos y con frecuencia peligrosos en busca de un empleo irregular en la UE. La cooperación en este ámbito deberá tener objetivos claros y basarse en los principales pilares de la política de desarrollo, a saber, comercio, agricultura, pesca y TIC, infraestructura, integración económica, inversión, AOD y remesas de los emigrantes. d) Una Asociación UE-África sobre la gobernanza democrática La gobernanza democrática forma parte de los valores fundamentales de la UE y de la UA. Tanto una como otra han emprendido iniciativas en este ámbito como la nueva


arquitectura de gobernanza panafricana, el MARP (Mecanismo de evaluación inter pares africano), la Iniciativa para la gobernanza para África y los países ACP y la Iniciativa para la gobernanza para los países vecinos. Se está desarrollando la interacción entre el Parlamento Panafricano y el Parlamento Europeo. En estos momentos, la UE y la UA tienen que iniciar un diálogo entre ambos continentes más ambicioso y general sobre todos los aspectos de la gobernanza. Para ello, la UA y la UE crearán conjuntamente un Foro sobre la Gobernanza con la participación de actores del sector privado, de los parlamentos nacionales y continentes, de las autoridades locales y de las organizaciones regionales, para reforzar su diálogo sobre cuestiones de gobernanza de interés mutuo, como los derechos humanos, los principios democráticos, el Estado de derecho, la gestión de los recursos naturales, la lucha contra la corrupción y el fraude, la gestión responsable y transparente de los fondos públicos, el desarrollo y la reforma de las instituciones, las situaciones de vulnerabilidad, la gobernanza global, la reforma del sector de la seguridad, etc., con vistas a conseguir un firme arraigo de los principios de gobernanza democrática a nivel global, continental, nacional y local, Pero también para introducir el diálogo UE-UA a alto nivel sobre cuestiones de gobernanza democrática. Con el fin de facilitar un apoyo más eficaz a la arquitectura de la gobernanza panafricana y a los esfuerzos de coordinación de políticas , la UE estudiará nuevos sistemas para aumentar la financiación comunitaria y de los Estados miembros a través de un fondo de la UE o de contribuciones comunes de la UE a los instrumentos financieros y a los fondos fiduciarios existentes. e) Una arquitectura conjunta política e institucional UE-África Estas cuatro asociaciones sectoriales se complementarán y reforzarán mediante un compromiso vinculante para un diálogo político más general y estructural entre los líderes de los 80 Estados de la UE y África, así como entre las instituciones democráticas y los ciudadanos de ambos continentes. Para ello, la UE y África deberán reforzar el diálogo entre todas las instituciones de la UE y de la UA con el papel rector del Parlamento Europeo y del Parlamento Panafricano. Además, la UE y África podrían, llegado el caso, celebrar también reuniones ministeriales y desarrollar mecanismos institucionales eficaces para un diálogo político a todos los niveles (global, continental, regional, nacional y local) de la asociación. Estos esfuerzos se basarán en las reuniones existentes de la Troika Ministerial que se celebran cada dos años y del activo diálogo entre la Comisión de la UE y la Comisión de la UA , pero puede que sobre todo a nivel global (lo que incluye la posibilidad de coordinación de las posiciones y programas en organizaciones y entornos multilaterales) se requieran nuevos mecanismos. Finalmente, y para plasmar las ambiciones de la asociación estratégica, los líderes de la UE y de África deberán comprometerse a celebrar una Cumbre cada dos años, alternando entre la UE y África. Esta asociación política de amplio espectro se presentará oficialmente en la «Declaración de Lisboa». Las cinco iniciativas anteriores que son propuestas de la UE sobre cuestiones relevantes para la Cumbre de Lisboa, figurarán, junto con programas y actividades en otras áreas de interés común, en un Plan de acción que se adjuntará a la Estrategia conjunta. Para la Cumbre de Lisboa, se redactará un primer Plan de acción que incluirá las actividades conjuntas a corto y medio plazo (los dos años siguientes hasta la próxima Cumbre). Con el fin de que la Cumbre de Lisboa sea un éxito y un hito, la UE y la UA deberán incluir en este primer Plan de acción una lista ambiciosa de iniciativas.


3.3. Documento conjunto En un documento conjunto preparado por la Comisión Europea y la Secretaría del Consejo titulado: Tras Lisboa: Conseguir que la Asociación estratégica UE-África funcione, se presenta una visión más completa de los objetivos y prioridades de la asociación. Dicho Documento conjunto, así como la presente Comunicación, constituyen la contribución de la UE a la Estrategia conjunta que será negociada y concluida con los socios africanos durante el verano y el otoño de 2007. [1] Angola, Cabo Verde, Congo, República Democrática del Congo, Etiopía, Mozambique, Sierra Leona, Sudán y Tanzania. [2] Argelia (paz y seguridad), Egipto (bienes culturales), Nigeria (deuda), Senegal (migración), Túnez (ayuda), Libia (seguridad alimentaria), Marruecos (medio ambiente), Sudáfrica (comercio e integración regional). Obsérvese que aunque no es miembro de la UA, Marruecos ha participado en las reuniones como jefe de equipo para medio ambiente. [3] COM(2006) 870: Programa de acción europeo para hacer frente a la grave escasez de personal sanitario en los países en desarrollo (2007–2013).


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