Sinestesía o el arte de oír colores, ver sonidos, saborear la música…

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“Sí, si cada número tiene su color… el dos es amarillo… el siete es verde… ¿no?” La SINESTESIA o el arte de oír colores, ver sonidos, saborear la música… y demás mezcla de sentidos.

Sinestesia (del griego syn, junto, y aisthesis, sensación) -> Es una condición fisiológica en la que la estimulación de un sentido se percibe como si otro u otros sentidos diferentes fueran estimulados simultáneamente.

¿Por qué estudie Psicología? Sinceramente no recuerdo lo que me hizo contestar a la pregunta planteada por una amiga de mi madre que quería estudiar de mayor, simplemente sé que a punto de cumplir los 12 años de mis labios salió la palabra psicología sin titubear. A día de hoy, y con unos cuantos años más encima, de haber finalizado la carrera de Psicología, tener la especialidad en Psicología Clínica… sé a ciencia cierta que uno de los motivos que me llevó a esa contestación fue la curiosidad, el ser una persona curiosa desde pequeña, pero la curiosidad por cosas curiosas, valga la redundancia. Por ese tipo de cosas que en un principio cuesta creer, que parece que te están tomando el pelo, por esas cosas que la primera vez que oyes de su existencia se te queda una cara de medio asombro- medio asco, y para rematar una vez que ya compruebas que sí, que son verdad y que existen, cuando te explican el porqué se producen (según diversas teorías) o la causa “científica” que las causan terminan por maravillarte. Estudiar la carrera de psicología hace que el descubrimiento de este tipo de curiosidades sea algo frecuente, sobre todo en determinadas asignaturas, como en Neuropsicología, en Psicología de la Personalidad o en Psicología Social, asignatura esta última en la que personalmente más veces me quedaba fascinada por las explicaciones en clase del profesor y por los misterios del comportamiento humano: ¿qué nos hace actuar de un modo determinado y que en un principio cueste creer que pueda tener una explicación más o menos lógica, razonable o justificada? Evidentemente, deseando estaba con que llegara la hora de comer para compartir esta nueva información con mis compañeros del Colegio Mayor, estudiantes de otras carreras que


incluso alucinaban más que yo. El que me preguntaran si había aprendido hoy algo interesante en clase se hizo rutina, se instauró como hábito y gracias a ello, pude comprobar in situ la existencia de uno de los primeros fenómenos que me dejó fascinada y que es el que hoy os presento: la sinestesia. Antes de continuar, señalar que aunque la etapa del Colegio Mayor ya quedó atrás, me gustaría seguir compartiendo este tipo de singularidades con vosotros, pues considero que igual que yo y mis amigos nos quedamos seducidos con ellas, a muchos de vosotros también os pase. Y además, el conocimiento no ocupa lugar, o eso dicen. También añadir que si hoy inauguro esta sección de “curiosidades” con un fenómeno que tiene una base neurológica, en honor a mi amiga Isa Soria, los próximos artículos se centrarán más en el ámbito de la psicología social y de cómo los pensamientos, sentimientos y comportamientos de las personas son influidos por la presencia real, imaginada o implícita de otras persona. Como ya he mencionado, hoy vamos a profundizar en la sinestesia. El contexto el siguiente: estábamos comiendo y ante la pregunta arriba mencionada, empecé a comentar que en clase hoy nos habían hablado de que existían personas que cada vez que pensaban en un número lo asociaban a un color determinado, es decir, que creían que cada número tenía un color fijo y que dicho conocimiento era compartido por el resto de las personas. Ante dicha explicación salta unas de mi compañeras de mesa ese día, Isa Soria: “Sí, si cada número tiene su color… el dos es amarillo… el siete es verde… ¿no?” Y toda la mesa se quedó alucinada, y qué decir de Isa, no se podía creer que el resto de personas no relacionasen el número dos con el amarillo, el siete con el verde, etc. Fue una experiencia asombrosa el poder ser testigo del descubrimiento de dicha “rareza” en primera persona. Lo que le sucede a Isa, es un trastorno sensoperceptivo en el que la percepción se aglutina, es decir, el estímulo a través de uno de los sentidos (el oído) provoca simultáneamente la sensación en otro (la vista); es esta mezcla de los sentidos lo que se conoce con el nombre de sinestesia. El asociar los números o letras con colores es una de las sinestesias más frecuentes, así como el que la música evoque un color determinado, aunque también existen personas sinestésicas que en respuesta al tacto perciben olores (¿os imagináis que cada vez que tu pareja te acaricie huelas a café?) o que el escuchar a un saxofonista tocar le sabe a miel. Es decir, en las sinestesias pueden estar implicados cualquiera de los sentidos.


Una de las sinestesias más frecuentes es la de asociar números con colores.

Es común que si nunca antes hemos escuchado hablar de este trastorno sensoperceptivo desconfiemos de lo que nos está diciendo una persona sinestéica y no le creamos, pero no, no están mintiendo. Lo que la persona sinestésica percibe espontáneamente es real, se producen de manera involuntaria y es particular de cada persona. Es decir, Isa tiene asociado que el número dos es de color amarillo mientras que otra persona sinestésica, tendrá ese mismo número asociado con otro color, por ejemplo, con el morado. Señalar que este fenómeno acompañara a la persona “de por vida”, pues las sinestesias perduran en el tiempo siendo estables, es decir, que si un sinestésico asocia el tacto de su agaporni con el olor a jazmín, olerá a jazmín cada vez que acaricie a su agaporni. Como otra característica curiosa de las percepciones sinestésicas, indicar que la memoria de la percepción sinestésica (secundaria) con frecuencia es más potente que la primaria, así no es de extrañar que un sinestésico que asocia un determinado olor al nombre de una persona, recordará el nombre del olor más que el nombre de la persona. ¿Qué la causa? Al ser una percepción real, como ya se ha señalado, debería de poder explicarse sobre bases neuoanatómicas, ¿no? En respuesta a ello, y de acuerdo a Nunn, los cerebros de los sinestésicos son diferentes aunque señala que esta diferencia no debe considerarse como un daño cerebral. La mayoría de las teorías que intentan el explicar dicho fenómeno apuestan por un “cruce de cables” entre las áeras del cerebro que en personas sin este trastorno perceptivo están incomunicadas y precisamente ese “cruce de cables” permite que en el cerebro de los sinestésicos la comunicación entre dichas áreas. Este “cruce de cables” explicaría cómo cuando una persona sinestésica escucha palabras habladas, las partes del cerebro encargadas del color se activan y se utilizan, sugiriendo que los centro de las palabras se están comunicando con los centro del color.  Más datos…

Este tipo de trastorno de la percepción tenía la etiqueta de infrecuente, pues según el estudio de referencia hasta el momento (Baron-Cohen el al, 1996) se estimaba una prevalencia que oscilaba entre al menos uno por cada 2000 personas y según el estudio más reciente (Rich et al, 2005) la prevalencia rondaba el 0,024%. Así mismo, también se estipuló que se daba más en mujeres que en hombres en una proporción de 6:1 según el estudio de Baron-Cohen o en una proporción de 6:2 según el estudio de Rich. Sin embargo, los datos arrojados por el último estudio de la doctora Julia Simner, de Edimburgo, y el profesor Jamie Ward, de Sussex, han puesto en evidencia que este trastorno es mucho más prevalente de lo que se creía (hasta un 88% más, es decir, en torno a 4,4% de la población general) y que no hay una tan


fuerte asimetría en la distribución de la sinestesia en los sexos, con una relación mujer:hombre de 1,1:1. El que la sinestesia se dé en varios miembros de una misma familia (Asher, J. E. et al. 2009), nos indica la más que probable existencia de que tenga un componente genético. Al respecto señalar que la sinestesia puede saltarse generaciones, no siendo necesaria la relación de la familia inmediata( se puede tener un tío lejano con el que se comparte el trastorno sensoperceptivo) y como ya se ha mencionado, los diferentes miembros sinestésicos de la familia pueden manifestar diferentes formas de sinestesia, así mientras que el padre colorea sus letras a su hija le sabe las palabras.  Sinestesia… ¿defecto o virtud?...

Lo dejo a su libre elección… y para facilitarle la decisión os adjunto unas palabras de Oliver Messiaen, uno de los compositores franceses más influyentes del siglo XX y que era sinestésico: veía colores cuando escuchaba música. Para él la música se dividía en música con color y en música sin color. Es más, en algunas de sus partituras anotó los colores de la música con el fin de ayudar al director de la interpretación.

Para despedirme os dejo una entrevista de 1:58 minutos a James Wannerton titulada “Escogía a mis novias por el sabor de sus nombres”: https://www.youtube.com/watch?v=cP1RN8RzqTc

Como he mencionado antes y teniendo en cuenta de que este trastorno de la percepción es más frecuente de lo que se pensaba según los datos arrojado por los últimos


estudios, tal vez alguno de vosotros le haya pasado como a Isa y a través de la lectura de este artículo hayáis descubierto que sois sinestésicos, y si ha sido así, por favor, no dudéis en compartir el hallazgo con todos nosotros. *Dedicado con cariño a todos los curiosos y a Isa Soria, de apodo Spiderman; sí, en todos los Colegios Mayores el tener un apodo es algo que va en la cláusula de admisión, un beso de Duende Verde ;)

Referencias: Alonso, A. (2011). El color de los sonidos. Madrid, España. Editorial: Visión Libros. Asher, J. E. et al (2009). A Whole-Genome Scan and Fine-Mapping Linkage Study of AuditoryVisual Synesthesia Reveals Evidence of Linkage to Chromosomes 2q24, 5q33, 6p12, and 12p12. Am. J. Hum. Genet. DOI: 10.1016/j.ajhg.2009.01.012. Baron-Cohen S, Burt L, Smith-Laittan F, Harrison J, Bolton P. (1996). Synaesthesia: prevalence and familiality. Perception , 25: 1073–9. Nunn, J.A., Gregory, L.J., Brammer, M., Williams, S.C., Parslow, D.M., Morgan, M.J., Morris, R.G., Bullmore, E.T., Baron-Cohen, S. & Gray, J.A. (2002) Functional magnetic resonance imaging of synesthesia: activation of V4 ⁄ V8 by spoken words. Nature Neuroscience, 5: 371375. Rich A. N., Bradshaw J. L., Mattingley J. B. (2005). A systematic, large-scale study of synaesthesia: implications for the role of early experience in lexical-colour associations. Cognition 98 53–58 10.1016/j.cognition.2004.11.003. Simner, J., Mulvenna, C., Sagiv, N., Tsakanikos, E., Witherby, S.A., Fraser, C., Scott, K, & Ward, J. (2006). Synesthesia: The prevalence of atypical cross-modal experiences. Journal of Perception, 35, 1024-1033.

Miriam Navais | Psicóloga Clínica

www.miriamnavais.com


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