16VIVIR BURGOS
DIARIO DE BURGOS LUNES 9 DE JULIO DE 2007
Cariño,
¿dónde dejamos al niño? La preocupación más frecuente de los padres en los meses de verano es encontrar un lugar o una persona de confianza con la que dejar a sus hijos. Las opciones son varias pero la demanda es cada día más elevada MÍRIAM LÓPEZ / BURGOS
V
acacionessssss! fue el grito más frecuente que se podía oír en los colegios el día 23 de junio. Y es que, a los más peques les esperaban dos meses y medio por delante para pasarse el día jugando y disfrutando. Los padres, felices al ver a sus hijos tan contentos, sabían que en ese momento comenzaba una misión complicada. Los más previsores ya tenían acordado un lugar o una persona para cuidar a los niños en verano; otros, en cambio, aún no habían resuelto este problema, bien porque habían sido rechazados en diversos centros o porque quizá, los más despistados, no se habían percatado de que los pequeños gozan de dos meses más de descanso que los adultos. Ir de campamento o de colonias es sin duda la aventura más agradable a la que se puede enfrentar un niño en verano. Convivencia con otros amigos, talleres, excursiones, incluso dormir en tienda de campaña, toda una experiencia para ser la primera vez que pasan días fuera de casa. A la playa, a la montaña, al bosque... cualquier opción es buena si lo que se quiere es que el crío pase unos días inolvidables. Pero para los más peques existen diversas opciones sin salir de la ciudad. Centros cívicos, Centros de Acción Social ( CEAS), Centros Abiertos y ludotecas privadas trabajan todo el verano para entretener y hacer disfrutar a los niños mientras sus padres trabajan.
barrio de G3. Un acogedor espacio en el que disfrutan 60 niños de entre 0 a 12 años. Durante la etapa escolar hace las veces de una escuela infantil donde cuidan, enseñan y divierten a los pequeños, además de darlos de comer si se desea. Ahora, con la llegada del verano, no falta trabajo, los niños divididos según edades y cada grupo con su profesora realiza actividades acordes a sus posibilidades. «Los que peor lo llevan son los de 7 a 9 años porque creen que estarán con los pequeños, aunque enseguida descubren que hay más niños de su edad», dice la directora del centro, Ana Mallén. La adaptación de los críos, por lo general, es rápida. En uno o dos días como mucho, los pequeños ya están contentos y han hecho compañeros. Según dice Mallén, los padres acuden a la ludoteca buscando principalmente que sus hijos estén entretenidos. Para ello, las jóvenes cuidadoras han ideado una multitud de actividades como talleres, disfraces o incluso juegos en la calle. Los precios de la ludoteca se clasifican según las semanas, días y horas que se quiera dejar al niño. Si se queda al comedor la cuota asciende levemente.
Los colegios públicos Vadillos y Claudio Sánchez Albornoz son centros abiertos
CEAS. Este año el Ayuntamiento ha aumentado el número de plazas para las actividades de verano en este centro social debido a la afluencia que tuvo el año anterior. Entre Vadillos, Arlanzón, Gamonal- Las Torres y San Pedro de la Fuente se han habilitado 1.620 plazas para jóvenes de entre 4 y 17 años. Por un precio muy asequible, 6,40 euros, el niño puede disfrutar durante las mañanas de una quincena de actividades que van desde las clásicas manualidades hasta variados deportes o fotografía.
Talleres y juegos llenan las mañanas de miles de niñas y niños, sobre todo durante las mañanas del verano. / VALDIVIELSO
LUDOTECA PRIVADA. Ante la creciente demanda de lugares que permitan a los padres compaginar su vida privada y laboral surge esta propuesta en nuestra ciudad. Desde hace casi tres años existe un centro de este tipo en el
CENTROS ABIERTOS. El colegio Vadillos y el Claudio Sánchez Albornoz son los únicos Centros Abiertos que hay en la capital. Un total de 335 plazas, aunque hay niños que no siempre acuden. Este es un servicio gratuito que está en marcha no sólo en verano sino también durante las vacaciones de Navidad, Semana Santa, días laborables no lectivos y sábados. Carmen López es una de las madres que lleva a su pequeño a uno de estos centros. «Supone una gran ventaja poder dejar a mi hijo mientras trabajo»,comentaba. Álvaro Merino, su hijo, acaba de cumplir 4 años y sus compañeros del centro le sorprendieron con una fiesta de cumpleaños. Asiste desde hace varias semanas a las 9.30 al Centro Abierto de Vadillos; allí pinta, hace manualidades y otros talleres que le mantienen entretenido hasta que su abuelo le recoge a la 1. Su madre afirma que está muy contenta con los servicios recibidos: « Estoy encantada con las profesoras y el niño sale muy contento».