conflicto coreano

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Resolución 406 - 2012 - Conafu

CICLO DE INGRESO DIRECTO “CID” Asignatura:

“Tecnología de la Información” Tema:

Conflicto de la Península Coreana

Alumnos: Misael Sencia Ch. Gabriela Rueda O. Juan Díaz Castro Alexander Herrera Mendoza

CUSCO - PERÚ 2013


Historia del conflicto Hasta 1945 Corea era una colonia de Japón. Tras la rendición de Japón en 1945 los Aliados de la Segunda Guerra Mundial dividieron la península coreana por el paralelo 38, quedando en el norte las tropas soviéticas y en el sur las estadounidenses. En 1948 la península coreana se divide en dos entidades políticas: la República de Corea (Corea del Sur) y la República Democrática Popular de Corea (Corea del Norte). Los sistemas político­sociales contrapuestos entre los países, el capitalismo y el comunismo, provocaron una guerra que se inició en 1950. En esa guerra Corea del Sur acudió en ayuda de EE.UU., mientras las Fuerzas Armadas de China y las tropas de la URSS estaban al lado de Corea del Norte. Tras intensos combates en 1953, ambos estados celebraron un acuerdo de alto el fuego, aunque no se hizo un tratado de paz. Según este acuerdo Corea del Sur y Corea del Norte están divididas por la línea de demarcación militar en ambos lados de la zona desmilitarizada, de una anchura de 4 kilómetros. En la década de los 60 se registraron ataques y provocaciones armadas repetidamente por parte de ambos estados, lo que llevó a la muerte de centenares de coreanos. Sin embargo, en las décadas posteriores ambas partes han dado pasos para suavizar la tensión. En julio de 1972 ambas Coreas firmaron una declaración conjunta que establece los principios básicos de la asociación: por sus propias fuerzas sin depender de fuerzas externas, y por medios pacíficos a partir de la “unidad nacional”. En 1991, Corea del Norte y Corea del Sur firmaron el Acuerdo de reconciliación, no agresión, cooperación e intercambio. En 1992 adoptaron una declaración conjunta sobre la desnuclearización de la península coreana. En el período entre 2000 y 2007 en Pyongyang se celebraron dos cumbres intercoreanas donde se firmó la Declaración Conjunta del Norte y del Sur, donde las partes anunciaron su intención de buscar la reunificación “por las fuerzas de la nación coreana”. Asimismo se acordó mantener “relaciones de paz y prosperidad”. Sin embargo el diálogo político entre las dos Coreas ha estado marcado por cierta inestabilidad, donde las pugnas por ambas partes han pasado por momentos de menor a mayor tensión. En octubre de 2006 y mayo de 2009 hubo un deterioro de las relaciones cuando Corea del Norte realizó pruebas nucleares subterráneas. Este paso indignó a la comunidad internacional. En respuesta a las acciones de Pyongyang el Consejo de Seguridad adoptó la Resolución 1718 y 1874, que exigían a Corea del Norte detener las actividades nucleares y volver a las conversaciones sobre la desnuclearización de la península coreana. El 26 de marzo de 2010 en el Mar Amarillo, cerca de la frontera con Corea del Norte, tras una fuerte explosión cuya causa no se conoce se hundió la fragata militar surcoreana Cheonan. 46 de los 104 marineros que estaban a bordo murieron. Seúl acusó a


Pyongyang de la destrucción de la nave; Corea del Norte, a su vez, dijo que la investigación del caso fue falsificada por Seúl. El 23 de noviembre de 2010 en la península coreana, cerca de la isla de Yeonpyeong en el mar Amarillo, donde pasa la línea fronteriza en disputa entre ambas Coreas, se registró el incidente armado más grande en el último medio siglo. Según informes de Seúl, la isla fue sometida a fuego de artillería desde el norte, fuego al que respondieron. En este combate murieron dos soldados surcoreanos y 14 resultaron heridos. El 17 de diciembre de 2011 murió el líder norcoreano Kim Jong­il. Su hijo menor, Kim Jong­un, fue nombrado como sucesor. El 12 de febrero de 2013 tuvo lugar un auge de la tensión en la crisis coreana cuando Corea del Norte realizó su tercera prueba militar subterránea. En respuesta a este desafío, el 7 de marzo el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó la resolución 2094 con nuevas sanciones. Otro deterioro de las relaciones entre Pyongyang y Seúl se dio por los ejercicios militares conjuntos a gran escala de Corea del Sur y EE.UU. en marzo de 2013. Pyongyang suele considerar este tipo de ejercicios militares como un “ensayo general para la guerra” en la península coreana, por lo que amenaza con tomar represalias en caso de un ataque a su territorio. Además, las autoridades norcoreanas han insistido en repetidas ocasiones que en caso de agresión están listos para usar misiles capaces de llegar a las bases de EE.UU. El 5 de marzo Corea del Norte puso fin al Acuerdo de Armisticio que se firmó en 1953. El 8 de marzo declaró la renuncia unilateral de todo acuerdo de no agresión vigente entre Pyongyang y Seúl, y anunció el corte de línea de comunicación telefónica entre los dos países. El 26 de marzo Corea del Norte declaró que está preparado para el combate y amenazó con golpear a Guam, Hawái y la parte continental de EE.UU. El 27 de marzo Corea del Norte decidió romper la línea directa militar de comunicación con Seúl. El mismo día, Corea del Norte envió un mensaje al Consejo de Seguridad de la ONU diciendo que la situación en la península coreana está al borde de la guerra nuclear. El 29 de marzo dos bombarderos sigilosos B­2 de la Fuerza Aérea de EE.UU. con capacidad para transportar bombas nucleares, hicieron su primera maniobra militar en la península coreana. El 30 de marzo Corea del Norte anunció que las relaciones en la península coreana han entrado en estado de guerra y resolverán los asuntos con el Sur según las normas de guerra. El Gobierno surcoreano respondió rápidamente a esta declaración de Pyongyang, asegurando que “la declaración de Corea del Norte no es una amenaza nueva, sino la continuación de sus amenazas provocadoras”, mientras EE.UU. tomó la decisión “en serio”.

El conflicto en la península coreana: intenciones estadounidenses


El enfoque de la mayoría de las noticias referidas a la situación en la península coreana desde marzo y hasta la actualidad, ubican como causante único o principal del conflicto al gobierno de la República Popular Democrática de Corea (RPDC). Abundan los titulares de “Corea amenaza”, “Corea intimida”, con espacios donde se mantiene el seguimiento de los movimientos militares, tales como “Seúl sospecha que Pyongyang trasladó un misil de alcance medio a su costa este”. En ese ámbito, una aproximación objetiva al conflicto en la península coreana, o por lo menos donde predomine el sentido común, indica, a partir de los precedentes, que los otros actores involucrados, en especial, Estados Unidos de América (EUA), no son tan inocentes como aparentan ser. Como han demostrado las acciones de las potencias occidentales en la denominada primavera árabe, Estados Unidos y sus aliados son especialistas en la conformación de crisis y conflictos en los medios masivos y sobre el terreno. En el este de Asia se concentran, por una parte, los aliados más importantes de EUA en el área: Japón y la República de Corea (Corea del sur), por la otra, los Estados que en la práctica están desempeñando un papel de “contrapeso”, por no calificarlos aún de contestatarios frente a EUA, con una postura en función de la política y práctica multipolares en las relaciones internacionales: la República Popular China (RPCH) y Rusia. En ese escenario, el denominado por Collin Powel, como último reducto de la guerra fría le viene como “anillo al dedo” a la política imperial de Washington.En este caso, debemos tener en cuenta cuatro niveles fundamentales que, en primera instancia, indican las intenciones de EUA. 1ro. Corea del Norte y su satanización le permiten a Estados Unidos, no sólo mantener su presencia en la región, sino afianzar la. No podemos olvidar que en su Estrategia de Seguridad Nacional, Asia es prioritaria. Aunque la guerra en Afganistán iniciada en el año 2001, debía permitir a EUA controlar el territorio de Asia Central, en la práctica no ha sido así: ha enfrentado una situación de estado de guerra al interior de ese país, que se ha extendido al vecino Pakistán y el avance en la solución de las problemáticas de esa región en el marco de la Organización de Cooperación de Shanghai, liderada por Beijing y Moscú. En ese contexto, la amenaza coreana “justifica” el sistema de bases militares en Asia Pacífico y el de defensa antimisiles estadounidense en el océano Pacífico. El gobierno de Barak Obama trata de que su liderazgo se convierta en incuestionable. Si la situación no fuera tan grave, casi daría risa la inmensa importancia que se le da al traslado de un misil norcoreano, como mencionábamos anteriormente, “Seúl sospecha que Pyongyang trasladó un misil de alcance medio a su costa este”. Estamos en presencia de un misil de alcance medio. La amenaza es inminente, es inmensa, por lo que EUA, según la BBC “pone a punto sus defensas ante la amenaza norcoreana” y anuncia que enviará a Guam la denominada Terminal de defensa de Alta Altitud (THAAD, por sus siglas en inglés), considerado el sistema de defensa antimisiles más nuevo y más completo del país”.


No es nuestro objetivo enumerar todas las fuerzas y equipos de alta tecnología, desde aviones hasta radares y otros equipos de última generación enviados por EUA hacia el este de Asia, sólo mencionamos este porque nos demuestra la desproporcionalidad entre las posibilidades tecnológicas de la RPDC y EUA. Esto se vincula directamente con los intereses de las acciones estadounidenses en la región. Sólo quiere impresionar, demostrar y amenazar a la RPDC con su poderío militar? 2do. En el plano regional, crear una situación de inestabilidad y tensión en un país fronterizo con la RPCH. Este último país tiene que demostrar su liderazgo, bajo los preceptos de su política y sus principios de “país armonioso” y “crecimiento pacífico”. La nueva dirección y liderazgo de la RPCH tiene un reto ante sí. Estados Unidos pretende, si no “contener” a la 2da economía del mundo, presionarla en torno al conflicto, al tiempo que despliega y demuestra en los mares cercanos del gigante asiático todo su poderío militar. 3ro. Para la República Popular Democrática de Corea (RPDC) la situación creada la afecta en varios aspectos, pero sobre todo en el económico. La inseguridad y el estado de guerra frenan, o por lo menos dificultan, las inversiones en el país y el avance pacífico en diversos proyectos, como la explotación de los recursos mineros y la construcción del ferrocarril desde Rusia hasta Corea del Sur. Sin embargo, el elemento político no es despreciable, todo indica que Washington está presionando el nuevo liderazgo del país, en la figura de Kim Young Um, este necesita legitimarse, esencialmente, hacia el interior. 4to. Estados Unidos reafirma y profundiza la división de la nación coreana. En la medida que las tensiones y los desacuerdos entre el norte y el sur aumenten, el avance hacia la reunificación de la península se hace cada vez más difícil. Si el país se reunificara, nacería probablemente otra potencia regional, pues se unirían, entre otros, los recursos militares del norte y el sur, los recursos naturales del norte y la experiencia y dinamismo de la economía del sur. Si hay alguien que no está preparado para la reunificación ese es Washington, eso supondría que el “peligro” no existe y por demás, la necesidad de las bases militares y los planificados ejercicios conjuntos con Corea del sur (cuatro cada año, aunque en ocasiones se efectúa un mayor número) no tendrían sentido. En los juegos de guerra, Estados Unidos se lleva las palmas, las intenciones son claras, liderazgo, presencia y reafirmación de su papel a nivel mundial ¿como garante de los valores de la democracia? En este escenario las intenciones pueden estar claras, pero los peligros son impredecibles. Hasta qué punto la situación creada en torno a la península no aumenta los riesgos de que países como Corea del sur y Japón consideren la necesidad de tener el arma nuclear?. Sin embargo, la amenaza mayor está en que, aunque Estados Unidos no necesita que la tensión se deteriore hasta el punto de una guerra contra la RPDC; esta no es descartable, pero en este caso estaríamos ante una guerra nuclear. Como apuntó el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Igor Morgúlov, “Rusia cree que cualquier error aleatorio


en la península coreana puede dejar la situación fuera de control”, insisto esa situación fuera de control seguramente incluye el uso del arma atómica. Ojalá eso no ocurra.

LA TECNOLOGÍA MILITAR

Pyongyang ha vuelto a advertir a Seúl de que la guerra puede estallar en cualquier momento, al tiempo que las autoridades niponas por segunda vez han transmitido informaciones erróneas sobre lanzamiento de misil norcoreano. Tomando en consideración todas estas circunstancias, el jefe del comité de la Duma de Estado (cámara baja del Parlamento ruso) para los asuntos internacionales, Alexéi Pushkov, ha sugerido que una llamada telefónica del presidente de EEUU, Barack Obama, a su homólogo norcoreano, Kim Jong­un, podría relajar la tirantez en la Península de Corea. Si Barack Obama diera una llamada telefónica a Kim Jong­un, justificaría siquiera en parte su Premio Nobel de Paz, opina Alexéi Pushkov, mostrándose seguro de que Kim Jong­un podría aceptar el arreglo del conflicto, pero guardando las apariencias. No quiere ver dañada su reputación ni besar el azote, sino ser reconocido como mandatario de un Estado cuya postura es respetada, consignó el parlamentario ruso. Mientras tanto, Pyongyang busca alcanzar este objetivo al son de una retórica belicosa. El jueves pasado ha vuelto a advertir a Seúl de que el Ejército norcoreano, si la situación lo


exige, puede asestar un fuerte golpe a Corea del Sur. Para infundir mayor miedo, se dio a conocer que a los misiles norcoreanos ya fueron asignados los blancos en la parte sur de la Península. Ha contribuido a arreciar la tirantez en torno a Corea del Sur el segundo falso toque de alarma, dado por el Japón en los últimos dos días. Este país informó erróneamente sobre lanzamiento de misil balístico norcoreano. La reacción de los militares japoneses bien podría haber provocado unas contramedidas por parte de Pyongyang. Gueorgui Toloraya, experto del Instituto de Economía (Academia rusa de Ciencias), no descarta que el conflicto local entre las dos Coreas puede estallar en cualquier momento: –Pueden producirse escaramuzas en la frontera o en el Mar Amarillo o, tal vez, perpetrarse acciones subversivas que puedan degenerar en tiroteos, conflictos locales que, sin embargo, no adquirirán las dimensiones de una guerra a gran escala. La crisis en torno a Corea del Norte se ha gestado sobre el telón de fondo de las maniobras militares, protagonizados por EEUU y Corea del Sur que en buena medida provocan la retórica belicosa de Pyongyang, opina Alexánder Vorontsov, experto del Instituto de Orientalismo (Academia rusa de Ciencias): –Corea del Norte experimenta determinados recelos en cuanto al perfil de estos ejercicios que no se sabe si son maniobras rutinarias anuales o preparativos para hostilidades. Para prevenir el peor escenario, Pyongyang lanza temibles advertencias, cuya esencia podría expresarse así: es imposible intimidarnos, no tenemos miedo a la guerra; si la guerra llega a estallarse, pelearemos hasta la última gota de sangre, de modo que será mejor que no os metáis con nosotros. Las prestigiosas organizaciones sociales de Corea del Sur instaron a las autoridades de su país a entablar sin demora negociaciones con el vecino del Norte. La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés) se muestra dispuesta a aportar su grano de arena a esta tarea. Indonesia, que integra la ASEAN, por su parte también aplica esfuerzos para ayudar a Pyongyang y Seúl a relajar las tensiones. Washington confía en que China hará valer su fuerte influencia sobre Corea del Norte para solventar la crisis. Para la Casa Blanca no pasaron desapercibidas “las crecientes preocupaciones de Pekín con motivo de los efectos negativos de una actitud irreflexiva de Pyongyang” y la tesis de que la desestabilización en la Península de Corea también repercute negativamente en la situación estratégica de la propia China. Los titulares de asuntos exteriores del G8 han amenazado a Pyongyang con aplicar nuevas sanciones en caso de que lance otro misil. Se supone que el 15 de abril, día del 101º aniversario natalicio de Kim Il­sung, fundador de Corea del Norte, este país podría ensayar otro misil balístico de alcance medio

Bolivia insta a solucionar conflicto entre Corea del Sur y Corea del Norte de forma pacífica: ABI.­ Ante las graves declaraciones de amenaza de guerra o del uso de la fuerza, las


maniobras como los ensayos y despliegues militares en la Península Coreana, el Estado Plurinacional de Bolivia, consecuente con su política pacifista y de apego a la cultura de la vida considera elemental la obligación internacional de los Estados de abstenerse de la amenaza del uso de la fuerza, remarca un comunicado oficial de la Cancillería boliviana difundido el miércoles. Fundamentalmente (Bolivia) exige como esencial la necesidad de avanzar hacia el objetivo prioritario del desarme nuclear y alcanzar un mundo libre de armas nucleares. En ese contexto, el Estado boliviano deplora y rechaza toda acción que ponga en peligro la paz mundial y seguridad de los Estados en la región asiática’, complementa el documento. Asimismo, Bolivia hace un llamado a todas las partes involucradas a ‘evitar la escalada de acciones, versiones e interpretaciones que ocasionan la tensión mundial’, además de atraer la atención mediática, que podrían desencadenar en situaciones imprevisibles para el planeta. En ese marco, el Estado Plurinacional de Bolivia ‘exhorta a las partes a deponer actitudes y manifestaciones belicistas’, además de expresar su interés porque ese conflicto, entre las partes involucradas, se solucione mediante el diálogo y los mecanismos de solución de controversias previstos por el Derecho Internacional. Finalmente, insta a deponer todas las acciones que, además de afectar la tranquilidad y la buena vecindad entre dos naciones hermanas, ponen en peligro la paz y la seguridad internacional.


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